LA CAUTIVA Luis Alberto León Bacigalupo SALA DE PARTO 2013 PERSONAJES (En orden de aparición) MÉDICO AUXILIAR CAUTIVA CAPITÁN CABITO SENDERISTA VOCES LOCUTOR DE RADIO Hombre de 58 años. Hombre de 23 años. Mujer de 14 años. Hombre de 30 años. Soldado de 17 años. Hombre de 22 años Hombres jóvenes. Voz. TIEMPO 1984 LUGAR Perú imaginario Una sala de morgue. 1 En el centro de la habitación hay una losa de cemento sobre la que descansa el cadáver de un soldado con camisa abierta, pantalón de faena y botas. Sobre la losa, luces fluorescentes. En el fondo de la habitación hay dos camillas de acero con ruedas. Detrás de las mismas, doce refrigeradoras en muy mal estado. Sobre una pared, escritos a mano, están registrados los nombres y códigos de los cadáveres que descansan en el interior. En una de las camillas está tendida una joven de catorce años vestida de uniforme único escolar ensangrentado. La otra está vacía. Hay una radio encendida. Escuchamos música y noticias de semana santa. El MÉDICO forense está leyendo el periódico. Viste bata blanca. El AUXILIAR, vestido con un mandil de plástico y botas de jebe, se coloca un par de guantes y procede a desvestir al soldado: primero le quita las botas, luego las medias, la camisa, el pantalón y finalmente el calzoncillo. Cuando está quitándole la camisa se oye por la radio un resumen informativo que anuncia varios atentados de Sendero Luminoso. LOCUTOR Radio Huanta. Las noticias de la hora para todo el departamento de Ayacucho. Asaltan e incendian al poblado de Pampacanchas, provincia de Huanta, y asesinan a 32 campesinos. En Huamanguilla ahorcan al alcalde de Izquierda Unida, y a tres pobladores del lugar. En Chira, provincia de Huamanga, asesinan al alcalde del Partido Aprista Peruano. En la Compañía Ayacucho asesinan al teniente gobernador de Acción Popular y a un civil. Los cuerpos sin vida de 7 pobladores de Choquehuisa, fueron hallados esta mañana en Jarwuarán. Dos testigos que lograron huir aseguran que los pobladores fueron asesinados por colaborar con la policía. Atacan a la comunidad de Huaynacancha dejando sin vida a 15 campesinos y a 13 comuneros heridos. Se llevan ganado y alimentos. Y seguimos con las noticias de viernes santo… MÉDICO (Leyendo el periódico). Los pasearon. En los primeros cuatro minutos les metieron un golazo. Parados se quedaron, como huevones. Se vinieron abajo. Ya no se suda la camiseta. Antes era otra cosa. Se rompían, dejaban todo en la cancha. Challe, Mifflin, Sotil, Cachito, Gallardo… Por algo les dicen la generación de oro. No habrán sido Garrinchas, pero eran hombres. Ahora qué va a ser así. Desde ese 5 a 1 no levantamos cabeza. Los polacos se llevaron nuestra hombría. No habrá Mundial para rato. Escúchame bien, muchacho, no habrá Mundial para rato. 2 Mientras el AUXILIAR termina de desvestir al soldado, el MÉDICO deja el periódico y se acerca a la losa para revisar las prendas. El AUXILIAR toma un formulario y se dispone a anotar. (Revisando su libreta militar) Pertenencias del infante Lincoln Maygua Rincón. Uniforme de infantería de marina: botas, camisa, pantalón, calzoncillo, medias, libreta militar, un llavero de Alianza Lima, una carta… (leyendo) “…y que el poder de Dios te proteja, hijito”…, un detente… (El AUXILIAR no entiende qué es un detente, el MÉDICO aclara mostrando el escapulario) escapulario, un jebe y un chupete… sin abrir. Levanta el condón y se lo muestra al AUXILIAR. Mira, esto te puede servir. El AUXILIAR no responde. Termina de anotar y guarda las pertenencias en una caja de cartón. Tienes que salir, ventilarte. Estás zumbao, muchacho. Vas a acabar mal. Búscate una hembra, sal a vacilarte. Si no, no vas a durar. Se te están montando encima estos muertos. Vete a que te hagan una limpia. Cabeza fría. Aquí tienes que tener cabeza fría. Hay quien nunca se acostumbra. ¿Sabes por qué me gusta esto? Porque los muertos no se quejan. Pausa. El AUXILIAR se acerca al MÉDICO y le alcanza una tira de pabilo. La losa tiene medidas grabadas en el cemento. El MÉDICO se dispone a medir al soldado con el pabilo, ayudado por el AUXILIAR. A tu edad, ya había terminado mi carrera. Tú cuándo te vas a recibir, ¿a ver? En la universidad ya no se estudia. En paro andan siempre. Politiqueando. Tu generación está perdida. Un metro sesenta y siete. El AUXILIAR anota en el formulario. Chamba va a haber para rato acá. El MÉDICO toma una regla pequeña y se la entrega al AUXILIAR. 3 Eres buenito, muchacho, pero aquí ser buenito no sirve. Un montón quieren este trabajo, ponte pilas. Ni tres meses y ya estás hundiendo el pico. Cuídate, muchacho, las almas de los muertos se te están pegando. Sacude el cuerpo, toma tu jugo de rana para que estés al palo, duro. Hazme caso, de repente esto no es para ti. ¿Hace cuánto que no la ves? El AUXILIAR no responde. Mide la herida del soldado. El MÉDICO toma nota. AUXILIAR Orificio de entrada de 0.5 por 0.6 con un halo erosivo contusivo de 0.7 por 0.8 ubicado a tres centímetros a la izquierda de la línea media anterior y a diez centímetros debajo de la línea clavicular izquierda. MÉDICO A este se lo chifaron en la emboscada del lunes. Pausa. Revisa la libreta militar del cabo fallecido. Diecisiete años… El AUXILIAR le da vuelta al soldado. Mide nuevamente. AUXILIAR Orificio de salida de forma irregular de dos por uno ubicado a diez centímetros de la línea media posterior y a quince centímetros de la proyección de la línea clavicular izquierda. El MÉDICO termina de anotar. El AUXILIAR regresa al soldado a su posición inicial. MÉDICO (Refiriéndose a la niña) A esos les metieron bala con saña. Profesores dicen que eran sus padres. Cómo será. Ya da lo mismo. Cuando están aquí calatitos, terrucos y cabitos, todos son la misma res. Así es, mi estimado. Dónde habrán tirado a sus padres. A esa la trajeron. El Capitán la quiere para cachar. La tropa la va a hacer mierda. Pausa. ¿Qué me miras así? ¿Acaso me piden permiso? Ellos agarran no más. Su desquite dice que es, su recompensa. Ta’ loco ese compadre. A ese huevón hasta los jefes le tiene miedo. Así que ni abras la boca porque te rajan. Para ellos la cachada no es castigo, es desfogue. Une al grupo, como el peligro a morir. 