Subido por LIZ ANYELA BELTRAN LOMBANA

Español 24 P4

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INSTITUCION EDUCATIVA AGRÍCOLA DE GUACAVIA
“Leaders with human qualities and vocation for agricultural sector"
AREA CASTELLANO
GRADO: NOVENO
GUIA N° 2
UNIDAD: HISTORIA DE LA LITERATURA HISPANOAMERICANA
FECHA: Abril 20 - Junio |26 de 2020
DOCENTES RESPONSABLES: MIGUEL AGUILERA / JORGE HERNANDEZ
INTRODUCCION
MONOLOGO DEL MAL
Un día el Mal se encontró frente a frente con el Bien y estuvo a punto de tragárselo para acabar de una buena
vez con aquella disputa ridícula; pero al verlo tan chico el Mal pensó: "Esto no puede ser más que una
emboscada; pues si yo ahora me trago al Bien, que se ve tan débil, la gente va a pensar que hice mal, y yo me
encogeré tanto de vergüenza que el Bien no desperdiciará la oportunidad y me tragara a mí, con la diferencia de
que entonces la gente pensara que él sí hizo bien, pues es difícil sacarla de sus moldes mentales consistentes
en que lo que hace el Mal está mal y lo que hace el Bien está bien".
Y así el Bien se salvó una vez más. ,
CONTENIDOS
El ensayo: argumentación y proposición. Anexo
La reseña: la carta literaria. Anexo
La lengua: niveles. Anexo
El Comic.
La Conferencia. Anexo
Las Conjunciones: elementos de coordinación y subordinación en proposiciones compuestas. Anexo
Gramática: Palabras sinónimas y antónimas. Los Sustantivos, y los artículos.
La Novela; Clases, estructura y características.-Neologismos y arcaísmos. Narrativa latinoamericana de los siglos
XIX y XX. Identifica la estructura básica de diferentes textos argumentativos. Anexo
DESEMPEÑOS
Identifica la estructura básica de diferentes textos argumentativos
Argumenta ideas claras a través de sus escritos.
Construye ensayos y reseñas evidenciando buen manejo de la lengua.
Comprende y respeta las opiniones en debates sobre temas de actualidad social.
.
Lectura y socialización del cuento
Lea el cuento El guardagujas y responda las preguntas.
EL GUARDAGUJAS
“El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en
extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el
horizonte. Desalentado y pensativo consulto su reloj: la hora justa en que el tren debía partir.
Alguien, salido de quién sabe dónde, le dio una palmada muy suave. Al volverse, el forastero se halló ante un
viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero. Llevaba en la mano una linterna roja, pero tan pequeña que parecía de
juguete. Miró sonriendo al viajero, y éste le dijo ansioso su pregunta;
-
Usted perdona, ¿ha salido ya el tren?
¿Lleva usted poco tiempo en este país?
-
Necesito salir inmediatamente. Debo hallarme en T. mañana mismo.
- Se ve que usted ignora por completo lo que ocurre. Lo que debe hacer ahora mismo es buscar alojamiento en
la fonda para viajeros - y señaló un extraño edificio ceniciento que más bien parecía un presidio.
2
-
Pero yo no quiero alojarme, sino salir en el tren.
- Alquile usted un cuarto inmediatamente, si es que lo hay. En caso de que pueda conseguirlo, contrátelo por
mes, le resultará más barato y recibirá mejor atención.
-
¿Está usted loco? Yo debo llegar a T mañana mismo.
-
Francamente, debería abandonarlo a su suerte. Sin embargo, le daré unos informes.
-
Por favor . . .
- Este país es famoso por sus ferrocarriles, como usted sabe. Hasta ahora no ha sido posible organizarlos
debidamente, pero se han hecho ya grandes cosas en lo que se refiere a la publicación de itinerarios y ala
expedición de boletos. Las guías ferroviarias comprenden y enlazan todas las poblaciones de la nación; se
expenden boletos hasta para las aldeas más pequeñas y remotas. Falta solamente que los convoyes cumplan
las indicaciones contenidas en las guías y que pasen efectivamente por las estaciones. Los habitantes del país
así lo esperan; mientras tanto, aceptan las irregularidades del servicio y su patriotismo les impide cualquier
manifestación de desagrado.
-
¿Pero hay un tren que pase por esta ciudad?
- Afirmarlo equivaldría a cometer una inexactitud. Como usted puede darse cuenta, los rieles existen, aunque
un tanto averiados. En algunas poblaciones están sencillamente indicados en el suelo, mediante dos rayas de
gis. Dadas las condiciones actuales, ningún tren tiene la obligación de pasar por aquí, pero nada impide que eso
pueda suceder. Yo he vista parar muchos trenes en mi vida y conocí algunos viajeros que pudieron abordarlos.
Si usted espera convenientemente, tal vez yo mismo tenga el honor de ayudarle a subir a su hermoso y
confortable vagón.
-
Me llevara ese tren a T?
- ¿Y por qué se empeña usted en que ha de ser precisamente a T? Debería darse por satisfecho si pudiera
abordarlo. Una vez en el tren, su vida tomará efectivamente algún rumbo. ¿Qué importa si ese rumbo no es el de
T?
-
Es que yo tengo un boleto para ir a T. Lógicamente debo ser conducido a ese lugar, ¿no es así?
- Cualquiera diría que usted tiene razón. En la fonda para viajeros podrá usted hablar con personas que han
tomado precauciones, adquiriendo grandes cantidades de boletos. Por regla general, las gentes previsoras
compran pasajes para todos los puntos del país. Hay quien ha gastado en boletos una verdadera fortuna . . .
-
Yo creí que para ir a T, me bastaba un boleto. Mírelo usted . . .
- El próximo tramo de los ferrocarriles nacionales va a ser construido con el dinero de una sola persona que
acaba de gastar su inmenso capital en pasajes de ida y vuelta para un trayecto ferroviario cuyos planos, que
incluyen extensos túneles y puentes ni siquiera han sido aprobados por los ingenieros de la empresa.
-
¿Pero el tren que pasa por T. ya se encuentra en servicio?
- Y no solo ése. En realidad, hay muchísimos trenes en la nación, y los viajeros pueden utilizarlos con relativa
frecuencia, pero tomando en cuenta que no se trata de un servicio formal y definitivo. En otras palabras, al subir
a un tren, nadie espera ser conducido al sitio que desea.
- ¿Cómo es eso?
- En su afán de servir a los ciudadanos, la empresa debe recurrir a ciertas medidas desesperadas. Hace
circular trenes por lugares intransitables. Esos convoyes expedicionarios emplean a veces varios años en su
trayectoria, y la vida de los viajeros sufre algunas transformaciones importantes. Los fallecimientos no son raros
en tales casos, pero la empresa, que todo lo ha previsto, añade a esos trenes un vagón capilla ardiente y un
vagón cementerio. Es motivo de orgullo para los conductores depositar el cadáver de un viajero lujosamente
embalsamado en los andenes de la estación que prescriben su boleto. En ocasiones, estos trenes forzados
recorren trayectos en que falta uno de los rieles. Todo un lado de los vagones se estremece lamentablemente
con los golpes que dan las ruedas sobre los durmientes. Los viajeros de primera es otra de las previsiones de la
empresa, se colocan del lado en que hay riel. Los de segunda padecen los golpes con resignación. Pero hay
otros tramos en que faltan ambos rieles, allí los viajeros sufren por igual, hasta que el tren queda totalmente
destruido.
-
¡Santo Dios!
- Mire usted: la aldea de F, surgió a causa de uno de esos accidentes. El tren fue a dar en un terreno
impracticable. Lijadas por la arena, las ruedas se gastaron hasta los ejes. Los viajeros pasaron tanto tiempo
juntos, que de las obligadas conversaciones triviales surgieron amistades estrechas.
- Algunas de esas amistades se transformaron pronto en idilios, y el resultado ha sido F, una aldea progresista
llena de niños traviesos que juegan con los vestigios enmohecidos del tren.
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-
¡Dios mío, yo no estoy hecho para tales aventuras!
ron una de las páginas más gloriosas en nuestros anales ferroviarios. Sucede que en un viaje de prueba, el
maquinista advirtió a tiempo una grave omisión de los constructores de la línea. En la ruta faltaba un puente que
debía salvar un abismo. Pues bien, el maquinista, en vez de poner marcha hacia atrás, arengo a los pasajeros y
obtuvo de ellos el esfuerzo necesario para seguir adelante. Bajo su enérgica dirección el tren fue desarmado,
pieza por pieza y conducido en hombros al otro lado del abismo que todavía reservaba la sorpresa de contener
en su fondo un rio caudaloso. El resultado de la hazaña fue tan satisfactoria que la empresa renunció
definitivamente a la construcción del puente, conformándose con hacer un atractivo descuento en las tarifas de
los pasajeros que se atreven a afrontar esa molestia suplementaria.
-
¡Pero yo debo llegar a T mañana mismo!
- Muy bien; Me gusta que no abandone usted su proyecto. Se ve que es usted un hombre de convicciones.
Alójese por lo pronto en la fonda y tome el primer tren que pase. Trate de hacerlo cuando menos; mil personas
estarán para impedírselo.
Al llegar un convoy, los viajeros, irritados por una espera demasiado larga, salen de la fonda en tumulto para
invadir ruidosamente la estación. Muchas veces provocan accidentes con su increíble falta de cortesía y de
prudencia. En vez de subir ordenadamente se dedican a aplastarse unos a otros; por lo menos, se impiden para
siempre, el tren se va dejándolos amotinados en los andenes de la estación. Los viajeros agotados y furiosos,
maldicen su falta de educación, y pasan mucho tiempo insultándose y dándose de golpes.
-
Y la policía no interviene?
- Se ha intentado organizar un cuerpo de policía en cada estación, pero la imprevisible llegada de los trenes
hacia tal servicio inútil y sumamente costoso. Además, los miembros de ese cuerpo demostraron muy pronto su
venalidad, dedicándose a proteger la salida exclusiva de pasajeros adinerados que les daban a cambio de ese
servicio todo lo que llevaban encima. Se resolvió entonces el establecimiento de un tipo especial de escuelas,
donde los futuros viajeros reciben lecciones de urbanidad y un entrenamiento adecuado. Allí se les enseñaba la
manera correcta de abordar un convoy, aunque esté en movimiento y a gran velocidad. También se les
proporciona una especie de armadura para evitar que los demás pasajeros les rompan las costillas.
-
Pero una vez en el tren, está uno a cubierto de nuevas dificultades?
- Realmente. Solo le recomiendo que se fije muy bien en las estaciones. Podría darse el caso de que usted
creyera haber llegado a T, y solo fuese una ilusión. Para regular la vida a bordo de los vagones demasiado
repletos, la empresa se ve obligada a echar mano de ciertos expedientes.
Hay estaciones que son pura apariencia: han sido construidas en plena selva y llevan el nombre de alguna
ciudad importante. Pero basta poner un poco de atención para descubrir el engaño.
Son como las decoraciones del teatro, y las personas que figuran en ellas están llenas de aserrín. Esos muñecos
revelan fácilmente los estragos de la intemperie, pero son a veces una perfecta imagen de la realidad, llevan en
el rostro las señales de un cansancio infinito.
- Por fortuna, T no se halla muy lejos de aquí.
- Pero carecemos por el momento de trenes directos. Sin embargo, no debe excluirse la posibilidad de que
usted llegue mañana mismo, tal como sea. La organización de los ferrocarriles, aunque deficientemente excluye
la posibilidad de un viaje sin escalas. Vea usted, hay personas que ni siquiera se han dado cuenta de lo que
pasa.
Compran un boleto para ir a T. Llega un tren, suben y al día siguiente oyen que el conductor anuncia: "Hemos
llegado a T". Sin tomar precaución alguna, los viajeros descienden se hallan efectivamente en T.
-
¿Podría yo hacer alguna cosa para facilitar ese resultado?
- Claro que puede usted. Lo que no sabe es si le servirá de algo. Inténtelo de todas maneras. Suba usted al
tren con la idea fija de que va a llegar a T. No trate a ninguno de los pasajeros. Podrían desilusionarlo con sus
historias de viaje, y hasta denunciarlo a las autoridades.
-
¿Que está usted diciendo?
- En virtud del estado actual de las cosas, los trenes viajan llenos de espías. Estos espías voluntarios en su
mayor parte, dedican su vida a fomentar el espíritu constructivo de la empresa. A veces uno no sabe lo que dice
y habla solo por hablar. Pero ellos se dan cuenta en seguida de todos los sentidos que puede tener una frase,
por sencilla que sea. Del comentario más inocente saben sacar una opinión culpable. Si usted llegara a cometer
la menor imprudencia, seria aprehendido sin más, pasaría el resto de su vida en un vagón cárcel o le obligarían a
descender en una falsa estación, perdida en la selva.
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Viaje usted lleno de fe, consuma la menor cantidad posible de alimentos no ponga los pies en el andén antes de
que vea en T alguna cara conocida.
- Pero yo no conozco en T a ninguna persona.
- En ese caso redoble usted sus precauciones. Tendrá, se lo aseguro tentaciones en el camino. Si mira usted
por las ventanillas, está expuesto a caer en la trampa de un espejismo. Las ventanillas están provistas de
ingeniosos dispositivos que crean toda clase de ilusiones en el ánimo de los pasajeros. No hace falta ser débil
para caer en ellas. Ciertos aparatos operados desde la locomotora hacen creer, por el ruido y los movimientos
que el tren está en marcha.
Sin embargo, el tren permanece detenido semanas enteras, mientras los viajeros ven asar cautivadores paisajes
a través de los cristales.
-
¿Y eso qué objeto tiene?
- Todo esto lo hace la empresa con el sano propósito de disminuir la ansiedad de los viajeros y de anular en
todo lo posible las sensaciones de traslado. Se aspira a que un día se entreguen plenamente al azar, en manos
de una empresa omnipotente, y que ya no les importe saber a dónde van ni de dónde vienen.
-
Y usted ha viajado mucho en los trenes?
