RESULTADOS DE 20 AÑOS DE INVESTIGACIÓN EN ASTROLOGÍA MÉDICA Bruno Huber Conferencia de la Asociación Astrológica Londres, Septiembre de 1992 Buenos días a todos. Lo que hoy quiero presentar son algunas conclusiones derivadas de la investigación básica que he realizado sobre astrología médica. Soy psicólogo de profesión y, en consecuencia, mi aproximación al ser humano tiene un enfoque psicológico. Lo menciono para que vean de dónde vengo. La enfermedad -la enfermedad física- es para mí, ante todo, el resultado de problemas no resueltos de algún tipo. Es decir, que si una persona no soluciona los problemas que tiene en los niveles emocional y mental, estos problemas pueden producir síntomas en el nivel físico, poniendo de manifiesto que hay algún tipo de problema que debería atenderse. Como he dicho, esta es una visión estrictamente psicológica. Sé muy bien que hay enfermedades que aparentemente no tienen trazas de tener un origen psicológico o, al menos, esto es lo que sostienen los médicos y la profesión médica. Con mi planteamiento no estoy contradiciendo a la profesión médica ni su fondo de conocimientos, sino que simplemente añado a su punto de vista la idea de que los procesos psicosomáticos son, muy a menudo, causa de enfermedad. Limitémoslo a esto. Dejo abierto el hecho de si, como dicen algunos, toda enfermedad es una expresión de problemas psicológicos. La astrología médica ha ido siempre directamente al caso en cuestión –esto es, parte de la enfermedad existente e intenta localizar dónde está reflejada en el horóscopo. En la Edad Media se aceptaba que determinadas constelaciones astrológicas -recogidas en libros antiguos- producían ciertas enfermedades. La base de este pensamiento es que el cuerpo humano se subdivide en partes 1 astrológicas… la cabeza es Aries, el cuello es Tauro, etc. (véase el diagrama adjunto). Este patrón es bien conocido en astrología. Imagen medieval del ser humano en relación con los doce signos del zodíaco. Tras haber trabajado a fondo con este modelo, intentando determinar con precisión las enfermedades, siento decir que no siempre he obtenido resultados satisfactorios. Puede ser debido a que, en el momento en que este esquema fue concebido, el cuerpo humano era aún muy poco conocido. De hecho se conocía tan solo el exterior del cuerpo y, por eso, las zonas referenciadas corresponden a partes de la estructura externa, la parte visible. Los antiguos astrólogos sabían muy poco, por ejemplo, sobre el corazón. Incluso llegaron a creer que era el órgano con el que se pensaba -los griegos y los romanos no situaron el pensamiento en la cabeza. Como vemos, sabían muy poco. Sí tenían algunos conocimientos, por lo menos en la Edad Media, acerca del hígado y, más tarde, sobre el cerebro, pero esto era casi todo lo que sabían sobre los órganos internos del cuerpo. Este punto de vista tan usado en el pasado y todavía muy empleado en la actualidad por muchos astrólogos es, en cierta medida, muy superficial y no siempre funciona en la práctica. 2 Mi problema era, pues, encontrar los fundamentos que pudieran explicar los problemas que se manifiestan como enfermedades. Por una parte, soy muy preciso con los problemas psicológicos y puedo señalarlos claramente en el horóscopo. Por otra, conozco bien las configuraciones planetarias, las agrupaciones de aspectos y ciertas constelaciones “demoledoras” en signos únicos y en casas únicas, etc. que producen determinadas enfermedades, es decir, ciertos problemas a nivel psicológico. Esto me ayudó a avanzar sólidamente en mi investigación y me permitió constatar que algunos de los problemas que conocía como problemas psicológicos, se traducían también en enfermedades físicas en algunas personas. Esta es la vía psicosomática. La conexión entre la psique y el cuerpo era evidente y, dado que en un primer momento yo no sabía cómo funcionaba esta conexión, mi principal objetivo era descubrirlo: ¿Cuál era la vía que tomaban los problemas psicológicos -que yo podía identificar claramente en la carta- hasta expresarse en el cuerpo en forma de síntomas de enfermedad. Este era el objetivo de mi investigación. El horóscopo nos muestra los diferentes elementos de nuestro equipo. Por una parte tenemos los planetas. Los planetas tienen aspectos o no, depende. Y, por otra parte, tenemos los doce signos y las doce casas. Éste es nuestro equipo. Añadimos refinamiento de varias maneras, pero éste es nuestro equipo básico –planetas, aspectos, signos y casas. Después de trabajar con este modelo durante muchos años, finalmente hallé dos indicadores importantes. Tres de los elementos se muestran claramente como portadores de energías perturbadoras que fluyen desde la psique hacia el cuerpo. El primero de ellos son los planetas. Los planetas establecen un vínculo claro entre la psique y el cuerpo, son una vía clara. Como sabemos, los planetas son, por una parte, nuestros instrumentos sensoriales. Los siete planetas clásicos –esto es, con excepción de los nuevos planetas descubiertos desde la Revolución Francesa–, corresponden a siete órganos sensoriales. 