Lección 14 La Persona física I. INTRODUCCIÓN Esta Lección tiene por objeto el estudio de algunas de las cuestiones que afectan a la persona en cuanto tal. Diferencia entre: SR 15 La noción de Estatuto personal ¿qué cuestiones comprende? “estatuto personal” = conjunto de instituciones que, afectándole directamente, determinan la posición jurídica que la persona ocupe en una determinada sociedad, desde su nacimiento (por su nacionalidad, incapacidad o capacidad) hasta la extinción de la personalidad (por fallecimiento). Históricamente sujetas a la ley domiciliar. “estatuto real” = que designaría las relaciones de la persona con los bienes. Históricamente sujetas leyes territoriales. Comprende al estado civil de la persona, noción que no se define ni en la legislación civil ni en la registral. Profesor DE CASTRO: "la cualidad jurídica de la persona por su especial situación (y consiguiente condición de miembro) en la organización jurídica, y que, como tal, caracteriza su capacidad de obrar y el ámbito propio de su poder y responsabilidad". La relación de los hechos inscribibles coincide con la noción de estatuto personal. Hechos inscribibles en el Registro civil español (art. 1 LRC 1957; art. 4 LRC 2011): el nacimiento, filiación, nombre y apellidos, sexo y cambio de sexo, nacionalidad y vecindad, emancipación, relaciones paternofiliales, matrimonio, separación, nulidad y divorcio regímenes económicos, tutela y otras medidas de protección, ausencia y fallecimiento. o o hechos y actos relativos al estado civil, p. ej. emancipación, filiación, matrimonio, incapacitación, nacionalidad, etc. situaciones relativas a la identidad y otras circunstancias personales que tiene acceso al Registro civil: p. ej. el nombre, las declaraciones de ausencia y fallecimiento, o, los actos relativos a la constitución del patrimonio protegido de personas con discapacidad conforme a la LRC 2011. El DIPr estaría prioritariamente interesado en la condición de nacional o extranjero concurrente en una persona, ya que es esta condición la que comporta un conjunto de diferencias entre los nacionales y el extranjero. Esto afecta a numerosas instituciones familiares (p. ej. la capacidad para contraer matrimonio), y también al plantear adquirir la condición de nacional (p. ej. adquisición de la nacionalidad española y derecho al nombre o vecindad). Al Registro civil español acceden los hechos que afecten a españoles y los referidos a extranjeros que hayan tenido lugar en territorio español (art. 15 LRC 1957 y art. 9 LRC 2011). Los ordenamientos jurídicos ofrecen diferencias muy radicales en la regulación de todas estas cuestiones por lo que no es indiferente qué autoridad entienda de la cuestión y cuál el ordenamiento aplicable. Problemas que las cuestiones pertenecientes al estatuto personal pueden plantear. Ante una determinada reclamación, litigiosa o no, sabemos que el esquema de razonamiento a seguir siempre será el mismo: VAGONSU 1 1º) ante que autoridades cabe plantear la reclamación 2º) qué derecho se ha aplicar y, 3º) si se trata de una resolución judicial o no judicial dictada fuera, cómo obtener la eficacia en España de dicha resolución. Como quiera que se van a suscitar ante una autoridad, administrativa (p. ej. registral) o judicial: 1º (II) se estudia la competencia judicial internacional de los Juzgados y Tribunales españoles y algunas cuestiones generales relativas al reconocimiento de las decisiones extranjeras en este ámbito; 2º (III) los problemas que plantea la búsqueda del derecho aplicable al problema planteado, empezando por la precisión de las cuestiones contempladas hoy por la norma general en la materia (art. 9.1 CC), 3º para continuar con el examen de la conexión y la evolución que ha experimentado. Teniendo en cuenta que determinadas circunstancias de la persona, como el nombre (IV), la capacidad para la realización de determinados actos jurídicos (V) así como las incapacitaciones o (VI) las declaraciones de ausencia y fallecimiento cuentan con una cierta autonomía. II. ASPECTOS PROCESALES Muchos de los problemas del estatuto personal colocan en un plano prioritario la intervención judicial y/o administrativa. P. ej. el nombramiento de un tutor previa incapacitación judicial. Pueden ser cuestiones controvertidas o no. El divorcio puede ser de mutuo acuerdo -y por consiguiente perteneciente a la jurisdicción voluntaria- o controvertido - y por tanto objeto de la jurisdicción contenciosa-. La LJV 15/2015 se aprobó para ser aplicada en asuntos del orden civil y mercantil, en los que no existiera controversia. El Título II de la LJV se refiere a los "expedientes en materia de personas" e integra, en lo que a menores respecta, los procedimientos, entre otros, de tutela, curatela y guarda de hecho. Por su parte, el Título III de la LJV se refiere, a los "expedientes en materia de familia" e integra los procedimientos relativos a la intervención judicial en el ejercicio de la patria potestad y para la adopción de medidas de protección de menores o personas con capacidad modificada judicialmente. Con independencia de que el litigio pertenezca o no a la jurisdicción voluntaria, la CJI se determina por las reglas de competencia previstas por la LOPJ (art. 22 quater LOPJ), teniendo en cuenta la apertura al Derecho convencional y la primacía los Reglamentos de la UE (art. 21.2 LOPJ). 1. Competencia judicial internacional El punto de partida es el artículo 21.2 de la LOPJ (sin perjuicio normas internacionales o europeas). Competencia Tribunales españoles: 1) Con alcance exclusivo "en materia de validez o nulidad de las inscripciones practicadas en un Registro español" (art. 22.1. c) LOPJ). Este foro puede resultar operativo cada vez que se trate de impugnar las inscripciones en el Registro civil. Razones: proximidad y adecuación (nadie como el juez correspondiente al Registro donde esté inscrito puede conocer de tales acciones). Excluye por tanto la competencia de cualquier otra jurisdicción nacional. VAGONSU 2 2) Sumisión expresa o tácita (art. 22 bis LOPJ). La LOPJ exige que "una norma expresamente lo permita", pudiendo convertirlo en inoperante en este ámbito de materias. 3) El foro general (art. 22 ter), "cuando comparezca ante ellos el demandado", pero en los supuestos de jurisdicción voluntaria no hay demandado al no haber oposición. 4) Algunos foros especiales o concurrentes con respecto de otras Jurisdicciones extranjeras. De entre los que interesan los que los Órganos judiciales y Tribunales españoles pueden entrar a conocer. A. Capacidad de las personas Los expedientes en esta materia estarían afectados por normas internacionales. En materia de protección de menores debe tenerse en cuenta el Convenio de La Haya de 1996 de protección de los menores y el R 2201/2003. La protección de los mayores cuenta con reglas uniformes de competencia judicial internacional en el marco del Convenio de La Haya de 2000, de protección internacional de adultos (no ratificado por España). "en materia relacionada con la capacidad de las personas y las medidas de protección de las personas mayores de edad o de sus bienes cuando éstos tuvieran su residencia habitual en España" (art. 22 quater b) LOPJ). No cabe la autonomía de la voluntad (art. 22 quater 4 LOPJ), por tratarse de expedientes de jurisdicción voluntaria, e incluso ciertos expedientes requieren la intervención del Ministerio Fiscal (p. ej. la declaración de incapacidad general). Presumiéndose la plena capacidad de obrar de los mayores de edad, el establecimiento de limitaciones a dicha capacidad (incapacitación) en el ordenamiento español se requiere una declaración judicial (art. 199 CC) que aprecie que en la persona en cuestión concurre alguna de las causas previstas legalmente. La legislación española es muy inconcreta en: “Son causas de incapacitación las enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o psíquico que impidan a la persona gobernarse por sí misma" (art. 200 CC). La incapacitación exige la concurrencia de una causa legalmente prevista (problema: determinación del derecho aplicable) y la declaración judicial del juez 1ª instancia (problema: intervención de las autoridades). Medidas provisionales. Atribución especial de competencia a los Tribunales españoles para la “adopción de medidas provisionales o de aseguramiento respecto de las personas o bienes que se hallen en territorio español y deban cumplirse en España” (art. 22 sexies LOPJ). Puede tratarse de medidas de protección de la persona de sus bienes o ciertas medidas (p. ej. de internamiento) que solo se exige que la persona se halle en territorio español, ni siquiera el arraigo que implica la residencia. Foro de necesidad. La LOPJ prevé un foro de necesidad por el que cabe la intervención ante la eventual declinación de la competencia de tribunales extranjeros conectados con el litigio (art. 22 octies LOPJ), que puede ser operativo en este ámbito de protección, cuando los extranjeros se hallen en España en situación de especial vulnerabilidad y los foros anteriores no sirvan para fundamentar la competencia de nuestros Tribunales. B. Extinción de la personalidad En materia de declaración de ausencia o fallecimiento lo que sirve de fundamento de la competencia de los Tribunales españoles es el último domicilio en España o la nacionalidad española, y no la residencia, es decir, VAGONSU 3 se requiere un grado más de vinculación que la mera presencia o residencia en nuestro país. (art. 22 quáter a) LOPJ). Este foro encaja con las previsiones del Convenio nº 10 de la CIEC relativo a la constatación de ciertas defunciones, (Atenas el 14/09/1996), establece que las autoridades judiciales y administrativas tienen competencia para declarar el fallecimiento, bien porque la persona fuera nacional del Estado que lo declara, bien porque allí tuviera su último domicilio o residencia. La defunción inscrita en el Registro de la autoridad que la declara tiene plenos efectos en los demás Estados contratantes (art. 4). 2. Reconocimiento de resoluciones judiciales y documentos públicos extranjeros El reconocimiento de las resoluciones judiciales y no judiciales extranjeras en las cuestiones relativas a la protección de la persona están sometidas al régimen general; en particular, la eficacia registral a los artículos 11-12 y DA 3ª LJV y subsidiariamente por los artículos 41 y siguientes LCJI, salvo lo dispuesto eventualmente en normas internacionales. A. Decisiones sobre incapacitación y medidas de protección El reconocimiento de las decisiones judiciales y no judiciales se caracteriza, en casi todos los supuestos, por ser materias comprendidas dentro del ámbito de la jurisdicción voluntaria y, por tanto, no requieren el paso por el procedimiento de exequátur. Se admite el reconocimiento directo incidental (por tratarse de acciones declarativas, como son las de estado civil, el exequátur no es necesario, dado que las partes solo pretenden la eficacia en España del efecto constitutivo), arts. 11-12 LJV. Si hay oposición al reconocimiento entra en juego el régimen de la LCJI. Dado que en España la incapacitación requiere ser establecida por declaración judicial previa, se plantea la duda de si deben ser objeto de reconocimiento declaraciones no judiciales (por autoridad notarial o administrativa) en la medida en que se considere que la falta de intervención judicial en la declaración vulnera el orden público -están en juego derechos fundamentales de la persona- o que se solicite la adopción de medidas sin constancia de la declaración judicial de incapacidad. La intervención de una autoridad no judicial no ha de ser motivo que impida por si solo la continuidad de la relación jurídica. Al contrario, dado que lo relevante es qué decisión -judicial o administrativa- establecerá medidas para suplir o completar la capacidad (p. ej., nombramiento de un representante o tutela o curatela, etc.) facilitar el reconocimiento puede ser importante en situaciones de urgencia. Tratándose de personas mayores estarán sujetas al régimen jurídico del Convenio de La Haya de 2000 -cuando sea ratificado por España- y sobre la protección de los menores al CLH [Convenio de La Haya] de 1996. B. Otras medidas de protección de las personas en materia civil En un ámbito próximo, pero cualitativamente distinto se sitúan las medidas de protección de las personas en materia civil, referidas a aquellas dictadas en procedimientos de violencia familiar y violencia de género, reguladas por el Reglamento UE nº 606/2013, de 12 de junio de 2013. Medidas de protección de la persona dictadas “cuando existan motivos fundados para considerar que su vida, su integridad física o psíquica, su libertad personal, su seguridad o su integridad sexual están en peligro”. Las medidas dictadas por la autoridad de un Estado miembro deben ser reconocidas sin necesidad de procedimiento alguno y tendrán fuerza ejecutiva sin declaración de ejecutoriedad en los demás Estados miembros de la UE (art. 4), mediante la presentación del “certificado” pertinente (se prescinden expresamente del exequatur). VAGONSU 4 III. LA LEY APLICABLE A LAS CUESTIONES DEL ESTATUTO PERSONAL La noción de estatuto personal se refiere a lo que es la persona en sus relaciones: con el Estado; por ejemplo, la condición de nacional o extranjero. familiares; por ejemplo, la filiación. No todas estas relaciones estarán comprendidas dentro del ámbito material del artículo 9.1 CC, norma de conflicto general en materia personal. La ley que designará el derecho aplicable en las cuestiones personales será la ley personal del interesado. 1. Ámbito material del artículo 9.1 del Código Civil El artículo 9.1 CC parte de una concepción amplia del estatuto personal, manifestando una toma de postura en la que no se considera sólo a la persona individualmente, sino también en cuanto miembro de una comunidad familiar. “La ley personal de las personas físicas es la determinada por su nacionalidad. Dicha ley regirá la capacidad y el estado civil, los derechos y deberes de familia y la sucesión por causa de muerte”. El precepto no comprende las "sucesiones"-reguladas por el art. 9.8 CC hoy sustituido por el R 605/2009; tampoco los "derechos y deberes de familia. Este precepto ha ido experimentando un proceso de especialización, dotando de soluciones particulares a ciertas cuestiones pertenecientes al estado civil y a los derechos y deberes de familia. Especialización acentuada por la proliferación de leyes especiales y por la incorporación al ordenamiento español de Convenios internacionales y Reglamentos de la UE. Ejemplos. El establecimiento de la filiación está sujeto a la ley residencia habitual del hijo (art. 9.4 CC); y en caso de ser por adopción internacional está sujeto a las previsiones de la Ley 54/ 2007, de 28 de diciembre, de adopción internacional, (cuando no opere el Convenio de La Haya de 1993 sobre adopción internacional); y la capacidad para hacer testamento queda sometida al ámbito de la ley sucesoria, conforme a las previsiones del R 650/2012 sobre sucesiones, como la capacidad de los cónyuges para disponer de sus bienes queda sujeto al ámbito de la ley que resulte designada por las normas uniformes del R 2016/1103 sobre regímenes económicos matrimoniales. De modo que el artículo 9 .1 Código civil siendo la regla general es residual: solo será aplicada cuando el problema planteado no pueda reconducirse a ninguno de los otros párrafos del artículo 9 ni al Derecho convencional o europeo. Su ámbito de aplicación se reduce a algunos aspectos relativos al estado civil y la capacidad de las personas físicas, y en particular, derechos derivados del nacimiento y la extinción de la personalidad, los derechos de la personalidad y entre éstos, el derecho al nombre y la capacidad general, así como la capacidad para contraer matrimonio. Todas estas cuestiones quedan sujetas a la ley personal, esto es, la determinada por la nacionalidad (art. 9.1 CC). 1) El nacimiento solo supone un problema conflictual en cuanto al momento para asignar a ese hecho efectos jurídicos. Es una cuestión sujeta a la ley personal, que puede disponer una prescripción distinta a las condiciones establecidas en el ordenamiento español para considerar que hay persona (arts. 29 y 30 CC). Esta divergencia solo sería relevante a efectos sucesorios y la ley llamada a decidir la sucesión puede llegar a interferir. 2) El nacimiento determina la personalidad y, con ella, el reconocimiento de los bienes y derechos de la personalidad; por ejemplo, el derecho fundamental al honor o a la propia imagen, o el derecho al nombre. Aun cuando la ley personal sea la ley rectora de la atribución, la eventual infracción (p. ej. difamación en presa o redes sociales) será constitutiva de un ilícito civil y sujeta al derecho de daños (art. 10.9 CC, ya que la cuestión está excluida del R Roma II sobre relaciones contractuales). VAGONSU 5 El derecho al nombre cuenta con un régimen jurídico propio. 3) El artículo 9.1 CC se refiere genéricamente a la capacidad, si bien hay que entender que comprende tanto la capacidad jurídica como la capacidad de obrar. Por capacidad jurídica se entiende la aptitud o idoneidad para ser titular de derechos y obligaciones y, en general, de relaciones jurídicas. La capacidad jurídica es un atributo o cualidad esencial e inmediata de la persona; una consecuencia ineludible de la personalidad que pertenece a todo ser humano. La capacidad de obrar consiste en la aptitud o idoneidad para realizar eficazmente determinados actos jurídicos. A diferencia de la capacidad jurídica, la capacidad de obrar admite graduaciones o variaciones en función básicamente del estado civil de la persona o de las exigencias del acto a realizar y del estado civil de la persona. 4) Dentro del ámbito del artículo 9.1 del Código civil se comprenden los supuestos de extinción de la personalidad por declaración de ausencia y por declaración de fallecimiento. 2. El criterio de conexión y su evolución J2 14 “Argumentos a favor y en contra de utilizar la nacionalidad como criterio para determinar la ley personal” Todas las cuestiones de estatuto personal quedan sujetas a conexiones personales. En el ordenamiento español la ley personal viene determinada por la nacionalidad (art. 9.1 CC). Dicho mandato debe completarse con lo dispuesto en el artículo 9.10 CC, que establece que “Se considerará como ley personal de los que carecieran de nacionalidad o la tuvieran indeterminada, la ley del lugar de residencia habitual”. La conexión principal es la ley nacional y, subsidiariamente, la ley de la residencia habitual. Adicionalmente deben tenerse en cuenta los supuestos de plurinacionalidad y de nacionalidad indeterminada. SR 17 “Para determinar la ley aplicable Estatuto personal el legislador español emplea el criterio de la nacionalidad como conexión ¿qué solución se sigue en los casos de sujetos con doble nacionalidad? Fundamente la respuesta”. SR19 1) La utilización la ley nacional como conexión en las normas de conflicto se complica en los supuestos de apatridia y doble nacionalidad. Para los apátridas, ante autoridad española, la nacionalidad se sustituye por la ley de la residencia habitual (art. 9.10 CC y Convenio de Nueva York de 1954 sobre el Estatuto de los apátridas). En los supuestos de doble nacionalidad, hay que seguir las siguientes reglas para su concreción: 1º) Si ninguna es la española, se estará a la ley de la residencia habitual (art. 9.10 CC). 2º) Si una es española y la otra está prevista en las leyes españolas “se estará a lo que determinen los tratados internacionales” -con los países de América Latina generalmente el domicilio- y “si nada estableciesen” a la última coincidente con la residencia habitual (art. 9.9 CC). 3º) Si no hubiera tratado, se estará a la ley del lugar de la residencia habitual (art. 9.10). VAGONSU 6 En suma, los supuestos de apatridia y doble nacionalidad en que una es la española, el hecho de que el interesado ostente, entre otras, la nacionalidad española no debe bastar para aplicar la ley material española; su nacionalidad efectiva será la coincidente con el país de residencia habitual. 2) Justificación de la ley nacional. Cabría preguntarse cuál es la razón por la que el legislador escogió la conexión nacionalidad, asignándola un juego tan amplio. Componente histórico, conexión típica de los países, que, como el nuestro, tradicionalmente han sido países de emigración. La sumisión de las cuestiones personales a la ley nacional posibilitaba la permanencia del individuo bajo su ley nacional. El cambio de signo sociopolítico como, consecuencia de la transformación de España en un país receptor de inmigración, y sobre todo, las dificultades que conlleva una admisión tan amplia de la conexión nacionalidad sobre todo si remiten a una ley extranjera-, han provocado una reducción drástica como criterio de conexión sustituida por la residencia habitual, pero no su eliminación. Ejemplo. En materia de filiación la ley personal del hijo ha sido dominante en las acciones de filiación (art. 9.4 CC), correspondiendo un papel subsidiario a la ley de su residencia habitual. Tras la reforma de 2015, se invierte el orden de las conexiones siendo la nacionalidad del hijo la conexión subsidiaria, que entrará en escena solo si no hay residencia habitual del hijo o si tal ley no permite establecer la filiación. La nacionalidad es además la conexión "cultural" por excelencia, en la medida en que en estas materias toda persona tiene una representación mental, o incluso conoce las prescripciones de su derecho nacional; por ejemplo, en sucesiones se sabe que existen las legítimas. La nacionalidad es una conexión poco variable, dotando de estabilidad a la regulación de las cuestiones referidas fundamentalmente al estado civil y a los problemas en la esfera de actuación personal del individuo. Además, con frecuencia todos los miembros de la familia ostentarán la misma nacionalidad, facilitando la solución de ciertos problemas personales y familiares. En los Estados plurilegislativos, la nacionalidad puede no expresar exactamente la vinculación de la persona con un determinado territorio, ya que es precisamente en las materias incluidas en el estatuto personal, donde los Derechos forales cobran mayor importancia; de ahí que el artículo 16.1 precisa que "será ley personal, la determinada por la vecindad civil". La vecindad civil es una conexión personal que por sus rasgos básicos se encuentra más cerca de la nacionalidad que del domicilio (el simple cambio de domicilio no significa necesariamente cambio de vecindad civil). El inconveniente más acusado de la nacionalidad como punto de conexión deriva de la frecuencia con que se ha de acudir a leyes extranjeras con el consiguiente incremento de los problemas de aplicación de la norma de conflicto. Son numerosas las situaciones que pueden quedar sujetas a leyes extranjeras. Puede complicar la calificación, por la divergente concepción de una institución en un Estado o en otro. Requiere del interesado la aplicación y prueba del derecho extranjero, y potencia la acción de la cláusula de orden público. VAGONSU 7 3) Los sistemas anglosajones se inclinan por el domicilio para designar la ley personal. La noción de domicilio es, para ellos una especie de sub-nacionalidad y expresa un vínculo entre una persona y un país o lugar en el que se establece. Mantiene voluntariamente su residencia única o principal en ese lugar. Habrá de deducirse en esta conexión un elemento volitivo o intencional, lo cual plantea la prueba de ese elemento subjetivo. En el ordenamiento español, sin embargo, el domicilio equivale a la residencia habitual (art. 40 CC" ... el domicilio de las personas naturales es el de su residencia habitual"). De modo que decidir dónde está domiciliada una persona no presenta más dificultades de concreción que la prueba de tales hechos. 4) Entre una y otra conexión se sitúa la residencia habitual. Son los regímenes de protección y, particularmente, los relativos a protección de menores los que están en el origen de este proceso de pérdida de terreno de la conexión nacionalidad. En el sistema español de DIPr es la conexión subsidiaria en defecto de nacionalidad (art. 9.9 CC) y progresivamente sustituye a la ley nacional como conexión principal en el marco de las cuestiones de estatuto personal (p. ej. arts. 9.4 CC o 9.6 CC). Desplazando a la nacionalidad para reducirla a un ordenamiento por el que la persona puede eventualmente optar (así ocurre, por ejemplo, en materia de sucesiones en el R. nº 650/2012, sobre ley aplicable a las sucesiones). En favor de la residencia habitual militan distintas razones: Expresa el centro real de la vida del individuo y la familia Es una noción fáctica, resultando de fácil prueba. Evita el conflicto de calificación inherente a la determinación de la nacionalidad y del domicilio, nociones con una fuerte carga jurídica. Facilita la correlación entre órgano competente y derecho a aplicar (forum-ius) en los casos en que la residencia habitual opera como criterio determinante de la CJ de los tribunales (españoles) y la determinación de la ley aplicable. Por ejemplo, los tribunales españoles pueden ser competentes cuando el hijo posea su residencia habitual en España y al tiempo que la acción de filiación quedará sujeta a la ley española por ser el país de la residencia habitual. Pero su concreción puede presentar dificultades: En su determinación puede no bastar la presencia física. Habrá que contrastar si esa presencia se traduce en una determinada integración y coincide con el lugar donde la persona vive, la duración y continuidad en su estancia, la coincidencia con el lugar de desarrollo de su actividad profesional e indicios similares. La residencia habitual posee incontestables ventajas en los Estados plurilegislativos: o el lugar de la residencia habitual puede servir para designar, no solo el derecho del Estado, sino el derecho de la concreta unidad legislativa. Este es importante, por ejemplo, en materia de sucesiones en nuestro país. VAGONSU 8 5) El DIPr que va gestando la Unión Europea en el ámbito personal y familiar permite afirmar que la nacionalidad de cualquiera o de ambas partes en una relación jurídica puede ser escogida como ley aplicable. Por ejemplo, en el R 650/2012 sobre sucesiones o en el R 2016/1103 sobre regímenes económicos matrimoniales; a falta de elección, la conexión ley nacional es subsidiaria y casi siempre subsidiaria de la ley de la residencia habitual. (p. ej. R Roma III sobre ley aplicable al divorcio o en el Protocolo de La Haya sobre ley aplicable a las obligaciones alimenticias. En suma, la sumisión a la ley nacional no desaparece, pero ha dejado de ocupar la posición central. 6) La concreción del significado de estas conexiones es necesaria para establecer qué derecho será aplicable. En principio, el significado únicamente puede establecerse desde el ordenamiento en que se insertan. No obstante, cuando se utilizan en el DIPr convencional o en los Reglamentos europeos, no es infrecuente que se acompañe una definición común a los Estados contratantes, para alcanzar una aplicación uniforme. Siendo la aplicación uniforme una de las misiones en las que se emplea en el TJ, al resolver los recursos prejudiciales en interpretación. IV. EL NOMBRE El nombre de las personas físicas tiene dos facetas: Es un signo de identificación de la persona (art. 12 RRC-Reglamento Registro Civil) y, por tanto, un derecho de la personalidad (tal y como viene establecido por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos o la Convención de NU sobre los Derechos del Niño, de 1989 o en el CEDH de 1950); desde esta perspectiva posee implicaciones con los Derechos fundamentales, como se pone de relieve en el hecho de que el TEDH haya tenido que intervenir en más de una ocasión para contrastar la compatibilidad de una regulación nacional con el principio de igualdad. Debe satisfacer el interés general en la correcta identificación de los ciudadanos, forma parte del estatuto personal y explica su sumisión a la ley personal. Desempeña también una función de “control público de la identidad del individuo” que justifica una intensa intervención estatal, que en DIPr podría haberse traducido en un papel preponderante de la lex fori. 1. Régimen general J14 “Ley aplicable al nombre y apellidos de las personas físicas”. SR 15 “Ley rectora del nombre y apellidos de las personas físicas” El nombre (y apellidos) se determinan conforme a la ley personal (art. 9.1. CC). Excepcionalmente debe tenerse en cuenta otra ley cuando sea ésta la que rija el cambio en los apellidos. Típicamente que el cambio en la filiación -por efecto de una acción de impugnación o reclamación de la filiación- traiga aparejado el cambio de los apellidos. La transmisión del nombre quedaría sujeta a la ley rectora de la filiación. Antes ocurría con el nombre de la mujer casada y así persiste en algunos ordenamientos; corresponde a la ley rectora del matrimonio decidir acerca del nombre de la mujer al contraer matrimonio. VAGONSU 9 La atribución del nombre y los apellidos está sujeta a una regulación material detallada en casi todos los ordenamientos; en el ordenamiento español, el nombre y los apellidos de los españoles se hallan regulados en los artículos 109 CC y 55 LRC 1957 y concordantes del RRC 1958 (arts. 50-56 LRC 2011). Cuando se trata de establecer (e inscribir) el nombre de extranjeros en España, el ordenamiento español dispone que sea la ley nacional la ley reguladora de la atribución del nombre. Así se desprende de los artículos 9.1 Código civil y 219 RRC ("el nombre y apellido de un extranjero se rigen por su ley personal"). El problema que en la práctica se viene planteando es el de reconocer -e inscribir en el Registro civil- nombres y apellidos que constan bajo otra formulación en ordenamientos extranjeros. Un problema que solo en parte corrige el Derecho convencional en la materia. J16 “Juan (doble nacionalidad español belga) quiere cambiar el orden de sus apellidos ante la autoridad española ¿Debe aplicarse la ley española este supuesto? Fundamente jurídicamente la respuesta”. SR 16 “Juan (doble nacionalidad español alemán) quiere cambiar el orden de sus apellidos ante la autoridad española ¿Debe aplicarse la ley española este supuesto? 1) España tiene ratificado el Convenio de la CIEC nº 19 (Convenio de Múnich) relativo a la ley aplicable al nombre y apellidos, pertenece al tipo de los llamados convenios erga omnes o de aplicación universal, por lo que se aplica por las autoridades de los Estados parte de la CIEC, con independencia de que la ley designada sea o no la de un Estado parte en dicho Convenio (art. 2). Por tanto, este convenio sustituye parcialmente al régimen del Código Civil (arts. 9.1, y 219, y concordantes del RRC). El DIPr interno sigue vigente para las situaciones de doble nacionalidad, excluidas de su ámbito. El texto convencional no provoca un cambio radical, dado que: (1) sigue el criterio de la ley nacional. El artículo 1.1 del Convenio establece que “Los nombres y apellidos de una persona se determinarán por la ley del Estado del cual dicha persona sea nacional”. (2) Se admite el reenvío. Se entiende que la designación del ordenamiento por la ley nacional alcanza también las normas de Derecho Internacional privado, de modo que puede ocurrir que cuando la autoridad española acuda al ordenamiento extranjero, la norma de conflicto en la materia establezca que es el país de la residencia habitual o del domicilio el que debe regir la cuestión (reenvío de retorno), resultando aplicable el derecho español. (3) Como quiera que el derecho al nombre puede depender de la vinculación de la persona por otras relaciones familiares, esa cuestión previa debe resolverse asimismo conforme a las prescripciones de la ley nacional del interesado. El cambio de nombre derivado de un divorcio, por ejemplo, queda sujeto a la ley nacional y no a la ley rectora del divorcio. (4) En los supuestos de cambio de nacionalidad, se aplicará al nombre la nueva ley nacional adquirida (art. 1.2). (5) Debido a que la prueba del derecho extranjero puede resultar compleja, el artículo 5 del Convenio dispensa al Encargado del Registro Civil en los supuestos de imposibilidad de conocer el derecho aplicable, permitiéndole la aplicación de su ley interna (ley de la autoridad interviniente). Se facilita así la labor del Encargado, aunque ello suponga la modificación de la ley rectora del nombre. 2) Incide también el Convenio de Estambul de 1958, relativo al cambio de apellidos y de nombre. Afecta a los cambios que hayan sido concedidos por una autoridad pública de uno de los Estados parte en el Convenio, y no a aquellos derivados de una acción de estado (p. ej., filiación). Por el Convenio los Estados VAGONSU 10 se obligan a conceder los cambios a los nacionales de un Estado contratante en otro Estado contratante (art. 2) reconociendo eficacia ejecutiva a las decisiones. La regla general de someter el derecho al nombre a la ley nacional del interesado requiere ciertas matizaciones: Las previstas por la ley española en los supuestos de adquisición de la nacionalidad española. Las derivadas del impacto del Derecho de la Unión Europea en este sector. 2. Derecho al nombre en los supuestos de adquisición de la nacionalidad española: problemas particulares J17 “Cuando un nacional no perteneciente a la UE se nacionaliza español ¿puede mantener sin restricciones el nombre y apellidos que ostentará hasta el momento de la adquisición de la nacionalidad española? J2 18 “Una norteamericana adquiere la nacionalidad española, ¿puede mantener su nombre y apellidos de origen tal y como venga establecido en el documento público extranjero que lo acredite o, por el contrario, habría algún límite? Explique la respuesta J19 “Un extranjero que adquiere la nacionalidad española, ¿se ve forzado al cambio de nombre y apellidos que venía ostentando con forma el anterior Estatuto personal? Explique y fundamente jurídicamente su respuesta” La ley española, como lex fori, rige la atribución del nombre a quienes adquieren la nacionalidad española. Así se afirma en la Instrucción de la DGRN de 4 de julio de 2007, por la que el Organismo da respuesta a las dificultades provocadas por el incremento espectacular de extranjeros en nuestro país y las correspondientes solicitudes de nacionalidad española. En estos casos resulta esencial retener que: (1) Con independencia del número y orden de apellidos que conste en la certificación (extranjera) de filiación del interesado, la inscripción en el Registro español ha de reflejar el primer apellido del padre y el primero de la madre. (2) De la Res DGRN de 23 mayo 2007: siempre que así lo declare el interesado en el momento de adquisición de la nacionalidad o dentro de los dos meses siguientes a haber alcanzado la mayoría de edad, se admite la conservación de los apellidos del anterior estatuto personal, es decir, no se impone un cambio forzoso del número o del orden de los apellidos que hubiera venido ostentando el extranjero hasta el momento de la adquisición de la nacionalidad, mediante este derecho se establece un mecanismo de conservación. Este derecho está sujeto a las dos siguientes limitaciones, caracterizadas como de orden público: derivada del principio de la duplicidad de los apellidos = deben constar dos apellidos. derivada del principio de la infungibilidad de las líneas = es contrario a nuestro orden público la transmisión exclusiva de los dos apellidos por una sola de las líneas. Por último, y aunque aún no esté en vigor, el artículo 56 LRC 2011 establece que quienes adquieren la nacionalidad española pueden conservar los apellidos que ostenten en una forma distinta de la legal, siempre que lo declare en el momento de adquirir nacionalidad española o dentro de los dos meses siguientes a la adquisición o a la mayoría de edad y siempre que no sea contrario al orden público. Además, los españoles con nacionalidad de otro Estado miembro de la UE pueden cambiar voluntariamente su apellido, de conformidad con las normas del país de la otra nacionalidad y siempre que no sea contrario al orden público. VAGONSU 11 3. La incidencia del Derecho de la UE sobre la regulación del derecho al nombre J15 “La incidencia del derecho de la Unión Europea sobre el régimen jurídico del derecho al nombre” J16 “Juan doble nacionalidad español belga quiere cambiar el orden de sus apellidos ante la autoridad española ¿Debe aplicarse la ley española este supuesto? Fundamente jurídicamente la respuesta”. SR 18 “¿Un menor nacido en Alemania e inscrito con forma el derecho alemán en el registro, podría conservar en el registro español los apellidos con los que aparece en el registro alemán?” Este sector de problemas tampoco escapa a la influencia del Derecho de la UE cuya incidencia ofrece dos ángulos de análisis: la caracterización de las divergencias normativas como obstáculos a la libre circulación de personas en la jurisprudencia del TJ y el desplazamiento la ley nacional en favor de la ley del país de la residencia habitual de los padres, en los supuestos de nacimiento de españoles en un Estado miembro. El problema que se ha planteado es el reconocimiento de los nombres/apellidos ya inscritos en otros Estados miembros de la UE en unos términos que no admita otro Estado miembro. Son varios los casos en los que el TJUE ha establecido que la divergencia de legislaciones atenta contra el principio de no discriminación y constituyen obstáculos a la libertad de circulación. Una persona no puede ostentar un nombre o unos apellidos en un país y que no sean admitidos como tales en otro; se impone el principio de unidad del nombre (aunque es dudosa la competencia de la UE en el estado civil). Entre otras, son significativas las siguientes Sentencias TJ: (1) Avello y Grunkin-Paul el TJ ha declarado contraria al principio de no discriminación y a la libertad de circulación, una práctica nacional (belga) por la que las autoridades trataban de impedir el cambio del orden de los apellidos de hijos menores que ostentaban doble nacionalidad (belga y española) para que dicho cambio pudiera efectuarse conforme a la ley española. (2) STJUE de 14 de octubre 2008 en el asunto 353/06 Grunkin-Paul, recurso contra la negativa del Registro civil alemán a reconocer el apellido compuesto con el que el hijo del matrimonio Grunkin-Paul, de nacionalidad alemana, había sido inscrito en Dinamarca, su lugar de nacimiento, por no ser admitido por el Derecho civil alemán, correspondiente a la otra nacionalidad del niño. El TJUE entendió que denegar el reconocimiento del apellido del niño, tal y como había sido establecido e inscrito en el Estado miembro de su nacimiento, era contrario al derecho de la UE. Esta decisión del TJUE supone una excepción a la competencia de la ley nacional y por tanto un cambio significativo para los sistemas jurídicos que atribuyen un papel absoluto a la ley nacional, como es el caso español. De hecho, la DGRN dictó la Instrucción de 24 de febrero de 2010 con la finalidad de adaptar el ordenamiento español a las exigencias del Derecho europeo en este punto. La Instrucción de la DGRN precisa: (1) Los españoles, cuyo lugar de nacimiento sea un Estado miembro de la UE, y cuyo nacimiento sea inscrito en el registro de ese Estado miembro, según la legislación de tal Estado, podrán acceder al Registro del Consulado español con los nombres previstos por la legislación del país de nacimiento, incluso si no hay coincidencia con la legislación española. (2) No obstante, deberá cumplir otras condiciones: nacimiento en un Estado miembro y residencia habitual de los padres o al menos de uno de ellos en el país de nacimiento. VAGONSU 12 (3) Que el DIPr del Estado de nacimiento vincula la determinación de los apellidos al criterio de la residencia habitual. (4) Los apellidos serán inscritos conforme a la ley del país de la residencia habitual. (5) Este régimen excepcional está sujeto a la excepción del orden público (violado, por ejemplo, cuando se trata de nombre degradantes). V. CAPACIDAD Y PROTECCIÓN DE LOS INCAPACES El proceso de especialización de las materias y sus normas de conflicto ha provocado la detracción de numerosos supuestos del ámbito material del artículo 9.1 CC. Cuando la norma se refiere a la capacidad, sin más, designa tanto la capacidad jurídica como la de obrar. La capacidad jurídica, entendida como aptitud para ser titular de derechos y obligaciones queda obviamente sujeta a la ley nacional. En cambio, la capacidad de obrar, está matizada por reglas especiales y sobre todo por los mecanismos que cada ordenamiento prevé en orden a suplir y completar la capacidad respecto de las personas cuando fuera necesario. 1. La capacidad jurídica y la capacidad de obrar Si la capacidad jurídica es la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones, el nacimiento determina la capacidad. La ley personal decidirá los modos de adquisición de la capacidad de obrar (mayoría de edad y emancipación) (ex art. 9.1 CC). En el ordenamiento español la minoría de edad es el único supuesto de incapacidad en sentido estricto, por su carácter autónomo y no condicionado a declaración judicial. La incapacidad que se deriva de la minoría de edad puede verse atemperada por instituciones como la emancipación y el beneficio de la mayor edad, aplicables a los sometidos a patria potestad y a tutela, respectivamente. La emancipación y el beneficio de la mayor edad son situaciones intermedias entre la menor y la mayor edad. En este punto no incide el CLH 1996 de protección de menores, dado que excluye de su ámbito la emancipación, de modo que se ha creado una laguna legal que, por analogía con la protección de los mayores, deberá colmarse acudiendo a la ley de la residencia habitual. Mientras que las medidas de protección quedan sujetas a la ley de la residencia habitual conforme a lo dispuesto por el artículo 9.6 del Código civil, tras la reforma por Ley 26/ 2015: "la ley aplicable a la protección de las personas mayores de edad se determinará por la ley de su residencia habitual". 2. Alcance de la ley nacional en cuanto a la capacidad de obrar En relación con la capacidad de obrar, la ley personal puede ceder o venir modulada en ciertos supuestos: A. Capacidades especiales VAGONSU 13 La mayoría de los ordenamientos establecen capacidades distintas (en función de la naturaleza del acto) a la prevista con carácter general para la realización de determinados actos jurídicos (por ejemplo, contraer matrimonio, adoptar y ser adoptado). La conexión nacionalidad se reitera o se modula en función del acto a realizar; son las denominadas capacidades especiales. B. La excepción del interés nacional S14 S16 S18 Una manifestación relevante de capacidad especial se da en el ámbito de la contratación internacional. La excepción del “interés nacional” constituye una restricción a la aplicación de la ley personal, representando un distanciamiento entre el derecho de la persona como tal y el de sus intereses patrimoniales. Finalidad de protección de la seguridad del tráfico. Cristaliza en la llamada excepción del “interés nacional” (art. 10.8 CC), se impide que la incapacidad, establecida de acuerdo con la ley personal, pero no reconocida por la ley española, invalide los contratos onerosos concluidos en España. La conexión ley nacional, como ley rectora de la capacidad, se ve atemperada por la regla locus en la realización de determinados actos jurídicos. El principio del interés nacional propugna la prioridad de la ley del lugar de celebración de un acto para decidir sobre la capacidad para concluirlo válidamente, frente a la ley personal extranjera de una de las partes. No se admiten más causas de incapacidad que las previstas por la ley española como ley del lugar de celebración del contrato. Su razón de ser ha de buscarse en la protección del tráfico jurídico. Esta excepción se recoge en términos similares en el artículo 13 del Reglamento Roma I, sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales. Al ser el R. Roma I de aplicación universal, en principio desplaza a las normas internas y, en este sentido, el artículo 10.8 CC habría sido sustituido por la citada norma europea en el ámbito material de la misma, pero dado que el Roma I no se aplica a todos los contrato dejamos la excepción. SR 18 “¿Qué supone la universalidad en aquellos reglamentos o convenios por los que se determina la ley aplicable un litigio?” C. Protección de los incapaces La incapacitación supone la pérdida de la capacidad de obrar por determinadas causas. En el ordenamiento español se establece en el curso de un proceso judicial. El Título II de la LJV se refiere a los " expedientes en materia de personas", e integra los procedimientos, entre otros, de tutela, curatela y guarda de hecho, por ejemplo, por lo que a menores respecta. Las resoluciones judiciales que deben ser inscritas necesariamente en el Registro civil (Res DGRN de 24 de octubre de 2014, entre otras) por la trascendencia que el estado civil tiene en el propio tráfico económico. No es éste el único sistema, y en general cabe afirmar que la senda abierta tras el Convenio de NU sobre los derechos de las personas con discapacidad (Nueva York 2006), tiene por objeto evitar una declaración general de incapacidad, para imponer restricciones puntuales en la realización determinados actos. A tener en cuenta: la enorme heterogeneidad de supuestos de incapacidad, así como de medidas que vengan a suplir o a completarla. VAGONSU 14 el aumento de la perspectiva de vida y la posibilidad de que la persona alcance una edad avanzada con deterioro de las capacidades cognitivas, con la eventual aplicación de medidas al estado de incapacidad sin una incapacitación judicial. el importante número de extranjeros establecidos en España de modo permanente o cuasi permanente con edades avanzadas. 1) La ley de la residencia habitual es la ley aplicable a la protección de las personas mayores de edad conforme a lo dispuesto en el artículo 9.6.2 CC. El supuesto comprende la modificación de la capacidad y la adopción de medidas de protección. La redacción actual no requiere la declaración judicial de incapacidad. 2) La adopción de medidas debe hacerse según las previstas en la ley de la residencia habitual. Se añade una previsión para el supuesto de conflicto móvil, por la que se retendrá la nueva residencia en caso de cambio. Adicionalmente se prevé la aplicación la ley española para las medidas provisionales o urgentes cuando sean competentes los tribunales españoles (art. 9.6 in fine). El espectro de medidas va desde la llamada auto tutela – anterior a la incapacidad- a las medidas jurídico civiles típicas como la constitución de la tutela, la curatela o el defensor judicial o medidas administrativas de internamiento en instituciones especiales o de protección del patrimonio. Se evita el problema de la remisión a la ley nacional como conexión. A pesar de la flexibilidad del artículo 200 CC que cabría admitir en un proceso abierto en España cualquier causa de incapacidad de obrar prevista en una ley extranjera, al tener la resolución judicial que concluir con unas medidas a adoptar y la heterogeneidad de un ordenamiento a otro, la única solución razonable es la sumisión a la ley del foro (en muchos casos coincidirá con la ley de la residencia habitual). Convenios de La Haya claves en el ámbito de la protección de las incapacidades -el de protección de menores de 1996 y el relativo a los adultos, de 2000- la competencia y la ley aplicable = país de la residencia habitual de la persona menor o mayor a proteger. 3) El Convenio de La Haya de 2000, relativo a la protección de los adultos en los supuestos internacionales, en vigor, aunque no ratificado por España, ha dado un cambio fundamental al tratamiento de las incapacitaciones al desvincular medidas de protección y la necesidad de una declaración judicial. Siendo su objeto la protección de los mayores incapaces, declarados o no. El CLH 2000: (1) va dirigido a los "adultos" personas mayores de 18 años (art. 2). Basta la alteración o la insuficiencia de sus facultades personales, que impida que puedan atender a sus intereses (art. 1.1). (2) Contempla una lista no exhaustiva de medidas de protección (art. 3) tales como la colocación y la administración de los bienes, la determinación de la incapacidad y la institución de un régimen de protección, la colocación de un adulto bajo el régimen de protección. La lista de medidas excluidas de su ámbito sí es exhaustiva (p. las obligaciones de alimentos, la seguridad social, las medidas públicas en materia de salud, etc.). (3) La competencia para la adopción de medidas corresponde a la autoridad del país de la residencia habitual del adulto. Cada autoridad aplicara su propia ley (art. 13.1 ) a reserva de casos excepcionales en los que, en interés del adulto, cabe la aplicación de la ley de otro Estado (art. 13.2): La idea nuclear es establecer una correlación forum-ius = la ley aplicable a la instauración de la medida sea la de la autoridad competente (con excepciones). (4) Posibilidad de que las autoridades inicialmente competentes, motu propio o a instancia de autoridades extranjeras, requieran a las autoridades de otros Estados que adopten medidas de protección mediante un mecanismo de "transferencia de la competencia". VAGONSU 15 (5) Convenio de eficacia erga omnes aplicación universal, desplaza a la norma interna en la materia, el artículo 9.6 CC, con la consecuencia de que la conexión ley nacional de la persona afectada se ve sustituida por la conexión residencia habitual. VI. AUSENCIA Y FALLECIMIENTO J2 15 “¿Cuándo son competentes los tribunales españoles en materia de ausencia? Razone jurídicamente señalando la norma aplicable” El fallecimiento de la persona (art. 32 CC) o su declaración de fallecimiento (arts. 193-197 CC) extinguen la personalidad. 1) La declaración de fallecimiento plantea: la competencia judicial internacional en la materia (art. 22.3 LOPJ). La autoridad judicial española competente tendrá que resolver conforme a la ley española aspectos tan relevantes como los medios de prueba por los que se acrediten una u otra circunstancia determinante de la extinción de la personalidad. La ley aplicable es la ley personal, incluida la determinación del momento o la solución de los supuestos de conmoriencia o premoriencia (con fuertes divergencias de una legislación a otra). No existe un régimen jurídico ad hoc, y el R. 650/2012 sobre sucesiones los excluye de la ley rectora de la sucesión. 2) La declaración de fallecimiento puede derivarse de un procedimiento judicial, de declaración de desaparecida (o ausente). Solo producen efectos después de una declaración judicial. En la ausencia, el problema se plantea por la incertidumbre sobre la existencia de una persona. No es un estado civil, ni tampoco una circunstancia que modifique la capacidad de la persona. En los supuestos internacionales, suscita dos cuestiones centrales que deben resolver los Tribunales españoles, cuando el desaparecido hubiera tenido su último domicilio en territorio español o fuera español (art. 22 quater a) LOPJ 2015). la declaración de ausencia (los presupuestos y efectos), estará sujeta a lo previsto por la ley nacional del desaparecido (art. 9.1 CC). La situación de ausencia concluye con la declaración de fallecimiento. exige la adopción de medidas cautelares o provisionales. Por su componente procesal y por una razón de efectividad práctica solo podrán adoptarse de conformidad con la ley española (lex fori). Lección 15 Las personas jurídicas I. INTRODUCCIÓN Las personas jurídicas, y, más concretamente, las sociedades mercantiles, son el instrumento mediante el cual se desarrolla la mayoría de las transacciones comerciales internacionales. La complejidad de esta materia en Derecho Internacional Privado deriva fundamentalmente de la gran variedad de formas que pueden revestir dichas sociedades para operar en el tráfico internacional. Se trata de formas societarias que demandan, en la VAGONSU 16 mayoría de los supuestos, de una regulación ad hoc. En el Derecho español, el carácter polémico de esta materia surge por el desafortunado tenor de las normas que las regulan. Aun partiendo del concepto general de personas jurídicas, vamos a centrarnos básicamente en las sociedades1, y, concretamente, en las sociedades mercantiles, fijándonos en las tres cuestiones clásicas que plantean desde la perspectiva de nuestra disciplina: La competencia internacional de los Tribunales españoles para conocer de los litigios societarios. La ley aplicable a las sociedades, esto es, la determinación de su lex societatis. El reconocimiento en España de las sociedades extranjeras. Debemos tener en cuenta el Derecho europeo que está operando sobre las legislaciones internas de los Estados miembros. En este ámbito, tiene especial importancia el artículo 54 TFUE, así como la jurisprudencia del TJUE. 1- excluidas objeto estudio: fundaciones, asociaciones, p. jurídicas derecho público, organismos Estados, Organizaciones internacionales y empresas internacionales (creadas por acuerdos intergubernamentales). II. COMPETENCIA JUDICIAL INTERNACIONAL El régimen legal de la competencia judicial internacional en materia de personas jurídicas está contemplado en nuestro ordenamiento en la siguiente normativa: En el art. 22 LOPJ. En el Reglamento (UE) 1215/2012, relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil (RBIr). Este texto establece en su artículo 24 un foro de competencia judicial internacional exclusivo para determinados litigios societarios. Los foros exclusivos del Reglamento se establecen "sin consideración del domicilio", es decir, su aplicación no requiere del domicilio del demandado en un Estado miembro. Esta circunstancia supone una derogación material del inciso correspondiente del artículo 22 LOPJ. Art. 24.2 R. Bruselas I refundido Son exclusivamente competentes, sin consideración del domicilio de las partes… 2/ En materia de validez, nulidad o disolución de sociedades y personas jurídicas, así como en materia de validez de las decisiones de sus órganos, los órganos jurisdiccionales del Estado miembro en que la sociedad o persona jurídica esté domiciliada; para determinar dicho domicilio, el órgano jurisdiccional aplicará sus normas de Derecho internacional privado; a) La expresión “sociedad o persona jurídica” debe ser objeto de una interpretación autónoma, teniendo en cuenta el fin de la norma. Desde esta perspectiva, se entiende que están incluidos en el ámbito del precepto los diferentes tipos de sociedades, las asociaciones y las fundaciones, así como aquellos entes sin personalidad jurídica, pero con capacidad para ser parte en un proceso. J2 16 “Se insta la disolución de una sociedad constituida conforme el derecho español ante un tribunal alemán pues todos los socios tienen su residencia habitual allí. A este respecto, ¿pueden ser competentes los tribunales españoles? razones jurídicamente citando la norma o instrumento jurídico aplicable. VAGONSU 17 b) Las materias enumeradas en el artículo 24.2 RBIr, al estar inmersas en un precepto que regula las competencias exclusivas, deben interpretarse de forma estricta. Únicamente opera la competencia exclusiva del tribunal donde la sociedad tenga su domicilio cuando se trate, a título principal, sobre un tipo concreto de litigios, a saber: La constitución de la sociedad. La nulidad de la sociedad. La disolución de la sociedad. La validez de las decisiones adoptadas por sus órganos con arreglo al Derecho de sociedades aplicable o de las disposiciones estatutarias relativas al funcionamiento de sus órganos. La expresión “validez de las decisiones de sus órganos” hace referencia a la acción de impugnación de acuerdos sociales, pero no incluye la acción de responsabilidad civil contra los administradores de la sociedad, ni una acción entablada por los miembros de una asociación profesional contra el consejo de administración de la misma por denegarles una indemnización a la que, en virtud de los estatutos de esa asociación, tienen derecho (STJCE, 2.10.2008, Hasset, as. C-327/07). c) Los órganos jurisdiccionales exclusivamente competentes para el conocimiento de los litigios enunciados en el artículo 24.2 RBIr serán aquellos en los que la sociedad o persona jurídica tenga su domicilio. Para determinar dicho domicilio, el tribunal competente aplicará sus normas de DIPr. El artículo 63 está pensado a efectos de aplicación del Reglamento en general y el artículo 24 a efectos de determinar el foro de la competencia exclusiva. El artículo 24 opera con posterioridad a la consideración del artículo 63. Art. 63 RBIr: A efectos del presente Reglamento, se entenderá que una sociedad u otra persona jurídica está domiciliada en el lugar en que se encuentra: a) Su sede estatutaria; b) Su administración central, c) Su centro de actividad principal. En relación a la explotación de sucursales, el RBIr contempla un foro especial que será de aplicación cuando la persona jurídica tenga su domicilio en un Estado miembro (art. 7.5). En virtud de este foro especial, para los litigios relativos a la explotación de sucursales, agencias o cualquier otro establecimiento, serán competentes los tribunales del lugar en que se hallaren sitos. Si la persona jurídica no está domiciliada en ningún Estado miembro, la competencia judicial internacional de nuestros tribunales en materia de explotación de sucursales se regula en el artículo 22 quinquies LOPJ, que dispone la competencia de los tribunales españoles cuando la sucursal, agencia o establecimiento mercantil se encuentren en territorio español. Art. 7.5 RBIr: Una persona domiciliada en un Estado miembro podrá ser demandada en otro Estado miembro: (…) 5) si se trata de litigios relativos a la explotación de sucursales, agencias o cualquier otro establecimiento, ante el órgano jurisdiccional en que se hallen sitos. Art. 22 quinquies LOPJ: Asimismo, en defecto de sumisión expresa o tácita y aunque el demandado no tuviera su domicilio en España, los Tribunales españoles serán competentes: (…) c) En las acciones relativas a la explotación de una sucursal, agencia o establecimiento mercantil, cuando éste se encuentre en territorio español. d) Las materias objeto de un foro exclusivo de personas jurídicas podría plantearse, como excepción, con carácter incidental en el proceso ante otro tribunal. VAGONSU 18 Por ejemplo, en el seno de un litigio (incoado ante los tribunales ingleses) que verse a título principal sobre el incumplimiento de un contrato, podría plantearse con carácter incidental la nulidad del mismo, entre otras causas, por estimar que la decisión adoptada por los órganos de gestión de la sociedad que lo firma (alemana y con sede en Alemania) es invalida conforme a sus estatutos. Se plantea: Si para conocer sobre la validez de esa decisión del órgano de gestión de la sociedad alemana (cuestión sometida a un foro exclusivo) puede conocer el mismo juez (inglés) que conoce sobre el incumplimiento del contrato, o Si, por el contrario, ese juez (inglés) que conoce del incumplimiento contractual, debe detener el procedimiento y remitir al tribunal (alemán) exclusivamente competente para que decida sobre la cuestión incidental (cuál es la validez de la decisión en virtud de la cual se firma el contrato). Sobre esta concreta cuestión, el TJUE ha estimado que el foro exclusivo en materia de personas jurídicas no es aplicable, y que puede conocer de esa supuesta invalidez de la decisión el juez que conoce a título principal sobre el incumplimiento contractual. “si todos los litigios que tienen por objeto una decisión de un órgano de una sociedad pudieran reconducirse al ámbito del artículo [24], núm. 2… bastaría que una sociedad invocase, con carácter previo, una supuesta invalidez de esas decisiones de sus órganos que condujeron a la celebración de un contrato o a que se realizara un hecho supuestamente perjudicial, para que se le atribuyese, de manera unilateral, una competencia exclusiva al foro de su propio domicilio social” (STJCE, 12.5.2011, Berliner Verkehrsbetriebe, C144/10). La anterior interpretación del TJUE parece ser una interpretación específica para este foro exclusivo en materia de personas jurídicas, pues para el ámbito de bienes inmateriales (patentes, marcas, diseños o dibujos y modelos y demás bienes análogos), el artículo 24.4 RBIr consagra la competencia exclusiva de los tribunales del Estado en que se haya solicitado, efectuado o tenido por efectuado el depósito, , “independientemente de que la cuestión se haya suscitado por vía de acción o por vía de excepción”. III. LEY APLICABLE A LAS SOCIEDADES. LA LEX SOCIETATIS 1. La nacionalidad como punto de conexión de la lex societatis El sistema jurídico español se basa en la conexión nacionalidad para determinar la ley aplicable a las sociedades. Así, el artículo 9.11 CC establece en su primer párrafo que “La ley personal correspondiente a las personas jurídicas es la determinada por su nacionalidad…” En el ámbito de la persona jurídica la nacionalidad actúa únicamente como un expediente técnico destinado a identificar la lex societatis, de tal suerte que, una vez determinada la nacionalidad de la sociedad, también habremos identificado su lex societatis, esto es, la ley que rige la capacidad, constitución, representación, funcionamiento, transformación, disolución y extinción de la sociedad, por lo que la conexión de la nacionalidad no tiene el mismo sentido que en la persona física. El recurso a la conexión nacionalidad para localizar la lex societatis plantea el problema previo de decidir cuál es el criterio que debe servir para determinar la nacionalidad de la sociedad. No nos ayuda el art. 9.11 CC, ya que no contiene ningún elemento para determinar la nacionalidad de la sociedad. Históricamente se han ido definiendo una serie de criterios de atribución (o modelos normativos) específicos para concretar la nacionalidad de la persona jurídica. 2. Criterios de atribución de la nacionalidad a las personas jurídicas J2 18 VAGONSU 19 En la actualidad, son dos los criterios más utilizados para determinar la nacionalidad de una sociedad y, por ende, para determinar su lex societatis: a) Criterio de constitución o de incorporación. La nacionalidad de la sociedad vendrá determinada por la ley del Estado conforme a cuyo Derecho se ha constituido. Es irrelevante el hecho de que la sociedad se ubique en un Estado distinto. La sociedad ostentará la nacionalidad del Estado conforme a cuyo Derecho se constituye, y, en consecuencia, su lex societatis será la ley de este Estado. El criterio de constitución es un criterio basado en un elemento subjetivo (la voluntad de los socios), pues serán los socios los que determinen el Derecho conforme al cual quieren constituir la sociedad. Ventajas de este criterio o modelo normativo: 1º) Previsibilidad: aporta seguridad jurídica, pues es fácil de determinar y tiene una clara vocación de permanencia en el tiempo. Esta permanencia juega a favor de los intereses de las partes implicadas en las relaciones societarias (por ejemplo, acreedores), pues, en principio, éstos no se verían afectados ante un hipotético traslado de la sede real a otro Estado. 