Subido por Constanza Figueroa

ELIMINACIÓN DE CONTAMINANTES PARTICULADOS

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ELIMINACIÓN DE CONTAMINANTES
PARTICULADOS.
Los principales equipos y sistemas utilizados y los mecanismos físicos en los que se basan para la
separación de partículas son:
-
-
-
Cámaras de sedimentación (fuerza de gravedad).
Separadores inerciales. (inercia)
• Impactadores
• Ciclones (fuerza centrífuga).
Filtros (cribado e impactación y otros).
• de fibras,
• textiles
• "papel" (alta eficacia)
Lavadores húmedos (captación y arrastre por líquidos).
Precipitadores electrostáticos (fuerzas electrostáticas).
1. Cámaras de sedimentación.
Estos equipos son cámaras paralepipédicas o cilíndricas de grandes dimensiones en las que la
velocidad de la corriente gaseosa se reduce para que las partículas que están en suspensión tengan
un tiempo suficiente para depositarse en el fondo de la cámara, en forma de tolva, desde donde
son extraídas al exterior a través de un sistema estanco como puede ser una válvula rotativa o de
doble compuerta.
El gas contaminado con partículas se introduce por el extremo superior lateral del paralepípedo o
cilindro, a través de una ranura distribuidora y sale por otra ranura dispuesta en la parte superior
de la cara opuesta. Para un buen funcionamiento es conveniente que la velocidad del gas en la
cámara sea inferior a 3 m/s o, en cualquier caso, inferior a la velocidad de arrastre de las partículas
que queramos separar y que dependerá de su tamaño. Al aumentar la temperatura del gas
disminuye el rendimiento del equipo en el sentido de que aumenta el diámetro mínimo de las
partículas que son retenidas.
En la Figura 1 se presenta un esquema genérico de funcionamiento y diseño de una cámara de
gravedad.
Para aumentar la eficacia de este tipo de cámaras se disponen placas horizontales en su interior con
lo que se reduce la distancia vertical a recorrer por las partículas y se consigue una mayor eficacia
de separación. En la Figura 2. se representa las llamadas cámaras de Howard que están diseñadas
con este criterio.
La instalación de estas placas de separación presenta el inconveniente de que para descargar el
polvo depositado sobre ellas, hay que interrumpir el flujo de gas, por lo que en procesos continuos,
se necesitan dos cámaras funcionando en paralelo, una que este en separación y la otra en limpieza.
El funcionamiento de estas cámaras exige grandes longitudes y volúmenes para poder separar
partículas pequeñas, por lo que solamente se emplean como etapa previa a otro sistema o como
separación de partículas de gran tamaño (diámetros medios superiores a 0,05 mm).
Las cámaras de gravedad son de fácil construcción, baja inversión y bajos costes de mantenimiento
anual, tienen bajas pérdidas de carga y por tanto de energía, de forma que tienen reducidos
consumos eléctricos provenientes de los motores de accionamiento de los ventiladores o soplantes
y escasos problemas de abrasión.
El principal inconveniente es que precisan grandes espacios para su instalación. También necesitan
que el gas llegue seco para evitar problemas de incrustaciones provocadas por las condensaciones,
y que el sólido no sea pegajoso.
Para calcular el rendimiento de captación es necesario conocer la velocidad de caída libre de la
partícula y los principales parámetros de la cámara.
La velocidad de caída libre de las partículas depende de:
- Tamaño, forma y densidad de las partículas
- Viscosidad y densidad del gas portador.
y se calcula según la Ley de Stokes, donde V es la velocidad de caída libre de la partícula, σ su
densidad y d su diámetro, µ la viscosidad del gas y p su densidad.
V = (g x d2 x ( – p))/18
El tiempo de sedimentación es ts = h / V, siendo h la altura de la cámara, y el tiempo de permanencia
del gas en la cámara es tp = L / Vg siendo L la longitud de la cámara y Vg la velocidad del gas en la
cámara.