3 Los sentidos Oficialmente tenemos cinco relacionados con planetas. sentidos que están La visión es Júpiter. l El oído es Mercurio. h claramente …. Y desde luego, tenemos otro órgano aquí, la garganta, que nos permite hablar, formular nuestros pensamientos, y esto también corresponde a Mercurio. Después tenemos la función táctil: Saturno. g Y tenemos el paladar, el gusto, que es Venus j Después tenemos el olfato, que es Marte … y la nariz como órgano del olfato, evidente y visible. k ¡Observen a Marte en su carta y miren su nariz, sin duda encontrarán la correspondencia! 4 El diagrama anterior muestra lo que acabo de exponer. Quizá conozcan esta disposición. Aunque un poco rectangular, es una vieja forma usada en la Antigüedad por los gnósticos: el candelabro de siete brazos, la menorah de los judíos. Lo he dibujado de una forma muy cuadriculada porque era necesario para las partes inferiores del diagrama. De otro modo, hubiera sido un poco desordenado. Los planetas están dispuestos en una secuencia que se conoce como orden ptolomeico. Empezando por la izquierda tenemos a Saturno, Júpiter, Marte, el Sol, Venus, Mercurio y la Luna. Esta ordenación se realiza según la velocidad visual de los planetas en su movimiento en el cielo. Saturno es el más lento y la Luna el más rápido. Esta ordenación está ampliamente establecida y es de interés en muchos otros aspectos. De ella deducimos, por ejemplo, los regentes planetarios de los años. Ahora (1992) estamos en un año de la Luna y el próximo año será un año de Saturno porque empieza de nuevo por la izquierda. Va en este orden, ¡pero esto no tiene nada que ver con lo que estamos hablando! El Sol y la Luna En el esquema de planetas y sentidos tenemos siete planetas. Si bien el Sol y la Luna no son instrumentos sensoriales oficiales, también los he incluido. Veamos por qué. El Sol es el “sentido del yo”. Con el Sol, soy consciente de mí mismo. Me siento, me percibo o pienso acerca de mí mismo –es un sentido que me hace ser consciente de mí mismo. Con el Sol no necesito ayuda del exterior, no preciso, por ejemplo, que alguien que me diga que existo. Puedo percibirme a través de lo que pienso, a través de lo que hago. La famosa locución latina “Cogito ergo sum” de Descartes –“Pienso, luego existo”- lo resume muy bien. El pensamiento es una 5 herramienta que tenemos a nuestra disposición a través de la cual percibimos: el Sol. Yo realizo el acto de pensar, por lo tanto, debo estar ahí. Así pues, el Sol es el “sentido del yo”. La Luna es, en cierto modo, lo contrario. La Luna nos da la capacidad de percibir alrededor de nosotros. La Luna es sensibilidad y percibe todo lo que la rodea, por eso está también interesada en contactar con los seres que se encuentran en su entorno, en especial con la gente. Esto la convierte en el “sentido del tú”. También existe una correspondencia entre el Sol y la Luna, y las dos partes del cerebro. Pero debe tenerse en cuenta que, como los nervios se entrecruzan en el encéfalo, el hemisferio cerebral izquierdo está conectado con la parte derecha del cuerpo y viceversa. El hemisferio cerebral izquierdo está regido por el Sol. En este hemisferio tiene lugar el pensamiento constructivo y realista, lo que los científicos denominan pensamiento racional. d f La Luna, en cambio, rige el hemisferio cerebral derecho y el lado izquierdo del cuerpo. Ahí tenemos lo que los científicos describen como pensamiento irracional. Aunque yo prefiero decir “no racional”. Así pues, incluso tenemos órganos. Del mismo modo que tenemos una nariz para oler, tenemos un cerebro izquierdo para pensar de manera clara y efectiva. 6 Lo esencial es que tenemos órganos sensoriales que nos capacitan tanto para percibir el entorno como para percibirnos a nosotros mismos. Por ejemplo, percibimos el olor de las personas. Puede ser que una persona nos guste y que también nos guste su olor. Pero también puede ser que no soportemos a alguien porque no nos gusta su olor. Es de sobra conocido que percibimos el mundo intensamente a través de nuestros sentidos y aquí tenemos estos siete planetas que son nuestros instrumentos de percepción. En nuestra vida cotidiana estamos constantemente ocupados en un proceso de cribar nuestros alrededores con todos nuestros sentidos. Es un proceso que se da, en gran medida, de manera inconsciente. Simplemente funciona. Olemos, vemos... y esto nos proporciona un flujo constante de información sobre la condición del mundo a nuestro alrededor. Y, con esta información, podemos reaccionar a las diferentes