2º) Autonomía de la voluntad. Es el criterio que en mejor medida asegura la autonomía de la voluntad de los socios para dotar a la sociedad a la idiosincrasia pretendida. Contra este criterio: Este criterio permite a los socios actuar de forma fraudulenta, pues les posibilita constituir una sociedad conforme a aquella ley que dispense un trato especialmente favorable a sus intereses. Esta circunstancia podría contribuir a desvirtuar la política legislativa del Estado en que la sociedad pretenda actuar. b) Criterio de la sede. La nacionalidad de la sociedad será la del Estado en cuyo territorio se localice su sede real, con independencia de que se haya constituido conforme al Derecho de otro Estado. Este criterio, a diferencia del anterior, está basado en un elemento estrictamente objetivo (lugar de la sede). Ventajas de este criterio o modelo normativo: Protección de intereses de terceros. El criterio de sede es el que mejor asegura la aplicación del Derecho del Estado más afectado por la actividad de la sociedad y, por ende, el que mejor previene un posible fraude de los socios en este ámbito. Plantea -cuanto menos- dos problemas sucesivos: 1º) Definición del término “sede”. Por “sede” puede entenderse: a. tanto aquel centro que conste como tal en los estatutos de la sociedad (sede estatutaria) b. como aquel desde el cual se efectúe la administración de la sociedad (sede real). i. A su vez, por “sede real” puede entenderse: 1. donde se efectué la administración, 2. desde el que se lleva a cabo la explotación principal. 2º) Localización de dicha “sede”. Este problema se manifiesta en aquellos supuestos en que la sociedad es dirigida desde diferentes Estados. VAGONSU 20 c) Otros criterios de atribución (aplicación minoritaria), entre los que destaca el criterio de la nacionalidad de los socios (criterio de control). Imperó con fuerza en épocas de enfrentamientos bélicos, pues podía detectarse la condición de “enemiga” de una sociedad determinada. Criterio obsoleto. 3. Criterio de determinación de la lex societatis en el sistema español de derecho internacional privado S15 Determinar la nacionalidad española a una sociedad es polémica en nuestra doctrina, ya que el artículo 9.11 CC no incluye ningún elemento que la concrete. Se regula la cuestión con carácter general en el artículo 28 CC “Las corporaciones, fundaciones y asociaciones, reconocidas por la ley y domiciliadas en España, gozarán de la nacionalidad española, siempre que tengan el concepto de personas jurídicas con arreglo a las disposiciones de este Código” Se podría deducir que nuestro Derecho exige la concurrencia cumulativa de dos circunstancias concretas para considerar española una sociedad: la constitución conforme al Derecho español y el domicilio en España. Este criterio especialmente riguroso ha sido asumido mayoritariamente por nuestra doctrina e invocado por nuestra jurisprudencia. La doctrina asentada por la DGRN establece que “La nacionalidad de las sociedades en general se determina en nuestro Derecho, conforme a la norma fundamental del artículo 28 del CC, por el criterio del domicilioconstitución”. Esta tesis ha sido criticada por las contradicciones a las que conduce. Si atendemos cumulativamente a ambos criterios resultaría el siguiente marco, serían personas jurídicas españolas: (1) las constituidas conforme al Derecho español y domiciliadas en España y (2) las constituidas en el extranjero conforme al Derecho español y que fijen el domicilio en España. Bilateralizando este criterio de domicilio-constitución, serían personas jurídicas extranjeras las constituidas conforme a un Derecho foráneo y con domicilio en país extranjero. Según este criterio No serían personas jurídicas españolas: las sociedades constituidas conforme a un Derecho extranjero -ya sea en España o en el extranjero- y domiciliadas en España, las sociedades constituidas conforme al Derecho español -ya sea en España o en el extranjero- y domiciliadas en el extranjero. Según lo anterior, en virtud de este doble criterio del domicilio-constitución, resultaría que el Derecho español no contaría con criterio para determinar la nacionalidad de las sociedades constituidas conforme a un Derecho extranjero y domiciliadas en España, y de las sociedades constituidas conforme al Derecho español y con domicilio en el extranjero (por lo que estas sociedades serían personas jurídicas sin lex societatis). Esta conclusión es realmente absurda. Para solventar la anterior incoherencia se propone una reinterpretación de la letra del artículo 28 CC, en virtud de la cual se deduciría que este precepto únicamente exige la constitución de la sociedad conforme al Derecho español (criterio de constitución). VAGONSU 21 La exigencia de domiciliación es una exigencia material implícita a la constitución conforme al Derecho español, y no una exigencia conflictual cumulativa. Al constituirse una sociedad conforme al Derecho español, necesariamente fijaría su domicilio estatutario en España, pues así lo exige la ley española; por lo que el término domicilio que acoge el citado artículo 28 CC, se referiría al domicilio estatutario y no al domicilio de la sede real. El domicilio estatutario debe localizarse en España. Esta explicación encuentra refrendo: en una interpretación a sensu contrario tanto del art. 15 Ccom: “Los extranjeros y las Compañías constituidas en el extranjero podrán ejercer el comercio en España con sujeción a las Leyes de su país…”, las sociedades constituidas conforme a un Derecho extranjero = sometidas a ese Derecho extranjero en las Resoluciones de la DGRN: o La Resolución de la DGRN de 29 de febrero de 1992 establece: “El Registrador mercantil ha de limitarse a comprobar si la Sociedad extranjera está efectivamente considerada como tal en su propio ordenamiento, y si se halla constituida válidamente conforme al mismo. o La Resolución de la DGRN de 11 de septiembre de 1990 señala que la función del Registrador con respecto a las Sociedades extranjeras que creen sucursales en España, se limita a verificar si la Sociedad en cuestión se halla válidamente constituida conforme a su propia legislación, además de controlar la legalidad de esta misma de creación o establecimiento de la sucursal”. En resumen, el criterio que con carácter general acoge el ordenamiento español para determinar la nacionalidad de las personas jurídicas es el criterio de constitución. La concreción del criterio para determinar la nacionalidad de las Sociedades de Capital es controvertido. La letra de los artículos 8 y 9 LSC introduce una serie de dudas sobre el modelo o criterio que informa la nacionalidad de este tipo de sociedades, pues parecen indicar que para estas sociedades rige el criterio de la sede real. Sin embargo, no se corresponde con la finalidad del precepto. Art. 8 LSC titulado Nacionalidad: “serán españolas y se regirán por la presente ley todas las sociedades de capital que tengan su domicilio en territorio español, cualquiera que sea el lugar en que se hubieran constituido”. Art. 9 LSC titulado Domicilio: “1. Las sociedades de capital fijarán su domicilio dentro del territorio español en el lugar en que se halle el centro de su efectiva administración y dirección, o en el que radique su principal establecimiento o explotación. Si interpretamos que el artículo 8 LSC hace alusión al domicilio estatutario, podríamos admitir que este inciso no niega el criterio de constitución, pues el domicilio estatutario en España es una condición que impone el mismo Derecho material español para que la sociedad se constituya válidamente (no podrá constituirse válidamente una sociedad de capital conforme al Derecho español si ésta no fija su domicilio estatutario en España ). Podría interpretarse que bastaría con el domicilio estatutario, aunque su sede real no estuviera en nuestro país, pero el art. 9.2 LSC exige que “Las sociedades de capital cuyo principal establecimiento o explotación radique dentro del territorio español deberán tener su domicilio en España”. Para salvar la posible contradicción entre los dos preceptos se propone una restricción del ámbito de aplicación del artículo 9.2 LSC, limitando su aplicación a aquellos supuestos en los que la sociedad de capital sólo desarrolle su actividad en España, de tal forma que, si la sociedad operase en otros Estados, su constitución VAGONSU 22 bajo una ley extranjera debería ser posible y ello aun cuando el establecimiento principal estuviese en España. Esta interpretación está en línea con la jurisprudencia del TJUE en la materia. En definitiva, una interpretación lógica y sistemática de los preceptos aplicables invita a deducir que el criterio escogido por nuestro legislador para determinar la nacionalidad de una persona jurídica es el criterio de constitución, criterio que no impide que el ordenamiento español contemple una serie de normas materiales (especialmente, el artículo 9.2 LSC) de aplicación imperativa para el reconocimiento de un tipo societario concreto. 4. Ámbito de aplicación de la lex societatis SR 14 J19 El artículo 9.11 in fine destaca que la ley personal de la persona jurídica rige “en todo lo relativo a la capacidad, constitución, representación, funcionamiento, transformación, disolución y extinción”. La enumeración es meramente indicativa y parece destinada a garantizar un régimen unitario a los problemas planteados por su constitución, funcionamiento y extinción. Desde esta perspectiva unitaria, entran dentro del ámbito de aplicación de la lex societatis cuestiones como la constitución de la sociedad, objeto social, denominación y sede, obligación de inscripción registral, derechos y obligaciones de los socios, modificación de los estatutos, responsabilidad de los administradores, régimen de los actos ultra vires [se refiere a cuando los actos de los órganos de gobierno de una empresa exceden su poder] llevados a cabo por sus órganos, representación, capacidad jurídica, capacidad de obrar y capacidad para ser parte… En cuanto a la representación orgánica, la STS de 19 de febrero de 1993 establece: “… la determinación de la Ley aplicable a los representantes legales imperada de manera general por el art. 10.11 del Código civil: se concreta para las personas jurídicas = mediante la aplicación de la "lex societatis". 9.11 CC para que la persona jurídica opere necesita hacerlo por medio de personas físicas que actúen como órganos sociales = representación orgánica. En el ámbito de la capacidad, la STS de 29 de mayo de 1974 estableció: “… en armonía con lo dispuesto en el artículo 9 del Código civil, tratándose de la capacidad legal de los extranjeros -entre los que ha de encuadrarse la existencia y constitución de las personas jurídicas y a sus órganos representativos-, basta para acreditarla que se haya sujetado a las formalidades exigidas en su país, a lo que debe agregarse que en la escritura cuestionada constan los particulares de los Estatutos que guardan conexión con su otorgamiento…”. La ley aplicable a la representación voluntaria de las personas físicas y jurídicas está regulada en nuestro Derecho en el artículo 10.11 CC, en cuya virtud la representación de la sociedad por un tercero que no tenga la condición de órgano social se rige, de no mediar consentimiento expreso, por la ley del país en donde se ejerciten las facultades conferidas. IV. RECONOCIMIENTO J16 “Reconocimiento de sociedades extranjeras en España. ¿En qué consiste? Fundamente jurídicamente la respuesta” S16 SR 16 El reconocimiento de sociedades extranjeras es un expediente técnico a partir del cual se determina si una sociedad válidamente constituida en un Estado puede ser aceptada como tal en otro Estado. Se trata de determinar si el Derecho del foro reconoce la personalidad jurídica de una sociedad que no tiene la consideración de española. Detrás de este reconocimiento se esconde una política de “control”, consistente en identificar al operador en el tráfico internacional que pretenda funcionar en el mercado nacional. VAGONSU 23 Nuestro ordenamiento contempla un tipo de reconocimiento que la doctrina denomina reconocimiento automático, no es necesario ningún procedimiento especial para que la sociedad extranjera sea reconocida. De hecho, el artículo 15 CCom permite con carácter general que los extranjeros y las compañías constituidas en el extranjero ejerzan el comercio en España. El reconocimiento automático de las sociedades extranjeras, no obsta para que, dependiendo de la forma en que pretendan operar en nuestro mercado, se exija que la persona jurídica extranjera cumpla ciertos requisitos. J2 17 “El reconocimiento de sociedades extranjeras y su inscripción registral: supuestos en los que es perceptiva la inscripción y supuestos en los que no lo es”. S18 “¿En qué supuestos es necesaria la inscripción registral de una sociedad extranjera en España?” La inscripción registral: es necesaria, para actuar de cierto modo en el tráfico mercantil. no es necesaria, para el reconocimiento de la personalidad jurídica de la sociedad. a) Inscripción registral obligatoria La inscripción en el Registro Mercantil es preceptiva cuando la sociedad extranjera crea sucursales en nuestro país. Así lo exige el artículo 81.1.K del Reglamento del Registro Mercantil “Será obligatoria la inscripción en el Registro Mercantil de los siguientes sujetos: (…) k) Las sucursales de sociedades extranjeras y de otras entidades extranjeras con personalidad jurídica y fin lucrativo”. Esta exigencia de inscripción está plenamente justificada, pues de este modo: (1) Se equiparán las sociedades extranjeras con las españolas, que también están obligadas a dicha inscripción. (2) Se garantizan los derechos de terceros, al darle publicidad. (3) Se aporta seguridad jurídica a las transacciones mercantiles. El alcance de dicha inscripción registral está claramente delimitado en la Resolución de la DGRN de 29 de febrero de 1992: (1) Lo que es objeto de inscripción es la sucursal, no la sociedad extranjera. (2) La inscripción de la sucursal es obligatoria con independencia de que la sociedad extranjera de que se trate sea o no inscribible en el Registro Mercantil español. (3) El papel del Registrador se limita a comprobar si la sociedad extranjera está efectivamente constituida conforme a su propia legislación. (4) Las sociedades extranjeras a las que se refiere el artículo 81.1 del RRM no tienen por qué coincidir con los tipos societarios contemplados en el ordenamiento español. La Resolución establece: “No debe, por tanto, denegarse la inscripción de la sucursal en base al argumento de que la entidad extranjera que crea la sucursal en España -entidad que tiene el carácter de "higher education Corporation"- no es inscribible en el Registro Mercantil español por no estar comprendido en ninguno de los apartados del art. 81. Las Sociedades extranjeras a que se refiere el ap. k) del art. 81 no han de coincidir por tanto necesariamente con los tipos societarios reconocidos por el ordenamiento español. Ha de partirse de un concepto amplio de Sociedad Mercantil… Se debe examinar si una "higher education Corporation" tiene, según el Derecho británico, personalidad jurídica y cuál es su finalidad. Pues bien, esta Entidad, regulada en la "Education Reform Act" de 1988, está dotada de personalidad jurídica (art. 124 de la misma)…”. VAGONSU 24 b) Inscripción no necesaria La inscripción no es necesaria si la sociedad extranjera únicamente pretende realizar determinados actos, contratos aislados, o comparecer ante los Tribunales españoles. STS de 28 de enero de 1994. La controversia giraba en torno a un proceso de propiedad industrial entre una sociedad española y otra extranjera con domicilio en Wilmington, Estado de Delaware, -EEUU-. Como destaca el propio tribunal, esta última sociedad “no cuenta con domicilio en Madrid, ni siquiera por delegación, así como que carece de cualquier otro en el territorio español” y, sin embargo, ni se plantea la exigencia de inscripción en el Registro Mercantil de dicha sociedad para comparecer en el pleito. V. INCIDENCIA DEL DERECHO EUROPEO EN EL DERECHO INTERNACIONAL DE SOCIEDADES Desde la perspectiva de la libertad de establecimiento consagrada en el TFUE, el Derecho europeo se percibe con especial intensidad en el ámbito del reconocimiento de sociedades. En este contexto es especialmente relevante el artículo 54 TFUE “Las sociedades constituidas de conformidad con la legislación de un Estado miembro y cuya sede social, administración central o centro de actividad principal se encuentre dentro de la Unión quedarán equiparadas, a efectos de aplicación de las disposiciones del presente capítulo, a las personas físicas nacionales de los Estados miembros”. El alcance del artículo 54 TFUE ha sido ampliamente discutido por la doctrina que, básicamente, ve en él dos funciones diferentes: Un primer sector de la doctrina entiende que el actual artículo 54 TFUE es una norma que no tiene contenido conflictual. El art. en cuestión sería una norma que tiene como finalidad exclusiva concretar el ámbito de aplicación subjetivo de la libertad de establecimiento con relación a las personas jurídicas. La norma no implicaría que las personas jurídicas se beneficiasen sin más de dicha libertad comunitaria, pues el beneficio de dicha libertad dependería también de las restricciones que los Estados miembros legítimamente opusiesen mediante las oportunas normas de extranjería. Lo único que pretendería garantizar sería el establecimiento secundario de una sociedad correctamente constituida conforme a su ley aplicable. Esta postura parecía incluso haber tenido acogida por el TJUE en su sentencia en el asunto Daily Mail. En esta ocasión, el Tribunal tuvo que dilucidar si el traslado a Holanda de una sociedad de inversión constituida conforme al Derecho inglés y con su domicilio social en Londres -conservando su domicilio estatutario en el Reino Unido- estaba amparado por los entonces en vigor artículos 52 y 58 del TCE (actuales arts. 49 y 54 TFUE). El Tribunal de Justicia sentenció que los artículos 52 y 58 TCE debían ser interpretados en el sentido de que no conferían ningún derecho a una sociedad a transferir su sede real a otro Estado. Un segundo sector de la doctrina entiende que el artículo 54 TFUE es una norma de carácter conflictual, en virtud de la cual, para que una persona jurídica pudiera beneficiarse de las libertades comunitarias, bastaría con que se hubiera constituido conforme al Derecho de un Estado miembro y, además, tuviese su sede real en algún Estado miembro, en el bien entendido de que no sería necesaria una coincidencia entre ambas circunstancias, el Derecho conforme al cual se hubiere constituido la sociedad no tendría por qué ser el Derecho del Estado en el que la sociedad tuviera su sede real. Esta concepción implicaría, además, que las sociedades constituidas conforme a la ley de un Estado miembro, con su sede real en el seno de la Unión, deberían ser reconocidas en los demás Estados, pues si no se reconociesen se estaría vulnerando la libertad de establecimiento que consagra el Tratado. Desde esta perspectiva se afirma que el artículo 54 TFUE acoge el reconocimiento mutuo de sociedades. Para algún autor -GARCIMARTÍN ALFÉREZ- si esto es así se daría la circunstancia de que el criterio de sede real sería un criterio incompatible con el Derecho europeo. En efecto, recuérdese que según este criterio la sociedad debería constituirse conforme al Derecho del Estado en que la sociedad tuviese su sede efectiva. VAGONSU 25 Debería, por tanto, haber una coincidencia entre Derecho aplicable a la sociedad y el Derecho del lugar desde el que la sociedad opera. Y esta coincidencia no sería exigible si aceptamos la formulación que este sector hace del artículo 54 TFUE. J2 17 “¿Qué modelo de atribución de la nacionalidad de las personas jurídicas es más adecuado con la jurisprudencia del TJUE en torno a la libertad de establecimiento consagrada en el TFUE?” S19 “El juego del derecho europeo se percibe con especial intensidad en el ámbito del reconocimiento de sociedades (artículo 54 TFUE): a la luz de las sentencias del Tribunal de Justicia centros y Überserring, explique brevemente la función del precepto y su interpretación respecto del reconocimiento de sociedades” Tras las sentencias del Tribunal de Justicia en los asuntos Centros (1999) y Überserring (2002) la balanza se ha inclinado definitivamente del lado del segundo sector de la doctrina. Norma de carácter conflictual: constituida conforme Derecho EM y sede en algún EM, sin que coincidan. El Derecho de constitución no tendría que ser el del Estado de sede real. Dos nacionales daneses constituyen en el Reino Unido la sociedad Centros Ltd. (private limited company) estableciendo también allí su domicilio estatutario. La sociedad en cuestión no llevó a cabo ninguna actividad comercial en el Reino Unido, pues, en realidad, lo realmente pretendido por los socios era operar en Dinamarca bajo la forma de una private limited Company inglesa. La razón de constituir la sociedad conforme al Derecho inglés y no conforme al Derecho danés estribó, como reconocieron los socios, en que el desembolso del capital social mínimo que exigía aquella legislación era mucho menor. (100 libras frente a las 200.000 coronas que impone la legislación danesa). Para operar en Dinamarca, solicitan la inscripción en el Registro mercantil danés de una sucursal de la sociedad Centros. Las autoridades danesas deniegan la inscripción de dicha sociedad esgrimiendo que la Sociedad Centros no ejercía ninguna actividad comercial en el Reino Unido y que, en realidad, pretendía constituir un establecimiento principal en Dinamarca eludiendo, de este modo, las normas nacionales relativas a las sociedades de responsabilidad limitada (en particular, las relativas al desembolso del capital mínimo). La decisión denegatoria se confirma por los tribunales en primera instancia y, en apelación, la jurisdicción danesa decide plantear una cuestión prejudicial ante el TJCE sobre la compatibilidad de la decisión de las autoridades danesas con los entonces en vigor artículos 43 y 48 TCE (hoy artículos 49 y 54 TFUE). En la Sentencia que dicta el TJCE, afirma que los actuales artículos 49 y 54 TFUE se oponen a que un Estado miembro deniegue la inscripción de una sucursal de una sociedad constituida de conformidad con la legislación de otro Estado miembro, en el que tiene su domicilio social sin ejercer en él ninguna actividad comercial, cuando la sucursal está destinada a permitir que la sociedad controvertida ejerza toda su actividad en el Estado en que dicha sucursal se encontrará establecida. No puede denegar la inscripción a pesar de que se pretenda ejercer realmente en el estado de la sucursal. Ahora bien, pese a la aprobación que el Tribunal da a la “maniobra” de los socios, advierte que “esta interpretación no excluye que las autoridades del Estado miembro afectado puedan adoptar cualquier medida apropiada para prevenir o sancionar fraudes, ya sea con relación a la propia sociedad…, ya sea con respecto a los socios con relación a los cuales se haya demostrado que en realidad lo que pretenden, mediante la constitución de una sociedad, es eludir sus obligaciones para con los acreedores privados o públicos establecidos en el territorio del Estado miembro afectado”. Aunque parezca que exista contradicción entre la sentencia Centros y la Daily Mail, en la primera se pretende la inscripción de una sucursal que en realidad operaría como establecimiento principal (el TFUE obliga inscripción) y en la segunda se pretendía el traslado de la sede de dirección (el TFUE no lo confiere obligación aceptar traslado). En consecuencia, y en virtud de la Sentencia Centros, parece lógico inferir que en adelante un Estado miembro estará obligado a reconocer a una sociedad que se haya constituido válidamente conforme al Derecho de otro Estado miembro, y ello con independencia de la ubicación y de la actividad real que desarrolle la sede principal. VAGONSU 26 Conclusión ésta que tiene especial trascendencia en aquellos Estados que acojan el criterio de sede real en su ordenamiento; y no tanto para aquellos otros, como España, que contemplen el criterio de constitución (España únicamente exige para la inscripción de una sucursal que se compruebe si la sociedad extranjera está efectivamente constituida conforme a su propia legislación). Hay que tener en cuenta que tanto el Reino Unido como Dinamarca son tributarios del criterio de constitución. Por ello, surgía la duda acerca de la aplicabilidad de la jurisprudencia asentada en este asunto en aquellos Estados en que se mantuviese el criterio de sede real para el reconocimiento de las sociedades extranjeras. La sentencia del TJUE en el asunto Überserring solventó esta duda, en tanto que extendió su jurisprudencia a aquellos supuestos en los que uno de los Estados implicados (en el supuesto, Alemania) fuera tributario de un criterio de sede real. El TJUE declaró que si el criterio de sede real, conduce al “no reconocimiento” de sociedades constituidas conforme al Derecho de otro Estado miembro, es incompatible con el Derecho europeo. La jurisprudencia anteriormente citada tiene sus límites. Así, el TJUE también ha advertido que la libertad de establecimiento “no incluye el derecho, para una sociedad constituida de acuerdo con la legislación de un Estado miembro e inscrita en el registro de dicho Estado, de transferir su administración central… a otro Estado miembro conservando su personalidad jurídica y su nacionalidad de origen” (sentencia Daily Mail). Lo anterior supone que un traslado de la sede de la sociedad constituida conforme al derecho de un Estado miembro a otro Estado miembro exigirá un cambio de lex societatis -una transformación de la sociedad, en definitiva-. Esa transformación es posible, si bien, en estos supuestos, “el Estado miembro de acogida es competente para establecer el Derecho interno pertinente para tal operación y para aplicar… las normas de su Derecho nacional sobre transformaciones internas que regulan la constitución y el funcionamiento de una sociedad, como el requisito de elaborar un balance y un inventario de activos” (STJUE, 12.7.2012, C-378/10, VALE). En otro orden de cosas, cabe destacar la relevancia positiva que tendrá para la consolidación de las libertades comunitarias -y más concretamente, para el derecho de establecimiento- una armonización profunda en este ámbito. Proceso de armonización que viene desplegándose desde hace ya algún tiempo, Y entre cuyos logros más significativos cabe destacar, por ejemplo, el Reglamento (CE) n 2157/2001 del Consejo, de 8 de octubre de 2001, por el que se aprueba el Estatuto de la Sociedad Anónima Europea (SE). Lección 16 Matrimonio y Uniones de Hecho o Registradas I. INTRODUCCIÓN Dado el carácter de derecho fundamental del ius nubendi (derecho a casarse, art. 32 CE), las normas reguladoras de la forma de celebración del matrimonio cumplirán su objetivo protector (validez del acto) mediante el juego alternativo de dos conexiones (la tradicional regla locus regit actum (ley del lugar de celebración) y la ley personal de cualquiera de los contrayentes). De este modo, se intenta disminuir los casos en que el acto sea declarado nulo o quede invalidado por defectos formales (arts. 49 y 50 CC). La ley aplicable a la capacidad nupcial y al consentimiento se rige por la ley personal (ley de la nacionalidad) de cada contrayente (art. 9.1 CC). II. CONTEXTUALIZACIÓN DE LOS PROBLEMAS VAGONSU 27 1. Matrimonio y cambio social A partir de la Constitución de 1978, España deja de ser un Estado confesional católico (art. 16.3 CE), significa: se admiten varias formas para la celebración del matrimonio (civil y varias formas religiosas) competentes para su celebración (autoridades civiles y/o ministros religiosos). La familia, (matrimonial o no matrimonial), es merecedora de la protección social, económica y jurídica y los hijos son iguales ante la ley, con independencia de su filiación (art. 39.1 y 2 CE). Las uniones de hecho son legalmente admitidas y el matrimonio entre personas del mismo sexo está reconocido en nuestro sistema (art. 44 CC añadido por Ley 13/2005, de 1 de julio). Este reconocimiento tiene su reflejo en la dimensión del DIPr y, en concreto, en los problemas de aplicación del derecho extranjero, pues una ley extranjera que no admita el matrimonio entre personas del mismo sexo deberá rechazarse si su aplicación vulnera el orden público internacional español. 2. Contexto migratorio y surgimiento de nuevos modelos de familias El aumento de la migración familiar trae como resultado la convivencia de "nuevos" modelos de familia, en ocasiones ajenos al tradicional modelo occidental. Los ejemplos más notables proceden del derecho islámico donde instituciones la poligamia, la dote, la kafala, o el repudio hacen acto de presencia en la práctica española cuando, debido a la conexión de la ley personal, ha de aplicarse este derecho a la capacidad y al consentimiento matrimonial. Reflejo en: Verificación de la capacidad y al consentimiento para la inscripción del matrimonio islámico, celebrado dentro o fuera de España Aplicación del derecho extranjero (no cuando la ley contravenga el orden público internacional español 12.3 CC). En este mismo orden incide el fenómeno conocido como internacionalización de la familia. Para un enfoque ius internacional privatista, significa la constatación de que hoy en día son más numerosas y frecuentes las familias mixtas (sus miembros no tienen la misma nacionalidad, hijos tienen doble nacionalidad) y transnaccionales con alta movilidad transfronteriza (no residen en el país de su nacionalidad y, en ocasiones, tampoco conviven en el mismo país). Todo esto puede propiciar los matrimonios de complacencia para eludir las normas de extranjería y las de nacionalidad. El control de estos matrimonios (verificación del consentimiento) se lleva a cabo: en el expediente matrimonial previo a la inscripción registral en el expediente consular, previo a la expedición del visado por reagrupación familiar. La consecuencia de la simulación del matrimonio será la no inscripción y la no obtención del visado o la no renovación de la residencia. VAGONSU 28 3. Contexto europeo y libre circulación de personas El R. 1215/2012 excluye de su ámbito de aplicación, el estado civil y el derecho de familia. En cuanto a la ley aplicable a la celebración del matrimonio, la UE carece de competencias para su regulación. Las normas relativas a la celebración del matrimonio (capacidad, consentimiento y forma) forman parte del estado civil y de acudirse a las normas españolas de DIPr. En relación a otras cuestiones del derecho de familia, el legislador europeo ha llevado a cabo un intenso proceso unificador, aunque fraccionado. Los textos más relevantes son: (1) la materia efectos del matrimonio - régimen económico se regula en el R. 2016/1103 J2 14 ”Ley aplicable a los efectos del matrimonio” (2) la materia crisis matrimoniales - divorcio, separación y nulidad, dos normas: a. el R. 2201/2003: derecho procesal civil internacional (CJI y reconocimiento y ejecución de decisiones extranjeras) b. el R. 1259/2010: ley aplicable al divorcio y a la separación (3) la materia responsabilidad parental: R. 2201/2003 en lo relativo a la CJI y al reconocimiento de decisiones extranjeras (4) la materia obligación de alimentos: R. 4/2009 (5) la materia sucesiones internacionales: R. 650/2012 La validez de un matrimonio celebrado en un Estado miembro puede plantearse en otro Estado miembro respecto del derecho del cónyuge a residir en ese otro Estado miembro. Está directamente relacionado con el derecho de residencia derivado de la libertad de circulación del ciudadano de la Unión y de sus familiares. La cuestión es conocer si puede cuestionarse la validez del matrimonio o concepto de cónyuge sobre la base de que en el derecho nacional del Estado miembro donde se pretende obtener la residencia no se reconoce tal relación familiar. Aunque esta vertiente de análisis suele realizarse en clave de extranjería-libre circulación de personas (Directiva 2004/38) y la validez del matrimonio sea una materia de competencia exclusiva de los Estados miembros, la negativa de un Estado miembro a reconocer efectos a la relación familiar subyacente, a los únicos efectos de conceder un derecho de residencia, sería contraria al Derecho de la Unión (STJUE de 05/06/2018, asunto C-673/16, Coman). III. CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO Antes de la CE, dos tipos: españoles católicos: el matrimonio celebrado según las normas del Derecho canónico se inscribía directamente en el RC, prohibición del matrimonio civil. españoles no católicos (previa prueba de su acatolicidad), matrimonio civil. VAGONSU 29 La Ley 30/1981 modificó el modelo incorporando un único matrimonio con varias formas, en función de dos variables: (1) el carácter civil de la autoridad ante la que se manifiesta el consentimiento; (2) y el lugar de prestación de este: a. en España, según la ley personal de cada contrayente y en las formas previstas en el CC. b. en el extranjero, ante autoridad competente según la ley del lugar de celebración. Este es el modelo vigente, teniendo en cuenta la nueva redacción dada por la Ley 15/2015 a los artículos 49 y 50 CC relativos a la forma del matrimonio y art. 51 CC relativo a la autoridad competente para verificar los requisitos de capacidad y dispensa, y para celebrar el matrimonio. En el DIPr español encontramos solución respecto de las autoridades competentes para verificar el consentimiento y celebrar el enlace, pero no para la determinación de la ley aplicable a la capacidad y al consentimiento matrimonial. Tomando en cuenta lo anterior el examen de las soluciones lo estructuramos en torno a tres vertientes: 1) la ley aplicable a la capacidad y al consentimiento (cuestión que afecta al fondo, art. 9.1 CC); 2) la validez formal de la prestación del consentimiento y tipología de supuestos (cuestión que afecta a la forma, arts. 49 y 50 CC); 3) el régimen jurídico de la inscripción registral del matrimonio (cuestión que afecta al título inscribible y a la legalidad registral). 1. Ley aplicable a la capacidad para contraer matrimonio En el DIPr español no existe norma de conflicto que regule de modo específico la ley aplicable a la capacidad matrimonial, dicha capacidad se rige por el art. 9.1 CC = la ley nacional de cada contrayente en el momento de la celebración del matrimonio. La jurisprudencia del Tribunal Supremo y la doctrina de la DRGN confirman reiteradamente esta solución. En la práctica, varias preguntas pueden plantearse en relación a la ley aplicable a la capacidad nupcial: 1) ¿Cuál es el ámbito de la ley rectora? ¿A qué cuestiones se aplica la ley nacional? El ámbito de la ley rectora abarca: Los impedimentos para contraer matrimonio (clases): pueden ser unilaterales, cuando afectan solo a uno solo de los contrayentes (rige su ley nacional) o bilaterales, afectan a ambos. Cabe una aplicación distributiva de sus respectivas leyes nacionales o aplicar la ley nacional del contrayente que establezca un régimen más estricto. Dispensas a los impedimentos (autoridad competente y ley aplicable). Según el Convenio de la CIEC hecho en París de 10 de septiembre de 1964, tendente a facilitar la celebración de matrimonios en el extranjero, las autoridades del país de celebración podrán, en los casos y bajo las condiciones previstas VAGONSU 30 por la ley personal del futuro cónyuge, conceder a éste dispensa de los impedimentos matrimoniales establecidos por tal ley (art. 1). Estas autoridades serán las que, en virtud de la legislación interna, tuvieren competencia para conceder las mismas dispensas a sus nacionales (art. 2). Aplicable solo entre Estados parte: Alemania, Bélgica, España, Francia, Grecia, Países Bajos y Turquía. Ejemplos: (1) matrimonio en España de una mujer marroquí mayor de 14 años y menor de 18 años que cuenta con autorización paterna de acuerdo con su ley personal. Tendrá capacidad nupcial pues el derecho marroquí así lo prevé al ser su ley personal; (2) nacional belga con residencia en España desea obtener dispensa para contraer matrimonio dado que, de acuerdo con su ley personal, tiene un impedimento matrimonial dispensable. Como Bélgica y España son Estados parte del Convenio CIEC de 1964, debe acudir a la autoridad española competente para celebrar el matrimonio en España; esta será la que pueda dispensarle el impedimento. Aplicará la ley personal del sujeto (ley belga) por imperativo del art. 9.1 CC. 2) ¿Cuándo no se aplica la ley nacional a la capacidad nupcial? Por la acción del orden público internacional. Por ejemplo, se descartará una ley extranjera que prohíba el matrimonio por razones religiosas; o que pudieran permitir el matrimonio entre hermanos o entre niños o que admitan matrimonio concertados o matrimonio sin consentimiento matrimonial. Otras situaciones de orden público: (1) Impedimento de ligamen y matrimonio poligámico. El orden público internacional español intervendrá si el matrimonio poligámico se pretende celebrar en España impidiendo la aplicación de leyes extranjeras que lo permitan (se aplicará a la capacidad nupcial la ley española). Sin embargo, si el matrimonio poligámico se ha celebrado país extranjero nos encontramos en el plano del reconocimiento de efectos, no en el de ley aplicable. Y, por consiguiente, habrá de estarse al caso concreto para saber si el orden público constitucional queda o no vulnerado por la existencia de un matrimonio poligámico. Ejemplos.- Caben varios escenarios cuando se pretenda hacer valer los efectos de estos matrimonios en nuestro país. Por ejemplo: a) obtener la nacionalidad española y el solicitante es un varón de estatuto poligámico: la poligamia impedirá la concesión de la nacionalidad por la falta de integración en la sociedad; b) inscribir en el RC español el matrimonio poligámico celebrado en el extranjero: no procederá inscribir ni el primero ni el segundo matrimonio, en España en nulo. Se puede admitir la inscripción registral cuando el demandante no tuviera otra opción que aceptar el matrimonio legal celebrado bajo la ley islámica, pero no tenía intención de ejercer la poligamia; c) reagrupar en España a cualquiera de las esposas: aunque a norma es permisiva (art. 17 LOEx), lo cierto es que una interpretación constitucional debería contemplar otros ángulos del problema (por e¡. situación de la segunda o sucesivas esposas y de los hijos); d) reconocimiento de derechos sucesorios a la segunda y/o sucesivas esposas: su admisión no vulnera el orden público internacional; e) obtener una pensión de viudedad por parte de las distintas esposas: la normativa sobre Seguridad Social aplicable en España reconoce el reparto de la pensión entre las esposas supérstites casadas con arreglo a la ley nacional; también han detenerse en cuenta los convenios internacionales bilaterales en materia de Seguridad Social (por ej., el Convenio hispano-marroqui de 8/11/1997) que pueden establecer soluciones específicas; en ausencia de convenio, las soluciones jurisprudenciales varían desde las que sostienen tesis contrarias al reparto de la pensión entre las viudas hasta las que sostienen bien un reparto proporcional entre estas o bien un reparto igualitario (aplica convenio con Marruecos); VAGONSU 31 f) obtener alimentos o una pensión compensatoria: interviene el orden público atenuado para que la segunda o ulterior esposas pueda percibir alimentos o pensión compensatoria tras el divorcio (la cuantía se determinada en conformidad con los dispuesto en el Protocolo de La Haya de 2007). (2) Capacidad nupcial y matrimonio entre personas del mismo sexo o cuando el contrayente ha obtenido cambio legal de sexo. La Ley 13/2005, de 1 de julio por la que por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio dio una nueva redacción al art. 44 CC y estableció que: "El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio conforme a las disposiciones de este Código"; y "El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo". Desde la perspectiva del DIPr, ha de tenerse en cuenta la Res. Circular DGRN de 29 de julio de 2005 que viene a establecer la competencia de la autoridad española para la celebración de estos matrimonios con independencia del sexo de los contrayentes y de su nacionalidad. La posición de la DGRN es clara, deberá rechazarse en España la aplicación de toda ley extranjera que no admita el matrimonio entre personas del mismo sexo y sustitutivamente deberá aplicarse el derecho sustantivo español. Por lo que hace a la eficacia en España de matrimonios entre personas del mismo celebrados en el extranjero entre español y extranjero, todos estos matrimonios serán validos si se aplica la ley española (el Centro Directivo enumera los supuestos en que se aplicara la ley española). También alude al orden público afirmando que es contrario a nuestro orden público la ley extranjera que no admita los matrimonios entre personas del mismo sexo. Fundamenta esta contrariedad en los valores constitucionales de nuestro ordenamiento jurídico y en la jurisprudencia del Tribunal de Estrasburgo (el artículo 12 CEDH no puede imponer a ningún Estado la obligación de abrir el matrimonio a las parejas homosexuales, pero tampoco se puede extraer de su dicción literal la imposibilidad de regular el matrimonio entre personas del mismo sexo). La doctrina española ha criticado la línea argumental de la Res. Circular DGRN acerca de la existencia en nuestro sistema una laguna que habría de colmarse con la intervención del orden público internacional para aplicar la ley española. En general la doctrina de los autores intenta demostrar que tal laguna no existía en nuestro sistema de DIPr y que la misma solución podría alcanzarse (aplicar la ley española) sin necesidad de reprobar, mediante el expediente del orden público internacional, la ley extranjera contraria a los matrimonios entre personas del mismo sexo (p. e¡., recurriendo a la ley española como la ley de la autoridad interviniente, lex loci celebrationis). Perspectiva de la libre circulación de personas. La respuesta de las autoridades rumanas fue que al Sr. Hamilton únicamente le correspondía un derecho a residir durante tres meses debido a que en Rumania no podía ser considerado cónyuge de un ciudadano UE porque en dicho Estado miembro no se reconocen los matrimonios entre personas del mismo sexo. El Tribunal de Justicia falló que es contrario al art. 21 TFUE el no reconocimiento en un Estado miembro de un matrimonio entre personas del mismo sexo, válidamente celebrado en otro Estado miembro por un ciudadano UE que se desplaza y reside de forma efectiva en otro Estado miembro del que no es nacional y regresa a su país acompañado de su cónyuge, que es nacional de un tercer país. El art. 21 TFUE puede invocarse a favor del reconocimiento mutuo de determinados efectos de los matrimonios entre personas del mismo sexo: principalmente, el derecho de residencia en otro Estado miembro. La misma respuesta merece el supuesto de matrimonio en España de una persona que hubiere obtenido el cambio legal de sexo, aunque su ley personal no lo reconozca. No cabría alegar falta de capacidad nupcial, en este sentido no importa que su ley nacional no le reconozca capacidad matrimonial, la aplicación de esa ley, en España, será contraria a nuestro orden público internacional y deberá ser descartada a favor de la ley española que sí permite el matrimonio entre personas del mismo sexo o entre personas que han cambiado de sexo. 3) Capacidad nupcial del cónyuge divorciado, ¿qué ley se aplica? Desde una perspectiva práctica, pueden darse varios escenarios: VAGONSU 32 a) español divorciado en el extranjero: debe obtenerse el reconocimiento de la sentencia dictada por la autoridad extranjera e inscribirse en el RC español. La capacidad nupcial "se recupera" desde el momento en que se dictó la sentencia extranjera de divorcio. Puede suceder que este español ya divorciado se case antes de que la sentencia extranjera haya sido reconocida en España, pero ese segundo matrimonio no podrá acceder al Registro civil español en tanto no se inscriba previamente la sentencia extranjera de divorcio. b) extranjero divorciado en España: la sentencia española produce efectos de cosa juzgada en España, el reconocimiento de la misma en el país de origen del extranjero es irrelevante a los ojos del ordenamiento jurídico español. Tendrá en España capacidad nupcial aunque su ley nacional no admita el divorcio o que la sentencia española de divorcio no se reconozca en el país de origen; y, J2 16 Un nacional moldavo obtiene sentencia divorcio dictada por un Tribunal del citado país. ya en España pretende contraer nuevas nupcias con un nacional español ¿es obligatorio obtenga el exequátur de dicha decisión para volver a contraer matrimonio? c) extranjero divorciado en el extranjero: la sentencia extranjera no accede al RC español. Si ese extranjero desease contraer matrimonio en España su capacidad nupcial se regirá por su ley nacional (art. 9.1 CC) bastando con que se aporte, debidamente traducida y legalizada, la sentencia de divorcio extranjera. Una respuesta diferente se plantea respecto del repudio islámico pues, vulneraría el orden público internacional español y no obtendrá reconocimiento en España. Con carácter general, una resolución extranjera en la que conste un repudio unilateral no surtirá efectos en España y, desde esta perspectiva, la mujer repudiada no tendrá capacidad nupcial por impedimento de ligamen. Ahora bien, excepcionalmente, la sentencia de repudio puede producir efectos en, España si es la mujer la que insta el exequatur, pues ello significa que acepta la disolución del matrimonio por repudio o si fue ella misma quien solicitó ser repudiada en el extranjero. 2. Ley aplicable al consentimiento matrimonial De acuerdo con derecho material español, el consentimiento matrimonial es uno de los requisitos fundamentales para que el matrimonio sea válido, no hay matrimonio sin consentimiento matrimonial (art.45.I CC), resultando de su ausencia, la nulidad del matrimonio (art. 73 CC). En el plano convencional, y de modo taxativo, la Convención de Nueva York de 10/12/1962, sobre el consentimiento y la edad para contraer matrimonio lo prohíbe cuando señala que: no podrá contraerse legalmente matrimonio sin el pleno y libre consentimiento de ambos contrayentes, expresado por estos en persona, después de la debida publicidad, ante autoridad competente para formalizar el matrimonio y testigos, de acuerdo con la ley (art. 1.1 ). En el plano del DIPr, no existe una norma de conflicto que regule de modo especifico la ley aplicable al consentimiento matrimonial, pero al afectar al estado civil se aplica el 9.1 CC “el consentimiento matrimonial de cada contrayente debe regirse por su respectiva ley nacional en el momento de la celebración del matrimonio”. La jurisprudencia del Tribunal Supremo y la doctrina de la DRGN confirman reiteradamente esta solución. Algunas preguntas pueden plantearse en relación a la ley aplicable al consentimiento matrimonial: 1) ¿Cuál es el ámbito de la ley rectora? ¿Es decir, a qué cuestiones se aplica la ley nacional? VAGONSU 33 La ley nacional va a regir, respecto de cada contrayente las siguientes cuestiones: si el consentimiento es real o aparente, los vicios del consentimiento, los efectos de los vicios del consentimiento, el plazo para el ejercicio de las acciones y las personas legitimadas para ello. 2) ¿Cuándo no se aplica la ley nacional al consentimiento matrimonial? Por la acción del orden público internacional (art. 12.3 CC). Si el consentimiento está viciado por no prestarse de forma voluntaria y libre se rechaza la inscripción registral, aunque la ley extranjera no sancione el consentimiento viciado como causa de nulidad. Para determinar la nulidad o no del matrimonio concertado es necesario tener en cuenta varios factores. La doctrina de la DGRN tiene en cuenta la nacionalidad española de uno de los contrayentes, cuanto mayor sea la proximidad con el ord. jurídico español tanto más intensa será la acción del orden público internacional español para impedir la aplicación de la ley nacional o la admisión de tales matrimonios. El hecho de que se trate de un "matrimonio arreglado o acordado" no hace del mismo nulo en toda circunstancia. Cabe distinguir: Matrimonio forzado estricto sentido, donde los contrayentes no tienen elección, la prestación del consentimiento no es libre; siendo especialmente condenables los matrimonios infantiles o el matrimonio por castigo (ej., cuando un varón ha cometido un delito o un crimen y el consejo tribal ordena que la familia culpable "pague'' casando a una joven virgen de esa familia con un hombre de la otra familia). Matrimonio acordado u organizado por un tercero y permitido por el o los contrayentes. Este tipo de arreglos persiste hoy en día en países como Japón e India (por el peso de la tradición y entre familias de la realeza); o entre ciertos grupos religiosos (amish en EEUU; judíos ortodoxos en Canadá, EEUU, Israel; y cristianos coptos en Egipto); también en algunos países de tradición islámica (Pakistán, Afganistán). Los contrayentes permiten que sea un tercero quien haga las gestiones para unirlos con propósito matrimonial - un casamentero, un pariente mayor, un tutor, un sacerdote o religioso e, incluso, mediando contrato, una web matrimonial-, y la relación y su desarrollo corresponde a las partes, sin que exista un periodo de tiempo para hacer efectivo el enlace ni una presión sobre el consentimiento. La doctrina de la DGRN tiene una abundante casuística y ejemplos que, basándose en las presunciones que establece en su Instrucción DGRN de 31/01/2006 sobre los matrimonios de complacencia, para apreciar las pautas para delimitar cuándo un matrimonio puede ser entendido como matrimonio de complacencia. Comprobada la ausencia del consentimiento, la consecuencia no puede ser otra que decretar por la autoridad competente que la unión es simulada y no cabe su inscripción registral. La comprobación de la ausencia del consentimiento se lleva a cabo en el expediente matrimonial (previo a la autorización del matrimonio cuando vaya a celebrarse en España o en el momento de la inscripción del matrimonio celebrado en el extranjero). En la práctica registral, la autoridad competente decreta la no inscripción porque el matrimonio "es nulo"; declaración criticable ya que la nulidad matrimonial solo puede ser decretada por órgano jurisdiccional previo proceso especial (juicio verbal) siendo preceptiva la intervención del Ministerio Fiscal (arts._748-749 y 771. LEC. Si se tratase de una nulidad matrimonial decretada por tribunal eclesiástico, para la eficacia civil en España habrá de estarse a lo dispuesto en el art. 778 LEC. Redacción dada por Ley 15/2015). La falsedad en la prestación del consentimiento matrimonial no es un ilícito penal. 3. Ley aplicable a la forma de celebración del matrimonio VAGONSU 34 La celebración del matrimonio se configura como un acto solemne en el que el consentimiento ha de adecuarse a unas determinadas formas y en el que ha de estar presente una autoridad. A los fines del DIPr la relación entre la autoridad que interviene en el acto de celebración y la forma legalmente prevista para el mismo es muy estrecha, "cuando una norma designa la autoridad competente, está designando la ley aplicable a la forma, ya que esta será la del ordenamiento que ha otorgado tal poder a la autoridad designada, e igual ocurre, al contrario, la designación de la ley aplicable a la forma indica simultáneamente la autoridad competente para celebrar el matrimonio. Los artículos 49 y 50 CC establecen la validez formal en atención a que el lugar de prestación del consentimiento lo sea en España o en el extranjero. El esquema de soluciones es el siguiente: A. Matrimonio celebrado en España entre españoles o por español con extranjero "Cualquier español podrá contraer matrimonio dentro o fuera de España: 1º En la forma regulada en este Código. 2º En la forma religiosa legalmente prevista" (art. 49 CC). La referencia a la forma regulada por este Código apunta al matrimonio en forma civil y nos remite a lo dispuesto en el artículo 51 (autoridad competente para autorizar el matrimonio) en relación con el artículo 73.3 (nulidad del matrimonio cualquiera que sea la forma si no se celebra ante la autoridad competente o sin la presencia de testigos). Son autoridades españolas competentes para celebrar el matrimonio en España (art. 51 CC): 1º El Juez de Paz o alcalde del municipio donde se celebre el matrimonio o concejal en quien éste delegue. 2º El secretario judicial o Notario libremente elegido por ambos contrayentes que sea competente en el lugar de celebración. La referencia a la forma religiosa legalmente prevista en España apunta a la eficacia civil de los matrimonios religiosos en España. El vigente artículo 60.1 CC reconoce efectos civiles a los siguientes matrimonios "en forma religiosa": Los celebrados según las normas del Derecho canónico y a los realizados en cualquiera de las otras formas religiosas previstas en los acuerdos de cooperación entre el Estado y las confesiones religiosas. Asimismo, produce efectos civiles el matrimonio celebrado en la forma religiosa prevista por las iglesias, confesiones comunidades religiosas o federaciones de estas que, inscritas en el Registro de Entidades Religiosas, hayan obtenido el reconocimiento de notorio arraigo en España (art. 60.2 CC). Los acuerdos de cooperación son con: la Santa Sede (Acuerdo de 3/01/1979); la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ley 24/1992); la Federación de Comunidades Israelitas de España (Ley 25/1992); y, la Comisión Islámica de España (Ley 26/1992). En cuanto al notorio arraigo de las confesiones religiosas en España, mientras que el RD. 593/2015 regula la declaración de notorio arraigo, la Orden IUS/577/2016 dicta las normas reguladoras del modo de inscribir, en el Registro Civil, los matrimonios celebrados en forma religiosa. Asimismo, aprueba, para los matrimonios que se celebren con posterioridad a la entrada en vigor de la Ley 15/2015, los modelos de certificado de capacidad matrimonial y de certificación de la celebración del matrimonio. Tienen notorio arraigo en España, por ejemplo, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Iglesia de los Testigos de Jehová, la Federación de Comunidades Budistas de España y la Iglesia Ortodoxa. VAGONSU 35 B. Matrimonio celebrado en España por dos extranjeros J2 16 “Hans y Edith nacionales alemanes contraen matrimonio en España. ¿En qué caso sería válido ese matrimonio conforme al ordenamiento jurídico español? Razone jurídicamente citando la norma o instrumento jurídico aplicable” J2 19 “Formas de celebración de un matrimonio para que sea válido desde la perspectiva del ordenamiento español entre dos nacionales indios con residencia habitual en Málaga que desea encontrarlo en esta ciudad”. Si ambos contrayentes son extranjeros, podrá celebrarse el matrimonio en España con arreglo a la forma prescrita para los españoles o cumpliendo la establecida por la ley personal de cualquiera de ellos (art. 50 CC). Los contrayentes extranjeros pueden elegir, en España, la ley aplicable a la forma de celebración de su matrimonio, en la forma prescrita para los españoles en el Código civil (civil o religiosa) bien la forma legalmente prevista en la ley nacional de cualquiera de ellos. Si la ley personal de cualquiera de ellos lo permite, podrán celebrarlo ante funcionario diplomático o consular extranjero, siempre que: a) la ley extranjera admita la validez de dicho matrimonio consular; b) ninguno de los contrayentes sea español en el momento de la celebración, c) que el funcionario diplomático o consular esté acreditado en España; d) se respeten las exigencias formales que indique el derecho extranjero. También podrán celebrarlo en las formas religiosas previstas en la ley nacional de cualquiera de ellos (ambos extranjeros), aunque dicha forma no esté prevista en la ley española. C. Matrimonio celebrado en el extranjero entre españoles o por español y extranjero S14 “Formas de celebración del matrimonio contraído por españoles o por español y extranjero fuera de España” SR 15 “Formas admitidas de celebración del matrimonio entre españoles y de extranjeros en el extranjero”. J17 “Juan y clara, españoles con residencia en Cádiz celebran su matrimonio en Las Vegas. A la luz del ordenamiento jurídico español ¿es válido ese matrimonio? ¿por qué? J18 “Determine desde la perspectiva del ordenamiento jurídico español la validez formal y material de un matrimonio entre un español y una italiana que contraen matrimonio en la India. Fundamente jurídicamente su respuesta”. J2 18 “Determina las formas de celebración del matrimonio dos españoles en el extranjero”. J19 “Determine la validez de un matrimonio desde la perspectiva del ordenamiento español contraído entre nacional español y un nacional francés en Suiza” Cualquier español podrá contraer matrimonio dentro o fuera de España: 1 ° ( ... ). 2: ( ... ). También podrá contraer matrimonio fuera de España con arreglo a la forma establecida por la ley del lugar de celebración (art. 49 II CC). VAGONSU 36 En el extranjero, cualquier español puede contraer matrimonio de acuerdo con las formas previstas en el derecho español o elegir celebrar su matrimonio ante las autoridades del país de que se trate y de conformidad con las formas previstas en el ordenamiento jurídico concernido (lex loci celebrationis). Dos consideraciones pueden plantearse en la inscripción registral y que tienen que ver con la lex loci celebrationis: a) Puede suceder que la autoridad española haya de certificar la capacidad matrimonial del cónyuge español cuando lo exija la ley de la autoridad extranjera interviniente (es decir, la lex loci celebrationis). Se estará a lo dispuesto en el Convenio de Múnich de 1980 relativo a la expedición de certificados de capacidad. Las autoridades españolas competentes para expedir este certificado son: El Letrado de la Administración de Justicia, Notario, Encargado del Registro Civil o funcionario consular o diplomático del lugar del domicilio de cualquiera de los contrayentes. b) También ha de comprobar (la autoridad española) que la forma de celebración del matrimonio concernido tiene efectos en el país de su celebración. Esto se verifica en el momento de la inscripción. La mayoría de los matrimonios celebrados por españoles o por español y extranjero en el extranjero siguen la forma civil del lugar de celebración: si la lex loci admite efectos a ese matrimonio será formalmente válido en España. La DGRN ha declarado, por ejemplo, la validez del matrimonio de español e italiana celebrado en Las Vegas, Nevada; del celebrado por poderes en Uruguay entre español y uruguaya; o del contraído por español en país extranjero ante el Cónsul de un tercer país, valido según la ley del país de celebración del matrimonio. D. Matrimonio consular Al hablar de matrimonio consular podemos distinguir tres supuestos, con requisitos de validez formal distintos: 1) El celebrado ante Cónsul español acreditado en el país de celebración (que es una forma admitida por el derecho español al otorgar a los cónsules españoles acreditados en el extranjero competencia para autorizar el acto, art. 51 CC). Para la validez se exige que: a) las leyes y reglamentos del Estado receptor no se opongan a ello (Convenio de Viena de 1963); b) al menos uno de los contrayentes esté domiciliado en la demarcación consular correspondiente (art. 51.3 y 57 CC); c) al menos uno de los contrayentes tenga nacionalidad española (art. 15 LRC, 1957 y Convenio de Paris de 1967 sobre funciones consulares); y d) el Estado receptor permita que éste, en el ejercicio de sus funciones, autorice la celebración de matrimonio consular en su territorio, si uno de los contrayentes es nacional del Estado receptor. 2) Para la validez del celebrado ante cónsul extranjero en un tercer país, es una cuestión que se rige por la lex loci celebrationis siendo preciso que en el Estado donde se celebre no se prohíba el matrimonio consular (Convenio de Viena de 1963). En este sentido, varias resoluciones RDGRN: válido un matrimonio contraído por español en el extranjero ante el Cónsul del país de la esposa; es formalmente válido el matrimonio celebrado por un español y una cubana en Alemania ante el Cónsul de Cuba en ese país, pues se trata de una forma admisible en Alemania. VAGONSU 37 SR 17 “Un matrimonio de nacionalidad española y marroquí con más residentes en Ceuta coma se han casado en el consulado de Marruecos en Algeciras: ¿es un matrimonio formalmente válido para el derecho español? ¿podrá ser inscrito en el Registro Civil correspondiente? Fundamente la respuesta”. SR 19 3) Para la validez del celebrado en España ante Cónsul extranjero (supuesto vinculado a la ley personal de los contrayentes), ha de tener en cuenta que: a) la legislación del Cónsul extranjero acreditado en España a de reconocerle autoridad para celebrar matrimonio (Convenio de Viena de 1963, instrucción DGRN de 06/02/1995); y b) ninguno de los contrayentes puede ostentar la nacionalidad española en el momento de la celebración (dado que no es una forma admitida para españoles). La doctrina de la DGRN es contundente en sus argumentos pues "es evidente que su matrimonio no se ha contraído en el extranjero, sino en España, porque las Embajadas y Consulados extranjeros en España forman parte del territorio nacional". E. Matrimonio entre extranjeros celebrado en el extranjero (laguna legal) y matrimonios sin forma Como el DIPr español no contempla esta situación procede integrar la laguna legal bien por la vía del artículo 11 CC (ley aplicable a la forma de los actos) o bien mediante la aplicación analógica del artículo 50 CC. La doctrina es unánime en cuanto a la solución por aplicación analógica del artículo 50 CC. Su validez puede suscitarse ante un juez español como una cuestión previa a la causa principal o bien porque deba inscribirse cuando alguno de los contrayentes haya adquirido la nacionalidad española. Una cuestión diferente se plantea ante los llamados matrimonios sin forma. Ciertos sistemas jurídicos anglosajones admiten los matrimonios “consensuales” o "informales". Se trata de aquellas uniones establecidas sin intervención de una autoridad en virtud de una posesión de Estado o by habitation and reputation. La doctrina admite, en líneas generales, que será reconocido válido siempre y cuando tales uniones fueran admitidas por la lex loci, ya que no afectaría, en principio, al orden público español. De igual modo, serán considerados válidos si la ley personal de cualquiera de los cónyuges (siendo ambos extranjeros) los permitiera. 4. Régimen jurídico de la inscripción registral del matrimonio Nuestro derecho interno (art. 61.I CC) establece que la inscripción en el Registro civil no es constitutiva (los efectos del matrimonio derivan del hecho de la celebración), pero es preceptiva para que el matrimonio produzca plenos efectos jurídicos, por lo que el pleno reconocimiento de los efectos depende a la inscripción registral, sin que el matrimonio no inscrito pueda perjudicar los derechos adquiridos de buena fe por terceras personas (art. 61. II y III). En los matrimonios internacionales, los tres presupuestos de validez (capacidad nupcial, prestación de consentimiento libre y voluntario y celebración ante autoridad competente) son objeto de control o de verificación cuando el matrimonio deba inscribirse en el Registro civil, tanto si se trata de matrimonio celebrado en España como los celebrados el extranjero ante autoridad competente (civil o religiosa). Para el examen de la inscripción registral nos hacemos dos preguntas: VAGONSU 38 1. ¿Qué matrimonios deben inscribirse en el Registro civil español? En el Registro civil constarán "los hechos y actos inscribibles que afectan a los españoles y los referidos a extranjeros, acaecidos en territorio español. Igualmente, se inscribirán los hechos y actos que hayan tenido lugar fuera de España, cuando las correspondientes inscripciones sean exigidas por el Derecho español". J2 17 Si un ciudadano español y una ciudadana griega residentes en Atenas celebran su matrimonio por el rito ortodoxo en Atenas, ¿podría inscribirse este matrimonio en el Registro Civil consular español en Atenas? Justifique su respuesta. Habrán de inscribirse los siguientes matrimonios: (a) los celebrados en territorio español, no importa cuál sea la nacionalidad de los contrayentes; (b) los celebrados en las embajadas y consulados extranjeros situados en España porque son territorio español a estos efectos; (c) los celebrados en el extranjero siempre que uno de los contrayentes sea español; (d) los celebrados en el extranjero, entre extranjeros, cuando uno de los cónyuges adquiere posteriormente la nacionalidad española (porque el matrimonio es un acto que afecta al estado civil de ese "nuevo español"). no son inscribibles en el Registro civil español: (a) los celebrados en el extranjero entre extranjeros (b) los matrimonios ya disueltos por divorcio en país extranjero o por fallecimiento siempre que sean anteriores a la adquisición de la nacionalidad española del interesado. 