3 Apunte Armando Villafuerte DERECHO DE SUCESIONES LA SUCESION CONTRACTUAL ermoquisbert.tripod.com/suc/03.pdf Tabla de contenido 3.1 3.2 3.3 3.4 3.5 3.6 CONCEPTO...............................................................19 CARACTERÍSTICAS ....................................................19 ANTECEDENTES HISTÓRICOS .....................................19 DIFERENCIAS DE LA SUCESIÓN CONTRACTUAL CON LA SUCESIÓN TESTAMENTARIA.......................................21 CLASES DE CONTRATOS DE SUCESIÓN FUTURA .........21 EFECTOS DE LOS CONTRATOS SUCESORIOS ..............21 3.7 3.8 3.9 3.10 © 2007, ADEQ EXTINCIÓN DE LOS CONTRATOS SUCESORIOS ............21 NULIDAD DE LOS CONTRATOS SUCESORIOS ...............22 LEGISLACIÓN EXTRANJERA .......................................22 CONCLUSIONES........................................................24 18 ARMANDO VILLAFUERTE, La Sucesión Contractual ermoquisbert.tripod.com Como citar este Apunte VILLAFUERTE, Armando, La Sucesión Contractual, La Paz, Bolivia: ADEQ, ermoquisbert.tripod.com/suc/03.pdf, 2007. Copyright © 2007, ADEQ, Apuntes de Derecho de Ermo Quisbert. All rights reserved. Todos los derechos reservados. http://ermoquisbert.tripod.com/ [email protected] Cualquier reproducción y/o difusión, total o parcial, por cualquier medio esta prohibida y penada por ley, salvo previo consentimiento escrito del propietario. All electronic versions and documents of this site are provided for non commercial use only. Any reproduction y/o diffusion, total or partial, for any means of this document is forbidden and will be punished by criminal law, except for the proprietor's previous written consent. Impreso en Bolivia - Printed in Bolivia 19 ARMANDO VILLAFUERTE, La Sucesión Contractual ermoquisbert.tripod.com LA SUCESION CONTRACTUAL 3.1 Concepto La Sucesión Contractual es un acuerdo de voluntades por el cual una persona se obliga a trasmitir a otra, a su fallecimiento, parte de su patrimonio o la totalidad de éste, si no tiene herederos forzosos. ¿El ordenamiento jurídico boliviano en materia de sucesiones, permitirá la sucesión contractual? 3.2 Características 1. Bilateralidad. Que lo diferencia del testamento. 2. Irrevocabilidad. No es absoluto. 3. En vida. tiene como objeto la herencia de una persona aún viva. 3.3 Antecedentes históricos En la antigüedad los pactos sucesorios fueron de uso corriente en los pueblos orientales. Si el testamento constituye un negocio jurídico de origen romano, los pactos sucesorios, en cambio, fueron de práctica conocida en Asiria, Grecia y Egipto. Especialmente en el derecho griego existieron instituciones de carácter bilateral que constituían los medios ordinarios de delación hereditaria. Por ejemplo la divisio parentum interliberos contrac- tual, la costumbre de regular en el contrato de matrimonio la sucesión de los hijos. En el Derecho Romano los pactos sucesorios no fueron vistos favorablemente y su jurisprudencia rechazó toda posibilidad de admisión. El pacto sucesorio en cualquier forma fue absolutamente proscrito. Se prohibió la sucesión contractual respecto a la venta, la donación, la aceptación de herencia futura, etc. Una Constitución de Constantino del año 327, estableció en términos amplios la prohibición de toda clase de convenios sobre la herencia de un tercero vivo. Pero una Constitución de Justiniano del año 531 atenúa esa prohibición, invalidando el pacto sólo si había sido celebrado sin consentimiento de la persona de cuya sucesión se trata. El conjunto de normas prohibitivas de sucesión contractual en el derecho romano, escribe Guastavino, "permitió elaborar el principio “hereditas viventis non datar”, cuyo fundamento habría sido una razón técnica (falta de objeto de la convención), o razones de orden político (no alterar las instituciones sucesorias que interesaban al derecho público), o razones de moralidad (dichos pactos provocarían el votum mortis captandae, deseo de que muera el de cuius). 