Tema 18.- Ciencia, Tecnología e Innovación: Gobernanza del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación. Recursos humanos dedicados a la investigación. Impulso de la Investigación Científica y Técnica, la innovación, la transferencia del conocimiento, la difusión y la cultura científica, tecnológica e innovadora. Santiaga Gutierrez Casanova En aras a conseguir un beneficio social y económico, que redunde en beneficio para la sociedad española, se presentan como actividades esenciales para la consecución de dicho objetivo, la generación de conocimiento en todos los ámbitos, así como la difusión de los conocimientos generados y su aplicación práctica. España, como todos sabemos, se encuentra encuadrada en un contexto europeo que, sin duda, aspiramos a consolidar, pero dentro del cual siempre hemos estado situados en la cola de los avances científicos. España no se ha caracterizado nunca por ser un país de vanguardia en lo que a avances científicos y tecnológicos se refiere. Si bien es cierto que, a pesar del contexto en el que se han movido, ha habido científicos españoles que han logrado destacar, y mucho. En el año 1986 se promulgó la Ley 13, de 14 de abril, de Fomento y Coordinación General de la Investigación Científica y Técnica. Esta ley, en su momento, supuso un importante impulso para la Ciencia en España, pero como los avances no paran, y el contexto en el que nos movemos es cada vez más amplio, esta ley ya había perdido su potencial y se hacía necesario dar un nuevo impulso a la legislación española en el ámbito de la Ciencia y la Tecnología, con el objetivo de situarla en un contexto internacional que le permitiera, a un tiempo, la consolidación de lo ya logrado, y la aspiración a un posicionamiento más favorable. Por otro lado, la cultura empresarial en España tampoco ha tenido nunca muy arraigada en sus esquemas productivos la consideración de la innovación como una de sus necesidades, pero esto parece que empieza a cambiar, aunque sea lentamente. Si las empresas quieren ser competitivas a nivel internacional, tienen que tomar conciencia de la necesidad de incorporar la innovación como una de sus actividades sistemáticas. Igualmente se hace necesario establecer un clima de cooperación entre los sistemas públicos de ciencia y tecnología y los sectores productivos en España, de cara a poder optimizar, en la medida de lo posible, las inversiones que hace el sistema público en Investigación, en Ciencia y en Innovación. Y que este esfuerzo inversor redunde, también en beneficio de las empresas y, por supuesto, de la sociedad. Ya en la Ley de 1986 se estableció una herramienta básica para planificar el futuro de la Ciencia en España, así se estableció el Plan Nacional de Investigación Científica, y Desarrollo Tecnológico, que con distintos períodos temporales (los planes suelen ser cuatrienales), ha sobrevivido hasta nuestros días, y aún sigue vigente. Ahora mismo estamos inmersos en el correspondiente al período 20216-2020, y se espera que vea la luz este año el siguiente Plan, que abarcaría el período 2021-2023. Si tenemos en cuenta, además, que España, políticamente está organizada en Comunidades Autónomas (que también tienen competencias en materia de investigación), además de los organismos de gobierno del Estado, se planteaba la necesidad de encontrar un nuevo marco legal, que permitiera afrontar los desafíos del sistema, para lograr una mayor eficacia y eficiencia del mismo. Iniciado el proceso de reflexión, se llegó a la conclusión de que uno de los procesos claves que habría de abordarse sería el de la Gobernanza del Sistema (que no deja de ser otra cosa que la organización del Sistema, y quién está al frente de cada cosa, y con qué competencias). También se apreció que los modelos de gestión deberían adaptarse a la nueva situación, ya que el Sistema había adquirido un importante volumen, tanto económico como por su propio tamaño. Así mismo, hacía falta definir una auténtica carrera investigadora en España. Intentar conseguir que una persona que tuviera como objetivo el poder desarrollar una carrera investigadora, tuviera un marco, unas normas a las que poder acogerse. Que hubiera una regulación tanto de la carrera investigadora, como de la necesaria movilidad y apertura para poder continuar la misma en el contexto de internacionalización en el que nos encontramos inmersos. Una vez analizado el panorama en el que se desarrollaba la ciencia en España, se planteó la necesidad de dictar una Ley que recogiera todos esos aspectos que se habían manifestado como esenciales para el desarrollo científico e innovador que el futuro exigía. Para dar respuesta a esta necesidad, claramente identificada, se aprobó la Ley 14/2011 de 2 de Junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, que venía a sustituir a la anterior ley del año 1986, que ya no daba respuesta a las necesidades del sistema, ni a las necesidades de la sociedad a la que sirve. Que además de los aspectos de la gobernanza, de la ordenación del sistema, de la necesidad del establecimiento de una verdadera carrera investigadora, que incluya, como imprescindible, un aspecto de movilidad de los investigadores, se plantea también la necesidad de una mayor implicación del sector privado, la necesidad de una mayor cooperación entre lo público y lo privado, incentivando el patrocinio y el mecenazgo, que redunden en beneficio del sistema de ciencia, tecnología e innovación. La Ley introduce también algunos aspectos transversales, como el enfoque de género, el establecimiento de un catálogo de derechos y deberes del personal investigador y del personal técnico, el compromiso de difusión del conocimiento, con políticas de acceso abierto a la información científica, así como actividades de divulgación y de cultura científica. Resumiendo, el objetivo de la Ley 14/2011 es la consolidación de un marco que permita el fomento de la investigación científica y técnica. LA GOBERNANZA DEL SISTEMA ESPAÑOL DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN. Establece la nueva Gobernanza del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación, dos importantes estrategias, que serán cruciales para el avance del Sistema, y para la consecución de los objetivos que pretenden alcanzarse con el fin de no perder el tren de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, como ha ocurrido tantas otras veces en España. Se recoge en el Título I de la Ley, contempla aspectos como la Estrategia Española de Ciencia y Tecnología, que es el marco de referencia plurianual que se establece para alcanzar los objetivos generales marcados. Estos objetivos generales serán compartidos por todas las Administraciones Públicas con competencias en materia de investigación científica y técnica. Y será la guía para la elaboración de los diferentes planes de investigación científica y técnica de las distintas Administraciones Públicas, así como para su articulación con las políticas de la Unión Europea y de otros Organismos Internacionales. Con esto, lo que pretende la nueva Ley es que haya una importante coordinación entre todos los agentes que financian la investigación, para que los objetivos se alineen, y que no vaya cada una de las administraciones intervinientes por su cuenta, sino que los esfuerzos se sumen, se coordinen, y se aprovechen mejor los recursos empleados. Antes de continuar conviene señalar que las dos estrategias que la ley preveía, y que han tardado demasiados años en desarrollarse, se han refundido en una sola, que abordaremos a continuación LA ESTRATEGIA ESPAÑOLA DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN. La Estrategia Española de Ciencia y Tecnología e Innovación 2021-2027, que por fin, y tras muchos retrasos ha visto la luz (aprobada por Consejo de Ministros de 8 de septiembre de 2020), recoge una serie de principios básicos, la coordinación de las políticas de I+D+I entre la Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas, la Unión Europea, con el objetivo de favorecer los mecanismos de co-creación y co-decisión de sus respectivos planes y programas, con modelos de programación y financiación conjunta. La colaboración y la agilidad de la administración. La perspectiva de género. La responsabilidad social y económica. También establece una serie de objetivos generales, que representan el objetivo central de la estrategia,con un enfoque transversal. Estos objetivos se alcanzarán a través de varios Ejes de actuación como: el afrontar las prioridades de nuestro entorno, en línea con la Agenda 2030, contribuyendo a las prioridades políticas de la UE; priorizando y dando respuesta a los desafíos de los sectores estratégicos nacionales. Fomentar la I+D+I y su transferencia, generando conocimiento y liderazgo científico, aumentando la capacidad de comunicación a la sociedad y de influencia en el sector público y en el privado. Desarrollar, atraer y retener talento, potenciando la capacidad de España para atraer y retener talento, facilitando el progreso profesional y la movilidad. Catalizar la innovación y el liderazgo empresarial, favoreciendo la transferencia del conocimiento y desarrollando vínculos bidireccionales entre ciencia y empresas. Promover la investigación y la innovación en el tejido empresarial. Así mismo, establece unos ejes de actuación, tales como: el fortalecimiento institucional, presupuestario (incrementando dotaciones e incentivando las inversiones privadas); instrumental (desarrollando instrumentos y órganos, simplificando y flexibilizando); de coordinación (a nivel nacional, autonómico y europeo) y gobernanza (con un sistema de indicadores de seguimiento que permitan el análisis, seguimiento y evaluación de los resultados obtenidos respecto a los objetivos fijados). Agentes investigadores e innovadores: capacidades, para promover la excelencia en las infraestructuras científicas y tecnológicas. Itinerario de entrada al sistema de I+D+I facilitando la promoción y la seguridad laboral para el personal, facilitando, así mismo, su incorporación al sector privado. Talento investigador, tecnológico e innovador que se pretenda atraer hacia el sistema de ciencia, a las empresas y a la industria, facilitando su movilidad entre el sector público y el privado. Promover la innovación y su difusión, sobre todo en las PYMES, asegurando incentivos fiscales. Oportunidades, de desarrollo empresarial, atrayendo opciones de capital riesgo para las empresas innovadoras. Relaciones entre los agentes: multidisciplinariedad; transferencia, con canales eficaces. Innovación; internacionalización. Ciencia e Innovación en la sociedad: promover el compromiso de la sociedad con la ciencia, fomentando la divulgación y la cultura científica, promoviendo una ciencia y una innovación abiertas e inclusivas. En la Estrategia aprobada se establecen los indicadores de seguimiento que se utilizarán para ver el nivel de consecución de los objetivos marcados, así como la evaluación de los resultados obtenidos con los medios disponibles que se han empleado. La Estrategia establece también las prioridades científico-técnicas y sociales a abordar, así como los instrumentos de coordinación para determinar el esfuerzo financiero de los diferentes agentes públicos de financiación del Sistema. Marca, igualmente, los objetivos de los Planes de Investigación, tanto de la Administración General del Estado, como de las Comunidades Autónomas. Que como se ha señalado antes, deberán estar coordinados. Establece los mecanismos y criterios que articulen la propia Estrategia con otras políticas sectoriales del Gobierno y de Comunidades Autónomas, de la Unión Europea, y de otros Organismos Internacionales, para lograr la máxima eficiencia del Sistema y evitar tanto redundancias, como carencias. Otro mecanismo que introduce la nueva Gobernanza del sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación es EL CONSEJO DE POLÍTICA CIENTÍFICA, TECNOLÓGICA Y DE INNOVACIÓN. Que será el órgano de coordinación general de la investigación científica y técnica, y estará adscrito al Ministerio con competencias en la materia. Entre sus funciones estarán las de participar en la elaboración e información de las propuestas para las dos Estrategias (tanto la de Ciencia y Tecnología, como la de Innovación), así como los mecanismos de evaluación de su desarrollo. Conocerá los Planes, tanto estatales como los de las Comunidades Autónomas, y velará por el uso eficiente de los recursos y de los medios disponibles. Aprobará criterios para el intercambio de información entre la Administración General y las Comunidades Autónomas, respetando sus respectivos ámbitos competenciales, y las normas sobre confidencialidad y privacidad de la información. Garantizando la correcta recogida, tratamiento y difusión de datos. Minimizando la carga administrativa que pueda suponer para los agentes que deban suministrarlos. Administración General y Comunidades Autónomas, tendrán acceso a la información que se recoja a través de los mecanismos establecidos. Promoverá acciones conjuntas entre distintas Comunidades Autónomas, así como de estas con la Administración general del estado para el desarrollo y la ejecución de programas y proyectos de investigación. Impulsará actuaciones de interés común en materia de transferencia e innovación. Propondrá los principios generales de programación y distribución territorial de ayudas no competitivas en investigación, financiadas con fondos de la Unión Europea. Emitirá informes y dictámenes que le soliciten el Gobierno o las Comunidades Autónomas El Consejo estará constituido por los titulares de los Ministerios que determine el Gobierno, así como por los representantes de las Comunidades Autónomas, que tengan competencia en la materia. El Consejo estará presidido por el ministro competente en esta materia. La vicepresidencia la ocupará anualmente, y de manera rotatoria, uno de los representantes de las Comunidades Autónomas. El Gobierno se reserva un número de votos igual al de la suma de todos los votos de las Comunidades Autónomas, a las que les corresponderá un solo voto a cada una, independientemente del número de representantes que en su nombre acudan a las reuniones. El Consejo será quien apruebe su propio reglamente de régimen interior. EL CONSEJO ASESOR DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN. Es el órgano de participación de la comunidad científica y tecnológica, así como de los agentes económicos y sociales, en los asuntos relacionados con la ciencia, la tecnología y la innovación. Aquí ya no son los políticos, o los representantes de los gobiernos, tanto central como de las distintas Comunidades Autónomas los que van a participar en las decisiones que se tomen, sino que este será un órgano eminentemente técnico, en el que estarán representados los científicos y los tecnólogos, así como representantes de los sectores económicos, y de otros ámbitos de la sociedad que estén relacionados con la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Entre sus funciones estará la de asesorar al Ministerio con competencias en la materia sobre las propuestas de la Estrategia Española de Ciencia y Tecnología y sobre la de Innovación. Como órgano eminentemente técnico que es, estará capacitado para asesorar al ministro correspondiente sobre cuáles son las propuestas más importantes que puedan abordarse para afrontar con éxito la estrategia que vaya a plantearse, tanto en el ámbito científico y tecnológico, como en el de la innovación. Igualmente, este órgano tendrá capacidad para asesorarle, también, en la elaboración del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica, y en el de Innovación. Entre sus funciones están: Proponer objetivos y modificaciones, así como conocer el desarrollo posterior de los mismos. Es lógico pensar que si se le