- Yo señor, solo soy guardagujas - A decir verdad, soy un guardagujas jubilado, y solo aparezco aquí de vez en
cuando para recordar los buenos tiempos. No he viajado nunca, ni tengo ganas de hacerlo. Pero los viajeros me
cuentan historias. -Sé que los trenes han creado muchas poblaciones además de la aldea de F, cuyo origen le he
referido. Ocurre a veces que los tripulantes de un tren reciben órdenes misteriosas. Invitan a los pasajeros a que
desciendan de los vagones, generalmente con el pretexto de que admiren las bellezas de un determinado lugar.
Se les habla de grutas, de cataratas o de ruinas célebres: "Quince minutos para que admiren ustedes la gruta tal
o cual", dice amablemente el conductor. Una vez que los viajeros se hallan a cierta distancia, el tren escapa a
todo vapor.
-
Y los viajeros?
- Vagan desconcertados de un sitio para otro durante algún tiempo, pero acaban por congregarse y se
establecen en colonia. Estas paradas intempestivas se hacen en lugares adecuados muy lejos de toda
civilización y con riquezas naturales suficiente. Allí se abandonan lotes selectos de gente joven, y sobre todo con
mujeres abundantes. ¿No le gustaría a usted pasar sus días en un pintoresco lugar desconocido, en compañía
de una muchachita?
El viejecillo hizo un guiño, y se quedó mirando al viajero con picardía sonriente y lleno de bondad. En ese
momento se oyó un silbido lejano. El guardagujas dio un brinco, lleno de inquietud, y se puso a hacer seriales
ridículos y desordenados con su linterna.
-
Es el tren? - preguntó el forastero.
El anciano echo a correr por la vía, desaforadamente. Cuando estuvo a cierta distancia se volvió para gritar:
-
Tiene usted suerte! Mañana llegará a su famosa estación. ¿Cómo dice usted que se llama?
-
¡X! - contestó el viajero.
En ese momento el viejecillo se disolvió en la clara mañana. Pero el punto rojo de la linterna siguió corriendo
saltando entre los rieles, imprudentemente, al encuentro del tren.
-
Al fondo del paisaje, la locomotora se acercaba como un ruidoso advenimiento.
(Juan José Arreola. - Mejicano)
1. En el cuento se hace una crítica importante a:
a. La educación de los viajeros en tren
b. La forma de solucionar los problemas de los
viajeros
c. La organización del sistema ferroviario
d. La sofisticación de las empresas de viajes
e. La tendencia a evadir la realidad por medio de
los viajes
2. En el cuento se desmonta principalmente el mito
de:
a.
b.
c.
d.
La libre empresa
La eficiente empresa nacional
Las empresas civilistas
Los viajes felices en tren
e. El "viaje y pague después"
3. La frase "este país es famoso por sus ferrocarriles",
tiene un matiz de:
a.
b.
c.
d.
e.
Exaltación
Magnificencia
Orgullo
Seriedad
Ironía
4. Lo fantástico en este cuento es un elemento:
a.
b.
c.
d.
Que permite criticar la realidad
Que constituye un fin estético en sí mismo
Accesorio
Meramente estilístico
5
e. Que impide captar la realidad
c. El viejo y la fantasía popular
d. Los viajeros y la empresa ferroviaria
e. El viajero y los demás pasajeros
5. El tiempo de este cuento es:
a. Lineal cronológico
b. Cronológico regresivo
c. Sin referencia cronológica
d. De aspecto circular
e. De contrapunto temporal
9. El hecho de hacer escuelas para los viajeros en
tren, significa realmente que:
10.
a. Necesitan más educación
b. Es urgente prepararlos para viajar
c. El sistema ferroviario es muy malo
d. La policía es inútil y claudicante
e. La empresa ferroviaria propende por más
ganancias
6. El punto de vista del narrador es:
a. 1a. persona central
b. 1a. persona periférica
c. 3a. persona omnisciente
d. 3a. persona limitada
e. Narrador legendario
11. En el cuento so respira un tono:
a. Irónico
b. Objetivo
c. Festivo
d. Monótono
e. Angustiado
7. El tema del cuento plantea:
a. El abandono oficial
b. El desorden comunitario
c. La anarquía comercial
d. La confusión social
e. El caos industrial
8. El conflicto principal de este cuento se da entre:
a. El viajero y la empresa ferroviaria
b. El viajero y la fantasía del viejo
12. Lo extraordinario en este cuento responde a:
a. Lo hiperbólico
b. Lo extrasensorial
c. Lo extralógico
d. Lo sobrenatural
13. En la columna "Orden Real" enumere cinco elementos del cuento compatibles con el mundo de nuestra
experiencia (real). En la columna "Orden Fantástico" enumere cinco elementos incompatibles con el mundo
de nuestra experiencia (real).
ORDEN REAL
1.…………………………………………………………………………………………………………….………
2.…………………………………………………………………………………………………………….………
3.…………………………………………………………………………………………………………….………
4.…………………………………………………………………………………………………………….………
5.…………………………………………………………………………………………………………….………
ORDEN FANTASTICO
1.…………………………………………………………………………………………………………….………
2.…………………………………………………………………………………………………………….………
3.…………………………………………………………………………………………………………….………
4.…………………………………………………………………………………………………………….………
5.…………………………………………………………………………………………………………….………
EL ENSAYO
El ensayo ha constituido un medio de comunicación importante es las materias humanísticas filosóficas, historia,
lingüística, antropología, sociología, literatura. Etc.
El ensayo expresa los puntos de vista de los "intelectuales" sobre las cuestiones nacionales, el arte, la historia
local y universal, y sobre todos aquellos asuntos de que puede ocuparse el pensamiento reflexivo.
A pesar de su gran diversidad temática, el ensayo lo podemos
describir como un tipo de escrito sobre asuntos muy
heterogéneos y de interés. El tratamiento es personal sin
pretender decir todo sobre el tema ni alcanzar el rigor
sistemático del tratado científico. Por esto la extensión del
ensayo tiende a ser breve. Podernos sintetizar las propiedades
más generales del ensayo de la siguiente manera:
Amplitud temática. Se puede referir a una gran cantidad de
temas aun los temas de las disciplinas científicas.
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Subjetivismo. Expresa el punto de vista personal; expresa ideas pero rara vez demora en presentar las
evidencias.
Estructura abierta. Puede emplear varias técnicas expositivas así como el relato (narración), la argumentación, y
la forma dialogada.
Extensión moderada o breve. La extensión más común es la exigida por las revistas especializadas o de interés
general. Obras del pasado como Facundo y Ariel son ensayos extensos.
EL ENSAYO EN HISPANOAMERICA
En Hispanoamérica ha habido una tradición ensayística que viene desde antes de constituirse las repúblicas
independientes. Esta tradición ha estado ligada a la actividad de nuestros pensadores que se han ocupado de
reflexionar nuestras cuestiones nacionales: la política, el arte, la cultura, la literatura, la sociedad, etc.
Nuestros intelectuales han interpretado nuestra realidad social buscando sus raíces en el pasado y mirando
hacia el futuro con gran preocupación. Entre los que han cultivado el género en Hispanoamérica cabe mencionar
a José Enrique Rodo (uruguayo), José Vasconcelos (mexicano), Juan Montalvo (ecuatoriano), José Carlos
Mariátegui (peruano), Raúl Haya de la Torre (peruano), José Martí (cubano), Andrés Bello (venezolano),
Domingo Faustino Sarmiento (argentino), Juan Bautista Alberti (argentino), Germán Arciniegas (colombiano) y
Rafael Maya (colombiano).
ACTIVIDADES DE APLICACION Y EVALUACION
Comprensión de lectura y composición. Lea el siguiente fragmento de ensayo y responda las preguntas.
“Pudiera señalarse como un rasgo notable de la fisonomía de este país la aglomeración de ríos navegables que
al Este se dan cita de todos los rumbos del horizonte para reunirse en el Plata y presentar dignamente su
estupendo tributo al Océano, que lo recibe en sus flancos no sin muestras visibles de turbación y de respeto.
Pero estos inmensos canales excavados por la solicita mano de la Naturaleza no introducen cambio ninguno en
las costumbres nacionales. El hijo de los aventureros españoles que colonizaron el país detesta la navegación y
se considera como aprisionado en los estrechos límites del bote o la lancha. Cuando un gran rio le ataja el paso,
se desnuda tranquilamente, apresta su caballo y lo endilga nadando a algún islote que se divisa a lo lejos; arriba
a él, descansan caballo y caballero, y de islote en islote se completa al fin la travesía.
De este modo, el favor más grande que la Provincia depara a un pueblo, el gaucho argentino lo desdeña, viendo
en él más bien un obstáculo opuesto u sus movimientos que el medio más poderoso de facilitarlos; de este
modo, la fuente del engrandecimiento de las naciones, lo que hizo la celebridad remotísima del Egipto, lo que
engrandeció a Holanda y es la causa del rápido desenvolvimiento de Norteamérica, la navegación de los r1'os o
la canalización es un elemento muerto inexplotado por el habitante de las márgenes del Bermejo, Pilcomayo,
Paraná, Paraguay y Uruguay. Desde el Plata remontan aguas arriba algunas navecillas tripuladas por italianos y
carcamanes; pero el movimiento sube unas cuantas leguas y cesa casi de todo punto. No fue dado a los
españoles, el instinto de la navegación que poseen en tan alto grado los sajones del Norte. Otro espíritu se
necesita que agite esas arterias en que hoy se estancan los fluidos vivificantes de una nación. De todos estos
ríos que debiera llevar la civilización, el poder y la riqueza hasta profundidades más recónditas del continente y
hacer de Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Córdoba, Salta, Tucumán y Jujuy otros tantos pueblos nadando en
riquezas y rebosando población y cultura, solo una y que es fecundo en beneficio para los que moran en sus
riberas: el Plata, que los resume a todos juntos.
(Domingo F. Sarmiento. "Facundo")
1. La preocupación general del autor en el texto está referida a:
a. Los grandes ríos que surcan la geografía argentina.
b. La incapacidad de los argentinos para aprovechar los recursos naturales.
c. Las diferencias culturales entre el hombre de la pampa y el hombre del litoral.
d. La geografía demasiado plana del país.
2. El autor sugiere que los argentinos heredaron de los españoles:
a. Su amor por la navegación.
b. La habilidad para remontar los ríos.
c. La habilidad para construir canales.
d. Su desdén por la navegación.
3. El autor piensa que los descendientes de los sajones:
a. Son superiores a los españoles.
b. Son inferiores a los españoles.
c. Son iguales a los argentinos.
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d. Tienen las mismas cualidades de los otros pobladores europeos.
4. El autor parece pensar que la herencia racial:
a. Tiene que ver con el atraso de los pueblos.
b. No tiene importancia para el desarrollo de los pueblos.
c. Es un bien que no se ha apreciado suficientemente.
d. Es un mal para todo pueblo.
5. El tono del autor en relación al futuro de su país es de:
a. Optimismo
b. Escepticismo
c. Delirio
d. Pesimismo
6. Composición. En los espacios provistos haga:
a. Un resumen del tema_______________________________________________
……………………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
b. Una evaluación de la posición del autor (sí está o no de acuerdo con su opinión) ……………
……………………………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………………………………
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LA RESEÑA
Una reseña es un escrito informativo del contenido y cualidades de un libro u otro material reseñable.
Características: Como se puede advertir en la definición una buena reseña debe contener dos partes principales:
Una parte objetiva (información sobre el contenido) y una parte valorativa (apreciación del contenido). También
debe contener los datos de la publicación: título, autor, lugar de publicación, editorial, fecha, número de páginas,
etc.
Sugerencias para hacer buenas reseñas: Al elaborar una reseña tenga en cuenta que sus lectores no están aún
familiarizados con el material reseñado. Sobre la base de la información que usted proporcione en la reseña el
lector se decidirá a leer, mirar, comprar, etc. el material reseñado.
Clasifique el tema de la reseña en el primer párrafo. Si es un libro, por ejemplo, infórmele al lector la clase de
libro de que se trata; novela, biografía, libro científico, técnico, etc.
Formule una idea central que le dé al lector una imagen clara y objetiva del material reseñado; haga que cada
punto o detalle de la reseña apoye la idea central.
Refleje en la reseña la importancia relativa de las partes que conforman el todo.
Evalué sobre la base de criterios objetivos, no sobre la base del gusto personal o el prejuicio. Que el material
original sea su propio criterio objetivo, es decir, determine el propósito del material original y luego juzgue lo bien
que este material sirve a ese propósito.
Proporcione evidencias específicas para sustentar su valoración o juicio crítico. En la reseña de un libro por
ejemplo cite textualmente algunas partes o resuma objetivamente uno 0 mas apartes para sustentar sus
opiniones.
FUNCIONES DE LA LENGUA
"En un conocido pasaje de la famosa comedia El burgués gentil-hombre, de Moliere (1622-1673), el protagonista,
M. Jourdain, nuevo rico ansioso de ascender en la escala social, descubre que ha vivido más de cuarenta años
hablando en prosa sin saberlo, Indudablemente, son muchos los que, como el personaje de Moliere, ignoran que
hablan en prosa. Por lo menos, M. Jourdain llegó a enterarse de la verdad, aunque un poco tarde. . .
La cuestión, sin embargo, es mucho más trascendental. No se trata de saber que se habla en prosa y no en
verso. Tal descubrimiento carece de importancia. El verdadero problema es otro y puede formularse así:
¿tenemos conciencia de esa lengua, usada unas veces en prosa, para la vida diaria, otras —también en prosa—
con otros fines, y que empleamos asimismo en la poesía? La respuesta obvia es que en la generalidad de los
hablantes en todo idioma esa conciencia no existe. ¿Por qué?
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El ser humano dispone de unos cuantos sistemas orgánicos sin los cuales no puede vivir; el sistema respiratorio,
el digestivo, etc. La lengua también es un sistema, no orgánico, aunque moviliza la cooperación de ciertos
órganos, sino cultural, social, de tipo simbólico, que el hombre necesita para poder subsistir organizado en
grupos: comunidad, nación, conjunto de países vinculados por el mismo idioma. . . Ahora bien, solo nos hacemos
conscientes de que nuestro cuerpo posee un sistema orgánico determinado —respiratorio, digestivo, el que
fuere—, cuando éste sufre trastornos en su funcionamiento normal. Entonces recordamos que tenemos
pulmones, estomago, corazón. . . En parte, transferimos esta inconsciencia al plano de la lengua: llegamos a
conceptuarla como si fuera un sistema orgánico más, cuya realidad y funcionamiento se dan por sentado. En
otras palabras, solo contadas personas llegan a plantearse el problema de sus relaciones con la lengua
vernácula precisamente como problema. . . Para la mayoría de los hablantes su idioma es simplemente un
instrumento útil.