20 ARMANDO VILLAFUERTE, La Sucesión Contractual ermoquisbert.tripod.com El Derecho Francés a diferencia del Derecho romano, el derecho consuetudinario aceptó los pactos sobre sucesión futura, por lo menos aquellos mediante los que una persona disponía de su propia sucesión. Se aseguraba el mantenimiento de la organización feudal y facilitaba la transmisión hereditaria de los feudos mediante la institución del hijo mayor como heredero. Pero, posteriormente, se produjo una reacción después del Renacimiento del derecho romano e imponiéndose los conceptos de éste, restablecieron los motivos de condena de los pactos sucesorios considerándolos contrarios a la libertad de testar. La Revolución Francesa (1789) produjo el retorno de la rigidez del derecho romano. Merlin había declarado que “no debía dejarse subsistir en el orden de las sucesiones todos los vicios que manchaban esa parte del Derecho civil” y entre esos vicios debían incluirse las instituciones contractuales. Por la célebre, Ley de 17 de Nivoso del año II, debía por el fraccionamiento igualitario de las herencias suprimirse los últimos vestigios de la organización feudal y como las instituciones contractuales y las renuncias podían permitir la conservación de los privilegios de la primogenitura y de masculinidad, fueron abolidas totalmente. Luego, al elaborar el Código Napoleón, sus redactores ratificaron el espíritu de la Revolución y reafirmaron la nulidad de los pactos sobre sucesión futura por considerarlos, al igual que los romanos, inmorales, y porque, por otro lado, su vigencia podía reconstituir fa organización social abolida. Derecho Germánico. Los pueblos germanos practicaron ampliamente la sucesión contractual, pero, mientras en Roma se regulaba la sucesión ab intestato y la sucesión testamentaria, los antiguos pueblos germanos desconocieron estas dos formas de sucesión mortis causa. En su etapa primitiva, el fenómeno de la transmisión de los bienes al fallecimiento de una persona quedaba en manos de “Dios”, quien decidía las personas que debían recibir los bienes que dejaba el difunto, bienes que no podían quedar en otras manos que no fueran fas de los continuadores de la entidad familiar. Los pueblos germanos se desarrollan los pactos sucesorios por el desconocimiento de los testamentos. Estos pactos se manifiestan en el antiguo derecho primeramente a través de la adopción. Por este medio un causante sin descendencia tenía la posibilidad de atribuir su patrimonio a una persona para el caso de muerte, sí mediante la adopción le hacía heredero. Entre los longobardos este negocio fue conocido como “thinx gairethinx”; entre los francos se la llamó “adffatomius” o “affatomie”. En todos estos casos el causante sin descendencia atribuía su patrimonio a una persona por causa de muerte haciéndola heredera mediante la adopción. En la Baja edad media progresó el ejercicio de los contratos hereditarios, primeramente en Alemania meridional. Por estos actos, el causante se reservaba la disposición inter vivos sobre su patrimonio, para luego conceder al favorecido, derechos hereditarios inatacables mediante contratos de derecho hereditario. Posteriormento los pactos de sucesión en sus modalidades más importantes llegaron a constituir las formas principales de institución de legado y de renuncia de herencia. El derecho prusiano acogió ampliamente la práctica de los pactos sucesorios, y lo mismo sucedió con el derecho suizo. Debido a la innegable influencia del derecho romano durante la Edad Media y durante la Edad Moderna, coexisten las formas de sucesión testamentaria y contractual, no sin que se produzcan conflictos entre ambos sistemas de disposición mortis causa, admitiéndose ampliamente los pactos sobre sucesión futura en sus diversas modalidades. En suma, la historia del derecho