Subido por Anthony Lee

LOS 4 ACUERDOS

Anuncio
Nombre Del Docente: Cruz Miguel Gregorio.
Nombre Del Alumno: Marruffo Machucho Luis Antonio.
Actividad 1 Unidad 3.
Materia: Taller Del Desarrollo Humano.
Fecha De Entrega: 17 May. 21. 12:00 HRS.
Ensayo sobre los 4 acuerdos: se impecable con tus palabras, no te tomes
nada personal, no hagas suposiciones y haz siempre tú máximo esfuerzo.
Introducción
Estos acuerdos permiten que la persona que está buscando respuestas a algunos
de sus dilemas de la vida, las encuentre en lenguaje sencillo y ameno; y quien
busque profundizar, hallará muchos niveles para seguir buceando.
Estos pueden ser útiles para comunicarte mejor, aprender a entender a los demás,
gestionar tus emociones, entrenarte en dominar tus impulsos y lograr un mejor
nivel de excelencia laboral.
Desarrollo
PRIMER ACUERDO: SÉ IMPECABLE CON TUS PALABRAS
Las palabras crean estados de consciencia; y éstos, determinan tus
pensamientos, que, a su vez, se manifiestan en los resultados.
Más allá de tu idioma, cultura y experiencias, es el lenguaje que utilizas lo que
conforma tu manera de representarte el mundo. Tus ideas, anhelos, metas,
propósitos; tus relaciones, vínculos y dones. Todo se manifiesta a través de la
palabra.
Como sabes, pueden construir enormes sueños y beneficios para la humanidad; o
destruir con su carga de miedo, rencor, frustración, enojo y opiniones mal
intencionadas. Esto significa que las palabras no son inocentes, y están cargadas
de significado.
La palabra “impecabilidad” significa que no hagas cosas que vayan en contra de ti.
Ser impecable es asumir tu responsabilidad personal; cumplir todos y cada uno de
tus compromisos (empezando los que asumes contigo, y luego con los demás); y,
a la vez, canalizar el don de la palabra en forma constructiva y positiva.
Por ejemplo, entrar en el chisme, en la opinión agresiva en reuniones o en las
redes sociales no produce ningún resultado virtuoso: por el contrario, dejas fugar
enormes cantidades de tu energía vital a través de lo que dices, escribes e incluso
cuando piensas en ideas a través de las palabras que le pones.
En lo que piensas (y lo que dices, es decir, lo que declaras) es en lo que te
conviertes.
Para incorporar el primer acuerdo en la oficina: habla menos y haz más.
Sobrepasa tus propias expectativas respecto al cumplimiento de tus compromisos.
Cuida tus pensamientos. Evalúa antes de hablar. Escucha el 70% y habla sólo el
30%. Busca tener más precisión en tu lenguaje para expresar adecuadamente
todas tus ideas. Evita herir y enfócate en elevar y aportar valor en tus
interacciones con los demás. Descarta toda comunicación agresiva de tu vida.
SEGUNDO ACUERDO: “NO TOMES NADA COMO PERSONAL”
La mayoría de las personas asumen que cada cosa que pasa está diseñada para
ellos; a favor o en contra. En las cuestiones a favor no hay mayor problema: todo
encaja. El asunto empieza cuando la gente siente que todo lo que les pasa,
sucede, los hechos del mundo y de su entorno, son “en su contra”. “El mundo está
contra mí”, se dicen.
¿Te imaginas entonces lo que sucede? Efectivamente: aparentemente el mundo
empieza a disparar munición gruesa sobre dicha persona.
Sin embargo, es el ego de las personas el que produce enojo, frustración, y un
gran desgaste emocional al intentar luchar contra las opiniones y situaciones del
mundo que pueden envenenar tu vida.
Todo parte de que el ego quiere darte aires de mayor importancia; por lo que, si te
muestras excesivamente focalizado en la opinión de los demás, creas
inconscientemente una cierta dependencia a la aprobación (o no) del otro. De esta
forma estarás atrapado en esa emoción que tú mismo has generado.
El sentirte el centro del mundo se llama de muchas formas: egocentrismo,
egoísmo, arrogancia. Son matices de la misma expresión cuando haces y piensas
que toda gira a tu alrededor.
Cuando Miguel Ruiz en “Los Cuatro Acuerdos” sostiene “No tomes nada como
personal”, significa que este paso será crucial para sentirte un ser libre, fuera de la
domesticación de la educación, los dogmas y condicionamientos sociales y
culturales que arrastras en tu vida.
Este punto no trata de que aceptes todo sin que te impacte, sino que el problema
aparece cuando le das entidad a “eso” que dice o hace la otra parte, y dejas que
tus emociones se desbalanceen.
Por ejemplo, cuando te ofendes por nada, reaccionas de formas generalmente
inapropiadas, incluso exageradas. Esto surge por querer tener razón en vez de
elegir ser feliz.
Visto de otra forma, cada vez que quieres cambiar la opinión o comportamiento de
alguien, te frustras, porque apenas puedes cambiar tu: es imposible cambiar a la
otra persona si ese otro ser no lo quiere hacer. En todo caso, podría cambiar a su
ritmo de evolución.
Este segundo acuerdo es el que provoca gran parte del sufrimiento en la vida, ya
que, por lo general, te muestras demasiado susceptible a todo lo que digan o
hagan alrededor tuyo. Ahora ya sabes: asumiendo una perspectiva mayor de las
situaciones y cuestiones -incluso las que te involucran directamente-, podrás no
engancharte emocionalmente, respetar las posiciones de los demás (no
necesariamente justificarlas; aunque sí entenderlas desde una mirada
completamente diferente e integradora para tu bienestar. Desde este lugar
irradiarás lo mismo a tu alrededor.