da una gran importancia al seguimiento y consecución de los objetivos marcados, sea también tenida en cuenta en este aspecto la opinión de un órgano fundamentalmente técnico sobre el logro o no de los mismos, o sobre las posibles desviaciones que se hayan producido respecto a los objetivos planteados inicialmente. Asesorar al Gobierno, a las Comunidades Autónomas y al Consejo de Política Científica, Tecnológica y de la Innovación en el ejercicio de sus funciones, así como informar los asuntos que estos determinen. Si cualquiera de los órganos mencionados requiere e insta la elaboración de un informe técnico por parte del Consejo Asesor, este lo emitirá, y el órgano solicitante lo valorará y lo tendrá en cuenta a la hora de tomar las decisiones que correspondan. Promover la introducción de mecanismos rigurosos de evaluación que permitan medir la eficacia social de los recursos públicos utilizados. Ya se ha señalado en varias ocasiones la importancia que se le da a raíz de esta Ley a la consecución de los objetivos propuestos, ya que no puede ocurrir que se estén invirtiendo recursos, y después no sé evalúe adecuadamente cuáles son los logros obtenidos con esos recursos invertidos, y cuál ha sido la repercusión social de dicha inversión. El número de miembros que lo constituirán lo determinará el Consejo de Política Científica, Tecnológica y de la Innovación, y estará formado por científicos de reconocido prestigio internacional (al menos un tercio de sus miembros), asociaciones empresariales, y por representantes de los sindicatos más representativos. Su presidente será nombrado de entre los miembros de la comunidad científica, por el Consejo de Política Científica, Tecnológica y de la Innovación. Este órgano quedará adscrito al Ministerio con competencias en la materia. COMITÉ ESPAÑOL DE ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN. Es un órgano colegiado, independiente, y de carácter consultivo en materia de ética profesional en la investigación científica y técnica, que se crea adscrito al Consejo de Política Científica, Tecnológica y de Innovación. Emitirá informes sobre la materia en la que es competente. Establecerá principios generales para la elaboración de códigos de buenas prácticas, que serán desarrollados por los comités de Ética en la Investigación y por el Comité de Bioética de España. Representará a España en foros y organismos internacionales, salvo en materia de bioética, en cuya representación actuará el Comité de Bioética de España. El número de sus miembros lo determinará el Consejo de Política Científica, Tecnológica y de la Innovación. Serán nombrados por su presidente, y la mitad serán a propuesta de la Administración General del Estado y la otra mitad a propuesta de las Comunidades Autónomas. Su reglamento lo aprobará también el Consejo de Política Científica, Tecnológica y de la Innovación, y se hará por real decreto. Podrán establecerse comités especializados dentro del mismo. El mandato de sus miembros, que serán expertos reconocidos internacionalmente, tendrá una duración de cuatro años, renovable por una sola vez, salvo que sea para sustituir a uno ya nombrado previamente, que lo será por el tiempo que reste hasta completar los cuatro años, y podrá ser reelegido una sola vez. Las renovaciones se harán por mitades cada dos años, salvo la primera renovación que se hará por sorteo. Sus miembros cesarán por expiración de su mandato, por renuncia o por separación acordada por el Consejo que los ha nombrado, previa audiencia al interesado, por incapacidad para ejercer sus funciones, por incumplimiento grave de sus obligaciones, por incompatibilidad sobrevenida o por procesamiento por delito doloso. Los miembros del Comité actuarán con independencia de las autoridades que los propusieran o nombraran, y no podrán pertenecer a órganos de gobierno de la Administración General del Estado, de las Comunidades Autónomas, de Entidades Locales, o de las Cortes Generales o de las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas. EL SISTEMA DE INFORMACIÓN SOBRE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN. Se crea bajo la dependencia del Ministerio con competencias en la materia, como instrumento de captación de datos y análisis para la elaboración y el seguimiento de la Estrategia Española de Ciencia y Tecnología, así como de la Estrategia Española de Innovación, y de sus planes de desarrollo. Se persigue un sistema de información unificado y homogéneo, que pueda ser consultado tanto por la Administración General del Estado como por las Comunidades Autónomas. Los agentes del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación aportarán la información sobre sus actuaciones en esta materia. Habrá de respetarse el ámbito competencial de las distintas Administraciones así como la normativa sobre confidencialidad y privacidad de la información. El Sistema habrá de articularse con los Sistemas de las Comunidades Autónomas, con el fin de facilitar la homogeneidad de datos e indicadores. La información almacenada en todos estos sistemas podrá consultarse tanto por la Administración General del Estado, como por las Comunidades Autónomas. En su título IV, la Ley regula el fomento y la coordinación de la investigación científica y técnica en la Administración General del Estado. Y en el capítulo I de este título, aborda la Gobernanza en el ámbito de la Administración General del Estado. Como ya se ha dicho, el fomento de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación en un estado como el español que está organizado en diecisiete comunidades autónomas, además del gobierno central, tiene sus competencias repartidas entre la Administración Central del Estado y las Comunidades Autónomas, abordando cada una de estas administraciones la parte que entra dentro de la jurisdicción que tiene encomendada. También se ha señalado ya que el objetivo al que se aspira es a que haya la máxima coordinación y cooperación posible, para que los recursos que se destinan a estos fines, tengan un aprovechamiento óptimo. No obstante, y dentro de las competencias de la Administración General del Estado, se establece: LA COMISIÓN DELEGADA DEL GOBIERNO PARA POLÍTICA CIENTÍFICA, TECNOLÓGICA Y DE LA INNOVACIÓN. Esta Comisión será el órgano que llevará a cabo la planificación y el seguimiento de la política científica, tecnológica y de innovación, así como la coordinación entre los distintos departamentos ministeriales y todas aquellas otras tareas que esta ley o el Gobierno les atribuya en lo relativo a estas materias. Su composición y funciones vendrán determinadas por el gobierno, y podrá autorizar la delegación de las funciones que expresamente se determinen, en otros órganos de nivel inferior. Esta Comisión Delegada determinará el procedimiento a seguir para la evaluación de los resultados de la ejecución de la política científica, para lo cual deberá elaborar un informe que será, como mínimo, de carácter bianual, y en el que se contemplarán específicamente los resultados que se vayan obteniendo tanto con el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica, como con el Plan Estatal de Innovación. EL PLAN ESTATAL DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TÉCNICA. Como se ha señalado ya anteriormente, estos planes no son nuevos, puesto que ya existían antes de la promulgación de la Ley de la Ciencia, pero se han mantenido debido a su importancia. Será el elemento del cual se servirá la Administración General del Estado para desarrollar la Estrategia Española de Ciencia y Tecnología. Financiará aquellas actuaciones que, en materia de investigación científica y técnica, se correspondan con las prioridades establecidas por la Administración General del Estado, y establecerá con carácter plurianual: Los objetivos que se pretenden alcanzar. Los indicadores de seguimiento que se utilizarán con el fin de medir el nivel de consecución de