situaciones, a las personas que nos hablan, etc. El sistema endocrino La siguiente cuestión es: ¿Cómo reaccionamos a lo que percibimos? En este punto debemos referirnos a un sistema crucial de nuestro cuerpo: el sistema endocrino o sistema de glándulas de secreción interna. Las glándulas del sistema endocrino están directamente conectadas con los respectivos instrumentos sensoriales. El sistema endocrino produce reacciones inmediatas que, como tales, son absolutamente inconscientes. No nos damos cuenta del proceso pero, tras recibir una o varias impresiones de los órganos sensoriales, las glándulas segregan inmediatamente las correspondientes hormonas que envían a los vasos sanguíneos y la sangre se encarga de transportar estas 7 hormonas a los órganos o músculos que tienen que reaccionar. Es decir que la reacción ha sido estimulada por las hormonas. Así es, pues, cómo funcionan las cosas. Percibimos sensorialmente a través de los planetas. Las glándulas del sistema endocrino reaccionan estimulando el cuerpo a través de la producción de hormonas y, después, tenemos la reacción. Por ejemplo, un individuo se dirige hacia mí con una cara agresiva y los puños apretados. Yo lo veo, probablemente incluso capto un olor que es desagradable, y esta información va hacia dentro, a una glándula en particular, en este caso a la glándula suprarrenal. Estas glándulas producen adrenalina. La adrenalina circula por los vasos sanguíneos hasta llegar a los músculos donde se produce la liberación de azúcar que se transforma en energía en los mismos músculos, de forma que yo pueda luchar contra el individuo que se me acerca peligrosamente. Lo mismo sucede si estoy en medio de la carretera y un coche viene hacia mí. Veo el coche, las suprarrenales reaccionan y, de repente, tengo la energía suficiente para salir corriendo. Como vemos, se produce una secuencia clara de eventos: (1) situación, (2) percepción de la situación por un órgano sensorial, (3) reacción del sistema endocrino mediante la producción de hormonas que (4) hacen reaccionar al cuerpo correspondientemente. Acabo de describir una reacción simple, la reacción de la adrenalina cuando necesitamos energía para luchar o huir pero, en la mayoría de casos, las reacciones son más complejas. Lo más frecuente es percibir a través de diferentes órganos. Por ejemplo, en la situación del coche que se dirige hacia mí, puedo ver el coche pero al mismo tiempo también lo oigo o incluso pudo oírlo antes. Entonces vuelvo mi cabeza y lo veo, por lo que la reacción se produce a través de un canal doble. El hecho de oír demanda otras reacciones, pero también estimula las mismas suprarrenales. 8 En cierto modo es como un proceso de traducción en varios niveles. Por un lado tenemos el mundo exterior –podemos decir que es el primer nivel. Después se produce la percepción sensorial –este es el siguiente nivel. A continuación, el sistema endocrino reacciona a la información que viene del nivel de percepción –este es el tercer nivel. Y después tiene lugar la reacción de los órganos del cuerpo al estímulo recibido desde el sistema endocrino. Este es el cuarto nivel. Es, pues, como un proceso de traducción en cuatro etapas. Y todo esto lo llevan a cabo los planetas. Los planetas del sistema endocrino Veamos, por encima, las glándulas del sistema endocrino. El cuerpo pineal -también llamado glándula pineal o epífisis- está regido por Saturno. Es una glándula muy pequeña que se encuentra en el centro de la cabeza, debajo del córtex, el gran cerebro superior. La glándula pituitaria -o hipófisis- es también una glándula muy pequeña que produce más de treinta hormonas diferentes. Es una glándula muy importante pues ejerce un “super-control” sobre otras glándulas. Está regida por Júpiter. 9 Las suprarrenales están regidas por Marte y el páncreas por Venus. Suprarrenales y páncreas son dos sistemas claramente antagonistas -lo sabemos de otros niveles, Marte y Venus. Tiene que ver con las funciones de macho y de hembra. Las suprarrenales son capaces de producir energía a partir de la sustancia que está en el cuerpo. El páncreas -Venus- tiene la capacidad de digerir la nutrición que entra en el cuerpo y asimilarla para después almacenarla en el cuerpo en forma de reservas. Estas reservas se usan posteriormente para fabricar energía. La acumulación de reservas es una cuestión de Venus. El páncreas coordina los procesos de integrar el material nutritivo dentro del cuerpo –el proceso de asimilación de la nutrición. Después, Marte utiliza estas sustancias para fabricar energía para los músculos, órganos, etc. Como vemos son funciones antagónicas, es decir, están interrelacionadas pero no son contrapuestas pues, dependiendo de la situación, deben alcanzar diferentes puntos de equilibrio. En unas situaciones predomina una función y