Subido por Iker Camero

ANTOLOGIA SISTEMA PENITENCIARIO MEXICANO

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ANTOLOGIA DE SISTEMAS PENITENCIARIO MEXICANO .
SISTEMA PENITENCIARIO MEXICANO.
Sistema.- Combinación de partes reunidas para obtener un resultado o formar un
conjunto.
Sistema penitenciario.- Organización creada por el Estado para la creación de
sanciones penales. (Penas o medidas de seguridad) que importan privación o
restricción a la libertad individual como condición sine qua non para su efectividad.
Régimen penitenciario.- Es la el conjunto de condiciones e influencias que
reúnen a una institución para procesar la obtención de la finalidad particular que
se le asigne a la sanción penal con relación a una serie de delincuentes
criminológicamente integrada de factores que determinan que se alcancen o no
los fines específicos de la pena.
Estos factores deben ser entre otros.1.- La arquitectura Penitenciaria, en concordancia con el tipo de pena,
delincuente y tratamiento que se intenta ejecutar.
2.- Personal Idóneo.Pues todo el gasto y esfuerzo que implican el diseño y construcción de
instituciones resulta totalmente inútil si no va acompañado de un sistema correcto
de selección y capacitación del personal de prisiones.
3.- Un grupo criminológicamente integrado (biopsicologica y socialmente) de
delincuentes.Ello implica una clasificación científica seria de estos, fundamentalmente derivada
de un estudio criminológico integral de las esferas biológica, psicológica y social
del delincuente que debe iniciarse desde el momento en que el presunto
responsable toma contacto con las autoridades.
4.- Un nivel de vida humana aceptable en relación con el de la comunidad
circundante.Este es un punto importante, no es factible pensar que se exijan instituciones
carcelarias en las cuales se otorgue un nivel de vida ideal aceptable
1.2 LOS REGÍMENES CORRECCIONALES.
Serán aquellos que buscan la corrección del individuo considerado como
delincuente y sentenciado a sufrir una pena privativa de libertad, corrección que se
ha de buscar utilizando cualquier medio de los usuales en el grupo social que se
estudie y que pueden ser tan bárbaros como sea el grupo en observación.
La idea del Régimen Correccional, si bien aparece claramente con las casas de
corrección para delincuentes menores y antisociales en general, que son
instituciones del Estado, tiene su origen en los establecimientos religiosos para
sancionar pecadores, apóstatas y herejes, mediante el encierro y el aislamiento
para permitir la reflexión moral y el arrepentimiento.
Esta corrección se esperaba lograr “domando” a los presos, utilizando el látigo y
todos los instrumentos necesarios para, mediante la barbarie de los castigos,
hacerles temer el reincidir en sus conductas delictivas.
Se considera al padre de la ciencia penitenciaria o bien al fundador del
correccionalismo a Juan Vilain XIV.
En esta institución se mantienen en pabellones separados a mujeres, delincuentes
y mendigos, mediante una primaria clasificación, además de que se hace sentir la
oposición de Vilain a la crueldad, al expresar que vale más conmutar esas penas
(castigos corporales) por detenciones y es preferible constreñir a estos
vagabundos a que vivan en la casa de fuerza y corrección.
El principio que rige la institución en sus memorias es el qui non laborat, nec
manducet (quien no trabaja no come).
1.3 LOS REGÍMENES CELULARES.
Son descendientes directos de la penitencia religiosa con aislamiento en celdas
monacales para la reflexión, y el arrepentimiento de los pecados.
Inspirado en el sistema de sanciones religiosas del derecho canónico, surgió la
pena de reclusión sobre el principio de que Eclesia aborret a sanguine y de que
la soledad y el aislamiento orientan la reflexión y a la moralización.
1.3.1 EL RÉGIMEN PENSILVÁNICO O FILADÉLFICO.
El ascetismo del régimen pensilvánico buscaba un fin, moralizador y teológico, la
reconciliación de los penados con dios y consigo mismos, por lo que solo tenían
contacto con el director, el capellán y los integrantes de las asociaciones de ayuda
espiritual.
Neuman considera que el sistema presenta las siguientes ventajas:
a).- Control respecto a sus únicas visitas autorizadas.
b).- Inexistencia de evasiones o movimientos colectivos
c).- Escasa necesidad de recurrir a medidas disciplinarias.
d).- Efecto intimidatorio
e).- Capacitación del condenado para trabajar ventajosamente en su posterior vida
en libertad,
Desventajas:
a).- Impide la readaptación social porque lo aísla de la sociedad;
b).- Importa un sufrimiento cruel;
c).- Origina gastos elevados de construcción;
d).- Requiere un personal complejo y con apoyo psicológico.
El aislamiento celular subsiste en la actualidad, principalmente autorizado en el
periodo de ingreso para
observación y en casos especiales como medida
disciplinaria o en casos de penas cortas de prisión se utiliza para prevenir la
contaminación carcelaria para evitar el contacto de los primoincidentes con los
delincuentes reincidentes o habituales.
1.3.2 EL RÉGIMEN NUEVA YORK O AUBURNIANO.
Por la misma época del desarrollo pensilvanico en el estado de nueva york, se
presenta un movimiento reformista que arranca con la construcción de una prisión
en la ciudad de nueva york en la margen izquierda del rio Hudson, denominada
Newgate.
Estaba dividida en dos recintos independientes, uno para hombres y otro para
mujeres.
Permitía una clasificación por grupos de ocho individuos y tenía espacios para
talleres y patios de ejercicio. Contaba con industrias de carpintería, zapatería y
lencería dirigidos por maestros reclusos.
El régimen se desarrollaba sobre las siguientes bases:
a).- Aislamiento celular nocturno.- El aislamiento nocturno le agradaba por
propiciar el descanso absoluto e impedir la contaminación.
b).- Trabajo en común diurno.- El régimen pensilvánico había demostrado lo
gravoso y poco productivo de las industrias celulares que requerían que los
reclusos dominaran toda técnica de su industria.
c).- Regla del silencio absoluto.- Estaba inclusive prohibido que los presos
intercambiaran miradas o miraran a los visitantes, hicieran ruido
o cualquier
actitud que pudiera alterar el orden.
Para evitar los peligros de resistencias organizadas, fugas y contaminación se
impuso la incomunicación verbal apoyada en castigos brutales como azotes con el
bárbaro “gato de nueve colas” que con un azote ocasionaba nueve laceraciones,
incluyendo azotanías generales cuando no se sabía con certeza cuál era el autor
de la violación impuesto en la prisión.
En Auburn y en las prisiones que seguían el régimen ahí desarrollado, se reflejó
el énfasis dado por la revolución industrial y se proyecta sobre los internos que
debían tener, además de la oportunidad de meditar sobre sus acciones, la de
trabajar adquiriendo buenos hábitos laborales para prevenir eficazmente la
reincidencia.
Es precisamente la regla del silencio la más criticada en este régimen, ya que
estando en contacto con otros hombres, el preso estaba impedido de hablar,
generando rencor e hipocresía en vez de readaptación.
Su trabajo desempeñado no era remunerado en tanto el individuo estaba interno,
solo al recuperar su libertad se le entregaban algunos dólares y un pasaje a
manera de recompensa, el atractivo de este sistema para los internos era que por
su buena conducta se les colocaba en puestos de confianza con lo que se les
separaba del trabajo tedioso y en el mejor de los casos se les otorgaba la libertad
bajo palabra.
Parecía haber mayor interés por desarrollar hábitos de trabajo y prevenir la
reincidencia que por la corrección de los individuos.
1.4 LOS REGÍMENES PROGRESIVOS O DE REFORMA.
El fenómeno de degeneración de las instituciones carcelarias se ha repetido
infinidad de veces en la historia. Es un proceso en el cual en un momento
determinado se logran conjuntar las voluntades sociales y estatales, y se toma la
decisión de hacer el esfuerzo financiero de invertir en nuevas construcciones y
legislación innovadora.
Al poco tiempo se presenta el problema de la sobrepoblación, la disciplina se
relaja, los trabajadores se corrompen y los programas se abandonan.
Esto ha sucedido en México, con la creación de Lecumberri, institución de gran
avance e inversión económica que hizo el gobierno de entonces y que llego a
convertirse en una institución monstruosa, el Palacio negro. Luego en los años
cincuenta la nueva penitenciaría de Santa Martha y la Cárcel de Mujeres que
representaron una esperanza para las penitenciarías de entonces y que
terminaron por convertirse también en instituciones muy alejadas del ideal de
Readaptación Social que la Constitución Política de México consagra en su
artículo 18.
1.4.1 EL MARX SYSTEM O DE MACONOCHIE.
El capitán Alexander Maconochie desarrollo este régimen en la prisión de Norfolk,
colonia penal ubicada en el Pacifico, a la que Inglaterra enviaba a sus criminales
más temibles, que habiendo cumplido una sentencia de transportación en
Australia volvían a delinquir.
Maconochie llega y sustituye los criterios represivos por un sistema benévolo y
premial. La duración de la condena estaba determinada por la gravedad del delito,
el espíritu de trabajo y la bondad de la conducta.
El régimen produjo excelentes resultados cambiando aquel infierno en un lugar de
trabajo y orden. Constaba de tres periodos sucesivos:
a).- Aislamiento celular diurno y nocturno por nueve meses, para dar oportunidad
de reflexión al interno. Podía combinarse con trabajo diurno y ayunos.
b).- Trabajo en común bajo la regla del silencio, con segregación nocturna.- Se
dividía este periodo en cuatro etapas, desde la que se iba ascendiendo desde la 4,
de acuerdo al número de marcas obtenido, siendo cada etapa mejor que la
anterior hasta llegar a la
primera etapa, en la que podría entregársele su
documento de liberación, su ticket of Leave para pasar al tercer periodo.
c).- Libertad condicional.- Este periodo era propiamente una libertad sujeta a
ciertas restricciones y que pasado con éxito un tiempo determinado, se le otorgaba
al preso la libertad definitiva.
Con ello introdujo la indeterminación de la pena, de gran utilidad para estimular la
corrección del preso.
Maconochie consideraba que es una equivocación utilizar el castigo al delito como
un medio de prevención para evitar, con el doloroso ejemplo del sufrimiento de los
presos, que otros individuos delincan, ya que no se tomaba en cuenta
que
muchos de estos delincuentes eran a su vez victimas del medio social y
económico de la burguesía en desarrollo.
La propuesta de Maconochie sugería una graduación de las penas de acuerdo
con la gravedad del delito y con la posibilidad de una libertad otorgada en relación
con la conducta del individuo dentro de la prisión, su trabajo voluntario, su
participación en las actividades religiosas y educativas.
Esta participación como en Norfolk daría lugar al otorgamiento de puntos
acumulables, cuya cantidad seria proporcional
a la pena, requiriéndose más
puntos para los delitos más graves.
La propuesta no tuvo éxito y no fue sino 1854 que Sir Warlter Crofton adopta un
régimen semejante en Irlanda.
1.4.2 EL IRLANDÉS O DE CROFTON.
Con algunas variantes Sir Walter Crofton introduce en Irlanda
un régimen
penitenciario progresivo semejante al de Maconochie.
Consta este de cuatro periodos, el primero de aislamiento total, el segundo con
reclusión celular nocturna y trabajo diurno en comunidad, sujetos a la regla del
silencio.
Este periodo está dividido en cuatro etapas y transcurre de una a otra acumulando
puntos o marcas, limitando la adquisición de dichas marcas a ocho diarias.
Este punto o marcas se otorgan en razón de la industriosidad, la asistencia y
avance en las actividades educativas y la buena conducta.
Cada etapa tiene restricciones y ventajas en cuanto al monto de la remuneración
por el trabajo, dependía de la calidad de este, el régimen alimenticio, condiciones
de la cama, cartas a escribir, visitas etc.
El tercer periodo que es el más avanzado es el Crofton “intermedio” y se desarrolla
en prisiones sin muros ni cerrojos, más parecido a un asilo que a una cárcel, ya
que el recluso no tiene obligación de usar el uniforme ni recibe castigos
corporales, puede elegir de los existentes el trabajo que mejor le acomode,
incluyendo trabajo agrícola fuera del penal, se le faculta a disponer de parte de su
ingreso salarial y la disciplina es auto manejada para demostrar a la sociedad a la
que va a volver libre, que se ha enmendado.
La prueba final era también una suerte de liberación condicional ganada por
puntos.
1.4.3 EL DE VALENCIA O DE MONTESINOS.
Manuel Montesinos y Molina inicio su fructífera labor
penitenciaria en 1836,
cuando se le nombra comandante del presidio de Valencia, en el que desarrollo un
régimen de las características siguientes:
No prescinde del rigor disciplinario propio de la época, pero considera que el
trabajo es el mejor medio para moralizar al delincuente.
Maneja como base de su organización la confianza, y para ganársela, el
sentenciado deberá transitar por las diversas etapas de un régimen progresivo
para reforzar la voluntad de librarse así mismo de la criminalidad.
Estas etapas van “del sufrimiento a la plenitud” y consta de tres periodos, el de los
hierros, el de trabajo y el de la libertad intermedia.
El Coronel Montesinos recibía con la charla explicativa a cada interno que
ingresaba, iniciándose un expediente con sus datos y pasándolo a la peluquería
ser pelado “al rape”, enseguida se le entregaba el uniforme reglamentario de
pantalón y chaqueta gris y se le asignaba dormitorio.
Inmediatamente era enviado a la fragua para aplicarle las cadenas y los grilletes
conforme a la sentencia y como estigma de su condición. Se había iniciado el
periodo de los hierros.
Montesinos había logrado que se desarrollara una gran variedad de trabajos en el
presidio para que todos los presos encontraran algo cercano o igual a lo que
realizaran antes de cumplir. Es importante destacar que el trabajo se procuraba
como medio de enseñanza no con la meta de obtener ingresos.
Había 40
talleres: de telas, alpargatas, forjas hasta de cuchillos, con sus
maestros, oficiales y aprendices, dentro de un gran orden y disciplina. En estos
talleres empezaba el segundo estadio o “periodo de trabajo”; Consideraba que los
talleres eran medios de enseñanza para beneficio moral del penado, más que un
lucro.
El tercer periodo de “libertad condicional” significa un gran adelanto, ya que esa
libertad no era conocida aun en España. Se otorgaba solo a aquellos reclusos que
superaban las duras pruebas que les imponían, empleándolos en el exterior sin
vigilancia, como ordenanzas, asistentes, o en
la administración penitenciaria,
inclusive en la tesorería, o bien como correos.
En este periodo había plena comunicación entre internos y sus familiares.
Se tuvo igualmente una muy adecuada asistencia médica y farmacéutica, además
de una abundante y sana alimentación, atendiendo al problema histórico de todas
las prisiones, el de la salud.
1.4.4 EL DE REFORMISMO O DE BROCKWAY.
Su principal propuesta se refirió a dar una nueva orientación a la pena, que el
objetivo de esta debía ser la regeneración de los delincuentes y no infringirles un
sufrimiento inútil.
Este fin se debía alcanzar mediante una clasificación progresiva, una sentencia
indeterminada que permitiera un cambio de actitud en el recluso, de manera que
tuviera respeto por sí mismo. R.22
Para ello se debían suprimir las prácticas que habían sido regla en las cárceles
durante los últimos cincuenta años
como la sentencia predeterminada, el
aislamiento y la regla del silencio que ahora se consideraban destructoras de la
iniciativa del reo, humillantes y envilecedoras.
Correspondió a Zebulon Brockway darle forma y madurez al régimen, al ser
designado director de la institución de Elmira, Nueva York en 1876.
Brockway permaneció en ella durante 25 años, logrando desarrollar y proyectar en
los demás Estados de la unión su organización orientada principalmente a
reformar a jóvenes delincuentes, primoincidentes, en principio con edades que
fluctuaban entre los dieciséis y los treinta años, evitando el contacto con
delincuentes adultos ya corrompidos.
Los reclusos eran primoldelincuentes federales o del fuero común, sentenciados
por los tribunales de Nueva York, con sentencias semiindeterminadas, en las que
se señalaba como máximo el asignado por la Ley a ese delito. Con lo que
Brockway tenía la posibilidad de jugar con la duración de la pena, de acuerdo con
las muestras de readaptación que los internos presentaban.
Al ingresar cada pupilo tenía una entrevista con el director para explicar su
situación, hábitos, inclinaciones y deseos, así como la causa del ingreso con ello y
con la copia de su sentencia se abría un expediente, agregando los resultados del
examen médico, clínico y psíquico inicial. Se reunían los mayores datos para
clasificarlo y se le dedicaba a tareas domésticas por las primeras cuatro a ocho
semanas, observado y estudiado por un Consejo de Administración que el director
presidia, se le preparaba en algún oficio intramuros, de acuerdo a sus
capacidades y actitudes o bien en trabajos agrícolas.
Se consideraban tres categorías de internos de acuerdo a su conducta, la tercera
era el nivel más bajo, clasificado junto con los que habían intentado fugarse.