los objetivos propuestos. La evaluación de los resultados obtenidos. Establecerá igualmente las prioridades científico-técnicas y sociales que marcarán la distribución del esfuerzo financiero de la Administración General del Estado. Es decir, determinará a qué prioridades se atiende con los presupuestos de que se dispone. Los programas que deberán desarrollar los agentes de ejecución de la Administración General del Estado para alcanzar los objetivos marcados. En estos programas se tendrán en cuenta las iniciativas sectoriales que vayan a proponer cada uno de los departamentos ministeriales que se vean afectados, así como las que se planteen por los diferentes agentes de financiación o de ejecución que estén adscrito a la Administración General del Estado. Para cada uno de los programas a desarrollar, se determinará una duración y también la entidad que será la encargada de su gestión y de su ejecución. Se establecerán igualmente los criterios y los mecanismos de articulación del plan con las políticas sectoriales del Gobierno, con las de las Comunidades Autónomas, y con las de la Unión Europea, con el fin de evitar redundancias y de prevenir carencias, y así lograr un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles y alcanzar la mayor eficacia conjunta posible del sistema. Establecerá igualmente los costes previsibles para su realización, así como las fuentes de financiación con las que se contará. Detallando una estimación de las aportaciones de la Unión Europea o de otros organismos públicos o privados que participen en las acciones de fomento, y en su caso, las posibles acciones de complementariedad que pudieran corresponder a los propios beneficiarios de las subvenciones. Será el Ministerio competente en la materia el encargado de la elaboración del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica, en coordinación con otros departamentos competentes. El Plan será aprobado por el Gobierno, a propuesta del Ministerio competente en la materia, con el informe previo del Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación, y de cualquier otro órgano que corresponda. Será oída también la Comisión Delegada del Gobierno para Política Científica, Tecnológica y de Innovación. Será la Comisión Delegada del Gobierno la que establecerá los mecanismos de seguimiento y de evaluación del desarrollo del Plan Estatal. Los resultados que se obtengan de este seguimiento y de esta evaluación deberán ser publicados. La financiación del Plan Estatal provendrá de los Presupuestos Generales del Estado, supeditados al cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria y de eficacia en el gasto, de las aportaciones de otras entidades públicas y privadas, y de los fondos que puedan provenir de la Unión Europea. El Plan podrá revisarse anualmente, para poder establecer las modificaciones o correcciones que correspondan, así como para ordenar su prórroga. Este Plan tendrá la consideración de Plan estratégico de subvenciones, a los efectos de lo establecido en el artículo 8 y en la disposición adicional decimotercera de la Ley General de Subvenciones que determina que para que sean considerados como tales, dichos planes deben concretar los objetivos y los efectos que persiguen con su aplicación, el plazo necesario para la consecución de los mismos, los costes previsibles, así como las fuentes de financiación para los mismos, y todo ello supeditado al cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria. Como puede apreciarse, el Plan Estatal es una herramienta imprescindible para el desarrollo y el avance de la investigación científica y tecnológica en España, ya que con sus ayudas soportan una parte muy importante de la investigación que se lleva a cabo en este país. EL PLAN ESTATAL DE INNOVACIÓN. Su objetivo principal es transformar el conocimiento generado en los ámbitos de la investigación en valor económico para reforzar la capacidad de crecimiento y poder abordar con mayor eficacia los desafíos sociales y globales que se plantean. Sigue un esquema similar al ya señalado más arriba para el Plan Estatal de Innovación Científica y Técnica, pero en el ámbito de la Innovación. Establecerá, igualmente, los ejes prioritarios de actuación del Estado en esta materia, y que incluirán análisis y medidas relativos a la modernización del entorno financiero, al desarrollo de los mercados innovadores, a las personas, a la internacionalización de las actividades innovadoras y a la cooperación territorial en esta materia. Entre otras cosas, señalará: Los objetivos, los indicadores y la evaluación. Los ejes prioritarios. Los agentes intervinientes, entre los que se encuentran las Universidades, los Organismos Públicos de Investigación, otros organismos de I+D+i, como son los centros tecnológicos o las empresas. Los mecanismos y los criterios de articulación del Plan con otras políticas sectoriales del Gobierno, de las Comunidades Autónomas o de la Unión Europea, para lograr la eficiencia del Sistema, y evitar redundancias o carencias. Los costes previsibles para su realización y las fuentes para su financiación. El Ministerio competente, elaborará la propuesta del Plan, en coordinación con otros departamentos ministeriales competentes en otras materias. La aprobación se llevará a cabo como en el Plan Estatal de Ciencia e Innovación, y tendrá la misma consideración que este a efectos de lo establecido en la Ley General de Subvenciones. Entre los ejes prioritarios que se establecen para este Plan, figuran la modernización del entorno financiero, el desarrollo de mercados innovadores, las personas, la internacionalización de las actividades innovadoras, y la cooperación territorial como base fundamental de la innovación. Se diseñarán instrumentos que faciliten el acceso de las empresas innovadoras a la financiación de sus actividades y proyectos, mediante la promoción de líneas específicas a tal efecto, y mediante el fomento de la inversión privada en las empresas innovadoras. Se impulsará la contratación pública de actividades innovadoras, es lo que se conoce como compra pública innovadora, en la que las administraciones públicas realizan importantes inversiones en proyectos rompedores, con el fin de obtener un resultado planteado en una idea innovadora, y a la que se le supone una proyección de futuro a nivel comercial, es decir, que se pretende conseguir un producto que después pueda comercializarse en los mercados correspondientes. Los distintos departamentos ministeriales aprobarán, y harán público un plan detallado de su política de compra pública innovadora y precomercial. También se pretende apoyar la participación de entidades españolas en programas europeos e internacionales, así como impulsar instrumentos conjuntos en el ámbito de la Unión Europea para proteger la propiedad industrial y la propiedad intelectual. Para la evaluación de los proyectos que se presenten para financiación, se tendrá en cuenta, entre otros criterios, el de la evaluación y la valoración del impacto internacional previsto en los mismos. Se fomentarán los convenios de colaboración, cooperación y gestión compartida entre la Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas para el desarrollo de los objetivos de este Plan. También se llevarán a cabo programas de incorporación de doctores y tecnólogos, así como de gestores de transferencia de conocimiento que tengan relación con grupos de investigación dedicados a proteger y transferir la propiedad industrial e intelectual generada por una investigación de excelencia, a las empresas. LOS AGENTES DE FINANCIACIÓN. Estarán adscritos al Ministerio competente en la materia. Se han establecido dos agentes, que son: La Agencia Estatal de Investigación y El Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). Entre las funciones de estos dos agentes de financiación se encuentran: La de gestionar los programas o los instrumentos que les