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MIRADAS PARA UNA DIGNIFICACION DE LAS PERSONAS MAYORES - (ANALISIS - AGOSTO 2021)

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OBSERVACIONES SOBRE LA
DESDIGNIFICACIÓN DE LAS
PERSONAS MAYORES
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ANÁLISIS Y DISCUSIÓN TÉCNICA DE LA SITUACIÓN DE LOS
PENSIONADOS Y JUBILADOS VENEZOLANOS EN EL
EXTERIOR
©PACUHR
2021
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Todo el contenido fotográfico del presente trabajo es responsabilidad de acción y creación de José “Cheo”
Nava @cheoote y de María Colina @mariacolinafotos23.
OBSERVACIONES SOBRE LA
DESDIGNIFICACIÓN DE LAS PERSONAS MAYORES
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN TÉCNICA DE LA SITUACIÓN DE LOS
PENSIONADOS Y JUBILADOS VENEZOLANOS EN EL EXTERIOR
CONTENIDO
1. CONTEXTO DE UN PROCESO DE DESDIGNIFICACIÓN
2. PENSIONADOS Y JUBILADOS: MIRADAS DE UNA REALIDAD
3. ¿QUÉ ES LA SEGURIDAD SOCIAL PARA LOS VENEZOLANOS?
4. PENSIONADOS Y JUBILADOS VENEZOLANOS EN EL EXTERIOR
5. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN TÉCNICA DE LA SITUACIÓN DE LOS
PENSIONADOS Y JUBILADOS VENEZOLANOS EN EL EXTERIOR
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6. LECTURAS DE LA DESDIGNIFICACIÓN
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OBSERVACIONES SOBRE LA
DESDIGNIFICACIÓN DE LAS
PERSONAS MAYORES
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ANÁLISIS Y DISCUSIÓN TÉCNICA DE LA SITUACIÓN DE LOS
PENSIONADOS Y JUBILADOS VENEZOLANOS EN EL
EXTERIOR
El presente documento es un análisis y
discusión técnica de la situación de los
pensionados y jubilados venezolanos en
el exterior, el cual esa basado en 2358
encuestas realizadas a personas mayores
que residen fuera de Venezuela. Este
estudio se puedo llevar a cabo por un
esfuerzo en conjunto de la Red de
Asociaciones de Pensionados y
Jubilados de Venezuela Residentes
en
el
Exterior
(RED
–
APEJUVEX)
y
la
Unión
Panamericana y del Caribe por los
Derechos Humanos (PACUHR) por
sus siglas en inglés, la cual es una red de
actores comprometidos con los derechos
humanos; que desde la acción buscamos
fortalecer la voz, las capacidades y los
conocimientos de los titulares de los
derechos humanos
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La Unión Panamericana y Caribeña por
los
Derechos
Humanos,
busca
establecer un espacio de permanente
debate, defensa y promoción , pero a la
vez constituir un centro especializado,
trabajando
conjuntamente
con
organizaciones sociales de todos los
estados panamericanos con especial
énfasis en su relacionamiento con el
caribe, para que los principios que
postula (PACUHR) se incorporen a
cada una de las acciones que respectan
la vida social para que las personas
puedan acceder, ejercitar y gozar
plenamente de todos los derechos que
les son inherentes por su condición
humana, y para este fin se cuenta con el
siguiente equipo de acción:
 José Antonio Oropeza:
Secretario General
 Patricia Carolina Rojas:
Directora General
 Gabriel Ortiz: Director de la
Unidad de Derechos Humanos
 Francisco Mangano: Director
de la Unidad de Proyectos
 Ma. Angélica Miranda:
Directora de la Unidad de
Comunicaciones
 Luis Ramírez: Director de la
Unidad de Finanzas
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CONTEXTO DE UN PROCESO DE DESDIGNIFICACIÓN
En las dos últimas décadas del siglo XX
y principios del Siglo XXI, en América
Latina se han registrado diversas
reformas de regímenes de jubilación y
pensiones con objetivos, estrategias,
estructuras y participación de los
actores sociales muy similares a casi
todos los países, independientemente de
sus economías, tasas demográficas y
avance tecnológicos, estas condiciones
han sido tomadas como prerrequisitos
para alcanzar niveles más avanzados de
desarrollo económico, en cuanto a los
modelos de reforma; no hay un modelo
único y universal de reforma estructural
de pensiones, en América Latina hay
tres modelos generales diferentes
(sustitutivo, paralelo y mixto), con
considerable
variedad
en
sus
características, aún dentro de un mismo
modelo.
de elementos esenciales. Por tanto, no es
correcto proponer un sólo modelo de
reforma en la región.
Las futuras reformas deberían estudiar
cuidadosamente la experiencia de los
otros (sus aciertos y fallas), antes de
escoger un modelo general y adaptarlo a
sus peculiaridades. En siete de los nueve
países que han implantado la reforma,
todos los asegurados se han pasado al
sistema privado (Bolivia y México) o la
mayoría de ellos se ha cambiado. Estos
cambios no han sido necesariamente el
resultado de las bondades del sistema
privado, sino también de la obligación de
mudarse, restricciones impuestas a la
libertad de elección del asegurado, leyes
e incentivos para promover el traspaso,
y el tiempo de operación de la reforma
Las reformas de pensiones deben de
intentar alcanzar un equilibrio óptimo
entre la libertad de selección y otras
metas como el cierre del sistema público
y la necesidad de tomar la edad en
consideración a efectos acumulativos.
Ahora bien, el tema de la seguridad
social, tras años de ser considerada como
una formulación técnica, ha salido del
discurso puramente económico y se ha
convertido en un tema social. explica
que en este tema es necesario tomar en
cuenta que la seguridad social nace en un
momento muy especial en Europa, por
medidas económicas y políticas como
son los tributos.
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En general, los países han adaptado la
reforma a sus condiciones financieras,
económicas, sociales, políticas y de
seguridad social; pero algunos han
copiado un supuesto modelo universal
que no puede funcionar debido a la falta
Es decir, fue posible pasar de un estado
de necesidad como situación de riesgo de
la población a un estado de bienestar a
través de la seguridad social como
sistema de protección contra todos los
riesgos.
Esta
constatación
es
fundamental para América Latina, en
estas dos últimas décadas, ha tenido
crecimiento económico, pero no
desarrollo
expresándose
en
las
desigualdades sociales.
En este sentido, las reformas de
pensiones deberían incluir una meta de
extender la cobertura, especialmente a
grupos difíciles de incorporar (por
ejemplo, trabajadores por cuenta propia,
economía informal, entre otros), así
como considerar la viabilidad financiera
de otorgar pensiones asistenciales. Los
altos costos fiscales de la reforma
deberían balancearse con la necesidad de
recursos para la protección social de los
grupos de bajo ingreso. Las crisis
económicas han afectado adversamente
al rendimiento, así el rendimiento
histórico promedio de Argentina y Chile
hasta la mitad de la década de los
noventa fue muy superior al
rendimiento promedio posterior. Las
oscilaciones del rendimiento envuelven
un riesgo para los asegurados y pueden
tener un impacto adverso en el monto de
su pensión.
En América Latina conviven una rica
variedad de sistemas, es justo entender
que antes de las grandes reformas de los
años noventa, todos los países tenían
sistemas de beneficios definidos en
mayor o menor medida financiados.
Luego de la reforma chilena de 1981,
nueve países más pasaron a sistemas de
contribución definida. Sin embargo, los
sistemas de beneficio definido aún
persisten, incluso en los países donde se
reformaron.
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Así pues, se tiene que en Chile, El
Salvador,
México
y
República
Dominicana siguen existiendo de
manera
transitoria
hasta
su
desaparición. En Colombia y Perú
conviven de manera paralela (y
permanente) con los sistemas de
contribución definida, de tal forma que
los trabajadores pueden elegir uno u
otro. Y finalmente en Costa Rica,
Panamá y Uruguay, están integrados
con los sistemas de contribución
definida, de tal modo que las pensiones
que otorgan estos países son una
combinación de beneficios derivados de
ambos sistemas.
En este sentido, el quid de la reforma del
sistema de seguridad social de algunos
de los países que componen a América
Latina, deben redefinir el modelo de
pensiones a partir de los modelos
básicos, esto es: En primer lugar, tomar
en cuenta de manera diferenciada a los
grupos de la población que no se han
integrado al sector formal y en segundo
lugar, considerar a los grupos de
ciudadanos
que
pueden
quedar
desfavorecidos y desprotegidos por una
decisión equivocada en la postura oficial
del Estado.
Esto ha representado un gran desafío
porque las desigualdades sociales han
crecido y las políticas del subsidio en
algunos países que han girado a la
izquierda del espectro político como
Venezuela mantienen una seguridad
social a la baja por enfrentar el problema
de una economía inflacionaria, además,
producto de la crisis del Estado rentista,
dejando al descubierto las fallas y
deficiencias de la seguridad social como
una
tendencia
generalizada
en
Latinoamérica. No obstante, en la
actualidad se debe reconocer la creación
de leyes de carácter eminentemente
social que poco a poco tienden a mejorar
el sistema de pensiones.
En concordancia con lo anterior,
Venezuela
posee
el
Régimen
Prestacional de Servicios Sociales al
Adulto Mayor y otras Categorías de
Personas que tiene por objeto
garantizarles atención integral, a fin de
mejorar y mantener su calidad de vida y
bienestar social bajo el principio de
respeto a la dignidad humana. También,
garantizar
a
las
personas
contribuyentes,
las
prestaciones
dinerarias que les correspondan, de
acuerdo
con
las
contingencias
amparadas por este Régimen y conforme
a los términos, condiciones y alcances
previstos en la Ley Orgánica de
Seguridad Social y las demás leyes que
las regulan.
En este contexto, se puede afirmar que
la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999) –
(CRBV), es garante de esos derechos,
recogiendo todos los elementos que un
sistema de previsión social debe tener,
además como servicio público y
obligación del Estado. Es extensiva a
todos los venezolanos, abarca todos los
ámbitos de la protección social, todos
deben participar en su financiamiento,
aunque la no contribución no implica la
exclusión, es único, sin sistemas
paralelos, entre otras cosas más.
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Durante los primeros años de este
período, conocido como la Revolución
Bolivariana, se promovió un modelo
económico inclusivo basado en la
redistribución de la renta petrolera a
través de un considerable gasto social.
No obstante, ciertas medidas políticas y
económicas como el control cambiario,
el control de precios, las expropiaciones
y nacionalizaciones, destruyeron el
aparato productivo nacional y asfixiaron
a las empresas privadas; al insostenible
gasto público se sumó la corrupción, el
clientelismo, la falta de inversión en
industrias y la mala gestión de las
empresas nacionales, todos estos
factores llevaron al país a una severa
crisis económica.
