Subido por Maria Cristina Viscarra Gil

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Apunte
Armando Villafuerte
DERECHO DE SUCESIONES
LA SUCESION
CONTRACTUAL
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Tabla de contenido
3.1
3.2
3.3
3.4
3.5
3.6
CONCEPTO...............................................................19
CARACTERÍSTICAS ....................................................19
ANTECEDENTES HISTÓRICOS .....................................19
DIFERENCIAS DE LA SUCESIÓN CONTRACTUAL CON LA
SUCESIÓN TESTAMENTARIA.......................................21
CLASES DE CONTRATOS DE SUCESIÓN FUTURA .........21
EFECTOS DE LOS CONTRATOS SUCESORIOS ..............21
3.7
3.8
3.9
3.10
© 2007, ADEQ
EXTINCIÓN DE LOS CONTRATOS SUCESORIOS ............21
NULIDAD DE LOS CONTRATOS SUCESORIOS ...............22
LEGISLACIÓN EXTRANJERA .......................................22
CONCLUSIONES........................................................24
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ARMANDO VILLAFUERTE, La Sucesión Contractual
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Como citar este Apunte
VILLAFUERTE, Armando, La Sucesión Contractual, La Paz, Bolivia:
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ARMANDO VILLAFUERTE, La Sucesión Contractual
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LA SUCESION
CONTRACTUAL
3.1 Concepto
La Sucesión Contractual es un acuerdo de voluntades por el cual una persona se obliga a trasmitir
a otra, a su fallecimiento, parte de su patrimonio o
la totalidad de éste, si no tiene herederos forzosos.
¿El ordenamiento jurídico boliviano en materia de
sucesiones, permitirá la sucesión contractual?
3.2 Características
1. Bilateralidad. Que lo diferencia del testamento.
2. Irrevocabilidad. No es absoluto.
3. En vida. tiene como objeto la herencia de
una persona aún viva.
3.3 Antecedentes históricos
En la antigüedad los pactos sucesorios fueron de
uso corriente en los pueblos orientales. Si el testamento constituye un negocio jurídico de origen
romano, los pactos sucesorios, en cambio, fueron
de práctica conocida en Asiria, Grecia y Egipto.
Especialmente en el derecho griego existieron instituciones de carácter bilateral que constituían los
medios ordinarios de delación hereditaria. Por
ejemplo la divisio parentum interliberos contrac-
tual, la costumbre de regular en el contrato de matrimonio la sucesión de los hijos.
En el Derecho Romano los pactos sucesorios no
fueron vistos favorablemente y su jurisprudencia
rechazó toda posibilidad de admisión. El pacto
sucesorio en cualquier forma fue absolutamente
proscrito. Se prohibió la sucesión contractual respecto a la venta, la donación, la aceptación de
herencia futura, etc. Una Constitución de Constantino del año 327, estableció en términos amplios la
prohibición de toda clase de convenios sobre la
herencia de un tercero vivo. Pero una Constitución
de Justiniano del año 531 atenúa esa prohibición,
invalidando el pacto sólo si había sido celebrado
sin consentimiento de la persona de cuya sucesión
se trata.
El conjunto de normas prohibitivas de sucesión
contractual en el derecho romano, escribe Guastavino, "permitió elaborar el principio “hereditas
viventis non datar”, cuyo fundamento habría sido
una razón técnica (falta de objeto de la convención), o razones de orden político (no alterar las
instituciones sucesorias que interesaban al derecho
público), o razones de moralidad (dichos pactos
provocarían el votum mortis captandae, deseo de
que muera el de cuius).
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El Derecho Francés a diferencia del Derecho romano, el derecho consuetudinario aceptó los pactos
sobre sucesión futura, por lo menos aquellos mediante los que una persona disponía de su propia
sucesión. Se aseguraba el mantenimiento de la
organización feudal y facilitaba la transmisión
hereditaria de los feudos mediante la institución del
hijo mayor como heredero. Pero, posteriormente,
se produjo una reacción después del Renacimiento
del derecho romano e imponiéndose los conceptos
de éste, restablecieron los motivos de condena de
los pactos sucesorios considerándolos contrarios a
la libertad de testar.
