ANTOLOGIA DE SISTEMAS PENITENCIARIO MEXICANO . SISTEMA PENITENCIARIO MEXICANO. Sistema.- Combinación de partes reunidas para obtener un resultado o formar un conjunto. Sistema penitenciario.- Organización creada por el Estado para la creación de sanciones penales. (Penas o medidas de seguridad) que importan privación o restricción a la libertad individual como condición sine qua non para su efectividad. Régimen penitenciario.- Es la el conjunto de condiciones e influencias que reúnen a una institución para procesar la obtención de la finalidad particular que se le asigne a la sanción penal con relación a una serie de delincuentes criminológicamente integrada de factores que determinan que se alcancen o no los fines específicos de la pena. Estos factores deben ser entre otros.1.- La arquitectura Penitenciaria, en concordancia con el tipo de pena, delincuente y tratamiento que se intenta ejecutar. 2.- Personal Idóneo.Pues todo el gasto y esfuerzo que implican el diseño y construcción de instituciones resulta totalmente inútil si no va acompañado de un sistema correcto de selección y capacitación del personal de prisiones. 3.- Un grupo criminológicamente integrado (biopsicologica y socialmente) de delincuentes.Ello implica una clasificación científica seria de estos, fundamentalmente derivada de un estudio criminológico integral de las esferas biológica, psicológica y social del delincuente que debe iniciarse desde el momento en que el presunto responsable toma contacto con las autoridades. 4.- Un nivel de vida humana aceptable en relación con el de la comunidad circundante.Este es un punto importante, no es factible pensar que se exijan instituciones carcelarias en las cuales se otorgue un nivel de vida ideal aceptable 1.2 LOS REGÍMENES CORRECCIONALES. Serán aquellos que buscan la corrección del individuo considerado como delincuente y sentenciado a sufrir una pena privativa de libertad, corrección que se ha de buscar utilizando cualquier medio de los usuales en el grupo social que se estudie y que pueden ser tan bárbaros como sea el grupo en observación. La idea del Régimen Correccional, si bien aparece claramente con las casas de corrección para delincuentes menores y antisociales en general, que son instituciones del Estado, tiene su origen en los establecimientos religiosos para sancionar pecadores, apóstatas y herejes, mediante el encierro y el aislamiento para permitir la reflexión moral y el arrepentimiento. Esta corrección se esperaba lograr “domando” a los presos, utilizando el látigo y todos los instrumentos necesarios para, mediante la barbarie de los castigos, hacerles temer el reincidir en sus conductas delictivas. Se considera al padre de la ciencia penitenciaria o bien al fundador del correccionalismo a Juan Vilain XIV. En esta institución se mantienen en pabellones separados a mujeres, delincuentes y mendigos, mediante una primaria clasificación, además de que se hace sentir la oposición de Vilain a la crueldad, al expresar que vale más conmutar esas penas (castigos corporales) por detenciones y es preferible constreñir a estos vagabundos a que vivan en la casa de fuerza y corrección. El principio que rige la institución en sus memorias es el qui non laborat, nec manducet (quien no trabaja no come). 1.3 LOS REGÍMENES CELULARES. Son descendientes directos de la penitencia religiosa con aislamiento en celdas monacales para la reflexión, y el arrepentimiento de los pecados. Inspirado en el sistema de sanciones religiosas del derecho canónico, surgió la pena de reclusión sobre el principio de que Eclesia aborret a sanguine y de que la soledad y el aislamiento orientan la reflexión y a la moralización. 1.3.1 EL RÉGIMEN PENSILVÁNICO O FILADÉLFICO. El ascetismo del régimen pensilvánico buscaba un fin, moralizador y teológico, la reconciliación de los penados con dios y consigo mismos, por lo que solo tenían contacto con el director, el capellán y los integrantes de las asociaciones de ayuda espiritual. Neuman considera que el sistema presenta las siguientes ventajas: a).- Control respecto a sus únicas visitas autorizadas. b).- Inexistencia de evasiones o movimientos colectivos c).- Escasa necesidad de recurrir a medidas disciplinarias. d).- Efecto intimidatorio e).- Capacitación del condenado para trabajar ventajosamente en su posterior vida en libertad, Desventajas: a).- Impide la readaptación social porque lo aísla de la sociedad; b).- Importa un sufrimiento cruel; c).- Origina gastos elevados de construcción; d).- Requiere un personal complejo y con apoyo psicológico. El aislamiento celular subsiste en la actualidad, principalmente autorizado en el periodo de ingreso para observación y en casos especiales como medida disciplinaria o en casos de penas cortas de prisión se utiliza para prevenir la contaminación carcelaria para evitar el contacto de los primoincidentes con los delincuentes reincidentes o habituales. 1.3.2 EL RÉGIMEN NUEVA YORK O AUBURNIANO. Por la misma época del desarrollo pensilvanico en el estado de nueva york, se presenta un movimiento reformista que arranca con la construcción de una prisión en la ciudad de nueva york en la margen izquierda del rio Hudson, denominada Newgate. Estaba dividida en dos recintos independientes, uno para hombres y otro para mujeres. Permitía una clasificación por grupos de ocho individuos y tenía espacios para talleres y patios de ejercicio. Contaba con industrias de carpintería, zapatería y lencería dirigidos por maestros reclusos. El régimen se desarrollaba sobre las siguientes bases: a).- Aislamiento celular nocturno.- El aislamiento nocturno le agradaba por propiciar el descanso absoluto e impedir la contaminación. b).- Trabajo en común diurno.- El régimen pensilvánico había demostrado lo gravoso y poco productivo de las industrias celulares que requerían que los reclusos dominaran toda técnica de su industria. c).- Regla del silencio absoluto.- Estaba inclusive prohibido que los presos intercambiaran miradas o miraran a los visitantes, hicieran ruido o cualquier actitud que pudiera alterar el orden. Para evitar los peligros de resistencias organizadas, fugas y contaminación se impuso la incomunicación verbal apoyada en castigos brutales como azotes con el bárbaro “gato de nueve colas” que con un azote ocasionaba nueve laceraciones, incluyendo azotanías generales cuando no se sabía con certeza cuál era el autor de la violación impuesto en la prisión. En Auburn y en las prisiones que seguían el régimen ahí desarrollado, se reflejó el énfasis dado por la revolución industrial y se proyecta sobre los internos que debían tener, además de la oportunidad de meditar sobre sus acciones, la de trabajar adquiriendo buenos hábitos laborales para prevenir eficazmente la reincidencia. Es precisamente la regla del silencio la más criticada en este régimen, ya que estando en contacto con otros hombres, el preso estaba impedido de hablar, generando rencor e hipocresía en vez de readaptación. Su trabajo desempeñado no era remunerado en tanto el individuo estaba interno, solo al recuperar su libertad se le entregaban algunos dólares y un pasaje a manera de recompensa, el atractivo de este sistema para los internos era que por su buena conducta se les colocaba en puestos de confianza con lo que se les separaba del trabajo tedioso y en el mejor de los casos se les otorgaba la libertad bajo palabra. Parecía haber mayor interés por desarrollar hábitos de trabajo y prevenir la reincidencia que por la corrección de los individuos. 1.4 LOS REGÍMENES PROGRESIVOS O DE REFORMA. El fenómeno de degeneración de las instituciones carcelarias se ha repetido infinidad de veces en la historia. Es un proceso en el cual en un momento determinado se logran conjuntar las voluntades sociales y estatales, y se toma la decisión de hacer el esfuerzo financiero de invertir en nuevas construcciones y legislación innovadora. Al poco tiempo se presenta el problema de la sobrepoblación, la disciplina se relaja, los trabajadores se corrompen y los programas se abandonan. Esto ha sucedido en México, con la creación de Lecumberri, institución de gran avance e inversión económica que hizo el gobierno de entonces y que llego a convertirse en una institución monstruosa, el Palacio negro. Luego en los años cincuenta la nueva penitenciaría de Santa Martha y la Cárcel de Mujeres que representaron una esperanza para las penitenciarías de entonces y que terminaron por convertirse también en instituciones muy alejadas del ideal de Readaptación Social que la Constitución Política de México consagra en su artículo 18. 1.4.1 EL MARX SYSTEM O DE MACONOCHIE. El capitán Alexander Maconochie desarrollo este régimen en la prisión de Norfolk, colonia penal ubicada en el Pacifico, a la que Inglaterra enviaba a sus criminales más temibles, que habiendo cumplido una sentencia de transportación en Australia volvían a delinquir. Maconochie llega y sustituye los criterios represivos por un sistema benévolo y premial. La duración de la condena estaba determinada por la gravedad del delito, el espíritu de trabajo y la bondad de la conducta. El régimen produjo excelentes resultados cambiando aquel infierno en un lugar de trabajo y orden. Constaba de tres periodos sucesivos: a).- Aislamiento celular diurno y nocturno por nueve meses, para dar oportunidad de reflexión al interno. Podía combinarse con trabajo diurno y ayunos. b).- Trabajo en común bajo la regla del silencio, con segregación nocturna.- Se dividía este periodo en cuatro etapas, desde la que se iba ascendiendo desde la 4, de acuerdo al número de marcas obtenido, siendo cada etapa mejor que la anterior hasta llegar a la primera etapa, en la que podría entregársele su documento de liberación, su ticket of Leave para pasar al tercer periodo. c).- Libertad condicional.- Este periodo era propiamente una libertad sujeta a ciertas restricciones y que pasado con éxito un tiempo determinado, se le otorgaba al preso la libertad definitiva. Con ello introdujo la indeterminación de la pena, de gran utilidad para estimular la corrección del preso. Maconochie consideraba que es una equivocación utilizar el castigo al delito como un medio de prevención para evitar, con el doloroso ejemplo del sufrimiento de los presos, que otros individuos delincan, ya que no se tomaba en cuenta que muchos de estos delincuentes eran a su vez victimas del medio social y económico de la burguesía en desarrollo. La propuesta de Maconochie sugería una graduación de las penas de acuerdo con la gravedad del delito y con la posibilidad de una libertad otorgada en relación con la conducta del individuo dentro de la prisión, su trabajo voluntario, su participación en las actividades religiosas y educativas. Esta participación como en Norfolk daría lugar al otorgamiento de puntos acumulables, cuya cantidad seria proporcional a la pena, requiriéndose más puntos para los delitos más graves. La propuesta no tuvo éxito y no fue sino 1854 que Sir Warlter Crofton adopta un régimen semejante en Irlanda. 1.4.2 EL IRLANDÉS O DE CROFTON. Con algunas variantes Sir Walter Crofton introduce en Irlanda un régimen penitenciario progresivo semejante al de Maconochie. Consta este de cuatro periodos, el primero de aislamiento total, el segundo con reclusión celular nocturna y trabajo diurno en comunidad, sujetos a la regla del silencio. Este periodo está dividido en cuatro etapas y transcurre de una a otra acumulando puntos o marcas, limitando la adquisición de dichas marcas a ocho diarias. Este punto o marcas se otorgan en razón de la industriosidad, la asistencia y avance en las actividades educativas y la buena conducta. Cada etapa tiene restricciones y ventajas en cuanto al monto de la remuneración por el trabajo, dependía de la calidad de este, el régimen alimenticio, condiciones de la cama, cartas a escribir, visitas etc. El tercer periodo que es el más avanzado es el Crofton “intermedio” y se desarrolla en prisiones sin muros ni cerrojos, más parecido a un asilo que a una cárcel, ya que el recluso no tiene obligación de usar el uniforme ni recibe castigos corporales, puede elegir de los existentes el trabajo que mejor le acomode, incluyendo trabajo agrícola fuera del penal, se le faculta a disponer de parte de su ingreso salarial y la disciplina es auto manejada para demostrar a la sociedad a la que va a volver libre, que se ha enmendado. La prueba final era también una suerte de liberación condicional ganada por puntos. 1.4.3 EL DE VALENCIA O DE MONTESINOS. Manuel Montesinos y Molina inicio su fructífera labor penitenciaria en 1836, cuando se le nombra comandante del presidio de Valencia, en el que desarrollo un régimen de las características siguientes: No prescinde del rigor disciplinario propio de la época, pero considera que el trabajo es el mejor medio para moralizar al delincuente. Maneja como base de su organización la confianza, y para ganársela, el sentenciado deberá transitar por las diversas etapas de un régimen progresivo para reforzar la voluntad de librarse así mismo de la criminalidad. Estas etapas van “del sufrimiento a la plenitud” y consta de tres periodos, el de los hierros, el de trabajo y el de la libertad intermedia. El Coronel Montesinos recibía con la charla explicativa a cada interno que ingresaba, iniciándose un expediente con sus datos y pasándolo a la peluquería ser pelado “al rape”, enseguida se le entregaba el uniforme reglamentario de pantalón y chaqueta gris y se le asignaba dormitorio. Inmediatamente era enviado a la fragua para aplicarle las cadenas y los grilletes conforme a la sentencia y como estigma de su condición. Se había iniciado el periodo de los hierros. Montesinos había logrado que se desarrollara una gran variedad de trabajos en el presidio para que todos los presos encontraran algo cercano o igual a lo que realizaran antes de cumplir. Es importante destacar que el trabajo se procuraba como medio de enseñanza no con la meta de obtener ingresos. Había 40 talleres: de telas, alpargatas, forjas hasta de cuchillos, con sus maestros, oficiales y aprendices, dentro de un gran orden y disciplina. En estos talleres empezaba el segundo estadio o “periodo de trabajo”; Consideraba que los talleres eran medios de enseñanza para beneficio moral del penado, más que un lucro. El tercer periodo de “libertad condicional” significa un gran adelanto, ya que esa libertad no era conocida aun en España. Se otorgaba solo a aquellos reclusos que superaban las duras pruebas que les imponían, empleándolos en el exterior sin vigilancia, como ordenanzas, asistentes, o en la administración penitenciaria, inclusive en la tesorería, o bien como correos. En este periodo había plena comunicación entre internos y sus familiares. Se tuvo igualmente una muy adecuada asistencia médica y farmacéutica, además de una abundante y sana alimentación, atendiendo al problema histórico de todas las prisiones, el de la salud. 1.4.4 EL DE REFORMISMO O DE BROCKWAY. Su principal propuesta se refirió a dar una nueva orientación a la pena, que el objetivo de esta debía ser la regeneración de los delincuentes y no infringirles un sufrimiento inútil. Este fin se debía alcanzar mediante una clasificación progresiva, una sentencia indeterminada que permitiera un cambio de actitud en el recluso, de manera que tuviera respeto por sí mismo. R.22 Para ello se debían suprimir las prácticas que habían sido regla en las cárceles durante los últimos cincuenta años como la sentencia predeterminada, el aislamiento y la regla del silencio que ahora se consideraban destructoras de la iniciativa del reo, humillantes y envilecedoras. Correspondió a Zebulon Brockway darle forma y madurez al régimen, al ser designado director de la institución de Elmira, Nueva York en 1876. Brockway permaneció en ella durante 25 años, logrando desarrollar y proyectar en los demás Estados de la unión su organización orientada principalmente a reformar a jóvenes delincuentes, primoincidentes, en principio con edades que fluctuaban entre los dieciséis y los treinta años, evitando el contacto con delincuentes adultos ya corrompidos. Los reclusos eran primoldelincuentes federales o del fuero común, sentenciados por los tribunales de Nueva York, con sentencias semiindeterminadas, en las que se señalaba como máximo el asignado por la Ley a ese delito. Con lo que Brockway tenía la posibilidad de jugar con la duración de la pena, de acuerdo con las muestras de readaptación que los internos presentaban. Al ingresar cada pupilo tenía una entrevista con el director para explicar su situación, hábitos, inclinaciones y deseos, así como la causa del ingreso con ello y con la copia de su sentencia se abría un expediente, agregando los resultados del examen médico, clínico y psíquico inicial. Se reunían los mayores datos para clasificarlo y se le dedicaba a tareas domésticas por las primeras cuatro a ocho semanas, observado y estudiado por un Consejo de Administración que el director presidia, se le preparaba en algún oficio intramuros, de acuerdo a sus capacidades y actitudes o bien en trabajos agrícolas. Se consideraban tres categorías de internos de acuerdo a su conducta, la tercera era el nivel más bajo, clasificado junto con los que habían intentado fugarse. Estaban sujetos a un régimen de vigilancia especial, usaban cadenas en los pies, uniformes rojos y comían en sus celdas. La segunda categoría ya estaba desprovista de cadenas, no usaban uniforme y era organizada por internos de la primera categoría. Los internos podían de acuerdo a su conducta y dedicación al trabajo ascender o descender entre estas categorías. Y la primera que realmente era la última etapa de la liberación condicional estaba sujeta a las condiciones impuestas por la junta de administración, generalmente las condiciones eran: a).