El tener conciencia de lo que es y vale la lengua – punto de partida indispensable para saber usarla eficazmente
en las diversas circunstancias de la vida— no puede separarse del conocimiento de las funciones que
desempeña y que le confieren categorías de hecho humano básico. Pensemos en algunas de esas funciones.
Podríamos distinguir dos clases de funciones de la lengua: las individuales y las sociales. Esto no debe
entenderse, desde luego, en el sentido de que el individuo y la sociedad son realidades independientes la una de
la otra. El individuo completamente divorciado de la sociedad es un producto de la fantasía. Aún Robinson
Crusoe, en la isla desierta, pensaba y sentía como inglés; era, por lo tanto, una prolongación de su Inglaterra
natal en aquella tierra lejana. Y, por otro lado, resulta del mismo modo inconcebible una sociedad que no esté
formada por individuos.
El individuo es, fundamentalmente, un heredero. Cuando nace, ingresa en una sociedad que no ha contribuido a
crear, y usufructúa en su desarrollo una serie de instituciones sociales — la lengua vernácula, la familia, la
escuela, el estado, la economía, la religión y otras más- que ya existían. Poco a poco va aprendiendo a usar esa
rica herencia social, la va entendiendo. Tal adquisición y tal aprendizaje se realizan sobre todo a través del
idioma vernáculo. Este es, por consiguiente, el medio más seguro con que contamos para que el proceso de
progresiva socialización del individuo se logre.
No siempre nos resignamos, sin embargo, a ser simples herederos. Recibimos, sí, pero normalmente aspiramos
a dar también, y a veces, incluso a crear algo que enriquezca la herencia social. Pero ¿como podríamos
satisfacer nuestras aspiraciones si no poseyéramos un sistema de comunicación y expresión como la lengua,
que al facilitar cotidianamente el uso del repertorio de hábitos que llamamos vida — porque nos libra de tener
que improvisar en cada momento los modos de decir lo que pensamos, sentimos y necesitamos—, nos permite
disponer de tiempo suficiente para dedicarlo a la conquista de esas aspiraciones? La lengua representa, pues, un
sistema probado de servir a las necesidades diarias del individuo con relativa economía de esfuerzo y tiempo.
En el trato constante con los seres humanos, con la naturaleza y los objetos culturales, se forja paulatinamente la
personalidad individual. Su más fiel espejo es la lengua vernácula, nuestro modo especial de emplearla. No hay
resquicio de la personalidad donde ella —rayo de luz implacable— no penetre, para revelarlo a los demás.
Oímos hablar a alguien y por ello podemos deducir cuál es su profesión u oficio: médico o abogado, carpintero o
chofer. Revela, asimismo, los intereses culturales del hablante; le entusiasma la música, se interesa mucho por la
literatura, es un decidido partidario de los deportes. . . Más aun, nuestra manera de hablar descubre el ambiente
donde nos hemos criado; la ciudad, el campo, una aldea de pescadores. No podemos ocultar tampoco el nivel
académico que hemos alcanzado: si hemos cursado estudios superiores; si apenas hemos asistido a la escuela.
La inteligencia misma —no ya la mera preparación académica— puede evidenciarse en la forma de utilizar la
lengua. (Las investigaciones sicológicas demuestran que existe una alta correlación entre inteligencia y habilidad
verbal). Y, finalmente, el cáracter. A veces unas sencillas frases son la prueba indudable de nuestro modo de ser:
alegres o tristes, introvertidos o extravertidos, suspicaces o confiados. . . Muy pocos seres humanos llegan a
escribir su autobiografía. Pero en cierto sentido, todos lo hacemos vicariamente, porque hablamos.
Las funciones individuales de la lengua no se circunscriben al ámbito del vivir cotidiano. El hombre siente la
necesidad de salvar aunque sea parte de su experiencia —la sensible, la intelectual y la sonada— de la extinción
aneja a todo lo que existe. Un modo de salvarla es convirtiéndola en arte. Y la literatura, que consiste en escoger
ciertas experiencias, reorganizarlas y darles una estructura y un sentido artístico, es un quehacer que se realiza
con palabras.
Veamos ahora las principales funciones de la lengua desde el punto de vista social o colectivo. Señalemos, en
primer término, que el hecho de que el hombre haya podido constituir las agrupaciones que denominamos
sociedades y crear instituciones como la familia, el Estado, la escuela, la economía, la religión, etc., se debe a
que fue capaz de inventar el lenguaje. Ignoramos la naturaleza y el funcionamiento de este en sus etapas
iníciales, pero parece indiscutible que la convivencia humana, por primitiva que sea, es irrealizable si no se
cuenta con un sistema de comunicación que permita a los individuos entenderse unos con otros. No se conoce
ningún grupo humano que baya carecido de lengua.
9
No sólo el origen, sino la supervivencia de los grupos humanos como sociedades depende asimismo en gran
medida, de la lengua. Esta opera como fuerza cohesora entre los miembros de aquéllas. Hay que aceptar
empero, que ciertos países, como Suiza, han alcanzado una firme unidad nacional, a pesar de que en su
territorio se hablan varias lenguas vernáculas. Sin embargo, la historia indica que la unidad lingüística facilita
mucho el logro de la unidad nacional. Así, cuando el castellano, que era originalmente el dialecto de Castilla, se
convierte en español — es decir, en la lengua de toda España, la del Estado, la que goza de mayor prestigio, la
preferida por los escritores de las diversas regiones para componer sus obras, por encima de sus respectivas
lenguas regionales (gallego, aragonés, leonés, catalán)—, la unidad nacional está asegurada, con la
concurrencia, sin duda, de otros factores: religioso, político, militar, económico, cultural. En Bélgica, donde el sur
habla valón, dialecto francés, y el norte, flamenco, dialecto germánico, han sucedido recientemente serios
disturbios, a causa, según informa la prensa, de esa diferencia lingüística.
Se menciona a menudo otra función social del idioma. Cada pueblo —como todo individuo— posee su propia
manera de entender y expresar el mundo y el hombre, su particular cosmovisión o filosofía de la vida. Esta
cosmovisión o filosofía de la vida, según algunos pensadores y lingüistas, se refleja en la lengua
correspondiente. Muchas de las particularidades que distinguen a un idioma de otro se explicarían, si aceptamos
esa idea, como indicios de las diferencias existentes entre las distintas cosmovisiones o filosofías de la vida de
las sociedades humanas. Por ejemplo: en las lenguas romances existe la categoría gramatical que llamamos
género, y las palabras se clasifican en el género masculino, en el femenino o en el neutro. Los idiomas uraloaltaicos, por el contrario, no la usan. Según la idea que estamos comentando, esto significaría que en la
cosmovisión implícita en las lenguas romances es muy necesario establecer si las personas, las plantas, los
animales y los objetos pertenecen a este o aquel género, mientras que en la filosofía de la vida que revelan los
idiomas uralo-altaicos tal hecho no tiene importancia alguna. De igual modo se explicaría porqué ciertas palabras
se consideran de distinto género en otras lenguas. Así, luna es el género femenino en español, pero en alemán
pertenece al género masculino (der Mond); con sol sucede a la inversa: es masculino en nuestro idioma y
femenino en alemán (die Sonne).
Estudiar una lengua extranjera equivaldría, en consecuencia, a posesionarse de la cosmovisión implícita en ella.
De ahí que resulte tan difícil —no imposible, claro— poder hablar y escribir con completo dominio un idioma que
no es el nuestro”.
(Porras, Jorge Luis, "Funciones de la Lengua" Educación:
Puerto Rico (36): 95-98 Marzo/73)
1. La idea central del texto resalta el siguiente hecho:
a. La lengua es un instrumento que utilizamos para diversos fines.
b. Mucha gente no sabe distinguir entre hablar en prosa y hablar en verso.
c. No todos tenemos clara conciencia sobre las funciones de la lengua.
d. Mucha gente habla en prosa durante toda su vida sin saberlo.
2. En el texto se define la lengua como:
a. El instrumento lingüístico que unas veces usamos en prosa y otras en verso.
b. Un sistema simbólico, cultural y social.
c. Un sistema orgánico inconsciente.
d. Un sistema orgánico del que a veces tenemos conciencia.
3. En el texto las funciones de la lengua se clasifican en dos tipos fundamentales:
a. Humanas y conscientes
b. Conscientes e inconscientes
c. Individuales y sociales
d. Literaria y no literaria
4. En el texto, se afirma que la lengua, la familia, la escuela, el Estado, la religión y otras son "instituciones".
Este término hace referencia a su carácter de:
a. Herencia inconsciente
b. Herencia consciente
c. Objetos creados
d. Instrumentos útiles
5. Cuando el autor afirma "Y la literatura, que consiste en escoger ciertas experiencias, reorganizarlas y darles
una estructura y un sentido artístico, es un quehacer que se realiza con palabras" esté:
a. Definiendo la literatura
b. Clasificando las formas artísticas
c. Diferenciando el arte de lo que no lo es
d. Comparando el arte con la literatura
10
6. En la columna respectiva enumere tres funciones sociales y tres funciones individuales de la lengua.
FUNCIONES SOCIALES
a. ………………………………………………………………………………………………………………
b. ………………………………………………………………………………………………………………
c. ……………………………………………………………………………………………………………….
FUNCIONES INDIVIDUALES
a. ………………………………………………………………………………………………………………
b. ………………………………………………………………………………………………………………
c. ……………………………………………………………………………………………………………….
7. Semántica. Por un sinónimo o una paráfrasis dé el significado de los siguientes términos y expresiones
usadas en los textos.
1. Feudal............................................................................................................................................
2. Feudo………………………………………………………………………………………………………..
3. Siervo……………………………………………………………………………………………………….
4. Gleba……………………………………………………………………………………………………….
5. Forjado ……………………………………………………………………………………………………..
6. Clavicordio.....................................................................................................................................
7. Legislación de Indias. …………………………………………………………………………………….
8. Grupo étnico...................................................................................................................................
9. Encomienda...................................................................................................................................
10. Bozal..............................................................................................................................................
11. Incompatible...................................................................................................................................
12. Rasgos peculiares……………………………………………………………………………………......
13. Fonémico.......................................................................................................................................
14. Morfológico…………………………………………………………………………………………..........
15. Sintético.........................................................................................................................................
16. Desinencia…………………………………………………………………………………………...........
17. Léxico……………………………………………………………………………………………...............
18. Símbolo……………………………………………………………………………………………............
19. Significado………………………………………………………………………………………………….
20. Púrpura…………………………………………………………………………………………………….
21. Denotar…………………………………………………………………………………………………….
22. Terminología autóctona………………………………………………………………………………….
23. Anglicismo………………………………………………………………………………………………….
24. Burgués………………………………………………………………………………………………………
25. Vernácula………………………………………………………………………………………………….
8. Escucha y expresión oral. Después de escuchar una conferencia sobre un tema de su interés presente un
informe oral al grupo.
9. Corrección idiomática. Escriba en el espacio la forma correcta que remplaza a la que se da entre paréntesis.
(1) ......................... empezó la conferencia todos guardamos silencio.
(a lo que)
(2) ........................ que viene lo bueno, dijo el que se encontraba a mi lado.
(Ora si)
(3) El que pega ......................... pega dos veces, reza el proverbio.
(alante)
(4) Pedro no tenía ni un peso) ......................... que me pidió prestado el pasaje.
(tan es así) .
(5) Hablábamos y hablábamos hasta que nos encontramos .........................
(muy lejísimos)
CUADRO SINOPTICO
LITERATURA HISPANOAMERICANA
11
Literatura de la Conquista y la Colonia
a) Características




b) Representantes de la Conquista Cristóbal Colon
Gonzalo Jiménez de Quesada
Juan de Castellanos
Herman Cortés
El Padre de las Casas
 Inca Garcilaso de la Vega
 Lucas Fernández de Piedrahita
c) Representantes de la Colonia
Literatura del Barroco, Neoclasicismo, Ilustración y Prerromanticismo
a) Características
Prosa




Eugenio Santa Cruz y Espejo
Joaquín Fernández de Lizardi
Simón Bolívar
Francisco Miranda
 José Joaquín Olmedo
 Andrés Bello
 José María de Heredia
b) Representantes Poesía
 Juan Ruiz de Alarcón
 Sor Juana Inés de la cruz
Teatro
Literatura del Romanticismo
a) Características
b) Representantes
Poesía
Narrativa




Manuel Acuna
Juan Zorrilla de San Martin
Rafael Obligado
José Hernández
 Domingo Faustino Sarmiento
 José Mármol
 Ricardo Palma
Literatura del Modernismo
Poesía
 Rubén Darío
 José Santos Chocano
 José Martí
Teatro
 Florencio Sánchez
Narrativa
 Mariano Azuela Horacio Quiroga
 Enrique Larreta
Ensayo
 José Enrique Rodo
 José Vasconcelos
 Ricardo Rojas
a) Características
b) Representantes
EI Postmodernismo
12





a) Características
Poesía
b) Representantes
 Rómulo Gallegos
 Eduardo Barrios
 Ricardo Guiraldes
Narrativa
Ensayo
Critica
César Vallejo
Gabriela Mistral
Vicente Huidobro
Juana de Ibarbourou
Alfonsina Storni
Y
 Alfonso Reyes
 Pedro Henríquez Ureña
Literatura Contemporánea
a) Características
Poesía
b) Representantes
Narrativa





Nicolás Guillén
Luis Pales Matos
Jorge Luis Borges
Octavio Paz
Pablo Neruda













Miguel Ángel Asturias
Alejo Carpentier
Eduardo Mallea
Jorge Icaza
Ciro Alegría
Arturo Uslar Pietri
Juan Carlos Onetti
Carlos Fuentes
Juan Rulfo
Julio Cortázar
Ernesto Sábato
Gabriel García Márquez
Mario Vargas Llosa
LA NOVELA LATINOAMERICANA
En tanto que la poesía moderna de América Latina presenta un desarrollo orgánico, sin soluciones de
continuidad, la novela tiene un desarrollo accidentado, si no dramático. En Latinoamérica la poesía fluye
naturalmente y de tiempo en tiempo surgen grandes poetas: Darío, Vallejo, Neruda, Paz. En cambio, la creación
de una novela vigorosa y original ha sido una de las mayores ambiciones literarias de varias generaciones, pero
siempre se ha mantenido una reserva de juicio para aceptar que la batalla ha sido al fin ganada. Dos momentos
de apogeo: entre 1924 y 1930 ocurrió el primero, hoy ya un poco disminuido; el segundo, el boom de la novela
latinoamericana, es de los años sesenta y vivimos todavía su deslumbramiento.