La Revolución Francesa (1789) produjo el retorno
de la rigidez del derecho romano. Merlin había
declarado que “no debía dejarse subsistir en el orden de las sucesiones todos los vicios que manchaban esa parte del Derecho civil” y entre esos vicios
debían incluirse las instituciones contractuales. Por
la célebre, Ley de 17 de Nivoso del año II, debía
por el fraccionamiento igualitario de las herencias
suprimirse los últimos vestigios de la organización
feudal y como las instituciones contractuales y las
renuncias podían permitir la conservación de los
privilegios de la primogenitura y de masculinidad,
fueron abolidas totalmente. Luego, al elaborar el
Código Napoleón, sus redactores ratificaron el
espíritu de la Revolución y reafirmaron la nulidad
de los pactos sobre sucesión futura por considerarlos, al igual que los romanos, inmorales, y porque,
por otro lado, su vigencia podía reconstituir fa organización social abolida.
Derecho Germánico. Los pueblos germanos practicaron ampliamente la sucesión contractual, pero,
mientras en Roma se regulaba la sucesión ab intestato y la sucesión testamentaria, los antiguos pueblos germanos desconocieron estas dos formas de
sucesión mortis causa. En su etapa primitiva, el
fenómeno de la transmisión de los bienes al fallecimiento de una persona quedaba en manos de
“Dios”, quien decidía las personas que debían recibir los bienes que dejaba el difunto, bienes que no
podían quedar en otras manos que no fueran fas de
los continuadores de la entidad familiar. Los pueblos germanos se desarrollan los pactos sucesorios
por el desconocimiento de los testamentos. Estos
pactos se manifiestan en el antiguo derecho primeramente a través de la adopción. Por este medio un
causante sin descendencia tenía la posibilidad de
atribuir su patrimonio a una persona para el caso de
muerte, sí mediante la adopción le hacía heredero.
Entre los longobardos este negocio fue conocido
como “thinx gairethinx”; entre los francos se la
llamó “adffatomius” o “affatomie”. En todos estos
casos el causante sin descendencia atribuía su patrimonio a una persona por causa de muerte
haciéndola heredera mediante la adopción.
En la Baja edad media progresó el ejercicio de los
contratos hereditarios, primeramente en Alemania
meridional. Por estos actos, el causante se reservaba la disposición inter vivos sobre su patrimonio,
para luego conceder al favorecido, derechos hereditarios inatacables mediante contratos de derecho
hereditario. Posteriormento los pactos de sucesión
en sus modalidades más importantes llegaron a
constituir las formas principales de institución de
legado y de renuncia de herencia. El derecho prusiano acogió ampliamente la práctica de los pactos
sucesorios, y lo mismo sucedió con el derecho
suizo.
Debido a la innegable influencia del derecho romano durante la Edad Media y durante la Edad Moderna, coexisten las formas de sucesión testamentaria y contractual, no sin que se produzcan conflictos entre ambos sistemas de disposición mortis
causa, admitiéndose ampliamente los pactos sobre
sucesión futura en sus diversas modalidades.
En suma, la historia del derecho germano nos enseña el gran desarrollo de los contratos sucesorios
en sus más importantes formas, tanto en lo que
concierne a los de institución de heredero, como a
los de institución de legados e incluso a los de renuncia de la herencia.
La influencia del derecho germánico determinó a
su vez que e! derecho prusiano haya adoptado ampliamente los pactos sucesorios incluso antes de a
vigencia del Código alemán en el año 1900.
Derecho Español. En general, las leyes españolas,
influenciadas por el derecho romano, rechazaron
los pactos de sucesión futura, pero el Fuero Juzgo y
el Fuero Real, aceptaron las donaciones mortis
causa. Las Partidas prohibieron los pactos de
sucesión recíproca (L. 33, Tit. Xl, Part. V) y las
estipulaciones sobre herencia futura (L. 4a. Tít. II,
Part. 6a.). Las donaciones mortís causa fueron
consideradas revocables y asimiladas a los legados.
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3.4 Diferencias de la Sucesión Contractual con la
Sucesión Testamentaria
La sucesión testamentaria es típicamente un acto
jurídico unilateral (CC, 1114), la sucesión contractual un acto jurídico bilateral.
El instrumento de la sucesión testamentaria: el
testamento es fundamentalmente revocable hasta el
último momento de la vida de su autor (CC, 1112),
el contrato de sucesión futura, como todo contrato,
es irrevocable y no puede ser disuelto sino por
mutuo consentimiento o por las causas autorizadas
por la ley (CC, 519).
3.5 Clases de Contratos de
Sucesión Futura
Una clasificación que viene desde el derecho romano es la que divide los contratos sucesorios,
según su contenido, en ínstitutivos, renunciativos y
dispositivos.
