Subido por sergiodelgadoplath

Luis Alberto Leon - La Cautiva

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LA CAUTIVA
Luis Alberto León Bacigalupo
SALA DE PARTO 2013
PERSONAJES
(En orden de aparición)
MÉDICO
AUXILIAR
CAUTIVA
CAPITÁN
CABITO
SENDERISTA
VOCES
LOCUTOR DE RADIO
Hombre de 58 años.
Hombre de 23 años.
Mujer de 14 años.
Hombre de 30 años.
Soldado de 17 años.
Hombre de 22 años
Hombres jóvenes.
Voz.
TIEMPO
1984
LUGAR
Perú imaginario
Una sala de morgue.
1
En el centro de la habitación hay una losa de cemento sobre
la que descansa el cadáver de un soldado con camisa abierta,
pantalón de faena y botas. Sobre la losa, luces fluorescentes.
En el fondo de la habitación hay dos camillas de acero con
ruedas. Detrás de las mismas, doce refrigeradoras en muy
mal estado. Sobre una pared, escritos a mano, están
registrados los nombres y códigos de los cadáveres que
descansan en el interior. En una de las camillas está tendida
una joven de catorce años vestida de uniforme único escolar
ensangrentado. La otra está vacía. Hay una radio encendida.
Escuchamos música y noticias de semana santa. El MÉDICO
forense está leyendo el periódico. Viste bata blanca. El
AUXILIAR, vestido con un mandil de plástico y botas de jebe, se
coloca un par de guantes y procede a desvestir al soldado:
primero le quita las botas, luego las medias, la camisa, el
pantalón y finalmente el calzoncillo. Cuando está quitándole la
camisa se oye por la radio un resumen informativo que
anuncia varios atentados de Sendero Luminoso.
LOCUTOR
Radio Huanta. Las noticias de la hora para todo el
departamento de Ayacucho. Asaltan e incendian al poblado
de Pampacanchas, provincia de Huanta, y asesinan a 32
campesinos. En Huamanguilla ahorcan al alcalde de Izquierda
Unida, y a tres pobladores del lugar. En Chira, provincia de
Huamanga, asesinan al alcalde del Partido Aprista Peruano.
En la Compañía Ayacucho asesinan al teniente gobernador
de Acción Popular y a un civil. Los cuerpos sin vida de 7
pobladores de Choquehuisa, fueron hallados esta mañana en
Jarwuarán. Dos testigos que lograron huir aseguran que los
pobladores fueron asesinados por colaborar con la policía.
Atacan a la comunidad de Huaynacancha dejando sin vida a
15 campesinos y a 13 comuneros heridos. Se llevan ganado y
alimentos. Y seguimos con las noticias de viernes santo…
MÉDICO
(Leyendo el periódico). Los pasearon. En los primeros cuatro
minutos les metieron un golazo. Parados se quedaron, como
huevones. Se vinieron abajo. Ya no se suda la camiseta.
Antes era otra cosa. Se rompían, dejaban todo en la cancha.
Challe, Mifflin, Sotil, Cachito, Gallardo… Por algo les dicen la
generación de oro. No habrán sido Garrinchas, pero eran
hombres. Ahora qué va a ser así. Desde ese 5 a 1 no
levantamos cabeza. Los polacos se llevaron nuestra hombría.
No habrá Mundial para rato. Escúchame bien, muchacho, no
habrá Mundial para rato.
2
Mientras el AUXILIAR termina de desvestir al soldado, el
MÉDICO deja el periódico y se acerca a la losa para revisar las
prendas. El AUXILIAR toma un formulario y se dispone a
anotar.
(Revisando su libreta militar) Pertenencias del infante Lincoln
Maygua Rincón. Uniforme de infantería de marina: botas,
camisa, pantalón, calzoncillo, medias, libreta militar, un llavero
de Alianza Lima, una carta… (leyendo) “…y que el poder de
Dios te proteja, hijito”…, un detente… (El AUXILIAR no entiende
qué es un detente, el MÉDICO aclara mostrando el
escapulario) escapulario, un jebe y un chupete… sin abrir.
Levanta el condón y se lo muestra al AUXILIAR.
Mira, esto te puede servir.
El AUXILIAR no responde. Termina de anotar y guarda las
pertenencias en una caja de cartón.
Tienes que salir, ventilarte. Estás zumbao, muchacho. Vas a
acabar mal. Búscate una hembra, sal a vacilarte. Si no, no vas
a durar. Se te están montando encima estos muertos. Vete a
que te hagan una limpia. Cabeza fría. Aquí tienes que tener
cabeza fría. Hay quien nunca se acostumbra. ¿Sabes por qué
me gusta esto? Porque los muertos no se quejan.
Pausa.
El AUXILIAR se acerca al MÉDICO y le alcanza una tira de
pabilo. La losa tiene medidas grabadas en el cemento. El
MÉDICO se dispone a medir al soldado con el pabilo, ayudado
por el AUXILIAR.
A tu edad, ya había terminado mi carrera. Tú cuándo te vas a
recibir, ¿a ver? En la universidad ya no se estudia. En paro
andan siempre. Politiqueando. Tu generación está perdida.
Un metro sesenta y siete.
El AUXILIAR anota en el formulario.
Chamba va a haber para rato acá.
El MÉDICO toma una regla pequeña y se la entrega al
AUXILIAR.
3
Eres buenito, muchacho, pero aquí ser buenito no sirve. Un
montón quieren este trabajo, ponte pilas. Ni tres meses y ya
estás hundiendo el pico. Cuídate, muchacho, las almas de los
muertos se te están pegando. Sacude el cuerpo, toma tu jugo
de rana para que estés al palo, duro. Hazme caso, de repente
esto no es para ti. ¿Hace cuánto que no la ves?
El AUXILIAR no responde. Mide la herida del soldado. El
MÉDICO toma nota.
AUXILIAR
Orificio de entrada de 0.5 por 0.6 con un halo erosivo
contusivo de 0.7 por 0.8 ubicado a tres centímetros a la
izquierda de la línea media anterior y a diez centímetros
debajo de la línea clavicular izquierda.
MÉDICO
A este se lo chifaron en la emboscada del lunes.
Pausa. Revisa la libreta militar del cabo fallecido.
Diecisiete años…
El AUXILIAR le da vuelta al soldado. Mide nuevamente.
AUXILIAR
Orificio de salida de forma irregular de dos por uno ubicado a
diez centímetros de la línea media posterior y a quince
centímetros de la proyección de la línea clavicular izquierda.
El MÉDICO termina de anotar. El AUXILIAR regresa al soldado a
su posición inicial.
MÉDICO
(Refiriéndose a la niña) A esos les metieron bala con saña.
Profesores dicen que eran sus padres. Cómo será. Ya da lo
mismo. Cuando están aquí calatitos, terrucos y cabitos, todos
son la misma res. Así es, mi estimado. Dónde habrán tirado a
sus padres. A esa la trajeron. El Capitán la quiere para
cachar. La tropa la va a hacer mierda.
Pausa.
¿Qué me miras así? ¿Acaso me piden permiso? Ellos agarran
no más. Su desquite dice que es, su recompensa. Ta’ loco
ese compadre. A ese huevón hasta los jefes le tiene miedo.
Así que ni abras la boca porque te rajan. Para ellos la
cachada no es castigo, es desfogue. Une al grupo, como el
peligro a morir.
4
El MÉDICO mira al AUXILIAR.
No entiendes ni mierda, ¿no? No vas a durar nada, tú. Acá, la
blandura es pecado.
El AUXILIAR busca sus instrumentos para empezar la
necropsia del soldado.
Este es otro mundo, si no eres una mierda eres comida de
perros. Poseídos se ponen los soldados. Ven senderistas por
todas partes. Esos desgraciados no saben qué hacer para
salir corriendo de acá. Pero correr… ¿a dónde?
El AUXILIAR está a punto de cortar la cabeza del soldado para
empezar la necropsia. El MÉDICO lo detiene.
Deja.
El AUXILIAR lo mira. No comprende.
Cierra, nomás.
El AUXILIAR sigue sin comprender.
No vamos a abrirlo, te digo. Aquí no hay novedad. Pasa trapo
nomás.
El AUXILIAR, confundido aún, empieza a limpiar el cuerpo. Por
la radio oímos anuncios de semana santa con fondo musical
propio de esos días: “Viernes Santo. Las mujeres de la
hermandad se preparan para cargar la santa imagen y
colocarla en la cama de flores del sepulcro. Es allí donde
procederán a lavar las llagas del cuerpo herido de nuestro
Señor, para luego vestirlo con todo fervor y devoción…”
Haz bonito, ah. A este chibolo lo va a vestir su madre.
El MÉDICO vuelve al documento.