Apenas superado el modernismo, la novela alcanzo, en efecto, un singular relieve con las grandes narraciones
de la Revolución mexicana: Los de abajo de Mariano Azuela (1873 - 1952) — que aunque publicada
originalmente desde 1915 solo se descubriría literariamente a partir de su 6a. edición de 1925- y El águila y la
serpiente (1928) y La sombra del caudillo (1929) de Martin Luis Guzmán (1887); con una recia novela de
denuncia social, Raza de bronce (1919) del boliviano Alcides Arguedas (1879 - 1946), con dos excelentes
novelas cuyo tema dominante es la lucha del hombre con la naturaleza: La vorágine (1924), del colombiano José
Eustasio Rivera (1888 - 1928) y Doña Bárbara (1929), del venezolano Rómulo Gallegos (1886 - 1969). Un fino
contrapunto a este tenso dramatismo lo darían dos narradores argentinos: Benito Lynch (1885 - 1952), que se
concentraría en los conflictos humanos de la gente de la pampa en la serie de novelas que va de Los caranchos
de la Florida (1916) a El inglés de los gûesos (1924) y a El romance de un gaucho (1930), y Ricardo Guiraldes
(1886 - 1927), que convertía el encuentro con la naturaleza en imaginería poética en Don Segundo Sombra
(1926).
Las obras de esta generación de fundadores de la novela moderna se consideran hoy con menor entusiasmo
que cuando aparecieron. Efectivamente, la visión que aquellos novelistas tenían del campesino que pelea por su
tierra, del revolucionario que lucha por la justicia y del choque del hombre con la naturaleza y con la barbarie, era
aún una visión romántica "indianista" a veces, y los recursos estilísticos y de composición de que disponían eran
primarios y continuaban atados al realismo y al naturalismo. Estaban aun en la etapa natural y legendaria y se
13
veía lejana la "etapa histórica". Pero aquellos novelistas cautivaron a varias generaciones de lectores y ofrecieron
al mundo una primera imagen de América gracias a una cualidad poco común: la autenticidad y el vigor de su
talento narrativo. Una página, aparentemente desnuda de artificios retóricos, de Azuela o de Guzmán, de
Gallegos o de Lynch es aun una obra maestra.
Los anos que siguieron a este primer florecimiento no fueron muy fecundos, aun cuando en la décado de los
años treinta aparecieron las primeras novelas significativas: del venezolano Arturo Uslar Pietri (1905), Las lanzas
coloradas (1930); del ecuatoriano Jorge Icaza (1906), Huasipungo (1934); del peruano Ciro Alegría (1909 1968), La serpiente de oro (1935), y del brasileño Graciliano Ramos (1892 - 1953), Angustia (1936). Es en
general una década poco brillante caracterizada por la novela social, que en Brasil tendrá importancia con el
grupo de novelistas que encabeza Jorge Amado (1903). De estos años es la requisitoria, entonces oportuna, del
crítico peruano Luis Alberto Sánchez: América: novela sin novelistas (1933).
Como suele ocurrir pronto los hechos contradecían el pesimista dictamen. La década de los años cuarenta vera
la aparición de dos de los narradores más originales de América Latina, el argentino Jorge Luis Borges y el
cubano Alejo Carpentier (1904), y de novelas y cuentos notables por su rigor formal y su densidad novelesca. El
naturalismo ha quedado atrás y domina ahora una actitud crítica en la observación de la realidad, como en Yawar
fiesta (1941) del peruano José María Arguedas (1913), El luto humano (1943) del mexicano José Revueltas
(1914), El señor presidente (1946) del guatemalteco Miguel Angel Asturias (1899), Al filo del agua (1947) del
mexicano Agustín Yáñez (1904) y Adán Buenosayres (1948) de Leopoldo Marechal; cuando no una imaginación
regida por la inteligencia, como en La invención de Morel (1940) del argentino Adolfo Bioy Casares (1914), en las
Ficciones (1944) de Borges o El reino de este mundo (1949) de Carpentier. En las obras de los novelistas de
este periodo, ha observado Emir Rodríguez Monegal, es importante su relación con los movimientos de
vanguardia; "ellos son, sobre todo, renovadores de una visión y de un concepto del lenguaje”.
En los años cincuenta culmina la obra de autores como Borges y Carpentier, inician su madurez novelistas como
el uruguayo Juan Carlos Onetti (1909), La vida breve, 1950; el chileno Manuel Rojas (1896) Hijo de ladrón, 1951
y el venezolano Miguel Otero Silva (1908) Casas muertas, 1955; y se dan a conocer tres narradores mexicanos:
Juan Rulfo (1918) con los cuentos de El llano en llamas (1953) y la novela Pedro Paramo (1955), Juan José
Arreola (1918) con las singulares prosas en que se confunden ficción y ensayo de Confabulario (1952), y Carlos
Fuentes (1929) que, con La región más transparente (1958), abre el nuevo periodo de la novela latinoamericana
junto con un excepcional narrador argentino, Julio Cortázar (1914), que publica al fin de esta década su primer
libro memorable, los cuentos de Las armas secretas (1959).
Así, tras esta acumulación de experiencias, tras esta lenta conquista de la libertad y la imaginación, tras este
insistente aprendizaje de técnicas y estilos, tras esta lucha con el lenguaje en el que va centrándose la mayor
preocupación expresiva, y coincidiendo con la formación de un fenómeno más vasto de desmitificación y de
rechazo de estructuras sociales y culturales, de revolución sexual, de nuevas normas y usos vitales, de
disolución de los géneros y las formas artísticas, que esbozan la creación de una sensibilidad y un estilo propios
de los anos presentes, se produce el apogeo reciente de la novela latinoamericana.
Los novelistas que crearon el primer momento de culminación, entre 1924 y 1930, solo eran seis de primera
línea, ·dispersos en América Latina. Ahora son casi el doble y, ya sea que escriban en sus propios países, en
otros de América o en Europa, han establecido entre ellos una comunicación, y una alianza muy activas. Su
éxito, las amplias y oportunas exégesis que sus obras han recibido, y el hecho de que hayan alcanzado una
difusión excepcional en su propia lengua y en numerosas traducciones, no son ajenos a la aparición paralela de
una notable promoción de críticos los uruguayos Mario Benedetti (1920), Emir Rodríguez Monegal (1921) y Angel
Rama (1926); los mexicanos Emmanuel Carballo (1929) y Carlos Monsiváis (1938); los chilenos Fernando
Alegría (1918) y Luis Hars (1936), el cubano Severo Sarduy (1937) y el peruano Julio Ortega (1942).
He aquí los nombres de los novelistas que forman esta promoción y los de sus obras más celebradas: el
paraguayo Augusto Roa Bastos (1917), con Hijo de hombre (1960); Carlos Fuentes, con La muerte de Artemio
Cruz (1962) y Cambio de piel (1967); el brasileño Joao Guimaras Rosa (1908 - 1967), con Gran sertón: veredas
(1963); los argentinos Julio Cortázar, con Rayuela (1963) y La vuelta al día en ochenta mundos (1967) y Ernesto
Sábato (1912), con Sobre héroes y tumbas (1962); los uruguayos Carlos Martínez Moreno (1917), con El
paredón (1963) y Juan Carlos Oneti, con El astillero (1961), Juntacadáveres (1965) y sus Cuentos completos
(1967); el peruano Mario Vargas Llosa (1936), con La ciudad y los perros (1963) y La casa verde (1966); los
cubanos José Lezama Lima (1912), con Paradiso (1966) y Guillermo Cabrera Infante (1929), con Tres tristes
tigres (1967), y el colombiano Gabriel García Márquez (1928), con Cien años de soledad (1967). El registro no
está ni cerrado ni definitivamente establecido. Con la excepción del ya desaparecido Guimarães Rosa, los demás
están en plena creación, y junto a ellos prosiguen su obra novelistas de generaciones anteriores o la inician
nuevos escritores llenos de promesas. Tampoco puede ser concluyente la calificación de obras memorables para
todas las que forman este ariete latinoamericano que llama la atención del mundo.
Algunas se quedaran solo con cierto prestigio en el mundo de la crítica y no las conservara la posteridad. Todas
tienen una libertad de lenguaje y de invención, una desenfadada acometividad y una participación tan decidida
en los conflictos y en las corrientes de pensamiento de hoy que las hace significativas y vivientes para el lector
moderno de nuestra lengua o de cualquiera otra. El provinciano quedo atrás. Pero entre ellas una ha alcanzado
ya, en varias lenguas, una fama no solo literaria sino popular, acaso porque es la obra maestra de este periodo,
Cien años de soledad de García Márquez. Es un libro de amor y de imaginación. Todo está en él; historia y mito,
protesta y confesión, alegoría y realidad, y todo esta contado con un viejo arte que cuando aparece realmente
vence las formulas literarias, que es tanto don como obra de la mente y del espíritu, el viejo secreto de la
narración que una vez más nos cautiva.
(José Luis Martínez en América Latina en su literatura. Edit. Siglo XXI)
14
EL TUNEL
Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo
que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores
explicaciones siempre sobre mi persona.
Aunque ni el diablo sabe qué es lo que ha de recordar la gente, ni por qué. En realidad
siempre he pensado que no hay memoria creativa, lo que quizá sea una forma de defesa de la especie humana.
La frase "todo tiempo pasado fue mejor" no indica que antes dieran menos cosas malas; sino que felizmente - la
gente las echa en el olvido.
Que luego, semejante frase no tiene validez universal; yo, por ejemplo, me caracterizo por dar preferentemente
los hechos malos y, así podría decir que ”todo tiempo pasado fue peor”, si no fuera porque el presente me parece
tan horrible como el pasado; recuerdo todas las calamidades, tantos rostros cínicos y tantas, tantas malas
acciones, que la memoria es para mí como la temerosa luz que alumbra como un sórdido museo de la
vergüenza.
¡Cuántas veces he quedado aplastado durante horas en un rincón oscuro del taller, después de una noticia en la
sección policial! Pero la verdad es que no siempre lo más vergonzoso de la raza humana aparece allí; hasta
cierto es que los criminales son gente más limpia, será ofensiva; esta afirmación no la hago porque yo mismo
haya matado a un ser humano, esta es una honesta y profunda convicción.
¿El individuo es pernicioso? Pues se lo lívido se acabó. Esto es lo que yo llamo una convicción. (…)
Como decía, me llamo Juan Pablo Castel. Podrán preguntarse qué me mueve a escribir la historia de mi crimen
(no sé si ya dije que voy a relatar mi crimen) y, sobre todo, a buscar un editor. Conozco bastante bien el alma
humana para prever que pensaran en la vanidad. Piensen lo que quieran: me importa un bledo; hace rato que me
importan un bledo la opinión y la justicia de los hombres. Supongan, pues, que publico esta historia por vanidad.
Al fin de cuentas estoy hecho de carne, huesos, pelo y uñas como cualquier otro hombre y me parecería muy
injusto que exigiesen de mí, precisamente de mi cualidades especiales; uno se cree a veces un superhombre,
hasta que advierte que también es mezquino, sucio y pérfido. De la vanidad no digo nada: creo que nadie está
desprovisto de este notable motor del Progreso Humano. Me hacen reír esos señores que salen con la modestia
de Einstein o gente por el estilo; respuesta: es fácil ser modesto cuando se es célebre; quiero decir parecer
modesto. Aun cuando se imagina que no existe en absoluto, se la descubre de pronto en su forma más sutil: la
vanidad de la modestia. ¡Cuántas veces tropezamos con esa clase de individuos!.
Hasta un hombre, real o simbólico, como Cristo, pronunció palabras sugeridas por la vanidad oal menos por la
soberbia. (...)
Sin embargo, no relato esta historia por vanidad. Quizá sestaría dispuesto a aceptar que hayalgo de orgullo o de
soberbia.
Pero por qué esa manía de querer encontrar explicación a todos los actos de la vida? Cuando comencé este
relato estaba firmemente decidido a no dar explicaciones de ninguna especie. Tenía ganas de contar la historia
de mi crimen y se acabó: al que no le gustará, que no la leyese. Aunque no lo creo, porque precisamente esa
gente que siempre anda detrás de las explicaciones es la más curiosa y pienso que ninguno de ellos se perdería
la oportunidad de leer la historia de un crimen hasta el final.
Podría reservarme los motivos que me movieron a escribir estas páginas de confesión; pero como no tengo
interés en pasar por excéntrico, diré la verdad que de todos modos es bastante simple: pensé que podrían ser
15
leídas por mucha gente, ya que ahora soy célebre y aunque no me hago muchas ilusiones acerca de la
humanidad en general y de los lectores de estas páginas en particular; me anima la débil esperanza de que
alguna persona llegue a entenderme. AUNQUESEA UNA SOLA PERSONA.
"Por qué - se podrá preguntar alguien apenas una débil esperanza si el manuscrito ha de ser leído por tantas
personas?” Este es el género de preguntas que considero inútiles, no obstante hay que preverlas, porque la
gente hace constantemente preguntas inútiles, preguntas que el análisis más superficial revela innecesarias.
Puedo hablar hasta el cansancio y a gritos delante de una asamblea de cien mil rusos: nadie me entendería ¿Se
dan cuenta de lo que quiero decir?.
Existió una persona que podría entenderme. Pero fue, precisamente, la persona que maté.
EL INFORME
Un informa es un texto de carácter expositivo en el que se presentan, de forma ordenada, una serie de datos,
hechos y conclusiones acerca de una persona o de un asunto. Se puede elaborar un informe, por ejemplo, sobre
la situación económica o la capacidad laboral de una persona, o bien sobre el sistema de trabajo de una empresa
o la calidad de un determinado producto.