Estaban sujetos a un régimen de vigilancia especial, usaban cadenas en los pies,
uniformes rojos y comían en sus celdas.
La segunda categoría ya estaba desprovista de cadenas, no usaban uniforme y
era organizada por internos de la primera categoría.
Los internos podían de acuerdo a su conducta y dedicación al trabajo ascender o
descender entre estas categorías.
Y la primera que realmente era la última etapa de la liberación condicional estaba
sujeta a las condiciones impuestas por la junta de administración, generalmente
las condiciones eran:
a).- aprendizaje de un oficio
b).-Formación con los ingresos que se obtuvieran, de un fondo para enfrentar los
primeros gastos de la vida en libertad y
c).- La presunción, dada su conducta en reclusión, de que no reincidiría.
Existía un seguimiento de los liberados a través de los inspectores del Consejo de
Administración, con quienes permanecían en contacto directo con ellos durante
los primeros seis meses, en los cuales debían informar a la institución la vida que
llevaban, sus amistades, el trato que recibían en su trabajo, del cual no podían
salirse durante este periodo sin autorización de la junta, además de hacer el
reporte de sus ingresos y en que los gastaban. Pasados los seis meses si no
daban motivo para que se les reingresase al reformatorio se les otorgaba la
libertad definitiva.
1.4.5 LOS BORSTALS DE EVELIYN RUGGLES.
Volviendo a Inglaterra, con los establecimientos que manejaron un régimen
progresivo, también aplicado a los delincuentes juveniles, se encuentran los
llamados
borstals. Estos establecimientos son inspiración de Evelyn Ruggles
Brise, quien los experimento por primera vez en 1901, en un área de la prisión de
borstals, cerca de Londres, de donde adquieren su nombre.
Estas instituciones se caracterizan por un régimen de grados progresivos en el
que se puede ascender o retroceder, con base en la aplicación al estudio y la
conducta.
Otra característica importante de los bostals es que le personal que labora en
ellos, tanto técnico como administrativo y de custodia, ha de ser de cualidades
relevantes y accede a los puestos previa y rigurosa evaluación personal.
Generalmente son cuatro grados a los que tiene que acceder progresivamente el
joven interno en estas instituciones:
a).- El ordinario.- De poca duración, pero prácticamente en aislamiento, tres
meses en los que solo podrá recibir una o dos cartas y una visita o ninguna y no
se admite conversación.
b).- El intermedio.- Dividido en dos secciones, en la primera llamada A, se les
autoriza los sábados por la tarde a reunirse con otros internos para practicar
juegos de salón en espacios cerrados., en la sección B ya pueden jugar al aire
libre e iniciar algún aprendizaje profesional en el que haya vacantes.
Generalmente la permanencia en cada sección es de tres meses según la
conducta.
c).- El probatorio.- Solo con la aprobación del Consejo de borstals se llega a esta
etapa en la que aumentan las franquicias, beneficios y prerrogativas como recibir
una carta cada quince días, jugar en el campo de juegos exterior, además de
llevar una insignia especial.
d).- El especial.- Para llegar se requiere un certificado otorgado por el Consejo
testimoniando que es merecedor de llegar
a este grado, es equivalente a la
libertad condicional.
Se dice que los magníficos resultados del Borstals derivan de la exigencia
respecto al personal que se desempeña en ellos el espíritu humanitario,
preparación constante, conocimiento profundo de los menores internos para
actuar sobre su carácter.
Se manejan estímulos progresivos, para que los menores pupilos de mejor
conducta influyan en los demás, de la influencia directa del personal que
proporciona un tratamiento verdaderamente individualizado.
EL RÉGIMEN BORSTAL
Es una forma del sistema progresivo y se debió a Evelyn Ruggles Brise, que a
comienzos de este siglo (1901) ensayo en un sector de una antigua prisión del
municipio de Borstal, próximo a Londres, alojando a menores reincidentes de 16 a
21 años. Ante el éxito obtenido lo amplió a todo el establecimiento. Los jóvenes
enviados a ese establecimiento tenían condenas indeterminadas que oscilaban
entre los 9 meses y los tres años. Lo fundamental era el estudio físico y psíquico
de los individuos, para saber a qué tipo de establecimiento en Borstal debían ser
remitidos, ya que los habían de menor o mayor seguridad, urbanos o rurales, para
enfermos mentales.
La forma progresiva se percibe en los distintos grados que se van obteniendo
conforme a la conducta y buena aplicación. El primero se denomina ordinario y
dura tres meses aproximadamente y tiene las características del sistema
filadélfico, es decir no se le permite tener conversaciones y el pupilo sólo puede
recibir una carta y una visita o dos cartas pero ninguna visita. No hay juegos y se
introduce el sistema auburniano, ya que se trabaja en común de día y reciben
instrucción de noche. En ese período se practica la observación. En los grados
posteriores llamados intermedio, probatorio y especial se va liberalizando el
sistema. El primero, que consistía en permisos para asociarse los días sábados,
en un cerrado salón de juegos, para después pasar a otro, que estaría al aire libre
e instruirse en un aprendizaje profesional. Hay dos periodos de tres meses cada
uno. En el grado probatorio se le permite leer el diario; recibir cartas cada 15 días,
jugar en el exterior o en el interior.
El último grado (llamado especial) es de beneficios considerables y casi de libertad
condicional, después de expedirse un certificado por el consejo de la institución. El
trabajo es sin vigilancia directa, se puede fumar un cigarrillo diariamente, recibir
cartas o visitas una vez por semana y ser empleado en el mismo establecimiento.
Se ha señalado que este sistema ha sido exitoso y ello debido a la capacidad y
especialización del personal, a la enseñanza de oficios en talleres y granjas, a la
disciplina basada en educación, confianza y rompimiento con los métodos
tradicionales de humillación y sometimiento.
1.4.6 EL RÉGIMEN INDIVIDUALIZADO O PROGRESIVO TÉCNICO.
En general el régimen progresivo técnico se distingue precisamente por el carácter
técnico de las decisiones que deben tomarse para el otorgamiento de la libertad
progresivamente y conforme a
la duración de la pena impuesta y
a la
modificación benéfica de la conducta que durante su encierro el individuo va
presentando. R. 25
Se considera benéfica en el sentido de modificar actitudes tanto de tendencia
delictiva
como de reconocimiento de la negatividad de su conducta, de la
introyección de normas y de la capacitación laboral, que pueden detectarse
mediante la observación constante que debe llevar acabo el personal técnico
calificado para el desempeño de estas funciones.
Los promotores de la adopción del régimen progresivo técnico, analizan la forma
en como el Estado ha de intervenir en las cuestiones delictivas encontrando dos
aspectos distintos: por un lado la prevención del delito mediante la investigación
científica de sus causas y las acciones sociales para evitar que estas continúen
produciendo delincuentes, y por otra lado, haciendo una eficaz prevención
especial mediante la rehabilitación de los individuos desviados.
Se propusieron acciones concretas como el incremento de los programas de salud
y educación pública, de habitación, de deportes y de entretenimiento, legislación
para obligar a los propietarios de habitaciones rentadas a personas de bajos
ingresos a mantenerlas en mejores condiciones.
Este modelo comunitario resulta aconsejable disminuir lo mas posible la pena de
prisión que deberá ser sustituida por la vigilancia y la orientación de los
sentenciados en libertad, que deberán colaborar en programas específicos de
educación y orientación vocacional que les proporcionen las oportunidades que no
tuvieron antes y cuya carencia a la comisión del delito.
1.5 EL RÉGIMEN ALL APERTO (AL AIRE LIBRE).
Como reacción a los problemas de higiene, salud, promiscuidad y costos de
construcción que representan las instituciones cerradas se desarrolla un régimen
diferente denominado all alperto, que pasa de la Europa a fines del siglo pasado a
los países americanos que cuentan con un número importante de población
carcelaria de origen campesino que difícilmente se puede amoldar al trabajo
semiindustrial de las prisiones cerradas.
Para este tipo de internos se encuentra una posible solución, ya que este régimen
se caracteriza por el desarrollo de un sistema de trabajo agrícola, de obras y de
servicios públicos pero en zonas rurales o semirurales. R 26
Este régimen tiene además la ventaja de representar un ahorro al Estado en el
desarrollo de las obras publicas y que los internos alternaran, durante la
compurgación de su pena, solamente con personas semejantes a ellos,
evitándose la contaminación derivada del trato constante con los delincuentes más
avezados y multireincidentes con los que forzosamente tienen que convivir en las
prisiones cerradas.
También presenta desventajas como el maltrato y la explotación del trabajo de los
prisioneros, que frecuentemente viven en galerones improvisados, carecen de
atención médica y de educación formal, además de no capacitárseles para una
vida mejor o de mejores oportunidades.
1.6 EL RÉGIMEN ABIERTO O PRISIÓN ABIERTA.
La llamada cárcel o prisión abierta, al propósito de la cual Elias Neuman
precisamente escribiera lo mejor que se ha publicado sobre el tema.
Prisión
abierta una nueva experiencia penológica.
La idea de este modo de tratamiento consiste en impulsar la readaptación de
manera casi autónoma, proporcionando apoyos minimos a los reos elegidos o
sujetos a este régimen, de manera que vivan prácticamente como viven las
personas que están en libertad, trabajando y resolviendo sus problemas de la
misma forma como cualquier comunidad libre. R 27
En este régimen el trabajo que debe ser remunerado correctamente como en la
vida libre, ya no es el instrumento básico para la readaptación, sino un medio de
terapia ocupacional.
Pero debe darse apoyo a esta terapia por parte del personal técnico, para que los
beneficiarios del régimen, poniendo atención en la instrucción física y moral,
logren mantener un cierto equilibrio y tranquilidad para poder así mantener un
cierto equilibrio y tranquilidad para poder asi mantener las ventajas que este
régimen les proporciona.
También se encuentran algunos puntos de contacto en los permisos de salida,
medidas utilizadas para el acondicionamiento progresivo, a los internos de
instituciones cerradas que están próximos a la obtención de su libertad,
permitiéndoseles salir momentáneamente de los establecimientos a fin de trabajar
durante el día fuera de ellos, o bien en casos de problemas graves de carácter
familiar, como enfermedades delicadas o muertes de parientes cercanos.
No se manejan los permisos de salida como tratamiento, aun cuando pueden
utilizarse como parte del régimen progresivo, en las etapas finales de su condena.
También suele confundirse este régimen abierto con el de los establecimientos de
mediana seguridad que contemplan cierta libertad interior en las prisiones
amuralladas, o que careciendo de muros perimetrales, tiene guardias especiales o
alambrados, fosos o perros guardianes, pudiendo ser también islas o lugares con
impedimentos de carácter natural para que no se evadan los internos.
1.7. HISTORIA DE LAS CONSTRUCCIONES.
LAS PRIMERAS INSTITUCIONES PENALES.
Se entiende como antecedente de las primeras instituciones penales, son las
casas de corrección que eran establecimientos destinados a depositar a las
personas que habían cometido algún delito, con el propósito de evitar su
reincidencia y asilarlos de la sociedad ya que se consideraban perturbados
sociales, y pudieran cumplir sus penas y sus castigos corporales.
De las primeras instituciones de este tipo es The House of correction de Bridewell
en 1552 y a ella le siguieron la de Oxford y posteriormente se extendieron en toda
Inglaterra, R 30 teniendo gran influencia para desarrollar las prisiones que hoy
conocemos iniciando primeramente en Ámsterdam la casa de corrección que
posteriormente sería la prisión más antigua que se tiene conocimiento, y esta fue
inicialmente para varones y dicha prisión ya hacia una distinción entre hombres y
mujeres, jóvenes y ancianos, en dicha casa de corrección se establecieron
trabajos que deberían desarrollar organizadamente los internos bajo la disciplina
de azotes, y una que se consideraba en su momento terrible, que era la celda de
agua en la que el interno debería estar basando contantemente el agua sino
quería morir ahogado.
En 1704 en lo que era el obispicio de San Miguel en Roma por el Papa Clemente
la primera prisión en las que se quitan las penas disciplinarias, como la celda de
agua y los cepos y más orientados hacia un arrepentimiento eclesiástico, para que
una vez otorgado su perdón fueran nuevamente devueltos a la comunidad
eclesiástica.
En la segunda mitad del siglo XVIII el pensamiento penal empieza a
revolucionarse, encontrando ya legislación sobre las penas y valores humanitarios
un pensador llamado John Howard. A través de sus tratados impulsa a nivel
mundial la relación entre pena y delincuente y el delito por tal razón se le
considera como el padre del penitenciarismo moderno.
El autor Barrata propone en su tratado programas concretos de políticas
orientadas a la supresión de la cárcel, y a la precisión de derechos y servicios que
se pueden desarrollar en el contexto de la institución carcelaria en tanto subsista
se enuncian los siguientes puntos:
1. La simetría funcional, de los programas dirigidos a los ex detenidos.
2. La presunción de normalidad del detenido.
3. Exclusividad del criterio objetivo de la conducta en la determinación del nivel
disciplinario.
4. Criterios de re agrupación de los programas independientes.
1.7.1 ROMA.
Al principio solo establecieron prisiones para seguridad de los acusados, algunas
de ellas estaban ubicadas en el Foro, que fue ampliado después por medio de un
subterráneo de más de cuatro metros de largo.
El emperador Constantino hizo construir un sistema de cárceles y Ulpiano señaló
en el Digesto, que la cárcel debe servir no para castigo de los hombres, sino para
su guarda. Luego sostuvo que durante el Imperio Romano, éstas eran para la
detención y no para el castigo. En dichas cárceles, a los esclavos se les obligaba
al trabajo forzado, como el "opus publicum", que consistía en la limpieza de
alcantarilla, el arreglo de carreteras, trabajos de baños públicos y en las minas,
penas "ad metalla" y "opus metalli", los primeros llevaban cadenas más pesadas
que los otros, así mismo, laboraban en canteras de mármol, como las muy
célebres de Carrara o en minas de azufre. Selling agrega: "si después de 10 años,
el esclavo penal estaba con vida, podía ser entregado a sus familiares"
Con anterioridad, la primera de las cárceles romanas fue fundada por Tulio Hostilio
(tercero de los reyes romanos) que reinó entre los años 670 y 620 de nuestra era.
Esta prisión se llamó Latomia. La segunda de las prisiones romanas fue la
Claudiana, construida por orden de Apio Claudio y la tercera la Mamertina por
orden de Anco Marcío.
1.7.2 FORTALEZAS UTILIZADAS COMO PRISIÓN.
 Presidio de San Juan de Ulúa.
Prisión localizada en el estado de Veracruz con apariencia de una fortaleza en
donde eran derivados los presos por delitos contra el gobierno. Construida
alrededor del año de 1582 con cal y canto, con forma de paralelogramo irregular;
en su parte principal tienen dos torres ubicadas al oriente y al poniente, siendo la
primera más grande con una sala de artillería para defensa del puerto. Las
mazmorras o lugares destinados para celdas tienen forma de bóvedas, con muros
de piedra de origen coralario y un espesor de 5 a 6 metros. Adquirió importancia
en la Ciudad de México porque ahí se enviaban a los presos cuyas sentencias
eran mayores a 20 años de prisión. Era de construcción maloliente, húmeda e
insalubre, falto por completo de ventilación, d3 luz, aseo y con un clima
insoportable.
 Prisión de Perote.
Construida en 1763 conforme a los planos del Ing. Manuel Santisteban y se
destinó inicialmente para depósitos. También se le conoce como fuerte de san
Carlos, con celdas sin ventilación para 25 a 30 internos, sin sanitarios y con una
sola entrada. También localizada en el estado de Veracruz en una fortaleza que
actualmente funciona como Penitenciaría del Estado. La cárcel sirvió como
reclusorio durante al menos cuatro décadas y en el siglo pasado fue sede del
Heroico Colegio Militar, aprovechando su construcción fortificada que data de
1770 y que cuenta con torres de vigilancia y un solo acceso que durante el siglo
XIX tuvo un puente elevado.
1.7.3 LAS CÁRCELES EN LA COLONIA.
Inicia con la “Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias “promulgada por
el Rey Carlos II en 1680 señalo en la Ley I Titulo VI “Que en las ciudades, villas y
lugares se hagan cárceles R 37 “Podemos considerar en ello el inicio del
Penitenciarismo en México Primeras Prisiones.- Conventos (1524). Se tienen
conocimiento que en México algunos conventos sirvieron como cárceles, tales
como: el viejo Convento de Tlaxcala, en Oaxaca el convento de Santa Catarina y
que actualmente es hotel, también el Convento de San Agustín en Celaya, el ex
convento de los Franciscanos en Pachuca, el Convento de Cuilapan en Guerrero y
el Convento de San Juan de Dios en Puebla.
1.7.4 SAN JUAN DE ULÚA Y PEROTE.
La penitenciaría de San Juan de Ulúa.
Durante su época como prisión, San Juan de Ulúa se convirtió en uno de los
lugares más temidos de su época en el país. Si bien ya se utilizaban algunas de
sus instalaciones como penitenciaría en la época colonial, no fue sino hasta la
segunda mitad del siglo XIX cuando se destinó el inmueble a este uso.
