Diplomado de espiritualidad y discernimiento Flavia Gioja ecj Fundamentos de la Ética Cristiana – Trabajo de síntesis La palabra ética viene del griego “ethos”, del cuál se derivan dos acepciones: por un lado, un estilo de vida, algo más permanente; por otro los actos concretos, que le dan sustentabilidad al estilo de vida. Del latín: Mos. involucra los dos significados del griego: por costumbre se adquiere un modo ser, un carácter. La Ética entonces se relaciona con las formas de actuar, los hechos concretos que nos llevan a un estilo de vida el cuál está relacionado con un Proyecto de vida. Y este Proyecto está vinculado a valores, aquello que es importante, valioso para la persona. Eso valioso motiva sus actos y forma así también su carácter, actualizando el proyecto de vida. Todos tenemos valores en la medida en que todos tenemos cosas importantes. Esos valores pueden ser distintos para cada persona. La ética no tiene que ver con lo bueno sino con lo valioso. Por lo tanto, concluimos que toda persona tiene una ética. Se considera “antiético” sólo cuando hay un horizonte de sentido ya delimitado, ya que los códigos de ética marcan un horizonte, valores. Cuando alguien se aleja de eso en sus actos o en sus discursos, se evalúa como antiético. Podemos nombrar siete elementos generales de la ÉTICA CRISTIANA: 1. La experiencia personal, genuina y auténtica del Dios de Jesucristo, que se muestra en las escrituras AT y NT 2. La persona de Jesucristo, sus actos y palabras, el proyecto del Reino de Dios, todo esto plasmados en el Evangelio. 3. El Evangelio, como Palabra de Dios que comunica el Amor de Dios y transforma. 4. El seguimiento de Jesucristo, ya que el cristianismo es la religión del seguimiento no de la perfección. En ese seguimiento descubrimos la opción preferencial por los pobres, la vida plena y la dignidad. 5. La Iglesia. Es importante conocer la enseñanza eclesial y construir la vida comunitaria como parte vital del compromiso cristiano. 6. El contexto actual. Tanto social siendo realista en el ámbito donde estoy y personal teniendo conciencia de mi historia, de mis debilidades y fortalezas. 7. Proyecto de vida: el seguimiento de Jesús constituye un proyecto de vida. ¿Cómo podemos verificar la experiencia de Dios, la vida cristiana?Mirando como la persona actúa, si su praxis es coherente con aquello que dice vivir. La ética cristiana es el seguimiento de Jesucristo encarnado, no la idea que podemos llegar a tener de Él, sino el revelado en los Evangelios. El gran valor es Jesucrito. El Concilio Vaticano II tuvo una gran repercusión en la Ética cristiana, hizo una renovación muy importante. Pasó de ser una formulación casuística, legalista, normativa, vinculada a la práctica de la confesión, centrada en la persona misma a estar centrada en la persona de Jesucristo, abierta al Espíritu y su presencia en la historia, invitando a la conversión y situando a la persona en su situación social, concreta e histórica. La ética reconoce la responsabilidad humana frente a las estructuras como también la influencia de éstas sobre los individuos. El CVII saca la mirada auto-referente de la persona para ponerla en Jesús en su seguimiento. La ética cristiana surge como una necesidad antropológica, como la necesidad de convivir con otros, es fundamental dentro de la experiencia ética y para esto requiero un marco normativo común y un marco de preocupación por los demás. La persona vive con otros, está vinculada con otro. La vida sin Diplomado de espiritualidad y discernimiento Flavia Gioja ecj los otros no funciona. También la persona requiere la necesidad de sentido de manera permanente, hay una carecía de sentido colectivo para llevar la vida, la ética responde a esto dando sentido a lo que se vive para que la vida no sea un simple vivir. Por último, la necesidad de metas e ideales en nuestra vida. La ética entendida como ese proyecto de vida que me permite llevar a cabo una conducta permanente a través de ciertos valores surge a partir de estas necesidades. De la necesidad antropológica surgen las preguntas por nuestra identidad, ¿quién soy? Por lo que debo hacer, la vida involucra la toma de decisiones. Responde a la necesidad de sentido como dijimos anteriormente, ya que la persona necesita una opción fundamental que de sentido a su vida, necesita un proyecto con sentido. Recalcando que el foco está puesto en hacer el bien, no en ser yo bueno, es un descentramiento importante. El ser humano como proyecto ético se construye, se educa, busca una identidad, busca hacer el bien y ordena la vida con un proyecto de sentido. Se puede tener un proyecto ético sin fe y muy fructífero. La particularidad de la ética cristiana está en la experiencia y el seguimiento de Jesús. Él es el principio, la norma, el valor. Camino de plenitud y de dignidad para ofrecer a todo hombre. Otros elementos que forman parte de la ética cristiana: El cristianismo es respuesta a un llamado desde la propia historia y el propio contexto.El seguimiento de Jesús involucra la responsabilidad como la capacidad de responder libremente a ese llamado. Soy responsable cuando respondo a esa llamada. Esa respuesta forma parte de la vida ética. Cuando hablamos de libertad tenemos que evitar los extremos: por un lado, el de hacer lo que yo quiera, cuando yo quiera; por el otro lado la idea que no existe la libertad, que es una ilusión, que hay un determinismo. La libertad cristiana está en el medio. La libertad involucra que yo me tenga que conocer internamente. La libertad cristina es reconocer mi historia, mi contexto. Reconocer y asumir mis limitaciones y mis posibilidades y desde allí responder de la manera al proyecto de vida, al seguimiento de Jesús. Yo soy más libre, cuando soy más fiel a ese llamado, cuando soy fiel al seguimiento de Jesús. Soy menos libre, cuando respondo a medias tintas a mi opción fundamental. Dentro de la libertad está la conciencia. Aquí también encontramos dos extremos, la conciencia autónoma: yo hago lo que quiero sin considerar nada, ni a nadie; y por otro extremo la conciencia heterónoma que es repetir lo que me dicen que tengo que hacer, simplemente obedezco a normas. El camino del medio es la conciencia creativa: la persona se hace cargo de la respuesta, es responsable y se pregunta que es lo mejor que puede hacer aquí y ahora, no responde simplemente a la norma. La conciencia creativa reflexiona comunitariamente. La ley de la gradualidad: teniendo en claro el ideal, invito a la persona que vaya a lo más cercano posible de ese ideal según su historia y contexto. Esto permite mucha humanidad. Dios tiene un proyecto para cada uno de nosotros: vivir humana, plena y dignamente. Desde ahí se entiende el pecado como ruptura de ese proyecto que Dios tiene para mí, para los demás, ruptura de la relación conmigo misma. La misericordia de Dios es más grande que mi pecado, por esto éste se transforma con la conciencia del daño cometido, el arrepentimiento, la reparación y la penitencia. Tenemos que saber que nuestros pecados tienen consecuencias sociales y somos responsables de vivir en comunidad, a esto llamamos el pecado social.