Bajo
este
enfoque,
todos
los
venezolanos, sin excepción, según la
(CRBV – 1999) tienen la garantía de
salud, vivienda, vejez, empleo y
desempleo, viudedad, maternidad y
paternidad. Entre las misiones más
importantes y vinculadas al tema de las
personas adultas mayores se encuentra
Gran Misión En Amor Mayor
Venezuela, la cual surge por Decreto con
Rango, Valor y Fuerza de Ley como se
indica seguidamente: La misión Amor
Mayor Venezuela, es una política del
gobierno, creada a través del Decreto
con Rango, Valor y Fuerza de Ley Nª
8694, según Gaceta Oficial Nª 39819,
año CXXXIX, mes III, del 13 de
diciembre del 2011, con la finalidad de
asegurar la máxima protección,
inclusión, igualdad, respeto, solidaridad
y justicia social para las personas adultas
mayores, especialmente para quienes
viven en hogares cuyos ingresos son
inferiores al salario mínimo nacional (art
1, Decreto 8694). Su ámbito de
aplicación es en todo el territorio
nacional; cuyos beneficiarios son las
mujeres adultas mayores a partir de los
55 años de edad y hombres adultos
mayores a partir de 60 años de edad.
Se establece un régimen especial para la
asignación de pensión de vejez, igual al
salario mínimo nacional. Igualmente, la
misión Amor Mayor contempla una
serie de programas a favor de las
personas adultas mayores; entre otros:
de distribución de alimentos, medicinas,
bienes o servicios, recreativos y
turísticos. En cuanto a las pensiones
contempladas por la previsión social, de
tipo contributivas otorgadas por el
seguro social se suman las de tipo
asistenciales, no contributivas, con
cobertura nacional, estadal o regional y
municipal
o
local,
cuya
representatividad institucional, está
bajo la direccionalidad del Instituto
Nacional de los Servicios Sociales
(INASS), organismo que regula el
Régimen Prestacional del Adulto Mayor
y otras Categorías de Personas.
Desde el año 2007 y en especial en el año
2011 con la creación de la Gran Misión
en Amor Mayor el Estado venezolano
ha venido implantando algunas medidas
de carácter social que les ha permitido a
la población no cotizante al seguro social
optar por la pensión de vejez y otros
beneficios a través de este régimen
pensional contributivo, que debió
asumirse a través del INASS; y esto es lo
que ha hecho que aumente el número de
pensionados que reporta el IVSS.
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La coexistencia de ambos regímenes
(pensiones
contributivas
y
no
contributiva) es positiva, pero su
desenvolvimiento sin criterio técnico
alguno y sin disponibilidad financieras
para honrar compromisos presentes y
futuros, a la sola expensa de la renta
petrolera, se constituyó en génesis de la
desdignificación de las personas
mayores de nacionalidad venezolana.
Obviamente, no se critica el hecho de
que se haya incorporado a la seguridad
social un amplio contingente de
personas que, al llegar a determinada
edad, haya cotizado o no, requiera de una
pensión, ya que eso constituye un
derecho inalienable de todo ser humano,
y es deber del Estado extender la
cobertura de la seguridad social a toda la
población sin discriminación alguna. La
esencia del asunto radica en el hecho de
que, una política de tal naturaleza
requiere y exige de sus promotores el
establecimiento de criterios técnicos y
sobre todo de la constitución de fondos
de financiamiento cuyas fuentes puedan
ser fiscales, de contribución directa o no,
o ambas, como precondición de
sustentabilidad y permanencia en el
tiempo.
Si una persona no cuenta con una
pensión suficiente para llevar a cabo una
vida normal que le permita participar
activamente de la vida política, social y
cultural o si el monto de esa pensión
depende completamente del desempeño
que tuvo en el mercado a lo largo de su
vida, a esta persona el Estado no le está
asegurando su ciudadana, y en la
actualidad es lo que está pasando a la
población de adultos mayores tanto
dentro como fuera de Venezuela.
Sin embargo, a pesar de que para las
políticas públicas la seguridad social
constituye un pilar fundamental de la
acción del Estado, la situación de la
seguridad social deja mucho que desear,
ya que se ha mantenido el crecimiento
del sector informal y el estancamiento
del mercado laboral. Por tanto, se
considera incuestionable desarrollar
revisiones críticas del sistema de
pensiones en estos tiempos, aunque
resulte un trabajo arduo porque en el
estudio de los fenómenos sociales es el
devenir del tiempo que indica el éxito o
fracaso de una determinada política
social.
En suma, se puede apuntalar la
complejidad que ha significado la
seguridad
social
tanto
en
la
implantación como en la forma jurídica
para hacer efectiva la creación de una
Ley que reúna todos los elementos
indispensables que garanticen la
eficiencia y efectividad de políticas
sociales de carácter universal y solidario.
Se ha visto que se trata de un fenómeno
complicado que ha estado presente en la
evolución social del hombre y que se
afianza como un derecho humano, que se
debe incluir en la Carta Magna de los
Estados con un ideal de justicia social.
En Venezuela particularmente, La Ley
Orgánica del Sistema de Seguridad
Social (2002) vigente, representa más
que un texto jurídico, la encarnación de
múltiples
cambios,
reformas
y
contrarreformas que han intentado
proteger al ciudadano, tal parece que la
tarea que asume el Estado venezolano,
no es nada sencilla, si se tiene presente
los efectos cáusticos de la inviabilidad
económica, incremento de la burocracia,
los cambios políticos e ideológicos, la
confusión legislativa y hasta la
corrupción que han conspirado
negativamente para alcanzar el éxito en
la meta propuesta, sobre todo porque
son leyes de carácter nominativo que al
momento de llevarla la práctica se hace
inviable, porque la política económica no
concuerda con la política del subsidio,
tradición en Venezuela
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Fundamentalmente en Latinoamérica, el
aumento de la longevidad y la mejora de
calidad de vida en algunos países, hace
impostergable la reactivación del
mercado laboral y el ajuste de las
políticas económicas que propendan a
mayores garantías en la edad de retiro
de la laboral. Es cierto, que
independientemente de los nuevos
cotizantes a través de la creación de
empleos formales, no se asegura en la
administración
de
pensiones
la
cobertura y sostenibilidad. Para los
pensionados y jubilados venezolanos,
tanto dentro del país como en el
exterior, la cuestión de sus pensiones se
ha convertido en una prebenda política,
una bandera social que impacta en el
electorado y sus reformas van a
depender más de los intereses de
algunos discursos populistas.
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PENSIONADOS Y JUBILADOS: MIRADAS DE UNA REALIDAD
La
seguridad
social
y
más
específicamente, el sistema de pensiones,
surge de la necesidad que tienen las
personas de generar ingresos para
cubrir sus necesidades, pero que por
razones de vejez o invalidez no tienen la
capacidad de generarlas. De esta forma,
los sistemas de pensiones aseguran que
las personas, en el largo plazo,
dispongan de los ingresos necesarios
para cubrir sus gastos y de tener un
estilo de vida estable.
Este tema toma mayor importancia
asumiendo que el mundo financiero se
encuentra en constantes crisis que
afectan la estabilidad macroeconómica y
que estos shocks tendrían efectos
irreversibles si la población que ya no es
productiva no cuenta con la capacidad de
responder a ellos. En las distintas
naciones, la participación del Estado en
la seguridad social alcanza diferente
envergadura. Así, en algunos contextos
resulta el único proveedor de estos
factores, mientras que en otros países la
actividad
es
compartida
con
organizaciones no gubernamentales e
incluso con fundaciones o entidades
privadas.
Para establecer las miradas de la
realidad de los pensionados y jubilados
venezolanos en el exterior, es
importante determinar, que la seguridad
social plantea dos problemas que se
pueden descomponer en dos áreas de
estudio; la primera es la asistencia
sanitaria y la segunda viene dada por el
sistema de pensiones.
El presente dialogo, busca centrarse
específicamente en las pensiones, porque
es el tema que mayor incertidumbre
genera ya que se deriva en un gran
debate que involucra desde organismos
oficiales hasta a los ciudadanos, tanto en
Venezuela como fuera del país, los cuales
son los protagonistas principales de este
informe técnico.
Ahora bien, estas miradas vienen dadas
por las interrogantes sobre cuál debe ser
la procedencia de los fondos utilizados
para sostener el sistema, los cuales
pueden ser públicos, a través de sistemas
de reparto; privados, a través de
sistemas de capitalización o mixtos, en
combinación del Estado y el sector
privado en el manejo de los fondos, y
como se pueden hacer llegar a los
destinatarios si no están en el país.
Por esta razón al analizar el
funcionamiento del sistema de pensiones
en una economía es de los más
importantes
indicadores
para
determinar el peso del gasto público en
relación a su PIB, así como comprobar si
realmente esto se traduce en bienestar
para la sociedad que se ve directamente
beneficiada.
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Los sistemas de pensiones de reparto,
como es el caso venezolano, son modelos
en donde el manejo de los fondos del
sistema los realiza el Estado y en los
cuales las cotizaciones de la población
laboral activan de hoy se destinan al
pago de las jubilaciones de los adultos
mayores de hoy. En otras palabras,
depende de un pilar solidario
intergeneracional a través del cual los
pensionados
requieren
de
las
cotizaciones de las demás personas y se
establece la tasa de dependencia
poblacional, que muestra la dependencia
de los adultos mayores de los ciudadanos
en edad laboral activa.
Si esta relación es muy alta, un solo
individuo cotizando no puede hacerse
cargo de la jubilación de muchos adultos
mayores, por lo tanto, el Estado necesita
intervenir para financiar el pago de las
pensiones. La pregunta primordial es si
este esquema de financiamiento es
sostenible en el tiempo ante diversos
factores adversos, como podrían llegar a
ser recesiones económicas, gobiernos
fiscalmente irresponsables, crisis en el
mercado
laboral,
movimientos
migratorios, cambios en la demografía,
etc. Otra alternativa puede resultar en
adoptar un sistema de pensiones de
capitalización privada, el cual difiere de
los de reparto básicamente en dos cosas;
la primera, es que los fondos son
manejados por entes financieros
privados; y la segunda, es que las
cotizaciones son individuales y cada
persona es responsable de su jubilación.
Este esquema resuelve algunas de las
aristas creadas por el sistema de reparto,
como por ejemplo, evitar que el Estado
use la seguridad social como
instrumento político o el riesgo del
cambio radical en la estructura
demográfica del país, ya que en este
modelo pasa a tener menor peso la tasa
de dependencia poblacional porque cada
individuo activo laboralmente cotiza
solo para su pensión futura.
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Además, los sistemas de pensiones de
capitalización individual generan un
impacto positivo en el ahorro, que en el
futuro se verá reflejado en consumo de
bienes de capital, generando inversión y
crecimiento económico; aunque tienen
un riesgo asociado a la presencia de
crisis en el sistema financiero. Los entes
privados utilizan el capital de las cuentas
de capitalización y lo invierten en
activos financieros generadores de
rendimientos, pero toda transacción
financiera tiene asociado un nivel de
riesgo y se está expuesto a burbujas que
puedan llegar a afectar el capital de los
contribuyentes, poniendo el riesgo su
jubilación y el cobro de sus pensiones
futuras.
Como tercer modelo, surgen los
sistemas de pensiones mixtos, los cuales
son capaces de mitigar de manera
simultánea, aunque solo parcialmente,
los riesgos descritos anteriormente de
los sistemas de reparto y capitalización.
Actualmente, muchos países estudian la
posibilidad de reformar sus sistemas
gracias a la experiencia positiva que han
tenido Noruega y Suecia, siendo estos
los dos países que presentan mejor
desempeño en los indicadores de calidad
de vida de las personas mayores y
también en su sostenibilidad desde el
punto de vista temporal y financiero.