Diversos personajes de la historia de México estuvieron en sus celdas, entre los
que se puede nombrar a Fray Servando Teresa de Mier y a Benito Juárez. El
personaje más famoso que estuvo aquí fue Jesús Arriaga, popularmente conocido
como Chucho el Roto, muy famoso durante el gobierno de Porfirio Díaz, sobre
todo porque logró escapar más de una vez de sus muros.
Quizá la más famosa leyenda que se dice se suscitó en las celdas de la fortaleza
fue la de La Mulata de Córdoba, quien, según la conseja, para escapar de la
Inquisición pintó en los muros de su celda un barco que zarpaba hacia el
horizonte, en el cual escapó.
Frente a la ciudad de Veracruz se encuentra el Fuerte de San Juan de Ulúa,
donde se pueden recorrer más de 400 años de la historia de México. Lugar
estratégico y punto de encuentro de dos culturas, San Juan de Ulúa está
construido sobre un enorme banco de coral blanco afirmándose que en el mundo
es el único edificado en su totalidad con este material. En la actualidad se lleva a
cabo su restauración, puesto que debido a la contaminación se han ido
erosionando los cimientos. Se realiza una recimentación de la fortaleza y se
espera que dentro de este año los trabajos hayan concluido, para celebrar allí el
Centenario de la Revolución Mexicana y el Bicentenario de la Independencia del
país.
Fusión de dos culturas.
Aquí se unen y fusionan dos culturas: la europea y la americana, dando lugar al
mestizaje y a 300 años de dominio español. Originalmente el islote fue un
adoratorio totonaca, donde se rendía culto a Tecatlipozca, el dios de las tinieblas.
El 24 de julio de 1518 llega al lugar Juan de Grijalva con una tripulación de 240
hombres y llama a la isla San Juan de Ulúa. Por aquí ingresó la rueda, el caballo,
la naranja, el idioma español y la Iglesia Católica y salieron inmensas riquezas en
oro, plata y productos alimenticios.
Primer puerto de México.
En 1535, el primer Virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza ordena la
construcción de la fortaleza, en medio de una isla, en un área de 32,000 metros
cuadrados. El cemento que se usó para pegar el coral en la edificación de los
muros, fue hecho de concha de ostión, huevos de tortuga, baba de maguey,
concha, arena y agua de mar. Todo se mezcló en molcajetes gigantes llamados
Noria, consiguiendo la mejor argamaza posible para pegar coral sobre coral. Al
inicio de la colonización, el islote servía de abrigo y muelle para los galeones y
embarcaciones que llegaban con viajeros y mercadería de España. Por lo que San
Juan de Ulúa es el primer puerto de México y una de las primeras aduanas del
continente americano. Nadie ni nada salía o entraba sin el permiso de su
gobernador.
El “Muro de las Argollas y la “Torre de la Farola”.
Lo primero que se construyó en la fortaleza fue el “Muro de las Argollas”. Veracruz
se caracteriza por sus vientos fuertes que llegan a 60, 80, 100 y 120 kilómetros
por hora. Como las embarcaciones españolas eran frágiles y de madera, durante
los temporales chocaban una contra otra destruyéndose. El “Muro de las Argollas”
tuvo como objetivo proteger las naves de los vientos que se conocen como
“nortes”. Cada argolla, donde se amarraban las embarcaciones tenía un peso de
hasta 35 kilogramos de bronce puro. De las 36 que hubo en el muro sólo queda
una original.
Bodegas de almacenamiento.
La fortaleza tardó más de 200 años en construirse. Se lo hizo a medida que las
necesidades de almacenamiento fueron presentándose. Ya que el viaje de los
barcos que partían rumbo a España demoraba seis meses y otro tanto el de
regreso, se hizo necesaria la construcción de las bodegas para almacenar en ellas
el oro y la plata que luego se enviaba a España. Las bodegas estaban divididas
por 14 arcos de diferentes estilos arquitectónicos, manifestándose los de medio
punto, romanos, moriscos, elíptico abovedado, etc.
El comercio que se realizaba de México a España llamó la atención de piratas
como Sir Frances Drake, Lorencillo Morgan, etc. quienes se sintieron atraídos por
las riquezas que los barcos españoles transportaban. Ante los ataques de los
piratas, los españoles se vieron forzados a defenderse construyendo también, en
la fortaleza, las viviendas para los soldados y sus familias.
La Casa del Gobernador.
En 1601 se levanta el primer piso de la Casa del Gobernador o Casa del
Castellano, quien era el administrador de las inmensas riquezas que se guardaban
en las bodegas. Los barcos que partían de aquí pasaban primero por Cuba o
Puerto Rico. La Casa del Gobernador fue también residencia de don Benito Juárez
y Porfirio Díaz. Don Venustiano Carranza escribió en San Juan de Ulúa la
constitución de 1917.
El “Puente de los Suspiros”.
El último uso que se le dio a San Juan de Ulúa fue el de prisión, una de las más
terribles de su época. Esta imagen corresponde el camino que conduce al “Puente
de los Suspiros”, llamado así porque durante el tiempo que el Fuerte funcionó
como una cárcel, el prisionero que lo cruzó difícilmente salió vivo de su encierro,
por los tormentos y la crueldad con que se lo trató. Los encarcelados que
intentaban escapar se arrojaban al mar, pero los tiburones daban cuenta de ellos.
Inicialmente esta sección fue construída con el objeto de guardar la pólvora. Era
importante mantener la mezcla explosiva alejada de las bodegas donde se
guardaban las riquezas que luego se enviaban a la Corona Española.
Celdas.
Bóvedas como ésta sirvieron de celda en donde de 20 a 30 personas eran
hacinadas y terminaban sus vidas, sometidas a tortura y abusos. En esas celdas
cuando subía la marea, el agua penetraba llegando hasta las rodillas de los
prisioneros que tenían que permanecer pegados a la pared. Las celdas estaban
clasificadas como gloria, purgatorio e infierno. Dependiendo del castigo, asignaban
al prisionero a una de ellas.
Lo que parece sal en las bóvedas es salitre carbonato, ya que el agua del mar
sube por las paredes rumbo a los techos y por el proceso de gravedad tiende a
gotear formándose las estalactitas.
Prisión política.
Muchos políticos terminaron sus vidas prisioneros entre los muros de San Juan de
Ulúa. Con este fin fue utilizado por los gobiernos de Santa Ana, Porfirio Díaz y
Huerta. Aquí estuvo detenido en 1853 y por once días, Benito Juárez. Luego, en
su calidad de Presidente vivió en la Casa del Gobernador donde escribió el primer
paquete de las Leyes de la Reforma que separan al Gobierno de la Iglesia.
Por San Juan de Ulúa estuvo de paso Iturbide cuando fue expulsado por haber
propugnado que México se convirtiera en un imperio. Por aquí ingresaron
Maximiliano y Carlota enviados por Napoleón III, para establecer un imperio bajo
el dominio francés. Y de aquí partió Porfirio Díaz, derrocado, rumbo a Francia,
después de haber ejercido una dictadura por 34 años. San Juan de Ulúa es testigo
de muchos hechos trascendentales de México.
Museo.
El 2 de julio de 1915, Venustiano Carranza firma una orden presidencial en la cual
se estipula que en los siguientes 100 años ningún gobierno podrá utilizar San Juan
de Ulúa como prisión.
San Juan de Ulúa es el único museo de México, donde el visitante puede
prácticamente palpar varios siglos de su historia contenidos en sus viejos muros.
Con maquetas y dibujos se narra el desarrollo de este edificio, que representa
gran parte del legado de Veracruz.
1.7.5 Fortaleza de San Carlos de Perote.
La Fortaleza de San Carlos de Perote o también llamada Castillo de Perote,
Castillo de San Carlos, Fuerte de San Carlos o Prisión de Perote es una antigua
edificación militar del siglo XVIII que se encuentra cerca de la ciudad de Perote en
el Estado de Veracruz. Ordenada a construir por el virrey Joaquín de Montserrat y
ejecutada por Carlos Francisco de Croix respondió al temor de un posible ataque
inglés después de que estos tomáran La Habana en 1762. Durante la guerra de
Independencia sirvió de resguardo para los regimientos de España,
posteriormente albergó al primer Colegio Militar y se mandó a destruir en la
década de 1850 sin éxito, para permanecer abandonada hasta la época postrevolucionaria cuando fue habilitada como cárcel estatal hasta el 2008 cuando se
empezó a rescatar para museo.
Sitio de hechos históricos y recinto carcelario.
La fortaleza de San Carlos de Perote.
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
En el Castillo de Perote murió el segundo gobernador español de California,
el coronel Don Pedro Fages, el 26 de diciembre de 1794.
En el Castillo de Perote murió en la enfermería el primer presidente de
México Guadalupe Victoria el 21 de marzo de 1843 según consta en
archivos existentes en el propio castillo.
Durante la Primera intervención estadounidense en México, las mesnadas
invasoras lo usaron como guarnición para desde ahí controlar a la guerrilla
que no los dejaba en paz.
En la guerra entre liberales y conservadores, el general Echegaray efectuó
ahí, una matanza de liberales el 16 de noviembre de 1858.
En la II Intervención Francesa en 1863 se intentó volar el castillo para que
no lo utilizaran los invasores colocando muchos quintales de pólvora, sin
embargo, al hacer explosión el edificio de la fortaleza resultó intacto no en
cambio el pueblo de Perote que recibió los efectos de la explosión
causando derrumbes en varias casas.
Al inicio del siglo XX fue usado como cárcel por los gobiernos
revolucionarios.
Al final de la Segunda Guerra Mundial se utilizó como centro de
concentración de extranjeros de los países del Eje y de algunos prisioneros
alemanes e italianos.
A partir de 1949 debido a sus características se comenzó a emplear como
cárcel.
Unidad ll.
2. LAS PRIMERAS IDEAS DE ARQUITECTURA PENITENCIARIA.
2.1.- APORTES DE HOWARD A LA ARQUITECTURA PENITENCIARIA.
John Howard o el creador del Derecho Penitenciario.
Fue John Howard, [Hackney (Londres) 1726- Jerson (Ucrania) 1790] un espíritu
adelantado a su tiempo (baste decir en cuanto a sus ideas que en pleno siglo XVIII
era un confeso vegetariano). El autor británico en 1777, escribe una obra titulada
«El estado de las prisiones de Inglaterra y Gales» (“The state of prisions of
England and Wales”) considerado doctrinalmente como el evangelio de la reforma
penitenciaria.
En dicho tratado se describe el horroroso estado de las prisiones europeas, que
Howard había visitado a través de sus viajes, comentados por García Valdés69 el
periplo del viaje denominado gráficamente “geografía del dolor”, se remonta según
Bejerano Guerra a diversos países, visitando las prisiones, lazaretos y hospitales
de campaña: Marsella, Nápoles, Malta, Levante y Venecia, en España (donde
visitó en el centro de San Fernando del Jarama, del que hizo elogios) a los que
luego le seguirán Rusia, Polonia, Suecia y Ucrania donde morirá de fiebre asiática.
En su obra, Howard, propugna una reforma al sistema penitenciario, sosteniendo
que, en los establecimientos carcelarios, se deberán dar las siguientes
condiciones:
1. Cárceles higiénicas, para evitar enfermedades y epidemias.
2. Separar a los condenados por delitos mayores, de los condenados por delitos
Menores.
3. Incentivar el trabajo de los condenados de las cárceles.
4. Adopción del sistema celular, o sea: el aislamiento del condenado en una celda,
de manera que se evite la promiscuidad y la corrupción moral de los presos. R 43.
Después de haber visitado las cárceles de casi todos los países europeos, Howard
muere de peste, en la ciudad ucraniana de Jerson71 (en inglés Kherson), mientras
visitaba sus cárceles. Howard fue víctima de su propia vocación al haberse
contagiado de una enfermedad propia de las prisiones de la época72.
Es la persona que más ha influido en el progreso y humanización de las cárceles y
en la concepción del sistema penitenciario actual. Fue el puritano inglés, quien,
luego de liberarse de su cautiverio en manos de piratas, se dedicó a recorrer
cárceles de todo el mundo y a dar testimonio de lo que allí observaba.
El postulado según el cual debe clasificar a los presos según el sexo, la edad y el
tipo de condena. Reflexiona sobre la necesidad de instaurar órganos de control,
entendiendo que por muy perfecto que sea el sistema siempre degenera. Por ello,
considera necesario instaurar órganos permanentes de revisión, cuya
imparcialidad y profesionalidad en su actuación será decisiva. Asimismo aboga por
establecer una normativa regimental clara y precisa que debe ser objeto de
publicidad. Reacciona contra la privatización penitenciaria pues entiende con gran
acierto -bajo mi punto de vista, - que siempre va vinculada a un menoscabo para
las condiciones de los reclusos. Como ya vimos en 1777 John Howard publicó “el
Génesis” de la Ciencia Penitenciaria su estudio sobre el estado de las prisiones en
Inglaterra y Gales (State of prisons in England and Wales), consiguiendo crear una
conciencia que contribuyó a la mejora de las condiciones carcelarias, pero lo hace
desde una técnica de análisis científico no se limita a apuntar ideas pietistasfilantrópicas sino que incluye minuciosas estadísticas y análisis del desarrollo que
bajo el criterio empírico sirvan para evaluar el desarrollo futuro de las instituciones
penitenciarias. Es este empeño según Galvete el que le procurar la fama que
nunca buscó. La concepción penitenciaria de Howard es un establecimiento
destinado a la reclusión de sujetos penados a un régimen expiatorio, que al mismo
tiempo trata de regenerarlos. Fue posiblemente el afán reformador y filántropo
inglés quién le impulsó a utilizar por primera vez la palabra “penitenciaria”.
No hemos de olvidar que durante su ajetreada vida, Howard fue Sheriff (a la No
hemos de olvidar que durante su ajetreada vida, Howard fue Sheriff (a la sazón
como juez) del condado de Bedford, y ahí toma contacto con las Prisiones y
empieza a recorrerlas escribiendo en 1777 su referida obra maestra”, donde
describe el conjunto de arbitrariedades físicas, higiénicas, etc. que se vivía en ese
momento. Bejerano Guerra81 refiere las múltiples paradojas que rodean la vida de
este ser Excepcional adelantado a su tiempo. Como consecuencia de esta labor
se crea la corriente denominada Penitenciarismo, encauzada a erigir
establecimientos apropiados al cumplimiento de la sanción privativa de la Libertad,
crecientemente aceptada en las legislaciones de entonces. Se puede observar por
lo tanto este cambio de denominación Prisión por Penitenciaría, ya que justamente
nos marca el cambio de destino del edificio de encierro. Su formulación básica era:
Aislamiento, trabajo e Instrucción del hombre en Prisión; propugna por tanto el
cambio del castigo (simplemente expiatorio y corporal) por la Pena (método para
transformar al individuo).
Aislamiento solo nocturno evitando contaminaciones morales y físicas. El autor
concibe el trabajo como medio de regeneración moral, a ello no hemos de olvidar
que tiene una instrucción (Calvinista) y que acepta que la religión sea el medio
más adecuado para instruir y moralizar.
Tal como relata García Valdés Howard muere víctima de su propio e irrefutable
destino presa de las fiebres carcelarias o tifoideas (tifus exantemático). Su país
orgulloso del mismo le ha levantado una estatua en el centro de la catedral de San
Pablo de Londres. En conclusión, hemos de enfatizar con Cuello Calón que fue
Howard el creador del movimiento penitenciarista, caracterizado por buscar
cárceles más humanas e higiénicas, buscando como finalidad la regeneración
moral de los penados.
2-2 SISTEMAS DE ARQUITECTURA PENITENCIARIA.
Concepto.
Los sistemas penitenciarios están basados en un conjunto de principios orgánicos
sobre los problemas que dieron origen a las reformas carcelarias y surgen como
una reacción natural y lógica contra el estado de hacinamiento, promiscuidad, falta
de higiene, alimentación, educación, trabajo y rehabilitación de los internos. De
allí la importancia de las ideas de Howard, Beccaria, Montesinos, Maconichie,
Crofton, etc. y de una necesaria planificación para terminar con el caos descrito en
algunas obras de los autores mencionados. Así mismo, muchas de sus ideas se
comenzaron a plasmar en las nuevas colonias de América del Norte. Luego son
trasladadas al viejo continente donde se perfeccionaron aún más, para después
tratar de implantarse en todos los países del mundo.
Los sistemas conocidos son:






Celular o pensilvánico
Auburniano
Progresivo (Crofton, Montesinos, Reformatorio Borstal y de clasificación)
AII 'aperto,
Prisión abierta
Otras formas en libertad. R 46
2.3 FUNDADO EN EL PRINCIPIO DE INSPECCION CENTRAL.
Prisiones con sistema de inspección central.