4 El MÉDICO mira al AUXILIAR. No entiendes ni mierda, ¿no? No vas a durar nada, tú. Acá, la blandura es pecado. El AUXILIAR busca sus instrumentos para empezar la necropsia del soldado. Este es otro mundo, si no eres una mierda eres comida de perros. Poseídos se ponen los soldados. Ven senderistas por todas partes. Esos desgraciados no saben qué hacer para salir corriendo de acá. Pero correr… ¿a dónde? El AUXILIAR está a punto de cortar la cabeza del soldado para empezar la necropsia. El MÉDICO lo detiene. Deja. El AUXILIAR lo mira. No comprende. Cierra, nomás. El AUXILIAR sigue sin comprender. No vamos a abrirlo, te digo. Aquí no hay novedad. Pasa trapo nomás. El AUXILIAR, confundido aún, empieza a limpiar el cuerpo. Por la radio oímos anuncios de semana santa con fondo musical propio de esos días: “Viernes Santo. Las mujeres de la hermandad se preparan para cargar la santa imagen y colocarla en la cama de flores del sepulcro. Es allí donde procederán a lavar las llagas del cuerpo herido de nuestro Señor, para luego vestirlo con todo fervor y devoción…” Haz bonito, ah. A este chibolo lo va a vestir su madre. El MÉDICO vuelve al documento. Contando los días pa’ regresar estoy. Seis meses y adiós, pampa mía. Aprende todo antes que me vaya. Buena mano tienes. Estate mosca, nomás. Solo abre la boca para decir sí a los jefes. A los demás muertos de hambre ni los mires. No te fíes de nadie. Si eres vivo puedes sacar algún tajadón de toda esta mierda. Conmigo puedes contar, pero no me pidas plata nomás. 5 Señala el cuerpo del soldado con leve gesto. Al menos ya no tendrá que vernos perder siempre. Desde ese 5 a 1 no levantamos cabeza, carajo. Pausa. Uno sale por la mañana y no sabe si regresa por la noche. Como la sombra, somos. Una vela prendida en el viento, ¿no dicen? Pausa. Viernes Santo hoy. No hay feriado. El AUXILIAR termina de limpiar el cuerpo. El MÉDICO resopla. Para el óbito no hay feriado, mi estimado. Así, pues. Ya está. Listo el pollo, a mover. Pasan el cadáver a la camilla vacía y el cuerpo de la joven de la camilla a la losa. Bonita cara tiene. Qué vergüenza. Le acaricia la mejilla a la joven. Un ángel, la chica. Qué desperdicio. Tiene perforación de bala, ve. Así debe de ser en el Paraíso, con un cajón de cervezas al polo y unas cuantas como ésta. La quieren limpiecita. Sácale todo. Mira, ve. Le levanta ligeramente la falda. Se cagó. Hay que dejarla tiza. Esto ya son cosas nomás, pero igual a uno se le achica el bobo. A mi nieta me hace acordar. Cómo es, ¿no? Mírala, pues, un pajarito. ¿Ya te mostré la foto de mi nieta? El MÉDICO saca su billetera, le muestra la foto, el AUXILIAR no la mira. Mírala, ya está señorita. El MÉDICO contempla la foto por un instante. Vuelve a guardar su billetera. 6 (Refiriéndose al cuerpo del soldado). Mañana se va de regreso a Lima. (Señalando una de las refrigeradoras) Ponlo en la 7. AUXILIAR Está ocupada, señor. El regidor y su señora. MÉDICO Carajo, ¿no los han recogido todavía? ¿No iban a venir temprano? ¿Qué quieren que haga? Los muertos tienen que moverse, si no, no se puede. A ver, ponlo en la 12, con el terruco. El AUXILIAR mira al médico. ¿Qué quieres? ¡Vamos! Abren la refrigeradora número 12. Sacan el cuerpo desnudo que descansa en una camilla de metal que se despliega casi totalmente hacia afuera. Acercan la camilla sobre la que descansa el cuerpo del cabo y lo colocan al lado del cuerpo del senderista. El MÉDICO y el AUXILIAR observan los cuerpos por unos segundos. Los cuerpos parecen mirarse. El MÉDICO toma uno de los brazos del senderista y lo coloca sobre el cuerpo del cabo. Que duerman abrazados, como novios. Guardan los dos cadáveres en la refrigeradora. El AUXILIAR coloca la caja de cartón que contiene las prendas del soldado al lado de otras cajas. Rotula la caja con un plumón, tal y como se encuentran rotuladas las demás cajas. (Refiriéndose a la CAUTIVA) Déjamela bien desinfectada. Me voy a comer alguito. El MÉDICO sale. El AUXILIAR oye la puerta que se cierra, deja el plumón con el que estaba rotulando la caja y se acerca a la CAUTIVA. La contempla. AUXILIAR Mírese, pues. ¿Qué le hizo llegar acá? ¿Qué rabia le hizo venir? ¿Qué miedo la arrastró? En otro sitio, su inocencia nomás podría limpiar todos los pecados de muchos mundos. De repente limpiándola algo hace para que reviente yo de una vez. 7 Pausa. Todos son santos cuando duermen aquí. Se oye un bombazo. Se apagan las luces y la radio. El AUXILIAR espera un momento. Se oye el grupo electrógeno tratando de prenderse. La luz se enciende y titila por unos segundos hasta que se apaga definitivamente. La radio hace lo mismo. Una luz de luna que viene de la teatina baña el cuerpo de la CAUTIVA. El AUXILIAR va a buscar una lámpara de kerosene. La enciende. ¿Cuántos más tengo que vaciar para reventar? La siguiente puntada, quizás. En la siguiente puntada. Soy cobarde. Debería salir a la plaza con una bandera roja y dejarme balear. Pero soy cobarde. Ustedes la tienen fácil, ¿o no? Cómo será. Se acerca a la cautiva. ¿Tendrán descanso? De repente la marea vuelve a subir y los arrastra de nuevo y todo sigue hasta no sé cuándo. No, ya váyase. A descansar. Tranquilita. Si no mucha angustia pasará por gusto. La aventarán a una quebrada después. Nadie la va a escuchar, es usted ya solo pensamiento. A donde sea piérdase en cualquier sitio. No será peor que esto. Aunque dicen que nunca se está tan mal como para no estar peor. ¿Me va a decir a dónde se va a llevar su inocencia? Si me cuenta cómo es, le pongo flores en su lápida hasta que me muera. No, lápida no va a tener usted. Le rezo en toda misa de difunto que vea. Usted tiene educación, sus padres eran profesores, su abuelo es boticario. Algo debe de saber usted. No se haga de rogar. Una vez me dijo alguien que del otro lado se le puede preguntar a Dios. Podría esperar a morir y preguntarle a Dios yo mismo. ¿Y si no me contesta? ¿Donde quién voy? ¿Y si no me encuentro con nadie? ¿Y si Dios es cuento? El AUXILIAR cuelga la lámpara de kerosene en un gancho que pende de la lámpara fluorescente y se va a lavar los instrumentos. Pausa. CAUTIVA Tengo frío. 8 El AUXILIAR se paraliza por unos segundos. Mira a la CAUTIVA. Mira a su alrededor. Regresa a sus tareas. Pausa. Acerca la mesa auxiliar con los instrumentos a la losa. Levanta el cuerpo de la CAUTIVA hacia él para sacarle la chompa. Algo lo detiene. La deja sobre la losa. Va a la mesa auxiliar y saca la tijera para cortar la chompa. ¿Qué haces? ¿Por qué vas a cortar mi chompa? El AUXILIAR retrocede de un salto, aterrado, y cae al suelo. La CAUTIVA sigue echada en la losa. ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? Llame a mi abuela, por favor. ¿Por qué se queda mudo? ¡Dígame algo! El AUXILIAR no sabe si salir corriendo o quedarse. ¡Llame a mi abuela de una vez! El AUXILIAR corre hacia la puerta de salida. ¡No se vaya! Óigame, ¿va a ir donde mis abuelos? El AUXILIAR se detiene frente a la puerta. Viven a una cuadra de la plaza, encima de la botica. Calle Reparación 201. Teléfono 24523. Puede buscar a mis abuelos en la botica. ¡Búsquemelos! Juan Flores Galindo, Rosa Mallqui Ríos. Mis papás no están. Yo vivo con mis abuelos. A mis papás los han enviado al pueblo, son profesores de primaria. Se les puede llamar por radio. AUXILIAR ¿Qué es esto? ¿Alucinación? ¡Mierda! La falta de sueño, trastorno neurológico, alguna deficiencia en las conexiones sinápticas. Tranquilo, tranquilo. ¡Mierda! El AUXILIAR da unos pasos hacia la CAUTIVA. CAUTIVA Llame a mi mamá. Los soldados deben saber dónde está. Están hablando con ella, segurito que ellos saben. Ya pues, no sea malito, llámela. Tengo vestidos limpios, planchaditos. Yo sé planchar. Ella me puede limpiar. Ella. Mi abuela, mamay Rosita. Por favor, no corte mi ropa, no me desvista. No me va poner inyecciones, ¿no? 9 Pausa. AUXILIAR ¡Mierda, mierda! Ya me jodí, quebré. Depresión. Es la puta depresión. No dormir. Hay que respirar, relajarse. El AUXILIAR cierra los ojos, inhala profundo por la nariz. Exhala largamente por la boca. Permanece, sin moverse unos segundos. Abre los ojos. Pausa larga. El AUXILIAR toma el pulso a la CAUTIVA en la arteria yugular, le toma el pulso en la arteria radial. CAUTIVA No me van a poner inyecciones, ¿no? El AUXILIAR suelta la muñeca de la CAUTIVA. AUXILIAR Piensa derecho, respira, piensa derecho. CAUTIVA ¿Me promete que no me van a poner agujas? Júreme. Júremelo que no me van a clavar nada. Coser tampoco, ¿ya? Coser tampoco. No tengo nada. Estoy bien. ¿Me jura? A ver pues, júreme. ¡Júreme, pues! ¡Hable! El AUXILIAR le tapa la boca a la CAUTIVA. La CAUTIVA calla. El AUXILIAR permanece con su mano en la boca de la CAUTIVA por unos segundos. El AUXILIAR levanta la mano de la boca de la CAUTIVA lentamente. Eso no es jurar. Levantar la mano no es jurar. Júremelo. AUXILIAR Usted es un síntoma. CAUTIVA Los juramentos no se rompen, ah. Si no cumple, se va a ir al Infierno. Pausa. ¡Llame a mis padres! AUXILIAR Sus padres están… Usted está… ¡Qué hago contestándole a un muerto, carajo! CAUTIVA ¿Por qué habla de muertos? ¡Yo estoy bien! Lléveme donde mis padres. 10 AUXILIAR Sus padres no están. CAUTIVA ¿Qué les ha pasado? ¿Dónde están? ¿Qué malo me pasa? ¿Qué malo? Yo estoy bien. Tranquila estoy, comiendo mi almuerzo. Bien tranquila estoy comiendo. AUXILIAR A ver pues, cómo se llama. CAUTIVA ¿Quién? AUXILIAR Usted. CAUTIVA María Josefa Flores Galindo. AUXILIAR ¿Y cómo la llaman? CAUTIVA María Josefa. AUXILIAR María Josefa, usted está aquí echada porque.... No está almorzando, ¿entiende? ¿Entiende que usted está aquí… en este lugar…? CAUTIVA La mesa tendida. La sopa caliente. Mi mamá tomando sopa. AUXILIAR ¡Está aquí y está muerta! CAUTIVA ¡Cómo voy a estar muerta! ¡Los muertos no hablan! El AUXILIAR pierde la paciencia y empieza a sacarle la ropa violentamente mientras ella protesta, muy alterada. Primero le saca la chompa, luego los zapatos y las medias. ¿Qué hace? ¡No me toque! ¡Nooo! ¡Suélteme! ¡No, no me robe mis zapatos! ¡Tengo frío! Introduce sus manos debajo de la falda para sacarle el calzón, la CAUTIVA grita. ¡No, no, calzón no, déjalo, no, no, no! ¡Mamay Rosa! ¡Noooooo! El AUXILIAR desiste, suelta la falda de forma súbita y levanta las manos a la altura de su cabeza. La cautiva se levanta. CAUTIVA La casa. En la casa. Almorzando estamos. Sopa, papas, queso, habas, ají. 11 Se escucha un camión a lo lejos. Mi papá y mi mamá levantan la vista de los platos. Las habas están tiernas. El sol entra por la puerta. No hace ni frío ni calor. El camión se detiene delante de la casa. Bajan personas, escucho voces de hombre. Mi papá se levanta lento, sale a ver quiénes son. Mi mamá se queda sentada. Me mira raro. Raro con nervios. Aprieta fuerte la quijada. Pasa una pelota por su garganta. Entran soldados. Empujan a mi papá y a mi mamá. Se caen al suelo. El sol se mezcla con el polvo. Me duele. ¿Qué tengo? Me meto un bocado grande de habas con mucho ají en la boca. Las mastico. Cuando estoy nerviosa me meto comida a la boca, pero ahora no quiere pasar. La barriga está dura y no hay saliva para pasar. No me atrevo a escupirla. ¿Qué dirán los soldados si la escupo? ¿Se darán cuenta si la pongo en mi mano y la meto al bolsillo de mi uniforme? Mis medias están abajo. Quiero subirlas. Le pegan a mi papá. No entiendo qué gritan. Hablan castellano, pero no entiendo. Se le avientan a mi mamá encima los soldados. Dormidita ella no dice nada. Se me ha soltado la barriga, tengo ganas de ir al baño. ¿Y si les pregunto, me dejarán ir al baño? Le siguen pateando duro a mi papá. Él mira al suelo con su cara en la tierra. La bota de un soldado le chanca su cara. Le dicen lisuras. Los soldados siguen encima de mi mamá y ella no despierta. ¿Cómo puede dormir con tanto grito? Le patean duro a mi papá. Él mira al suelo con su cara en la tierra. Y yo estoy mirando. Miro desde el rincón. Estoy mirando el cinema. Pienso que se han olvidado de mí. Con la boca llena de habas que pican. Me pica. Sácame las habas de la boca, por favor. Quiero que la pared me trague como quiero tragar las habas. Quiero ser pared, ahorita voy a ser pared. Las paredes no van al baño, las paredes no tienen comida en la boca. El soldado que más grita se acuerda de mí. No quiere que sea pared, quiere que sea animal. Me agarra duro del pelo. Frente a mi papá me pone y escupo la comida y devuelvo. Me hago en el calzón. Me levanta la falda y me mira mi calzón sucio. Miro la cara de mi papá. Mi papá no me mira. No me levanté las medias. La pila tibia baja entre mis piernas. Cae en mis medias. Huele a caca. Mis medias están abajo. El soldado me dice algo que no entiendo. El soldado saca una pistola, siento 12 algo duro en el pecho. ¿Por qué mi papá no me mira? Se ha dormido. Cierro los ojos para dormir también. Abro los ojos. Suena un cuetón y de la pistola sale fuego. Huele a fiesta, a castillos de luces, a chancho asado. Caliente siento en mi pecho y mis rodillas son de manteca y me estoy cayendo. Veo las luces de los castillos y no paro de caer nunca. Y me estoy cayendo, me estoy cayendo. Me estoy cayendo. AUXILIAR Orificio causado por disparo de corta distancia. Lesión penetrante en el tórax. El trayecto de bala genera lesiones agudas en el corazón provocando la muerte instantánea. CAUTIVA ¡Mentiroso! Pausa. Ahora sola me he quedado, con un hueco en mi pecho. Mis papás, ya no los veo. Un sueño. Seguro que es un sueño. Ya no quiero soñar. Quiero levantarme, ya. Ahorita me levanto. Ya viene la madrugada. Seguro ahorita me levantan para desayunar. Mi abuela me da un vaso grande de leche caliente. A mí me gusta comer el pan con nata. Pongo azúcar y me como el pan con nata. También como huevo frito con pan, con la yema cruda que cuando se aplasta sale la yema. Todas las cosas fritas son ricas. ¿Hueles? ¿No hueles? Escucha cómo mi abuela está preparando todo. Ahí está su voz cantando, prendiendo el fuego. ¿La oyes? (Canta) Tú eres como la paloma, soncollay, que bajas a beber agua. Tú eres como la paloma, soncollay, que bajas a beber agua. Después de beber el agua, soncollay, alzas el vuelo y te vas. Después de beber el agua, soncollay…(Deja de cantar.) Huele el café. También huelo el pan y el huevo frito. ¿Hueles? ¡Qué rico voy a desayunar! Le puedo pedir a mi abuelo que te invite, si quieres. La CAUTIVA va hacia la losa. Ven, siéntate a la mesa. Pausa. Pero como eres sueño nomás… ¿Cómo hacemos? Cómo va a ser eso, si los sueños no se aparecen cuando estás despierta. Imagínate el alboroto. La gente de los sueños