2. ¿Cuál es el régimen jurídico de la inscripción? A. Autoridades territorialmente competentes La competencia territorial la dicta el artículo 10 de la Ley 20/2011: la solicitud de inscripción y práctica de esta se podrán efectuar en "cualquiera de las Oficinas Generales del Registro Civil con independencia del lugar en el que se produzcan los hechos o actos inscribibles. Si se producen en el extranjero, la inscripción se solicitará y, en su caso, se practicará en la Oficina Consular de la circunscripción correspondiente. En este último caso, la inscripción también se podrá solicitar y practicar en cualquiera de las Oficinas Generales". (Mientras no entre en vigor se aplica el art. 16.1 LCR). J2 17 Si un ciudadano español y una ciudadana griega residentes en Atenas celebran su matrimonio por el rito ortodoxo en Atenas, ¿podría inscribirse este matrimonio en el Registro Civil consular español en Atenas? Justifique su respuesta. La mayor parte de los matrimonios celebrados en el extranjero por españoles quedarán inscritos en el registro consular correspondiente al lugar de celebración (art. 68.1 RRC). Si la inscripción no puede realizarse en el extranjero por razones excepcionales, o porque el promotor tenga su domicilio en España, la inscripción se llevará a cabo en el Registro Central Civil (art. 68 apartados 1 y 2). VAGONSU 39 Si el matrimonio se celebra ante autoridad civil española (art. 51 CC) esta autoridad extenderá la inscripción o el acta correspondiente inmediatamente después de la celebración, con su firma y la de los contrayentes y testigos. Este es el documento acreditativo de la celebración del matrimonio. Si el matrimonio se celebra en España ante autoridad religiosa, la inscripción se practicará con la simple presentación de la certificación de la iglesia, confesión, comunidad religiosa o federación respectiva. En el acta se expresarán las circunstancias exigidas por la legislación del Registro civil. La Orden JUS/577/2016 ha aprobado el modelo de certificado de capacidad matrimonial y de celebración del matrimonio religioso. Ahora bien, antes de la inscripción, en el caso de las autoridades religiosas admitidas por la legislación española, así como de las admitidas por la ley personal de alguno de los contrayentes extranjeros (art. 50 Ce), es preciso que el Encargado del Registro civil compruebe los requisitos del artículo 56 CC. Esta comprobación se lleva a cabo a la luz de documento o certificado que se presenta para su inscripción (título inscribible). B. Título inscribible Para promover la inscripción del matrimonio se presenta un documento que va a servir de título para acceder al Registro; título cuya eficacia se sujeta al Derecho español. Para su reconocimiento o control de su legalidad, la DGRN ha dictado la Instrucción de 31 de enero de 2006 que complementa lo dispuesto en los artículos 256 y 257 RRC. Si el matrimonio se ha celebrado en el extranjero, la inscripción de este se puede activar o bien presentando la certificación extranjera (donde debe constar la celebración y las declaraciones complementarias); en su defecto, a través del expediente registral (que acreditará la legalidad del matrimonio y la certeza de su celebración (IDGRN de 31/01/2006). a) Inscripciones que no requieren formación de expediente (art. 256.3 RRC). La inscripción de matrimonio procederá siempre que no haya duda sobre la realidad del hecho y su legalidad conforme a la ley española (art. 256.1 RRC). Se inscribirán los matrimonios que consten en cualquiera de estos documentos: 1) Acta levantada por Encargado o funcionario competente para autorizar el matrimonio del que se halle en peligro de muerte. 2) Certificación expedida por la Iglesia o confesión, cuya forma de celebración esté legalmente prevista como suficiente por la Ley española. 3) Certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración. 4) Certificación expedida por funcionario competente, acreditativa del matrimonio celebrado en España por dos extranjeros, cumpliendo la forma establecida por la Ley personal de cualquiera de ellos. El título para practicar la inscripción será, en todos estos casos, el documento expresado y las declaraciones complementarias oportunas (art. 256.3). La interpretación de este párrafo 3° ha de hacerse tomando en cuenta otros preceptos de la legislación registral. Así: ha de ser un documento auténtico (art. 81 RRC); si se trata de certificación expedida por autoridad extranjera, también debe acompañarse el certificado de capacidad matrimonial extendido por la autoridad española cuando el matrimonio se haya celebrado ante autoridad extranjera y la legislación de ese país lo exija (art. 252 RRC en relación con art. 65.2 CC); ha de ser un título válido; es válida la certificación expedida por la autoridad competente interviniente en la celebración y, también, la certificación registral extranjera; y, han de acompañarse debidamente certificadas las declaraciones complementarias. VAGONSU 40 Se refieren al resultado de la audiencia reservada de los contrayentes (art. 246 RRC e Instrucción OGRN 31/01/2006); certificaciones que han debido controlar que el consentimiento ha sido prestado libremente y que no se trata de matrimonio de complacencia. En todo caso, en las consideraciones de un eventual matrimonio de conveniencia "debe primar la presunción de consentimiento conforme al principio general de presunción de buena fe" (SAP Barna, de 08/02/2018) y "el Encargado del Registro civil debe tener certeza moral plena de hallarse en presencia de un matrimonio simulado (SAP Madrid, de 03/04/ 2018). b) Inscripciones que requieren formación de expediente (art. 257 RRC). Si el título documental o certificación que se adjunta no es suficiente para acreditar la validez formal de la celebración, así como la ausencia de vicios en el consentimiento o la inexistencia de impedimentos, se requiere la formación de un expediente. Así lo prescribe el citado artículo 257 RRC: "En cualquier otro supuesto el matrimonio sólo puede inscribirse en virtud de expediente, en el que se acreditará debidamente la celebración en forma del matrimonio y la inexistencia de impedimentos". Este precepto prevé la práctica de un expediente " supletorio" en los casos en que "hay duda sobre la realidad del hecho o su legalidad". En todo caso, el expediente previo se requiere siempre en los matrimonios celebrados en la forma evangélica, hebraica e islámica (así se indican sus respectivos acuerdos). El Encargado del Registro civil comprobará: a) la celebración en forma (fecha, lugar, hora, identidad de los contrayentes mediante la documental pertinente); b) la inexistencia de impedimentos, procediendo a llevar a cabo las audiencias reservadas (esto es, las declaraciones complementarias oportunas). La similitud de este control (art. 257) con el control que se lleva a cabo para autorizar la celebración del matrimonio civil en España (régimen general) provoca que en un excesivo celo en la prevención del fraude (simulación del matrimonio o matrimonios de conveniencia) nuestras autoridades registrales abren o formalizan "un nuevo expediente" incluso si el matrimonio celebrado en el extranjero viene debidamente certificado por la autoridad competente. IV. PAREJAS DE HECHO Y UNIONES REGISTRADAS EN EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO ESPAÑOL Los artículos 32 y 39 de la Constitución española obligan al Estado a la protección de la familia y consagra el derecho a contraer matrimonio, respectivamente. Según el TC, matrimonio y convivencia matrimonial no son realidades equivalentes. En cuanto a los efectos jurídicos, se les reconoce, por ejemplo, en materia de arrendamientos urbanos. Al ser situaciones distintas su regulación exigiría, llegado el caso, soluciones también distintas. Sin embargo, algunos de los problemas que se suscitan en el matrimonio se reproducen de modo muy parecido en las uniones de hecho; en particular en el momento de la ruptura de la pareja bien por fallecimiento bien por separación. El TS ha aplicado normas relativas a instituciones del Derecho civil para solucionar problemas que se han planteado en parejas de hecho (por ejemplo, ha acudido al enriquecimiento injusto para evitar los efectos perjudiciales que tendría para una de las partes una disolución de la unión no matrimonial sin tomar en cuenta la situación patrimonial). VAGONSU 41 En el DIPr español de fuente interna no existe una norma de conflicto específica que proporcione respuesta a los problemas de tráfico jurídico externo de las parejas no casadas. La regulación civil y/o administrativa de las parejas de hecho ha tomado asiento en la legislación de prácticamente todas CCAA. Mientras algunas legislaciones autonómicas definen la pareja de hecho, establecen las obligaciones personales y patrimoniales derivadas de la unión y señalan los requisitos de constitución y registro administrativo (Andalucía, Asturias, Islas Canarias, Cantabria, Extremadura y la Comunidad de Madrid) otras solo regulan los aspectos de constitución y registrales (La Rioja, Castilla-León y Castilla-La Mancha). Todos los territorios de derecho civil propio tienen su ley de parejas no casadas. La coexistencia de estas leyes autonómicas de parejas de hecho y de los distintos modelos de familia no está resuelta, se hace preciso una normativa de Derecho internacional privado e interregional que atienda el fenómeno y clarifique las respuestas. Algunos países de nuestro entorno han establecido una normativa específica respecto de las parejas no casadas, tomando como factores de vinculación la nacionalidad de uno de los miembros y/o la residencia en el Estado donde se pretende registrar la pareja, al abordar la ley aplicable a su constitución. En cuanto a los efectos jurídicos de esta realidad familiar, la Administración española les reconoce algunos efectos como "situaciones de convivencia básica". Pero no existe un estatuto unitario que obligue a las partes en sus relaciones de derecho civil entre ellas o frente a terceros. En relación a los efectos patrimoniales, la ley aplicable es la señalada en las normas del Reglamento 2016/1104/UE. 1. Problemas de calificación Es complicado definir unión registrada en los supuestos de tráfico jurídico externo, ya que existen definiciones de leyes autonómicas y una definición propia en el ámbito de materias cubiertas por el Reglamento 2016/1104/UE, de 24 de junio (aplicable desde el 19 de enero de 2019) sobre cooperación reforzada en el ámbito de la competencia, la ley aplicable, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones en materia de efectos patrimoniales de las uniones registradas. Art. 3 "régimen de vida en común de dos personas regulado por ley, cuyo registro es obligatorio conforme a dicha ley y que cumple las formalidades jurídicas exigidas por dicha ley para su creación". Se excluye de su ámbito de aplicación la existencia, la validez o el reconocimiento de la unión registrada, cuestiones sujetas al derecho nacional de los Estados miembros, incluidas sus normas de Derecho internacional privado. En el ámbito convencional, España es parte del Convenio de la CIEC sobre reconocimiento de parejas registradas, hecho en Múnich el 5 de septiembre de 2007, que define la "unión de hecho inscrita como un compromiso de vida en común entre dos personas del mismo sexo o de sexo diferentes, que dé lugar a una inscripción registral efectuada ante una autoridad pública, con excepción del matrimonio". En la declaración española al artículo 16.2 se remite a las establecidas en cada CCAA para acreditar el registro de la unión y certificarla. El Convenio, sin embargo, no está en vigor. Ha sido firmado por España y Portugal. Para su entrada en vigor se requiere la firma de dos Estados y que transcurran cuatro meses desde el depósito del segundo instrumento de ratificación o aceptación (no consta la fecha de Portugal). 2. Ley aplicable a la constitución de las uniones registradas y ley aplicable a las uniones de hecho ''puras": laguna legal y posibles soluciones La doctrina internacional privatista española no es unánime en torno a las posibles soluciones conflictuales para las parejas de hecho o uniones registradas. La tesis mayoritaria parte de la premisa de que estamos ante un modelo de familia y en ausencia de norma específica, debería aplicarse el artículo 9.1 CC por ser el precepto que determina la ley aplicable VAGONSU 42 a "los derechos y deberes de familia". Se descarta aplicar las normas relacionadas con el matrimonio o con los contratos. Otra propuesta mayoritaria aboga por sujetar la ley aplicable de la unión registrada al derecho del país de su constitución o registro. La ley así designada regiría la existencia de la pareja, las relaciones personales y la disolución de la pareja. Esta solución es seguida, por ejemplo, en Alemania, Finlandia o Bélgica. Si la pareja no estuviera registrada o inscrita, se aplicaría lo dispuesto en el artículo 9.1 CC. Otra perspectiva de solución enfoca la respuesta como una situación en la que existe el problema de la "cuestión previa". Para su solución, se razona del modo siguiente: El R. 2016/1104 no resuelve la ley aplicable o ley rectora de la existencia y/o validez de la unión registrada. Esta respuesta la deja a las legislaciones nacionales de los Estados miembros. En España, carecemos de solución normativa expresa. Para conocer qué ley rige la constitución o la existencia de una unión registrada o de una pareja de hecho debemos tener en cuenta varios factores: a. Esta cuestión puede plantearse a título principal o a título incidental. Ej. se niega la pensión de viudedad a la pareja de hecho del causante. Ambos tienen nacionalidad uruguaya y residencia en España. Para la norma material española en materia de seguridad social (LGSS aplicable en su momento) para el reconocimiento de la pensión a parejas no registradas se debe acreditar haber otorgado un documento público de convivencia (no es el caso). La demandante, en el recurso, argumenta la aplicación de la ley uruguaya (ley de su nacionalidad -art. 9.1 CC) "que admite la existencia de la pareja o unión si se acredita cinco años de convivencia". De este modo se posibilitaría el cobro de la pensión española. b. No existe un único modelo de pareja de hecho. La solución pasaría por discriminar ante qué unión o pareja estamos: i. Pareja registrada. Si estamos ante una pareja formalizada mediante acto público e inscrita en un registro con intervención de autoridad pública. Se trata de un "nuevo estado civil" creado formalmente y alternativo al matrimonio. Existen por tanto normas sobre su formación y reconocimiento. La cuestión previa se podría resolver mediante el método del reconocimiento. Es la adoptada por el mencionado Convenio de la CIEC de 2007 y, la única que garantizaría la libre circulación de personas en el espacio europeo (art. 21 TFUE y Directiva de libre circulación y de reagrupación familiar). ii. Unión que tiene un reconocimiento legal. Existe una ley que las regula, que puede ser autonómica (interna) o extranjera. La doctrina entiende que cabría acudir al método de reconocimiento de situaciones jurídicas, sin perjuicio de que estas uniones no deben escapar al control conflictual. En ausencia de norma de conflicto expresa, se podría seguir o bien la solución del artículo 9 .1 CC (ley personal=ley de la nacionalidad) o bien optar por la ley de la residencia habitual común. iii. Unión libre "pura" (concubinato=unión de hecho). La doctrina se decanta por seguir o bien la ley de la residencia habitual o bien acudir a la ley que regulara sus efectos (enfoque funcional). Ej. si lo que se pretende es el cobro de alimentos y se planteara a título incidental la existencia de la unión de hecho pura, no acudiríamos al artículo 9.1 CC, sino que acudiríamos para resolver la cuestión previa "a las mismas conexiones que favorecen el reconocimiento de alimentos al acreedor" (Protocolo de La Haya de 2007). VAGONSU 43 A pesar de que el debate no esté cerrado, la unificación de las normas de competencia judicial internacional, de reconocimiento y ejecución y de ley aplicable a los efectos patrimoniales de las uniones registradas mediante el Reglamento 2016/1104/UE es un paso de indudable relevancia en la medida en que ofrece una definición europea de unión registrada y facilita el reconocimiento de sus relaciones patrimoniales en el Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia. Lección 17 Las Relaciones entre cónyuges y de las uniones registradas I. INTRODUCCIÓN Existe una dispersión del régimen jurídico a la que se añade un problema de aplicación temporal. Pese a que el R. 2016/1103 prime sobre el DIPr interno, su aplicación está subordinada al principio de la irretroactividad, es decir, será de aplicación a las "acciones judiciales ejercitadas y documentos públicos formalizados o registrados ... " a partir de 29 de enero de 2019 (cf art. 69). En cuanto a las cuestiones sub iudice (pendiente de resolución judicial) en el momento de su entrada en vigor, la competencia Judicial de los tribunales españoles se habrá fundamentado en el art. 22 quater LOPJ y el derecho aplicable deberá determinarse conforme a las previsiones de los arts. 9.2 y 9.3 CC que no han sido derogados. La regla de la irretroactividad para este problema de sucesión de normas requiere matizaciones: si un matrimonio se contrajo en 1989 y no se hicieron capitulaciones y deciden hacerlas en febrero 2019, obviamente deberá aplicarse el R. 2016/1103. Los arts. 9.2. y 9.3 CC subsisten para los llamados conflictos internos -cuestión relevante en el caso de España donde algunas unidades legislativas tienen mucho regulado en este sector de problemas- pues los Estados participantes no están obligados a aplicar el Reglamento para las situaciones internas (art. 35 R). II. ASPECTOS PROCESALES La fragmentación se manifiesta en los aspectos procesales. El R. 2016/1103 establece normas de competencia judicial internacional por las que se asignará la competencia a una jurisdicción u otra y reglas para el reconocimiento de sentencias y otros documentos públicos extranjeros que han sido dictados o autorizados por las autoridades de los Estados participantes en el R. 2016/1103; pues bien, las normas internas intervienen subsidiariamente para las cuestiones no comprendidas dentro de su ámbito material o espacial. 1. Competencia judicial internacional A. Artículo 22 quarter LOPJ Para los litigios a los que puedan dar lugar las relaciones personales entre los cónyuges ante los órganos judiciales españoles se mantienen las reglas de competencia judicial internacional contenidas en el art. 22 quarter b) LOPJ. Son los mismos foros que los previstos para la separación judicial y el divorcio. Presentan una estructura alternativa (bastará con que se de cualquiera). Se prevé la atribución de la competencia en función de criterios que atienden a la mayor proximidad entre la cuestión litigiosa y el juez español. VAGONSU 44 Esto explica el amplio juego de la residencia habitual: cuando ambos cónyuges poseen la residencia habitual en España al tiempo de la demanda, o hayan tenido su última residencia habitual y uno aún resida aquí, tenga la residencia habitual el demandado; en caso de mutuo acuerdo: o cuando en España resida uno de los cónyuges, o o cuando el demandante lleve al menos un año de residencia habitual, o o el demandante sea español y posea su residencia habitual en España los 6 meses anteriores a la interposición de la demanda, o o cuando ambos cónyuges poseen la nacionalidad española. La atribución por la sola nacionalidad española es residual. B. Reglamento UE 2016/1103 Como todos los reglamentos de la UE en materia de DIPr al unificar y crear normas comunes en relación con la competencia judicial y el derecho aplicable el objetivo es mejorar la previsibilidad de los particulares. a) Ámbito material El R. 2016/1103 se aplica a los regímenes económicos matrimoniales y parte de una concepción amplia, al concebirlo como "el conjunto de normas relativas a las relaciones patrimoniales entre los cónyuges y con terceros, como resultado del matrimonio o de su disolución" (art. 3.1 a). Esto es, todos los aspectos de Derecho civil sobre los regímenes económicos matrimoniales. Bajo esta denominación se incluyen un conjunto de relaciones económicas diversas susceptibles de diferenciarse en función del carácter y origen de las normas que los regulan. Se distingue así: 1º) el régimen económico matrimonial primario, que incluiría la regulación económica básica e imperativa que la ley da al matrimonio (arts. 1318-1324 CC): p. ej., la obligación de contribuir al sostenimiento de las cargas familiares, independientemente del régimen económico, ex art. 1318 CC; o la obligación de recabar el consentimiento del otro cónyuge para los actos de disposición sobre bienes cuando la ley lo exija, ex art. 1322 CC. 2º) el régimen económico propiamente dicho, que comprende el concreto modelo económico que sigue cada matrimonio, o nivel secundario. La variedad de tipos (en el ordenamiento español, gananciales, separación o participación) viene determinada en cada ordenamiento por el sistema de gestión y por el grado de comunicación de cargas y ganancias de los cónyuges. Existen diferencias según que el modelo seguido sea el que establece la ley (obligatoria o subsidiariamente) o el que se crea convencionalmente por los cónyuges (capitulaciones). Aparecen otro tipo de previsiones, dirigidas a regular la realidad económica post matrimonial, los llamados acuerdos prematrimoniales (incluidos en un concepto amplio de capitulaciones matrimoniales, en base al inciso final del art. 1325 CC) Debe destacarse que el R. 2016/1103 no define la noción de matrimonio. La calificación = concepción del derecho del foro (Cdo. 8). Se excluyen materias que cuentan con una regulación autónoma en el DIPr europeo: alimentos entre parientes y sucesiones, además del nombre, sujeto a la ley personal conforme al artículo 9.1 CC. VAGONSU 45 b) Ámbito espacial El R. 2016/1103 procede el ámbito de la cooperación reforzada y no todos los Estados miembros de la UE lo han incorporado1. Los Estados miembros de la UE que no participan = países terceros, cuestión importante a los efectos de dotar de eficacia extraterritorial a las resoluciones judiciales y documentos públicos. c) Autoridades intervinientes En algunos supuestos el régimen económico se examinará en la vía judicial y estará anudado a la separación judicial o al divorcio faltando la voluntad de llegar a un acuerdo; o a las sucesiones (disolución o liquidación del régimen económico por fallecimiento con conflicto por el testamento). En este sector de problemas cabe una amplia intervención de notarios y jueces, así como de los encargados de los registros públicos por las exigencias de publicidad que imponen ciertos ordenamientos (art. 60 LRC 2011). Estos datos explican que el R. 2016/1103 sirva para fundamentar la competencia judicial internacional cuando el régimen económico desemboque en un litigio, así como la intervención de los notarios, conforme al Cdo. 29 "... El término "órgano jurisdiccional" debe entenderse en un sentido amplio ... y ... debe incluir a las autoridades no judiciales ... como los notarios en la mayoría de los estados miembros cuando, como suele ser el caso, no ejercen funciones judiciales". La determinación de su competencia está subordinada al régimen jurídico de la función notarial que para actos no jurisdiccionales se rige con carácter general, a nivel interno, por el principio de libre elección. C. Los distintos foros recogidos en el R. 2016/1103 La estructura de las reglas de competencia en este ámbito se ordena pues en una relación de jerarquía en torno a dos ejes: El primer eje diferencia según que el litigio en materia de régimen económico se vincule: o divorcio o sucesiones o un supuesto desligado de estas acciones El segundo eje llevaría a diferenciar según que las partes hayan pactado o no la jurisdicción por capitulaciones matrimoniales o no. a) Competencia por accesoriedad El principio de autonomía de la voluntad convive con la concentración ante una misma jurisdicción cuando el litigio relativo al régimen económico matrimonial está en el marco de un proceso matrimonial sucesorio. El objetivo de no desligar explica la accesoriedad entre la acción sucesoria y el régimen económico, por lo que el órgano competente en la sucesión conforme las reglas de competencia del R. 650/2012 lo será para la disolución y liquidación del régimen económico (art. 4 del R. 2016/1103). Si la acción pretende obtener la separación judicial o el divorcio, el mismo juez asume la competencia para ambos, disolución y liquidación del régimen económico. Esta accesoriedad requiere: 1) del acuerdo válido de los cónyuges por el que los cónyuges pactan la extensión al foro del divorcio; 1 Estados participantes: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Chipre, Rep. Checa, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Italia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Portugal, Suecia. VAGONSU 46 2) no hay una remisión automática al R.2201/2003 sino que el acuerdo de los cónyuges debe ir referido a algunos de los foros de competencia allí previstos (art. 5 R. 2016/1103). 3) El acuerdo puede venir recogido en las capitulaciones matrimoniales o en un acuerdo autónomo con anterioridad a la interposición de la demanda o bien coincidiendo con esta dado que no se especifica el momento. Los foros de competencia previstos en los artículos 6 y siguientes del R. 2016/1103 se refieren los supuestos: 1º) la cuestión sobre al régimen económico matrimonial se da fuera de una crisis matrimonial; 2º) no haya acuerdo válido entre los cónyuges; 3º) cuando no hay acuerdo formal y materialmente válido (art. 7.2 exigencias formales). Ejemplo: es posible que el proceso de divorcio concluya sin la disolución y liquidación del régimen económico por falta de acuerdo, en ese caso deja de tener sentido el foro por accesoriedad y se seguirán únicamente las reglas que rigen del régimen económico. b) Sumisión expresa El reconocimiento de la libertad de los cónyuges en este ámbito claramente patrimonial tiene otra deriva y es la vinculada con la existencia previa de un pacto o capitulación matrimonial o sumisión expresa, por el que se decida de antemano todos o algunos de los aspectos de la liquidación del régimen económico matrimonial (art. 7). Se trata aquí de primar la correlación entre tribunal competente y derecho aplicable, esto es, que el mismo tribunal que entiende del asunto aplique su propio derecho. Pueden escoger los órganos judiciales del Estado miembro cuya ley sería aplicable, esto es: 1º) bien si eligieron el derecho aplicable, a los tribunales del ordenamiento elegido (por el art. 22); 2º) bien los correspondientes al Estado miembro cuya ley resultara aplicable en defecto de pacto (por el art. 26); 3º) bien a los órganos judiciales correspondientes al Estado miembro de la celebración del matrimonio. La atribución de competencia tendrá alcance exclusivo, o excluyente de la intervención de cualquier jurisdicción nacional. El acuerdo deberá formalizarse por escrito, fechado y firmado por las partes (art. 7.2). c) Sumisión tácita Se admite la sumisión tácita (art. 8) o por comparecencia de uno de los cónyuges, siempre que comparezca el demandado y no lo haga con el solo fin de impugnar la competencia. En este supuesto se descarga al juez la obligación de informar a la parte demandada de las consecuencias de su comparecencia y de su derecho a impugnar la competencia. Aquí se plantea el problema de si la sumisión tácita siendo posterior a un acuerdo expreso anterior, debe prevalecer o no. Nada se dice al respecto. Pero la jurisprudencia del TJUE en relación con las cláusulas de VAGONSU 47 jurisdicción en los contratos ha establecido que la sumisión tácita derogaría a la sumisión expresa anterior. d) Reglas de competencia en defecto de pacto entre los cónyuges (art. 6) y supuestos especiales. 1) Faltando sumisión expresa o tácita, entran en juego otros criterios de atribución de la CJI. A la hora de atribuir la competencia pesa más la vinculación personal de los cónyuges con una determinada jurisdicción que la presencia del patrimonio o bienes. Entran en juego una serie de reglas objetivas y jerarquizadas (art. 6) cuya concreción debe efectuarse en el momento de la interposición de la demanda. Así pueden ser competentes: 1º) los tribunales del país donde tengan los cónyuges su residencia habitual o en su defecto; 2º) donde hayan tenido su última residencia habitual y uno todavía la tenga allí, o en su defecto; 3º) los del Estado miembro donde el demandado tenga su residencia habitual; o, 4º) finalmente, los de la nacionalidad común de los cónyuges en el momento de la interposición de la demanda. Para la concreción de la residencia habitual deben seguirse los criterios establecidos por el TJ en la interpretación de dicha noción en el R 2201/2003 sobre crisis matrimoniales. Para los supuestos en que falta la estabilidad, se han propuesto tres criterios: Estar, 1º) al tiempo y lugar de residencia, reteniendo 45 días para considerar que en aquel lugar tiene la residencia habitual la pareja; 2º) subjetivo, consistente en tener en cuenta la razón de los traslados; 3º) la existencia de hijos unido a un domicilio familiar permitirá determinar dónde radica el centro de vida familiar. 2) Se ha previsto una regla particular o alternativa para los supuestos concretos de inhibición por parte del tribunal inicialmente competente, casos en que el órgano jurisdiccional del Estado miembro competente no reconozca el matrimonio cuyo régimen económico se cuestiona. El juez puede inhibirse, no debe (art. 9). Y lo hará atendiendo a lo dispuesto en sus normas de DIPr. Ejemplo. El supuesto y la solución están claramente previstos para el matrimonio entre personas del mismo sexo. Si conforme a la ley del foro estos matrimonios están prohibidos (p. ej. Rumanía), debe el juez aplicar su norma de conflicto que remitirá la cuestión de la validez de tal matrimonio a un ordenamiento extranjero (cuestión previa), en el que, de admitirse, todavía podría oponer la excepción de orden público. De ahí que se le permita inhibirse. En tal caso los cónyuges podrán pactar o de lo contrario, acudir a las reglas previstas en el artículo 6 (p. ej. porque se considere nulo el matrimonio). Esta regla pone de manifiesto la indisoluble unidad entre el régimen económico y el matrimonio del que trae causa: solo si hay matrimonio válido para el juez competente puede entrar a conocer. 3) Existe un foro residual cuando la vinculación del litigio con la Unión Europea venga determinada por la sola presencia de bienes inmuebles de uno o ambos cónyuges (art. 10). Es operativo cuando la competencia no pueda fundamentarse por ninguno de los foros anteriormente previstos. VAGONSU 48 4) Por último, un foro de necesidad, cuando ningún órgano jurisdiccional de un Estado miembro sea competente en virtud de todas las reglas. El R. 2016/1103, prevé que los órganos jurisdiccionales de un Estado miembro puedan resolver, en condiciones excepcionales: (1) Que en el tercer Estado el proceso no pudiere incoarse o desarrollarse razonablemente o si resultara imposible en un tercer Estado con el cual el asunto tuviese una conexión estrecha (art. 11). (2) El asunto deberá tener una conexión suficiente con el Estado miembro del órgano judicial que vaya a conocer de él. Dos circunstancias de difícil prueba. La apertura de este hipotético foro exige del demandante acreditar que otras jurisdicciones han declinado su competencia, lo que requiere plantear las demandas pertinentes. Regla poco operativa en la práctica. 5) Complementariamente se admite que puedan solicitarse medidas provisionales y cautelares (art. 19), en país distinto del que conoce del régimen económico y con arreglo al derecho material de tal Estado. Habida cuenta que en los matrimonios mixtos puede ser frecuente una cierta dispersión de los bienes en distintos Estados y cuya situación jurídica no debe cambiar hasta que se sustancie la cuestión principal relativa al régimen económico. 2. Reconocimiento y ejecución de sentencias y documentos públicos extranjeros A. Reconocimiento y ejecución de sentencias El reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales procedentes de Estados participantes en el Reglamento 2016/1103 comparte con el R Bruselas I bis, el objetivo (facilitar el reconocimiento) así como la estructura y grandes categorías, al ser aquel el modelo en el que se han inspirado los Reglamentos posteriores. Sin embargo, en su versión de 2012 el RBI cuenta con un reconocimiento automático del que se distancia el R. 2016/1103, siendo en éste el principio de base el reconocimiento de la resolución judicial (art. 36), 1) se admite la concurrencia de motivos de no reconocimiento (art. 37), coincidentes con los previstos en aquel, con la particularidad de que en materia de regímenes económicos se haga especial énfasis al principio de no discriminación como parte del contenido del orden público (art. 38). 2) Aunque se proclame la ejecutoriedad de la resolución judicial (art. 42), en el procedimiento contemplado habrá que presentar la sentencia extranjera y el certificado (art. 45), cuya resolución puede ser recurrida por cualquiera de las partes (art. 49). Hay un margen de intervención importante para el país de destino de la resolución judicial, sorprendente ya que dicha resolución se habrá dictado conforme a reglas uniformes de CJI y normas de conflicto uniformes. Para el reconocimiento de resoluciones judiciales y documentos públicos extranjeros autorizados en países no participantes en este R. 2016/1103 y países terceros = convenios bilaterales según el país de origen y subsidiariamente a la LCJI o a la LJV. B. Reconocimiento, ejecución e inscripción de documentos públicos VAGONSU 49 A grandes rasgos el R. 2016/1103 asegura la circulación de los documentos públicos notariales en cuanto a sus efectos ejecutivos - en términos análogos a las resoluciones judiciales ex art. 59- y probatorios. En cuanto a éstos, al imponer su aceptación en los demás Estados participantes, 1º) mismo valor probatorio que en el Estado miembro de origen o el más parecido (art. 58.1). 2º) exentos de legalización o cualquier otra formalidad análoga (art. 61) 3º) Los límites determinados por el orden público (art. 58.1), por la posibilidad de que uno de los cónyuges recurra su autenticidad en el país de origen (art. 58.3) o se cuestionen los actos o relaciones jurídicas consignadas en el documento, en cuyo caso se abre un nuevo procedimiento en el país de ejecución quedando mientras tanto suspendida la ejecución. Falta cualquier referencia a la eficacia registral, por un lado, ya que el R. 2016/1103 excluye de su ámbito las cuestiones registrales y por otro, el efecto registral se asigna en el ordenamiento a cuyo registro pretende incorporarse la sentencia o el documento. El acceso a los registros públicos españoles de las resoluciones judiciales y demás documentos públicos extranjeros queda sujeta a la LCJI o a la LJV según que procedan de la jurisdicción contenciosa (p. ej. sentencia divorcio contencioso) o de la jurisdicción voluntaria (escritura notarial en la que consten las capitulaciones matrimoniales). El reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales y documentos públicos extranjeros, dictadas por autoridades de países no participantes en el R. 2016/1103 y de países terceros = convenios bilaterales que España tiene suscritos y subsidiariamente o en su defecto a la LCJI a la LJV. Los convenios bilaterales que España tiene suscritos = derogados para los Estados participantes en el R. 2016/1103. III. LEY APLICABLE A LAS RELACIONES ENTRE CÓNYUGES J2 14 “ley aplicable los efectos del matrimonio” J16 “Agustín, alemán con residencia habitual en Berlín, y Berta, española con residencia habitual en Salamanca, contraen matrimonio en Berlín. Inmediatamente después sitúan su residencia en Salamanca. Indica qué ley rige los efectos de su matrimonio. Fundamente jurídicamente la respuesta. La determinación de la ley aplicable varía en su régimen jurídico, según se trate de relaciones económicas o patrimoniales de las cónyuges = R. 2016/1103 o de relaciones personales = arts. 9.2 y 9.3 CC. 1. Relaciones personales entre cónyuges En el derecho español los únicos efectos no patrimoniales son los recogidos en los artículos 66 a 71 CC, bajo la rúbrica Derechos y deberes de /os cónyuges, se trata de unos deberes recíprocos (respeto mutuo, ayuda y socoro, de convivencia, de actuar en interés de la familia o de compartir las responsabilidades domésticas, ex. arts. 67 y 68 CC). Su incumplimiento no genera sanción alguna, ni siquiera sería causa de separación o divorcio. En realidad, los "efectos o relaciones personales" a que se refiere la Ley constituyen los límites que no pueden excluirse por voluntad de las partes. Esta misma noción del artículo 9.2 CC no tiene correspondencia en otros sistemas de Derecho comparado, ya que en sociedades más avanzadas es la sola voluntad de los cónyuges o personas implicadas la determinante de los efectos en derecho de la decisión de desarrollar una vida en común. VAGONSU 50 No parece que pueda descartarse una reclamación en vía judicial por incumplimiento de deberes análogos sancionados en una ley extranjera eventualmente competente. Pero es raro que esos llamados efectos o relaciones personales del matrimonio puedan suscitar una cuestión en vía judicial. J15 “ley aplicable los efectos del matrimonio: soluciones del artículo 9.2 CC” Cualquier cuestión relativa a las relaciones entre esposos no comprendida en el R. 2016/1103 habrá que estar a las conexiones del artículo 9.2 CC, conforme al cual y a falta de capitulaciones matrimoniales (ex. art. 9.3 CC) será de aplicación: 1º) la nacionalidad común de los cónyuges en el momento de la celebración; 2º) en defecto de ésta, se permite la elección de la ley aplicable a todos los efectos derivados del matrimonio, esto es, la autonomía de la voluntad siempre que pacten antes de la celebración del matrimonio mediante documento auténtico; 3º) subsidiariamente la residencia habitual común inmediatamente posterior a la celebración, criterio que puede asegurar la mayor proximidad entre el matrimonio en su entorno; 4º) finalmente, en defecto de las anteriores, se estará a la ley del lugar de celebración del matrimonio, que poco o nada tendrá que ver con el momento, posterior, en el que se suscita el conflicto. 2. Relaciones patrimoniales de los cónyuges La entrada en vigor, el 29 de enero de 2019, del R. 2016/1103, de 24 de junio de 2016, unido a su carácter universal provoca un desplazamiento del régimen jurídico vigente (arts. 9.2 y 9.3 CC) en relación con las relaciones económicas matrimoniales. Su aplicación universal significa que con independencia de que la norma de conflicto (uniforme) designe como ley rectora la de un Estado participante o la de un país tercero, debe ser aplicada por la autoridad (española) vinculada por el R. 2016/1103. SR 18 “¿Qué supone la universalidad en aquellos reglamentos o convenios por los que se determina la ley aplicable un litigio?” Las normas relativas a la determinación del derecho aplicable se pueden ordenar según que los cónyuges hayan expresado o no su intención de someter los aspectos patrimoniales de su unión a un ordenamiento u otro. Si no hay manifestación de voluntad, el derecho aplicable debe determinarse conforme a las reglas subsidiarias. Toda la regulación pivota sobre esas dos ideas centrales y dos principios básicos: la unidad de régimen jurídico y la inmutabilidad del régimen económico. A. Ley aplicable a régimen económico matrimonial pactado S15 “La ley aplicable a las capitulaciones matrimoniales” SR 17 SR 19 El R. 2016/1103 parte del reconocimiento de un poder de autorregulación a los cónyuges. La autonomía de la voluntad sirve además para promover una cierta estabilidad del régimen económico. VAGONSU 51 Ejemplo. Pareja de español y belga que contrae matrimonio en España y fijan su 1ª residencia habitual aquí por motivos profesionales se trasladan a Bruselas lugar donde están varios años y tienen sus principales fuentes de ingreso además de la herencia que adquiere uno de los cónyuges 10 años más tarde aceptar un destino tercer estado en el que surge la crisis matrimonial y se plantea la disolución y liquidación de su régimen económico la diferencia entre la existencia previa de unas capitulaciones matrimoniales o su ausencia es enorme aunque solamente sea en términos de reducir la complejidad en el momento de la disolución. Tiene dos manifestaciones en función del grado de intervención de los contrayentes: o pactar el derecho aplicable (autonomía conflictual). Cláusula de elección considerada una professio iuris por la que las partes escogen uno u otro régimen legal dentro de un ordenamiento. o diseñar su propio modelo de administración y gestión de su patrimonio y de contribución al sostenimiento de las cargas familiares (autonomía material). Este permite tomar elementos de distintos sistemas legales hasta configurar su propio modelo, hasta donde la ley permita. a) Elección de ley El R. 2016/1103 permite a los cónyuges decidir cuál sea la ley rectora de la totalidad de los efectos económicos del matrimonio. Les permite escoger al tiempo de la celebración, aunque no pueden elegir cualquier ley. Se trata de una autonomía conflictual limitada o un derecho de opción. Está restringida: 1º) bien a la ley de la residencia habitual común, o la de uno de ellos en el momento de la elección; 2º) bien la nacionalidad común o la de uno de ellos en el momento de la elección (art. 22 R). Hasta un total de cinco leyes (3 por residencia habitual + 2 por nacionalidad). Para los supuestos de plurinacionalidad, el art. 26. 2 R. 2016/1103 descarta directamente el criterio de la nacionalidad común, por la incertidumbre o incluso la imposibilidad de determinar la nacionalidad en ciertos supuestos de nacionalidad múltiple. Las leyes a escoger giran en torno al momento de la celebración del matrimonio. La residencia habitual de los cónyuges o la nacionalidad en el momento inmediatamente posterior a la celebración del matrimonio pueden expresar correctamente la vinculación del régimen económico con el matrimonio aun cuando la residencia habitual común pueda no tener lugar (p. ej. si desde un principio por razones profesionales cada uno de los cónyuges reside en países distintos). El régimen económico se establece en el momento inicial del matrimonio. Esta cristalización ofrece la ventaja de que permite asegurar la continuidad del régimen económico: la elección que se haga en el momento de la celebración puede perdurar hasta el momento de la disolución o extinción del régimen matrimonial. Permite un equilibrio entre el desarrollo de la libertad individual y el interés público que exigiría impedir que las partes escojan una ley que nada tenga que ver con el los (law shopping) o incluso la protección del cónyuge más vulnerable en los supuestos de una eventual elección abusiva. Su principal ventaja es impedir que un desplazamiento del matrimonio de un país a otro traiga aparejado un cambio automático de la ley aplicable al régimen económico. Cualquier cambio en la elección inicial requiere una modificación expresa -dentro o fuera de las capitulaciones- y por tanto el consentimiento de ambos cónyuges. b) Cambio ley aplicable El cambio de residencia habitual por sí solo no modificaría la ley aplicable al régimen económico (principio de la inmutabilidad). Se admite el cambio de la ley elegida (art. 22.1 R), que en coherencia con el alcance limitado del poder de autorreglamentación, únicamente podría operar en favor de cualquiera de las otras VAGONSU 52 conexiones señaladas en el artículo 22.1 R: es decir, la nacionalidad común o la de cualquier de los cónyuges o la residencia habitual común o la de cualquiera de ellos. Se exige de acuerdo en cuanto al cambio de ley. Ejemplo. Imaginemos que en el momento de la celebración del matrimonio se pacta la sumisión a la ley del país donde los cónyuges establecen su residencia, en gananciales. Más tarde se trasladan a otro país con régimen de separación de bienes y sobreviene la crisis matrimonial. Podría suponer un cambio inesperado e injusto. c) Capitulaciones matrimoniales Las capitulaciones no se definen en el R. 2016/1103, aunque las considere fuerza normativa del régimen económico. Son expresión del papel de la autonomía privada los contrayentes en la conformación de la estructura patrimonial del matrimonio, en su disolución y en la fijación de un catálogo de medidas que ha de regular la situación post matrimonial. Puede tratarse una regulación material más o menos exhaustiva, puede pactarse simplemente la sumisión a un determinado régimen económico vigente en un ordenamiento de los designados por las conexiones. Lo pactado por las partes será efectivo dentro de los límites que establezca la ley aplicable a su contenido. d) Régimen jurídico del acuerdo de elección y de las capitulaciones matrimoniales La sumisión a una u otra ley, debe cumplir unas exigencias formales y sustantivas. Validez formal el acuerdo de elección (art. 23 R) y de las capitulaciones (art.25R). El R. 2016/1103 incluye una regla material común a los Estados participantes, que se establece que el acuerdo de sumisión a una u otra ley deberá constar por escrito, estar firmado y constar la fecha. Ello comprende asimismo los medios electrónicos (art. 23.1 y 25.1 R), que se entiende deberán venir firmados. Deberán observarse, si las hubiera: exigencias formales previstas en la ley de la residencia habitual común en el momento de la celebración del acuerdo (art. 23.2 y 25.2R) las previstas en la ley de la residencia habitual de cualquiera de ellos si tienen su residencia habitual en países distintos en el momento de la celebración del acuerdo (art. 23.3. y 25.2R) las de la ley rectora del régimen económico; así, por ejemplo, si rige la ley española, el art. 1327 CC exige para tales pactos escritura pública so pena de nulidad. Consentimiento (art. 24). Con el refuerzo de las exigencias formales se pretende asegurar el consentimiento de los cónyuges, particularmente de aquel que se halle en una situación de mayor vulnerabilidad. Se ha dicho que debe tratarse de una elección informada en una doble dirección, que comprendería no ya solo que los cónyuges conozcan el contenido de la ley escogida, sino también las leyes ignoradas, pesada carga dado que exigiría contrastar el contenido material de las distintas leyes designadas por el articulo 22 en cada caso concreto. Corresponde determinar todas estas condiciones a la ley que sería aplicable virtud del art. 22 R, esto es, a la ley de la nacionalidad o de la residencia habitual elegida por los cónyuges. La remisión se mantiene incluso si lo que se estuviera cuestionando fuera la propia validez del acuerdo de elección autónomo o inserto en capitulaciones. Se trata de evitar que impugnada su validez la situación quede deslocalizada. VAGONSU 53 Capacidad. La capacidad es una de las cuestiones excluidas del ámbito material del R. 2016/1103 (art. 1.2.a), se refiere a la capacidad jurídica, sujeta por tanto en el caso de España a la ley personal (ex. art. 9.1 CC). En cambio, si conforme al R. 2016/1103, la ley aplicable al régimen económico decide acerca de las facultades, derechos y obligaciones de los cónyuges con respecto a su patrimonio (art. 27, d) R), la capacidad de disponer dependerá de la cotitularidad sobre el patrimonio con la que actúen los cónyuges. Así, por ejemplo, la extralimitación en los derechos o facultades conferidos por el régimen económico a unos de los cónyuges y sus consecuencias es cuestión, sujeta a la ley rectora del régimen económico inicialmente designado resolver la cuestión. B. Ley aplicable al régimen económico en defecto de pacto o capitulaciones J16 “Agustín, alemán con residencia habitual en Berlín, y Berta, española con residencia habitual en Salamanca, contraen matrimonio en Berlín. Inmediatamente después sitúan su residencia en Salamanca. Indica qué ley rige los efectos de su matrimonio. Fundamente jurídicamente la respuesta. a) Conexiones subsidiarias A falta de acuerdo de elección y/o de capitulaciones matrimoniales, el régimen económico del matrimonio quedará sujeto: 1º) a la ley de la primera residencia habitual común inmediatamente posterior a la celebración del matrimonio; 2º) en su defecto, a la ley de la nacionalidad común en el momento de la celebración del matrimonio; 3º) en su defecto, a la ley con la que el matrimonio tenga una más estrecha conexión en el momento de la celebración del matrimonio teniendo en cuenta todas las circunstancias (art. 26.1 R). Ejemplos. Pareja de españoles que contraen matrimonio en Madrid e inmediatamente se establecen en Francia, su régimen económico queda sujeto a la ley francesa (separación). La pareja de rusos que contrae matrimonio en España y por motivos profesionales están instalados en España al no haber otorgado capitulaciones el régimen económico será previsto en la ley española (gananciales). La ordenación de las conexiones obedece al principio de jerarquía, se trata de conexiones en cascada y solo si no cristaliza una se pasa a comprobar la siguiente. La finalidad es someter el régimen económico la ley más próxima al matrimonio, de más a menos. La nacionalidad común y la residencia habitual común no son criterios de conexión que resulten de difícil prueba, salvo en dos casos: residencia habitual común inmediatamente posterior a la celebración del matrimonio puede no haber tenido lugar (trabajan en países distintos, aunque pueda identificarse casi siempre un lugar de residencia común) plantearía dificultades de prueba llegado el caso. supuestos de plurinacionalidad en los que ambos cónyuges ostentarán más de una nacionalidad común en el momento de la celebración del matrimonio la regla de la nacionalidad se descarta ex lege y únicamente podrá retenerse, la residencia habitual común o la closest connection (conexión más cercana) del art. 26.2 R. b) Vínculos más estrechos VAGONSU 54 El legislador contempla la posibilidad de que la residencia habitual común posterior a la celebración del matrimonio (art. 26.1 a) R) pueda no expresar correctamente la vinculación con el régimen económico del matrimonio llegado el momento de la disolución y liquidación, por ejemplo, por el transcurso del tiempo. Es por ello que se prevea una cláusula de excepción (art. 26.3 R), por virtud de la cual el órgano jurisdiccional que conoce aplique la ley de la residencia habitual común u otra "distinta" si el "demandante": a) acredita que los cónyuges tuvieron en ese último país un periodo de residencia considerablemente más amplio que en el país de la residencia habitual inmediatamente posterior a la celebración del matrimonio; y b) que los cónyuges se basaron en esta última residencia para planificar sus relaciones patrimoniales. Ejemplo. Pareja de españoles que contrae matrimonio en España y aquí fijan su primera residencia habitual, de inmediato por motivos profesionales se trasladan a Estocolmo, ciudad en la que se establecen largos años y donde se plantea la cuestión de la disolución y liquidación de su régimen económico. La residencia habitual común inicial (Madrid) o la común nacionalidad (española) pueden ser poco relevantes al ser la española una ley alejada de la situación patrimonial vigente en el momento divorcio y liquidación del régimen económico matrimonial, su patrimonio procede en lo esencial del desarrollo de una actividad profesional durante el tiempo que duró el matrimonio. Podría ser indicativo de planificación, por ejemplo, la contribución a un fondo de pensiones a través de banco sueco. Si a ello se suman, por ejemplo, bienes heredados por uno de los cónyuges antes de celebrar el matrimonio que han producido rendimientos o los que fueran propiedad del otro, decidir que la ley de la última residencial habitual es aquella bajo la que se planificó la organización económica puede no ser tarea fácil. c) Todas las conexiones giran en torno al momento inicial del matrimonio, asegurando la continuidad del régimen económico (principio de la inmutabilidad). Pero esta solución suscita una dificultad: nótese en cambio que las reglas de CJI previstas por el propio R. 2016/1103 giran en torno al momento de la interposición de la demanda; de modo que paradójicamente puede ocurrir que el juez competente (p. ej por residencia habitual común en el momento de la interposición de la demanda) se vea forzado a aplicar derecho extranjero en muchos supuestos; adicionalmente, la ruptura de la unidad tribunal competente-ley aplicable puede poner en peligro el contenido de las capitulaciones. C. Ámbito de la ley rectora Debe tenerse en cuenta, por una parte, el principio de unidad de la ley aplicable, conforme al cual "la ley aplicable ... se aplicará a todos los bienes incluidos en dicho régimen, con independencia de donde estén situados" (art. 21). La unidad puede romperse por la incidencia de normas imperativas del foro, a las que da entrada el art. 30.1). Un problema especial se puede plantear dado que al estar excluido del ámbito de aplicación las sucesiones, también lo están los derechos sucesorios del cónyuge supérstite que pueden quedar sujetos a una ley diferente conforme a lo dispuesto por el R 650/2012, y abocar a resultados negativos que pueden evitarse pactando el derecho aplicable a ambas cuestiones. Por otra, la ley rectora decidirá la clasificación de los bienes, la transferencia de una categoría a otra, el régimen de responsabilidad de los cónyuges por las deudas y obligaciones del otro, las facultades, derechos y obligaciones de los cónyuges con respecto al patrimonio, la disolución del régimen económico y la distribución de los bienes, así como los efectos del régimen económico frente a terceros, y finalmente la validez material de las capitulaciones (art. 27). VAGONSU 55 D. Publicidad Aunque el R. 2016/1103 excluya de su ámbito las cuestiones registrales (1.2.h), es claro que el régimen económico del matrimonio y los respectivos derechos y deberes de los cónyuges tienen repercusión en el tráfico económico, por ejemplo, no cabe comprometer los bienes del otro sin su autorización. El registro público sería la mejor forma de protección de los terceros de buena fe, particularmente frente a comportamientos fraudulentos de uno de los cónyuges. Lo cual explica la importancia que nuestro ordenamiento atribuye el registro como instrumento de publicidad que se verá reforzado a la entrada en vigor de la LRC 2011 (art. 60). El art. 15 LRC invita a inscribir los matrimonios que afecten a españoles dentro fuera de España y los matrimonios de extranjeros celebrados en España; adicionalmente el art. 77 LRC impone como inscripción marginal "los pactos, resoluciones judiciales y demás hechos que modifiquen el régimen económico de la sociedad conyugal" (a futuro el art. 60 LRC 2011). Y también en el ámbito del Registro de la propiedad (arts. 3 y 257 LH) que, de constar en sentencia extranjera, ésta requerirá exequatur (arts. 4 y 38 LH). En el Registro de la Propiedad se inscriben únicamente los inmuebles sitos en España. Quiere esto decir que aún si la cooperación con registros extranjeros fuera excelente, que no lo es, es mucha la información que puede faltar también vía registral, por ejemplo, atribuciones y derecho sobre bienes que no son inmuebles (valores anotados en cuentas o depósitos de valores fungibles, las pólizas de seguro, etc). Esta es tal vez la razón por la cual en el R. 2016/1103 se introducen reglas especiales adicionales para la protección de los terceros. De ahí que, en la práctica de la DGR, se viene exigiendo a notarios y registradores respecto a transacciones sobre bienes en España en las que participan cónyuges extranjeros, sujetos a régimen económico extranjero, que se haga constar al menos el derecho aplicable a su régimen económico matrimonial, aunque no se especifique su contenido. I. RELACIONES ECONÓMICAS DE LAS UNIONES REGISTRADAS La UE ha regulado por Reglamento 2016/1104 de 24 de junio 2016, la competencia judicial, la ley aplicable y el reconocimiento y ejecución de resoluciones en materia de uniones registradas, siguiendo también el procedimiento de cooperación reforzada por lo que no participan todos los Estados miembros de la UE. Por su ámbito material, el R. 2016/1104 se aplica a "los efectos patrimoniales de las uniones registradas en los Estados miembros" (art. 1), quedan excluidas las parejas de hecho (Cd.16), cuyas consecuencias económicas quedarán sometidas a las normas internas de cada estado. Pero en cuanto a las parejas registradas existen enormes divergencias de un estado a otro. En principio el contenido real de este concepto debe seguir regulándose en el derecho nacional de los Estados miembros (Cd.17). De modo que se plantean distintas cuestiones: qué derecho decidirá acerca de su validez: extendida la idea de que corresponde al país de registro decidir acerca de su validez y contenido; sí está comprendida o no dentro del reglamento la pareja registrada en país 3º o en país no participante en el R. 2016/1104, y así debería ser, de igual modo que entra dentro del ámbito de R. 2016/1103 el matrimonio, aunque haya sido celebrado en país distinto de los participantes; en el ordenamiento español no existe una norma general reguladora de las parejas registradas y sí en cambio abundante legislación autonómica y diversa - en cuanto al tipo de registro, el efecto la inscripción o el contenido- lo cual impide calificar conforme a la ley española y planteará problemas en el exterior a las parejas registradas en España. VAGONSU 56 El único dato claro conforme al R. 2016/1104 es que solamente las uniones extramatrimoniales inscritas en un registro público podrán incluirse dentro de su ámbito de aplicación. El R. 2016/1104 atiende a los mismos objetivos que el relativo a Regímenes económicos -garantizar la seguridad jurídica de las parejas no casadas en lo que respecta a su patrimonio- y responde a una estructura análoga y a soluciones prácticamente simétricas. Es por esto que únicamente destacaremos las diferencias que por razones obvias los separan. 1. Competencia judicial internacional 1) En cuanto a los foros de conexidad, se establece respecto de la jurisdicción que conozca de la disolución de la pareja (art. 5), siendo también necesario un acuerdo de las partes que posibilite la extensión de la competencia a las cuestiones económicas de la pareja. 2) Fuera de este supuesto, operan las mismas reglas de competencia subsidiarias que las previstas en el art. 6 R. 2016/1103, y en los mismos términos de jerarquía. Con dos diferencias: 1. es que se añade una última regla conforme a la cual serán competentes en defecto de los anteriores los tribunales conforme a cuya ley haya sido creada la unión registrada; 2. el juez pueda inhibirse cuando considere que "en su Derecho no está reconocida la institución de la unión registrada" (art. 9), permite que el juez no entre a valorar los efectos económicos de la disolución de una pareja cuando no se conoce la institución en su derecho material (p. ej. parejas registrada del mismo sexo). 2. Ley aplicable A. Autonomía de la voluntad Criterio principal es la autonomía de la voluntad, aunque limitada por una distinta razón. Las partes solo pueden escoger una ley que atribuya efectos patrimoniales a la pareja registrada (art. 22). B. Conexiones subsidiarias A falta de elección o porque el pacto no cumpla las exigencias formales, interviene como regla subsidiaria la ley del Estado conforme a cuya ley se haya creado la unión registrada (art. 26.1). Lo cual exige acreditar dicha ley, cuestión que puede plantear problema de prueba. En todo caso, la certificación registral extranjera expedida por las autoridades del país que haya autorizado la constitución de la pareja será el medio de prueba idóneo. Opera igualmente la cláusula de excepción sobre la base de que el juez competente estima que la situación presenta vínculos más estrechos con un país distinto del designado por la conexión anterior. Lección 18 Las crisis matrimoniales VAGONSU 57 I. INTRODUCCIÓN El Derecho español tiene una regulación casi completa de la separación, el divorcio y la nulidad matrimonial para los supuestos internacionales. En la normativa de fuente interna, la LOPJ establece los foros de competencia judicial internacional (en especial art. 22 quáter); el artículo 107 del CC, reformado en distintas ocasiones, la última vez por la Ley 15/2015, de 2 de julio en su Disposición Final Primera, remite para la determinación de la ley aplicable a la separación y al divorcio a la normativa de la Unión Europea o a la española de DIPr, y contiene en su primer apartado la determinación de la aplicable a la nulidad y sus efectos. En torno al reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras se aplica la Ley de Cooperación Jurídica en materia civil (Ley 29/2015, de 30 de julio de 2015). Otra modificación importante llevada a cabo por la Ley 15/2015, de 2 de julio, ha sido la incorporación del divorcio notarial -hay que tener en cuenta que también se da la competencia de forma alternativa a los Letrados de la Administración de Justicia- (art. 82 del CC). La intervención de la autoridad notarial ante un supuesto de divorcio transfronterizo queda sujeta a las normas que de distinta fuente sean aplicables. De manera que se deja a los cónyuges, solo cuando no hay hijos menores no emancipados o con capacidad modificada judicialmente, y cumpliendo una serie de requisitos, que acuerden su separación matrimonial de mutuo acuerdo, mediante convenio regulador en escritura pública ante la autoridad notarial de su último domicilio común o el del lugar de residencia de cualquiera de los cónyuges (véase en particular las condiciones del art. 54 de la Ley del Notariado). Así, ante el notario -y asistidos por un letrado- han de expresar su voluntad inequívoca de separarse y fijar en el convenio las medidas que hayan de regular los efectos derivados de la separación conforme al artículo 90 del CC. En el ámbito de la Unión Europea resulta imprescindible la regulación del Reglamento (CC) nº 2201/2003, del Consejo, de 27 de noviembre de 2003, relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial, por el que se deroga el Reglamento (CC) nº 1347/2000 (en adelante, R. 2201/2003 o Bruselas II bis). Y en relación a la ley aplicable a la modificación del vínculo matrimonial, el Reglamento nº 1259/2010 del Consejo, por el que se establece una cooperación reforzada en el área de la ley aplicable al divorcio y a la separación legal (en adelante R. 1259/2010 o R. Roma III) que incide definitivamente en la aplicación del art. 107 del CC. II. ASPECTOS PROCESALES Junto al derecho interno (LOPJ y LCJI) está en vigor el R. 2201/2003, de aplicación prioritaria. El tratamiento de la separación, el divorcio y la nulidad goza de un doble régimen jurídico, en relaciona la competencia judicial y al reconocimiento – institucional e interno-. La aplicación de uno u otro régimen viene dado en función de distintas variables. La primera, el ámbito material y los procedimientos a los que se aplica el R. 2201/2003 (1). En la segunda están incluidos: de un lado la competencia judicial internacional de los tribunales de los EM que se establecerá a través del análisis del funcionamiento de los foros del Reglamento, funcionamiento que va a determinar la aplicación o no de la normativa interna -en nuestro caso la LOPJ- (2): de otro lado, el reconocimiento de decisiones extranjeras (3), condicionado el régimen aplicable por el origen de las resoluciones, a las que se aplicaran los tipos de reconocimiento previstos en el Reglamento, y que va a determinar la utilización o no de los previstos en nuestra ley interna o en el derecho convencional. 