LA HOJA DE COCA, OTRA MIRADA y SUS LEYENDAS

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LA HOJA DE COCA, OTRA MIRADA y SUS LEYENDAS
(1° parte)
«que la dicha coca antes que estuviese como ahora está, en arboles, era
una mujer muy hermosa, y por ser mala de su cuerpo la mataron y la
partieron por medio y la sembraron, y de ella había nacido un árbol, al
cual llamaron macoca [mama coca] y coca mama [coca mama], y
desde allí la comenzaron á comer, y que se decía que la traían en una
bolsa, y que esta no se podía abrir para comerla si no era después de
haber tenido copula con mujer, en memoria de aquella, y que muchas
pallas [señoras] ha habido y hay que por esta causa se la llamaron
coca, y que esto lo oyeron así decir á sus pasados los cuales contaban
esta fabula y decían era origen de la dicha coca». (Informes de Ruiz de
Navamuel a Francisco de Toledo 1571 - Pág. 196)
Cuando se estudia la cultura ancestral peruana es imposible no sorprenderse con la
riqueza de que como cuentan sus historias, mitos y leyendas, no por algo ellos dicen
“Entre los quechuas y aimaras, en su memoria y en la vida cotidiana, viven muchos mitos
y leyendas como saberes que rigen y orientan al mundo y a los hombres”. Los naturales
de mi país, Perú, las conciben como historias porque estas dicen la verdad de su
existencia, a diferencia de los cuentos que son inventos para pasar un rato agradable. El
informe arriba mencionado, que corresponde a Ruiz de Navamuel, nos aclara aun más
ese concepto que los indios del Perú que tenían de todo y, siempre lo relacionaban con la
comida, bebida y sus creencias.
Siguiendo el rastro del informe de Ruiz de Navamuel, informe pedido por el Virrey
Francisco de Toledo, podemos afirmar que en la cosmovisión andina existe una especie
de leyenda que grafica el nacimiento de esta HOJA SAGRADA para la cultura Inca y esta
dice lo siguiente:
Entre las mujeres madres (Diosas) que
aparecieron en el génesis del mundo andino, se
encontraba una joven de belleza turgente,
cuerpo perfecto, sonrisa embriagante, cantarina,
ensoñadora y sobre todo coqueta. Todos los
hombres la deseaban y buscaban su miraba,
ella era MAMA KOKA, también conocida como
Rapra (hoja que enamora). No tenia reparo
alguno de entregarse a hombre que deseaba conocer sus artes amatorias o khuchiyay.
(Incurrir en inmoralidad, deshonestidad, impudicia, - recuerdan la frase popular “kuchikuchi”, ahí esta la definición), y cuando ella se alejaba de sus ocasionales amantes, estos
perdían el juicio y se lanzaban al abismo. Dícese que no había hombre que sucumbía al
encanto de su sonrisa; tras ella estaba otra hoja SAYRI (hoja del tabaco). Las demás
mujeres se le acercaban para que ambas les descifre su “suerte o destino”, a esta
especie de adivinación lo llamaban kukaqhawaq (lo que ve mama KOKA).
Este mito plantea con diafanidad que la génesis de la planta está relacionada con el
disfrute del cuerpo en las artes amatorias y, a su vez, hace traslucir que estas relaciones
se entendían de un modo natural y sin tapujos, como ya se aprecia en las figuras
humanas de cerámica de la cultura Mochica (100 años a.C. - 700 años d.C.) de la costa
norte del Perú actual.
Como quiera que la conducta de esta Madre o Diosa era
un problema social para la existencia y sobrevivencia de
los hombres, las mujeres recurren a otra Diosa. La misma
que por ser tan hermosa y apreciaba tenia celos de Mama
Koka, esta mujer-diosa o madre era Lugma o Rukma
(corazón de piedra) esta, envidiaba de su sonrisa y decide
cerrarle la boca, es decir desaparecer por siempre el
principal encanto de la coqueta Koka. Se reúne con sus
amigas mas cercanas, la emboscan y la matan partiéndola
exactamente en dos y con ello queda destrozada el
principal atractivo, la sonrisa y, su cuerpo es llevado a una montaña llamada Chipay y
que por rara coincidencia significa cortar o cerrar la boca, y en las faldas de esta hermosa
montaña existe un pueblo llamado Chipaquillo y donde la entierran. Cuenta la leyenda
que en ese lugar nace una hermosa planta de hojas perfectas y de color verde, las
mismas que causan la alegría de todo indio, la hoja de la coca es de medidas perfectas y
todo indio lo lleva consigo en una bolsa muy apreciada y cuando la recibe entre sus
manos, lo hace con respeto y en muchos casos lo besa con amor. Esta planta hoy en día
la llaman “Mama Coca”. Este pueblo se sitúa en el valle del Monzón, Provincia de Leoncio
Prado, Tingo Maria (Región Huánuco). Donde crece la mejor y la más hermosa hoja de
Koka del mundo, alivia las penas, mitiga el dolor y da paz al tomarlas entre las manos.
(valle de Cipaquillo-foto)
Hay una descripción del nacimiento de la
hoja de Koka muy similar a la contada líneas
arriba y pertenece erudito boliviano Don.
Víctor MONTOYA, mas conocido como “El
Yatiri”: «Las hojas de la coca son los
residuos de una doncella presumida, quien
solía burlarse del amor de los hombres a
poco de ofrecerles su cuerpo y sus
encantos. Entonces los Yatiris [adivinos y
líderes espirituales] y los Amautas [sabios],
en su afán de evitar que los hombres perdieran la cabeza y se quitaran la vida lanzándose
al precipicio, solicitaron la muerte de la doncella, cuyo cuerpo fue seccionado y enterrado
en los descuelgues del macizo andino. Al cabo del tiempo, en esos mismos lugares donde
fueron enterrados sus despojos, brotaron unos arbustos que tenían la propiedad de
adormecer la mente de los hombres, aliviar las penas del alma y mitigar la sed y el
hambre».
Juan de Matienzo, cronista español relata sobre la coca : La coca era un producto de muy
alta estima aunque su uso, en el tiempo de los Ingas, no era lícito ni generalizado entre la
población. Por tanto, era un bien administrado, limitado y controlado por el propio estado.
El Inga en persona distribuía este producto, como un regalo muy apreciado entre los
señores de las distintas nacionalidades del Tawantinsuyu (esta afirmación se aprecia en
todos los cronistas que trataron este asunto). Las autoridades sólo permitían que se
utilizaran estas hojas en los rituales religiosos (quemar), en los enterramientos (no hay
tumba antigua donde no se halle este producto); en las artes adivinatorias y como
consumo en acciones relacionadas con el disfrute del juego amoroso y, según las
declaraciones hechas por los más ancianos a Juan de Matienzo, también se utilizaba en
las acciones de reubicación de población excedentaria en otros territorios.
Rodolfo “Locrito” Tafur
Bibliografia y material de investigación
Manga Quispe, Eusebio
1992 «El idioma quechua y la etnohistoria». En Estudios de Lingüística Amerindia (Comp. Francisco
Raga). Dpto. De Teoría de los Lenguajes. Universidad de Valencia. España
Montoya, Víctor
2002 «El yatiri de Arturo Borda». En Ciberayllu [en línea], 22 de abril del 2002.
<http://www.andes.missouri.edu/andes/Cronicas/VM_Yatiri.html>
Rostworowski María.
1985 «Mitos Andinos relacionados con el origen de las subsistencias» Boletín de Lima 37, Año 7,
Enero 1985. Lima.
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