Contando los días pa’ regresar estoy. Seis meses y adiós,
pampa mía. Aprende todo antes que me vaya. Buena mano
tienes. Estate mosca, nomás. Solo abre la boca para decir sí
a los jefes. A los demás muertos de hambre ni los mires. No
te fíes de nadie. Si eres vivo puedes sacar algún tajadón de
toda esta mierda. Conmigo puedes contar, pero no me pidas
plata nomás.
5
Señala el cuerpo del soldado con leve gesto.
Al menos ya no tendrá que vernos perder siempre. Desde ese
5 a 1 no levantamos cabeza, carajo.
Pausa.
Uno sale por la mañana y no sabe si regresa por la noche.
Como la sombra, somos. Una vela prendida en el viento, ¿no
dicen?
Pausa.
Viernes Santo hoy. No hay feriado.
El AUXILIAR termina de limpiar el cuerpo. El MÉDICO resopla.
Para el óbito no hay feriado, mi estimado. Así, pues. Ya está.
Listo el pollo, a mover.
Pasan el cadáver a la camilla vacía y el cuerpo de la joven de
la camilla a la losa.
Bonita cara tiene. Qué vergüenza.
Le acaricia la mejilla a la joven.
Un ángel, la chica. Qué desperdicio. Tiene perforación de
bala, ve. Así debe de ser en el Paraíso, con un cajón de
cervezas al polo y unas cuantas como ésta.
La quieren limpiecita. Sácale todo. Mira, ve.
Le levanta ligeramente la falda.
Se cagó. Hay que dejarla tiza. Esto ya son cosas nomás, pero
igual a uno se le achica el bobo. A mi nieta me hace acordar.
Cómo es, ¿no? Mírala, pues, un pajarito. ¿Ya te mostré la foto
de mi nieta?
El MÉDICO saca su billetera, le muestra la foto, el AUXILIAR no
la mira.
Mírala, ya está señorita.
El MÉDICO contempla la foto por un instante. Vuelve a guardar
su billetera.
6
(Refiriéndose al cuerpo del soldado). Mañana se va de
regreso a Lima. (Señalando una de las refrigeradoras) Ponlo
en la 7.
AUXILIAR
Está ocupada, señor. El regidor y su señora.
MÉDICO
Carajo, ¿no los han recogido todavía? ¿No iban a venir
temprano? ¿Qué quieren que haga? Los muertos tienen que
moverse, si no, no se puede. A ver, ponlo en la 12, con el
terruco.
El AUXILIAR mira al médico.
¿Qué quieres? ¡Vamos!
Abren la refrigeradora número 12. Sacan el cuerpo desnudo
que descansa en una camilla de metal que se despliega casi
totalmente hacia afuera. Acercan la camilla sobre la que
descansa el cuerpo del cabo y lo colocan al lado del cuerpo
del senderista. El MÉDICO y el AUXILIAR observan los cuerpos
por unos segundos. Los cuerpos parecen mirarse. El MÉDICO
toma uno de los brazos del senderista y lo coloca sobre el
cuerpo del cabo.
Que duerman abrazados, como novios.
Guardan los dos cadáveres en la refrigeradora. El AUXILIAR
coloca la caja de cartón que contiene las prendas del soldado
al lado de otras cajas. Rotula la caja con un plumón, tal y
como se encuentran rotuladas las demás cajas.
(Refiriéndose a la CAUTIVA) Déjamela bien desinfectada. Me
voy a comer alguito.
El MÉDICO sale.
El AUXILIAR oye la puerta que se cierra, deja el plumón con el
que estaba rotulando la caja y se acerca a la CAUTIVA. La
contempla.
AUXILIAR
Mírese, pues. ¿Qué le hizo llegar acá? ¿Qué rabia le hizo
venir? ¿Qué miedo la arrastró? En otro sitio, su inocencia
nomás podría limpiar todos los pecados de muchos mundos.
De repente limpiándola algo hace para que reviente yo de una
vez.
7
Pausa.
Todos son santos cuando duermen aquí.
Se oye un bombazo. Se apagan las luces y la radio. El
AUXILIAR espera un momento. Se oye el grupo electrógeno
tratando de prenderse. La luz se enciende y titila por unos
segundos hasta que se apaga definitivamente. La radio hace
lo mismo. Una luz de luna que viene de la teatina baña el
cuerpo de la CAUTIVA. El AUXILIAR va a buscar una lámpara de
kerosene. La enciende.
¿Cuántos más tengo que vaciar para reventar? La siguiente
puntada, quizás. En la siguiente puntada. Soy cobarde.
Debería salir a la plaza con una bandera roja y dejarme
balear. Pero soy cobarde. Ustedes la tienen fácil, ¿o no?
Cómo será.
Se acerca a la cautiva.
¿Tendrán descanso? De repente la marea vuelve a subir y los
arrastra de nuevo y todo sigue hasta no sé cuándo. No, ya
váyase. A descansar. Tranquilita. Si no mucha angustia
pasará por gusto. La aventarán a una quebrada después.
Nadie la va a escuchar, es usted ya solo pensamiento. A
donde sea piérdase en cualquier sitio. No será peor que esto.
Aunque dicen que nunca se está tan mal como para no estar
peor. ¿Me va a decir a dónde se va a llevar su inocencia? Si
me cuenta cómo es, le pongo flores en su lápida hasta que
me muera. No, lápida no va a tener usted. Le rezo en toda
misa de difunto que vea. Usted tiene educación, sus padres
eran profesores, su abuelo es boticario. Algo debe de saber
usted. No se haga de rogar. Una vez me dijo alguien que del
otro lado se le puede preguntar a Dios. Podría esperar a morir
y preguntarle a Dios yo mismo. ¿Y si no me contesta?
¿Donde quién voy? ¿Y si no me encuentro con nadie? ¿Y si
Dios es cuento?
El AUXILIAR cuelga la lámpara de kerosene en un gancho que
pende de la lámpara fluorescente y se va a lavar los
instrumentos.
Pausa.
CAUTIVA
Tengo frío.
8
El AUXILIAR se paraliza por unos segundos. Mira a la CAUTIVA.
Mira a su alrededor. Regresa a sus tareas.
Pausa.
Acerca la mesa auxiliar con los instrumentos a la losa.
Levanta el cuerpo de la CAUTIVA hacia él para sacarle la
chompa. Algo lo detiene. La deja sobre la losa. Va a la mesa
auxiliar y saca la tijera para cortar la chompa.
¿Qué haces? ¿Por qué vas a cortar mi chompa?
El AUXILIAR retrocede de un salto, aterrado, y cae al suelo. La
CAUTIVA sigue echada en la losa.
¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? Llame a mi abuela, por favor.
¿Por qué se queda mudo? ¡Dígame algo!
El AUXILIAR no sabe si salir corriendo o quedarse.
¡Llame a mi abuela de una vez!
El AUXILIAR corre hacia la puerta de salida.
¡No se vaya! Óigame, ¿va a ir donde mis abuelos?
El AUXILIAR se detiene frente a la puerta.
Viven a una cuadra de la plaza, encima de la botica. Calle
Reparación 201. Teléfono 24523. Puede buscar a mis abuelos
en la botica. ¡Búsquemelos! Juan Flores Galindo, Rosa
Mallqui Ríos. Mis papás no están. Yo vivo con mis abuelos. A
mis papás los han enviado al pueblo, son profesores de
primaria. Se les puede llamar por radio.
AUXILIAR
¿Qué es esto? ¿Alucinación? ¡Mierda! La falta de sueño,
trastorno neurológico, alguna deficiencia en las conexiones
sinápticas. Tranquilo, tranquilo. ¡Mierda!
El AUXILIAR da unos pasos hacia la CAUTIVA.
CAUTIVA
Llame a mi mamá. Los soldados deben saber dónde está.
Están hablando con ella, segurito que ellos saben. Ya pues,
no sea malito, llámela. Tengo vestidos limpios, planchaditos.
Yo sé planchar. Ella me puede limpiar. Ella. Mi abuela,
mamay Rosita. Por favor, no corte mi ropa, no me desvista.
No me va poner inyecciones, ¿no?
9
Pausa.
AUXILIAR
¡Mierda, mierda! Ya me jodí, quebré. Depresión. Es la puta
depresión. No dormir. Hay que respirar, relajarse.
El AUXILIAR cierra los ojos, inhala profundo por la nariz. Exhala
largamente por la boca. Permanece, sin moverse unos
segundos. Abre los ojos.
Pausa larga.
El AUXILIAR toma el pulso a la CAUTIVA en la arteria yugular, le
toma el pulso en la arteria radial.
CAUTIVA
No me van a poner inyecciones, ¿no?
El AUXILIAR suelta la muñeca de la CAUTIVA.
AUXILIAR
Piensa derecho, respira, piensa derecho.
CAUTIVA
¿Me promete que no me van a poner agujas? Júreme.