Es un tipo de construcción, un edificio o un local, levantado u organizado de tal
manera que todo su interior y cualquiera de sus partes se pueden ver y controlar
desde un solo punto. Su forma exterior, de diferentes formas geométricas se
encuentra ordenadas en forma de anillo, en cuyo centro se coloca una torre de
vigilancia. El objeto es crear un punto central que constituya la posición del meollo,
del epicentro, del ejercicio del poder y, al mismo tiempo, el lugar en el que se
registre toda la información. Se trata de ver todo. Registrarlo todo. Saber todo.
Satisfacer el deseo de abarcar absolutamente todo de un solo vistazo, y esto sin
acercarse a nadie, dando por supuesto que todo el sistema debe funcionar de
manera no sólo correcta sino óptima, y sin que nadie se dé cuenta de que es
observado y controlado. Conjuga la fantasía del ojo de cristal, de Allan Poe, (aquel
que un hombre blanco puso en la cima de una colina para indicar a los indígenas
que vigilaba todos sus actos), que lo ve todo y que es considerado como el
instrumento del dominio, con una ambición de someter completa y absolutamente
a la persona observada. Es el placer del poder, el placer de ejercer una
supremacía que mira, vigila, acecha, espía, registra, palpa, se pone
permanentemente al día, observando e inspeccionando lo que hace el otro, lo que
es, cómo actúa, y deduciendo cómo piensa, y su relación con el poder. Dentro de
este sistema se encuentran tres sistemas secundarios, que son:



SISTEMA PANÓPTICO.
SISTEMA CIRCULAR.
SISTEMA RADIAL.
2.3.1 SISTEMA PANÓPTICO.
El panóptico es un centro penitenciario imaginario diseñado por el filósofo Jeremy
Bentham en 1791.1 El concepto de este diseño permite a un vigilante observar (opticón) a todos (pan-) los prisioneros sin que éstos puedan saber si están siendo
observados o no.
La estructura de la prisión incorpora una torre de vigilancia en el centro de un
edificio anular que está dividido en celdas. Cada una de estas celdas comprende
una superficie tal que permite tener dos huecos: uno exterior para que entre la luz
y otro interior dirigido hacia la torre de vigilancia. Los ocupantes de las celdas se
encontrarían aislados unos de otros por paredes y sujetos al escrutinio colectivo e
individual de un vigilante en la torre que permanecería oculto. Para ello, Bentham
no sólo imaginó persianas venecianas en las ventanas de la torre de observación,
sino también conexiones laberínticas entre las salas de la torre para evitar
destellos de luz o ruido que pudieran delatar la presencia de un observador. 2
De acuerdo con el diseño de Bentham, este sería un diseño más barato que el de
las prisiones de su época, ya que requiere menos empleados. Puesto que los
vigilantes no pueden ser vistos, no sería necesario que estuvieran trabajando todo
el tiempo, dejando la labor de la observación por instantes. Aunque el diseño tuvo
efectos limitados en las cárceles de la época de Bentham, se vio como un
desarrollo importante. Así, Michel Foucault (en Vigilar y castigar) consideró el
diseño como un ejemplo de una nueva tecnología de observación que
trascendería al Ejército, a la educación y a las fábricas.
IMAGEN DE SISTEMA PANÓPTICO.
2.3.2 SISTEMA CIRCULAR.
Este sistema, siendo derivación del anterior, tiene características semejantes pero
la diferencia principal de aquél es que desde el patio central no se tiene el mismo
grado de visibilidad al interior de las celdas, pues en esta estructura cada celda
cuenta con una puerta por la que sólo es factible observar a través de una
pequeña ventanilla.
2.3.3 SISTEMA RADIAL.
El sistema radial renuncia completamente a la visión interna de la celda,
conservando el punto central de vigilancia para controlar los pabellones, salidas y
espacios circundantes, usando el elemento de contraste de luz del pabellón
respectivo. Es decir que basa su organización en un patio central del cual parten
los pabellones en forma de estrella.
2.3.4 FUNDADO EN EL PRINCIPIO DE PABELLONES LATERAL.
Pabellones distintos para las distintas categorías de reclusos, previniéndose las
relaciones entre ellas evitando el contacto de los presos. El sistema de celdas fue
pensado como un beneficio al recluso por evitar su contaminación moral y social.
En palabras de Moyano Navarro "la celda es el elemento básico del partido y la
unidad donde el recluso pasara la mayor parte de su condena. De su eficiente
proyecto dependerá no solo la arquitectura del conjunto sino también lo que es
mucho más importante, gran parte de la influencia moral del instituto sobre el
espíritu del recluido."
2.3.5 SISTEMA AUBURNIANO ORIGINAL.
Se impuso en la cárcel de Auburn en 1820, Estado de Nueva York, y después en
la de Sing-Sing. Se introdujo el trabajo diurno, teniendo como común denominador
el no hablar, así como, un aislamiento nocturno. Es llamado también, el régimen
del silencio, aunque durante el día hay relativa comunicación con el jefe, lecturas
sin comentarios durante la comida y en el resto mutismo y aislamiento. Se
construyó con la mano de obra de los penados, y en 28 celdas, cada una podía
recibir dos reclusos. Esto no dio resultados. El director William Brittain resolvió la
separación absoluta, haciendo construir ochenta celdas más, pero se tuvieron
resultados tremendos, ya que cinco penados murieron en el plazo de un año y
otros se volvieron “locos furiosos".
El silencio, en muchas de las ocasiones idiotizaba a la gente y según algunos
médicos resultaba peligroso para los pulmones. Así mismo, este sistema fue
implantado en la cárcel de Baltimore en Estados Unidos y luego en casi todos los
Estados de ese país, y en Europa (Cerdeña, Suiza, Alemania e Inglaterra).
El sistema de Auburn se creó a raíz de las experiencias nefastas del celular,
debido en parte por los altos costos del anterior sistema, ahora encontramos
dentro de este sistema grandes talleres donde se recluía a todos los internos.
Los trabajos son muy importantes y esta es una de las significativas diferencias
con el pensilvánico o filadélfico. Como se observa en la cárcel de Sing Sing,
construida en 1827, la cual era una gran cantera de donde se extraían materiales
para la construcción para los edificios circundantes; y también con actividades
dedicadas a la herrería. A raíz de que los precios eran sensiblemente inferiores al
mercado, por ejemplo el mármol para un museo que en la prisión costaba 500
dólares, en el exterior su precio era de 7,000 a 8,000, es por eso que hubo fuertes
críticas de los competidores, llegando al punto en que se suscribió una petición
con 20,000 firmas para suprimir el trabajo realizado en esa prisión.
Como podemos apreciar, "La productividad económica del establecimiento fue su
enemigo y su perdición". Su director White, señaló que en dos años se tuvieron un
"superávit" de 11, 773 dólares.
El mutismo era tal, que una ley establecía: “los presos están obligados a guardar
inquebrantable silencio, no deben conversar entre si, bajo ningún pretexto, palabra
alguna. No deben comunicarse por escrito. No deben mirarse unos a otros, ni
guiñarse los ojos, ni sonreír o gesticular. No está permitido cantar, silbar, bailar,
correr, saltar o hacer algo que de algún modo altere en lo más mínimo el uniforme
curso de las cosas o pueda infringir o interferir con las reglas y preceptos de la
prisión”. Esto subsiste aún en otros establecimientos como el de San Quintín,
donde se dice: “no vayas nunca deprisa, tienes mucho tiempo. El hombre del rifle
(en la torre de vigilancia} pudiera interpretar mal un movimiento rápido".
Y en otras prisiones todavía hoy está prohibido leer en voz alta.
Otra característica del sistema fue la rígida disciplina. Las infracciones a los
reglamentos eran sancionadas con castigos corporales, como azotes y el gato de
las "nueve colas". A veces se penaba a todo el grupo donde se había producido la
falta y no se salvaban ni los locos ni los que padecían ataques. Se les impedía
tener contacto exterior, ni recibir siquiera la visita de sus familiares.
La enseñanza era muy elemental y consistía en aprender escritura, lectura y
nociones de aritmética, privándoseles de conocer oficios nuevos.
El extremado rigor del aislamiento hace pensar que allí nació el lenguaje
sobrentendido que tienen todos los reclusos del mundo. Como no podían
comunicarse entre sí, lo hacían por medio de golpes en paredes y tuberías o
señas como los sordomudos.
El sistema auburniano tuvo influencia en algunos países de América Latina, como
en la Ley de 1937 de Venezuela (creación del Dr. Tulio Chiossone) que tuvo 24
años de vigencia. 2.
Unidad lll
Los centros de readaptación social.
3-.UBICACIÓN RECOMENDABLE.
1. La ubicación de una prisión o centro de readaptación social para convictos
hombres y mujeres deberá estar fuera del perímetro urbano.
2. Deberá estar bien comunicada con las ciudades y las regiones a las que dará
servicio.
3. No deberá estar cerca de límites internacionales o fronteras.
4. No deberá estar cerca de estaciones de pasajeros (ferrocarriles, autobuses,
aeropuertos, etcétera).
5. Deberá contar, al menos, con los servicios básicos indispensables de agua,
drenaje y energía eléctrica.
6. Se evitará su ubicación en lugares inundables, insalubres o de riesgo geológico
como terrenos inestables o deslizables; si bien es razonable que no se ubique en
los mejores lugares para el desarrollo habitacional o urbano, en general, se
tendrán que considerar condiciones decorosas de habitabilidad y un riguroso
cuidado respecto a las normas de estabilidad estructural de las edificaciones,
pues en caso de emergencias o desastres naturales, por razones legales, no se
puede desalojar a los habitantes.
7. Los terrenos deberán ser preferentemente espaciosos y lo más planos posible;
el desarrollo de la muralla perimetral (característica de este tipo de equipamientos)
se deberá procurar en forma rectangular, ya que estas condiciones facilitan la
operación seguridad y vigilancia.
8. Respecto a la densidad de población, ésta deberá ser baja: 50
habitantes/hectárea, con objeto de tener disponibilidad de espacios abiertos para
actividades de vinculación social de los internos con sus familiares, deportivos,
sociales, recreativos y laborales. En los países latinoamericanos, un alto
porcentaje de internos es de origen campesino, por lo tanto es necesario contar
con áreas de capacitación laboral agropecuaria.
9. La zonificación y vialidad al interior y al exterior del penal, como en cualquier
desarrollo urbano, deben resolverse a partir de las diferentes actividades, con la
ubicación de los diversos subgéneros de edificios y sus relaciones. Es de suma
importancia tener presente que todo el proyecto responde a un sistema, que a su
vez está formado por varios subsistemas. Las circulaciones peatonales y
vehiculares en el interior deberán estar perfectamente clasificadas y
discriminadas, ya que son las que definen, conforman y caracterizan a este género
de equipamientos, al igual que en los hospitales; a su vez, como las circulaciones
son controladas y confinadas en toda su longitud, sirven para separar física y
contundentemente las zonas intramuros de la prisión, que permite la clasificación
de los internos y evita la concentración de grupos mayores a 100 individuos
(recomendación de la UNESCO). Lo anterior elimina el riesgo de motines,
mejorando la seguridad en toda la prisión.
La ubicación de una cárcel o reclusorio, debe ser cuidadosamente estudiada. De
preferencia que sea en una zona rural que no esté muy alejada de las
poblaciones. En el Congreso de La Haya se recomendó que de ser posible, deben
estar situados en el campo, pero no en un lugar aislado o malsano, ya que deben
de estar cerca de un centro urbano, para ofrecer comodidades al personal y
contactos con organismos educativos y sociales que colaboren en la reeducación
de los presos. Además es necesaria la instalación de talleres e industrias fuera de
las granjas.
Por otra parte, hay que concienciar a la población próxima a las cárceles o
reclusorios, para obtener la colaboración del público y de la comunidad. Ya que si
dicho núcleo tiene temores, dará pauta para la creación de ciertos puntos lógicos,
para que ladrones, homicidas y violadores estén en libertad y atenten contra sus
vidas y bienes. Más intensificados en una población de tipo rural que, por lo
general, es conservadora, prejuiciosa y donde nada pasa desapercibido.
3.1 CAPACIDAD ACONSEJABLE.
Un problema persistente en los sistemas penitenciarios es el hacinamiento. La
construcción de espacios siempre ha ido más lenta que el requerimiento de éstos.
Esta sobrepoblación origina muchos otros problemas: riñas frecuentes de toda
magnitud, abusos, corrupción que propicia la venta de toda clase de privilegios,
que en condiciones normales no serían tales, sino lo común en un centro
penitenciario con espacio suficiente y, sobre todo, la falta de seguridad. Desde
luego, el tráfico interno de drogas se incrementa y su control se dificulta en
proporción directa al hacinamiento.
Para darse una idea de la magnitud del problema de sobrepoblación se puede
consultar el cuaderno mensual correspondiente a febrero de 2011, publicado por
la Secretaría de Seguridad Pública Federal, respecto al Sistema Penitenciario
Federal. Así, tenemos que la población penitenciaria total asciende a 229,426
internos, de los cuales 4.52% son mujeres. Del total, 80.28% corresponden al
fuero común y el restante 19.72% al federal. Tan sólo con estos datos ya se puede
deducir que el grueso del problema se encuentra en lo concerniente a las
entidades federativas y básicamente respecto a varones. No obstante, en muchos
de los centros penitenciarios estatales gran parte de su población está constituida
por reclusos del fuero federal. Habrá que mencionar que, respecto de la población
femenil recluida en centros penitenciarios tanto federales como estatales, éstos no
cuentan con mejores condiciones que los varones.
En cuanto a la dependencia de los centros penitenciarios, de la misma fuente se
puede saber que existen ocho centros federales con una capacidad de 13,214
internos; diez dependientes del Distrito Federal con capacidad de 22,577; 320
estatales, para 143,522 internos y 92 municipales para 3,603 reclusos. El total de
centros es de 429 y su capacidad total es de 182,905 internos. En 195 de estos
centros existe sobrepoblación y de ellos 48 albergan población penitenciaria del
fuero común y los restantes 148 tienen tanto población federal como del fuero
común. La cifra total de sobrepoblación es de 40,042 lugares. Existen buenas
noticias en este tema, consistentes en los planes para entregar en 2012 doce
centros federales penitenciarios con capacidad para albergar a 32,500 internos,
además de ampliaciones en varios otros centros, tanto federales como estatales,
próximos a entrar en operación.
En el ámbito internacional México es uno de los países con mayor porcentaje de
reclusos, ya que se tiene una tasa promedio de 207 reclusos por cada 100 mil
habitantes, mientras que Estados Unidos, que ostenta el primer lugar en este
rubro, cuenta con 756 reclusos por cada cien mil habitantes. El promedio
internacional es de 145 reclusos por cada 100 mil habitantes.
De cualquier forma, dadas las condiciones actuales de la mayoría de los centros
penitenciarios lo más recomendable es intentar bajar ese porcentaje para lograr
disminuir la presión de la sobrepoblación y así intentar un cambio cualitativo tanto
en el ámbito federal como en el estatal.
Si existe sobrepoblación en una gran cantidad de centros penitenciarios
dependientes de las entidades federativas, en los que se encuentran recluidos
también presos del fuero federal, resulta fácil concluir que es necesario comenzar
por construir suficientes espacios dependientes de la Federación para aliviar el
problema en el ámbito local.
En el ámbito federal se ha procurado que los Centros Federales de Readaptación
Social (Ceferesos) se mantengan al límite de su capacidad, sin intentar ingresar
más internos que los espacios disponibles. Asimismo, se ha anunciado la creación
de nuevos centros de reclusión expresamente diseñados para garantizar la
seguridad, tanto interna como externa.
3.2 FUNCIONALIDAD.
Al igual que la mayoría de los sistemas carcelarios de América Latina, los centros
penitenciarios de México tienen marcadas carencias organizacionales y serias
deficiencias funcionales. En los centros penitenciarios existe una infraestructura
para conformar una red de datos que se emplea en menos del 10% de su
capacidad existiendo, por tanto, una ausencia grave de información técnica,
adecuada y actualizada. No se cuenta, por ejemplo, con las huellas de todos los
procesados por delitos del fuero común. Tampoco se cuenta con información
verificable sobre los detenidos, sea que estén en proceso o que ya hubieran
obtenido sentencia.
Asimismo “la falta de recursos financieros y de personal calificado, repercuten la
carencia de sistemas de seguridad confiables y en la ineficiencia de las funciones
de custodia, ya que éstas no se efectúan conforme a las leyes y reglamentos en
vigor, propiciando altos niveles de corrupción en todas sus formas y modalidades:
tráfico de influencias, rezago en la revisión de expedientes, introducción, venta y
consumo de drogas, extorsión, prostitución, impunidad, violencia y hacinamiento”
En las encuestas de internos se obtiene una rica información que permite
documentar algunos de los problemas antes señalados y efectuar un análisis más
puntual y detallado acerca de las condiciones de vida de los internos en centros
penitenciarios en el país. Algunos de los resultados son muy indicativos. El
hacinamiento, como en otros países, es un serio problema. En los penales
comprendidos en el estudio, hay celdas para 3 internos en donde duermen más de
10 y otras que, teniendo lugar para 5, son habitadas por más de 20.
