Subido por Fernanda Poklepovic

ESTUDIO DE SUELOS Y MATERIALES

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ESTUDIO DE SUELOS Y MATERIALES PARA CAMINOS (Ing. Martín Bruck)
El estudio de suelos y materiales constituye una de las tareas previas necesarias para el proyecto
de una obra vial.
Esta tarea tiene su primera implicancia en la elección del trazado de la obra; en efecto, en esta
etapa del estudio, el ingeniero debe complementar los criterios geométricos y de drenaje
determinantes de trazado, con elementos de juicio de tipo geológico, como así también con
información de carácter general acerca de los suelos y materiales de la región.
Con este fin, al tiempo de la elección del trazado, se deberán consultar todos los antecedentes
disponibles, como ser cartas geológicas, mapas de suelos, estudios de fotointerpretación, estudios
correspondientes a canteras, obras cercanas, etc.; esta consulta de antecedentes deberá ser
complementada con una visita preliminar al á-rea de influencia de la obra.
En esta visita el ingeniero deberá prestar especial atención a la estratigrafía de los materiales,
observable en cortes naturales, barrancas o explotaciones de canteras, como así también deberá
observar los afloramientos de rocas existentes, la estabilidad de taludes y laderas, los cambios de
vegetación, etc.
Como resultado de este análisis preliminar, el trazado del camino se podrá elegir de modo de
evitar zonas particularmente comprometidas desde el punto de vista de los suelos, los materiales y
la geología, como por ejemplo, laderas inestables por orientación desfavorable de diaclasas; conos
de deyección; mallines; zonas susceptibles de sufrir grandes asentamientos; etc.
Una vez definido el trazado del camino, corresponde efectuar el es ti: dio definitivo de suelos y
materiales, necesario para el proyecto dé la obra.
Dentro de este estudio se pueden diferenciar claramente las siguientes áreas:
1. Estudio de la traza
2. Estudio de yacimientos
3. Estudio de aguas
4. Estudio de fundaciones e investigaciones especiales
5. Estudio de materiales comerciales
Para realizar estos estudios, en particular los cuatro primeros, se hace indispensable analizar
materiales ubicados a una cierta profundidad por debajo de la superficie del terreno natural; con
este fin resulta necesario efectuar sucesivas perforaciones, de acuerdo con la técnica que se detalla
a continuación.
PERFORACIONES
Para, estos estudios, salvo el caso de estudio de fundaciones e investigaciones especiales, las
muestras de los materiales a ser analizados podrán ser extraídas alterando su estado natural, dado
que, durante la construcción de la obra, los suelos sufrirán, en general, un proceso de
recompactación; por otro lado los materiales a investigar se encuentran generalmente ubicados a
profundidades menores de 3,00 m.
En base a estos dos hechos, el método de perforación utilizado con mayor frecuencia es el de la
perforación con barreno de mano; esta técnica, simple y expeditiva, tiene aplicación para los casos
de suelos finos, ubicados a profundidades generalmente menores de 3,00 m.
El barreno de mano (Fig. 1) es una herramienta similar a la utilizada para la colocación de postes
de alambrado, conocida en nuestro me dio como "pala vizcachera" o "pala barreno"; consiste en un
caño de acero de un diámetro "aproximado ~de~~2~y5~~cm, ""en™ cüyo~~éxtremo inferior
tiene dispuesta una "mecha", formada por dos hojas enfrentadas, de forma helicoidal; esta mecha
tiene un diámetro de 5 a 6 cm, para tra bajar en suelo arenosos, y un diámetro de 7 a 10 cm para
trabajar en suelos arcillosos. El extremo superior presenta una barra transversal, manija en T, que
permite imprimir al barreno, con las manos, un movimiento de rotación; mediante este
movimiento la mecha penetra en el suelo aprisionando una muestra de material entre sus dos
hojas; una vez que se ha colmado la mecha, se detiene el movimiento de rotación, levantándose el
barreno y extrayéndose la muestra de suelo.
Esta operación es repetida sucesivamente, de modo de aumentar la cantidad de muestra del
material al mismo tiempo que se va avanzando en profundidad - de perforación; con este último
objeto, la manija en T puede ser desacoplada, para permitir el alargue del caño que conforma el
cuerpo principal del barreno, este alargue se realiza mediante el acople de caños suplementarios,
hasta alcanzar, si es necesario, una profundidad máxima del orden de los 3,00 m a 4fOO m.