Júremelo que no me van a clavar nada. Coser tampoco, ¿ya?
Coser tampoco. No tengo nada. Estoy bien. ¿Me jura? A ver
pues, júreme. ¡Júreme, pues! ¡Hable!
El AUXILIAR le tapa la boca a la CAUTIVA. La CAUTIVA calla. El
AUXILIAR permanece con su mano en la boca de la CAUTIVA
por unos segundos. El AUXILIAR levanta la mano de la boca de
la CAUTIVA lentamente.
Eso no es jurar. Levantar la mano no es jurar. Júremelo.
AUXILIAR
Usted es un síntoma.
CAUTIVA
Los juramentos no se rompen, ah. Si no cumple, se va a ir al
Infierno.
Pausa.
¡Llame a mis padres!
AUXILIAR
Sus padres están… Usted está… ¡Qué hago contestándole a
un muerto, carajo!
CAUTIVA
¿Por qué habla de muertos? ¡Yo estoy bien! Lléveme donde
mis padres.
10
AUXILIAR
Sus padres no están.
CAUTIVA
¿Qué les ha pasado? ¿Dónde están? ¿Qué malo me pasa?
¿Qué malo? Yo estoy bien. Tranquila estoy, comiendo mi
almuerzo. Bien tranquila estoy comiendo.
AUXILIAR
A ver pues, cómo se llama.
CAUTIVA
¿Quién?
AUXILIAR
Usted.
CAUTIVA
María Josefa Flores Galindo.
AUXILIAR
¿Y cómo la llaman?
CAUTIVA
María Josefa.
AUXILIAR
María Josefa, usted está aquí echada porque.... No está
almorzando, ¿entiende? ¿Entiende que usted está aquí… en
este lugar…?
CAUTIVA
La mesa tendida. La sopa caliente. Mi mamá tomando sopa.
AUXILIAR
¡Está aquí y está muerta!
CAUTIVA
¡Cómo voy a estar muerta! ¡Los muertos no hablan!
El AUXILIAR pierde la paciencia y empieza a sacarle la ropa
violentamente mientras ella protesta, muy alterada. Primero le
saca la chompa, luego los zapatos y las medias.
¿Qué hace? ¡No me toque! ¡Nooo! ¡Suélteme! ¡No, no me
robe mis zapatos! ¡Tengo frío!
Introduce sus manos debajo de la falda para sacarle el calzón,
la CAUTIVA grita.
¡No, no, calzón no, déjalo, no, no, no! ¡Mamay Rosa!
¡Noooooo!
El AUXILIAR desiste, suelta la falda de forma súbita y levanta
las manos a la altura de su cabeza. La cautiva se levanta.
CAUTIVA
La casa. En la casa.
Almorzando estamos. Sopa, papas, queso, habas, ají.
11
Se escucha un camión a lo lejos.
Mi papá y mi mamá levantan la vista de los platos.
Las habas están tiernas.
El sol entra por la puerta. No hace ni frío ni calor.
El camión se detiene delante de la casa.
Bajan personas, escucho voces de hombre.
Mi papá se levanta lento, sale a ver quiénes son.
Mi mamá se queda sentada. Me mira raro. Raro con nervios.
Aprieta fuerte la quijada. Pasa una pelota por su garganta.
Entran soldados.
Empujan a mi papá y a mi mamá. Se caen al suelo.
El sol se mezcla con el polvo.
Me duele. ¿Qué tengo? Me meto un bocado grande de habas
con mucho ají en la boca. Las mastico. Cuando estoy
nerviosa me meto comida a la boca, pero ahora no quiere
pasar. La barriga está dura y no hay saliva para pasar. No me
atrevo a escupirla. ¿Qué dirán los soldados si la escupo? ¿Se
darán cuenta si la pongo en mi mano y la meto al bolsillo de
mi uniforme?
Mis medias están abajo. Quiero subirlas.
Le pegan a mi papá. No entiendo qué gritan. Hablan
castellano, pero no entiendo.
Se le avientan a mi mamá encima los soldados. Dormidita ella
no dice nada.
Se me ha soltado la barriga, tengo ganas de ir al baño. ¿Y si
les pregunto, me dejarán ir al baño?
Le siguen pateando duro a mi papá. Él mira al suelo con su
cara en la tierra. La bota de un soldado le chanca su cara. Le
dicen lisuras.
Los soldados siguen encima de mi mamá y ella no despierta.
¿Cómo puede dormir con tanto grito? Le patean duro a mi
papá. Él mira al suelo con su cara en la tierra. Y yo estoy
mirando. Miro desde el rincón. Estoy mirando el cinema.
Pienso que se han olvidado de mí. Con la boca llena de habas
que pican. Me pica. Sácame las habas de la boca, por favor.
Quiero que la pared me trague como quiero tragar las habas.
Quiero ser pared, ahorita voy a ser pared. Las paredes no van
al baño, las paredes no tienen comida en la boca. El soldado
que más grita se acuerda de mí. No quiere que sea pared,
quiere que sea animal. Me agarra duro del pelo. Frente a mi
papá me pone y escupo la comida y devuelvo. Me hago en el
calzón. Me levanta la falda y me mira mi calzón sucio. Miro la
cara de mi papá. Mi papá no me mira. No me levanté las
medias. La pila tibia baja entre mis piernas. Cae en mis
medias. Huele a caca. Mis medias están abajo. El soldado me
dice algo que no entiendo. El soldado saca una pistola, siento
12
algo duro en el pecho. ¿Por qué mi papá no me mira? Se ha
dormido. Cierro los ojos para dormir también. Abro los ojos.
Suena un cuetón y de la pistola sale fuego. Huele a fiesta, a
castillos de luces, a chancho asado. Caliente siento en mi
pecho y mis rodillas son de manteca y me estoy cayendo. Veo
las luces de los castillos y no paro de caer nunca. Y me estoy
cayendo, me estoy cayendo. Me estoy cayendo.
AUXILIAR
Orificio causado por disparo de corta distancia. Lesión
penetrante en el tórax. El trayecto de bala genera lesiones
agudas en el corazón provocando la muerte instantánea.
CAUTIVA
¡Mentiroso!
Pausa.
Ahora sola me he quedado, con un hueco en mi pecho. Mis
papás, ya no los veo. Un sueño. Seguro que es un sueño. Ya
no quiero soñar. Quiero levantarme, ya. Ahorita me levanto.
Ya viene la madrugada. Seguro ahorita me levantan para
desayunar. Mi abuela me da un vaso grande de leche
caliente. A mí me gusta comer el pan con nata. Pongo azúcar
y me como el pan con nata. También como huevo frito con
pan, con la yema cruda que cuando se aplasta sale la yema.
Todas las cosas fritas son ricas. ¿Hueles? ¿No hueles?
Escucha cómo mi abuela está preparando todo. Ahí está su
voz cantando, prendiendo el fuego. ¿La oyes? (Canta) Tú
eres como la paloma, soncollay, que bajas a beber agua. Tú
eres como la paloma, soncollay, que bajas a beber agua.
Después de beber el agua, soncollay, alzas el vuelo y te vas.
Después de beber el agua, soncollay…(Deja de cantar.)
Huele el café. También huelo el pan y el huevo frito. ¿Hueles?
¡Qué rico voy a desayunar! Le puedo pedir a mi abuelo que te
invite, si quieres.
La CAUTIVA va hacia la losa.
Ven, siéntate a la mesa.
Pausa.
Pero como eres sueño nomás… ¿Cómo hacemos? Cómo va
a ser eso, si los sueños no se aparecen cuando estás
despierta. Imagínate el alboroto. La gente de los sueños
caminando junto con nosotros. Se confundirían. Mejor tú te
quedas aquí y yo me voy.
13
AUXILIAR
Anda, anda a desayunar.
CAUTIVA
Me voy a despertar. Me despido, ¿ya? ¿Cuál es tu nombre?
AUXILIAR
Mauro Requena.
CAUTIVA
Ya, Mauro. No bote mis zapatos. Ya no nos vamos a ver. Ha
sido muy bueno usted. Gracias. Cuídese.
La CAUTIVA se echa en la losa y cierra los ojos. El AUXILIAR se
queda mirándola. Se saca el mandil y cubre el rostro y parte
del cuerpo de La CAUTIVA. Pausa. El AUXILIAR se lava la cara.
La CAUTIVA se despierta y ve al AUXILIAR.
¿Qué hace acá? Usted no tiene que estar acá. Ya váyase. Ya
estoy despierta, ¿no ve? Le voy a contar a mis abuelos. Lo
van a botar. Salga de mi cuarto.
El AUXILIAR se queda quieto.
¡Salga, le digo!
AUXILIAR
Tengo orden de limpiarla.
