Instituto de Prehistoria Contemporánea. El espacio, el tiempo y los problemas de periodización. La formación de la historia como disciplina académica se fundamentó sobre la idea, propia del siglo XIX, de un progreso continuo, de esta forma, la construcción histórica obedeció a la idea de diacronía lineal de progreso bajo la influencia de los pensadores del momento. La historiografía como texto escrito tiene como elemento central el discurso temporal, no el espacial, llevándole a adoptar una propensión lineal. Esta tendencia, está relacionada con el desarrollo de la disciplina a partir del siglo XIX de la mano del historicismo, el cual somete el espacio al tiempo. El espacio no desaparece pero es interpretado de otra manera. El espacio, esfera de estudio de la disciplina geográfica, y el tiempo, concepto abstracto y subjetivo, variable dependiendo de las percepciones de cada época y lugar y por tanto relativo al ámbito de la experiencia, comparten la cualidad de ser simultáneo y yuxtapuesto. La historiografía conforma una esfera que está inevitable y necesariamente en contacto con las dos anteriores, es parte consustancial, y por el contrario no comparte la cualidad intrínseca de las anteriores al adoptar esa propensión lineal. Percibimos el tiempo como una simultaneidad transversa, de tiempo cruzado, no marcada por la prefiguración y la realización, sino por la coincidencia temporal, y medida por el reloj y el calendario, lo que es denominado como “tiempo homogéneo vacío” que se puede ilustrar por el “mientras tanto”1. Esa linealidad que disocia a la disciplina histórica del ámbito espacial y temporal, hace que el “mientras tanto” en cierta forma carezca de sentido. De esta manera el tiempo historiográfico es tomado simplemente como métrico e irreversible, “nada ocurre fuera del tiempo, pero ese tipo de tiempo es exterior a todo lo que ocurre en su interior. Es un tiempo matemático porque es independiente tanto de los hechos como de la conciencia humana”2. Las periodizaciones históricas La escuela de los Annales y en especial Fernand Braudel establecía tres niveles de tiempo histórico, el corto de los acontecimientos considerado como la espuma de la historia, la duración media de las coyunturas económicas y/o sociales, y la larga duración de las estructuras. También se han establecido periodizaciones en base a cuantificaciones seriadas de índole económica o demográfica y cualitativa, esta más arbitraria, y periodizaciones que destaquen algo característico y común de cierto periodo. En todas ellas cabría preguntarse donde queda la dimensión espacial: ¿Cuál es el espacio geográfico para el cual es válida determinada periodización?. 1 2 Anderson, B. Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. México, Fondo de cultura económica, 2013, p. 46. Robert F. Berkhofer. A Behavioral Approach to Historical Analysis. The Free Press, Nueva York, y CollierMacMillan, Londres, 1971, p. 215. Siegfried Kracauer por su parte señalaba la necesidad de descubrir las múltiples configuraciones del tiempo, es decir, identificar los elementos representativos de sucesivas soluciones a problemas que se originan en alguna necesidad, desencadenando una serie susceptible de ser caracterizada3. En resumen, al margen de las contradicciones que encierra periodos totalmente subjetivos, se trata de un esfuerzo por discernir periodizaciones que destaquen la unicidad de un periodo en cuestión o etapas y regularidades dentro de un proceso determinado para su estudio.“La división de la historia en periodos no es un hecho, sino una necesaria hipótesis o herramienta mental, válida en la medida en que nos ilumina, y que depende, en lo que hace a su validez misma, de la interpretación”4. ¿Qué es la prehistoria contemporánea? La Real Academia Española de la lengua señala como contemporánea lo perteneciente o relativo al tiempo o época en que se vive. La cuestión gira en torno a si se puede en estos términos considerarse la prehistoria como una etapa histórica dentro de la Edad Contemporánea, entendida esta como el periodo comprendido entre finales del siglo XVIII o principios del XIX hasta la actualidad. Aquí se produce una contradicción, pues la palabra prehistoria invita a considerarla como algo anterior a la época contemporánea, cuando es una parte de ella, por tanto es conveniente aclarar que con prehistoria contemporánea se quiere identificar una situación cultural y no una etapa cronológica. También es necesario aclarar que sería un error considerar a la sociedad prehistórica contemporánea “más antigua” que la contemporánea o que ante una situación cultural determinada no puedan haber fenómenos de ida y vuelta. Las novedades tecnológicas o económicas que fueron consideradas como hitos que revolucionaron la historia en su progresión lineal y por tanto inevitables es conceptualmente obsoleto y se fundamentó sobre la idea, que ya hemos señalado, de un progreso continuo. No obstante, para definir la situación cultural que caracteriza a la prehistoria contemporánea es necesario recurrir a las novedades tecnológicas o los elementos representativos que han desencadenado la posibilidad de caracterizarla. La revolución digital asociado a la tecnología digital es el nuevo trasfondo cultural que nos engulle y que caracteriza nuestra contemporaneidad. Podemos rastrear hitos en esta revolución digital desde la década de los treinta del siglo XX, pasando por las computadoras de IBM desarrolladas para el sistema de defensa aérea en 1956, o cuando en 1977 Nintendo comenzó a fabricar juegos de computadora; introdujo su juego más popular "Donkey Kong" en 1981 y Super Mario Bros en 1985. 3 4 Kracauer, S. Historia. Las últimas cosas antes de las últimas. Buenos Aires, Las cuarenta, 2010. E. H. Carr ¿Qué es la historia?. Ariel, 1984, p. 81. Publicado originalmente en Londres en 1961. En 1984 Sony presentó el reproductor de discos compactos portátil, construyendo así un puente en el mundo de los reproductores de música personales portátiles hasta el Discman digital aparecido en 1999. En 1988 las ventas de CD superaron las del LP. En 1995 Sony y Toshiba llegaron a un compromiso para desarrollar un único estándar de DVD, los reproductores de DVD comenzaron a venderse en Japón al año siguiente. El auge de Internet fue posible por el desarrollo de los módems de comunicación telefónica, de la creación de los conceptos URL (Uniform Resource Locator) en 1991 y HTTP (Hyper Text Transfer Protocol) en 1992, y sobre todo de la World Wide Web (WWW): sistema de documentos de hipertexto enlazados y accesibles a través de Internet creado ya en 1990. Netscape Navigator conjuntó y simplificó el uso de todo ello y en diciembre de 1994 se convertía en el primer navegador comercial. En 1997 se ofrecieron las primeras cámaras fotográficas para consumidores de un megapixel y en septiembre de 1998 aparecía el buscador de internet Google.