Conclusiones en torno de los principales problemas que enfrentan los centros
penitenciarios:
1. En términos generales, casi todos los establecimientos penitenciarios incluidos
en el estudio muestran un deterioro y carencias importantes en lo que se refiere al
acondicionamiento de sus espacios, al estado de las instalaciones y el mobiliario,
así como en la disponibilidad y el acceso universal por parte de los internos a
bienes y servicios básicos. Estas deficiencias tienen, sin embargo, un indudable
impacto negativo sobre la calidad de vida de los internos y, consecuentemente,
sobre el tipo de relaciones e intercambios que se generan entre ellos y con el
personal.
2. El rol de los familiares es determinante para el bienestar del interno. Las
familias asumen con frecuencia, y de diferentes maneras, una parte importante de
los costos de reclusión del interno. Esto significa que la institución impone, o
admite de facto que se impongan, penas que incluyen a la familia, que trascienden
al interno.
Además de que esta situación es jurídicamente inadmisible, coloca en una
situación de desventaja a aquellos internos que carecen de familia o cuyas
familias no están dispuestas o no tienen la posibilidad de asumir dichos costos.
3. El orden, la legalidad y la seguridad al interior de la institución, contribuyen a
fortalecer la hipótesis de que la institución carcelaria tiende a conformar un
universo propio de relaciones que se caracteriza por el predominio de un régimen
para-legal.
El hecho de que los internos convivan durante un cierto tiempo dentro de un
régimen con estas características, constituye un argumento más en favor de
emprender una revisión a fondo acerca del papel que, en la práctica, desempeña
hoy en día la institución penitenciaria.
4. El incremento de la población carcelaria, la falta de infraestructura adecuada, y
los niveles de corrupción interna y falta genuina de readaptación, denotan la baja
inversión en recursos humanos y recursos materiales para resolver la crisis
penitenciaria. No existe la voluntad político-administrativa para enfrentar tales
desafíos. Es decir, esta situación general indica que las prisiones no se consideran
un rubro sustantivo o relevante tanto dentro de la agenda política de México como
de las políticas de asignación de recursos. Las prisiones no son vistas, en otros
términos, como un renglón en el que merece la pena invertir, sino, más bien, como
un gasto que siempre sería deseable poder economizar
3.3 ESTRUCTURA DE UNA PRISION MODERNA.
3.3.1 ADUANA.
El acceso a los centros de penitenciarios para todo visitante se efectuará a través
de la aduana de personas cuyo resguardo está cargo de personal técnico en
seguridad y supervisores de aduana para el caso del seguimiento respectivo.
Se deberán observar las siguientes medidas:
Queda prohibido introducir a los Centros: medicamentos sin autorización del
servicio médico del Centro de Reclusión, postizos, alhajas y relojes de
considerable valor, instrumentos de comunicación electrónica, equipos de
cómputo, teléfonos celulares, radiorreceptores y transmisores, sistemas de
recepción de televisión privada, Cablevisión, Sky, Directv, etc., aparatos
electrodomésticos, cámaras de video y fotográficas, fotografías, aparatos y juegos
de video, aparatos de audio como estéreos, modulares, mini componentes, DVD,
zapatos de plataforma, ropa deportiva, chamarras de doble vista, con capucha,
jorongos, zarapes, gorras, botas, botines o tenis con válvula de aire, lentes
obscuros, cosméticos, (con excepción de los Centros Femeniles y para uso
personal en cantidades moderadas) barniz de uñas, y quita esmalte.
No se permitirá el acceso a los visitantes cuando éstos porten cualquier tipo de
uniforme, ó se encuentren en estado de ebriedad, aliento alcohólico o intoxicado
con algún tipo de sustancia tóxica.
No se permitirá el acceso a los visitantes que porten ropa del color o similares a
los uniformes reglamentarios de los internos y de los técnicos en seguridad de los
Centros de Reclusión.
No se permitirá el acceso al interior del establecimiento cuando se porte doble
vestimenta.
La visita en cualquiera de sus modalidades tendrá estrictamente prohibido ingresar
al interior de los Centros dinero en efectivo mayor al equivalente de diez veces al
salario mínimo vigente en el Distrito Federal, o cualquier titulo de crédito (tarjetas
de crédito, de débito, o documentos de valor intercambiable).
Queda estrictamente prohibido permanecer en cualquiera de las áreas del Centro
al término de la visita.
No se permitirá el acceso a vehículos oficiales o particulares que no estén
autorizados específicamente. Los vehículos de proveedores o de prestadores de
algún servicio al Centro de Reclusión, deberán pasar por Aduana de Vehículos
para ser autorizados, identificados y revisados por el personal de seguridad, en su
exterior e interior a la entrada y salida del Centro.
En los Centros, queda prohibida la introducción, uso, consumo, posesión o
comercio de bebidas alcohólicas, estupefacientes, psicotrópicos, sustancias
tóxicas, objetos punzo cortantes, armas de fuego y explosivos, así como de
teléfonos celulares, radio localizadores o cualquier otro instrumento de
comunicación radial o satelital para uso de los internos y demás relacionados en el
presente Instructivo, y que por su naturaleza pongan en riesgo la seguridad
institucional.
Es importante señalar que la visita o el personal que labora en la Subsecretaría de
Sistema Penitenciario o en alguno de los Centros de Reclusión, que incumpla con
las disposiciones en materia de seguridad y normatividad antes señaladas, se
hará acreedor a las sanciones de carácter administrativo o penales
correspondientes que el caso amerite.
El personal técnico en seguridad que labora en los Centros, en específico en el
área de aduanas, tendrá como comisión especial el control del flujo de personas,
objetos, alimentos y vehículos a los Centros, en coadyuvancia con el personal de
Supervisores de Aduana. Su función principal será el control de la puerta de
acceso, así como la revisión de la visita en general, la cual deberá ser de manera
respetuosa y eficaz, el control y revisión de acceso y egreso de vehículos y de sus
tripulantes sin distinción alguna, además de la revisión de objetos y alimentos por
el área indicada para tal efecto.
En caso de incumplimiento, se harán acreedores de las sanciones administrativas
y penales que el caso amerite.
El personal antes citado debe resguardar la seguridad y legalidad del área de
aduanas de los Centros de Reclusión, por lo tanto se aplicarán las sanciones
administrativas y penales correspondientes al personal antes enunciado por la
comisión de conductas contrarias a los ordenamientos establecidos.
Los Supervisores de Aduanas tendrán como función primordial vigilar el
cumplimiento de la legalidad, eficiencia y buen manejo de los métodos de control y
revisión del flujo de personas, objetos y alimentos que ingresen por el área de
aduanas de personas y vehículos de los Centros de Reclusión del Distrito Federal,
mediante la coadyuvancia con el área de seguridad y trabajo social para lograr
dicho fin.
Durante el trayecto de la visita externa hacia el área de locutorios, visita familiar e
íntima autorizada, el personal de seguridad deberá vigilar que la misma asista
única y exclusivamente al área señalada en el pase emitido por trabajo social,
pero por ningún motivo deberá restringir el acceso al área autorizada del visitante,
por cuestiones de indumentaria u objetos que ya han sido autorizados en el área
de aduanas de personas por el personal facultado para ello.
En el caso de anomalías, el elemento de seguridad deberá informar a su superior
inmediato para los fines a que haya lugar.
3.3.2 EDIFICIO DE GOBIERNO.
Está compuesta por varios edificios: de fuera hacia dentro, pueden encontrarse el
edificio de admisión hombres, admisión mujeres, el centro de observación y
clasificación; en el límite del muro perimetral, el edificio de dirección y visita íntima
hombres, dirección y visita íntima mujeres. Todos los edificios están comunicados
por andadores controlados de dos niveles, y en cada cambio de dirección o punto
estratégico se ubica una esclusa con un puesto de vigilancia.
3.3.3 CENTRO DE OBSERVACIÓN Y CLASIFICACIÓN (COC).
Este centro es parte fundamental de la prisión, pues en él se mantiene en
observación al interno o interna y se hace todo el trabajo técnico para diseñar el
tratamiento de readaptación social que requieran él o ella y sus familiares. Para lo
cual se efectúan estudios sociales, económicos, psicológicos, psiquiátricos,
médicos y físico de los involucrados. Con esos datos se clasifica a los internos por
edad, nivel de instrucción, preferencias sexuales, oficio o profesión,
comportamiento, etcétera, y se le ubica en el área que le corresponda.
Este edificio está formado por varias secciones.
Existe un espacio con habitaciones individuales (observación, similar a ingreso) en
donde los internos e internas pueden permanecer varias semanas, y recibir
visitas. Otra sección del COC es el área técnica en la cual se encuentran las salas
de trabajo social, psicología y psiquiatría; en ellas se realizan terapias de grupo
con el interno o interna y sus familiares. Una vez hecho el estudio, se determina su
situación psicológica y socioeconómica y se diseña el tratamiento más adecuado.
También en esta área se ubica la consulta externa de odontología, oftalmología,
gastroenterología y medicina general, entre otros, y se prepara un expediente
médico. El área de cirugía está perfectamente controlada y cuenta con todo lo
necesario para considerarse como un pequeño hospital: tiene un quirófano y una
sala de expulsión para la atención de mujeres parturientas; la sección de
encamados está dividida en sala de hombres y sala de mujeres (sin
comunicación); hay una sala de recuperación, sección de aislados o terapia
intensiva; estos servicios se justificarán por la cantidad y el nivel de seguridad de
la penitenciaría.
3.3.4 LUGAR PARA VISITAS Y VISITAS INTIMAS.
La visita se considera como parte del tratamiento integral, tiene carácter
terapéutico y se complementará con medidas de vigilancia en las que se
preservará el trato humano, justo y respetuoso a la dignidad de los internos
y visitantes.
Se autorizará el ingreso de los siguientes visitantes: Familiares directos del
interno, esposa (o), o concubina(o), conviviente, amistades, defensores y/o
representantes legales, ministros de cultos religiosos, Grupos, Instituciones o
Asociaciones Civiles, Organismos Gubernamentales y no Gubernamentales e
Instituciones Educativas.
Las amistades de los internos podrán ingresar a la visita familiar únicamente
cuando éstas se encuentren registradas en el Kardex de visita del interno y sólo si
ha registrado domicilio personal.
En los Centros existirán áreas específicas y adecuadas para la visita familiar e
íntima, para los defensores y ministros de cultos religiosos, así como horarios
establecidos en el presente documento. En ningún caso se permitirá que la visita
se efectúe en áreas y horarios distintos a los establecidos.
En general, todos los servicios que se proporcionen en la Aduana de Personas de
los Centros para el otorgamiento de la visita en cualquiera de sus modalidades
serán gratuitos. Y quien incurra en actos contrarios, será sancionado conforme a
las disposiciones del presente Instructivo, del Reglamento de Centros de
Reclusión y demás disposiciones aplicables en la materia.
La visita familiar e íntima interreclusorios se autorizará previa valoración del
Consejo Técnico Interdisciplinario.
Todo visitante deberá observar las normas, prohibiciones y medidas de seguridad,
orden, organización y funcionamiento de la Institución en provecho de ésta
durante la visita.
Los menores de edad deberán asistir a la visita familiar acompañados por un
familiar adulto que cubra los requisitos generales para la visita. Siempre y cuando,
los primeros de éstos, se trate de hijos o hermanos del interno.
Sólo podrán ingresar a los Centros aquellos visitantes que cubran los requisitos
señalados para tal efecto, considerando que ninguna visita será autorizada si el
interno se niega a recibirla.
Toda visita deberá someterse a revisión y registro de su persona así como de sus
pertenencias a la entrada de los Centros, misma que se efectuará en el lugar
autorizado y por personal de su mismo sexo en un marco de respeto y trato digno.
La autorización y control de la visita familiar e íntima en cualquiera de sus
modalidades en los Centros, será facultad exclusiva de la Subdirección Técnica,
misma que será auxiliada por el Consejo Técnico Interdisciplinario en los casos
específicos a que se refiere el presente ordenamiento.
Sólo podrán ingresar a los Centros aquellos aparatos y objetos personales para la
población interna, previa valoración y autorización del Consejo Técnico
Interdisciplinario.
De la Visita General.
Todos los internos que se encuentren recluidos, gozarán del beneficio de la visita
en sus distintas modalidades, de acuerdo a sus diferentes estados procesales,
características individuales y con sus respectivas excepciones.
3.3.5 EDIFICIO PARA DORMITORIOS.
Los dormitorios para los internos (celdas) deberán cumplir las condiciones
requeridas de seguridad y de confort. Podrán ser individuales, triples, quíntuples o
colectivas, pero garantizando el espacio vital para cada uno de los internos. Es
importante señalar que para el caso de mujeres con hijos pequeños, lactantes o
maternales, se deben considerar dormitorios especiales con los elementos
indispensables para las necesidades específicas que plantea esta condición.
Por razones de seguridad y tratamiento (además de la de género) se deberá
clasificar a los internos. En la mayoría de las prisiones se prevén secciones para
internos e internas con diferentes perfiles, según su personalidad, edad, tipo de
delito, inclinaciones sexuales y preferencias, nivel socioeconómico, grado de
instrucción, estado mental y de salud, situación jurídica, etcétera.
Existen varias modalidades de la habitación, y lo ideal es que cada interno cuente
con su dormitorio individual, equipado con baño completo, pero por razones
económicas esto no es posible. Las características de la habitación responden
principalmente a los aspectos de seguridad y de vigilancia, es decir, aparte de
estar ventilada, iluminada y bien orientada, deberá permitir la visibilidad del
custodio desde la circulación hasta los rincones de ésta y estar construida con
materiales que garanticen que sea durable, aséptica y prácticamente
indestructible, incluyendo las puertas de las celdas y el mobiliario que deberá ser
fijo.
Existen edificios de habitación individual y son similares a los anteriores en su
funcionamiento, pero sus habitaciones son unitarias; generalmente, en estos
edificios se ubican internos denominados de alta seguridad, porque son personas
con problemas de conducta y se hace necesario separarlos del resto de los
internos. En otra sección se ubica a los internos denominados sujetos a
protección: son ex funcionarios o ex policías que pueden ser agredidos por los
demás internos y por esta razón deben ser aislados. Hay otra sección, donde se
ubican los internos inimputables, que durante el proceso o la sentencia sufrieron
trastornos mentales y tienen que ser aislados. Existe otro grupo denominado
infeccioso, principalmente son los seropositivos que sufren rechazo y, a veces, la
agresión del resto de los internos. Es importante mencionar que el aumento de
personas infectadas de SIDA en las prisiones es un problema que crece día a día.
Los espacios para convivencia, visita íntima, deporte informal e incluso los lugares
de trabajo para estas personas están separados de los del resto de los internos.
3.3.6. LOS TALLERES.
Son espacios similares a cualquier nave industrial, con su área de producción,
almacenes de materia prima y producto terminado, guarda de equipo y
herramienta, etcétera, pero cada uno de estos espacios está resuelto como
esclusa, además de tener un puesto de control y vigilancia para el manejo de
materiales y herramientas, así como el tránsito de internos que funciona como un
filtro para que los materiales y herramientas que éstos utilizan, no sean
introducidos a las áreas generales de población. Cada vez que el interno entre o
salga de la sección de talleres, tendrá que pasar por una revisión para evitar el
tráfico y el mal uso de materiales y herramientas que puedan alterar la seguridad
al interior del reclusorio.
3.3.7 AUDITORIO.
3.3.8
ZONA PARA ENSEÑANZA.
Educación penitenciaria.
La educación es conjuntamente con el trabajo la otra gran herramienta formal que
la legislación pretende utilizar para resociabilizar al individuo. En tal sentido se
pretende no sólo la inserción social sino la elevación personal y cultural del
interno.
Existe obligatoriedad de otorgar a la reclusa enseñanza primaria, no pudiendo ser
otorgada coactivamente, su negativa de parte del condenado implicará la
calificación de grave falta de conducta y su consecuencia será la inmediata
pérdida de beneficios.
En los últimos años y sobre todo con el advenimiento de la democracia se han
instalado en numerosas unidades carcelarias una serie de centros de estudios
universitarios, sobre todo en el campo del derecho, que intentan mejorar las
condiciones de habitabilidad y ejecución de la pena a mérito de su pertenencia al
círculo de estudios terciarios.
En cuanto a educación, dentro del centro escolar se imparten niveles escolares
desde alfabetización hasta nivel licenciatura en colaboración con instituciones
como el Instituto Nacional para la Educación de los adultos (INEA), la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Autónoma de la Ciudad
de México (UACM) que acreditan el grado de aprendizaje alcanzado por el recluso
y llegan a dotar de material didáctico. Cuentan con una biblioteca a la que todos
tienen acceso.
3.4 LA ARQUITECTURA PENITENCIARIA EN MEXICO.
Normas arquitectónicas.
1. Los hombres, las mujeres y los menores de edad deberán compurgar sus penas
en lugares separados y adecuados a su condición humana, física, médica y
mental (Constitución Mexicana, Artículo 18).
