CAMALEÓN CIENCIA Y FICCIÓN Para quienes ya alcanzamos los límites de la cuarta edad los actuales tiempos nos parecen de ciencia ficción comparados con aquellos de nuestra infancia en los que gozamos de la placidez bucólica del entorno. Fue una época en la que el aislamiento impedía conocer al instante lo acontecido en el resto del país y en el mundo. La radio de onda corta era el único medio de comunicación que nos acercaba al mundo exterior, aunque en las grandes ciudades la televisión en blanco y negro ya empezaba a conocerse por mayor número de personas. A cambio, fuimos felices conociendo solo nuestra realidad cotidiana, el chisme diario que sin embargo bastaba para llenar la existencia de los pocos centenares de seres humanos de las aldeas que aspiraban convertirse en “pueblo”. Lejos entonces de presumir la categoría de “Villa”, pero el paradigma era alcanzar la categoría de “Ciudad”. En aquellos ayeres de la primera mitad e inicios de la segunda del siglo XX la red carretera de Veracruz y de México estaba naciendo, aunque deficiente el ferrocarril unía aldeas, pueblos y villas a los grandes centros de población, de esta prenda del transporte público solo quedan nostálgicos recuerdos. El recorrido de Coatzacoalcos hacia la Ciudad de México tardaba cuando menos 16 horas, siempre que no soplara un norte que impidiera el paso de la Panga en Alvarado. Aún no se construían las autopistas de Veracruz hacia Puebla y México, por lo que debía transitarse por las sinuosas rutas con pronunciados abismos de la carretera “federal”. Vinieron los tiempos del progreso, López Mateos nos dejó el puente de Alvarado y Díaz Ordaz la autopista a México (con sus respectivas casetas de peaje), son huellas imperecederas que van dejando algunos gobernantes. Ya antes, Alemán y Ruiz Cortines, veracruzanos ambos, llevaron el asfalto más al sur del puerto de Veracruz para acercar a Coatzacoalcos, Minatitlán y Acayucan al centro del país e integrarlos al progreso estatal. Gobernadores como Quirasco, López Arias, Murillo Vidal, Acosta Lagunes, entre otros, dejaron respectivas constancias de su paso por el servicio público. Eso consta a las generaciones de salida, bueno es recordárselas a quienes por razones de edad no experimentaron el cambio y de paso aprovechar para subrayar la diferencia entre gobernantes responsables y quienes solo usufructúan el poder para beneficio personal o de grupo. Hubo una vez un gobierno que hablaba de grandes obras carreteras en Veracruz y dibujaba un Estado casi de gracia, pero ese diseño nunca se materializó. Esa lamentable experiencia solo dejó frustraciones y deudas por pagar. ¿Quién no recuerda los floridos discursos del gobernador Fidel Herrera anunciando las grandes obras carreteras que su gobierno estaba realizando? Traigamos algunas a la memoria: El 8 de agosto de 2006, en la Tercera Reunión Ordinaria del Comité Técnico del Fideicomiso de Administración del impuesto del 2% a la Nómina, se informó de un paquete de 75 obras multianuales para el periodo 2007-2010 con una inversión de 3, 700 millones de pesos para carreteras, caminos rurales, hospitales, obras hidráulicas y parques industriales. En una primera etapa se invertirían 1,276 millones de pesos; en el paquete se incluyó la obra de saneamiento de la bahía de Veracruz con inversión de 220 millones de pesos; del distribuidor vial de “Las Trancas” con 50 millones; el puente “Dos Bocas” con 45 millones y $157 millones para la Brecha Huasteca. En la vorágine contratista no faltaban denuncias como la del diputado Valente Grajales quien ejemplificaba casos de corrupción en la Secretaría de Comunicaciones, afirmando que mientras el ayuntamiento de Cuitláhuac asfaltó 1,300 metros con un millón de pesos, la citada secretaria arregló 400 metros a un costo de un millón 200 mil pesos. En Catemaco se ofreció ampliar el malecón, traer agua por gravedad a la ciudad, asfaltar el camino Tebanca- Las Margaritas y el muelle de Sontecomoapan. Hasta allá fue el secretario de gobierno Reynaldo Escobar para asegurarles el cumplimiento. Temiendo lo de siempre, el alcalde expresó: “Esperamos que esta reunión no sea una más de trámite, sino que sea una reunión donde se abran las puertas para que los recursos aprobados por el señor Gobernador lleguen a las comunidades de Catemaco y se pueda dar cumplimiento a la palabra del mandatario