- aprendizaje de un oficio b).-Formación con los ingresos que se obtuvieran, de un fondo para enfrentar los primeros gastos de la vida en libertad y c).- La presunción, dada su conducta en reclusión, de que no reincidiría. Existía un seguimiento de los liberados a través de los inspectores del Consejo de Administración, con quienes permanecían en contacto directo con ellos durante los primeros seis meses, en los cuales debían informar a la institución la vida que llevaban, sus amistades, el trato que recibían en su trabajo, del cual no podían salirse durante este periodo sin autorización de la junta, además de hacer el reporte de sus ingresos y en que los gastaban. Pasados los seis meses si no daban motivo para que se les reingresase al reformatorio se les otorgaba la libertad definitiva. 1.4.5 LOS BORSTALS DE EVELIYN RUGGLES. Volviendo a Inglaterra, con los establecimientos que manejaron un régimen progresivo, también aplicado a los delincuentes juveniles, se encuentran los llamados borstals. Estos establecimientos son inspiración de Evelyn Ruggles Brise, quien los experimento por primera vez en 1901, en un área de la prisión de borstals, cerca de Londres, de donde adquieren su nombre. Estas instituciones se caracterizan por un régimen de grados progresivos en el que se puede ascender o retroceder, con base en la aplicación al estudio y la conducta. Otra característica importante de los bostals es que le personal que labora en ellos, tanto técnico como administrativo y de custodia, ha de ser de cualidades relevantes y accede a los puestos previa y rigurosa evaluación personal. Generalmente son cuatro grados a los que tiene que acceder progresivamente el joven interno en estas instituciones: a).- El ordinario.- De poca duración, pero prácticamente en aislamiento, tres meses en los que solo podrá recibir una o dos cartas y una visita o ninguna y no se admite conversación. b).- El intermedio.- Dividido en dos secciones, en la primera llamada A, se les autoriza los sábados por la tarde a reunirse con otros internos para practicar juegos de salón en espacios cerrados., en la sección B ya pueden jugar al aire libre e iniciar algún aprendizaje profesional en el que haya vacantes. Generalmente la permanencia en cada sección es de tres meses según la conducta. c).- El probatorio.- Solo con la aprobación del Consejo de borstals se llega a esta etapa en la que aumentan las franquicias, beneficios y prerrogativas como recibir una carta cada quince días, jugar en el campo de juegos exterior, además de llevar una insignia especial. d).- El especial.- Para llegar se requiere un certificado otorgado por el Consejo testimoniando que es merecedor de llegar a este grado, es equivalente a la libertad condicional. Se dice que los magníficos resultados del Borstals derivan de la exigencia respecto al personal que se desempeña en ellos el espíritu humanitario, preparación constante, conocimiento profundo de los menores internos para actuar sobre su carácter. Se manejan estímulos progresivos, para que los menores pupilos de mejor conducta influyan en los demás, de la influencia directa del personal que proporciona un tratamiento verdaderamente individualizado. EL RÉGIMEN BORSTAL Es una forma del sistema progresivo y se debió a Evelyn Ruggles Brise, que a comienzos de este siglo (1901) ensayo en un sector de una antigua prisión del municipio de Borstal, próximo a Londres, alojando a menores reincidentes de 16 a 21 años. Ante el éxito obtenido lo amplió a todo el establecimiento. Los jóvenes enviados a ese establecimiento tenían condenas indeterminadas que oscilaban entre los 9 meses y los tres años. Lo fundamental era el estudio físico y psíquico de los individuos, para saber a qué tipo de establecimiento en Borstal debían ser remitidos, ya que los habían de menor o mayor seguridad, urbanos o rurales, para enfermos mentales. La forma progresiva se percibe en los distintos grados que se van obteniendo conforme a la conducta y buena aplicación. El primero se denomina ordinario y dura tres meses aproximadamente y tiene las características del sistema filadélfico, es decir no se le permite tener conversaciones y el pupilo sólo puede recibir una carta y una visita o dos cartas pero ninguna visita. No hay juegos y se introduce el sistema auburniano, ya que se trabaja en común de día y reciben instrucción de noche. En ese período se practica la observación. En los grados posteriores llamados intermedio, probatorio y especial se va liberalizando el sistema. El primero, que consistía en permisos para asociarse los días sábados, en un cerrado salón de juegos, para después pasar a otro, que estaría al aire libre e instruirse en un aprendizaje profesional. Hay dos periodos de tres meses cada uno. En el grado probatorio se le permite leer el diario; recibir cartas cada 15 días, jugar en el exterior o en el interior. El último grado (llamado especial) es de beneficios considerables y casi de libertad condicional, después de expedirse un certificado por el consejo de la institución. El trabajo es sin vigilancia directa, se puede fumar un cigarrillo diariamente, recibir cartas o visitas una vez por semana y ser empleado en el mismo establecimiento. Se ha señalado que este sistema ha sido exitoso y ello debido a la capacidad y especialización del personal, a la enseñanza de oficios en talleres y granjas, a la disciplina basada en educación, confianza y rompimiento con los métodos tradicionales de humillación y sometimiento. 1.4.6 EL RÉGIMEN INDIVIDUALIZADO O PROGRESIVO TÉCNICO. En general el régimen progresivo técnico se distingue precisamente por el carácter técnico de las decisiones que deben tomarse para el otorgamiento de la libertad progresivamente y conforme a la duración de la pena impuesta y a la modificación benéfica de la conducta que durante su encierro el individuo va presentando. R. 25 Se considera benéfica en el sentido de modificar actitudes tanto de tendencia delictiva como de reconocimiento de la negatividad de su conducta, de la introyección de normas y de la capacitación laboral, que pueden detectarse mediante la observación constante que debe llevar acabo el personal técnico calificado para el desempeño de estas funciones. Los promotores de la adopción del régimen progresivo técnico, analizan la forma en como el Estado ha de intervenir en las cuestiones delictivas encontrando dos aspectos distintos: por un lado la prevención del delito mediante la investigación científica de sus causas y las acciones sociales para evitar que estas continúen produciendo delincuentes, y por otra lado, haciendo una eficaz prevención especial mediante la rehabilitación de los individuos desviados. Se propusieron acciones concretas como el incremento de los programas de salud y educación pública, de habitación, de deportes y de entretenimiento, legislación para obligar a los propietarios de habitaciones rentadas a personas de bajos ingresos a mantenerlas en mejores condiciones. Este modelo comunitario resulta aconsejable disminuir lo mas posible la pena de prisión que deberá ser sustituida por la vigilancia y la orientación de los sentenciados en libertad, que deberán colaborar en programas específicos de educación y orientación vocacional que les proporcionen las oportunidades que no tuvieron antes y cuya carencia a la comisión del delito. 1.5 EL RÉGIMEN ALL APERTO (AL AIRE LIBRE). Como reacción a los problemas de higiene, salud, promiscuidad y costos de construcción que representan las instituciones cerradas se desarrolla un régimen diferente denominado all alperto, que pasa de la Europa a fines del siglo pasado a los países americanos que cuentan con un número importante de población carcelaria de origen campesino que difícilmente se puede amoldar al trabajo semiindustrial de las prisiones cerradas. Para este tipo de internos se encuentra una posible solución, ya que este régimen se caracteriza por el desarrollo de un sistema de trabajo agrícola, de obras y de servicios públicos pero en zonas rurales o semirurales. R 26 Este régimen tiene además la ventaja de representar un ahorro al Estado en el desarrollo de las obras publicas y que los internos alternaran, durante la compurgación de su pena, solamente con personas semejantes a ellos, evitándose la contaminación derivada del trato constante con los delincuentes más avezados y multireincidentes con los que forzosamente tienen que convivir en las prisiones cerradas. También presenta desventajas como el maltrato y la explotación del trabajo de los prisioneros, que frecuentemente viven en galerones improvisados, carecen de atención médica y de educación formal, además de no capacitárseles para una vida mejor o de mejores oportunidades. 1.6 EL RÉGIMEN ABIERTO O PRISIÓN ABIERTA. La llamada cárcel o prisión abierta, al propósito de la cual Elias Neuman precisamente escribiera lo mejor que se ha publicado sobre el tema. Prisión abierta una nueva experiencia penológica. La idea de este modo de tratamiento consiste en impulsar la readaptación de manera casi autónoma, proporcionando apoyos minimos a los reos elegidos o sujetos a este régimen, de manera que vivan prácticamente como viven las personas que están en libertad, trabajando y resolviendo sus problemas de la misma forma como cualquier comunidad libre. R 27 En este régimen el trabajo que debe ser remunerado correctamente como en la vida libre, ya no es el instrumento básico para la readaptación, sino un medio de terapia ocupacional. Pero debe darse apoyo a esta terapia por parte del personal técnico, para que los beneficiarios del régimen, poniendo atención en la instrucción física y moral, logren mantener un cierto equilibrio y tranquilidad para poder así mantener un cierto equilibrio y tranquilidad para poder asi mantener las ventajas que este régimen les proporciona. También se encuentran algunos puntos de contacto en los permisos de salida, medidas utilizadas para el acondicionamiento progresivo, a los internos de instituciones cerradas que están próximos a la obtención de su libertad, permitiéndoseles salir momentáneamente de los establecimientos a fin de trabajar durante el día fuera de ellos, o bien en casos de problemas graves de carácter familiar, como enfermedades delicadas o muertes de parientes cercanos. No se manejan los permisos de salida como tratamiento, aun cuando pueden utilizarse como parte del régimen progresivo, en las etapas finales de su condena. También suele confundirse este régimen abierto con el de los establecimientos de mediana seguridad que contemplan cierta libertad interior en las prisiones amuralladas, o que careciendo de muros perimetrales, tiene guardias especiales o alambrados, fosos o perros guardianes, pudiendo ser también islas o lugares con impedimentos de carácter natural para que no se evadan los internos. 1.7. HISTORIA DE LAS CONSTRUCCIONES. LAS PRIMERAS INSTITUCIONES PENALES. Se entiende como antecedente de las primeras instituciones penales, son las casas de corrección que eran establecimientos destinados a depositar a las personas que habían cometido algún delito, con el propósito de evitar su reincidencia y asilarlos de la sociedad ya que se consideraban perturbados sociales, y pudieran cumplir sus penas y sus castigos corporales. De las primeras instituciones de este tipo es The House of correction de Bridewell en 1552 y a ella le siguieron la de Oxford y posteriormente se extendieron en toda Inglaterra, R 30 teniendo gran influencia para desarrollar las prisiones que hoy conocemos iniciando primeramente en Ámsterdam la casa de corrección que posteriormente sería la prisión más antigua que se tiene conocimiento, y esta fue inicialmente para varones y dicha prisión ya hacia una distinción entre hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, en dicha casa de corrección se establecieron trabajos que deberían desarrollar organizadamente los internos bajo la disciplina de azotes, y una que se consideraba en su momento terrible, que era la celda de agua en la que el interno debería estar basando contantemente el agua sino quería morir ahogado. En 1704 en lo que era el obispicio de San Miguel en Roma por el Papa Clemente la primera prisión en las que se quitan las penas disciplinarias, como la celda de agua y los cepos y más orientados hacia un arrepentimiento eclesiástico, para que una vez otorgado su perdón fueran nuevamente devueltos a la comunidad eclesiástica. En la segunda mitad del siglo XVIII el pensamiento penal empieza a revolucionarse, encontrando ya legislación sobre las penas y valores humanitarios un pensador llamado John Howard. A través de sus tratados impulsa a nivel mundial la relación entre pena y delincuente y el delito por tal razón se le considera como el padre del penitenciarismo moderno. El autor Barrata propone en su tratado programas concretos de políticas orientadas a la supresión de la cárcel, y a la precisión de derechos y servicios que se pueden desarrollar en el contexto de la institución carcelaria en tanto subsista se enuncian los siguientes puntos: 1. La simetría funcional, de los programas dirigidos a los ex detenidos. 2. La presunción de normalidad del detenido. 3. Exclusividad del criterio objetivo de la conducta en la determinación del nivel disciplinario. 4. Criterios de re agrupación de los programas independientes. 1.7.1 ROMA. Al principio solo establecieron prisiones para seguridad de los acusados, algunas de ellas estaban ubicadas en el Foro, que fue ampliado después por medio de un subterráneo de más de cuatro metros de largo. El emperador Constantino hizo construir un sistema de cárceles y Ulpiano señaló en el Digesto, que la cárcel debe servir no para castigo de los hombres, sino para su guarda. Luego sostuvo que durante el Imperio Romano, éstas eran para la detención y no para el castigo. En dichas cárceles, a los esclavos se les obligaba al trabajo forzado, como el "opus publicum", que consistía en la limpieza de alcantarilla, el arreglo de carreteras, trabajos de baños públicos y en las minas, penas "ad metalla" y "opus metalli", los primeros llevaban cadenas más pesadas que los otros, así mismo, laboraban en canteras de mármol, como las muy célebres de Carrara o en minas de azufre. Selling agrega: "si después de 10 años, el esclavo penal estaba con vida, podía ser entregado a sus familiares" Con anterioridad, la primera de las cárceles romanas fue fundada por Tulio Hostilio (tercero de los reyes romanos) que reinó entre los años 670 y 620 de nuestra era. Esta prisión se llamó Latomia. La segunda de las prisiones romanas fue la Claudiana, construida por orden de Apio Claudio y la tercera la Mamertina por orden de Anco Marcío. 1.7.2 FORTALEZAS UTILIZADAS COMO PRISIÓN. Presidio de San Juan de Ulúa. Prisión localizada en el estado de Veracruz con apariencia de una fortaleza en donde eran derivados los presos por delitos contra el gobierno. Construida alrededor del año de 1582 con cal y canto, con forma de paralelogramo irregular; en su parte principal tienen dos torres ubicadas al oriente y al poniente, siendo la primera más grande con una sala de artillería para defensa del puerto. Las mazmorras o lugares destinados para celdas tienen forma de bóvedas, con muros de piedra de origen coralario y un espesor de 5 a 6 metros. Adquirió importancia en la Ciudad de México porque ahí se enviaban a los presos cuyas sentencias eran mayores a 20 años de prisión. Era de construcción maloliente, húmeda e insalubre, falto por completo de ventilación, d3 luz, aseo y con un clima insoportable. Prisión de Perote. Construida en 1763 conforme a los planos del Ing. Manuel Santisteban y se destinó inicialmente para depósitos. También se le conoce como fuerte de san Carlos, con celdas sin ventilación para 25 a 30 internos, sin sanitarios y con una sola entrada. También localizada en el estado de Veracruz en una fortaleza que actualmente funciona como Penitenciaría del Estado. La cárcel sirvió como reclusorio durante al menos cuatro décadas y en el siglo pasado fue sede del Heroico Colegio Militar, aprovechando su construcción fortificada que data de 1770 y que cuenta con torres de vigilancia y un solo acceso que durante el siglo XIX tuvo un puente elevado. 1.7.3 LAS CÁRCELES EN LA COLONIA. Inicia con la “Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias “promulgada por el Rey Carlos II en 1680 señalo en la Ley I Titulo VI “Que en las ciudades, villas y lugares se hagan cárceles R 37 “Podemos considerar en ello el inicio del Penitenciarismo en México Primeras Prisiones.- Conventos (1524). Se tienen conocimiento que en México algunos conventos sirvieron como cárceles, tales como: el viejo Convento de Tlaxcala, en Oaxaca el convento de Santa Catarina y que actualmente es hotel, también el Convento de San Agustín en Celaya, el ex convento de los Franciscanos en Pachuca, el Convento de Cuilapan en Guerrero y el Convento de San Juan de Dios en Puebla. 