PROPIEDAD Y DERECHOS REALES ANÁLISIS JURÍDICO ¿Una usucapión venida a menos? Críticas a la tesis que le otorga eficacia interruptiva a la remisión de cartas notariales A weakened acquisitive prescription? Criticisms to the thesis that confers an interruptive efficacy to the remission of notarial letters Diego André Pesantes Escobar* Resumen: ¿Se interrumpe el plazo de la usucapión si se remite una carta notarial exigiendo la restitución del bien? En el año 2018, en un pleno distrital de la Corte Superior de Justicia del Santa se respondió en sentido afirmativo a tal interrogante. Ante ello, el autor se opone a la tesis del amicus curiae Fort Ninamancco, profesor invitado al pleno y cuyas ideas fueron acogidas. En ese sentido, manifiesta que, acudiendo al Derecho comparado, el cual supuestamente avalaba la tesis del amicus amicus,, se llega a una conclusión totalmente distinta: la posesión, como fuente principal que desencadena la prescripción adquisitiva, es lo que la diferencia de la extintiva. Abstract: Is the usucaption timeline interrupted if a notarial letter is sent demanding the restitution of the property? In 2018, in a District Plenary of the Superior Court of Justice of Santa, that question was answered as affirmative. Facing this, the author objects the thesis of the amicus curiae, Fort Ninamancco, an invited professor to the Plenary and whose ideas were accepted. In addition, he explains that, by turning to comparative law, which supposedly supported the thesis of the amicus curiae, we reach a totally different conclusion: As the possession is the main source that causes the acquisitive prescription differs from the extinctive one. Palabras clave: Usucapión / Prescripción adquisitiva / Prescripción extintiva / Remisión de cartas notariales / Requerimiento extrajudicial Keywords: Usucapion / Acquisitive prescription / Extinctive prescription / Remission of notarial letters / Extrajudicial request Marco normativo: • Código Civil: arts. 950 y 1996 inc. 3. Recibido: 30/06/2021 // Aprobado: 01/08/2021 * Egresado de la Universidad Privada Antenor Orrego de Trujillo. Asistente de docencia en el curso de Derechos Reales de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Fundador y director de investigación del Círculo de Investigación Jurídico Civil de Trujillo. Miembro de la División de Estudios Legales de Gaceta Jurídica. GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 98 • AGOSTO 2021 • ISSN 2305-3259 • pp. 107-130 107 INTRODUCCIÓN En una reciente entrevista, el profesor Fort Ninamancco afirmó que si un propietario remite cartas notariales al poseedor del predio, exigiéndole la restitución del bien, lograría con ello interrumpir el plazo de la prescripción adquisitiva de dominio o usucapión1. Nosotros estamos en total desacuerdo con esta idea. Sin embargo, antes de entrar en las razones de nuestra oposición, debemos decir que, tras una investigación, notamos que el profesor Ninamancco ya había defendido su tesis en anteriores ocasiones, por ejemplo: i) En su participación como amicus curiae del Pleno Distrital de la Corte Superior de Justicia Del Santa del 17 de octubre del 20182, donde sus ideas fueron acogidas y finalmente se decidió por unanimidad que “El emplazamiento con la demanda o extrajudicial en que se requiere la restitución del bien inmueble, interrumpe el plazo ya transcurrido”. Un punto importante a mencionar sobre el referido Pleno es que la usucapión, como institución jurídica, estaba, equivocadamente, ya destinada a perder, puesto que las dos posiciones de la Corte, respecto a los emplazamientos extrajudiciales, eran: a) Que estos emplazamientos ocasionaban una afectación al requisito de la posesión pacífica; o, b) que estos emplazamientos ocasionaban una interrupción del plazo. En definitiva, ya sea con una u otra postura, se impide que el poseedor cumpla con los requisitos exigidos por ley para concretar la usucapión y así convertirse en propietario. 1 2 108 Es algo así como si usted, siendo totalmente inocente, estuviera a punto de ser sentenciado por algún delito grave, y el magistrado del caso se encuentra en un debate interno, ya que aún no se decide si usted merece cumplir la condena de 35 años de pena privativa de la libertad en la cárcel “A” o en la cárcel “B”, que, para efectos relevantes, son similares. Mediante el presente trabajo, el lector observará muy claramente las razones por las cuales los requerimientos extrajudiciales no interrumpen la prescripción adquisitiva de dominio, sin embargo, para que tampoco se vea persuadido de la tesis de que estos requerimientos ocasionan una afectación al requisito de la posesión pacífica, vamos, desde ahora, a dejar muy en claro este punto, discrepando de una reciente opinión del profesor Mario Castillo Freyre. En su nuevo libro sobre derechos reales, el profesor Castillo Freyre (2021) ha afirmado que, mediante la aplicación extensiva del inciso 2 del artículo 1996 del Código Civil peruano, si un propietario se ha dirigido al poseedor, reclamándole extrajudicialmente la entrega del bien, “resulta evidente que la posesión habrá dejado de ser pacífica, con lo cual no solo faltaría uno de los requisitos esenciales de la misma, sino que también se habría interrumpido el plazo prescriptorio” (p. 156). Sin embargo, nosotros no estamos de acuerdo con lo afirmado por el profesor Castillo, pues dicha tesis ya ha sido desvirtuada por la más reciente doctrina española. Así, la profesora Moreno-Torres Herrera (2012) ha manifestado que: Véase: Ninamancco Córdova (2021, pp. 11-16). Video de Facebook que registra el desarrollo del Pleno en: Huamán Ordoñez (21 de octubre de 2018, minuto 7:00). También puede verse el acta del Pleno en: LP Pasión por el Derecho (diciembre de 2020). pp. 107-130 • ISSN 2305-3259 • AGOSTO 2021 • Nº 98 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL PROPIEDAD Y DERECHOS REALES Desde nuestro punto de vista, la opinión acertada es la de los que niegan que la posesión deje de ser pacífica por el hecho de que el verus dominus reclame la posesión de la cosa o realice actos obstativos a la posesión del usucapiente, porque de lo contrario no tendría sentido que se exija, para la interrupción del plazo de prescripción, la reclamación judicial del derecho. El legislador español no ha reconocido virtualidad para impedir la usucapión a las reclamaciones extrajudiciales del titular del derecho, ni expresas ni tácitas, por lo que no resultaría coherente entender que la usucapión queda excluida cuando estas se producen, valiéndose para ello de su inclusión en el concepto de “posesión pacífica”. En definitiva, la oposición del dueño, o la realización por su parte de actos obstativos a la posesión del usucapiente, será relevante únicamente en la medida en que constituya algún medio interruptivo de la prescripción adquisitiva. (p. 96) En sede nacional, Gonzales Barrón (2015) también ha discrepado de dicha tesis, al afirmar que “los debates jurídicos en nada alteran la situación del hecho posesorio” (p. 263) y se muestra en total desacuerdo con lo resuelto en la Casación N° 188-2008-Lima, en el sentido de que esta sentencia afirma equivocadamente que: “(…) los recurrentes no ejercen la posesión pacifica requerida (…) debido a que los demandados los han requerido para que desocupen el inmueble sub litis tanto judicial como extrajudicialmente”. 3 Incluso, para ser justos, el propio profesor Ninamancco (2021) ha señalado correctamente que: (…) no se puede considerar que el emplazamiento altera el rasgo pacífico de la posesión, pues la demanda forma parte de un proceso que se caracteriza por su finalidad pacífica (…). Si esto ocurre con una demanda, pues con mayor razón debe ocurrir con un simple requerimiento mediante una carta notarial. (p. 13) ii) En su libro titulado Jurisprudencia civil vinculante de la Corte Suprema, cuya publicación fue realizada en junio del 2018, y, en el cual expresó que, tanto en doctrina como en jurisprudencia, es dominante la idea de que un requerimiento extrajudicial es capaz de impedir la consumación de la usucapión3. Sin embargo, el profesor Ninamancco no cita ninguna fuente bibliográfica para graficar la supuesta “dominancia” de tal idea en la doctrina, lo cual, es una labor imposible de cumplir, ya que, tal como quedará demostrado en la presente investigación, la idea imperante en la doctrina es más bien que los requerimientos extrajudiciales no interrumpen el plazo de la prescripción adquisitiva. Lo que afirmamos puede ser cotejado muy fácilmente, acudiendo al cuadro que hemos anexado al final de este artículo. Aún así, mención especial merece el tema de la jurisprudencia, puesto que las sentencias nacionales sí pintan el panorama de una victoria arrasadora de la postura incorrecta. Sin embargo, si tomamos en cuenta a las sentencias extranjeras, casi el total de ellas se pronuncian de manera contraria a la tesis del profesor Véase: Ninamancco Córdova (2018, p. 237). GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 98 • AGOSTO 2021 • ISSN 2305-3259 • pp. 107-130 109 Ninamancco, lo cual es un dato muy relevante, ya que, como se verá más adelante, el mencionado autor intenta convencernos de su tesis precisamente a través de un argumento de Derecho comparado. iii) En su participación como amicus curiae del Pleno Distrital Civil de la Corte Superior de Justicia de Ventanilla el 7 de junio del 20184. En este pleno, los magistrados se preguntaban si los requerimientos