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IMPORTANCIA DE LA ENSEÑANZA DEL CUIDADOR ANTES DEL ALTA DE PACIENTES
DEPENDIENTES:
Desde mi punto de vista, el integrar a los cuidadores familiares en los cuidados de pacientes
dependientes antes del alta es un aspecto de alta importancia. Un paciente con dependencia tras
dicho suceso se verá obligado a necesitar ayuda para cubrir todas sus necesidades básicas por lo
tanto requerirá a alguien que pueda ayudarle en todo momento. Para ello, la familia resulta ser el
núcleo fundamental para la recuperación y el cuidado de estas personas. De este modo, los
cuidadores familiares toman un papel indispensable en la salud de estos ya que de ellos dependerá
la continuidad de los cuidados, la mejora y/o el mantenimiento. Pero para eso, es necesario que
tengan los conocimientos indispensables acerca de los cuidados del paciente y sobre los recursos
que tienen a su alcance con el fin de facilitar tanto la vida del paciente como del cuidador
desarrollando las habilidades de forma óptima. A su vez, contribuirá a que el paciente se sienta
mucho más seguro y confiado frente a su cuidador familiar pues ha presenciado cómo el profesional
sanitario le enseñaba a realizarlo.
Una situación de salud nueva y desconocida en un familiar puede provocar el desborde del
cuidador por encontrarse perdido ante lo desconocido. Además, se une el hecho de tener que
encargarse de un trabajo que implica una dedicación importante de tiempo y energía, trabajo que
por desgracia, a día de hoy, no está valorado ni reconocido como debiera ser. Una dedicación de 24
horas como ocurre generalmente. Todo ello, provocará miedo, cansancio, preocupación y angustia,
entre otros problemas físicos, psíquicos, sociales....
Por estas mismas razones, si pretendemos que el paciente reciba los mejores cuidados, con
una continuidad, calidad y efectividad asegurada, debemos atender y mimar como es debido a los
cuidadores, pues éstos forman parte esencial del cuidado, son el motor del cuidado. De este modo,
como profesionales debemos integrar al cuidador en los cuidados del paciente desde primer
momento trabajando junto a la familia, dándoles todo el apoyo, la enseñanza, educación y la
información necesaria y de calidad para que se lleve a cabo la recuperación tanto del paciente como
de la dinámica familiar con una rápida integración de la nueva situación.
Además, no sólo es importante integrar a los cuidadores familiares por beneficio del mismo paciente
sino también por el propio cuidador ya que el conocimiento favorecerá la realización de las
actividades, la seguridad y la salud del mismo previniendo enfermedades, lesiones y problemas
mayores como Cansancio del Rol de Cuidador, lesiones de espalda en las movilizaciones, disminución
de estrés y ansiedad, disminución a su vez de las demandas de asistencia y gastos económicos
sanitarios, prevención del síndrome de Burn – out de los profesionales sanitarios… Además de la
satisfacción que los cuidadores sentirán al ayudar a su familiar viendo como aumenta o se mantiene
la calidad de vida de éste con los cuidados que le proporcionan, el estrechamiento en la relación y el
desarrollo de la empatía y de los conocimientos de los mismos.
GESTIÓN DE CASOS: IMPORTANCIA DEL EQUIPO MULTI E INTERDISCIPLINAR:
La complejidad de manejo del paciente geriátrico en cuanto a la diversidad e interacción de
distintos aspectos clínicos, físicos, funcionales, psicológicos y sociales requiere de una serie de
conocimientos, habilidades y aptitudes que no suelen estar al alcance de un único profesional.
Por ello, es necesaria la participación de los diferentes profesionales médicos, de enfermería,
terapeutas, trabajadores sociales, auxiliares, psicologos, u otros profesionales, en el abordaje de los
diferentes aspectos de la asistencia al anciano, que a su vez ha fomentado el desarrollo progresivo
de la metodología del trabajo en equipo.