A partir de estas fórmulas se calcula el rendimiento de captación:
Figura 1. Cámara de gravedad
Figura 2: Cámara de Howard
2. Separadores inerciales.
Estos equipos funcionan imprimiendo un cambio brusco a la dirección de la corriente gaseosa,
mediante deflectores o pantallas situadas en la corriente del gas, lo que permite la separación de
las partículas al chocar contra el obstáculo que desvía los gases, debido a su mayor inercia,
aglomerándose con las existentes sobre la pared.
El empleo de estos sistemas se limita a la captación, con un rendimiento aceptable, de partículas de
diámetro medio superior a 20 µm con pérdidas de carga de 15 a 30 mm de columna de agua, por lo
que se emplean como separadores previos. La diversidad de estos equipos es muy grande y su
rendimiento se basa en la posibilidad de impacto de la materia particulada sobre los impactadores.
Este rendimiento se define como la fracción de partículas que impactan sobre la placa quedando
retenidas.
Los separadores inerciales son relativamente baratos de fabricar y operar, aunque su efectividad no
es muy alta y deben operar siempre con gases secos y material particulado no pegajoso o
aglutinante.
Tienen unas caídas de presión moderadas en proporción con la cantidad de materia particulada que
separan y pueden trabajar a temperaturas y presiones elevadas que sólo estarán limitadas por los
materiales empleados en su construcción. Permiten recoger los materiales en seco y necesitan
menos espacio que las cámaras de sedimentación.
La efectividad de estos equipos se correlaciona con la pérdida de carga que sufre el gas al atravesar
el equipo. Cuanto mejor efecto tiene el obstáculo mayor será la pérdida de carga y su rendimiento.
También suele ser proporcional a dicha pérdida de carga la erosión de las placas deflectoras y de la
coraza del colector, que deben inspeccionarse periódicamente, por lo que los equipos más efectivos
tendrán, asimismo, mayores costes de operación y mantenimiento.
Figura 3. Impactador de baffled.
Existen múltiples modelos, más o menos complejos, desde los simples baffled (paneles
perpendiculares al flujo de la corriente) hasta los de orificio o ranurados. Estos últimos son capaces
de retener partículas de 2 µm, pero su construcción es más cara y su mantenimiento y los costes
energéticos más elevados. En las Figuras 3 y 4 se representan estos dos tipos de colectores por
impacto.
Figura 4. Colardor de impacto ranurado
Dentro de la gama de separadores inerciales pueden también considerarse aquellos que separan la
materia particulada con ayuda mecánica, siendo conocidos como separadores mecánicos o con
ayuda mecánica. Los separadores de este tipo usan álabes rotatorios (p.e. ventilador de aspas
radiales), para impartir mecánicamente una fuerza centrífuga a las partículas de la corriente del gas,
causando su choque con las paredes, su aglomeración y separación del gas. Operando a bajas
velocidades (400 a 600 r.p.m.), se minimizan los efectos de la abrasión. Se utilizan en aplicaciones
donde el espacio es limitado.
Permiten recuperar partículas de diámetro medio del orden de 10 µm con rendimientos superiores
al 30%.
Estos separadores han sido desplazados en gran parte de sus aplicaciones por los ciclones, cayendo
en desuso en la actualidad.
3. Ciclones
Este tipo de equipos son también conocidos como separadores centrífugos. En la Figura 5 se
esquematiza un ciclón convencional.
Los ciclones utilizan la inercia para remover las partículas de la corriente del gas. La corriente
gaseosa entra de forma tangencial por la zona superior del cilindro con una velocidad elevada,
chocando contra la pared, recorriéndola a la vez que desciende hasta el fondo en un movimiento
en espiral. Cuando llega al fondo la corriente forma otra espiral ascendente en sentido contrario
que sube por el interior de la corriente de bajada para salir del equipo por su conducto superior
central. En la corriente descendente el movimiento de vórtice hace que las fuerzas centrífugas
tiendan a empujar las partículas suspendidas en el gas hacia las paredes del ciclón, aglomerándolas,
y empujándolas hacia el fondo de donde pueden ser extraídas.
Los elementos base del ciclón son, por tanto, una apropiada entrada de gas que produzca el vórtice,
un cuerpo cilíndrico donde se produce la separación de las partículas, un cuerpo troncocónico donde
se depositan y una salida axial para el gas limpio. El equipo se completa, en su parte inferior, con un
sistema de cierre de gases y extracción del polvo.