judiciales o extrajudiciales afectaban o no la posesión pacífica. Así, el profesor Ninamancco aprovechó la ocasión para afirmar que los requerimientos extrajudiciales no afectan la posesión pacifica, sino que interrumpen el plazo prescriptorio. iv) En una conferencia brindada para la Escuela de Formación de Auxiliares Jurisdiccionales y Administrativos de la Corte Superior de Justicia de Lima (EFAJALima) el 18 de setiembre del 20175. v) Estimo que también en su reciente participación como profesor del “Curso Intensivo de Preparación para el examen PROFA”, organizado por el portal web “LP-Pasión por el Derecho”, ya que, lo que causa total curiosidad, es que se ha incluido como parte del paquete un “Banco de preguntas” y, dentro del bloque de Derecho Civil, en la sección de Derechos Reales, podemos encontrar una pregunta sobre la interrupción de la prescripción adquisitiva, en la cual se trata por igual a la remisión de cartas notariales y al inicio de procesos judiciales, 4 5 6 7 8 110 puesto que, se interroga, como deben calificarse tales actos: si perjudican la pacificidad, si interrumpen la usucapión o si son determinantes para afirmar que no existe animus domini en el poseedor. He resumido en tres, lo que en buena cuenta son cuatro opciones para marcar la respuesta correcta. Podemos imaginar cómo ha respondido la pregunta el profesor Ninamancco para los alumnos del curso de LP, pero nosotros sí debemos admitir que, ante un eventual examen real que contenga esa pregunta, estaríamos muy tentados a dibujar la alternativa “E” que diga “Ninguna de las anteriores” y marcarla con total sentimiento de rebeldía. ¿El resultado? Quedaríamos descalificados seguramente, pero sonrientes por la travesura realizada. Tenemos entonces que, desde hace cuatro años, el referido profesor ha defendido, hasta en seis oportunidades, su tesis de los efectos interruptivos de las cartas notariales en el plano de la usucapión. Sin embargo, en honor a la verdad, no es el único que defiende tal tesis, puesto que, como ya hemos adelantado un poco, diversa jurisprudencia de la Corte Suprema también lo hace; véase por ejemplo la Cas. N° 2434-2014-Cusco y la Cas. N° 1064-2015-Lima. De hecho, los profesores Francisco Avendaño6 y Martín Mejorada7 se han pronunciado también en el mismo sentido8, y aunque de ellos constantemente aprendemos mucho en materia de derechos reales, hoy nos toca discrepar. Video de Facebook que registra el desarrollo del Pleno en: LP Pasión por el Derecho (7 de junio de 2018, minuto 0:00). Video de YouTube que registra la conferencia: EFAJA Lima (4 de octubre de 2017, minuto 28:57). Video: LP - Pasión por el Derecho (7 de junio de 2018, minuto 31:35). Véase: Mejorada Chauca (2012, p. 277). Ciertamente, también hay otras opiniones que se muestran a favor de la tesis de la interrupción con carta notarial, por ejemplo, puede leerse a Geldres Campos (19 de octubre de 2016), aunque consideramos que es una opinión que recibió una oportuna y correcta oposición por parte de Pretel Alonzo (23 de febrero de 2017). pp. 107-130 • ISSN 2305-3259 • AGOSTO 2021 • Nº 98 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL PROPIEDAD Y DERECHOS REALES Así, preferimos estar en la misma línea –aunque no exactamente con la misma fundamentación– de quienes, al contrario de los profesores antes mencionados, consideran que remitir una carta notarial no interrumpe el plazo de la prescripción adquisitiva9. I. DEBATIENDO CON EL PROFESOR NINAMANCCO: LAS SUPUESTAS RAZONES DE DERECHO COMPARADO El profesor Ninamancco defiende su tesis utilizando distintos enfoques; por ello, y con el fin de llevar un orden, hemos clasificado sus argumentos para así ir respondiéndolos uno por uno. Así, Ninamancco Córdova (2021) ha señalado que: Un enfoque de Derecho Comparado impone concluir que la normativa de prescripción extintiva se debe aplicar también a la prescripción adquisitiva. En efecto, los códigos civiles de Argentina y Brasil, en sus artículos 2532 y 1244 respectivamente, señalan que ambas clases de prescripción se someten a la misma regulación. De modo similar, el artículo 1165 del Código Civil italiano establece que la normativa de la prescripción extintiva se observa, ‘en cuanto aplicable’, en materia de usucapión. El parágrafo 939 del BGB alemán también estipula que la normativa de prescripción extintiva se aplica a la usucapión. (p. 13) Como se puede ver, el profesor Ninamancco desea convencernos de aplicar por analogía el artículo 1996, inciso 2 del Código Civil para 9 los casos de requerimientos extrajudiciales en el plano de la usucapión. Así, uno de sus fundamentos es que esto es totalmente posible en otros países. Es necesario saber que el cuarto párrafo del artículo 2943 del Código Civil italiano, al que Messineo lo excluye del ámbito de aplicación de la usucapión, comienza señalando que ‘La prescripción también se interrumpe por cualquier otro acto que sirva para constituir en mora al deudor’ . El problema del profesor es que narra hechos de forma incompleta, ya que no era suficiente decir que en Italia, Argentina, Brasil y Alemania tienen una normativa que apertura que las reglas de la prescripción extintiva se puedan trasladar a la prescripción adquisitiva, sino que además, responsablemente, debía decirse también que la doctrina y la jurisprudencia de esos países indica que los requerimientos extrajudiciales que, usualmente son aceptados para interrumpir en el plano de la prescripción extintiva, son incompatibles (“no tienen ciudadanía”) en el campo de la prescripción adquisitiva o usucapión. No podemos por ello, entregarle las “llaves de la En efecto, autores nacionales de larga y reconocida trayectoria como Arata Solis (2007, pp. 74 y 75) y Gonzales Barrón (2021, minuto 44:25), son los que merecen total reconocimiento por haberse pronunciado, antes que nosotros, rechazando la posibilidad de que la remisión de cartas notariales tenga efectos interruptivos en plano de la prescripción adquisitiva. En la misma línea de pensamiento puede verse las opiniones de Bautista Alderete (24 de octubre de 2016), Pretel Alonzo (23 de febrero de 2017) y Villalobos Villalobos (2021, pp. 91-101). GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 98 • AGOSTO 2021 • ISSN 2305-3259 • pp. 107-130 111 ciudad” tan tranquilamente. A continuación, un desarrollo de lo que afirmo. 1. La situación en Italia El artículo 1165 del Código Civil italiano señala lo siguiente: Las disposiciones generales sobre la prescripción, las relativas a las causas de suspensión y de interrupción [1167, 2653 n. 5, 2943] y al cómputo de los plazos [2963] se observarán, en la medida en que sean aplicables, en relación con la usucapión. (La traducción y el resaltado es nuestro) Nosotros queremos profundizar en la expresión “en la medida en que sean aplicables” que señala el dispositivo normativo citado, ya que, si bien se puede observar que el profesor Ninamancco tenía conocimiento de tal expresión, hubiera sido bueno que investigue la forma en la que los italianos la entienden, al menos para ver si ellos aceptan o rechazan que los requerimientos extrajudiciales puedan ocasionar la interrupción de la prescripción adquisitiva. Veamos pues, entonces, lo que la doctrina y la jurisprudencia italiana dice al respecto. En la doctrina italiana, es destacable el trabajo del jurista Francesco Messineo, quien en 1968 escribió un trabajo titulado “Disposizioni in tema di prescrizione, applicabili o inapplicabili all’usucapione” (Disposiciones en materia de prescripción, aplicables o inaplicables a la usucapión). En ese trabajo, Messineo señala (1968) que: (…) los artículos relativos a la interrupción de la prescripción (2943-2945) son aplicables, con las oportunas adaptaciones, a la usucapión, excluyendo el cuarto párrafo del artículo 2943; esto porque este párrafo se refiere a la relación de débito y trabaja a favor del acreedor que está expuesto a la prescripción de su derecho; pero no encuentra campo de aplicación 112 en materia de usucapión, donde no puede entrar en juego una puesta en mora al sujeto usucapiente (es decir, el poseedor). (pp. 397 y 398) Para entender lo anterior de mejor manera, es necesario saber que el cuarto párrafo del artículo 2943 del Código Civil italiano, al que Messineo lo excluye del ámbito de aplicación de la usucapión, comienza señalando que “La prescripción también se interrumpe por cualquier otro acto que sirva para constituir en mora al deudor”. Incluso, en líneas posteriores, Messineo (1968) afirma que “se puede decir, más específicamente, que la interrupción siempre es posible desde el comienzo de la posesión ajena y constituye, al menos en cierto sentido, la antítesis de dicha posesión” (p. 400). Debemos comprender que, a diferencia de la prescripción extintiva, donde la inercia del titular del derecho juega un rol demasiado relevante en el avance del plazo prescriptorio, en el plano de la usucapión esto no es así, pues, como también afirma el referido autor: (…) la inercia del titular no pone en movimiento el principio (…) “actioni nondum natae non praescribitur”; ya que, para adquirir por usucapión, no se requiere una actividad del anterior titular del derecho (propietario). (Messineo, 1968, pp. 401 y 402) Y, aunque este apartado es dedicado al ordenamiento jurídico italiano, no podemos evitar añadir que el jurista español José Luis Lacruz Berdejo (2003) también se ha pronunciado en el mismo sentido, cuando señala que: La