Esta forma de trabajar permite un abordaje completo dirigido a ofrecer una atención integral en la
que todos los profesionales trabajan para conseguir un objetivo común para el enfermo. Este
objetivo final no se podrá conseguir si el engranaje no está lubricado por los valores técnicos y éticos
que todo profesional de la salud debe poseer, y por su código deontológico.
Desde la perspectiva asistencial los cuidados, liderados y coordinados por una enfermera
responsable y especializada, siempre han de ir orientados a que el enfermo alcance el mayor grado
de autonomía posible para la satisfacción de sus necesidades cotidianas, ya que con ello se
contribuye a un enlentecimiento de su proceso patológico; pero al mismo tiempo han de procurar
que las familias y el mismo equipo cuidador se sientan beneficiados por dichos cuidados y/o por la
manera de dispensar éstos, ya que la implicación y participación de los mismos es imprescindible
para conseguir los objetivos propuestos. De este modo, entendemos que la enfermera debe ser el
pilar básico del equipo que presta atención asistencial al enfermo y a su familia.
Además, el funcionamiento del equipo exige de la participación y la responsabilidad compartida de
sus miembros. Muchas veces hay que luchar con el propio carácter, con la propia personalidad, por
el bien del equipo y, por lo que es más importante, en beneficio del paciente. El trabajo en equipo
en la atención al paciente es, esencialmente, compartir, como mínimo, el objetivo.
Uno de los grandes desafíos del marco sanitario en el siglo XXI es la plena consolidación del
diálogo interdisciplinar como herramienta de trabajo. En este marco, la enfermería debe
introducirse, de pleno, en el diálogo interdisciplinar. Para ello, no sólo es necesario un lenguaje
adecuado, sino una posición de poder simétrica, que permita a la enfermera poder expresarse en un
plano de igualdad de condiciones con respecto a los otros interlocutores implicados en el diálogo.
De este modo, se precisa la articulación de un lenguaje común entre todos los miembros del equipo,
pues de otro modo el diálogo y la interrelación profesional resultan inviables. Para ello, Es
necesario, pues, forjar un metalenguaje en el ámbito sanitario, es decir, un lenguaje que trascienda
los límites existentes entre las distintas profesiones.
El futuro de la asistencia al paciente geriátrico pasa, ineludiblemente, por la praxis del
trabajo interdisciplinar, pero sólo es posible el ejercicio de la interdisciplinariedad desde la previa
definición de cada disciplina, de sus límites y de sus finalidades. Por ello, es preciso distinguir entre
interdisciplinariedad y multidisciplinariedad pues, aunque los términos multi e interdisciplinario se
han empleado indistintamente para definir los equipos de trabajo, existen algunas diferencias entre
éstos:
-
El equipo multidisciplinario es un grupo de diferentes profesionales que trabajan en un área
común de forma independiente, valoran al enfermo por separado e interactúan entre ellos
de manera informal.
-
El equipo interdisciplinario (es el tipo de equipo asistencial en geriatría) está constituido por
diferentes profesionales que trabajan en un área común de forma interdependiente e
interactúan entre ellos de manera formal e informal. Pueden valorar al enfermo por
separado pero intercambian la información de una forma sistemática comparten una
metodología de trabajo y trabajan juntos para conseguir unos objetivos conjuntos,
colaborando entre ellos en la planificación y puesta en marcha de un plan de tratamiento y
cuidados
Existen múltiples estudios que han demostrado la rentabilidad de la aplicación de este
modelo asistencial y que como líneas fundamentales destacan que:
1. La valoración de forma aislada, por muy exhaustiva que sea, carece de valor sin un
desarrollo adecuado posterior de planes de cuidados.
2. Se demuestra la eficiencia de la valoración interdisciplinar frente a valoraciones
«monodisciplinares», a nivel de reducción de mortalidad, mejoría de la funcionalidad,
disminución de reingresos hospitalarios, disminución de las tasas de institucionalización y de
la sobrecarga de los cuidadores.