En el tipo de ciclón más común, la entrada de gas es tangencial y se produce cerca de la parte
superior del cuerpo ciclónico cilíndrico, creando un vórtice o flujo espiral hacia abajo entre las
paredes del conducto de salida del gas depurado y el cuerpo del ciclón. Este vórtice, que recibe el
nombre de vórtice principal, invierte su sentido de flujo cerca del fondo y sigue con un flujo en
espiral hacia arriba formando un vórtice interior al vórtice principal evacuando los gases por el
conducto de salida.
Figura 5. Ciclón de entrada tangencial.
El ciclón se comporta como un concentrador de polvo en las paredes. De allí, éste cae al fondo.
Las partículas en la corriente del gas son forzadas hacia la pared del ciclón por la fuerza centrífuga
del gas en rotación, pero se les opone la fuerza de arrastre del gas que pasa por el ciclón hacia la
salida. Con las partículas más grandes, la inercia vence a la fuerza de arrastre, haciendo que las
partículas alcancen la pared del ciclón y sean colectadas. Con las partículas más pequeñas, la fuerza
de arrastre es mayor que la inercia, ocasionando que las partículas salgan del ciclón junto con el gas.
La gravedad hace que las partículas más grandes que llegan a la pared del ciclón bajen hacia la tolva.
La relación de dimensiones entre el cuerpo ciclónico y el cono de recogida de polvo afecta a la
posible existencia de arrastres y por tanto al rendimiento. La descarga de fondo de los sólidos debe
ser completamente estanca para evitar escapes de gas, si se trabaja a presión, y entrada de aire, si
se trabaja a depresión. Uno de los cierres más comunes es el de tipo alveolar rotatorio o de doble
clapeta.
Los ciclones son uno de los equipos más empleados debido a su economía y versatilidad, con la
ventaja adicional de carecer de elementos móviles.
La eficiencia de colección de los ciclones varía en función del tamaño de la partícula y del diseño del
ciclón.La eficiencia aumenta con:
-
El tamaño de la partícula y/o la densidad
La velocidad en el conducto de entrada
La longitud del cuerpo del ciclón
El número de revoluciones del gas en el ciclón
La relación entre el diámetro del cuerpo del ciclón y el diámetro del conducto de salida
La carga de polvo
El pulimento de la superficie de la pared interior del ciclón
La eficacia del ciclón disminuirá con los aumentos en:
-
La viscosidad del gas
El diámetro del cuerpo
El diámetro de la salida del gas
El área de conducto de entrada del gas
La densidad del gas
Los ciclones se suelen clasificar en tres tipos: convencionales, de alta eficacia y de alta capacidad.
Varían en los parámetros de diseño y, fundamentalmente, en la pérdida de carga que presentan.
Los ciclones convencionales pueden alcanzar rendimientos de hasta el 90% para partículas con
tamaño medio superior a 10 µm y bajos para partículas entre 10 y 2,5 µm.
Los de alta eficacia, ciclones con diámetros de cuerpo de pequeño tamaño y longitud
proporcionalmente elevada, alcanzan el 90% para partículas con tamaño medio de 5µm y de hasta
el 70% para 2,5µm. Tienen el problema de no poder tratar individualmente grandes caudales de
gases.
Los de alta capacidad, de diámetros de cuerpo muy grandes y corta longitud, están diseñados para
separar partículas con tamaños medios superiores a 20µm, siendo prácticamente inefectivos por
debajo de 10µm. Por sus características pueden construirse para tratar caudales muy elevados de
gases.
En la Figura 6 se esquematiza un ciclón con los parámetros y relación de dimensiones que definen
los tipos de ciclones antes descritos y cuya variación hace que se consideren como convencionales,
de alta eficacia o alta capacidad.
Figura 6: Esquema de un ciclón
Cuando se desea alta eficiencia y alta capacidad al mismo tiempo, se pueden operar varios ciclones
de alta eficacia en paralelo, formando lo que se llama multiciclón. Figura 7.