germano nos enseña el gran desarrollo de los contratos sucesorios en sus más importantes formas, tanto en lo que concierne a los de institución de heredero, como a los de institución de legados e incluso a los de renuncia de la herencia. La influencia del derecho germánico determinó a su vez que e! derecho prusiano haya adoptado ampliamente los pactos sucesorios incluso antes de a vigencia del Código alemán en el año 1900. Derecho Español. En general, las leyes españolas, influenciadas por el derecho romano, rechazaron los pactos de sucesión futura, pero el Fuero Juzgo y el Fuero Real, aceptaron las donaciones mortis causa. Las Partidas prohibieron los pactos de sucesión recíproca (L. 33, Tit. Xl, Part. V) y las estipulaciones sobre herencia futura (L. 4a. Tít. II, Part. 6a.). Las donaciones mortís causa fueron consideradas revocables y asimiladas a los legados. 21 ARMANDO VILLAFUERTE, La Sucesión Contractual ermoquisbert.tripod.com 3.4 Diferencias de la Sucesión Contractual con la Sucesión Testamentaria La sucesión testamentaria es típicamente un acto jurídico unilateral (CC, 1114), la sucesión contractual un acto jurídico bilateral. El instrumento de la sucesión testamentaria: el testamento es fundamentalmente revocable hasta el último momento de la vida de su autor (CC, 1112), el contrato de sucesión futura, como todo contrato, es irrevocable y no puede ser disuelto sino por mutuo consentimiento o por las causas autorizadas por la ley (CC, 519). 3.5 Clases de Contratos de Sucesión Futura Una clasificación que viene desde el derecho romano es la que divide los contratos sucesorios, según su contenido, en ínstitutivos, renunciativos y dispositivos. • INSTITUTIVOS. — Son aquellos mediante los cuales el otorgante acuerda con otra persona designar a éste su heredero para que reciba todo o parte de su herencia. Mediante esta clase de contratos es también posible asignar bienes y nombrar legatarios. • RENUNCIATIVOS. — Son los contratos por los cuales el presuntivo heredero renuncia a su derecho eventual a la herencia del otro contratante o de un tercero, sin cederlo a tercera persona. Debe, pues, tratarse de una renuncia a una sucesión futura, aún no abierta. • DISPOSITIVOS.— Que corresponde a la división de la herencia de modo que el sucesible cede su expectativa hereditaria en la sucesión no abierta de otra persona o contrata sobre 3.6 Efectos de los Contratos Sucesorios 1. El instituido, si bien ha adquirido, como consecuencia del contrato, un derecho irrevocable a la herencia del instituyente, en cambio no tiene derecho alguno sobre el patrimonio de éste. Sin embargo, el herede- 2. 3. 4. 5. ro y el legatario contractuales están protegidos contra los actos que el causante pudiera realizar con la intención de perjudicarles. En el derecho alemán, “el legatario puede reclamar el valor del legado cuando el causante destruye, elimina o perjudica el objeto mismo con la intención de perjudicar al designado, de tal manera que el heredero se halla en imposibilidad de cumplirlo”. El instituido no puede ceder a otro sus derechos previstos en el contrato sucesorio, porque tal convenio importaría cesión de herencia futura. El contrato sucesorio es irrevocable, de modo que si se designa herederos contractualmente, no es permitido instituir otro por testamento o por contrato. Conforme expresamos anteriormente, el instituyente contractual, sigue siendo propietario de los bienes, por cuya razón puede disponer de ellos a título oneroso o gravarlos con derechos reales. Pero, entonces nos preguntaremos: ¿En qué consiste la irrevocabilidad del contrato sucesorio? Colin y Capitant responden al interrogante manifestando que “esa irrevocabilidad sólo impide al instituyente disponer en favor de otras personas por donación entre vivos, nuevo pacto sucesorio o legado de los bienes comprensibles en el bien anterior”. 