caminando junto con nosotros. Se confundirían. Mejor tú te quedas aquí y yo me voy. 13 AUXILIAR Anda, anda a desayunar. CAUTIVA Me voy a despertar. Me despido, ¿ya? ¿Cuál es tu nombre? AUXILIAR Mauro Requena. CAUTIVA Ya, Mauro. No bote mis zapatos. Ya no nos vamos a ver. Ha sido muy bueno usted. Gracias. Cuídese. La CAUTIVA se echa en la losa y cierra los ojos. El AUXILIAR se queda mirándola. Se saca el mandil y cubre el rostro y parte del cuerpo de La CAUTIVA. Pausa. El AUXILIAR se lava la cara. La CAUTIVA se despierta y ve al AUXILIAR. ¿Qué hace acá? Usted no tiene que estar acá. Ya váyase. Ya estoy despierta, ¿no ve? Le voy a contar a mis abuelos. Lo van a botar. Salga de mi cuarto. El AUXILIAR se queda quieto. ¡Salga, le digo! AUXILIAR Tengo orden de limpiarla. CAUTIVA ¡Es mi cuarto! ¡Mi cuarto! ¡Sola duermo acá! Estas son mis cosas: mi cama, mi velador, mi ropa. ¡Vete! Pausa. El AUXILIAR no se mueve. ¡Abuela! ¡Mamay Rosa! ¡Papay Juan! ¡Hay un señor en mi cuarto! ¡No me dejen sola con este señor! Pausa. Seguro que se han ido a comprar. Ahorita regresan y te van a botar. Supaymi kanki. El AUXILIAR señala la puerta. AUXILIAR Nadie te agarra. Sal si quieres. Ahí está la salida. Ya vete y sal de una vez de mi cabeza. ¿Quién te agarra?, a ver, ¿quién te agarra? Ya pues, ahí está. La CAUTIVA rompe a llorar. CAUTIVA Yo soy chica todavía. ¿Por qué estoy castigada? ¿Entonces ya no voy a poder terminar el colegio? Ahorita, el año que viene, mis abuelos me iban a celebrar mi quinceañero. Como 14 en la capital. Una fiesta me iban a hacer. ¿Ves las luces del castillo? Ahí, ve. Han armado castillos para celebrar mi fiesta. Mis amigas vienen, hacen mi vestido, asan un lechón. Estoy en la capital con mi mamá. Me baño en el mar. Comprarme una ropa de baño, aprender a nadar en el mar. Una ropa de baño de ese color turquesa. Me subo a un edificio de quinientos pisos, el Centro Cívico. Como Educación Cívica dicen que se llama. Desde ahí puedo ver todo. Mi abuela está en medio de la plaza. Yo la saludo desde la Educación Cívica. Desde ahí… También a Esteban se le ve. Pausa. (Avergonzada). A mí me gusta Esteban, pero no sabe. ¿Cómo le voy a decir? Nadie sabe. Ya nadie sabrá nunca. Pausa. ¡Ellos vienen! ¡Yo no hice nada! ¡Nada les hago! ¿Por qué mi papá tiene una bota en la cabeza? ¿Por qué mi mamá duerme en el suelo? Quiero irme a mi casa. Llora. Mi abuela… Lléveme, por favor. AUXILIAR No puedo. CAUTIVA ¡No quiere! ¿Por qué quiere esconderme acá? ¿Por qué? AUXILIAR Puedes irte, te he dicho. CAUTIVA ¿Y esa puerta a dónde me lleva? AUXILIAR A la calle. CAUTIVA ¿Qué calle? ¿Qué lugar? AUXILIAR La calle. Tú conoces. Caminas y te vas. Si tú tampoco quieres estar en mi mente. Vete, entonces. CAUTIVA ¿Y si me pierdo? ¿No me puede acompañar? El AUXILIAR no responde. Pausa. 15 (Sollozante) ¿Muerta yo, yo, yo, señor? Piernas de manteca, ramitas de carbón. Enterrada en mis cenizas. Sin ojos, sin olor, sin lengua, sin orejas, sin dedos. Nadie que diga mi nombre. ¿Y ya no los voy a ver? Desaparecerán para siempre. Para siempre es mucho tiempo. Señor, y sin brazos, ¿cómo voy a tender mi cama? ¿Cómo voy a tomar agua? Y si rezo a Dios, ¿me escuchará? Es tarde. Han cerrado la botica. Golpeo la puerta de fierro. Los perros ladran a lo lejos. ¿Me abrirá Dios? Pausa. AUXILIAR Tienes que irte. CAUTIVA ¿A dónde? ¿A dónde voy? No me abren. Toco y toco. Los vecinos no salen a ver. Lléveme donde quiera. Pausa. Tengo sed. El AUXILIAR busca con la vista. Se detiene y pone sus manos en forma de cuenco frente al rostro de la CAUTIVA. ¿No tiene vaso? AUXILIAR Limpias están mis manos. CAUTIVA Dame un vaso. Yo no tomo de ahí. AUXILIAR Toma nomás. Es agua de nevados altos. La CAUTIVA duda. Ve dentro de las manos del AUXILIAR. Entierra la cabeza en las manos del mismo. Aspira profundo, se sacia. Se desmaya en los brazos del AUXILIAR. La echa en la losa. Descansa ya. El AUXILIAR se sienta en el piso apoyado en base de la losa. Toma su cabeza entre las manos, resopla. Pausa. El MÉDICO entra en escena. MÉDICO ¿Qué haces en el suelo, huevón? 16 AUXILIAR Estaba… estoy descansando. El AUXILIAR se levanta. MÉDICO ¿Descansando de qué? CAUTIVA ¿Quién es este señor? AUXILIAR Nadie. MÉDICO ¿Qué nadie? ¿Estás jugando a las muñecas? CAUTIVA ¿Señor, es verdad que me he muerto? El MÉDICO se acerca a la CAUTIVA, levanta su falda. MÉDICO Deja de huevear y trabaja. ¿Qué mierda has hecho, a ver? No has hecho ni mierda. CAUTIVA (Asustada, se monta sobre los textos del MÉDICO). ¡No me levante la falda! ¡Dígale que no! ¡Dígale! ¡Por favor! AUXILIAR (Violento). ¡Déjela! MÉDICO ¿Cómo? AUXILIAR (Sumiso). Ya termino el trabajo, señor. MÉDICO Cuidadito, mocoso… Pausa. Otra emboscada en la ruta a Oreja de perro. Más de cincuenta muertos. Vamos a tener chamba pa’ rato. Ponte pilas nomás. Pausa. ¿Escuchaste? Pausa. ¿Me escuchaste? AUXILIAR Vaya nomás, yo le aviso. 17 MÉDICO Pajero. El MÉDICO sale. El AUXILIAR mira a la CAUTIVA, se siente perdido, no sabe qué hacer. Pausa. De pronto se saca los guantes, mandil y bata. Avienta las prendas encima de la CAUTIVA y se dirige a la puerta. CAUTIVA ¿Qué hace? ¿A dónde se va? No me deje. ¡Ama saquiwaychu! El AUXILIAR se detiene. Larga pausa. AUXILIAR Te van a violar. Pausa. ¿Qué quieres? ¿Qué me quede a ver cómo ultrajan a una muerta? Pausa. CAUTIVA ¿Me van a violar? ¿Me van a violar? ¿Quién? El AUXILIAR intenta salir nuevamente. ¡No me dejes! Por favor, se lo ruego. Por Diosito. No deje que me… AUXILIAR Es posible que yo sea un psicótico. ¿Vas a confiar en un psicótico? CAUTIVA Yo no quiero que me violen. AUXILIAR Quería un trabajo limpio. Y ustedes son puros, silenciosos. La biología, tan perfecta, como un jardín botánico. Una geografía donde no hay sufrimiento, pobreza, vergüenza, miedo. Porque ustedes solo contemplan y todo se hace soportable, y hasta por momentos, ligero. La sangre, las fibras musculares, limpias. Maravillosas glándulas, las oquedades, en la putrefacción, limpias. El excremento, limpio. Perfecta naturaleza. Ustedes nacen cuando mueren. Sus cuerpos dicen la verdad. Entre ustedes encontraría algún paraíso. Pero ahora, tú, hablando. No hay silencio ya. Me cuentas cosas, ¿y qué hago yo con esas cosas? ¿Te das cuenta? Tú 18 no deberías hablar. Si ustedes me hablan, ¿ya a dónde voy? Mejor tomar una bandera roja y correr derecho a la puerta del cuartel. La CAUTIVA lo abraza con fuerza. CAUTIVA No, no, no, no, no, no, no, no, no. El AUXILIAR se quiere desembarazar, no lo logra, se deja hacer. No, no, no, no, no, no, no. La CAUTIVA habla en quechua parte de sus textos. Todo es raro. No sé ni cómo decirle que todo es raro, como si toda la catedral se me viniera encima y me chancara. Como un huaico arrastrándome: cosas, fotos de antes. Todo es al mismo tiempo y solo me agarra un hilito que es su voz. Amaya saquiyawaychu. Uk ratuchallaya tayta tiyaykaysillaway. AUXILIAR Escuche, usted se me va a