Al atravesar el barreno dos mantos de distinto suelo, la superficie de separación entre ambos
mantos queda individualizada en la mecha
(fig. 2) por la línea que separa los suelos de distintas características, por ejemplo suelos de distinta
coloración, o de distinta plasticidad. En este caso el espesor del manto superior se determina (fig.
3) midiendo, una vez extraído el barreno, la distancia que media entre la línea de separación de
suelos en la mecha (A) y la línea en la que la superficie del terreno natural ha interceptado el caño
del barreno (B), (con este objeto, esta última línea se la acostumbra marcar con tiza sobre el caño
del barreno); a fin de simplificar esta medición, el caño del barreno está graduado, con marcas
señaladas en su eje, cada 10 cm.
De este modo se van determinando las profundidades de las superficies de separación de los
distintos mantos de suelos atravesados, lo que permite conocer los correspondientes espesores de
cada manto.
En esta operación se deberá tener especial cuidado, cuando se extra e la muestra de suelo de la
mecha, en no mezclar suelos de distintos mantos, de modo de no alterar la representatividad de las
muestras correspondientes a cada capa. Estas muestras deberán ser embolsadas y
cuidadosamente identificadas, mediante la asignación de un número correlativo y la indicación de
la progresiva y profundidad de extracción, para ser finalmente remitidas al laboratorio, donde
serán sometidas a los ensayos que más adelante se indicarán para cada caso.
Tal como se indicara, la perforación con barreno de mano tiene limitada su aplicación a los casos
de suelos finos; en efecto, la presencia de partículas gruesas, duras, como ser rodados,
concreciones calcáreas, etc. impiden el avance del barreno, haciendo muy dificultosa su operación.
En estos casos se hace necesario recurrir a pozos a cielo abierto, efectuados en forma manual a
pico y pala, o bien por medios mecánicos.
De este modo se descubren en forma directa los distintos mantos, de terminándose su espesor y
extrayéndose las correspondientes muestras de material.
Con ambos métodos de trabajo, barreno de mano o pozo a cielo abierto, la profundidad de
perforación resulta limitada, como ya se indicara, por cuestiones operativas. En los casos en que se
deban alcanzar profundidades mayores al orden de los 3,00 a 4,00 m se hace necesario hincar
elementos saca muestras mediante golpes e inyección de agua a presión; en ciertos casos se debe
hincar también un caño camisa, que sirva de soporte a las paredes de la perforación, para evitar su
desmoronamiento; el conjunto de cañerías y martinete para el hincado es sostenido por un trípode
de caños de acero.
En el caso en que se deban atravesar mantos de gran dureza y compacidad, como ser rocas
compactas, la perforación debe efectuarse con equipos rotativos, provistos de coronas de vidia o
diamante, que permitan el corte del material.
Estos dos últimos métodos de perforación mencionados, por percusión y por rotación, se utilizan
generalmente para los estudios de fundaciones y otras investigaciones particulares.
En todos los casos, la información resultante de cada perforación se registra en una planilla de
campaña (Pig. 4), donde se asienta la ubicación de la perforación (progresiva, si corresponde a
estudios d« la traza o N° de pozo si corresponde a estudio de yacimiento), la profundidad de
extracción de la muestra, el número que identifica la misma, el tipo de material, como asi también
observaciones del operador.
ESTUDIO DE LA TRAZA
El estudio de los suelos de la traza del camino tiene como objetivo fundamental el aportar
información acerca de los siguientes puntos:
a)
Aptitud de los suelos de los préstamos para ser utilizados en la
construcción de los terraplenes.
Al respecto, cabe indicar que deberán ser desechados para su uso suelos de elevada plasticidad, de
características expansivas, sue los con elevados contenidos de materia orgánica, materiales resultantes de rellenos indiscriminados, etc.
b)
Capacidad portante de los suelos que servirán de apoyo al pavimento (suelos de la
subrasante).
Conocida la capacidad portante (valor soporte) de estos suelos, se estará en condiciones de
efectuar el diseño estructural del pavimento, esto es, definir los espesores de las distintas capas
que constituyen la estructura del pavimento.
c)
Existencia de zonas susceptibles de sufrir asentamiento de consideración.
Deberán detectarse aquellas zonas que, por las características de sus suelos y por su estado de
humedad, puedan sufrir un proceso de consolidación debido a la acción del peso de los
terraplenes, en particular si los mismos presentan una gran altura.