CAUTIVA
¡Es mi cuarto! ¡Mi cuarto! ¡Sola duermo acá! Estas son mis
cosas: mi cama, mi velador, mi ropa. ¡Vete!
Pausa. El AUXILIAR no se mueve.
¡Abuela! ¡Mamay Rosa! ¡Papay Juan! ¡Hay un señor en mi
cuarto! ¡No me dejen sola con este señor!
Pausa.
Seguro que se han ido a comprar. Ahorita regresan y te van a
botar. Supaymi kanki.
El AUXILIAR señala la puerta.
AUXILIAR
Nadie te agarra. Sal si quieres. Ahí está la salida. Ya vete y
sal de una vez de mi cabeza. ¿Quién te agarra?, a ver, ¿quién
te agarra? Ya pues, ahí está.
La CAUTIVA rompe a llorar.
CAUTIVA
Yo soy chica todavía. ¿Por qué estoy castigada? ¿Entonces
ya no voy a poder terminar el colegio? Ahorita, el año que
viene, mis abuelos me iban a celebrar mi quinceañero. Como
14
en la capital. Una fiesta me iban a hacer. ¿Ves las luces del
castillo? Ahí, ve. Han armado castillos para celebrar mi fiesta.
Mis amigas vienen, hacen mi vestido, asan un lechón. Estoy
en la capital con mi mamá. Me baño en el mar. Comprarme
una ropa de baño, aprender a nadar en el mar. Una ropa de
baño de ese color turquesa. Me subo a un edificio de
quinientos pisos, el Centro Cívico. Como Educación Cívica
dicen que se llama. Desde ahí puedo ver todo. Mi abuela está
en medio de la plaza. Yo la saludo desde la Educación Cívica.
Desde ahí… También a Esteban se le ve.
Pausa.
(Avergonzada). A mí me gusta Esteban, pero no sabe.
¿Cómo le voy a decir? Nadie sabe. Ya nadie sabrá nunca.
Pausa.
¡Ellos vienen! ¡Yo no hice nada! ¡Nada les hago! ¿Por qué mi
papá tiene una bota en la cabeza? ¿Por qué mi mamá
duerme en el suelo? Quiero irme a mi casa.
Llora.
Mi abuela… Lléveme, por favor.
AUXILIAR
No puedo.
CAUTIVA
¡No quiere! ¿Por qué quiere esconderme acá? ¿Por qué?
AUXILIAR
Puedes irte, te he dicho.
CAUTIVA
¿Y esa puerta a dónde me lleva?
AUXILIAR
A la calle.
CAUTIVA
¿Qué calle? ¿Qué lugar?
AUXILIAR
La calle. Tú conoces. Caminas y te vas. Si tú tampoco quieres
estar en mi mente. Vete, entonces.
CAUTIVA
¿Y si me pierdo? ¿No me puede acompañar?
El AUXILIAR no responde. Pausa.
15
(Sollozante) ¿Muerta yo, yo, yo, señor? Piernas de manteca,
ramitas de carbón. Enterrada en mis cenizas. Sin ojos, sin
olor, sin lengua, sin orejas, sin dedos. Nadie que diga mi
nombre. ¿Y ya no los voy a ver? Desaparecerán para
siempre. Para siempre es mucho tiempo. Señor, y sin brazos,
¿cómo voy a tender mi cama? ¿Cómo voy a tomar agua? Y si
rezo a Dios, ¿me escuchará? Es tarde. Han cerrado la botica.
Golpeo la puerta de fierro. Los perros ladran a lo lejos. ¿Me
abrirá Dios?
Pausa.
AUXILIAR
Tienes que irte.
CAUTIVA
¿A dónde? ¿A dónde voy? No me abren. Toco y toco. Los
vecinos no salen a ver. Lléveme donde quiera.
Pausa.
Tengo sed.
El AUXILIAR busca con la vista. Se detiene y pone sus manos
en forma de cuenco frente al rostro de la CAUTIVA.
¿No tiene vaso?
AUXILIAR
Limpias están mis manos.
CAUTIVA
Dame un vaso. Yo no tomo de ahí.
AUXILIAR
Toma nomás. Es agua de nevados altos.
La CAUTIVA duda. Ve dentro de las manos del AUXILIAR.
Entierra la cabeza en las manos del mismo. Aspira profundo,
se sacia. Se desmaya en los brazos del AUXILIAR. La echa en
la losa.
Descansa ya.
El AUXILIAR se sienta en el piso apoyado en base de la losa.
Toma su cabeza entre las manos, resopla.
Pausa.
El MÉDICO entra en escena.
MÉDICO
¿Qué haces en el suelo, huevón?
16
AUXILIAR
Estaba… estoy descansando.
El AUXILIAR se levanta.
MÉDICO
¿Descansando de qué?
CAUTIVA
¿Quién es este señor?
AUXILIAR
Nadie.
MÉDICO
¿Qué nadie? ¿Estás jugando a las muñecas?
CAUTIVA
¿Señor, es verdad que me he muerto?
El MÉDICO se acerca a la CAUTIVA, levanta su falda.
MÉDICO
Deja de huevear y trabaja. ¿Qué mierda has hecho, a ver?
No has hecho ni mierda.
CAUTIVA
(Asustada, se monta sobre los textos del MÉDICO). ¡No me
levante la falda! ¡Dígale que no! ¡Dígale! ¡Por favor!
AUXILIAR
(Violento). ¡Déjela!
MÉDICO
¿Cómo?
AUXILIAR
(Sumiso). Ya termino el trabajo, señor.
MÉDICO
Cuidadito, mocoso…
Pausa.
Otra emboscada en la ruta a Oreja de perro. Más de
cincuenta muertos. Vamos a tener chamba pa’ rato. Ponte
pilas nomás.
Pausa.
¿Escuchaste?
Pausa.
¿Me escuchaste?
AUXILIAR
Vaya nomás, yo le aviso.
17
MÉDICO
Pajero.
El MÉDICO sale. El AUXILIAR mira a la CAUTIVA, se siente
perdido, no sabe qué hacer.
Pausa.
De pronto se saca los guantes, mandil y bata. Avienta las
prendas encima de la CAUTIVA y se dirige a la puerta.
CAUTIVA
¿Qué hace? ¿A dónde se va? No me deje. ¡Ama
saquiwaychu!
El AUXILIAR se detiene. Larga pausa.
AUXILIAR
Te van a violar.
Pausa.
¿Qué quieres? ¿Qué me quede a ver cómo ultrajan a una
muerta?
Pausa.
CAUTIVA
¿Me van a violar? ¿Me van a violar? ¿Quién?
El AUXILIAR intenta salir nuevamente.
¡No me dejes! Por favor, se lo ruego. Por Diosito. No deje que
me…
AUXILIAR
Es posible que yo sea un psicótico. ¿Vas a confiar en un
psicótico?
CAUTIVA
Yo no quiero que me violen.
AUXILIAR
Quería un trabajo limpio. Y ustedes son puros, silenciosos. La
biología, tan perfecta, como un jardín botánico. Una geografía
donde no hay sufrimiento, pobreza, vergüenza, miedo. Porque
ustedes solo contemplan y todo se hace soportable, y hasta
por momentos, ligero. La sangre, las fibras musculares,
limpias. Maravillosas glándulas, las oquedades, en la
putrefacción, limpias. El excremento, limpio. Perfecta
naturaleza. Ustedes nacen cuando mueren. Sus cuerpos
dicen la verdad. Entre ustedes encontraría algún paraíso.
Pero ahora, tú, hablando. No hay silencio ya. Me cuentas
cosas, ¿y qué hago yo con esas cosas? ¿Te das cuenta? Tú
18
no deberías hablar. Si ustedes me hablan, ¿ya a dónde voy?
Mejor tomar una bandera roja y correr derecho a la puerta del
cuartel.
La CAUTIVA lo abraza con fuerza.
CAUTIVA
No, no, no, no, no, no, no, no, no.
El AUXILIAR se quiere desembarazar, no lo logra, se deja
hacer.
No, no, no, no, no, no, no.
La CAUTIVA habla en quechua parte de sus textos.
Todo es raro. No sé ni cómo decirle que todo es raro, como si
toda la catedral se me viniera encima y me chancara. Como
un huaico arrastrándome: cosas, fotos de antes. Todo es al
mismo tiempo y solo me agarra un hilito que es su voz.
Amaya saquiyawaychu. Uk ratuchallaya tayta
tiyaykaysillaway.
AUXILIAR
Escuche, usted se me va a dormir, o inténtelo al menos.
Descanse… En la mañana le prometo que va a despertar y-y… vendrán a… a saludarla.
CAUTIVA
¿Saludarme…? ¿Quiénes…?
AUXILIAR
Los invitados… van a venir… y la van a saludar… sí, por su
quinceañero, pues. Mañana será el día de su quinceañero.