estatal”. En la euforia fideliana se hablaba de obtener 3, 580 millones de pesos en 2006 por concepto de excedentes petroleros: “Yo me propuse el túnel sumergido de Coatzacoalcos, el saneamiento de la bahía y la Brecha Huasteca. En el camino adicioné el libramiento de Xalapa y el puerto de Tuxpan…” Pero, salvo el libramiento que fue concesionado a una empresa particular, las demás siguen en el limbo. Ya para ese entonces se escuchaban fuertes rumores sobre el tráfico de influencias y corrupción: “la calidad de la obra pública de Veracruz se está poniendo en riesgo debido al abierto tráfico de influencia que existe”, se escuchaba por doquier. Por supuesto, los órganos de control en Veracruz padecen otitis y los abruma la ceguera porque jamás encontraron irregularidades en las Cuentas Públicas de aquel malogrado sexenio. Pero el entusiasmo estaba desatado y en la euforia de los sueños se hablaba de obras iniciadas, entre ellas el Perinorte con un presupuesto de 700 millones de pesos: de Las Trancas a El Castillo y de allí a Banderilla. Afortunadamente hay ciudadanos en vigilia que se atreven a decir la verdad, como Nayeli del Valle, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de alimentos de Poza Rica, quien expresó en 2006 que mientras el gobernador anunciaba obras para el desarrollo económico de los veracruzanos “la realidad es que las carreteras son una vergüenza.” Se refería a los encarpetados que había hecho en aquella ciudad el Dragón Rojo con material de mala calidad. Por si alguien duda que los vicios viejos aún perduren, en noviembre de 2006 durante la demagógica cabalgata del gobernador con las autoridades de Coatzacoalcos, los vecinos de la comunidad “Guillermo Prieto” le demostraron a Fidel que un camino ofrecido y reportado como concluido apenas llevaba 200 metros de construcción. ¿Consecuencias de esa denuncia? Nada, solo la impunidad cómplice. En el extremo norte de la entidad ya están familiarizados con el abandono gubernamental, de tal manera que cuando escucharon del gobernador Herrera Beltrán decir en su primer informe “itinerante” rendido en Tuxpan que se habían invertido más de 15 mil millones de pesos traducidos en 979 obras en 48 municipios de la zona remarcados con la expresión: “lo mejor está por venir, la hora del norte ahora sí llegó” todo el mundo dudó, pero en automático aplaudieron a rabiar. En el desbordado clientelismo, el14 de diciembre en Chontla el gobernador anunció que en 2007 sería la gran ofensiva caminera “pues habrá 3 mil millones de pesos para ese tipo de obras (…) les vamos a dar su peso y su paso, porque vamos a hacer un cierre con los ayuntamientos como no tenga memoria Veracruz”. (Y todavía no empezaba lo de la bursatilización). Entre tanta verborrea ilusionista se escuchaban voces que alertaban del fraude por venir que, vistas en perspectiva quedan como cristalinas perlas de dignidad que merecen ser subrayadas. El 18 de diciembre de 2006, un diario xalapeño publicó carta del Alcalde de Misantla aclarando que no eran “Alcaldes insaciables”, como lo había escrito un columnista, que solo exigían el cumplimiento de las promesas de gobierno. El 11 de marzo anterior el gobernador se había comprometido a realizar obras en la comunidad de Poxtitlan y a pesar de haber convenios firmados con el Secretario de Comunicaciones y la Junta Estatal de Caminos “algunas no están iniciadas. Las obras que estamos exigiendo al gobierno del estado son, en primer lugar, aquellas cuyo recurso ya fue autorizado por el gobierno federal desde hace más de un año y después, aquellas a las que el señor gobernador se comprometió a realizar durante su visita el pasado 11 de marzo del año en curso”. Protestaban, dijo el alcalde, porque “no nos queda otra salida ante la negativa y la burla de quienes le han faltado el respeto al pueblo misanteco al no hacer valer lo que por derecho es nuestro”. (Anexaron video y audio del compromiso del gobernador sobre el particular). Ese digno comportamiento de una autoridad municipal debe registrarse como el reflejo de un cambio de conducta de quienes tienen la oportunidad de servir a sus conciudadanos pero que desafortunadamente una vez en el poder olvidan que este es prestado y producto de circunstancias, no de genios políticos que por sus magros resultados históricamente son defenestrados. [email protected] 28-II-2014