• INSTITUTIVOS. — Son aquellos mediante los cuales el otorgante acuerda con otra
persona designar a éste su heredero para
que reciba todo o parte de su herencia.
Mediante esta clase de contratos es también posible asignar bienes y nombrar legatarios.
• RENUNCIATIVOS. — Son los contratos
por los cuales el presuntivo heredero renuncia a su derecho eventual a la herencia
del otro contratante o de un tercero, sin cederlo a tercera persona. Debe, pues, tratarse de una renuncia a una sucesión futura,
aún no abierta.
• DISPOSITIVOS.— Que corresponde a la
división de la herencia de modo que el sucesible cede su expectativa hereditaria en
la sucesión no abierta de otra persona o
contrata sobre
3.6 Efectos de los Contratos
Sucesorios
1. El instituido, si bien ha adquirido, como
consecuencia del contrato, un derecho irrevocable a la herencia del instituyente, en
cambio no tiene derecho alguno sobre el
patrimonio de éste. Sin embargo, el herede-
2.
3.
4.
5.
ro y el legatario contractuales están protegidos contra los actos que el causante pudiera realizar con la intención de perjudicarles.
En el derecho alemán, “el legatario puede
reclamar el valor del legado cuando el causante destruye, elimina o perjudica el objeto mismo con la intención de perjudicar al
designado, de tal manera que el heredero se
halla en imposibilidad de cumplirlo”.
El instituido no puede ceder a otro sus derechos previstos en el contrato sucesorio,
porque tal convenio importaría cesión de
herencia futura.
El contrato sucesorio es irrevocable, de
modo que si se designa herederos contractualmente, no es permitido instituir otro
por testamento o por contrato.
Conforme expresamos anteriormente, el
instituyente contractual, sigue siendo propietario de los bienes, por cuya razón puede disponer de ellos a título oneroso o gravarlos con derechos reales. Pero, entonces
nos preguntaremos: ¿En qué consiste la
irrevocabilidad del contrato sucesorio? Colin y Capitant responden al interrogante
manifestando que “esa irrevocabilidad sólo
impide al instituyente disponer en favor de
otras personas por donación entre vivos,
nuevo pacto sucesorio o legado de los bienes comprensibles en el bien anterior”.
3.7 Extinción de los Contratos Sucesorios
1. Por mutuo consentimiento expresado en
otro contrato o testament. Es natural que el
contrato sucesorio, mientras vivan los contratantes, puede ser extinguido por su mutuo consentimiento. Esta forma de disolución puede operarse mediante un nuevo
contrato, o por otro que sólo tenga como
finalidad el dejar sin efecto el primero.
2. Por el cumplimiento de sus fines. Desde
luego, la extinción natural del contrato de
sucesión futura se produce por el cumplimiento de las obligaciones en él contenidas, o lo que es lo mismo, por el hecho de
producirse la apertura de la sucesión que
trae como consecuencia, la ejecución de las
obligaciones estipuladas, comenzando por
las instituciones de herederos y legatarios.
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En tal caso, habiéndose producido la
transmisión de la herencia mediante el contrato, éste ha llegado a fin propuesto por
los contratantes.
3. Por imposibilidad. El contrato sucesorio
queda también extinguido por la imposibilidad de cumplirlo, como cuando el instituido heredero fallece antes que el causante, o la cosa perece, o el otorgante ha realizado actos de disposición entre vives sin
intención de fraude.
4. Por incumplimiento de la condición impuesta. Como los contratos sucesorios pueden sujetarse a condición resolutiva, se
producirá su extinción en el caso de incumplimiento de dicha modalidad.
3.8 Nulidad de los Contratos
Sucesorios
Independientemente de los casos de extinción del
contrato sucesorio enunciados precedentemente,
han de tenerse presente las causas que pueden dar
lugar a la nulidad del mismo. De producirse la nulidad habrá desaparecido la vocación sucesoria de
quien se hallaba instituido contractualmente y el
contrato dejará de producir sus efectos normales.
Los contratos pueden ser impugnados por vicios de
la voluntad por vulneración de la legítima1.
3.9 Legislación Extranjera
CÓDIGO ALEMÁN DE 1900. El Código alemán
de 1900, siguiendo sus viejos principios, admite los
contratos de sucesión futura en todas sus clases,
asignándoles la denominación genérica de contratos sucesorios.