¡Le van a hacer su fiesta!
CAUTIVA
¿Mi fiesta? ¿Mi quinceañero?
AUXILIAR
Sí, pues… y de repente… También va a ver a sus abuelos…
a su abuela… y… no sé… a todos. ¿Entiende?
CAUTIVA
¿De verdad? Pero cómo es eso si ya me morí. O es que--
AUXILIAR
¡O es que nada! Hágame caso. Estoy con usted, estoy
contigo...
Pausa.
CAUTIVA
¿Y ya no me van a hacer daño?
19
AUXILIAR
Estoy aquí. No me he ido. Y no me pregunte nada porque no
sé lo que estoy haciendo. Pero estoy aquí. Hágame caso, no
la voy a dejar. Solo duerma y luego despierte y se irá
viendo…
CAUTIVA
¿Y si despierto y no hay nadie?
AUXILIAR
Sí van a estar. Ande, échese. Duérmase. Descanse y créame.
La CAUTIVA se echa.
CAUTIVA
¿De verdad?
AUXILIAR
Aquí van a estar todos, toditos. Descanse. Ya duerma.
Suavemente.
Shshshsh... Ya… Cierre los ojos. Shshshsh… Ya, ande, ya.
La CAUTIVA cierra los ojos dócilmente.
Se oye a lo lejos cantos religiosos de mujeres en quechua.
El AUXILIAR saca la lámpara que cuelga sobre los
fluorescentes y va a buscar algo de una de las cajas
rotuladas. Saca un vestido y lo cuelga de una percha. Es un
vestido blanco algo recargado, amarillento y viejo. Podría ser
el vestido de una quinceañera o el de una novia. Saca del
fondo de la caja un fustán blanco y lo cuelga al lado del
vestido. El AUXILIAR desviste a la CAUTIVA, la lava con una
esponja y balde. Le pone el fustán. Cuando ha terminado va
hacia el fondo de la habitación y toma la lámpara. Busca entre
las cajas de cartón rotuladas una que contiene una manta
ayacuchana. Empieza a cantar “La paloma” mientras se
coloca la manta y se transforma, como haría un actor, en una
mujer algo vencida por los años. La canción empieza a
adquirir tonos cada vez más agudos.
AUXILIAR
¡María Josefa! ¡María Josefa, rikchariyña! Despierte ya, mi
amor. Ñam qallarisuña, ñam pachayki chayaramuña. ¡Hoy
cumples quince años! Pachakuyñaya, kayqa pachayki.
La CAUTIVA se levanta.
CAUTIVA
¿Mamay Rosa? ¿Abuela? ¡Mamay Rosita! ¿Eres tú?
AUXILIAR
Sí, tu abuela, ella, ¿quién va ser?
20
La CAUTIVA solloza.
¿Iman pasasunki?
CAUTIVA
Es que estoy contenta de verte. De que mi vestido está.
AUXILIAR
No va a estar si no te lo pruebas. Ande ya, pruébeselo.
CAUTIVA
Ya, abuela. Ya voy.
El AUXILIAR le pone el vestido.
AUXILIAR
Espero que ya no necesite más arreglos. Tiempo ya no
tenemos. ¡Cómo se han demorado de tantos detalles que
tiene! Pero está bonito. Como una reina se va a ver. A ver...
Ya pues, mi niña, póngase bien.
La CAUTIVA se sube al banco de trabajo que el AUXILIAR le
acerca.
¡Precioso! Está preciosa, mi hijita. ¡Preciosa está!
CAUTIVA
Abuela, ¿por qué me tratas de usted? Nunca me tratas de
usted.
El AUXILIAR saca un espejo de mano de una de las cajas
rotuladas y se lo alcanza.
AUXILIAR
Mírate.
CAUTIVA
¡Me quedó lindo, abuela! ¡Es el vestido más bonito! Hasta se
podría usar para mi matrimonio, ¿au, mamay?
AUXILIAR
Túnica peritoneal, el paño; duodeno, yeyuno e íleon,
guirnaldas. Capa lípica, acuosa. Lágrimas de cristal como las
del Señor Cautivo la adorna. De tus mismas carnes sale:
siempre queriendo nacer de tu sonrisa. Así naciste, clarito yo
me acuerdo. Enterita con todas tus extremidades completas,
con tus zapatos charolados bien pulidos, medias de hilo de
vasos linfáticos, diadema de cálculos de silicato. Guantes de
tejido conectivo laxo, treintaisiete dientes, uñas nacaradas.
Sin dolores ni llantos, riendo naciste. Y todos aplaudimos,
todos te recibieron con ramos de claveles, cadenas de papel.
La CAUTIVA ríe.
CAUTIVA
¡Qué dices, abuela!
21
AUXILIAR
De Huanta vinieron cuando naciste, y de Cangallo,
Parinacochas, San Juan de Lucanas, Víctor Fajardo, de todo
el departamento, de todos lados. Bailamos marineras,
pasacalles, hasta dos días enteritos. Y tomamos chicha de
molle y siete semillas, y cajones de cerveza que no paraban
de poner. Hicimos ollones de sopa de cabeza también, caldo
de mondongo, cuyes con ajos y hierba buena, pucca picante,
chicharrones. Toda la ciudad hacía una colaza para verte.
Obispos y sacerdotes te bendijeron y ese día hubo temblor y
señales en el cielo. Así fue, mi’ja. Y desde entonces, tu
nacimiento es feriado en la ciudad.
CAUTIVA
¿Así fue, abuela? ¿Sacerdotes y Obispos? (Bajando del
banco de trabajo). ¿Qué es un obispo, abuela?
AUXILIAR
Es el cura que más manda.
CAUTIVA
Papá dice que deberían reventar a los curas.
AUXILIAR
Vivos o muertos vinieron, hija. Y esos no se mueven por
cualquier cosa.
CAUTIVA
Mi papá y mi mamá no quieren que se celebre mi
quinceañero. Yo sé que tú y mi abuelo no les hacen caso,
pero me da pena. Mi papá y mi mamá se van a molestar. Eso
me pone triste, abuela.
AUXILIAR
Cuando te vean con tu vestido cambiarán de opinión. Estás
bien bonita. Sólo falta pintarte, ven aquí.
El AUXILIAR revisa las cajas rotuladas y toma una de ellas.
CAUTIVA
Mi papá me va a dar un sopapo si me ve toda pintada.
El AUXILIAR saca una cartera de la caja, la abre. Encuentra
una cinta y un lápiz de labio. Le pone la cinta en el pelo a la
CAUTIVA.
AUXILIAR
Ellos a veces son así. Al principio se molestan, pero después
se ablandan. Cuando ven todo hecho y bonito, entran en
razones.
CAUTIVA
Diles que no estén tristes, diles que voy a bailar con ellos.
Que les pongan las mejores presas. Tiene que haber música
bien bonita para que nadie se aburra y papá y mamá estén
contentos.
22
AUXILIAR
Todo está arreglado ya.
CAUTIVA
¿De verdad así fue mi nacimiento, abuela?
AUXILIAR
Cómo te voy a mentir. Así son los nacimientos de toditos los
seres. En cada momento, en cada instante, hay un nacimiento
y una celebración. Un feriado donde sacerdotes y obispos
celebran, donde los ángeles celebran.
CAUTIVA
¿De verdad? ¿A todititos se les celebra? ¿A los soldados
también?
Pausa.
AUXILIAR
También.
CAUTIVA
¿Y a mis papás? ¿Y a ti? ¿A todos?
AUXILIAR
A todos, María Josefa. Nacemos todo el tiempo.
CAUTIVA
Y entonces, ¿cuándo morimos?
AUXILIAR
Cada muerte es un nacimiento.
CAUTIVA
Y a ti, ¿quién te ha dicho?
AUXILIAR
Las madres sabemos eso porque parir es morir y nacer. Hay
que apurarse. Ese Esteban ya está por llegar. Te va a llevar a
la fiesta.
CAUTIVA
¿Pero cómo?
AUXILIAR
Él te va a recoger, ya todos están allá esperándote.
CAUTIVA
¿Esteban? ¡Yo no le he dicho nada! ¿Cómo sabe él?
AUXILIAR
Le dije pues.
CAUTIVA
¡Abuela!
AUXILIAR
¿Y te gusta mucho ese Esteban?
CAUTIVA
Sí.
AUXILIAR
Y él, ¿sabe que te gusta?
23
CAUTIVA
No, ¿cómo le voy a decir? Me da mucha vergüenza.
AUXILIAR
¿Y desde cuándo te gusta?
CAUTIVA
Desde primaria.
AUXILIAR
¿Y qué de bueno tiene ese muchacho, a ver?
CAUTIVA
No sé cómo decirte, abuela.
AUXILIAR
¿Cómo que no sabes?
CAUTIVA
No sé… Él es… limpio.