Este sistema funciona de ambas
maneras. Cada trabajador al momento
de cotizar, realiza dos pagos
obligatorios; el primero va destinado al
financiamiento de la jubilación de los
pensionados de hoy (componente
público intergeneracional) y el segundo,
es un pago asociado a su jubilación
futura y este capital va dirigido al fondo
de capitalización privada.
De esta manera cada ciudadano, al
momento de cumplir sus cotizaciones y
demás requisitos para jubilarse, pasa a
cobrar una pensión fija suministrada por
el Estado y otra porción generada por su
ahorro
individual.
El
sistema
venezolano
de
pensiones
sufre
actualmente una crisis estructural y
muestra su gravedad en términos de
eficiencia, por lo que se considera
oportuno
realizar
las
reformas
pertinentes que formen las bases hacia
un sistema óptimo que sea sostenible y
que cumpla con su finalidad: mejorar la
calidad de vida de los pensionados.
Las Naciones Unidas en un informe
sobre
la
estructura poblacional
venezolana reveló que para 2050 se
estima una tasa de dependencia de 4
pensionistas por cada pensionado
asociado al sistema, un panorama
bastante alarmante si tomamos en
cuenta que para el año 2000 ésta tasa era
de 14 pensionistas por cada pensionado.
Con el paso del tiempo, la esperanza de
vida de la población irá en aumento y la
tasa de natalidad se verá reducida,
traduciéndose ello en una tasa de
reemplazo cada vez menor.
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Otro de los problemas que acarrea este
sistema es la monopolización de los
fondos por parte del IVSS, que no
permite que ninguna otra institución
financiera maneje el capital de los
beneficiarios. Este hecho, dado que el
ente regulador no ejerce su autonomía,
ocasiona que el IVSS responda a una
parcialidad política que lo utiliza con
fines populistas.
El Estado venezolano ha demostrado ser
fiscalmente irresponsable y financia
estas medidas con un excesivo gasto
público,
causando
expansiones
monetarias cada vez de mayor
proporción para hacer frente a ese nivel
de deuda pública, lo que culmina en una
inflación sin precedentes en nuestra
historia y afectando el valor real de las
pensiones que suministra.
Estos hechos resultan realmente
alarmantes para un país que no ha tenido
el mejor desempeño económico en los
últimos años y que cada vez va a tener la
necesidad de financiar las políticas de
seguridad social a una población que
envejece y que con el paso del tiempo
será más dependiente de las mismas. La
seguridad social en Venezuela no es
capaz de ofrecer una jubilación a la
población
venezolana
en
edad
reglamentaria para el cobro, tanto a los
que están dentro del país, como los que
están fuera, negando a estos
beneficiarios un mínimo de suficiencia
en la adquisición de bienes o servicios
básicos.
Es decir, no cumplen su finalidad de
garantizar una calidad de vida
determinada a quienes salen del
mercado laboral. El monto de las
pensiones en el país es arbitrariamente
equivalente al salario mínimo mensual,
esto sin importar el número de
cotizaciones o el monto de las mismas de
los beneficiarios a la hora de realizar sus
pagos al sistema, se carece totalmente de
la dinámica que debe seguir un sistema
de pensiones eficiente. El salario mínimo
en Venezuela está considerablemente
alejado del salario medio estimado del
país, razón por la cual no posee un poder
de compra real.
¿QUÉ ES LA SEGURIDAD SOCIAL PARA LOS VENEZOLANOS?
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El sistema de pensiones venezolano está
en un momento de encrucijada, el
constante empobrecimiento del sistema
a causa de las políticas llevadas y la
acumulación de deuda implícita, ponen
en una posición de duda de cuánto
tiempo más podrá aguantar el sistema si
se mantienen los sets de toma de
decisiones tal y como se conocen en la
actualidad. Además, la seguridad social
en Venezuela sufre actualmente muchas
dificultades técnicas que lo hacen
ineficientes. Hay que tener en cuenta
que la causa de muchas de estas
ineficiencias radica en la pérdida de la
autonomía por parte del IVSS, ya que
esta institución responde a las
necesidades partidistas del Estado sin
importar si las medidas tomadas son
necesarias o no. Muestra de este hecho
es la descripción formal de dicha
institución (IVSS, 2020): Actualmente,
el Instituto Venezolano de los Seguros
Sociales es un institución recuperada por
el proceso revolucionario, bajo los
postulados de justicia y equidad social
establecidos en el legado del
Comandante Supremo de la Revolución
Bolivariana y en armonía con los
derechos consagrados en el preámbulo
de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, con el fin de
seguir avanzando en la plena
satisfacción de las necesidades básicas
para la vida de nuestro pueblo.
Esta pérdida de autonomía ha sido
definitoria en la toma de decisiones con
respecto a las reformas realizadas, ya
que se han producido decretos en Gaceta
Oficial que contradice los requisitos de
los individuos para acceder al sistema,
como por ejemplo la Gaceta Oficial N°
39.819 con fecha del 13 de Diciembre del
2011: Se dicta el Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley Nº 8.694, que
tiene por objeto crear la Gran Misión en
Amor Mayor Venezuela, en el marco del
Estado Democrático y Social de
Derecho y de Justicia, con la finalidad de
asegurar la máxima protección,
inclusión, igualdad, respeto, solidaridad,
bienestar y justicia social para las
personas adultas mayores de la Patria,
especialmente para quienes viven en
hogares cuyos ingresos son inferiores al
salario mínimo nacional, hasta lograr la
mayor suma de seguridad social y de
felicidad posible. El entorno país es otro
de los inconvenientes del sistema
venezolano. La inflación presente a lo
largo de los años ha sido causante de la
pérdida de poder adquisitivo de los
salarios reales y no ha habido
adecuaciones para equilibrar este hecho,
lo que ha causado la descapitalización
del sistema, y la imposibilidad de
garantizar los pagos y compromisos
para con la población jubilada y
pensionada, que debido al clima
sociopolítico se vieron en la necesidad de
dejar el país.
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La seguridad social en Venezuela no es
capaz de ofrecer una jubilación a sus
beneficiarios que garantice un mínimo
de suficiencia en la adquisición de bienes
o servicios básicos. Es decir, no cumplen
su finalidad de garantizar una calidad de
vida determinada a quienes salen del
mercado laboral.
El monto de las pensiones en el país es
arbitrariamente equivalente al salario
mínimo mensual, esto sin importar el
número de cotizaciones o el monto de las
mismas de los beneficiarios a la hora de
realizar sus pagos al sistema, se carece
totalmente de la dinámica que debe
seguir un sistema de pensiones eficiente.
El salario mínimo en Venezuela está
considerablemente alejado del salario
medio estimado del país, razón por la
cual no posee un poder de compra real, y
si se lleva ese monto al campo de acción
de los venezolanos en el exterior, es casi
nula la asignación.
La seguridad social es quizás la principal
garantía con la que cuenta un ciudadano
en su vida laboral y al retirarse de ella,
sin embargo, el sistema de pensiones en
Venezuela ha estado marcado por la
economía rentista petrolera y por tanto
monoproductora,
afectando
su
eficiencia, lo cual ha sido uno de los
puntos generadores de pobreza, la cual
presente una repercusión negativa en la
población y en la problemática de la
implementación de la seguridad social
del país, ya que la desigualdad social
desde el punto de vista de las
remuneraciones de trabajo, se ha
mantenido relativamente estable en los
últimos 25 años.
La pobreza es uno de los rasgos más
distintivos
de
las
sociedades
subdesarrolladas, esta es resultante de
las insuficiencias del aparato productivo
que resulta incapaz de satisfacer las
demandas de empleo productivo y bien
remunerado por parte de la mayoría de
la población; así como la de proporcionar
una calidad de vida digna a amplios
sectores sociales. La experiencia de
Latinoamérica (con ciertos matices, por
ejemplo en Brasil), con la transmisión
intergeneracional de la pobreza y la
relación existente entre otras distintas
variables como fiscalidad, inflación,
demografía, y pensiones, para prevenir
las crisis en los sistemas de pensiones,
radica en que si por ejemplo, el
porcentaje de pasivos supera un
determinando índice, pueden incidir
sobre las pensiones, si la inflación sube,
influye sobre el rendimiento del fondo
de pensiones.
La fiscalidad debe mantenerse como
proveedora de recursos económicos al
sistema público de prestaciones sociales
y cualquier incremento o reducción debe
traducirse en una modificación de los
derechos sociales. Y, a la vez, el sistema
fiscal debe responder a una eficaz y
honesta progresividad en función de
rentas y riqueza. La fiscalidad bien
entendida es un mecanismo de
solidaridad y de utilidad, eje del
comportamiento
verdaderamente
humano, desde el punto de vista
socioestructural la discontinuidad en las
políticas sociales del Estado.
La legislación tardía para atender la
seguridad social, la ausencia de políticas
sociales preventivas y su incidencia en el
incremento del sector
informal
(desprovisto de seguridad social), indica
no sólo que la vulnerabilidad en la
población es una consecuencia de unos
medios de vida precarios, sino que esta
vulnerabilidad también revierte en la
dificultad de lograr la cobertura
universal e internacional y en el carácter
solidario de pensiones y jubilaciones y
actúa, por ende, como un factor
condicionante de cualquier cambio.
Página20
Es así como la falta de continuidad en las
políticas públicas, para el desarrollo de
programas coyunturales que hacen
frente a problemas puntuales e
inmediatos (programas provisionales sin
garantías de continuidad), que es una
práctica añeja en el país ha desembocado
en el colapso de los servicios públicos y
de la seguridad social, ya que no se
desarrollan políticas públicas efectivas a
mediano y largo plazo que consagran
estos derechos, no se cumplen o no se
materializan eficaz y efectivamente. Con
este esquema se van a ver sometidos
permanentemente a presiones los
sistemas fiscales, sobre todo en
Venezuela que lleva a cabo una política
de subsidios en muchos de los servicios
públicos, la gasolina, alimentos básicos,
entre otros.
En el período 1990-2000, por ejemplo,
se incorporaron poco más de 4 millones
de venezolanos al mercado de empleo, de
los cuales menos del 12% encontraron
empleo en el sector formal, no
quedándole otra opción al 88% restante
que la informalidad o el desempleo. Este
fenómeno afecta de manera particular a
los jóvenes, grupo para el cual las cifras
de desempleo son significativamente
más elevadas que para el resto (24,3% vs.
12,3% para el segundo semestre del
2000).
Adicionalmente, en este mismo período
el ingreso del trabajador venezolano
promedio perdió un tercio de su valor de
compra, y la caída es aún más drástica si
tomamos como base de comparación,
digamos, el año 1978: 73%, infiriéndose
una tendencia similar después del 2000.
Esta tendencia se ha mantenido, ya que
el principal empleador en el país es el
Estado.
La premisa principal que ha desarrollado
el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), con respecto a las pensiones se
refiere a mejores trabajos a mejores
pensiones y es que en Venezuela resulta
un poco difícil cumplir esta condición, ya
que la empresa privada ha sufrido
fuertes presiones por la implementación
de un nuevo modelo económico, el
control cambiario, la inflación, la
depreciación de la moneda, y por ende la
escasez generalizada.