3.7 Extinción de los Contratos Sucesorios 1. Por mutuo consentimiento expresado en otro contrato o testament. Es natural que el contrato sucesorio, mientras vivan los contratantes, puede ser extinguido por su mutuo consentimiento. Esta forma de disolución puede operarse mediante un nuevo contrato, o por otro que sólo tenga como finalidad el dejar sin efecto el primero. 2. Por el cumplimiento de sus fines. Desde luego, la extinción natural del contrato de sucesión futura se produce por el cumplimiento de las obligaciones en él contenidas, o lo que es lo mismo, por el hecho de producirse la apertura de la sucesión que trae como consecuencia, la ejecución de las obligaciones estipuladas, comenzando por las instituciones de herederos y legatarios. 22 ARMANDO VILLAFUERTE, La Sucesión Contractual ermoquisbert.tripod.com En tal caso, habiéndose producido la transmisión de la herencia mediante el contrato, éste ha llegado a fin propuesto por los contratantes. 3. Por imposibilidad. El contrato sucesorio queda también extinguido por la imposibilidad de cumplirlo, como cuando el instituido heredero fallece antes que el causante, o la cosa perece, o el otorgante ha realizado actos de disposición entre vives sin intención de fraude. 4. Por incumplimiento de la condición impuesta. Como los contratos sucesorios pueden sujetarse a condición resolutiva, se producirá su extinción en el caso de incumplimiento de dicha modalidad. 3.8 Nulidad de los Contratos Sucesorios Independientemente de los casos de extinción del contrato sucesorio enunciados precedentemente, han de tenerse presente las causas que pueden dar lugar a la nulidad del mismo. De producirse la nulidad habrá desaparecido la vocación sucesoria de quien se hallaba instituido contractualmente y el contrato dejará de producir sus efectos normales. Los contratos pueden ser impugnados por vicios de la voluntad por vulneración de la legítima1. 3.9 Legislación Extranjera CÓDIGO ALEMÁN DE 1900. El Código alemán de 1900, siguiendo sus viejos principios, admite los contratos de sucesión futura en todas sus clases, asignándoles la denominación genérica de contratos sucesorios. Efectos En El Código Civil Alemán. En general, se aplican a los contratos sucesorios las normas correspondientes a las trasmisiones de última voluntad. (Art. 2279 ap. 1). 1 Legítimo, ma. (Del lat. legitĭmus). Porción de la herencia de que el testador no puede disponer libremente, por asignarla la ley a determinados herederos. Legítimo, ma estricta. Parte de la total que ha de dividirse con absoluta igualdad entre los herederos forzosos, sin diferencia, gravamen, condición o mejora. En caso de duda, en un contrato sucesorio institutivo entre cónyuges o prometidos, se entiende que la voluntad de las partes es que en todo su contenido dependa de la existencia y continuidad de los esponsales o del matrimonio y esto no sólo cuando un cónyuge o prometido ha designado al otro, sino incluso cuando han sido designados terceros (art. 2279, ap. 2) La institución de heredero contractual no puede ser revocada unilateralmente, puesto que existe la vinculación entre las partes, a no ser que el contratante se haya reservado expresamente el derecho de resolución o de rescisión (art. 2293) El contrato sucesorio no impide al otorgante ejercitar su derecho a disponer de su patrimonio por actos inter vivos, pues el instituido no tiene derecho sobre el patrimonio del causante (art. 2286). Empero, tanto el heredero como el legatario contractuales tienen protección contra los actos que pudiera ejercitar el otorgante con la intención de perjudicarles. Cuando los cónyuges se han instituido mutuamente he redores mediante un contrato sucesorio y para el caso de fallecimiento de ambos se designa a un tercero para que reciba la herencia o se dispone un legado, que haya de tener efectividad después de la muerte de este sobreviviente, en caso de duda ha