1.7.4 SAN JUAN DE ULÚA Y PEROTE. La penitenciaría de San Juan de Ulúa. Durante su época como prisión, San Juan de Ulúa se convirtió en uno de los lugares más temidos de su época en el país. Si bien ya se utilizaban algunas de sus instalaciones como penitenciaría en la época colonial, no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando se destinó el inmueble a este uso. Diversos personajes de la historia de México estuvieron en sus celdas, entre los que se puede nombrar a Fray Servando Teresa de Mier y a Benito Juárez. El personaje más famoso que estuvo aquí fue Jesús Arriaga, popularmente conocido como Chucho el Roto, muy famoso durante el gobierno de Porfirio Díaz, sobre todo porque logró escapar más de una vez de sus muros. Quizá la más famosa leyenda que se dice se suscitó en las celdas de la fortaleza fue la de La Mulata de Córdoba, quien, según la conseja, para escapar de la Inquisición pintó en los muros de su celda un barco que zarpaba hacia el horizonte, en el cual escapó. Frente a la ciudad de Veracruz se encuentra el Fuerte de San Juan de Ulúa, donde se pueden recorrer más de 400 años de la historia de México. Lugar estratégico y punto de encuentro de dos culturas, San Juan de Ulúa está construido sobre un enorme banco de coral blanco afirmándose que en el mundo es el único edificado en su totalidad con este material. En la actualidad se lleva a cabo su restauración, puesto que debido a la contaminación se han ido erosionando los cimientos. Se realiza una recimentación de la fortaleza y se espera que dentro de este año los trabajos hayan concluido, para celebrar allí el Centenario de la Revolución Mexicana y el Bicentenario de la Independencia del país. Fusión de dos culturas. Aquí se unen y fusionan dos culturas: la europea y la americana, dando lugar al mestizaje y a 300 años de dominio español. Originalmente el islote fue un adoratorio totonaca, donde se rendía culto a Tecatlipozca, el dios de las tinieblas. El 24 de julio de 1518 llega al lugar Juan de Grijalva con una tripulación de 240 hombres y llama a la isla San Juan de Ulúa. Por aquí ingresó la rueda, el caballo, la naranja, el idioma español y la Iglesia Católica y salieron inmensas riquezas en oro, plata y productos alimenticios. Primer puerto de México. En 1535, el primer Virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza ordena la construcción de la fortaleza, en medio de una isla, en un área de 32,000 metros cuadrados. El cemento que se usó para pegar el coral en la edificación de los muros, fue hecho de concha de ostión, huevos de tortuga, baba de maguey, concha, arena y agua de mar. Todo se mezcló en molcajetes gigantes llamados Noria, consiguiendo la mejor argamaza posible para pegar coral sobre coral. Al inicio de la colonización, el islote servía de abrigo y muelle para los galeones y embarcaciones que llegaban con viajeros y mercadería de España. Por lo que San Juan de Ulúa es el primer puerto de México y una de las primeras aduanas del continente americano. Nadie ni nada salía o entraba sin el permiso de su gobernador. El “Muro de las Argollas y la “Torre de la Farola”. Lo primero que se construyó en la fortaleza fue el “Muro de las Argollas”. Veracruz se caracteriza por sus vientos fuertes que llegan a 60, 80, 100 y 120 kilómetros por hora. Como las embarcaciones españolas eran frágiles y de madera, durante los temporales chocaban una contra otra destruyéndose. El “Muro de las Argollas” tuvo como objetivo proteger las naves de los vientos que se conocen como “nortes”. Cada argolla, donde se amarraban las embarcaciones tenía un peso de hasta 35 kilogramos de bronce puro. De las 36 que hubo en el muro sólo queda una original. Bodegas de almacenamiento. La fortaleza tardó más de 200 años en construirse. Se lo hizo a medida que las necesidades de almacenamiento fueron presentándose. Ya que el viaje de los barcos que partían rumbo a España demoraba seis meses y otro tanto el de regreso, se hizo necesaria la construcción de las bodegas para almacenar en ellas el oro y la plata que luego se enviaba a España. Las bodegas estaban divididas por 14 arcos de diferentes estilos arquitectónicos, manifestándose los de medio punto, romanos, moriscos, elíptico abovedado, etc. El comercio que se realizaba de México a España llamó la atención de piratas como Sir Frances Drake, Lorencillo Morgan, etc. quienes se sintieron atraídos por las riquezas que los barcos españoles transportaban. Ante los ataques de los piratas, los españoles se vieron forzados a defenderse construyendo también, en la fortaleza, las viviendas para los soldados y sus familias. La Casa del Gobernador. En 1601 se levanta el primer piso de la Casa del Gobernador o Casa del Castellano, quien era el administrador de las inmensas riquezas que se guardaban en las bodegas. Los barcos que partían de aquí pasaban primero por Cuba o Puerto Rico. La Casa del Gobernador fue también residencia de don Benito Juárez y Porfirio Díaz. Don Venustiano Carranza escribió en San Juan de Ulúa la constitución de 1917. El “Puente de los Suspiros”. El último uso que se le dio a San Juan de Ulúa fue el de prisión, una de las más terribles de su época. Esta imagen corresponde el camino que conduce al “Puente de los Suspiros”, llamado así porque durante el tiempo que el Fuerte funcionó como una cárcel, el prisionero que lo cruzó difícilmente salió vivo de su encierro, por los tormentos y la crueldad con que se lo trató. Los encarcelados que intentaban escapar se arrojaban al mar, pero los tiburones daban cuenta de ellos. Inicialmente esta sección fue construída con el objeto de guardar la pólvora. Era importante mantener la mezcla explosiva alejada de las bodegas donde se guardaban las riquezas que luego se enviaban a la Corona Española. Celdas. Bóvedas como ésta sirvieron de celda en donde de 20 a 30 personas eran hacinadas y terminaban sus vidas, sometidas a tortura y abusos. En esas celdas cuando subía la marea, el agua penetraba llegando hasta las rodillas de los prisioneros que tenían que permanecer pegados a la pared. Las celdas estaban clasificadas como gloria, purgatorio e infierno. Dependiendo del castigo, asignaban al prisionero a una de ellas. Lo que parece sal en las bóvedas es salitre carbonato, ya que el agua del mar sube por las paredes rumbo a los techos y por el proceso de gravedad tiende a gotear formándose las estalactitas. Prisión política. Muchos políticos terminaron sus vidas prisioneros entre los muros de San Juan de Ulúa. Con este fin fue utilizado por los gobiernos de Santa Ana, Porfirio Díaz y Huerta. Aquí estuvo detenido en 1853 y por once días, Benito Juárez. Luego, en su calidad de Presidente vivió en la Casa del Gobernador donde escribió el primer paquete de las Leyes de la Reforma que separan al Gobierno de la Iglesia. Por San Juan de Ulúa estuvo de paso Iturbide cuando fue expulsado por haber propugnado que México se convirtiera en un imperio. Por aquí ingresaron Maximiliano y Carlota enviados por Napoleón III, para establecer un imperio bajo el dominio francés. Y de aquí partió Porfirio Díaz, derrocado, rumbo a Francia, después de haber ejercido una dictadura por 34 años. San Juan de Ulúa es testigo de muchos hechos trascendentales de México. Museo. El 2 de julio de 1915, Venustiano Carranza firma una orden presidencial en la cual se estipula que en los siguientes 100 años ningún gobierno podrá utilizar San Juan de Ulúa como prisión. San Juan de Ulúa es el único museo de México, donde el visitante puede prácticamente palpar varios siglos de su historia contenidos en sus viejos muros. Con maquetas y dibujos se narra el desarrollo de este edificio, que representa gran parte del legado de Veracruz. 1.7.5 Fortaleza de San Carlos de Perote. La Fortaleza de San Carlos de Perote o también llamada Castillo de Perote, Castillo de San Carlos, Fuerte de San Carlos o Prisión de Perote es una antigua edificación militar del siglo XVIII que se encuentra cerca de la ciudad de Perote en el Estado de Veracruz. Ordenada a construir por el virrey Joaquín de Montserrat y ejecutada por Carlos Francisco de Croix respondió al temor de un posible ataque inglés después de que estos tomáran La Habana en 1762. Durante la guerra de Independencia sirvió de resguardo para los regimientos de España, posteriormente albergó al primer Colegio Militar y se mandó a destruir en la década de 1850 sin éxito, para permanecer abandonada hasta la época postrevolucionaria cuando fue habilitada como cárcel estatal hasta el 2008 cuando se empezó a rescatar para museo. Sitio de hechos históricos y recinto carcelario. La fortaleza de San Carlos de Perote. En el Castillo de Perote murió el segundo gobernador español de California, el coronel Don Pedro Fages, el 26 de diciembre de 1794. En el Castillo de Perote murió en la enfermería el primer presidente de México Guadalupe Victoria el 21 de marzo de 1843 según consta en archivos existentes en el propio castillo. Durante la Primera intervención estadounidense en México, las mesnadas invasoras lo usaron como guarnición para desde ahí controlar a la guerrilla que no los dejaba en paz. En la guerra entre liberales y conservadores, el general Echegaray efectuó ahí, una matanza de liberales el 16 de noviembre de 1858. En la II Intervención Francesa en 1863 se intentó volar el castillo para que no lo utilizaran los invasores colocando muchos quintales de pólvora, sin embargo, al hacer explosión el edificio de la fortaleza resultó intacto no en cambio el pueblo de Perote que recibió los efectos de la explosión causando derrumbes en varias casas. Al inicio del siglo XX fue usado como cárcel por los gobiernos revolucionarios. Al final de la Segunda Guerra Mundial se utilizó como centro de concentración de extranjeros de los países del Eje y de algunos prisioneros alemanes e italianos. A partir de 1949 debido a sus características se comenzó a emplear como cárcel. Unidad ll. 2. LAS PRIMERAS IDEAS DE ARQUITECTURA PENITENCIARIA. 2.1.- APORTES DE HOWARD A LA ARQUITECTURA PENITENCIARIA. John Howard o el creador del Derecho Penitenciario. Fue John Howard, [Hackney (Londres) 1726- Jerson (Ucrania) 1790] un espíritu adelantado a su tiempo (baste decir en cuanto a sus ideas que en pleno siglo XVIII era un confeso vegetariano). El autor británico en 1777, escribe una obra titulada «El estado de las prisiones de Inglaterra y Gales» (“The state of prisions of England and Wales”) considerado doctrinalmente como el evangelio de la reforma penitenciaria. En dicho tratado se describe el horroroso estado de las prisiones europeas, que Howard había visitado a través de sus viajes, comentados por García Valdés69 el periplo del viaje denominado gráficamente “geografía del dolor”, se remonta según Bejerano Guerra a diversos países, visitando las prisiones, lazaretos y hospitales de campaña: Marsella, Nápoles, Malta, Levante y Venecia, en España (donde visitó en el centro de San Fernando del Jarama, del que hizo elogios) a los que luego le seguirán Rusia, Polonia, Suecia y Ucrania donde morirá de fiebre asiática. En su obra, Howard, propugna una reforma al sistema penitenciario, sosteniendo que, en los establecimientos carcelarios, se deberán dar las siguientes condiciones: 1. Cárceles higiénicas, para evitar enfermedades y epidemias. 2. Separar a los condenados por delitos mayores, de los condenados por delitos Menores. 3. Incentivar el trabajo de los condenados de las cárceles. 4. Adopción del sistema celular, o sea: el aislamiento del condenado en una celda, de manera que se evite la promiscuidad y la corrupción moral de los presos. R 43. Después de haber visitado las cárceles de casi todos los países europeos, Howard muere de peste, en la ciudad ucraniana de Jerson71 (en inglés Kherson), mientras visitaba sus cárceles. Howard fue víctima de su propia vocación al haberse contagiado de una enfermedad propia de las prisiones de la época72. Es la persona que más ha influido en el progreso y humanización de las cárceles y en la concepción del sistema penitenciario actual. Fue el puritano inglés, quien, luego de liberarse de su cautiverio en manos de piratas, se dedicó a recorrer cárceles de todo el mundo y a dar testimonio de lo que allí observaba. El postulado según el cual debe clasificar a los presos según el sexo, la edad y el tipo de condena. Reflexiona sobre la necesidad de instaurar órganos de control, entendiendo que por muy perfecto que sea el sistema siempre degenera. Por ello, considera necesario instaurar órganos permanentes de revisión, cuya imparcialidad y profesionalidad en su actuación será decisiva. Asimismo aboga por establecer una normativa regimental clara y precisa que debe ser objeto de publicidad. Reacciona contra la privatización penitenciaria pues entiende con gran acierto -bajo mi punto de vista, - que siempre va vinculada a un menoscabo para las condiciones de los reclusos. Como ya vimos en 1777 John Howard publicó “el Génesis” de la Ciencia Penitenciaria su estudio sobre el estado de las prisiones en Inglaterra y Gales (State of prisons in England and Wales), consiguiendo crear una conciencia que contribuyó a la mejora de las condiciones carcelarias, pero lo hace desde una técnica de análisis científico no se limita a apuntar ideas pietistasfilantrópicas sino que incluye minuciosas estadísticas y análisis del desarrollo que bajo el criterio empírico sirvan para evaluar el desarrollo futuro de las instituciones penitenciarias. Es este empeño según Galvete el que le procurar la fama que nunca buscó. La concepción penitenciaria de Howard es un establecimiento destinado a la reclusión de sujetos penados a un régimen expiatorio, que al mismo tiempo trata de regenerarlos. Fue posiblemente el afán reformador y filántropo inglés quién le impulsó a utilizar por primera vez la palabra “penitenciaria”. No hemos de olvidar que durante su ajetreada vida, Howard fue Sheriff (a la No hemos de olvidar que durante su ajetreada vida, Howard fue Sheriff (a la sazón como juez) del condado de Bedford, y ahí toma contacto con las Prisiones y empieza a recorrerlas escribiendo en 1777 su referida obra maestra”, donde describe el conjunto de arbitrariedades físicas, higiénicas, etc. que se vivía en ese momento. Bejerano Guerra81 refiere las múltiples paradojas que rodean la vida de este ser Excepcional adelantado a su tiempo. Como consecuencia de esta labor se crea la corriente denominada Penitenciarismo, encauzada a erigir establecimientos apropiados al cumplimiento de la sanción privativa de la Libertad, crecientemente aceptada en las legislaciones de entonces. Se puede observar por lo tanto este cambio de denominación Prisión por Penitenciaría, ya que justamente nos marca el cambio de destino del edificio de encierro. Su formulación básica era: Aislamiento, trabajo e Instrucción del hombre en Prisión; propugna por tanto el cambio del castigo (simplemente expiatorio y corporal) por la Pena (método para transformar al individuo). Aislamiento solo nocturno evitando contaminaciones morales y físicas. El autor concibe el trabajo como medio de regeneración moral, a ello no hemos de olvidar que tiene una instrucción (Calvinista) y que acepta que la religión sea el medio más adecuado para instruir y moralizar. Tal como relata García Valdés Howard muere víctima de su propio e irrefutable destino presa de las fiebres carcelarias o tifoideas (tifus exantemático). Su país orgulloso del mismo le ha levantado una estatua en el centro de la catedral de San Pablo de Londres. En conclusión, hemos de enfatizar con Cuello Calón que fue Howard el creador del movimiento penitenciarista, caracterizado por buscar cárceles más humanas e higiénicas, buscando como finalidad la regeneración moral de los penados. 2-2 SISTEMAS DE ARQUITECTURA PENITENCIARIA. Concepto. Los sistemas penitenciarios están basados en un conjunto de principios orgánicos sobre los problemas que dieron origen a las reformas carcelarias y surgen como una reacción natural y lógica contra el estado de hacinamiento, promiscuidad, falta de higiene, alimentación, educación, trabajo y rehabilitación de los internos. De allí la importancia de las ideas de Howard, Beccaria, Montesinos, Maconichie, Crofton, etc. y de una necesaria planificación para terminar con el caos descrito en algunas obras de los autores mencionados. Así mismo, muchas de sus ideas se comenzaron a plasmar en las nuevas colonias de América del Norte. Luego son trasladadas al viejo continente donde se perfeccionaron aún más, para después tratar de implantarse en todos los países del mundo. Los sistemas conocidos son: Celular o pensilvánico Auburniano Progresivo (Crofton, Montesinos, Reformatorio Borstal y de clasificación) AII 'aperto, Prisión abierta Otras formas en libertad. R 46 2.3 FUNDADO EN EL PRINCIPIO DE INSPECCION CENTRAL. Prisiones con sistema de inspección central. Es un tipo de construcción, un edificio o un local, levantado u organizado de tal manera que todo su interior y cualquiera de sus partes se pueden ver y controlar desde un solo punto. Su forma exterior, de diferentes formas geométricas se encuentra ordenadas en forma de anillo, en cuyo centro se coloca una torre de vigilancia. El objeto es crear un punto central que constituya la posición del meollo, del epicentro, del ejercicio del poder y, al mismo tiempo, el lugar en el que se registre toda la información. Se trata de ver todo. Registrarlo todo. Saber todo. Satisfacer el deseo de abarcar absolutamente todo de un solo vistazo, y esto sin acercarse a nadie, dando por supuesto que todo el sistema debe funcionar de manera no sólo correcta sino óptima, y sin que nadie se dé cuenta de que es observado y controlado. Conjuga la fantasía del ojo de cristal, de Allan Poe, (aquel que un hombre blanco puso en la cima de una colina para indicar a los indígenas que vigilaba todos sus actos), que lo ve todo y que es considerado como el instrumento del dominio, con una ambición de someter completa y absolutamente a la persona observada. Es el placer del poder, el placer de ejercer una supremacía que mira, vigila, acecha, espía, registra, palpa, se pone permanentemente al día, observando e inspeccionando lo que hace el otro, lo que es, cómo actúa, y deduciendo cómo piensa, y su relación con el poder. Dentro de este sistema se encuentran tres sistemas secundarios, que son: SISTEMA PANÓPTICO. SISTEMA CIRCULAR. SISTEMA RADIAL. 