distinción entre la prescripción extintiva –como resultado de la inercia del titular– y la adquisición –como fruto de la actividad del poseedor y a la apariencia creada– se prolonga en tema de interrupción; para la de la prescripción extintiva pp. 107-130 • ISSN 2305-3259 • AGOSTO 2021 • Nº 98 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL PROPIEDAD Y DERECHOS REALES basta la mera reclamación del perjudicado, mientras que para la de la usucapión es necesario el cese de la possessio ad usucapionem. Es decir, que mientras, en el terreno de los derechos de crédito la mera reclamación, extrajudicial informal (con tal que se demuestre) mantiene en vida las acciones, la prescripción adquisitiva solo se interrumpe con el cese efectivo de la posesión en calidad de dueño, no bastando para ello las peticiones y las protestas del verus dominus: mientras en la vía judicial no obtenga sentencia, favorable definitiva (y, entonces, con referencia a la citación válida). (p. 163) Sobre esta diferencia entre las causas generadoras de la prescripción extintiva y de la prescripción adquisitiva, también se pronuncia el jurista español Manuel Albaladejo García (2004), quien aprovecha la ocasión para hacer ver el error en una sentencia de su país: (…) Lo que no parece admisible en ningún caso, habida cuenta de las diferencias entre las causas, por un lado, de interrupción de la usucapión y, por otro, de la prescripción extintiva, entre las que se halla la “reclamación extrajudicial”, que no aparece como una de las interruptivas de la usucapión, es lo que afirmó la sentencia de 29 de diciembre 1959 de que el curso de esta fue interrumpido por “reclamaciones privadas” (considerando 3), lo que, sin embargo, fue dicho a mayor abundamiento. (p. 169) Es así como podemos decir que, en materia de usucapión, la única salida de la inercia por 10 parte del propietario que realmente importa, es aquella que va con el propósito de dirigirse notoriamente contra la actividad que está desarrollando el poseedor (la posesión ad usucapionem) y realmente afectarla10. Es así que, en este plano, la posesión juega un rol vital para la adquisición y pérdida de un derecho. Por ello, no en vano el italiano Marco Comporti (2011) ha mencionado que: [E]s interesante observar que ninguna otra categoría de derechos –aparte de los derechos reales– es tan sensible a la posesión de la cosa con vistas a la adquisición a título originario y a la consideración de la falta de ella para la pérdida del derecho. Se trata de una situación fáctica que, dando lugar al nacimiento de la situación jurídica sobre la cosa, conlleva la aparición del fenómeno de la inherencia o, inversamente, la desaparición de la misma. (p. 107) Esta importancia de la posesión no puede predicarse en la relación entre acreedor y deudor, donde, por ejemplo, no se puede afirmar que es posible una causal de interrupción de la prescripción cuando el deudor pierde la posesión de su deuda, ya que esto es materialmente imposible. En ese sentido, el deudor no realiza una actividad dinámica en el decurso prescriptorio como sí lo hace el poseedor cuando se encamina a la usucapión. De hecho, al ser la posesión una actividad dinámica y que requiere ciertos esfuerzos, la ley la valora y reconociendo que puede ser difícil probarla al 100 % durante un La española Moreno-Torres Herrera (2012) manifiesta que: “Con frecuencia se afirma que es presupuesto o requisito necesario de la prescripción la inactividad del titular del derecho; ello puede aceptarse en términos generales, pero siempre que no se olvide que para evitar la prescripción no basta que el sujeto realice cualquier actividad, sino, precisamente, alguna de aquellas a las que la ley atribuye eficacia interruptora. Y si en el caso de la prescripción extintiva las causas de interrupción del plazo de prescripción son más amplias (cfr. art. 1.973 CC), no puede decirse lo mismo de la interrupción del plazo para usucapir, que no puede tener lugar mediante reclamación extrajudicial (cfr. arts. 1.944 a 1.948)” (p. 18). GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 98 • AGOSTO 2021 • ISSN 2305-3259 • pp. 107-130 113 determinado periodo largo de tiempo, le reconoce la “presunción de continuidad” plasmada en el artículo 915 del Código Civil peruano, que señala que “si el poseedor actual prueba haber poseído anteriormente, se presume que poseyó en el tiempo intermedio, salvo prueba en contrario”. También tenemos al artículo 953, según el cual “se interrumpe el término de la prescripción si el poseedor pierde la posesión o es privado de ella, pero cesa ese efecto si la recupera antes de un año o si por sentencia se le restituye”. Todo ello es una muestra de cómo el sistema legal brinda mecanismos para la longevidad de una institución dinámica como lo es la posesión. El sistema no es indiferente frente a la dinamicidad y por ello es que protege la posesión y facilita su probanza. Ante ello, cuando la posesión es ejercida en compañía de los demás requisitos plasmados en el artículo 950 del Código Civil, el propietario no puede interrumpir lo que se está gestando, sino únicamente dirigiéndose totalmente contra esta posesión de una forma que se asegure para sí mismo la recuperación del bien (ya sea mediante la acción reivindicatoria o cualquier otra acción que permita tal finalidad). Incluso, “poniendo un ojo al gato y otro al garabato”, tiene total coherencia que a diferencia de la prescripción adquisitiva, en la prescripción extintiva existan dos fases: i) Fase preliminar: que va desde el surgimiento de la relación jurídica hasta el vencimiento del período de tiempo señalado por ley, ocasionando esto último el surgimiento de una situación de ventaja en el sujeto pasivo para completar con su actuar el fenómeno prescriptorio; y, ii) Fase constitutiva: en la que el fenómeno prescriptorio se perfecciona por el actuar de quien se beneficia con él. (Ariano Deho, 2016, p. 460) Decimos lo anterior puesto que durante toda la “fase preliminar” de la prescripción extintiva, el obligado no es que haya realizado una 114 actividad dinámica que inequívocamente nos demuestre que desea hacer valer la prescripción a su favor. En cambio, en el plano de la usucapión, la adquisición se configura con el mero cumplimiento de los requisitos plasmados en el artículo 950 del Código Civil, siendo la sentencia de usucapión meramente declarativa. Así, llegado el momento, el sistema no es que introduzca un bien en la masa patrimonial del sujeto en contra de su voluntad, puesto que esta voluntad se ha irrigado de manera inequívoca con el pasar de los días, mediante la posesión continua, pacífica y pública como propietario durante el tiempo exigido por ley. De hecho, para reforzar esta reflexión, nos ha servido leer la magnífica obra de Raffaele Caterina, titulada Impium praesidium: le ragioni a favore e contro l’usucapione, que es un libro dedicado completamente a profundizar en las razones a favor y en contra de la usucapión. Así, en un acápite dedicado al vínculo psicológico entre el poseedor y la cosa, el autor cita las siguientes grandes ideas: A través de la posesión prolongada de un bien (quizás sobre todo de un bien inmueble), se forma un vínculo entre persona y el bien que, en cierta medida, es independiente del valor económico de este. Por ello, es que una serie de experimentos dieron a conocer el denominado “Endowment Effect” o “efecto dotación”, que es un fenómeno que describe que los individuos generalmente demanden mucho más dinero para vender un objeto que lo que ellos realmente estarían dispuestos a pagar para adquirirlo. Esto se debe a que las personas atribuyen más valor a las cosas únicamente por el hecho de poseerlas. Así, el “Endowment Effect” es una manifestación de un fenómeno más amplio, llamado “aversión a la pérdida”, que explica que, las pérdidas tienen un mayor impacto subjetivo en el comportamiento de las personas que las ganancias pp. 107-130 • ISSN 2305-3259 • AGOSTO 2021 • Nº 98 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL PROPIEDAD Y DERECHOS REALES objetivamente equivalentes. (Caterina, 2011, p. 29) Lo anterior explica que, la frustración por la pérdida del activo (el bien), sería mayor para el poseedor que logra consumar la usucapión tras los 10 años de posesión calificada, que para el propietario primigenio. De hecho, es cierto que esto se manifestaría mejor, en los casos en los cuales el propietario primigenio recién toma conocimiento de que era dueño del bien cuando la persona que se encontraba poseyéndolo ya ha logrado cumplir los requisitos del artículo 950 del Código Civil, puesto que, el poseedor experimentaría la restitución del bien como una pérdida, mientras que, quien recién ha tomado conocimiento que tenía un derecho de propiedad sobre el bien, lo experimentaría como un beneficio. (Caterina, 2011, p. 30) Margaret Jane Radin, profesora emérita en la facultad de Derecho de la Universidad de Michigan expone que se puede hacer una distinción entre una “propiedad fungible” y una “propiedad personal” dependiendo de qué tan estrechamente estén conectados con la personalidad. Esto es así, puesto que la posesión prolongada en el tiempo genera un vínculo psicológico entre la persona y el bien, generándose la propiedad personal. De esta forma, la profesora concluye que, los derechos de propiedad personal están, y deben estar, más fuertemente protegidos que los derechos de propiedad fungibles. (Caterina, 2011, p. 32) 11 