Subido por Alex Cornejo

Nuestra realidad juvenil hoy

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Ser joven hoy…
La realidad de los jóvenes, hoy en día, es que se está experimentando una crisis
ante los retos que van surgiendo. La Pandemia del Covid ha sido un retroceder
para los jóvenes que estábamos acostumbrados a preparar encuentros
masivos, nos la pasábamos tanto tiempo preparando el evento y el día que se
llegaba estábamos felices, pues veíamos realizados todos nuestros esfuerzos;
sin embargo cuando se nos pidió ante la crisis sanitaria no llevar a cabo los
encuentros que ya se aproximaban vino un decaimiento de los jóvenes,
aunque aún había incertidumbre sobre el tema, se esperaba que esto durara
poco tiempo, pero nos dimos cuenta que superó nuestras expectativas. Hoy, a
poco más de año y medio de iniciar esta crisis, los jóvenes viven un momento
crucial, para muchos el estrés está partiendo sus vidas, los está alejando de su
familia y de sus seres queridos, lo cual los lleva a caer en una depresión difícil
de afrontar, pues antes se podía acudir a solicitar ayuda a los amigos, acudir al
apoyo de algún psicólogo, la misma familia encontraba un medio para superar
esto; el joven de hoy no encuentra la salida a sus problemas personales, está
sumergido en un ambiente donde los vicios son el escape para la realidad, y la
mejor manera de resolver todo es quitándose la vida.
Durante el mes de Agosto tuvimos una reunión de pastoral juvenil, en la que
sólo estábamos dos sacerdotes asesores y dos muchachos que forman parte
del equipo decanal. La idea de la reunión era planear el curso 2020-2021 con
base el tema del año: “Justicia y paz, y del año jubilar diocesano”. Cuando
platicábamos de todo esto, tuvimos que dar una mirada hacia atrás para
evaluar nuestras actividades en el último curso, recordamos que por motivos
de la pandemia muchas actividades tuvieron que suprimirse, y otras tuvieron
que cambiarse de momento o de lugar; la conclusión de esto fue que nuestra
pastoral juvenil tanto a nivel parroquial, decanal y diocesano, ha tenido la
dificultad de enfrentarse a la pandemia del Covid-19 y de todo lo que ella ha
traído en cuanto a nuestro actuar. Al admirar nuestro caminar durante este
tiempo nos dimos cuenta que para planear el siguiente tendríamos que
analizar, en primer lugar, la realidad que nuestros jóvenes y adolescentes
están viviendo hoy en día. Uno de los puntos más importantes que
encontramos es que, por motivo del confinamiento que se nos pidió como una
medida para evitar la propagación de los contagios, hay muchos adolescentes
y jóvenes que están viviendo una crisis en sus propias vidas, lo que la psicología
podría llamar “depresión”, quizá en la mayoría no sea del todo grave y en
cuanto tengan la oportunidad de reencontrarse con sus compañeros y amigos
esto se pueda superar, pero sí consideramos que algunos de ellos han buscado
refugio en otras situaciones que para nada les ayudan a superarlo. Los jóvenes
y adolescentes hoy en día piden de los demás que compartamos con ellos, que
les dediquemos tiempo, que seamos capaces de escucharlos, que
simplemente estemos a su lado aunque no digamos una sola palabra; la crisis
por lo que hemos vivido últimamente ha mostrado el verdadero rostro de
muchos que creíamos eran alegres y todo iba bien con sus vidas, sólo
exteriormente se manifestaban así, y ahora nos damos cuenta de la necesidad
de estar compartiendo muchos momentos con los amigos, los jóvenes y
adolescentes de hoy buscan desesperadamente encontrar a alguien que los
comprenda, desgraciadamente muchos lo hacen acercándose a los diferentes
vicios, que lejos de ayudar les hunden más en su crisis.
Al darnos cuenta de esta situación, como equipo decanal nos queremos
preparar y acercar a los adolescentes y jóvenes que están sufriendo, a aquellos
que han perdido algún ser querido, a aquellos que se sienten abandonados, a
quienes experimentan la indiferencia de la sociedad, a quienes no se sienten
comprendidos por su misma familia; todos ellos son hijos de Dios, de un Dios
misericordioso, que nos invita a vivir en comunión y, con ello, mostrarles que
se puede seguir adelante a pesar de las dificultades que se encuentran en la
vida. Hoy, como pastoral juvenil, entendemos que no se trata sólo de crear
eventos en los que los jóvenes y adolescentes “sientan bonito”, hoy sabemos
que tenemos la necesidad de ofrecerles espacios en los que se sientan
comprendidos, en los que vean que alguien está haciendo algo por animarlos
a seguir adelante, nuestra pastoral juvenil hoy, sabe la realidad a la que se
enfrenta y por eso afronta este reto con los diferentes medios que posee, se
acerca a dialogar con el mundo, y se mete en los ambientes juveniles,
entendemos las palabras del Papa Francisco cuando nos invita a reconocer que
la riqueza de México son los jóvenes, además de recordar que hace indica a los
jóvenes que hagan lío llevando el mensaje de Dios a todos los rincones de la
tierra.
La pastoral juvenil ha sufrido el tropiezo del Covid 19, la presente pandemia ha
terminado con la ilusión de muchos de nuestros jóvenes que esperaban
inquietos ver realizadas sus expectativas en el encuentro de adolescentes o
jóvenes que durante casi un año habían preparado. Todo inició pidiéndonos
que no se hicieran eventos donde hubiera gran cantidad de personas, es más,
se nos pidió que permaneciéramos en nuestros hogares; lo hicimos a
regañadientes pero confiados en que esto pronto terminaría, y lo que
llamábamos “Cuarentena” se fue poco a poco alargando más y más, llegaron
los contagios a nuestro país, nuestra región, y apenas empezábamos a ver el
inicio de las dificultades que esta situación nos acarrearía, comenzamos a ver
a personas muy cercanas a nosotros ser víctimas de esta enfermedad e incluso
algunos de ellos murieron, y no tuvimos oportunidad de despedir. Después de
año y medio que hemos vivido esto, parece que somos más conscientes de los
cuidados que debemos tener y de la gravedad de la situación; el paso del
tiempo nos ha hecho ir madurando y hemos hallado paso para seguir hacia
delante. Hoy nuestros jóvenes, la esperanza de la Iglesia, están resurgiendo y
poniendo el ejemplo de cómo debemos actuar, se han dado cuenta de que su
papel ante esta situación es crucial, y más aún porque no quieren perder más
a sus familiares ni a sus amigos más cercanos; muchos de ellos sufren una cruel
depresión al sentirse apartados de todo, al no tener esos momentos de
encuentro con los demás,
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