EI informe es un texto escrito en prosa científica, técnica o comercial con el objetivo de comunicar información
dirigida a personas o entidades encargadas de la forma de decisiones.
Este tipo de textos presenta hechos obtenidos o verificado por el autor. Puede constituir la solución a un
problema, los métodos y procedimientos mediante los cuales se han obtenido los datos para hallar esa solución y
las recomendaciones que es conveniente hacer la relación con el problema en cuestión.
También puede ser la respuesta a una consulta técnica.
La intención del informe, como su nombre lo indica, es informar a ciertas personas, sobre hechos o actividades
concretas. De allí que posea una estructura predominantemente o enunciativa. Aunque se compone
esencialmente de datos que se informan (estructura descriptiva), el autor también interpreta estos datos con el fin
de llegar a conclusiones y recomendaciones que debe sustentar; así; en este tipo de textos está presente una
estructura argumentativa.
CLASES DE INFORME:
Según los objetivos y los contenidos del informe, este puede ser de tres tipos:
Expositivo: Cuando se narra una secuencia de hechos, sin analizarlos o
interpretarlos; por tanto, no hay ni conclusiones ni recomendaciones por parte del
autor. Un ejemplo sería un informe que narre la realización de un curso universitario.
Interpretativo: Cuando además de narrar una serie de hechos, se los interpreta o
analiza, con el fin de llegar a ciertas conclusiones y recomendaciones. Un ejemplo,
sería la evaluación de la aplicación de una nueva metodología de enseñanza a nivel
universitario.
Demostrativo: Cuando se presenta un planteamiento hecho por el autor del informe y todos los pasos y
argumentos que lo sustentan. Un ejemplo, sería el informe científico o técnico.
ESTRUCTURA DEL INFORME: Los informes presentan diferentes formas, pero básicamente contienen los
siguientes elementos:
Un título extenso y suficientemente informativo.
Una introducción, en la cual se especifica el problema y el objetivo de estudio, así como los objetivos y
características de la investigación que se ha llevado a cabo. Aquí se debe responder a la pregunta: ¿para qué? »
Una introducción, en la cual se especifica el problema y el objeto de estudio, así como los objetivos y
características de la investigación que se ha llevado a cabo. Aquí se debe responder a la pregunta: ¿para qué?
EI cuerpo del informe, en el cual se detallan ordenada y rigurosamente lo resultados dela investigación. En esta
parte se consigna la metodología utilizada para recopilar lainformación (experimentos, entrevistas, cuestionarios,
etc). Aquí se debe responder a la pregunta: ¿Cómo?
Las conclusiones o recomendaciones del autor, presentan los resultados obtenidos mediante cuadros, tablas,
gráficas, ilustraciones. Se responde a las preguntas: ¿Qué se encontró? Y ¿Qué debe hacerse?
LA CONFERENCIA
La conferencia es una actividad de expresión oral colectiva en la que un expositor desarrolla un tema ante un
auditorio.
Cuando el estudiante tenga que presentar un tema en la forma de conferencia debe tener en cuenta:
-
Preparar con la debida anticipación el tema que va a desarrollar. Se recomienda consultar en libros, revistas
y enciclopedias para obtener la información requerida.
16
-
Después de la consulta se debe redactar el texto de la conferencia para adecuarlo al tiempo señalado.
-
Durante la lectura previa se deben corregir las frases de lectura difícil o sentido incomprensible.
-
Durante la lectura de la conferencia se debe mirar intermitentemente al auditorio y asumir una actitud de
seguridad sobre lo que se está exponiendo.
-
Cuando el estudiante asiste a una conferencia hace parte del auditorio y debe realizar las siguientes
actividades durante y después de la misma:
-
Escuchar atentamente la introducción que hace el expositor para captar de entrada el tema central y
poder seguir fácilmente su desarrollo.
-
Tomar nota en forma de resumen de las ideas importantes de desarrollo del tema.
-
Recomponer en una síntesis o resumen las ideas tomadas notas.
ACTIVIDADES DE APLICACION Y EVALUACION
Coloque F o V si el contenido de la oración es falso o verdadero, según lo expuesto en la unidad.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
Un párrafo tiene un tópico o idea principal y otras ideas que la sustentan......
La idea principal del párrafo nunca se da explícitamente....
La idea principal del párrafo es una especie de resumen......
Así como un párrafo contiene una idea principal, varios párrafos pueden desarrollar una idea o tema del
conjunto de párrafos......
La idea principal de un párrafo asume la forma de una afirmación general......
Algunas de las oraciones de un párrafo pueden ejemplificar, aclarar, ilustrar, comparar y expresar las causas
y consecuencias de la idea principal......
En un texto extenso el contenido de cada párrafo es independiente del contenido de los otros párrafos......
En un texto extenso se da una continuidad semántica y lógica de un párrafo a otro......
Los párrafos deben leerse considerándolos aisladamente, es decir, sin relacionarlos con el contexto o los
otros párrafos...... .
En un escrito extenso, se pueden dar párrafos con funciones especiales de transición, introducción y
conclusión………..
Comprensión de lectura. Escoja que sintetiza la idea central del párrafo.
1. "No basta que exista la enorme extensión territorial para que califiquemos de feudal a un régimen económico.
Es menester que dentro de ella baya servidumbre y autosuficiencia. En la servidumbre, la mano de obra entrega
al señor una parte del producto de su esfuerzo, cereales, por ejemplo. O bien trabaja la tierra del señor, sin
salario. O bien, ambas cosas a la vez. Además, el producto que recibe el señor como consecuencia del esfuerzo
del siervo está destinado al consumo dentro del feudo. Los frutos que el siervo reserva para sí, están asimismo
destinados al consumo de su familia y no al comercio. Los casos que se encuentran en los últimos siglos de la
Edad Media de siervos que vuelcan una parte de sus productos en el mercado, con lo cual se proveen de dinero
con el objeto de entregarlo al señor, a cambio de su libertad personal, son anuncios inequívocos de que la
institución ha entrado en la decadencia y de que tarde o temprano, desaparecerá. El siervo, además, tiene
algunos derechos que el señor debe respetar, derechos que varían según las regiones y las épocas. Uno, al
menos, que siempre se le reconoce, es el de la inmovilidad. Está adscrito a la gleba".
(Alfred Von Martín, "Sociología del Renacimiento")
a. El régimen feudal tenía siervos y señores.
b. En la Edad Media los siervos llevaban parte de sus productos al mercado.
c. El régimen feudal se caracteriza por la servidumbre y la autosuficiencia.
d. En el feudalismo el siervo estaba adscrito a la gleba.
e. En la servidumbre el siervo entrega al señor una parte del producto de su trabajo.
2. "Las ciudades andinas no solamente eran del fruto de una constancia y de esfuerzo inmensos. Eran también
el resultado de una cooperación mundial. La casa colonial tenía finas maderas traídas desde las selvas
amazónicas; rejas de hierro forjado español; los muros de adobe y las tejas y los techos pajizos eran andinos,
como la obra de los constructores. Los tapices, los cuadros, los utensilios procedían de diversos países del
mundo. El comercio de contrabando introducía los objetos caseros más raros, como los libros. Las colgaduras
eran de China, llegadas desde Filipinas, en tránsito por Acapulco de México. Algunos instrumentas de música,
quizá un clavicordio, fueron transportados a lomo de mulas, por las cordilleras, con centenares de indios
cuidando de que en una curva o en un corcoveo de la bestia no fuera todo a parar al abismo de una barranca”.
(Emilio Romero, "Biografía de los Andes")
a. La casa colonial tenía finas maderas traídas desde la selva amazónica.
b. Algunos instrumentos de música fueron transportados por las cordilleras.
c. Las ciudades andinas eran el fruto tanto de una constancia y de un esfuerzo inmenso como de una
cooperación mundial.
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d. Centenares de indios cuidaban de los objetos transportados por las cordilleras.
e. El comercio de contrabando introducía los objetos caseros más raros.
3. "Las relaciones entre negros e indígenas no parecen haber sido cordiales y positivas en la sociedad colonial.
Es un aspecto de la historia social americana que está todavía por estudiar con la debida precisión y amplitud,
pero sobre él poseemos algunos datos que indican que el negro actuó frente al indígena con cierta conciencia de
superioridad y que cada vez que hubo entre ellos contacto, el africano trataba de sacar ventajas del indígena. La
legislación de Indias, que en los siglos XVI y XVII se empeñó en establecer una política de separación de grupos
raciales y en evitar el contacto del indígena con españoles, criollos y mestizos, por razones muy diferentes
prohibió también la presencia de africanos en los pueblos indios. Es muy probable que en esta política influyeran
en primer término motivos políticos y fiscales. Los indígenas agrupados en sus encomiendas y pueblos quedaban
en situación de facilitar más su control político y la percepción de los tributos. Pero también hubo razones
religiosas y el ánimo de proteger al indígena contra posibles violencias de los negros. El esclavo, sobre todo el
bozal, es decir, el recién venido de África, en el siglo XVII y aun en el XVIII, mantenía vivas sus creencias
religiosas y sus prácticas mágicas, de manera que no era imposible que a través del contacto social contaminase
con ellas a los indígenas, lo que significaba un obstáculo para la campaña de cristianización de éstos en que
estaban empeñadas las autoridades eclesiásticas y civiles ".
(Jaime Jaramillo Uribe, "Ensayos sobre Historia Social Colombiana ")
a. La legislación de Indias trató de separar los grupos raciales.
b. Los indígenas agrupados en encomiendas podían ser más fácilmente cristianizados.
c. La política de la administración española fue de integración de los grupos étnicos.
d. Las relaciones sociales entre africanos e indígenas no fueron siempre cordiales y positivas.
e. Los administradores españoles se empeñaron en cristianizar tanto al negro como al indígena.
f.
4. "Puede afirmarse, pues, que junto a la diferenciación regional y hasta local, hay cierta tendencia a la unidad
hispanoamericana. Esta unidad no es incompatible con la diversidad, que es el sino de la lengua. Si no hablan
igual dos aldeas españolas situadas en las riberas opuestas de un río o en las dos vertientes de la misma
montaña, ¿cómo podrían hablar igual veinte países separados por la inmensidad de sus cordilleras, ríos, selvas y
desiertos? La diversidad regional es inevitable y no afecta a la unidad si se mantiene, como hasta ahora, la
mutua comprensión. En cuatro siglos y medio de vida, el español hispanoamericano tiene, desde el rio Grande
hasta Tierra del Fuego, una portentosa unidad, mayor que la que hay desde el norte al sur de la Península
Ibérica. Esta unidad está dada, mucho más que por los rasgos peculiares del español hispanoamericano (seseo,
pérdida de la persona vosotros, loísmo, etc.), por lo que el habla de Hispanoamérica tiene de común con el
castellano general: la unidad (unidad, no identidad) del sistema fonético, morfológico y sintáctico. Es decir, el
vocalismo y el consonantismo, el funcionamiento del género y del numero, las desinencias personales,
temporales y modales del verbo, el sistema pronominal y adverbial, los moldes oracionales, el sistema
preposicional, etc. Y aun el fondo constitutivo del léxico: las designaciones de parentesco, los nombres de las
partes del cuerpo o de los animales y objetos más comunes, las formulas de la vida social, los numerales, etc. Al
pan lo seguimos llamando pan, y al vino, vino. Por encima de ese fondo común las divergencias son solo
pequeñas ondas en la superficie de un océano inmenso.
(Ángel Rosenblat, "El castellano de España y el castellano de América")
a. En Hispanoamérica al pan y al vino se les llama de igual manera que en España.
b. El español de Hispanoamérica difiere grandemente del español hablado en España.
c. A pesar de las naturales diferencias el español hablado en Hispanoamérica y el hablado en España
mantienen su unidad.
d. Así como no hablan igual dos aldeas españolas situadas en los marcos de una misma geografía nacional
tampoco podemos esperar que dos países separados hablen igual.
“EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA”
LECTURA – ANÁLISIS
El coronel destapó el tarro de café y comprobó que no había más de una cucharadita. Retiró la olla del fogón,
vertió la mitad del agua en el piso de tierra, y con un cuchillo raspó el interior del tarro sobre la olla hasta cuando
se desprendieron las últimas raspaduras del polvo de café revueltas con óxido de lata.
Mientras esperaba a que hirviera la infusión, sentado junto a la hornilla de barro cocido en una actitud confiada e
inocente expectativa, el coronel experimentó la sensación de nacían hongos y lirios venenosos en sus tripas. Era
octubre. Una mañana difícil de sortear, aún para un hombre como él que había sobrevivido a tantas mañanas
como esa, durante cincuenta y seis años —desde cuando terminó la última guerra civil— el coronel no había
hecho nada distinto de esperar. Octubre era una de las pocas cosas que llegaban.
Su esposa levantó el mosquitero cuando lo vio entrar al dormitorio con el café. Esa noche había sufrido una crisis
de asma y ahora atravesaba por un estado de sopor. Pero se incorporó para recibir la taza.
-
Tú —dijo.
Ya tomé —mintió el coronel—. Todavía quedaba una cucharada grande.
En ese momento empezaron los dobles. El coronel se había olvidado del entierro. Mientras su esposa tomaba el
café, descolgó la hamaca en un extremo y la enrolló en el otro, detrás de la puerta. La mujer pensó en el muerto.
18
-
Nació en 1922 — dijo —. Exactamente un mes después de nuestro hijo. El siete de abril.
Siguió sorbiendo el café en las pausas de su respiración pedregosa. Era una mujer construida apenas en
cartílagos blancos sobre una espina dorsal arqueada e inflexible. Los trastornos respiratorios la obligaban a
preguntar afirmando. Cuando terminó el café todavía estaba pensando en el muerto.
“Debe ser horrible estar enterrado en octubre”, dijo. Pero su marido no le puso atención. Abrió la ventana.
Octubre se había instalado en el patio. Contemplando la vegetación que reventaba en verdes intensos, las
minúsculas tiendas de las lombrices en el barro, el coronel volvió a sentir el mes aciago en los intestinos.
-
Tengo los huesos húmedos —dijo.