2.3.1 SISTEMA PANÓPTICO. El panóptico es un centro penitenciario imaginario diseñado por el filósofo Jeremy Bentham en 1791.1 El concepto de este diseño permite a un vigilante observar (opticón) a todos (pan-) los prisioneros sin que éstos puedan saber si están siendo observados o no. La estructura de la prisión incorpora una torre de vigilancia en el centro de un edificio anular que está dividido en celdas. Cada una de estas celdas comprende una superficie tal que permite tener dos huecos: uno exterior para que entre la luz y otro interior dirigido hacia la torre de vigilancia. Los ocupantes de las celdas se encontrarían aislados unos de otros por paredes y sujetos al escrutinio colectivo e individual de un vigilante en la torre que permanecería oculto. Para ello, Bentham no sólo imaginó persianas venecianas en las ventanas de la torre de observación, sino también conexiones laberínticas entre las salas de la torre para evitar destellos de luz o ruido que pudieran delatar la presencia de un observador. 2 De acuerdo con el diseño de Bentham, este sería un diseño más barato que el de las prisiones de su época, ya que requiere menos empleados. Puesto que los vigilantes no pueden ser vistos, no sería necesario que estuvieran trabajando todo el tiempo, dejando la labor de la observación por instantes. Aunque el diseño tuvo efectos limitados en las cárceles de la época de Bentham, se vio como un desarrollo importante. Así, Michel Foucault (en Vigilar y castigar) consideró el diseño como un ejemplo de una nueva tecnología de observación que trascendería al Ejército, a la educación y a las fábricas. IMAGEN DE SISTEMA PANÓPTICO. 2.3.2 SISTEMA CIRCULAR. Este sistema, siendo derivación del anterior, tiene características semejantes pero la diferencia principal de aquél es que desde el patio central no se tiene el mismo grado de visibilidad al interior de las celdas, pues en esta estructura cada celda cuenta con una puerta por la que sólo es factible observar a través de una pequeña ventanilla. 2.3.3 SISTEMA RADIAL. El sistema radial renuncia completamente a la visión interna de la celda, conservando el punto central de vigilancia para controlar los pabellones, salidas y espacios circundantes, usando el elemento de contraste de luz del pabellón respectivo. Es decir que basa su organización en un patio central del cual parten los pabellones en forma de estrella. 2.3.4 FUNDADO EN EL PRINCIPIO DE PABELLONES LATERAL. Pabellones distintos para las distintas categorías de reclusos, previniéndose las relaciones entre ellas evitando el contacto de los presos. El sistema de celdas fue pensado como un beneficio al recluso por evitar su contaminación moral y social. En palabras de Moyano Navarro "la celda es el elemento básico del partido y la unidad donde el recluso pasara la mayor parte de su condena. De su eficiente proyecto dependerá no solo la arquitectura del conjunto sino también lo que es mucho más importante, gran parte de la influencia moral del instituto sobre el espíritu del recluido." 2.3.5 SISTEMA AUBURNIANO ORIGINAL. Se impuso en la cárcel de Auburn en 1820, Estado de Nueva York, y después en la de Sing-Sing. Se introdujo el trabajo diurno, teniendo como común denominador el no hablar, así como, un aislamiento nocturno. Es llamado también, el régimen del silencio, aunque durante el día hay relativa comunicación con el jefe, lecturas sin comentarios durante la comida y en el resto mutismo y aislamiento. Se construyó con la mano de obra de los penados, y en 28 celdas, cada una podía recibir dos reclusos. Esto no dio resultados. El director William Brittain resolvió la separación absoluta, haciendo construir ochenta celdas más, pero se tuvieron resultados tremendos, ya que cinco penados murieron en el plazo de un año y otros se volvieron “locos furiosos". El silencio, en muchas de las ocasiones idiotizaba a la gente y según algunos médicos resultaba peligroso para los pulmones. Así mismo, este sistema fue implantado en la cárcel de Baltimore en Estados Unidos y luego en casi todos los Estados de ese país, y en Europa (Cerdeña, Suiza, Alemania e Inglaterra). El sistema de Auburn se creó a raíz de las experiencias nefastas del celular, debido en parte por los altos costos del anterior sistema, ahora encontramos dentro de este sistema grandes talleres donde se recluía a todos los internos. Los trabajos son muy importantes y esta es una de las significativas diferencias con el pensilvánico o filadélfico. Como se observa en la cárcel de Sing Sing, construida en 1827, la cual era una gran cantera de donde se extraían materiales para la construcción para los edificios circundantes; y también con actividades dedicadas a la herrería. A raíz de que los precios eran sensiblemente inferiores al mercado, por ejemplo el mármol para un museo que en la prisión costaba 500 dólares, en el exterior su precio era de 7,000 a 8,000, es por eso que hubo fuertes críticas de los competidores, llegando al punto en que se suscribió una petición con 20,000 firmas para suprimir el trabajo realizado en esa prisión. Como podemos apreciar, "La productividad económica del establecimiento fue su enemigo y su perdición". Su director White, señaló que en dos años se tuvieron un "superávit" de 11, 773 dólares. El mutismo era tal, que una ley establecía: “los presos están obligados a guardar inquebrantable silencio, no deben conversar entre si, bajo ningún pretexto, palabra alguna. No deben comunicarse por escrito. No deben mirarse unos a otros, ni guiñarse los ojos, ni sonreír o gesticular. No está permitido cantar, silbar, bailar, correr, saltar o hacer algo que de algún modo altere en lo más mínimo el uniforme curso de las cosas o pueda infringir o interferir con las reglas y preceptos de la prisión”. Esto subsiste aún en otros establecimientos como el de San Quintín, donde se dice: “no vayas nunca deprisa, tienes mucho tiempo. El hombre del rifle (en la torre de vigilancia} pudiera interpretar mal un movimiento rápido". Y en otras prisiones todavía hoy está prohibido leer en voz alta. Otra característica del sistema fue la rígida disciplina. Las infracciones a los reglamentos eran sancionadas con castigos corporales, como azotes y el gato de las "nueve colas". A veces se penaba a todo el grupo donde se había producido la falta y no se salvaban ni los locos ni los que padecían ataques. Se les impedía tener contacto exterior, ni recibir siquiera la visita de sus familiares. La enseñanza era muy elemental y consistía en aprender escritura, lectura y nociones de aritmética, privándoseles de conocer oficios nuevos. El extremado rigor del aislamiento hace pensar que allí nació el lenguaje sobrentendido que tienen todos los reclusos del mundo. Como no podían comunicarse entre sí, lo hacían por medio de golpes en paredes y tuberías o señas como los sordomudos. El sistema auburniano tuvo influencia en algunos países de América Latina, como en la Ley de 1937 de Venezuela (creación del Dr. Tulio Chiossone) que tuvo 24 años de vigencia. 2. Unidad lll Los centros de readaptación social. 3-.UBICACIÓN RECOMENDABLE. 1. La ubicación de una prisión o centro de readaptación social para convictos hombres y mujeres deberá estar fuera del perímetro urbano. 2. Deberá estar bien comunicada con las ciudades y las regiones a las que dará servicio. 3. No deberá estar cerca de límites internacionales o fronteras. 4. No deberá estar cerca de estaciones de pasajeros (ferrocarriles, autobuses, aeropuertos, etcétera). 5. Deberá contar, al menos, con los servicios básicos indispensables de agua, drenaje y energía eléctrica. 6. Se evitará su ubicación en lugares inundables, insalubres o de riesgo geológico como terrenos inestables o deslizables; si bien es razonable que no se ubique en los mejores lugares para el desarrollo habitacional o urbano, en general, se tendrán que considerar condiciones decorosas de habitabilidad y un riguroso cuidado respecto a las normas de estabilidad estructural de las edificaciones, pues en caso de emergencias o desastres naturales, por razones legales, no se puede desalojar a los habitantes. 7. Los terrenos deberán ser preferentemente espaciosos y lo más planos posible; el desarrollo de la muralla perimetral (característica de este tipo de equipamientos) se deberá procurar en forma rectangular, ya que estas condiciones facilitan la operación seguridad y vigilancia. 8. Respecto a la densidad de población, ésta deberá ser baja: 50 habitantes/hectárea, con objeto de tener disponibilidad de espacios abiertos para actividades de vinculación social de los internos con sus familiares, deportivos, sociales, recreativos y laborales. En los países latinoamericanos, un alto porcentaje de internos es de origen campesino, por lo tanto es necesario contar con áreas de capacitación laboral agropecuaria. 9. La zonificación y vialidad al interior y al exterior del penal, como en cualquier desarrollo urbano, deben resolverse a partir de las diferentes actividades, con la ubicación de los diversos subgéneros de edificios y sus relaciones. Es de suma importancia tener presente que todo el proyecto responde a un sistema, que a su vez está formado por varios subsistemas. Las circulaciones peatonales y vehiculares en el interior deberán estar perfectamente clasificadas y discriminadas, ya que son las que definen, conforman y caracterizan a este género de equipamientos, al igual que en los hospitales; a su vez, como las circulaciones son controladas y confinadas en toda su longitud, sirven para separar física y contundentemente las zonas intramuros de la prisión, que permite la clasificación de los internos y evita la concentración de grupos mayores a 100 individuos (recomendación de la UNESCO). Lo anterior elimina el riesgo de motines, mejorando la seguridad en toda la prisión. La ubicación de una cárcel o reclusorio, debe ser cuidadosamente estudiada. De preferencia que sea en una zona rural que no esté muy alejada de las poblaciones. En el Congreso de La Haya se recomendó que de ser posible, deben estar situados en el campo, pero no en un lugar aislado o malsano, ya que deben de estar cerca de un centro urbano, para ofrecer comodidades al personal y contactos con organismos educativos y sociales que colaboren en la reeducación de los presos. Además es necesaria la instalación de talleres e industrias fuera de las granjas. Por otra parte, hay que concienciar a la población próxima a las cárceles o reclusorios, para obtener la colaboración del público y de la comunidad. Ya que si dicho núcleo tiene temores, dará pauta para la creación de ciertos puntos lógicos, para que ladrones, homicidas y violadores estén en libertad y atenten contra sus vidas y bienes. Más intensificados en una población de tipo rural que, por lo general, es conservadora, prejuiciosa y donde nada pasa desapercibido. 3.1 CAPACIDAD ACONSEJABLE. Un problema persistente en los sistemas penitenciarios es el hacinamiento. La construcción de espacios siempre ha ido más lenta que el requerimiento de éstos. Esta sobrepoblación origina muchos otros problemas: riñas frecuentes de toda magnitud, abusos, corrupción que propicia la venta de toda clase de privilegios, que en condiciones normales no serían tales, sino lo común en un centro penitenciario con espacio suficiente y, sobre todo, la falta de seguridad. Desde luego, el tráfico interno de drogas se incrementa y su control se dificulta en proporción directa al hacinamiento. Para darse una idea de la magnitud del problema de sobrepoblación se puede consultar el cuaderno mensual correspondiente a febrero de 2011, publicado por la Secretaría de Seguridad Pública Federal, respecto al Sistema Penitenciario Federal. Así, tenemos que la población penitenciaria total asciende a 229,426 internos, de los cuales 4.52% son mujeres. Del total, 80.28% corresponden al fuero común y el restante 19.72% al federal. Tan sólo con estos datos ya se puede deducir que el grueso del problema se encuentra en lo concerniente a las entidades federativas y básicamente respecto a varones. No obstante, en muchos de los centros penitenciarios estatales gran parte de su población está constituida por reclusos del fuero federal. Habrá que mencionar que, respecto de la población femenil recluida en centros penitenciarios tanto federales como estatales, éstos no cuentan con mejores condiciones que los varones. En cuanto a la dependencia de los centros penitenciarios, de la misma fuente se puede saber que existen ocho centros federales con una capacidad de 13,214 internos; diez dependientes del Distrito Federal con capacidad de 22,577; 320 estatales, para 143,522 internos y 92 municipales para 3,603 reclusos. El total de centros es de 429 y su capacidad total es de 182,905 internos. En 195 de estos centros existe sobrepoblación y de ellos 48 albergan población penitenciaria del fuero común y los restantes 148 tienen tanto población federal como del fuero común. La cifra total de sobrepoblación es de 40,042 lugares. Existen buenas noticias en este tema, consistentes en los planes para entregar en 2012 doce centros federales penitenciarios con capacidad para albergar a 32,500 internos, además de ampliaciones en varios otros centros, tanto federales como estatales, próximos a entrar en operación. En el ámbito internacional México es uno de los países con mayor porcentaje de reclusos, ya que se tiene una tasa promedio de 207 reclusos por cada 100 mil habitantes, mientras que Estados Unidos, que ostenta el primer lugar en este rubro, cuenta con 756 reclusos por cada cien mil habitantes. El promedio internacional es de 145 reclusos por cada 100 mil habitantes. De cualquier forma, dadas las condiciones actuales de la mayoría de los centros penitenciarios lo más recomendable es intentar bajar ese porcentaje para lograr disminuir la presión de la sobrepoblación y así intentar un cambio cualitativo tanto en el ámbito federal como en el estatal. Si existe sobrepoblación en una gran cantidad de centros penitenciarios dependientes de las entidades federativas, en los que se encuentran recluidos también presos del fuero federal, resulta fácil concluir que es necesario comenzar por construir suficientes espacios dependientes de la Federación para aliviar el problema en el ámbito local. En el ámbito federal se ha procurado que los Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos) se mantengan al límite de su capacidad, sin intentar ingresar más internos que los espacios disponibles. Asimismo, se ha anunciado la creación de nuevos centros de reclusión expresamente diseñados para garantizar la seguridad, tanto interna como externa. 3.2 FUNCIONALIDAD. Al igual que la mayoría de los sistemas carcelarios de América Latina, los centros penitenciarios de México tienen marcadas carencias organizacionales y serias deficiencias funcionales. En los centros penitenciarios existe una infraestructura para conformar una red de datos que se emplea en menos del 10% de su capacidad existiendo, por tanto, una ausencia grave de información técnica, adecuada y actualizada. No se cuenta, por ejemplo, con las huellas de todos los procesados por delitos del fuero común. Tampoco se cuenta con información verificable sobre los detenidos, sea que estén en proceso o que ya hubieran obtenido sentencia. Asimismo “la falta de recursos financieros y de personal calificado, repercuten la carencia de sistemas de seguridad confiables y en la ineficiencia de las funciones de custodia, ya que éstas no se efectúan conforme a las leyes y reglamentos en vigor, propiciando altos niveles de corrupción en todas sus formas y modalidades: tráfico de influencias, rezago en la revisión de expedientes, introducción, venta y consumo de drogas, extorsión, prostitución, impunidad, violencia y hacinamiento” En las encuestas de internos se obtiene una rica información que permite documentar algunos de los problemas antes señalados y efectuar un análisis más puntual y detallado acerca de las condiciones de vida de los internos en centros penitenciarios en el país. Algunos de los resultados son muy indicativos. El hacinamiento, como en otros países, es un serio problema. En los penales comprendidos en el estudio, hay celdas para 3 internos en donde duermen más de 10 y otras que, teniendo lugar para 5, son habitadas por más de 20. Conclusiones en torno de los principales problemas que enfrentan los centros penitenciarios: 1. En términos generales, casi todos los establecimientos penitenciarios incluidos en el estudio muestran un deterioro y carencias importantes en lo que se refiere al acondicionamiento de sus espacios, al estado de las instalaciones y el mobiliario, así como en la disponibilidad y el acceso universal por parte de los internos a bienes y servicios básicos. Estas deficiencias tienen, sin embargo, un indudable impacto negativo sobre la calidad de vida de los internos y, consecuentemente, sobre el tipo de relaciones e intercambios que se generan entre ellos y con el personal. 