Para incorporar este segundo acuerdo en tu ámbito laboral: Aprende de las
diferencias con los demás; integra y respeta las decisiones de otros. Entiende que
el otro es “un otro” con sus propios problemas, creencias y dificultades. Si algo te
molesta, busca el espacio apropiado y exprésalo claramente desde tu perspectiva
(apoderándote de tu comunicación, no echando culpas a los demás). No busques
imponer por que sí tus deseos por sobre las opiniones de los demás. Considera
siempre el bien mayor de todos en cualquier situación. Evita vivir desde el ego:
aprende acerca de la compasión, la humildad, la escucha consciente, la apertura
mental para vivir mejores experiencias. Esto te ayudará a tener más paz en todos
los aspectos.
TERCER ACUERDO: “NO ADIVINES NI SUPONGAS”
Otra fuente de malestar interior, emocionalidad extrema, destrucción de tu auto
estima y valor, y deterioro de tu poder personal es vivir haciendo suposiciones.
¿Cuántas veces has pasado días, meses o años elucubrando cuestiones que
nada tenían que ver con la realidad de las cosas? O bien, ¿has conocido personas
a las que le has dado apenas unos cinco o diez segundos para descartarlas de tu
vida?
Todo esto sucede porque supones más de lo que te permites vivir las experiencias
para confirmarte tu percepción formada y sustentada. Suponer algo, en términos
de tener un pálpito o corazonada, no es el problema: el asunto es cuando crees
que es que supones es verdadero, incluso sin haberlo chequeado ni observado en
perspectiva, ni cotejada información alguna.
Cuando supones algo partes de una base incorrecta, porque de antemano crees y
asumes que tienes la verdad absoluta sobre algo. Es más: dejas de distinguir qué
es una presunción, hasta el punto de darlo por hecho como que algo es real… sin
siquiera haberlo comprobado o experimentado.
El proceso de suponer es inconsciente y forma parte de los sesgos cognitivos del
cerebro. Un sesgo es un atajo que toma tu proceso cerebral intentando encontrar
una vía de escape o solución rápida. Por lo general, se basa en un impulso rápido
por el que asocias información basada en tu experiencia de vida, y la conectas con
esa situación actual, apresurándote a tomar el atajo (sesgo) para sacar
conclusiones rápidas. Como puedes observar, eso no trae un resultado certero, ya
que partes de lugares equivocados y de querer controlar las situaciones al intentar
precipitarlas a la velocidad en que lo exige tu dinámica emocional.
Para incorporar este acuerdo para que te ayude en el trabajo: haz más preguntas,
sé paciente, reflexiona, conecta mejor con las demás personas. Evita suponer
aplicando la escucha activa y la comunicación asertiva. Releva los hechos, enfría
tus emociones durante al menos tres días antes de actuar compulsivamente.
CUARTO ACUERDO: “HAZ SIEMPRE LO MÁXIMO, LO MEJOR QUE PUEDAS”
Cuando hablamos de “ser la mejor versión de uno mismo”, significa que
empezarás a vivir tu vida de una manera que tenga sentido para ti, y que, a su
vez, puedas transformar tu entorno a partir de tus acciones.
Este acuerdo propone que te muevas hacia el rasgo de la excelencia. Muchas
personas buscan la perfección en sí mismas y en el mundo: eso no existe en este
plano físico. Por lo que sí podemos aspirar a ser excelentes. En el trabajo, por
ejemplo, se habla mucho de “tener que ser perfectos”.
Ser una persona excelente es más que ser impecable; significa expresar
continuamente y en todos los aspectos de la vida tu mayor compromiso hacia la
calidad total de tus pensamientos, palabras y acciones. Hacer el máximo esfuerzo
es salir de tu zona conocida, para expandirte un poco más allá, alimentándote de
energía para alcanzar un nivel superior de excelencia en todo lo que realices.
Hacer lo mejor que puedas es dar siempre tu 100%. 99,9% no es el ciento por
ciento de lo que puedes dar. Hay una diferencia.
Todo lo que se requiere de tu lado es que hagas, siempre y en todo momento y
lugar, tu máximo esfuerzo. Es dar un poco más de lo habitual. Es salir de la
comodidad de restarle importancia a las cosas y hacerlas rápido para sacártelas
de encima. Es tomar una elección consciente de ser una mejor persona cada
segundo de vida.
Para incorporar este acuerdo: practica dar un poco más cada día; esforzarte en
aquellos aspectos que necesitas mejorar. Inspírate en personas que ya lo hicieron:
hay millones de fuentes de información disponibles. Conversa con personas que
sean ejemplares según tu perspectiva. Aprende de las biografías, películas que te
eleven y experiencias donde aprendas. Ante el fracaso, revalorízalo con el
aprendizaje que te ha dejado. Descubre la fuente inagotable de tu poder personal
para ser más excelente cada vez en todos los planos de tu vida.
Conclusiones
Mi conclusión es que si, existen razón para sufrir, la única razón por la que
sufrimos es porque así nosotros nos exigimos, todos llegamos a este mundo para
vivirlo, nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, pero en ese camino
cargado de sabores y sinsabores encontramos que la mejor manera de salir
adelante es controlando nuestra mente y todo lo que de ella deriva.
Bibliografía
https://www.entrepreneur.com/article/334140
Descargar