AUXILIAR
¿Limpio? ¿Cómo limpio?
CAUTIVA
No sé abuela, ¡me da vergüenza!
AUXILIAR
Hija, soy tu abuela. ¿Acaso no confías en tu abuela? Las
abuelas se enamoran también, ¿no?
CAUTIVA
¡Abuela, yo no estoy enamorada!
AUXILIAR
Bueno, cuenta por qué te gusta, a ver dime, pues.
CAUTIVA
Siempre está limpio. No es que use ropa nueva, pero siempre
está limpio. Sonríe cuando habla y dice cosas. No grita. Bien
calladito es, pero cuando habla, habla bonito. Cuando dice
algo frente a la clase sus palabras son mudas, pero suenan
claras, como la nieve en los cerros altos. Es educado, flaquito
y tiene manos bonitas. Su letra es bien clara, escribe derecho
y delgadito, como patitas de araña. Parecen que se las va a
llevar el aire. Siempre camina derecho, como si supiera
siempre a dónde va a ir, y cuando se sienta, se sienta como
los gatos. A veces parece no estar, aun cuando está es
invisible. Un día, los chicos lo estaban molestando y él, con su
mirada, les dijo: “Si pegan, nunca se va a acabar”.
Pausa.
AUXILIAR
Y cómo es que no lo conozco.
CAUTIVA
Ya te dije, es como invisible.
24
AUXILIAR
Pues el señor invisible va a estar en tu fiesta. Ya hablé con él,
y aceptó ir.
CAUTIVA
¿De verdad? ¡Va a pensar que soy una sonsa! ¡Qué nervios!
AUXILIAR
Va a salir muy bien. Anda, mírate. Una virgen pareces.
¡Hermosa!
CAUTIVA
Nunca me ha visto con los labios pintados.
AUXILIAR
Anda, vamos, que el chico te está esperando.
CAUTIVA
Abuela, nunca he salido sola con un chico. ¿Qué le voy a
hablar?
AUXILIAR
No te preocupes, hijita. Así como me lo has descrito debe de
ser lindo el muchacho, un caballerazo, pues. ¿Qué te va a
pasar?
CAUTIVA
¿Y por qué tú no me acompañas?
AUXILIAR
¿Cómo voy a ir con ustedes? Ya eres mujer, no necesitas
chaperona. Él te va a llevar por lugares bien bonitos:
conversar con animales del camino en lenguas que vas a
recordar, cruzar precipicios por puentes colgados de los
secretos, atravesar cordilleras en dos zancadas, comer nieve
que estuvo allá siempre, jamás tocada o vista por vivos o
espíritus, meterse con cuidadito, de puntitas, en selvas que se
ponen coloradas cuando ven extraños.
CAUTIVA
Quedémonos preparando desayuno siempre. Siempre.
AUXILIAR
¿Cómo vas a dejar a los invitados esperando?
CAUTIVA
Que me vistas para ir al colegio, oler el alcanfor y hoja de
limón de tu vestido, volver siempre.
AUXILIAR
Tú querías tu fiesta, ¿o no? A ver, dime qué pasa, dime qué te
pasa. Tienes que ir. Aquí solo habrá desgracia.
CAUTIVA
Si me quedo acá, ¿seguirán matándonos todos los viernes
por la tarde?
AUXILIAR
La fiesta. Esperan todos para festejarte.
25
CAUTIVA
Mi papá. Mi papá odia mi quinceañero. Me da miedo cuando
habla de la guerra popular. Esas palabras que suenan a
trueno. Me quiere enseñar a chimpunazos porque mis sueños
son sonsos, dice, y yo no sé, abuela… Yo no sé… Su amor
quiere destruirme porque soy un obstáculo para eso que
habla: triunfo del pueblo, dice. Cuando discursea me hago la
sonsa. Silencio y cierro los ojos por dentro y el cuerpo se me
va hundiendo con cada palabra, hasta ser yo misma la mugre
de… cómo se llama eso que él dice la… lo… podrido de lo
viejo, del país o de eso, del Estado. Papá quiere enseñarme a
la fuerza. Su esperanza me odia. ¡Mi papá ve en mí lo
horrible, abuela, mis ilusiones son veneno!
AUXILIAR
¡Hija, cómo hablas así de tu padre! Él solo quiere que estés
bien, sanita. Tus papás quieren lo mejor y para ellos eso es lo
mejor.
CAUTIVA
Perdona, perdóname. No te molestes, es que… estoy un poco
nerviosa, y cuando estoy nerviosa digo cosas feas. Que mis
papás no se vayan a molestar. Yo soy tonta y digo cosas que
no son, porque soy mentirosa, a mí el triunfo del… del
pobrelariato y de la gente… digo, del pueblo, me importan…
La injusticia…, ¡la injusticia! Los soldados deberían de
cuidarnos de la injusticia, papá. La injusticia…
La CAUTIVA se transforma, como poseída. Una dureza que no
hemos visto antes en ella se apodera de su voz y su cuerpo.
Alza el puño.
“¡Compañeros, con el partido no habrá ricos ni pobres!
¡Todos seremos iguales! ¡Todos comeremos carne, arroz,
pan! ¡Ya no va a haber desigualdad! ¡No habrán abusivos ni
explotadores! ¡Viva el Partido Comunista! ¡Viva la lucha
armada! ¡Viva el presidente Gonzalo!”.
La CAUTIVA toma una parte de su vestido como si fuera un
arma. Canta y se mueve por el espacio emulando las marchas
senderistas.
Esta mañana me he levantado.
O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
Esta mañana me he levantado
y he descubierto al invasor.
¡Oh! Guerrillero, quiero ir contigo.
O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
26
¡Oh! Guerrillero, quiero ir contigo
porque me siento aquí morir.
Y si yo caigo, en la guerrilla.
O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
Y si yo caigo, en la guerrilla,
Tú me debes sepultar.
Cava una fosa en la montaña.
O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
Cava una fosa en la montaña
bajo la sombra de una flor.
Será la flor, de un guerrillero,
O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
Será la flor, de un guerrillero,
muerto por la libertad.
Pausa.
AUXILIAR
Lindo sería que tuvieran razón, ¿no?
La CAUTIVA no responde. El auxiliar se acerca a ella
lentamente.
Mira arriba. ¿Ves qué clarito está el cielo? Perfecto para
viajar. El viento está calmado. Inhala. Ventrículos relajados.
Tranquila. ¿Sientes? Países felices viven en los órganos de
las serranías, en sus sistemas cardiovasculares, nervioso,
linfático, aparato digestivo, respiratorio, reproductor.
¿Escuchas a la glándula pineal cómo quiere compartir contigo
los sueños? Hierba verde. Tendrás un leve dolor ocular
cuando veas por primera vez el azul por encima de los
cúmulos, pero será un dolor que te dará mucha, mucha
alegría.
La CAUTIVA se esconde al lado de la losa. El AUXILIAR se
transforma en Esteban.
CAUTIVA
(Sonriendo) Esteban. ¿Eres tú?
AUXILIAR
(Sonriendo) Hola. Estás hermosa, María Josefa. Los dioses
se pondrán contentos de verte. Te confundirán con el cielo.
CAUTIVA
¿Contentos van a estar conmigo?
AUXILIAR
Sentirán agradable de verte.
27
CAUTIVA
¿Y los veré? ¿Veré a esos dioses?
Pausa.
Y mi vestido, ¿se va a ensuciar en el viaje?
AUXILIAR
No, qué se va a ensuciar. Vamos no más. La fiesta se va a
celebrar en una ciudad bien vieja. En Nueva Huanta vamos a
celebrar. ¿Te gusta? Es una ciudad que existe de antes de los
antiguos dioses. Sus raíces están metidas-metidas debajo de
la capa basal de los cerros.
CAUTIVA
¿Y si la fiesta la hacemos en la capital, en un restaurante
bonito frente al mar?
AUXILIAR
Este lugar te va a gustar más todavía. Ven.
El AUXILIAR toma la mano de la CAUTIVA y la ayuda a subir a la
losa, junto a él. Miran hacia el público.
¡Mira, las casas todas de piedras de Huamanga, bien, bien
pulidas y blanquitas, puertas de pan de oro, así talladas como
los altares de las iglesias! Calles alfombradas, alfombradas de
flores y cirios de Semana Santa. Hay bandadas de loritos que
cantan cumbias riendo de lo puro contentos que están.
CAUTIVA
¡Mira los caseríos, huevos de hormiga! Y ahí vive gente. Viven
en los pliegues de mi vestido. Si me quiebro, los pedazos van
a caer. ¿Y si le cae a alguien encima? ¿Y si uno de los trozos
cae encima del pueblo? Chanca a la gente, sus animales.