en otras lo hace la otra. Cuando comemos, Venus está muy activo. En realidad ya está activo cuando probamos la comida porque el paladar -el gusto- disfruta de la comida. De hecho, la función del gusto es muy importante pues debe decidir si la comida es buena y podemos ingerirla o, por el contrario, es mala y no deberíamos hacerlo. Evidentemente, también podemos oler la comida previamente pero este sentido no siempre nos puede asegurar que la comida es buena, porque se puede traicionar al olfato poniendo alguna cosa que huela bien en la comida. Es el gusto -el paladar- quien finalmente decide: “Esto es bueno” o “No es bueno”. Y, si no es bueno, probablemente nos encontremos en una situación difícil -en determinadas ocasiones no resulta tan sencillo simplemente 10 escupir algo porque sabe mal, pero tragarlo puede producir problemas después... Como vemos, Venus es una función muy importante. Tras la ingesta y la digestión de alimentos, Venus almacena reservas sustancia- en el cuerpo con la finalidad de utilizarla posteriormente para la acción o cualquier otro tipo de actividad. El hecho de pensar, por ejemplo, también requiere consumo de energía. En cuanto a Marte, no lo tenemos solamente para correr o luchar, sino también para conseguir la comida. Tomemos un sencillo ejemplo de la vida animal. En alguna parte del bosque, un animal tiene de repente la sensación de hambre. ¿Qué es lo primero que sucede? (Simula oler) El animal eleva la nariz e intenta rastrear algo comestible. Después, probablemente, se pone en movimiento en la dirección de la que proviene el olor. Activarse y usar la energía para obtener comida son acciones típicamente marcianas –las suprarrenales deben producir adrenalina para correr tras la comida o, en el caso de los seres humanos, trabajar y poder comprarla. Necesitamos tener energía disponible para hacer los movimientos que nos permitan obtener la comida. El olfato también desempeña un papel importante. Olfatear, seguir el rastro del olor y emplear energía para conseguir la comida. ¡Ésta es la historia de Marte! Como vemos, Marte y Venus están estrechamente relacionados, en realidad, sus funciones son inseparables. Van siempre de la mano y, de este modo, garantizan el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, asegurando que siempre tengamos la sustancia suficiente para producir energía. La obtención de la sustancia y la digestión de la misma están regulados por estos dos planetas. Estamos, pues, ante una función claramente antagonista. En el nivel de la sexualidad, en cambio, experimentamos a Marte y Venus más frecuentemente como una polaridad. En este nivel, dos personas –un hombre y una mujer- sienten una intensa atracción por el hecho de ser diferentes pero, por el mismo motivo, tienen también dificultades en comprenderse. 11 En el nivel biológico más básico no existe el problema de la oposición y de la diferencia. Ahí es una cuestión de antagonismo. En este nivel las dos funciones trabajan conjuntamente en lo que podríamos describir como “un juego sutilmente equilibrado”, que puede cambiar en cualquier momento ya que primero una de las funciones es la más pronunciada y luego lo es la otra. Júpiter Estas dos funciones están controladas por Júpiter. Para comprender por qué Júpiter tiene un papel tan predominante en este sistema debemos considerar algunas cosas. El predominio es visible astronómicamente -Júpiter es el planeta más grande del sistema solar y, si el Sol desapareciera de repente, Júpiter pasaría a controlar el sistema. Se necesitarían miles de años para que el nuevo orden se estabilizara, pero encontraríamos a Júpiter en el centro del sistema, irradiando como el Sol. Esto nos da una idea de lo poderoso que es Júpiter. El Sol es, evidentemente, mucho más grande y perdurará mucho más tiempo de lo que Júpiter podría subsistir. Pero Júpiter podría desempeñar este papel. Esto muestra lo importante que es Júpiter en el sistema solar. Otro aspecto a tener en cuenta es que, en el sistema endocrino, la glándula pituitaria ejerce también una función de regulación de otras glándulas. Controla, por ejemplo, las suprarrenales y el páncreas -Marte y Venus. También puede controlar a Mercurio. Y, en determinadas circunstancias, puede incluso sustituir las funciones del Sol y la Luna. 12 En casos de peligro extremo, en que el pensamiento y el sentimiento no son suficientemente rápidos para reaccionar a la situación de manera correcta, Júpiter asume el mando de golpe, toma el control del proceso y estimula al resto de glándulas de la manera que la situación requiere -no como pretendía el pensamiento. Ésta es una de las principales causas de las alteraciones psicosomáticas. Como sabemos, el pensamiento y el sentimiento pueden ir por vías diferentes que las necesidades corporales y el funcionamiento