2. Los internos e internas en proceso o sentenciados (convictos) deberán recluirse
en prisiones preventivas y penitenciarias, respectivamente (Artículo 18). Estos dos
tipos de prisiones tienen diferentes dinámicas: su estructura general y algunos
elementos difieren en forma importante. Además, el estado de tensión nerviosa, la
carga psicológica y el estrés entre los internos en proceso y los sentenciados
plantean necesidades de habitabilidad y de seguridad distintas.
3. Un reclusorio o prisión funciona como una pequeña ciudad, por ello, requiere
estar equipado con edificios de diversos géneros, para que los internos puedan
habitarlo y realizar actividades de trabajo, culturales y recreativas y capacitación,
así como circular y abastecerse; también la vinculación social mediante la visita
familiar y la visita conyugal o íntima, que tiene una importancia fundamental para
el interno y su tratamiento.
Los anteriores requerimientos son aplicables e indispensables para crear
condiciones mínimas de confort y habitabilidad para la vida dentro de una prisión.
4. Los dormitorios para los internos (celdas) deberán cumplir las condiciones
requeridas de seguridad y de confort. Podrán ser individuales, triples, quíntuples o
colectivas, pero garantizando el espacio vital para cada uno de los internos. Es
importante señalar que para el caso de mujeres con hijos pequeños, lactantes o
maternales, se deben considerar dormitorios especiales con los elementos
indispensables para las necesidades específicas que plantea esta condición.
5. Por razones de seguridad y tratamiento (además de la de género) se deberá
clasificar a los internos. En la mayoría de las prisiones se prevén secciones para
internos e internas con diferentes perfiles, según su personalidad, edad, tipo de
delito, inclinaciones sexuales y preferencias, nivel socioeconómico, grado de
instrucción, estado mental y de salud, situación jurídica, etcétera.
6. Existen varias modalidades de la habitación, y lo ideal es que cada interno
cuente con su dormitorio individual, equipado con baño completo, pero por
razones económicas esto no es posible. Las características de la habitación
responden principalmente a los aspectos de seguridad y de vigilancia, es decir,
aparte de estar ventilada, iluminada y bien orientada, deberá permitir la visibilidad
del custodio desde la circulación hasta los rincones de ésta y estar construida con
materiales que garanticen que sea durable, aséptica y prácticamente
indestructible, incluyendo las puertas de las celdas y el mobiliario que deberá ser
fijo.
El proceso de diseño.
Los requerimientos anteriores generan en el desarrollo de los proyectos
arquitectónicos, de cada uno de los edificios que forman la prisión, la necesidad de
establecer una relación de funcionamiento sobre bases específicas. En ellas, los
aspectos de seguridad, estabilidad, durabilidad y condiciones de extrema rudeza
de operación definen las condiciones para que el diseño de cada espacio y de
cada elemento (mobiliario, accesorios y equipos) sea especial y profundice en
consideraciones de orden totalmente diferentes a las que normalmente estamos
acostumbrados. Al respecto, cuando pensamos en un dormitorio (celda) y
consideramos que estarán uno o varios presos en ella, debemos asumir que cada
interno puede manifestar algún resentimiento social.
En primera instancia, si está solo, debido al estado de depresión o estrés a que
esté sometido, puede hacerse daño o incluso quitarse la vida con cuerdas, cintos
o elementos punzo cortantes.
En segunda, dañar con extrema violencia el mobiliario y los accesorios de la
habitación o de los espacios que suele utilizar; por esta razón, deberán diseñarse
los muebles y accesorios con determinadas características para evitar que el
interno pueda dañarlos o utilizarlos como arma.
En todos los espacios donde el interno desarrolle sus actividades tendrán que
tomarse en cuenta las anteriores consideraciones y también para el diseño
arquitectónico. Con objeto de hacer menos onerosa la operación y el
mantenimiento de estos centros se busca utilizar tecnologías alternativas para el
reciclaje de agua, generación de energía solar y eólica, el uso de materiales y
sistemas constructivos regionales, y no depender de las llamadas "tecnologías de
punta", que al llegar de países desarrollados, muchas veces no son los más
adecuadas para nuestra realidad.
La situación penitenciaria en México, y seguramente en todos los países
latinoamericanos, es sumamente compleja; la arquitectura penitenciaria, por sí
sola, es sólo un eslabón de la gran cadena de problemas críticos en el sistema
político, preventivo, judicial y ejecutivo: insalubridad, hacinamiento, corrupción,
deterioro e inseguridad de las prisiones, que lejos de contribuir a la readaptación,
corrompe más a los internos.
3.4.1 CARCEL DE LECUMBERRI.Surge por la necesidad de la reforma del Código Penal de 1871 en el que se
anexa un proyecto arquitectónico para la creación de una Penitenciaría elaborado
por el Ingeniero Antonio Torres Torija y la construcción por parte del Ing. M.
Quintana. Se inició su construcción en el año de 1885 y se inauguró en el año de
1900 el día 29 de Septiembre, siendo entonces Presidente de la República el Gral.
Porfirio Díaz Mori. El edificio tuvo el tipo del estilo de Bentham, o sea, del tipo
Panóptico del tipo radial, en donde convergían al centro del polígono todas las
crujías, en cuyo centro se erigía una torre de 35 metros de altura destinada para la
vigilancia de todo el penal. Se previó para 800 varones, 180 mujeres y 400
menores de 18 años. Contaba con 804 celdas, talleres, enfermería, cocina y
panadería. Tenía un área de Gobierno, sección de Servicio médico y Salas de
Espera. Las crujías tenían celdas para un solo preso con cama y servicio de
sanitario. En cada crujía existía una celda de castigo con puertas sólidas que
tenían una mirilla. Se regía por un Consejo de Dirección que hacía las veces de
Jefe Inmediato de todas las áreas. En 1908 se dio autorización para ampliar la
construcción en donde originalmente tenía una capacidad para 996 internos y en
el año de 1971 tuvo una población aproximada de 3800 sujetos y más adelante
llego a tener 6000 internos. . Concluye la historia del Palacio Negro el 27 de
Agosto de 1976 al ser clausurado por su último Director, el Dr. Sergio García
Ramírez y actualmente es sede del Archivo General de la Nación.
3.4.2 PENITENCIARÍA DE SANTA MARTA ACATITLA.
Fue inaugurada en el año de 1957, construyó en terrenos localizados en la
Delegación de Iztapalapa en un espacio de 10,000 mts cuadrados, con la finalidad
de poner al día el Penitenciarismo y relevar parcialmente al Palacio Negro de
Lecumberri ya que ésta quedaría como prisión preventiva y la nueva para
sentenciados. La penitenciaría del Distrito Federal tiene una construcción de tipo
peine, contaba con sitios para la enseñanza, el trabajo y la recreación, cuatro
dormitorios y una zona de talleres, además de un edificio para la visita íntima
y patios para la visita familiar, un área de Gobierno y una para el Servicio Médico.
En la actualidad cuenta con 7 dormitorios independientes o módulos y 4
dormitorios generales.
3.4.5 LAS NUEVAS CONSTRUCCIONES EN MEXICO.
De acuerdo con información de la Secretaria de Seguridad Pública, esta situación
presiona enormemente dentro del Sistema Penitenciario Federal para poder
construir las instalaciones necesarias que permitan tener la capacidad de cumplir
con los procesos de selección adecuados, como el diferenciar de internos
procesados o sentenciados, de autores materiales e intelectuales en la comisión
de los delitos, entre hombres y mujeres, de delincuencia organizada y común, de
personas internadas y bajo protección, además de muchos otros mecanismos de
selección.
Para revertir esta tendencia, y de acuerdo con la estrategia penitenciaria en el
ámbito federal, se prevé construir al menos tres nuevos complejos penitenciarios
federales. Éstos estarán ubicados en Papantla, Veracruz; Guasave, Sinaloa;
Monclova, Coahuila; y Huimanguillo, Tabasco. La otra forma de construir más
espacios carcelarios federales será mediante la asignación de 12 contratos de
prestación de servicios a empresas, algunas de ellas dedicadas a edificar
instalaciones de seguridad nacional.
3.5. LOS RECLUSORIOS DE ALTA SEGURIDAD.
Son prisiones para quienes están considerados como los más peligrosos
delincuentes en México y en su lista están desde capos del narcotráfico, sicarios,
secuestradores, traficantes de humanos y hasta ex funcionarios y ex policías.
La última cifra oficial de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal señalaba
que en total son 6 mil 405 reos quienes se encuentran internados dentro de las
cinco prisiones federales de máxima y mediana seguridad distribuidas en los
estados de México, Jalisco, Tamaulipas, Nayarit y Veracruz.
Las estadísticas.
Cuatro de las cinco prisiones de este tipo llamadas Centros Federales de
Readaptación Social (Ceferesos), están a punto de colapsar al no contar con
espacio para el internamiento de más reos.
De acuerdo con informes de la SSP federal, el proyecto original de estas prisiones
federales de albergar a reclusos sentenciados se perdió, pues ante el embate de
la delincuencia organizada, los procedimientos judiciales y problemas de
seguridad de las cárceles, en la actualidad 60% de los reos de estas cárceles aún
son presos sin sentencia.
Los datos estadísticos del Sistema Penitenciario Federal revelan que el Cefereso
Uno del Altiplano, en el estado de México, tiene capacidad para albergar 816
internos y tiene 810 presos, en el Dos de Occidente en Jalisco hay sobrecupo al
contar con 837 presos cuando su capacidad es para 836, el Tres Noreste de
Tamaulipas cuenta con 724 espacios carcelarios y alberga 723 internos. Estas tres
cárceles están consideradas como las de mayor nivel de seguridad en el país y en
una de ellas, la de Puente Grande, Jalisco, se produjo hasta ahora la única fuga
registrada en esas cárceles y que fue la de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.
Las otras dos prisiones federales de más reciente operación son los Ceferesos
Cuatro del Noroeste en Nayarit que tiene mil 360 espacios y su población
carcelaria es de mil 331, además de que esta prisión puede albergar población de
reos de alta y media peligrosidad. El último de los Ceferesos es Cinco del Oriente,
que está situado en Veracruz, el cual cuenta con una población de 2 mil 704
reclusos frente a una capacidad de 2 mil 828 lugares. Entró en operación en forma
emergente ante el problema de sobrepoblación en los otros cuatro y actualmente
este penal de seguridad media ya está más allá de 90% de su capacidad
instalada, afirman.
Los números respecto a sentenciados y procesados en cada uno de los cinco
Ceferesos son los siguientes. En el penal del Altiplano el porcentaje entre unos y
otros es de 20% de sentenciados contra 80% de procesados. En el caso del
Occidente o Puente Grande, Jalisco, las cifras son de 25% en el caso de los
primeros por 75% de los segundos. En el del Noreste o de Matamoros,
Tamaulipas, las cifras marcan que el promedio es de alrededor de 50% para cada
rubro, pero en el caso de los dos últimos, el del Noroeste de El Rincón en Tepic,
Nayarit, el porcentaje es 95% y 5%, respectivamente, y en el del Oriente, en Villa
Aldama, Veracruz, la población está conformada por 20% de procesados y 80%
de sentenciados.
Unidad lV
DISCIPLINA PENITENCIARIA
OBJETIVO ESPECÍFICO.
Que el alumno conozca las sanciones que existen en el sistema penitenciario;
para que valore su aplicación apegado a los principios legales que las rigen.
4.1
Objetivos de la disciplina penitenciaria.
En el ámbito del Derecho penitenciario, en su concepción vigente durante la
primera mitad del siglo XX, Francesco Carnelutti (1950: 243) entendió la disciplina
como "el conjunto de los poderes atribuidos a los oficiales del proceso ejecutivo a
fin de obtener la sujeción del recluso a las normas del reglamento y a las órdenes
del personal". De esta definición se deduce que el distinguido procesalista
entendió la disciplina como una función de simple autoridad.
A diferencia de lo anterior y, con motivo de que el Derecho penitenciario
evolucionó a partir de la segunda mitad del siglo XX, encontramos que Roberto
Reynoso Dávila (1996: 158) en relación con la disciplina, nos dice:
Su misión es facilitar el cumplimiento de las finalidades de corrección y enmienda
asignadas a la pena y, en consecuencia, se han de hacer compatibles el respeto a
la personalidad del recluso y la consideración de las circunstancias de cada caso
concreto con el mantenimiento firme del orden, a fin de que queden debidamente
asegurados la custodia de los recluidos y el desarrollo de la vida normal de los
establecimientos.
Por otra parte, a la pregunta de ¿cómo debe ser el orden y la disciplina en los
establecimientos penitenciarios?, la regla número 27 de las Reglas Mínimas para
el Tratamiento de los Reclusos de las Naciones Unidas, adoptadas por el Primer
Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente, responde que se mantendrán con firmeza, sin imponer más
restricciones de las necesarias para mantener la seguridad y la buena
organización de la vida en común.
Si se quisiera encontrar una explicación a la diversa interrogante de ¿por qué el
orden y la disciplina en los establecimientos penitenciarios debe mantenerse con
firmeza?, debe citarse nuevamente a Carnelutti, quien considera:
Siendo el recluso por definición un rebelde a las reglas de la convivencia social y,
por otra parte, siendo muy grave en el ambiente de la reclusión el peligro de
contagio que todo acto de desorden lleva consigo, la disciplina, en tal sentido,
debe ser particularmente severa.
Por ello, al referirse a la obediencia como uno de los principios que deben orientar
el régimen de la expiación, destaca como una verdad manifiesta que como "el
delito es un hecho de desobediencia, el condenado debe ser educado para
obedecer" (Carnelutti)
Por todo lo anterior, podemos decir que la disciplina es el conjunto de facultades
conferidas a las autoridades penitenciarias, para alcanzar la sujeción del recluso a
las disposiciones legales y reglamentarias, así como a las órdenes del personal,
con el objeto o propósito de mantener con firmeza el orden en los centros
penitenciarios, así como garantizar la protección de la integridad física y la
rehabilitación del delincuente.
La Autoridad Penitenciaria estará obligada a hacer saber a las personas privadas
de la libertad, al momento de su ingreso y por escrito, las normas disciplinarias,
asegurándose en todo momento que éstas se encuentren disponibles para su
consulta. En el caso de personas con alguna discapacidad, la Autoridad
Penitenciaria deberá proveer los medios necesarios para su comprensión. De
necesitar un traductor o intérprete, la Autoridad Penitenciaria deberá
proporcionarlo. Desde el momento de su ingreso, la persona privada de su
libertad, procesada o por sentencia, estará obligada a cumplir con las normas de
conducta que rijan en el Centro Penitenciario así como las disposiciones que
regulen la convivencia interior.
4.2 El procedimiento disciplinario.
El procedimiento disciplinario se encuentra previsto en el primer párrafo del
artículo 13 de la Ley de normas mínimas y desarrollado por los numerales 123,
127 y 128 de su reglamento. Se trata de un procedimiento sumario en el que la
autoridad debe comprobar la falta y la responsabilidad del interno, quien, en mi
opinión, goza de la presunción de inocencia, pues, como señala Raúl Plascencia
Villanueva (2006: 67 y 83), la presunción de inocencia supone un reconocimiento
de un derecho humano que debe trasladarse a cualquier procedimiento
sancionador, no únicamente en el ámbito del proceso penal.
Siguiendo con el análisis del procedimiento disciplinario, el director del centro debe
ordenar al presunto infractor que comparezca ante el Consejo Técnico
Interdisciplinario para que lo escuche en su defensa. Debe destacarse que si bien
es cierto que el reglamento no contempla la posibilidad de que el interno se
defienda por medio de abogado o por persona de su confianza, ni que puedan
ofrecerse pruebas para su defensa, también es verídico que tampoco lo prohíbe.
De lo contrario, el afectado podrá alegar válidamente que no tuvo derecho a un
procedimiento justo.
La comparecencia del interno ante el consejo deberá hacerse constar por escrito
en original y copia, para agregarse al expediente formado con motivo del
procedimiento y entregarse al presunto infractor, respectivamente.
Después de escuchados los argumentos de defensa, el director del reclusorio, con
base en la opinión que emita el Consejo Técnico Interdisciplinario, dictará la
resolución que ponga fin al procedimiento sancionador y que deberá contener, en
forma sucinta, la falta que se imputa al interno, las manifestaciones de defensa y
la corrección disciplinaria que en su caso sea impuesta.
Por su parte, el interno, por sí o a través de sus familiares, defensores o la
persona que él designe, podrá inconformarse verbalmente o por escrito en contra
de la corrección disciplinaria que le sea impuesta, ante el Consejo Técnico
Interdisciplinario o ante la Dirección General de Prevención y Readaptación Social,
quienes deberán resolver lo que proceda en un término que no exceda de
cuarenta y ocho horas, comunicando la resolución respectiva para su ejecución al
director del Centro Federal de Readaptación Social y al sancionado, agregándose
una copia al expediente del interno.