Efectos En El Código Civil Alemán. En general, se
aplican a los contratos sucesorios las normas correspondientes a las trasmisiones de última voluntad. (Art. 2279 ap. 1).
1
Legítimo, ma. (Del lat. legitĭmus). Porción de la
herencia de que el testador no puede disponer libremente, por asignarla la ley a determinados herederos. Legítimo, ma estricta. Parte de la total que ha de dividirse
con absoluta igualdad entre los herederos forzosos, sin
diferencia, gravamen, condición o mejora.
En caso de duda, en un contrato sucesorio institutivo entre cónyuges o prometidos, se entiende que la
voluntad de las partes es que en todo su contenido
dependa de la existencia y continuidad de los esponsales o del matrimonio y esto no sólo cuando
un cónyuge o prometido ha designado al otro, sino
incluso cuando han sido designados terceros (art.
2279, ap. 2)
La institución de heredero contractual no puede ser
revocada unilateralmente, puesto que existe la vinculación entre las partes, a no ser que el contratante
se haya reservado expresamente el derecho de resolución o de rescisión (art. 2293)
El contrato sucesorio no impide al otorgante ejercitar su derecho a disponer de su patrimonio por
actos inter vivos, pues el instituido no tiene derecho sobre el patrimonio del causante (art. 2286).
Empero, tanto el heredero como el legatario contractuales tienen protección contra los actos que
pudiera ejercitar el otorgante con la intención de
perjudicarles.
Cuando los cónyuges se han instituido mutuamente
he redores mediante un contrato sucesorio y para el
caso de fallecimiento de ambos se designa a un
tercero para que reciba la herencia o se dispone un
legado, que haya de tener efectividad después de la
muerte de este sobreviviente, en caso de duda ha de
admitirse no haberse hecho una institución de
heredero o legado fideicomisario, sino que lo querido es exclusivamente institución de heredero con
referencia al patrimonio del sobreviviente o exclusivamente legado a costas del patrimonio de éste.
Lo mismo ha de entenderse en caso de que los cónyuges se han designado recíprocamente legatarios y
para la eventualidad de fallecimiento del sobreviviente han instituido otro legado.
CÓDIGO SUIZO. En Suiza, el contrato sucesorio
es de vieja práctica. Su Código civil lo admite y
regula, ordenando el cumplimiento de la forma
testamentaria por acto público.
CÓDIGO AUSTRIACO. El art. 533 de éste Código, enumere las siguientes tres fuentes del derecho
sucesorio: la voluntad del causante manifestada en
testamento, el pacto sucesorio, y la ley. Las tres
fuentes son compatibles entre sí. Los Pactos Institutivos que reconoce el Código austríaco, son los
pactos de sucesión futura de institución de heredero
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entre cónyuges (art. 602). Según el art. 1217 de
este cuerpo legal, se tiene como primordial objeto
de los contratos matrimoniales, el orden de la sucesión y el usufructo vitalicio de los bienes en caso
de fallecimiento.
CÓDIGO PORTUGUÉS. Autoriza la sucesión
contractual mediante su artículo 2028, pero reduciéndola exclusivamente a los casos admitidos por
la ley, declarando la nulidad en todos los demás. El
parágrafo 1 expresa: “Hay sucesión contractual
cuando, por contrato, alguien renuncie a la sucesión de persona viva, o dispone de su propia sucesión o de la sucesión de un tercero todavía no
abierta”. Coincidentemente, el art. 946 prohíbe la
donación por muerte, “salvo en los casos especialmente previstos por la ley”. Por ello, agrega el parágrafo 2, se considera disposición testamentaria la
donación que hubiera de producir sus efectos por
muerte del donador, si se observaron las formalidades de los testamentos.
CÓDIGO FRANCÉS. El Código civil de 1804
conservo la prohibición establecida por la Revolución, recordando la antigua idea romana que consideraba estos contratos como inmorales y porque
implicaban un votum mortis. Eran contratos de ave
de rapiña, pactum corvinum, según la reputación
que se les otorgaba.
Pero al lado de tales conceptos existía un elemento
de orden político para justificar la prohibición,
consistente en que con estos pactos podía reconstituirse la organización social abolida, cosa inadmisible para los codificadores de entonces. Estas
ideas determinaron la prohibición, sin ninguna
excepción, de todo pacto sucesorio.