Algunas de las ventajas que aporta al paciente y a los profesionales:
-
Acceso a un mayor número de servicios y profesionales.
Mayor eficiencia por mayor integración y coordinación de servicios para el paciente.
Mayor comunicación y soporte entre profesionales y cuidadores.
Mayor número de oportunidades para adquirir conocimientos y habilidades de máxima
calidad.
Por todas estas razones, es necesario un modelo asistencial interdisciplinar frente al
monodisciplinar, a pesar de que ello suponga la superación de viejos prejuicios y la redefinición clara
y categórica de las finalidades y los objetivos de cada profesión y que las competencias de cada
miembro sean reconocidas por todos los demás. Las labores a realizar son de todos y todos trabajan
para el mismo objetivo, el bien del enfermo y su familia. Esta forma de trabajar representa la
implicación de todos con la responsabilidad de todos siendo el objetivo último la mejor y más
personalizada asistencia al enfermo y familia proporcionándole cuidados de calidad para vivir la
última etapa del ciclo vital de la mejor manera posible.
El trabajo interdisciplinar, como decíamos, obliga a cada disciplina a delimitar con precisión cuál es
su función, su estatuto y su rol en el conjunto de las Ciencias de la Salud para evitar tensiones de
carácter laboral. En este proceso de reubicación disciplinar general, la Enfermería debe hallar su
singularidad y reivindicar su estatuto y su rol autónomo.
Así, el deber moral de los profesionales sanitarios no sólo radica en la buena praxis de su profesión,
sino en la reivindicación de unas condiciones adecuadas desde el punto de vista institucional para el
buen ejercicio del cuidar y del curar. Ahí radica, precisamente, la dimensión social y política de la
profesión de Enfermería.
En conclusión, el trabajo en equipo interdisciplinar es un arma más y una característica
asistencial específica de la geriatría que surge de la complejidad de abordaje y tratamiento de todos
los factores que influyen e interaccionan en el proceso de enfermar en el anciano. (1, 2, 3)
Pero de todo el equipo multidisciplinar, me gustaría resaltar el papel de la enfermera gestora de
casos dentro de los distintos equipos interdisciplinarios de los diferentes ámbitos sanitarios en los
que es posible su rol:
La enfermera gestora de casos –o de enlace, que también se denomina en algunos servicios de
salud– no es algo nuevo, pero sí una gran desconocida, incluso dentro de la propia profesión.
Aunque se trata de una figura que no está presente en todas las comunidades autónomas, a día de
hoy, es Andalucía la región que más desarrollado tiene el modelo de gestión de casos, implantado en
todo el sistema público andaluz en 2002, como desarrollo de su Plan de Apoyo a las Familias
Andaluzas.
Ante la realidad de cambios sociodemogáficos y de morbimortalidad, entre otros, los Servicios
de Salud tuvieron que ofertar una asistencia de alta calidad y coste – efectiva en Atención
Especializada, con énfasis en determinados grupos de población más vulnerables y con el fin de
adaptarse a dichos cambios existentes en la población. Para satisfacer ésta nueva necesidad, el
Servicio Andaluz de Salud (SAS) creó la figura de la Enfermera Hospitalaria de Enlace (EHE), como
gestora de casos.
En este sentido, el SAS desarrolló, entre otras estrategias, la figura de dicha Enfermera con el
principal objetivo de potenciar la asistencia domiciliaria, coordinando la intervención de los distintos
profesionales en el equipo de Atención Primaria con los profesionales de Atención Especializada
donde la población hospitalaria está incrementando ostensiblemente la proporción de personas
mayores de 65 años, siendo este sector poblacional el más frecuente de estos servicios. De este
modo, al encontrarnos con una Atención Especializada que está prestando servicios a una población
cada vez más envejecida, y con múltiples y complejos problemas socio-sanitarios, hizo que surgiera
la presencia de una enfermera en el ámbito hospitalario dedicada a la gestión de casos para la
población más vulnerable.