1. Ámbito de aplicación VAGONSU 58 El R. 2201/2003 limita su ámbito de aplicación material al efecto principal de la institución, al efecto constitutivo: la modificación del vínculo. No se aplica a las demás cuestiones derivadas del divorcio, la separación o la nulidad (alimentos, relaciones económicas, etc.). Estas quedan sometidas bien a los instrumentos de fuente institucional, bien a los instrumentos de fuente internacional y, por último, el Derecho interno, en función de la materia. La dificultad de utilización de varios textos legales es el problema más grave que plantea el Reglamento. El Reglamento se aplica tanto a procedimientos judiciales como los no judiciales, que se admiten en países de la Unión. No se incluyen los procedimientos religiosos, si bien su artículo 63 salvaguarda los Acuerdos de los Estados con la Santa Sede (como en España). 2. Competencia judicial internacional El juez ante una demanda de separación, divorcio o nulidad con implicaciones transfronterizas habrá de aplicar el R. 2201/2003. Este instrumento no contiene presupuesto general de aplicación en CJI (como en otros que se aplica de manera general el domicilio del demandado). La autoridad judicial va a decir: cuándo y cómo se aplica el Reglamento, cuándo el derecho interno, en ocasiones (muy marginales), cómo se aplica éste, y cuándo no va a poder aplicarse, aunque no sea competente ningún tribunal comunitario según los foros de competencia del Reglamento. En el ámbito del derecho interno es la LOPJ el texto que regula la competencia de los tribunales españoles en la materia. A. Foros de competencia judicial internacional en el R. 2201/2003 El R. 2201/2003, en su art. 3, incluye un elevado número de foros de competencia que permitirán presentar la demanda ante los Tribunales del Estado miembro donde se encuentre: 1. residencia habitual de los cónyuges en el momento de presentación de la demanda; 2. última residencia habitual común cuando uno de ellos todavía resida allí; 3. residencia habitual del demandado; 4. residencia de uno u otro, siempre que la demanda se haya presentado conjuntamente; 5. residencia habitual del demandante, siempre que se haya prolongado durante un año antes de la presentación de la demanda; 6. residencia habitual del demandante con seis meses previos a la demanda, siempre que sea nacional de ese Estado y finalmente; VAGONSU 59 7. nacionalidad común de ambos cónyuges, o en el caso del Reino Unido e Irlanda, el "domicilio" (en el sentido que a este término se le da en esos países) conyugal fijado de manera estable (por lo demás es en este sentido en el que se utiliza siempre el término "domicilio" en el Reglamento). El foro de la nacionalidad común de los cónyuges recogido en el artículo 3.1 b) se ha interpreta o por el TJUE: cuando existen varias nacionalidades de distintos EM, los cónyuges pueden en elegir entre ellas sin que se tenga que tratar de nacionalidad efectiva, sin tener que sumar criterios que supongan proximidad. El R. 2201/2003 no recoge el foro de la autonomía de la voluntad como criterio de competencia en materia de disolución del vínculo. 1º) Funcionamiento de los foros de competencia Los foros de competencia previstos son una lista, cerrada y tienen carácter alternativo. Cuando se cumplan las condiciones de cualquiera de ellos el tribunal del EM ante el que se presente la demanda deberá conocer del divorcio, la separación o la nulidad; en consecuencia, el texto se aplica con independencia de la nacionalidad de las partes -es decir a nacionales de la UE o de terceros Estados-. Por ejemplo, resultaría aplicable a la demanda de divorcio presentada ante el Tribunal español por dos nacionales chinos con residencia habitual en España. Competencia de la autoridad judicial española el artículo 3.1 del R. 2201/2003. O a la demanda de divorcio presentada por dos nacionales pakistaníes ante las autoridades españolas. Si el tribunal ante el que se presenta la demanda no fuera competente conforme a los foros del Reglamento, pero sí lo fuera un tribunal de otro EM el primero se declarará de oficio incompetente. Ejemplo: Una nacional sueca casada con un nacional cubano tienen su residencia habitual en Francia. En la actualidad ella continúa residiendo en Francia y él ha vuelto a Cuba. Tras la crisis matrimonial ella -que continúa residiendo en Francia- interpone demanda de divorcio ante el Tribunal sueco. Dicho tribunal tiene que declararse de oficio incompetente dado que, el tribunal francés continúa siendo competente conforme al R. 2201/2003 (foro de la última residencia habitual común cuando uno de ellos todavía reside allí). En el supuesto de que ningún tribunal de un Estado miembro fuera competente, el tribunal ante el que se presentó la demanda conocerá conforme a sus foros internos de competencia (LOPJ) siempre que: el demandado no sea ni nacional de un Estado miembro ni estuviera domiciliado en un Estado miembro. Siguiendo con el caso anterior si la esposa hubiera vuelto para fijar su residencia a Estocolmo, el tribunal sueco no podría haber fundamentado la competencia en los foros del R. 2201/2003 ya que se exige que el demandante, en este caso nacional del Estado donde presenta la demanda, lleve residiendo en ese Estado al menos seis meses antes de interponer la demanda. Si ya no hay un tribunal de otro EM competente y el demandado ni es nacional ni tiene su domicilio en un EM, se podrán emplear las normas de CJI de fuente interna para la competencia del Tribunal de Estocolmo. Si se trata de un domiciliado o nacional en la UE sólo podrá ser demandado conforme a los foros del Reglamento y, si no se cumplieran las condiciones de ninguno de ellos, el demandante habrá de esperar a que se cumplan para poder instar una demanda - residencia de seis meses o un año en función de que sea o no nacional de dicho Estado-. Ej: si el nacional cubano en lugar de volver a Cuba se traslada a vivir a Italia, la esposa demandante ante los tribunales suecos tendrá que emplear los foros del R. 2201/2003 y habrá de esperar seis meses para poder interponer la demanda de divorcio, sin poder utilizar la normativa de fuente interna. VAGONSU 60 Si las normas de competencia de fuente interna fueran aplicables (porque el demandado no fuera ni nacional de un Estado miembro ni estuviera domiciliado en un Estado miembro y ningún tribunal de otro Estado miembro fuera competente, conforme a los foros del Reglamento), el demandante nacional de un Estado miembro puede utilizar los foros de derecho interno del país de su residencia al igual que si fuera nacional de ese Estado. 2º) Otros foros de competencia previstos en el Reglamento El Reglamento determina los tribunales competentes también respecto a la conversión de la separación en divorcio, o la demanda reconvencional. Establece los tribunales competentes para adoptar medidas provisionales del art. 20. Su adopción solo es posible en caso de urgencia, incluyéndose materias fuera de su ámbito de aplicación. Se puede adoptar por un tribunal del Estado donde dichas medidas hayan de ejecutarse y ello con independencia de que sea otro tribunal el competente para conocer del litigio. Estas medidas serán las contempladas en el ordenamiento jurídico del tribunal que las adopte, serán relativas a las personas y bienes presentes en ese Estado y no tendrán efecto extraterritorial. En cuanto a las medidas relativas a materias incluidas en el Reglamento, su posibilidad resulta discutible. 3º) Otras cuestiones relativas a la determinación de la competencia judicial El Reglamento regula ciertas cuestiones particulares relativas a la determinación de la CJI: 1º) la verificación de la competencia y a la comprobación de la admisibilidad. 2º) la litispendencia y las llamadas acciones dependientes, para evitar procedimientos paralelos ante los órganos jurisdiccionales de los Estados miembros en materia matrimonial. Para aplicar el art. 19.1 es necesaria la identidad de partes, pero no es necesario ni el mismo objeto, ni la misma causa, pues las acciones pueden ser relativas tanto a la nulidad, como a la separación o el divorcio. Es necesario que las partes es sean las mismas y que las demandas se presenten ante órganos jurisdiccionales de distintos EM. La solución prevista para la litispendencia es similar a la general en el R. Bruselas 1 (refundido). En el artículo 16 se determina cuándo se considera iniciado un procedimiento ante un órgano jurisdiccional. B. Foros de competencia judicial internacional previstos en la LOPJ Cuando el Reglamento no sea de aplicación, la CJI respecto a la nulidad separación o divorcio, está en nuestra LOPJ, en los foros contenidos en el artículo 22 ter (foro general) 22 quater (foros especiales) y 22 sexies (medidas provisionales). El foro especial por razón de la materia del artículo 22 quáter reproduce casi de forma literal el contenido del artículo 3 del R. 2201/2003 resultando situaciones poco adecuadas en la práctica. Establece que serán competentes los Tribunales españoles: "En materia de relaciones personales y patrimoniales entre cónyuges, nulidad matrimonial, separación y divorcio y sus modificaciones, siempre que ningún otro Tribunal extranjero tenga competencia, cuando: "ambos cónyuges posean residencia habitual en España al tiempo de la interposición de la demanda, o cuando hayan tenido en España su última residencia habitual y uno de ellos resida allí, o cuando España sea la residencia habitual del demandado, o, VAGONSU 61 en caso de demanda de mutuo acuerdo, cuando en España resida uno de los cónyuges, o cuando el demandante lleve al menos un año de residencia habitual en España desde la interposición de la demanda1, o cuando el demandante sea español y tenga su residencia habitual en España al menos seis meses antes de la interposición de la demanda, así como cuando ambos cónyuges tengan nacionalidad española". 1 Entendemos se querría decir, antes de la interposición de la demanda y no desde la interposición de la demanda. Los litigios en esta materia son de carácter especial no exclusivo por lo que será habitual que haya otro tribunal extranjero competente para conocer. La condición de la competencia del tribunal español es que no sea competente otro extranjero, lo que hace más inoperante aún el precepto. La reproducción del artículo 3 del R. 2201/2003 conlleva que los denominados "privilegios" de los demandados nacionales o domiciliados en la UE que prevé el citado Reglamento, se apliquen conforme la normativa de la LOPJ, a los nacionales y domiciliados de terceros Estados. Por ejemplo, un nacional español que contrae matrimonio con una nacional de un tercer estado y establecen su residencia habitual en un tercer estado distinto, si ambos deciden volver cada uno a su país de origen y el español quiere interponer demanda de divorcio en España tendrá que esperar siempre al menos seis meses para comenzar el litigio (conforme a las previsiones de la LOPJ). 3. Reconocimiento de resoluciones extranjeras A. El reconocimiento de las resoluciones extranjeras de separación, divorcio y nulidad matrimonial a través del R. 2201/2003 Que la resolución provenga de un órgano jurisdiccional de otro EM conlleva la aplicación del R. 2201/2003. Por “órgano jurisdiccional" hay que entender cualquier autoridad competente en la materia en un país miembro, y, por "resolución", únicamente, las positivas de divorcio separación o nulidad. Este régimen se extiende a las resoluciones de nulidad de los matrimonios regulados por diversos Acuerdos, entre ellos el del Estado español, con la Santa Sede. 1º) Efectos pretendidos y tipos de reconocimiento El Reglamento parte del sistema de reconocimiento automático (art. 21.1), cuando lo que se pretende es la invocación de la resolución ante cualquier órgano jurisdiccional o registro público. Así, no será necesario procedimiento alguno cuando la resolución se invoca ante el Registro civil para su inscripción o, en general, para la actualización de datos en el mismo (siempre que las resoluciones ya no admitan recursos en los países de origen). Este tipo de reconocimiento tiene un valor relativo (a efectos únicamente del registro o del órgano jurisdiccional ante el que se plantea) y también provisional (en tanto no se proceda a su reconocimiento, a través del procedimiento especial de reconocimiento). VAGONSU 62 El cónyuge que se opone a la resolución inscrita puede acudir al procedimiento especial pidiendo que no se reconozca la resolución en virtud de uno de los motivos de no reconocimiento. Así, sería posible no reconocer un divorcio que ya hubiera sido inscrito en el Registro Civil. En el reconocimiento registral, las condiciones que se verifican ante el Encargado son más limitadas. Se trata de un reconocimiento incidental que supone la invocación ante un órgano jurisdiccional de un EM de la decisión de disolución del vínculo. Ante el encargado del Registro, se presentarán los documentos exigidos en el artículo 37: el certificado contemplado en el art. 39, copia de la resolución que reúna los requisitos para determinar su autenticidad, si se tratara de una resolución dictada en rebeldía el documento que acreditare la entrega o notificación o cualquier documento que demuestre que el demandado ha aceptado la resolución y un documento que dé prueba de que la resolución no puede recurrirse. No se exigirá legalización o traducción, sólo si así lo pide el Juez. Si se pretende que reconocimiento tenga valor general en el Estado requerido (reconocimiento a título principal) habrá que acudir al procedimiento especial previsto en el Reglamento, en sus secciones 2 y 3 (ejecución y disposiciones comunes al reconocimiento y la ejecución). Cualquier parte interesada podrá pedir el reconocimiento o el no reconocimiento de la resolución. 2º) Condiciones exigidas para el reconocimiento de las resoluciones Tanto en el reconocimiento a título principal, como en el reconocimiento incidental, las resoluciones han de cumplir las condiciones exigidas en el art. 22 como motivos que se contemplan para rechazar el reconocimiento de una resolución proveniente de otro EM. Algunos de ellos son expresamente rechazados y, otros, son admitidos en todo caso como causa de denegación del reconocimiento. Entre los expresamente rechazados el Reglamento prohíbe la denegación del reconocimiento de una resolución: a) por diferencias en el derecho aplicado por el tribunal de origen – “No podrá negarse el reconocimiento de una resolución de divorcio, de separación judicial o de nulidad matrimonial alegando que el Derecho del Estado miembro requerido no autorizaría el divorcio, la separación judicial o la nulidad matrimonial basándose en los mismos hechos”. (art. 25); b) prohíbe la revisión de la resolución en cuanto al fondo: “La resolución no podrá en ningún caso ser objeto de una revisión en cuanto al fondo”. (art. 26); y c) excluye el control de la competencia del tribunal de origen. Se denegará el reconocimiento por los motivos contemplados en el art. 22 y que son: a) contrariedad manifiesta con el orden público del foro; b) rebeldía del demandado; y c) la condición de la inconciabilidad de decisiones VAGONSU 63 B. Supuestos en los que no se aplica el R 2201/2003 J2 16 Un nacional moldavo obtiene sentencia divorcio dictada por un Tribunal del citado país. ya en España pretende contraer nuevas nupcias con un nacional español ¿es obligatorio obtenga el exequátur de dicha decisión para volver a contraer matrimonio? Cuando no sea aplicable el reglamento será la normativa convencional o, en su defecto, la interna española la que regula el reconocimiento. Serán supuestos en los que: la resolución extranjera provenga de un tercer estado -con el que no haya convenio-; la resolución no se halle comprendida en el ámbito de aplicación material de la norma europea o convencional. supuestos en los que resulta aplicable un texto convencional, y éste remite la regulación del procedimiento de homologación de la decisión extranjera al derecho interno del Estado (en el caso del ordenamiento español sería la LCJI en sus arts. 52 a 55). En la normativa interna se aplicarán las previsiones en torno al reconocimiento y ejecución del Título V de la LCJI tanto: 1º) para las resoluciones extranjeras contenciosas firmes; 2º) como para el reconocimiento de resoluciones definitivas adoptadas en procesos de jurisdicción voluntaria relativos a materias de divorcio, separación y nulidad. En relación a estas últimas, la LCJIM conforme al criterio lex specialis, considera aplicable al LJV cuando con el efecto constitutivo de la decisión se quiere conseguir la obligatoriedad de la decisión extranjera -ad. ex. reconocimiento de divorcios de mutuo acuerdo dictadas por autoridades cuyo ordenamiento les confiere funciones jurisdiccionales, divorcios dictados por notarios-. El art. 96 de la LRC de 2011 tiene un régimen especial para la inscripción en el Registro Civil tanto de: decisiones extranjeras definitivas dictadas en procesos de jurisdicción voluntaria en materia de divorcio, separación y nulidad; como para decisiones extranjeras firmes dictadas en procesos contenciosos relativos al divorcio, separación y nulidad. El artículo 96 de la LRC 2011 supone que una resolución judicial extranjera de divorcio contencioso con hijos, (España -órganos judiciales, juicio verbal), podrá acceder al Registro Civil, sin necesidad de exequátur, artículo 96.2 2º, siempre que, a través del reconocimiento incidental el Encargado del Registro Civil verifique: a) La regularidad y autenticidad formal de los documentos presentados. b) Que el Tribunal de origen hubiera basado su competencia judicial internacional en criterios equivalentes a los contemplados en la legislación española. c) Que todas las partes fueron debidamente notificadas y con tiempo suficiente para preparar el procedimiento. d) Que la inscripción de la resolución no resulta manifiestamente incompatible con el orden público español. Los tipos o vías de reconocimiento previstos en la normativa interna -LCJI, LJV y LRC de 2011- son el: automático, incidental y el reconocimiento a título principal. VAGONSU 64 Las causas de denegación del reconocimiento de una decisión extranjera depende de que sea aplicable un instrumento jurídico u otro. LCJI Art. 46: 1. Las resoluciones judiciales extranjeras firmes no se reconocerán: a) Cuando fueran contrarias al orden público. b) Cuando la resolución se hubiera dictado con manifiesta infracción de los derechos de defensa de cualquiera de las partes. Si la resolución se hubiera dictado en rebeldía, se entiende que concurre una manifiesta infracción de los derechos de defensa si no se entregó al demandado cédula de emplazamiento o documento equivalente de forma regular y con tiempo suficiente para que pudiera defenderse. c) Cuando la resolución extranjera se hubiere pronunciado sobre una materia respecto a la cual fueren exclusivamente competentes los órganos jurisdiccionales españoles o, respecto a las demás materias, si la competencia del juez de origen no obedeciere a una conexión razonable. Se presumirá la existencia de una conexión razonable con el litigio cuando el órgano jurisdiccional extranjero hubiere basado su competencia judicial internacional en criterios similares a los previstos en la legislación española. d) Cuando la resolución fuera inconciliable con una resolución dictada en España. e) Cuando la resolución fuera inconciliable con una resolución dictada con anterioridad en otro Estado, cuando esta última resolución reuniera las condiciones necesarias para su reconocimiento en España. f) Cuando existiera un litigio pendiente en España entre las mismas partes y con el mismo objeto, iniciado con anterioridad al proceso en el extranjero. 2. Las transacciones judiciales extranjeras no se reconocerán cuando fueran contrarias al orden público. LJV art. 12.3: El reconocimiento en España de los actos de jurisdicción voluntaria acordados por las autoridades extranjeras sólo se denegará en estos casos: a) Si el acto hubiera sido acordado por autoridad extranjera manifiestamente incompetente. Se considerará que la autoridad extranjera es competente si el supuesto presenta vínculos fundados con el Estado extranjero cuyas autoridades han otorgado dicho acto. Se considerará, en todo caso, que las autoridades extranjeras son manifiestamente incompetentes cuando el supuesto afecte a una materia cuya competencia exclusiva corresponda a los órganos judiciales o autoridades españolas. b) Si el acto hubiera sido acordado con manifiesta infracción de los derechos de defensa de cualquiera de los implicados. c) Si el reconocimiento del acto produjera efectos manifiestamente contrarios al orden público español. d) Si el reconocimiento del acto implicara la violación de un derecho fundamental o libertad pública de nuestro ordenamiento jurídico. LRC 2011 art. 96.2. La normativa convencional existente en torno al reconocimiento resoluciones extranjeras de divorcio, separación y nulidad matrimonial encontramos: textos suscritos entre EM sólo aplicables a decisiones dictadas antes de la entrada en vigor del R. 2201/2003 -marzo de 2001- (art. 59); y convenios suscritos con terceros Estados (España con: Suiza, Colombia, antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, China, Marruecos, Túnez, Argelia y Mauritania). III. LEY APLICABLE A LA SEPARACIÓN JUDICIAL Y AL DIVORCIO: EL R. 1259/2010 S17 “Ley aplicable la disolución del vínculo matrimonial en el R 1259/2010 “ SR 18 “Cuál es el ámbito material de aplicación del reglamento Roma III” VAGONSU 65 El R. 1259/2010 o R. Roma III, de 20 de diciembre de 2010, tiene como objetivo reforzar la seguridad jurídica permitiendo a los cónyuges saber cuál será la ley que aplicará su divorcio. Este texto, cuya base jurídica reside en el artículo 88 del TFUE, se adopta por el mecanismo de cooperación reforzada que permite la participación de un número de Estados y la incorporación posterior de otros. Son dos las situaciones que pueden plantarse entre los Estados miembros: EM participantes del R. 1259/2012 -caso de España-; EM no participantes del R. 1259/2012, aplicaran su normativa de fuente interna convencional para determinar la ley aplicable a la separación judicial el divorcio. 1. Ámbito de aplicación El art. 1, se refiere a la aplicación del R. 1259/2012 a todas aquellas situaciones que impliquen un conflicto de leyes: que sean situaciones internacionales; carácter universal que desplaza a la legislación interna de los EM participantes (al igual que el resto de los Reglamentos de ley aplicable), SR 18 “¿Qué supone la universalidad en aquellos reglamentos o convenios por los que se determina la ley aplicable un litigio?” Para ser aplicable sólo tiene que darse: presentación de la demanda de divorcio separación judicial ante los tribunales de un EM participante y, con independencia de: que el derecho aplicable sea el de un EM participante, el de otro EM el de un tercer estado con independencia de la nacionalidad de las partes y del instrumento jurídico conforme que el Tribunal hubiera asumido su competencia. Está excluido de su ámbito de aplicación material: la nulidad matrimonial cualquier cuestión derivada del divorcio o la separación* (únicamente determina la ley aplicable a la disolución o relajación del vínculo y sus causas). TJUE, excluye los divorcios privados que se producen por declaración unilateral de voluntad de uno de los cónyuges ante un tribunal religioso. *los efectos incluidos generalmente en el convenio regulador han de quedar sujetas a la ley que resulte aplicable a cada efecto en particular. Por ejemplo, los alimentos en favor de los cónyuges o de los menores = Protocolo de alimentos. La liquidación del régimen económico matrimonial será el R. 2016/1103 el texto que determine el derecho aplicable. VAGONSU 66 2. Las conexiones previstas y algunos problemas de aplicación El Capítulo II parte de: S19 “El R 1259/2010 establece una cooperación reforzada en el ámbito de la ley aplicable a la separación y el divorcio permitiendo las partes la elección de la ley aplicable: indique las conexiones previstas para la elección de aplicable y señale en qué momento o momentos pueden las partes celebra el acuerdo”. 1º) Autonomía de la voluntad de las partes (limitada). Art. 5 “1. Los cónyuges podrán convenir en designar la ley aplicable al divorcio y a la separación judicial, siempre que sea una de las siguientes leyes: a) la ley del Estado en que los cónyuges tengan su residencia habitual en el momento de la celebración del convenio; b) la ley del Estado del último lugar de residencia habitual de los cónyuges, siempre que uno de ellos aún resida allí en el momento en que se celebre el convenio; c) la ley del Estado cuya nacionalidad tenga uno de los cónyuges en el momento en que se celebre el convenio, o d) la ley del foro. 2. Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 3, el convenio por el que se designe la ley aplicable podrá celebrarse y modificarse en cualquier momento, pero a más tardar en la fecha en que se interponga la demanda ante un órgano jurisdiccional. 3. Si la ley del foro así lo establece, los cónyuges también podrán designar la ley aplicable ante el órgano jurisdiccional en el curso del procedimiento. En tal caso, el órgano jurisdiccional registrará la designación de conformidad con la ley del foro.” En España un importante sector doctrinal admite la elección en el curso del procedimiento en base al artículo 774.1 de la LEC. Si bien, hay que tener en cuenta que la DGRN ha sostenido que: "los cónyuges no pueden designar la ley aplicable ante el órgano jurisdiccional en el curso del proceso de divorcio". Así se informa también, por parte de las autoridades españolas, en el portal E-justice. En cuanto a la ley conforme a la que se determinará el consentimiento y la validez formal y material del acuerdo de elección se regula en los artículos 6 y 7. J18 En ausencia de elección de ley en el Reglamento 1259/2010 (ley aplicable al divorcio y separación judicial) ¿qué derecho resulta aplicable? 2º) Si las partes no han elegido el derecho aplicable: El art. 8 designa como aplicables las mismas leyes establecidas en el art.5 (salvo el criterio de la conexión de la ley nacional dado que si no ha habido autonomía de la voluntad será aplicable el ordenamiento de la nacionalidad en el caso de nacionalidad común). Todas las conexiones quedan fijadas en el momento de presentación de la demanda y son jerárquicas. VAGONSU 67 El artículo 5 establece, siempre a falta de elección de ley, que el divorcio y la separación judicial están sujetos a la ley del Estado: a) en que los cónyuges tengan su residencia habitual en el momento de la interposición de la demanda o, en su defecto, b) en que los cónyuges hayan tenido su última residencia habitual, siempre que el período de residencia no haya finalizado más de un año antes de la interposición de la demanda, y que uno de ellos aún resida allí en el momento de la interposición de la demanda o, en su defecto; c) de la nacionalidad de ambos cónyuges en el momento de interposición de la demanda o, en su defecto, d) ante cuyos órganos jurisdiccionales se interponga la demanda. 3º) Se aplicará la lex fori: Si no existiera el divorcio en la ley aplicable (elegida partes o designada según el art. 8), o si las causas para obtenerlo fueran discriminatorias en razón al sexo. En el supuesto de la separación sólo se aplicará la ley del foro en este último caso. Tratamiento que el R. 1259/2010 confiere a determinados problemas de aplicación: no admite el reenvío; no se aplicará la ley manifiestamente incompatible con el orden público del foro. se solucionan los problemas derivados de los Estados plurilegislativos que tengan diversas legislaciones en la materia. IV. LEY APLICABLE A LA NULIDAD MATRIMONIAL: EL ARTÍCULO 107 DEL CC SR 14 “Los efectos de la nulidad matrimonial: ley aplicable” La nulidad es una forma poco habitual de resolver los conflictos de pareja. Según los datos del CGPJ la medida de nulidades anuales de 110 a 114. El R. 1259/2010 excluye de su ámbito material de aplicación la nulidad del matrimonio (art. 1.2). La ley aplicable la nulidad matrimonial se regula por el derecho interno de los diferentes EM. En el ordenamiento español, se aplicará el art. 107 del CC en el que se establece: “La nulidad del matrimonio y sus efectos se determinarán conforme a la ley aplicable a su celebración”. 1. Ámbito de aplicación VAGONSU 68 Interpuesta ante una autoridad judicial española una demanda de nulidad matrimonial es necesario diferenciar: aspectos que se califican como procesales = regulados por la lex fori, aquellos que pese a su naturaleza procesal se entiende que pertenecen al fondo = incluidos en el ámbito de aplicación de la ley que regula la nulidad: las causas de la nulidad, la legitimación para el ejercicio de la nulidad, los plazos establecidos para la interposición de la acción, así como su naturaleza. Polémica respecto a la legitimación para presentar una demanda de nulidad por el Ministerio Fiscal (art. 74 CC). Cuando el derecho extranjero aplicable a la nulidad no reconoce al MF legitimación. Al calificar este aspecto como como perteneciente al fondo, supondría su regulación por lo previsto en el derecho extranjero; sin embargo, hay parte de la doctrina que reconoce al MF esta legitimación con independencia de que el supuesto sea o no internacional y en consecuencia la nulidad pudiera quedar regulada por un ordenamiento extranjero. 2. Ley aplicable El art. 107 del CC remite a aquellas normas que se aplicaron a su celebración y conforme a las cuales el matrimonio fue válido. En relación a la validez del matrimonio son tres los aspectos que han de valorarse y cada uno de ellos conforme a la ley que sea aplicable: la capacidad, el consentimiento y la forma del matrimonio. El análisis de los elementos puede hacerse o bien tras presentarse una demanda judicial relativa a la nulidad del matrimonio - poco frecuente en la práctica española-, o bien en sede registral, ya sea cuando el matrimonio se celebra en España y se controla el cumplimiento de los referidos aspectos en el expediente previo, ya sea cuando el matrimonio se celebra en el extranjero y se va a proceder a su reconocimiento en España. Se hace necesario saber cuál de los tres elementos falla y determina la nulidad del matrimonio: falta de capacidad matrimonial de uno de los contrayentes, será su ley nacional conforme la que se establecerá la mismas art. 9.1 del CC; relativa el consentimiento matrimonial, ante la inexistencia de una norma específica, se regula por la ley nacional de cada uno de los contrayentes; la forma de celebración del matrimonio, se aplicarán los art. 49 y 50 del CC. La falta de consentimiento matrimonial es uno de los aspectos que en mayor número de ocasiones se alega como causa nulidad del matrimonio principalmente por los denominados matrimonios blancos simulados, (consentimiento prestado por un menor a cambio de un precio), pero esta causa de nulidad no llega a debatirse en sede judicial sino que es en sede registral -en el expediente previo a la celebración en España o en el reconocimiento aquellos celebrados en el extranjero- donde se produce la repercusión práctica. En la práctica la complejidad de esta norma lleva la aplicación casi sistemática de la ley española. Lección 19 La filiación por naturaleza y adoptiva VAGONSU 69 I. INTRODUCCIÓN Junto a la Constitución, han irrumpido en la normativa reguladora de esta materia la Convención de los Derechos del Niño de 1989, adoptada en el marco de la ONU. El legislador se encuentra ahora ante nuevas situaciones que requieren respuestas desde el ámbito jurídico, y en particular desde el DIPr (p.ej. cada vez más casos de gestación por sustitución, institución de la kafala, etc.). II. FILIACIÓN POR NATURALEZA 1. Aspectos procesales A. Competencia judicial internacional Descartada la aplicación de la norma de origen europeo o convencional, la determinación de la CJI de los Juzgados y Tribunales españoles en materia de filiación por naturaleza se encuentra regulada en la LOPJ, en particular en el art. 22 bis y quáter, junto con el foro general del domicilio del demandado en España (art. 22 ter). La LJV, en su art. 9.1 (Capítulo normas tramitación) remite a la LOPJ para la competencia. En los supuestos no contenciosos estarían incluidos aquellos casos en los que la determinación de la filiación se basa en las declaraciones de las partes en el momento de la inscripción de la filiación, así como en el sistema de presunciones que la ley establece de carácter iuris tantum. Conforme al art. 23 LJV es necesaria la aprobación judicial del reconocimiento de la filiación no matrimonial en los casos que establece el precepto; tramitándose el expediente conforme a los artículos siguientes y quedando la CJI de las autoridades españolas sujetas a las previsiones del art. 22 LOPJ (con las excepciones que se producen al ser un supuesto no contencioso). Art. 23.3. Se solicitará aprobación judicial para la eficacia del reconocimiento de la filiación no matrimonial de un menor o persona con capacidad modificada judicialmente otorgado: a) Por quien no pueda contraer matrimonio por razón de edad. b) Por quien no tenga el consentimiento expreso de su representante legal o la asistencia del curador del reconocido ni del progenitor legalmente conocido, siempre que no hubiera sido reconocido en testamento o dentro del plazo establecido para practicar la inscripción del nacimiento. c) Por el padre, cuando el reconocimiento se hubiera realizado dentro del plazo establecido para practicar la inscripción del nacimiento y cuando ésta se hubiera suspendido a petición de la madre. 4. También se instará la aprobación judicial para la validez del reconocimiento no matrimonial por una persona con capacidad modificada judicialmente. En los supuestos contenciosos de establecimiento de la filiación, es decir, en caso de impugnación o reclamación, la competencia queda sometida a la LOPJ. Los Tribunales españoles serán competentes bien por el domicilio del demandado en España (22 ter), o cuando: 1) el hijo tenga su residencia habitual en España, al tiempo de la demanda, o 2) el demandante sea español; o 3) residencia habitualmente en España, o al menos 6 meses antes de presentación de la demanda VAGONSU 70 (22 quáter d) Sera igualmente operativo el foro de la autonomía de la voluntad, cuando se cumplen las condiciones que el texto establece (art. 22 bis). B. Reconocimiento de decisiones extranjeras Las decisiones extranjeras sobre filiación, para surtir efectos en España, necesitan previamente reconocimiento. El tipo de reconocimiento que deberá instarse estará en función del texto normativo aplicado. A falta de convenio internacional, o cuando este remite al procedimiento interno del Estado requerido, se aplicará el régimen general interno contenido en la norma de fuente interna. Con carácter general las decisiones extranjeras en materia de filiación quedaran sujetas a la LJV tratándose de sentencias (arts. 11 y 12 LJV), y a la DA 3 (LJV), tratándose de una filiación establecida en un documento público extranjero, y de forma subsidiaria a la LCJI (arts. 41 y ss LJV). La rectificación de una inscripción en el Registro español de una filiación solo puede hacerse por sentencia. Si existe un convenio que vincula a los Estados de origen y de reconocimiento el tipo de reconocimiento dependerá de lo que indique el convenio. Por ejemplo, si para el reconocimiento en España de la decisión extranjera de filiación hay que aplicar el Convenio hispano-francés sobre reconocimiento de decisiones judiciales y arbitrales en materia civil y mercantil, o el Tratado con la República el Salvador sobre competencia, reconocimiento y ejecución de sentencias en materia civil y mercantil, la decisión surtirá efectos sin necesidad de procedimiento alguno en el supuesto de que las partes opten por solicitar el reconocimiento automático de la decisión, incluido en ambos textos. 2. Ley aplicable a la filiación por naturaleza J2 19 “Ley aplicable a la determinación de la filiación por naturaleza” Determinada la CJI de los Juzgados y Tribunales españoles, éstos, de conformidad con el art. 12.6.1º CC aplicarán de oficio las normas de conflicto españolas. Se trata de que la autoridad española competente aplique el art. 9.4 CC: "La determinación y el carácter de la filiación por naturaleza se regirán por la ley de residencia habitual del hijo en el momento del establecimiento de la filiación. A falta de residencia habitual del hijo, o si la ley no permitiese el establecimiento de la filiación, se aplicará la ley nacional del hijo en ese momento. Si esa ley no permitiese el establecimiento de la filiación o si el hijo careciera de residencia habitual y de nacionalidad, se aplicará la ley sustantiva española. La ley aplicable al contenido de la filiación, por naturaleza o adopción, y al ejercicio de la responsabilidad parental, de determinarán con arreglo al Convenio de la Haya, de 19 de octubre de 1996 (…)". A. Ámbito de aplicación del art. 9.4 del CC Se trata de concretar los aspectos que de una materia quedan contenidos en el precepto, en relación con la filiación por naturaleza, queda incluido lo relativo a la determinación y el carácter, quedando la ley aplicable a su contenido sujeta a la normativa convencional indicada. VAGONSU 71 1º) Respecto al carácter de la filiación ésta alcanza tanto a la filiación matrimonial como a la no matrimonial, (igualdad de los hijos matrimoniales y no matrimoniales, del art. 39.2 CE). Estableciendo el art. 108.2 CC también la igualdad. 2º) La determinación de la filiación comprende todos los vehículos para establecer la filiación: reconocimiento voluntario, acciones y presunciones de filiación. En cuanto a las acciones la cuestión central es precisar los aspectos que se regularán: La lex causae que resulte al operar la conexión prevista en la norma de conflicto (aplicable art. 9.4) regulará: o la legitimación de quienes pueden ejercer la acción, o así como los plazos vigentes y o las presunciones. Aplicándose la lex fori a (cuestiones procesales): o los medios de prueba, o la intervención del MF (cuestión que queda totalmente cerrada para los litigios abiertos en España). El principio de prueba de los hechos en el que se funda la admisión de la demanda sobre determinación o impugnación de la filiación (art. 767 LEC) es una cuestión que plantea polémica. Su tratamiento puede llevar a resultados distintos: como cuestión procesal, sujeta a la lex fori, llevaría a que todos los litigios sobre esta materia con independencia de elemento extranjero quedarían sujetos al cumplimiento de la obligación de aportar ese principio de prueba. por su vinculación con el fondo, sujeta a la lex causae, se podría sortear su cumplimiento cuando la ley aplicable al fondo no lo estableciera. Nos inclinamos por el tratamiento como cuestión procesal, a pesar de que el incumplimiento de la exigencia de prueba del legislador impide el derecho fundamental de acceso a la jurisdicción española. Igual calificación, (no aceptada unánimemente por la doctrina) se da al artículo 764.2 LEC, que impide una nueva acción de filiación cuando ésta ha sido establecida por sentencia firme. 3º) El contenido de la filiación queda incluido en el art. 9.4 CC; si bien, la determinación de la ley aplicable contenido de la filiación, por naturaleza o adoptiva, así como las relaciones paternofiliales se determinará, conforme a la remisión que hace el art. 9.4 CC, con arreglo al convenio de La Haya de 19 de octubre de 1996 sobre protección de menores (CLH 1996 de protección de menores). El contenido de la filiación estará comprendido además por los derechos y deberes entre padres e hijos, por los efectos que se producen una vez atribuida la filiación: nombre, alimentos y derechos sucesorios; VAGONSU 72 En relación a los referidos efectos, pueden surgir problemas de delimitación con la ley reguladora de cada uno de ellos (ninguno se encuentra en el ámbito material del CLH 1996). Alguno de los efectos de la condición de hijo puede tener una regulación específica, quedando sujeto a una norma de conflicto diferente. Por ejemplo, sí establecida la filiación se reclama una prestación alimenticia a favor de quien ya tiene la condición de hijo, dicho efecto quedará sujeto a lo previsto en el Protocolo sobre alimentos y se le aplicará, conforme lo dictado en él, la ley de residencia habitual del acreedor. Una última materia contenida en el art. 9.4 CC es el ejercicio de la responsabilidad parental. Este concepto, incluido en el CLH 1996 de protección de menores, así como en el R. 2201/2003, comprende la autoridad parental o cualquier otra relación de autoridad análoga que determine los derechos, poderes y obligaciones de los padres, tutores o de otro representante legal respeto a la persona o los bienes del niño. Así la determinación del ordenamiento aplicable a los citados aspectos quedará bajo la regulación de la citada norma convencional. Un ejemplo que sirve para mostrar el cambio: la AP de Barcelona declaró la aplicación del derecho francés, por el que la actora debía rendir cuentas sobre la administración de los bienes de sus hijos menores al juez tutelar en el caso de que el otro progenitor hubiera fallecido. La aplicación de este ordenamiento venía determinada por el artículo 9.4 del CC en su redacción anterior a la ley 26/2015 resultando aplicable la ley nacional del menor. Si la demanda se hubiera planteado en el momento actual el Tribunal español para la determinación de la ley aplicable al ejercicio de las atribuciones de la responsabilidad parental concepto amplio de patria potestad aplicaría el CLH 1996 de protección de menores, quedando sujeto a la ley de la nueva residencia habitual del menor (art. 16), por lo que ante el traslado a España de la residencia habitual del menor, el Tribunal español aplicaría para resolver, la ley española que no establece la obligación de la madre de rendir cuentas sobre la administración de los bienes del menor. B. Conexiones incluidas en el artículo 9.4 del CC y su funcionamiento El art. 9.4 CC acoge tres puntos de conexión jerarquizados en función del resultado material: 1º punto de conexión la ley de la residencia habitual del hijo en el momento del establecimiento de la filiación. 2º Se descarta la aplicación de dicho ordenamiento en favor de la ley nacional del hijo cuando: a. no se puede determinar la residencia habitual del menor, o b. porque bajo dicha ley no es posible el establecimiento de la filiación. 3º se impondrá la aplicación de la ley sustantiva española (no reenvío) ante: a. la imposibilidad del establecimiento de la filiación conforme a las normas anteriores o b. porque no se pueda determinar ni la residencia habitual ni la nacionalidad del menor. En relación a la aplicación de 9.4 tras su redacción de 2015, el TS se ha pronunciado en dos decisiones acerca del funcionamiento de las conexiones del citado artículo basándose en la orientación material del mismo. III. FILIACIÓN ADOPTIVA VAGONSU 73 A través de la adopción se trata de establecer un vínculo de filiación entre quienes son los potencialmente adoptantes (ya sea una pareja o una persona sola) y otra persona, generalmente un menor. La vigilancia en el cumplimiento de las garantías jurídicas ha llevado a trasladar la institución desde la esfera privada hacia un control público, que explica que hoy se trate como una institución de protección del menor. En España esta transformación se nota en la LAI (ley 54/2007, de adopción internacional) -modificada por la Ley 26/2015 de modificación del sistema de protección de la infancia y de la adolescencia-. En el plano convencional el texto de mayor importancia es el Convenio de La Haya de 1993 relativo a la protección del niño y a la cooperación en materia de adopción internacional. Pero existen otros textos ratificados por España: Convenio Europeo en materia de adopción de menores de 2008 (multilateral); con Rusia (bilateral), Convenio de Colaboración en materia de adopción de niños y niñas entre España y Rusia (Madrid 09/07/2014), permitiendo dar continuidad a las adopciones por españoles adoptantes en Rusia. SE permite la adopción por personas solteras y se elimina la adopción por personas del mismo sexo, impone importantes condiciones de seguimiento post adoptivas. A su vez, existe numerosa legislación autonómica sobre acreditación y funcionamiento de las Entidades de Colaboración de Adopción internacional, o los requisitos que los futuros padres adoptivos deben cumplir para la obtención del certificado de idoneidad. Por otra parte, las modificaciones incorporadas a la LAI por la Ley 26/2015 revelan que ciertos aspectos importantes dejan de ser competencia de las CCAA para pasar a la AGE, eso sí en colaboración con las Entidades Públicas competentes de la CCAA. Entre estos aspectos podemos citar: la determinación de los países con los que se inician paraliza o suspenden la tramitación de expedientes; la acreditación de organismos que van a operar en materia de adopción internacional; o los propios cupos en el número de expedientes de adopción internacional. Desarrollo reglamentario de de alguno de los aspectos relativos a las nuevas competencias de la AGE a través del Reglamento de adopción internacional, Real Decreto 165/2019 de 22 de marzo. Hay que tener presente que el CLH 1993 no establece el Estado en el que la adopción ha de constituirse, lo habitual es que tenga lugar en el Estado de origen de los menores ante autoridad extranjera, por lo que en España las cuestiones jurídicas más importantes surgen en torno al reconocimiento de la adopción constituida por autoridad extranjera. SR 14 “Competencia judicial para la Constitución de la adopción internacional en España” 1. Régimen jurídico convencional de la adopción internacional Convenio de la Haya de 1993 sobre adopción, en vigor en España desde 1995, está ratificado por un importante número de países en los que residen menores potencialmente adoptables. VAGONSU 74 A. Ámbito de aplicación Primero de todo debemos distinguir dos momentos: la fase de la constitución del vínculo adoptivo puede producirse en el Estado de origen del menor o en el Estado de recepción, y una vez establecido dicho vínculo, el momento siguiente es: la fase de reconocimiento de la adopción ya constituida. El Convenio de la Haya de 1993 regula ambas fases incorporando solo previsiones relativas a la cooperación entre autoridades de los dos Estados parte afectados. No se incluyen ni normas de competencia judicial, ni normas relativas a la ley aplicable a la adopción. Conforme al art.2 del Convenio se aplicará cuando “un niño con residencia habitual en un Estado (de origen) ha sido, es o va a ser desplazado a otro Estado (de recepción), bien después de su adopción en el Estado de origen por cónyuges o por una persona con residencia habitual en el Estado de recepción o bien con la finalidad de realizar tal adopción en el Estado de recepción o en el Estado de origen”. La capacidad para adoptar se determinará conforme a la ley personal del adoptante, teniendo también en cuenta las normas del Estado receptor. En el caso español, pueden adoptar tanto personas casadas del mismo o distinto sexo, como parejas de hecho unidas por una relación permanente. Al respecto se pronunció la DGRN. El Convenio de la Haya de 1993 será aplicable: entre personas con residencia habitual en dos Estados parte distintos; debe existir desplazamiento del niño de un Estado a otro. Hay que tener en cuenta que el Convenio sólo resulta aplicable a las adopciones que establecen vínculo de filiación (art.2.2). B. La importancia de la cooperación entre autoridades para la constitución de la adopción en el CLH 1993 de adopción internacional El Convenio no establece dónde se constituye la adopción, ni qué autoridad tiene competencia para ello, ni cuál es la ley que aplica. La cooperación entre autoridades permite que las adopciones tengan lugar con todas las garantías jurídicas, evitando así la sustracción, venta o el tráfico de menores. Si el supuesto está dentro del ámbito del Convenio, pero no se siguieron los cauces de cooperación en él establecidos, la adopción no podrá reconocerse, aunque fuera válida conforme a las normas internas del Estado requerido. La designación de lo que se denominan autoridades centrales es obligatorio por los Estados parte (art. 6); el convenio es respetuoso con la realidad federal o autonómica y permite la designación de más de una autoridad central cuando varias autoridades territoriales tengan competencia en materia de adopción. A estas autoridades se les encomiendan funciones cuya delegación en algún caso no es posible (art. 7), y en otros sí, así podrán delegar su ejecución en otras autoridades públicas o en organismos acreditados en los supuestos de los arts. 8 y 9. En el procedimiento previo a la constitución de la adopción existe un reparto de funciones entre las VAGONSU 75 autoridades de los Estados de origen, tanto de los futuros adoptantes como del menor (arts. 14 y 15). Iniciados los contactos y cumplidos los trámites, la autoridad del Estado de la residencia habitual del menor y la autoridad del Estado de residencia habitual de los futuros padres adoptivos pronunciarán un acuerdo para que o bien continúe el procedimiento adoptivo o bien se paralice (denominado como matching). Este cumplimiento es esencial para evitar dificultades posteriores (por ejemplo, de reconocimiento). Terminada la fase de preparación de la adopción (el Convenio traza canales de cooperación), es momento de su constitución (ante qué autoridad se constituye la adopción y la ley que aplicará se determinará por las normas de fuente interna que regulen en cada Estado, en nuestro caso la LAI). Constituida la adopción se extenderá un certificado (existe un modelo en el Convenio) en el que se acredite que la adopción se ha constituido conforme al Convenio y que servirá posteriormente a efectos de reconocimiento del vínculo adoptivo en otro Estado parte. Cada Estado tendrá que decir la autoridad que podrá expedir dicho certificado (España = autoridad central de cada CCAA). C. Sistema de reconocimiento establecido en el CLH 1993 de adopción internacional El sistema se caracteriza por su facilidad: una vez obtenido el certificado, la decisión será reconocida de pleno derecho por los demás Estados contratantes (art.23). Para que el vínculo de filiación despliegue efectos en el Estado de recepción sólo requerirá la traducción y legalización de la decisión de constitución de la adopción, más el citado certificado. El reconocimiento de la adopción, tras la obtención del certificado sólo podrá denegarse: 1º) Sí es manifiestamente contrario al orden público, teniendo en cuenta el interés superior del niño (art. 24). Se produce el reconocimiento en el Estado de recepción de los vínculos de la filiación y la ruptura de los vínculos de filiación preexistentes entre el niño y sus padres biológicos, si la adopción produce ese efecto en el Estado en el que tuvo lugar (art. 26). 2º) Contempla el CLH 1993 la posibilidad de que la adopción no produjera la ruptura de los vínculos del menor con su familia biológica (adopción simple), y prevé (art. 27) un procedimiento de conversión de tales adopciones. Para ello es necesario que el Estado de recepción lo permita y que los consentimientos otorgados (art.4 c y d) se hayan dado para tal adopción. 3º) En el caso español se complementa con: la obligatoriedad de la renuncia, al derecho de revocación que pudiera contener la ley del país de origen conforme a la que se constituye la adopción. La DGRN ya determinó la aplicación del convenio todo tipo de acciones revocables o no. Entendemos que el mecanismo establecido en la LAI art. 26.2 para renunciar a un derecho de revocación, a favor del adoptante, reconocido en el ordenamiento de origen sería aplicable en este supuesto, a los efectos de que la adopción tuviera posteriormente acceso al Registro civil español (art. 26.2 LAI). 2. Régimen jurídico interno de la adopción internacional: la Ley de Adopción Internacional Se recoge en la LAI un régimen jurídico completo de la adopción internacional. TITULO II se incluyen: VAGONSU 76 CAPITULO I: normas sobre competencia de las autoridades españolas para la constitución de las adopciones internacionales (art 14-17) CAPITULO II: normas sobre ley aplicable (art. 18-24) CAPITULO III: dedicado a los efectos en España de adopciones constituidas por autoridades extranjeras (art. 25-31). La adopción es una institución típica de la jurisdicción voluntaria por lo que preceptos de la LJV serán traídos a colación. A. Ámbito de aplicación La LAI se aplicará: 1º) Cuando el asunto escape del ámbito de aplicación del CLH 1993, y 2º) para regular sectores en los que la norma convencional no se pronuncia (normas de competencia o de ley aplicable). En los demás supuestos, la LAI reconoce la superioridad de la norma convencional. Los supuestos que la LAI reconoce su ámbito de aplicación son: 1º) A las que les sea aplicable el Título I (art. 1.2): se entenderá por adopción internacional aquella en la que: un menor considerado adoptable por la autoridad extranjera competente y con residencia habitual en el extranjero, es o va a ser desplazado a España por adoptantes con residencia habitual en España, sea después de su adopción en el Estado de origen, o con la finalidad de constituir dicha adopción en España. El desplazamiento del menor a España desde un estado no parte del CLH 1993. 2º) Supuestos en los que se proyecta la normativa que recoge la LAI, pero que quedan al margen de las prerrogativas del Título I: Son aquellas adopciones para las que no resulta adecuado que su tramitación dependa de las autoridades extranjeras de la nacionalidad del niño. Ej. La adopción de un menor chino con residencia en España, sea por adoptantes nacionales extranjeros con residencia en España o por nacionales españoles. No estaría en el ámbito de aplicación de la LAI a efectos del Título I ya que ese título está dedicado a la cooperación entre las autoridades del Estado de residencia del menor y las del Estado de residencia de los adoptantes, (en este caso residencia del menor y residencia de adoptantes = España). B. Competencia judicial internacional* Para la adopción internacional se aplican los criterios incluidos en la LAI y se remite expresamente al art. 22 quater e) de la LOPJ. En las normas comunes de tramitación de la LJV, el art. 9 contenido en el Capítulo referente a las normas de DIPr, se refiere para la determinación de la competencia de los tribunales españoles en los expedientes de jurisdicción voluntaria a las normas internacionales en vigor, y en su defecto a los foros de la LOPJ. La LAI no sólo recoge normas de competencia para la constitución de adopciones, incluye la competencia de las autoridades españolas para la declaración de nulidad y la conversión en adopción plena, de una no VAGONSU 77 plena. 1º) Adopción constituida en España: Para la constitución, la LAI divide las normas de competencia en función de que adopción se constituya ante autoridades españolas: judiciales (art. 14) consulares (art. 17) Con carácter general, los Juzgados y Tribunales españoles, serán competentes para constituir una adopción: a) cuando el adoptando sea español o tenga su residencia habitual en España, b) cuando el adoptante sea español o tenga su residencia habitual en España. El momento a tener en cuenta para el foro de competencia es el de la presentación del ofrecimiento para la adopción ante la entidad pública española. En el caso de constitución de la adopción por autoridades consulares se les atribuye la competencia cuando: el adoptante sea español y él adoptando tenga su residencia habitual en su demarcación consular. Solo se le atribuyen competencias en los casos en los que no sea necesaria propuesta previa de la Entidad pública conforme al artículo 176.2 CC en las circunstancias 1ª, 2ª y 3ª. Dicha competencia de respetar al estado local o a su legislación y ser conforme con los convenios internacionales (Convenio de Viena de Relaciones Consulares de 1963, Convenio Europeo sobre Funciones Consulares). 176.2. Para iniciar el expediente de adopción será necesaria la propuesta previa de la Entidad Pública a favor del adoptante o adoptantes que dicha Entidad Pública haya declarado idóneos para el ejercicio de la patria potestad. La declaración de idoneidad deberá ser previa a la propuesta. No obstante, no se requerirá tal propuesta cuando en el adoptando concurra alguna de las circunstancias siguientes: 1.ª Ser huérfano y pariente del adoptante en tercer grado por consanguinidad o afinidad. 2.ª Ser hijo del cónyuge o de la persona unida al adoptante por análoga relación de afectividad a la conyugal. 3.ª Llevar más de un año en guarda con fines de adopción o haber estado bajo tutela del adoptante por el mismo tiempo. 2º) Declaración de la nulidad de la adopción: Los Tribunales españoles serán competentes para la declaración de nulidad de una adopción internacional cuando se verifican los mismos foros de competencia del art 14 para la constitución, y cuando la adopción haya sido constituida por autoridad española (art. 15.1). 3º) Competencia de las autoridades españolas en casos de conversión de una adopción simple en plena: En Derecho comparado es posible constituir la adopción plena y también la adopción simple. La LAI entiende por adopción simple o no plena la que está constituida por autoridad extranjera competente cuyos efectos no se correspondan sustancialmente con los previstos para la adopción en la legislación española. Tras constituirse una adopción simple en el extranjero, puede hacerse su conversión en plena por las autoridades españolas competentes: en los mismos supuestos que para la declaración de nulidad, cuando la ley aplicable prevea la adopción simple. El art 42 LJV incluye una norma de CJI para la conversión de la adopción simple en plena. VAGONSU 78 En relación a la competencia objetiva y territorial del órgano jurisdiccional, el art 16.1 LAI se remite a lo establecido en las normas de jurisdicción voluntaria, y para el caso de que no pudiera determinarse la competencia, se estará a lo establecido por la autoridad que elijan los adoptantes (o adoptante). Según la LJV será competente el Juzgado de Primera Instancia del lugar de la sede de la Entidad Publica que tenga encomendado la protección de menor, y en su defecto, el del domicilio del adoptante (art.30). Cuando sea internacionalmente competente el tribunal español, pero no sea posible fijar la competencia territorial, LJV establecerá como competencia del tribunal, el lugar donde los actos de jurisdicción voluntaria deban de producir sus efectos principales, o donde deba tener lugar su ejecución (art. 9). C. Reconocimiento en España de adopciones constituidas por autoridad extranjera S15 “El reconocimiento en España de adopciones constituidas por autoridad extranjera fuera del marco convencional” La aplicación de las previsiones de la LAI en materia de reconocimiento tendrá lugar cuando ninguna norma de fuente convencional (en particular el CLH-1993) sea aplicable (art. 25). 1º) Autoridad que interviene Las adopciones como actos de jurisdicción voluntaria no necesitan obtener exequátur, podrán ser reconocidas de forma automática. Así el acceso al RC español es la forma de otorgar eficacia a las adopciones que se han constituido en el extranjero a través de su reconocimiento incidental (art. 12.2 de la LJV y 27 de la LAI). La LJV recoge la doble posibilidad: reconocimiento incidental = automático declaración general de reconocimiento = exeqúatur La decisión por la que se constituye la adopción en el extranjero es un acto de jurisdicción voluntaria cuyo control de validez se somete al Encargado del Registro Civil quien procederá, por medio de un reconocimiento incidental: a) en el caso de que se trate de una adopción constituida en un Estado parte del CLH 1993, la presentación del certificado y que dicha adopción no incurre en una causa de no reconocimiento; b) en el caso de que se trate un menor con residencia habitual en un Estado no parte, se controlará incidentalmente el cumplimiento de los requisitos del artículo 26 y que la adopción reúne las condiciones del art. 5.1 e) y f) LAI. VAGONSU 79 5. Intervención de las Entidades Públicas. 1. En materia de adopción internacional corresponde a las Entidades Públicas: e) Recibir la asignación del menor de las autoridades competentes del país de origen en la que figure información sobre su identidad, su adoptabilidad, su medio social y familiar, su historia médica y necesidades particulares; así como la información relativa al otorgamiento de los consentimientos de personas, instituciones y autoridades requeridas por la legislación del país de origen. f) Dar la conformidad respecto a la adecuación de las características del menor asignado por el organismo competente del país de origen con las que figuren en el informe psicosocial que acompaña al certificado de idoneidad. La autoridad española se puede encontrar decisiones extranjeras de conversión de una opción simple en plena o de nulidad, tales decisiones para ser eficaces en España están sometidas al cumplimiento de los requisitos del art. 26. La LAI no modifica el régimen de acceso al registro, el art.29 se remite a lo establecido al respecto en la LRC para la inscripción, obligando a la inscripción del nacimiento del menor y de la adopción cuando constituida está por autoridad extranjera, los adoptantes tengan su residencia habitual en España. 2º) Condiciones para el reconocimiento J2 15 “Condiciones para el reconocimiento de una adopción constituida en el extranjero conforme a las previsiones de la Ley de Adopción Internacional (LAI) El art. 26 LAI establece los requisitos que han de cumplir las adopciones constituidas en el extranjero para tener eficacia en España: 1. Se considerará competente la autoridad extranjera si la adopción tiene vínculos razonables con el país cuya autoridad la haya constituido. Y en todo caso se considerará competente aplicando de forma recíproca las normas de competencia del art. 14 LAI. 2. Que la adopción no vulnere el orden público. Se entenderá que vulnera el orden público las adopciones en las que en su constitución no se ha respetado el interés del menor, en particular cuando se ha prescindido de los consentimientos y audiencias necesarios, o cuando se constaten que no fueron informados y libres o se obtuvieron mediante pago o compensación. 3. Cuando el adoptante o el adoptado sea español, para el reconocimiento de la adopción, la autoridad española controlará que los efectos de la adopción constituida sean equivalentes a los atribuidos a la adopción española (ruptura de vínculos con la familia anterior, adopción irrevocable declarada por documento público o comparecencia ante el Encargado del Registro Civil). 