DEUDA CON EL EVANGELIO Pedro E Trasladino IBCOT, Domingo 11/07/2021 PROPOSICIÓN: Retar a la congregación a cumplir con la comisión de predicar el evangelio, siendo este parte del propósito de haber sido llamado y adoptado como hijo de Dios. TEXTO BASE: Romanos 1:1-17 INTRODUCCIÓN: Una de las familias más hermosas que conocimos en el Zulia fue la familia Rodríguez. Hoy el hermano Víctor (la cabeza del hogar) ya se encuentra en la presencia de nuestro Dios. Sin embargo, Dios uso a este hombre, a su esposa (Esmeralda) e hijas (Gineth y Elianny) para anunciar el evangelio a más de una manzana en medio de su lugar de residencia. Esta familia se dispuso, de forma intencional, a orar por cada hogar. Se acercaban informaban a cada vecino que estaban orando por la comunidad y si ellos lo permitían, anotaban, en un viejo cuaderno los datos de la familia y cualquier motivo de oración que tuviesen. Poco a poco, Dios fue respondiendo oraciones y abriendo oportunidades, y en medio de la casa de la familia Rodríguez, en medio de sus grandes luchas familiares, de salud y limitaciones económicas, Dios permitió la conformación de una misión, en la cual se compartía la Palabra a alrededor de 15 – 20 adultos y entre 30 -45 niños. Definitivamente, esta fue una familia que impacto muchas vidas, no porque fueran muy conocedores de la Palabra, o supiesen hablar bien, ni porque tuviesen mucho recursos… fueron una familia de impacto porque amaban fervientemente al Señor y a sus vecinos. DESARROLLO: Ahora bien, No hay duda que, después de nuestro Señor Jesucristo, en toda la historia de la iglesia del primer siglo, no hubo un hombre más influyente que el apóstol Pablo, pues bajo la dirección divina no solo trabajó incansablemente en la fundación de iglesias y la proclamación del evangelio, sino que también fue el instrumento por medio del cual Dios nos dejo al menos 13 cartas de los 27 escritos que conforman el nuevo testamento. Sin embargo, de las 13 cartas, hay una que sobresale, no solo de entre los escritos paulinos, sino de toda la Escritura: Romanos. Y con esto no se pretende decir que Romanos es el libro más importante de la Biblia, sino que la lectura de esta epístola es altamente provechosa, por el hecho de que en ella se expresa de forma ordenada el fundamento teológico del evangelio de Cristo, entre otros elementos relevantes de la fe Cristiana. El Dr. Vernon McGee, hablando sobre la importancia de leer y estudiar frecuentemente Romanos, decía: “En la vida de quien lee el libro de Romanos constantemente tres características llegarán a ser dominantes: UN ENTENDIMIENTO de los hechos principales de la salvación. UNA CONVICCION excepcional de las cosas tocantes a la fe. UNA UTILIDAD en el servicio cristiano” (fin de la cita) En tal sentido, le invito a abrir su Biblia, en Romanos 1: 1-17 para encontrar algunas verdades que el Señor ha preparado para todos nosotros En primer lugar consideremos que: 1-. Hemos sido LLAMADOS POR GRACIA (Rom 1:1,5): notemos que en un sentido personal, el apóstol Pablo hace referencia al hecho de que fue “llamado” por Dios, y a su vez en el verso 5 expresa en forma general que por medio de Jesucristo “recibimos la gracia”. Estas palabras deben ser un recordatorio que en nosotros mismos no hay nada bueno que nos haga merecedores del amor de Dios, quien nos ha ofrecido Su Gracia (regalo no merecido: la salvación y comunión con Dios) y Su Misericordia (perdón no merecido) de tal forma que los que creemos en Jesucristo, podemos llamarnos hijos de Dios. Al igual que Pablo y los creyentes de Roma a quienes estaba dirigida esta carta, nosotros hemos sido llamados por Dios, por medio de Jesucristo, para que creamos y tengamos comunión con Él. Por ello, vale la pena preguntarnos ¿Qué implicaciones hace referencia la expresión “Creer en Jesucristo”? Ciertamente Dios llama al hombre a tener comunión con Él, quedando de parte nuestra decidir si aceptar o no su llamado, creer o no su ofrecimiento de gracia. En tal sentido creer no es más que depositar nuestra confianza, nuestra fe y seguridad en lo que Dios ha ofrecido a través de la obra de Jesucristo. Es la aceptación de la verdad sobre la Deidad de Cristo, su encarnación, muerte y resurrección; lo cual nos llevará de forma inevitable a la confesión y arrepentimiento por la vida de pecado. Creer implica Seguridad. Seguridad en la salvación dada por Dios, a todos los que sinceramente han respondido de forma positiva a Su llamado. Es la comprensión de que la Salvación no se pierde, pues no depende de nosotros sino de Dios, y que el Señor nos ha dado como sello de garantía a su Espíritu Santo quien habita de forma real en cada creyente (2 Cor 1:22). En consecuencia, el creyente en el Señor Jesucristo, dará evidencias de su fe, pues la vida que ha sido impactada por el mensaje redentor del evangelio, irá dando muestras de la obra transformadora que el mismo Espíritu Santo opera en su vida a fin de hacernos cada día más semejantes a Cristo. 