4.3
De los estímulos
Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos
disponen que en cada establecimiento penitenciario se instituirá un sistema de
privilegios adaptado a los diferentes grupos de reclusos y a los diferentes métodos
de tratamiento, con el propósito de alentar la buena conducta, desarrollar el
sentido de responsabilidad y promover el interés y la cooperación de los reclusos
en lo que a su tratamiento se refiere (regla número 70).
En México, la Ley de normas mínimas dispone en su artículo 13 que en el
reglamento interior del reclusorio se harán constar, en forma clara y terminante,
entre otras cuestiones, los hechos meritorios; sin embargo, el reglamento dista
mucho de cumplir con el mandato impuesto por el legislador, ya que es ambiguo
en ese aspecto y no contiene un catálogo de premios o estímulos. Considero que
permitir a los reclusos que vean la televisión, escuchar la radio, comprar refrigerios
o productos diversos para su consumo fuera de los horarios de alimentación
establecidos, etcétera, constituyen estímulos disciplinarios.
Roberto Reynoso Dávila (1996: 158) considera que es preciso estimular a los
reclusos al cumplimiento de las disposiciones reglamentarias a través de un
adecuado sistema de premios y recompensas, siempre que sus actos denoten
buena conducta, laboriosidad, propósito de enmendar el daño causado y,
en general, observancia sincera al tratamiento penitenciario; por lo que propone
las recompensas siguientes:
1) reducción extraordinaria de la condena;
2) concesiones extraordinarias de comunicaciones orales o escritas;
3) exención de servicios no retribuidos;
4) premios en dinero; y
5) desempeños de destino, así como cargos auxiliares y de confianza.
En relación a lo que señala el reglamento interno de los centros de readaptación
social del estado, menciona lo siguiente:
ARTICULO 87.- La concesión de incentivos y recompensas a internos, quedará
sujeta al criterio del Director del establecimiento, tanto en los casos que el
considere, como en la forma en que deberán ser otorgados.
4.4 Motivos de actos de indisciplina.
De acuerdo al REGLAMENTO DE LOS CENTROS DE READAPTACION SOCIAL
EN EL ESTADO DE GUERRERO, en su artículo señala lo siguiente:
ARTÍCULO 80.- Las correcciones disciplinarias serán aplicables a los internos que
incurran en las siguientes infracciones:
I.- Intentar en vías de hecho evadirse o conspirar para ello;
II.- Poner en peligro la seguridad de la Institución, la de sus compañeros y la
propia;
III.- Desacatar e interferir las disposiciones del servicio de seguridad y custodia;
IV.- Dañar las instalaciones y equipo dándoles mal uso y trato;
V.- Permanecer o Circular en lugares, sin contar con la autorización para hacerlo;
VI:- Faltar al respeto a las autoridades mediante injurias o expresiones que
denoten insubordinación o indisciplina;
VII.- Alterar el orden en los dormitorios, talleres, comedores y demás áreas de uso
común.
VIII.- Sustraer u ocultar los objetos propiedad o uso de los compañeros de
reclusión;
IX.- Causar alguna molestia, expresar palabras soeces o injurias a los familiares y
visitantes de los internos, o en presencia de menores que visiten la Institución.
X.- Proferir palabras soeces u ofensivas en contra de sus compañeros;
XI.- Apostar dinero;
XII.- Faltar a las disposiciones de higiene y aseo que se establezcan en el Centro;
XIII.- Entregar u ofrecer dinero o cualquier dádiva al personal de la Institución;
XIV.- Acudir impuntualmente o abandonar las actividades y labores a las que
deban concurrir;
XV.- Incurrir en actos o conductas contrarias a la moral o a las buenas
costumbres;
XVI.- Infringir otras disposiciones del presente reglamento.
Cuando la gravedad de la infracción ponga en peligro la seguridad del
establecimiento, el Director del centro levantará el acta informativa
correspondiente y la turnará al Ministerio Público para los efectos a que hubiere
lugar.
A diferencia la LEY NACIONAL DE EJECUCIÓN DE PENAL señala las faltas
graves en el siguiente artículo.
Artículo 39. Determinación de Faltas Disciplinarias.
La determinación de las faltas disciplinarias estará a cargo del Comité Técnico.
Para la determinación de las faltas, las normas disciplinarias deberán apegarse
estrictamente a los principios de necesidad, proporcionalidad y razonabilidad, así
como a la culpabilidad y respeto a los derechos humanos, por lo que sólo podrán
establecerse sanciones para las conductas que afecten bienes jurídicamente
tutelados o que no impliquen el ejercicio de un derecho, y cuya autoría sea
plenamente identificada, evitando así la imposición de medidas disciplinarias de
carácter general.
Artículo 40. Faltas disciplinarias graves Las sanciones que establezcan las
normas disciplinarias serán proporcionales al daño que ocasione la infracción.
Sólo se podrán considerar como faltas disciplinarias graves:
I. La participación activa en disturbios;
II. Evadirse, intentar evadirse y/o favorecer la evasión de personas privadas de la
libertad; sin perjuicio de la responsabilidad penal;
III. Los actos que impliquen la comisión de un delito en agravio del personal del
Centro Penitenciario o de las personas privadas de la libertad;
IV. La posesión de instrumentos punzo cortantes, armas o cualquier otro objeto
que ponga en riesgo la seguridad del Centro Penitenciario y/o la vida de otra
persona;
V. La posesión o el consumo de sustancias psicotrópicas, estupefacientes o
bebidas alcohólicas;
VI. Los actos dolosos que causen daño o destrucción de las instalaciones del
Centro Penitenciario;
VII. Las conductas que afecten a la integridad física y moral de las visitas de las
personas privadas de la libertad;
VIII. Comercialización y tráfico de objetos prohibidos al interior del penal;
IX. Uso de aparatos de telecomunicación prohibidos;
X. Las conductas dolosas que afecten el funcionamiento de los servicios o la
provisión de suministros en el Centro Penitenciario;
XI. Las acciones que tengan por objeto controlar algún espacio o servicio dentro
del Centro Penitenciario, ejercer alguna función exclusiva de la autoridad o
propiciar la subordinación entre personas privadas de la libertad, y
XII. Evadirse o incumplir con las medidas de vigilancia, supervisión o monitoreo
establecidas durante el goce de un permiso extraordinario por razones
humanitarias.
Si alguna de las conductas previstas en el presente artículo llegase a constituir
delito, tales hechos se harán del conocimiento del Ministerio Público para los
efectos legales conducentes.
4.5 Sanciones disciplinarias en el Reglamento de los Centros de
Readaptación Social del Estado.
REGLAMENTO DE LOS CENTROS DE READAPTACION SOCIAL EN EL
ESTADO DE GUERRERO
ARTÍCULO 81.- Las correcciones disciplinarias aplicables a los internos infractores
serán:
I.- Amonestación en privado o en público;
II.- Suspensión parcial o total de los incentivos o estímulos;
III.- Privación o suspensión de la autorización para asistir o participar en
actividades recreativas o deportivas;
IV.- Traslado a otro dormitorio o Centro de Readaptación Social dentro o fuera de
la Entidad;
V.- Suspensión de visitas, salvo la de sus defensores;
VI.- Aislamiento temporal sujeto a la vigilancia médica.
ARTÍCULO 82.- Las correcciones disciplinarias a que se refiere el artículo anterior,
solo podrán ser aplicadas por el Director del Centro. Previo dictamen del H.
Consejo Interno Técnico Interdisciplinario.
ARTICULO 83.- Al tener conocimiento el directivo que se encuentra en funciones
en el establecimiento, de una infracción atribuida a un interno, ordenará que
comparezca el presunto infractor, escuchará a éste y resolverá lo conducente.
Lo anterior se asentará por escrito, cuyo original se agregará al expediente y una
copia se entregará al interno. En la resolución se hará constar en forma sucinta la
falta cometida, la manifestación que en su defensa haya hecho el infractor y, en su
caso, la corrección disciplinaria impuesta.
ARTÍCULO 84.- Los internos no podrán ser sancionados sin que previamente se
les haya informado de la infracción que se les atribuya, y se les haya escuchado
en su defensa.
ARTÍCULO 85.- Dentro de los tres días siguientes a la notificación, el interno, sus
familiares, defensores o la persona que él designe, podrán inconformarse
verbalmente o por escrito respecto de la corrección disciplinaria impuesta, ante la
Dirección General de Readaptación Social.
Esta emitirá su fallo al Centro de Readaptación correspondiente en un término de
48 horas después de recibida la queja.
4.6 De los castigos corporales.
En relación a los castigos o sanciones la LEY NACIONAL DE EJECUCIÓN
PENAL señala lo siguiente.
Artículo 42. Restricciones a las medidas disciplinarias Queda prohibido imponer
medidas disciplinarias que impliquen tortura y tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, el encierro en celda oscura o sin ventilación y el aislamiento
indefinido o por más de quince días continuos. Durante el aislamiento, la Autoridad
Penitenciaria estará obligada a garantizar un mínimo de contacto humano
apreciable por lo menos cada veintidós horas durante el tiempo que dure la
medida.
Artículo 43. Restricciones al Aislamiento El aislamiento temporal no será motivo de
restricción o impedimento para la comunicación con el defensor en los términos de
esta Ley
Como se vio en el apartado anterior, el orden y la disciplina en los centros de
reclusión deben mantenerse con firmeza; sin embargo, los penados gozan de
diversos derechos fundamentales que deben ser respetados por las autoridades y
demás personal que labora en los centros penitenciarios. La primera de tales
garantías consiste en que el interno no debe ser sometido a torturas, ni a penas o
tratos crueles, inhumanos o degradantes.
La tortura, según Sonia Rojas Castro (citada por Martín, Rodríguez-Pinzón y
Guevara, 2006: 319 y 320), afrenta los principios o valores de la dignidad humana,
el de presunción de inocencia y el de igualdad, puesto que lesiona de manera
grave a la persona, trata de reducirla, quebrantarla, de vencer su resistencia;
castiga al sospechoso por la falta que se le atribuye; e impone a la víctima tratos
crueles, físicos o mentales, negándole el trato justo y humanitario a que toda
persona tiene derecho.
La prohibición de ejecutar tales actos se contiene en el artículo 5º de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 10 de diciembre
de 1948, que establece lo siguiente: "Nadie será sometido a torturas ni a penas o
tratos crueles, inhumanos o degradantes". 7 Antonio Truyol y Serra (2000: 113)
nos dice que en aquella oportunidad, la ONU tenía 58 miembros y que la
mencionada Declaración se aprobó por 48 votos a favor, ninguno en contra, 8
abstenciones (Unión Sudafricana, Arabia Saudí, Bielorrusia, Checoslovaquia,
Polonia, Ucrania, Unión Soviética y Yugoslavia) y 2 ausencias.
Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 8 en sus
artículos 7 y 10, puntos números 1 y 3, establece, en lo que aquí interesa,
respectivamente, lo siguiente:
Artículo 7 Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes
(...)
Artículo 10
1. Toda persona privada de libertad será tratada humanamente y con el respeto
debido a la dignidad inherente al ser humano.
(...)
3. El régimen penitenciario consistirá en un tratamiento cuya finalidad esencial
será la reforma y la readaptación social de los penados (...) (en Carbonell,
Moguel y Pérez, 2003: I, 50 y 52).
Era de esperarse que tarde o temprano alguno de los Estados Partes del Pacto
aludido llevara ante el Comité de Derechos Civiles y Políticos un asunto en el
que se cuestionara si era necesario o no elaborar un catálogo de los actos
prohibidos por el artículo 7. En respuesta a ello, en el 44º período de sesiones
correspondiente al año de 1992, el Comité emitió la Observación general
número 20, en cuyos puntos 4 y 5 estableció, respectivamente, que no era
necesario elaborar dicho inventario, ni establecer distinciones concretas entre
las diferentes formas de castigo o de trato, por lo que las diferencias dependen
de la índole, el propósito y la severidad del trato aplicado, y que la prohibición
enunciada en el artículo 7 se refiere no sólo a los actos que causan a la víctima
dolor físico, sino también a los que producen sufrimiento moral (Carbonell,
Moguel y Pérez, 2003: I, 429).
A su vez, la Convención contra la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o
Degradantes 9 estableció una definición del término "tortura":
todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o
sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o
de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya
cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa
persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de
discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un
funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a
instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán
torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de
sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas (Carbonell,
Moguel y Pérez, 2003: I, 161 y 162).
Como puede observarse, para la Convención, la tortura puede perseguir
cualquier propósito. En cambio, la Ley Federal para Prevenir y Sancionar la
Tortura establece en su artículo 3º que para que una acción pueda ser
considerada como tortura, se requiere que el servidor público, en ejercicio de
sus funciones, inflija a una persona dolores o sufrimientos graves, sean físicos
o psíquicos, con el propósito de conseguir "información o una confesión", o
castigar a la persona "por un acto que haya cometido o se sospeche ha
cometido, o coaccionarla para que realice o deje de realizar una conducta
determinada".
La Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de
Costa Rica), 10 establece en su artículo 5, puntos números 1 y 2,
respectivamente lo siguiente:
Artículo 5. Derecho a la Integridad Personal
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y
moral
2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto
debido a la dignidad inherente al ser humano.
(Carbonell, Moguel y Pérez, 2003: I, 253).
Lo expuesto anteriormente me permite establecer que las autoridades
penitenciarias deben abstenerse de torturar o inferir tratos crueles o inhumanos
en perjuicio de los penados, aun para mantener o restaurar el orden y la
disciplina en los centros federales de Readaptación Social. Sin embargo, en la
práctica resulta difícil determinar cuándo se está ante la presencia de esa clase
de tratos. Por ejemplo, el Tribunal Constitucional Español, en la sentencia de
28 de febrero de 1994, estableció que en el ámbito penitenciario, para apreciar
la existencia de tratos inhumanos o degradantes, es necesario que éstos
acarreen sufrimientos de especial intensidad o provoquen humillación o
sensación de envilecimiento que alcance un nivel determinado, distinto y
superior al que suele llevar aparejada una condena, por lo que no se incurrió
en tales conductas cuando a un preso se le obligó a desnudarse y a realizar
una serie sucesiva de flexiones, sin ninguna pieza de ropa, pues la
orden recibida no entrañaba que hubiera de producirse contacto corporal
alguno del sujeto pasivo con tercera persona y sin que, por otro lado, la queja
señale la duración o número de flexiones que el penado debía llevar a cabo
para poder inferir, por su prolongación, que éstas ocasionaran un sufrimiento
de especial intensidad. Esta decisión no es compartida por Mario Conde (2006:
20 y 21), quien pone sobre la mesa de la discusión las preguntas siguientes
¿cuántas flexiones desnudo son necesarias para que el trato sea inhumano o
vejatorio?, ¿cuatro, seis, doce...?
Pues bien, en México no estamos exentos de esa clase de prácticas, y debe
tenerse en cuenta que como el 18 de diciembre de 1980, el Senado de la
República aprobó el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 11en
teoría las autoridades de los reclusorios se encuentran obligadas a:
1) no someter a persona alguna a torturas ni a penas o tratos crueles,
inhumanos o degradantes;
2) tratar humanamente a toda persona privada de libertad y con el respeto
debido a la dignidad inherente al ser humano; y
3) expedir las disposiciones legales que permitan que el régimen penitenciario
consista en un tratamiento, cuya finalidad esencial sea la reforma y la
readaptación social de los penados.
4.7 Garantía de exacta aplicación de la ley.
Tal comentado en el inciso que antecede, resulta analizar, con relación
a la garantía de exacta aplicación de la ley, si las conductas
constitutivas de infracciones y las sanciones disciplinarias pueden
encontrarse previstas en un reglamento o necesariamente deben
establecerse en una ley. Para encontrar las respuestas a tales
interrogantes
debe
recordarse
que
el párrafo
tercero del
artículo 14 constitucional consagra la garantía de la exacta aplicación
de la ley en materia penal, al disponer que en "los juicios del orden
criminal queda prohibido imponer, por simple analogía y aun por
mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una
ley exactamente aplicable al delito de que se trate".
Para Emma Mendoza Bremauntz (2005: 261), en el reglamento
reiteradamente se refiere a instructivos y manuales en los que se
establecerán la aplicación y determinación de correctivos e
infracciones; empero, considera que tales circunstancias deberían
estar previstas en leyes y reglamentos, no en simples instructivos de
carácter administrativo que pueden modificarse como mejor convenga
a la autoridad ejecutora, lo que ocasiona inseguridad jurídica y una
discrecionalidad que se presta para cometer abusos en contra de los
internos y de sus familiares.
Por su parte, Raúl Carrancá y Rivas (2005: 523) destaca que como
garantía del penado y en respeto a su dignidad humana, la Ley de
normas mínimas dispone que en el reglamento interior del reclusorio
se tipificarán las infracciones, las correcciones disciplinarias, los
hechos meritorios y las medidas de estímulo.