asigne el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica o el Plan Estatal de Innovación, así como los derivados de posibles convenios de colaboración con entidades españolas o con otros agentes homólogos de otros países. La de contribuir a la definición de los objetivos de los Planes, y colaborar en las tareas de evaluación y de seguimiento de los mismos. La realización de la evaluación científico-técnica de las acciones establecidas en los dos Planes, y de cualesquiera otras actuaciones de política científica y tecnológica para la asignación de los recursos disponibles, así como la evaluación para la comprobación de la justificación de las ayudas y de la realización de la actividad y del cumplimento de la finalidad, para la concesión o el disfrute de las ayudas. Deberá difundir los resultados de las evaluaciones que se lleven a cabo. El asesoramiento en materia de gestión, de financiación, de justificación y de seguimiento de los Planes Estatales de Innovación Científica y Técnica y de Innovación. Cualquier otra que les sea encomendada. La Agencia estará enfocada al fomento de la generación del conocimiento, mediante el impulso de la investigación. El Centro estará orientado al fomento de la innovación, mediante el impulso de la investigación, el desarrollo experimental y la incorporación de nuevas tecnologías. Ambos desarrollarán su actividad como agentes de financiación, de forma coordinada, y de acuerdo con los principios de autonomía, objetividad y transparencia, rendición de cuentas, eficacia y eficiencia en la gestión. Cooperarán con sus homólogos españoles y extranjeros. LOS AGENTES DE EJECUCIÓN DENTRO DE LA ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO. Los organismos públicos de investigación. Haremos sólo una relación de algunos de los más conocidos, como pueden ser el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA); el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII); el Instituto Geológico y Minero de España (IGME); el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), etc. ESQUEMA DE LOS INSTRUMENTOS ESTABLECIDOS PARA LA GOBERNANZA DEL SISTEMA. La Estrategia Española de Ciencia y Tecnología. El Consejo de Política Científica, Tecnológica y de Innovación. El Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación. Comité Español de Ética de la Investigación. Sistema de Información sobre Ciencia, Tecnología e Innovación. EN EL ÁMBITO DE LA ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO. La Comisión Delegada del Gobierno para Política Científica, Tecnológica y de la Innovación. El Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica. El Plan Estatal de Innovación. Los Agentes de Financiación: Agencia Estatal de Investigación y Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). Los Agentes de Ejecución: OPIS. LOS RECURSOS HUMANOS DEDICADOS A LA INVESTIGACIÓN. La Ley 14/2011, de 2 de Junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, dedica su Título II a los Recursos Humanos dedicados a la Investigación. Como se ha comentado anteriormente, en España no ha existido nunca una carrera investigadora propiamente dicha, y que estuviera regulada y reconocida oficialmente por ningún organismo público. La Ley 14 viene a intentar paliar esa carencia, estableciendo la ordenación de los recursos humanos dedicados a la investigación. Este título II se divide a su vez en tres Capítulos que van a ir desgranando distintos aspectos relacionados con el desarrollo de la carrera investigadora en España. Así, el capítulo I está dedicado al Personal Investigador al servicio de las Universidades Públicas, de los Organismos Públicos de Investigación y de los Organismos de investigación de otras administraciones públicas. Establece que sus disposiciones serán de aplicación al personal investigador que preste servicios en esos ámbitos, sin perjuicio de las competencias que puedan corresponder a las Comunidades Autónomos o a las normas establecidas por el resto de la legislación vigente. En su artículo 13, la Ley, define qué es personal investigador, o más bien a quién se puede considerar como personal investigador, que será aquel que estando en posesión de la titulación exigida, lleva a cabo una actividad investigadora, que entiende como el trabajo creativo realizado de forma sistemática. Podríamos decir que para ser personal investigador, evidentemente, tienes que dedicarte a investigar. También se considera personal investigador, como no podía ser de otra manera, al definido como personal docente e investigador por la Ley Orgánica de Universidades (6/2001, de 21 de diciembre). La relación de este personal con el organismo al que pertenezca podrá estar sujeta al derecho laboral o al derecho administrativo; o ser funcionario de carrera, funcionario interino o personal laboral (fijo o temporal), de acuerdo con lo establecido en el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP). Dependiendo de a qué colectivo pertenezcan, para cada uno de ellos regirá la normativa que les corresponda. Así los funcionarios se regirán por lo estipulado en el EBEP, y supletoriamente por la normativa de desarrollo de la función pública que les sea de aplicación. El personal de carácter laboral se regirá por esta Ley, por el Estatuto de los Trabajadores, y por el propio EBEP en lo que le sea de aplicación. Aclara, no obstante, que al personal al servicio de las Universidades Públicas le será de aplicación lo estipulado en la Ley Orgánica de Universidades (6/2001, de 21 de diciembre), por el estatuto del personal docente e investigador, por los estatutos de la Universidad correspondiente, por las disposiciones que dicten las Comunidades Autónomas en virtud de sus competencias, y por el EBEP. Derechos del personal investigador. Define a continuación cuáles son los derechos del personal investigador, entre los que señala: a formular iniciativas de investigación, a determinar con libertad los métodos para resolver los problemas, siempre dentro de los marcos éticos y de la normativa aplicable, a que se le reconozca su autoría o coautoría en los trabajos en los que participe, a la igualdad de género, a su plena integración en los equipos y entidades a las que pertenezca, a contar con medios e instalaciones que le permitan desarrollar su trabajo, a la consideración y respeto de su actividad, y a su evaluación, a utilizar la denominación de la institución para la que prestan servicio, a participar en los beneficios derivados de la explotación de los resultados de su actividad (esta no tendrá en ningún caso la consideración de retribución o salario), a la conciliación, al desarrollo profesional (formación continua y desarrollo de sus capacidades y competencias), a la movilidad, tanto geográfica como intersectorial e interdisciplinar. Todos estos derechos, sin perjuicio de los que les reconozca el EBEP, o de otros que resulten de aplicación en función de la entidad en la que presten servicios y de la actividad que realicen. Deberes del personal investigador. Observar las prácticas y los principios éticos que correspondan a sus disciplinas, poner en conocimiento de sus entidades los hallazgos, descubrimientos o resultados susceptibles de protección, difundir los resultados de sus investigaciones, participar en las reuniones y actividades de los órganos de gobierno y gestión de su institución, así como en los procesos de evaluación y mejora que se les requieran, procurar que su labor sea relevante para la sociedad, adoptar medidas para evitar el plagio, orientar sus investigaciones al logro de objetivos estratégicos para su entidad, informar de posibles retrasos o redefinición de proyectos de los que sean responsables, así como de su finalización o de la necesidad de abandonarlos o suspenderlos, rendir cuentas de su trabajo, así como del uso eficaz de la financiación de los proyectos que desarrollan, utilizar la denominación de las entidades para