de admitirse no haberse hecho una institución de heredero o legado fideicomisario, sino que lo querido es exclusivamente institución de heredero con referencia al patrimonio del sobreviviente o exclusivamente legado a costas del patrimonio de éste. Lo mismo ha de entenderse en caso de que los cónyuges se han designado recíprocamente legatarios y para la eventualidad de fallecimiento del sobreviviente han instituido otro legado. CÓDIGO SUIZO. En Suiza, el contrato sucesorio es de vieja práctica. Su Código civil lo admite y regula, ordenando el cumplimiento de la forma testamentaria por acto público. CÓDIGO AUSTRIACO. El art. 533 de éste Código, enumere las siguientes tres fuentes del derecho sucesorio: la voluntad del causante manifestada en testamento, el pacto sucesorio, y la ley. Las tres fuentes son compatibles entre sí. Los Pactos Institutivos que reconoce el Código austríaco, son los pactos de sucesión futura de institución de heredero 23 ARMANDO VILLAFUERTE, La Sucesión Contractual ermoquisbert.tripod.com entre cónyuges (art. 602). Según el art. 1217 de este cuerpo legal, se tiene como primordial objeto de los contratos matrimoniales, el orden de la sucesión y el usufructo vitalicio de los bienes en caso de fallecimiento. CÓDIGO PORTUGUÉS. Autoriza la sucesión contractual mediante su artículo 2028, pero reduciéndola exclusivamente a los casos admitidos por la ley, declarando la nulidad en todos los demás. El parágrafo 1 expresa: “Hay sucesión contractual cuando, por contrato, alguien renuncie a la sucesión de persona viva, o dispone de su propia sucesión o de la sucesión de un tercero todavía no abierta”. Coincidentemente, el art. 946 prohíbe la donación por muerte, “salvo en los casos especialmente previstos por la ley”. Por ello, agrega el parágrafo 2, se considera disposición testamentaria la donación que hubiera de producir sus efectos por muerte del donador, si se observaron las formalidades de los testamentos. CÓDIGO FRANCÉS. El Código civil de 1804 conservo la prohibición establecida por la Revolución, recordando la antigua idea romana que consideraba estos contratos como inmorales y porque implicaban un votum mortis. Eran contratos de ave de rapiña, pactum corvinum, según la reputación que se les otorgaba. Pero al lado de tales conceptos existía un elemento de orden político para justificar la prohibición, consistente en que con estos pactos podía reconstituirse la organización social abolida, cosa inadmisible para los codificadores de entonces. Estas ideas determinaron la prohibición, sin ninguna excepción, de todo pacto sucesorio. CÓDIGO ESPAÑOL. El Código español, influenciado también por el derecho romano, rechaza los pactos sucesorios; pero, no tan radical en la prohibición como los códigos italiano, o portugués, ni tan benévolo como el francés, distando mucho del amplio, criterio permisivo de los códigos alemán, suizo o austriaco. CÓDIGO CIVIL ITALIANO. Rechaza la sucesión contractual. Art. . 458 "Prohibición de los pactos sucesorios. Es nula cualquier contravención por la que alguien dispone de la propia sucesión de los derechos que pueden corresponder sobre una sucesión no abierta todavía o renuncia a los mismos" CÓDIGO COSTARRICENSE Este Código dispone que la sucesión se defiere por ¡a voluntad del hombre manifestada legalmente, y a falta de ella, por disposición de la ley (art. 522); y organiza el sistema de sucesión testamentaria (arts. 577 y siguientes), así como el de sucesión legítima (Art. 571 al 576). Por otro lado, determina la ineficacia de la renuncia de la herencia de un hombre vivo (art. 538). CÓDIGO URUGUAYO. Según el art. 778 de este Código, la sucesión se defiere por ¡a voluntad del hombre manifestada en testamento, y a falta de éste, por efecto de la ley; quedando implícitamente excluida la sucesión contractual (art. 778). Diversas normas se ocupan de la prohibición de