dormir, o inténtelo al menos. Descanse… En la mañana le prometo que va a despertar y-y… vendrán a… a saludarla. CAUTIVA ¿Saludarme…? ¿Quiénes…? AUXILIAR Los invitados… van a venir… y la van a saludar… sí, por su quinceañero, pues. Mañana será el día de su quinceañero. ¡Le van a hacer su fiesta! CAUTIVA ¿Mi fiesta? ¿Mi quinceañero? AUXILIAR Sí, pues… y de repente… También va a ver a sus abuelos… a su abuela… y… no sé… a todos. ¿Entiende? CAUTIVA ¿De verdad? Pero cómo es eso si ya me morí. O es que-- AUXILIAR ¡O es que nada! Hágame caso. Estoy con usted, estoy contigo... Pausa. CAUTIVA ¿Y ya no me van a hacer daño? 19 AUXILIAR Estoy aquí. No me he ido. Y no me pregunte nada porque no sé lo que estoy haciendo. Pero estoy aquí. Hágame caso, no la voy a dejar. Solo duerma y luego despierte y se irá viendo… CAUTIVA ¿Y si despierto y no hay nadie? AUXILIAR Sí van a estar. Ande, échese. Duérmase. Descanse y créame. La CAUTIVA se echa. CAUTIVA ¿De verdad? AUXILIAR Aquí van a estar todos, toditos. Descanse. Ya duerma. Suavemente. Shshshsh... Ya… Cierre los ojos. Shshshsh… Ya, ande, ya. La CAUTIVA cierra los ojos dócilmente. Se oye a lo lejos cantos religiosos de mujeres en quechua. El AUXILIAR saca la lámpara que cuelga sobre los fluorescentes y va a buscar algo de una de las cajas rotuladas. Saca un vestido y lo cuelga de una percha. Es un vestido blanco algo recargado, amarillento y viejo. Podría ser el vestido de una quinceañera o el de una novia. Saca del fondo de la caja un fustán blanco y lo cuelga al lado del vestido. El AUXILIAR desviste a la CAUTIVA, la lava con una esponja y balde. Le pone el fustán. Cuando ha terminado va hacia el fondo de la habitación y toma la lámpara. Busca entre las cajas de cartón rotuladas una que contiene una manta ayacuchana. Empieza a cantar “La paloma” mientras se coloca la manta y se transforma, como haría un actor, en una mujer algo vencida por los años. La canción empieza a adquirir tonos cada vez más agudos. AUXILIAR ¡María Josefa! ¡María Josefa, rikchariyña! Despierte ya, mi amor. Ñam qallarisuña, ñam pachayki chayaramuña. ¡Hoy cumples quince años! Pachakuyñaya, kayqa pachayki. La CAUTIVA se levanta. CAUTIVA ¿Mamay Rosa? ¿Abuela? ¡Mamay Rosita! ¿Eres tú? AUXILIAR Sí, tu abuela, ella, ¿quién va ser? 20 La CAUTIVA solloza. ¿Iman pasasunki? CAUTIVA Es que estoy contenta de verte. De que mi vestido está. AUXILIAR No va a estar si no te lo pruebas. Ande ya, pruébeselo. CAUTIVA Ya, abuela. Ya voy. El AUXILIAR le pone el vestido. AUXILIAR Espero que ya no necesite más arreglos. Tiempo ya no tenemos. ¡Cómo se han demorado de tantos detalles que tiene! Pero está bonito. Como una reina se va a ver. A ver... Ya pues, mi niña, póngase bien. La CAUTIVA se sube al banco de trabajo que el AUXILIAR le acerca. ¡Precioso! Está preciosa, mi hijita. ¡Preciosa está! CAUTIVA Abuela, ¿por qué me tratas de usted? Nunca me tratas de usted. El AUXILIAR saca un espejo de mano de una de las cajas rotuladas y se lo alcanza. AUXILIAR Mírate. CAUTIVA ¡Me quedó lindo, abuela! ¡Es el vestido más bonito! Hasta se podría usar para mi matrimonio, ¿au, mamay? AUXILIAR Túnica peritoneal, el paño; duodeno, yeyuno e íleon, guirnaldas. Capa lípica, acuosa. Lágrimas de cristal como las del Señor Cautivo la adorna. De tus mismas carnes sale: siempre queriendo nacer de tu sonrisa. Así naciste, clarito yo me acuerdo. Enterita con todas tus extremidades completas, con tus zapatos charolados bien pulidos, medias de hilo de vasos linfáticos, diadema de cálculos de silicato. Guantes de tejido conectivo laxo, treintaisiete dientes, uñas nacaradas. Sin dolores ni llantos, riendo naciste. Y todos aplaudimos, todos te recibieron con ramos de claveles, cadenas de papel. La CAUTIVA ríe. CAUTIVA ¡Qué dices, abuela! 21 AUXILIAR De Huanta vinieron cuando naciste, y de Cangallo, Parinacochas, San Juan de Lucanas, Víctor Fajardo, de todo el departamento, de todos lados. Bailamos marineras, pasacalles, hasta dos días enteritos. Y tomamos chicha de molle y siete semillas, y cajones de cerveza que no paraban de poner. Hicimos ollones de sopa de cabeza también, caldo de mondongo, cuyes con ajos y hierba buena, pucca picante, chicharrones. Toda la ciudad hacía una colaza para verte. Obispos y sacerdotes te bendijeron y ese día hubo temblor y señales en el cielo. Así fue, mi’ja. Y desde entonces, tu nacimiento es feriado en la ciudad. CAUTIVA ¿Así fue, abuela? ¿Sacerdotes y Obispos? (Bajando del banco de trabajo). ¿Qué es un obispo, abuela? AUXILIAR Es el cura que más manda. CAUTIVA Papá dice que deberían reventar a los curas. AUXILIAR Vivos o muertos vinieron, hija. Y esos no se mueven por cualquier cosa. CAUTIVA Mi papá y mi mamá no quieren que se celebre mi quinceañero. Yo sé que tú y mi abuelo no les hacen caso, pero me da pena. Mi papá y mi mamá se van a molestar. Eso me pone triste, abuela. AUXILIAR Cuando te vean con tu vestido cambiarán de opinión. Estás bien bonita. Sólo falta pintarte, ven aquí. El AUXILIAR revisa las cajas rotuladas y toma una de ellas. CAUTIVA Mi papá me va a dar un sopapo si me ve toda pintada. El AUXILIAR saca una cartera de la caja, la abre. Encuentra una cinta y un lápiz de labio. Le pone la cinta en el pelo a la CAUTIVA. AUXILIAR Ellos a veces son así. Al principio se molestan, pero después se ablandan. Cuando ven todo hecho y bonito, entran en razones. CAUTIVA Diles que no estén tristes, diles que voy a bailar con ellos. Que les pongan las mejores presas. Tiene que haber música bien bonita para que nadie se aburra y papá y mamá estén contentos. 22 AUXILIAR Todo está arreglado ya. CAUTIVA ¿De verdad así fue mi nacimiento, abuela? AUXILIAR Cómo te voy a mentir. Así son los nacimientos de toditos los seres. En cada momento, en cada instante, hay un nacimiento y una celebración. Un feriado donde sacerdotes y obispos celebran, donde los ángeles celebran. CAUTIVA ¿De verdad? ¿A todititos se les celebra? ¿A los soldados también? Pausa. AUXILIAR También. CAUTIVA ¿Y a mis papás? ¿Y a ti? ¿A todos? AUXILIAR A todos, María Josefa. Nacemos todo el tiempo. CAUTIVA Y entonces, ¿cuándo morimos? AUXILIAR Cada muerte es un nacimiento. CAUTIVA Y a ti, ¿quién te ha dicho? AUXILIAR Las madres sabemos eso porque parir es morir y nacer. Hay que apurarse. Ese Esteban ya está por llegar. Te va a llevar a la fiesta. CAUTIVA ¿Pero cómo? AUXILIAR Él te va a recoger, ya todos están allá esperándote. CAUTIVA ¿Esteban? ¡Yo no le he dicho nada! ¿Cómo sabe él? AUXILIAR Le dije pues. CAUTIVA ¡Abuela! AUXILIAR ¿Y te gusta mucho ese Esteban? CAUTIVA Sí. AUXILIAR Y él, ¿sabe que te gusta? 