las que prestan servicio, observar medidas de seguridad e higiene en su trabajo, adoptar medidas para el cumplimiento de la normativa de protección de datos y de confidencialidad. Para los deberes, igual que para los derechos, se tendrán en cuenta los que establezca el EBEP, o cualquier otro que esté establecido por la normativa vigente. Para la selección del personal investigador, se han de garantizar, como no podría ser de otra manera, los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad, y se desarrollarán de acuerdo a las leyes. Se respetarán, en todo caso, los principios de publicidad de las convocatorias y de sus bases; la transparencia en los procesos; la imparcialidad y profesionalidad de los miembros de los órganos de selección; la independencia y discrecionalidad técnica en sus actuaciones; la adecuación entre el contenido de los procesos y las funciones o tareas a desarrollar; la agilidad, sin perjuicio de la objetividad. Los procesos de selección que afecten a las Universidades, se regirán por la Ley Orgánica de Universidades. La movilidad del personal investigador. Desde los distintos estamentos se promoverá la movilidad geográfica, intersectorial e interdisciplinar, así como la movilidad entre el sector público y el sector privado, y se reconocerá esta como un medio para reforzar los conocimientos y el desarrollo profesional de este personal. La movilidad deberá ser valorada en los procesos de selección y en los de evaluación profesional en los que el personal participe. Se potenciará la movilidad y el intercambio entre los distintos agentes de ejecución, bien sean públicos o privados, y en el ámbito de España, de la Unión Europea o de otros ámbitos internacionales. Las distintas entidades podrán autorizar la adscripción de personal investigador que le preste servicios a otros agentes públicos de investigación o a agentes privados sin ánimo de lucro, y podrán recibirlos, con el objetivo de la realización de labores de investigación o desarrollo tecnológico, transferencia o difusión de conocimientos, dirección de centros o instalaciones o de proyectos científicos, por el tiempo necesario para llevarlos a cabo, y con el informe favorable del organismo de origen. Si son funcionarios o laborales fijos, se les exigirá una antigüedad mínima de cinco años, y se les declarará en excedencia temporal para incorporación a otros agentes públicos de ejecución, si no procede la situación de servicio activo. Esta excedencia temporal estará condicionada a las necesidades del servicio y a los intereses del organismo del que es empleado, y en el que la unidad correspondiente deberá emitir un informe favorable preceptivo. La relación que se establecerá será en régimen de contratación laboral. El plazo máximo por el que se concederá será de cinco años, y no podrá volver a pedir otra nueva hasta que no hayan transcurrido dos años desde la reincorporación. Durante la excedencia no percibirá retribuciones de su organismo de origen, tendrá derecho a la reserva del puesto de trabajo, al cómputo del tiempo a efectos de antigüedad, a la consolidación del grado personal, y a la evaluación de la actividad investigadora, en su caso. Antes de que finalice el plazo para el que tiene concedida la excedencia, debe solicitar el reingreso o la reincorporación, de no hacerlo, se le declarará de oficio en excedencia voluntaria por interés particular o análoga situación si es personal laboral. Un régimen similar rige para la incorporación a agentes privados, extranjeros o internacionales. Igualmente, el personal investigador podrá ser autorizado por su institución para la realización de estancias formativas en centros de reconocido prestigio, tanto nacionales como extranjeros, siempre subordinadas estas a las necesidades del servicio y a los intereses de la propia institución, para lo que a tal efecto será preceptiva la emisión del pertinente informe favorable por parte de la unidad correspondiente, y siempre y cuando, la formación a realizar esté relacionada directamente con la actividad investigadora que desarrolla. En este caso, el personal investigador conservará su régimen retributivo. La duración acumulada de estas estancias no podrá ser superior a dos años en un período de cinco. Autorización para prestar servicios en sociedades mercantiles. En aras al interés por potenciar la movilidad de los investigadores, se propone que los organismos puedan autorizar a su personal investigador a prestar servicios, mediante un contrato a tiempo parcial y de duración determinada en sociedades mercantiles creadas o participadas por la entidad para la que el personal preste servicios. La autorización requerirá justificación previa motivada. La compatibilidad no podrá modificar ni la jornada ni el horario del puesto de trabajo inicial del interesado, y quedará automáticamente sin efecto si cambia de puesto en el sector público. LA CONTRATACIÓN DE PERSONAL INVESTIGADOR DE CARÁCTER LABORAL. Establece la Ley de la Ciencia una serie de modalidades contractuales específicas del personal investigador, que son: Contrato Predoctoral. Contrato de Acceso al Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación. Contrato de Investigador Distinguido. El régimen jurídico aplicable a este personal será el establecido en esta Ley, y en su defecto, el Estatuto de los Trabajadores. Las Universidades Públicas podrán contratar personal investigador, únicamente cuando sean perceptoras de fondos cuyo destino incluya la contratación de personal investigador o para el desarrollo de sus programas propios de I+D+i. También podrán contratar personal investigador a través de las modalidades contractuales establecidas en el Estatuto de los Trabajadores. La consecución de la titulación de doctor pondrá fin a la etapa de formación predoctoral del personal investigador, y dará comienzo la etapa postdoctoral. El contrato predoctoral. Se regula en el artículo 21 de la Ley. Los requisitos necesarios para que pueda suscribirse son: Su objeto será la realización de tareas de investigación en el ámbito de un proyecto específico y novedoso, para aquellos que estén en posesión del título de licenciado, ingeniero, arquitecto o graduado, con un mínimo de 300 créditos o de un master universitario o equivalente, y además hayan sido admitidos a un programa de doctorado. Serán considerados personal investigador predoctoral en formación. El contrato que se suscriba entre las dos partes será de duración determinada y con dedicación a tiempo completo. La duración inicial será de un año, prorrogable por períodos anuales, previo informe favorable de la comisión académica del programa de doctorado o de la escuela de doctorado. La duración máxima acumulada, incluidas las prórrogas, no podrá exceder de cuatro años, salvo que el contrato se suscriba con una persona con discapacidad, que entonces podrá alargarse hasta un máximo de seis años. El cómputo del plazo se verá interrumpido por situaciones de incapacidad temporal, riesgo durante el embarazo, maternidad, adopción o acogimiento, riego durante la lactancia, y paternidad. La retribución se fija en un mínimo del 56 por ciento del salario fijado en los convenios colectivos para categorías equivalentes, durante los dos primeros años; del 60 por ciento para el tercer año, y del 75 por ciento para el cuarto año. Nunca podrá ser inferior al salario mínimo interprofesional establecido para cada año. Podrán prestar colaboraciones complementarias en tareas docentes relacionadas con la actividad de investigación que desarrollan, hasta un máximo de 60 horas anuales, y con un máximo de 180 horas durante todo el período de contratación con esta modalidad, con el acuerdo del departamento y la aprobación de la entidad El contrato de Acceso al Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación. Se regula en el artículo 22 de la Ley. Sólo podrá concertarse con quienes estén en posesión del título