Una vez definida la presencia de estas zonas, se deberá desarrollar sobre las mismas un programa
especial de investigación.
d)
Existencia de materiales a ser removidos mediante el uso de explosivos.
Al respecto, se deberán delimitar cuidadosamente todos aquellos materiales cementados, de gran
compacidad, rocas, etc., para cuya extracción sea necesario recurrir a voladuras.
Dado el alto costo que implica la utilización de explosivos, resulta de gran importancia la ubicación
de estos materiales rocosos, a fin de que el proyectista trate de evitar su remoción, como así
también, ante la necesidad obligada de su extracción, el proyectista pueda computar lo más
ajustadamente posible los volúmenes de material a ser extraído mediante voladura.
A fin de obtener la información relativa a estos temas, se efectúan perforaciones a lo largo de toda
la traza del camino.
Estas perforaciones se pueden efectuar sobre el eje del trazado o bien a ambos costados del
mismo, en forma alternada; la separación máxima entre perforaciones puede llegar a los 500 m,
debiéndose realizar perforaciones intermedias toda vez que se detecte un cambio significativo en
los suelos, ya sea en sus características o en el espesor de los mantos.
La profundidad mínima de perforación aconsejable es de 1,50 m, debiéndose en todos los casos
alcanzar la cota de fondo de préstamo o zanja de desagüe, por lo que, en los casos de desmonte, la
profunda, dad de perforación puede alcanzar valores considerables.
El operador responsable de esta tarea, al tiempo que la realiza y recorre la traza del camino,
deberá tomar debida nota en su planilla de extracción de muestras de la existencia de
afloramientos de rocas, deslizamientos, vertientes, mallines, rellenos no clasificados, etc. Esta
información complementaria servirá de ayuda al proyectista en las etapas posteriores.
Las muestras que se extraigan en estas perforaciones deberán ser correctamente identificadas y
embolsadas para su remisión al laboratorio. Una vez en el laboratorio, sobre estas muestras se
efectuarán ensayos de granulometría y determinación de constantes físicas (límites de Atterberg},
lo que permitirá su clasificación mediante el sistema H.R.B. En algunos casos, en los que se
sospeche su presencia, se investigará también el contenido de sales solubles y sulfatos .
Una vez completada la clasificación de los suelos de la traza, se está en condiciones de elaborar el
perfil edafológico del camino.
El perfil edafológico es un gráfico que muestra la ubicación, a todo lo largo del camino, de los
distintos tipos de suelos que se encuentran en la zona de su traza; con tal fin, utiliza signos o
trazados convencionales (Fig. 5) para representar cada tipo de material, en la zona en que sé lo ha
detectado mediante las perforaciones realiza das. Esta representación gráfica se complementa con
una planilla resumen de los resultados de los ensayos efectuados.
En la Fig. 6 se muestra, a título ilustrativo, un ejemplo de perfil edafológico.
Este perfil facilita la visualización de los distintos tipos de suelos existentes en la zona de camino,
permitiendo la ubicación de los suelos característicos o típicos del trazado. Sobre estos suelos característicos, en particular sobre aquellos suelos que presentan condiciones críticas para el diseño,
como podrían ser los suelos de bajo valor portante, se hace necesario profundizar las
investigaciones.
Con este último fin es necesario extraer nuevas muestras, "muestras tipo", de ciertos lugares
seleccionados en base al análisis del perfil edafológico, de modo que resulten representativas de
los tipos de suelos característicos del trazado.
Al tiempo de la extracción de estas muestras tipo, se deberán efectuar en campaña
determinaciones acerca del estado natural de densificación y contenido de humedad de los suelos
característicos; esta in formación permitirá, entre otras cosas, efectuar previsiones acerca del
coeficiente de compactación.
Sobre estas muestras tipo, una vez en laboratorio, se deberá efectuar un programa completo de
ensayos, a saber:
Ensayos de granulometría y constantes físicas, para su clasificación H.R.B., lo que permitirá
asegurar su representatividad.
Ensayos de compactación, a fin de poder evaluar la densificación a obtener posteriormente en
obra.
.. Ensayos de valar soporte, a fin de poder estimar la capacidad por tante de los suelos.
Ensayos de mejoramiento con.cal, en aquellos suelos que presenten una elevada plasticidad o
excesivo hinchamiento.
De este modo, con la información proporcionada por el perfil edafoló gico y con los resultados de
los ensayos efectuados sobre las muestras tipo, se contará con un panorama completo acerca de
las propiedades de los suelos de la traza, que interesan desde el punto de vis ta vial.
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