Subido por Maru García

eL ALC es una enf fam Ernesto Lammoglia

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EL ALCOHOLISMO ES UNA ENFERMEDAD DE LA FAMILIA
Fragmento del libro del Dr. Ernesto Lammoglia
¨”La persona a quien más admiro en el mundo es mi hermano, por haber podido
vencer al alcohol.” RICARDO LÓPEZ "EL FINITO", boxeador invicto y tres veces
campeón mundial
Cada miembro de la familia sufre, no só1o el alcohólico. La familia entera puede
necesitar ayuda para disminuir el daño y el dolor. Cuesta trabajo admitir que un ser
querido es un alcohólico, y todavía cuesta más trabajo ayudar a tal persona a querer
curarse. Pero una actuación pronta puede salvar a una familia antes de que sea
demasiado tarde. Un alcohólico no puede mantener su bebida bajo control, aunque
haga daño a su salud, empleo, mente y familia. Si la enfermedad no es atendida
puede destruir la unidad y seguridad de la familia. La pérdida de ingresos y la
pérdida del respeto propio conducen al divorcio, la delincuencia, el crimen y hasta
el suicidio. El alcohólico es como un huracán que se precipita en las vidas de los
demás. Se rompen corazones. Mueren las relaciones agradables. Los afectos se
han desarraigado. Los hábitos egoístas y desconsiderados han mantenido su hogar
en un tumulto. ¿CÓMO SABER SI HAY UN ALCOHÓLICO EN LA FAMILIA? Hay
que tomar en cuenta que el alcoholismo se desarrolla lentamente y podrían pasar
años antes de que una familia se dé cuenta de que uno de sus integrantes necesita
ayuda. Algunas de las señales de alerta típicas para saber si una persona es
alcohólica son:
• La persona hace uso frecuente del alcohol para hacer frente a las presiones
diarias, aumenta la frecuencia con la que bebe y aumenta también las cantidades
de alcohol que bebe cada vez.
• Necesita un trago a cierta hora del día, o a la mañana después.
• Siente temores y ansiedad cada vez más frecuentes y de más clases.
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Tiene una mala imagen de sí mismo y emociones negativas.
• Se ausenta del trabajo o la escuela a causa de la bebida. • Bebe solo o a
escondidas.
• No hace caso o evita las responsabilidades ya sea de la familia, el empleo, la
escuela o las finanzas.
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Muestra una falta de interés por aquellas actividades en las que no hay
bebidas.
Discute acerca del alcohol y la conducta de otras personas que se
emborrachan.
Acusa y critica a otros bebedores negando a la vez sus hábitos de beber.
Hace promesas de "tomar menos", "comportarse mejor" y ruega que "ya no
se le dé más lata".
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Tiene pérdidas de la memoria, al principio raras y luego más frecuentes. La
persona no puede recordar lo que pasó mientras estaba bebiendo.
• Se pone fácilmente irritable, a la defensiva, con celos o de malhumor, si
alguien lo critica o se queja de su hábito de beber.
• Tiene quejas físicas que pueden relacionarse con la bebida, como falta de
eficiencia, poca energía, pérdida de peso, insomnio o accidentes.
Se siente culpable, bueno para nada o deprimido debido a su conducta en
cuestión de bebida.
• Tiene muchas "excusas" (no razones) para seguir tomando. Puede echar la
culpa a otros por beber demasiado.
• Evita a sus amistades y las actividades sociales a causa de la bebida.
• Causa molestias, daño o inquietudes a la familia y amistades con su
conducta en cuestión de bebida.
No es necesario que se presenten todas estas señales para detectar el problema
del alcoholismo en una persona, basta con que algunas de ellas estén presentes
para saber que el problema existe y tomar acción.
PROBLEMAS TÍPICOS DE LA FAMILIA ALCOHÓLICA
Culpabilidad
El cónyuge y los hijos pueden empezar a creer en las acusaciones del alcohólico
y creerque son responsables. Pueden llegar a tener miedo de discutir o criticar.
Vergüenza
La familia (y especialmente los hijos) puede evitar los contactos sociales y no
dejar que sus amigos entren en la casa. Pueden tratar de ocultar o negar la
existencia de un problema de bebida en la familia y tener miedo de buscar ayuda.
Rencor
Las exigencias y la conducta de un alcohólico les pueden hacer pensar a los
demás miembros de la familia que estarían mejor sin él o ella. Los hijos le pueden
también perder el respeto a la madre (o el padre) que no es alcohólico por no
"hacer nada" para remediar el problema.
Inseguridad
La conducta del alcohólico se hace cada vez más difícil de prever. Su actividad
se concentra más y más en la bebida, descuida las necesidades emocionales
de los demás. El otro esposo, o los dos si es el caso, pueden disponer de poco
tiempo para atender al resto de la familia.
Delincuencia
Los hijos que se sienten atrapados por la tensión que reina en un hogar centrado
en el alcohol pueden reaccionar sacando malas notas en la escuela,
comportándose agresivamente o de otras maneras destructivas, o iniciando su
propia carrera alcohólica a temprana edad.
