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Innovación agroalimentaria
El debate sobre la propiedad intelectual
El debate sobre la propiedad intelectual
… En 1983, comenzó una gran discusión sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación
y la agricultura. México fue uno de los protagonistas: propuso que se lanzara un compromiso
internacional sobre los recursos fitogenéticos. En ese momento, se reafirmaba la idea de
que tales recursos son patrimonio de la humanidad y, en consecuencia, de todos y de nadie.
Ése es el origen de la discusión porque cuando se provee se indica para qué sirve, y se da
una trasferencia del germoplasma, del material biológico y también del conocimiento
(Solleiro, 2013).
Convención de biodiversidad
En 1992, la Convención de Biodiversidad, por primera vez, cambia el paradigma que
venía predominando y los países desarrollados se ponen de acuerdo en que los recursos
genéticos no son patrimonio de la humanidad, sino que cada Estado en su territorio es
soberano sobre sus recursos biológicos, por lo que tiene la capacidad de promulgar sus
propias leyes que regulen el acceso a esos recursos (Salazar, 2013).
En la Convención también se estableció que el acceso debe hacerse bajo condiciones
mutuamente acordadas, con el consentimiento previo informado y una distribución equitativa
de los beneficios para proteger el conocimiento tradicional asociado a los recursos
genéticos.
Sin embargo, en la práctica, lo difícil es definir quién es el dueño del recurso porque los
recursos genéticos pueden colectarse en fincas privadas, parques nacionales o reservas y
vías públicas, es decir, en cualquier lugar; en el caso de la finca privada, debe pedirse
permiso al dueño del predio y, en el de parques nacionales, a la entidad de gobierno
responsable, pero, en el caso de las vías públicas, no se sabe a quién solicitarle que firme
un papel manifestando su acuerdo (Salazar, 2013).
Siguiendo la explicación de Salazar (2013), en este contexto, lo más difícil es atender la
disposición de la distribución equitativa de los beneficios, ya que implica hacer seguimiento
en los países donde se hace la investigación con el recurso, situación más compleja, en
aquel momento, si el país desarrollador no estaba de acuerdo y no había firmado el
Convenio, como Estados Unidos.
La disyuntiva en el debate: ¿proteger o no proteger la propiedad intelectual?
Hasta aquí nos hemos referido a materiales vegetales y semillas, pero cuando intervienen el
procesamiento o la transformación, industrialización y mercado de las materias primas o
productos en fresco, es decir, la agroindustria y la industria alimentaria, el debate
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El debate sobre la propiedad intelectual
internacional se centra principalmente en la decisión entre proteger y no proteger la
propiedad intelectual. A continuación, exponemos los principales argumentos de quienes
defienden la protección y del movimiento que está en contra.
Argumentos a favor de proteger
Argumentos en contra de la protección
• Registrar en un país es insuficiente.
• La propiedad intelectual de un país forma
parte de su riqueza.
• Hacer el trámite en varios países es muy costoso
e implica riesgos en la inversión, pues una vez
publicada la solicitud es pública.
• Cuando se protege la propiedad intelectual de
un país, es posible cuantificarla e impulsa el
desarrollo creativo e intelectual.
• Es más fácil modificar un producto, proceso o lo
que se quiera proteger que realizar todo el
proceso creativo.
• La protección de la propiedad intelectual
impide que bienes creados y producidos en un
país se protejan en otro como propio.
• No hay correspondencia entre la rápida evolución
de la tecnología y los procedimientos de trámite
del derecho, lo que facilita que otros lleguen a la
misma o muy parecida solución innovadora
mientras se encuentra en proceso de trámite,
cuando ya se hizo el gasto y, al final, es negado
el derecho de propiedad por no cumplir con los
requisitos de novedad, por ejemplo.
Los inconvenientes de quienes se oponen a la protección de la propiedad intelectual aluden
a situaciones que ocurren principalmente en tres esquemas de propiedad (patentes, marcas
y denominación de origen), que veremos en la siguiente apartado.
Las implicaciones prácticas del debate
Frente a los argumentos a favor y en contra de la protección de la propiedad intelectual,
explica Salazar (2013), puede tomarse la decisión de proteger las innovaciones o
mantenerlas en secreto; la información no divulgada o los secretos también son una forma
de protección, y lo único que se necesita es que el titular tome las medidas necesarias para
que esa información efectivamente se mantenga oculta, pero es preciso ser conscientes de
su debilidad o riesgo.
La debilidad del secreto es que, por alguna circunstancia, alguien puede llegar a la misma
solución o conseguirla a través de espionaje industrial. Por ello, los empleados de las
empresas deben firmar un acuerdo de confidencialidad que lo compromete a no revelar
información alguna de la empresa y delimita actividades posteriores en otras empresas del
sector. De acuerdo con Salazar (2013), en la industria agroalimentaria hay muchos inventos
que pueden dejarse en secreto porque la patente es un documento público.
Entonces, nos encontramos ante tres disyuntivas:
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El debate sobre la propiedad intelectual
1) Proteger o dejar en secreto: según Salazar (2013), cuando se decide proteger,
es necesario verificar que la solicitud sea viable, es decir, que cumpla con los
requisitos; que la inversión valga la pena en términos de rentabilidad, y se
cuente con los recursos necesarios para sufragar los trámites y pagar un
abogado, en caso de que se detecte una infracción.
2) Elegir bajo qué figura proteger.
3) Definir una estrategia para la protección de la propiedad intelectual, en
cualquiera de sus figuras.
Actualmente, la propiedad intelectual es cada vez más un tema decisivo en la estrategia de
negocios de las corporaciones de cualquier tamaño. Sin embargo, son principalmente las
empresas grandes y muy grandes quienes aprovechan las oportunidades que otorga la
protección, a partir de áreas especializadas en la misma empresa, o de la vinculación con
las universidades y los centros de investigación públicos y privados.
Dado esto, también es frecuente que la propiedad intelectual no se proteja, con lo cual no
hay el derecho de propiedad, aunque la innovación tenga mucho valor comercial y el uso del
producto o servicio en cuestión genere ingresos económicos o modelo de negocios.
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