Así, la Enfermera Gestora de Casos en el Hospital facilita la coordinación entre los profesionales de
los distintos niveles y sectores, potenciando una respuesta única y más eficiente para la atención
integral a la salud de esta población y de sus cuidadores antes del alta hospitalaria y con la mira
puesta en el retorno al domicilio.
De este modo, la enfermera gestora de casos es la encargada de coordinar, planear y evaluar los
cuidados y recursos asistenciales y sociosanitarios que necesitará tanto el paciente como el
cuidador. A la vez que sirven de apoyo al cuidador no profesional, considerado también como
población diana de los servicios sanitarios. Todo ello con plena autonomía profesional.
En todo el proceso asistencial, la enfermera gestora de casos se convierte, así, en el referente de los
pacientes que tiene a su cargo, desde la selección de los mismos, a la gestión integral de sus citas en
un único acto, el apoyo y asesoramiento durante la hospitalización, dietas de acompañante, talleres
de aprendizaje para el cuidador familiar, plan de cuidados al alta, seguimiento telefónico, o incluso la
gestión de los servicios sociales de apoyo: teleasistencia, fisioterapia, atención a la dependencia…
Además tiene que colaborar y coordinarse con la enfermera referente y la enfermera gestora de
casos del centro de salud de los pacientes teniendo que llevar a cabo una labor muy importante para
que el plan de cuidados personalizado de cada persona salga bien, además de mantener una
adecuada comunicación entre todos los profesionales sanitarios para desarrollar un trabajo efectivo
y de calidad.
La enfermera gestora de casos se perfila como el modelo más adecuado para la atención de
pacientes crónicos, con altas demandas de atención y consumo de servicios sociosanitarios,
rompiendo niveles asistenciales. Por tanto, la enfermera es necesaria para que tanto la persona
cuidada como el cuidador tengan una mejor calidad de vida y que el trabajo en equipo entre los
múltiples profesionales sanitarios se realice de la mejor forma posible. Así tanto uno como otro son
importantes en diferentes aspectos de los cuidados de los pacientes geriátricos. (4, 5)
BIBLIOGRAFÍA:
(1) Junta de Andalucia. Los cuidados informales a un enfermo de Alzheimer: El cuidador
familiar.
2010;
Available
at:
http://www.fundacionmontemadrid.es/Ficheros/CMA/ficheros/OSMayores_Aula10Informal
.PDF. Accessed Diciembre, 2014.
(2) Ruiz Quiles VM. Interdisciplinariedad y trabajo en equipo en los cuidados de enfermería al
paciente
psicogeriátrico.
2008;
Available
at: http://www.revistahospitalarias.org/info_2008/02_192_10.htm. Accessed Diciembre,
2014.
(3) MecOhisa. Instituciones de asistencia y equipo profesional interdisciplinar. 2011; Available
at: http://www.mcgraw-hill.es/bcv/guide/capitulo/8448176928.pdf. Accessed Diciembre,
2014.
(4) Gutiérrez Bezón C, Jiménez Rojas C, Corregidor Sánchez A. EL EQUIPO INTERDISCIPLINAR.
2007;
Available
at: http://www.segg.es/download.asp?file=/tratadogeriatria/PDF/S3505%2007_I.pdf. Accessed Diciembre, 2014.
(5) Romero G. La gestión de casos en enfermería, una gran desconocida. 2014; Available
at: http://www.consejogeneralenfermeria.org/index.php/sala-deprensa/noticias/item/1939-la-gesti%C3%B3n-de-casos-en-enfermer%C3%ADa-una-grandesconocida#.VKKyxsCQ. Accessed Diciembre, 2014.
(6) Junta de Andalucía. Manual de Gestión de Casos en Andalucía. 2006; Available
at: http://www.index-f.com/lascasas/documentos/lc0246.pdf. Accessed Diciembre, 2014.
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