4. Cuando el adoptante sea español y resida en España, se exige la obtención del certificado de idoneidad, previamente a la constitución de la adopción. La LAI en su artículo 10.1 define por 1ª vez a nivel estatal el concepto de idoneidad, pero la fijación de los criterios para la valoración a la hora de su otorgamiento o denegación es competencia de cada CCAA. Esto ha provocado ante las disparidades existentes a requerir a través del artículo 10.2 mayor coordinación entre las CCAA, para homogeneizar los criterios. El certificado tendrá una vigencia máxima de 3 años, podrá ser revisado si se produce un cambio en las condiciones personales y familiares; y podrá otorgarse de forma simultánea para la adopción nacional e internacional. VAGONSU 80 Sí él adoptando fuera español, en el momento de la constitución de la adopción ante autoridad extranjera se pide, el consentimiento de la Entidad Pública competente del último lugar de residencia habitual del menor en España (art. 26.4). 5. Cumplimiento de los requisitos formales. Legalización y traducción de los documentos (art 26 LAI en relación con los arts. 323 y 144 LEC), salvo exento por convenios internacionales. 6. Novedad de la LAI fue el tratamiento de las adopciones simples, o menos plenas, constituidas en el extranjero (art 30 LAI). Tendrán efectos en España, como tal adopción simple o menos plena, si se ajusta a la ley designada por el art. 9.4 del CC (ley de la residencia habitual del hijo en el momento del establecimiento de la filiación. A falta de residencia habitual del hijo, o si esta ley no permitiere el establecimiento de la filiación, se aplicará la ley nacional del hijo en ese momento. Si esta ley no permitiere el establecimiento de la filiación o si el hijo careciere de residencia habitual y de nacionalidad, se aplicará la ley sustantiva española) esta ley determina, su existencia, validez y efectos; y la atribución de la patria potestad. Dichas adopciones no tendrán acceso al Registro Civil como adopción y no comportarán la adquisición de la nacionalidad. Se articula el mecanismo de conversión de las adopciones simples en la adopción plena. La conversión se articula por la ley que se aplicó a su constitución a través de un expediente de jurisdicción voluntaria. Recordar previsiones art. 42 LJV. La propuesta previa de la Entidad Pública competente no será necesario para instalar el expediente judicial, pero todos los consentimientos establecidos en la norma y la forma otorgarlos se deben cumplir, estableciendo el artículo 30 los requisitos que el juez a de revisar. 7. No se reconocerá una adopción simple o menos plena, cuando sea contraria al orden público, teniendo en cuenta el interés superior del menor (art 31 LAI). D. Ley aplicable a la adopción La mayoría de las adopciones se constituyen en el extranjero por autoridad extranjera y conforme su ordenamiento, por lo que la aplicación de la norma interna española LAI tendrá carácter residual y solo será aplicable cuando la Constitución de la misma se produce ante autoridad española. La LAI establece en los arts. 18 a 22 las normas de ley aplicable, combinando la aplicación de la ley material española y la ley extranjera para determinados aspectos y en función de los casos. La LJV en los casos en los que las autoridades españolas tengan competencias remite en su art. 10 a la ley que resulte aplicable conforme a las normas de la UE o las internas del ordenamiento español. Con carácter general, y conforme al art. 18 LAI, se aplica la ley material española a la constitución de la adopción por autoridades españolas, cuando el adoptando tenga su residencia habitual en España o haya sido o vaya a ser trasladado a España con objeto de establecerla. Sin embargo, aún en estos supuestos puede tener entrada una ley extranjera. En lo que hace a la capacidad del adoptando y a los consentimientos, resultará aplicable la ley nacional del adoptando cuando: no tiene residencia habitual en España o aun teniéndola no adquiere, en virtud de la adopción la nacionalidad española (art. 19.1.). Dicha ley se aplicará cuando la autoridad española estime que con ello se facilita el reconocimiento de la adopción en el país de la nacionalidad del adoptando art. 19.2. VAGONSU 81 No procede su aplicación cuando se trate de adoptados apátridas o de nacionalidad indeterminada (art. 19.3). Se trata de que en la adopción constituida por autoridad española se reconocía el estado con el que el menor mantiene una clara vinculación, el de su nacionalidad. Si la ley nacional del adoptando prohíbe o no contempla la adopción, se denegará su constitución, excepto cuando el menor haya sido declarado en desamparo y tutelado por la Entidad Pública (art. 19.4). Una menor protegida bajo el régimen de Kafala sobre la que se pretendía constituir en Francia una adopción. El TEDH determinó que un ordenamiento jurídico como el francés, que no permite la constitución de la adopción en Francia sobre menores cuya ley nacional la prohíbe, no es contrario a la vida privada y familiar contenido en el art. 8 del CEDH. Puede ser aplicable para los consentimientos, audiencias, autorizaciones, junto a la aplicación de la ley material española, la ley nacional o de residencia habitual del adoptante o adoptado, cuando tales consentimientos repercuten en el interés del menor (art. 20.a), o se solicita por el adoptante o el Ministerio fiscal (art. 20.b). La ley aplicable a la constitución de la adopción se extenderá a los supuestos de conversión de la adopción no plena en plena y a su nulidad. En el caso de la conversión de la adopción no plena, la LJV en su artículo 42 establece criterios de atribución de competencia de las autoridades españolas. Sin necesidad propuesta previa por la entidad pública competente, el adoptante deberá aportar su ofrecimiento para la adopción plena, junto a éste debe aportarse el documento de constitución de la adopción por la autoridad extranjera y las pruebas que demuestran que la adoptando cumple los requisitos necesarios. Se requieren los consentimientos ante el juez del cónyuge o del adoptante o de persona unida por análoga relación de afectividad. El auto que declara la conversión deberá enviarse el Registro Civil para su inscripción. La LJV remite al juez al examen de los requisitos enumerados en el artículo 30.4 de la LAI. Art 23 LAI: inaplicación de una ley extranjera cuando sea contraria al orden público español, se tendrá en cuenta el interés del menor y los vínculos del supuesto con España→ se aplicará la ley española. Art. 24 LAI: cooperación entre autoridades consulares españolas en los supuestos en qué requerida su intervención por las autoridades extranjeras competentes para la constitución de una adopción, el adoptante sea español y residente en ese país. La autoridad extranjera puede requerir a la autoridad consular información sobre el adoptante que esté en poder de las autoridades de su última residencia habitual en España con la que el propio cónsul tenga por otros medios. IV. GESTACIÓN POR SUSTITUCION: SITUACIÓN ACTUAL La Ley 14/2006 sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida considera nulos de pleno derecho los contratos por los que se acuerda la gestación por una mujer que renuncia a la filiación materna (art. 10). En el OJ español la filiación materna viene determinada por el parto. Pronunciamientos judiciales y resoluciones e instrucciones de la DGRN han tratado este asunto. La DGRN dictó una Instrucción el 5 de octubre de 2010 que consideraba el tema desde la perspectiva del reconocimiento en España de decisiones dictadas en el extranjero. VAGONSU 82 Se trataba el acceso al RC mediante la presentación de una decisión judicial extranjera en la que se hacía constar el nacimiento y la filiación del nacido. La DGRN arbitró dos vías de acceso al RC, en función de que las decisiones extranjeras se hubieran adoptado como consecuencia de: un procedimiento contencioso = obligación de obtener el exequátur de la decisión. jurisdicción voluntaria = reconocimiento incidental (art. 11 LJV). La Instrucción dispone los requisitos cuyo cumplimiento debe constatar el Encargado del RC en el reconocimiento incidental. Posteriormente hay que señalar distintos pronunciamientos del TS. El TS en Sentencia de 6/2/2014 consideró que no era posible transcribir al RC las actas registrales de los nacimientos de dos niños nacidos en EEUU a través de gestación por sustitución puesto que ello contravenía el orden público internacional español. Entendía el Tribunal que se podía proteger al menor con una adopción u otras medidas de asistencia. Unos meses más tarde es el TEDH quien se pronuncia condenando a Francia por vulnerar el derecho a la vida privada y familiar protegido en el art. 8 CEDH en dos decisiones el 26/6/2014. Su razonamiento se centró en que se había impedido a dos niños nacidos por gestación por sustitución la determinación de su filiación, por ningún medio, imposibilitando incluso la determinación de la filiación paterna (en ambos casos los varones habían aportado material genético); además entendió que se había producido una vulneración del derecho fundamental a la identidad de los menores en la medida que no se produce la continuidad del estado civil de los menores en el Estado donde se pretende la inscripción. El TEDH vuelve a decidir sobre esta materia en relación a la vida privada y familiar en Sentencia del 27/1/2015, aunque este caso tiene diferencias importantes con los supuestos anteriores (dando un giro a la postura mantenida en la decisión anterior). Paralizadas en un principio, tras la Sentencia del TS de febrero de 2014, las inscripciones en el RC de niños nacidos en el extranjero por maternidad subrogada posteriormente, y tras la postura mantenida por el TEDH, la DGRN dicta el 11/6/2014 una Circular o Informe donde confirma la vigencia de la Instrucción de 5/10/2010, y vuelve a dictar una resolución de confirmación el 18 de febrero de 2019. A la vista de los pronunciamientos del Tribunal de Estrasburgo se presenta ante el TS un incidente de nulidad de actuaciones de su Sentencia de 2014. El TS resuelve, por Auto de 2/2/2015, que no ha lugar a declarar la nulidad de la referida Sentencia basándose en las diferencias entre los supuestos resueltos por el TS y los resueltos por el TEDH; por tanto, el TS establece que su decisión no es contraria a la posición del TEDH al respecto. En el momento actual, la Ley 19/2015 de medidas de reforma de la Administración de Justicia y del RC, no abre la posibilidad de inscribir estos nacimientos acaecidos en el extranjero (art. 44.4 y 44.7). Lección 20 La protección internacional de menores I. INTRODUCCIÓN La CE proyecta un doble sistema de protección de los menores: Los poderes públicos – la protección integral de los menores VAGONSU 83 Los progenitores – encargados de préstales asistencia en todo orden La familia y los poderes públicos son los dos pilares en los que se asienta el sistema protector español de menores. La proyección de este sistema consagrado en la CE se refleja en normas como la LO 1/1996 de 15 de enero de Protección Jurídica del Menor, de modificación de CC y de la LEC, modificada por la Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio de Modificación del Sistema de Protección a la Infancia y a la Adolescencia. En el ámbito internacional ONU: Declaración de los Derechos del Niño de 1956 Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 Organismos de codificación de ámbito universal o regional: CLH-1996 relativo a la competencia, ley aplicable, reconocimiento, ejecución y cooperación en materia de responsabilidad parental y medidas de protección de menores. Este ha sustituido al CLH 1961 sobre competencia de autoridades y ley aplicable en protección de menores (en lo que hace a España este texto continúa aplicándose con China, Macao, Suiza y Turquía). En lo referente a la protección de los derechos de custodia y de visita destaca el CLH-1980 sobre los aspectos civiles de la sustracción internacional de menores. Unión Europea: R. 2201/2003 del Consejo, relativo a la competencia, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental (que deroga el R.1347/2000). La intervención del Consejo de Europa con instrumentos como el Convenio Relativo al Reconocimiento y la Ejecución de decisiones en materia de Custodia Menores, así como el Restablecimiento de dicha Custodia, de 20 de mayo de 1980. Tratados bilaterales como, por ejemplo, el Convenio entre el Reino de España y el Reino de Marruecos sobre asistencia judicial, reconocimiento y ejecución de resoluciones judiciales en materia de derecho de custodia y derecho de visita y devolución de menores de 30 de mayo de 1997. II. LA PROTECCIÓN INTERNACIONAL DE MENORES: RÉGIMEN GENERAL En la actualidad, el régimen general de protección de los menores está integrado por el CLH-1996 de protección de menores y por el R. 2201/2003. De aplicación subsidiaria, la LAI en los artículos 32 a 34 regula el régimen de la competencia, la ley aplicable, así como los efectos de instituciones relativas a la protección de menores que no produzcan vínculos de filiación acordadas por autoridades extranjeras. 1. Ámbito de aplicación Se evidencia una protección global de los menores. Por ejemplo, la posibilidad de adoptar las medidas reglamentarias con independencia de que éstas se vinculen o no a procesos matrimoniales. Aunque ambos instrumentos parten de la delimitación en su aplicación a las medidas civiles, la extensión del Reglamento por la acción del TJUE permite incluir en su ámbito de aplicación medidas de protección que VAGONSU 84 pueden ser consideradas (según un Derecho Nacional) como de Derecho público. Supone incorporar en el ámbito de aplicación del texto las medidas que se dictan en directa conexión con la protección del menor y ello con independencia de su calificación. Sin pretender hacer una enumeración exhaustiva son objeto de regulación del CLH 1996 y del R. 2201/2003: la atribución, el ejercicio y la privación total o parcial de la responsabilidad parental, el derecho de guarda y de visita, la tutela, la curatela, … En el ámbito del CLH 1996 se incluye una medida de protección poco conocida, la “kafala”, propia del derecho islámico. En ambos textos se excluyen de su ámbito de aplicación: a) las medidas referidas a supuestos del Derecho de la persona (establecimiento e impugnación de la filiación, decisión sobre adopción, el nombre y los apellidos, emancipación, obligaciones alimenticias, trusts y sucesiones); b) las medidas de carácter público como en materia de educación, salud, seguridad social, o medidas adoptadas como consecuencia de infracciones penales cometidas por los niños, entre otras. El R-2201/2003 no establece la edad, quedará fijado, o por el Derecho interno del Estado, o por un texto convencional cuya aplicación sea complementaria con la norma europea. En el caso del CLH-1996 se establece su aplicación a los niños desde su nacimiento hasta que cumplen los 18 años (art. 2). 2. Aspectos procesales Tanto CLH 1996 como el R.2201/2003, recogen soluciones para cada aspecto procesal (CJI, reconocimiento y cooperación entre autoridades), lo primero será despejar cuál de ellos es el aplicable en función del caso. La LAI en su art. 32, en referencia a la competencia de las autoridades españolas para la constitución de otras medidas de protección de menores se remite a las normas internacionales y no a la LOPJ. Dicha norma incluye foros de competencia en su art.22 quáter letra d) para medidas de protección de menores y responsabilidad parental cuando: el menor tenga residencia habitual en España o el demandante sea español o resida en España. También el art. 22 sexies precepto relativo a la competencia de las autoridades españolas para adoptar medidas provisionales o de aseguramiento sobre personas o bienes que se encuentran en España y que han de cumplirse en España. A. Competencia judicial internacional El criterio principal de competencia tanto en el instrumento europeo como en la norma convencional es el lugar de residencia habitual del menor. Ahora bien, en ambos casos, la mera presencia del menor en el territorio de un Estado es criterio suficiente para adoptar medidas protectoras, si bien en supuestos especiales y con un límite temporal de duración. VAGONSU 85 La determinación del instrumento jurídico aplicable se estable en función de dónde se localice la residencia habitual del menor: 1º) Si la residencia habitual del menor esté en un Estado miembro, a su vez parte del CLH-1996 (ej. España): primará el R 2201/2003 (art. 61); las autoridades -en este caso españolas- tendrán que fundamentar su competencia a través de las normas de este instrumento y conforme al mismo serán competentes, según art. 8. 2º) Si la residencia del menor esté en un tercer Estado parte del CLH 1996, que no es miembro de la UE: las autoridades españolas, ante las que se insta la adopción de medidas, aplicarán el CLH 1996 (ya veremos en qué supuesto tendrán competencia para conocer del asunto). 3º) Si la residencia del menor esté en un tercer Estado que no está vinculado por el CHL de 1996: las autoridades españolas emplearán el R-2201/2003 y podrán atribuirse competencia si, por ejemplo, se cumplen los requisitos que su art. 12 establece (se detallan más adelante). Determinada la aplicación de uno u otro texto, ambos parten de la competencia de las autoridades: 1º) Del estado de la residencia habitual del menor (idea de proximidad). Ni el R 2201/2003, ni el Convenio de La Haya definen el término “residencia habitual”, el TJUE tras concretar los aspectos que de hecho la fijan recalca la necesaria correspondencia entre éstos y el lugar donde el menor tiene “una cierta integración en un entorno social y familiar”. Aclarando que “es competencia de los órganos jurisdiccionales nacionales determinar la residencia habitual del menor teniendo en cuenta el conjunto de circunstancias de hecho particulares en cada caso”. 2º) El R 2201/2003, a diferencia del CLH 1996, regula la posibilidad de que las autoridades de la residencia habitual prorroguen su competencia a efectos de modificar una resolución dictada por ellas mismas sobre el derecho de visita, aunque se haya producido un cambio legal de residencia habitual del menor al territorio de otro EM. Se conserva durante los tres meses siguientes al cambio, cuando el titular del derecho de visita sigue residiendo en dicho Estado, salvo que éste comparezca en el procedimiento sin impugnar la competencia de las autoridades de la nueva residencia habitual del menor (art.9). 3º) Tanto el R-2201/2003 como el CLH-1996 establecen excepciones que permiten a las autoridades de un Estado, diferente al del lugar de la residencia habitual del menor, fundamentar su competencia. Esto sucede: a) En los supuestos en los que se está tramitando un proceso de separación o de divorcio ante autoridades distintas a las de la residencia habitual del menor. Se habilita a dichas autoridades a través de un foro de conexidad. Su competencia está supeditada al cumplimiento de condiciones de difícil satisfacción, como por ejemplo el acuerdo expreso a dicha competencia de los cónyuges o de los titulares de la responsabilidad parental condición establecida tanto el Reglamento como en el CLH. Por ejemplo, un matrimonio español con residencia habitual en Alemania decide interponer demanda divorcio entre la autoridad española. El juez español será competente para conocer del divorcio, foro de la nacionalidad común de las partes art. 3 del R.2201/2003, pero para la competencia en relación con el derecho de custodia y del derecho de visitas sobre los dos hijos tendrán que cumplir las condiciones que termina el apartado 1º del artículo 12 del R.2201/2003 para que ese mismo Tribunal pueda conocer teniendo en cuenta que los menores tienen su residencia habitual en Alemania. VAGONSU 86 b) También se contempla un supuesto especial en el R.2201/2003, que permite a las autoridades de un EM adoptar medidas de protección sobre menores cuya residencia habitual se encuentra en un tercer Estado, no parte del CLH-1996, cuando: a) el menor esté estrechamente vinculado con ese Estado UE, por el hecho de que uno de los titulares de la responsabilidad parental tenga en él su residencia habitual o porque el menor es nacional de dicho Estado UE, y b) cuando su competencia haya sido aceptada expresamente, o de cualquier otra forma inequívoca, por todas las partes en el procedimiento, en el momento de presentar el asunto ante el órgano jurisdiccional y la competencia responda al interés superior del menor (art. 12 R. 2201/2003). Por ejemplo, un matrimonio de nacionalidad China con residencia habitual en España, de demanda de divorcio ante autoridades españolas. El matrimonio tiene dos hijos con residencia en España y uno más en China con los abuelos. Autoridad española tendrá competencia para conocer del divorcio art. 3 del Reglamento y las medias sobre los menores con residencia en España art. 8 del Reglamento. En relación con el menor de residencia habitual en China si cumplen los requisitos del art. 12 del Reglamento del Tribunal español podrá igualmente conocer. La competencia dicho Tribunal César recae resolución firme en el marco de dicho procedimiento. Si la residencia del menor estuviera situada en un tercer estado parte del CLH 1996, sus previsiones serían aplicables para determinar la CJI de los tribunales españoles siendo aplicación los arts. 8 y 9 del CLH 1.996. Si la residencia del menor se encontraba fijada en Marruecos (tercer estado parte del CLH) será el CLH el que determinará la competencia o no de las autoridades españolas para tomar medidas de protección pertinentes. La idea de proximidad entre la autoridad que organiza el sistema protector y el menor está también presente en supuestos en los que es necesario adoptar medidas de protección sobre menores cuyo lugar de residencia habitual no puede fijarse y no es posible determinar la competencia de otras autoridades mediante la aplicación de otros preceptos (art. 13 R.2201/2003 y arts. 6 y 11 CLH 1996). En el caso de que ningún Tribunal de un Estado miembro sea competente conforme a las previsiones de los artículos 8 a 13 del Reglamento como competencia residual permite la aplicación de la normativa de fuente interna de los Estados para establecer en su caso la competencia del Tribunal ante el que se recurre. Un ejemplo: se solicita por el demandante en un procedimiento de divorcio entre dos nacionales pakistaníes con residencia en España la custodia de un menor que reside en Pakistán. Ante la falta de acuerdo por el progenitor demandado sobre la competencia a los tribunales españoles para que conozcan de la petición de custodia y debido a que ningún otro Tribunal de un EM es competente, el art. 14 del Reglamento permite aplicar de forma residual las normas de competencia interna. Será aplicable el artículo 22 quárter de la LOPJ que establece la competencia del Tribunal español cuando el hijo tenga su residencia habitual en España al tiempo de la interposición de la demanda, o el demandante sea español, o resida habitualmente en España. Al tener en este caso el demandante su residencia en España, las autoridades españolas podrán conocer de las medidas de protección sobre el menor con residencia habitual en Pakistán. Los foros de competencia de ambos textos no obedecen únicamente al principio de proximidad. Criterios VAGONSU 87 materiales, como el interés del menor, permiten que: una autoridad, en principio, competente decline su competencia a favor de otra autoridad; o que una autoridad solicite a otra el conocimiento del asunto, si la primera entiende que está mejor situada para apreciar el interés del menor. Este mecanismo se asemeja, aunque no comparte todos sus rasgos al fórum no conveniens para el primer supuesto, al fórum conveniens para el segundo. El fórum non conveniens, es un expediente creado, aunque no exclusivo de los países anglosajones mediante el que la autoridad competente para conocer del asunto declina su competencia a favor de una 2ª autoridad a su juicio mejor situada para resolver fórum conveniens. En el supuesto que es la 2ª autoridad decida no conocer la 1ª autoridad retomará el asunto. Estos foros se regulan en el art. 15 de R.2201/2003 y en el CHL 1996, arts. 8 y 9. Matrimonio nacionalidad alemana que reside en España con sus dos hijos. En un accidente fallecen ambos progenitores. En este supuesto sería posible que se solicitará la declinación de la competencia de las autoridades españolas (residencia habitual de los menores) en favor de las alemanas (nacionalidad de los menores) y en cuyo territorio además continúa viviendo el resto de la familia. B. Reconocimiento de decisiones 1º) El país de origen de la decisión es el criterio fundamental para determinar el instrumento que resultará aplicable a la hora de reconocer y en su caso ejecutar una medida de protección prevista en los instrumentos que se están analizando. a) La aplicación de la norma de reconocimiento del R. 2201/2003 tendrá lugar si se trata de otorgar efectos en el territorio de un EM a una decisión dictada por un órgano jurisdiccional de otro EM. Las normas de reconocimiento del R. 2201/2003 se aplicarán entre EEMM, aunque la medida se hubiera pronunciado sobre un menor con residencia en un 3er estado parte del CLH (aplicando por tanto las normas del CLH 1996). Aun cuando el estado donde se quiere que la resolución tenga efecto sea parte del CLH 1996 (como es el caso de España). Ejemplo: sobre un menor con residencia habitual en Marruecos se determina el derecho de custodia y se organiza el régimen de visitas por parte de las autoridades francesas (CJI por art. 10 del CLH, ante las mismas está tramitando la demanda de divorcio). Si se pretende el reconocimiento de dicha decisión en otro EM, por ejemplo, España, resultan aplicables las previsiones del R. 2201/2003 con independencia de que la medida se adoptará aplicando el CLH 1996. b) La aplicación del Convenio de La Haya de 1996 a efectos de reconocimiento requiere que la decisión provenga de un órgano jurisdiccional de un tercer Estado que sea parte contratante. La autoridad española aplicará el CLH 1996 para el reconocimiento una decisión en Suiza en la que se establece el derecho de custodia y el régimen de visitas de un menor con residencia habitual en Marruecos. Las autoridades suizas ante la que se instó el divorcio de los progenitores fueron competentes en aplicación del artículo 10 del CLH 1996. Dentro de los requisitos establecidos para que la decisión surta efectos en España se controla que las autoridades suizas asumirán competencia conforme a los criterios previstos en el Capítulo II VAGONSU 88 (competencia) del texto convencional (art. 23). Es decir, que la competencia de Suiza viene dada por el CLH. 2º) Tanto el R.2201/2003 como el CLH 1996 parten en su articulado del reconocimiento de pleno derecho de las decisiones. En ambos casos se da igualmente a las partes la posibilidad de que se resuelva sobre el reconocimiento o no reconocimiento de una resolución. En el CLH 1996 se seguirá el procedimiento en establecido en el Estado requerido, en el R. 2201/2003, se produce una remisión al procedimiento previsto en su propio instrumento. El reconocimiento incidental, solo está previsto en el R. 2201/2003 y no en el CLH 1996. 3º) En cuanto a los requisitos para que las decisiones surtan efectos: En ninguno de los dos instrumentos se permite el control del fondo de la decisión cuyo reconocimiento se pretende. Motivos que pueden ser alegados para denegar el reconocimiento, cabe distinguir: Condiciones que pueden alegarse para denegar el reconocimiento y que coinciden en ambos textos. 1º) El orden público, estando presente el interés superior del menor está presente en su interpretación y aplicación; 2º) La vulneración de los derechos de defensa tanto del menor como de quien se opone al reconocimiento. En particular en el R.2201/2003 no se obtendrá el reconocimiento de la decisión dictada en rebeldía de quien se opone cuando dicha persona no hay sido notifica en forma y con tiempo. El CLH 1996 recoge de forma más general, cuando quien se opone no tuvo la posibilidad de ser oída en el proceso de origen. La LO 1/1996 de Protección Jurídica del Menor, incluye el derecho del menor a ser oído, así la denegación de la comparecencia o audiencia del menor habrá de realizarse mediante resolución motivada. 3º) La inconciabilidad de las decisiones; la decisión posterior o la más reciente es la que prevalece. Condiciones que pueden alegarse para denegar el reconocimiento y que no coinciden en ambos textos: El control de la competencia de la autoridad de origen que dictó la resolución se realizará cuando resulte aplicable la norma convencional que exige que tal autoridad responda a uno de los foros de competencia previstos en el Capítulo II del CLH 1996. Si bien, las autoridades del Estado requerido se encuentran vinculadas por la constatación del hecho sobre las que ha basado la competencia la autoridad que ha adoptado la medida. En lo relativo a la ejecución de decisiones, la aproximación es también palpable. Regulándose en el marco del R.2201/2003, por las previsiones de la Sección 2ª Capítulo III y en el CLH 1996 por el capítulo IV. C. Cooperación entre autoridades S17 “El sistema de cooperación entre autoridades en el convenio de La Haya de 1996 de protección de menores y su engranaje con el R 2201/2003” VAGONSU 89 El sistema de cooperación entre autoridades sólo puede emplearse entre Estados parte del CLH 1996 o entre Estados miembros de la UE, respectivamente. Tras el establecimiento de aspectos como: el nombramiento de las autoridades centrales, sus funciones generales, los casos específicos en los que se puede requerir su cooperación, …, una especial atención al supuesto en el que una autoridad competente decide el acogimiento del menor (sea en un centro o en una familia), y que dicha medida de protección tenga que desarrollarse en el territorio de un estado distinto (art. 56 R.2201/2003 art. 33 CLH 1996). Se prevé la intervención de las Autoridades Centrales en cada Estado designadas con el propósito de facilitar la materialización de la medida. En lo que hace a la figura de la Autoridad Central en España, la Secretaria General Técnica del Ministerio de Justicia es quien ha sido designada para ambos textos. El legislador es respetuoso con el ordenamiento interno de los Estados, por lo que la opción será la prevista en cada uno, respetando el criterio de protección de menores presente tanto en el CLH 1996 como en el R.2201/2003. 3. Ley aplicable J15 “La ley aplicable en el convenio de La Haya de 1996 de protección de menores” SR 17 “Un Tribunal español está conociendo de un asunto en el que debe adoptar unas medidas de protección sobre un menor: ¿conforme a que ley adoptará estas medidas considerando que se trata de un menor de nacionalidad búlgara residente en España? ¿Cabe alguna excepción que permita tomar en consideración una ley diferente? Fundamente la respuesta. SR 19 El CLH de 1996 de protección de menores aborda el problema de la determinación del derecho aplicable; R. 2201/2003 se limita a los aspectos procesales. Cuando las autoridades españolas tienen competencia para adoptar medidas de protección, bien vía R. 2201/2003, o bien vía CLH-1996, la determinación del derecho aplicable se hará siempre a través de las previsiones que al respecto hace el instrumento convencional, cuya aplicación de carácter universal desplaza a la normativa interna al respecto (9 del CC, apartados 4º y 6º remiten expresamente a las soluciones del CLH). SR 18 “¿Qué supone la universalidad en aquellos reglamentos o convenios por los que se determina la ley aplicable un litigio?” Ejemplo de aplicación conjunta de normas de distinta fuente. Determinar la competencia de una autoridad para adoptar medidas de protección sobre un menor nacional extranjero que tenga su residencia habitual en España se aplicará el R. 2201/2003. Establecida dicha competencia la autoridad española recurrirá al CLH de 1996 para determinar el ordenamiento aplicable para resolver la cuestión planteada. Ejemplo de aplicación del CLH 1996 tanto para establecer la competencia autoridad española, como la determinación de la ley aplicable. Se discute la competencia las autoridades españolas para adoptar medidas de protección sobre un menor con residencia habitual en un tercer estado parte del CLH 1996. La competencia se regulará por el CLH 1996. Atribuida la competencia la autoridad española está resolverá conforme las previsiones que sobre la ley aplicable contiene el convenio. VAGONSU 90 1º) La autoridad que se declare competente para conocer aplicará su propia ley (art. 15.1) con ello se consigue la unión fórum-ius y evita complicaciones de la aplicación del derecho extranjero. En la medida que la protección de la persona o de los bienes del niño lo requieran, las autoridades competentes pueden excepcionalmente aplicar, o tomar en consideración, la ley de otro Estado con el que la situación mantenga un vínculo estrecho (art. 15.2), en interés del menor. 2º) Para la atribución, ejercicio y extinción de la responsabilidad parental, se establece una norma de conflicto. La responsabilidad parental queda sometida a la ley de la residencia habitual del menor, consiguiendo para la mayoría de los supuestos que sea el mismo OJ el que se aplique, tanto a la atribución y a la extinción de la responsabilidad parental, como a las medidas de protección que hubieran de adoptarse con intervención de una autoridad (dado que la competencia principal la tienen las autoridades de la residencia habitual y éstas aplicarán su ley interna). Ejemplo: en el caso español, la patria potestad sin intervención de ninguna autoridad, esto es las facultades y deberes que la conforman corresponden de forma conjunta ambos progenitores. En el caso de que no haya acuerdo entre ambos en torno a una medida tendrán que acudir a la autoridad judicial. En otros ordenamientos, por ejemplo, en el derecho suizo cuando se trata de progenitores no casados la patria potestad se otorga de forma exclusiva la madre y está ejerce dichos derechos sin contar con el otro progenitor. La inestabilidad de la conexión residencia habitual puede plantear problemas de conflicto móvil, por lo que a lo largo del precepto se establece que ordenamiento jurídico regirá la atribución o extinción de la responsabilidad parental, así como la continuidad en ordenación en la aplicación de la antigua residencia habitual, aunque se produzca un cambio de residencia (art. 16.2 y 3). El ejercicio de la responsabilidad parental (los derechos y facultades que conforman su contenido) se regirá por la ley de residencia habitual del menor y en caso de cambio de dicha residencia por la nueva. Ejemplo. Un menor reside en Suiza, patria potestad conforme al derecho suizo y en el caso parejas no casadas corresponde a la progenitora. Si posteriormente el menor es trasladado a España dicha patria potestad no desaparece pero el ejercicio de los derechos y facultades que forman parte del contenido de la patria potestad se regula por la ley española (art. 17) Así, la madre no podría decidir, por ejemplo, trasladar el domicilio del menor otro estado sin el consentimiento del otro progenitor ya que en ordenamiento español esta decisión se ha de tomar de común acuerdo o por uno con el consentimiento del otro. Si no hay acuerdo se tendrá que acudir a la autoridad judicial para que lo decida. La remisión que en el Convenio se hace al Derecho material extranjero evita la posibilidad de que se produzca un reenvío. El interés del menor tiene un peso fundamental a la hora de excepcionar la aplicación del derecho extranjero para la activación de la cláusula de orden público. III. LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS DE CUSTODIA Y DE VISITA: SUSTRACCIÓN INTERNACIONAL DE MENORES La sustracción internacional de menores es un fenómeno que tiene lugar cuando un menor sobre el que los progenitores comparten el derecho de custodia es trasladado por uno de ellos a un segundo Estado impidiendo al otro progenitor el ejercicio de su derecho (desplazamiento del menor); o bien cuando un progenitor, al que tras un procedimiento le ha sido conferido el derecho de visita no devuelve al menor al lugar de su residencia habitual, una vez trascurrido el periodo establecido (retención del menor). VAGONSU 91 En España la decisión en torno al domicilio de los menores es un aspecto relativo al ejercicio, generalmente de forma conjunta de la patria potestad. En defecto de acuerdo han de acudir al juez. Para una comprensión de las soluciones hay que partir del hecho de que es el R. 2201/2003 el que permite la aplicación de la solución contenida en la norma convencional al remitir a los mecanismos de restitución incorporados en el CLH 1980 de sustracción internacional de menores, (art.11). La UE decide que el R. 2201/2003 se remita a las soluciones del Convenio por el éxito del mismo. El Reglamento matiza algunas de las soluciones del Convenio y aplica solo entre EM. 1. Desplazamiento o retención ilícita de menores entre los Estados miembros de la UE Cuando el desplazamiento o retención ilícita se produce desde el territorio del Estado miembro de la residencia habitual del menor, a un segundo Estado miembro, resultan aplicables el R. 2201/2003 junto con el CLH 1980 de sustracción internacional de menores. A. Solicitud y decisión sobre la restitución de menores desplazadas o retenidos de forma ilícita El R. 2201/2003 contiene la respuesta jurídica en caso de traslado o retención ilícita de un menor entre territorios de los Estados miembros. 1º) En torno al ámbito de aplicación material hay que apuntar que el Reglamento define el traslado ilícito transcribiendo, casi de forma literal, la definición que hace el CLH 1980. 2.11) Traslado o retención ilícitos de un menor cuando: a) se haya producido con infracción de un derecho de custodia adquirido por resolución judicial, por ministerio de la ley o por un acuerdo con efectos jurídicos de conformidad con la legislación del Estado miembro en donde el menor tenía su residencia habitual inmediatamente antes de su traslado o retención, y b) este derecho se ejercía, en el momento del traslado o de la retención, de forma efectiva, separada o conjuntamente, o se habría ejercido de no haberse producido dicho traslado o retención. Se considera que la custodia es ejercida de manera conjunta cuando, en virtud de una resolución judicial o por ministerio de la ley, uno de los titulares de la responsabilidad parental no pueda decidir sin el consentimiento del otro titular sobre el lugar de residencia del menor. 2.9) derechos de custodia, entre otros, los derechos y obligaciones relativos al cuidado de la persona de un menor y, en especial, el derecho a decidir sobre su lugar de residencia; 2.10) derecho de visita, en particular, el derecho de trasladar a un menor a un lugar distinto al de su residencia habitual durante un período de tiempo limitado; 2º) En relación al ámbito de aplicación espacial, delimita la aplicación de las soluciones previstas sólo a los supuestos en los que el menor, con residencia habitual en un Estado miembro es trasladado de este Estado al territorio de otro Estado miembro. 3º) En relación al ámbito de aplicación personal, la normativa prevista en materia de sustracción únicamente será aplicable a los menores de 16 años. En aplicación del R. 2201/2003 cuando se solicita su devolución del menor, la petición de devolución habrá de formularse de conformidad con lo previsto en el CLH1980 y este establece el límite de edad en 16 años. VAGONSU 92 a) Mecanismo de restitución del menor al estado de su residencia habitual J18 “Explique el mecanismo de restitución de un menor que ha sido desplazado de forma ilícita desde Italia (estado de su residencia habitual) a España. Fundamente jurídicamente su respuesta”. S19 “Según lo establecido en el Convenio de La Haya de 1980: explica el mecanismo de restitución de un menor desplazado ilícitamente de un estado parte otro estado parte” A través del Convenio de la Haya de 1980 se tramitará la petición de restitución del menor, mediante un mecanismo de resolución basado en la cooperación entre autoridades. Esta vía es la más utilizada para supuestos de sustracción, aunque no es obligatorio para el particular utilizarla (a diferencia de la cooperación del CLH 1993 de adopción). El CLH 1980, prevé la designación en cada Estado parte de una Autoridad Central. Se les encomienda la realización de tareas (localizar al menor, incoar o facilitar la apertura de un procedimiento judicial o administrativo). El CLH 1980 tiene el objetivo de la restitución del menor al Estado de su residencia habitual, de forma voluntaria, o tras decisión judicial o administrativa (art. 11). La autoridad competente del Estado al que el menor ha sido trasladado puede denegar el retorno, si concurre alguna de las excepciones al retorno establecidas en los artículos 12 y 13. Art. 12. Cuando un menor haya sido trasladado o retenido ilícitamente en el sentido previsto en el artículo 3 y, en la fecha de la iniciación del procedimiento ante la autoridad judicial o administrativa del Estado Contratante donde se halle el menor hubiera transcurrido un período inferior a un año desde el momento en que se produjo el traslado o retención ilícitos, la autoridad competente ordenará la restitución inmediata del menor. La autoridad judicial o administrativa, aun en el caso de que se hubieren iniciado los procedimientos después de la expiración del plazo de un año a que se hace referencia en el párrafo precedente, ordenará asimismo la restitución del menor, salvo que quede demostrado que el menor ha quedado integrado en su nuevo medio. Cuando la autoridad judicial o administrativa tenga razones para creer que el menor ha sido trasladado a otro Estado podrá suspender el procedimiento o rechazar la demanda de restitución del menor. Las excepciones de la devolución del art. 13 son las mas alegadas en la práctica. Art. 13. No obstante lo dispuesto en el artículo precedente, la autoridad judicial o administrativa del Estado requerido no está obligada a ordenar la restitución del menor si la persona, Institución u otro Organismo que se opone a su restitución demuestra que: a) La persona, Institución u Organismo que se hubiera hecho cargo de la persona del menor no ejercía de modo efectivo el derecho de custodia en el momento en que fue trasladado o retenido o había consentido o posteriormente aceptado el traslado o retención; o b) Existe un grave riesgo de que la restitución del menor lo exponga a un peligro físico o psíquico o de cualquier otra manera ponga al menor en una situación intolerable. La autoridad judicial o administrativa podrá asimismo negarse a ordenar la restitución del menor si comprueba que el propio menor se opone a su restitución, cuando el menor haya alcanzado una edad y un grado de madurez en que resulta apropiado tener en cuenta sus opiniones. Al examinar las circunstancias a que se hace referencia en el presente artículo, las autoridades judiciales y administrativas tendrán en cuenta la información que sobre la situación social del menor proporcione la Autoridad central u otra autoridad competente del lugar de residencia habitual del menor. Junto a las citas excepciones el convenio incluye una peculiar cláusula de orden público en el artículo 20 si bien su relación matizada llevado a una escasa aplicación judicial de la misma. “La restitución del menor conforme a lo dispuesto en el artículo 12 podrá denegarse cuando no lo permitan los principios fundamentales del Estado requerido en materia de protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales”. VAGONSU 93 b) Modificación del CLH 1980 de sustracción internacional de menores por la acción del R. 2201/2003 R. 2201/2003, art. 11.4. “Los órganos jurisdiccionales no podrán denegar la restitución de un menor basándose en lo dispuesto en la letra b) del artículo 13 del Convenio de La Haya de 1980 si se demuestra que se han adoptado medidas adecuadas para garantizar la protección del menor tras su restitución”, una vez que retorne al Estado de donde fue desplazado. Por lo que, aunque los motivos se produzcan, las medidas que las autoridades del lugar de residencia habitual del menor adopten, han de evitar los riesgos alegados en caso de producirse la devolución del menor. Si a pesar de todo se niega la devolución del menor, todavía el órgano judicial del Estado residencia habitual puede intervenir el reglamento prevé el mantenimiento de la competencia de la citada autoridad para decidir sobre el fondo del asunto (derechos de custodia y de visita) aunque el menor no se encuentre físicamente en dicho territorio dado que había sido traslado de forma ilícita un 2º estado. B. Decisión de no restitución del menor y mantenimiento de la competencia del juez de la residencia habitual antes del traslado Conforme al R. 2201/2003, el progenitor que ve denegada la restitución del menor puede presentar ante las autoridades de la residencia habitual del menor, anterior al traslado o retención, una nueva demanda sobre el fondo del asunto. Obtenida ésta si la resolución dictada por las citadas autoridades requiriera para ser efectiva la devolución del menor, la orden de no retorno o permanencia en el Estado al que fue trasladado ilícitamente quedará sin efecto. La fuerza ejecutiva de la decisión sobre el fondo del asunto se proyecta sobre la restitución del menor y para ello el órgano judicial del Estado de la residencia habitual extenderá el correspondiente certificado, siempre que se cumplan las condiciones previstas en el apartado 2º del art. 42. Este certificado (anexo VII del R.2201/2003) legitima la extensión de los efectos de una decisión nacional en los demás Estados miembro, al margen de un procedimiento de exequátur. 42. 2. El juez de origen que dictó la resolución mencionada en la letra b) del apartado 1 del artículo 40 emitirá el certificado previsto en el apartado 1 únicamente: a) si se ha dado al menor posibilidad de audiencia, a menos que esto no se hubiere considerado conveniente habida cuenta de su edad o grado de madurez; b) si se ha dado a las partes posibilidad de audiencia, y c) si el órgano jurisdiccional ha tenido en cuenta, al dictar su resolución, las razones y las pruebas en las que se fundamenta la resolución emitida en virtud del artículo 13 del Convenio de La Haya de 1980. Quien pretenda dificultar la circulación de las decisiones será el encargado de demostrar: la irregularidad de la decisión, o la existencia de una resolución inconciliable dictada con posterioridad de aquella cuya ejecución se pretenda. Un ejemplo. Un menor es trasladado desde España (residencia habitual) a Alemania. El procedimiento de restitución tramitado en Alemania ordena la permanencia del menor (art. 11 R.2201/2003 y CLH 1980). En España el otro progenitor decide presentar una nueva demanda sobre los derechos de custodia y visita (art. 11.8 R.2201/2003), resolviendo las autoridades españolas competentes adjudicar el derecho de custodia definitivo a favor del dictado progenitor. Para su efectivo ejercicio se requiere que el menor vuelva a España, así tras la emisión del pertinente certificado el menor habrá de ser devuelto dejando sin efecto la decisión de no VAGONSU 94 restitución adoptada por las autoridades alemanas (art. 42 R.2201/2003). La última palabra (entre EEMM) la tienen las autoridades de la residencia habitual del menor antes de su desplazamiento o retención ilícita. Siguiendo con el ejemplo anterior, las autoridades alemanas decidieron no ejecutar la decisión española que obligaba el retorno de la menor y plantearon la referida cuestión prejudicial. El TJUE afirma que es la autoridad de origen (la española) que emite el certificado y no la de ejecución (la alemana) quién controla la vulneración que se alegue. 2. Desplazamiento retención de menores de un Estado miembro de la Unión Europea a un tercer estado o viceversa Son las soluciones del CLH 1980 las que se aplican cuando el Estado de residencia habitual del menor, del que fue trasladado, es un Estado contratante y el Estado al que fue desplazado o en el que es retenido también es un Estado contratante. La solicitud de devolución se produce mediante mecanismos de cooperación que ya hemos visto y el criterio principal es la devolución inmediata del menor. Si la decisión es de no retorno, la autoridad del lugar de residencia del menor no puede hacer nada más allá. En el supuesto de que el traslado o retención se produzca en un país en el que el Convenio no es aplicable la dificultad de ser retronado es mucho mayor. Los mecanismos de solución diferentes a los del Convenio tendrán que ponerse en funcionamiento. 3. Proceso interno español de retorno en aplicación de los textos internacionales Cuando el menor es desplazado o retenido desde otro Estado miembro o desde un tercer Estado parte del Convenio a España resulta aplicable el proceso contenido en el Capítulo IV bis de la LEC. Junto a esto resulta de interés la Circular nº 6/2015, de 17n de noviembre, sobre sustracción internacional de menores, emitida por la Fiscalía General del Estado. La LEC destaca: 1º) La concentración de la competencia en los Juzgados de Primera Instancia de la capital de provincia, de Ceuta y Melilla, con competencia en materia de derecho de familia en cuya circunscripción este el menor trasladado o retenido y en su defecto el que corresponda por turno de reparto. 2º) Celeridad, se trata de un proceso contencioso preferente, cuya resolución ha de estar en seis semanas (con recursos incluidos). 3º) La apelación será en dos efectos sin posibilidad de ejecución provisional (su resolución no podría exceder 20 días y se introducen especialidades en su tramitación) 4º) Se incorpora una amplia legitimación y se separan los aspectos civiles de los penales con el objetivo de no retrasar la resolución civil sobre la devolución o permanencia del menor. En la decisión sobre permanencia o devolución no puede analizarse el fondo del asunto. 5º) El reforzamiento de la cooperación entre autoridades es otro de los fines que se persigue para VAGONSU 95 mejor solución de estos asuntos. Comunicaciones directas entre órganos judiciales quienes podrán solicitar auxilio a las autoridades centrales, a las Redes internacionales de jueces de la Conferencia de La Haya y jueces de enlace. 6º) Especial hincapié se hace en mejorar la ejecución de la decisión que ordena la restitución del menor. Se incrementa la participación de la Autoridad central quien habrá de colaborar con el juzgado. 7º) Ejercicio del derecho de audiencia del menor. El órgano judicial antes de decidir tendrá que oír al menor, en presencia del Ministerio Fiscal, a menos que su edad o madurez no lo aconseje. Puede realizarse por video conferencia o método similar. Art. 778 sexies, el menor es trasladado desde España, Estado en el que tenía su residencia habitual, al territorio de otro Estado. Es posible solicitar a la autoridad judicial competente española una decisión que declare la ilicitud del traslado o retención (art. 15 CLH 1980). Esta declaración o certificado podrá ser utilizado por las autoridades del lugar en el que el menor ha sido retenido o al que ha sido desplazado. Lección 21 La obligación de alimentos I. INTRODUCCIÓN La Conferencia de La Haya de DIpr ha constatado un aumento de las transferencias electrónicas de fondos para el pago de alimentos: Que el acreedor y el deudor de alimentos no residen en el mismo país Que este simple hecho incrementa el riesgo de impago Que la ejecución transfronteriza de estas decisiones judiciales no es satisfactoria con los instrumentos internacionales disponibles de cobro. Un dato más de esta realidad: en la mayoría de los países de nuestro entorno sociocultural el Estado dispone de un fondo de garantía que asume parcialmente estos impagos, pero solo a favor de menores de edad. Aquí el Estado acreedor se subroga frente al obligado al pago (deudor residente en otro país). El problema del impago se traslada a un plano distinto: a saber, si el reembolso a las entidades públicas y la correspondiente acción de regreso o equivalente forma parte o no del concepto de acreedor de alimentos. España: la organización y funcionamiento del Fondo de Garantía para el pago de alimentos establecen el RD 1618/ 2007, de 7 de diciembre. En su exposición de motivos se reconoce la existencia en nuestro país de un problema social derivado de los incumplimientos del pago de los alimentos establecidos a favor de los hijos menores de edad en los supuestos de divorcio, separación, declaración de nulidad del matrimonio, o en los procesos de filiación o de alimentos. Estos incumplimientos se producen de forma deliberada en algunos casos y en otros por la imposibilidad real del deudor de hacer los efectivos. 1. Concepto jurídico de obligación de alimentos Se entiende por alimentos, el derecho que tiene una persona (alimentista o acreedor de los alimentos) a VAGONSU 96 reclamar a otra persona (alimentante o deudor de los alimentos) con la que le une un vínculo de parentesco, matrimonio o afinidad lo necesario para satisfacer sus necesidades vitales. Requisitos para la existencia de este derecho: Parentesco, matrimonio, afinidad entre alimentista y alimentante, alimentista situación de necesidad y capacidad económica del alimentante que le permita, sin detrimento de su sustento propio, hacer frente a la obligación de alimentos. No se incluye en este concepto las obligaciones de alimentos cuyo fundamento sea una relación contractual. Se trata en estos casos de negocios jurídicos que o bien cancelan una obligación de pago de alimentos (p. ej. permuta de pago de la pensión de alimentos a un hijo por el 50 % de la propiedad una vivienda) o bien responder a la necesidad de complementar los ingresos de una persona mayor (éste percibe la renta y retiene el usufructo vitalicio sobre la propiedad). 2. Tratamiento autónomo en el plano transfronterizo La regulación de la obligación de alimentos disfruta un tratamiento autónomo, teniendo en cuenta dos aspectos de la deuda alimentos: 1º) aunque la materia tenga elementos comunes con las obligaciones contractuales, pesa más su vinculación con los aspectos del derecho de familia 2º) la conexidad procesal de las acciones de alimentos con las acciones matrimoniales y de responsabilidad parental exige soluciones autónomas en supuestos de tráfico jurídico externo. La regulación debe proveer respuestas donde quede garantizada la protección de la parte económicamente más débil y el respeto del interés superior del menor y, dado que la deuda de alimentos comparte elementos del derecho contractual, debe preservarse la autonomía de la voluntad de las partes tanto en los foros de CJI como en la estructura de las conexiones para la determinación de la ley aplicable. 3. Fuentes DIPr que regula la obligación de alimentos Nos vamos a centrar en los dos instrumentos internacionales más relevantes para resolver las cuestiones procesales y la determinación ley aplicable en la materia: (1) para los aspectos procesales se trata del Reglamento nº 4/2009 (CE), del Consejo, de 18 de diciembre de 2008, relativo a la competencia, la ley aplicable, el reconocimiento y la ejecución de las resoluciones y la cooperación en materia de obligaciones de alimentos y, (2) para la determinación de la ley aplicable, es el Protocolo sobre la ley aplicable a las obligaciones alimenticias, hecho en La Haya el 23 de noviembre de 2007. En nuestra Constitución establece un mandato de protección genérica a la infancia (art. 39.4 CE) y la VAGONSU 97 obligación de prestación de asistencia de los padres respecto de los hijos (art. 39.3 CE) y que España se encuentra vinculada por los instrumentos más relevantes del Derecho internacional de los derechos humanos (art. 25.1 DUDH; art. 11 PIDESC y art. 25.4 Convención sobre los Derechos del Niño). Estas normas inciden, vía artículo 10.2 CE, en la interpretación de los derechos fundamentales y libertades que la CE reconoce. En relación a la normativa interna de DIPr., la regulación de la obligación de alimentos se establece en tres textos diferentes: la competencia judicial internacional, en la LOPJ (art. 22 quáter f); el reconocimiento y ejecución de decisiones judiciales extranjeras en la LCJI (arts. 44-46); y, las cuestiones relativas al derecho aplicable en el Código civil (art. 9.7). El derecho de fuente interna se aplica cuando no sea de aplicación el instrumento europeo o convencional. Y es aquí donde radica el problema porque el elenco de convenios de la Conferencia de La Haya supera con creces los establecidos respecto de otras materias del derecho de familia. A lo que cabe agregar que tanto el R. 4/2009 como el protocolo de alimentos establecen reglas específicas de relación con estos y otros convenios. Baste con esta muestra: En el elenco de los Convenios de La Haya sobre ley aplicable a las obligaciones alimenticias, el Protocolo de alimentos sustituye, en las relaciones entre los Estados miembros, al Convenio 24 octubre de 1956, al Convenio de 2 de octubre de 1973. En las relaciones con terceros países, el Protocolo de alimentos no deroga otros instrumentos internacionales. España es estado parte del Convenio de la CIDIP IV o Convención de Montevideo de 15 de julio de 1989. Esta convención establece normas sobre CJI, cooperación procesal internacional y la ley aplicable a las obligaciones de alimentos y se aplica entre Estados parte siempre que el acreedor esté domiciliado o tenga su residencia habitual en un estado parte y el deudor tenga bienes o ingresos o tenga su residencia habitual en un estado parte. Respeto los convenios que regulan aspectos procesales en materia de alimentos, el artículo 69 del R. 4/2009 establece una regla de coordinación con 3 enfoques: 1. relaciones entre Estados miembros prevalecerá el reglamento, no se aplicarán los convenios de la haya sobre reconocimiento y ejecución de decisiones en materia de alimentos de 15 abril de 1958 y 8 y de 2 de octubre de 1973 ni el más reciente Convenio sobre cobro internacional de alimentos para niños y otros miembros de la familia, hecho en la haya el 23 de noviembre de 2007; 2. relaciones con terceros países, el R. 4/2009 no afectará su aplicación. Por ejemplo, podrán aplicarse las reglas sobre competencia y cooperación del convenio de la CIDIP IV o las del Convenio hispanouruguayo de 4 de noviembre de 1987 e incluso el mecanismo de cooperación entre autoridades públicas del Convenio de Nueva York de 20 de julio de 1956; 3. el R. 4/2009 no afecta al convenio 23 de marzo de 1962 en las relaciones entre Suecia, Finlandia, Dinamarca, Islandia y Noruega (prevé un mecanismo simplificado y acelerado para la ejecución de decisiones en materia de alimentos y una asistencia jurídica más favorable que la prevista en el R. 4/2009). II. ASPECTOS PROCESALES 1. Competencia judicial internacional VAGONSU 98 A. Aspectos generales del R. 4/2009 El Reglamento no estable su ámbito de aplicación en relación a supuestos internacionales ni transfronterizos, sino que parte de un planteamiento de base que persigue eliminar barreras jurídicas en el reconocimiento mutuo en el espacio de Justicia europeo de resoluciones de alimentos. Objetivo: que el acreedor de alimentos cuente con medios que le permitan obtener fácilmente en un Estado miembro una resolución que tenga automáticamente fuerza ejecutiva en otro Estado miembro, sin ninguna formalidad (Cdo.9). Para su consecución contiene disposiciones sobre conflictos de jurisdicción, conflictos de leyes, el reconocimiento, la fuerza ejecutiva, la ejecución de decisiones y la cooperación entre autoridades centrales (Cdo. 10). En relación al diseño de los foros de CJI, el R. 4/2009 no sigue la estela del régimen de Bruselas I; pero, sí se alinea en las soluciones a otras cuestiones procesales (verificación de la competencia, admisibilidad de la demanda, litispendencia, conexidad y las medidas provisionales). Ver temas del R. 1215/2012. En cuanto al reconocimiento y ejecución de decisiones, la situación es más compleja por dos motivos: 1º) el Reglamento de alimentos suprime el exequatur cuando el órgano jurisdiccional del Estado miembro que dictó la resolución se encuentra vinculado al Protocolo de alimentos. Esta supresión no es automática ya que indirectamente se exige la conformidad conflictual de la decisión (que el tribunal de origen haya aplicado las normas de ley aplicable del Protocolo de alimentos); 2º) porque no se suprime el exequátur cuando el órgano jurisdiccional del Estado miembro de origen no está vinculado al citado Protocolo (solo Dinamarca), remitiéndose entonces al sistema de Bruselas I. En el reconocimiento y ejecución de resoluciones extranjeras de un tercer país, será el establecido en los artículos 44 a 46 de la LCJI (en ausencia de convenio multi- o bilateral). En relación a los ámbitos de aplicación temporal, espacial y material, caben estas observaciones: 1) Ámbito aplicación temporal. Este reglamento es de aplicación completa desde el 18 de junio de 2011. Solo los procedimientos de reconocimiento y ejecución incoados antes se tramitarán por el Reglamento Bruselas I. 2) Ámbito aplicación espacial. No todos los Estados miembros participan del Reglamento en igual medida. Inicialmente Reino Unido e Irlanda + Dinamarca no participaban (derecho de opción-opting out). Posteriormente Reino Unido e Irlanda declararon aplicables las disposiciones del R.4/2009, Dinamarca lo va a aplicar en sus relaciones con los EEMM con dos excepciones: disposiciones relativas a la ley aplicable y a la cooperación de autoridades centrales. 3) Ámbito aplicación material. Se aplicará a las obligaciones de alimentos derivadas de una relación familiar, de parentesco, matrimonio o afinidad (art. 1.1). Dos cuestiones merecen destacarse al respecto: a) La obligación de alimentos abarca prestaciones legales cuyo objeto son las necesidades socioeconómicas y otras prestaciones cualquiera que sea su denominación (pensión, alimentos, deber de socorro, manutención, cargas del matrimonio) o su modalidad (prestaciones periódicas o por importe total). b) El R. 4/2009 ofrece una definición de quién es el acreedor de alimentos, en la que incluye a VAGONSU 99 toda persona física a quien se deban o se alegue que se deben los alimentos (art. 2.1.10). El TJUE: forma parte del concepto acreedor de alimentos, por ejemplo: el derecho de reembolso de las entidades públicas, y la correlativa acción de regreso o equivalente; en relación con el sujeto legitimado (entidades públicas), señala que aunque el Reglamento se refiere a las personas físicas, a la luz del artículo 64, y en sede de reconocimiento y ejecución, el término acreedor comprenderá a los organismos públicos que tengan el derecho a actuar en lugar de una persona a quien se deba el pago de alimentos o a solicitar un reembolso por las prestaciones suministradas al acreedor a título de alimentos. B. Irrelevancia del domicilio del demandado en un tercer Estado El reglamento parte de la base de que la mejor forma de preservar los intereses de los acreedores de alimentos y de favorecer una buena administración de justicia en la UE es garantizando el uso de unas nuevas reglas, por lo que el hecho de que el demandado tenga su residencia habitual en un tercer Estado debe dejar de ser una causa de inaplicación y deberá excluirse toda regla de competencia del derecho nacional. Se dice que tiene vocación de plenitud. Esto significa, en relación al criterio de aplicación personal en el contexto de la competencia judicial que el Reglamento se aparta de la solución del R. 1215/2012 (domicilio del demandado en un Estado miembro). Por la misma razón, ya no cabe la aplicación de las normas de competencia judicial de la LOPJ en esta materia. El art. 22 quáter f) establece la competencia a los tribunales españoles “cuando el acreedor o el demandado (…) tenga su residencia habitual en España o si la pretensión de alimentos se formula como accesoria una cuestión sobre estado civil o de una acción de responsabilidad parental cuando los tribunales españoles fuesen competentes para conocer de esta última acción”. C. Regla de la residencia habitual y regla de la conexidad procesal con las acciones matrimoniales y de responsabilidad parental El R. 4/2009 art. 3: Serán competentes para resolver en materia de obligaciones de alimentos en los Estados miembros: a) el órgano jurisdiccional del lugar donde el demandado tenga su residencia habitual, o b) el órgano jurisdiccional del lugar donde el acreedor tenga su residencia habitual, o c) el órgano jurisdiccional competente en virtud de la ley del foro para conocer de una acción relativa al estado de las personas, cuando la demanda relativa a una obligación de alimentos sea accesoria de esta acción, salvo si esta competencia se basa únicamente en la nacionalidad de una de las partes, o d) el órgano jurisdiccional competente en virtud de la ley del foro para conocer de una acción relativa a la responsabilidad parental, cuando la demanda relativa a una obligación de alimentos sea accesoria de esta acción, salvo si esta competencia se basa únicamente en la nacionalidad de una de las partes. Sobre las reglas del artículo 3 cabe hacer las siguientes precisiones: 1) el criterio de la residencia habitual del acreedor de alimentos (fórum creditoris) se justifica en la VAGONSU 100 medida que el reglamento considerar acreedor de alimentos como parte merecedora de mayor protección (parte débil). 