2. El rol de los familiares es determinante para el bienestar del interno. Las familias asumen con frecuencia, y de diferentes maneras, una parte importante de los costos de reclusión del interno. Esto significa que la institución impone, o admite de facto que se impongan, penas que incluyen a la familia, que trascienden al interno. Además de que esta situación es jurídicamente inadmisible, coloca en una situación de desventaja a aquellos internos que carecen de familia o cuyas familias no están dispuestas o no tienen la posibilidad de asumir dichos costos. 3. El orden, la legalidad y la seguridad al interior de la institución, contribuyen a fortalecer la hipótesis de que la institución carcelaria tiende a conformar un universo propio de relaciones que se caracteriza por el predominio de un régimen para-legal. El hecho de que los internos convivan durante un cierto tiempo dentro de un régimen con estas características, constituye un argumento más en favor de emprender una revisión a fondo acerca del papel que, en la práctica, desempeña hoy en día la institución penitenciaria. 4. El incremento de la población carcelaria, la falta de infraestructura adecuada, y los niveles de corrupción interna y falta genuina de readaptación, denotan la baja inversión en recursos humanos y recursos materiales para resolver la crisis penitenciaria. No existe la voluntad político-administrativa para enfrentar tales desafíos. Es decir, esta situación general indica que las prisiones no se consideran un rubro sustantivo o relevante tanto dentro de la agenda política de México como de las políticas de asignación de recursos. Las prisiones no son vistas, en otros términos, como un renglón en el que merece la pena invertir, sino, más bien, como un gasto que siempre sería deseable poder economizar 3.3 ESTRUCTURA DE UNA PRISION MODERNA. 3.3.1 ADUANA. El acceso a los centros de penitenciarios para todo visitante se efectuará a través de la aduana de personas cuyo resguardo está cargo de personal técnico en seguridad y supervisores de aduana para el caso del seguimiento respectivo. Se deberán observar las siguientes medidas: Queda prohibido introducir a los Centros: medicamentos sin autorización del servicio médico del Centro de Reclusión, postizos, alhajas y relojes de considerable valor, instrumentos de comunicación electrónica, equipos de cómputo, teléfonos celulares, radiorreceptores y transmisores, sistemas de recepción de televisión privada, Cablevisión, Sky, Directv, etc., aparatos electrodomésticos, cámaras de video y fotográficas, fotografías, aparatos y juegos de video, aparatos de audio como estéreos, modulares, mini componentes, DVD, zapatos de plataforma, ropa deportiva, chamarras de doble vista, con capucha, jorongos, zarapes, gorras, botas, botines o tenis con válvula de aire, lentes obscuros, cosméticos, (con excepción de los Centros Femeniles y para uso personal en cantidades moderadas) barniz de uñas, y quita esmalte. No se permitirá el acceso a los visitantes cuando éstos porten cualquier tipo de uniforme, ó se encuentren en estado de ebriedad, aliento alcohólico o intoxicado con algún tipo de sustancia tóxica. No se permitirá el acceso a los visitantes que porten ropa del color o similares a los uniformes reglamentarios de los internos y de los técnicos en seguridad de los Centros de Reclusión. No se permitirá el acceso al interior del establecimiento cuando se porte doble vestimenta. La visita en cualquiera de sus modalidades tendrá estrictamente prohibido ingresar al interior de los Centros dinero en efectivo mayor al equivalente de diez veces al salario mínimo vigente en el Distrito Federal, o cualquier titulo de crédito (tarjetas de crédito, de débito, o documentos de valor intercambiable). Queda estrictamente prohibido permanecer en cualquiera de las áreas del Centro al término de la visita. No se permitirá el acceso a vehículos oficiales o particulares que no estén autorizados específicamente. Los vehículos de proveedores o de prestadores de algún servicio al Centro de Reclusión, deberán pasar por Aduana de Vehículos para ser autorizados, identificados y revisados por el personal de seguridad, en su exterior e interior a la entrada y salida del Centro. En los Centros, queda prohibida la introducción, uso, consumo, posesión o comercio de bebidas alcohólicas, estupefacientes, psicotrópicos, sustancias tóxicas, objetos punzo cortantes, armas de fuego y explosivos, así como de teléfonos celulares, radio localizadores o cualquier otro instrumento de comunicación radial o satelital para uso de los internos y demás relacionados en el presente Instructivo, y que por su naturaleza pongan en riesgo la seguridad institucional. Es importante señalar que la visita o el personal que labora en la Subsecretaría de Sistema Penitenciario o en alguno de los Centros de Reclusión, que incumpla con las disposiciones en materia de seguridad y normatividad antes señaladas, se hará acreedor a las sanciones de carácter administrativo o penales correspondientes que el caso amerite. El personal técnico en seguridad que labora en los Centros, en específico en el área de aduanas, tendrá como comisión especial el control del flujo de personas, objetos, alimentos y vehículos a los Centros, en coadyuvancia con el personal de Supervisores de Aduana. Su función principal será el control de la puerta de acceso, así como la revisión de la visita en general, la cual deberá ser de manera respetuosa y eficaz, el control y revisión de acceso y egreso de vehículos y de sus tripulantes sin distinción alguna, además de la revisión de objetos y alimentos por el área indicada para tal efecto. En caso de incumplimiento, se harán acreedores de las sanciones administrativas y penales que el caso amerite. El personal antes citado debe resguardar la seguridad y legalidad del área de aduanas de los Centros de Reclusión, por lo tanto se aplicarán las sanciones administrativas y penales correspondientes al personal antes enunciado por la comisión de conductas contrarias a los ordenamientos establecidos. Los Supervisores de Aduanas tendrán como función primordial vigilar el cumplimiento de la legalidad, eficiencia y buen manejo de los métodos de control y revisión del flujo de personas, objetos y alimentos que ingresen por el área de aduanas de personas y vehículos de los Centros de Reclusión del Distrito Federal, mediante la coadyuvancia con el área de seguridad y trabajo social para lograr dicho fin. Durante el trayecto de la visita externa hacia el área de locutorios, visita familiar e íntima autorizada, el personal de seguridad deberá vigilar que la misma asista única y exclusivamente al área señalada en el pase emitido por trabajo social, pero por ningún motivo deberá restringir el acceso al área autorizada del visitante, por cuestiones de indumentaria u objetos que ya han sido autorizados en el área de aduanas de personas por el personal facultado para ello. En el caso de anomalías, el elemento de seguridad deberá informar a su superior inmediato para los fines a que haya lugar. 3.3.2 EDIFICIO DE GOBIERNO. Está compuesta por varios edificios: de fuera hacia dentro, pueden encontrarse el edificio de admisión hombres, admisión mujeres, el centro de observación y clasificación; en el límite del muro perimetral, el edificio de dirección y visita íntima hombres, dirección y visita íntima mujeres. Todos los edificios están comunicados por andadores controlados de dos niveles, y en cada cambio de dirección o punto estratégico se ubica una esclusa con un puesto de vigilancia. 3.3.3 CENTRO DE OBSERVACIÓN Y CLASIFICACIÓN (COC). Este centro es parte fundamental de la prisión, pues en él se mantiene en observación al interno o interna y se hace todo el trabajo técnico para diseñar el tratamiento de readaptación social que requieran él o ella y sus familiares. Para lo cual se efectúan estudios sociales, económicos, psicológicos, psiquiátricos, médicos y físico de los involucrados. Con esos datos se clasifica a los internos por edad, nivel de instrucción, preferencias sexuales, oficio o profesión, comportamiento, etcétera, y se le ubica en el área que le corresponda. Este edificio está formado por varias secciones. Existe un espacio con habitaciones individuales (observación, similar a ingreso) en donde los internos e internas pueden permanecer varias semanas, y recibir visitas. Otra sección del COC es el área técnica en la cual se encuentran las salas de trabajo social, psicología y psiquiatría; en ellas se realizan terapias de grupo con el interno o interna y sus familiares. Una vez hecho el estudio, se determina su situación psicológica y socioeconómica y se diseña el tratamiento más adecuado. También en esta área se ubica la consulta externa de odontología, oftalmología, gastroenterología y medicina general, entre otros, y se prepara un expediente médico. El área de cirugía está perfectamente controlada y cuenta con todo lo necesario para considerarse como un pequeño hospital: tiene un quirófano y una sala de expulsión para la atención de mujeres parturientas; la sección de encamados está dividida en sala de hombres y sala de mujeres (sin comunicación); hay una sala de recuperación, sección de aislados o terapia intensiva; estos servicios se justificarán por la cantidad y el nivel de seguridad de la penitenciaría. 3.3.4 LUGAR PARA VISITAS Y VISITAS INTIMAS. La visita se considera como parte del tratamiento integral, tiene carácter terapéutico y se complementará con medidas de vigilancia en las que se preservará el trato humano, justo y respetuoso a la dignidad de los internos y visitantes. Se autorizará el ingreso de los siguientes visitantes: Familiares directos del interno, esposa (o), o concubina(o), conviviente, amistades, defensores y/o representantes legales, ministros de cultos religiosos, Grupos, Instituciones o Asociaciones Civiles, Organismos Gubernamentales y no Gubernamentales e Instituciones Educativas. Las amistades de los internos podrán ingresar a la visita familiar únicamente cuando éstas se encuentren registradas en el Kardex de visita del interno y sólo si ha registrado domicilio personal. En los Centros existirán áreas específicas y adecuadas para la visita familiar e íntima, para los defensores y ministros de cultos religiosos, así como horarios establecidos en el presente documento. En ningún caso se permitirá que la visita se efectúe en áreas y horarios distintos a los establecidos. En general, todos los servicios que se proporcionen en la Aduana de Personas de los Centros para el otorgamiento de la visita en cualquiera de sus modalidades serán gratuitos. Y quien incurra en actos contrarios, será sancionado conforme a las disposiciones del presente Instructivo, del Reglamento de Centros de Reclusión y demás disposiciones aplicables en la materia. La visita familiar e íntima interreclusorios se autorizará previa valoración del Consejo Técnico Interdisciplinario. Todo visitante deberá observar las normas, prohibiciones y medidas de seguridad, orden, organización y funcionamiento de la Institución en provecho de ésta durante la visita. Los menores de edad deberán asistir a la visita familiar acompañados por un familiar adulto que cubra los requisitos generales para la visita. Siempre y cuando, los primeros de éstos, se trate de hijos o hermanos del interno. Sólo podrán ingresar a los Centros aquellos visitantes que cubran los requisitos señalados para tal efecto, considerando que ninguna visita será autorizada si el interno se niega a recibirla. Toda visita deberá someterse a revisión y registro de su persona así como de sus pertenencias a la entrada de los Centros, misma que se efectuará en el lugar autorizado y por personal de su mismo sexo en un marco de respeto y trato digno. La autorización y control de la visita familiar e íntima en cualquiera de sus modalidades en los Centros, será facultad exclusiva de la Subdirección Técnica, misma que será auxiliada por el Consejo Técnico Interdisciplinario en los casos específicos a que se refiere el presente ordenamiento. Sólo podrán ingresar a los Centros aquellos aparatos y objetos personales para la población interna, previa valoración y autorización del Consejo Técnico Interdisciplinario. De la Visita General. Todos los internos que se encuentren recluidos, gozarán del beneficio de la visita en sus distintas modalidades, de acuerdo a sus diferentes estados procesales, características individuales y con sus respectivas excepciones. 3.3.5 EDIFICIO PARA DORMITORIOS. Los dormitorios para los internos (celdas) deberán cumplir las condiciones requeridas de seguridad y de confort. Podrán ser individuales, triples, quíntuples o colectivas, pero garantizando el espacio vital para cada uno de los internos. Es importante señalar que para el caso de mujeres con hijos pequeños, lactantes o maternales, se deben considerar dormitorios especiales con los elementos indispensables para las necesidades específicas que plantea esta condición. Por razones de seguridad y tratamiento (además de la de género) se deberá clasificar a los internos. En la mayoría de las prisiones se prevén secciones para internos e internas con diferentes perfiles, según su personalidad, edad, tipo de delito, inclinaciones sexuales y preferencias, nivel socioeconómico, grado de instrucción, estado mental y de salud, situación jurídica, etcétera. Existen varias modalidades de la habitación, y lo ideal es que cada interno cuente con su dormitorio individual, equipado con baño completo, pero por razones económicas esto no es posible. Las características de la habitación responden principalmente a los aspectos de seguridad y de vigilancia, es decir, aparte de estar ventilada, iluminada y bien orientada, deberá permitir la visibilidad del custodio desde la circulación hasta los rincones de ésta y estar construida con materiales que garanticen que sea durable, aséptica y prácticamente indestructible, incluyendo las puertas de las celdas y el mobiliario que deberá ser fijo. Existen edificios de habitación individual y son similares a los anteriores en su funcionamiento, pero sus habitaciones son unitarias; generalmente, en estos edificios se ubican internos denominados de alta seguridad, porque son personas con problemas de conducta y se hace necesario separarlos del resto de los internos. En otra sección se ubica a los internos denominados sujetos a protección: son ex funcionarios o ex policías que pueden ser agredidos por los demás internos y por esta razón deben ser aislados. Hay otra sección, donde se ubican los internos inimputables, que durante el proceso o la sentencia sufrieron trastornos mentales y tienen que ser aislados. Existe otro grupo denominado infeccioso, principalmente son los seropositivos que sufren rechazo y, a veces, la agresión del resto de los internos. Es importante mencionar que el aumento de personas infectadas de SIDA en las prisiones es un problema que crece día a día. Los espacios para convivencia, visita íntima, deporte informal e incluso los lugares de trabajo para estas personas están separados de los del resto de los internos. 3.3.6. LOS TALLERES. Son espacios similares a cualquier nave industrial, con su área de producción, almacenes de materia prima y producto terminado, guarda de equipo y herramienta, etcétera, pero cada uno de estos espacios está resuelto como esclusa, además de tener un puesto de control y vigilancia para el manejo de materiales y herramientas, así como el tránsito de internos que funciona como un filtro para que los materiales y herramientas que éstos utilizan, no sean introducidos a las áreas generales de población. Cada vez que el interno entre o salga de la sección de talleres, tendrá que pasar por una revisión para evitar el tráfico y el mal uso de materiales y herramientas que puedan alterar la seguridad al interior del reclusorio. 3.3.7 AUDITORIO. 3.3.8 ZONA PARA ENSEÑANZA. Educación penitenciaria. La educación es conjuntamente con el trabajo la otra gran herramienta formal que la legislación pretende utilizar para resociabilizar al individuo. En tal sentido se pretende no sólo la inserción social sino la elevación personal y cultural del interno. Existe obligatoriedad de otorgar a la reclusa enseñanza primaria, no pudiendo ser otorgada coactivamente, su negativa de parte del condenado implicará la calificación de grave falta de conducta y su consecuencia será la inmediata pérdida de beneficios. En los últimos años y sobre todo con el advenimiento de la democracia se han instalado en numerosas unidades carcelarias una serie de centros de estudios universitarios, sobre todo en el campo del derecho, que intentan mejorar las condiciones de habitabilidad y ejecución de la pena a mérito de su pertenencia al círculo de estudios terciarios. En cuanto a educación, dentro del centro escolar se imparten niveles escolares desde alfabetización hasta nivel licenciatura en colaboración con instituciones como el Instituto Nacional para la Educación de los adultos (INEA), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) que acreditan el grado de aprendizaje alcanzado por el recluso y llegan a dotar de material didáctico. Cuentan con una biblioteca a la que todos tienen acceso. 3.4 LA ARQUITECTURA PENITENCIARIA EN MEXICO. Normas arquitectónicas. 1. Los hombres, las mujeres y los menores de edad deberán compurgar sus penas en lugares separados y adecuados a su condición humana, física, médica y mental (Constitución Mexicana, Artículo 18). 