los contratos de sucesión futura en este Código. Entre ellas, el art. 778 previene que la sucesión se defiere por dos formas: por La voluntad del hombre manifestada en testamento; y a falta de éste por disposición de la ley (sucesión intestada). En el primer caso —dice este artículo— la sucesión se llama testamentaria, y en el segundo, intestada o ab intestato. Por otro lado, el art. 1285 advierte que el derecho a suceder por causa de muerte a una persona viva no puede ser objeto de ningún contrato, aun cuando intervenga el consentimiento de la misma persona. En concordancia con el art. 1285, el 1053 dispone que nadie puede aceptar o repudiar la herencia sin tener la certeza de haberse abierto ¡a sucesión y de su calidad de heredero. CÓDIGO CHILENO. El Código chileno de 1855, mediante su art. 1463 rechaza expresamente los pactos sobre sucesión futura, con los siguientes términos: El derecho de suceder por causa de muerte a una persona viva no puede ser objeto de una donación o contrato aun cuando intervenga el consentimiento de la misma persona” CÓDIGO BOLIVIANO. Tratándose de los contratos de sucesión futura, el Código Civil, en principio y, acoge la influencia del artículo 458 del Código italiano de 1942, y su ascendencia en la antigua legislación española manifestada en la Ley 33, Título 11, Partida 5ta. A través del artículo 495 de nuestro Código Civil de 1831. 24 ARMANDO VILLAFUERTE, La Sucesión Contractual ermoquisbert.tripod.com De las dos fuentes referidas, es indudable que la primera, la italiana, es fundamental, por cuanto la redacción que los codificadores de 1976 adoptan para nuestro artículo 1004 prácticamente es la misma que la del artículo 458 de su modelo. Para revisar la legislación nacional, dividiremos nuestro trabajo en dos partes, la primera referida al Código de 1831 y a la jurisprudencia de la Corte Suprema emitida durante la vigencia de éste; la segunda, a partir de abril de 1976, cuando entró a regir el Código vigente. El Código Civil Santa Cruz de 1831 que tuvo vigencia hasta el 2 de abril de 1976 prohibió los contratos de mutua sucesión mediante su art. 495, que disponía: “El contrato de sucederse mutuamente es nulo, aunque sea entre marido y mujer. Sin embargo los militares en la guerra, podrán hacer estos pactos, los cuales cesarán inmediatamente que cese el peligro”. El Código Civil de 2 de abril de 1976 cambia casi totalmente el tratamiento jurídico que la ley prevé respecto de los contratos sucesorios con la inclusión de dos artículos: el 1005 y el 1006, que derogan en una medida no prevista la prohibición de los contratos de sucesión futura que rigió en nuestro país desde el Código de 1831. Prohibición y tolerancia de los Contratos Sucesorios. El código de 1976 ha adoptado una posición dual respecto de este instituto ya que primeramente rechaza todo contrato sucesorio, pero luego en el último párrafo los permita “excepcionalmente en la forma que luego indicaremos. Expresa el Art. 1004. “(CONTRATOS SOBRE SUCESIÓN FUTURA) Es nulo todo contrato por el cual una persona dispone de los derechos que pueden esperar de una sucesión no abierta, o renuncia a ellos, salvo lo dispuesto en los dos artículos que siguen”. Vemos que en su primer párrafo, la norma transcrita pretende establecer firmemente la nulidad entera o general de este clase de contratos utilizando para ello el adjetivo todo, para luego, al final, estatuir mediante el adverbio “lo” modo salvo las excepciones previstas en los arts. 1005 y 1006. De estos dos artículos transcribimos el primero, que es el objeto de nuestro estudio: “Art. 1005. (EXCEPCIÓN AL CONTRATO SOBRE SUCESIÓN FUTURA) Es válido e! contrato por el cual una persona compromete la parte o porción disponible de su propia sucesión. No teniendo herederos forzosos, podrá disponer por contrato de la totalidad o parte de su propia sucesión”. El Art. 1004 inspira en