Página21
Esto indica que la economía
inflacionaria ejerce una presión crónica
sobre los ingresos del ciudadano. Las
influencias de estas variables ofrecen
una mayor coincidencia en los elementos
que han obstaculizado el fiel
cumplimiento del espíritu de la Ley, y de
los ideales de justicia social contenidos
en la (CRBV – 1999) Los problemas
estructurales de la sociedad venezolana
y viejas prácticas burocráticas heredadas
por la administración vigente, han sido
decisivas para dejar atrás la coyuntura
que ha atravesado la Seguridad Social y
el sistema de pensiones en Venezuela.
Es una cuestión que se debe resolver con
políticas fiscales de seguridad social,
administrativas coherentes y en sintonía
con las tendencias económicas de la
región. En este sentido, cabe destacar
que la política de subsidios, no es
precisamente la panacea, ya que las
pensiones no contributivas tienen un
costo, tienen que financiarse con
impuestos, es decir que el sector
minoritario y productivo se ve castigado
con
el
peso
de
cofinanciar
indirectamente este tipo de sistema. En
su mayoría, los que reciben este tipo de
pensiones están en la línea de pobreza o
por debajo de la línea de pobreza (2.5
dólares diarios de ingresos, según cifras
del BID, 2021). Muchas de las
pensiones, no son suficientes sobre todo
las no contributivas para atender los
costos de los productos básicos o de
primera necesidad.
En síntesis, en el caso venezolano puede
afirmarse que los trabajadores por
cuenta propia son los que no van a
recibir una pensión mañana, es decir
pobre hoy y pobres también mañana,
independientemente de que estén
homologadas si la inflación se mantiene
como reflejo de la distorsión de la
economía. También, surge un elemento
y es el exceso de burocratización que
cobra importancia a corto y mediano
plazo. Esto podría explicar la influencia
que ésta ejerce en la legislación oportuna
y eficiente del Estado y en la
preeminencia de la voluntad política en
la implementación, reformas, unificación
del sistema de pensiones en Venezuela.
Este es el corolario, ya que los cambios
oportunos y los aciertos en las políticas
se encuentran en manos de su principal
actor que es el Estado venezolano
Página22
PENSIONADOS Y JUBILADOS VENEZOLANOS EN EL EXTERIOR
Para generar observaciones sobre la desdignificación de las pensionados y jubilados
venezolanos en el exterior, se necesitó estructurar toda la información concerniente al
desarrollo del proceso de desmejora social que actualmente viven estos adultos mayores.
Para este punto se hicieron 2358 encuestas, las cuales fueron organizadas en su
producción por la Red de Asociaciones de Pensionados y Jubilados de Venezuela
Residentes en el Exterior (RED – APEJUVEX) y la Unión Panamericana y del Caribe
por los Derechos Humanos (PACUHR) por sus siglas en ingles. Y la misma se estructuro
en cuatro (04) partes fundamentales a saber: datos personales, datos sobre su pensión
y/o jubilación, datos sobre su estancia en Venezuela y datos sobre su estancia en el país
de acogida.
Pero para comenzar con la discusión técnica de la situación de los pensionados y
jubilados venezolanos en el exterior, es de importancia señalar que la agencia AgeWatch
publicó en 2021 un informe sobre el Índice Global de Envejecimiento y establece un
ranking de los países donde es más favorable envejecer en términos de condiciones
económicas y de salud y donde la esperanza de vida es mayor. No sorprende la posición
de Suecia, la cual se ubica en el segundo lugar gracias a poseer un sistema de pensiones
mixto que funciona de manera eficiente y se acompaña de un envidiable sistema de salud
que garantiza una vejez digna. España y Chile se encuentran un poco más rezagados en
los puestos 21 y 22 respectivamente, España con su sistema de pensiones de reparto y
Chile con un sistema privado de capitalización que, a pesar de ser modelos antagónicos,
según este estudio, son muy similares los resultados sobre la población objetivo. El caso
alarmante es el de Venezuela, la cual se ubica en el puesto 90 de la muestra de 96 utilizada
por AgeWatch, el sistema actual demuestra no ser capaz de garantizar unas condiciones
mínimas de vejez digna. Esta es una de las motivaciones para el proceso de emigración
que actualmente se vive en Venezuela.
No esta demás recordada que Históricamente Venezuela fue considerada como una
nación joven, con una envidiable estructura de la pirámide poblacional al poseer la
proporción casi perfecta de jóvenes por cada adulto mayor y una tasa de natalidad que
permitía proyectar consistencia en este comportamiento estructural. El problema es que
no solo depende de las tasas de natalidad y mortalidad, las migraciones juegan un papel
importante en la demografía, y la crisis política y socio-económica ha propiciado el
aumento de la migración externa a niveles nunca antes experimentados. Venezuela era
receptor neto de migrantes, por lo tanto, es totalmente inédita la situación actual.
Durante el siglo XX, Venezuela fue país receptor para inmigrantes provenientes de la
Europa post-guerra, razón por la cual existen grandes colonias de descendientes de
españoles, portugueses e italianos principalmente. Posteriormente se produjo una
segunda ola migratoria, esta vez proveniente de Latinoamérica, que veían a Venezuela
como el país más estable de la región y con la economía más próspera gracias a la
industria petrolera, además de contar con la democracia más estable reforzada por sus
instituciones.
Página23
Todo este escenario ha sufrido una repentina reversión, la cual se ha producido en dos
grandes bloques. En la primera década del siglo XXI comenzó una leve ola de
emigración, esta estuvo producida por el regreso de parte de los extranjeros que habían
llegado al país a sus naciones de origen. Posteriormente, ya a mediados de la segunda
década, se produce la más importante y severa ola migratoria experimentada en nuestra
historia y una de las mayores de la región. La hiperinflación más prolongada del país ha
causado, además de afectar directamente las condiciones de vida de la población, la
migración forzosa de millones de venezolanos en búsqueda de mejores oportunidades
salariales que permitan atender al menos las necesidades de una cesta básica, educación,
salud y capacidad de ahorro. Según (ACNUR, 2021) “La cifra de venezolanos que han
emigrado de su país se ubica en 6,4 millones, lo cual representa un 25,4% de la población
total venezolana.”
En su memoria económica, social o política, la sociedad venezolana no había registrado
la vivencia de la emigración internacional, aquella que implica el abandono del lugar de
origen por un período de tiempo prolongado. Hasta comienzos de la década de 1980, la
emigración era un fenómeno poco común porque los venezolanos consideraban que su
nivel de vida futuro no estaba en riesgo. La historia contemporánea de la migración en
Venezuela da cuenta de un país que se mostró atractivo para la población extranjera en
ciertos períodos bien definidos, durante los cuales transitó por fases de expansión
económica, asociadas a los altos ingresos provenientes de la renta petrolera, que
permitieron el desarrollo de importantes proyectos de inversión y la elevación de sus
índices de bienestar, en medio de cierta estabilidad democrática.
Ahora bien, la celeridad e intensidad de la afluencia migratoria de venezolanos de todos
los rangos etarios y de profesión, ha desbordado la capacidad de respuesta de los Estados
y de las instituciones, así como de la sociedad en general, nos generan estas preguntas:
¿Cuántos venezolanos van y vienen cruzando la frontera para satisfacer necesidades
básicas y serán adultos mayores?
¿Cuántos han traspasado la frontera para permanecer en algún destino en situación
regular o irregular?
¿Qué edad tendrán, serán jubilados?
Página24
¿Qué profesión u ocupación tendrán?
Hay dificultades con las fuentes de información, las cuales tienen limitaciones —por su
naturaleza y por el uso de diferentes criterios definitorios de las migraciones— para
responder a las exigencias de estadísticas oportunas y pertinentes. Asimismo, ha sido
complejo para las unidades de análisis y los centros de investigación sistematizar la
información disponible y generar los estudios requeridos. De allí que este análisis y
discusión técnica de la situación de los pensionados y jubilados venezolanos en el
exterior, producto de un esfuerzo colectivo, adquiera un valor inestimable por los aportes
realizados en la compilación de datos de fuentes secundarias y en el levantamiento
directo de información a través de entrevistas unifocales. Es necesario dejar claro que,
para los venezolanos bajo régimen de pensión, tanto en Venezuela como fuera del país,
los derechos de pensión, deberían ser calculados utilizando los modelos de pensiones de
la OCDE. Los cálculos teóricos se basan en parámetros nacionales y normas aplicables
en 20120 y asumen que los trabajadores ingresan al mercado laboral a los 20 años. El
impacto global de las reformas de las pensiones que ya han sido legisladas pero que están
en proceso se toma en cuenta para los cálculos. Los indicadores son precedidos por una
nota en la arquitectura de los sistemas nacionales de pensiones, seguido de una nota
sobre la metodología y expectativas.
Los indicadores de los derechos de pensiones comienzan con la tasa de reemplazo: la
proporción de la pensión con los ingresos individuales. El primer indicador mira las tasas
de reemplazo brutas (antes de impuestos) de todas las fuentes obligatorias y cuasiobligatorias, para una sola persona. El segundo indicador muestra un análisis del
tratamiento fiscal de las pensiones y pensionados. El tercer indicador muestra las tasas
de reemplazo en términos netos, teniendo en cuenta los impuestos y contribuciones
pagados sobre ingresos y pensiones. Siguen tres indicadores de la “riqueza de la pensión”:
el valor de la duración del flujo de beneficios de jubilación. Es una medida más amplia
que las tasas de reemplazo porque tiene en cuenta la edad de jubilación, la indexación y
la esperanza de vida. Los dos primeros indicadores son la riqueza de la pensión bruta y
neta y la riqueza neta de las pensiones, el tercero es el cambio en la riqueza bruta de la
pensión.
El equilibrio entre dos objetivos de la política (proporcionar ingresos de jubilación
adecuados y reemplazo de un recurso compartido de destino de los ingresos) se examina
en el siguiente par de indicadores, que resumen la progresividad de fórmulas de beneficio
a la pensión y el vínculo entre pensiones y beneficios. Los dos últimos indicadores dan
un promedio de los derechos a la pensión entre los individuos con diferentes niveles de
ingresos, muestran los niveles de pensiones, la riqueza de la pensión y el papel de cada
parte del sistema de ingresos en la jubilación.
Página25
Pero se debe dejar claro, que ninguna estos puntos de realización se están haciendo valer
para los pensionados y jubilados venezolanos tanto en país como en el exterior, pero a
partir de este estudio técnico se hará una observación a los factores planteados por la
Red de Asociaciones de Pensionados y Jubilados de Venezuela Residentes en el Exterior
(RED – APEJUVEX), lo cual serán de ayuda para dar respuestas a la interrogantes antes
planteadas, además de servir este análisis, como una radiografía en tiempo real del
escenario socio-económico de las personas de nacionalidad venezolana o de otras
nacionalidades, que vivieron y trabajaron en Venezuela y tienen derecho a una pensión
o jubilación y actualmente habitan en otros países
Página26
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN TÉCNICA DE LA SITUACIÓN DE LOS PENSIONADOS Y
JUBILADOS VENEZOLANOS EN EL EXTERIOR
En Venezuela la solicitud de prestaciones dinerarias por
concepto de vejez, es valido después de haber cumplido
60 años de edad si es varón o 55 años si es mujer, toda
persona que esté o haya estado trabajando en
organismos o entes públicos o privados y cumpla con
requisitos de edad y años de servicio para hacerse
acreedor del beneficio de jubilación.