inconsciente, planteando contradicciones entre los niveles consciente e inconsciente. Por ejemplo, puede ser que conscientemente mi convicción mental o emocional sea: “Soy feliz, amo la vida y quiero vivir tanto como sea posible”. Pero que mi funcionamiento inconsciente -que, en gran medida, está controlado biológicamentediga: “Esta vida se acabó, ya no puedo sacar nada más de ella”. Entonces empieza una lucha entre el agente controlador inconsciente, que puede ser Júpiter, que dice: “Vivir ya no vale la pena. Acabemos de una vez” y mi mente o mi psique, que dice: “La vida es bella, tengo una hermosa familia, un trabajo estupendo, gano un montón de dinero y tengo una casa preciosa. Todo está bien y quiero vivir”. Esto produce una lucha. El ejemplo expuesto puede parecer un tanto extremo pero, en los casos de cáncer, se da muy a menudo esta situación. Una parte muy profunda de la persona ha tirado la toalla y ya no quiere vivir, mientras que sus partes conscientes quieren continuar viviendo. Esto plantea una lucha que se traslada cal cuerpo que, en contra del deseo consciente, se autodestruye. Júpiter, a menudo conjuntamente con Saturno, invaden el Sol y la Luna. En nuestra psique se dan una gran cantidad de situaciones difíciles. Pero no debemos olvidar que la psique vive en el cuerpo. El cuerpo es nuestro vehículo de existencia. Transporta la psique y la sostiene. Pero, en nuestra conciencia, a menudo no prestamos atención a este hecho. Tomamos decisiones porque tenemos información, porque comprendemos algo, porque hemos reflexionado, pensado, planeado... esto nos permite decidir, pero las 13 decisiones que tomamos pueden estar contra los intereses de la psique y el cuerpo. Y, de nuevo, ésta es una de las principales razones para la enfermedad. Veamos, una vez más, el mecanismo de traducción cómo suceden los procesos psicosomáticos: tenemos que nos rodea, las situaciones, (2) la percepción a sentidos, (3) la reacción del sistema endocrino hormonas y, finalmente, (4) las reacciones corporales. psicosomática. que muestra (1) el mundo través de los produciendo Ésta es la vía Sistemas El esquema que he presentado es una herramienta básica. Solo con este enfoque, no podemos decir qué tipo de enfermedad tendremos. Pero sí nos permite seguir la pista de algunas reacciones, es decir, si sabemos que hay una enfermedad física, podemos seguir su pista hacia atrás, hasta estas funciones básicas. Podemos ver que determinadas enfermedades tienen que ver, por ejemplo, con el sistema Marte/Venus o que algo asociado con Júpiter no va bien, etc. Pero, para hacerlo bien, necesitamos más estructuras. Y estas estructuras las encontramos en el horóscopo. Las estructuras son una combinación de planetas unidos por aspectos de diferentes tipos que, adicionalmente, se encuentran en determinados signos y casas. Los planetas están siempre en un signo y una casa. El zodíaco (signos) y el sistema de casas son marcos de referencia en los que los planetas se encuentran incrustados. Los planetas, por lo tanto, controlan determinadas partes del zodíaco y del sistema de casas. 14 Signos, cruces y sistemas Otro de mis hallazgos tiene que ver con los signos. Más concretamente con las cruces –la cruz cardinal, la cruz fija y la cruz mutable. Tenemos tres cruces y determinados sistemas del cuerpo están regidos por ciertas cruces. Veamos primero los sistemas líquidos. En la cruz cardinal tenemos el sistema sanguíneo –la sangre. En la cruz fija, tenemos los sistemas de agua –todos los órganos acuosos o que contienen agua, por ejemplo el cerebro, que está introducido en agua, el ojo que está lleno de agua, y todas las células contienen agua como medio transportador de sustancia. Todo el tema del agua está controlado por la cruz fija. Y, en la cruz mutable, tenemos el sistema linfático que, como es sabido, promueve los mecanismos de defensa contra las infecciones, etc. De modo que tenemos tres sistemas líquidos controlados por las tres cruces. La sangre regida por la cruz cardinal, el agua por la cruz fija y la linfa por la cruz mutable. Esta es una correspondencia, pero encontramos más correspondencias en diferentes niveles. El sistema sanguíneo se divide en dos partes principales: el sistema circulatorio menor y el mayor. El sistema mayor consiste en todo el cuerpo –el tronco del cuerpo y las piernas, los hombros, los brazos, etc. El sistema menor es el sistema de intercambio entre el corazón y los pulmones, donde, como sabemos, la sangre capta oxígeno. El sistema mayor de nuevo tiene dos partes: el torso más las piernas conforman el sistema inferior (cardinal), y los hombros, brazos y cabeza, el sistema superior (mutable). 15 La correspondencia astrológica es que el sistema mayor del cuerpo –el torso, las piernas, etc.