2. Los internos e internas en proceso o sentenciados (convictos) deberán recluirse en prisiones preventivas y penitenciarias, respectivamente (Artículo 18). Estos dos tipos de prisiones tienen diferentes dinámicas: su estructura general y algunos elementos difieren en forma importante. Además, el estado de tensión nerviosa, la carga psicológica y el estrés entre los internos en proceso y los sentenciados plantean necesidades de habitabilidad y de seguridad distintas. 3. Un reclusorio o prisión funciona como una pequeña ciudad, por ello, requiere estar equipado con edificios de diversos géneros, para que los internos puedan habitarlo y realizar actividades de trabajo, culturales y recreativas y capacitación, así como circular y abastecerse; también la vinculación social mediante la visita familiar y la visita conyugal o íntima, que tiene una importancia fundamental para el interno y su tratamiento. Los anteriores requerimientos son aplicables e indispensables para crear condiciones mínimas de confort y habitabilidad para la vida dentro de una prisión. 4. Los dormitorios para los internos (celdas) deberán cumplir las condiciones requeridas de seguridad y de confort. Podrán ser individuales, triples, quíntuples o colectivas, pero garantizando el espacio vital para cada uno de los internos. Es importante señalar que para el caso de mujeres con hijos pequeños, lactantes o maternales, se deben considerar dormitorios especiales con los elementos indispensables para las necesidades específicas que plantea esta condición. 5. Por razones de seguridad y tratamiento (además de la de género) se deberá clasificar a los internos. En la mayoría de las prisiones se prevén secciones para internos e internas con diferentes perfiles, según su personalidad, edad, tipo de delito, inclinaciones sexuales y preferencias, nivel socioeconómico, grado de instrucción, estado mental y de salud, situación jurídica, etcétera. 6. Existen varias modalidades de la habitación, y lo ideal es que cada interno cuente con su dormitorio individual, equipado con baño completo, pero por razones económicas esto no es posible. Las características de la habitación responden principalmente a los aspectos de seguridad y de vigilancia, es decir, aparte de estar ventilada, iluminada y bien orientada, deberá permitir la visibilidad del custodio desde la circulación hasta los rincones de ésta y estar construida con materiales que garanticen que sea durable, aséptica y prácticamente indestructible, incluyendo las puertas de las celdas y el mobiliario que deberá ser fijo. El proceso de diseño. Los requerimientos anteriores generan en el desarrollo de los proyectos arquitectónicos, de cada uno de los edificios que forman la prisión, la necesidad de establecer una relación de funcionamiento sobre bases específicas. En ellas, los aspectos de seguridad, estabilidad, durabilidad y condiciones de extrema rudeza de operación definen las condiciones para que el diseño de cada espacio y de cada elemento (mobiliario, accesorios y equipos) sea especial y profundice en consideraciones de orden totalmente diferentes a las que normalmente estamos acostumbrados. Al respecto, cuando pensamos en un dormitorio (celda) y consideramos que estarán uno o varios presos en ella, debemos asumir que cada interno puede manifestar algún resentimiento social. En primera instancia, si está solo, debido al estado de depresión o estrés a que esté sometido, puede hacerse daño o incluso quitarse la vida con cuerdas, cintos o elementos punzo cortantes. En segunda, dañar con extrema violencia el mobiliario y los accesorios de la habitación o de los espacios que suele utilizar; por esta razón, deberán diseñarse los muebles y accesorios con determinadas características para evitar que el interno pueda dañarlos o utilizarlos como arma. En todos los espacios donde el interno desarrolle sus actividades tendrán que tomarse en cuenta las anteriores consideraciones y también para el diseño arquitectónico. Con objeto de hacer menos onerosa la operación y el mantenimiento de estos centros se busca utilizar tecnologías alternativas para el reciclaje de agua, generación de energía solar y eólica, el uso de materiales y sistemas constructivos regionales, y no depender de las llamadas "tecnologías de punta", que al llegar de países desarrollados, muchas veces no son los más adecuadas para nuestra realidad. La situación penitenciaria en México, y seguramente en todos los países latinoamericanos, es sumamente compleja; la arquitectura penitenciaria, por sí sola, es sólo un eslabón de la gran cadena de problemas críticos en el sistema político, preventivo, judicial y ejecutivo: insalubridad, hacinamiento, corrupción, deterioro e inseguridad de las prisiones, que lejos de contribuir a la readaptación, corrompe más a los internos. 3.4.1 CARCEL DE LECUMBERRI.Surge por la necesidad de la reforma del Código Penal de 1871 en el que se anexa un proyecto arquitectónico para la creación de una Penitenciaría elaborado por el Ingeniero Antonio Torres Torija y la construcción por parte del Ing. M. Quintana. Se inició su construcción en el año de 1885 y se inauguró en el año de 1900 el día 29 de Septiembre, siendo entonces Presidente de la República el Gral. Porfirio Díaz Mori. El edificio tuvo el tipo del estilo de Bentham, o sea, del tipo Panóptico del tipo radial, en donde convergían al centro del polígono todas las crujías, en cuyo centro se erigía una torre de 35 metros de altura destinada para la vigilancia de todo el penal. Se previó para 800 varones, 180 mujeres y 400 menores de 18 años. Contaba con 804 celdas, talleres, enfermería, cocina y panadería. Tenía un área de Gobierno, sección de Servicio médico y Salas de Espera. Las crujías tenían celdas para un solo preso con cama y servicio de sanitario. En cada crujía existía una celda de castigo con puertas sólidas que tenían una mirilla. Se regía por un Consejo de Dirección que hacía las veces de Jefe Inmediato de todas las áreas. En 1908 se dio autorización para ampliar la construcción en donde originalmente tenía una capacidad para 996 internos y en el año de 1971 tuvo una población aproximada de 3800 sujetos y más adelante llego a tener 6000 internos. . Concluye la historia del Palacio Negro el 27 de Agosto de 1976 al ser clausurado por su último Director, el Dr. Sergio García Ramírez y actualmente es sede del Archivo General de la Nación. 3.4.2 PENITENCIARÍA DE SANTA MARTA ACATITLA. Fue inaugurada en el año de 1957, construyó en terrenos localizados en la Delegación de Iztapalapa en un espacio de 10,000 mts cuadrados, con la finalidad de poner al día el Penitenciarismo y relevar parcialmente al Palacio Negro de Lecumberri ya que ésta quedaría como prisión preventiva y la nueva para sentenciados. La penitenciaría del Distrito Federal tiene una construcción de tipo peine, contaba con sitios para la enseñanza, el trabajo y la recreación, cuatro dormitorios y una zona de talleres, además de un edificio para la visita íntima y patios para la visita familiar, un área de Gobierno y una para el Servicio Médico. En la actualidad cuenta con 7 dormitorios independientes o módulos y 4 dormitorios generales. 3.4.5 LAS NUEVAS CONSTRUCCIONES EN MEXICO. De acuerdo con información de la Secretaria de Seguridad Pública, esta situación presiona enormemente dentro del Sistema Penitenciario Federal para poder construir las instalaciones necesarias que permitan tener la capacidad de cumplir con los procesos de selección adecuados, como el diferenciar de internos procesados o sentenciados, de autores materiales e intelectuales en la comisión de los delitos, entre hombres y mujeres, de delincuencia organizada y común, de personas internadas y bajo protección, además de muchos otros mecanismos de selección. Para revertir esta tendencia, y de acuerdo con la estrategia penitenciaria en el ámbito federal, se prevé construir al menos tres nuevos complejos penitenciarios federales. Éstos estarán ubicados en Papantla, Veracruz; Guasave, Sinaloa; Monclova, Coahuila; y Huimanguillo, Tabasco. La otra forma de construir más espacios carcelarios federales será mediante la asignación de 12 contratos de prestación de servicios a empresas, algunas de ellas dedicadas a edificar instalaciones de seguridad nacional. 3.5. LOS RECLUSORIOS DE ALTA SEGURIDAD. Son prisiones para quienes están considerados como los más peligrosos delincuentes en México y en su lista están desde capos del narcotráfico, sicarios, secuestradores, traficantes de humanos y hasta ex funcionarios y ex policías. La última cifra oficial de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal señalaba que en total son 6 mil 405 reos quienes se encuentran internados dentro de las cinco prisiones federales de máxima y mediana seguridad distribuidas en los estados de México, Jalisco, Tamaulipas, Nayarit y Veracruz. Las estadísticas. Cuatro de las cinco prisiones de este tipo llamadas Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos), están a punto de colapsar al no contar con espacio para el internamiento de más reos. De acuerdo con informes de la SSP federal, el proyecto original de estas prisiones federales de albergar a reclusos sentenciados se perdió, pues ante el embate de la delincuencia organizada, los procedimientos judiciales y problemas de seguridad de las cárceles, en la actualidad 60% de los reos de estas cárceles aún son presos sin sentencia. Los datos estadísticos del Sistema Penitenciario Federal revelan que el Cefereso Uno del Altiplano, en el estado de México, tiene capacidad para albergar 816 internos y tiene 810 presos, en el Dos de Occidente en Jalisco hay sobrecupo al contar con 837 presos cuando su capacidad es para 836, el Tres Noreste de Tamaulipas cuenta con 724 espacios carcelarios y alberga 723 internos. Estas tres cárceles están consideradas como las de mayor nivel de seguridad en el país y en una de ellas, la de Puente Grande, Jalisco, se produjo hasta ahora la única fuga registrada en esas cárceles y que fue la de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. Las otras dos prisiones federales de más reciente operación son los Ceferesos Cuatro del Noroeste en Nayarit que tiene mil 360 espacios y su población carcelaria es de mil 331, además de que esta prisión puede albergar población de reos de alta y media peligrosidad. El último de los Ceferesos es Cinco del Oriente, que está situado en Veracruz, el cual cuenta con una población de 2 mil 704 reclusos frente a una capacidad de 2 mil 828 lugares. Entró en operación en forma emergente ante el problema de sobrepoblación en los otros cuatro y actualmente este penal de seguridad media ya está más allá de 90% de su capacidad instalada, afirman. Los números respecto a sentenciados y procesados en cada uno de los cinco Ceferesos son los siguientes. En el penal del Altiplano el porcentaje entre unos y otros es de 20% de sentenciados contra 80% de procesados. En el caso del Occidente o Puente Grande, Jalisco, las cifras son de 25% en el caso de los primeros por 75% de los segundos. En el del Noreste o de Matamoros, Tamaulipas, las cifras marcan que el promedio es de alrededor de 50% para cada rubro, pero en el caso de los dos últimos, el del Noroeste de El Rincón en Tepic, Nayarit, el porcentaje es 95% y 5%, respectivamente, y en el del Oriente, en Villa Aldama, Veracruz, la población está conformada por 20% de procesados y 80% de sentenciados. Unidad lV DISCIPLINA PENITENCIARIA OBJETIVO ESPECÍFICO. Que el alumno conozca las sanciones que existen en el sistema penitenciario; para que valore su aplicación apegado a los principios legales que las rigen. 4.1 Objetivos de la disciplina penitenciaria. En el ámbito del Derecho penitenciario, en su concepción vigente durante la primera mitad del siglo XX, Francesco Carnelutti (1950: 243) entendió la disciplina como "el conjunto de los poderes atribuidos a los oficiales del proceso ejecutivo a fin de obtener la sujeción del recluso a las normas del reglamento y a las órdenes del personal". De esta definición se deduce que el distinguido procesalista entendió la disciplina como una función de simple autoridad. A diferencia de lo anterior y, con motivo de que el Derecho penitenciario evolucionó a partir de la segunda mitad del siglo XX, encontramos que Roberto Reynoso Dávila (1996: 158) en relación con la disciplina, nos dice: Su misión es facilitar el cumplimiento de las finalidades de corrección y enmienda asignadas a la pena y, en consecuencia, se han de hacer compatibles el respeto a la personalidad del recluso y la consideración de las circunstancias de cada caso concreto con el mantenimiento firme del orden, a fin de que queden debidamente asegurados la custodia de los recluidos y el desarrollo de la vida normal de los establecimientos. Por otra parte, a la pregunta de ¿cómo debe ser el orden y la disciplina en los establecimientos penitenciarios?, la regla número 27 de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos de las Naciones Unidas, adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, responde que se mantendrán con firmeza, sin imponer más restricciones de las necesarias para mantener la seguridad y la buena organización de la vida en común. Si se quisiera encontrar una explicación a la diversa interrogante de ¿por qué el orden y la disciplina en los establecimientos penitenciarios debe mantenerse con firmeza?, debe citarse nuevamente a Carnelutti, quien considera: Siendo el recluso por definición un rebelde a las reglas de la convivencia social y, por otra parte, siendo muy grave en el ambiente de la reclusión el peligro de contagio que todo acto de desorden lleva consigo, la disciplina, en tal sentido, debe ser particularmente severa. Por ello, al referirse a la obediencia como uno de los principios que deben orientar el régimen de la expiación, destaca como una verdad manifiesta que como "el delito es un hecho de desobediencia, el condenado debe ser educado para obedecer" (Carnelutti) Por todo lo anterior, podemos decir que la disciplina es el conjunto de facultades conferidas a las autoridades penitenciarias, para alcanzar la sujeción del recluso a las disposiciones legales y reglamentarias, así como a las órdenes del personal, con el objeto o propósito de mantener con firmeza el orden en los centros penitenciarios, así como garantizar la protección de la integridad física y la rehabilitación del delincuente. La Autoridad Penitenciaria estará obligada a hacer saber a las personas privadas de la libertad, al momento de su ingreso y por escrito, las normas disciplinarias, asegurándose en todo momento que éstas se encuentren disponibles para su consulta. En el caso de personas con alguna discapacidad, la Autoridad Penitenciaria deberá proveer los medios necesarios para su comprensión. De necesitar un traductor o intérprete, la Autoridad Penitenciaria deberá proporcionarlo. Desde el momento de su ingreso, la persona privada de su libertad, procesada o por sentencia, estará obligada a cumplir con las normas de conducta que rijan en el Centro Penitenciario así como las disposiciones que regulen la convivencia interior. 4.2 El procedimiento disciplinario. El procedimiento disciplinario se encuentra previsto en el primer párrafo del artículo 13 de la Ley de normas mínimas y desarrollado por los numerales 123, 127 y 128 de su reglamento. Se trata de un procedimiento sumario en el que la autoridad debe comprobar la falta y la responsabilidad del interno, quien, en mi opinión, goza de la presunción de inocencia, pues, como señala Raúl Plascencia Villanueva (2006: 67 y 83), la presunción de inocencia supone un reconocimiento de un derecho humano que debe trasladarse a cualquier procedimiento sancionador, no únicamente en el ámbito del proceso penal. Siguiendo con el análisis del procedimiento disciplinario, el director del centro debe ordenar al presunto infractor que comparezca ante el Consejo Técnico Interdisciplinario para que lo escuche en su defensa. Debe destacarse que si bien es cierto que el reglamento no contempla la posibilidad de que el interno se defienda por medio de abogado o por persona de su confianza, ni que puedan ofrecerse pruebas para su defensa, también es verídico que tampoco lo prohíbe. De lo contrario, el afectado podrá alegar válidamente que no tuvo derecho a un procedimiento justo. La comparecencia del interno ante el consejo deberá hacerse constar por escrito en original y copia, para agregarse al expediente formado con motivo del procedimiento y entregarse al presunto infractor, respectivamente. Después de escuchados los argumentos de defensa, el director del reclusorio, con base en la opinión que emita el Consejo Técnico Interdisciplinario, dictará la resolución que ponga fin al procedimiento sancionador y que deberá contener, en forma sucinta, la falta que se imputa al interno, las manifestaciones de defensa y la corrección disciplinaria que en su caso sea impuesta. Por su parte, el interno, por sí o a través de sus familiares, defensores o la persona que él designe, podrá inconformarse verbalmente o por escrito en contra de la corrección disciplinaria que le sea impuesta, ante el Consejo Técnico Interdisciplinario o ante la Dirección General de Prevención y Readaptación Social, quienes deberán resolver lo que proceda en un término que no exceda de cuarenta y ocho horas, comunicando la resolución respectiva para su ejecución al director del Centro Federal de Readaptación Social y al sancionado, agregándose una copia al expediente del interno. 