Sesión 1: Procesos implicados en la lectura Leer es una actividad muy compleja, aunque tendemos a considerarla una tarea relativamente simple y fácil, ya que, en adecuadas condiciones, la aprendemos a una edad temprana, la practicamos con frecuencia y alcanzamos notable éxito. Cuando leemos un texto nuestra mente realiza un conjunto de operaciones o procesos mentales. No basta con la decodificación de signos gráficos o letras escritas y el reconocimiento de palabras y lo que éstas significan. Estos son procesos necesarios pero no suficientes para alcanzar una lectura comprensiva. Sin embargo, la lectura es una actividad muy compleja y son muchos los procesos que intervienen en ella. De este modo, una actividad que es aparentemente sencilla para los que somos lectores maduros, implica una gran cantidad de acciones cognitivas. Además del procesamiento textual, se requiere del procesamiento sintáctico y semántico, es decir, conocer el significado de cada palabra, comprender el significado de las oraciones e interpretar las ideas e intenciones que transmite el texto. En esencia, son 4 los procesos implicados en la lectura. Cada uno de estos viene constituido, a su vez, por otros componentes y subprocesos que son necesarios conocer a fin de detectar las dificultades en la capacidad lectora del escolar. Vamos a iniciar entonces con los procesos perceptivos. La percepción es un proceso cognoscitivo complejo, que depende tanto del mundo que nos rodea como de quien percibe. En este sentido, cuando un lector inicia la actividad de la lectura es necesario que reconozca las palabras de su idioma, para lo cual se ponen en marcha los procesos perceptivos básicos. De este modo, la percepción visual permite el reconocimiento a partir del cual se puede acceder a todo el conocimiento que el sujeto tiene almacenado en la memoria a largo plazo acerca de la palabra en cuestión. En los procesos perceptivos están implicados los movimientos y fijaciones oculares y el análisis visual. Esta información que extraemos de las fijaciones pasan a una memoria sensorial llamada memoria icónica que tiene gran capacidad de almacenamiento pero su duración es muy breve, no se retiene la información. Esta pasa de la memoria icónica a la memoria visual a corto plazo donde la duración es mayor. Esta memoria visual a corto plazo permite almacenar durante más tiempo lo que hemos leído. Luego se compara esta información, con que tenemos en la memoria a largo plazo para ver si tenemos almacenada la palabra en esta última memoria. Es decir en la memoria a largo plazo. Como puede observarse es un proceso complejo. Sin embargo, las investigaciones actuales, cada vez muestran con mayor claridad que los fracasos en la lectura, tan sólo en casos excepcionales se deben a procesos perceptivos. El otro aspecto es el procesamiento léxico que hace referencia al conjunto de operaciones necesarias para llegar al conocimiento que posee una persona de las palabras que está leyendo. Este conocimiento, que está almacenado es nuestro sistema cognitivo, recibe el nombre de léxico interno o lexicón. Ahora bien, tenemos dos mecanismos que nos permiten el acceso al lexicón y que se conoce como modelo de doble ruta. La ruta directa, visual o léxica y la ruta indirecta o fonológica. Ambas vías son complementarias y usadas en distinta medida durante la lectura. La ruta directa, visual o léxica implica el reconocimiento global e inmediato de todas las palabras almacenadas en el lexicón. A través de esta ruta, las palabras se asocian directamente con su significado. El único requisito necesario para leer por la ruta visual es haber visto la palabra las suficientes veces como para formar una representación interna de esa palabra. La otra ruta es la fonológica o indirecta, llamada así porque los signos gráficos son transformados en sonidos mediante el sistema de conversión grafema-fonema y es a través de los sonidos como se accede al significado de las palabras. Posiblemente te has dado cuenta que cada lista de palabras la has leído de manera diferente, has utilizado las dos rutas. Las palabras de la lámina verde las has leído mediante la ruta léxica. Si te das cuenta, esas palabras las leíste completa de una vez. Es como si reconocieras la imagen global de las palabras y las identificas de manera inmediata. Por pseudopalabras se entiende a la agrupación de letras que no tienen significado, es decir, palabras que realmente no existen y que por tanto, no permiten representar una idea o un concepto. Hagamos ahora un pequeño ejercicio. Te voy a presentar dos láminas, primero un conjunto de palabras que se encuentran sobre un fondo verde y luego unas palabras que se encuentran sobre un fondo amarillo. Habrás observado que las palabras de la lámina amarilla las has tenido que leer prácticamente sílaba por sílaba. Así funciona la ruta fonológica: el principal requisito es aprender a utilizar las reglas de conversión grafema a fonema para tratar de acceder al significado de las palabras. Las palabras que están marcadas con un asterisco son un ejemplo de pseudopalabras. En conclusión, se puede afirmar que el modelo de la doble ruta constituye u referente válido para explicar el proceso de desarrollo de la lectura; incluso algunos autores afirman que el método seguido para la enseñanza de la lectura favorece el uso de una determinada ruta. El tercer proceso a considerar es el sintáctico mediante el cual se identifica la organización de las palabras dentro de la oración y el papel gramatical que desempeñan. Como lo vimos anteriormente, el reconocimiento de las palabras es un componente necesario para poder entender un mensaje determinado, aunque esto no es suficiente. Las palabras aisladas no trasmiten ninguna información nueva sino que es en la relación entre ellas donde se encuentra el mensaje y para que el lector pueda realizar el procesamiento sintáctico se vale de determinadas claves como el orden y significado de las palabras, el uso de palabras funcionales y los signos de puntuación. Todo ello aporta pistas que el lector debe seguir para otorgar estructura y sentido a la oración. En el caso de la oración anterior, el sujeto de la acción de besar es Luis y el objeto es María. En este caso, bastaría con cambiar la posición de los componentes oracionales para que sus papeles sintácticos se alteraran también y, con ello, el significado de la oración, pues no es lo mismo “Luis besa a María” que “María besa a Luis” En cuanto a las palabras funcionales, estas juegan un papel sintáctico ya que informan sobre la función de las palabras dentro que de su contenido. Por ejemplo, si a la oración Luis beso a María se antepone la preposición “a” cambia los papeles sintácticos y se obtiene un nuevo significado. significado de la oración y de integrarlo junto con los conocimientos que posee el lector. Sólo cuando la información se ha integrado en la memoria para su uso posterior se puede decir que ha terminado el proceso de comprensión. Por último, los signos de puntuación marcan en el leguaje escrito los pasos y la entonación que utilizamos en la lectura. Son importantes para la comprensión del texto. Veamos un ejemplo de cómo el uso de los signos de puntuación puede variar el significado de un texto. La evaluación inicial de la lectura es un proceso complejo, pero gracias a la bibliografía científica sabemos cuáles son las principales habilidades en donde deberíamos concentrar más nuestra atención. Como hemos podido observar, la lectura es una actividad muy compleja que comprende diversos procesos En cualquiera de ellos pueden presentarse problemas y verse afectada la comprensión del sujeto al enfrentarse con la lectura. En las próximas sesiones estudiaremos qué y cómo evaluar, teniendo como base cada uno de los procesos abordados. . El cuarto proceso a considerar es el semántico. Consiste en extraer el