Para abaratar su construcción se introducen en un cuerpo común con una entrada y descarga única
(los elementos más caros en su construcción, en especial las válvulas de descarga) y se disponen en
su interior sobre una plataforma estanca, que separa los gases entrantes sucios de los salientes
depurados, de forma que las perdidas de carga sean equivalentes en todos ellos para que funcionen
todos con rendimientos similares. El gas entra a los tubos a través de aspas axiales que le imparten
un movimiento circular.
Figura 7. Multiciclón.
La eficacia de un ciclón se define como la fracción en peso de las partículas que se recogen. El
tamaño de partícula que puede eliminarse de una corriente de gas con una eficacia del 50% en un
ciclón, se define como tamaño de corte, dpc, y se representa por la siguiente ecuación:
Donde:
dpc = Diámetro de corte (ft). Tamaño de partícula colectado con eficiencia del 50%
µ = viscosidad del gas (lb mass/sec-ft = centipoise x 0,672 x 10-3)
W = ancho entrada a ciclón (ft)
N = número efectivo de vueltas dentro del ciclón
V = velocidad de entrada del gas (ft/sec)
ρp = densidad real de las partículas (lb/ft3)
ρg = densidad del gas (lb/ft3)
π = constante
El límite mínimo de aplicación de este tipo de separador está en partículas de tamaño medio
superiores a 5µm de diámetro, obteniéndose rendimientos de hasta el 95% de separación cuando
se emplean multiciclones.
Se emplean en instalaciones de funcionamiento continuo como secado, molienda, sinterización,
tostación, hornos de cemento, siderurgia y fundiciones, industria química y combustión de
carbones.
Las ventajas de los ciclones son las siguientes:
-
Bajos costes de capital
Pocas partes móviles, es decir poco mantenimiento y bajos costes de operación
Caídas bajas de presión (5 a 15 cm de columna de agua) comparada con la cantidad de
materia particulada que separan.
Presión y temperatura limitadas únicamente por sus materiales de construcción
Recogen y separan el material en seco.
Como desventajas pueden citarse:
-
Eficacia de recolección relativamente baja para tamaños inferiores a 10µm
No pueden manejar materiales pegajosos o aglomerantes
Las unidades de alta eficacia pueden tener altas caídas de presión
Los ciclones, por si solos, no son adecuados para cumplir con las reglamentaciones más estrictas en
materia de separación de partículas de las corrientes gaseosas, pero tienen un uso muy importante
como prelimpiadores antes del equipo de control final, siempre más caro, como son los
precipitadores electrostáticos o los filtros de tela.
4. Separadores de capa porosa. Filtros.
La filtración es el método más antiguo y más efectivo entre todos los que se utilizan para separar
materia particulada en los gases. El gas residual se pasa por una tela de tejido apretado, un fieltro,
o un "papel" con el fin de que la materia particulada en el gas sea retenida por los mismos. El
mecanismo de retención es por tamizado o cribado, choque de las partículas contra las fibras del
material filtrante y contra el propio sólido retenido anteriormente, atracción electrostática, y,
dentro de la propia estructura filtrante, por deposición de las partículas por las fuerzas de gravedad.
Las partículas en suspensión se retienen sobre el material filtrante, a través de cuyos huecos pasan
los gases y sólo las partículas más pequeñas. Las partículas depositadas sobre el soporte filtrante
crean a su vez, un nuevo sistema filtrante que tiene mayor superficie y deja menores huecos lo que
permite retener partículas más pequeñas, aumentando la eficacia del filtro. Este aumento de
eficacia viene acompañado también de un aumento de pérdida de carga, por lo que es necesario
limpiarlo para mantenerse dentro de los límites de operación o sustituirlo si la limpieza no fuera
posible.
La filtración puede ser muy efectiva (99,999%) hasta con partículas muy pequeñas, menores de 0,5
µm de diámetro y sus limitaciones derivan fundamentalmente de la temperatura de los gases, que
por la resistencia a la temperatura del material filtrante no suele ser superior a los 300 ºC, salvo en
filtros cerámicos muy especiales, ni inferior a la temperatura de condensación del agua en los
mismos.