CÓDIGO ESPAÑOL. El Código español, influenciado también por el derecho romano, rechaza los
pactos sucesorios; pero, no tan radical en la prohibición como los códigos italiano, o portugués, ni
tan benévolo como el francés, distando mucho del
amplio, criterio permisivo de los códigos alemán,
suizo o austriaco.
CÓDIGO CIVIL ITALIANO. Rechaza la sucesión
contractual. Art. . 458 "Prohibición de los pactos
sucesorios. Es nula cualquier contravención por la
que alguien dispone de la propia sucesión de los
derechos que pueden corresponder sobre una sucesión no abierta todavía o renuncia a los mismos"
CÓDIGO COSTARRICENSE Este Código dispone que la sucesión se defiere por ¡a voluntad del
hombre manifestada legalmente, y a falta de ella,
por disposición de la ley (art. 522); y organiza el
sistema de sucesión testamentaria (arts. 577 y siguientes), así como el de sucesión legítima (Art.
571 al 576). Por otro lado, determina la ineficacia
de la renuncia de la herencia de un hombre vivo
(art. 538).
CÓDIGO URUGUAYO. Según el art. 778 de este
Código, la sucesión se defiere por ¡a voluntad del
hombre manifestada en testamento, y a falta de
éste, por efecto de la ley; quedando implícitamente
excluida la sucesión contractual (art. 778).
Diversas normas se ocupan de la prohibición de los
contratos de sucesión futura en este Código. Entre
ellas, el art. 778 previene que la sucesión se defiere
por dos formas: por La voluntad del hombre manifestada en testamento; y a falta de éste por disposición de la ley (sucesión intestada). En el primer
caso —dice este artículo— la sucesión se llama
testamentaria, y en el segundo, intestada o ab intestato.
Por otro lado, el art. 1285 advierte que el derecho a
suceder por causa de muerte a una persona viva no
puede ser objeto de ningún contrato, aun cuando
intervenga el consentimiento de la misma persona.
En concordancia con el art. 1285, el 1053 dispone
que nadie puede aceptar o repudiar la herencia sin
tener la certeza de haberse abierto ¡a sucesión y de
su calidad de heredero.
CÓDIGO CHILENO. El Código chileno de 1855,
mediante su art. 1463 rechaza expresamente los
pactos sobre sucesión futura, con los siguientes
términos: El derecho de suceder por causa de muerte a una persona viva no puede ser objeto de una
donación o contrato aun cuando intervenga el consentimiento de la misma persona”
CÓDIGO BOLIVIANO. Tratándose de los contratos de sucesión futura, el Código Civil, en principio
y, acoge la influencia del artículo 458 del Código
italiano de 1942, y su ascendencia en la antigua
legislación española manifestada en la Ley 33,
Título 11, Partida 5ta. A través del artículo 495 de
nuestro Código Civil de 1831.
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De las dos fuentes referidas, es indudable que la
primera, la italiana, es fundamental, por cuanto la
redacción que los codificadores de 1976 adoptan
para nuestro artículo 1004 prácticamente es la
misma que la del artículo 458 de su modelo.
Para revisar la legislación nacional, dividiremos
nuestro trabajo en dos partes, la primera referida al
Código de 1831 y a la jurisprudencia de la Corte
Suprema emitida durante la vigencia de éste; la
segunda, a partir de abril de 1976, cuando entró a
regir el Código vigente.
El Código Civil Santa Cruz de 1831 que tuvo vigencia hasta el 2 de abril de 1976 prohibió los
contratos de mutua sucesión mediante su art. 495,
que disponía: “El contrato de sucederse mutuamente es nulo, aunque sea entre marido y mujer. Sin
embargo los militares en la guerra, podrán hacer
estos pactos, los cuales cesarán inmediatamente
que cese el peligro”.
El Código Civil de 2 de abril de 1976 cambia casi
totalmente el tratamiento jurídico que la ley prevé
respecto de los contratos sucesorios con la inclusión de dos artículos: el 1005 y el 1006, que derogan en una medida no prevista la prohibición de los
contratos de sucesión futura que rigió en nuestro
país desde el Código de 1831.
Prohibición y tolerancia de los Contratos Sucesorios. El código de 1976 ha adoptado una posición
dual respecto de este instituto ya que primeramente
rechaza todo contrato sucesorio, pero luego en el
último párrafo los permita “excepcionalmente en la
forma que luego indicaremos.
Expresa el Art. 1004.