La Jubilación es un derecho constitucional,
irrenunciable, que le proporciona a la persona que
desempeña o ha desempeñado algún cargo una pensión
o una recompensa por los servicios prestados. Es un
derecho adquirido de por vida para los funcionarios y
empleados al servicio de los organismos o entes públicos
o privados y se otorgará cuando el trabajador tiene un
determinado número de años de servicio y ha alcanzado
ciertos límites de edad, es decir que haya cumplido 55
años en la mujer y 60 en el hombre y tener 25 años de
servicio en la administración pública o cuando el
funcionario o empleado haya cumplido 35 años de
servicios, independientemente de la edad.
Consiste en recibir una pensión, es decir un pago fijo y
periódico, hasta la fecha de su muerte y, no se transmite
a sus herederos. Es una consecuencia del derecho al
trabajo y forma parte de él. El trabajador que durante
años ha prestado servicios para una empresa o
institución adquiere el derecho a ser jubilado y a que en
lugar del salario que se le cancelaba cuando era
trabajador activo, se le pague una pensión que le sirva
para satisfacer sus necesidades básicas y las de su
familia.
Página27
El trabajador tiene un período de tiempo de tres (3) años
que deben contarse a partir de la fecha en que termina
la relación laboral si se trata de la solicitud del beneficio
a la jubilación, o bien a partir de la exigibilidad de cada
una de las pensiones no pagadas, si se trata del pago de
las mismas. La norma que consagra el derecho a la
jubilación es el Artículo 80 de la (CRBV – 99) y el
Código Civil en su artículo 1.980, prevé un lapso de tres
(3) años para reclamar o solicitar la Jubilación. Es decir,
que el derecho a la jubilación puede reclamarse por un
período de hasta tres (3) años, contados a partir de la
fecha de terminación de la relación laboral.
Lo anterior esta totalmente relacionado con la primera pregunta de la encuesta técnica
realizada a los miembros activos y agregado de La Red de Asociaciones de Pensionados
y Jubilados de Venezuela Residentes en el Exterior (RED – APEJUVEX), la cual
corresponde a la primera parte: Datos Personales, cuya enunciación fue:
1.
SELECCIONE SU RANGO DE EDAD.
La cual fue respondida por 2358
pensionados y/o jubilados venezolanos
en el exterior, teniendo los siguientes
resultados:
Como bien se puede observar, un 50,5%
de los encuestados están en el rango
etario desde los 65 años hasta los 74, un
27, 8% tiene desde los 55 años de edad
hasta los 64, un 19% marca una edad de
75 a 84 años, y 2,7% es mayor a 85 años
El Régimen Prestacional de Pensiones y
Otras
Asignaciones
Económicas,
garantizará a las personas, previo
cumplimiento de los requisitos de
afiliación y contribución, prestaciones
dinerarias ante las contingencias
amparadas, comprendiendo entre otras,
las pensiones de vejez o jubilación, las
cuales sustituirán las tradicionales
pensiones pagadas en los actuales
momentos por el Instituto Venezolano
de los Seguros Sociales y por otros entes
públicos con base en la Ley del Estatuto
sobre el Régimen de Jubilaciones y
Pensiones de los Funcionarios o
Empleados de la Administración Pública
Nacional de los Estados y de los
Municipios.
Página28
Hasta ahora, este Régimen no se ha
desarrollado, pues su puesta en práctica
implica además de la promulgación de
una Ley especial para regularlo, la
realización de profundas modificaciones
al complejo y heterogéneo régimen de
pensiones existente en el país.
Según lo previsto en la LOSSS (artículo
65) la pensión de vejez o jubilación
garantizada por el referido Régimen
Prestacional será de financiamiento
solidario, a través de cotizaciones
obligatorias, para las personas con o sin
relación laboral de dependencia, de
beneficio definido, de aseguramiento
colectivo bajo el régimen financiero de
prima media general y sobre una base
contributiva de uno a diez (10) salarios
mínimos urbanos, correspondiéndole al
Estado la administración del fondo de
pensiones de vejez.
Dicha pensión de vejez o jubilación será
financiada con las contribuciones de los
empleadores y trabajadores y, de los
trabajadores no dependientes con ayuda
eventual del Estado en los casos en que
sea procedente, conforme a lo
establecido en la ley que regule éste
Régimen
Prestacional.
Asimismo,
aquellas personas que no estén
vinculadas a alguna actividad laboral,
con capacidad contributiva, podrán
afiliarse al Sistema de Seguridad Social y
cotizarán los aportes correspondientes
al patrono y al trabajador y en
consecuencia serán beneficiarios a la
pensión de vejez (artículo 66 ejusdem).
Por su parte el Régimen Prestacional de
Servicios Sociales al Adulto Mayor y
Otras Categorías de Personas, de
carácter asistencialista y base no
contributiva, actualmente en plena
vigencia, tiene por objeto garantizar, a
los sujetos bajo su ámbito de aplicación
personal, atención integral a fin de
mejorar y mantener su calidad de vida y
bienestar social en consonancia con el
principio de respeto a su dignidad
humana.
Dispone la LOSSS que el Régimen
Prestacional de Servicios Sociales al
Adulto Mayor y Otras Categorías de
Personas se regirá por las disposiciones
de dicha Ley y por su Ley especial, y
para alcanzar la protección que asegura
el Sistema a los adultos mayores con
ausencia de capacidad contributiva,
legalmente se han estructurado un
conjunto integrado de prestaciones,
programas y servicios
Página29
Pero lo cierto, es que a pesar de que el
100% de los encuestados cumplen con
los requisitos legales, no reciben el
beneficio de la pensión y/o jubilación, en
primer orden, por la incompetencia del
entramado jurídico e institucional,
además,
la
complejidad
y
heterogeneidad que caracteriza al
Sistema de Seguridad Social venezolano,
se pone en evidencia con la dispersión
normativa existente en materia de
prestaciones, tanto en especie como en
dinero, así como en la multiplicidad de
organismos, regímenes
y entes
previsionales creados en este ámbito en
el país, los cuales no son capaces de
hacer cumplir con el pago a los
venezolanos en el exterior.
El proceso de envejecimiento en la
población es un hecho biológico y
natural propio de cualquier ser humano,
cuyos efectos se hacen sentir con mayor
fuerza en un mundo altamente
globalizado y competitivo, donde
convergen simultáneamente la inclusión
y la exclusión social. Particularmente en
Latinoamérica, el arribo a la tercera
edad se da en un entorno caracterizado
por la pobreza, una aguda desigualdad
del ingreso, un escaso desarrollo
institucional y una persistente inequidad
social, siendo lo peor del caso que en la
mayoría de los países no se han
establecido mecanismos eficaces dentro
de los Sistemas de Seguridad Social que
permitan la acumulación de recursos a lo
largo de la vida activa del trabajador, a
fin de contar con ingresos suficientes
para disfrutar de una vejez digna.
En este contexto, el envejecimiento es
tratado de una manera marginal, debido
a que no existe una estructura educativa
capaz de crear una imagen positiva de la
vejez, así como el reconocimiento de los
valores y la experiencia de vida de
aquellos que han alcanzado edad
avanzada. Adicionalmente a lo antes
expuesto, al no contar la gran mayoría
de países con eficientes sistemas de
protección social, de ahorro o de
capitalización individual, que les
permitan satisfacer sus necesidades de
consumo y de salud durante la vejez, las
necesidades de estas personas se cubren
mediante activos acumulados durante la
edad laboral, transferencias familiares
intergeneracionales,
programas
asistenciales
e
instituciones
de
beneficencia a cargo de los Sistemas de
Seguridad Social de los países de acogida
2.
INDIQUE SU NIVEL EDUCATIVO
La cual fue respondida por 2358 pensionados y/o jubilados venezolanos en el exterior,
teniendo los siguientes resultados:
Por ser la jubilación es un proceso
inevitable en la vida laboral de una
persona, el cual conlleva diversos
cambios ante los cuales los individuos
deben generar respuestas adaptativas y
congruentes con esta situación.
Esta etapa representa una ruptura en el
desenvolvimiento profesional de las
personas, tan radical que afecta al
individuo en todos los aspectos de su
vida, es decir, en su situación económica,
psicológica, social y familiar. no
obstante, no todas las personas están
preparadas para asumir los cambios que
se avecinan al entrar en la fase previa a
la jubilación, debido a que cada uno
Docente
Profesora
Abogado
Página30
Se determinó que son diversos los
efectos que manifiestan el proceso de
jubilación, presentándose una amplia
gama de sentimientos, emociones y
sensaciones que van desde los negativos
como lo son la ansiedad, depresión y
miedo, hasta los positivos como la
tranquilidad, optimismo y seguridad. En
este caso en particular se constató que la
posee características individuales que
proporcionan una percepción diferente
ante esta nueva etapa. lo que para
algunos constituye un cierre de ciclo y
comienzo de uno nuevo lleno de
expectativas y nuevas oportunidades,
para otros es el inicio de una fase
colmada de incertidumbre, plagada de
angustias, tristezas y causante de
cambios en el comportamiento normal
de los involucrados. Pero se debe
entender que más del 80% de los 2358
encuestados tienen una profesión
universitaria, siendo las siguientes las de
mayor presencia en los jubilados y/
pensionados en el exterior:
Secretaria
Ingeniero
Economista
ansiedad predomina sobre los demás
efectos. se demostró que la adaptabilidad
a la jubilación está determinada por las
actitudes y creencias personales que
enmarcan la figura del retiro laboral. En
este sentido, la planificación constituye
uno de los elementos más importantes
que deben ser tomados en cuenta por los
trabajadores activos.
Página31
3. ¿USTED ES PENSIONADO DEL IVSS O JUBILADO POR ALGUNA INSTITUCIÓN DE VENEZUELA?
PUEDE SEÑALAR MAS DE UNA OPCIÓN.
La cual fue respondida por 2358 pensionados y/o jubilados venezolanos en el exterior,
teniendo los siguientes resultados:
Página32
Como bien se puede apreciar en la
representación gráfica de la tercera
pregunta, el 85,6% de la población
encuestada es jubilada del (IVSS), lo cual
indica que 2019 pensionados y/o
jubilados venezolanos en el exterior,
cumplieron con todos los requirentes
para merecer el pago de seguridad
social. Lo cual no ocurre incumpliendo
totalmente la Ley Aprobatoria del
Convenio de Seguridad Social en el
territorio de una Parte o de un tercer
país (1988). El artículo 5 del Convenio
establece entre otros aspectos que “las
prestaciones económicas debidas por
una de las Partes Contratantes, en
aplicación del presente Convenio, se
harán efectivas a los beneficiarios que
residan en el territorio de una Parte o de
un tercer país”. Ello quiere decir, que la
obligación del Estado venezolano con
sus jubilados se mantiene al ubicar el
jubilado su residencia en ese país. Es
decir, tiene la obligación de pagar las
pensiones estableciendo con España los
mecanismos para que se haga efectivo.