Así, la profesora Margaret Jane expone que, a la luz de esa teoría, es fácil explicar el fenómeno de la usucapión, puesto que, para el propietario originario, su propiedad personal, con el paso del tiempo (en el cual otra persona posee su bien y se encamina la usucapión), se va convirtiendo en una propiedad fungible; mientras que, para el poseedor, con el paso del tiempo, accede al espacio de la propiedad personal. (Caterina, 2011, p. 33) Creemos que, con las ideas antes citadas, queda claro el papel de la voluntad del poseedor y su vínculo psicológico con el bien, lo que permite entender, de forma sencilla, la razón por la cual ocurre un ingreso del activo (bien) en el patrimonio del poseedor (una vez cumplidos los requisitos del artículo 950 del Código Civil) sin necesidad de un proceso judicial. Sucede así, una atribución patrimonial que no es contraria a la voluntad del beneficiario11. Además, si se sabe apreciar bien, este paso desde la posesión hacía la propiedad, por obra de la usucapión, es un fenómeno sencillo de comprender, ya que como bien afirma Rodolfo Sacco (2007) “(…) Las dos situaciones (de posesión y propiedad) son cada vez más semejantes, y constituyen dos formas, jerárquicas, de pertenencia (…)” (pp. 276 y 277). Y es que, después de todo, “La posesión, forma arcaica del señorío jurídico sobre la cosa, con el tiempo cedió sus prerrogativas a la propiedad” (Rodolfo Sacco, 2005, p. 196). Por ello, cuando en el caso concreto, ha fallado uno de los aspectos importantes de esta forma de propiedad más Mucho recuerdo, respecto a este punto de las atribuciones patrimoniales, lo manifestado por el profesor Gonzales Barrón, cuando nos informaba que la profesora Núñez Boluda se encontraba reflexionando sobre la solidez o no, de la tesis de la atribución patrimonial automática de una edificación realizada por un tercero sobre suelo ajeno, aun cuando el propietario del suelo no haya mostrado su asentimiento de verse favorecido por el ingreso de este activo (construcción) en su patrimonio. Cabe añadir que, aunque Núñez Boluda analizaba el ordenamiento jurídico español, similar dispositivo normativo tenemos en el artículo 938 de nuestro Código Civil peruano. Véase: Gonzales Barrón (2013, p. 999). GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 98 • AGOSTO 2021 • ISSN 2305-3259 • pp. 107-130 115 institucionalizada (falló porque alguien es propietario, pero no posee y se desvincula del bien), se dota de toda fuerza y reconocimiento a esta propiedad más primitiva que no es otra cosa que la posesión misma y así, si su jerarquía era estar por debajo de la propiedad institucionalizada, ahora ha tomado su lugar (las prerrogativas que alguna vez cedió, le son retornadas). Se busca así que propiedad y posesión se mantengan unidas. El mensaje es entonces el siguiente: O logra el propietario tal unión, demandando, por ejemplo, una acción reivindicatoria para recuperar la posesión; o, lo logrará el poseedor consumando la usucapión . Se busca así que propiedad y posesión se mantengan unidas. El mensaje es entonces el siguiente: O logra el propietario tal unión, demandando, por ejemplo, una acción reivindicatoria para recuperar la posesión; o, lo logrará el poseedor consumando la usucapión. Así, muestra de esta búsqueda de que el propietario recupere la posesión o de que el poseedor se convierta en propietario, es lo que ocurre en el ordenamiento jurídico español, donde “[e]l plazo de la prescripción de la acción reivindicatoria no comienza a correr hasta que la posesión del legitimado pasivo es una posesión ad usucapionem” (MorenoTorres Herrera, 2012, p. 27). En cuanto a la jurisprudencia italiana son destacables los siguientes pronunciamientos: 116 La usucapión se interrumpe únicamente por la interposición de escrito de demanda en la vía judicial, mas no por actos de requerimiento y constitución en mora que son configurables solo contra un deudor y no tienen ciudadanía en el campo de los derechos reales (Cass. civ., 10.6.81, n. 3773, in Riv. not., 1983, 1 158. (De Giori, 2012, p. 31) En cuanto a usucapión, el requerimiento enviado por carta certificada con acuse de recibo es inadecuado para provocar la interrupción de la usucapión (Trib. Gallarate, 10.1.05). (De Giori, 2012, p. 32) El cuarto párrafo del artículo 2943 no puede aplicarse a la usucapión, ya que es fijado por el legislador con respeto exclusivo a los derechos relativos y por ende a las relaciones de naturaleza obligatoria, ontológicamente incompatibles con la figura de la usucapión; precisamente por ello, de manera constante y nunca puesta en duda, los actos de requerimiento, puesta en mora o “protesta” genérica dirigidos al propietario, no resultan idóneos para determinar la interrupción civil de la posesión ad usucapionem que seguirá siendo considerada como tal aun cuando actúe a sabiendas y en abierto conflicto con la voluntad del dueño efectivo de la propiedad colocada bajo su señorío (Cass. 15 dicembre 1992, n. 13211; Cass. 28 aprile 1996, n. 2929; Cass. 11 settembre 1998, n. 9025; Cass. 23 novembre 2001, n. 14917; Cass. 19 giugno 2003, n. 9845; Cass. 27 maggio 2010, n. 13002 y la Cass. 26 luglio 2011, n. 15199). (Galati, 2013, p. 246) En efecto, la posesión ad usucapionem seguirá siéndolo tras la remisión de una carta notarial por parte del propietario al poseedor. Esta idea ha sido aprobada por Dalla Massara (2013) cuando afirma que: “(…) los actos de notificación pp. 107-130 • ISSN 2305-3259 • AGOSTO 2021 • Nº 98 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL PROPIEDAD Y DERECHOS REALES y constitución en mora no serían idóneos para interrumpir la usucapión, ya que la posesión también podría ejercerse en contraposición a la voluntad del titular del derecho (actos de este tipo solo pueden interrumpir la prescripción de los derechos de obligación)”12. (p. 1460) (…) No serán identificados como actos de interrupción de la posesión, aquellos actos que sean distintos de los judiciales, por ello es que ni actos de intimación o de advertencia, ni actos de constitución en mora, que supongan la existencia de un deudor y un derecho de crédito, pueden ser operativos a efectos de interrumpir la usucapión de derechos reales. (Sentencia del Trib. Firenze 22.04.1998, n. 1073) (Pola, 2011, p. 91) Además, para seguir diferenciando, la jurisprudencia italiana ha señalado que, si bien es admisible que la interrupción producida entre un acreedor y uno de los deudores solidarios, pueda expandirse a los demás codeudores, tal cuestión es imposible de plasmarse en el caso de que un propietario realice actos de interrupción contra uno de los coposeedores. Este criterio ha sido adoptado en la Cass. sez. II, sent. n. 11657 del 14/05/2018. (Isaelli, 24 de enero de 2019) y en la Cass. 05.07.1999, n. 6942 (Pola, 2011, p. 101) 12 El profesor Ninamancco menciona que la remisión de cartas notariales interrumpe la usucapión puesto que este accionar elimina la “desidia” del propietario. Nos preguntamos si, después de las últimas dos sentencias que compartimos en el párrafo anterior, seguiría pensando lo mismo en un escenario en el cual, el propietario solo dirige la carta notarial contra uno de los poseedores. Creemos que, para ser coherente con su pensamiento, el profesor tendría que admitir que en tales casos también el propietario ha eliminado su “desidia” (con lo que en su pensamiento tal eliminación implica). Sin embargo, tenemos cierta fe en que el profesor, más que buscar una coherencia consigo mismo, se dará cuenta de que su argumento no es sostenible, puesto que, para que un propietario pueda interrumpir la usucapión, no le bastará con mostrar interés en el bien. De hecho, cuando una persona, respecto de un inmueble de su propiedad, constituye una hipoteca o celebra un contrato de compraventa, está mostrando un interés en el bien (“me interesa porque me sirve de garantía” o “me interesa porque vendiéndolo voy a obtener una gran suma de dinero”) y diversa jurisprudencia italiana ha hecho mención de que estos actos no interrumpen la usucapión, incluso cuando se notifica al poseedor de la venta que se acaba de realizar. Ahora, De esta manera se observa que la razón por la cual se descarta tal tesis no es sustancialmente en razón de que la “constitución en mora” sea terminológicamente inaplicable a un poseedor, ya que igualmente en el inciso 1 del artículo 1996 referido a la interrupción de la prescripción extintiva, se reconoce como uno de los modos de interrupción, al “reconocimiento de la obligación”, y, igualmente este puede ser aplicado en el plano de la prescripción adquisitiva, ya que, aceptamos en nuestro ordenamiento, la interrupción por reconocimiento del derecho, aunque sea cierto que ello es ocasionado más por una interversión del concepto posesorio, pero en un sentido de degradación de la calidad posesoria (“de lo más a lo menos”). En ese sentido, Arata Solís (2007) respecto a la aplicabilidad de ciertas causales de interrupción de la prescripción extintiva, ha señalado que: “la de intimación extrajudicial que permite la constitución en mora del deudor (inc. 2) no debiera ser rechazada solo porque la figura de la mora no opera en las relaciones jurídico reales, porque de lo que se trata es de tomar la funcionalidad del supuesto: ¿es suficiente un requerimiento extrajudicial al poseedor para interrumpir la prescripción? en nuestra opinión, dentro del contexto de un sistema legal que tiende a la objetivización de la prescripción