2) En cuanto a su aplicación, el Tribunal de Justicia señalado que son foros aplicables: Alternativamente: cuando la acción de alimentos e insta a título principal. Accesoria: Cuando la acción de alimentos es accesoria a las acciones de divorcio separación judicial de las que conoce un órgano jurisdiccional de otro Estado miembro. cuando la demanda de alimentos es accesoria a la acción relativa a la responsabilidad parental. cuando se solicita la modificación del importe de las obligaciones de alimentos, junto con la modificación del lugar de residencia del menor y el régimen de visitas, la modificación de la cuantía alimenticia es accesoria la modificación de la responsabilidad parental. D. La elección expresa del foro por las partes y la sumisión procesal J16 “En el ámbito de alimentos: ¿es posible la elección por las partes del Tribunal competente? en caso de serlo, ¿existe algún límite? Fundamente jurídicamente la respuesta. S18 “La autonomía de la voluntad en el R. 4/2009” SR 18 “¿Es posible la elección de Tribunal competente en un supuesto de deuda alimenticia conforme a la normativa de la UE?” El articulo 4 recoge la posibilidad de elección del foro limitada a unos tribunales determinados (los del Estado miembro donde una de las partes tenga su residencia habitual o los del Estado miembro del que sea nacional una de las partes), estableciendo que dicha elección no puede operar cuando se refiera a alimentos de un menor de edad (-18). También prevé la posibilidad de elección de foro respecto de las obligaciones de alimentos entre cónyuges y excónyuges. El art. 4 fija las condiciones del convenio de elección de foro y el carácter exclusivo de la competencia así atribuida, salvo pacto en contrario. El art. 5 prevé la sumisión tácita: “Competencia basada en la comparecencia del demandado Con independencia de los casos en los que su competencia resultare de otras disposiciones del presente Reglamento, será competente el órgano jurisdiccional del Estado miembro ante el que compareciere el demandado. Esta regla no será de aplicación si la comparecencia tuviere por objeto impugnar la competencia”. En relación con estas reglas cabe realizar las siguientes consideraciones: VAGONSU 101 1) La autonomía de voluntad se refleja en la posibilidad de que las partes elijan un órgano jurisdiccional con competencia respecto de litigios en materia de obligación de alimentos que ya se hayan suscitado o que puedan suscitarse en el futuro. Reconduciendo a un solo tribunal las distintas cuestiones en familia. 2) El R. 4/2009 estructura la posibilidad de elección del foro en torno a dos reglas y cuatro conexiones: (a) Regla general. Limita la elección o bien los tribunales del estado miembro en el que una de las partes tenga su residencia habitual o que sea nacional una de las partes (no cuando alimentos menores 18). (b) Regla especial. Obligación de alimentos entre cónyuges y excónyuges limita la elección al órgano jurisdiccional competente donde han tenido su última residencia habitual común los cónyuges durante al menos de un año. 3) En relación a los requisitos para la validez del acuerdo de elección, las condiciones han de cumplirse en el momento de celebración del convenio de elección de foro (art. 4.1) y debe ser por escrito (art. 4.2). Se considerará por escrito la realizada por medios electrónicos. Exclusividad de competencia. 4) La competencia basada en la comparecencia del demandado sigue la estela del R. Bruselas I refundido. E. Competencia subsidiaria y fórum necessitatis El art. 6 recoge una competencia subsidiaria para evitar situaciones de desamparo judicial. Este foro se establece a favor de los órganos jurisdiccionales del Estado miembro de la nacionalidad común de las partes. Este foro se activa cuando la competencia no pueda basarse en ninguna de los criterios de los art. 3, 4, 5, y no exista ningún órgano judicial competente entre los Estado miembros. En ese caso dos ciudadanos de la Unión Europea que tengan nacionalidad común y que residan fuera de la UE pueden litigar ante los tribunales de su nacionalidad común de acuerdo con las reglas del R. 4/2009; debe excluirse toda remisión a las reglas de competencia al derecho nacional (España artículo 22 quárter f) LOPJ). Si tuviera competencia un estado parte del convenio de Lugano, será parte aplicable lo dispuesto en dicho convenio (ex art. 4.4) y no podrá acudirse al foro de nacionalidad común. El art. 7 incluye un foro de necesidad, de carácter excepcional, a favor de los órganos jurisdiccionales de cualquier Estado Miembro: cuando ningún otro Estado miembro sea competente de acuerdo con los artículos 3, 4, 5, y siempre que el procedimiento no pueda razonablemente introducirse o llevarse a cabo en un Estado tercero con el que el litigio tenga una estrecha relación. Debe existir una conexión suficiente entre el litigio y el Estado miembro del tribunal que pretenda conocer. VAGONSU 102 F. Competencia para la modificación de medidas ya adoptadas Mayor novedad aporta el art. 8, que se refiere a los límites del procedimiento en cuanto a la modificación de una resolución de medidas sobre alimentos ya adoptadas en un EM (o parte CLH 2007) y no permite al deudor, la iniciación en otro Estado miembro de un procedimiento de modificación de la resolución o de adopción de una nueva resolución, mientras el acreedor continúe residiendo habitualmente en el Estado en que se dictó la primera resolución. 1) Se trata de una norma de competencia negativa, de carácter adicional que garantiza que una demanda de modificación o de obtención de una nueva resolución será conocida en el mismo estado en que se dictó la primera. Inspirada en el CLH 2007 (art. 18). 2) Excepcionalmente se podrá pedir la modificación o una nueva decisión en otro estado en cuatro supuestos: (a) Si se acuerda competencia por ambas partes o sí hay sometimiento al tribunal; (b) si la autoridad competente no puede ejercer o se niega a ejercer la competencia; (c) si la resolución original dictada en el estado competente no puede ser reconocida o declarada ejecutable en el estado de residencia actual del acreedor. El Tribunal de Justicia ha entendido que cuando un órgano jurisdiccional de un Estado miembro haya dictado una resolución, que adquirió firmeza sobre el derecho de custodia al derecho de visitar las obligaciones de alimentos, en lo que respecta a un hijo menor de edad, ese órgano jurisdiccional es también competente para pronunciarse sobre una demanda de modificación de dicha resolución, aunque el menor no tenga residencia habitual en el territorio de ese Estado miembro. La fuerte conexión procesal de las cuestiones de alimentos y los asuntos en materia matrimonial y de responsabilidad parental han hecho que el R. 4/ 2009 se reajuste al R. 2201/2003. Este ajuste se manifiesta las reglas de competencia del art. 3 apartados c y d y en la regla de límites al procedimiento del art. 8. 2. El reconocimiento, fuerza ejecutiva y ejecución de resoluciones en materia de alimentos La incorporación del Protocolo de La Haya de 2007 al R. 4/2009 va a provocar importantes consecuencias en el sector de problemas relativo al reconocimiento y ejecución de resoluciones de alimentos. El R. 4/2009 distingue un doble régimen de reconocimiento y ejecución en atención a si el Estado miembro de origen de la resolución de alimentos está o no vinculado al Protocolo de alimentos. El régimen de reconocimiento y ejecución del R. 4/2009 se aplicará a las resoluciones contempladas por este (art. 16). Se conoce como resolución (según la definición del reglamento) cualquiera dictada, en materia de obligaciones de alimentos, por un órgano jurisdiccional de un Estados miembro, con independencia de su denominación, así como el acto por el que se liquidan las costas del proceso (art. 2.1). El concepto órgano jurisdiccional u órgano jurisdiccional de origen, incluye las autoridades administrativas de los Estados miembro con competencia a en materia de obligaciones de alimentos (arts. 2.1 (9) y 2.2). VAGONSU 103 A. Decisiones dictadas en un Estado miembro vinculado por el Protocolo de La Haya de 2007 Si la resolución de alimentos procede de un estado miembro vinculado por Protocolo de alimentos será reconocida sin procedimiento alguno (el R. 4.2009 suprime el exequátur art. 17), por lo que no cabrá impugnar su reconocimiento y gozaran de fuerza ejecutiva (siempre que sean ejecutivas en el Estado miembro de origen). El objetivo de esta supresión es permitir el cobro del crédito alimenticio recogido en la resolución, no implica que el Estado miembro requerido tenga que reconocer las relaciones familiares, de parentesco, matrimonio o afinidad. Se trata de “título europeo” directamente ejecutable y la resolución ejecutiva permitirá la puesta en marcha de las medidas cautelares previstas en el estado miembro de ejecución. Los documentos necesarios a efectos de la ejecución que habrá de acompañarse: Una copia de la resolución que reúna las condiciones necesarias para su autenticidad; el extracto de la resolución expedido por el órgano jurisdiccional de origen mediante formulario; si ha lugar, un documento que establezca el estado de los atrasos y que indique la fecha en que se efectuó el cálculo; y la trascripción o traducción del contenido en la lengua oficial del estado miembro de ejecución, cuando así fuera exigido. La denegación de la ejecución es posible, a instancia del deudor y ante el órgano jurisdiccional competente del Estado miembro de ejecución en dos supuestos: Cuando el derecho a obtener la ejecución ha prescrito, y, cuando sea incompatible con otra resolución dictada en el Estado miembro de ejecución, o, en otro estado miembro o, en otro Estado que reúna las condiciones necesarias para ser reconocida en el Estado miembro de ejecución. El reglamento aclara que no se considera una resolución incompatible aquella que tenga por efecto modificar una resolución anterior de obligación de alimentos debido a un cambio de circunstancias. La suspensión de la ejecución cabe su solicitud, a instancia del deudor, ante la autoridad competente del estado miembro de ejecución. Procede pedirla cuando en el Estado miembro de origen se suspende la fuerza ejecutiva de la resolución. La solicitud de un reexamen o revisión es posible, a instancia del deudor, ante la autoridad competente del estado miembro de origen de la resolución. Procede en casos tasados: bien cuando el proceso se haya vulnerado el derecho de defensa, por la falta de notificación de la demanda, por insuficiente tiempo para la defensa, o, bien cuando el deudor no haya podido poner la demanda por causa mayor o circunstancias extraordinarias ajenas a su responsabilidad, a menos que hubiera recurrido cuando hubiera podido hacerlo. VAGONSU 104 B. Decisiones dictadas en un Estado miembro no vinculado al protocolo de La Haya de 2007 Las sentencias dictadas en un Estado miembro que no se encuentre vinculado por el Protocolo de alimentos serán reconocidas de acuerdo a un procedimiento automático sujeto a unos motivos de denegación y a una declaración de ejecutabilidad. Como rasgos generales del reconocimiento automático, la ausencia, en una primera fase, de procedimiento jurisdiccional y de control de los motivos de denegación para resolver el reconocimiento y la declaración de ejecutividad. Una vez dictada la declaración (segunda fase), cabe recurso donde se podrán controlar los motivos, tasados, para el no reconocimiento. En relación a las formalidades documentales de la solicitud, la adopción de medidas provisionales o cautelares, la ejecución parcial, la fuerza ejecutiva provisional y la prohibición de revisión del fondo del asunto, nos remitimos a las consideraciones efectuadas en la Lección correspondiente. C. Aplicación del régimen de reconocimiento establecido en el convenio de La Haya de 2007 El Convenio de La Haya de 2007 ha entrado en vigor el 1 de enero de 2013. Al tratarse de un Convenio interpartes solo obligará a las relaciones entre los Estados contratantes. El objetivo de este Convenio es lograr la mayor eficacia en el cobro de alimentos, debidos a niños y a otros miembros de la familia, e instaura como mecanismos básicos, un sistema de cooperación de autoridades, y, un sistema de reconocimiento y ejecución de decisiones, aplicable entre los Estados parte. Sí en las relaciones con terceros países, como la UE ha firmado este Convenio en nombre de sus Estados miembros, habrá que saber qué otros países ya han firmado el Convenio de La Haya de 2007. En el momento en que se escriben estas líneas, el Convenio está firmado por la UE, sus Estados miembros, incluidos Reino Unido e Irlanda del norte y: Albania, Belarús, Bosnia y Herzegovina, Brasil, Burkina Fasso, Canadá, Estados Unidos de América, Guyana, Honduras, Kazajistán, Montenegro, Noruega, Turquía y Ucrania. El propio Convenio establece unas reglas de relación con los anteriores Convenios de la Haya, con el Convenio de Nueva York de 1956 y con otros instrumentos internacionales celebrados antes de su entrada en vigor. El régimen de reconocimiento y ejecución que establece el Convenio de La Haya de 2007 puede explicarse en torno a varias notas: 1) La decisión de la autoridad. Deberá tratarse de una decisión adoptada por una autoridad judicial o administrativa en materia de obligaciones de alimentos (art. 19.1) cuyo reconocimiento y ejecución se solicite directamente ante la autoridad competente del Estado requerido (art. 19.5). El convenio define qué se entiende por decisión de una autoridad administrativa, a los efectos de este ámbito de aplicación (art. 19 apdos. 3 y 4). 2) En cuanto a las bases para el reconocimiento y la ejecución que permiten aplicar este régimen convencional son: VAGONSU 105 que la decisión proceda del Estado contratante de la residencia habitual del demandado o del acreedor de alimentos; que el demandado se haya sometido de modo expreso o tácito al tribunal ante el que se presentó la demanda (salvo en litigios sobre obligaciones alimenticias a favor de menores); o que el tribunal haya basado su competencia para conocer de la solicitud de alimentos porque esta era accesoria a una demanda de divorcio o de responsabilidad parental. 3) Los motivos de denegación siguen el mismo esquema del régimen de Bruselas (contrariedad con el orden público del Estado requerido, inconciabilidad de la decisión con otra dictada anteriormente entre las mismas partes y sobre el mismo objeto, falta de notificación de la demanda que haya impedido al demandado comparecer y defenderse) y agrega la litispendencia y el fraude al procedimiento. 4) El procedimiento se rige por la ley del Estado requerido (art. 23.1). No obstante, si la solicitud se presentase por intermedio de la Autoridad Central se seguirá el sistema de cooperación arbitrado específicamente y que permite tomar la decisión sin más requisitos que la transmisión/recepción de la solicitud (no sujeto a los procedimientos del Derecho interno). Para que este procedimiento alternativo se aplique es precisa una "declaración" del Estado concernido en el momento de la firma, ratificación, aceptación, aprobación o adhesión, o en cualquier momento posterior; podrá retirarse o modificarse, en cualquier momento. D. El régimen de cooperación de autoridades en el R. 4/2009 en el Convenio de La Haya de 2007 Ambos instrumentos establecen un pormenorizando régimen de cooperación de autoridades para que acreedores y deudores de alimentos puedan hacer valer sus derechos en otros Estados miembros, así como para mejorar la cooperación entre los Estados y disponer de procedimientos que den resultados a los particulares y sean accesibles, rápidos, eficaces, económicos, flexibles y justos. A la luz de las disposiciones de ambos instrumentos se observan similitudes que permite un estudio conjunto de los rasgos generales de la cooperación de autoridades en ambos instrumentos. Mientras el régimen de cooperación de autoridades establecido en el R. 4/2009 se aplica a solicitudes entre Estados miembros (salvo Dinamarca y a salvo también del Convenio 23 de marzo de 1962 entre Suecia, Dinamarca, Finlandia, Islandia y Noruega), el régimen del Convenio de La Haya de 2007 se aplica cuando la solicitud procede de una autoridad de un tercer Estado parte en el mismo. Tanto desde el punto de vista de las funciones encomendadas a las autoridades centrales como desde la perspectiva de los procedimientos de tramitación y contenido de las solicitudes, el R. 4/2009 y el Convenio de La Haya de 2007 organizan la cooperación en torno a las Autoridades Centrales a las que se le atribuyen las funciones generales (de intercambio de información, de asistencia y de mediación) y otras funciones más específicas ( destinadas a la transmisión y presentación de solicitudes de reconocimiento, o de reconocimiento y ejecución). Ambos instrumentos canalizan y ordenan las solicitudes mediante un sistema de formularios, distinguiendo según se trate de solicitudes disponibles para el acreedor de los alimentos, o, disponibles para el deudor. Tratándose de un acreedor que pretenda el cobro de alimentos, las solicitudes disponibles le permitirán VAGONSU 106 reclamar el reconocimiento o el reconocimiento y ejecución de una resolución, la ejecución de una resolución dictada o reconocida en el Estado requerido cuando no exista una resolución previa, la modificación de una resolución dictada en un Estado distinto del Estado requerido. Tratándose de un deudor de alimentos, solo podrá pedir el reconocimiento de una decisión o resolución que dé lugar o tenga por efecto suspender o limitar la ejecución de una resolución anterior en el estado requerido, la modificación de una resolución dictada en el estado requerido y la modificación de una resolución dictada en un estado distinto del Estado requerido. III. LEY APLICABLE 1. Ámbito de aplicación del Protocolo de alimentos El art. 15 del R 4/2009 determina la ley aplicable a las obligaciones alimenticias. “La ley aplicable a las obligaciones de alimentos se determinará de acuerdo con el protocolo de La Haya, de 23 de noviembre de 2007, sobre ley aplicable a las obligaciones alimenticias en los Estados miembros en que estén vinculados por este instrumento”. Varias consideraciones de carácter general sobre el protocolo de alimentos: 1) Desde la perspectiva temporal, entra en vigor en 2013 pero se aplica provisional en la UE desde 2011. 2) Tiene como finalidad garantizar una mayor seguridad jurídica y previsibilidad a los acreedores y deudores de pensiones alimenticias. Su objeto es la concreción de la ley aplicable a las obligaciones que deriven de una relación de familia, filiación, matrimonio o afinidad, incluyendo las obligaciones alimenticias a favor de un niño con independencia de la situación conyugal de sus padres. En este sentido, coincide con el ámbito material del R. 4/2009. Las decisiones dictadas en aplicación del Protocolo no prejuzgan la existencia de alguna de las relaciones en el derecho interno (art. 2.1). El problema se puede plantear cuando la existencia de la relación familiar se plantee como cuestión previa en el marco del procedimiento cuyo objeto principal sea el acuerdo de alimentos (por ejemplo, si el presunto deudor rechaza la existencia un vínculo de filiación o la validez del matrimonio). Dado el silencio del Protocolo nada impide volver a recoger la interpretación propuesta para los convenios sobre obligaciones alimenticias de 1956 y 1973, según los cuales la ley designada para regir la obligación de alimentos podría aplicarse igualmente la cuestión previa relativa a la existencia de una relación familiar en el sentido del artículo 1.1. Esta solución no se impone a los Estados contratantes que podrían legítimamente optar por una conexión independiente y autónoma de la cuestión previa; esta última se decidirá según la ley designada por las reglas de conflicto del foro. SR 18 “¿Qué supone la universalidad en aquellos reglamentos o convenios por los que se determina la ley aplicable un litigio?” 3) Su ámbito de aplicación universal, de acuerdo con el art. 2, el Protocolo se aplica incluso si la ley aplicable es la de un Estado no contratante, desplazando los precedentes Convenios de La Haya sobre ley aplicable a los alimentos firmados por nuestro país y de las soluciones del art 9.7 CC y de VAGONSU 107 los restantes textos convencionales (con la salvedad del art. 19). Todas las referencias que el protocolo realiza al derecho extranjero son referencias al derecho sustantivo del Estado pertinente. Es decir, no se aplicarán las normas de conflicto de leyes del Estado cuya ley se aplique (art. 12). El Protocolo no admite reservas a sus disposiciones (art. 27). Artículo 19. Coordinación con otros instrumentos 1. El presente Protocolo no deroga otros instrumentos internacionales de los que los Estados contratantes sean o serán Partes y que contengan disposiciones sobre materias reguladas por el Protocolo, salvo declaración en contrario de los Estados partes de tales instrumentos. 2. El apartado primero también se aplica a las leyes uniformes basadas en la existencia de vínculos especiales de carácter regional o de otra naturaleza entre los Estados concernidos. 4) El protocolo estructura las conexiones admitiendo la elección de la ley aplicable mediante acuerdo de voluntades entre acreedor y deudor, sujeta a condiciones de eficacia formal y material (art. 7) y no permitiendo esta elección cuando el acreedor de alimentos sea menor de 18 años (art. 8). Si las partes no hubieran hecho esta elección, la ley aplicable se determinará atendiendo varias conexiones que se estructuran en dos niveles: una conexión general (art. 3) basada en la residencia habitual del acreedor y unas conexiones especiales para determinados acreedores (art. 4) o para cónyuges y es cónyuges (art. 5). El 6 prevé un medio defensa especial para el deudor sujeto igualmente al cumplimiento de condiciones. 2. Soluciones para la determinación de la ley aplicable la obligación de alimentos S16 En la ley aplicable a las obligaciones de alimentos: soluciones para la determinación de la ley aplicable A. Juego de la autonomía de la voluntad J2 19 “La autonomía de la voluntad en el Protocolo de La Haya sobre ley aplicable a los alimentos” El Protocolo de alimentos permite que las partes puedan hacer uso de la autonomía de la voluntad (arts. 7 y 8). De forma análoga a como ocurre en la electio fori del R. 4/2009, el Protocolo de alimentos limita la elección de ley en función de si la designación de la ley aplicable lo es a los efectos de un procedimiento específico (art. 7) o con carácter general (art. 8). 1) Si las partes hacen uso de la autonomía de la voluntad, su elección prevalece sobre la regla general (art. 3) y sobre las normas especiales de los artículos 4, 5 y 6. 2) El acreedor y el deudor de la obligación de alimentos pueden a los efectos de un procedimiento específico en un determinado Estado designar la ley de dicho Estado (art. 7.1). No excluye la facultad de elección para las obligaciones alimenticias a favor de niños. El art. 7.2 señala que: (a) La elección prevista surte efectos únicamente en el procedimiento específico para el que se ha realizado; (b) si se presenta posteriormente una nueva demanda o una demanda de modificación ante la misma autoridad o ante la autoridad de otro Estado, la elección de la ley realizada con VAGONSU 108 anterioridad no surtirá ya efecto; (c) la designación de la ley aplicable debe ser objeto de un acuerdo escrito o consignado en cualquier otro soporte cuyo contenido sea accesible para su posterior consulta; (d) es un formalismo de mínimos y no impide que los Estados puedan prever otras exigencias al acuerdo para garantizar, por ejemplo, que el consentimiento de las partes sea libre y suficientemente informado. 3) El acreedor y el deudor de alimentos pueden designar en cualquier momento una de las siguientes leyes como aplicables a una obligación de alimentos (art. 8): (a) la ley de un Estado del cual alguna de las partes sea nacional en el momento de la designación; (b) (la ley del Estado de la residencia habitual de una de las partes en el momento de la designación; (c) la ley elegida por las partes para regir sus relaciones patrimoniales o la ley efectivamente aplicada a tales relaciones; y (d) la ley elegida por las partes para regir su divorcio, separación o la ley efectivamente aplicada a tal divorcio o separación. Se requiere un acuerdo por escrito firmado por ambas partes o registrado en cualquier soporte cuyo contenido sea accesible para su ulterior consulta (art. 8.2). No está permitida respecto de las obligaciones alimenticias a favor de menores de 18 años o adultas disminuidas de sus facultades personales (8.3). Restricciones a las consecuencias de la ley designada: (1) la posibilidad de renunciar al derecho de alimentos se determina por ley del Estado de la residencia habitual del acreedor, en el momento de la designación (art. 8.4); y (2) las partes han de ser debidamente informadas y conscientes de las consecuencias de la ley designada; en caso contrario, la ley elegida no se aplicará si conlleva consecuencias manifiestamente injustas o no razonables para cualquiera de las partes (art. 8.5). B. Regla general para determinar la ley aplicable SR 16 Cuando un Tribunal español conoce de la demanda de alimentos entre un hijo con nacionalidad portuguesa y un padre español residentes, respectivamente en España e Italia ¿qué ley debe aplicar para resolver el litigio? La regla general establece la aplicación de la ley de la residencia habitual del acreedor, salvo que el propio texto normativo disponga lo contrario, y de aplicación si las partes no han elegido la ley aplicable de conformidad con lo dispuesto en los artículos 7 y 8. En el supuesto de cambio de residencia, se aplicará la ley del Estado de la nueva residencia desde el momento en que se produce el cambio. El Protocolo de alimentos establece una única conexión general y señala unas normas especiales a favor de determinados acreedores. La ventaja de este punto de conexión para la determinación del derecho aplicable radica en que toma en VAGONSU 109 cuenta el medio social y las condiciones rea les del país del acreedor, permite la igualdad de tratamiento de todos los acreedores que tienen su residencia habitual en el mismo país (sin distinción por razón de su nacionalidad) y, por último, es el criterio ampliamente utilizado en sede de competencia en materia de alimentos tanto en instrumentos de ámbito regional europeo como internacional. En cuanto a la definición de la residencia habitual hay que entenderla en el sentido tradicionalmente utilizado por la Conferencia de La Haya: "centro social de vida y que se determinaría en función de todas la condiciones sociales y familiares". C. Reglas especiales a favor de determinados acreedores El Protocolo de alimentos establece que si el acreedor no puede obtener alimentos del deudor en virtud de la ley de su residencia habitual entonces se aplicará la ley del foro. Por lo que la lex fori no va a operar en defecto de la ley de residencia habitual sino sólo cuando el resultado perseguido (obtención de los alimentos) no se consiga mediante la primera conexión. Pero esta regla solo opera respecto de: los padres a favor de los hijos; de personas distintas a los padres a favor de personas que no hayan alcanzado la edad de 21 años; y, de los hijos a favor de los padres. Otro supuesto de aplicación de la lex fori: cuando el acreedor de los alimentos hubiere acudido en reclamación ante las autoridades competentes del Estado de la residencia habitual del deudor. En este caso, sólo podrá aplicarse la ley de la residencia habitual del acreedor (conexión general) si éste no puede obtener alimentos del deudor en virtud de la ley del foro (ley de la residencia habitual del deudor). Como conexión de cierre, la ley de la nacionalidad común del acreedor y del deudor, si es que existe. Esta conexión se aplicará en todos los casos (supuesto general del artículo 3 y supuestos especiales del art. 4 apartados 2 y 3), pero solo si el acreedor no puede obtener alimentos en virtud de las anteriores conexiones. Se trata de una conexión orientada a la protección del acreedor (favor creditoris), prevista sólo para los acreedores-demandantes y no aplicable a deudores-demandantes en demandas de modificación. D. Normas especiales referidas a cónyuges y excónyuges A las obligaciones alimenticias entre cónyuges y excónyuges (o entre personas cuyo matrimonio haya sido anulado) no se aplicará la ley de la residencia habitual del acreedor, si una de las partes se opone y siempre que la ley del otro Estado presente una vinculación más estrecha con el matrimonio. Se aplicará la ley de ese otro Estado presente una vinculación más estrecha con el matrimonio. El art. 5 funciona como una “cláusula de escape”, previendo la aplicación de una ley más próxima al matrimonio que la de la residencia habitual del acreedor de alimentos y solo operara si se dan dos circunstancias acumulativas. E. Medio de defensa especial El deudor de alimentos se puede oponer a una pretensión del acreedor sobre la base de que no existe tal obligación y según la ley de su residencia habitual ni según la ley del Estado de su nacionalidad común, si existe. Esta defensa especial solo puede utilizarse en relación cuando se trate de obligaciones alimenticias VAGONSU 110 distintas de aquellas surgidas de una relación paterno filial a favor de un niño y de las previstas en el art.5 (cónyuges y ex cónyuges). Inspirada en el CLH 1973. En el ámbito internacional no existe consenso en conceder alimentos a cualquier familia. La aplicación simultánea de las conexiones en cascada del art. 4 con los medios de defensa del art. 6 es muy compleja, parece poco coherente que se quiera a la vez favorecer al acreedor mediante conexión subsidiaria y proteger al deudor mediante conexiones acumulativas. 3. Ámbito de la ley aplicable y problemas de aplicación El ámbito de la ley aplicable abarca un amplio abanico de cuestiones jurídicas tomadas, en parte, del precedente Convenio de La Haya de 1973 pero ampliadas por el Protocolo de alimentos. La ley designada va a determinar: en qué medida y a quién puede el acreedor solicitar alimentos; si puede solicitarlos retroactivamente; base para el cálculo de la cuantía de alimentos y su actualización; legitimación para iniciar el procedimiento en la materia (pero no regulará las cuestiones relativas a la capacidad procesal y a la representación en juicio); la prescripción y plazos de inicio de la acción; y, el alcance de la obligación del deudor, cuando un organismo público solicite el reembolso de prestaciones al acreedor a título de alimentos. Ante los problemas de aplicación de las normas de conflicto, el Protocolo de alimentos arbitra respuestas específicas respecto del reenvío, el orden público, los conflictos internos y la remisión a sistemas jurídicos no unificados (de carácter personal y de carácter territorial). Ello significa que quedan desplazadas (no se aplican) las soluciones del derecho interno. Veamos brevemente las soluciones: a) Reenvío, cuando el Protocolo de alimentos dice "ley" quiere significar el derecho en vigor en un Estado con exclusión de las normas de conflicto de leyes (art. 12). En el ámbito de la ley aplicable a las obligaciones de alimentos no cabe el reenvío. b) Regla de exclusión de la ley designada conforme a las normas del Protocolo cuando esta resulte manifiestamente contraria al orden público del foro (art. 13). Se aplicará el derecho interno español. c) Conflictos internos, los Estados contratantes no vienen obligados a aplicar las normas del Protocolo de alimentos a estos (art. 15.1). d) Remisión a sistemas plurilegislativos, el Protocolo de alimentos recoge unas reglas muy detalladas (arts. 16 y 17). Cuando se trate de sistemas legislativos no unificados de carácter territorial, los conflictos interterritoriales se solucionan por remisión a las normas en vigor en el Estado [art. 16.2 VAGONSU 111 apdo. a)]; y, en ausencia, se aplicará la ley de la unidad territorial designada conforme a lo dispuesto en el artículo 16.12. Cuando se trate de conflictos de carácter interpersonal la solución vendrá por las normas en vigor en el Estado concernido (art. 173). Lección 22 Las Sucesiones I. INTRODUCCIÓN En el ordenamiento español el legislador se decantó por un sistema personalista y universalista, tal y como reflejaba en las respuestas contenidas en las normas de fuente interna (art. 9.8 CC). En el ámbito europeo se ha dictado el Reglamento 650/2012 del Parlamento Europeo y del Consejo, relativo a la competencia, la ley aplicable, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones, y a la aceptación y ejecución de documentos públicos en materia de sucesiones mortis causa y a la creación de un certificado sucesorio europeo. La normativa se aplicará a la sucesión de las personas que fallezcan a partir del 17 de agosto de 2015, si bien, cuando el causante hubiera elegido, antes de esa fecha, la ley aplicable a la sucesión, esa elección será válida si las condiciones previstas en el Capítulo III se hubieran cumplido. Este reglamento se ve complementado por el R. 1329/2014 por el que se establecen los formularios mencionados en el R. 650/2012. II. ASPECTOS PROCESALES 1. Ámbito de aplicación El ámbito de aplicación material, el R. 650/2012 será aplicable en general a las sucesiones mortis causa (art. 1); materias excluidas (entre otras): a) estado civil de las personas físicas, relaciones familiares (incluidas las que tengas efectos comparables); 2 Art. 16. c) cualquier referencia a la residencia habitual en ese Estado se interpretará, en su caso, como una referencia a la residencia habitual en la unidad territorial pertinente; d) cualquier referencia al Estado del que dos personas tengan nacionalidad común se interpretará como una referencia a la unidad territorial designada por la ley de dicho Estado o, en ausencia de normas al respecto, a la unidad territorial con la que la obligación alimenticia tenga una vinculación más estrecha; e) cualquier referencia al Estado del que es nacional una persona se interpretará como una referencia a la unidad territorial designada por la ley de dicho Estado o, en ausencia de normas al respecto, a la unidad territorial con la que la persona tenga una vinculación más estrecha. 3 Art. 17. Sistemas jurídicos no unificados de carácter personal. Para determinar la ley aplicable en virtud del Protocolo con respecto a un Estado en el que dos o más sistemas jurídicos o conjuntos de normas se apliquen a categorías diferentes de personas con respecto a las materias reguladas por este Protocolo, cualquier referencia a la ley de dicho Estado se interpretará como una referencia al sistema jurídico determinado por las normas en vigor en dicho Estado. VAGONSU 112 b) capacidad jurídica de las personas físicas (sin perjuicio art. 23.2 c) y art. 26); c) cuestiones relativas a la desaparición o presunción de fallecimiento de una persona física (aunque el art. 32 incluye solución material para la conmoriencia). El ámbito espacial: el R 650/2012 no será aplicable, ni a Dinamarca ni al Reino Unido ni a Irlanda. Ej: el certificado sucesorio extendido por las autoridades españolas sobre la herencia de un nacional danés con residencia en Málaga no despliega efectos previstos en Dinamarca. La normativa de fuente interna -en particular el art. 9.8 CC- seguirá vigente, incluso después de la fecha de aplicación del instrumento europeo, dado que resolverá los supuestos de conflictos internos, a menos que las autoridades españolas decidan la aplicación del texto a los conflictos interregionales. 2. Competencia de las autoridades españolas en el fenómeno sucesorio En el sistema español relativo al derecho sucesorio, autoridades de distinta naturaleza pueden tener que intervenir en algún momento del procedimiento. A. El régimen de competencia judicial internacional J2 15 “La conexión de la autonomía de la voluntad en el reglamento 650 (reglamento de sucesiones)” El régimen de CJI está recogido en los arts. 4 al 10 R. 650/2012. Su solución es un sistema universalista con alguna excepción. La aplicación de las normas de competencia del R. 650/2012, sin tener en consideración el domicilio del demandado en un EM supone la inaplicación del art. 22 ter y quárter de la LOPJ. 1º) El foro de la residencia habitual del causante en el momento del fallecimiento se acoge como criterio principal de conexión para resolver sobre la totalidad de la sucesión (art. 4). 2º) Salvo que el causante hubiera elegido su ley nacional para regir la sucesión, siempre que ésta sea la de un EM, en cuyo caso las partes interesadas (herederos o legatarios) podrán acordar en caso de litigio, que los tribunales de dicho EM tengan competencia exclusiva para sustanciar cualquier causa en relación con la sucesión (art. 5 y 22); se acoge de este modo el criterio del forum legis que consiste en hacer que dependa la CJI del OJ por el que se regule la situación en cuestión. Por ejemplo, un nacional alemán con residencia en Málaga otorga testamento ante notario español. En el mismo establece que su sucesión se regirá por el derecho alemán estado de su nacionalidad. Una vez fallecido los herederos quieren impugnar la sucesión, y de común acuerdo deciden litigar ante los tribunales alemanes y no ante los españoles que serían los de su residencia habitual. Esta opción es posible dado que el causante en este caso en el testamento optó por la ley del Estado miembro de su nacionalidad. La cláusula de elección de foro, para tener validez formal, tiene que concluirse conforme la forma escrita (también medios electrónicos), fechada y firmada por los interesados. VAGONSU 113 La electio fori no será válida cuando quede claro que no todas las partes del procedimiento son parte del acuerdo, salvo que todas comparezcan en el procedimiento, sin impugnar la competencia, momento en el que quedarán vinculadas por la elección del foro. Si alguna de las partes impugna la competencia del tribunal tendrá que dejar de conocer, volviendo el conocimiento del asunto a los tribunales de la residencia habitual del difunto (competencia general) o a los tribunales del lugar de situación de los bienes (competencia subsidiaria art. 10). A falta de electio fori el tribunal normalmente competente podrá abstenerse de conocer, a instancia de una de las partes, si considera que los tribunales, cuya ley fue elegida están en mejor situación para pronunciarse sobre la sucesión, teniendo para ello en cuenta tanto la ubicación de los bienes, como la residencia habitual de las partes. Se acogen el instrumento europeo una fórmula de declinación de la competencia semejante al expediente del fórum non conveniens, si bien están limitadas las autoridades hacia las que la competencia puede ser transferida. La competencia principal la tienen las autoridades de la residencia habitual del causante. La competencia de las autoridades del Estado miembro de la nacionalidad del causante se activará: 1º) siempre que éste hubiera elegido su ordenamiento para regular la sucesión y 2º) exista acuerdo de sumisión expresa o tácita por todas las partes interesadas o 3º) se haya producido la transferencia de competencia del Tribunal que, en principio, era competente. El sobreseimiento de la causa es posible si, abierto un proceso sucesorio por el tribunal de oficio, las partes deciden resolver el asunto extrajudicialmente ante las autoridades del Estado de la nacionalidad del causante. 3º) En el art. 10 del R. 650/2012 se incluye la competencia subsidiaria, con la que se posibilita atraer el conocimiento del asunto a las autoridades del Estado UE de situación de los bienes, aunque el causante no tuviera en el momento del fallecimiento su residencia habitual en un Estado UE. El ejercicio de esta competencia puede: extenderse a toda la masa hereditaria, si se trata de un nacional de dicho EM o en el caso de que no hubiera transcurrido 5 años desde que deja de residir en el territorio del lugar de los bienes y el momento en el que las autoridades conocen del asunto sólo a los bienes situados en el territorio del Estado en cuestión, cuando no se den las condiciones anteriores (rompiendo el principio de universalidad). Ejemplo. El primer supuesto supondría que los tribunales españoles podrían ser competentes para conocer del total de la sucesión de un chileno que mantiene una cuenta corriente abierta en España siempre que el asunto se presente los 5 años siguientes al cambio de residencia habitual desde España Chile y con independencia de que todos los bienes salvo dicha cuenta corriente se encuentren en el citado país. VAGONSU 114 4º) Forum necessitatis para paliar los supuestos en los que, ni los tribunales de un Estado UE conforme al R. 650/2012, ni los tribunales de un tercer Estado, con el que el asunto tiene una vinculación estrecha, tuvieran competencia para resolver. El art. 11 exige una vinculación suficiente del asunto con el Tribunal del Estado UE. El art. 12 dispone la limitación de procedimientos para los casos en los que haya bienes situados en terceros Estados, y la decisión que sobre los mismos pudiera tomarse por el Tribunal del Estado UE que está conociendo de la sucesión no tuviera posibilidades de ser reconocida en el tercer Estado ni, en su caso, declarada ejecutiva. El R.650/2012 reserva la competencia de los Tribunales de los demás Estados UE de la residencia habitual de los herederos y legatarios para aspectos diversos, que conforme a ley aplicable puedan realizarse ante dichos tribunales (aceptación o renuncia de la herencia, etc. Art. 13). El Capítulo II finaliza estableciendo las normas de funcionamiento de las reglas de competencia: inicio del procedimiento (art. 14); comprobación de la competencia (art. 15); comprobación de la admisibilidad (art. 16); litispendencia (art. 17); conexidad (art. 18). B. La intervención notarial La actuación de los notarios en materia sucesoria es amplia, con independencia del tipo de delación de la herencia. La reglamentación de su competencia se encuentra en el RN, aprobado por Decreto de 2/6/1944 revisada en 2011. Conforme al mismo, el notario podrá intervenir en su demarcación notarial para otorgar un testamento, realizar una renuncia de la herencia o su aceptación, partición, etc., de cualquier persona que lo requiera, con independencia de que tenga o no su domicilio o bienes en España. La Resolución de la DGRN de 18/1/2005 apoya la competencia del notario español para la autorización de un acta de notoriedad de declaración de herederos abintestato de un súbdito extranjero domiciliado en España. Respecto de las sucesiones mortis causa no contenciosas, la figura central en nuestro sistema es la autoridad notarial de quien conviene apreciar lo siguiente: 1º) Los Notarios españoles no estarán vinculados por las normas de competencia incluidas en el R. 650/2012 por lo que continuarán aplicando el sistema de competencia que el Reglamento Notarial establece, el principio de libertad de elección de Notario (art. 126 RN). 2º) Sí quedan vinculados por las previsiones que sobre la ley aplicable contiene dicho instrumento. VAGONSU 115 3º) Los documentos que los Notarios expidan circularán, de acuerdo con las previsiones del R. 650/2012. Como es el caso español, cuando los notarios no ejercen funciones jurisdiccionales los documentos públicos que expidan deben circular de acuerdo con las disposiciones sobre eficacia extraterritorial de los documentos públicos extranjeros. Cuando la autoridad notarial ejercer funciones jurisdiccionales está vinculada por las normas de competencia del texto y las resoluciones que dicta deben circular, de acuerdo con las disposiciones de reconocimiento, fuerza ejecutiva y ejecución de resoluciones. C. La intervención consular Con carácter general, pueden actuar: cuando el causante fuera nacional español, y siempre que en la demarcación consular se haya producido el fallecimiento, el causante tuviera bienes en el mismo. El cónsul puede asumir funciones notariales, informativas y representativas. La intervención de los cónsules como notarios en relación con las disposiciones testamentarias de sus nacionales, está recogida en el Convenio de Viena sobre Funciones Consulares, en el Convenio Europeo sobre Funciones Consulares, así como en múltiples Convenios consulares bilaterales. En los arts. 734 y ss. CC, se reconoce esta facultad a los agentes consulares y se ordena el modo de proceder. Función de información. La mayoría de los Convenios consulares reconocen una obligación bilateral de información y cooperación recíproca, entre el cónsul y las autoridades locales. A la autoridad consular se le asigna la función de representación que, en algunos casos, no se limita sólo a proteger la herencia, sino también a adjudicarla, proceso que ha suscitado mayores problemas. 3. Reconocimiento en España de decisiones extranjeras En el ámbito de los países de la Unión, y desde la fecha de aplicación del R. 650/2012 se prevé un régimen doble de reconocimiento: el Capítulo IV está dirigido al reconocimiento, fuerza ejecutiva y ejecución de resoluciones judiciales, el Capítulo V la aceptación y fuerza ejecutiva de los documentos públicos expedidos en un EM, así como de las transacciones judiciales. Una de las cuestiones innovadoras del R. 650/2012, es la creación del Certificado Sucesorio Europeo, alternativo con los documentos sucesorios propios de cada EM. Su fin es el de permitir, por ejemplo, a los VAGONSU 116 administradores, herederos o legatarios probar la sucesión en los EEMM (no permite ejecución o inscripción). En el caso español la competencia para emitir el certificado sucesorio europeo la tendrá tanto: el Juzgado 1ª Instancia que examinó el caso relativo a la sucesión, como la autoridad notarial. Serán aplicables las normas incorporadas en la LEC. El certificado sucesorio europeo es un título ejecutivo cuyo acceso al Registro está condicionado a la satisfacción de los requisitos del Estado donde éste se localice, pero sin poner en peligro el efecto útil del Reglamento. En consecuencia, para el supuesto español, aunque se requiera para el acceso de un certificado emitido por la autoridad competente extranjera el registro español la calificación positiva del Registrador (uno de los aspectos que nuestra normativa ordena controlar) se descarta cuando el documento viene de una autoridad de un Estado miembro. Para la correcta aplicación del reglamento se establecen distintos formularios en el reglamento de ejecución 1329/2014. III. LEY APLICABLE A LAS SUCESIONES INTERNACIONALES J2 16 En el ámbito de sucesiones: ¿qué ley fija la capacidad para testar? Razones jurídicamente citando la norma o instrumento jurídico aplicable 1º) La determinación de la ley aplicable es uno de los sectores contenidos en el R. 650/2012. Al ser de aplicación universal conlleva el desplazamiento las soluciones previstas en el artículo 9.8 del CC para los supuestos internacionales, aunque éste continúa aplicándose a los conflictos internos sustituyendo en estos casos la conexión por nacionalidad por la de vecindad civil prevista en el art. 16.1 del C.C. El R. 650/2012 incorpora novedades en el marco de la ley aplicable a las sucesiones, además, la aplicación universal del texto permite la elección de la ley de un tercer Estado. 2º) Conexiones. J19 “Conforme qué instrumento jurídico y que le resulta aplicable a la sucesión internacional del nacional argentino con residencia habitual en Almería” Se opta como criterio de conexión por la autonomía de la voluntad en la elección a la ley, si bien limitada la ley nacional del causante en el momento de la elección o en el de fallecimiento. En el supuesto que no se haya optado por la ley nacional del causante, aplica la ley de la última residencia habitual del causante en el momento de su fallecimiento. Este último no sería aplicable, si resultara claramente que, en el momento de su fallecimiento, el causante tenía los vínculos más estrechos con un Estado distinto, cuya ley será entonces la aplicable. El reenvío se excluye siempre que la ley que resulte aplicable sea la de un EM, se haya optado por la elección de la ley aplicable o ésta se haya deducido por la aplicación de la conexión de los vínculos más estrechos. VAGONSU 117 Ejemplo: un nacional ruso tiene una casa en España donde establece su residencia habitual. Posteriormente se trasladó a vivir a Moscú donde fallece, sin que hubieran pasado 5 años desde el cambio de residencia. Uno de los hijos planteó un litigio sobre la sucesión ante el Tribunal español. Esta autoridad se declaró competente de conformidad con el artículo 10 del R. 650/2012 dado que: el causante tuvo su residencia habitual en Madrid, aún no habían transcurrido 5 años desde el cambio de la misma a Rusia y sigue manteniendo la casa en España. A la sucesión resulta aplicable el ordenamiento ruso (residencia habitual); imaginemos que conforme las normas de DIPr de dicho ordenamiento los bienes muebles quedan sometidos a la ley del lugar del domicilio del causante (rusa) y los inmuebles, a la ley del lugar donde están situados (española). Conforme al R. 650/2012 el ordenamiento aplicable sería la ley española para el bien inmueble y en consecuencia al ser el ordenamiento de un EM el reenvío de retorno podría operar. Hay muchas cuestiones que no están cerradas en el reglamento en torno al reenvío, por ejemplo, si este para ser aplicable habría de ser para la totalidad de los bienes o no. Lo cierto es que en el caso del ejemplo el reglamento da la posibilidad de un reenvío parcial a la ley de un EM, por ejemplo, porque allí está situado el bien inmueble. Para el correctivo del orden público, se excluye el derecho extranjero cuando sean manifiestamente incompatible con el orden público del foro (art. 35) sin que el artículo determine cuál será el ordenamiento aplicable en ese caso. En relación al fraude de ley el Reglamento no contiene una solución propia, sino que remite a las soluciones internas de cada EM. Resulta muy importante la norma contenida en el art. 30 del R. 650/2012, es la única norma de policía que se incluye en el texto, conforme a este precepto, las normas de aquellos Estados donde se encuentren situados determinados bienes, empresas o categorías especiales de bienes, que afecten o impongan restricciones a la sucesión de dichos bienes, seguirá siendo aplicables con independencia de que sea otra la ley que rija la sucesión. Por ejemplo, en el caso español pertenecería a este tipo de normas las contenidas en la Ley 19/1995 de modernización de explotaciones agrarias, que impide la división o segregación de la finca por debajo de la unidad mínima de cultivo. El problema de la remisión a sistemas jurídicos complejos se regulan el R. 650/2012 en el art. 36 para los conflictos territoriales y en el art. 37 para los conflictos interpersonales. Se establece una solución mixta, de forma que ante la ausencia de una norma en el derecho extranjero que establezca el ordenamiento aplicable, se recurrirá a la conexión de los vínculos más estrechos, como cláusula de cierre. 3º) Ámbito de la ley designada. Art. 23. 1. La ley determinada en virtud de los artículos 21 (ley aplicable regla general) o 22 (elección ley aplicable) regirá la totalidad de la sucesión. 23.2. Dicha ley regirá, en particular: a) las causas, el momento y el lugar de apertura de la sucesión; VAGONSU 118 b) la determinación de los beneficiarios, de sus partes alícuotas respectivas y de las obligaciones que pueda haberles impuesto el causante, así como la determinación de otros derechos sucesorios, incluidos los derechos sucesorios del cónyuge o la pareja supérstites; c) la capacidad para suceder; d) la desheredación y la incapacidad de suceder por causa de indignidad; e) la transmisión a los herederos y, en su caso, a los legatarios, de los bienes, derechos y obligaciones que integren la herencia, incluidas las condiciones y los efectos de la aceptación o renuncia de la herencia o del legado; f) las facultades de los herederos, de los ejecutores testamentarios y otros administradores de la herencia, en particular en orden a la venta de los bienes y al pago de los acreedores, sin perjuicio de las facultades contempladas en el artículo 29, apartados 2 y 3; g) la responsabilidad por las deudas y cargas de la herencia; h) la parte de libre disposición, las legítimas y las demás restricciones a la libertad de disposición mortis causa, así como las reclamaciones que personas próximas al causante puedan tener contra la herencia o los herederos; i) la obligación de reintegrar o computar las donaciones o liberalidades, adelantos o legados a fin de determinar las cuotas sucesorias de los distintos beneficiarios, y j) la partición de la herencia. IV. ASPECTOS PARTICULARES DE LA SUCESIÓN TESTADA La sucesión testada es aquella en la persona expresa su voluntad en testamento. 1. Admisibilidad y validez material de las disposiciones mortis causa La admisibilidad y la validez material de las disposiciones testamentarias quedan sujetas a las previsiones del R. 650/2012, a la ley de la residencia habitual del causante en el momento de otorgarlas (que sería la ley que vendría a regir la sucesión si falleciera en ese momento), salvo que hubiera elegido ley aplicable a la sucesión su ley nacional. Art. 24.1. “Las disposiciones mortis causa distintas de los pactos sucesorios se regirán, por lo que respecta a su admisibilidad y validez material, por la ley que, en virtud del presente Reglamento, habría sido aplicable a la sucesión del causante si este hubiese fallecido en la fecha de la disposición. 2. No obstante lo dispuesto en el apartado 1, el disponente podrá escoger como ley que rija la admisibilidad y validez material de su disposición mortis causa aquella que el artículo 22 le permite elegir, en las condiciones que dicho artículo establece. 3. El apartado 1 será aplicable, según proceda, a la modificación o revocación de las disposiciones mortis causa distintas de los pactos sucesorios. En caso de elección de la ley de conformidad con el apartado 2, la modificación o revocación se regirá por la ley elegida”. Esto ultimo significa que el cambio ulterior de VAGONSU 119 dicha ley no afectará a su capacidad para modificarlas o revocarlas y que en caso de no hacerlo dichas disposiciones seguirán siendo válidas. La ley aplicable regulará aspectos como: la capacidad del disponente para realizar disposición mortis causa; la admisibilidad de la representación a efectos de realizar una disposición mortis causa; el fraude, la coacción, el error o cualquier otra cuestión relativa al consentimiento o a la voluntad del disponente; las causas específicas que impidan al disponente disponer en favor de determinadas personas o que impidan a una persona recibir bienes sucesorios de aquel. J2 16 En el ámbito de sucesiones: ¿qué ley fija la capacidad para testar? Razones jurídicamente citando la norma o instrumento jurídico aplicable La capacidad para testar en el marco del R. 650/2012 quedará sujeta a la ley rectora de la sucesión (residencia habitual salvo que el disponente decidiera por su ley nacional). En cuanto a la capacidad para ser heredero, la capacidad jurídica de las personas físicas no está incluido del ámbito aplicación material. El art.23.2 c) determina que la capacidad para suceder queda establecida por la ley que resulte aplicable conforme a los artículos 21 y 22, ley que regula la sucesión (ley nacional del causante en el momento de elección o de fallecimiento en el caso de aplicar la professio iuris, o en ausencia de elección por el ordenamiento la residencia habitual del causante en el momento del fallecimiento). Se trata de una excepción a la aplicación de la ley nacional que con carácter general regula la capacidad de las personas físicas. 2. Validez formal de las disposiciones mortis causa S15 J14 “Ley rectora de la forma de las disposiciones testamentarias” J19 “Ley aplicable a la forma de los testamentos” Una de las cuestiones excluidas del ámbito de aplicación de la ley sucesoria, es la relativa a la forma de los testamentos, aunque el R. 650/2012 recoge en su art. 27, previsiones en torno a la validez formal de las disposiciones reglamentarias, prima sobre él, el Convenio sobre conflictos de leyes en materia de forma de disposiciones testamentarias, hecho en La Haya de 5 de octubre de 1961. La aplicación universal de las disposiciones del CLH 1961 sobre forma de los testamentos (art. 6) sustituye con alguna excepción al artículo 11 del CC relativo a la forma de los actos y negocios jurídicos. SR 18 “¿Qué supone la universalidad en aquellos reglamentos o convenios por los que se determina la ley aplicable un litigio?” El texto convencional califica como cuestiones de forma: VAGONSU 120 el testamento mancomunado, regulando su posibilidad, así como sus formalidades (art. 4); prescripciones que limitan las formas de disposiciones testamentarias referidas a la edad, nacionalidad u otras circunstancias que debe poseer los testigos requeridos para la validez de una disposición testamentaria (art. 5). Determinar la ley aplicable a una disposición testamentaria que revoque una disposición testamentaria anterior (art. 2). La búsqueda la validez formal del testamento inspira las soluciones convencionales recurriendo para ello una norma de conflicto multilateral en la que las conexiones funcionan de forma alternativa. Conforme al art.1 una disposición testamentaria será formalmente valida cuando se ajusta a las siguientes leyes internas (exclusión reenvío): a) la ley del lugar en que el testador hizo la disposición b) a la ley de la nacionalidad poseída por el testador c) a la ley del lugar en cual el testador tenía su domicilio d) a la ley del lugar en el cual el testador tenía su residencia habitual e) respecto a los inmuebles, a la ley del lugar en que estén situados J2 14 “¿Es válido en España el testamento mancomunado otorgado en el extranjero? Razone jurídicamente precisando la norma aplicable” S14 “Regulación de los testamentos mancomunados otorgados por españoles en el extranjero” En relación con los testamentos ológrafos y mancomunados, y ante la ausencia de reservas por parte del Estado español, el CLH 1961 permite que sean válidos los testamentos ológrafos otorgados por ciudadanos extranjeros en España, aunque su ley nacional lo prohíba, así como los testamentos mancomunados, otorgados por españoles en el extranjero, conforme alguna de las leyes indicadas en el art. 1 del Convenio. En cuanto al registro de testamentos, en el marco del Consejo de Europa, se ratificó por España el Convenio de Basilea de 16 de mayo de 1972 relativo al establecimiento de un sistema de inscripción de testamentos. Los Estados se comprometen a tener u sistema de inscripción de testamentos, para de facilitar el descubrimiento del testamento (art. 1). La designación de uno o varios organismos en cada estado para transmitir, recibir información, así como para registrar información, se realiza, en España, en el ámbito del Ministerio de Justicia del Registro General de Actos de Última Voluntad. V. ASPECTOS PARTICULARES DE LA SUCESIÓN INTESTADA La sucesión intestada o legitima se produce cuando, o bien no existe testamento o cuando existe es nulo, o incluso siendo válido, en el mismo no se dispone sobre la totalidad de los bienes. En relación a la respuesta del R. 650/2012, la ley aplicable a la legitima será la misma que regule la sucesión en cuestión (arts. 21 y 22). Una cuestión particular es la que se crea en ausencia de herederos legítimos y con ello, la sucesión de los VAGONSU 121 bienes por parte del Estado. Según nuestro art. 12.1 CC, aplicable cuando sean competentes las leyes españolas, la calificación conforme a la cualidad en la que hereda el Estado ha de hacerse conforme a la Lex fori, por lo que, en España, el Estado hereda como un heredero más, con la única particularidad que lo hace a beneficio de inventario. En la sucesión vacante se aplica la ley aplicable a la sucesión, si bien el R. 650/2012 en su art. 33 remite a la ley del Estado miembro del lugar donde estuvieran situados los bienes hereditarios, salvaguardando la satisfacción de los créditos de los acreedores. VI. LA SUCESIÓN PACTADA En líneas generales la diferencia entre los pactos sucesorios y la sucesión testada reside en que, mientras en esta última el causante puede revocar libremente las disposiciones hasta su fallecimiento, en los pactos sucesorios la voluntad del testador se vincula a la voluntad de otra persona, y la revocación de los pactos sólo es posible se cumplen unas condiciones muy tasadas. En el ámbito del derecho español si bien el derecho civil común prohíbe la sucesión contractual su reconocimiento está presente en algunos derechos forales. Esto tiene entre otros el efecto no poder descartar por el juego de la cláusula de orden público la aplicación de un ordenamiento extranjero en el que se incluyen dichos pactos. El R. 650/2012 incorpora la sucesión pactada, en su art. 25, este recepto determina la ley aplicable a su admisibilidad, validez material y efectos vinculantes, incluidas las condiciones para su resolución. Ahora bien, dicha ley no podrá menoscabar el derecho a las legítimas que quedaran establecida por la ley que rige la sucesión. El mencionado precepto clasifica los pactos en función del número de personas a las que afecta: 1º) En el caso de afectar la sucesión de una sola persona y no haber hecho uso de la elección de ley, será aplicable a los pactos sucesorios la ley que regula la sucesión, es decir la ley de la residencia habitual del causante en el momento de otorgar el pacto. 2º) En el caso de afectar a la sucesión de varias personas, el pacto será admisible si así lo es conforme a la ley de la residencia habitual de cada una de las citadas personas, en el momento de conclusión del pacto (sería la ley que regula la sucesión de cada una de las personas). Esta ley, opera siempre que no se hubiera hecho uso de la professio iuis, que determinaría la aplicación de la ley nacional de las personas de cuya sucesión se trate. Lección 23 Los bienes I. INTRODUCCIÓN Mero valor introductorio VAGONSU 122 II. ASPECTOS PROCESALES La posibilidad de litigar sobre la propiedad o posesión o demás derechos reales sobre bienes corporales (muebles o inmuebles) o en relación con bienes inmateriales en los supuestos internacionales plantea la conveniencia necesidad de conocer de antemano, aunque ante qué Tribunal es interponer la demanda, incluso cuando sólo se pretenda medidas cautelares o de aseguramiento y cómo hacer efectivo el resultado si uno es el litigante vencedor. 