Dentro de los sistemas de filtración destacan los filtros de materiales fibrosos, los filtros de "papel"
(incluidos cartuchos) y los filtros industriales o de tela.
Filtros de materiales fibrosos.
Son equipos que se caracterizan porque la energía necesaria para la filtración se aporta a través del
movimiento del material filtrante constituido por un conjunto de filamentos que gira a elevada
velocidad dentro de un sistema cerrado donde se introduce el gas con las partículas que se quieren
separar. Las fibras, en su movimiento, impactan contra las partículas sólidas impulsándolas contra
las paredes donde se aglomeran y caen al fondo del equipo desde donde se extraen del sistema.
Se caracterizan por su elevada porosidad, 97 a 99% de espacios libres. El mecanismo de cribado y
retención de las partículas no es significativo en este tipo de filtros. Las fuerzas dominantes en el
funcionamiento para la limpieza de gases son la impactación, y la aglomeración, unidas a la atracción
superficial. Estas fuerzas de atracción suelen ser electrostáticas y contribuyen a la retención de las
partículas de menores tamaños.
La eficacia es muy elevada. En algunos casos pueden alcanzar rendimientos del 99,9% utilizando
fibras de vidrio, separando partículas submicrónicas.
Las ventajas de estos filtros incluyen unos períodos largos de operación con baja limpieza, gran
capacidad de filtración con bajas pérdidas de carga, y que pueden aplicarse a gases con
temperaturas relativamente elevadas. Como principal inconveniente está la dificultad de limpiarlo
por su propia naturaleza, el necesitar espacios importantes para su montaje y unos mayores costos
operativos derivados del mayor consumo de energía y reposición de las fibras.
Se pueden utilizar numerosos materiales y pueden diseñarse autolimpiables.
En la Figura 8 se representa un filtro de estas características autolimpiable
Figura 8: Filtro materiales fibrosos autolimpiable
Filtros de "papel".
Estos filtros se utilizan cuando se requiere una eficacia muy alta en la separación de las partículas.
Los filtros de "papel" utilizan todos los mecanismos de captura de partículas y retención, siendo la
más significativa las de difusión y cribado.
Dependiendo del rendimiento, fugas y porosidad se clasifican en dos grupos:
Los filtros Hepa (High Efficiency Particulare Air): H-10, H-11, H-12, H-13 y H-14.
Los filtros ULPA (Ulpa Low Penetration Air):
Su uso está indicado cuando se requiere un aire muy limpio como es el caso de “habitaciones
blancas” en hospitales, centros de procesos de datos, la industria nuclear y aerospacial, plantas de
procesamiento de alimentos o fabricación de semiconductores, alimentación de aire a motores, etc.
Están limitados a aplicaciones con baja capacidad de flujo de aire Los filtros de "papel" pueden
fabricarse a partir de papel, fibras minerales o microfibras de vidrio con o sin fibras vegetales,
dependiendo de la resistencia que se necesite, temperatura de operación, el tamaño de poro
definido y su resistencia al agua y agentes químicos.
En general, el medio filtrante está plisado para proporcionar una mayor área superficial por la
relación de flujo volumétrico, razón por la que también se les conoce como medios filtrantes
extendidos.
Pueden diseñarse geométricamente de la forma más conveniente para alcanzar superficies de
filtración elevadas, plegándolos lineal o circularmente, formando cartuchos. En todos los casos el
filtro hay que sellarlo al marco o tapa del cartucho con poliuretano plástico, resina epóxida u otros
selladores para evitar pasos del aire, lo que puede ser otro limitador para su uso en determinadas
condiciones de temperatura o agentes químicos. Figura 9.
Requieren una inversión inicial media (filtros y soportes), y los costes de operación y mantenimiento
son medianos si se limpian. Los planos no suelen limpiarse y reciclarse y una vez acabada su vida útil
se reemplazan. Los más grandes, en especial los cartuchos, suelen limpiarse por chorro pulsante lo
que hace que su ciclo de eficacia de retención varíe desde un máximo cuando está más sucio a un
mínimo cuando se limpia.
Figura 9. Filtros de alta eficiencia plisados
Filtros de tela.