- está relacionado con la cruz cardinal. El sistema menor, donde tenemos los pulmones y el corazón, está asociado a la cruz fija. Dentro del sistema mayor, tenemos los subsistemas superior e inferior. En medicina, esta diferenciación se realiza fundamentalmente con fines didácticos. Se sabe que la presión sanguínea en un sistema puede ser diferente de la del otro pero este conocimiento no se utiliza en la práctica médica. No obstante, como veremos a continuación, tiene su importancia. Discriminación Ciertas cosas no pueden explicarse a menos que discriminemos entre estos dos sistemas sanguíneos. Por ejemplo, la migraña. La migraña típica -el caso de la persona que tiene constantemente migraña- se debe a la existencia de un desequilibrio entre ambas partes: (1) presión elevada en el sistema de la cabeza y los brazos (el sistema mayor asociado a la cruz cardinal) y (2) presión baja en el sistema de pulmones y corazón (el sistema menor asociado a la cruz fija). Para movernos, necesitamos una presión normal o elevada en el subsistema inferior -torso y piernas. Pero si la presión de este subsistema es baja, no podemos actuar bien. Si, al mismo tiempo, tenemos hipertensión en el subsistema superior –cabeza-, se produce el efecto de que queremos movernos pero somos incapaces de hacerlo de la manera adecuada y esto produce dolores de cabeza. Es un problema de presión excesiva. Presurizamos el sistema y los vasos sanguíneos se contraen por la voluntad de actuar, pero esto hace que la presión aumente todavía más. Por otro lado, la enfermedad cardiaca tiene que ver con el sistema circulatorio menor –pulmón y corazón- que está asociado a la cruz fija. Por lo tanto, para discriminar entre cruces, es muy importante identificar exactamente dónde están los problemas. Audiencia: Me gustaría que hablase otra vez sobre esas tres partes. Diferenciamos tres partes en el sistema de la circulación sanguínea. El sistema sanguíneo, como tal, está regido por la cruz cardinal y la 16 mayor parte del sistema sanguíneo está asociada, también, a la cruz cardinal. Pero discriminamos entre la parte inferior, que es el torso y las piernas -esto es cardinal-, y la parte superior, que es la cabeza y los brazos -que es mutable. Ambas partes tienen que ver con el movimiento y, como sabemos, las cruces cardinal y mutable son dinámicas y móviles, mientras que la fija –pulmón y corazón- es estable, constante, fija. Y aquí tenemos una función constante de “atrás y adelante, atrás y adelante...” –un ritmo muy similar entre pulmón y corazón, pulmón y corazón que recarga la sangre con oxígeno. Este ritmo debe ser muy uniforme porque, de otro modo, se producen todo tipo de arritmias. La existencia de muchos componentes activos -planetas masculinos como Marte o el Sol y aspectos rojos- en la cruz fija indica que tenemos un montón de elementos que quieren moverse en un ámbito que debería ser estable. Quieren tener movimiento, pero están en el sector del sistema de circulación menor –cruz fija- que debería permanecer estable y no verse agitado por el deseo de moverse constantemente. Como podemos comprender, si una persona con este tipo de configuración realiza a menudo movimientos demasiado agitados, probablemente tendrá algún tipo de problema cardíaco. Es muy sencillo de ver. Resumiendo, la parte inferior del sistema de circulación mayor -el torso y las piernas- es cardinal. La parte superior del sistema mayor -la cabeza y los brazos- es mutable. Y el sistema de circulación pulmón/corazón corresponde a la cruz fija. Hay, todavía, otro punto de vista psicosomático que, de alguna manera, explica por qué todo esto es así. Consideremos de nuevo las tres cruces pero, esta vez, en el contexto de términos psiquiátricos. Así pues, pasamos del nivel del cuerpo al nivel de la psique, esto es, el equipo emocional y mental. 17 Las cruces y los términos psiquiátricos Este diagrama muestra las clásicas y típicas derivaciones de funciones en terminología psiquiátrica, relacionadas con las tres cruces astrológicas. CRUZ CARDINAL (Aries, Libra, Cáncer, Capricornio) 1/7 y 4/10 Maníaco / Depresivo CRUZ FIJA (Tauro, Escorpio, Leo, Acuario) 2/8 y 5/11 Paranoico / Catatónico CRUZ MUTABLE (Géminis, Sagitario, Virgo, Piscis) 3/9 y 6/12 Epileptoide / Histérico No sé las palabras exactas en inglés, pero para cardinal tenemos aquí manía y depresión… Audiencia: Bipolar… BH: ¿Se llama así en inglés? OK, entonces, el sistema bipolar. Manía, el eje activo. Esto sería Aries y Libra, fuego y aire, el eje activo de la cruz cardinal. Y el brazo pasivo de esta cruz es Cáncer y Capricornio. Es el brazo depresivo. Maníaco/depresivo. Audiencia: ¿No neurosis y psicosis? BH: No. Nada que ver con ese término. Psicosis es más un estado de gravedad de todo tipo de enfermedades. Maníaco/depresivo. ¿Se utiliza esta expresión? Audiencia (muchas voces): Sí 18 En la cruz fija tenemos al paranoico y al catatónico. La paranoia es –en pocas palabrasel miedo de: “¡Van a por mí!”