HUMANIDAD Humanidad, esa es una palabra muy compleja y difícil de definir con algunos pocos adjetivos, es decir, la humanidad es infinitamente diversa en raza, cultura, idioma, ideología, política, arte, procedencia, y un sinnúmero de características que hacen que sobre la faz de la tierra no existan dos personas completamente iguales. Pero no es la diversidad lo que hace que la palabra “humanidad” sea tan compleja, sino el hecho de que algo que ha caracterizado a la humanidad durante el transcurso de la historia, es ser inhumana. Entonces, ¿por qué la humanidad le da su nombre al adjetivo que menos la representa? Este ensayo no consiste en buscar una definición correcta de la palabra, tal vez porque entiendo que la misma trata de obviar todas las atrocidades que la humanidad ha generado durante siglos, todo el daño que le ha hecho a su entorno y a sí misma, solo por no entender que la diversidad hace parte de nuestra naturaleza y querer imponer perspectivas sobre la vida como si fuesen verdades absolutas. Para empezar, hablaré de los apaches, una cultura indígena estadounidense cuya característica principal es que eran nómadas. Ellos se dividían en pandillas y habitaban lo que se conoce como el este de Arizona, el término “apache” no es mas que el nombre que les asignaron los españoles que habitaban México queriendo llamarlos “Enemigos”. El ejército de estados unidos ejecuta una persecución a las comunidades indígenas con el fin de quitarles sus tierras debido a algunos intereses de los colonos, quienes estaban en busca de explotación minera y de fauna. Dicha persecución tardaría varias décadas, causando masacres y destruyendo a su paso campamentos indígenas completos. En 1823 nace un indígena perteneciente a dicha cultura llamado Tasunka Witko que traduce al español “Caballo Loco”, este valeroso indígena sería quien libre una batalla contra la invasión por parte del ejército de estados unidos, resistiendo fuertemente los ataques y generando bastantes bajas para los “cara pálida” (como ellos llamaban a los blancos), sin embargo, esta batalla también causó la muerte de las personas mas allegadas a Caballo Loco, siendo estas, su esposa, su madre y sus 3 hijos, desatando en el una gran rabia y deseo de venganza. Como existía un gran interés en obtener las tierras de los indígenas con fines de explotaciones, el presidente de los estados unidos, franklin Pierce, les ofrece un trato a las comunidades indígenas, el cual consistió en que ellos les entregaran sus tierras, y el a cambio los resguardaría en reservas indígenas en otros territorios de los cuales no podrían salir, (no sé hasta qué punto esto es resguardo o reclusión). Este acuerdo fue firmado en 1868 y se conoció como Tratado Sioux de 1868, sin embargo, Caballo loco no estaba de acuerdo con dicho trato, así que intentó escapar varias veces de dichas reservas junto con algunos apaches que lo respaldaban. Finalmente, luego de 4 intentos de fuga, es capturado por el ejército de estados unidos y, aparentemente, asesinado. Esta no es una historia muy distante a la realidad latinoamericana, de hecho, es una historia muy familiar. Desde la llegada de los españoles a nuestro continente, ellos buscaron despojar a nuestros indígenas de sus tierras, descubrieron en estas, minerales muy valiosos que quisieron explotar desde el primer instante, y además, quisieron despojarnos de nuestra cultura, nuestras lenguas, nuestras costumbres, nuestras ideologías, y por ende, nuestra identidad. Al leer esto podríamos pensar que estamos hablando de una historia muy antigua, que la época de la conquista ya pasó, y que somos una sociedad libre porque nos “independizamos”, tal vez es solo la ignorancia, o tal vez la indiferencia que no nos permite ver que esta es una realidad que, tristemente, no ha acabado. El Cerrejón es una de las explotaciones mineras más importantes del mundo, y la más importante en Sudamérica, está ubicada en el departamento de la guajira en Colombia, y produce aproximadamente el 9% del carbón en el mercado a nivel mundial. Sin embargo, mucho antes de la llegada de esta empresa a dicho departamento, ya había una gran población que habitaba el lugar, una población indígena que ha tenido que sufrir gracias a los intereses económicos de algunos y el olvido de un país entero que ignora su sufrimiento. Ellos son los wayuu. A mitad de la década de los 80, se inicia la construcción de una gran mina a cielo abierto en el departamento de la guajira, en Colombia, en ese momento comienza tambien una lucha de un pueblo indígena que no quiere ser condenado al exilio. Tristemente, desde la construcción de la mina “Cerrejón” muchas comunidades indígenas se han visto forzadas a desplazarse de sus tierras, ya que para la ejecución de la extracción minera que realiza la empresa, es necesario, obviamente, disponer de las tierras, objeto de explotación. Los indígenas desplazados han vivido en miseria, ya que su actividad suele ser la agricultura, pero no hay tierra para sembrar, además de que el cerrejón ha consumido el agua que transita por los ríos de la región para sus actividades mineras, dicha agua es la que abastecía a las poblaciones indígenas que habitaban la zona, generando masivas muertes, sobre todo en niños, por desnutrición. Además, las actividades mineras emanan algunas substancias que son altamente tóxicas y perjudiciales para la salud de los indígenas, generando envenenamiento. Esto es una masacre silenciosa abalada por el estado. Estas no son dos historias excepcionales, es una realidad vigente en Latinoamérica, pero además, es la historia de la raza humana, es la historia de la “Humanidad” que entre conquistas, imperios, guerras, masacres, invasiones, destierros, sangre, odio y dolor, ha generado deseos de muerte, armas, bombas nucleares, armas biológicas, masacres silenciosas, asesinatos de líderes sociales y un sinfín de atrocidades por no entender la diversidad, por pretender poner un interés personal por encima de los demás, alejándonos así de ese adjetivo que nos inventamos, pretendiendo que la humanidad es mas “Humana” que las otras especies, pero pasando por encima de ellas para conseguir poder. Nicolás Cómbita.