adquisitiva (ver lo expuesto en el numeral 5.5.) no nos parece apropiado que un acto privado pueda tener la trascendencia necesaria para producir un efecto tan grave (vicio absoluto) como el que produce la interrupción de la prescripción (pp. 74 y 75). GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 98 • AGOSTO 2021 • ISSN 2305-3259 • pp. 107-130 117 claramente estamos atentos a que se pueda decir que, en el caso de la venta, quien notifica ya no es propietario y por eso es obvio que no interrumpa, pero imaginemos, por ejemplo, que el propietario notifique al poseedor de que ha realizado una venta con condición suspensiva. Otro aspecto a tener en cuenta es que, a efectos de lograr la interrupción, la vía judicial mediante la cual el propietario realice el requerimiento contra el poseedor, no puede ser cualquiera, sino, una mediante la cual pueda lograr la recuperación posesoria del bien. Además, no todo queda allí, ya que tal eficacia interruptiva queda supeditada al éxito de la acción judicial. Así, sí la eficacia del requerimiento judicial debe cumplir con un requisito “inicial” y otro “final”, ¿porque la jurisprudencia nacional peruana y algunos autores permiten la posibilidad de interrumpir con requerimientos extrajudiciales que, como se sabe, ni siquiera aperturan para el propietario posibilidades serias de recuperación del bien? Como se puede apreciar, en nuestro país, se hace coexistir anómalamente dos tipos de requerimientos: uno que tiene que saltar dos vallas y otro que tiene el camino totalmente libre. Ahora, quizás para los lectores muy informados de las opiniones de los autores nacionales, pueda parecerle extraña nuestra afirmación de que la eficacia interruptiva de la acción judicial necesite del posterior éxito de la misma. Esto por cuanto, según los profesores Gonzales Barrón y Pasco Arauco13, si un proceso de desalojo es desestimado, entonces igual se mantendría la interrupción. Nosotros, en cambio, no estamos de acuerdo con tal postura. Sin embargo, de ambas opiniones, la que nos inspira un desacuerdo con 13 14 118 mayor didáctica, es la del profesor Gonzales Barrón (2017), quien textualmente indica lo siguiente: Distinto a lo que ocurre en los procesos plenarios, en el caso que la demanda de un proceso sumario sea desestimada, como el desalojo, entonces igual se mantendría la interrupción, pues la sentencia en dicho proceso no clausura el debate de la propiedad. Sin embargo, luego de la sentencia negativa de desalojo, nuevamente empezaría a correr, con nuevo cómputo, el plazo de la usucapión. (p. 176) Como decíamos líneas atrás, nosotros no estamos de acuerdo con esta opinión, ya que desde un inicio es importante señalar que, la existencia y eficacia del acto de interrupción ejercido por el propietario contra el poseedor, es solamente imputable al propietario. Así, no se puede hacer cargar con ese peso al poseedor ad usucapionem, quien claramente conduce sus actos con un interés totalmente opuesto al interés del propietario y que precisamente por ser aún un poseedor que se encamina a concretar tal usucapión, no cuenta aún con la capacidad de clausurar “el debate de la propiedad” alegando ser propietario. En este sentido, es el propietario reclamante quien debe asumir el peso del éxito o fracaso de la acción judicial. Ahora, bien es cierto que el Código Civil español es directo en esto, pues en el inciso 3 de su artículo 1946 señala que si el poseedor fuera absuelto de la demanda, la citación judicial se considerará no hecha y dejará de producir interrupción (se tomará como si no hubiera ocurrido el acto que interrumpió en un inicio). Así, la autora española María Luisa Moreno-Torres Herrera14 (2012) Véase: Círculo de Estudios “Ideas Jurídicas” (9 de mayo de 2020, minuto 46:12). Autora que, por cierto, cita en su libro “La usucapión”, las siguientes sentencias españolas: STS de 18 de abril de 1989 (RJ 1989\3064); -SAP Sevilla, Sec, 8ª, de 15 de marzo de 2004 (AC 2004\316) y SAP Almería, Sec. pp. 107-130 • ISSN 2305-3259 • AGOSTO 2021 • Nº 98 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL PROPIEDAD Y DERECHOS REALES comenta dicho dispositivo normativo de la siguiente forma: (…) presentada la demanda: la interrupción se entiende producida desde esa fecha, pero si posteriormente se da cualquiera de las situaciones enumeradas en el art. 1946, se entiende que nunca ha tenido lugar la interrupción. Dicho de otra manera, a diferencia de lo que ocurre en el ámbito de la prescripción extintiva, en el caso de la usucapión, la eficacia interruptora queda supeditada al éxito de la acción judicial. Producida la absolución o cualquier otra de las circunstancias enumeradas en el art. 1946, se entiende que el plazo no se ha interrumpido en ningún momento (…). (p. 140) De igual manera lo entiende el jurista español Antonio-Manuel Morales Moreno (2016): Es cierto que el CC no menciona directamente a la sentencia, sino a la “citación judicial” o el acto de conciliación, como determinante de la interrupción civil, pero del conjunto de los anteriores artículos se infiere que es la sentencia estimatoria la que en realidad produce la interrupción, aunque sus efectos interruptivos se retrotraigan al momento inicial del proceso (“citación judicial”, acto de conciliación) (…). (p. 192) Lo que pretendemos es ser coherentes con nuestra tesis de que los requerimientos extrajudiciales no interrumpen el decurso de la prescripción adquisitiva. Por ello, si afirmamos que las acciones de interrupción efectuadas por el propietario solo pueden mantenerse reconocidas como tales si es que logran la recuperación de la posesión, no podemos estar de acuerdo con que aun cuando la demanda de desalojo sea posteriormente desestimada, se mantenga la eficacia interruptiva que ocasionó el inicio del proceso. De esta forma, sostenemos que, a diferencia de lo que sucede en el plano de la prescripción extintiva, en la prescripción adquisitiva solamente se mantiene la eficacia interruptiva ocasionada por el inicio del proceso, si es que finalmente dicho proceso culmina con una sentencia favorable para el propietario, ordenándose así la reintegración de la posesión. Así, como explica Luciano Barchi Velaochaga (2019), en el caso de un acreedor que interpela judicialmente a su deudor, pero que la demanda se haya interpuesto ante juez incompetente o finalmente sea declarada improcedente, de igual forma se entenderá producida la constitución en mora al deudor y, por lo tanto, la interrupción de la prescripción, puesto que si la demanda fue perfectamente notificada al deudor, se la hará valer como un requerimiento extrajudicial, en el entendido de que, aún en estos casos, el acreedor pone de conocimiento del deudor, su interés en el pago (p. 104). Obviamente, esto que se acepta entre acreedor y deudor, no puede aceptarse entre el propietario y el poseedor, ya que sería totalmente incoherente con nuestra tesis decir que la notificación con la demanda al poseedor se hará valer como un requerimiento extrajudicial en los casos en que finalmente la sentencia no le sea favorable al demandante. En fin, para finalizar el acápite dedicado a la situación en Italia y para mostrar la transparencia académica de nuestra investigación, debemos señalar que no ignoramos que algún 2.ª, de 18 de febrero de 2004 (SP/SENT/522769). La primera de ellas niega que, en el plano de la usucapión, tenga eficacia interruptiva los requerimientos extrajudiciales (en general) al poseedor, mientras que, las dos últimas, niegan ese mismo efecto interruptor a la remisión de cartas notariales. Véase: Moreno-Torres Herrera (2012, p. 135). GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 98 • AGOSTO 2021 • ISSN 2305-3259 • pp. 107-130 119 autor italiano15 sí postulaba que los requerimientos extrajudiciales puedan interrumpir el plazo de la prescripción adquisitiva, pero, consideramos que de igual forma es solo uno frente a la avalancha de doctrina y jurisprudencia italiana que se muestra en contra de tal tesis. 2. La situación en Argentina Es cierto, como afirma el profesor Ninamancco, que el artículo 2532 del Código Civil y Comercial de la Nación de Argentina hace un reconocimiento de disposiciones comunes que son aplicables tanto para la prescripción extintiva como para la prescripción adquisitiva. Sin embargo, hubiera sido bueno que el profesor continúe examinando dicho cuerpo normativo, para así darse cuenta de que también existe el artículo 2541 del mismo código, el cual señala lo siguiente: El curso de la prescripción se suspende, por una sola vez, por la interpelación fehaciente hecha por el titular del derecho contra el deudor o el poseedor. Esta suspensión solo tiene efecto durante seis meses o el plazo menor que corresponda a la prescripción de la acción. Como se puede observar, la normativa argentina hace referencia a una interpelación que suspende, no que interrumpe. Importante detalle, ¿cierto? Para mayor información, el artículo 2541 es el mismo que el del proyecto de Código Civil y Comercial de 2012, que Claudio Kiper (2013), un reconocido autor de Argentina, comentaba de la siguiente forma: La interpelación consiste en un requerimiento reintegro de la cosa que debe emanar del titular del derecho real y que está dirigida al poseedor en materia de usucapión (…). (p. 92) 15 120 Asimismo, añade que: (…) si el titular del derecho real sobre la cosa que está siendo poseída por otro lo interpela en forma fehaciente, la prescripción