“(CONTRATOS SOBRE SUCESIÓN
FUTURA) Es nulo todo contrato por el
cual una persona dispone de los derechos que pueden esperar de una sucesión no abierta, o renuncia a ellos, salvo lo dispuesto en los dos artículos que
siguen”.
Vemos que en su primer párrafo, la norma transcrita pretende establecer firmemente la nulidad entera
o general de este clase de contratos utilizando para
ello el adjetivo todo, para luego, al final, estatuir
mediante el adverbio “lo” modo salvo las excepciones previstas en los arts. 1005 y 1006. De estos
dos artículos transcribimos el primero, que es el
objeto de nuestro estudio:
“Art.
1005.
(EXCEPCIÓN
AL
CONTRATO
SOBRE
SUCESIÓN
FUTURA) Es válido e! contrato por el
cual una persona compromete la parte
o porción disponible de su propia sucesión. No teniendo herederos forzosos,
podrá disponer por contrato de la totalidad o parte de su propia sucesión”.
El Art. 1004 inspira en parte en el 495 del Código
abrogado y en gran medida en los Art. 458 del C.
italiano, 1130 y 1389 del francés, y como el primero (el 495) se ha modelado en la antigua legislación
española (L. 33, tit. 1, P. 5), no se puede negar que
acusa el mismo hibridismo que motivo tanta crítica
al viejo Código de 1831. Por otro lado, el art. 1005
tiene, indudablemente influencia del Código alemán de 1900 y de la doctrina contemporánea que
ve en los contratos sucesorios más ventajas que
inconvenientes como fuente de sucesión mortis
causa. Según el Dr. Morales Guillén, el art. 1005
deroga prácticamente la prohibición del pacto sobre
sucesión propia prevista en el art. 1004 y, en rigor,
ambas normas presentan manifiesta contradicción
(159)
Tal es la situación que plantea el nuevo ordenamiento que en materia de sucesión contractual
ofrece ahora nuestro derecho sucesorio. De ello se
desprende también que el nombre jurídico del art.
1005 es inadecuado porque la excepción no es el
contrato sucesorio sino la nulidad de éste, que opera cuando el instituyente u otorgante excede los
límites de la legítima.
3.10 Conclusiones
1. El Código Civil presenta una diferencia no
especificada hasta ahora, ya que mientras
el Código italiano es leal a la terminante
nulidad impuesta por su referido artículo
485, no sucede lo mismo, en cambio, con
el nuestro, que luego de establecer la misma categórica nulidad de todo contrato por
el cual una persona dispone de su propia
sucesión, olvida de inmediato esta sanción
para reconocer, acto seguido, la validez —
a título de excepción— del contrato por el
cual una persona compromete la parte o
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porción disponible de su propia sucesión si
el causante no tiene herederos forzosos.
2. Por regla el CC prohíbe la sucesión contractual, solo lo admite por excepción,
siempre y cuando no tenga herederos forzosos (CC, 1005).
3. El artículo 1005 contiene una regla no una
excepción. La norma que motiva nuestro
análisis, no sólo busca exceptuar, es decir,
“excluir una persona o cosa de la generalidad de lo que se trata o de la regla común”,
según explica el Diccionario De La Real
Academia De La Lengua, sino que, al contrario, establece otra regla clara y concreta
y no una excepción, que interpretada como
tal, en nuestro modesto criterio, claramente
permite a toda persona hacer contratos sucesorios de institución o de disposición
respecto de la totalidad o parte de su propia
sucesión siempre que no tenga herederos
forzosos, en cuyo caso sólo podrá hacerlo
de la porción disponible.
4. Si analizamos la noción o el concepto del
testamento en nuestro derecho, según el
art. 1112, comprobamos que, en cuanto se
refiere a la libertad de disposición de bienes del patrimonio no se diferencia mayormente del contrato de sucesión futura;
al contrario, evidencian notable semejanza.
En efecto, conforme a esta norma, toda
persona capaz, mediante testamento, puede
declarar obligaciones o disponer de sus
bienes y derechos en todo o en parte, de-
ntro de lo permitido por la ley, para que ese
acto tenga efecto después de su muerte...
¿Qué se entiende por “dentro de lo permitido por ¡a ley?”. No otra cosa que el marco estricto de la legítima de los herederos
forzosos. En consecuencia, resalta con claridad que esto mismo puede hacerlo, si ¡o
desea, mediante contrato, naturalmente
"dentro de lo permitido por la ley”, es decir, en el marco de las reglas que tutelan la
legítima.
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