¡Cuánto llanto habría! Todos corriendo así, igual que cuando
gritaban las hormigas, pobrecitas. Llenaba los hormigueros
con agua, cuando era chiquita, y cómo salían, locas gritando,
sin echarme la culpa, sin saber por qué les ocurría. Ellas sin
saber, sin saber mi nombre ni dónde vivía. No podían ir a mi
casa y decirme algo. Así nomás, sin saber a quién quejarse,
sin poderse defender ni rezarle a nadie. A veces pienso en las
hormigas y quiero ir a pedirles perdón.
AUXILIAR
Ya no es posible. Hace mucho tiempo que se fueron.
CAUTIVA
Cuando nos suceden cosas, ¿Dios querrá pedirnos perdón?
¿Habrá dioses que nos mandan soldados, terremotos,
heladas por malcriados y después quieren pedirnos perdón?
AUXILIAR
Cómo será.
28
CAUTIVA
¿Habré sido una diosa para las hormigas? ¿Habré sido un
soldado para las hormigas?
AUXILIAR
De repente fuiste una hormiga que mató a los dioses.
Se oyen los gritos del CAPITÁN fuera de escena.
CAPITÁN
Todos son unos rosquetes. ¡Maricones!
La CAUTIVA se echa en la losa.
CAUTIVA
¿Quién es?
AUXILIAR
Es un otorongo con alas de halcón.
CAPITÁN
¿Qué pasa, carajo?
CAUTIVA
¿Y qué es un otorongo?
CAPITÁN
¡Parecen unas niñitas!
AUXILIAR
Como un león con alas de águila. Es el gran señor de Nueva
Huanta. Viene a saludarte.
CAPITÁN
¡Van a ver lo que es un hombre!
AUXILIAR
Escúchalo, habla bien bonito él. Quieta quédate y vas a ver
como resuena su voz.
Entra el CAPITÁN. Está ebrio. Llega hasta la CAUTIVA y se
detiene al verla. Se impresiona. Larga pausa.
CAPITÁN
Terruca. Cuerpo de gente, pero es animal.
CAUTIVA
¡Es él! ¡Él que me agarró del pelo! ¡Él es! El que entró a la
casa, ¡es ése, el que más gritaba!
AUXILIAR
(A la CAUTIVA). Otorongo con alas de halcón. (Al CAPITÁN).
Excelentísimo Señor de la muy honorable ciudad de Nueva
Huanta.
Hace una venia al CAPITÁN.
Mira qué lindas sus plumas.
CAPITÁN
¿Qué estás rezando, maricón?
29
El AUXILIAR no responde.
Has dejado rica a la chiquilla. Como una princesita está.
Hasta da pena romperla.
Pausa.
Yo la maté.
Contempla a la CAUTIVA.
CAUTIVA
(Dubitativo) León con alas de, de-
AUXILIAR
Halcón.
CAPITÁN
Nadie nos agradece nada. Espérate nomás. Ahora quieren
que los hagamos mierda. Cuando los hayamos terminado nos
podrán en el paredón. Esos que están ahí en sus casas como
ratones escondidos, ¿crees que saben lo que pasa acá? ¡Ni
una puta una idea! ¡Cuyes panzones! No les interesa un
carajo que uno pueda morirse en un cerro de mierda. Nos
envían a que peleemos por ellos, por nada, por una propina
de mierda. Me pasa algo, ¿y? No le van a dar nada a mi
familia. Una pensión de mierda y ni las gracias. En Lima
quieren que uno resuelva, no más. ¡Que uno resuelva!
Merecemos algo, ¿no? ¿Qué me miras así, ah? Esa niña
linda es hija de dos terrucos. ¿Sabes lo que hicieron sus
papacitos?
Pausa.
Escondidos de nosotros en el monte estaban, como animales.
Calladitos, sin moverse. Cuando estábamos a punto de
regresar el viento trajo el sonido del llanto de una guagua.
Hicimos silencio. Esperamos rato. Otra vez lloró la guagua...
Se jodieron, ya sabíamos. Y salimos a cazar a los perros.
Pausa.
Tú no has estado en el Infierno.
Pausa.
Cuando llegamos arriba ya no estaban. Dejaron a trece
guaguas regadas por el campo, todas muertas. Las habían
estrangulado para que no escucháramos su llanto. Tenían
30
hambre, y lloraban. Los terrucos obligaron a las madres a
matar a sus hijos para que no lloren.
Pausa.
Vagando una mujer, arrastrando a sus dos guaguas muertas
del brazo. Como una sombra suplicante me dijo: “Mátame,
mátame…”. Le disparé y muerta me siguió mirando: “Mátame,
mátame, mátame…”.
Pausa.
¿Sabes quién mandó ahorcar a las criaturas? (Refiriéndose a
la CAUTIVA). Su mamacita. ¿Crees que a ella le importó un
pincho los hijos de alguien?
Se acerca a la CAUTIVA.
¿Por qué me va a importar a mí, entonces?
Pausa.
Uno necesita relajarse. Un premio por toda la mierda que uno
come allá afuera.
Mira a la CAUTIVA.
CAUTIVA
(Dubitativa) León con alas de, de--
AUXILIAR
Halcón.
El CAPITÁN se aleja cantando, trastabillando por efecto del
alcohol, hacia el lavatorio.
Ódiame por piedad, yo te lo pido.
Ódiame sin medida ni clemencia.
Odio quiero más que indiferencia,
porque el rencor hiere menos que el olvido…
Se quita la casaca de faena.
AUXILIAR
Oye cómo nos canta, sus plumas largas tienen colores azules
y rojos metidos en la oscuridad. Escucha qué linda su voz.
Sale de las alas cuando las toca el viento. Mira las manchas
de sus plumas, como relámpagos negros.
31
CAUTIVA
Sí, es lindo.
El CAPITÁN mira al AUXILIAR, que sonríe a la CAUTIVA.
CAPITÁN
¿Qué me estás hablando, huevón? ¿Te estás riendo de mí?
El CAPITÁN se acerca al AUXILIAR y le da un bofetón. La
CAUTIVA se sobresalta.
AUXILIAR
Saludo.
CAUTIVA
¿Saludo?
AUXILIAR
Saludo.
CAPITÁN
¿Saludo? ¿Me estás recitando un poema, rosquete? ¿Crees
que soy tu hembra? Me dicen que ya quemaste. Eso le pasa a
los maricones. ¿Sabes qué le hacemos aquí a los maricones?
Les metemos un balazo por el culo.
Pausa.
¿Qué me miras, loco, con esa cara de huevón? Crees que
soy una basura, ¿no?, por tirarme a una muerta. ¡Qué vas a
saber tú! Sólo estas aquí, metido todo el día, empacando
carne muerta. ¿Qué pasa? ¿No tienes boca?
El CAPITÁN se aleja hacia el lavadero.
AUXILIAR
Su canto nos cuenta la historia de estas cordilleras, bonito
cuenta, cuánto sabe.
El CAPITÁN le propina puñetazo que lo tumba. La CAUTIVA
emite un grito reprimido. Se sienta abruptamente sobre la
losa. El AUXILIAR levanta la mano, señalando a la CAUTIVA que
no hay por qué preocuparse.
AUXILIAR
Me dio su bendición.
CAUTIVA
Bendiciones.
La CAUTIVA vuelve a echarse en la losa.
CAPITÁN
Tú ya quemaste, ¿no? Ah, carajo, ya sé… Te la quieres
comer tú también. Bien vivo eres, ¿no? ¡Con esa cara de
huevón! Claro, ta’ bien, también eres hombre, pues. Una cosa
así no viene todos los días. Pero vas a tener que ser rápido
32
porque si no la tropa te va atrasar. La voy a tratar bien. No soy
tan salvaje como esos degenerados. Esos no saben nada. No
saben tratar a una mujer. Yo soy otra cosa. No hay una que
no se quede satisfecha y después venga pidiendo más. Así
las tienes que dejar: satisfechas pero hambrientas. Pero qué
vas a saber tú. Eres un feo que atiende el camal. Ya, vete.
Cierra la puerta. Que nadie me joda.
Pausa.
Qué te quedas ahí parado. ¿Qué te pasa? ¡Muévete, carajo,
que no tengo toda la noche!
Pausa.
La quieres para ti, ¿no? El doctorcito la quiere para él solito.
¿No te habrás enamorado de la chiquilla, no? ¡Qué cague de
risa! Se te nota en los ojos, huevón, te has enamorado de la
muerta. ¡Puta madre!, pensé que había visto de todo, pero
nunca había visto a un huevón enamorarse de un muerto.
Esta es una historia para contar. ¿Cómo ha sido? ¿Amor a
primera vista? ¿Qué vas a hacer con la serrana, hombre? ¿La
vas invitar a comer pollo y a tomar tragos? ¿Después te la vas
a llevar a un telo? No te preocupes, loquito, después te
puedes casar con ella, si quieres. Ahora te me vas o vas a
terminar ahí, echado al lado de tu amorcito.