Es uno de los métodos mas utilizados industrialmente para la separación de partículas de corrientes
gaseosas. Un filtro de tela es capaz de trabajar con alta eficacia (99,9%) y retener partículas tan
pequeñas como 0,5 µm.
La retención de las partículas de una corriente gaseosa no es una simple operación de filtración por
cribado. Los poros de la tela empleada tienen un tamaño muy superior al de las partículas que
retienen, a veces del orden de 100 veces mayor. La retención de las partículas se basa en
mecanismos de interceptación e impactación con las fibras de la tela, de difusión Browniana,
atracción electrostática y deposición gravitacional. Estos mecanismos suelen actuar conjuntamente,
lo que favorece la retención de toda la gama de tamaños de las partículas sobre la tela.
Los elementos filtrantes tienen forma tubular, de ahí el nombre de filtros de mangas, y están
cerradas por uno de sus extremos. Las mangas para caudales medios pueden tener unas
dimensiones comprendidas entre 125 y 500 mm. de diámetro y entre 3 y 15 m. para la longitud. Las
temperaturas deben ser inferiores a 300 ºC. para evitar la abrasión e incendio de las mangas. El
tiempo de uso es variable oscilando entre 18 y 36 meses.
Los filtros de mangas están constituidos por una carcasa estructural, dividida internamente en dos
compartimentos por una placa horizontal que los hace estancos entre sí y que se utiliza asimismo
para colgar las mangas en su interior. La entrada de gases sucios se hace por el compartimento
inferior (plenum sucio) y la salida de gases limpios se realiza por el compartimento superior (plenum
limpio). La placa horizontal de separación esta construida con un conjunto de orificios circulares a
los que se adaptan y sujetan los extremos abiertos de las mangas, de tal forma que el paso de los
gases desde el compartimento inferior al superior solo puede realizarse atravesando los gases la
tela de las mangas. Por la longitud de las mismas el plenum sucio tiene una altura muy superior al
plenum limpio.
El gas que se introduce en el compartimento inferior atraviesa la tela para pasar al superior y en
dicha operación se produce la filtración de las partículas que se depositan sobre la tela. Para evitar
que las mangas, por la presión de los gases, se colapsen y se peguen sus paredes se las dota de una
estructura metálica interna muy ligera que las permite mantener su forma y por lo tanto toda su
superficie de filtración. Figura 10.
Figura 10: Estructuras internas de telas filtrantes
Periódicamente la tela debe limpiarse para impedir su taponamiento y disminuir la perdida de carga
que se produce al ir aumentando el depósito de polvo. Este polvo que se desprende de las mangas
cae a la zona inferior dotado de unas tolvas de descarga de las que se extrae por un sistema
mecánico como puede ser un tornillo sinfín, o un sistema de válvulas.
Las telas filtrantes se presentan en el mercado en una gran variedad de formas, tamaños y tejidos
filtrantes. El tipo de tejido es muy importante pues nos va a determinar el rendimiento esperado,
su resistencia a determinados agentes químicos y a la temperatura de trabajo (Tabla 4). Esta
elección debe hacerse basándose en la consideración de una serie de características (Figura 11) que,
suelen ser:
-
Temperatura de operación.
Humedad de los gases.
Peso específico del sólido.
Resistencia a los ácidos y a las bases que acompañan a los gases.
Resistencia a disolventes orgánicos que puedan estar presentes.
Resistencia a la abrasión que producen los sólidos.
Tabla 4. Tejidos de filtros de mangas
POLIPROPILENO: Excelente resistencia a ácidos. MAX. 90 ºC
HOMOPOLÍMERO ACRÍLICO (DOLANIT-RICEM): Buena resistencia a ácidos y álcalis. Sensible a sales
de zinc. MAX. 125 ºC
POLIÉSTER: Resistencia a ácidos: adecuada. Resistencia a álcalis: baja. Sensible a los ácidos
ambientales. MAX. 140 ºC
PPS (RYTON): Excelente resistencia a ácidos y álcalis. Sensible al contenido de oxígeno (debe haber
menos de un 15% por volumen), agentes oxidantes MAX. 200 ºC
META-ARAMIDA (NÓMEX-KONEX): Resistencia a ácidos: moderada. Resistencia a álcalis: buena.