Esa obligación se estuvo cumpliendo en
términos generales de manera aceptable
hasta el año 2016, cuando la gestión de
Maduro decidió no cancelar un solo
centavo más a los jubilados en el
exterior. Es decir, se están sometiendo a
situaciones de penuria a unos 12.000
pensionados residentes en España,
Portugal, Italia, Uruguay, Chile y
Ecuador, de los cuales 2358 fueron
participantes de este análisis técnico
4. ¿SEÑALE EN CUÁL DE LAS SIGUIENTES CONDICIONES SE ENCUENTRA USTED EN CUANTO A
SUS DERECHOS A PERCIBIR LA PENSIÓN DE VENEZUELA?
La cual fue respondida por 2358 pensionados y/o jubilados
venezolanos en el exterior, teniendo los siguientes resultados:
Página33
La situación que enfrentan los
pensionados y/o jubilados venezolanos
en el exterior es muy compleja. Por una
parte, el proceso de ubicación en la
sociedad, de adaptación a diferentes
costumbres,
la
convivencia
en
sociedades donde el rechazo al
extranjero, llega incluso a desatar
actitudes violentas. Por otra parte, la
emigración, cambia la visión que se tiene
del país de origen. La literatura sobre el
tema coincide en destacar los problemas
de identidad que vive el emigrante,
sobre todo cuando proviene de un país
colonizado, repleto de diversidad
cultural como el nuestro. El proceso de
emigración de venezolanos clase media
puede
entenderse
como
una
consecuencia de la dinámica de
transformación
económica,
social,
política y cultural que marca nuestra
inserción en la economía globalizada a
finales del siglo XX. Hasta ahora este
fenómeno ha sido comentado en los
medios de comunicación, y en los
espacios académicos ha llegado el
momento de estudiarlo para contribuir a
establecer sus dimensiones reales y su
resonancia social.
hay los que buscan aventuras, desarrollo
profesional o nuevos mundos. El hecho
migratorio no se presenta como ruptura,
se explica antes que justificarse, como
una aspiración coherente con su vida y
con su identidad, es más fácil encontrar
la unidad de sentido.
Dentro de los calificados como
motivación externa se encuentran los
que buscan mejores ingresos para ellos y
su familia y los que vienen huyendo de la
violencia. Deben hacer una negociación
para reorganizar su unidad de sentido,
deben integrar los factores externos con
motivaciones internas para justificar el
hecho migratorio. Dentro del grupo
calificado como de motivación interna
Es importante destacar dos tipos de
entrevistados: los que se fueron sin
intención de emigrar y allá decidieron
quedarse y los que directamente
buscaban establecerse en un tercer país.
Es interesante observar cómo ambos
grupos coinciden en señalar motivos
personales y sociales, externos e
internos.
5. ¿EN CUÁL DE ESTAS OPCIONES UBICA UD., EL RECIBO DE SU PENSIÓN EN EL EXTERIOR?
La cual fue respondida por 2358 pensionados y/o jubilados venezolanos en el exterior,
teniendo los siguientes resultados:
Página34
En cuanto a la sostenibilidad del sistema de pensiones y jubilaciones, vemos que tan solo
21 % de las personas de 40 años o más cotiza regularmente, cifra inferior al 34 %
registrado en 2016, caída que, si bien es consistente con el incremento del desempleo, la
informalidad y el deterioro del poder adquisitivo, no deja de representar un grave
problema de cara al futuro de la consecución de recursos vía contribución por parte de
los futuros beneficiarios para garantizar la sostenibilidad del sistema En consecuencia,
la profundidad y cobertura del sistema de seguridad social venezolano es limitado e
insostenible, y el nivel de aporte dinerario es deficitario y nada significativo desde el
punto de vista del poder adquisitivo que les confiere a sus beneficiarios
6. ¿RECIBE SU PENSIÓN O JUBILACIÓN EN EL PAÍS EN QUE SE ENCUENTRA?
La cual fue respondida por 2358 pensionados
y/o jubilados venezolanos en el exterior,
teniendo los siguientes resultados:
El 89,6 de los encuestados en la actualidad no
reciben su pensión estando en el exterior, esto
se debe en gran parte por los efectos de la crisis
política y socioeconómica actual y de la
hiperinflación son palpables
en
los
desequilibrios del mercado laboral y en el
empobrecimiento de los trabajadores. La
situación laboral y de retiro del venezolano
tanto dentro como fuera de país, continúa
deteriorándose y todos los indicadores
generales presentados dan cuenta de ello.
Página35
En consecuencia, el trabajo formal asalariado,
soporte vital del crecimiento y el desarrollo
económico, pierde importancia como principal
fuente de ingresos para los trabajadores, los
beneficios y derechos laborales pierden sentido
económico y su razón o naturaleza, es decir, en
términos reales, las prestaciones sociales, la
seguridad social, las utilidades, seguro por
desempleo pierden atractivo entre los
trabajadores, y más para los venezolanos en el
exterior. El significado cultural y el valor social
del trabajo asalariado y productivo
desaparecen,
lo
que
modifican
las
características del relacionamiento económico
actual, situación que se hace evidente en la
extendida política de bonos gubernamentales
con fines clientelares que desvirtúa el trabajo
7. ¿CUÁL ERA SU SITUACIÓN SOCIO ECONÓMICA EN VENEZUELA?
La cual fue respondida por 2358 pensionados y/o jubilados venezolanos en el exterior,
teniendo los siguientes resultados:
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Esta pregunta resulta de suma
importancia porque la misma, puede
darnos a entender la macro situación
social y económica que en la actualidad
se vive en Venezuela, ya que el 52,3% de
los
pensionados
y/o
jubilados
venezolanos en el exterior, a pesar de
tener una buena situación económica
decidieron o se vieron obligados a
emigrar, ya que en un contexto de
elevada intervención del Estado,
excesivas restricciones a la libertad
económica,
inseguridad
jurídica,
desestímulos a la inversión, presiones
contra
la
autonomía
sindical,
distorsiones agudas en las relaciones
laborales y fuerte impacto por parte de
la
depresión
económica
y
la
hiperinflación; el mercado de trabajo
venezolano refleja graves distorsiones
que se evidencian en niveles crecientes
de desequilibrios de mercado y el
empobrecimiento generalizado de la
sociedad, la única opción que se
vislumbra para personas con más de 55
años, de los cuales más de 30 años,
fueron dedicados al trabajo y ahora no se
les recompensa con lo que por ley les
pertenece, la única opción es salir de
país. La irregularidad o falta de acceso a
los sistemas de pensiones son
situaciones que pueden conllevar a una
serie de riesgos y dificultades en el goce
de derechos de estos adultos mayores, lo
que se ve reflejado transversalmente en
los resultados que se analizaron frente al
acceso a salud, vivienda, al trabajo y a la
seguridad, entre otros derechos.
En varios países tanto de América como
de Europa, hay altos porcentajes de
personas mayores que no cuentan con
documentación, principalmente en los
movimientos mixtos, con mayores
dificultades en cuanto a diferencias de
género y discapacidad. La gran mayoría
de los pensionados y/o jubilados
venezolanos en el exterior encuestados
viven en una situación de gran
vulnerabilidad económica, porque la
recepción de pensiones es muy baja o
inaccesible; el acceso al trabajo es
limitado por las condiciones de los
mercados laborales, por la falta de
documentación y por la discriminación
principalmente debido a la edad y
situación de movilidad, todo esto lleva a
la informalidad en situaciones de
precariedad y explotación laboral, con
largas jornadas y bajos ingresos, así
como situaciones denigrantes y
peligrosas.
8. ¿POR CUÁLES RAZONES EMIGRÓ DE VENEZUELA? (PUEDE MARCAR MAS DE 1 OPCIÓN)
La cual fue respondida por 2358 pensionados y/o jubilados venezolanos en el exterior,
teniendo los siguientes resultados:
Los
pensionados
y/o
jubilados
venezolanos en el exterior, presentan
principalmente como motivo de haber
emigrado, las razones humanitarias, una
baja seguridad en el derecho a la
vivienda. El desalojo es otro de los
riesgos graves para las personas
mayores y se presenta como una forma
de maltrato hacia esta población y sus
familias. De igual forma se debe hacer
punto de atención en el maltrato
psicológico, el cual es un problema que
se debe priorizar, pues está vinculado a
las consecuencias de la inseguridad y la
violencia, en este sentido, las personas
mayores se encuentran en mayor
indefensión. Es necesario observar las
diferencias de género en las formas de
maltrato, ya que se identifica que, en
varios casos, las mujeres sufren mayores
porcentajes de maltrato psicológico.
Página37
En Venezuela, con la llegada del
régimen socialista se empezó a vivir
escenarios de discriminación por edad,
además de ser la principal forma de
discriminación,
conlleva
efectos
negativos en todos los ámbitos de un
goce efectivo de derechos. A esta se
suma la discriminación por la propia
condición de persona en situación de
movilidad humana, siendo también una
barrera transversal en el acceso a
servicios y derechos, que requiere de un
fuerte trabajo de sensibilización en las
comunidades de acogida.
Existe una baja tendencia a la
participación por parte de las personas
mayores, situación que es necesario
revertir para mejorar el bienestar y
calidad de vida de las personas mayores.
Se presenta una correlación inversa o
negativa entre discriminación y
participación:
cuanta
mayores
discriminaciones sientan las personas
mayores, menor es su grado de
participación. Tanto así, que se puede
observar que solo el 10,3 de los
encuestados han emigrado por razones
de trabajo, lo que hace más imperante la
necesidad de su pensión.
9. SELECCIONE EN QUE PERÍODO INGRESÓ AL PAÍS DE ACOGIDA:
La cual fue respondida por 2358 pensionados y/o jubilados venezolanos en el exterior,
teniendo los siguientes resultados:
Esta investigación adopta un enfoque
micro-analítico que no considera a las
decisiones
individuales
de
las
pensionadas y/o jubilados venezolanos
en el exterior como escindidas de las
condiciones y condicionantes externos,
sino como participantes de una realidad
social mucho más compleja.
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Estas respuestas se han utilizado como
herramienta heurística que ayudara a
comprender una realidad social que no
es la misma según el nivel de análisis o
la escala de observación en la que se
decida ubicarlas. Ya que como bien se ve
el grafico correspondiente desde el 2010,
la migración ha sido prácticamente
constante. Por esta razón, la perspectiva
de la Red de Asociaciones de
Pensionados y Jubilados de Venezuela
Residentes en el Exterior (RED –
APEJUVEX) no fue útil para focalizar.
A la vez, se permite un planteamiento
relacional que transita entre el plano
micro de la adopción de decisiones
individuales y el plano macro de los
determinantes estructurales de las
migraciones. Las redes sociales son
estructuras de carácter transnacional
que involucran a todas aquellas personas
e instituciones vinculadas al proceso
migratorio: políticas públicas (en país de
origen y de destino), personas
migrantes, empleadores, informantes,
así como, asociaciones culturales,
políticas, sociales y religiosas, entre
otras. Cuando se mencionan las
trayectorias migratorias, se hace
referencia a las trayectorias de vida que
comprenden
procesos
espaciales
integrados a la vida social y a la historia
del sujeto
Este enfoque resalta la subjetividad del
pensionado y/o jubilado migrante que,
además de reflejar sus expectativas,
inquietudes, decisiones y capacidades de
agencia individuales y familiares,
también reconoce una época atravesada
por normas y valores compartidos por la
sociedad de la que el sujeto forma —o
desea formar— parte.