1. Competencia judicial internacional La determinación de la CJI está establecida en distintas fuentes: R. Bruselas I refundido (art. 24) LOPJ (art. 22 a), subsidiariamente Convenio de Lugano, complementariamente A. Bienes inmuebles 1) Las acciones sobre bienes inmuebles son objeto de un foro de competencia exclusiva al disponer el art. 24.1 RBIr que “Son exclusivamente competentes… en materia de derechos reales inmobiliarios y contratos de arrendamiento de bienes inmuebles…, los tribunales del Estado miembro donde se hallare sito el inmueble”. En similares términos se expresa el art. 22 a) de la LOPJ atribuyendo la competencia a España en materia de derechos reales cuando allí se halle sito el inmueble. Conviene hacer algunas precisiones en cuanto al criterio de atribución de la competencia escogido en el supuesto de la norma europea. a) En cuanto al supuesto, comprende todas las acciones jurídico-reales. El litigio debe tener por objeto cuestiones relativas a la propiedad, posesión o demás derechos reales. Comprende aquellas acciones que están destinadas: a determinar la extensión, la consistencia, la propiedad o la posesión de un bien inmueble o la existencia de otros derechos reales sobre dichos bienes; a garantizar a los titulares de esos derechos la protección de las facultades vinculadas a sus títulos. Incluso el recurso por el que se solicita que se cancelen en el registro de la propiedad la hipoteca que grava un inmueble debe calificarse como acción en materia de derechos reales inmobiliarias. Aunque inevitablemente el juez nacional tenderá a la calificación conforme las categorías de su derecho nacional, debe tenerse presente el mandato de proceder a la búsqueda de nociones autónomas con el fin de evitar problemas de calificación. En este sentido se ha entendido por el TJ que dicho foro se refiere a la extensión y contenido de la propiedad y la posesión o a la existencia de otros derechos reales. b) Criterio de atribución de la competencia. Se asigna al tribunal del lugar donde radique el inmueble, un criterio de atribución generalmente aceptado en este ámbito en el derecho comparado. Las razones son VAGONSU 123 sencillas, es el juez más próximo para la realización de comprobaciones o peritajes, para practicar inscripciones, coincide con la regla general para decidir el derecho aplicable a las mismas cuestiones lex rei sitae o ley del lugar de situación el inmueble. Es donde radica el registro del inmueble y por tanto donde se reflejarán sus eventuales cargas. 2) Excepcionalmente dicha competencia puede derogarse en un supuesto concreto: cuando se trate de cuestiones “derivadas de contratos de arrendamiento de bienes inmuebles celebrados para un uso particular durante un plazo máximo de seis meses consecutivos”, serán igualmente competentes los tribunales del estado miembro donde estuviere domicilio el demandado, siempre que el arrendatario es persona física y que propietario y arrendatario estuvieren domiciliados en el mismo EM (art. 24.1.2º). Una regla que obedece a una lógica de proximidad, por ejemplo, sobre un apartamento sito en la Costa del Sol celebrado entre dos particulares extranjeros domiciliados en Londres, serán sometidos a la jurisdicción donde tenga lugar el domicilio del demandado (qué coincidirá con el país domicilio del demandante Londres). 3) Tanto el R. Bruselas como LOPJ prevén el conocimiento exclusivo de los tribunales del lugar donde radique el registro para todas las cuestiones relativas a la validez de las inscripciones en los registros públicos. B. Bienes muebles Cabe identificar la única regla de competencia especial en el RBIr en relación con las acciones civiles dirigidas a recuperar un bien cultural, “...el órgano jurisdiccional del lugar en que se encuentre el bien cultural en el momento de interponerse la demanda”. Se refiere a bienes (obras de arte) que han sido calificados como “únicos”. Los órganos judiciales del lugar de situación serán más adecuados por la proximidad para someterlo a tutela cautelar (por ejemplo, el litigio en el que se dispute la propiedad de un cuadro significativo robado exportado ilegalmente desde otro Estado). Para el resto de los casos rigen las reglas generales de competencia, serán competentes los tribunales del domicilio del demandado (art. 4 RBIr). C. Bienes incorporales Las acciones civiles que tengan por objeto derechos de la propiedad intelectual e industrial están sujetos a los foros generales y especiales del RBIr. Dos foros cobran especial relevancia. 1) El foro especial previsto en materia de daños – ante el órgano jurisdiccional del lugar donde se haya producido o pueda producirse el hecho dañoso (art. 7.2). Debe tenerse en cuenta que este foro de competencia se modifica en algunos instrumentos especiales de derecho derivado europeo que prevalecen sobre esta regla. Así por ejemplo en el Reglamento sobre la Marca Unión Europea de 2017, el TJUE al pronunciarse sobre su artículo 125.5 no lo interpreta en los mismos términos que el foro del artículo 7.2 RBIr, sino que el criterio haya utilizado se refiere al territorio del estado miembro en el que se ha producido el hecho que originó o amenazó con originar la violación alegada y no en el territorio en el que la violación produce sus efectos. VAGONSU 124 2) En relación con los litigios relativos a la titularidad de derechos derivados de la propiedad industrial- a los órganos jurisdiccionales del estado en que se haya solicitado, efectuado o tenido por efectuado el depósito o registro en virtud de lo dispuesto en algún instrumento de la Unión (art. 24.4 RBIr). 2. Reconocimiento de decisiones No hay reglas especiales de reconocimiento de resoluciones judiciales o documentos públicos relativos a la propiedad y demás derechos reales. La única, si queremos entenderla así, es el mandato de no reconocimiento en país distinto del que se dicta la sentencia cuando hayan sido vulneradas las reglas de competencia exclusiva. III. LEY APLICABLE 1. Bienes corporales El régimen jurídico relativo a los bienes corporales está contenido en el art. 10.1 y 2 del CC. Se contempla una conexión principal, la ley del lugar en que se hallen (lex rei sitae) y dos reglas especiales: relativa a los medios de transporte (10.2 CC) relativa a los bienes de tránsito (10.1, 2º CC) “La posesión, la propiedad, y los demás derechos sobre bienes inmuebles, así como su publicidad, se regirán por la ley del lugar donde se hallen. La misma ley será aplicable a los bienes muebles”. Esta materia se caracteriza por una incidencia mínima de los convenios internacionales, limitada problemas concretos (ejemplo, Convenio Ciudad del Cabo relativo a las garantías internacionales sobre elementos de equipo móvil de 16 de abril de 2001), bien paralizada por las importantes divergencias en el ámbito de la UE, por ejemplo. La inexistencia de reglamentos tiene que ver con la importancia que para cualquier estado tiene el control de los bienes que radiquen en su territorio. A. Regla general: Lex rei sitae J14 Ley rectora de los inmuebles: su ámbito de aplicación Los derechos reales sobre bienes muebles e inmuebles están sujetos a la ley del lugar donde se hallen o lex rei sitae (art. 10.1 CC). La calificación del supuesto de la norma debe determinase conforme a la ley española (art. 12.1 CC). 1) Criterio de conexión. La general aceptación de la lex rei sitae como ley rectora tiene que ver con el VAGONSU 125 hecho de que las cosas están necesariamente sujetas a la soberanía del Estado sobre el que se hallen. A su vez la presencia de normas imperativas en esta materia es habitual. 1) Por razones de seguridad jurídica y en interés de los particulares. Que los terceros conozcan la situación jurídica de un bien, solo puede quedar garantizada por la ley del lugar en el que los objetos se hallan situados. Se precisan que estos derechos sean conocidos y para ello un sistema de publicidad (registral) que solo puede ser establecido por la ley/autoridades del lugar de situación del bien. 2) Razones de índole pública y económica, dado que los bienes están directamente subordinados a la ley del país en que se hallen. De hecho, esta ley puede imponer límites (p. ej. límites a los extranjeros en cuanto a la adquisición de inmuebles en zonas estratégicas o de seguridad o la subordinación a expropiaciones y nacionalizaciones) o incluso proceder a nacionalizaciones y expropiaciones, potestad reconocida por el Derecho internacional. La concreción de la conexión lex rei sitae designa el lugar de situación de la cosa. Es previsible y fácil de determinar. Opera con independencia de cómo haya llegado el bien hasta allí y de cómo se haya constituido el derecho o titularidad sobre los bienes. Si bien hay supuestos de localización más complejos: 1) En relación con los bienes que se hallen fuera del territorio de cualquier estado; por ejemplo, los tesoros en el fondo del mar cuando radican fuera del territorio de cualquier Estado. En estos supuestos en los que la conexión lex reí sitae es impracticable hay que acudir a convenios internacionales o a contratos si los hubiera; en la práctica están dando numerosos problemas. 2) la categoría de los llamados bienes en tránsito (p. ej. mercancías) y por esto que cuentan con una regla especial en sede del artículo 10.1°, 2 del CC. 2) Ámbito de la ley designada. Rige todas las cuestiones jurídicas que se susciten sobre un bien: las cosas que pueden ser objeto de derechos reales, el contenido o facultades y derechos del titular tales como las posibilidades de transmisión, adquisición, los efectos frente a terceros y sobre todo el sistema de publicidad registral considerado en su conjunto. B. Problemas particulares: transposición y conflicto móvil La norma de conflicto descrita plantea en la práctica dos problemas frecuentes: 1) Transposición. La cuestión que se plantea es la del reconocimiento o continuidad de un derecho real o de garantía constituido al amparo de una legislación extranjera, que puede ser desconocido en el ordenamiento español o estar dotado de un contenido distinto. Un problema de transposición cuya solución pasa por desarrollar un test de equivalencia: análisis para determinar conforme a la ley española a qué figuras podría asimilarse el derecho real constituido al amparo de la legislación extrajera. Lo cual requiere un análisis para determinar el tipo de derecho real y otra decisión para determinar conforme a la ley española a qué categoría corresponde la institución analizada previamente conforme al Derecho extranjero en que ha sido creada. Este tipo de respuesta cristalizado en el derecho positivo en la LCJI, ante una solución resolución judicial extranjera un documento público extranjero que se pretende inscribir en un registro público que contengan medidas desconocidas e incluso incorpore derechos desconocidos en el derecho español se procederá a su adaptación en lo posible a una media de derecho previsto en nuestro ordenamiento VAGONSU 126 jurídico que tenga efectos equivalentes y persigue intereses similares si bien tal adaptación no tendremos efectos que los dispuestos en el derecho del Estado de origen. 2) Conflicto móvil: derivado del desplazamiento de la conexión retenida de un estado a otro para alterar y modificar por tanto el régimen jurídico del bien. Este problema se plantea en los supuestos de derechos reales constituidos sobre bienes muebles en el extranjero y luego desplazados a otro país; supuesto típico son las cláusulas de reserva de dominio en la venta a plazos; se caracterizan porque la propiedad queda reservada al vendedor y la posesión al comprador; el traslado del bien de un Estado a otro puede provocar un cambio de régimen jurídico. Ejemplo: los coches propiedad de una empresa alemana que son adquiridos para ser utilizados aquí por una empresa española, que posteriormente entre en quiebra. ¿Puede el acreedor español embargar tales bienes? Al no existir una solución general a este problema hay que separar, en primer término, los aspectos obligacionales (sujetos a la ley rectora del contrato) de los aspectos jurídico-reales. Respecto de éstos (cuestión central dado que se trataría de establecer si la cláusula de reserva de dominio del propietario alemán es oponible al acreedor de la empresa española), en principio la Lex rei sitae determina los efectos de la propiedad reservada por el vendedor frente a terceros adquirentes. En caso de que el bien mueble se haya desplazado a otro Estado, la solución que se mantiene por la doctrina es la de aplicar la ley del lugar de situación del bien en el momento en que tiene lugar la transmisión a terceros (o lex rei sitae actual). C. Reglas especiales La sumisión a la ley del lugar de situación del bien tratándose de bienes muebles puede resultar impracticable dada la propia naturaleza del bien de que se trate. Esto explica la presencia de dos reglas especiales dentro de la norma de conflicto: 1) Bienes en tránsito. El Código civil contempla los llamados bienes en tránsito (art. 10.1.2 CC) caracterizados por estar llamados a la movilidad o desplazamiento de un Estado a otro. Por ejemplo, las mercancías que parten de un país extranjero y se venden en el curso del transporte a España, mercancía sobre la que un acreedor del primer propietario tenía establecida una medida cautelar de embargo. Al efecto la regla especial del Código civil (art. 10.4.2) dispone que: "A los efectos de la constitución o cesión de derechos sobre bienes en tránsito, éstos se considerarán situados en el lugar de su expedición, salvo que el remitente y el destinatario hayan convenido, expresa o tácitamente, que se consideren situados en el lugar de su destino" No es posible determinar la ley del lugar de situación para un bien en movimiento. Su difícil localización explica que el legislador introduzca el Lugar de expedición, a menos que las partes hayan pactado el Lugar de destino. La conexión principal es la autonomía de la voluntad, que permite al vendedor y al comprador pactar que la cuestión se someta a la ley del lugar de destino de la mercancía. Esta ley regulara la situación jurídico-real de los bienes en tránsito. La autonomía de la voluntad favorece el acuerdo entre las partes independientemente de que las cosas lleguen o no a su destino; y encaja con la solución del R. Roma I que somete las obligaciones derivadas del contrato (principal instrumento de intercambio de bienes), a la ley que hayan elegido las partes. VAGONSU 127 2) Medios de transporte. Por su naturaleza son bienes muebles, pero su función radica en la movilidad de un Estado a otro. Se estará a la Ley de su abanderamiento, matricula o registro (art. 10.2, inciso 1º CC), regla que evoca la "nacionalidad" del medio de transporte, y faltando esta o resultando indeterminable habrá que estar a la ley del lugar donde se hallen. Se exceptúan los automóviles, sujetos a la ley del lugar donde se hallen (art. 10.2, inciso 2º CC). D. Bienes culturales protegidos En el ordenamiento español la Ley 1/2017 de 18 de abril sobre restitución de bienes culturales que hayan salido de forma ilegal del territorio español o de otro Estado miembro de la Unión Europea, es la que define los bienes culturales como aquellos de interés histórico, artístico o cultural (art. 2). Ley 16/1985, de Patrimonio Histórico Español establece el catálogo de bienes sometidos a restricciones relativas a la exportación: de mayor a menor se clasifican en bienes inexportables, los que pueden exportarse con autorización expresa y los exportables sin necesidad de autorización. La regla general (10.4 CC) anclada en la lex rei sitae es inadecuada, por las dificultades de concreción de la conexión en los supuestos de desplazamiento ilícito. Por ejemplo, en el caso de un cuadro robado en España y depositado en una galería de arte en Francia para su reventa, teóricamente corresponde a la lex rei sitae decidir quién es el verdadero titular y el alcance de sus derechos en orden a la restitución, así como las consecuencias civiles. Estaríamos ante un supuesto de conflicto móvil que fuerza a decidir qué cuestiones quedan sometidas a la lex rei sitae anterior (española) y cuales a la lex rei sitae posterior (francesa). Dicha conexión se sustituye por la lex origins o ley del país de origen del bien para esta categoría de bienes. Sería la aplicación global a todas las cuestiones, cualquiera que sea la situación actual del bien. Esta ley es la que clasifica determinadas obras de arte por su valor cultural especial. Determinaría lo relativo a la transferencia de propiedad, el carácter inalienable del bien o en su caso las eventuales restricciones, así como las posibilidades de reivindicación por su legítimo propietario o por el Estado. No es una norma de conflicto que haya cristalizado con alcance general en el derecho positivo español. Se trata de una solución propuesta por el Instituto de Derecho Internacional en su reunión de Basilea de 1991 y en la directiva 2014/70 del PE y del Consejo de 15 de mayo de 2014. Incorporada al ordenamiento español por la ley 1/2017. Únicamente los supuestos en que sea el estado el legitimado reclamante, por ley 1/2007, para las demandas de restitución por parte de los EEMM de la UE respecto a bienes culturales radicados en otros Estados miembros, se instala un sistema mixto de cooperación entre autoridades administrativas y judiciales. La propiedad del bien se determinará conforme a la ley del EM requirente (art. 12) o estado de cuyo territorio haya salido de forma ilegal el bien. 2. Bienes incorporales A. Los derechos de propiedad intelectual e industrial: protección en los supuestos internacionales 1) Supuestos. Los llamados derechos de propiedad intelectual e industrial son bienes inmateriales al conferir derechos por obras del ingenio. En los derechos de la propiedad intelectual se distingue, entre: VAGONSU 128 a. los derechos del autor (determinados derechos de contenido patrimonial y el derecho moral al reconocimiento de su obra) b. llamados derechos conexos (los de otros intervinientes en la ejecución y transmisión de la idea, como p. ej. el productor o el guionista). El derecho de la propiedad industrial tiene como objeto la tutela de invenciones susceptibles de aplicación industrial (p. ej. patentes) o los signos distintivos que permiten diferenciar los productos o servicios (p. ej. marcas) o se tutela una estética innovadora susceptible de aplicación industrial (p. ej. modelos y dibujos industriales). Los derechos sobre estas propiedades confieren a sus titulares un derecho absoluto de explotación, así como un derecho al reconocimiento de la obra (o derecho moral del autor). Estos derechos pueden ser objeto de transmisión por actos ínter vivos (p. ej. contratos) o mortis causa (sucesiones). Pueden servir también como garantía. Los derechos derivados de la propiedad intelectual e industrial poseen unos elementos comunes: 1. la territorialidad de los derechos que cada ordenamiento confiere a su titular. La facultad de exclusión o derechos absolutos de explotación se limita espacialmente al territorio del Estado de concesión. 2. al ser obras del ingenio resulta imposible su localización, en el espacio porque se tutela la idea (p. ej. guionista que adapta la novela a la película) independientemente de que tengan soporte físico. 3. El desarrollo tecnológico está intensificando la versatilidad y movilidad del objeto, dificultando la regulación en los supuestos de tráfico externo. En propiedad intelectual no es precisa su inscripción registral pues, como dispone el artículo 1 de la Ley 22/1987, de Propiedad Intelectual y posteriormente en el Texto refundido 1 /1996 (en adelante, LPI) la propiedad corresponde al autor de la obra por el solo hecho de su creación. Por el contrario, los derechos derivados de la propiedad industrial requieren el paso por un organismo administrativo que aprueba su concesión y, una vez aprobados, se protegen por registro. 2) Criterio de conexión. Por el carácter territorial de la protección, los derechos sólo existen y sólo pueden ser vulnerados y tutelados conforme al ordenamiento que afirma su existencia. Cada ordenamiento decide qué protege, a quien protege y en qué condiciones protege y lo decide conforme a su propia ley. Para el reconocimiento del derecho en un Estado distinto de aquel en el que inicialmente se obtuvo, es preciso cumplir los requisitos de cada ordenamiento estatal. Ejemplo: si un autor publica una novela en A, es el ordenamiento A el que lo reconoce como titular de los derechos de autor sobre su novela; si al cabo del tiempo el autor tiene conocimiento de que su novela ha sido traducida en el país B y comercializada sin su autorización, formalmente en B no es titular del derecho y por tanto en principio no puede reclamar la tutela de B. Si un bioquímico tiene patentado (y registrado) un producto farmacéutico en el Estado F, en rigor no cuenta con la tutela del Estado E (donde no ha registrado su patente) y de entrada, nada puede hacer para impedir la comercialización de un medicamento de idéntica composición y con fines médicos similares al suyo, por cuanto que en E no es titular de la patente. B. Reglas generales VAGONSU 129 La territorialidad de los derechos de propiedad intelectual e industrial explica la norma de conflicto general en esta materia, el artículo 10.4 del CC señala: "los derechos de propiedad intelectual e industrial se protegerán dentro del territorio español de acuerdo con la ley española, sin perjuicio de lo establecido por los convenios y tratados internacionales en los que España sea parte''. 1) Para aquellos bienes constituidos conforme al ordenamiento español y para el territorio español, el supuesto de la noma de conflicto es general y dicta que quedaran sujetos a la ley española los aspectos jurídico-reales: la titularidad, la transmisión de la titularidad y la constitución de derechos de garantía sobre derechos de la propiedad intelectual e industrial, la concesión del derecho, la duración las facultades reconocidas, los actos que constituyen vulneración del derecho, así como las consecuencias de la infracción. 2) Con la finalidad de corregir los efectos perversos de la territorialidad, el derecho convencional en la materia neutraliza el rigor de la estricta territorialidad. Aporta dos elementos clave: reconocer unas normas materiales uniformes y garantizar el llamado trato nacional o la no discriminación, al obligar a los Estados parte a extender los derechos reconocidos a los nacionales también a extranjeros. 3) La Unión Europea ha creado derecho uniforme europeo (Reglamento 2017/1001, sobre la Marca europea o el Reglamento 6/2001, sobre el Diseño comunitario), de modo que los instrumentos europeos confieren un derecho a explotar en idénticas condiciones en todos los demás EM. Se ha introducido una norma conflictual uniforme para los supuestos de infracción de los derechos de la propiedad intelectual e industrial en los Estados miembros. 4) Reglamento Roma II. La infracción de los derechos de propiedad intelectual e industrial es constitutiva de un ilícito civil susceptible de generar daños y por tanto sujeta al régimen del derecho los daños. De ahí que la norma de conflicto sea la contenida en el Reglamento UE nº 864/ 2007, relativo a la ley aplicable a las obligaciones no contractuales, en vigor desde el 11 de enero de 2009, en su art. 8: "1. La ley aplicable a la obligación extracontractual que se derive de una infracción de un derecho de propiedad intelectual será la del país para cuyo territorio se reclama la protección. 2. En caso de una obligación extracontractual que se derive de una infracción de un derecho de propiedad intelectual comunitario de carácter unitario, la ley aplicable será la ley del país en el que se haya cometido la infracción para toda cuestión que no esté regulada por el respectivo instrumento comunitario". a) Ámbito material. El art. 8 resulta de aplicación únicamente a la infracción o vulneración del derecho que es lo que genera el daño, quedando excluidas las cuestiones litigiosas relativas a la titularidad o a la existencia del derecho, respecto de las que se aplicará la regla del artículo 10.4 del CC (lex loci protectionis). b) Contempla que haya tenido lugar una infracción de los derechos de propiedad intelectual e industrial en sentido amplio (vid. Cdo. 26) tal y como se configuren en el derecho interno de cada uno de los EEMM. En cuanto a la propiedad intelectual puede tratarse de los derechos de autor y derechos afines, y en lo relativo a la propiedad industrial marcas y patentes, entre otros. El criterio de conexión es la lex loci protectionis (o ley cuya protección se reclama, país para el que se reclama la protección del derecho). Este puede o no coincidir con el lugar de producción del daño y plantea problemas: VAGONSU 130 supuestos en que haya varios lugares de manifestación del daño. Habrá que tramitar demandas en distintos países, dificultando el proceso, aunque sólo sea por la necesidad de alegar y probar distintos derechos extranjeros ante una misma instancia judicial. internet, se produce una cierta inadecuación del criterio de conexión. El TJ estableció que el hecho generador de daño (publicación de ofertas en un sitio de Internet) es el lugar en qué se ha iniciado el proceso publicación de la oferta a la venta por parte de dicho operador en el sitio de su propiedad. c) La infracción de los derechos de propiedad industrial intelectual e industrial qué han sido objeto de armonización o unificación material por la UE (p. ej. la regulación relativa a la Marca europea o a la Patente europea). Su rasgo característico es que confieren un derecho uniforme o idéntico extensible a todo el territorio de los EEMM. A esta finalidad corresponde el Convenio de Munich sobre concesión de patentes europeas (1973) que permite la obtención de patentes nacionales para distintos Estados europeos, pero a través de un procedimiento único. O el R. 207/2009 sobre la marca comunitaria, o el R. 1260/2012, que establece una cooperación reforzada en el ámbito de la creación de una protección unitaria mediante patente (España no es parte). Cuando la acción comporte una infracción de normas de derecho uniforme de la UE de carácter unitario (marca europea, patente europea, etc.) será el propio instrumento uniforme el que de la respuesta a la cuestión. Tales instrumentos no lo regulan todo, por lo que subsidiariamente se acude a la ley del país en el que se haya cometido la infracción. Aunque en el sector de daño se ha dado entrada a la autonomía de la voluntad como criterio determinante del derecho aplicable en algunos supuestos (vid. Art. 14 R. Roma II) no se admite respecto a los daños derivados de la infracción de derechos de propiedad intelectual (art 8.3 R. Roma II). Lección 24 Las obligaciones contractuales I. INTRODUCCIÓN El contrato es el principal instrumento de intercambio de bienes y servicios, cada ordenamiento contiene su propia regulación y de ahí que emerjan diferencias materiales y conflictuales en su régimen jurídico, de modo que no es indiferente para las partes que un contrato internacional quede sujeto a la ley de un Estado u otro. El contrato desempeña una función esencial de previsibilidad dado que las partes al contratar han podido medir o calcular los riesgos inherentes a su acuerdo (función prospectiva del DIPr). Existe la autonomía de la voluntad, la posibilidad de someter el contrato a uno u otro ordenamiento y la posibilidad de establecer mediante contrato, otros pactos y condiciones no necesariamente sujetos a una normativa estatal (Lex mercatoria). Unos contratos internacionales quedarán sujetos a esa Lex Mercatoria: las diferencias surgidas entre las partes discurrirán por la vía del arbitraje comercial internacional. El contrato se inserta así en una "sociedad" suficientemente homogénea y estructurada, como para que sus prácticas (usos) sean aseguradas por instituciones (arbitraje) que garantizan su eficiencia. VAGONSU 131 Otros contratos internacionales permanecerán localizados en el ámbito de lo estatal: su régimen jurídico vendrá determinado por un ordenamiento nacional y las diferencias que surjan serán resueltas en la vía judicial. Es en estos casos el Estado - y no la "sociedad internacional de comerciantes"- es el garante de su cumplimiento. Como la previsibilidad en cuanto a las autoridades intervinientes y al derecho aplicable es una necesidad inevitable en las transacciones internacionales ese dato explica la cooperación internacional entre Estados en orden a reducir la diversidad por la vía de convenios y normas internacionales. Cabe diferenciar normas materiales uniformes y sobre todo normas de conflicto uniformes, sin olvidarla intervención de la Unión Europea para predeterminar con alcance uniforme los tribunales competentes y las reglas de reconocimiento y ejecución contenidas en el R. 1215/2012. II. ASPECTOS PROCESALES 1. Competencia judicial internacional Cuando el demandado tenga su domicilio en territorio UE la atribución de la CJI a los Tribunales españoles vendría determinada por lo dispuesto en el art. 2 Bruselas I refundido, que prevé una regla general y unas reglas especiales de asignación. 1) Foro general. Con carácter general son competentes los tribunales del domicilio del demandado (art. 4.1 RBIr), según competencia territorial el Estado decide el juzgado competente. 2) Cláusula de jurisdicción. Los contratantes establecen dentro del contrato cuál o cuáles serían los tribunales eventualmente competentes de surgir las diferencias. Cuentan con un régimen jurídico general en el RBIr (art. 23) y regímenes particulares que limitan su juego en los contratos de consumidores y el contrato individual de trabajo (entre otros). 3) Foro especial. Con carácter facultativo para el demandante, cabe activar el foro especial del art. 7.1a) que prevé la competencia de los tribunales "del lugar donde la obligación que sirve de base a la demanda ha sido o debe ser ejecutada". Esta regla asigna la competencia internacional a la jurisdicción de un EM y la competencia territorial o especial a un determinado juzgado. Este foro de competencia especial ha dado lugar a una amplia jurisprudencia del TJUE para concretar tanto el supuesto como el criterio de atribución de la competencia judicial utilizado por la norma. a) Problemas de interpretación en cuanto a: lo que debe considerarse materia contractual: El TJ ha tenido que aclarar que no pueden someterse a esta norma de competencia las decisiones que opongan a una autoridad pública y una persona privada cuando la autoridad pública no actúa en el ejercicio de la función pública. Dicho foro resulta operativo en los casos en los que está cuestionado la existencia misma del contrato y por tanto, el propio foro en materia contractual se ve cuestionado por la impugnación de la validez del contrato. Si el demandante y demandado no están directamente vinculados por un contrato no parece que resulte operativo este foro, los supuestos de cadenas de contratos, pues no habiendo relación contractual entre el adquirente de un producto y su fabricante, para el fabricante resulta imposible prever razonablemente donde va a ser demandado. Quien no es parte en el contrato litigioso no puede verse atraído a la jurisdicción sobre tal contrato subyace también en un caso en el que el TJ rechaza que sea materia contractual la obligación de fianza resultante de la obligación del fiador en los derechos del acreedor frente al deudor principal. VAGONSU 132 de la propia noción de obligación y cuál de entre las obligaciones derivadas del contrato hay que tener en cuenta para concretar su lugar de ejecución y, por tanto, de atribución de la CJI. TJ afirma que siendo todas las obligaciones independientes hay que estar a “cualquier obligación derivada del contrato de concesión exclusiva en el caso” o a “aquella que sirve de base a la acción principal”, corresponde entender del caso al tribunal del lugar de cumplimiento de la obligación principal incumplida que sirve de base a la demanda. Se denomina tesis de la independencia de las obligaciones. b) Otras dificultades de interpretación es la noción del lugar de ejecución (de la obligación retenida). Esto no suscita problemas si el lugar fue pactado por las partes del contrato. En caso contrario o si no estuviera claro el lugar de cumplimiento de la obligación que sirve de base a la demanda suscita tensiones derivadas de una ausencia de noción homogénea entre los derechos nacionales de los EEMM donde se materializa el lugar de ejecución y los distintos modos de concreción. Las dificultades eran tales que en la fase de transformación del Convenio de Bruselas R. 44/2001, se dotó a la norma de una noción uniforme del lugar de ejecución. Se aspiraba a aliviar los problemas en cuanto a método de concreción, es clara la voluntad del legislador de centralizar todas las posibles demandas derivadas de un contrato ante un único tribunal. a) En un contrato de compraventa de mercancías ese lugar será aquel en que según el contrato “hubieren sido o debieren ser entregadas las mercancías” (art. 7.1 b). En cuanto al lugar de entrega de las mercancías el TJCE se ha pronunciado en un supuesto en que estaban previstos varios lugares de entrega todos en un mismo país para decantarse por el lugar donde se efectúa la entrega principal a efectos económicos. De no existir elementos económicos que precisen el lugar de entrega principal el demandante puede ejercer su acción ante el tribunal del lugar de entrega de su elección, reforzándose la capacidad de decisión del demandante. b) En un contrato de prestación de servicios, será el lugar en que según el contrato “hubieren sido o debieran ser prestados los servicios”. La articulación de este foro no parece afortunada por el número de casos planteados ante el TJUE. La razón es la indeterminación de la noción de contrato de prestación de servicios y los problemas que suscita la concreción del foro retenido cuando hay una pluralidad de lugares de ejecución. Es un concepto autónomo del Reglamento y, por consiguiente, el TJ rechaza que resulte determinante el significado de la noción de prestación de servicios adoptada en otros ámbitos del derecho europeo (señaladamente en el artículo 50 TCE relativo a la libre prestación de servicios). Excluye del ámbito art. 7.1 b) los contratos de licencia propiedad intelectual, al ser su principal objeto la concesión de una licencia transmisión de derechos y no tanto la prestación de servicios. El Tribunal se mantiene fiel a su tesis de dotar al demandante del mayor número de opciones posibles , en STJUE sobre demanda contrato de transporte aéreo el tribunal afirma que es a elección del demandante interponer la demanda, ante el tribunal del lugar de salida o del lugar de llegada del avión. 4) Contratos de consumo y contrato individual de trabajo. El legislador estima que hay una situación digna de tutela por la especial posición de inferioridad de una de las partes. En relación con los contratos de consumo (art. 21 RBIr): (1) si el consumidor actúa como demandante, asegura que serán competentes los órganos jurisdiccionales correspondientes al domicilio del consumidor (que le resulten más próximos) o si lo prefiere, ante los tribunales del Estado miembro donde tienen su domicilio de la otra parte. VAGONSU 133 (2) Si es el empresario o comerciante la parte demandante solo podrá hacerlo ante los órganos jurisdiccionales del domicilio del consumidor. En cuanto al contrato individual de trabajo (arts. 20-23 RBIr): (1) permiten al trabajador demandante escoger entre acudir a los tribunales del domicilio del demandado (empresario), bien a los del lugar donde desempeñe habitualmente su trabajo, bien a los tribunales del lugar donde radique el establecimiento que contrato al trabajador, si ocurre que desempeña su trabajo en lugares distintos. (2) El trabajador solo puede ser demandado ante los tribunales de su domicilio. Elemento común a ambas modalidades contractuales es que solo son válidas las cláusulas de jurisdicción pactadas o si son posteriores al nacimiento de las diferencias {arts. 19.1 y 23.1 RBIr). Es una restricción de la autonomía de la voluntad por la que se trata de impedir que prosperen cláusulas y la jurisdicción impuesta por la parte fuerte en la contratación. 5) Otros foros especiales, si la materia litigiosa deriva de la actividad de una sucursal el demandante puede interponer demanda ante el foro de la sucursal (art. 7.5); incluso si el establecimiento radica fuera de la UE y en tal foro se pueden enjuiciar los contratos derivados de la actividad de la sucursal. 6) Supuestos pluralidad de demandados por misma causa, el demandante puede activar el foro especial (art. 8), conforme puede demandar a todos ellos ante los tribunales del domicilio de uno solo. 2. Reconocimiento de decisiones No hay reglas especiales de reconocimiento en cuanto a las resoluciones judiciales o documentos públicos relativos a contratos, rige el régimen general. III. LEY APLICABLE El régimen jurídico español está formado por normas de origen internacional siendo muy residuales las normas de origen interno. En el DIPr español la cuestión de la determinación del derecho aplicable a los contratos internacionales ha estado resuelta con alcance general en el artículo 10.5 CC y de otras disposiciones especiales dentro del mismo cuerpo legal (art. 10.6 CC para el contrato de trabajo o 10.11 CC para la representación). Aunque el primero no ha sido formalmente derogado, prácticamente lo está y su juego es muy limitado (p. ej. para los contratos internos); excepcionalmente será de aplicación a los supuestos no contemplados por el R. Roma l. Igualmente el R. Roma I desplaza y sustituye igualmente al art. 1.4 Estatuto de los Trabajadores, para el contrato individual de trabajo. “5. Se aplicará a las obligaciones contractuales la ley a que las partes se hayan sometido expresamente, siempre que tenga alguna conexión con el negocio de que se trate; en su defecto, la ley nacional común a las partes; a falta de ella, la de la residencia habitual común, y, en último término, la ley del lugar de celebración del contrato. No obstante, lo dispuesto en el párrafo anterior, a falta de sometimiento expreso, se aplicará a los contratos relativos a bienes inmuebles la ley del lugar donde estén sitos, y a las compraventas de muebles corporales realizadas en establecimientos mercantiles, la ley del lugar en que éstos radiquen. 6. A las obligaciones derivadas del contrato de trabajo, en defecto de sometimiento expreso de las partes y sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 8, les será de aplicación la ley del lugar VAGONSU 134 donde se presten los servicios. 11. A la representación legal se aplicará la ley reguladora de la relación jurídica de la que nacen las facultades del representante, y a la voluntaria, de no mediar sometimiento expreso, la ley del país en donde se ejerciten las facultades conferidas.” 1. Régimen jurídico internacional A. Normas materiales uniformes 1) En materia contractual el exponente paradigmático es la Convención de las Naciones Unidas sobre los contratos de compra venta internacional de mercancías, hecha en Viena el 11 de abril de 1980. Su incidencia sobre los supuestos de venta internacional contemplados es doble: constituye una regulación uniforme casi exhaustiva de la modalidad contractual contemplada, dispone en su art. 9 que las partes quedarán obligadas por cualquier uso en que hayan convenido y por cualquier práctica que hayan establecido entre ellas. La convención está dando entrada a otras fuentes de derecho a las que nos referiremos a continuación. 2) Y ante la insuficiencia de respuestas estatales los operadores han venido forjando sus propias reglas de conducta y lo hacen mediante los usos o prácticas comerciales, condiciones generales de contratación, generalizadas en la práctica, o códigos de conducta empresariales (Lex mercatoria). 3) Hay que destacar una cierta institucionalización de esa sociedad transnacional que interviene en la elaboración de su propio derecho. Por ejemplo, las codificaciones de Principios en materia contractual elaboradas por el UNIDROIT o en el ámbito europeo los principios de derecho contractual europeo elaborados por la Comisión Land. Su carácter irrefutable y la presión desde otros medios ha dado lugar a tentativas de regulación de esa Lex mercatoria incontrolable. B. Normas de conflicto uniformes 1) El instrumento clave es el Reglamento UE nº 593/2008, de 17 de junio de 2008, sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales, en vigor desde 2009 (R. Roma I), que establece normas de conflicto uniformes dirigidas a ser aplicadas por los operadores y las autoridades de los EEMM. El R. Roma I incrementa la previsibilidad y la seguridad jurídica respecto a la ley aplicable a los contratos internacionales (Cdos 6 y 16 R. Roma 1). Los jueces nacionales van a aplicar un mismo régimen jurídico internacional cuando el litigio tenga por objeto los contratos internacionales contemplados. Esa uniformidad está además asegurada por la interpretación uniforme que garantiza la intervención del TJUE. Esto permite prever de antemano ante qué tribunales podré atacar a la otra parte o tendré que defenderme, y, qué ordenamiento me va a aplicar el juez, cuestión tanto más relevante, si no se ha pactado. Se asienta sobre tres pilares: (1) libertad de las partes en la designación del derecho aplicable, permitiendo la entrada de cualquiera de normas forjadas en cualquiera de las fuentes señaladas. VAGONSU 135 (2) juego de las normas imperativas contenidas en los ordenamientos (nacionales) con los que el contrato se halle conectado, de un modo u otro, particularmente las del país de ejecución del contrato. (3) La concreción de regímenes especiales, particularmente respecto de aquellos contratos en los que una de las partes está especialmente necesitada de tutela (p. ej. consumidores). 2) Junto al R. Roma I cabe identificar otras normas de conflicto relativas a obligaciones contractuales, contenidas en otros actos normativos del Derecho europeo derivado. Para corregir la dispersión, el R. Roma I una cláusula de compatibilidad por la que se prevé la aplicación prioritaria de tales normas (art. 23); de modo que las normas de conflicto especiales deberán prevalecer sobre las normas de conflicto generales que son las del R. Roma l. Además, en los Considerandos que preceden al R. Roma I, se advierte que el R. Roma I no puede obstaculizar las libertades comunitarias ello implica que, puede comportar que la ley designada por el R. Roma I se vea interferida por normas del Derecho europeo derivado. 2. Ámbito de aplicación del Reglamento nº 593/2008 sobre ley aplicable obligaciones contractuales (Roma I) Antes de entrar en las cuestiones de funcionamiento de las normas de conflicto uniformes hay que precisar el ámbito espacial, material y temporal de aplicación del Roma I. 3. Ámbito espacial Aunque lo apliquen los particulares, el R. Roma I va dirigido a las autoridades nacionales en el territorio de los EEMM. Sera de aplicación con independencia de que la relación contractual se sitúe dentro del ámbito de la UE o se vincule con país tercero. J18 “Se presenta una demanda por incumplimiento contractual ante un Tribunal español punto en el contrato las partes habían decidido someterse al derecho marroquí. Siendo Marruecos un estado no miembro de la UE, ¿qué instrumento jurídico será el que aplique la autoridad judicial española para determinar en este supuesto la validez de la cláusula de ley aplicable?” Ejemplo. Se aplica el R. Roma I en un contrato de prestación de servicio entre un trabajador extranjero contratado por empresa española para la realización de una obra en Chile. 4. Ámbito material Es de aplicación a los contratos internacionales, aunque no a todos. Es necesario despejar, con carácter previo, que ha de entenderse por contrato internacional y a qué obligaciones nacidas del contrato, se aplica. A. Carácter internacional del contrato SR 14 “Ámbito de aplicación del reglamento sobre aplicable a las obligaciones contractuales: carácter internacional del contrato” VAGONSU 136 S19 “En materia de obligaciones contractuales el R. 593/2008 señala que sus soluciones se aplican cuando el contrato es internacional: explique qué ha de entenderse por contrato internacional y que por obligación contractual de acuerdo con este reglamento” La noción de "contrato internacional", es una expresión poco afortunada, lo que explica que en el R. Roma I se prescinda de ella y se delimite al ámbito de aplicación a partir de la expresión, más ambigua e imprecisa, de "las situaciones que impliquen un conflicto de leyes, a las obligaciones contractuales" (art. 1.1 R. Roma I). En principio es internacional aquel contrato cuyos elementos objetivos {lugar de situación del bien, lugar de entrega de la cosa, establecimientos de las partes, etc.) aparecen dispersos bajo el ámbito de distintos ordenamientos jurídicos. Cabría admitir como comprendidas en este ámbito de aplicación, aquellas situaciones en las que el contrato se halla exclusivamente conectado con dos o más ordenamientos no estatales. No son frecuentes los "conflictos de leyes" entre distintas unidades legislativas del Estado, pero en el caso español este aspecto es relevante. El art.22.2 R. Roma I permite y no impone a los Estados la aplicación del Reglamento en el ámbito interno (disposición dirigida a los Estados, no a las autoridades judiciales). La cuestión de si es aplicable ha de recibir una respuesta negativa. El art. 10.5 CC resulta aún aplicable a los que se suscitan en el ámbito interno por la coexistencia de unidades legislativas susceptibles de incidir sobre esta materia (art. 16 CC). B. La noción de materia contractual El contrato es una ficción que muchas veces va a designar una realidad económicamente única que sin embargo resulta jurídicamente compleja (ej. Contratos coligados). Es más exacta la expresión “obligaciones contractuales”. Ciertas obligaciones contractuales están excluidas de su aplicación. En el DIPr español, las obligaciones excluidas quedan comprendidas en el art. 10.5 CC. Las dudas de calificación quedan sujetas a lo dispuesto por el derecho de los Estados miembros, que pueden también consultar al TJUE sobre la inclusión de un supuesto en el ámbito del Reglamento. C. La noción de materia civil y Mercantil En R. Roma I se aplica a las obligaciones civiles y mercantiles. Se entiende que será de aplicación a los contratos celebrados por el Estado o las empresas de participación pública cuando intervenga en sus relaciones jurídico-privadas (iuri gestionis). Dentro de las obligaciones civiles y mercantiles están excluidas de su ámbito: 1) Vinculadas con el contrato y su celebración como son el estado civil y la capacidad de los contratantes (art. 1.2 a). El R Roma I incluye una regla especial sobre incapacidad (art. 13). 2) Obligaciones nacidas de testamentos y sucesiones (art. 1.2 b) sujetos al R.650/2012, ni a regímenes matrimoniales, sujeto al R. 2016/1103. En el mismo art. se excluyen las obligaciones contractuales relativas a derechos y deberes dimanantes de las relaciones de familia, parentesco, de matrimonio o de VAGONSU 137 afinidad, incluidas las obligaciones alimenticias respecto a los hijos no matrimoniales. La calificación se hará conforme a la legislación del EM en que se somete el asunto al tribunal (Cdo. 8 R.Roma I). Ejemplo. Pueden suscitar dudas los contratos entre esposos que participan de una naturaleza doble, obligacional y familiar, pues podrían quedar absorbidos por la ley rectora del régimen económico del matrimonio. Las donaciones intervivos es un acto de liberalidad que en ciertos ordenamientos requieren la aceptación del donatario, habrían de ser reconducidos al R Roma I. 3) Obligaciones derivadas de letras de cambio, cheques y pagarés, así como otros instrumentos negociables (art. 1.2 d). Se justifica la exclusión al haber otros Convenios internacionales que establecen una auténtica reglamentación material de estas cuestiones (Convenio Ginebra de 1930, sobre letra de cambio y pagaré, y Convenio de Ginebra de 19 de marzo de 1931, sobre ley uniforme en materia de cheque). 4) Distintas cuestiones de marcado carácter procesal o vinculadas con arreglo de controversias. El art. 1.2 e) excluye los acuerdos de elección de fuero, dado que corresponde al tribunal designado por las partes (lex fori), decidir si se acepta o no la sumisión, siendo irrelevante lo dispuesto por la ley rectora del contrato (lex causae) en que se inserta la cláusula. Por razones similares se han excluido los Convenios de arbitraje y cláusulas de elección de foro (art. 1.2 e). 5) Exclusión de las obligaciones nacidas en el ámbito de la prueba y el proceso (art. 1.3), sin perjuicio del art. 18: “se exceptúan las posibles presunciones legales que pudieran contenerse en la lex causae”. 6) Excluye las obligaciones nacidas en el ámbito societario: a las reguladas por el derecho de sociedades, asociaciones y personas jurídicas, tales como la constitución, capacidad jurídica, funcionamiento interno y la disolución de sociedades, asociaciones y personas jurídicas, así como la responsabilidad de socios y órganos por las deudas de la sociedad (es. art. 1.2 f). La exclusión se extiende a todos los acuerdos internos que dan vida a las personas jurídicas, materia sujeta a un proceso de armonización en el ámbito de la UE. 7) Tampoco resulta de aplicación al contrato de representación con matizaciones (art. 1.2g). Comprede la dimensión externa de la representación, es decir, la relación entre el representado y el tercero, dimensión para la que acudimos la norma de conflicto interna (art. 10.11 CC), que distingue entre representación legal y voluntaria. 8) El trust fuera del ámbito, pues toma elementos del derecho de obligaciones y del de sucesiones. 9) No se aplicará a los contratos de seguros sobre actividades de empresas distintas de las contempladas por la Directiva 2002/83, de 5 de noviembre de 2002, relativa al seguro de vida. 5. Ámbito temporal El R. Roma I se aplica a todos los contratos celebrados después del 17 dic de 2009. Para los anteriores se aplica el Convenio de Roma de 1980, que entró en vigor en julio de 1993 y por tanto muy similar en sus soluciones. IV. RÉGIMEN GENERAL: LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD Y SUS LÍMITES VAGONSU 138 S16 “Conforme al reglamento Roma I es posible que una empresa española y otra alemana decían someter su contrato el derecho estadounidense” La autonomía de la voluntad es el principal punto de conexión bien que limitado por el juego de las normas imperativas. “Conforme al reglamento Roma I es posible que una empresa española y otra alemana decían someter su contrato el derecho estadounidense” 1. Significado de la autonomía de la voluntad Uno de los ejes en que se sustenta en R. Roma I es el poder de autorreglamentación o autocomposición de los intereses de los participantes en el tráfico jurídico. Reconoce poder a los particulares para elegir el derecho rector de sus relaciones contractuales. Elegir el ordenamiento rector en el ámbito del Derecho de los contratos internacionales desempeña una doble función: 1) Una función de localización (autonomía conflictual) y en este sentido, una función de previsibilidad, pues las partes sabrán de antemano conforme a qué Derecho se resolverán sus diferencias, su papel es definitivo en tanto que mecanismo de prevención de conflictos: cuando hay una cláusula de elección válida no hay problema de localización. SR 15 En un contrato internacional ¿pueden las partes escoger Lex Mercatoria? 2) Reconocimiento de la facultad de las partes pueden fijar el contenido material de su contrato (autonomía material), incorporando por referencia otras normas, no necesariamente estatales. Así, cabría incorporar el contrato soluciones previstas por convenios internacionales, vigentes en el ordenamiento designado (p. ej. disposiciones relativas a la obligación del vendedor en el contrato de compra venta de mercancías tal y cómo resuelve el convenio de Viena de 1980). Cabría utilizar en el contrato condiciones generales de contratación o designar usos del comercio internacional (p.ej. las elaboradas por asociaciones profesionales para comercialización de un producto o por organizaciones internacionales como UNIDROIT). Todo este derecho es de aplicación cuando las partes del contrato hayan decidido. Cualquier referencia genérica o particular a esa Lex mercatoria encontrará como límite las normas imperativas del ordenamiento rector del contrato (lex contractus). 2. Régimen jurídico del acuerdo de elección J14 “Alcance y funcionamiento del principio de la autonomía de la voluntad en el reglamento Roma uno sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales” J15 “La autonomía de la voluntad en el reglamento Roma I: régimen jurídico del acuerdo de elección” J18 “Se presenta una demanda por incumplimiento contractual ante un Tribunal español punto en el contrato las partes habían decidido someterse al derecho marroquí. Siendo Marruecos un estado no miembro de la UE, ¿qué instrumento jurídico será el que aplique la autoridad judicial española para determinar en este supuesto la validez de la cláusula de ley aplicable?” VAGONSU 139 Dentro del contrato, la cláusula de elección recoge el acuerdo de voluntad de las partes, por el que se designa el ordenamiento jurídico rector de los intereses mutuos de los contratantes. El R. Roma I le concede autonomía a dicha cláusula respecto al resto del contrato dotándola de un régimen jurídico propio. De modo que: primero, se ha de mantener la ficción contractual con el fin de que la cláusula localice el contrato en un ordenamiento estatal. Solo en un momento posterior, y si hubiere motivo conforme a la ley así designada, cabe que se declare la nulidad. De este modo se impide que la eventual declaración de nulidad del contrato "contagie" a la cláusula de elección antes de designar el ordenamiento que rige el contrato. Tres cuestiones son centrales para decidir la validez de la elección: 1) La forma de expresión de la voluntad, el art. 3.1 dispone que ha de ser “expresa o resultar de manera inequívoca de los términos del contrato o de las circunstancias del caso”. a. Si la elección es expresa no habrá problemas: sirve la cláusula escrita o el acuerdo verbal confirmado posteriormente por escrito. b. Puede no haber cláusula de elección expresa siendo la voluntad deducible de otros elementos. “Inequívoca” descarga la prueba sobre la parte que sostenga que la elección no es clara. Ejemplo. Se ha descartado que en una relación contractual entre Caixabank y Morgan Stanley, sobre la adquisición de este último de un producto financiero, la sumisión a la ley inglesa inserta en un Folleto Base disponible en la página web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, pueda entenderse como una elección expresa de la ley inglesa, y tampoco que tal elección resulte segura de los términos del contrato en el sentido previsto por el art. 3 R. Roma I. Y añade que "se exige que conste con claridad que ambas partes y no solamente una de ellas, han elegido una determinada ley para que rija el contrato" (STS). En la doctrina se entiende que la elección puede deducirse tanto de elementos intrínsecos del contrato (tales como la presencia de una cláusula de jurisdicción en favor de una jurisdicción, la cláusula de sumisión a una determinada institución arbitral), como de circunstancias externas que rodeen el caso (como la existencia previa de unas relaciones comerciales frecuentes entre las partes, siempre sujetas a un ordenamiento X). 2) Momento: Normalmente la elección tiene lugar en el mismo momento de la conclusión del contrato. El art. 3.2 del R. Roma I permite la elección en todo momento, permite la elección posterior e incluso la modificación posterior de la ley inicialmente designada, si la cláusula se concluyó con el contrato (p. ej. cuando las partes habiendo escogido una ley, enfrentadas al tribunal, prefieren la sumisión a la lex fori). 3) Consentimiento y capacidad. Según lo dispuesto en el art. 3 del Convenio, la existencia de consentimiento debe contrastarse dentro del marco del ordenamiento designado por el contrato (párrafo 5 del mismo art. 3, en conexión con el art. 10.1); dicha ley puede ser descartada a favor de la “ley de la residencia habitual” de la parte que invoque no haberlo prestado (art. 10.2). Se trata de salvar la localización del contrato para que exista al menos una ley conforme a la que declara su validez o nulidad. Art. 3.5. La existencia y la validez del consentimiento de las partes en cuanto a la elección de la ley aplicable se regirán por las disposiciones establecidas en los artículos 10, 11 y 13. Art. 10.1. La existencia y la validez del contrato, o de cualquiera de sus disposiciones, estarán sometidas a la ley que sería aplicable en virtud del presente Reglamento si el contrato o la disposición fueran válidos. 2. Sin embargo, para establecer que no ha dado su consentimiento, cualquiera de las partes podrá referirse VAGONSU 140 a la ley del país en que tenga su residencia habitual si de las circunstancias resulta que no sería razonable determinar el efecto del comportamiento de tal parte según la ley prevista en el apartado 1. La validez del contrato podría también ser cuestionada por una causa de incapacidad invocada por una de las partes, con posterioridad a la celebración del contrato (art. 3.5 en conexión con art. 13). La capacidad esta excluida del Roma I y sujeta al principio de la ley personal (ley nacional o residencia habitual de las partes). El art. 13 prevé una regla especial para los contratos entre personas que se encuentren en un mismo país, las personas físicas que gocen de capacidad de conformidad con la ley de ese país solo podrán invocar su incapacidad resultante de la ley de otro país (no se tendrá en cuenta la causa incapacidad prevista) si, en el momento de la celebración del contrato, la otra parte hubiera conocido tal incapacidad o la hubiera ignorado en virtud de negligencia por su parte. Por ejemplo, a la celebración de una compraventa en España entre español y marroquí de 19 años, tras la celebración del contrato, el marroquí alega que la mayoría de edad en Marruecos ley nacional se fija los 20 años y que era incapaz, causa invalidez, a menos que la otra parte demuestre que no la conoció. 4) Alcance de la elección*. Las partes pueden designar una ley que rija la totalidad del contrato o sólo una parte. Depeçage es la expresión con la que se designa el poder de las partes para despedazar el contrato, sometiendo una parte o partes diversas a leyes diversas (elección de varias leyes estatales), lo cual puede plantear un problema de adaptación. Esta potestad encuentra su límite en el respeto a una coherencia interna del contrato. No admitir, por ejemplo, que la resolución de un contrato por incumplimiento de alguna de las obligaciones en una compraventa quede el tiempo sujeta a la ley del vendedor y a la ley del comprador, siendo lógico que las consecuencias de la resolución por incumplimiento sean gobernadas por una única ley. 5) Vinculación. No se exige la concurrencia de una vinculación especial entre la ley designada y el contrato. 6) Efectos. La cláusula de elección tiene como principal efecto la localización del contrato bajo el ámbito de un OJ. 3. Límites a la autonomía de la voluntad Los límites más relevantes vendrán determinados: (1) por la acción de las normas imperativas contenidas bien en la ley designada aplicable (lex contractus), bien en la lex fori, así como las contenidas en un tercer ordenamiento eventualmente vinculado con el contrato (ex art. 9). (2) la posición de desigualdad entre las partes justifica la introducción de restricciones, con el fin de impedir que la parte fuerte en la contratación imponga el derecho aplicable a la parte más débil. (3) reconocimiento de un poder al juez, no solo para aplicar las normas imperativas contenidas en su propia ley sino también en orden a corregir la localización que inicialmente se haya efectuado, cuando se desprenda del conjunto de las circunstancias que el contrato presenta los vínculos más estrechos con otro país. Las normas imperativas, son las limitan la libertad de los contratantes. Siguiendo el R. Roma I parece útil diferenciar: VAGONSU 141 1) normas imperativas de naturaleza jurídico-privada: son determinantes del propio desenvolvimiento del contrato. Se definen como "disposiciones que no puedan excluirse mediante acuerdo" (art. 3.3) y están presentes en todos los ordenamientos jurídicos. Se aplicarán las contenidas en la ley rectora del contrato (lex causae). Por ejemplo, el art. 1280 CC prescribe las formas y solemnidades que han de observarse para contraer determinadas obligaciones conforme al derecho español; así, los contratos que tengan por objeto bienes inmuebles o el poder general para pleitos deberán constar en documento público inciden en el contrato. 2) normas imperativas de naturaleza jurídico-pública: el art. 9 R. Roma I relativo a las "leyes de policía" que las define como "una disposición cuya observancia un país considera esencial para la salvaguarda de sus intereses públicos, tales como su organización política, social o económica, hasta el punto de exigir su aplicación a toda situación comprendida dentro de su ámbito de aplicación, cualquiera fuese la ley aplicable al contrato según el presente reglamento" (art. 9.1). Resultan de aplicación territorial e ineludible para el juez del foro que entienda del contrato litigioso (art. 9.2). Ejemplos. Las normas reguladoras del derecho de huelga o las relativas a seguridad e higiene en el trabajo o las normas sobre seguridad social o, las que prohíben la exportación de determinados bienes culturales, o, las que prohíben las prácticas restrictivas de la competencia. También el juez pueda "dar efecto" a las leyes de policía del país de ejecución del contrato, y "en la medida en que dichas leyes de policía hagan la ejecución del contrato ilegal" (art. 9 .3). Ejemplo. Cuadro de Velázquez que fue vendido por un español a un comprador italiano, sin autorización de salida según exige la Ley de Patrimonio Histórico y Artístico español, y trasladado a Italia, en la demanda dirigida contra el adquirente, el juez italiano debería tener en cuenta las normas de protección del patrimonio españolas, imperativas, para determinar y aplicar la ley que rige el contrato internacional. Un juez toma en consideración las normas imperativas rusas para decidir si hubo una imposibilidad sobrevenida para el cumplimiento de la obligación, en una reclamación entre dos contratantes españoles, conforme a un contrato sujeto a derecho español, que debía ser ejecutado en Rusia. 