MAX. 220 ºC
CO-POLIAMIDA (P-84): Resistencia a ácidos: buena. Resistencia a álcalis: moderada. Sensible a
ácidos duros y a altas temperaturas. MAX. 260 ºC
PFE: Excelente resistencia a ácidos y álcalis. Sensible a metales álcalis y gases fluorhídricos. MAX.
260 ºC
Figura 11. Diagrama de aplicación de telas.
Industrialmente los diferentes filtros se identifican por el sistema de limpieza empleado. Puede
realizarse por: sacudida mecánica (Figura 12), aire inverso, (Figura 13), pulsaciones de aire
comprimido (Figura 14). Su eficacia varía con el tiempo y puede alcanzar valores de hasta 99 %.
Figura 12. Limpieza mecánica
Figura 13: Limpieza por aire inverso.
Figura 14. Limpieza por pulsaciones con aire comprimido
La limpieza por sacudida mecánica consiste en que, cuando se hayan colmatado las mangas de
polvo, es decir, cuando se ha alcanzado una pérdida de carga en el filtro preestablecida, entran en
funcionamiento unos grupos moto-vibradores que sacuden las mangas haciendo caer el polvo
recogido sobre unas tolvas. Este sistema permite trabajar en continuo.
En el caso de limpieza por aire inverso se emplea un ventilador que impulsa una corriente de aire
en la zona superior del filtro (zona limpia) en sentido contrario al de la filtración. De esta forma se
consigue soltar la capa de polvo depositada sobre las mangas. Durante la limpieza se interrumpe la
filtración por lo que, para un trabajo en continuo, es preciso tener dos unidades en paralelo una
filtrando y otra en limpieza, o bien módulos independientes en el mismo filtro.
En la limpieza mediante pulsaciones de aire comprimido se inyecta el aire en la zona limpia del filtro
y en la boca superior de las mangas (Figura 15) accionando una válvula del sistema de aire
comprimido, que crea una corriente que atraviesa la tela de dentro a fuera, inflando la manga y
desprendiendo la capa de polvo acumulada que cae al fondo del filtro. Este sistema se ayuda de la
captación de aire del plenum limpio ya que se inyecta a través de un venturi (Figura 16) que crea
una depresión en la cámara y arrastra aire limpio de la misma, aumentando el caudal. El
funcionamiento es continuo, ya que la limpieza se realiza sólo sobre una parte de las mangas que
constituyen el filtro mediante pulsaciones periódicas de aire comprimido que actúan sin detener la
filtración.
Como resultado de los mecanismos de limpieza utilizados en los filtros de tela, su eficacia de
recolección cambia continuamente. Cada ciclo de limpieza remueve, al menos, parte de la capa de
polvo depositada sobre la tela, y afloja las partículas que permanecen en el filtro. Cuando se reinicia
la filtración, la capacidad de filtrado ha disminuido porque se ha perdido parte de la capa de polvo
y las partículas sueltas son forzadas a pasar a través del filtro por el flujo de gas. A medida que las
partículas son capturadas, la eficiencia aumenta hasta el siguiente ciclo de limpieza.
El criterio fundamental para el diseño de un filtro industrial es la relación caudal de gases/superficie
de tela. Esta relación es la velocidad con que los gases atraviesan la superficial de la tela (m/min).
Dependiendo del tipo de filtro estas velocidades oscilan entre los 0,3 y 6 m/min. Otro criterio,
relacionado con el anterior, es la permeabilidad de la tela, expresada como el volumen de aire, en
metros cúbicos por minuto, que pasa a través de un metro cuadrado de tela, con una diferencia de
presión de 10 mm de columna de agua. Este rango varía entre 10 y 100 según el tipo de tela.
La pérdida de carga depende de una serie de factores propios del polvo y del tejido. Con carácter
general la pérdida de carga oscila entre 20 y 200 mm. de columna de agua / cm2 , (0.002 a 0.02
Kg./cm2).
Figura 15: Mangas
Figura 16: Venturis
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