4.3 De los estímulos Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos disponen que en cada establecimiento penitenciario se instituirá un sistema de privilegios adaptado a los diferentes grupos de reclusos y a los diferentes métodos de tratamiento, con el propósito de alentar la buena conducta, desarrollar el sentido de responsabilidad y promover el interés y la cooperación de los reclusos en lo que a su tratamiento se refiere (regla número 70). En México, la Ley de normas mínimas dispone en su artículo 13 que en el reglamento interior del reclusorio se harán constar, en forma clara y terminante, entre otras cuestiones, los hechos meritorios; sin embargo, el reglamento dista mucho de cumplir con el mandato impuesto por el legislador, ya que es ambiguo en ese aspecto y no contiene un catálogo de premios o estímulos. Considero que permitir a los reclusos que vean la televisión, escuchar la radio, comprar refrigerios o productos diversos para su consumo fuera de los horarios de alimentación establecidos, etcétera, constituyen estímulos disciplinarios. Roberto Reynoso Dávila (1996: 158) considera que es preciso estimular a los reclusos al cumplimiento de las disposiciones reglamentarias a través de un adecuado sistema de premios y recompensas, siempre que sus actos denoten buena conducta, laboriosidad, propósito de enmendar el daño causado y, en general, observancia sincera al tratamiento penitenciario; por lo que propone las recompensas siguientes: 1) reducción extraordinaria de la condena; 2) concesiones extraordinarias de comunicaciones orales o escritas; 3) exención de servicios no retribuidos; 4) premios en dinero; y 5) desempeños de destino, así como cargos auxiliares y de confianza. En relación a lo que señala el reglamento interno de los centros de readaptación social del estado, menciona lo siguiente: ARTICULO 87.- La concesión de incentivos y recompensas a internos, quedará sujeta al criterio del Director del establecimiento, tanto en los casos que el considere, como en la forma en que deberán ser otorgados. 4.4 Motivos de actos de indisciplina. De acuerdo al REGLAMENTO DE LOS CENTROS DE READAPTACION SOCIAL EN EL ESTADO DE GUERRERO, en su artículo señala lo siguiente: ARTÍCULO 80.- Las correcciones disciplinarias serán aplicables a los internos que incurran en las siguientes infracciones: I.- Intentar en vías de hecho evadirse o conspirar para ello; II.- Poner en peligro la seguridad de la Institución, la de sus compañeros y la propia; III.- Desacatar e interferir las disposiciones del servicio de seguridad y custodia; IV.- Dañar las instalaciones y equipo dándoles mal uso y trato; V.- Permanecer o Circular en lugares, sin contar con la autorización para hacerlo; VI:- Faltar al respeto a las autoridades mediante injurias o expresiones que denoten insubordinación o indisciplina; VII.- Alterar el orden en los dormitorios, talleres, comedores y demás áreas de uso común. VIII.- Sustraer u ocultar los objetos propiedad o uso de los compañeros de reclusión; IX.- Causar alguna molestia, expresar palabras soeces o injurias a los familiares y visitantes de los internos, o en presencia de menores que visiten la Institución. X.- Proferir palabras soeces u ofensivas en contra de sus compañeros; XI.- Apostar dinero; XII.- Faltar a las disposiciones de higiene y aseo que se establezcan en el Centro; XIII.- Entregar u ofrecer dinero o cualquier dádiva al personal de la Institución; XIV.- Acudir impuntualmente o abandonar las actividades y labores a las que deban concurrir; XV.- Incurrir en actos o conductas contrarias a la moral o a las buenas costumbres; XVI.- Infringir otras disposiciones del presente reglamento. Cuando la gravedad de la infracción ponga en peligro la seguridad del establecimiento, el Director del centro levantará el acta informativa correspondiente y la turnará al Ministerio Público para los efectos a que hubiere lugar. A diferencia la LEY NACIONAL DE EJECUCIÓN DE PENAL señala las faltas graves en el siguiente artículo. Artículo 39. Determinación de Faltas Disciplinarias. La determinación de las faltas disciplinarias estará a cargo del Comité Técnico. Para la determinación de las faltas, las normas disciplinarias deberán apegarse estrictamente a los principios de necesidad, proporcionalidad y razonabilidad, así como a la culpabilidad y respeto a los derechos humanos, por lo que sólo podrán establecerse sanciones para las conductas que afecten bienes jurídicamente tutelados o que no impliquen el ejercicio de un derecho, y cuya autoría sea plenamente identificada, evitando así la imposición de medidas disciplinarias de carácter general. Artículo 40. Faltas disciplinarias graves Las sanciones que establezcan las normas disciplinarias serán proporcionales al daño que ocasione la infracción. Sólo se podrán considerar como faltas disciplinarias graves: I. La participación activa en disturbios; II. Evadirse, intentar evadirse y/o favorecer la evasión de personas privadas de la libertad; sin perjuicio de la responsabilidad penal; III. Los actos que impliquen la comisión de un delito en agravio del personal del Centro Penitenciario o de las personas privadas de la libertad; IV. La posesión de instrumentos punzo cortantes, armas o cualquier otro objeto que ponga en riesgo la seguridad del Centro Penitenciario y/o la vida de otra persona; V. La posesión o el consumo de sustancias psicotrópicas, estupefacientes o bebidas alcohólicas; VI. Los actos dolosos que causen daño o destrucción de las instalaciones del Centro Penitenciario; VII. Las conductas que afecten a la integridad física y moral de las visitas de las personas privadas de la libertad; VIII. Comercialización y tráfico de objetos prohibidos al interior del penal; IX. Uso de aparatos de telecomunicación prohibidos; X. Las conductas dolosas que afecten el funcionamiento de los servicios o la provisión de suministros en el Centro Penitenciario; XI. Las acciones que tengan por objeto controlar algún espacio o servicio dentro del Centro Penitenciario, ejercer alguna función exclusiva de la autoridad o propiciar la subordinación entre personas privadas de la libertad, y XII. Evadirse o incumplir con las medidas de vigilancia, supervisión o monitoreo establecidas durante el goce de un permiso extraordinario por razones humanitarias. Si alguna de las conductas previstas en el presente artículo llegase a constituir delito, tales hechos se harán del conocimiento del Ministerio Público para los efectos legales conducentes. 4.5 Sanciones disciplinarias en el Reglamento de los Centros de Readaptación Social del Estado. REGLAMENTO DE LOS CENTROS DE READAPTACION SOCIAL EN EL ESTADO DE GUERRERO ARTÍCULO 81.- Las correcciones disciplinarias aplicables a los internos infractores serán: I.- Amonestación en privado o en público; II.- Suspensión parcial o total de los incentivos o estímulos; III.- Privación o suspensión de la autorización para asistir o participar en actividades recreativas o deportivas; IV.- Traslado a otro dormitorio o Centro de Readaptación Social dentro o fuera de la Entidad; V.- Suspensión de visitas, salvo la de sus defensores; VI.- Aislamiento temporal sujeto a la vigilancia médica. ARTÍCULO 82.- Las correcciones disciplinarias a que se refiere el artículo anterior, solo podrán ser aplicadas por el Director del Centro. Previo dictamen del H. Consejo Interno Técnico Interdisciplinario. ARTICULO 83.- Al tener conocimiento el directivo que se encuentra en funciones en el establecimiento, de una infracción atribuida a un interno, ordenará que comparezca el presunto infractor, escuchará a éste y resolverá lo conducente. Lo anterior se asentará por escrito, cuyo original se agregará al expediente y una copia se entregará al interno. En la resolución se hará constar en forma sucinta la falta cometida, la manifestación que en su defensa haya hecho el infractor y, en su caso, la corrección disciplinaria impuesta. ARTÍCULO 84.- Los internos no podrán ser sancionados sin que previamente se les haya informado de la infracción que se les atribuya, y se les haya escuchado en su defensa. ARTÍCULO 85.- Dentro de los tres días siguientes a la notificación, el interno, sus familiares, defensores o la persona que él designe, podrán inconformarse verbalmente o por escrito respecto de la corrección disciplinaria impuesta, ante la Dirección General de Readaptación Social. Esta emitirá su fallo al Centro de Readaptación correspondiente en un término de 48 horas después de recibida la queja. 4.6 De los castigos corporales. En relación a los castigos o sanciones la LEY NACIONAL DE EJECUCIÓN PENAL señala lo siguiente. Artículo 42. Restricciones a las medidas disciplinarias Queda prohibido imponer medidas disciplinarias que impliquen tortura y tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, el encierro en celda oscura o sin ventilación y el aislamiento indefinido o por más de quince días continuos. Durante el aislamiento, la Autoridad Penitenciaria estará obligada a garantizar un mínimo de contacto humano apreciable por lo menos cada veintidós horas durante el tiempo que dure la medida. Artículo 43. Restricciones al Aislamiento El aislamiento temporal no será motivo de restricción o impedimento para la comunicación con el defensor en los términos de esta Ley Como se vio en el apartado anterior, el orden y la disciplina en los centros de reclusión deben mantenerse con firmeza; sin embargo, los penados gozan de diversos derechos fundamentales que deben ser respetados por las autoridades y demás personal que labora en los centros penitenciarios. La primera de tales garantías consiste en que el interno no debe ser sometido a torturas, ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. La tortura, según Sonia Rojas Castro (citada por Martín, Rodríguez-Pinzón y Guevara, 2006: 319 y 320), afrenta los principios o valores de la dignidad humana, el de presunción de inocencia y el de igualdad, puesto que lesiona de manera grave a la persona, trata de reducirla, quebrantarla, de vencer su resistencia; castiga al sospechoso por la falta que se le atribuye; e impone a la víctima tratos crueles, físicos o mentales, negándole el trato justo y humanitario a que toda persona tiene derecho. La prohibición de ejecutar tales actos se contiene en el artículo 5º de la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, que establece lo siguiente: "Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes". 7 Antonio Truyol y Serra (2000: 113) nos dice que en aquella oportunidad, la ONU tenía 58 miembros y que la mencionada Declaración se aprobó por 48 votos a favor, ninguno en contra, 8 abstenciones (Unión Sudafricana, Arabia Saudí, Bielorrusia, Checoslovaquia, Polonia, Ucrania, Unión Soviética y Yugoslavia) y 2 ausencias. Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 8 en sus artículos 7 y 10, puntos números 1 y 3, establece, en lo que aquí interesa, respectivamente, lo siguiente: Artículo 7 Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes (...) Artículo 10 1. Toda persona privada de libertad será tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano. (...) 3. El régimen penitenciario consistirá en un tratamiento cuya finalidad esencial será la reforma y la readaptación social de los penados (...) (en Carbonell, Moguel y Pérez, 2003: I, 50 y 52). Era de esperarse que tarde o temprano alguno de los Estados Partes del Pacto aludido llevara ante el Comité de Derechos Civiles y Políticos un asunto en el que se cuestionara si era necesario o no elaborar un catálogo de los actos prohibidos por el artículo 7. En respuesta a ello, en el 44º período de sesiones correspondiente al año de 1992, el Comité emitió la Observación general número 20, en cuyos puntos 4 y 5 estableció, respectivamente, que no era necesario elaborar dicho inventario, ni establecer distinciones concretas entre las diferentes formas de castigo o de trato, por lo que las diferencias dependen de la índole, el propósito y la severidad del trato aplicado, y que la prohibición enunciada en el artículo 7 se refiere no sólo a los actos que causan a la víctima dolor físico, sino también a los que producen sufrimiento moral (Carbonell, Moguel y Pérez, 2003: I, 429). A su vez, la Convención contra la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes 9 estableció una definición del término "tortura": todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas (Carbonell, Moguel y Pérez, 2003: I, 161 y 162). Como puede observarse, para la Convención, la tortura puede perseguir cualquier propósito. En cambio, la Ley Federal para Prevenir y Sancionar la Tortura establece en su artículo 3º que para que una acción pueda ser considerada como tortura, se requiere que el servidor público, en ejercicio de sus funciones, inflija a una persona dolores o sufrimientos graves, sean físicos o psíquicos, con el propósito de conseguir "información o una confesión", o castigar a la persona "por un acto que haya cometido o se sospeche ha cometido, o coaccionarla para que realice o deje de realizar una conducta determinada". La Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), 10 establece en su artículo 5, puntos números 1 y 2, respectivamente lo siguiente: Artículo 5. Derecho a la Integridad Personal 1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral 2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano. (Carbonell, Moguel y Pérez, 2003: I, 253). Lo expuesto anteriormente me permite establecer que las autoridades penitenciarias deben abstenerse de torturar o inferir tratos crueles o inhumanos en perjuicio de los penados, aun para mantener o restaurar el orden y la disciplina en los centros federales de Readaptación Social. Sin embargo, en la práctica resulta difícil determinar cuándo se está ante la presencia de esa clase de tratos. Por ejemplo, el Tribunal Constitucional Español, en la sentencia de 28 de febrero de 1994, estableció que en el ámbito penitenciario, para apreciar la existencia de tratos inhumanos o degradantes, es necesario que éstos acarreen sufrimientos de especial intensidad o provoquen humillación o sensación de envilecimiento que alcance un nivel determinado, distinto y superior al que suele llevar aparejada una condena, por lo que no se incurrió en tales conductas cuando a un preso se le obligó a desnudarse y a realizar una serie sucesiva de flexiones, sin ninguna pieza de ropa, pues la orden recibida no entrañaba que hubiera de producirse contacto corporal alguno del sujeto pasivo con tercera persona y sin que, por otro lado, la queja señale la duración o número de flexiones que el penado debía llevar a cabo para poder inferir, por su prolongación, que éstas ocasionaran un sufrimiento de especial intensidad. Esta decisión no es compartida por Mario Conde (2006: 20 y 21), quien pone sobre la mesa de la discusión las preguntas siguientes ¿cuántas flexiones desnudo son necesarias para que el trato sea inhumano o vejatorio?, ¿cuatro, seis, doce...? Pues bien, en México no estamos exentos de esa clase de prácticas, y debe tenerse en cuenta que como el 18 de diciembre de 1980, el Senado de la República aprobó el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 11en teoría las autoridades de los reclusorios se encuentran obligadas a: 1) no someter a persona alguna a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes; 2) tratar humanamente a toda persona privada de libertad y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano; y 3) expedir las disposiciones legales que permitan que el régimen penitenciario consista en un tratamiento, cuya finalidad esencial sea la reforma y la readaptación social de los penados. 