. La catatonia es un estado de rigidez, de no percepción, de estar completamente encerrado en uno mismo, de no poder ya resistir ni la percepción. Si se empuja a un catatónico, no reacciona y si se lo tira al suelo, se queda echado. Sencillamente no reacciona -esto es el extremo de la catatonia. La cruz mutable tiene que ver con las funciones epileptoide e histérica. Epilepsia e histeria van de la mano. El brazo activo de esta cruz, que es aire/fuego -Géminis/Sagitario- es la forma de reacción epiléptica y los signos pasivos -Virgo/Piscisagua/tierra, se manifiestan como histeria. Estas tipologías psiquiátricas están sacadas de casos típicos pero muy extremos. Es precisamente en los casos extremos donde se pueden ver las formas de la enfermedad con absoluta claridad. Ahí hay justamente eso y nada más. El resto se ha eliminado pues, en los casos clínicos extremos, ya no funciona. Audiencia: En la cruz fija, ¿el estado catatónico es Acuario/Leo? BH: Sí. Acuario/Leo es catatónico. De nuevo es aire/fuego, el brazo activo. Y la paranoia es el brazo pasivo, defensor. Audiencia: ¿Cómo se considera la esquizofrenia? BH: No tiene sitio aquí. La esquizofrenia no es una enfermedad bien definida, es una especie de cajón de sastre donde se pone todo lo que no se puede colocar en otro sitio. Las diversas escuelas de pensamiento tienen unas definiciones de esquizofrenia tan diferentes que, realmente, no es un término utilizable. Pero siempre es útil tener una categoría donde colocar las cosas que no se pueden clasificar claramente... -y siento decir que esto es algo que se hace muy a menudo. Hay, pues, tres tipos básicos y cada uno de ellos tiene una función activa y otra pasiva, relacionada con los dos brazos de cada cruz. 19 Estos tipos son: el maníaco/depresivo, el catatónico/paranoide y el epiléptico/histérico. Al emplear esta tipología no nos referimos a enfermedades ni a patologías clínicas. Sacamos los términos de ahí, pero estos tipos son bien conocidos para nosotros, los astrólogos. Conocemos el tipo cardinal y sabemos que los cuatro signos de la cruz cardinal tienen un modo de reacción distintivo. También sabemos, por ejemplo, que Aries y Libra combinan más fácilmente en uno mismo, que Aries y Cáncer. Cáncer es muy pasivo, toma las cosas tal como vienen y no va a por ellas. Por el contrario, Aries está siempre yendo a buscar las cosas. Libra es también capaz de ir a por las cosas, pero de manera mucho más suave y agradable. El caso de Libra es más como ir a buscar a gente. Audiencia: ¿Sugiere que si hay una oposición, entonces uno tiene una depresión o una manía? BH: Sí. Las oposiciones indican que está activo todo un brazo y, por lo tanto, se da un patrón de comportamiento típico. Y esto puede producir posibles problemas que también pueden desencadenar procesos psicosomáticos -es decir, tener implicaciones en el cuerpo físico, como vimos antes con los sistemas líquidos. 20 Insisto en que esta tipología no es necesariamente una clasificación de enfermedades sino de patrones de comportamiento. La astrología nos permite hacer buenas definiciones de estos tipos a partir de las cruces (aunque éstas no están extensamente tratadas en la literatura astrológica). De las cruces -no de los temperamentos o elementos, como se hace muy a menudo- podemos derivar los diferentes tipos de reacción y funcionamiento. Esta tipología nos la dan las cruces. Signos y casas Tenemos dos sistemas: los signos zodiacales y el sistema de casas. Y podemos contemplarlos de la misma manera. Hasta ahora me he referido a los signos pero el diagrama de las cruces y los términos psiquiátricos contiene también los números de las casas correspondientes. Aquí tenemos otra clave de gran importancia: la discriminación entre lo que significan los signos y lo que significan las casas. Los signos (más concretamente las posiciones de los planetas por signo) nos indican lo que trajimos con nosotros al nacer. Son, por lo tanto, rasgos hereditarios que se derivan de nuestro árbol genealógico, características que potencialmente tenemos desde el momento de nacimiento. La posición de los planetas en los signos muestra, pues, una estructura básica. El patrón básico innato que traemos como potencial a la vida. Podríamos decir que es lo que queremos de la vida, cómo queremos ser en la vida. Pero después somos educados y, en un sentido más amplio, condicionados por el entorno que nos rodea durante la infancia y la adolescencia, hasta que nos hacemos adultos. Y esto constituye una segunda capa estructural (situada sobre 21 la capa genética) que va formándose a medida que crecemos. En esta capa encontramos los reflejos condicionados, los modales, la forma de aprender y la manera de