Es el invierno replicó la mujer—. Desde que empezó a lloverte estoy diciendo que duermas con las
medias puestas.
Hace una semana que estoy durmiendo con ellas.
Llovía despacio pero sin pausas. El coronel habría preferido envolverse en una manta de lana y meterse otra vez
en la hamaca Pero la insistencia de los bronces rotos le recordó el entierro “Es octubre”, murmuró, y caminó
hacia el centro del cuarto. Sólo entonces se acordó del gallo amarrado a la pata de la cama Era un gallo de
pelea.
Después de llevar la taza a la cocina dio cuerda en la sala a un reloj de péndulo montado en un marco de macera
labrada. A diferencia del dormitorio demasiado estrecho para la respiración de una asmática, la sala era limpia
con cuatro mecedoras de fibra en torno a una mesita con un tapete y un gato de yeso. En la pared opuesta a la
del reloj, el cuadro de una mujer entre tules rodeada de amorines en una barca cargada de rosas.
Eran las siete y veinte cuando acabó de dar cuerda al reloj. Luego llevó el gallo a la cocina, lo amarró a un
soporte de la hornilla, cambió el agua al tarro y puso al lado un puñado de maíz. Un grupo de niños penetró por
la
cerca
desportillado.
Se
sentaron
en
torno
al
gallo,
a
contemplarlo
en
silencio.
-
No miren más a ese animal —dijo el coronel—. Los gallos se gastan de tanto mirarlos.
Los niños no se alteraron. Uno de ellos inició en la armónica los acordes de una canción de moda. “No toques
hoy”, le dijo el coronel. “Hay muerto en el pueblo”. El niño guardó el instrumento en el bolsillo del pantalón y el
coronel fue al cuarto a vestirse para el entierro.
La ropa blanca estaba sin planchar a causa del asma de la mujer. De manera que el coronel tuvo que decidirse
por el viejo traje de paño negro que después de su matrimonio sólo usaba en ocasiones especiales. Le costó
trabajo encontrarlo en el fondo del baúl, envuelto en periódico y preservado contra las polillas con bolitas de
naftalina. Estirada en la cama la mujer seguía pensando en el muerto.
-
Ya debe haberse encontrado con Agustín —dijo—. Pueda ser que no le cuente la situación en que
quedamos después de su muerte.
A esta hora estarán discutiendo de gallos —dijo el coronel.
Encontró en el baúl un paraguas enorme y antiguo. Lo había ganado la mujer en una tómbola política destinada a
recolectar fondos para el partido del coronel. Esa misma noche asistieron a un espectáculo al aire libre que no
fue interrumpido a pesar de la lluvia. El coronel, su esposa y su hijo Agustín —que entonces tenía ocho años—
presenciaron el espectáculo hasta el final, sentados bajo el paraguas. Ahora Agustín estaba muerto y el forro de
raso brillante había sido destruido por las polillas.
-
Mira en lo que ha quedado nuestro paraguas de payaso de circo —dijo el coronel con una antigua frase
suya. Abrió sobre su cabeza un misterioso sistema de varillas metálicas—. Ahora sólo sirve para contar
las estrellas.
Sonrió. Pero la mujer no se tomó el trabajo de mirar el paraguas. “Todo está así”, murmuró. “Nos estamos
pudriendo vivos”. Y cerró los ojos para pensar más intensamente en el muerto.
Después de afeitarse al tacto —pues carecía de espejo desde hacía mucho tiempo— el coronel se vistió en
silencio. Los pantalones, casi tan ajustados a las piernas como los calzoncillos largos, cerrados en los tobillos
con lazos corredizos, se sostenían en la cintura con dos lengüetas del mismo paño que pasaban a través de dos
hebillas doradas cosidas a la altura de los riñones. No usaba correa. La camisa color de cartón antiguo, dura
como un cartón, se cerraba con un botón de cobre que servía al mismo tiempo para sostener el cuello postizo.
Pero el cuello postizo estaba roto, de manera que el coronel renunció a la corbata.
Hacía cada cosa como si fuera un acto trascendental. Los huesos de sus manos estaban forrados por un pellejo
lúcido y tenso, manchado de carate como la piel del cuello. Antes de ponerse los botines de charol raspó el barro
incrustado en la costura. Su esposa lo vio en ese instante, vestido como el día de su matrimonio. Sólo entonces
advirtió cuánto había envejecido su esposo.
19
-
Estás como para un acontecimiento —dijo.
Este entierro es un acontecimiento —dijo el coronel—. Es el primer muerto de muerte natural que
tenemos en muchos años.
Escampó después de las nueve. El coronel se disponía a salir cuando su esposa lo agarró por la manga del
saco.
-
Péinate — dijo.
Él trató de doblegar con un peine de cuero las cerdas color de acero. Pero fue un esfuerzo inútil.
-
Debo parecer un papagayo —dijo.
La mujer lo examinó. Pensó que no. El coronel no parecía un papagayo. Era un hombre árido, de huesos sólidos
articulados a tuerca y tornillo. Por la vitalidad de sus ojos no parecía conservado en formol.
“Así estás bien”, admitió ella, y agregó cuando su marido abandonaba el cuarto:
-
Pregúntale al doctor si en esta casa le echamos agua caliente.
Vivían en el extremo del pueblo, en una casa de techo de palma con paredes de cal desconchadas. La humedad
continuaba pero no llovía. El coronel descendió hacia la plaza por un callejón de casas apelotonadas. Al
desembocar a la calle central sufrió un estremecimiento. Hasta donde alcanzaba su vista el pueblo estaba
tapizado de flores. Sentadas a la puerta de las casas las mujeres de negro esperaban el entierro.
En la plaza comenzó otra vez la llovizna. El propietario del salón de billares vio al coronel desde la puerta de su
establecimiento y le gritó con los brazos abiertos:
-
Coronel, espérese y le prestó un paraguas.
El coronel respondió sin volver la cabeza.
-
Gracias, así voy bien.
Aún no había salido el entierro. Los hombres — vestidos de blanco con corbatas negras— conversaban en la
puerta bajo los paraguas. Uno de ellos vio al coronel saltando sobre los charcos de la plaza.
-
Métase aquí, compadre — gritó.
Hizo espacio bajo el paraguas.
-
Gracias, compadre — dijo el coronel.
Pero no aceptó la invitación. Entró directamente a la casa para dar el pésame a la madre del muerto. Lo primero
que percibió fue el olor de muchas flores diferentes. Después empezó el calor. El coronel trató de abrirse camino
a través de la multitud bloqueada en la alcoba. Pero alguien le puso la mano en la espalda, lo empujó hacia el
fondo del cuarto por una galería de rostros perplejos hasta el lugar donde se encontraban —profundas y
dilatadas— las fosas nasales del muerto.
Allí estaba la madre espantando las moscas del ataúd con un abanico de palmas trenzadas. Otras mujeres
vestidas de negro contemplaban el cadáver con la misma expresión con que se mira la corriente de un río. De
pronto empezó una voz en el fondo del cuarto. El coronel hizo de lado a una mujer, encontró de perfil a la madre
del muerto, y le puso una mano en el hombro. Apretó los dientes.
-
Mi sentido pésame —dijo.
Ella no volvió la cabeza. Abrió la boca y lanzó un aullido. El coronel se sobresaltó. Se sintió empujado contra el
cadáver por una masa deforme que estalló en un vibrante alarido. Buscó apoyo con las manos pero no encontró
la pared. Había otros cuerpos en su lugar. Alguien dijo junto a, su oído, despacio, con una voz muy tierna:
“Cuidado, coronel”. Volteó la cabeza y se encontró con el muerto. Pero no lo reconoció porque era duro y
dinámico y parecía tan desconcertado como él envuelto en trapos blancos y con el cornetín en las manos.
Cuando levantó la cabeza, para buscar el aire por encima de los gritos vio la caja tapada dando tumbos hacia la
puerta por una pendiente de flores que se despedazaban contra las paredes. Sudó.' Le dolían las articulaciones.
Un momento después supo que estaba en la calle porque la llovizna le maltrató los párpados y alguien lo agarró
por el brazo y le dijo:
-
Apúrese, compadre, lo estaba esperando.
Era don Sabas, el padrino de su hijo muerto, el único dirigente de su partido que escapó a la persecución política
y continuaba viviendo en el pueblo. “Gracias, compadre”, dijo el coronel, y caminó en silencio bajo el paraguas.
20
La banda inició la marcha fúnebre. El coronel advirtió la falta de un cobre y por primera vez tuvo la certidumbre
de que el muerto estaba muerto.
-
El pobre — murmuró.
Don Sabas carraspeo. Sostenía el paraguas con la mano izquierda, el mango casi a la altura de la cabeza pues
era más bajo que el coronel. Los hombres empezaron a conversar cuando el cortejo abandonó la plaza. Don
Sabas volvió entonces hacia el coronel su rostro desconsolado, y dijo:
-
Compadre, qué hay del gallo.
Ahí está el gallo —respondió el coronel.
En ese instante se oyó un grito:
-
¿A dónde van con ese muerto?
El coronel levantó la vista. Vio al alcalde en el balcón del cuartel en una actitud discursiva. Estaba en calzoncillos
y franela, hinchada la mejilla sin afeitar. Los músicos suspendieron la marcha fúnebre. Un momento después el
coronel reconoció la voz del padre Ángel conversando a gritos con el alcalde. Descifró el diálogo a través de la
crepitación de la lluvia sobre los paraguas
-
¿Entonces? —preguntó don Sabas.
Entonces nada —respondió el coronel—. Que el entierro no puede pasar frente al cuartel de la policía.
Se me había olvidado —exclamó don Sabas—. Siempre se me olvida que estamos en estado de sitio.
Pero esto no es una insurrección —dijo el coronel—. Es un pobre músico muerto.
El cortejo cambió de sentido. En los barrios bajos las mujeres lo vieron pasar mordiéndose las uñas en silencio.
Pero después salieron al medio de la calle y lanzaron gritos de alabanzas, de gratitud y despedida, como si
creyeran que el muerto las escuchaba dentro del ataúd. El coronel se sintió mal en el cementerio. Cuando don
Sabas lo empujó hacia la pared para dar paso a los hombres que transportaban al muerto, volvió su cara
sonriente hacia él, pero se encontró con un rostro duro.
-
Qué le pasa, compadre —preguntó.
El coronel suspiró.
-
Es octubre, compadre.
Regresaron por la misma calle. Había escampado. El cielo se hizo profundo, de un azul intenso. “Ya no llueve
más, pensó el coronel, y se sintió mejor, pero continuó absorto. Don Sabas lo interrumpió.
-
Compadre, hágase ver del médico.
No estoy enfermo —dijo el coronel—. Lo que pasa es que en octubre siento como si tuviera animales en
las tripas.
“Ah”, hizo don Sabas. Y se despidió en la puerta de su casa un edificio nuevo de dos pisos, con ventanas de
hierro forjado. El coronel se dirigió a la suya desesperado por abandonar el traje de ceremonias. Volvió a salir un
momento después a comprar en la tienda de la esquina un tarro de café y media libra de maíz para el gallo.
El coronel se ocupó del gallo a pesar de que el jueves habría preferido permanecer en la hamaca. No escampó
en varios días. En el curso de la semana reventó la flora de sus vísceras. Pasó varias noches en vela,
atormentado por los silbidos pulmonares de la asmática. Pero octubre concedió una tregua el viernes en la tarde.
Los compañeros de Agustín —oficiales de sastrería, como lo fue él, y fanáticos de la gallera — aprovecharon la
ocasión para examinar el gallo. Estaba en forma.
El coronel volvió al cuarto cuando quedó solo en la casa con su mujer. Ella había reaccionado.
-
Qué dicen —preguntó.
Entusiasmados —informó el coronel —. Todos están ahorrando para apostarle al gallo.
No sé qué le han visto a ese gallo tan feo — dijo la mujer—. A mí me parece un fenómeno: tiene la
cabeza muy chiquita para las patas.
Ellos dicen que es el mejor del Departamento — replicó el coronel —. Vale como cincuenta pesos.
Tuvo la certeza de que ese argumento justificaba su determinación de conservar el gallo, herencia del hijo
acribillado nueve meses antes en la gallera, por distribuir información clandestina. “Es una ilusión que cuesta
caro”, dijo la mujer. “Cuando se acabe el maíz tendremos que alimentarlo con nuestros hígados”. El coronel se
tomó todo el tiempo para pensar mientras buscaba los pantalones de dril en el ropero.
-
Es por pocos meses —dijo—. Ya se sabe con seguridad que hay peleas en enero. Después podemos
venderlo a mejor precio.
21
Los pantalones estaban sin planchar. La mujer los estiró sobre la hornilla con dos planchas de hierro calentadas
al carbón.
-
Cuál es el apuro de salir a la calle —preguntó.
El correo.
“Se me había olvidado que hoy es viernes”, comentó ella de regreso al cuarto. El coronel estaba vestido pero sin
los
pantalones.
Ella
observó
sus
zapatos.
-
Ya esos zapatos están de botar —dijo—. Sigue poniéndote los botines de charol.
El coronel se sintió desolado.
-
Parecen zapatos de huérfano — protestó—. Cada vez que me los pongo me
siento fugado de un asilo.
Nosotros somos huérfanos de nuestro hijo —dijo la mujer.
También esta vez lo persuadió. El coronel se dirigió al puerto antes de que pitaran las
lanchas. Botines de charol pantalón blanco sin correa y la camisa sin el cuello postizo,
cerrada arriba con el botón de cobre. Observó la maniobra de las lanchas desde el
almacén del sirio Moisés. Los viajeros descendieron estragados después de ocho
horas sin cambiar de posición. Los mismos de siempre: vendedores ambulantes y la
gente del pueblo que había viajado la semana anterior y regresaba a la rutina.
La última fue la lancha del correo. El coronel la vio atracar con una angustiosa
desazón. En el techo, amarrado a los tubos del vapor y protegido con tela encerada,
descubrió el saco del correo. Quince años de espera habían agudizado su intuición. El
gallo había agudizado su ansiedad. Desde el instante en que el administrador de
correos subió a la lancha, desató el saco y se lo echó a la espalda, el coronel lo tuvo a
la vista.