en curso se detiene por seis meses. El artículo exige que la interpelación sea efectuada en forma “fehaciente”. Con ello se quiere significar que la exigencia sobre la cosa no debe dejar duda alguna sobre su veracidad y fecha; por ello –aun cuando no existe ningún requisito de forma–, se recomienda el telegrama colacionado, la carta documento, el acta notarial o una nota debidamente recibida por el poseedor. (p. 91) En la misma línea se expresa el profesor Mario Zelaya, cuando expone que: “El código dice que la prescripción se suspende por la interpelación fehaciente. (…) La interpelación fehaciente es carta documento, telegrama colacionado, acta notarial, etc.; y suspende por única vez por 6 meses” (Colegio Abogados Viedma, 2020, minuto 33:14). Observemos que no se le otorga a estas interpelaciones fehacientes o requerimientos extrajudiciales el poder de interrumpir la usucapión, sino solamente el de suspender el decurso prescriptorio, por única vez y durante seis meses. Creemos, pues, que con una norma como la argentina, se desincentiva que el propietario realice, en reiteradas ocasiones, solamente requerimientos extrajudiciales (ninguno con la capacidad de aperturarle seriamente la recuperación de la posesión), ya que estos solo tendrán efecto suspensivo por una única vez y de manera provisional, siendo este último aspecto lo que ocasiona que el propietario se vea en la necesidad de entablar, sí o sí, un reclamo por la vía judicial para así recuperar la posesión. Véase: Roselli (1983). pp. 107-130 • ISSN 2305-3259 • AGOSTO 2021 • Nº 98 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL PROPIEDAD Y DERECHOS REALES Ahora bien, algo que no he comentado hasta este punto es que, por motivos laborales, me tocó estar a cargo de la redacción de las preguntas para la entrevista al profesor Ninamancco sobre este tema en específico. Así, a través del planteamiento de estas, traté de hacerle ver al profesor que su postura es pasible de varios cuestionamientos. Por ello, es que alguna de las preguntas fue dirigida a saber su opinión respecto al caso en el cual un propietario alegue haber interrumpido la prescripción hasta en dos oportunidades vía remisión de cartas notariales. La respuesta del profesor Ninamancco fue que “en el supuesto de que un caso como el referido se verifique en el plano de los hechos, podría ser posible que se ensaye una interpretación restrictiva”. El profesor Ninamancco también citó a Doménico Barbero para afirmar que “no podemos tomar a las ‘situaciones patológicas’ como referencia para nuestro entendimiento de las diferentes instituciones o figuras jurídicas” (Ninamancco Córdova, 2021, p. 15). Quizás Doménico tenía razón en este punto, sin embargo, nosotros sí creemos que un ensayo de la “exageración de lo normal” puede darnos mayores ideas sobre la validez de lo que entendemos (o de lo que otros entienden) por “normal”. Veamos: i) Para el profesor Ninamancco, de darse casos en los cuales el propietario haya remitido en más de una ocasión una carta notarial al poseedor, puede ser posible ensayar una interpretación restrictiva evaluando si en el caso concreto se refleja un verdadero interés en el bien. Sin embargo, nosotros creemos que eso se presta para la expedición de sentencias con pronunciamientos contradictorios, al no existir un límite legal de la cantidad de veces en que se podría remitir una carta notarial para interrumpir la usucapión. ¿Se imaginan lo que ocurriría? Para algún magistrado, podría ser aceptable el envío de carta notarial hasta en dos ocasiones y solo a partir de tres ya le sería cuestionable el verdadero interés en el bien; mientras que, para otro magistrado, el envío de una segunda carta notarial ya reflejaría que verdaderamente no hay un interés en el bien, pues en lugar de enviar esa segunda carta notarial debió iniciarse un reclamo por la vía judicial. ii) Nuestro ensayo de exageración en realidad apunta a lo siguiente: si un propietario envía una carta notarial al poseedor, señalándole que le concede 7 días para desocupar el bien de su propiedad y luego, pasan 8, 9, 10 y hasta 14 días y el poseedor no solo no se comunica, sino que no desocupa el bien, ¿será que en ese momento, el propietario, recién logrará descubrir el “invento de la ciencia más novedoso de estos últimos años”, es decir, la posibilidad de reclamar su derecho ante los tribunales? Fuimos obviamente irónicos con la pregunta planteada al final del anterior párrafo, pues a lo que más apuntábamos cuando preguntamos al profesor Ninamancco sobre el envío reiterativo de las cartas notariales, era a que pudiera observar que, en realidad, ninguna carta notarial (ni una, ni varias) asegura al propietario la recuperación de la posesión. Así, conforme a lo que se decidió en el Pleno Distrital de la Corte Del Santa del 17 de octubre del 2018 y conforme a la línea jurisprudencial de la Corte Suprema, si una persona demanda prescripción adquisitiva de dominio, alegando haber poseído durante 10 años con todos los requisitos plasmados en el artículo 950 del Código Civil y el propietario contesta alegando que en el año n° 7 de la posesión del demandante, ha interrumpido la usucapión enviando una carta notarial, GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 98 • AGOSTO 2021 • ISSN 2305-3259 • pp. 107-130 121 es más que seguro que la Corte Suprema, siguiendo su tesis o persuadida a reforzarla tras leer o escuchar la tesis del profesor Ninamancco, resolverá señalando que se ha producido la interrupción. ¡Qué fatal! No ignoramos que algún autor italiano sí postulaba que los requerimientos extrajudiciales puedan interrumpir el plazo de la prescripción adquisitiva, pero, consideramos que de igual forma es solo uno frente a la avalancha de doctrina y jurisprudencia italiana que se muestra en contra de tal tesis . En realidad, nosotros creemos que un propietario, si lo desea, puede probar suerte, enviando una carta notarial al poseedor. Así, si es que la tiene, y el poseedor se retira, el plazo prescriptorio ya no seguirá avanzando, pero no por el actuar del propietario, ni mucho menos por el interés de este en el bien, sino porque el poseedor mismo ha realizado un abandono. 3. La situación en Brasil Tal y como lo afirma el profesor Fort, también es cierto que existe un artículo 1244 del Código Civil brasileño, que señala que: 16 122 Se extiende al poseedor lo dispuesto en cuanto al deudor acerca de las causas que obstaculizan, suspenden o interrumpen la prescripción, las cuales también se aplican a la usucapión. Sin embargo, lo que no toma en cuenta el profesor, es que al menos de la literalidad del artículo 202 del Código Civil brasileño, que es el dispositivo que regula las causales de interrupción de la prescripción extintiva, no existe inciso alguno que establezca que la prescripción extintiva se pueda interrumpir mediante requerimientos extrajudiciales efectuados por el acreedor. ¿Cómo hacemos para extender la aplicación de una regla que no existe? A mayor detalle, cuando el inciso V del artículo 202 del Código Civil brasileño hace referencia a la constitución en mora, señala que solo puede efectuarse mediante acto judicial. Luego, si revisamos el inciso VI del mismo artículo, que es el único que hace referencia explícitamente a un acto extrajudicial con efecto interruptivo, vemos que solamente señala que la interrupción de la prescripción puede darse “por cualquier acto inequívoco, incluso extrajudicial, que implique reconocimiento del derecho por parte del deudor” Es decir, este inciso VI se refiere únicamente a un acto de reconocimiento por parte del deudor, o si se quiere aplicar al plano de la usucapión, un acto del poseedor ad usucapionem que, reconociendo el derecho en el propietario, es de tal magnitud que intervierte su título posesorio, degradándolo a una calidad posesoria menor, sin animus domini. Ahora bien, es cierto que algún sector de la doctrina brasileña16 ensaya una interpretación, Según los autores Humberto Theodor Júnior y Gustavo Tepedino, citados por Antunes Ferreira (2015, p. 13), no es razonable que el artículo 397 del Código Civil brasileño señale que es posible constituir en mora mediante interpelación extrajudicial, pero que, por una mala técnica legislativa, el artículo 202 cierre la posibilidad de que ello ocasione la interrupción de la prescripción extintiva. pp. 107-130 • ISSN 2305-3259 • AGOSTO 2021 • Nº 98 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL PROPIEDAD Y DERECHOS REALES mediante la cual se pueda afirmar que el referido inciso V también debería aplicarse para actos extrajudiciales, sin embargo, a lo que queremos llegar, es que el tema no estaba tan sencillo como el profesor Ninamancco lo presentaba. A pesar de ello, la jurisprudencia brasileña se muestra en contra de considerar que un requerimiento extrajudicial pueda interrumpir el plazo de la prescripción adquisitiva. Remitámonos a las pruebas: La notificación extrajudicial, per se, no tiene la facultad de interrumpir el período de prescripción adquisitiva, especialmente cuando el propietario ni siquiera interpone una demanda para recuperar el bien. (…) APELACIÓN CONOCIDA Y PROVISTA. (6ª CC, AC nº 337827-17, Rel. DR. Wilson Safatle Faiad, DJe nº 2335, de 24/08/2017) (…) en el caso de autos, a pesar de que Livertino Venâncio de Almeida notificó a los poseedores en 1987, permaneció inerte puesto que no presentó la demanda correspondiente. (Tribunal de Justicia de Goiás TJ-GO - APELACIÓN CIVIL N° 0210653-36.2014.8.09.0010) Nótese que, aunque notificados, los poseedores continuaron ocupando el inmueble, e incluso realizaron posteriores transmisiones, de forma onerosa, que llegaron a Rafalo José dos Santos, quien adquirió la posesión por vía onerosa el 16/12/1991 (suceso n. ° 3 - expediente núm. 04), ejercitándolo con espíritu de propietario, sin oposición de nadie, hasta el 11/05/2011, cuando, entonces, sus sucesores lo vendieron al ahora demandante, quien, igualmente, continuó ejerciendo la posesión con animus domini y sin oposición. (Artículo 1.207, Código Civil/02). (Tribunal de Justicia de Goiás TJ-GO - APELACIÓN CIVIL N° 0210653-36.2014.8.09.0010) Por su parte, la doctrina brasileña también les niega efectos interruptivos a los requerimientos extrajudiciales en el plano de la usucapión. Veamos: El reconocido jurista brasileño, Pontes de Miranda (2016) exponía que: Las normas sobre la interrupción del plazo de prescripción tienen incidencia en la usucapión. El tipo de interrupción más común es la pérdida de posesión, porque las normas legales sobre usucapión de bienes inmuebles y muebles solo admiten la posesión continua (=ininterrumpida) como elemento de sustento fáctico. Fuera de allí, la citación interrumpe el curso del término usucapitivo. Pero la citación solo interrumpe la usucapión, si la acción posesoria o peticionaria es juzgada procedente y se retira la posesión. Es de no suponer la oposición de alguien a la posesión. De modo que, la oposición quita a la posesión la calidad de ser elemento del soporte fáctico, para la incidencia de aquellas normas jurídicas. (…) Es necesario que se excluya la posesión. (p. 284) Cristiano Chaves De Farias & Nelson Rosenvald (2015) afirman que: A pesar de la existencia de una extensa lista de hechos que generan interrupciones en la prescripción, entendemos que no es posible avalar una simetría perfecta con la usucapión. (…) por lo que no puede ser paralizada por ningún medio judicial o extrajudicial, que son permitidas en algunas hipótesis del artículo 202. Una norma ordinaria se considerará excesiva, hasta el punto de vulnerar el principio de proporcionalidad, al permitir, por ejemplo, que una mera notificación sea capaz de determinar la interrupción del período de usucapión (...) En nuestra opinión, la interrupción de la usucapión requiere el debido proceso GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 98 • AGOSTO 2021 • ISSN 2305-3259 • pp. 107-130 123 legal. No se admite que tal situación subjetiva relevante se vea frustrada por medidas extrajudiciales. (p. 339) El brasileño Francisco Eduardo Loureiro (2010) señala que: Cualquier citación hecha al deudor [poseedor] no es suficiente, sino aquella determinada en una demanda relacionada con la recuperación de la posesión del bien por parte del interesado, contra el poseedor. Además, la citación no puede mostrar defecto de forma y la acción, en definitiva, debe ser acogida, ya que no da lugar a la interrupción la acción considerada infundada, o resuelta sin juicio de fondo. (p. 1235) Finalmente, Carlos Roberto Goncalvez (2020) apunta que: No se debe confundir, por otro lado, inconformidad con oposición. Esto, en el sentido que el legislador le asignó, no significa una negociación, ponderación o parlamento con el fin de convencer a alguien de que desista de la posesión de una determinada cosa. Más bien, sí se traduce en medidas efectivas y concretas, identificables en el ámbito judicial, que buscan romper la continuidad de la posesión, oponiéndose a la voluntad del poseedor, otra voluntad que impugne el ejercicio de esos poderes inherentes al dominio calificado de posesión. (p. 267) 4. La situación en Alemania Como se pudo observar, el profesor Ninamancco señala que el parágrafo 939 del Código Civil Alemán (BGB) también estipula que la normativa de prescripción extintiva se aplica a la usucapión. ¿Qué debemos entender realmente con esto? ¿Que en Alemania los requerimientos extrajudiciales producen una interrupción de la prescripción extintiva y que, por ello, estos también interrumpen 124 en el plano de la prescripción adquisitiva de dominio? No creemos que ello sea así, puesto que, si nosotros acudimos al parágrafo 939 del Código Civil alemán, veremos que señala lo siguiente: (1) La usucapión se suspende si se hace valer la pretensión de restitución contra el poseedor en concepto de dueño o, en caso de la posesión mediata en concepto de dueño, contra el poseedor que deriva su derecho del poseedor en concepto de dueño, en la manera prevista para la suspensión de la prescripción en los §§ 203 y 204. La suspensión se produce únicamente en favor de aquel que la ha suscitado. (2) La usucapión se suspende, además, mientras la prescripción de la pretensión de restitución, según los §§ 205 a 207, o su vencimiento, según los §§ 210 y 211, se encuentren suspendidos. Por ello, no entendemos la razón por la cual se cita el parágrafo 939 del BGB Alemán si a todas luces es un dispositivo normativo que hace referencia únicamente a la suspensión -y no la interrupción- de la usucapión y su primer párrafo que por mencionar a la “pretensión de restitución” es de nuestro interés, señala que tal pretensión debe hacerse valer en la manera prevista por los parágrafos 203 y 204 del mismo cuerpo normativo, los cuales solamente regulan, respectivamente, la suspensión de la prescripción por negociaciones y la suspensión de la prescripción por ejercicio judicial de un derecho. II. DEBATIENDO CON EL PROFESOR NINAMANCCO: LA INVOCACIÓN DEL VII PLENO CASATORIO CIVIL El profesor Ninamancco (2021) ha señalado que: Desde la dación del VII Pleno Casatorio Civil (fundamento III.4.1), no cabe duda pp. 107-130 • ISSN 2305-3259 • AGOSTO 2021 • Nº 98 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL PROPIEDAD Y DERECHOS REALES de que el crédito y la propiedad tienen la misma tutela o relevancia constitucional, pues ambos forman parte del ‘derecho de propiedad en sentido constitucional’. Siendo así, ya no solo una razón de Derecho Comparado o de economía exige la aplicación de la normativa de la prescripción extintiva a la usucapión, sino también una razón de corte constitucional. (p. 14) También en este punto estamos en total desacuerdo con el profesor Ninamancco. Así, si todas las razones antes mencionadas no han sido suficientes para comprender la derrota de la tesis de la interrupción del plazo de prescripción adquisitiva con carta notarial, vamos a demostrar a continuación porqué lo que afirma el profesor Ninamancco en este punto, invocando al VII Pleno, tampoco abona a la sostenibilidad de su tesis. En efecto, el VII Pleno señala que el crédito y la propiedad forman parte del derecho de propiedad en sentido constitucional, y a esto acude el referido profesor con la finalidad de comunicarnos que ambos tienen la misma tutela y así, hacernos pensar que, en consecuencia, si el requerimiento extrajudicial que realiza el acreedor a su deudor interrumpe el plazo prescriptorio, de igual manera, si un propietario envía una carta notarial al poseedor, requiriéndole la restitución del bien, de igual forma se habrá producido la interrupción del plazo de la prescripción adquisitiva. ¡El tema no es así de sencillo! Veamos. Si una persona desea ver satisfecho su derecho de crédito y, por ello, decide 17 cobrar el monto de dinero que le deben, el acto de exigir el cumplimiento de esta obligación, mediante carta notarial (ejemplo claro de requerimiento extrajudicial), es un ejercicio muy natural de su derecho. Por otro lado, si un propietario desea recuperar la posesión, el hecho de que envíe una carta notarial al poseedor, requiriéndole la restitución del bien, no es una forma de tutela sustantiva que vaya acorde a nuestro sistema, más aún si observamos el artículo 923 del Código Civil peruano, que brinda un catálogo de derechos inherentes a la propiedad, pero que deben ejercerse en armonía con el interés social17 y dentro de los límites de la ley. Así, quién podría dudar que una tutela de la propiedad vía proceso de reivindicación, es un ejercicio del derecho que va acorde con el interés social, puesto que, como mencionábamos anteriormente, se busca siempre que propiedad y posesión estén unidas, para dotar de seguridad a nuestro sistema. Lo mismo no se puede predicar de un requerimiento extrajudicial de restitución del bien, que no le asegura ninguna recuperación de la posesión al propietario, sino que más bien lo convierte en un agente que contribuye a la desligación de propiedad y posesión, mientras el poseedor que se encamina a la usucapión hace exactamente lo contrario. Y es que, como bien afirma Mazzamuto (2019): El derecho afirmado en el juicio, en realidad, no se diferencia del derecho atribuido por ley: en efecto, se podría decir Nuestra Constitución Política del año 1993, al entrar en vigencia de forma posterior a nuestro Código Civil de 1984, hace referencia más bien al término “bien común”: Artículo 70 de la Constitución Política: El derecho de propiedad es inviolable. El Estado lo garantiza. Se ejerce en armonía con el bien común y dentro de los límites de ley. A nadie puede privarse de su propiedad sino, exclusivamente, por causa de seguridad nacional o necesidad pública, declarada por ley, y previo pago en efectivo de indemnización justipreciada que incluya compensación por el eventual perjuicio. Hay acción ante el Poder Judicial para contestar el valor de la propiedad que el Estado haya