4.7 Garantía de exacta aplicación de la ley. Tal comentado en el inciso que antecede, resulta analizar, con relación a la garantía de exacta aplicación de la ley, si las conductas constitutivas de infracciones y las sanciones disciplinarias pueden encontrarse previstas en un reglamento o necesariamente deben establecerse en una ley. Para encontrar las respuestas a tales interrogantes debe recordarse que el párrafo tercero del artículo 14 constitucional consagra la garantía de la exacta aplicación de la ley en materia penal, al disponer que en "los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía y aun por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trate". Para Emma Mendoza Bremauntz (2005: 261), en el reglamento reiteradamente se refiere a instructivos y manuales en los que se establecerán la aplicación y determinación de correctivos e infracciones; empero, considera que tales circunstancias deberían estar previstas en leyes y reglamentos, no en simples instructivos de carácter administrativo que pueden modificarse como mejor convenga a la autoridad ejecutora, lo que ocasiona inseguridad jurídica y una discrecionalidad que se presta para cometer abusos en contra de los internos y de sus familiares. Por su parte, Raúl Carrancá y Rivas (2005: 523) destaca que como garantía del penado y en respeto a su dignidad humana, la Ley de normas mínimas dispone que en el reglamento interior del reclusorio se tipificarán las infracciones, las correcciones disciplinarias, los hechos meritorios y las medidas de estímulo. Considero que no existe razón, al menos aparente, para que, el principio nullum crimen, nulla poena sine lege, consagrado en el artículo 14 del Código Político Supremo de la Nación, también rija tratándose de las infracciones y correcciones disciplinarias. En efecto, si el legislador delegó en el ejecutivo la función de tipificar las infracciones, esto es, la descripción de las conductas de las que dependan las sanciones, así como los castigos respectivos, es claro que se viola la garantía de exacta aplicación de la ley. 4.8 los derechos y obligaciones de los internos. Derechos y Obligaciones de las personas. Artículo 9. Derechos de las personas privadas de su libertad en un Centro Penitenciario Las personas privadas de su libertad en un Centro Penitenciario, durante la ejecución de la prisión preventiva o las sanciones penales impuestas, gozarán de todos los derechos previstos por la Constitución y los Tratados Internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, siempre y cuando estos no hubieren sido restringidos por la resolución o la sentencia, o su ejercicio fuese incompatible con el objeto de éstas. Para los efectos del párrafo anterior, se garantizarán, de manera enunciativa y no limitativa, los siguientes derechos: I. Recibir un trato digno del personal penitenciario sin diferencias fundadas en prejuicios por razón de género, origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidades, condición social, posición económica, condiciones de salud, religión, opiniones, preferencias sexuales o identidad de género, estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana; II. Recibir asistencia médica preventiva y de tratamiento para el cuidado de la salud, atendiendo a las necesidades propias de su edad y sexo en por lo menos unidades médicas que brinden asistencia médica de primer nivel, en términos de la Ley General de Salud, en el Centro Penitenciario, y en caso de que sea insuficiente la atención brindada dentro de reclusión, o se necesite asistencia médica avanzada, se podrá solicitar el ingreso de atención especializada al Centro Penitenciario o que la persona sea remitida a un Centro de Salud Público en los términos que establezca la ley; III. Recibir alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, adecuada para la protección de su salud; IV. Permanecer en estancias designadas conforme a la ubicación establecida en el artículo 5 de esta Ley; V. Ser informado de sus derechos y deberes, desde el momento en que sea internada en el Centro, de manera que se garantice el entendimiento acerca de su situación. La información deberá ser proporcionada conforme al artículo 38 de esta Ley y a las demás disposiciones aplicables; VI. Recibir un suministro suficiente, salubre, aceptable y permanente de agua para su consumo y cuidado personal; VII. Recibir un suministro de artículos de aseo diario necesarios; VIII. Acceder al régimen de visitas en términos del artículo 59 de esta Ley; IX. Efectuar peticiones o quejas por escrito, y en casos urgentes, por cualquier medio a las instancias correspondientes; X. Toda persona privada de la libertad tiene derecho a que se garantice su integridad moral, física, sexual y psicológica; XI. A participar en la integración de su plan de actividades, el cual deberá atender a las características particulares de la persona privada de la libertad, en el marco de las condiciones de operación del Centro Penitenciario; XII. Los demás previstos en la Constitución, Tratados y las demás disposiciones legales aplicables. Toda limitación de derechos sólo podrá imponerse cuando tenga como objetivo garantizar condiciones de internamiento dignas y seguras, en su caso, la limitación se regirá por los principios de necesidad, proporcionalidad e idoneidad. Artículo 10. Derechos de las mujeres privadas de su libertad en un Centro Penitenciario Además de los derechos establecidos en el artículo anterior, las mujeres privadas de la libertad tendrán derecho a: I. La maternidad y la lactancia; II. Recibir trato directo de personal penitenciario de sexo femenino, específicamente en las áreas de custodia y registro. Tratándose de la atención médica podrá solicitar que la examine personal médico de sexo femenino, se accederá a esa petición en la medida de lo posible, excepto en las situaciones que requieran intervención médica urgente. Si pese a lo solicitado, la atención médica es realizada por personal médico de sexo masculino, deberá estar presente un miembro del personal del Centro Penitenciario de sexo femenino; III. Contar con las instalaciones adecuadas y los artículos necesarios para una estancia digna y segura, siendo prioritarios los artículos para satisfacer las necesidades de higiene propias de su género; IV. Recibir a su ingreso al Centro Penitenciario, la valoración médica que deberá comprender un examen exhaustivo a fin de determinar sus necesidades básicas y específicas de atención de salud; V. Recibir la atención médica, la cual deberá brindarse en hospitales o lugares específicos establecidos en el Centro Penitenciario para tal efecto, en los términos establecidos en la presente Ley; VI. Conservar la guardia y custodia de su hija o hijo menor de tres años a fin de que pueda permanecer con la madre en el Centro Penitenciario, de conformidad a las disposiciones aplicables; VII. Recibir la alimentación adecuada y saludable para sus hijas e hijos, acorde con su edad y sus necesidades de salud con la finalidad de contribuir a su desarrollo físico y mental, en caso de que permanezcan con sus madres en el Centro Penitenciario; VIII. Recibir educación inicial para sus hijas e hijos, vestimenta acorde a su edad y etapa de desarrollo, y atención pediátrica cuando sea necesario en caso de que permanezcan con sus madres en el Centro Penitenciario, en términos de la legislación aplicable; IX. Acceder, a los medios necesarios que les permitan a las mujeres con hijas e hijos a su cargo adoptar disposiciones respecto a su cuidado. Para el caso de las mujeres que deseen conservar la custodia de la hija o el hijo menor de tres años, durante su estancia en el Centro Penitenciario y no hubiera familiar que pudiera hacerse responsable en la familia de origen, la Autoridad Penitenciaria establecerá los criterios para garantizar el ingreso de la niña o el niño. Se notificará a la Procuraduría Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes o a sus equivalentes en las entidades federativas; X. Contar con las instalaciones adecuadas para que sus hijas e hijos reciban la atención médica, de conformidad con el interés superior de la niñez, atendiendo a su edad, condiciones y a sus necesidades de salud específicas, y XI. Los demás previstos en las disposiciones legales aplicables. La Autoridad Penitenciaria coadyuvará con las autoridades corresponsables, En el ámbito de su competencia, para proporcionar las condiciones de vida que garanticen el sano desarrollo de niñas y niños. Para los efectos de las fracciones I y IV de este artículo, las mujeres en reclusión podrán conservar la custodia de sus hijas e hijos en el interior de los Centros Penitenciarios. La Autoridad Penitenciaria, atendiendo el interés superior de la niñez, deberá emitir el dictamen correspondiente. Si la hija o el hijo tuvieran una discapacidad, se podrá solicitar a la Autoridad Penitenciaria la ampliación del plazo de estancia al cuidado de la madre. En todo caso, se resolverá ponderando el interés superior de la niñez. En el supuesto de que la madre no deseara conservar la custodia de sus hijas e hijos, estos serán entregados a la institución de asistencia social competente, en un término no mayor a veinticuatro horas, en donde se harán los trámites correspondientes, de acuerdo con la legislación aplicable. La Autoridad Penitenciaria deberá garantizar que en los Centros Penitenciarios para mujeres haya espacios adecuados para el desarrollo integral de las hijas o hijos de las mujeres privadas de su libertad, o en su defecto, para el esparcimiento del niño o niña en las visitas a su madre. En el supuesto en el que las Autoridades determinen el traslado de una mujer embarazada o cuyas hijas o hijos vivan en el Centro Penitenciario con ella, se garantizará en todo momento el interés superior de la niñez. Las disposiciones aplicables preverán un régimen específico de visitas para las personas menores de edad que no superen los diez años y no convivan con la madre en el Centro Penitenciario. Estas visitas se realizarán sin restricciones de ningún tipo en cuanto a frecuencia e intimidad, y su duración y horario se ajustarán a la organización interna de los Centros. Artículo 11. Obligaciones de las personas privadas de su libertad en un Centro Penitenciario. Las personas privadas de su libertad tendrán las siguientes obligaciones: I. Conocer y acatar la normatividad vigente al interior de los Centros Penitenciarios; II. Acatar de manera inmediata el régimen de disciplina, así como las medidas de seguridad que, en su caso, imponga la Autoridad Penitenciaria, en los términos de esta Ley; III. Respetar los derechos de sus compañeros de internamiento, así como de las personas que laboren o asistan al Centro Penitenciario; IV. Conservar el orden y aseo de su estancia, de las áreas donde desarrollan sus actividades, así como de las instalaciones de los Centros Penitenciarios; V. Dar buen uso y cuidado adecuado al vestuario, equipo, mobiliario y demás objetos asignados; VI. Conservar en buen estado las Instalaciones de los Centros Penitenciarios; VII. Cumplir con los rubros que integren su Plan de Actividades; VIII. Cumplir con los programas de salud y acudir a las revisiones médicas y de salud mental periódicas correspondientes, y IX. Las demás previstas en las disposiciones legales aplicables. UNIDAD V ANÁLISIS Y CRÍTICA A LA PENA DE PRISIÓN Que el alumno analice la existencia actual de la pena de prisión; conociendo además sus principales defectos, que le permite tener una concepción amplia de sus existencia y de sus fines. 5.1 Crisis de la prisión. El sistema penitenciario nacional está en crisis, muchas de las prisiones del país no garantizan los más mínimos derechos para las personas privadas de su libertad y conforme a los estándares internacionales su evaluación está en números rojos. Así lo documentó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en su Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2017, que se presentó este miércoles. Ruth Villanueva Castilleja, tercera visitadora general de la CNDH, subrayó que pese a los avances de años recientes, "nadie en su sano juicio puede pensar que tenemos un buen sistema penitenciario, no lo hay y eso se tiene que decir". Lamentó en ese sentido que ninguno de los cinco aspirantes a la Presidencia de la República se haya referido a fondo a este tema. El estudio incluyó un análisis de 198 de las 378 cárceles varoniles, femeniles y mixtas del país: 131 estatales en las que están internas 161 mil 855 personas, 20 centros federales donde hay 21 mil 906 presos, tres prisiones militares en las que hay 539 personas privadas de la libertad, 44 municipales con 2 mil 529 internos y 17 establecimientos femeniles con 9 mil 705 presas. La calificación en promedio nacional para los centros penitenciarios es de 6.3, pero son las cárceles municipales las peor evaluadas. De acuerdo con la funcionaria de la CNDH actualmente estos centros locales alcanzaron una calificación de 3.99, apenas arriba de la obtenida el año pasado que fue de 3.90. Las estatales pasaron de 6.27 puntos en 2016 a 6.30 en 2017, los centros federales de 7.21 a 7.33 y los militares de 7.95 a 8.13. Los centros femeniles obtuvieron una calificación de 7.26 puntos, mientras los mixtos apenas de 5.98. En ese sentido, Villanueva Castilleja urgió en la necesidad de que haya al menos una cárcel para mujeres por cada entidad federativa, pues apenas existen 17 en el país. Las deficiencias detectadas en los centros estatales, abundó, es que no hay separación entre la población en proceso y la sentenciada, insuficiencia de personal de seguridad y custodia, deficientes condiciones materiales, sobre población y hacinamiento, mala higiene en instalaciones, falta de actividades laborales y capacitación para el trabajo; además de el grave problema de autogobierno o co gobierno, falta de atención y prevención de incidentes violentos. En las cárceles federales la CNDH documentó que no se dan situaciones de autogobierno ni sobrepoblación o hacinamiento, pero se afecta el contacto de los reclusos con el exterior. Además, en 16 hay personal insuficiente, 14 careen de actividades laborales y de capacitación y deficiencias en la atención a la salud de la población penitenciaria, en 13 se detectó insuficiencia para la prevención de adicciones y desintoxicación, en ocho no hay separación entre procesados y sentenciados. En las prisiones municipales se detectó inexistencia o insuficiencia de instalaciones necesarias para el funcionamiento de los centros; falta de actividades educativas, deportivas, laborales y de capacitación para el trabajo; no hay separación entre procesados y sentenciados; falta de reglamentos y manuales; deficiencias en las condiciones materiales y de higiene de las instalaciones, entre otras. En cuanto a las prisiones militares recurrente fue la falta de actividades laborales y de capacitación para el trabajo. La tercera visitadora de la CNDH señaló que las cárceles de tres estados: Nayarit, Guerrero y Tamaulipas son las peor calificadas a escala nacional. 5.2 Fracaso de la prisión. La prisión es considerada uno de los eslabones más vulnerables del sistema penal de acuerdo con Raúl Zafforoni, por sistema penal debe de entenderse el control social punitivo institucionalizado que, en la práctica ve desde que se detecta una sospecha de delito hasta que se impone y ejecuta una sanción. Sobre las cárceles conviene mejorarlas e informar de los problemas que presentan como: 1.- no hay clasificación de criminales de baja, media mediana o alta peligrosidad, por lo que los primodelincuentes pueden con el tiempo llegar a la tercera categoría. 2.- la sobrepoblación disminuye las posibilidades de una buena convivencia e higiene, además de que favorece la agresividad y mucho otros problemas, como la violación a entre presos. 3.- la corrupción imperante entre custodios que venden privilegios y hasta distribuyen droga. Las evaluaciones de las prisiones tienen varios fines. Uno es ver si cumplen con sus funciones u objetivos, y otro es revisar si la vida interna es digna y respeta los derechos humanos. El objetivo de las instituciones penitenciarias es (como su nombre lo dice) readaptar a los delincuentes a la sociedad. Es decir, el delito es una forma de romper con el pacto social, y por ello al autor del mismo se le retira de la sociedad para corregirlo y regrese integrado a la misma. Hacer esto significa librar a la sociedad de delincuentes. Si no logra este objetivo, entonces la institución penitenciaria le está inyectando delincuentes entrenados a la sociedad. Y la medición que se hizo respecto a la dimensión de reinserción social de 2007 a 2014 se obtuvo el siguiente resultado: en 2007 había mil 400 reincidencias, y para 2014 subieron a 10 mil 900. Es decir, hubo un aumento de 634 por ciento en la reincidencia documentada. Tal vez la reincidencia sin documentar sea aún mayor. Si las prisiones no respetan la dignidad de los presos, y no les ofrece la posibilidad de habilitarse para el trabajo o el estudio, entonces menos cumplirá con su objetivo último. Las condiciones adecuadas de reclusión son factores que ayudan al logro de su objetivo, aun así, son condiciones necesarias pero no suficientes para reintegrar los presos a la sociedad. Lo que observamos es que el modelo penitenciario que tenemos no da para el objetivo que se marca. Ante esto, se convierte en finalidad retórica. Proponerse la reinserción o la llamada ‘prevención terciaria’ en centros dominados por los grupos del crimen organizado que justo ahí reclutan militantes, resulta una quimera. Se debe cambiar todo el modelo. Todo. Una de las condiciones para reintegrar a los presos, es que antes éstos corten las antiguas relaciones, para que se puedan plantear nuevas expectativas para su vida. Pero si llegan a la prisión y continúan en los mismos grupos de pertenencia, eso nunca será realidad. Serán parte de un ecosistema insular de la delincuencia. ¿Por qué no pensar en una modelo que permita, antes que nada, romper con esos lazos? Y así como se pasó de la prisión tipo calabozo que castigaba el cuerpo como venganza por haber violado el orden del Rey en la edad media, al panóptico de la modernidad que normaliza el alma; ahora debemos pensar en dar otro salto: a la reestructuración de la identidad de cada infractor. Y para eso, después de romper con los lazos anteriores, deberán darle las condiciones para que se enfrente a decisiones vitales que lo lleven a nuevas expectativas. Por lo mismo las arquitecturas cerradas y encerradas ya no sirven para eso. Ni la vigilancia panóptica, ni la concentración de todos los reos en un solo lugar. Es mejor concebir ecosistemas abiertos y dispersos. Si no se empieza a pensar e implementar otros modelos, las prisiones seguirán regresando delincuentes a la sociedad. 1. Marco del Pont, Luis. Derecho Penitenciario. México, Editorial Cárdenas Editor y Distribuidor, 1998. 2. Ley que establece las Normas Mínimas sobre Readaptación Social de Sentenciados. 3. Ley de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad del Estado de Guerrero. 4. Reglamento de los Centros Federales de Readaptación Social. 5. Reglamento de los Centros de Readaptación Social en el Estado de Guerrero 1. Foucault, Michel. Vigilar y castigar, nacimiento de la prisión. México, Ed. Siglo veintiuno editores, 2003. 2. Mendoza Bremauntz, Emma. Derecho penitenciario. México, Ed. Mc Graw Hill, 1998. 3. Marco del Pont, Luis. Derecho Penitenciario. México, Editorial Cárdenas Editor y Distribuidor, 1998.