Considero que no existe razón, al menos aparente, para que, el
principio nullum crimen, nulla poena sine lege, consagrado en el
artículo 14 del Código Político Supremo de la Nación, también rija
tratándose de las infracciones y correcciones disciplinarias. En efecto,
si el legislador delegó en el ejecutivo la función de tipificar las
infracciones, esto es, la descripción de las conductas de las que
dependan las sanciones, así como los castigos respectivos, es claro
que se viola la garantía de exacta aplicación de la ley.
4.8 los derechos y obligaciones de los internos.
Derechos y Obligaciones de las personas.
Artículo 9. Derechos de las personas privadas de su libertad en un Centro
Penitenciario Las personas privadas de su libertad en un Centro Penitenciario,
durante la ejecución de la prisión preventiva o las sanciones penales impuestas,
gozarán de todos los derechos previstos por la Constitución y los Tratados
Internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, siempre y cuando estos
no hubieren sido restringidos por la resolución o la sentencia, o su ejercicio fuese
incompatible con el objeto de éstas. Para los efectos del párrafo anterior, se
garantizarán, de manera enunciativa y no limitativa, los siguientes derechos:
I. Recibir un trato digno del personal penitenciario sin diferencias fundadas en
prejuicios por razón de género, origen étnico o nacional, sexo, edad,
discapacidades, condición social, posición económica, condiciones de salud,
religión, opiniones, preferencias sexuales o identidad de género, estado civil o
cualquier otra que atente contra la dignidad humana;
II. Recibir asistencia médica preventiva y de tratamiento para el cuidado de la
salud, atendiendo a las necesidades propias de su edad y sexo en por lo menos
unidades médicas que brinden asistencia médica de primer nivel, en términos de
la Ley General de Salud, en el Centro Penitenciario, y en caso de que sea
insuficiente la atención brindada dentro de reclusión, o se necesite asistencia
médica avanzada, se podrá solicitar el ingreso de atención especializada al Centro
Penitenciario o que la persona sea remitida a un Centro de Salud Público en los
términos que establezca la ley;
III. Recibir alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, adecuada para la
protección de su salud;
IV. Permanecer en estancias designadas conforme a la ubicación establecida en
el artículo 5 de esta Ley;
V. Ser informado de sus derechos y deberes, desde el momento en que sea
internada en el Centro, de manera que se garantice el entendimiento acerca de su
situación. La información deberá ser proporcionada conforme al artículo 38 de esta
Ley y a las demás disposiciones aplicables;
VI. Recibir un suministro suficiente, salubre, aceptable y permanente de agua para
su consumo y cuidado personal;
VII. Recibir un suministro de artículos de aseo diario necesarios;
VIII. Acceder al régimen de visitas en términos del artículo 59 de esta Ley;
IX. Efectuar peticiones o quejas por escrito, y en casos urgentes, por cualquier
medio a las instancias correspondientes;
X. Toda persona privada de la libertad tiene derecho a que se garantice su
integridad moral, física, sexual y psicológica;
XI. A participar en la integración de su plan de actividades, el cual deberá atender
a las características particulares de la persona privada de la libertad, en el marco
de las condiciones de operación del Centro Penitenciario;
XII. Los demás previstos en la Constitución, Tratados y las demás disposiciones
legales aplicables. Toda limitación de derechos sólo podrá imponerse cuando
tenga como objetivo garantizar condiciones de internamiento dignas y seguras, en
su caso, la limitación se regirá por los principios de necesidad, proporcionalidad e
idoneidad.
Artículo 10. Derechos de las mujeres privadas de su libertad en un Centro
Penitenciario Además de los derechos establecidos en el artículo anterior, las
mujeres privadas de la libertad tendrán derecho a:
I. La maternidad y la lactancia;
II. Recibir trato directo de personal penitenciario de sexo femenino,
específicamente en las áreas de custodia y registro. Tratándose de la atención
médica podrá solicitar que la examine personal médico de sexo femenino, se
accederá a esa petición en la medida de lo posible, excepto en las situaciones que
requieran intervención médica urgente. Si pese a lo solicitado, la atención médica
es realizada por personal médico de sexo masculino, deberá estar presente un
miembro del personal del Centro Penitenciario de sexo femenino;
III. Contar con las instalaciones adecuadas y los artículos necesarios para una
estancia digna y segura, siendo prioritarios los artículos para satisfacer las
necesidades de higiene propias de su género;
IV. Recibir a su ingreso al Centro Penitenciario, la valoración médica que deberá
comprender un examen exhaustivo a fin de determinar sus necesidades básicas y
específicas de atención de salud;
V. Recibir la atención médica, la cual deberá brindarse en hospitales o lugares
específicos establecidos en el Centro Penitenciario para tal efecto, en los términos
establecidos en la presente Ley;
VI. Conservar la guardia y custodia de su hija o hijo menor de tres años a fin de
que pueda permanecer con la madre en el Centro Penitenciario, de conformidad a
las disposiciones aplicables;
VII. Recibir la alimentación adecuada y saludable para sus hijas e hijos, acorde
con su edad y sus necesidades de salud con la finalidad de contribuir a su
desarrollo físico y mental, en caso de que permanezcan con sus madres en el
Centro Penitenciario;
VIII. Recibir educación inicial para sus hijas e hijos, vestimenta acorde a su edad y
etapa de desarrollo, y atención pediátrica cuando sea necesario en caso de que
permanezcan con sus madres en el Centro Penitenciario, en términos de la
legislación aplicable;
IX. Acceder, a los medios necesarios que les permitan a las mujeres con hijas e
hijos a su cargo adoptar disposiciones respecto a su cuidado. Para el caso de las
mujeres que deseen conservar la custodia de la hija o el hijo menor de tres años,
durante su estancia en el Centro Penitenciario y no hubiera familiar que pudiera
hacerse responsable en la familia de origen, la Autoridad Penitenciaria establecerá
los criterios para garantizar el ingreso de la niña o el niño. Se notificará a la
Procuraduría Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes o a sus
equivalentes en las entidades federativas;
X. Contar con las instalaciones adecuadas para que sus hijas e hijos reciban la
atención médica, de conformidad con el interés superior de la niñez, atendiendo a
su edad, condiciones y a sus necesidades de salud específicas, y
XI. Los demás previstos en las disposiciones legales aplicables. La Autoridad
Penitenciaria coadyuvará con las autoridades corresponsables,
En el ámbito de su competencia, para proporcionar las condiciones de vida que
garanticen el sano desarrollo de niñas y niños.
Para los efectos de las fracciones I y IV de este artículo, las mujeres en reclusión
podrán conservar la custodia de sus hijas e hijos en el interior de los Centros
Penitenciarios. La Autoridad Penitenciaria, atendiendo el interés superior de la
niñez, deberá emitir el dictamen correspondiente.
Si la hija o el hijo tuvieran una discapacidad, se podrá solicitar a la Autoridad
Penitenciaria la ampliación del plazo de estancia al cuidado de la madre. En todo
caso, se resolverá ponderando el interés superior de la niñez.
En el supuesto de que la madre no deseara conservar la custodia de sus hijas e
hijos, estos serán entregados a la institución de asistencia social competente, en
un término no mayor a veinticuatro horas, en donde se harán los trámites
correspondientes, de acuerdo con la legislación aplicable.
La Autoridad Penitenciaria deberá garantizar que en los Centros Penitenciarios
para mujeres haya espacios adecuados para el desarrollo integral de las hijas o
hijos de las mujeres privadas de su libertad, o en su defecto, para el esparcimiento
del niño o niña en las visitas a su madre.
En el supuesto en el que las Autoridades determinen el traslado de una mujer
embarazada o cuyas hijas o hijos vivan en el Centro Penitenciario con ella, se
garantizará en todo momento el interés superior de la niñez.
Las disposiciones aplicables preverán un régimen específico de visitas para las
personas menores de edad que no superen los diez años y no convivan con la
madre en el Centro Penitenciario. Estas visitas se realizarán sin restricciones de
ningún tipo en cuanto a frecuencia e intimidad, y su duración y horario se ajustarán
a la organización interna de los Centros.
Artículo 11. Obligaciones de las personas privadas de su libertad en un Centro
Penitenciario.
Las personas privadas de su libertad tendrán las siguientes obligaciones:
I. Conocer y acatar la normatividad vigente al interior de los Centros
Penitenciarios; II. Acatar de manera inmediata el régimen de disciplina, así como
las medidas de seguridad que, en su caso, imponga la Autoridad Penitenciaria, en
los términos de esta Ley;
III. Respetar los derechos de sus compañeros de internamiento, así como de las
personas que laboren o asistan al Centro Penitenciario;
IV. Conservar el orden y aseo de su estancia, de las áreas donde desarrollan sus
actividades, así como de las instalaciones de los Centros Penitenciarios;
V. Dar buen uso y cuidado adecuado al vestuario, equipo, mobiliario y demás
objetos asignados;
VI. Conservar en buen estado las Instalaciones de los Centros Penitenciarios;
VII. Cumplir con los rubros que integren su Plan de Actividades;
VIII. Cumplir con los programas de salud y acudir a las revisiones médicas y de
salud mental periódicas correspondientes, y
IX. Las demás previstas en las disposiciones legales aplicables.
UNIDAD
V
ANÁLISIS Y CRÍTICA A LA PENA DE PRISIÓN
Que el alumno analice la existencia actual de la pena de prisión; conociendo
además sus principales defectos, que le permite tener una concepción amplia de
sus existencia y de sus fines.
5.1
Crisis de la prisión.
El sistema penitenciario nacional está en crisis, muchas de las prisiones del país
no garantizan los más mínimos derechos para las personas privadas de su libertad
y conforme a los estándares internacionales su evaluación está en números rojos.
Así lo documentó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en su
Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2017, que se presentó este
miércoles.
Ruth Villanueva Castilleja, tercera visitadora general de la CNDH, subrayó que
pese a los avances de años recientes, "nadie en su sano juicio puede pensar que
tenemos un buen sistema penitenciario, no lo hay y eso se tiene que decir".
Lamentó en ese sentido que ninguno de los cinco aspirantes a la Presidencia de la
República se haya referido a fondo a este tema.
El estudio incluyó un análisis de 198 de las 378 cárceles varoniles, femeniles y
mixtas del país: 131 estatales en las que están internas 161 mil 855 personas, 20
centros federales donde hay 21 mil 906 presos, tres prisiones militares en las que
hay 539 personas privadas de la libertad, 44 municipales con 2 mil 529 internos y
17 establecimientos femeniles con 9 mil 705 presas.
La calificación en promedio nacional para los centros penitenciarios es de 6.3,
pero son las cárceles municipales las peor evaluadas. De acuerdo con la
funcionaria de la CNDH actualmente estos centros locales alcanzaron una
calificación de 3.99, apenas arriba de la obtenida el año pasado que fue de 3.90.
Las estatales pasaron de 6.27 puntos en 2016 a 6.30 en 2017, los centros
federales de 7.21 a 7.33 y los militares de 7.95 a 8.13. Los centros femeniles
obtuvieron una calificación de 7.26 puntos, mientras los mixtos apenas de 5.98. En
ese sentido, Villanueva Castilleja urgió en la necesidad de que haya al menos una
cárcel para mujeres por cada entidad federativa, pues apenas existen 17 en el
país.
Las deficiencias detectadas en los centros estatales, abundó, es que no hay
separación entre la población en proceso y la sentenciada, insuficiencia de
personal de seguridad y custodia, deficientes condiciones materiales, sobre
población y hacinamiento, mala higiene en instalaciones, falta de actividades
laborales y capacitación para el trabajo; además de el grave problema de
autogobierno o co gobierno, falta de atención y prevención de incidentes violentos.
En las cárceles federales la CNDH documentó que no se dan situaciones de
autogobierno ni sobrepoblación o hacinamiento, pero se afecta el contacto de los
reclusos con el exterior. Además, en 16 hay personal insuficiente, 14 careen de
actividades laborales y de capacitación y deficiencias en la atención a la salud de
la población penitenciaria, en 13 se detectó insuficiencia para la prevención de
adicciones y desintoxicación, en ocho no hay separación entre procesados y
sentenciados.
En las prisiones municipales se detectó inexistencia o insuficiencia de
instalaciones necesarias para el funcionamiento de los centros; falta de
actividades educativas, deportivas, laborales y de capacitación para el trabajo; no
hay separación entre procesados y sentenciados; falta de reglamentos y
manuales; deficiencias en las condiciones materiales y de higiene de las
instalaciones, entre otras.
En cuanto a las prisiones militares recurrente fue la falta de actividades laborales y
de capacitación para el trabajo.
La tercera visitadora de la CNDH señaló que las cárceles de tres estados: Nayarit,
Guerrero y Tamaulipas son las peor calificadas a escala nacional.
5.2
Fracaso de la prisión.
La prisión es considerada uno de los eslabones más vulnerables del sistema penal
de acuerdo con Raúl Zafforoni, por sistema penal debe de entenderse el control
social punitivo institucionalizado que, en la práctica ve desde que se detecta una
sospecha de delito hasta que se impone y ejecuta una sanción.
Sobre las cárceles conviene mejorarlas e informar de los problemas que presentan
como:
1.- no hay clasificación de criminales de baja, media mediana o alta peligrosidad,
por lo que los primodelincuentes pueden con el tiempo llegar a la tercera
categoría.
2.- la sobrepoblación disminuye las posibilidades de una buena convivencia e
higiene, además de que favorece la agresividad y mucho otros problemas, como la
violación a entre presos.
3.- la corrupción imperante entre custodios que venden privilegios y hasta
distribuyen droga.
Las evaluaciones de las prisiones tienen varios fines. Uno es ver si cumplen con
sus funciones u objetivos, y otro es revisar si la vida interna es digna y respeta los
derechos humanos. El objetivo de las instituciones penitenciarias es (como su
nombre lo dice) readaptar a los delincuentes a la sociedad. Es decir, el delito es
una forma de romper con el pacto social, y por ello al autor del mismo se le retira
de la sociedad para corregirlo y regrese integrado a la misma. Hacer esto significa
librar a la sociedad de delincuentes. Si no logra este objetivo, entonces la
institución penitenciaria le está inyectando delincuentes entrenados a la sociedad.
Y la medición que se hizo respecto a la dimensión de reinserción social de 2007 a
2014 se obtuvo el siguiente resultado: en 2007 había mil 400 reincidencias, y para
2014 subieron a 10 mil 900. Es decir, hubo un aumento de 634 por ciento en la
reincidencia documentada. Tal vez la reincidencia sin documentar sea aún mayor.
Si las prisiones no respetan la dignidad de los presos, y no les ofrece la posibilidad
de habilitarse para el trabajo o el estudio, entonces menos cumplirá con su
objetivo último. Las condiciones adecuadas de reclusión son factores que ayudan
al logro de su objetivo, aun así, son condiciones necesarias pero no suficientes
para reintegrar los presos a la sociedad.
Lo que observamos es que el modelo penitenciario que tenemos no da para el
objetivo que se marca. Ante esto, se convierte en finalidad retórica. Proponerse la
reinserción o la llamada ‘prevención terciaria’ en centros dominados por los grupos
del crimen organizado que justo ahí reclutan militantes, resulta una quimera.
Se debe cambiar todo el modelo. Todo. Una de las condiciones para reintegrar a
los presos, es que antes éstos corten las antiguas relaciones, para que se puedan
plantear nuevas expectativas para su vida. Pero si llegan a la prisión y continúan
en los mismos grupos de pertenencia, eso nunca será realidad. Serán parte de un
ecosistema insular de la delincuencia. ¿Por qué no pensar en una modelo que
permita, antes que nada, romper con esos lazos? Y así como se pasó de la prisión
tipo calabozo que castigaba el cuerpo como venganza por haber violado el orden
del Rey en la edad media, al panóptico de la modernidad que normaliza el alma;
ahora debemos pensar en dar otro salto: a la reestructuración de la identidad de
cada infractor. Y para eso, después de romper con los lazos anteriores, deberán
darle las condiciones para que se enfrente a decisiones vitales que lo lleven a
nuevas expectativas. Por lo mismo las arquitecturas cerradas y encerradas ya no
sirven para eso. Ni la vigilancia panóptica, ni la concentración de todos los reos en
un solo lugar. Es mejor concebir ecosistemas abiertos y dispersos. Si no se
empieza a pensar e implementar otros modelos, las prisiones seguirán regresando
delincuentes a la sociedad.
1. Marco del Pont, Luis. Derecho Penitenciario. México, Editorial Cárdenas Editor y
Distribuidor, 1998.
2.
Ley que establece las Normas Mínimas sobre Readaptación Social de
Sentenciados.
3. Ley de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad del Estado de Guerrero.
4. Reglamento de los Centros Federales de Readaptación Social.
5. Reglamento de los Centros de Readaptación Social en el Estado de Guerrero
1. Foucault, Michel. Vigilar y castigar, nacimiento de la prisión. México, Ed. Siglo veintiuno editores,
2003.
2. Mendoza Bremauntz, Emma. Derecho penitenciario. México, Ed. Mc Graw Hill, 1998.
3. Marco del Pont, Luis. Derecho Penitenciario. México, Editorial Cárdenas Editor y Distribuidor,
1998.
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