Respecto a estas subjetividades, interesa
observar la auto-identificación del
pensionado y/o jubilado migrante en
función de la voluntariedad o no de su
trayectoria migratoria, es difícil analizar
la adscripción o no a una de las
categorías de migración forzada por
parte de sus protagonistas. Eso se debe
a que, más allá de las “condiciones
objetivas”, es la experiencia del sujeto y
su relato lo que orientará la
comprensión de los alcances, los efectos
y las dimensiones de dichas condiciones
en este caso.
Se trata entonces de definir los límites
—imprecisos— entre la migración
forzada y la voluntaria. Las migraciones
se pueden definir como todo
“desplazamiento
residencial
de
población desde un ámbito socioespacial a otro, entendiéndose por estos
ámbitos el lugar donde las personas
desarrollan la reproducción cotidiana de
su existencia”. Pueden ser voluntarias
cuando los sujetos migrantes, motivados
por mejorar sus condiciones de vida o
por conocer otras condiciones, toman la
decisión de desplazarse hacia un destino
específico; un ejemplo claro de este tipo
de migración es la económica.
La migración forzada, por otro lado,
implica tanto una coacción externa
directa (traslados obligados) para el
desplazamiento, así como, una decisión
tomada —en un abanico de opciones
reducidas— por temor a perder la vida o
la libertad. En este último caso, la
migración no responde a los beneficios
esperados en el país de destino, sino al
miedo de permanecer en el país de
origen.
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Las migraciones forzadas incluyen un
conjunto de categorías legales o
políticas con una característica común:
que las sujetas y los sujetos migrantes se
han visto obligados a abandonar su
lugar de residencia para buscar refugio
en otro lugar en el período 2010-2015 y
se pueden ubicar las migraciones
forzadas, las categorías de migración
por violencia como consecuencia de los
procesos sociales, al tener en común la
vivencia de hechos traumáticos —
pérdidas humanas y materiales— y la
producción de desplazados y solicitantes
de refugio. Dentro de la migración por
violencia, se podrían incluir las figuras
de exilio y refugio (teniendo en cuenta la
relación país de origen/país de destino)
fundadas en persecuciones políticas. El
caso de la emigración de pensionados
y/o jubilados venezolanos a partir de la
categoría de exilio y refugio,
especialmente para las personas
emigradas de la primera y segunda ola,
mientras que la tercera y cuarta ola
invita a discutir las migraciones
económicas de supervivencia como otro
tipo de migración forzada.
El término exilio se asocia al ámbito de
lo político y de aquellas medidas —
económicas, sociales, ambientales— que
se toman en dicho ámbito, el exilio es un
mecanismo de exclusión institucional
que se puede realizar mediante la
expulsión, la deportación u otras formas
legales, y se usa para revocar el pleno
uso de los derechos de ciudadanía. La
figura del exiliado vincula entonces al
individuo con su país de origen y tiene la
característica
de
implicar
la
conformación de comunidad en el país de
destino, al unirse los exiliados no solo
por su nacionalidad sino por su afiliación
política, causa inicial del alejamiento de
su país de origen.
En las primeras entrevistas, las personas
migrantes utilizaron el término “huir de
Venezuela”; esta expresión fue retomada
para indagar sobre sus sensaciones
frente a estas condiciones objetivas de
carencia de alimentos y otros artículos
de primera necesidad (medicamentos,
pañales, etcétera). Esta búsqueda llevó a
identificar en casi todos los casos una
sensación de vulnerabilidad e injusticia,
en ocasiones definida por una
persecución política indirecta —nunca
directa— y en otras por la percepción de
un sistema socio-político y económico
injusto, que no garantizaba seguridad
frente al accionar violento de bandas.
10. ¿CUÁL ES SU ESTATUS MIGRATORIO EN EL PAÍS DE ACOGIDA?
La cual fue respondida por 2358 pensionados y/o jubilados venezolanos en el exterior,
teniendo los siguientes resultados:
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Teniendo en cuenta que se trata de un flujo reciente y que continúa, se descarta por el
momento el concepto de exilio hasta tanto se pueda observar el comportamiento de esta
comunidad en este y otros países. La figura de estatus migratorio podría explicar la
situación de estos pensionados y/o jubilados venezolanos en el exterior, pero, no se
considera que sea generalizable. La noción de migración por carencia y exclusión, por
otro lado, puede ser útil y generalizable si se tiene en cuenta sus características. Esta
movilidad está destinada a satisfacer necesidades básicas como el empleo, ingresos
suficientes para la subsistencia, libertad política, étnica, religiosa, seguridad jurídica y
seguridad pública. Además de agregarle el término privación, que implica la acción de
un tercero que priva al sujeto, se ha sumado otras características que ayudan a
dimensionar la privación de este colectivo: es extrema, porque el desabastecimiento en
alimentos, productos de higiene y medicinas atenta contra la buena salud de la población.
Es también general, porque además de bienes se ven privados de servicios básicos que
afectan su vida cotidiana. Es colectiva, porque no afecta a familias ni a individuos aislados
o a grupos sociales determinados, sino al conjunto de la sociedad.
11. ¿CUÁL ES SU SITUACIÓN SOCIO ECONÓMICA EN EL PAÍS DE ACOGIDA?
La cual fue respondida por 2358 pensionados y/o jubilados venezolanos en el exterior,
teniendo los siguientes resultados:
12. ¿TRABAJA ACTUALMENTE?
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La cual fue respondida por 2358 pensionados y/o jubilados venezolanos en el exterior,
teniendo los siguientes resultados:
Tanto la pregunta 11 como la pregunta
12, están analizadas y presentadas en
conjunto ya que los pensionados y/o
jubilados venezolanos en el exterior, que
poseen en la actualidad una buena
situación, deben estar trabajando. Los
flujos migratorios producen, tal como
afirmábamos al comienzo, una serie de
consecuencias relacionadas con el país
de origen y con el país receptor. En el
país de origen se podría disminuir el
conflicto social y político cuando un
porcentaje importante de la población
productiva
decide
emigrar.
Disminuirían así los niveles de
desocupación y de descontento, ya que
se crearían posibilidades aparentes,
producto de este movimiento de
personas hacia otras regiones. La mano
de obra que se queda puede tener una
mayor posibilidad de ingreso al mercado
de trabajo, porque ha disminuido la
competencia. Esta última perspectiva,
denominada válvula de escape, ha sido
aceptada
por
algunos
marcos
interpretativos que consideran la
emigración de recursos humanos, y
sobre todo los calificados, como proceso
de circulación de capital humano, lo cual
permite una asignación más eficiente de
recursos en el ámbito mundial.
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Por el contrario, otra visión sobre el
tema es aquélla que plantea que con la
pérdida
poblacional
surge
una
disminución de las posibilidades de
consumo en economías cuyo potencial
de desarrollo se basa, parcialmente, en la
activación de su mercado interno. Una
tercera postura plantea que, con la
emigración puede aumentar la capacidad
de consumo de aquéllos que se quedan y
tienen un grado de parentesco con quien
se fue; siempre y cuando el emigrante se
haya integrado a la sociedad receptora,
de manera que esté en condiciones de
enviar a su familia una parte del dinero
excedente que genere en el país receptor.
Para ello se condiciona a los sujetos de
modo que tomen una decisión que, en
general, nunca terminan de procesar
totalmente. En realidad, dicha decisión
viene siendo el resultado del mensaje
introyectado, generador del consenso
rutinario. Éste conduce a un conjunto de
personas a emigrar, como una salida a
las limitaciones impuestas en el país de
origen.
El
imaginario
sociocultural
así
constituido los determina, construyendo
las fantasías sustentadas en ciertos
valores que subsumen a la población en
interpretaciones falsas de la realidad.
Expresándose a partir de la frustración
de la realización o desarrollo personal y
la imposibilidad de una movilidad social
ascendente, una buena calidad de vida, o
tan siquiera expectativas reales para
lograrlo. Su decisión estará determinada
no sólo por una insatisfacción básica con
respecto a lo que su país de origen le
ofrece,
sino
también
por
las
oportunidades imaginarias que surgen
de la estructura del mercado de trabajo
y el marco cultural y social general del
país al cual se dirige. Por estas razones,
su decisión estará orientada a una
emigración
más
definitiva
que
circunstancial, lo cual se fortalece
cuando el traslado se realiza a países
donde el migrante supone que puede
asimilarse con su familia, en condiciones
laborales y sociales más ventajosas que
en su país de origen.
El
país
receptor
aparece,
imaginariamente, como un espacio de
grandes oportunidades e ingresos. La
búsqueda de mejores condiciones de vida
motoriza los movimientos migratorios,
cuyas
consecuencias
políticas,
económicas y sociales, provocan, en
muchos casos, situaciones de conflicto
en el país receptor. Se puede
incrementar la competencia laboral,
pueden surgir nuevos bolsones de
pobreza, aumento de la discriminación,
la xenofobia, etc. Puede ocurrir que los
trabajadores menos calificados se
perjudiquen por la pérdida de empleos
—que irán a parar a los migrantes— o
por la disminución de sus salarios.
Algunos de los efectos positivos de la
emigración se relacionan con los logros
comerciales que se pueden desarrollar y
con las remesas. Aquí me detendré para
tratar este efecto que hoy está tan de
moda.
Las remesas son indicadores del efecto
de la migración, consecuencia del
conflicto social expulsor de grandes
contingentes de personas que envían
dinero para que su familia intente salir
de la crisis económica, lo cual,
supuestamente, disminuiría los niveles
particulares
del
conflicto
socioeconómico de esa familia que recibe
ese dinero.
Se pretende hacer creer a las sociedades
receptoras de remesas que estas divisas
contribuyen al desarrollo general de la
economía del país y, en realidad, si
observamos con detenimiento los
montos que llegan, cómo llegan y a
quiénes se dirigen, nos daremos cuenta
de que es verdad que contribuyen, pero
solamente como un complemento del
salario familiar básico de aquellas
familias más necesitadas. Me animo a
decir que, si estos montos viniesen en un
solo paquete, podrían ser destinados a la
puesta en marcha de políticas sociales de
diferente índole, pero como vienen
fragmentadas en tantos pedazos como
migrantes envían dinero, sólo pueden
ser utilizadas para el consumo familiar.
Página43
Si realizamos la misma ecuación que
hacen los analistas macroeconómicos
para saber el ingreso per cápita de un
país, y dividimos la cantidad de dinero
que llega por remesa sobre la cantidad
de población, nos encontraremos con
que las sumas percibidas sólo alcanzarán
para completar, mínimamente, el salario
básico familiar; y, aunque esto no es
poco, sobre todo para familias en
situación de pobreza y pobreza extrema,
no solucionaría el problema de las
grandes mayorías pauperizadas de
nuestras sociedades subdesarrolladas.
Cuando se contrata, transporta y emplea
a trabajadores migratorios en desafío de
la ley, sus derechos y libertades
fundamentales corren mayores riesgos.
La pobreza masiva, el desempleo y
subempleo existentes en muchos países
en desarrollo ofrecen a empleadores y
agentes privados sin escrúpulos un
terreno fácil para la contratación. En
algunos casos, el traslado clandestino de
los trabajadores adquiere carácter de
operación delictiva.