de doctor o equivalente. No le es de aplicación lo establecido en el artículo 11.1 del Estatuto de los Trabajadores, relativo al límite de cinco o de siete años, cuando se concierte con un trabajador con discapacidad. El objetivo es que se alcance un elevado nivel de perfeccionamiento y de especialización profesional por parte del personal investigador que se contrata. La duración no podrá ser inferior al año, ni superior a cinco años, incluidas las posibles prórrogas, que en caso de hacerse, no podrán suscribirse por un período inferior al año. En el límite máximo de los cinco años se tendrán en cuenta todos los períodos por los que el personal haya estado contratado con esta modalidad de contrato, aunque lo haya estado en distintas entidades. También interrumpen el cómputo del plazo las situaciones de incapacidad temporal, riesgo durante el embarazo, maternidad, adopción o acogimiento, riesgo durante la lactancia y paternidad. Sus retribuciones no podrán ser inferiores a las que correspondan al personal investigador que realice tareas análogas. Podrán prestar colaboraciones complementarias en tareas docentes relacionadas con la actividad de investigación propuesta, hasta un máximo de 80 horas anuales, con el acuerdo del departamento y la aprobación de la entidad, y sometido siempre a la normativa de incompatibilidades del personal al servicio de las Administraciones Públicas. En lo no previsto le será de aplicación el artículo 11.1 del Estatuto de los Trabajadores. Finalizado el segundo año de contrato, la actividad investigadora desarrollada podrá someterse a evaluación, de acuerdo con las normas del organismo contratante, y esta evaluación contará con un informe externo que, en caso de ser negativo, será vinculante. Este informe lo elaborará la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) o el órgano equivalente que la Comunidad Autónoma determine en el caso de las Universidades Públicas. La Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP) o el órgano equivalente en el caso de personal investigador contratado por los OPIS de la Administración General del Estado. Si el contratado ha obtenido una valoración positiva, esta deberá tenerse en cuenta a los efectos de su valoración como méritos investigadores, en el caso de que participe en procesos selectivos de personal laboral fijo. Si la evaluación a la que se ha sometido resultara negativa, podrá someter su actividad investigadora a una segunda y última evaluación antes de finalizar el contrato o sus prórrogas. En caso de superarla, tendrá los mismos efectos que se han señalado anteriormente. El contrato de investigador distinguido. Pueden celebrarse con investigadores españoles o extranjeros, de reconocido prestigio en su ámbito científico y técnico, que estén en posesión del título de doctor o equivalente, y con los siguientes requisitos: El objeto del contrato será la realización de actividades de investigación, o la dirección de equipos humanos, de centros de investigación, de instalaciones o programas científicos y tecnológicos singulares y de gran relevancia en su ámbito. La duración del contrato será la acordada entre las partes. La jornada laboral, los horarios, fiestas, permisos y vacaciones se fijarán en las cláusulas del contrato. El contratado no podrá celebrar contratos de trabajo con otras entidades, salvo autorización expresa o pacto escrito, y siempre respetando la normativa sobre incompatibilidades. El contrato se someterá al seguimiento objetivo establecido por el empleador. Podrá extinguirse por desistimiento del empleador, con un preaviso de tres meses. Tendrán derecho a indemnización. La Ley establece una serie de disposiciones específicas para el personal al servicio de los OPIS de la Administración General del Estado. No vamos a profundizar en este tema, sólo decir que puede haber personal funcionario de carrera, que se divide en tres escalas científicas, que son: Profesores de Investigación. Investigadores Científicos. Científicos Titulares. También puede haber personal de investigación, que puede ser personal investigador o personal técnico. Igualmente, estos organismos podrán contratar personal técnico laboral para la realización de proyectos específicos de investigación científica y técnica, de acuerdo con el artículo 15.1 a) del Estatuto de los Trabajadores. IMPULSO DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TÉCNICA, LA INNOVACIÓN, LA TRANSFERENCIA DEL CONOCIMIENTO, LA DIFUSIÓN Y LA CULTURA CIENTÍFICA, TECNOLÓGICA E INNOVADORA. Los agentes de financiación del Sistema impulsarán la participación activa de los agentes públicos de ejecución en el desarrollo de la investigación y de la innovación para estimular una investigación de calidad, y la generación de conocimiento y su transferencia, para mejorar la productividad y la competitividad, la sociedad del conocimiento y el bienestar social a través de la creación de una cultura empresarial de la innovación. Para lograr lo anteriormente expuesto, se tendrán en cuenta: Las medidas para el fomento de la investigación. Estableciendo mecanismos de colaboración público-privada para el desarrollo de proyectos estables, así como el fomento de la generación de nuevas empresas de base tecnológica y científica. Las medidas para fomentar la inversión, y las medidas para estimular la cooperación entre las empresas, así como entre estas y los organismos de investigación, implementando fórmulas jurídicas de cooperación como las agrupaciones de interés económico y las uniones temporales de empresas, en las que se compartan inversiones, ejecución de proyectos o explotación de resultados de investigación. Las entidades que se agrupen o colaboren, se beneficiarán de los incentivos fiscales previstos en la legislación, si cumplen los requisitos establecidos en la misma. Las medidas para la valorización del conocimiento, entre las que se incluirán la potenciación de las actividades de transferencia que generen los agentes públicos de ejecución, y que se harán a través de las oficinas de transferencia de resultados de investigación; así como desde los parques científicos y tecnológicos o desde los centros tecnológicos o cualquier otra estructura. Igualmente ha de fomentarse la cooperación de los agentes públicos de ejecución con el sector privado, entre otras cosas, mediante la participación en sociedades mercantiles, en los términos que regula la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible, para conseguir que los resultados de la investigación científica y técnica se traduzca en desarrollo económico y social sostenible. Se tendrán en cuenta en este sentido, que se han de impulsar también medidas de transferencia que no tengan ese matiz mercantil, y que se encaminen a la creación de espacios públicos comunes. Las medidas para el desarrollo de la transferencia inversa, que conllevará la puesta de manifiesto por parte de los agentes del sector productivo de cuáles son sus necesidades, para que esto sirva para orientar las líneas y los objetivos de investigación de los centros de investigación, de cara a lograr el mayor impacto socioeconómico posible. Medidas que impulsen la captación y la incorporación de recursos humanos especializados al sector empresarial. Medidas para la difusión de los recursos y resultados de investigación para que sea utilizada por todos los agentes del Sistema, así como para su protección. Medidas para apoyar la investigación y la innovación, como programas de información y apoyo para la participación en programas de la Unión Europea u otros programas internacionales. Creación de infraestructuras de apoyo a la investigación. Impulso a los centros tecnológicos, parque científicos y tecnológicos, y cualquier otro encaminado a la generación, aprovechamiento compartido y divulgación de conocimientos. Una vez más se incide en la importancia de la cooperación. Medidas para el apoyo a investigadores jóvenes. Medidas para el apoyo a las jóvenes empresas innovadoras. Medidas para la inclusión de la perspectiva de género como materia transversal en la ciencia, en la tecnología y en la innovación, para impulsar el objetivo de una presencia equilibrada de hombres y mujeres en el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación. Medidas que refuercen el papel innovador de las Administraciones Públicas, mediante la aplicación de tecnologías emergentes. Medidas para promover las unidades de excelencia. Medidas que permitan la creación de una sociedad inclusiva y accesible para las personas con discapacidad o en situación de dependencia. Medidas para promover la cultura científica, tecnológica y de la innovación. Convenios de colaboración. Los agentes públicos, los organismos públicos, otros organismos de investigación y los centros o instituciones del Sistema Nacional de Salud podrán firmar convenios de colaboración sujetos al derecho administrativo. También, además de firmarlos entre sí, podrán firmarlos con otros agentes privados que realicen actividades de investigación, bien sean nacionales o extranjeros, para la realización conjunta de actividades tales como: Proyectos y actuaciones de investigación. Creación o financiación de centros o institutos de investigación. Financiación de proyectos científico-técnicos singulares. Formación de personal. Divulgación científica y tecnológica. El uso compartido de inmuebles, de instalaciones o de medios materiales para desarrollar actividades de investigación científica, desarrollo e innovación. En los convenios que se suscriban habrán de incluirse las aportaciones que realicen los intervinientes, así como el régimen de distribución y protección de los derechos y resultados de la investigación que se lleve a cabo. La transmisión de los derechos sobre los resultados que se obtengan se deberá realizar mediante una contraprestación que se corresponda con su valor de mercado. El objeto de los contratos que se suscriban no podrá coincidir con el objetivo de ninguno de los contratos regulados en la legislación sobre contratos del sector público. También se podrán celebrar convenios con instituciones o con empresas extranjeras como forma de potenciar la internacionalización del Sistema. TRANSFERENCIA Y DIFUSIÓN DE LOS RESULTADOS DE LA ACTIVIDAD. La valorización y la transferencia del conocimiento. Las Administraciones Públicas fomentarán el que los resultados de la investigación sean transferidos a la sociedad. Por otro lado, y como ya se ha señalado anteriormente, se fomentará también el desarrollo de la transferencia inversa, en la que serán las empresas las que le trasladen al Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación cuáles son sus necesidades en este ámbito. Para ello se fomentarán los proyectos liderados por el sector empresarial en colaboración con las entidades de investigación para conseguir objetivos que puedan trasladarse al mercado. Y qué es la valorización, pues podríamos definirla como la puesta en valor del conocimiento que se obtiene mediante procesos de investigación, y que alcanzará a todos los procesos que permitan acercar los resultados obtenidos con la investigación financiada con fondos públicos a todos los sectores. Para ello deberá: Detectar los grupos de investigación que desarrollen procesos con aplicaciones en diferentes sectores. Facilitar una adecuada protección de los resultados obtenidos mediante la investigación para facilitar su transferencia. Establecer mecanismos de transferencia, con especial interés en la creación y apoyo de empresas de base tecnológica. Fomentar las relaciones entre centros públicos de investigación, centros tecnológicos y empresas, en especial las pequeñas y las medianas, para facilitar la incorporación de innovaciones tecnológicas, de diseño o de gestión que impulsen un aumento de la productividad y de la competitividad. Fomentar las relaciones entre centros de investigación, personal de investigación y empresas. Estimular la iniciativa, tanto pública como privada, que intermedie para la transferencia del conocimiento. Reconocer el papel de los parques científicos y tecnológicos como lugares estratégicos para la transferencia de los resultados de la investigación a los sectores productivos. Aplicación del derecho privado a los contratos de transferencia. Se regirán por el derecho privado. Sujetos al principio de libertad de pactos. Podrán ser adjudicados de forma directa, si: Contratos suscritos para la constitución o participación en sociedades. Contratos de colaboración para valorización y transferencia. Contratos para prestación de servicios o asistencia técnica con entidades públicas y privadas para la realización de trabajos científicos o técnicos, para el desarrollo de enseñanzas de especialización o para actividades específicas de formación. No obstante, si el receptor de los servicios es una entidad del sector público sujeta a la Ley de Contratos, ésta deberá ajustarse a lo establecido en la citada ley para la celebración del contrato. Difusión en acceso abierto. Los agentes públicos del Sistema impulsarán el desarrollo de repositorios, bien propios o compartidos, de acceso abierto a las publicaciones realizadas por el personal que presta servicios en su institución. Igualmente establecerá sistemas que permitan la conexión de estos repositorios con otras iniciativas similares de ámbito nacional o internacional. El personal de investigación cuya actividad esté financiada mayoritariamente con fondos de los Presupuestos Generales del Estado deberá hacer pública una versión digital de la versión final de los contenidos que le hayan sido aceptados para publicar en publicaciones de investigación, en cuanto le resulte posible, y nunca más tarde de los doce meses desde la fecha oficial de la publicación de referencia. La versión electrónica deberá hacerse pública en los repositorios abiertos reconocidos en el campo del conocimiento o en los repositorios institucionales de carácter abierto. El Ministerio competente en la materia, facilitará el acceso centralizado a los repositorios, así como su conexión con otras iniciativas similares de carácter nacional o internacional. Todo lo expuesto se entenderá sin perjuicio de los acuerdos mediante los cuales se hayan podido atribuir o transmitir a terceros los derechos sobre las publicaciones, y no será de aplicación cuando los derechos sobre los resultados sean susceptibles de protección. Y esto por qué, pues porque si lo que se tiene en mente es que los resultados serán susceptibles de solicitar una patente con ellos, no se podrá publicar nada, ya que al hacerse público perdería su carácter de novedoso, y ya no podría solicitarse la inscripción en el registro de patentes, además de que sería poco acertado hacerlo, ya que al hacerse público, cualquiera podría utilizar esos resultados para elaborar o fabricar libremente un producto que podría haber sido susceptible de protección. Cultura científica y tecnológica. Las administraciones públicas fomentarán las actividades que conduzcan a una mejora de la cultura científica y tecnológica de la sociedad a través de la educación, la formación y la divulgación. En los Planes Estatales se incluirán medidas para la consecución de los siguientes objetivos: Mejora de la formación científica e innovadora de la sociedad, con el objeto de que cualquier persona pueda tener criterio propio sobre las modificaciones que se producen en su entorno natural y tecnológico. Fomentar la divulgación científica, tecnológica e innovadora. Apoyar a las instituciones involucradas mediante el fomento de la actividad de museos, planetarios y centros divulgativos de la ciencia. Fomentar la comunicación por parte de los agentes de ejecución del Sistema. Proteger el patrimonio histórico científico y tecnológico. Incluir la cultura científica como eje transversal en todo el sistema educativo.