23 CAUTIVA No, ¿cómo le voy a decir? Me da mucha vergüenza. AUXILIAR ¿Y desde cuándo te gusta? CAUTIVA Desde primaria. AUXILIAR ¿Y qué de bueno tiene ese muchacho, a ver? CAUTIVA No sé cómo decirte, abuela. AUXILIAR ¿Cómo que no sabes? CAUTIVA No sé… Él es… limpio. AUXILIAR ¿Limpio? ¿Cómo limpio? CAUTIVA No sé abuela, ¡me da vergüenza! AUXILIAR Hija, soy tu abuela. ¿Acaso no confías en tu abuela? Las abuelas se enamoran también, ¿no? CAUTIVA ¡Abuela, yo no estoy enamorada! AUXILIAR Bueno, cuenta por qué te gusta, a ver dime, pues. CAUTIVA Siempre está limpio. No es que use ropa nueva, pero siempre está limpio. Sonríe cuando habla y dice cosas. No grita. Bien calladito es, pero cuando habla, habla bonito. Cuando dice algo frente a la clase sus palabras son mudas, pero suenan claras, como la nieve en los cerros altos. Es educado, flaquito y tiene manos bonitas. Su letra es bien clara, escribe derecho y delgadito, como patitas de araña. Parecen que se las va a llevar el aire. Siempre camina derecho, como si supiera siempre a dónde va a ir, y cuando se sienta, se sienta como los gatos. A veces parece no estar, aun cuando está es invisible. Un día, los chicos lo estaban molestando y él, con su mirada, les dijo: “Si pegan, nunca se va a acabar”. Pausa. AUXILIAR Y cómo es que no lo conozco. CAUTIVA Ya te dije, es como invisible. 24 AUXILIAR Pues el señor invisible va a estar en tu fiesta. Ya hablé con él, y aceptó ir. CAUTIVA ¿De verdad? ¡Va a pensar que soy una sonsa! ¡Qué nervios! AUXILIAR Va a salir muy bien. Anda, mírate. Una virgen pareces. ¡Hermosa! CAUTIVA Nunca me ha visto con los labios pintados. AUXILIAR Anda, vamos, que el chico te está esperando. CAUTIVA Abuela, nunca he salido sola con un chico. ¿Qué le voy a hablar? AUXILIAR No te preocupes, hijita. Así como me lo has descrito debe de ser lindo el muchacho, un caballerazo, pues. ¿Qué te va a pasar? CAUTIVA ¿Y por qué tú no me acompañas? AUXILIAR ¿Cómo voy a ir con ustedes? Ya eres mujer, no necesitas chaperona. Él te va a llevar por lugares bien bonitos: conversar con animales del camino en lenguas que vas a recordar, cruzar precipicios por puentes colgados de los secretos, atravesar cordilleras en dos zancadas, comer nieve que estuvo allá siempre, jamás tocada o vista por vivos o espíritus, meterse con cuidadito, de puntitas, en selvas que se ponen coloradas cuando ven extraños. CAUTIVA Quedémonos preparando desayuno siempre. Siempre. AUXILIAR ¿Cómo vas a dejar a los invitados esperando? CAUTIVA Que me vistas para ir al colegio, oler el alcanfor y hoja de limón de tu vestido, volver siempre. AUXILIAR Tú querías tu fiesta, ¿o no? A ver, dime qué pasa, dime qué te pasa. Tienes que ir. Aquí solo habrá desgracia. CAUTIVA Si me quedo acá, ¿seguirán matándonos todos los viernes por la tarde? AUXILIAR La fiesta. Esperan todos para festejarte. 25 CAUTIVA Mi papá. Mi papá odia mi quinceañero. Me da miedo cuando habla de la guerra popular. Esas palabras que suenan a trueno. Me quiere enseñar a chimpunazos porque mis sueños son sonsos, dice, y yo no sé, abuela… Yo no sé… Su amor quiere destruirme porque soy un obstáculo para eso que habla: triunfo del pueblo, dice. Cuando discursea me hago la sonsa. Silencio y cierro los ojos por dentro y el cuerpo se me va hundiendo con cada palabra, hasta ser yo misma la mugre de… cómo se llama eso que él dice la… lo… podrido de lo viejo, del país o de eso, del Estado. Papá quiere enseñarme a la fuerza. Su esperanza me odia. ¡Mi papá ve en mí lo horrible, abuela, mis ilusiones son veneno! AUXILIAR ¡Hija, cómo hablas así de tu padre! Él solo quiere que estés bien, sanita. Tus papás quieren lo mejor y para ellos eso es lo mejor. CAUTIVA Perdona, perdóname. No te molestes, es que… estoy un poco nerviosa, y cuando estoy nerviosa digo cosas feas. Que mis papás no se vayan a molestar. Yo soy tonta y digo cosas que no son, porque soy mentirosa, a mí el triunfo del… del pobrelariato y de la gente… digo, del pueblo, me importan… La injusticia…, ¡la injusticia! Los soldados deberían de cuidarnos de la injusticia, papá. La injusticia… La CAUTIVA se transforma, como poseída. Una dureza que no hemos visto antes en ella se apodera de su voz y su cuerpo. Alza el puño. “¡Compañeros, con el partido no habrá ricos ni pobres! ¡Todos seremos iguales! ¡Todos comeremos carne, arroz, pan! ¡Ya no va a haber desigualdad! ¡No habrán abusivos ni explotadores! ¡Viva el Partido Comunista! ¡Viva la lucha armada! ¡Viva el presidente Gonzalo!”. La CAUTIVA toma una parte de su vestido como si fuera un arma. Canta y se mueve por el espacio emulando las marchas senderistas. Esta mañana me he levantado. O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao. Esta mañana me he levantado y he descubierto al invasor. ¡Oh! Guerrillero, quiero ir contigo. O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao. 26 ¡Oh! Guerrillero, quiero ir contigo porque me siento aquí morir. Y si yo caigo, en la guerrilla. O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao. Y si yo caigo, en la guerrilla, Tú me debes sepultar. Cava una fosa en la montaña. O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao. Cava una fosa en la montaña bajo la sombra de una flor. Será la flor, de un guerrillero, O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao. Será la flor, de un guerrillero, muerto por la libertad. Pausa. AUXILIAR Lindo sería que tuvieran razón, ¿no? La CAUTIVA no responde. El auxiliar se acerca a ella lentamente. Mira arriba. ¿Ves qué clarito está el cielo? Perfecto para viajar. El viento está calmado. Inhala. Ventrículos relajados. Tranquila. ¿Sientes? Países felices viven en los órganos de las serranías, en sus sistemas cardiovasculares, nervioso, linfático, aparato digestivo, respiratorio, reproductor. ¿Escuchas a la glándula pineal cómo quiere compartir contigo los sueños? Hierba verde. Tendrás un leve dolor ocular cuando veas por primera vez el azul por encima de los cúmulos, pero será un dolor que te dará mucha, mucha alegría. La CAUTIVA se esconde al lado de la losa. El AUXILIAR se transforma en Esteban. CAUTIVA (Sonriendo) Esteban. ¿Eres tú? AUXILIAR (Sonriendo) Hola. Estás hermosa, María Josefa. Los dioses se pondrán contentos de verte. Te confundirán con el cielo. CAUTIVA ¿Contentos van a estar conmigo? AUXILIAR Sentirán agradable de verte. 