Lo persiguió por la calle paralela al puerto, un laberinto de almacenes y barracas con mercancías de colores en
exhibición. Cada vez que lo hacía, el coronel experimentaba una ansiedad muy distinta pero tan apremiante
como el terror. El médico esperaba los periódicos, en la oficina de correos.
-
Mi esposa le manda preguntar si en la casa le echaron agua caliente, doctor —le dijo el coronel.
Era un médico joven con el cráneo cubierto de rizos charolados. Había algo increíble en la perfección de su
sistema dental. Se interesó por la salud de la asmática. El coronel suministró una información detallada sin
descuidar los movimientos del administrador que distribuía las cartas en las casillas clasificadas. Su indolente
manera de actuar exasperaba al coronel.
El médico recibió la correspondencia con el paquete de los periódicos. Puso a un lado los boletines de
propaganda científica. Luego leyó superficialmente las cartas personales. Mientras tanto, el administrador
distribuyó el correo entre los destinatarios presentes. El coronel observó la casilla que le correspondía en el
alfabeto. Una carta aérea de bordes azules aumentó la tensión de sus nervios.
El médico rompió el sello de los periódicos. Se informó de las noticias destacadas mientras el coronel —fija la
vista en su casilla — esperaba que el administrador se detuviera frente a ella. Pero no lo hizo. El médico
interrumpió la lectura de los periódicos. Miró al coronel. Después miró al administrador sentado frente a los
instrumentos del telégrafo y después otra vez al coronel.
-
Nos vamos —dijo.
El administrador no levantó la cabeza.
-
Nada para el coronel —dijo. El coronel se sintió avergonzado.
No esperaba nada —mintió. Volvió hacia el médico una mirada enteramente infantil—. Yo no tengo quien
me escriba.
Regresaron en silencio. El médico concentrado en los periódicos. El coronel con su manera de andar habitual
que parecía la de un hombre que desanda el camino para buscar una moneda perdida. Era una tarde lúcida. Los
almendros de la plaza soltaban sus últimas hojas podridas. Empezaba a anochecer cuando llegaron a la puerta
del consultorio.
-
Qué hay de noticias —preguntó el coronel.
El médico le dio varios periódicos.
-
No se sabe —dijo—. Es difícil leer entre líneas lo que permite publicar la censura.
22
El coronel leyó los titulares destacados. Noticias internacionales. Arriba, a cuatro columnas, una crónica sobre la
nacionalización del canal de Suez. La primera página estaba casi completamente ocupada por las invitaciones a
un entierro.
-
No hay esperanza de elecciones —dijo el coronel.
No sea ingenuo, coronel —dijo el médico—. Ya nosotros estamos muy grandes para esperar al Mesías.
El coronel trató de devolverle los periódicos pero el médico se opuso.
-
Lléveselos para su casa —dijo—. Los lee esta noche y me los devuelve mañana.
Un poco después de las siete sonaron en la torre las campanadas de la censura cinematográfica. El padre Angel
utilizaba ese medio para divulgar la calificación moral de la película de acuerdo con la lista clasificada que recibía
todos los meses por correo. La esposa del coronel contó doce campanadas.
-
Mala para todos —dijo—. Hace como un año que las películas son malas para todos.
Bajó la tolda del mosquitero y murmuro: “El mundo está corrompido”. Pero el coronel no hizo ningún comentario.
Antes de acostarse amarró el gallo a la pata de la cama. Cerró la casa y fumigó insecticida en el dormitorio.
Luego puso la lámpara en el suelo, colgó la hamaca y se acostó a leer los periódicos.
Los leyó por orden cronológico y desde la primera página hasta la última, incluso los avisos. A las once sonó el
clarín del toque de queda. El coronel concluyó la lectura media hora más tarde, abrió la puerta del patio hacia la
noche impenetrable, y orinó contra el horcón, acosado por los zancudos. Su esposa estaba despierta cuando él
regresó al cuarto.
-
No dicen nada de los veteranos —preguntó.
Nada —dijo el coronel. Apagó la lámpara antes de meterse en la hamaca—. Al principio por lo menos
publicaban la lista de los nuevos pensionados.
Pero hace como cinco años que no dicen nada.
Llovió después de la medianoche. El coronel concilió el sueño pero despertó un momento después alarmado
por sus intestinos. Descubrió una gotera en algún lugar de la casa. Envuelto en una manta de lana hasta la
cabeza trató de localizar la gotera en la oscuridad. Un hilo de sudor helado resbaló por su columna vertebral.
Tenía fiebre. Se sintió flotando en círculos concéntricos dentro de un estanque de gelatina. Alguien habló. El
coronel respondió desde su catre de revolucionario.
-
Con quién hablas —preguntó la mujer.
Con el inglés disfrazado de tigre que apareció en el campamento del coronel Aureliano Buendía —
respondió el coronel. Se revolvió en la hamaca, hirviendo en la fiebre—. Era el duque de
Marlborough.
Amaneció estragado. Al segundo toque para misa saltó de la hamaca y se instaló en una realidad turbia
alborotada por el canto del gallo. Su cabeza giraba todavía en círculos concéntricos. Sintió náuseas. Salió al
patio y se dirigió al excusado a través del minucioso cuchicheo y los sombríos olores del invierno. El interior del
cuartito de madera con techo de zinc estaba enrarecido por el vapor amoniacal del bacinete. Cuando el coronel
levantó la tapa surgió del pozo un vaho de moscas triangulares.
Era una falsa alarma. Acuclillado en la plataforma de tablas sin cepillar experimentó la desazón del anhelo
frustrado. El apremio fue sustituido por un dolor sordo en el tubo digestivo. “No hay duda”, murmuró. “Siempre
me sucede lo mismo en octubre”. Y asumió su actitud de confiada e inocente expectativa hasta cuando se
apaciguaron los hongos de sus vísceras. Entonces volvió al cuarto por el gallo.
-
Anoche estabas delirando de fiebre —dijo la mujer.
Había comenzado a poner orden en el cuarto, repuesta de una semana de crisis. El coronel hizo un esfuerzo
para recordar.
-
No
era
—mintió—.
fiebre
Era
otra
vez
el
sueño
de
las
telarañas.
Como ocurría siempre, la mujer surgió excitada de la crisis. En el curso de la mañana volteó la casa al revés.
Cambió el lugar de cada cosa, salvo el reloj y el cuadro de la ninfa. Era tan menuda y elástica que cuando
transitaba con sus babuchas de pana y su traje negro enteramente cerrado parecía tener la virtud de pasar a
través de las paredes. Pero antes de las doce había recobrado su densidad, su peso humano. En la cama era un
vacío. Ahora, moviéndose entre los tiestos de helechos y begonias, su presencia desbordaba la casa. "Si Agustín
tuviera su año me pondría a cantar", dijo, mientras revolvía la olla donde hervían cortadas en trozos todas las
cosas de comer que la tierra del trópico es capaz de producir.
-
Si
tienes
ganas
de
cantar,
canta
—dijo
el
coronel—.
Esto
es
bueno
para
la
bilis.
23
El médico vino después del almuerzo. El coronel y su esposa tomaban café en la cocina cuando él empujó la
puerta de la calle y gritó:
-
Se murieron los enfermos.
El coronel se levantó a recibirlo.
-
Así es doctor, —dijo dirigiéndose a la sala—. Yo siempre he dicho que su reloj anda con el de los
gallinazos.
La mujer fue al cuarto a prepararse para el examen. El médico permaneció en la sala con el coronel. A pesar del
calor su traje de lino intachable exhalaba un hálito de frescura. Cuando la mujer anunció que estaba preparada,
el médico entregó al coronel tres pliegos dentro de un sobre. Entró al cuartel, diciendo: “Es lo que nos decían los
periódicos de ayer”.
El coronel lo suponía. Era una síntesis de los últimos acontecimientos nacionales impresa en mimeógrafo para la
circulación clandestina. Revelaciones sobre el estado de la resistencia armada en el interior del país. Se sintió
demolido. Diez años de informaciones clandestinas no le habían enseñado que ninguna noticia era más
sorprendente que la del mes entrante. Había terminado de leer cuando el médico volvió a la sala.
-
Esta paciente está mejor que yo —dijo—. Con un asma como ésa yo estaría preparado para vivir cien
años.
El coronel lo miró sombríamente. Le devolvió el sobre sin pronunciar una palabra, pero el médico lo rechazó.
-
Hágala
circular
—dijo
en
voz
baja.
El coronel guardó el sobre en el bolsillo del pantalón. La mujer salió del cuarto diciendo: “Un día de éstos me
muero y me lo llevo a los infiernos, doctor”. El médico respondió en silencio con el estereotipado esmalte de sus
dientes. Rodó una silla hacia la mesita y extrajo del maletín varios frascos de muestras gratuitas. La mujer pasó
de largo hacia la cocina.
-
Espérese y le caliento café.
No, muchas gracias —dijo el médico. Escribió la dosis en una hoja del formulario—. Le niego
rotundamente la oportunidad de envenenarme.
Ella rió en la cocina. Cuando acabó de escribir, el médico leyó la fórmula en voz alta pues tenía conciencia de
que nadie podía descifrar su escritura. El coronel trató de concentrar la atención. De regreso a la cocina la mujer
descubrió en su rostro los estragos de la noche anterior.
-
Esta madrugada tuvo fiebre —dijo, refiriéndose a su marido—. Estuvo como dos horas diciendo
disparates
de
la
guerra
civil.
El coronel se sobresaltó.
“No era fiebre”, insistió, recobrando su compostura. “Además —dijo— el día que me sienta mal no me pongo en
manos
de
nadie.
Me
boto
yo
mismo
en
el
cajón
de
la
basura”.
Fue al cuarto a buscar los periódicos.
-
Gracias por la flor —dijo el médico.
Caminaron juntos hacia la plaza. El aire estaba seco. El betún de las calles empezaba a fundirse con el calor.
Cuando el médico se despidió, el coronel le preguntó en voz baja, con los dientes apretados:
-
Cuánto le debemos, doctor.
Por ahora nada —dijo el médico, y le dio una palmadita en la espalda—. Ya le pasaré una cuenta gorda
cuando gane el gallo.
El coronel se dirigió a la sastrería a llevar la carta clandestina a los compañeros de Agustín. Era su único refugio
desde cuando sus copartidarios fuero muertos o expulsados del pueblo, y él quedó convertido en un hombre solo
sin otra ocupación que esperar el correo todos los viernes.
El calor de la tarde estimuló el dinamismo de la muerte. Sentada entre las begonias del corredor junto a una caja
de ropa inservible, hizo otra vez el eterno milagro de sacar prendas nuevas de la nada. Hizo cuellos de mangas y
pufíos de tela de la espalda y remiendos cuadrados, perfectos, aun con retazos de diferente color. Una cigarra
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instalo su pito en el patio. El sol maduró. Pero ella no lo vio agonizar sobre las begonias. Sólo levantó la cabeza
al anochecer cuando el coronel se volvió a la casa. Entonces se apretó el cuello con las dos manos, se desajustó
las coyunturas; dijo: “Tengo el cerebro tieso como un palo”.
-
Siempre lo has tenido así —dijo el coronel, pero luego observó el cuerpo de la mujer enteramente
cubierto de retazos de colores—. Pareces un pájaro carpintero.
Hay que ser medio carpintero para vestirte —dijo ella. Extendió una camisa fabricada con género de tres
colores diferentes, salvo el cuello y los puños que eran del mismo color—. En los carnavales te bastará
con quitarte el saco.
La interrumpieron las campanadas de las seis. “El ángel del Señor anunció a María, rezó en voz alta,
dirigiéndose con la ropa al dormitorio. El coronel conversó con los niños que al salir de la escuela habían ido a
contemplar el gallo. Luego recordó que no había maíz para el día siguiente y entró al dormitorio a pedir dinero a
su mujer.
-
Creo que ya no quedan sino cincuenta centavos —dijo ella.
Guardaba el dinero bajo la estera de la cama, anudado en la punta de un pañuelo. Era el producto de la máquina
de coser de Agustín. Durante nueve meses habían gastado ese dinero centavo a centavo, repartiéndolo entre
sus propias necesidades y las necesidades del gallo. Ahora sólo había dos monedas de a veinte y una de a diez
centavos.
-
Compras una libra de maíz —dijo la mujer—. Compras con los vueltos el café de mañana y cuatro onzas
de queso.
Y un elefante dorado para colgarlo en la puerta —prosiguió el coronel—. Sólo el maíz cuesta cuarenta y
dos.
Pensaron un momento. “El gallo es un animal y por lo mismo puede esperar”, dijo la mujer inicialmente. Pero la
expresión de su marido la obligó a reflexionar. El coronel se sentó en la cama, los codos apoyados en las
rodillas, haciendo sonar las monedas entre las manos. “No es por mí”, dijo al cabo de un momento. "Si de mí
dependiera haría esta misma noche un sancocho de gallo. Debe ser muy buena una indigestión de cincuenta
pesos”. Hizo una pausa para destripar un zancudo en el cuello. Luego siguió a su mujer con la mirada alrededor
del cuarto.
-
Lo que me preocupa es que esos pobres muchachos están ahorrando.
Entonces ella empezó a pensar. Dio una vuelta completa con la bomba de insecticida. El coronel descubrió algo
de irreal en su actitud, como si estuviera convocando para consultarlos a los espíritus de la casa. Por último puso
la bomba sobre el altarcillo de litografías y fijó sus ojos de color de almíbar en los ojos color de almíbar del
coronel.
-
Compra
el
maíz
—dijo—.
Ya
sabrá
Dios
cómo
hacemos
nosotros
para
arreglarnos.
(G. García Márquez)
Comprensión de lectura. Responde las preguntas después de haber leído El coronel no tiene quien le escriba.
1. El coronel no tiene quien le escriba es una obra de ficción porque:
a. La historia contada no le sucedió a un individuo de la vida real en todos sus detalles.
b. El personaje central tiene una actitud de inocente expectativa.
c. El personaje central sufre un cambio al tomar conciencia de su situación.
d. Los personajes se comportan como los individuos que conocemos en la vida real.
e. El autor contó una historia real que le contaron cuando era niño.