parte en el 495 del Código abrogado y en gran medida en los Art. 458 del C. italiano, 1130 y 1389 del francés, y como el primero (el 495) se ha modelado en la antigua legislación española (L. 33, tit. 1, P. 5), no se puede negar que acusa el mismo hibridismo que motivo tanta crítica al viejo Código de 1831. Por otro lado, el art. 1005 tiene, indudablemente influencia del Código alemán de 1900 y de la doctrina contemporánea que ve en los contratos sucesorios más ventajas que inconvenientes como fuente de sucesión mortis causa. Según el Dr. Morales Guillén, el art. 1005 deroga prácticamente la prohibición del pacto sobre sucesión propia prevista en el art. 1004 y, en rigor, ambas normas presentan manifiesta contradicción (159) Tal es la situación que plantea el nuevo ordenamiento que en materia de sucesión contractual ofrece ahora nuestro derecho sucesorio. De ello se desprende también que el nombre jurídico del art. 1005 es inadecuado porque la excepción no es el contrato sucesorio sino la nulidad de éste, que opera cuando el instituyente u otorgante excede los límites de la legítima. 3.10 Conclusiones 1. El Código Civil presenta una diferencia no especificada hasta ahora, ya que mientras el Código italiano es leal a la terminante nulidad impuesta por su referido artículo 485, no sucede lo mismo, en cambio, con el nuestro, que luego de establecer la misma categórica nulidad de todo contrato por el cual una persona dispone de su propia sucesión, olvida de inmediato esta sanción para reconocer, acto seguido, la validez — a título de excepción— del contrato por el cual una persona compromete la parte o 25 ARMANDO VILLAFUERTE, La Sucesión Contractual ermoquisbert.tripod.com porción disponible de su propia sucesión si el causante no tiene herederos forzosos. 2. Por regla el CC prohíbe la sucesión contractual, solo lo admite por excepción, siempre y cuando no tenga herederos forzosos (CC, 1005). 3. El artículo 1005 contiene una regla no una excepción. La norma que motiva nuestro análisis, no sólo busca exceptuar, es decir, “excluir una persona o cosa de la generalidad de lo que se trata o de la regla común”, según explica el Diccionario De La Real Academia De La Lengua, sino que, al contrario, establece otra regla clara y concreta y no una excepción, que interpretada como tal, en nuestro modesto criterio, claramente permite a toda persona hacer contratos sucesorios de institución o de disposición respecto de la totalidad o parte de su propia sucesión siempre que no tenga herederos forzosos, en cuyo caso sólo podrá hacerlo de la porción disponible. 4. Si analizamos la noción o el concepto del testamento en nuestro derecho, según el art. 1112, comprobamos que, en cuanto se refiere a la libertad de disposición de bienes del patrimonio no se diferencia mayormente del contrato de sucesión futura; al contrario, evidencian notable semejanza. En efecto, conforme a esta norma, toda persona capaz, mediante testamento, puede declarar obligaciones o disponer de sus bienes y derechos en todo o en parte, de- ntro de lo permitido por la ley, para que ese acto tenga efecto después de su muerte... ¿Qué se entiende por “dentro de lo permitido por ¡a ley?”. No otra cosa que el marco estricto de la legítima de los herederos forzosos. En consecuencia, resalta con claridad que esto mismo puede hacerlo, si ¡o desea, mediante contrato, naturalmente "dentro de lo permitido por la ley”, es decir, en el marco de las reglas que tutelan la legítima. Bibliografia BARBERO, Doménico, Sistema del Derecho Privado, Buenos Aires, Argentina, EJEA, 1967, tomos I, V. BIONDI, Los Bienes, Barcelona, España: BOSCH, 1961, 377p. COUTURE, Eduardo, Vocabulario Jurídico, Buenos Aires, Argentina: DEPALMA, 1993 JOSSERAND, Derecho Civil, tomo. I, MAZEAUD, Lecciones de Derecho Civil, Bs, As., Argentina: EJEA, 1965. 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