comportarnos en general. Esta segunda capa es precisamente el sistema de casas. Podríamos decir que el sistema de casas entra en funcionamiento a partir del momento del nacimiento. Esto es muy importante al considerar las enfermedades, porque algunas tienen causas endógenas y otras exógenas. En otras palabras, unas son innatas y otras producidas por la situación del mundo exterior. En psicología, esta discriminación es esencial y también debería serlo en medicina, aunque, en el segundo caso, discriminar es más difícil. Ciertas estructuras genéticas pueden contener enfermedades de manera inherente pero la mayoría de nosotros tenemos estructuras de este tipo. Surge entonces la pregunta: “¿Por qué algunas personas desarrollan una determinada enfermedad y otras no?”. La respuesta debe encontrarse principalmente mirando el sistema de casas, porque allí residen las energías de condicionamiento del exterior, no solo durante la infancia, sino también de adultos. Estamos constantemente sometidos a fuerzas de condicionamiento provenientes del entorno y estas fuerzas quieren que hagamos ciertas cosas de determinada manera. Y si no estamos suficientemente bien construidos para gestionarlo, podemos tener un problema. En otras palabras, la presión proviene del exterior y está dirigida hacia nuestro interior. Y el sistema de casas nos muestra esta presión. La comparación signos/casas nos proporciona el grado de diferenciación entre (1) lo que hemos traído con nosotros al nacer signos- y (2) aquello en lo que el entorno quiere que nos convirtamos -casas. 22 Supongamos que una persona tiene una oposición en Tauro/Escorpio. Por su propia constitución genética, esta persona tiende a tener un comportamiento de tipo paranoico. Pero si la oposición no está en las casas correspondientes -en este caso 2 y 8sino que, como sucede la mayoría de las veces, está en otras casas, digamos las casas 12 y 6, entonces esta personalidad paranoide tiene un área específica donde la sensibilidad desencadena reacciones paranoides -concretamente la sensibilidad a los problemas existenciales o eje 6-12. Si esta persona entra en ámbitos existenciales peligrosos que le despierten el miedo a no tener cómo ganarse el pan mañana, tendrá una reacción de tipo paranoide. Y si la situación continúa de manera que la persona no la pueda controlar, a través de la vía psicosomática, se convertirá en una enfermedad en el nivel físico. Audiencia: ¿Podríamos decir que los signos dan el nombre y las casas el adjetivo? Una persona con una oposición Tauro/Escorpio en las casas 6 y 12, ¿sería una paranoide histérica? BH: Correcto. La paranoia estaría cubierta por una reacción o un cuadro de comportamiento histérico. Y los psiquiatras -como no disponen de horóscopos- tendrían problemas para discriminar entre ambos tipos de síntomas. Se preguntarían: “¿Qué es? ¿Histeria o paranoia?”. Y probablemente se decantarían por la histeria, porque la persona mostraría un comportamiento externo evidente de este tipo. Pero en el interior subyacería la paranoia –que sólo podría constatarse buscándola de manera explícita. Audiencia: En términos de manifestación, entonces, las casas nos indican lo que está en la superficie y los signos lo que está enterrado debajo. ¿No es así? BH: Exacto. Éste es el patrón y es un patrón muy útil porque, como astrólogos, nos permite aclarar aquello con lo que los psiquiatras por un lado y los médicos por otro, siempre tienen dificultades. Tenemos una herramienta que nos permite diferenciar de manera muy clara. Bien, señoras y señores, esto es lo que quería decirles. Gracias…. Aplauso al final de la sesión. 23 Notas Biográficas Bruno Huber, 29.11.1930 – 3.11.1999 fue co-fundador en 1963, junto a su esposa Louise, del Astrologish-Psychologiches Institut de Zurich, Suiza. Psicólogo de profesión, Bruno desarrolló lo que se conoce como Método Huber durante muchos años, uniendo su considerable comprensión astrológica y astronómica con la psicología humanista contemporánea. Bruno desarrolló el Método Huber a lo largo de los años y todo su trabajo está basado sobre una intensa investigación empírica. Bruno y Louise se formaron en Psicosíntesis en Florencia con Roberto Assagioli y fueron miembros fundadores de la Escuela Arcana en Ginebra. Bruno escribió muchos libros, algunos en colaboración con Louise, y muchos de ellos han sido traducidos a varios idiomas y publicados por todo el mundo. Su trabajo más importante fue, sin duda, el “Astro-Glossarium”, una valoración profunda por orden alfabético de cada contribución imaginable a la astrología, astronomía y psicología desde los albores de la civilización hasta la actualidad. Bruno fue un profesor afable y con sentido del humor, e impartió numerosas clases y seminarios en muchos países. Traducción: Alicia García y Joan Solé, 2012 24