Apuros financieros
El alcoholismo amenaza casi siempre la seguridad del empleo, las promociones
y la responsabilidad en cuestiones de dinero. Además el alcohol cuesta y puede
llegar a desbaratar el presupuesto de una familia.
¿QUÉ PUEDE USTED HACER?
Para aquellos que sinceramente desean ayudar al alcohó1ico, el problema
inmediato consiste en proporcionarle las condiciones y situaciones dentro de las
que pueda empezar a lograr una evaluación realista de sí mismo. Es difícil para
la familia del alcohó1ico proporcionar estas condiciones. Él es el centro de los
agravios familiares. La reacción de la familia a su conducta puede variar desde
el desaliento y la confusión hasta la depresión, el resentimiento y la amargura.
Es difícil, pero no imposible, que los miembros de la familia permanezcan
objetivos en su relación con el alcohó1ico. Su conducta ha sido descrita como
realista. Lo que necesita con desesperación es precisamente la objetividad que
la familia no le puede dar. En algunos casos puede ser necesario hacer uso de
la coerción para que elalcohó1ico se preste a recibir ayuda. La familia que trata
de hacer esto por si misma tiene que enfrentarse a consecuencias desastrosas
tanto para el alcohó1ico como para ella misma, particularmente cuando pierden
los miembros de ella el control de sí mismos y la objetividad en el proceso de
hacerlo. La ayuda exterior es la alternativa más satisfactoria para todos los
involucrados. Hay centros de remisión, centros de consultoría, los grupos
familiares de Al-Anon y A.A. son grupos ampliamente conocidos. Alcohólicos
Anónimos es la mejor fuente para una ayuda inmediata. Los centros de remisión
proporcionan información para la familia, ayuda para tomar las decisiones
relativas a la necesidad de tratamiento, y remisión para las fuentes adecuadas
de terapia. Los centros de consultoría tienen personal entrenado y capacitado,
cuya especialidad son los problemas derivados del alcohol. Estos centros están
equipados para ayudar al alcohólico a manejar su situación en lo particular.
Generalmente son para consulta externa. En algunos casos, el padrino de A.A.
puede también ser una valiosísima fuente de ayuda para elalcohó1ico y los
suyos. Generalmente está familiarizado con las necesidades de la familia y del
alcohólico. En circunstancias adecuadas, puede ser efectivo para persuadir al
alcohó1ico de que por sí mismo busque ayuda. Si usted se ha dado cuenta de
que en su familia hay alguien con un problema de alcohol, actué prontamente
con decisión y paciencia. Enfrente la verdad. Reconozca los síntomas y vea el
problema de frente. Esto debe hacerse lo antes posible para que no se demore
el tratamiento. Es un error tratar de "proteger" a la familia. Hasta los niños de
poca edad pueden sentir el problema. Salga de la ignorancia. Entérese de lo que
es el alcoholismo, sus causas, su prevención y el tratamiento. Es necesario que
uno este informado sobre los hechos del alcoholismo. Si usted está leyendo este
libro es señal de que ya está dando este paso, sin embargo, también se puede
beneficiar de consejos en grupos como los de Al-Anon antes y durante el
tratamiento del alcohó1ico. Cree un ambiente domestico saludable. Continúe
atendiendo sus propios intereses y amistades de fuera de casa a pesar de la
enfermedad del alcohólico. Una familia aislada y triste no puede ayudar al
alcohólico ni a sí misma. Sea paciente y compasivo. El alcoholismo se desarrolla
poco a poco y no se puede vencer en un lapso corto. Hágale saber al alcohólico
que usted todavía respeta su persona aunque no aprueba la bebida. Comprenda
sus propias emociones. Algunas de las acciones comunes entre la familia son la
depresión, el enojo y la compasión de sí mismo. Estas pueden entorpecer la
curación. Si usted las enfrenta y las domina, se sentirá más feliz y con más
confianza, pase lo que pase. Sea justo con usted mismo. Es común que el
alcohólico trate de culpar a otros por su problema. Recuerde que usted no es la
causa; si permite que el alcohólico consiga convencerlo de que usted tiene la
culpa, esto no va a servir de nada a nadie.
Consiga toda la ayuda posible. No tenga miedo ni vergüenza de pedir ayuda.
Anime al alcohólico a asistir a programas de tratamiento para el alcohol. Hable
del problema con los padres y hermanos del alcohólico para que no se dejen
engañar por é1. Este preparado para actuar. Las amenazas y discusiones no
dan resultado. Decida lo que va a hacer con la familia y consejeros de confianza.
Si él alcohólico se niega a darse tratamiento, quizá tenga usted que irse de casa
o pedirle que se vaya.
TODO LO QUE NO SE DEBE HACER
• No castigue, ni soborne ni amenace al alcohólico para obligarlo a dejar de
beber. Esto aumentara su sentido de culpabilidad y odio de sí mismo, y puede
volverlo cada vez más esclavo de su vicio.