Desprovisto de condición jurídica o
social alguna, el trabajador migratorio
ilegal es, por naturaleza, objeto de
explotación. Queda a merced de sus
empleadores y puede verse obligado a
aceptar todo tipo de trabajo, en
cualquier condición laboral de su vida.
En el peor de los casos, la situación de
los trabajadores migratorios es similar a
la esclavitud o al trabajo forzoso. El
trabajador migratorio ilegal rara vez
trata de buscar justicia, por temor a ser
descubierto y expulsado, y en muchos
países no tiene derecho de apelación
contra decisiones administrativas que le
afectan.
Otra de las formas de impacto de los
movimientos migratorios se da a partir
del desplazamiento de la mano de obra
nacional de las áreas rurales,
especialmente fronterizas, donde se
prefiere emplear inmigrantes ilegales,
por sus niveles de eficiencia y los bajos
sueldos que devengan. También sobre el
Sistema de Salud, en particular en
hospitales y centro de salud rurales, que
se ven desbordados en su capacidad de
atención a la población en general. El
retorno de ciertas enfermedades, que se
consideraban erradicadas, por cuanto la
población que ingresa en condiciones de
ilegalidad no se somete, ni es sometida,
a controles higiénicos sanitarios debido
a su propia situación jurídica irregular;
aumenta la demanda sobre el servicio
educativo y la matrícula escolar; se
produce la invasión de terrenos
municipales y privados en forma ilegal y
proliferan una serie de actividades
ligadas a la economía informal, el juego
de azar y la prostitución, así como el
incremento en el tráfico y consumo de
drogas.
Desde la alimentación, hasta los usos
más abstractos e intangibles, como la
oración y los rituales religiosos
particulares de la región de origen, son
parte de la cultura con la que viajan los
migrantes, conservando sus símbolos
sociales y recreando espacios para
mantenerla.
13. ¿CÓMO PUEDE USTED COMPARAR QUE SU VIDA CAMBIO CON LA MIGRACIÓN, EN RELACIÓN
A COMO VIVÍA EN VENEZUELA?
La cual fue respondida por 2358 pensionados y/o jubilados venezolanos en el exterior,
teniendo los siguientes resultados:
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Es evidente que en Venezuela el proceso
de globalización tiene un impacto sobre
la decisión de emigrar y quizás con
mayor peso en las primeras etapas del
mismo, pero sin duda las condiciones
internas son determinantes para los
individuos al momento de tomar la
decisión de salir del país. El Estado
venezolano está en la obligación de
emprender políticas que mejoren las
condiciones internas para contrarrestar
la migración al mismo tiempo que puede,
como en otras experiencias conocidas,
organizar políticas que posteriormente
permitan reconectar estos venezolanos
para su regreso o su participación, aun
en la distancia, con proyectos del país.
Es necesario también que exista un
reconocimiento por parte de los Estados,
especialmente de la región y los que más
se ven impactados por la llegada masiva
de venezolanos, de que estas personas
requieren un tratamiento especial; la
evaluación - y en los casos que aplique el otorgamiento, de la condición de asilo
y refugio establecida en diversos
instrumentos como: la Convención de
Ginebra (1951), Protocolo de 1967, así
como en la Declaración de Cartagena
(1984), que además los compromete a su
protección e integración, al mismo
tiempo que los obliga a exigir el
restablecimiento
de
condiciones
internas en sus países de origen, en este
caso Venezuela, para mejorar la
situación
Es importante señalar que este proceso
se manifiesta de forma distinta entre los
países, hay aspectos estructurales y de la
globalización que no son exclusivos de
los países en vías de desarrollo; los
Estados centros o desarrollados
presentan una mayor tendencia al
aprovechamiento de recursos y
tecnologías para desarrollar sus
condiciones internas, al mismo tiempo
que generan políticas de atracción hacia
la
inmigración
calificada,
el
conocimiento, considerando la “riqueza
de las naciones” en los tiempos que
transcurren.
Independientemente
de
sus
características los Estados están en la
obligación de revisar sus condiciones
internas, no sólo en el aprovechamiento
de recursos e implementación de
políticas, sino también cómo se
enfrentan en torno a las dinámicas de la
movilidad internacional y preguntarse
cuán trascendente es su proceso de
globalización en lo referente al
intercambio de factores de producción y
apertura - especialmente económica y
sociocultural - con el resto de los países.
Página45
Esto pasa por revisar si se está
ejecutando una apertura real, porque es
evidente que hay un importante proceso
de desfronterización de tipo social y
económica,
pero
también
hay
limitaciones para la movilidad. Este
aspecto afecta, sobre todo, otra de las
dimensiones de la migración, la fuerza
de trabajo. Según las demandas de la
mano de obra de los Estados, éstos
restringen los flujos, aun así, no puede
desestimarse que algunos intereses
políticos han afectado la política
inmigratoria. Esto es un factor
determinante pues estas condiciones o
políticas de migración tanto en el origen
como en el destino van a determinar el
estatus de los migrantes y su tiempo de
permanencia
Página46
LECTURAS DE LA DESDIGNIFICACIÓN
En otros períodos de crisis vividos en el
pasado, la población venezolana no
percibía, como ocurre hoy, que su nivel
de vida futuro estaba en riesgo y
tampoco sentía que forzosamente debía
migrar a otro país en la búsqueda de
oportunidades
para
atender
la
satisfacción de sus necesidades básicas y
las de su grupo familiar, por
consiguiente, en esos años nunca se
registró una escalada de la afluencia
emigratoria de venezolanos hacia otros
países como se viene observando en
estos tiempos. Sabemos que los
pequeños flujos emigratorios verificados
en las décadas de 1980 y 1990
respondieron en buena medida a la
salida de migrantes calificados y a
migraciones de retorno postergadas
generacionalmente. La crisis que vive la
sociedad venezolana en todos sus
órdenes responde al rotundo fracaso de
un Modelo de Desarrollo Productivo
Socialista que se ha tratado de implantar
en medio de una gran conflictividad
política y social, y un intenso proceso de
desinstitucionalización
que
ha
vulnerado a todas las esferas de la vida
ciudadana, incluyendo el ejercicio de los
valores democráticos. En este contexto,
las dudas frente al futuro no solo han
generado frustración, particularmente
entre la población joven con educación
universitaria,
profesionales
recién
graduados,
sino
que
ya
ha
transversalizado todo el espectro social,
toda vez que la recesión económica y el
fuerte
proceso
inflacionario
ha
significado
el
empobrecimiento
generalizado de toda la población, como
ya se ha dado cuenta en otros capítulos
de esta obra.
Página47
El análisis y discusión técnica de la
situación de los pensionados y/o
jubilados venezolanos en el exterior ha
permitido evidenciar que, no obstante
sus limitaciones, el método indirecto de
identificación de emigrantes a través de
la información reportada en los hogares
brinda
información
útil
para
aproximarnos al dimensionamiento y
caracterización de la población emigrada
en el período reciente, especialmente
cuando el gobierno nacional mantiene su
cerco alrededor de las fuentes oficiales.
Ello, sin perder de vista que la fotografía
captada por este análisis y discusión
técnica de la situación de los
pensionados y/o jubilados venezolanos
en el exterior, ha podido quedar
superada por la afluencia emigratoria
que se ha producido durante el tiempo
que va del año 2018. Estos resultados
nos auguran que debemos seguir
explorando esta alternativa para la
obtención de información sobre el
fenómeno migratorio, con la finalidad
profundizar
en
otros
aspectos
relacionados, por ejemplo, con el
impacto sobre las dinámicas familiares,
la conformación de redes migratorias,
las ayudas económicas provenientes del
exterior, entre otros aspectos.
En lo que va de la década actual en
Venezuela se ha desencadenado la crisis
más profunda de su historia republicana.
Se ha profundizado la inestabilidad
política y la contracción económica,
acompañada de un fuerte proceso
inflacionario que ha erosionado
completamente el poder adquisitivo de
la población, enormes niveles de escasez
de productos básicos y de todo tipo,
deficiencias en todos los servicios
públicos y un intenso proceso de
desinstitucionalización. Este cuadro ha
sido el marco para la severa crisis
migratoria que está experimentando
este país, cuyas dimensiones empiezan a
impactar en otros países de América
Latina y el Caribe.
Ante la insuficiencia de estadísticas
nacionales en esta última edición de la
Encuesta Nacional sobre Condiciones de
Vida 2017 se decidió la inclusión de una
sección destinada a recabar información
en los hogares sobre las personas que
recientemente han emigrado desde
Venezuela. Este trabajo tiene el
propósito fundamental de analizar los
resultados de la análisis y discusión
técnica de la situación de los
pensionados y/o jubilados venezolanos
en el exterior sobre la emigración desde
Venezuela durante los últimos cinco
años, comparándolos con otras fuentes
en la medida que sea posible, con la
finalidad de establecer la consistencia de
la información obtenida sobre el
volumen de la población emigrante y sus
características. Se espera que este
estudio contribuya a evidenciar los
cambios ocurridos en la composición
social y en la elección de los países de
destino durante esta nueva fase del
proceso emigratorio desde Venezuela.
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En el corto plazo la migración forzada
desde Venezuela se mantendrá y su
escala dependerá de cuánto más se
deterioren las condiciones de vida. El
Estado venezolano es responsable de las
garantías a nuestro derecho a no migrar
y debe ser sancionado por sus faltas a ese
compromiso. Por su parte la comunidad
internacional debe entender que los
factores detonantes de esta crisis
migratoria son de la responsabilidad
absoluta del gobierno nacional, el cual
no da señales de rectificación de las
políticas que han derivado en la ruina del
país; en consecuencia, los países deben
actuar considerando que las medidas de
políticas migratorias concernientes a los
venezolanos tienen que brindar las
garantías fundamentales que en materia
de derechos humanos el sistema
internacional de protección establece
para migrantes forzados o refugiados. A
tales efectos, es muy importante la
continuidad de todos los esfuerzos que
redunden en un mayor conocimiento
sobre la dinámica migratoria venezolana
y sobre las necesidades de atención de
las personas migrantes y sus familias.
En la ENCOVI 2017 se indagó por la
razón principal que motivó a la persona
a emigrar a otro país y los resultados nos
han dejado saber que de cada 3
emigrados hay 2 que decidieron irse con
la finalidad de buscar trabajo o porque
ya lo habían conseguido. Esta razón está
implícitamente relacionada con la
necesidad de mejorar los ingresos para
cubrir las necesidades personales y
contribuir a la economía familiar si ese
es el caso.
Como bien se ha señalado en varios
capítulos de esta obra, el proceso
hiperinflacionario ha destruido la
capacidad adquisitiva que se tenía a
través de las remuneraciones por
trabajo, en consecuencia, para un
número cada vez mayor de venezolanos
la búsqueda de algún trabajo en otro país
por el cual pueda percibir algún pago en
una moneda más fuerte que el bolívar
resulta imperativo. La violencia y la
inseguridad que fueron aludidas hace
algunos años con bastante frecuencia
para justificar la predisposición a
emigrar, en este tiempo han quedado de
lejos relegadas a una segunda posición
como causal de la emigración
venezolana (5 %). Puede verse en el
gráfico 7 que solo, respecto de 1 a 3 %
del total de emigrantes recientes, fue
identificado que dejaron el país debido a
las demás causas relacionadas con
problemas de salud, familiares, estudios
y razones políticas.
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