2-. Hemos sido CAPACITADOS POR GRACIA (Rom 1:5): La obra del Espíritu Santo en la vida del creyente, no se limita a perfeccionar la imagen de Cristo en su vida. Ciertamente el Espíritu Santo, nos guía y abre nuestros ojos y corazones a fin de entender la verdad de Dios revelada en su Palabra, para conducirnos en el camino de la santificación. Pero igualmente, Dios por medio de su Santo Espíritu da dones a sus hijos a fin de que estemos enteramente preparados para toda buena obra (1Cor 12:7-11). En una frase muy usada durante mi juventud: “El Señor a quien llama, capacita”. Pablo reconoce que no solo ha recibido la Gracia Salvadora de parte del Señor, sino también el apostolado, por lo cual entiende que no tiene razón ni mérito para jactarse. Esta es la razón por la cual Pablo al presentarse en la carta, se identifica primeramente como un siervo (esclavo), lo cual era un estatus social humillante ante la cultura romana. De hecho en la mayoría de sus cartas Pablo señala que es apóstol por voluntad de Dios, reafirmando la falta de méritos humanos para ostentar tal lugar de servicio (2Co 3:5,6). Hoy muchos se jactan de ser apóstoles (lo cual ya de por sí es un error), reverendos, obispo, ministro, diácono, salmista, profeta y cualquier otro título que se le ocurra… y hemos olvidado que tales títulos solo son el reflejo de un lugar de servicio al cual hemos sido llamados para la edificación de la iglesia y que no son nuestras capacidades las que nos han hecho merecedores de tal o cual lugar de servicio, sino la voluntad de Dios manifestada por la obra del Espíritu Santo, quien reparte los dones al creyente como Él quiere para la edificación de la Iglesia (1Co 12:11). Si ya has aceptado a Cristo como salvador puedes estar seguro que el Espíritu Santo te ha capacitado con dones, para ser instrumento de honra en las manos del Señor para la edificación del cuerpo de Cristo, siendo tu responsabilidad el procurar descubrirlo y el de la iglesia propiciar el espacio para el ejercicio del servicio del creyente a fin de todos podamos ser mutuamente sobreedificados. 3-. Hemos sido LLAMADOS Y CAPACITADOS PARA GRACIA (Rom 1:1, 5): es decir la obra que Dios opera en el creyente tiene como propósito le rindamos gloria, no solo mediante la comunión con Él y la comunión con los hermanos en la fe, sino también mediante la proclamación del evangelio Pablo recalca a los romanos que la obra que Dios tiene para cada uno de sus hijos, no es otra sino que podamos anunciar la buenas nuevas de Jesucristo, esa es la razón por la cual El nos ha llamado y capacitado. Ciertamente el conocer a Dios y tener comunión intima con Él (como se nos exhortaba la semana pasada), nos llevará a estar mejor capacitados, pero no porque seamos más inteligentes o conocedores de Dios, sino porque tendremos un corazón más sensible y dispuesto a ser moldeado por el Espíritu Santo. Y esto nos llevara a tener una fe viva, pues ya no solamente daremos evidencias de nuestra fe por los cambios necesarios en nuestra vida, sino porque seremos fieles mensajeros de la verdad del evangelio. Esta era la pasión de la iglesia de Roma del primer siglo, razón por la cual Pablo daba gracias a Dios, pues era evidente que la Fe de esta iglesia era conocida por todos (1:8). ¿Puedes reconocer que Dios te ha llamado para tener comunión íntima con Él? ¿Estás consciente que desde el mismo momento que creíste, Dios por medio del Espíritu Santo te ha dado al menos un don, capacitándote para servirle en Su Obra? Más aun ¿Comprendes que más allá de los dones y talentos que Dios te ha dado, para edificar a la iglesia, El Señor te ha capacitado con Su Palabra para ser testigo del evangelio de Cristo a aquellos que aun no le conocen? Nota que en el verso 14 Pablo afirma que Él era DEUDOR. El apóstol que más fruto dio en la propagación del evangelio decía de sí mismo, que ante Su Señor y ante el mundo que le rodeaba, él era deudor. ¿Somos conscientes de nuestra deuda al Señor y al mundo en referencia a la predicación del evangelio? Pablo deseaba profundamente ir a Roma para anunciar el evangelio, en aquellas regiones que no había conocido, e inclusive llegar más allá… y la razón: Rom 1:16,17 CONCLUSIÓN Permítanme poner todo lo expresado en porciones de la Palabra: El evangelio de Juan nos señala, en referencia al Señor Jesús, que: “a los suyos vino, pero los suyos no le recibieron. Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:11-12) por tanto… “… si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación: Dios estaba reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargo a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (2 Cor 5:17-20) Así que nosotros somos “… linaje escogido, real sacerdocio, nación santa pueblo adquirido por Dios, para anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1Pe 5:9) Amados hermanos, por todo lo antes expuesto, hoy quiero poner un reto (de parte del Señor) a toda la congregación, recordando el ejemplo del hermano Victor Rodriguez y su familia, de quien hable al principio. Este será un compromiso personal entre usted y Dios. En la mesa está un material de un programa evangelístico llamado Operación Andrés, (y pastor, copastor, iglesia, no estoy proponiendo desarrollar dicho programa como está planteado, pues inclusive no es prudente por los tiempos que vivimos)… pero sí les animo a aprovechar este recurso, y ore a Dios pidiendo dirección y anote UN SOLO nombre de un familiar, vecino, amigo, compañero de trabajo, que realmente le importe, comprométase a Orar intensamente, Relacionarse Con Genuina Intencionalidad de fomentar lazos de amistad y Compartir con valentía el mensaje de salvación en cada oportunidad que el Señor provea, y con plena certeza le aseguro que como iglesia estaremos cumpliendo con la misión que nos ha sido dada de hacer discípulos. Oremos