• No trate de encubrir los problemas causados por la bebida. Proteger al
alcohólico de las consecuencias del vicio disminuye el deseo de luchar contra
é1. No lo disculpe ante los demás.
• No esconda ni tire las botellas. No crea que puede usted curar a un alcohó1ico
tomando el control de su bebida.
• No beba con él. Eso sé1o sirve para fortalecer el hábito, y puede que usted
acabe por adquirir el mismo vicio. El incitar al alcohó1ico a beber en casa con el
fin de que no beba en la calle no sirve más que para incitarlo a que siga
bebiendo.
• No se haga cargo de todas las responsabilidades (familia, empleo o escuela)
del alcohólico. Esto puede quitar al enfermo su dignidad y sentido de importancia
en el hogar.
• No exija ni acepte promesas vanas. El alcoholismo no es muestra de falta de
voluntad; el obligar al alcohólico a hacer promesas que no se pueden cumplir
conducirá al fracaso, a las mentiras y la falta de confianza mutua.
• No intente tratar el alcoholismo por usted mismo. El alcohólico y la familia
necesitan ayuda experta para enfrentar el problema.
AYUDA
El médico de la familia puede tratar los problemas físicos relacionados con el
alcoholismo, y puede referirle a especialistas en caso de necesidad. Los
consejeros en asuntos matrimoniales y familiares pueden ayudar a las familias
a hacer frente a las tensiones que crea un hogar centrado en una persona
alcohólica.
Los centros de salud mental proveen información y servicios para los problemas
relacionados con el alcoholismo así como muchos hospitales y centros de salud.
El sacerdote puede ayudar muchas veces a resolver las dificultades causadas
por el alcohol, aconsejando al alcohólico y su familia.
READAPTACIÓN
La recuperación puede ser larga y difícil. No hay resultados instantáneos. La
clave es: paciencia y persistencia. Las reuniones con los grupos de A.A. le darán
respaldo y aliento al alcohó1ico. Ocuparon gran parte de su tiempo y atención.
Trate de no de sentirse mal por ello, estas reuniones tienen importancia vital
para una curación definitiva. Las recaídas pueden ocurrir, como en cualquier
enfermedad. No significan que el tratamiento haya fracasado. No se desespere.
Tenga paciencia y simpatía mientras el alcohólico siga tratando de vencer la
enfermedad. Los problemas de la familia no desaparecerán al cesar la bebida.
Si el alcoholismo ha durado mucho tiempo, la familia tal vez tenga que volver a
aprender sus funciones y responsabilidades. Las reuniones de Al-Anon pueden
ser de gran ayuda. El respaldo mutuo y la terapia para el alcohólico y su familia
podrán necesitarse por cierto tiempo. El cariño y la comprensión pueden ayudar
a mantener al alcohólico alejado de la botella.
CODEPENDENCIA
Si en una reunión de trescientas personas que no se conocen hay un adicto y
un codependiente, es seguro que estos dos se encuentren. La codependencia
es una enfermedad que, al igual que el alcoholismo, muestra su primer síntoma
en la negación. El codependiente vive su propio infierno y se engaña
rotundamente culpando al adicto. Es un enfermo emocional que, en la mayoría
de los casos, depende de la adicción de otro sin darse cuenta. El drama de su
vida gira alrededor de esto, como si necesitara la adicción de otro para existir.
En realidad es solo otro tipo de dependencia del alcohol, aunque no sea el quien
lo ingiera. Cuando un codependiente se da cuenta de que es el quien tiene un
problema, se ve ante una situación muy difícil. Le parece que finalmente el
alcohólico lucha contra el alcohol, algo que está afuera, pero para el
codependiente su droga está adentro, está en las emociones y estas parecen
saltar automáticamente apoderándose de su ser. De pronto me di cuenta de que
había pasado casi toda mi vida siendo víctima, culpando a los demás de todo lo
que me pasaba, llenándome de resentimientos y dolor. Vivía con miedo, siempre
alerta esperando su próxima borrachera, trayendo a mí conciencia todo el dolor
acumulado. Hoy me siento como el hermano del hijo pródigo. Veo a los A.A.
aceptando su enfermedad y caminando por la vía de la recuperación. Poniendo
al alcohol en su lugar y a su enfermedad en manos de Dios. Pero yo, ¿qué hago
con mis resentimientos? Desgraciadamente, aunque es un paso importante, no
basta con darse cuenta. Las reacciones emocionales siguen disparándose
automáticamente ante cualquier evento. La persona se da cuenta de que su
reacción es absurda, pero la droga ya corre por sus venas y cada vez sufre más.
Ya no está enojada con el alcohólico, ahora está muy enojada con su reacción.
Ya no culpa al otro, pero se culpa a sí misma. Hasta que se rinde y se declara
incapaz de controlar sus reacciones emocionales. No queda más que pedir
ayuda, recurrir a un Poder Superior. Es por esto que los grupos de Al-Anon han
adoptado el sistema de los doce pasos de A.A. 8
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