3) Pueden ser más difusas las fronteras entre normas imperativas de naturaleza privada y pública. Esto ocurre en una materia de índole tan privada como es el régimen económico del matrimonio en la que el R 2016/1103 sobre regímenes económicos matrimoniales equipara ambas categorías. Cdo. 53: "Consideraciones de interés público, como la protección de la organización política, social o económica de un Estado miembro, deben justificar que se confiera a los órganos jurisdiccionales y otras autoridades competentes de los Estados miembros la posibilidad, en casos excepcionales, de hacer excepciones basadas en leyes de policía. Por consiguiente, el concepto de «leyes de policía debe abarcar las normas de carácter imperativo, como las normas para la protección de la vivienda familiar…” El juez y los contratantes tienen que aplicar las normas imperativas, tanto si están contenidas en la ley rectora del fondo como si lo están en la ley del foro. 4) La expansión del Derecho de la UE está provocando el acaecimiento de normas imperativas. De ahí que, aunque todos los elementos de un contrato estén localizados en uno o varios EEMM y el contrato se someta a la ley de país tercero, se habrán de aplicar las "normas del Derecho comunitario" (art. 3.4). Un mandato similar se contiene en la Directiva 2008/122, de 14 de enero de 2009, sobre la protección de los consumidores con respecto a los contratos de aprovechamiento por turno (time-share): si "la normativa aplicable fuera la de un tercer país", no se puede privar al consumidor (o adquirente a tiempo compartido de un apartamento) de la protección que le dispensa la propia Directiva (relativas a VAGONSU 142 publicidad, información precontractual, derecho de desistimiento, etc.), cuando el inmueble este situado en un Estado miembro. V. RÉGIMEN SUBSIDIARIO EN DEFECTO DE ELECCIÓN J14 “Ley rectora de los inmuebles: su ámbito de aplicación” S18 “De acuerdo con el reglamento Roma I ¿cuáles son las guías básicas para decidir el derecho aplicable al contrato en defecto de elección?” Si las partes, bien no tuvieron intención de designar el derecho aplicable al contrato, bien no lograron llegar a acuerdo, recurrieron a fórmulas equívocas o si sólo fue una elección parcial, el art. 4 del R Roma I coloca al juez nacional en posición para decidir el derecho aplicable al contrato, siguiendo tres guías: 1) Atender a los criterios de conexión establecidos, en atención a distintos tipos contractuales (art.4.1). “A falta de elección realizada de conformidad con lo dispuesto en el artículo 3, y sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 5 a 8, la ley aplicable al contrato se determinará de este modo” ley del país donde tenga su residencia habitual: a) el vendedor, en el contrato de venta de mercancías (art. 4.1 a). b) el prestador del servicio, en el contrato de prestación de servicios (art. 4.1 b). c) el franquiciado, en el contrato de franquicia (art. 4.1 e). d) el distribuidor, en el contrato de distribución (art. 4.1 f). Otros casos: e) contrato sobre un derecho real inmobiliario o arrendamiento de inmuebles*, la ley aplicable será la del país de situación (art. 4.1 c). Excepto en contratos max. 6 meses si arrendador y arrendatario (persona física) tienen residencia en un mismo país, que aplicará la residencia habitual de ambos (art. 4.1 d). f) contrato de venta de bienes mediante subasta se regirá por la ley del país donde tenga lugar la subasta, si dicho lugar puede determinarse (art. 4.1 g). g) contratos con “sistema multilateral” se regirá por la ley del lugar del mercado (art. 4.1 h), entendiendo por ello mercados organizados tales como las bolsas. Ej: La adquisición de acciones de una empresa cotizada en una bolsa europea o de país 3º quedará sujeta a la ley de país de situación de la bolsa. 2) Si el contrato no se corresponde con ninguno de éstos, el juez se verá obligado a acudir al otro criterio subsidiario, la "ley del país donde tenga su residencia habitual la parte que debe realizar la prestación característica del contrato" (art. 4.2). 3) Corresponderá al juez descartar la ley inicialmente designada si aprecia que el contrato presenta "vínculos más estrechos" con otro país (art. 4.3); también cuando los apartados 1 y 2 resulten inoperantes (art. 4. 4º). En tales casos, el R Roma I reconoce al Juez cierta discrecionalidad en la indagación del Derecho aplicable. VAGONSU 143 VI. CONTRATOS ESPECIALES La libertad de elección puede entrañar riesgos en aquellos contratos en las que una de las partes se halla en una especial situación de inferioridad a la hora de negociar y aún más, sin poder de negociación en los contratos de adhesión. 1. Contratos de consumo (art. 6) S17 La articulación de la protección al consumidor en las normas del R. 593/2008 Roma I La finalidad de proteger únicamente al consumidor -persona física que adquiere con una finalidad personal o no profesional y al contratar entra en el comercio internacional (p. ej. en la venta a domicilio). El contrato debe haber sido celebrado en el contexto de una actividad empresarial especialmente dirigida {p. ej. por una publicidad especialmente dirigida a través de cualquier medio). No se protege pues al llamado consumidor activo (p. ej. quien compra en un viaje en el extranjero) pues se entiende que al intervenir en el comercio internacional debe asumir el riesgo de ver sometido el contrato a una legislación desconocida y menos protectora. J17 “En los contratos concluidos por consumidores: ¿permite el reglamento Roma I las cláusulas de elección de ley aplicable y, en su caso, con qué alcance? La protección se articula en esta norma de conflicto especial: (1) permitiendo que las partes escojan el derecho rector (autonomía de la voluntad), pero siempre y cuando se asegure la aplicación de las normas imperativas del país donde tiene su residencia habitual el consumidor; (2) asegurando la aplicación de la ley de la residencia habitual del consumidor. Ley que contenga la regulación al menos "conocida" por el consumidor. 2. Contrato individual de trabajo (art. 8) J2 17 “El contrato individual de trabajo del reglamento Roma I ¿permite las cláusulas de ley aplicable y, en su caso, con qué alcance? J2 18 “¿Cuáles son las conexiones para determinar la ley aplicable a un contrato de trabajo que un español desarrolla en el extranjero?” El R. Roma I admite un juego limitado de la autonomía de la voluntad en la determinación del derecho aplicable. La elección no puede eludir la aplicación de las normas imperativas contenidas en el ordenamiento que hubiera sido aplicado de no haber mediado pacto; esto es, en atención a los distintos supuestos de contrato de trabajo internacional: (1) las contenidas en el ordenamiento del país de cumplimiento de la prestación del trabajador, (2) las del ordenamiento del país en que está situado el establecimiento que contrató al trabajador, VAGONSU 144 (3) las del ordenamiento que presente los vínculos más estrechos con el contrato. La Directiva 96/71, modificada por la Directiva 2018/957, sobre desplazamiento de trabajadores efectuado en el marco de una prestación de servicios, contempla un supuesto concreto de contrato de trabajo ínternacional: el desplazamiento temporal -a España- del trabajador de un Estado miembro a otro; por ejemplo, por empresas de contratación temporal; asimismo, el desplazamiento de un trabajador dentro de un mismo grupo de empresas. Obliga a respetar las condiciones de trabajo y empleo en el país de acogida del trabajador (o lugar de cumplimiento de su prestación) y cualquiera sea la ley aplicable al contrato. Las normas reguladoras de las "condiciones de trabajo y empleo" pertenecen al tipo normativo cuya aplicación asegura el art. 9 (leyes de policía) Roma I. Es una norma de conflicto oculta, que prevalece sobre la solución general del art. 8 R. Roma l. 3. Contrato de transporte (art. 5) La problemática es distinta según se trate de: transporte de mercancías: admitido el juego de la autonomía de la voluntad, se introducen reglas especiales para los supuestos en que no hubo pacto, combinando el OJ del país del transportista con el del lugar de entrega pactado. transporte de pasajeros: 1) la autonomía de la voluntad se restringe a la posibilidad de escoger entre ciertas leyes y no cualquiera (art. 5.2 inciso segundo) y entre otras, la ley del país donde el transportista tenga su administración central; 2) en defecto de pacto, se regirán por la ley del país de residencia habitual del pasajero, siempre que coincida con el origen o destino del viaje. Art.5. “1. En defecto de elección de la ley aplicable al contrato para el transporte de mercancías de conformidad con el artículo 3, la ley aplicable será la ley del país donde el transportista tenga su residencia habitual, siempre y cuando el lugar de recepción o el lugar de entrega, o la residencia habitual del remitente, también estén situados en ese país. Si no se cumplen estos requisitos, se aplicará la ley del país donde esté situado el lugar de entrega convenido por las partes. 2. En defecto de elección por las partes de la ley aplicable al contrato para el transporte de pasajeros de conformidad con el párrafo segundo, el contrato se regirá por la ley del país donde el pasajero tenga su residencia habitual, siempre y cuando el lugar de origen o el lugar de destino también estén situados en ese país. Si no se cumplen estos requisitos, se aplicará la ley del país donde el transportista tenga su residencia habitual. Las partes podrán elegir como ley aplicable a un contrato para el transporte de pasajeros, de conformidad con el artículo 3, únicamente la ley del país donde: a) el pasajero tenga su residencia habitual, o b) el transportista tenga su residencia habitual, o c) el transportista tenga el lugar de su administración central, o d) se encuentre el lugar de origen, o e) se encuentre el lugar de destino. 3. Si del conjunto de circunstancias se desprende que el contrato, a falta de elección de la ley, presenta vínculos manifiestamente más estrechos con un país distinto del indicado en los apartados 1 o 2, se aplicará la ley de ese otro país. 4. Contrato de aprovechamiento por turnos (time share) La proliferación de contratos de aprovechamiento por turno de bienes de uso turístico (o de time share), y los riesgos que entrañan para los consumidores han llevado a la UE a su regulación vía Directivas en dos ocasiones. Resultado es la transposición en el Derecho español por el RD Ley 8/2012, de 16 de marzo. VAGONSU 145 Consisten éstos contratos en: (1) la transmisión de un derecho de uso sobre un inmueble amueblado, (2) por un propietario a un adquirente persona física, (3) durante un periodo específico del año, y (4) por una duración superior a la de un año. (5) En él intervienen además del propietario registra y el adquirente del derecho de uso, quienes se ocupen de la comercialización y transmisión. El objeto del contrato es un derecho real limitado que permite el uso a su titular, así como la posibilidad de transferirlo. El RD 8/2012 contiene unas normas imperativas relativas a: (1) la forma del contrato (forma escrita, en la lengua del país de la residencia habitual del adquirente), (2) reconociéndoles una facultad de desistimiento unilateral y (3) asegurando la nulidad de aquellas cláusulas contractuales por las que el adquirente renuncie a los beneficios de la ley. En los supuestos internacionales (p. ej. cuando un promotor establecido en el extranjero construye en España y contrata con residentes) el régimen jurídico internacionales es el determinado por el R. Roma I (art. 17 RD 8/2012). La admisión de la autonomía de la voluntad en la elección del derecho aplicable indujo a tomar medidas de protección orientadas a recortar ese poder de autorreglamentación. De ahí que no pueda privarse al consumidor-adquirente de la protección que le dispensa esta Ley si el inmueble está situado en cualquier Estado miembro del Espacio Económico Europeo; o cuando el contrato entre dentro de las actividades desarrolladas por un empresario en un Estado miembro (art. 17 RD 8/2012). VII. ÁMBITO DE LA LEY RECTORA DEL CONTRATO La ley designada conforme a los criterios de conexión (lex causae o lex contractus) rige todas las cuestiones relativas al fondo del contrato: (1) su interpretación, (2) el cumplimiento de las obligaciones, así como (3) su incumplimiento y los modos de extinción de las obligaciones y la nulidad del contrato. Esta idea tiene dos excepciones: 1) En referencia a la forma del contrato, es formalmente válido si lo es, bien conforme a la ley rectora del mismo, bien conforme a la ley del lugar de celebración (art. 11). Este carácter responde al favor negotii. 2) También están excluidas de la ley rectora del contrato las formas de ejecución, las medidas que deba tomar el acreedor en caso de cumplimiento defectuoso (art. 12.2), necesariamente sujetas a VAGONSU 146 la ley del lugar de celebración, entendiendo que la ley rectora del contrato y la ley del país de ejecución pueden no coincidir. Ej: en el pago habría que distinguir entre el lugar previsto para el pago, la moneda para el pago, los problemas temporales del pago, sujetos todos a la ley del contrato, frente al lugar de pago efectivo o reclamación judicial del mismo, sujetos a la ley del lugar de ejecución. 3) Otras cuestiones quedaron excluidas del ámbito del Reglamento. La capacidad, sujeta a la ley personal de los contratantes (art. 9.1 CC), con la excepción mencionada en lo que se refiere a la llamada teoría de interés nacional (art. 13). 4) Los aspectos jurídico-reales (con la excepción de las cuestiones formales, a los que se refiere el art. 11.5) quedaron excluidos del ámbito del Reglamento, lo que explica la acción de la lex rei sitae para los contratos que tengan por objeto bienes inmuebles (ej. La validez o los modos de transmisión de los derechos reales). Lección 25 Las obligaciones extracontractuales I. INTRODUCCIÓN valor meramente introductorio II. CONCEPTO DE OBLIGACIONES EXTRACONTRACTUALES El Comité Europeo de Cooperación Jurídica del Consejo de Europa define la responsabilidad extracontractual: La obligación de reparar un daño derivado de un hecho distinto a la inejecución o ejecución defectuosa de una obligación contractual. Categoría jurídica amplia y heterogénea que se define por exclusión, por tanto, desde una aproximación negativa antes que positiva. Cuando los reglamentos europeos sean de aplicación, la interpretación de lo que debe entenderse por obligaciones extracontractuales debe hacerse de forma autónoma: caso a caso y teniendo en cuenta los objetivos de estos instrumentos. III. COMPETENCIA JUDICIAL INTERNACIONAL 1. El reglamento Bruselas I refundido Además del foro general (domicilio del demandado -art. 4-) y de la posibilidad de las partes de someterse expresa o tácitamente a los tribunales de un EM en las condiciones para ello previstas (arts. 25 y 26), el RBIr establece en su art. 7.2 un foro de competencia judicial especial en materia de obligaciones extracontractuales. En su virtud: Las personas domiciliadas en un Estado miembro podrán ser demandadas en otro Estado miembro (... ) 2) En materia delictual o cuasidelictual, ante el órgano jurisdiccional del lugar donde se haya producido o pueda producirse el hecho dañoso. VAGONSU 147 Es tanto una norma de CJI como territorial: localiza también el concreto lugar del Estado donde puede interponerse la demanda. Hace alusión a los tribunales del lugar y no a los tribunales del Estado. Se basa en la existencia de una conexión particularmente estrecha entre la controversia y los tribunales de un lugar que no sea el del domicilio del demandado, que justifique una atribución de competencia a dichos tribunales por razones de buena administración de justicia y de sustanciación adecuada del proceso. El foro es de aplicación en supuestos en los que no sea posible afirmar el domicilio del demandado en la Unión, si el órgano jurisdiccional no dispone de indicios probatorios que le permitan llegar a la conclusión de que el demandado está efectivamente domiciliado fuera del territorio de la Unión, se aplicará el foro de competencia en cuestión. Dos cuestiones básicas plantean el tenor de esta norma: 1. Materia delictual o cuasidelictual. El TJ ha estimado que el concepto debe ser objeto de una interpretación autónoma, con referencia al sistema y a los objetivos del Reglamento, desvinculada del concepto que cada ordenamiento jurídico de los EM tenga sobre las obligaciones extracontractuales, aporta mayor seguridad jurídica, pues consigue que el precepto se aplique e intérprete de manera uniforme por los distintos operadores jurídicos de los distintos EM. El concepto debe interpretarse de manera amplia: abarca tanto las demandas dirigidas a exigir la responsabilidad de un demandado, que no estén relacionadas con la materia contractual en el sentido del artículo 7.1 del Reglamento, como las demandas declarativas negativas que tengan por objeto declarar la inexistencia de responsabilidad delictual o cuasidelictual. El Tribunal de Justicia considera obligación extracontractual toda aquella obligación que no pueda calificarse como contractual. El Tribunal ha calificado como obligación contractual una obligación jurídica libremente consentida por una persona respecto a otra. A partir de esta definición ha calificado como obligación extracontractual a los efectos del artículo 7.2 del Reglamento una acción que pretende un resarcimiento causado como consecuencia de un incumplimiento de normas jurídicas que obligan a las partes a actuar de buena fe a lo largo de unas negociaciones encaminadas a la celebración de un contrato – negociaciones precontractuales-; así como una acción judicial preventiva, entablada por una asociación para la protección de los consumidores (con objeto prohibición del uso por un comerciante de cláusulas consideradas abusivas), también una acción de responsabilidad por la gestión de un sitio de Internet. J2 17 “El reglamento Roma dos y los daños al medio ambiente” Incluidas en el ámbito del art. 7.2 del Reglamento: Las acciones de indemnización derivadas de un daño y las acciones cesación de una conducta o actividad (piénsese, por ejemplo, en las indemnizaciones por accidentes de circulación, daños medioambientales, daños contra la intimidad ...) y (1) las acciones de exoneración de responsabilidad extracontratual (demandas en cuya virtud se solicita al juez una sentencia meramente declarativa que declare que una determinada acción no vulnera derecho alguno). (2) El art.7.2 es de aplicación aun cuando la acción a entablar pretenda impedir que se produzca un daño futuro. 2. La concreción del lugar donde se haya producido ... el hecho dañoso, plantea dos interrogantes: 1º El alcance de la misma expresión. El Tribunal de Justica ha precisado que la expresión no puede interpretarse de una manera extensiva hasta el punto de englobar cualquier lugar donde puedan VAGONSU 148 experimentarse las consecuencias perjudiciales de un hecho que haya causado ya un daño efectivamente sobrevenido en otro lugar. Así, por ejemplo, un daño meramente económico que se materializa directamente en la cuenta bancaria del demandante no puede, por sí solo, justificar la aplicación de este foro; el lugar donde se encuentra la cuenta bancaria no puede considerarse el lugar donde se hubiere producido el hecho dañoso. El TJ ha interpretado que tal expresión sí designa el "lugar donde ha sobrevenido el perjuicio inicial a consecuencia de la utilización normal del producto para la finalidad a la que está destinado", en un supuesto en el que la compra de un componente químico defectuoso se realiza en un Estado, pero su transformación en fertilizante (al mezclarse y tratarse) se lleva a cabo en otro, el lugar donde se produce el hecho dañoso es donde está la fábrica donde el producto se trata, sólo es en este lugar donde puede establecerse un nexo causal entre el daño y el hecho que lo origina. En el concreto ámbito de la responsabilidad del fabricante por producto defectuoso, el lugar del hecho causante del daño es el lugar de fabricación del producto de que se trate. Y en el ámbito de la responsabilidad de un miembro del consejo de administración de una empresa, es el lugar en el que las actividades desarrolladas y la situación económica relativa a dichas actividades encuentran su nexo más estrecho. 2º Las dificultades en la concreción de este foro cuando el lugar donde ha acaecido el hecho causal (país de origen) no coincide con el lugar donde se manifiesta la lesión (país de resultado). Ejemplos: 1. Se producen unos vertidos contaminantes en la orilla alemana del río Rin, pero los daños se manifiestan en la orilla francesa. 2. Un artículo de prensa contiene una información difamatoria sobre un célebre personaje. La revista se imprime en un país, pero su difusión se hace en otros países. Para estos supuestos el TJUE ha sentenciado que el demandante tiene la facultad de emplazar al demandado, bien ante los tribunales del lugar donde se produce el hecho causal (país de origen), bien ante los tribunales del lugar -o lugares- donde se manifiesta la lesión (país o países de resultado). Con una particularidad: a) si se plantea la demanda ante el tribunal competente del país de origen, éste conocerá de la totalidad del perjuicio causado. b) Si se plantea la demanda ante los tribunales competentes de los países de resultado, éstos sólo conocerán de los perjuicios causados en su territorio. Por ejemplo, "se alegue una lesión de los derechos de la personalidad mediante el contenido publicado en un sitio de Internet: Ejemplo a) la persona lesionada puede ejercitar una acción de responsabilidad por la totalidad del daño causado bien ante los órganos jurisdiccionales del Estado miembro del lugar de establecimiento del emisor de esos contenidos, bien ante los órganos jurisdiccionales del Estado miembro en el que se encuentra su centro de intereses. Ejemplo b) también puede, en lugar de la acción por la totalidad del daño causado, ejercitar su acción ante los tribunales de cada Estado miembro en cuyo territorio el contenido publicado en Internet sea, o haya sido, accesible. Dichos órganos son competentes únicamente para conocer del daño causado en el territorio del Estado miembro del órgano jurisdiccional al que se haya acudido". VAGONSU 149 Desde esta perspectiva, el artículo 7.2 el RBIr otorga CJI a los tribunales de un EM para conocer de una acción de responsabilidad por la supuesta vulneración de derechos de autor y derechos afines a derechos de autor garantizados por el derecho del foro (derecho del Estado ante cuyos tribunales se plantea la acción) si la vulneración de esos derechos se comete al poner el bien protegido (ad. ex. fotografías) en un sitio de Internet accesible desde su circunscripción territorial. Dicha competencia tiene un límite, el tribunal sólo será competente para conocer del daño causado en el territorio del EM al que pertenece. Dichos tribunales son competentes también para conocer de una acción de responsabilidad ejercitada por el autor contra una sociedad domiciliada en otro Estado miembro. En caso de pluralidad de presuntos autores de la infracción del derecho de autor (ad. ex. por publicarse las mismas fotos por distintos medios) el tribunal ante el que se alega la infracción puede ser competente si el daño se ha producido en su jurisdicción, sólo puede conocer del daño causado en el territorio del EM al que pertenece. En el supuesto de que sean varios los presuntos autores de un daño, no puede demandarse a uno de ellos ante los tribunales de un Estado cuando quien efectuó el daño fue, exclusivamente, otro autor. El Sr. Melzer (alemán con residencia en Alemania) contrató una serie de productos financieros con una empresa alemana con sede en Alemania. A su vez, esta empresa alemana abrió una cuenta en una agencia de bolsa inglesa que sólo operaba en Inglaterra. La sociedad inglesa realizó operaciones de futuros para el Sr. Melzer, arrojando unos resultados muy negativos. El Sr. Melzer pretendió demandar tanto a la sociedad alemana como a la sociedad inglesa en Alemania en aplicación del artículo 7.2 del RBIr. Para el TJUE el precepto en cuestión "no permite determinar, en virtud del lugar del hecho generador imputado a uno de los presuntos autores de un daño, que no es parte en el litigio, una competencia jurisdiccional frente a otro presunto autor de dicho daño que no actuó en el ámbito competencial del órgano jurisdiccional que conoce". 2. El artículo 22 quinquies LOPJ Cuando el demandado no tenga su domicilio en un Estado miembro de la UE, la CJI de los tribunales españoles para conocer de un supuesto de obligación extracontractual se determina conforme al art. 22 quinquies LOPJ: “Asimismo, en defecto de sumisión expresa o tácita y aunque el demandante no tuviera su domicilio en España, los Tribunales españoles serán competentes: b). En materia de obligaciones extracontractuales, cuando el hecho dañoso se haya producido en territorio español”. A diferencia de lo que ocurre en el ámbito del Reglamento europeo (calificación autónoma del concepto de obligación extracontractual), la aplicación de este fuero de CJI queda supeditado a que el supuesto controvertido pueda calificarse como obligación extracontractual a la luz del Derecho material español (art. 1089 CC). IV. LEY APLICABLE A LAS OBLIGACIONES EXTRACONTRACTUALES En el ámbito de la Ley aplicable, dos son los cuerpos normativos más importantes que regulan la cuestión: El Reglamento (CE) num.864/2007 del Parlamento Europeo y del Consejo de 11 de julio de 2007, relativo a la ley aplicable a las obligaciones extracontractuales, el comúnmente denominado Reglamento Roma II. El articulo 10.9 CC. Para determinadas materias existe una serie de Convenios internacionales que regulas específicamente la cuestión de la Ley aplicable. Por ejemplo, en materia de abordaje marítimo, el Convenio de Bruselas para la unificación de ciertas reglas de abordaje; en materia accidente nuclear el Convenio de París de VAGONSU 150 responsabilidad civil en materia nuclear; en materia daños causados por la contaminación del mar por hidrocarburos, el Convenio de Bruselas de responsabilidad civil por daños causados por la contaminación de las aguas del mar por hidrocarburos; y en materia de responsabilidad extracontractual en el ámbito del derecho de transporte por carretera y ferrocarril, son aplicables respectivamente el Convenio de Ginebra relativo al transporte internacional de mercancías por carretera y Convenio de Berna relativo a los transportes internacionales por ferrocarril. 1. En el reglamento Roma II Finalidad: Limitar los supuestos del fórum shopping y potenciar la seguridad jurídica. El RBIr prevé la posibilidad de que el demandante elija el foro ante el que presentar su demanda (fuero general vs fuero especial) Implícitamente se está concediendo la posibilidad de que elija el derecho aplicable. Así, por ejemplo: Si se plantea la demanda ante el Estado del domicilio del demandado, serán las normas de conflicto en vigor en ese Estado las que determinen el Derecho aplicable al fondo de la controversia. Si la demanda se presenta ante los tribunales del lugar donde se haya producido el daño, puede que el Derecho designado por la norma de conflicto del ordenamiento de ese Estado, no coincida con el Derecho designado por la norma de conflicto del ordenamiento del lugar de residencia del demandado. Esto permite al demandante indagar el Derecho mas favorable a su pretensión. Para conjurar estos riesgos, el R. Roma II impone una norma de conflicto uniforme a todos los Estados miembros de la UE (excepto a Dinamarca). De tal forma que el Derecho aplicable al fondo de la controversia será el mismo, sea cual fuere el foro elegido por el demandante. Considerando 6: “El correcto funcionamiento del mercado interior exige, con el fin de favorecer la previsibilidad del resultado de los litigios, la seguridad jurídica y la circulación de resoluciones judiciales que las normas de conflictos de leyes vigentes en los Estados miembros designen la misma ley nacional con independencia del país del tribunal ante el que se haya planteado el litigio”. Debe advertirse que el R. Roma II es un instrumento complejo. Plantea numerosas interrogantes: alcance de su ámbito de aplicación material y prevé un importante abanico de soluciones ad hoc para supuestos concretos de responsabilidad extracontractual. En la medida que no es aplicable a todos los supuestos de este tipo de obligaciones (art. 1), no excluye la aplicación de la norma de conflicto de fuente interna (art. 10.9 CC), lo que obliga al operador jurídico a plantearse cuándo debe aplicar el Reglamento y cuando debe aplicar art. 10.9 del CC. A. Ámbito de aplicación espacial Aplicación del R. Roma II es de aplicación en todos los EEMM de la UE (excepto Dinamarca) (art. 1.4). SR 18 “¿Qué supone la universalidad en aquellos reglamentos o convenios por los que se determina la ley aplicable un litigio?” VAGONSU 151 El Reglamento tiene carácter Universal o erga omnes (art 3): la ley designada por cualquiera de las normas de conflicto previstas en el texto se aplicará, aunque no sea la Ley de un Estado Miembro. Esta solución se mantiene, aunque alguna de las partes implicadas en la controversia no sea nacional o residente habitual en un EM. La no vinculación de Dinamarca sólo significa que sus tribunales no aplicaran el Reglamento. Ejemplo: si un ciudadano danés con residencia habitual en su país es demandado en un EM según el fuero especial del RBIr, la ley aplicable a la responsabilidad extracontractual controvertida será la que prevea el Roma II, con independencia de que la ley designada sea la danesa. B. Ámbito de aplicación material Roma II se aplica a las obligaciones extracontractuales en materia civil y mercantil, en las situaciones que comportan un conflicto de leyes (art.1). En palabras de la Comisión, una situación de conflicto de leyes es la que contiene uno o más elementos ajenos a la vida social interna de un país de tal modo que esa situación es susceptible de regirse por varios ordenamientos jurídicos. El concepto de obligaciones extracontractuales que utiliza Roma II debe interpretarse de forma autónoma (Considerando 11) aplicable la jurisprudencia del RBI (vid. Epígrafe II). El Reglamento debe aplicarse con independencia de la naturaleza del órgano jurisdiccional que conozca de la demanda (Considerando 8). Lo relevante a los efectos de la aplicación del texto es el objeto del litigio, no el hecho de que ese litigio se esté sustanciando ante la jurisdicción laboral, penal o administrativa. Para la concreción de lo que debe entenderse por materia civil y mercantil también habrá de estarse a la jurisprudencia del Tribunal de Justicia en interpretación del art. 1 del RBIr. Existen determinados litigios surgidos entre una autoridad pública y una persona de derecho privado que sí pueden estar comprendidos dentro del ámbito de aplicación del Reglamento, en concreto cuando el Estado actúa como sujeto el tráfico jurídico privado. Cuando la autoridad pública actúa en el ejercicio del poder público la obligación extracontractual que pudiera surgir no queda incluida en el ámbito de aplicación material del Roma II. La exclusión alcanza también a las reclamaciones contra el personal que actúa en nombre del Estado y la responsabilidad por actos de los poderes públicos, incluida la responsabilidad de los cargos públicos (Considerando 9). Tampoco se aplica las materias fiscales aduaneras y administrativas. Quedan incluidos en el ámbito de aplicación de Roma II: los daños extracontractuales (todas las consecuencias resultantes de un hecho dañoso), el enriquecimiento injusto (art. 10), la gestión de negocios ajenos (art. 11) y la culpa in contrahendo (art. 12). Daños por productos defectuosos (art. 5) daños que derivan de un acto de competencia desleal que restringe la libre competencia (art. 6), daños medioambientales (art. 7), y a los daños del derecho a la propiedad industrial o intelectual (art. 8). VAGONSU 152 El Roma II incluye en su ámbito de aplicación material aquellos daños que puedan producirse en el futuro (art. 2). SR16 “Obligaciones expresamente excluidas del ámbito de aplicación material del Reglamento Roma II (obligaciones extracontractuales)” Obligaciones extracontractuales excluidas del Reglamento: a) Las que deriven de relaciones familiares y de relaciones que la legislación aplicable a las mismas considere que tienen efectos equivalentes, incluida la obligación de alimentos (parentesco, matrimonio, afinidad y familia colateral). b) Las que se deriven de testamentos y sucesiones, de regímenes económicos matrimoniales y de regímenes económicos resultantes de relaciones que la legislación aplicable a la misma considere que tienen efectos comparables al matrimonio. c) Las que se deriven de letras de cambio, cheques y pagarés, así como de otros instrumentos negociables en la medida en que las obligaciones nacidas de estos últimos instrumentos se deriven de su carácter negociable. d) Las que se deriven del Derecho de sociedades, asociaciones y otras personas jurídicas, relativas a cuestiones como la constitución, la capacidad jurídica, el funcionamiento interno y la disolución de sociedades, así como la responsabilidad personal de los socios y de los administradores. e) Las que se deriven de las relaciones entre los fundadores, administradores y beneficiarios de un trust creado de manera voluntaria. f) Las que se deriven de un daño nuclear. g) Las que se deriven de la violación de la intimidad o de los derechos relacionados con la personalidad; en particular, la difamación. Se excluyen todos los daños con independencia de su origen o medio de comunicación utilizado. h) La prueba y el proceso. C. Relaciones con otras disposiciones de Derecho europeo es relaciones con el Derecho convencional Roma II no afecta a la aplicación de disposiciones del Derecho europeo que, en materias concretas, regulan los conflictos de leyes relativos a las obligaciones extracontractuales. De este modo, se hace primar la ley especial sobre la general, prima la norma de Derecho europeo especial sobre el Reglamento. No afecta a la aplicación de los Convenios Internacionales en que sea o sean parte algún EM, en el momento de la adopción del instrumento europeo y que regulen conflictos de leyes en materia de obligaciones extracontractuales. Este dato es importante desde la perspectiva española pues España tiene ratificados dos convenios de La Haya en materias concretas de obligaciones extracontractuales cuya aplicación no se ve afectada por la entrada en vigor del reglamento europeo: accidentes de circulación por carretera y responsabilidad por productos defectuosos. VAGONSU 153 Los Convenios Internacionales que regulen cuestiones de ley aplicable a las obligaciones extracontractuales y que hayan sido celebrados únicamente entre EM ceden ante el Reglamento. D. las normas de conflicto en el Roma dos supuestos generales: autonomía de la voluntad residencia habitual común de las partes lugar del daño y cláusula de escape J2 14 “Ley aplicable a las obligaciones extracontractuales: conexiones generales” J2 15 “Ley aplicable a las obligaciones extracontractuales: supuestos generales” Para determinar la ley aplicable a una obligación extracontractual, que no esté regulada específicamente en el Reglamento, se establece un sistema de puntos de conexión jerarquizados (art. 14 y art. 4). Con carácter general (valido para supuestos generales como para específicos) la ley determinada por los puntos de conexión del Reglamento es la ley material del ordenamiento jurídico designado, con exclusión de las normas del DIPr. El Reglamento excluye expresamente el reenvío (art. 24). Para los supuestos en que la remisión se haga a un Estado plurilegislativo y a los efectos de determinar la ley aplicable designada por el Reglamento, cada una de esas unidades se considerara como un país (art. 25). Podrá excluirse la aplicación de una disposición de la ley designada por las normas de conflicto del Reglamento si esa aplicación es manifiestamente incompatible con el orden público del foro (art. 26). Las conexiones utilizadas por el Reglamento para determinar la ley aplicable a la obligación extracontractual son: a) Autonomía de la voluntad. Las partes pueden escoger la ley aplicable al daño extracontractual. De la misma forma que prevé Roma I, dicha elección no tiene, en principio, límites, ya que puede escogerse una ley que no guarde conexión con el supuesto. La única condición impuesta es que la ley elegida no perjudique los derechos de terceros. La elección de la cuestión puede realizarse antes o después del hecho generador, pero para que las partes puedan realizarlo antes, deben desarrollar una actividad comercial. La elección de la ley aplicable puede realizarse de forma expresa o también resultar de manera inequívoca de las circunstancias del caso. Al contrario de lo que ocurre en el ámbito las obligaciones contractuales, no es habitual pactar de antemano la ley aplicable a un posible daño extracontractual y mucho menos habitual es pactar esa ley cuando ya ha surgido el hecho dañoso. Y es que el pacto posterior será en la inmensa mayoría de los casos perjudicial para los intereses de alguna parte . b) Residencia habitual común de las partes: Se trata de una conexión específica (excepción regla general) para el supuesto en el que el responsable y la persona perjudicada tengan su residencia habitual en el mismo país en el momento en el que se produce el daño. En este caso, la ley aplicable será la de dicho país. El lugar en que se haya producido el hecho dañoso y/o el lugar en que se hayan padecido los daños son irrelevantes a estos efectos. El punto de conexión se aplica, aunque cualquiera de esos lugares no coincida con el lugar de la residencia habitual común. Roma II enuncia una serie de normas para la efectiva localización (art. 23) de la residencia habitual: 1. La de una sociedad, asociación o persona jurídica, será el lugar de su administración central. VAGONSU 154 2. La de una sucursal o agencia, será la del lugar en el que este situada. 3. La de una persona física, que este ejerciendo su actividad profesional, será la del lugar donde se encuentre el establecimiento de dicha persona. c) Lugar donde se produce el daño: es la solución básica en el ámbito de la ley aplicable a las obligaciones extracontractuales: la lex loci delicti comissi (ley del lugar donde ha ocurrido el hecho que origina el daño). La ley del lugar donde se produce el daño, solo se aplicará cuando no haya acuerdo de elección de ley entre las partes, cuando ambas tengan su residencia habitual en Estados distintos, o cuando el supuesto controvertido no presente vínculos más estrechos con otro Estado (cláusula de escape). Esta ley plantea problemas en los casos en los que el hecho ilícito se origina en un país y los daños se manifiestan en otro (daños a distancia). Para estos supuestos, el Reglamento se decanta por aplicar la lex loci damni (ley del lugar donde se produce el daño directo derivado del hecho, lugar donde se padece el daño). Por ejemplo: El vertido de un producto tóxico de una empresa química en la orilla alemana del Rin que produce daños en una explotación agrícola en la orilla francesa del mismo río. La Lex damni es, en este caso, la ley francesa. Art. 4. “Norma General. Salvo disposición en contrario el presente Reglamento, la ley aplicable a una obligación extracontractual que se derive de un hecho dañoso es la del país donde se produce el daño, independientemente del país donde se haya producido el hecho generador del daño y cualesquiera que sean el país o los países en que se producen las consecuencias indirectas del hecho en cuestión”. El Considerando 16 del Reglamento establece que el daño que hay que tener en cuenta, a efectos de determinar el lugar donde se produce, es el daño directo. En este sentido el Considerando 17 precisa que el país en el que se produce el daño directo es aquel en el que se haya sufrido la lesión o se haya dañado la propiedad. Ej: rumano con residencia en Rumanía, solicitó ante los tribunales italianos una indemnización por el fallecimiento de su hija en accidente de tráfico en Italia. A los efectos de determinar el derecho aplicable al fondo (italiano o rumano) en virtud del art. 4 el TJUE deberá determinar si el perjuicio relacionado con el fallecimiento de un familiar y sufrido por los familiares próximos debía calificarse como “daño directo” o como “consecuencias indirectas”, pues sí se calificaban los daños morales sufridos por los familiares como daño directo, la ley aplicable al fondo podría ser la ley del lugar de residencia a los familiares (derecho rumano). Entendió qué tal prejuicio debería calificarse como consecuencias indirectas y en consecuencia la ley aplicable para determinar si los familiares tenían uno derecho a una indemnización era la ley del lugar donde se produjo el daño directo el accidente. d) Cláusula de escape: Si del supuesto se desprende que el hecho dañoso vínculos manifiestamente más estrechos con la ley de otro país que no sea ni la ley del lugar del daño, ni la de residencia habitual común de las partes, se aplicara la ley de aquel otro país. Pero la flexibilidad que esta cláusula ofrece debe utilizarse forma estricta o restringida, pues en palabras del mismo Reglamento, para apartarse de las conexiones establecidas, debe desprenderse claramente de todas las circunstancias del caso que el hecho dañoso está manifiestamente más vinculado con otro país. Con el objeto de facilitar la aplicación de esta cláusula, el Reglamento brinda un ejemplo de lo que puede considerarse un vínculo estrecho estableciendo que “un vínculo manifiestamente más estrecho con otro país podría estar basado en una relación preexistente entre las partes, como por ejemplo un contrato que este estrechamente vinculado con el hecho dañoso en cuestión”. VAGONSU 155 Utilizar el verbo “podría”, supone que la presunción establecida no es definitiva. El juez todavía dispone de un margen de apreciación para determinar si realmente existe o no un vínculo suficientemente estrecho con el supuesto. 2. El artículo 10. 9 del Código Civil S14 “El artículo 10. 9 del Código Civil y su vigencia ante el reglamento Roma II” J17 Las acciones por difamación a través de los medios de prensa y las redes sociales con frecuencia se vinculan con dos o más ordenamientos jurídicos. ¿Ante juez español cuál sería el régimen jurídico para determinar la ley aplicable a la responsabilidad? Sólo para los supuestos que no estén incluidos en el ámbito de aplicación material del R. Roma II (recuérdese, su carácter erga omnes), o en otros instrumentos internacionales (un ejemplo seria la difamación, pero hay muchos más), será de aplicación la norma de conflicto en materia de obligaciones extracontractuales prevista en el artículo 10.9 del CC (opera de forma residual). En su primer inciso, el art. 10.9 CC determina la ley aplicable a la responsabilidad extracontractual refiriéndose a "la ley del lugar donde hubiere ocurrido el hecho de que deriven". La conexión coincide con la general por el R. Roma II: lex loci delicti commissi. Si la finalidad de la responsabilidad por daños es reparar el daño causado, la obligación está ligada al hecho que la ha causado; hecho que tiene una localización material clara: el lugar donde se ha producido. La lex loci responde tanto a los intereses propios del DIPr –certeza y previsibilidad de la ley-, como a los intereses del Estado -aplicar la misma ley a todos los hechos que acontezcan en su territorio-, como a los intereses de los particulares -actúan conforme a lo preceptuado por la ley donde se encuentran y, al mismo tiempo, obtienen su protección-. Platea problemas es el hecho de que el art. 10.9 solo prevea el punto de conexión de la lex loci, ya que implica en principio la aplicación de la lex loci incluso a supuestos en los que la vinculación con esta ley es fortuita. Tampoco conoce a los efectos de los daños a distancia, la diferenciación entre lex loci delicti commissi y lex damni. En aras de una armonía de soluciones del sistema español de DIPr, en supuestos de daños a distancia se impone la aplicación de la lex damni, a la que podría llegarse con una interpretación finalista de la lex loci. V. LEY APLICABLE A SUPUESTOS ESPECÍFICOS DE RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL 1. Accidentes de circulación por carretera A. R. Roma II El Reglamento no prevé una norma específica para regular estos supuestos. Su regulación en clave conflictual queda, en consecuencia, sometida al régimen general. VAGONSU 156 Art. 17, en cuya virtud, el juez que conozca del asunto deberá tener en cuenta las normas de seguridad y comportamiento vigentes en el lugar y momento del hecho que da lugar a la responsabilidad accidente. Se trata de las normas sobre compensación que se concede a las víctimas de accidentes de tráfico, al calcular los daños relativos a las lesiones personales cuando el accidente se produce en un estado distinto del de la residencia habitual de la víctima (por ejemplo, costes efectivos de la convalecencia y atención médica). En la medida en que la responsabilidad derivada de los accidentes de circulación está regulada por un Convenio Internacional cuya aplicación no se ve alterada por Roma II (art. 28), tanto en el régimen conflictual general como las normas de interpretación previstas en este texto no son de aplicación. B. Convenio de La Haya sobre ley aplicable en materia de accidentes de circulación por carretera (La Haya 4 de mayo de 1971) Las normas de conflicto en materia de responsabilidad derivada de accidentes de circulación por carretera aplicables en España están previstas en el Convenio y tienen carácter erga omnes (sin condición de reciprocidad). La regla general que establece es la aplicación de la ley interna del Estado cuyo territorio haya ocurrido el accidente (art. 3), salvo cuando el accidente presenta una mayor vinculación con otro ordenamiento jurídico. Para los accidentes en los que solo intervenga un vehículo, la ley del lugar de matriculación del vehículo será la ley aplicable para determinar la responsabilidad: Respecto al conductor y persona con derecho sobre el vehículo; respecto de una víctima que viajaba como pasajero, si tenía su residencia habitual en un Estado distinto de aquel en cuyo territorio haya ocurrido el accidente; respecto de una víctima que se encontraba en el lugar del accidente fuera del vehículo, si tenía su residencia habitual en el Estado en que dicho vehículo estuviese matriculado. En caso de ser varias víctimas, la ley aplicable se determinará por separado con respecto a cada una de ellas. Si el accidente tiene lugar entre dos o más vehículos matriculados en el mismo Estado, se aplicará la ley del Estado de matriculación. Esta ley se aplicará también respecto de las víctimas no transportadas si estas tuvieran su residencia habitual en el Estado de la matriculación del vehículo. Y si el accidente tiene lugar entre dos o más vehículos matriculados en distintos Estados, se aplicará la lex loci. El ámbito de aplicación de la ley determinada por el Convenio es muy amplio. Rige entre otras cuestiones: las condiciones y la extensión de la responsabilidad, sus causas de exoneración, limitación y reparto, la existencia y naturaleza del daño susceptible reparación, las modalidades y la extensión de la reparación, así como su transmisibilidad. 2. Responsabilidad por productos A. R. Roma II La Ley aplicable a la responsabilidad del fabricante por productos está regulada en una norma de conflicto ad hoc en el R. Roma II (art. 5). Esta regla específica se justifica en una serie de objetivos que deben cumplirse en este ámbito: VAGONSU 157 (1) el justo reparto de los riesgos inherentes a una sociedad moderna que se caracteriza por un alto grado de tecnicidad; (2) la protección de la salud de los consumidores; (3) el incentivo a la innovación; (4) la garantía de una competencia no falseada; y, (5) la simplificación de los intercambios comerciales. Por ello, la norma de conflicto que regula la cuestión está formada por: a) Un sistema de conexiones en cascada: la ley aplicable a la responsabilidad del fabricante por productos será: 1º la ley de la residencia habitual común de las partes. 2º La ley de la residencia habitual de la persona perjudicada, siempre que en ese país se comercialice el producto. 3º La ley del lugar donde se adquirió el producto, siempre que en ese país se comercialice el producto; 4º La ley del país en que se produjo el daño, siempre que en ese país se comercialice el producto. La aplicación de las últimas 3 conexiones está condicionada a que el producto defectuoso se comercialice en el país designado por el punto de conexión. Se pretende que el fabricante (responsable) pueda medir los riesgos en los que incurre comercializando el producto en uno u otro país. Y además se asegura una respuesta previsible (en términos de ley aplicable), en caso de incurrir en responsabilidad. Si la comercialización del producto defectuoso se produce en un país que no pudiera haber sido razonablemente previsto por el fabricante, no se aplicarán las leyes previstas por las conexiones anteriores sino por la ley de la residencia habitual del fabricante. b) Una cláusula de escape: De igual modo si del conjunto de circunstancias se desprende que el hecho dañoso presenta vínculos manifiestamente más estrechos con otro país, se aplicará la ley de ese otro país. B. Convenio de La Haya sobre ley aplicable a la responsabilidad por productos (La Haya 2 de octubre de 1973) El R. Roma II no es de aplicación en España en este ámbito, debido a la previsión que el propio Reglamento contiene a favor de los convenios internacionales ratificados por los Estados Miembros con anterioridad a la entrada en vigor del texto europeo. Así, al ratificar España el Convenio sobre la ley aplicable a la responsabilidad por productos, y teniendo el mismo carácter erga omnes (se aplica sin condición de reciprocidad), la norma de conflicto aplicable en España en materia de responsabilidad del fabricante por productos defectuosos es la prevista en este texto. VAGONSU 158 El ámbito de aplicación personal del texto es amplio, no sólo se aplica a la responsabilidad del fabricante de productos, también a la responsabilidad del fabricante de componentes, productores de productos naturales, proveedores de productos y personas (como reparadores, almacenistas y empleados) que participen en la cadena comercial de preparación y distribución de un producto. El Convenio opera exclusivamente respecto de la responsabilidad no contractual, en los supuestos de un daño a una persona causados por un producto, cualquiera que sea su naturaleza y grado de transformación (bruto o manufacturado). Las normas de conflicto del Convenio de La Haya planean excepciones a la lex loci delicti commissi (o en supuestos a distancia, a la lex loci damni) en aquellos supuestos en los que se ponderan distintas circunstancias. La regla general que establece el Convenio es la aplicación de la ley del lugar en cuyo territorio se haya producido el daño (art. 4). Pero para que esta ley se aplique, es necesario también: (a) Que la persona directamente perjudicada tenga su residencia habitual en ese Estado, o (b) que el establecimiento principal de la persona a quien se impute la responsabilidad se encuentre en ese Estado, o (c) que el producto haya sido adquirido por la persona directamente perjudicada en ese Estado. Como excepción a la regla general, el Convenio establece que será aplicable el Derecho interno del Estado de residencia habitual de la persona directamente perjudicada (art. 5): en el caso en que el Estado en el que se encuentra el establecimiento principal de la persona a quien se le impute la responsabilidad coincida con el Estado de la residencia habitual de la persona perjudicada; o, en el caso en que el Estado en que hubiese sido adquirido el producto por la persona perjudicada coincida con el de su residencia habitual. Si el supuesto no encaja en ninguna de las conexiones descritas, el perjudicado podrá reclamar la reparación del daño, tanto al amparo de la ley del Estado del establecimiento principal del responsable como al amparo de la ley del Estado donde el daño se ha producido (art.6). La eventual aplicación de la ley del lugar donde se ha producido el daño o de la ley de la residencia habitual de la víctima queda sometida a la restricción que impone la cláusula de previsibilidad (art.7): ninguna de estas dos leyes se aplicará si el fabricante demuestra que no pudo prever razonablemente que el producto en cuestión sería comercializado en uno u otro Estado. 3. Competencia desleal y libre competencia El R. Roma II contiene una norma especial en materia de competencia desleal y libre competencia. La norma de conflicto aplicable a los supuestos de obligaciones extracontractuales derivados de un acto de competencia desleal debería ser una norma que designase un Derecho que protegiese a competidores, consumidores y público en general, además de garantizar el buen funcionamiento de la economía de mercado. Se estimó que la ley que mejor salvaguarda esos intereses es la del país en cuyo territorio las relaciones de competencia o los intereses colectivos de los consumidores resulten o puedan resultar afectados. VAGONSU 159 Pero si el acto de competencia desleal afecta sólo a los intereses de un competidor en particular, la ley aplicable a esa responsabilidad extracontractual es la prevista para los supuestos generales: la ley de la residencia habitual común de las partes y, en caso no darse esa conexión, la ley del lugar donde se produce el daño. Salvo, aquellos supuestos que presenten un vínculo manifiestamente más estrecho con otro ordenamiento, en cuyo caso se aplicará la ley de ese ordenamiento (cláusula de escape). La autonomía de la voluntad está expresamente prohibida por el Reglamento. Se prevé una norma de conflicto para las obligaciones extracontractuales que se derivan de las restricciones a la competencia. A los efectos de la aplicación del texto, el concepto de restricción de la competencia cubre las prohibiciones de acuerdos entre empresas, las decisiones adoptadas por asociaciones de empresas y las prácticas concertadas que tengan por objeto o efecto evitar, restringir o distorsionar la competencia dentro de un Estado Miembro o dentro del mercado interior; las prohibiciones relativas al abuso de posición dominante dentro de un Estado miembro o dentro del mercado interior, cuando dichos acuerdos, decisiones, prácticas concertadas o abusos estén prohibidos por el Derecho europeo o por la legislación de un Estado miembro. No se aplica, sin embargo, a las sanciones administrativas. La ley designada por la norma de conflicto en cuestión es la ley del país en el que el mercado resulte o pueda resultar afectado por la práctica prohibida. Si son varios los países afectados, se aplicará la ley del foro siempre que se cumplan dos condiciones cumulativamente: que el demandado tenga su domicilio en ese Estado, y que el mercado de dicho Estado figure entre los que se ven afectados de manera directa y sustancial por la restricción de la competencia. La misma regla (aplicación de la ley del foro) es aplicable cuando existe más de un demandado, siempre que se den las dos condiciones descritas: que al menos un demandado tenga su domicilio en ese Estado y que su mercado resulte afectado. 4. Daños al medio ambiente J2 17 “El reglamento Roma dos y los daños al medio ambiente” La tercera regla específica que contiene el Reglamento se refiere a los daños al medio ambiente (art. 7). Por “daño medioambiental” debe entenderse el cambio adverso de un recurso natural, como el agua, el suelo o el aire, el perjuicio a una función que desempeña ese recurso natural en beneficio de otro recurso natural o del público, o un perjuicio a la variabilidad entre los organismos vivos (Considerando 26). La ley aplicable a la obligación extracontractual que se derive de un daño medioambiental, o de un daño sufrido por personas o bienes como consecuencia de dicho daño, será la ley del lugar donde se produce el daño. Junto a este punto, el Reglamento brinda a la persona que reclama la posibilidad de elegir entre aquella conexión y la ley del país en el cual se produjo el hecho generador del daño. 5. Propiedad industrial e intelectual Fiel al principio de territorialidad que rige en este ámbito, la norma de conflicto específica del Reglamento consagra la aplicación de la lex loci protectionis = ley del país para cuyo territorio se reclama la protección. VAGONSU 160 Para aquellos supuestos en los que se causen daños derivados de una infracción de un derecho de propiedad intelectual europeo de carácter unitario -marca dibujos o modelos- la ley aplicable será la ley del país en el que se haya cometido la infracción. Ley designada sólo conocerá de las obligaciones extracontractuales que no estén específicamente reguladas en otro instrumento europeo. 6. Enriquecimiento sin causa (enriquecimiento injusto en reglamento) La norma de conflicto específica que prevé el Reglamento para los supuestos de enriquecimiento sin causa contempla una sucesión de conexiones en cascada (art. 10): 1. Cuando una obligación extracontractual que se derive de un enriquecimiento sin causa (injusto), incluido el pago de sumas indebidamente percibidas, concierna a una relación existente entre las partes, como por ejemplo la derivada de un contrato o un hecho dañoso, estrechamente vinculado con el enriquecimiento (injusto), la ley aplicable será la ley que regule dicha relación. 2. Cuando la ley aplicable no pueda determinarse según el criterio del apartado 1 y las partes tengan su residencia habitual en el mismo país en el momento de que se produce el hecho que da lugar al enriquecimiento injusto, se aplicará la ley de dicho país. 3. Cuando la ley aplicable no pueda ser determinada sobre la base de los apartados 1 o 2, será aplicable la ley del país en que se produjo el enriquecimiento injusto. 4. Si del conjunto de circunstancias se desprende que la obligación extracontractual que se derive de un enriquecimiento injusto presenta vínculos manifiestamente más estrechos con otro país distinto del indicado en los apartados 1, 2 y 3, se aplicará la ley de este otro país (cláusula de escape). El último párrafo del art. 10.9 CC contiene una norma de conflicto específica para el enriquecimiento sin causa. En su virtud: “en el enriquecimiento sin causa se aplicará la ley en virtud de la cual se produjo la transferencia del valor patrimonial a favor del enriquecido”. La aplicación de esta norma queda desplazada por el art. 10 del R. Roma II. 7. Gestión de negocios ajenos El Reglamento define la gestión de negocios ajenos como el acto realizado sin la debida autorización, en relación con los negocios de otra persona (art. 11). Se plantea una norma de conflicto con una enumeración en cascada de los puntos de conexión: La primera conexión a la que queda sometida la acción de compensación de daños será la misma ley que rige la relación existente entre las partes. En su defecto, se aplicará la ley de la residencia habitual común. Y, en defecto de la anterior, se aplicará la ley del lugar donde la gestión se lleve a cabo. Lo anterior sin perjuicio de lo establecido en la cláusula de escape (aplicación de la ley que manifiestamente presente vínculos más estrechos). El artículo 10.9 del CC introduce una norma de conflicto ad hoc para la gestión de negocios, sometiéndola a la competencia de la ley de lugar donde el gestor realice la principal actividad. Esta norma queda sustituida por la norma del Reglamento Roma II. 8. Culpa in contrahendo VAGONSU 161 El Reglamento contiene también una norma especial para regular en clave conflictual los daños que puedan derivarse o producirse en el seno de las negociaciones previas a la celebración de un contrato (art. 12). A los efectos del R. Roma II el concepto de culpa in contrahendo es autónomo y, en consecuencia, no debe interpretarse necesariamente con el sentido de cada legislación nacional. Eso sí, el concepto debe incluir la violencia del deber de información y la ruptura de los tratos contractuales. Por otro lado, su ámbito de aplicación es restringido. El artículo en cuestión cubre únicamente las obligaciones extracontractuales con vínculo directo con los tratos previos a la celebración de un contrato. Esto quiere decir que, si durante las negociaciones de un contrato, una persona sufriera una lesión personal, se aplicará el art. 4 o cualquier otra disposición pertinente del Reglamento. La primera conexión que utiliza el precepto es la ley que hubiese regido el contrato de haberse celebrado. Esta hipotética ley se determinará conforme a lo dispuesto en el R. Roma I (supra, tema anterior). Sólo para el supuesto en el que no pudiera concretarse esa ley, el texto remite a las conexiones que rigen para los supuestos generales: residencia habitual común de las partes, lex damni y cláusula de escape. VI. ÁMBITO DE LA LEY APLICABLE 1. Cuestiones sujetas a la ley aplicable designada por la norma en conflicto en el Reglamento Roma II De forma amplia (pero no exhaustiva) el art. 15 del Reglamento enumera las cuestiones que quedan sujetas al ámbito de la ley aplicable. En concreto, la ley designada se aplica: (a) Al fundamento y alcance de la responsabilidad, incluida la determinación de las personas que pueden considerarse responsables por sus propios actos; (b) Las causas de exoneración, así como toda limitación y reparto de responsabilidad; (c) La existencia, la naturaleza y la evaluación de los daños o la indemnización solicitada; (d) Dentro de los límites de los poderes conferidos al tribunal por su Derecho procesal, las medidas que puede adoptar un tribunal para garantizar la prevención, el cese y la reparación del daño; (e) La transmisibilidad, incluida por herencia, del derecho a reclamar por daños o a solicitar indemnización; (f) Las personas que tiene derecho a la reparación del daño sufrido personalmente; (g) La responsabilidad por actos de terceros; (h) El modo de extinción de las obligaciones, así como las normas de prescripción y caducidad, incluidas las relativas al inicio, interrupción y suspensión de los plazos de prescripción y caducidad. Además, el Considerando 12 del Reglamento establece que la ley aplicable debe regular también la cuestión de la capacidad para incurrir en responsabilidad por un hecho dañoso. 2. Leyes de policía, acción directa contra el asegurador y subrogación VAGONSU 162 Cualquiera que sea la ley aplicable a la obligación extracontractual, las disposiciones del Reglamento no afectarán a la aplicación de las normas imperativas del foro previstas para supuestos internacionales (art. 16). Según ha preciado el Tribunal de Justicia, leyes de policía son aquellas “disposiciones nacionales cuya observancia se considera crucial para la salvaguarda de la organización política, social o económica del Estado hasta el punto de hacerlas obligatorias para toda persona que se encuentra en el territorio nacional o a toda relación jurídica que se localiza en tal Estado”. En cuanto a la acción directa contra el asegurador del responsable, el Reglamento dispone que la persona perjudicada podrá actuar directamente contra el asegurador para reclamarle resarcimiento, si así lo dispone la ley aplicable a la obligación extracontractual o al contrato de seguro (art. 18). Si la ley aplicable al contrato de seguro no lo contempla y la ley del lugar del daño sí, en virtud de la lex damni la víctima podrá reclamar directamente frente a la compañía aseguradora. Importa destacar que la posible subrogación de un tercero (típicamente, la compañía aseguradora de la víctima) frente al responsable queda sometida a la ley aplicable a la obligación de pago o indemnización (típicamente, la ley que rige el contrato de seguro). Art. 19 (subrogación): Cuando en virtud de una obligación extracontractual, una persona (el acreedor) tenga derecho respecto a otra persona (el deudor) y un tercero esté obligado a satisfacer al acreedor o haya, de hecho, satisfecho al acreedor en ejecución de esa obligación, la ley aplicable a esta obligación del tercero determinará si, y en qué medida, este puede ejercer los derechos que el acreedor tenía contra el deudor según la ley que rige sus relaciones. En palabras del TJUE: “el art. 19 del R. Roma II establece que… la cuestión de una eventual subrogación en los derechos de la víctima estará regulada por la ley aplicable a la obligación del tercero, a saber, la entidad aseguradora de la responsabilidad civil, de indemnizar a dicha víctima” 3. Cuestiones sujetas a la ley aplicable designada por la norma de conflicto del Código Civil La ley designada por el art. 10.9 del CC regirá tanto el nacimiento de la obligación y los sujetos entre los que se establece como los requisitos del cumplimiento, las consecuencias del incumplimiento y las circunstancias de extinción. En principio todos los elementos que configuran la obligación extracontractual deben regirse por la ley señalada. De este modo se evita la fragmentación de su tratamiento jurídico. VAGONSU 163