27 CAUTIVA ¿Y los veré? ¿Veré a esos dioses? Pausa. Y mi vestido, ¿se va a ensuciar en el viaje? AUXILIAR No, qué se va a ensuciar. Vamos no más. La fiesta se va a celebrar en una ciudad bien vieja. En Nueva Huanta vamos a celebrar. ¿Te gusta? Es una ciudad que existe de antes de los antiguos dioses. Sus raíces están metidas-metidas debajo de la capa basal de los cerros. CAUTIVA ¿Y si la fiesta la hacemos en la capital, en un restaurante bonito frente al mar? AUXILIAR Este lugar te va a gustar más todavía. Ven. El AUXILIAR toma la mano de la CAUTIVA y la ayuda a subir a la losa, junto a él. Miran hacia el público. ¡Mira, las casas todas de piedras de Huamanga, bien, bien pulidas y blanquitas, puertas de pan de oro, así talladas como los altares de las iglesias! Calles alfombradas, alfombradas de flores y cirios de Semana Santa. Hay bandadas de loritos que cantan cumbias riendo de lo puro contentos que están. CAUTIVA ¡Mira los caseríos, huevos de hormiga! Y ahí vive gente. Viven en los pliegues de mi vestido. Si me quiebro, los pedazos van a caer. ¿Y si le cae a alguien encima? ¿Y si uno de los trozos cae encima del pueblo? Chanca a la gente, sus animales. ¡Cuánto llanto habría! Todos corriendo así, igual que cuando gritaban las hormigas, pobrecitas. Llenaba los hormigueros con agua, cuando era chiquita, y cómo salían, locas gritando, sin echarme la culpa, sin saber por qué les ocurría. Ellas sin saber, sin saber mi nombre ni dónde vivía. No podían ir a mi casa y decirme algo. Así nomás, sin saber a quién quejarse, sin poderse defender ni rezarle a nadie. A veces pienso en las hormigas y quiero ir a pedirles perdón. AUXILIAR Ya no es posible. Hace mucho tiempo que se fueron. CAUTIVA Cuando nos suceden cosas, ¿Dios querrá pedirnos perdón? ¿Habrá dioses que nos mandan soldados, terremotos, heladas por malcriados y después quieren pedirnos perdón? AUXILIAR Cómo será. 28 CAUTIVA ¿Habré sido una diosa para las hormigas? ¿Habré sido un soldado para las hormigas? AUXILIAR De repente fuiste una hormiga que mató a los dioses. Se oyen los gritos del CAPITÁN fuera de escena. CAPITÁN Todos son unos rosquetes. ¡Maricones! La CAUTIVA se echa en la losa. CAUTIVA ¿Quién es? AUXILIAR Es un otorongo con alas de halcón. CAPITÁN ¿Qué pasa, carajo? CAUTIVA ¿Y qué es un otorongo? CAPITÁN ¡Parecen unas niñitas! AUXILIAR Como un león con alas de águila. Es el gran señor de Nueva Huanta. Viene a saludarte. CAPITÁN ¡Van a ver lo que es un hombre! AUXILIAR Escúchalo, habla bien bonito él. Quieta quédate y vas a ver como resuena su voz. Entra el CAPITÁN. Está ebrio. Llega hasta la CAUTIVA y se detiene al verla. Se impresiona. Larga pausa. CAPITÁN Terruca. Cuerpo de gente, pero es animal. CAUTIVA ¡Es él! ¡Él que me agarró del pelo! ¡Él es! El que entró a la casa, ¡es ése, el que más gritaba! AUXILIAR (A la CAUTIVA). Otorongo con alas de halcón. (Al CAPITÁN). Excelentísimo Señor de la muy honorable ciudad de Nueva Huanta. Hace una venia al CAPITÁN. Mira qué lindas sus plumas. CAPITÁN ¿Qué estás rezando, maricón? 29 El AUXILIAR no responde. Has dejado rica a la chiquilla. Como una princesita está. Hasta da pena romperla. Pausa. Yo la maté. Contempla a la CAUTIVA. CAUTIVA (Dubitativo) León con alas de, de- AUXILIAR Halcón. CAPITÁN Nadie nos agradece nada. Espérate nomás. Ahora quieren que los hagamos mierda. Cuando los hayamos terminado nos podrán en el paredón. Esos que están ahí en sus casas como ratones escondidos, ¿crees que saben lo que pasa acá? ¡Ni una puta una idea! ¡Cuyes panzones! No les interesa un carajo que uno pueda morirse en un cerro de mierda. Nos envían a que peleemos por ellos, por nada, por una propina de mierda. Me pasa algo, ¿y? No le van a dar nada a mi familia. Una pensión de mierda y ni las gracias. En Lima quieren que uno resuelva, no más. ¡Que uno resuelva! Merecemos algo, ¿no? ¿Qué me miras así, ah? Esa niña linda es hija de dos terrucos. ¿Sabes lo que hicieron sus papacitos? Pausa. Escondidos de nosotros en el monte estaban, como animales. Calladitos, sin moverse. Cuando estábamos a punto de regresar el viento trajo el sonido del llanto de una guagua. Hicimos silencio. Esperamos rato. Otra vez lloró la guagua... Se jodieron, ya sabíamos. Y salimos a cazar a los perros. Pausa. Tú no has estado en el Infierno. Pausa. Cuando llegamos arriba ya no estaban. Dejaron a trece guaguas regadas por el campo, todas muertas. Las habían estrangulado para que no escucháramos su llanto. Tenían 30 hambre, y lloraban. Los terrucos obligaron a las madres a matar a sus hijos para que no lloren. Pausa. Vagando una mujer, arrastrando a sus dos guaguas muertas del brazo. Como una sombra suplicante me dijo: “Mátame, mátame…”. Le disparé y muerta me siguió mirando: “Mátame, mátame, mátame…”. Pausa. ¿Sabes quién mandó ahorcar a las criaturas? (Refiriéndose a la CAUTIVA). Su mamacita. ¿Crees que a ella le importó un pincho los hijos de alguien? Se acerca a la CAUTIVA. ¿Por qué me va a importar a mí, entonces? Pausa. Uno necesita relajarse. Un premio por toda la mierda que uno come allá afuera. Mira a la CAUTIVA. CAUTIVA (Dubitativa) León con alas de, de-- AUXILIAR Halcón. El CAPITÁN se aleja cantando, trastabillando por efecto del alcohol, hacia el lavatorio. Ódiame por piedad, yo te lo pido. Ódiame sin medida ni clemencia. Odio quiero más que indiferencia, porque el rencor hiere menos que el olvido… Se quita la casaca de faena. AUXILIAR Oye cómo nos canta, sus plumas largas tienen colores azules y rojos metidos en la oscuridad. Escucha qué linda su voz. Sale de las alas cuando las toca el viento. Mira las manchas de sus plumas, como relámpagos negros. 31 CAUTIVA Sí, es lindo. El CAPITÁN mira al AUXILIAR, que sonríe a la CAUTIVA. CAPITÁN ¿Qué me estás hablando, huevón? ¿Te estás riendo de mí? El CAPITÁN se acerca al AUXILIAR y le da un bofetón. La CAUTIVA se sobresalta. AUXILIAR Saludo. CAUTIVA ¿Saludo? AUXILIAR Saludo. CAPITÁN ¿Saludo? ¿Me estás recitando un poema, rosquete? ¿Crees que soy tu hembra? Me dicen que ya quemaste. Eso le pasa a los maricones. ¿Sabes qué le hacemos aquí a los maricones? Les metemos un balazo por el culo. Pausa. ¿Qué me miras, loco, con esa cara de huevón? Crees que soy una basura, ¿no?, por tirarme a una muerta. ¡Qué vas a saber tú! Sólo estas aquí, metido todo el día, empacando carne muerta. ¿Qué pasa? ¿No tienes boca? El CAPITÁN se aleja hacia el lavadero. AUXILIAR Su canto nos cuenta la historia de estas cordilleras, bonito cuenta, cuánto sabe. El CAPITÁN le propina puñetazo que lo tumba. La CAUTIVA emite un grito reprimido. Se sienta abruptamente sobre la losa. El AUXILIAR levanta la mano, señalando a la CAUTIVA que no hay por qué preocuparse. AUXILIAR Me dio su bendición. CAUTIVA Bendiciones. La CAUTIVA vuelve a echarse en la losa. CAPITÁN Tú ya quemaste, ¿no? Ah, carajo, ya sé… Te la quieres comer tú también. Bien vivo eres, ¿no? ¡Con esa cara de huevón! Claro, ta’ bien, también eres hombre, pues. Una cosa así no viene todos los días. Pero vas a tener que ser rápido 32 porque si no la tropa te va atrasar. La voy a tratar bien. No soy tan salvaje como esos degenerados. Esos no saben nada. No saben tratar a una mujer. Yo soy otra cosa. No hay una que no se quede satisfecha y después venga pidiendo más. Así las tienes que dejar: satisfechas pero hambrientas. Pero qué vas a saber tú. Eres un feo que atiende el camal. Ya, vete. Cierra la puerta. Que nadie me joda. Pausa. Qué te quedas ahí parado. ¿Qué te pasa? ¡Muévete, carajo, que no tengo toda la noche! Pausa. La quieres para ti, ¿no? El doctorcito la quiere para él solito. ¿No te habrás enamorado de la chiquilla, no? ¡Qué cague de risa! Se te nota en los ojos, huevón, te has enamorado de la muerta. ¡Puta madre!, pensé que había visto de todo, pero nunca había visto a un huevón enamorarse