Pausa. El AUXILIAR se acerca a la CAUTIVA.
Mira, pues, el tórtolo. ¡Ah, carajo! ¿Quieres ver cómo se
hace? Está bien: mira y aprende.
El CAPITÁN se prepara para montar a la cautiva. El AUXILIAR
avanza hacia la salida.
CAUTIVA
¡No me dejes!
El AUXILIAR se detiene, mira la escena. El CAPITÁN toma a la
CAUTIVA de los tobillos y la trae hacia él. El AUXILIAR se aleja
de la vista del CAPITÁN. El CAPITÁN quiere montarla pero no
puede. No consigue una erección.
CAPITÁN
(Para sí) Chasumadre…
Intenta de nuevo. El AUXILIAR saca un bisturí, toma al CAPITÁN
del cuello por detrás, le tapa la boca y le mete el bisturí entre
33
la primera vértebra cervical y la línea nucal inferior. El CAPITÁN
cae como un muñeco encima de la losa. La CAUTIVA se
desembaraza. Se oye una procesión a lo lejos.
AUXILIAR
Vino a darnos su bendición y bienvenida.
CAUTIVA
¿Lo vamos a volver a ver al otorongo?
AUXILIAR
No. Solo vino a recibirnos y bendecirnos.
Del exterior tocan la puerta con insistencia. El AUXILIAR se
dirige a la puerta.
CAUTIVA
¿A dónde te vas?
AUXILIAR
A… a atender a los invitados. Tenemos que preparar todo.
La CAUTIVA camina alrededor del cuerpo del CAPITÁN. Fuera
de escena se abre una puerta.
MÉDICO
¿Y? ¿Ya terminó el jefe?
AUXILIAR
Acaba de empezar.
MÉDICO
¡Carajo, ya no sé qué hacer con éstos! Tan chupando como
condenados.
AUXILIAR
Vaya y aguántelos un rato. Yo le aviso cuando termine el
Capitán.
MÉDICO
¿Y crees que se demore?
AUXILIAR
Pregúntele, a ver qué le dice. Entre, pues, vaya a ver.
MÉDICO
Me avisas al toque, ¿ah?
AUXILIAR
Vaya nomás. Ni bien termine le aviso.
El AUXILIAR cierra la puerta. Mira el cuerpo del CAPITÁN. Ve
que está amaneciendo. Se oye a lo lejos la música de la
procesión de semana santa que se acerca.
CAUTIVA
Tengo miedo.
AUXILIAR
Mira, ya están llegando los músicos... para tu fiesta. Vamos a
preparar todo. Los invitados están esperando.
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CAUTIVA
¿Seguirás siendo bueno siempre? Qué bonito te has vestido.
Todo planchadito.
La CAUTIVA toma la mano del AUXILIAR. Él accede extrañado,
y asustado. Una sonrisa colma el rostro de la CAUTIVA. Se
coloca la mano del AUXILIAR sobre el pecho, a la altura del
corazón. Permanecen quietos unos segundos. La procesión
se acerca.
AUXILIAR
¡Hay que preparar todo, ayúdame!
El AUXILIAR y la CAUTIVA toman el cadáver del CAPITÁN y lo
echan boca arriba sobre la losa. Decoran el cuerpo con
claveles rojos y blancos que el AUXILIAR saca de un pequeño
florero. Colocan guirnaldas, papeles de colores. Lo hacen con
cierto frenesí. Ríen. Suenan pasos, gritos, risas en el pasillo.
La procesión se va acercando.
CAUTIVA
¡Mira qué lindo, qué lindo está todo!
Se oyen portazos.
VOCES
¡Déjenos algo, pues, jefe!
AUXILIAR
Ya llegan los invitados. Les voy a decir que esperen un ratito.
CAUTIVA
¡No! ¡Hay que dejarlos pasar!
Se miran en silencio por unos segundos mientras los soldados
gritan afuera.
VOCES
¡’Ta con el chupe!
¡Trío!
¡Uyuyuy!
¡Los novios!
¡No se les vaya a quemar el arroz!
¡Vivan los novios!
¡Ya cállense carajo!
¡Déjenlo terminar bonito!
El AUXILIAR se acerca a la puerta.
AUXILIAR
¡Cállense, carajo! ¡Dejen trabajar!
Se escuchan risas y murmullos de los soldados que se alejan
por el pasillo. El AUXILIAR y la CAUTIVA cargan el cuerpo del
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CAPITÁN y lo colocan en una camilla. Golpean la puerta con
fuerza.
AUXILIAR
Échate aquí bonito, tú hazme caso nomás y vas a cantar con
el corazón más alegre, el más ancho y alegre porque
volveremos al mundo y seremos calor de los soles, purito oro
haremos llover.
MÉDICO
¿Capitán? ¡Capitán!
Los golpes se intensifican.
¿Capitán?
CAUTIVA
¡Vamos a dejar que los invitados entren! ¡Todos quieren ser
felices, solo quieren ser felices! ¡Vamos a darles a todos lo
que quieren! ¡Que entren! ¡Ya vamos a celebrar! ¡Seré el plato
principal de la fiesta!
La procesión está más cerca, la música crece.
MÉDICO
¡Abran! ¡Abran, carajo!
La CAUTIVA sube a la losa y se para como si fuera la Virgen en
el anda. Mientras se oye pasar la procesión, los muertos se
levantan. Primero el cabito y el senderista. Intentan tomar a la
cautiva como si fuera su presa. El AUXILIAR observa la escena
con horror. Como si se tratara de una pesadilla de la que no
puede despertar. La CAUTIVA es tomada por los hombres. Se
levanta el CAPITÁN. La música de la procesión ha crecido al
máximo. La confusión crece. Los hombres luchan por la presa
en una especie de danza frenética.
Mientras el MÉDICO golpea la puerta, la escena de los
violadores se ha reducido a la CAUTIVA y el CAPITÁN. El cabito
y el senderista muertos han desaparecido. El CAPITÁN monta
a la CAUTIVA. El AUXILIAR sigue avanzando a primer plano con
el bisturí en la mano.
MÉDICO
¡Abran, mierda! ¡Abran!
El AUXILIAR repite la escena de la muerte del capitán. La
puerta se rompe. La música cesa de golpe. Entra el MÉDICO.
Se detiene en el umbral y observa la escena con la linterna
que lleva en la mano. Ve al CAPITÁN muerto sobre la CAUTIVA,
en la misma posición en la que quedó después de que el
AUXILIAR le cortara la yugular.
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¿Qué mierda es esto?
Pausa.
¿Qué has hecho? ¿Qué has hecho, carajo?
El AUXILIAR mira al MÉDICO en silencio.
¡Mierda, mierda, mierda!
Pausa.
¿Sabes lo que te van a hacer? ¿Sabes? Eres uno de ellos…
El MÉDICO sale de su estupor y avanza hacia la puerta de
salida.
AUXILIAR
¡Espere!
El MÉDICO se detiene cerca de la puerta.
MÉDICO
¿Qué quieres, huevón?
AUXILIAR
Deme un tiempo.
MÉDICO
¡Qué te voy a dar yo a ti! Tú no me puedes pedir nada. Tú
estás jodido.
El AUXILIAR le muestra el bisturí que tiene en la mano.
AUXILIAR
Déjeme hacer lo que tengo que hacer. Usted sabe lo que
tengo que hacer.
El MÉDICO mueve la luz de la linterna que ilumina el rostro del
AUXILIAR hacia el bisturí que el joven sostiene en su mano y
nuevamente hacia el rostro del AUXILIAR. Pausa. Intenta salir
nuevamente. La voz decidida del AUXILIAR lo detiene.
¡Doctor!
El MÉDICO se detiene por un instante sin mirar al AUXILIAR y
sale.
El AUXILIAR intenta darse muerte. No puede. Suelta el cuchillo
y se ubica frente a la puerta esperando firme la llegada de la
tropa. Se quiebra. Llora.
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CAUTIVA
¿Qué lloras?
AUXILIAR
Me voy.
CAUTIVA
Vamos.
AUXILIAR
¿A dónde?
CAUTIVA
A Nueva Huanta, ¿no te acuerdas?
AUXILIAR
¿Me vas a llevar?
Pausa.
AUXILIAR
Sí.
CAUTIVA
Bonito el viaje, ¿no?
AUXILIAR
Sí.
El AUXILIAR y la CAUTIVA atraviesan el escenario como si
contemplaran un bosque. Una luz particular baña la escena.
CAUTIVA
La sombra fresquita. Mira el sol pasando por las hojas.
Pausa.
¿Escuchas?
AUXILIAR
¿Qué es?
CAUTIVA
La calandria, el ave que imita todas las voces.
Apagón.
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