2. Por su contenido El coronel no tienen quien le escriba es clasificable como una obra narrativa.
a. Fantástica
b. Existencialista
c. Romántica
d. De denuncia social
e. Costumbrista
3. Un nivel de significación de la obra tiene que ver con la siguiente idea:
a. El hombre infructuosamente busca vencer la Naturaleza que lo domina.
b. El personaje central trata de vivir según su propia conciencia y se enfrenta a la tradición.
c. El personaje central es el pueblo que lucha contra las injusticias sociales.
d. El personaje central está en conflicto con su mundo y busca vanamente valores auténticos.
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e. La moral individual del personaje central se opone a la falta de conciencia del pueblo.
4. Según el contenido de la obra se puede afirmar que:
a. Al coronel solamente le interesa la ganancia monetaria en la pelea del gallo.
b. Hay un enfrentamiento entre el hombre y la Naturaleza.
c. Hay un conflicto entre el hombre instancias de lo social.
d. Hay un conflicto entre el hombre y niveles de su conciencia.
e. Hay una lucha entre el hombre y el tiempo que lo vence.
5. La característica más sobresaliente del control es su:
a. Desesperanza
b. Pragmatismo
c. Sentido práctica
d. Optimismo
e. Pesimismo
6. La característica que mejor define la mujer del coronel es su:
a. Pesimismo
b. Sentido práctico
c. Inconsistencia
d. Volubilidad
e. Angustia
7. La violencia en la obra:
a. Es el hecho específico que vincula la obra a una realidad histórica.
b. Aparece como un serie de eventos espectaculares al describir con detalle acciones brutales.
c. Aparece como algo insólito en el mundo narrativo.
d. Se muestra en sus expresiones más brutales.
e. No existe en ninguna forma.
8. La historia del coronel es narrada:
a. Monólogo interior
b. Soliloquio
c. Primera persona periférica
d. Tercera persona
e. Segunda persona
9. Tiene que ver con la situación política instaurada en la obra, MENOS:
a. El toque de queda
b. La censura de prensa
c. La muerte de Agustín
d. La muerte del músico
e. La circulación clandestina de hojas
10. Además de incluir el tema de la violencia la obra incluye los siguientes, MENOS:
a. La burocratización del Estado
b. La impotencia ante los determinismos sociales
c. La alienación y el desarraigo del hombre latinoamericano
d. El héroe que sale vencedor en la derrota
e. La soledad social y política
11. Los objetos en la obra establecen relaciones metonímicas altamente connotativas por cuanto incluyen todas
las siguientes, MENOS:
a. Son manifestaciones externas de una existencia aislada y pobre.
b. Bon elementos anacrónicos e inservibles que testimonian la situación del personaje.
c. Son símbolos inequívocos de la decadencia.
d. Son símbolos incuestionables del poder.
e. Expresan más que cualquier otro la situación de penuria.
12. Las siguientes tienen que ver directamente con la institucionalización de la violencia en la obra, MENOS:
a. "Es el primer muerto de muerte natural que tenemos en muchos años"
b. El toque de queda sirve para señalar la hora de darle cuerda al reloj.
c. A la gente se le olvida que se está en estado de sitio
d. "¿A dónde van con ese muerto?, preguntó el alcalde".
e. "Habrá que fusilarlo — dijo el médico — dirigiéndose al coronel".
13. El gallo funciona como símbolo en la obra por cuanto incluye en su simbolismo el contenido de las
siguientes, MENOS:
a. La esperanza de una reivindicación económica futura.
b. El gallo es herencia del hijo acribillado en la gallera.
c. Los resistentes mas militantes son los más aficionados a los gallos.
d. Se espera de él un triunfo que adquiera una significación política.
e. "Dijeron que se lo llevarían por encima de nuestros cadáveres —dijo— dijeron que el gallo no era
nuestro sino de todo el pueblo".
26
14. Coloque al lado de cada elemento del grupo A la correspondiente del grupo B que mejor la completa.
Escriba la letra solamente.
A
Don Sabas .........
El médico ...........
El padre Angel ….
El alcalde ............
Agustín ...............
El coronel ............
a.
b.
c.
d.
e.
B
Ejerce la censura moral
Hizo un pacto patriótico con el alcalde
Ejerce la represión política
Hace parte de una organización política clandestina
Hace parte del pasado de la obra
15. Coloque al lado de cada personaje de la columna A la correspondiente de la columna B que indica la
significación del gallo para esos personajes.
A
Don Sabas ..........
El coronel ..........
La mujer del coronel .....
Los sastres ..........
El pueblo ..........
Los sirios ..........
B
a. Un animal de mal agüero
b. Una herencia simbólica
c. Una forma de resistencia simbólica
d. Un buen negocio
e. Un mal negocio
f. No se da ninguna significación
g. Igual que en c
16. Tache F o V si la afirmación es falsa o verdadera según la historia.
La carta mantiene su estatus a todo lo largo de la novela como objeto de esperanza. F V
A La novela tiene un final aparentemente inconcluso.
La novela es carente de conflictos.
El conflicto fundamental en la obra es de tipo social.
Hacia el final de la obra hay una concentración mayor en un nuevo objeto de esperanza.
FV
FV
FV
FV
Gramática y uso del lenguaje. Puntuación. Póngase las siguientes oraciones y frases en un párrafo y utilícense
convenientemente los puntos seguidos y las comas.
"después de afeitarse al tacto
pues carecía de espejo desde hace mucho tiempo
el coronel se vistió en silencio
los pantalones
casi tan ajustados a las piernas como los calzoncillos largos cerrados en los tobillos
con lazos corredizos
se sostenían en la cintura con dos lengüetas del mismo paño que pasaban a
través de dos hebillas doradas cosidas a la altura de los riñones
no usaba correa
la camisa color de cartón antiguo
dura como un cartón
se cerraba con un botón de cobre que servía al mismo tiempo para sostener el
cuello postizo _
pero el cuello postizo estaba roto
de manera que el coronel renuncio a la corbata ”
(Gabriel García Márquez)
Estructura de la oración compuesta. Que los estudiantes saquen del texto oraciones compuestas sustantivas y
adverbiales que se refieran al coronel, a Don Sabas y a la mujer del coronel.
Composición.
1. Que los estudiantes hagan una composición en la que traten de mostrar como es el coronel.
2. Que los estudiantes hagan una composición en la que traten de mostrar cómo es Pichula.
3. Que los estudiantes hagan una composición la que expliquen el simbolismo del gallo en el coronel.
PROYECTO: sagú y peces
BILINGUISMO
THE MIDDLE AGES
There are__________different sightst o talk about the Middle Ages.The
______________point of view is the one that tells things as they
actually_________________________________Therefore, from this
Perspective you can see that people in that time, specially in Europe,__________
27
In poverty,_____________ _the earth and____________animals.On the other,
Hand, the lords______________their lives______________in castles, ____________
Big parties and simply__________________about their subjects.
The second perspective, the one you find in literature is very different.From this magic and
Romantic point of view, subjects loyally_______________the king, and kings___________________
Peace and honor.Forest and castles______________homes for ghosts,_______________ and
Legends.Knights________________for justice and_______________ladies in trouble.
TRANSLATE AND COMPLETE THE FOLLOWING TEXT ACCORDING TO WHAT YOU HEAR
PROYECTO PRAE: LA TIERRA
Día Internacional de la Madre Tierra
La Madre Tierra es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones,
lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta
que todos habitamos. Por ejemplo, en Bolivia la llaman «Pacha Mama» y nuestros ancestros en Nicaragua se
referían a ella como «Tonantzin».La proclamación por parte de la ONU del 22 de abril como Día Internacional de
la Madre Tierra supone el reconocimiento de que la Tierra y sus ecosistemas nos proporcionan la vida y el
sustento a lo largo de nuestra existencia. También supone reconocer la responsabilidad que nos corresponde,
como se expone en la Declaración de Río de 1992, de promover la armonía con la naturaleza y la Tierra a fin de
alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones
presentes y futuras.
El Día Internacional de la Madre Tierra ofrece una oportunidad para sensibilizar al público en todo el mundo a los
desafíos en relación con el bienestar del planeta y de toda la vida que sustenta.
22 de Abril, Día de la Tierra y su Importancia en el Mundo
* En 1972 se celebró la primera Conferencia Internacional sobre el Medio Ambiente: la Conferencia de
Estocolmo, cuyo objetivo fue sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas ambientales
y que se instituyeran las políticas necesarias para erradicarlos.
* Las Naciones Unidas celebran el Día de la Tierra cada año en el equinoccio vernal (alrededor del 21 de marzo).
El 26 de febrero de 1971, el secretario general U Thant firmó una proclamación a ese efecto. Al momento del
equinoccio suena la Campana de la Paz en la sede central de la ONU en Nueva York.
* El Día de la Tierra es una fiesta que pertenece a la gente y no está regulada por una sola entidad u organismo;
tampoco está relacionado con reivindicaciones políticas, nacionales, religiosas, ideológicas ni raciales.
* El Día de la Tierra apunta a la toma de conciencia de los recursos naturales de la Tierra y su manejo, a la
educación ambiental, y a la participación como ciudadanos ambientalmente conscientes y responsables.
* En el Día de la Tierra todos estamos invitados a participar en actividades que promuevan la salud de nuestro
planeta, tanto a nivel global como regional y local.
"La Tierra es nuestro hogar y el hogar de todos los seres vivos. La Tierra misma está viva. Somos partes de un
universo en evolución. Somos miembros de una comunidad de vida interdependiente con una magnificente
diversidad de formas de vida y culturas. Nos sentimos humildes ante la belleza de la Tierra y compartimos una
reverencia por la vida y las fuentes de nuestro ser..."
Conoce a Gaylord Nelson, Creador del Día de la TierraGaylord Anton Nelson (04 de junio de 1916 - 03 de julio de
2005) fue un político demócrata estadounidense de Wisconsin. Fue el principal promotor del Día de la Tierra. En
1970, solicitó audiencias en el Congreso sobre la seguridad de las píldoras anticonceptivas, que fueron
conocidas popularmente como las "Audiencias de las Píldoras de Nelson." Como resultado de estas audiencias,
se requirió la inclusión de información sobre los efectos secundarios de la píldora en los prospectos de los
envases; era la primera vez que se requería dicha información para un medicamento.
Nelson nació en Clear Lake, Wisconsin. En 1939 se licenció en Filosofía y Letras por el San José StateCollege
en California y se graduó por la Facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin en 1942. Fue miembro de
la hermandad Pi Kappa Phi.Nelson fue elegido como Senador por el Estado de Wisconsin en 1948. Diez años
después fue elegido como el Gobernador Numero 35 de Wisconsin; era el primer demócrata que ocupaba ese
puesto en 25 años. En 1962, fue elegido para el Senado de EEUU, en el que permaneció del 08 de enero de
1963 al 03 de enero de 1981.Nelson fue siempre un apasionado del medio ambiente. En 1963 viajó en el
Conservation Tour con el Presidente John F. Kennedy y fue el principal promotor del Día de la Tierra, cuya
primera celebración tuvo lugar en 1970.Nelson perdió su puesto en el Senado frente al Republicano Bob Kasten
en 1980 y se convirtió en consejero de la TheWildernessSociety en enero de 1981. Recibió la Medalla
Presidencial de la Libertad en septiembre de 1995 en reconocimiento a su trabajo por el medio ambiente.
28
Nelson consideraba la estabilización de la población nacional como un aspecto importante de la ecología.
También rechazaba la idea de que el desarrollo económico debería ser más relevante que la protección
medioambiental.
Nelson murió el 03 de julio de 2005 debido a un paro cardíaco a la edad de 89 años. Se publicó una biografía
suya escrita por el periodista Bill Christofferson, "El Hombre de Clear Lake," por la editorial de la Universidad de
Wisconsin en 2004.
El Instituto Gaylord Nelson de Estudios Medioambientales de la Universidad de Wisconsin lleva el nombre de
Gaylord Nelson en reconocimiento a su amor por la naturaleza. Además, la zona Gaylord Nelson Wilderness en
el Parque Nacional ApostleIslandsNationalLakeshore, que abarca el
80% de la zona terrestre del Parque, fue llamada así en su honor
por sus esfuerzos para la creación del Parque. El Parque Estatal
Governor Nelson, cerca de Waunakee, Wisconsin, también se llama
así por él.
Datos básicos
La Tierra
Orden
Tamaño: radio ecuatorial
6.378 km.
5º
Distancia media al Sol
149.600.000 km. 3º.
Día: periodo de rotación sobre el eje
23,93 horas
5º.
Año: órbita alrededor del Sol
365,256 días
3º.
Temperatura media superficial
15 º C
7º.
Gravedad superficial en el ecuador
9,78 m/s2
5º.
1. Cada estudiante lee mentalmente el documento
2. consultar vocabulario desconocido
3. Cada estudiante subraya las ideas principales del documento.
4. Realice un mapa conceptual sobre la temática día de la tierra
CRITERIOS DE EVALUACION
Responsabilidad
Orden y disciplina
Trabajo en equipo
Creatividad
RECURSOS
Televisor y DVD
Computador y Video Beam
Obras literarias
Guías
Diccionario
BIBLIOGRAFIA
Español y literatura grado 9, editorial Santillana.
Español sin fronteras 9, editorial voluntad
Lengua castellana 9, editorial norma
Lengua total 9 editorial norma
VALORACION DE DESEMPEÑOS
BAJO
Presenta
deficiencias
en la expresión oral y/o
escrita,
evidenciada
en la producción y
sustentación de
sus
ideas a través de
Textos argumentativos
coherentes.
BASICO
Participa activamente
en las actividades
propuestas,
con
puntos
de
vista
fundamentados;
identifica la estructura
de
los
textos
argumentativos, y los
consigna en informes
escritos.
ALTO
Participa activamente en
las
actividades
propuestas, con puntos de
vista fundamentados e
identifica la estructura y
compara
textos
argumentativos
como
ensayos
y reseñas,
además presenta trabajos
escritos con las normas
ICONTEC. Con un buen
nivel
de redacción y
coherencia.
SUPERIOR
Participa activamente en las
actividades propuestas, con
puntos de vista fundamentados
e; identifica la estructura
y
construye textos argumentativos
como
ensayos
y reseñas
evidenciando buen manejo de la
lengua,
además
presenta
trabajos escritos con las normas
ICONTEC. Con optimo nivel de
redacción,
cohesión
en
y
coherencia.
Descargar