de un muerto. Esta es una historia para contar. ¿Cómo ha sido? ¿Amor a primera vista? ¿Qué vas a hacer con la serrana, hombre? ¿La vas invitar a comer pollo y a tomar tragos? ¿Después te la vas a llevar a un telo? No te preocupes, loquito, después te puedes casar con ella, si quieres. Ahora te me vas o vas a terminar ahí, echado al lado de tu amorcito. Pausa. El AUXILIAR se acerca a la CAUTIVA. Mira, pues, el tórtolo. ¡Ah, carajo! ¿Quieres ver cómo se hace? Está bien: mira y aprende. El CAPITÁN se prepara para montar a la cautiva. El AUXILIAR avanza hacia la salida. CAUTIVA ¡No me dejes! El AUXILIAR se detiene, mira la escena. El CAPITÁN toma a la CAUTIVA de los tobillos y la trae hacia él. El AUXILIAR se aleja de la vista del CAPITÁN. El CAPITÁN quiere montarla pero no puede. No consigue una erección. CAPITÁN (Para sí) Chasumadre… Intenta de nuevo. El AUXILIAR saca un bisturí, toma al CAPITÁN del cuello por detrás, le tapa la boca y le mete el bisturí entre 33 la primera vértebra cervical y la línea nucal inferior. El CAPITÁN cae como un muñeco encima de la losa. La CAUTIVA se desembaraza. Se oye una procesión a lo lejos. AUXILIAR Vino a darnos su bendición y bienvenida. CAUTIVA ¿Lo vamos a volver a ver al otorongo? AUXILIAR No. Solo vino a recibirnos y bendecirnos. Del exterior tocan la puerta con insistencia. El AUXILIAR se dirige a la puerta. CAUTIVA ¿A dónde te vas? AUXILIAR A… a atender a los invitados. Tenemos que preparar todo. La CAUTIVA camina alrededor del cuerpo del CAPITÁN. Fuera de escena se abre una puerta. MÉDICO ¿Y? ¿Ya terminó el jefe? AUXILIAR Acaba de empezar. MÉDICO ¡Carajo, ya no sé qué hacer con éstos! Tan chupando como condenados. AUXILIAR Vaya y aguántelos un rato. Yo le aviso cuando termine el Capitán. MÉDICO ¿Y crees que se demore? AUXILIAR Pregúntele, a ver qué le dice. Entre, pues, vaya a ver. MÉDICO Me avisas al toque, ¿ah? AUXILIAR Vaya nomás. Ni bien termine le aviso. El AUXILIAR cierra la puerta. Mira el cuerpo del CAPITÁN. Ve que está amaneciendo. Se oye a lo lejos la música de la procesión de semana santa que se acerca. CAUTIVA Tengo miedo. AUXILIAR Mira, ya están llegando los músicos... para tu fiesta. Vamos a preparar todo. Los invitados están esperando. 34 CAUTIVA ¿Seguirás siendo bueno siempre? Qué bonito te has vestido. Todo planchadito. La CAUTIVA toma la mano del AUXILIAR. Él accede extrañado, y asustado. Una sonrisa colma el rostro de la CAUTIVA. Se coloca la mano del AUXILIAR sobre el pecho, a la altura del corazón. Permanecen quietos unos segundos. La procesión se acerca. AUXILIAR ¡Hay que preparar todo, ayúdame! El AUXILIAR y la CAUTIVA toman el cadáver del CAPITÁN y lo echan boca arriba sobre la losa. Decoran el cuerpo con claveles rojos y blancos que el AUXILIAR saca de un pequeño florero. Colocan guirnaldas, papeles de colores. Lo hacen con cierto frenesí. Ríen. Suenan pasos, gritos, risas en el pasillo. La procesión se va acercando. CAUTIVA ¡Mira qué lindo, qué lindo está todo! Se oyen portazos. VOCES ¡Déjenos algo, pues, jefe! AUXILIAR Ya llegan los invitados. Les voy a decir que esperen un ratito. CAUTIVA ¡No! ¡Hay que dejarlos pasar! Se miran en silencio por unos segundos mientras los soldados gritan afuera. VOCES ¡’Ta con el chupe! ¡Trío! ¡Uyuyuy! ¡Los novios! ¡No se les vaya a quemar el arroz! ¡Vivan los novios! ¡Ya cállense carajo! ¡Déjenlo terminar bonito! El AUXILIAR se acerca a la puerta. AUXILIAR ¡Cállense, carajo! ¡Dejen trabajar! Se escuchan risas y murmullos de los soldados que se alejan por el pasillo. El AUXILIAR y la CAUTIVA cargan el cuerpo del 35 CAPITÁN y lo colocan en una camilla. Golpean la puerta con fuerza. AUXILIAR Échate aquí bonito, tú hazme caso nomás y vas a cantar con el corazón más alegre, el más ancho y alegre porque volveremos al mundo y seremos calor de los soles, purito oro haremos llover. MÉDICO ¿Capitán? ¡Capitán! Los golpes se intensifican. ¿Capitán? CAUTIVA ¡Vamos a dejar que los invitados entren! ¡Todos quieren ser felices, solo quieren ser felices! ¡Vamos a darles a todos lo que quieren! ¡Que entren! ¡Ya vamos a celebrar! ¡Seré el plato principal de la fiesta! La procesión está más cerca, la música crece. MÉDICO ¡Abran! ¡Abran, carajo! La CAUTIVA sube a la losa y se para como si fuera la Virgen en el anda. Mientras se oye pasar la procesión, los muertos se levantan. Primero el cabito y el senderista. Intentan tomar a la cautiva como si fuera su presa. El AUXILIAR observa la escena con horror. Como si se tratara de una pesadilla de la que no puede despertar. La CAUTIVA es tomada por los hombres. Se levanta el CAPITÁN. La música de la procesión ha crecido al máximo. La confusión crece. Los hombres luchan por la presa en una especie de danza frenética. Mientras el MÉDICO golpea la puerta, la escena de los violadores se ha reducido a la CAUTIVA y el CAPITÁN. El cabito y el senderista muertos han desaparecido. El CAPITÁN monta a la CAUTIVA. El AUXILIAR sigue avanzando a primer plano con el bisturí en la mano. MÉDICO ¡Abran, mierda! ¡Abran! El AUXILIAR repite la escena de la muerte del capitán. La puerta se rompe. La música cesa de golpe. Entra el MÉDICO. Se detiene en el umbral y observa la escena con la linterna que lleva en la mano. Ve al CAPITÁN muerto sobre la CAUTIVA, en la misma posición en la que quedó después de que el AUXILIAR le cortara la yugular. 36 ¿Qué mierda es esto? Pausa. ¿Qué has hecho? ¿Qué has hecho, carajo? El AUXILIAR mira al MÉDICO en silencio. ¡Mierda, mierda, mierda! Pausa. ¿Sabes lo que te van a hacer? ¿Sabes? Eres uno de ellos… El MÉDICO sale de su estupor y avanza hacia la puerta de salida. AUXILIAR ¡Espere! El MÉDICO se detiene cerca de la puerta. MÉDICO ¿Qué quieres, huevón? AUXILIAR Deme un tiempo. MÉDICO ¡Qué te voy a dar yo a ti! Tú no me puedes pedir nada. Tú estás jodido. El AUXILIAR le muestra el bisturí que tiene en la mano. AUXILIAR Déjeme hacer lo que tengo que hacer. Usted sabe lo que tengo que hacer. El MÉDICO mueve la luz de la linterna que ilumina el rostro del AUXILIAR hacia el bisturí que el joven sostiene en su mano y nuevamente hacia el rostro del AUXILIAR. Pausa. Intenta salir nuevamente. La voz decidida del AUXILIAR lo detiene. ¡Doctor! El MÉDICO se detiene por un instante sin mirar al AUXILIAR y sale. El AUXILIAR intenta darse muerte. No puede. Suelta el cuchillo y se ubica frente a la puerta esperando firme la llegada de la tropa. Se quiebra. Llora. 37 CAUTIVA ¿Qué lloras? AUXILIAR Me voy. CAUTIVA Vamos. AUXILIAR ¿A dónde? CAUTIVA A Nueva Huanta, ¿no te acuerdas? AUXILIAR ¿Me vas a llevar? Pausa. AUXILIAR Sí. CAUTIVA Bonito el viaje, ¿no? AUXILIAR Sí. El AUXILIAR y la CAUTIVA atraviesan el escenario como si contemplaran un bosque. Una luz particular baña la escena. CAUTIVA La sombra fresquita. Mira el sol pasando por las hojas. Pausa. ¿Escuchas? AUXILIAR ¿Qué es? CAUTIVA La calandria, el ave que imita todas las voces. Apagón. 38 39