señalado en el procedimiento expropiatorio. GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 98 • AGOSTO 2021 • ISSN 2305-3259 • pp. 107-130 125 que la tutela judicial es la continuación de la tutela sustantiva en otra forma, es decir, que la tutela judicial es el resultado de la adaptación del ordenamiento a la crisis de las condiciones fisiológicas de usabilidad del derecho por parte del titular. (p. 721) Con una norma como la argentina, se desincentiva que el propietario realice, en reiteradas ocasiones, solamente requerimientos extrajudiciales (ninguno con la capacidad de aperturarle seriamente la recuperación de la posesión), ya que estos solo tendrán efecto suspensivo por una única vez y de manera provisional . que, la prescripción adquisitiva tiene como fuente principal la actividad del sujeto prescribiente, quien tiene que poseer de forma pacífica, pública, continua y como propietario durante el tiempo exigido por ley, es decir, llevar adelante un conjunto de elementos. Preguntamos: de ese conjunto de elementos, ¿a cuál de ellos “ataca” la remisión de una carta notarial? Respuesta: a ninguno, y mientras no “ataque” a ninguno (ni potencialmente, como lo haría un reclamo judicial), el sistema seguirá valorando esa actividad que continúa desarrollándose y ante la cual no se han aperturado posibilidades serias de cesarla. - Así, si no hemos leído nunca que los mecanismos judiciales de tutela de la propiedad deben ejercerse armonía con el interés social, es porque no se han diseñado mecanismos que atentan contra dicho interés. Es más, dicho sea de paso, respecto de los así llamados “mecanismos de tutela” que reconoce un Estado a los ciudadanos, conviene decir que, cuando estos ejercen tales mecanismos, no solo se benefician ellos, sino que se beneficia la sociedad en su conjunto al aportar con la seguridad y, además, el mensaje que se da es positivo y hasta disuasivo para quienes pretenden contravenir los derechos de los demás. REFLEXIONES FINALES - No olvidemos que la prescripción extintiva tiene como fuente principal la inactividad del titular del derecho, mientras 126 No basta recurrir a un determinado enfoque si, a fin de cuentas, no se va a enfocar bien. Nadie puede dudar de lo importante que es un enfoque de Derecho comparado, de fundamento constitucional y hasta económico, pero como ha quedado demostrado en el presente trabajo, aplicar un análisis de Derecho comparado no es solamente recurrir al marco normativo de otros países, abandonando la estupenda posibilidad, sobre todo allí donde se hace especialmente necesaria, de verificar lo que en la doctrina y jurisprudencia de esos países se ha afirmado. Si descuidamos lo anterior, solo seremos aquel a quien, por tener buena linterna en mano, se le pide ayuda para alumbrar algún objeto el cual se está reparando o dando mantenimiento, pero que, quizás, por tener la cabeza pensando en otros quehaceres, enfocamos cualquier cosa, menos lo que se solicita alumbrar. No hagamos las cosas a medias. - Incluso en Argentina, un país en el que explícitamente se otorga un efecto a los requerimientos extrajudiciales, no se ha decidido que tal efecto sea el de interrumpir el plazo de la prescripción adquisitiva, pp. 107-130 • ISSN 2305-3259 • AGOSTO 2021 • Nº 98 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL PROPIEDAD Y DERECHOS REALES sino solo el de suspenderlo, por única vez, y durante el periodo de seis meses, tiempo que deberá aprovechar el propietario para iniciar la reclamación judicial del bien. Esto es relevante, puesto que con ello se da el mensaje correcto respecto a la importancia de la reclamación judicial de la posesión por parte del propietario. - Ya han pasado muchos años desde que tenemos reconocida a la prescripción adquisitiva de dominio en nuestra legislación y, por ello, es un deber entonces, razonar de acuerdo a tal verdad. Decimos esto pues, podría pensarse que los magistrados tienen la tarea de impedir, de la forma que sea, la configuración de la prescripción adquisitiva, en casos como el que se abordó en este trabajo. Esto no es así. Por ello, cuando llega un caso como este al despacho de un magistrado, y tenemos por un lado a un poseedor que afirmar haberse convertido en propietario por obra la prescripción adquisitiva de dominio y, del otro lado, tenemos a una persona que afirma no haber perdido su propiedad en virtud de que ha enviado una carta notarial en algún periodo de la posesión del demandante, en el fondo, lo que el magistrado tiene son dos sujetos que afirman ser propietarios. A veces pareciera que, para algunos magistrados, “la propiedad” que alega el sujeto demandado por prescripción, se encuentra en su “mesa de trabajo”, mientras que, la figura de la prescripción adquisitiva se encontrara guardada dentro de una caja en el ático y, hay que hacer el esfuerzo de subir varios peldaños de una larga escalera para llegar a ella. Nuevamente, esto no es así, pues ambos elementos se encuentran, por igual, en la “mesa 18 de trabajo” del magistrado que examina un caso de estos. - Creemos que el profesor Ninamancco debió aprovechar bien las oportunidades para informar correctamente sobre la base de una revisión exhaustiva de las fuentes. De hecho, esto incluso le hubiera evitado el tener que preocuparse18 imaginando un escenario en el cual, en un proceso de desalojo, el demandante apele a actos delictivos para falsificar un requerimiento notarial, alegando así que el demandado no ha consumado la usucapión por obra de la interrupción del plazo prescriptorio, pues, auténtico o falso que haya sido el requerimiento notarial, no ha producido algún efecto. Sí, es cierto que en la jurisprudencia de nuestra Corte Suprema prevalece la tesis incorrecta, pero el profesor participó en calidad de amicus en dos plenos distritales donde se discutía este tema, y eran precisamente estos plenos excelentes espacios para informar acerca de la tesis correcta, y así, con cierta persuasión, reconducir a nuestros magistrados por el buen camino. - Finalmente, creemos que todos aquellos magistrados que participan en un pleno deben ir debidamente informados a la celebración del mismo, puesto que no deben confiarse totalmente de la información que les será brindada por los amicus curiae que han sido convocados. Solo de esa forma, la historia hubiera sido distinta y los magistrados que participaron de los plenos distritales mencionados al inicio de este artículo, habrían advertido que los datos brindados por el profesor Ninamancco son incompletos. Parece que, después de todo, “confiar es bueno, pero no confiar es mejor”. Sobre esta preocupación del profesor Ninamancco, véase: Ninamancco (2018, p. 237). GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 98 • AGOSTO 2021 • ISSN 2305-3259 • pp. 107-130 127 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Albaladejo García, M. (2004). La usucapión. Madrid: Colegio de Registradores de la Propiedad, Mercantiles y Bienes Muebles. Antunes Ferreira, R. M. (2015). Causas de impedimento, suspensão e interrupção da prescrição. En: Revista científica “Semana Académica”. Ed. 77, Vol. 1, pp. 1-13. Arata Solis, M. (2007). La posesión pacífica en la jurisprudencia de la Corte Suprema sobre prescripción adquisitiva de dominio (Segunda parte). En: Revista Jus Jurisprudencia, (4), pp. 53-91. Ariano Deho, E. (2016). In limine litis. Estudios Críticos de Derecho Procesal Civil. Lima: Instituto Pacífico. Barchi Velaochaga, L. (2019). Algunas consideraciones sobre la Prescripción Extintiva en el Código Civil peruano. En: Forseti. Revista De Derecho, (3), pp. 90–109. 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TESIS A: Los requerimientos extrajudiciales NO interrumpen Doctrina TESIS B: Los requerimientos extrajudiciales SÍ interrumpen Jurisprudencia Doctrina PERÚ: ITALIA: PERÚ: PERÚ: -Gunther Gonzales Barrón -Cass. civ., 10 giugno 1981, n. 3773 -Fort Ninamancco Córdova -Cas. N° 24342014-Cusco -Moisés Arata Solis -Jesús Bautista Alderete -Efraín Pretel Alonzo -Vicente Villalobos Villalobos ITALIA: -Francesco Messineo -Paola Pola --Alessandro Galati -Tommaso Dalla Massara -Maurizio De Giorgi ARGENTINA: -Mario Zelaya -Claudio Kiper BRASIL: -Francisco Cavalcanti Pontes de Miranda -Cristiano Chaves de Farias & Nelson Rosenvald -Carlos Roberto Gonçalvez -Francisco Eduardo Loureiro -Cass. 15 dicembre 1992, n. 13211 -Cass. 28 aprile 1996, n. 2929 -Cass. 11 settembre 1998, n. 9025 -Cass. 23 novembre 2001, n. 14917 -Cass. 19 giugno 2003, n. 9845 -Cass. 27 maggio 2010, n. 13002 -Cass. 26 luglio 2011, n. 15199 -Sentencia del Trib. Firenze, 22 aprile 1998, n. 1073 ESPAÑA: -Sentencia de 29 de diciembre de 1959 -Mario Castillo Freyre -Ricardo Geldres Campos ITALIA: -Roselli -Cass. 05 luglio1999, n. 6942 BRASIL: -6ª CC, AC nº 337827-17, Rel. DR. Wilson Safatle Faiad, DJe nº 2335, de 24/08/2017 -María Luisa MorenoTorres Herrera -Manuel Albaladejo García ESPAÑA: -José Luis Lacruz Berdejo -STS de 18 de abril de 1989 (RJ 1989\3064) -Antonio Manuel Morales Moreno -Martín Mejorada Chauca -Cas. N° 10642015-Lima. -Cass. sez. II, 14 maggio 2018, n. 11657 -Tribunal de Justicia de Goiás TJ-GO - APELACIÓN CIVIL N° 021065336.2014.8.09.0010 ESPAÑA: -Francisco Avendaño Arana Jurisprudencia -SAP Sevilla, Sec, 8ª, de 15 de marzo de 2004 (AC 2004\316) -SAP Almería, Sec. 2.ª, de 18 de febrero de 2004 (SP/ SENT/522769) 130 pp. 107-130 • ISSN 2305-3259 • AGOSTO 2021 • Nº 98 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL