Comunicación y futuros viajes espaciales En un futuro no muy lejano a medida que la humanidad se vaya adentrando en otros confines de nuestra galaxia ha de encontrarse con el inevitable problema de las comunicaciones a distancias astronómicas. Las inmensas distancias existentes supondrán un obstáculo gigantesco en las comunicaciones ya sean de naves robot o con tripulación humana. El limite de las señales de radio según la teoría de la relatividad no puede ser mayor que la velocidad de la luz 300.000 Km. por seg. Y si agregamos las interferencias por distintos factores astrofísicos la demora a distancias interestelares serán un gran desafió para los científicos y viajeros del mañana. Aun en las recientes misiones como las de Galileo y otras se presentaron incómodos problemas en demora con las emisiones y captación de señales de radio. A modo de ejemplo el sistema de estrellas (son tres) más cercano Alfa Centauri se halla a 4,22 años luz de la tierra por lo que enviar una señal de radio y obtener una respuesta tomaría al menos 8 años y medio tomando como referencia el limite máximo que logra viajar una señal de radio. La nueva ciencia de hoy esta sumergiéndose en la búsqueda de respuestas a través de la comunicación instantánea desde un punto a otro sin importar la distancia o ubicación basándose en la idea del entrelazamiento quántico de dos partículas. A medida que la mecánica quántica nos va revelando nuevos secretos del comportamiento de lo infinitesimalmente pequeño, en los laboratorios los científicos han dado con sorprendentes hallazgos. Tomando como ejemplo la paradoja de Einstein-Podolsky-Rosen, denominada «Paradoja EPR», que consistió en un experimento mental propuesto por Albert Einstein, Boris Podolsky y Nathan Rosen en 1935.1 A Einstein (y a muchos otros científicos), la idea del entrelazamiento cuántico le resultaba extremadamente perturbadora. Esta particular característica de la mecánica cuántica permite preparar estados de dos o más partículas en los cuales es imposible obtener información útil sobre el estado total del sistema haciendo sólo mediciones sobre una de las partículas. Por otro lado, en un estado entrelazado, manipulando una de las partículas, se puede modificar el estado total. Es decir, operando sobre una de las partículas se puede modificar el estado de la otra a distancia de manera instantánea. Esto habla de una correlación entre las dos partículas que no tiene contrapartida en el mundo de nuestras experiencias cotidianas. Es relevante históricamente, puesto que pone de manifiesto un problema aparente de la mecánica quántica, y en las décadas siguientes se dedicaron múltiples esfuerzos a desarrollarla y resolverla. Últimamente un equipo internacional de científicos asegura haber demostrado que dos partículas separadas en instrumentos sólidos pueden entrelazarse cuánticamente. Este tipo de entrelazamiento, que permite tele transportar un estado quántico de un lugar a otro, ya había sido probado con fotones en sistemas ópticos. Este fenómeno, tanto en su versión óptica como en la que sucede en circuitos sólidos, tiene aplicaciones para la construcción de ordenadores quánticos, unas máquinas que multiplicarían la capacidad de las actuales. Sin embargo, los investigadores creen que la versión sólida será más fácil de utilizar en aparatos electrónicos. Una caja de Pandora podría abrirse si es que a esta incipiente tecnología se le pudieran dar una aplicación en el ámbito de las comunicaciones a distancias interestelares lo que daría un salto cuantitativo y cualitativo semejante al telégrafo o a la radio transmisión durante los últimos 150 años. La actual tecnología de radio transmisión ha de quedar obsoleta prácticamente en los próximos siglos por venir de la exploración espacial. La ciencia ficción como siempre se nos adelanta a los hechos tal es el caso de un libro (Misión Júpiter Europa) que toma el tópico de esta nueva tecnología experimental abriendo un umbral a lo desconocido conectándose a través de ella con una amplia gama de civilizaciones ultra-desarrolladas y de sus imprevisibles consecuencias para toda la humanidad.