Luis David Moreno Useche 2101457 Diario de campo: ASIS en barrio Provenza Noviembre 5 y 6 de 2014 Provenza se caracteriza por ser un barrio limpio y ordenado, y en estos días he podido confirmarlo, pues no había desechos, ni residuos regados por las calles ni en la carretera, pude observar cómo una familia acumulaba las bolsas del aseo de su casa para disponerlas en horas de la noche al pie de su casa para que el camión de la basura las recolectara; igualmente, el parque ubicado en la calle 106 con carrera 20 se encontraba en perfecto estado, sin embargo, observé que no había ninguna atracción para los niños, por lo cual no conozco los sitios de esparcimiento que los niños del barrio tengan en sus tiempos libres. Como factores protectores se evidencian varios, por ejemplo, la buena relación que se tienen entre vecinos, pues se conocen y creen que en momento de dificultad podrán apoyarse entre sí para un bien común. Además, existe entre los habitantes del barrio Provenza una buena percepción de seguridad, esto ayudó a que nos dejarán compartir con ellos la experiencia de estos dos días incluyendo el permiso para poder acceder a sus viviendas. De igual manera, el estado económico promedio del barrio es compatible a un estrato 4, donde las necesidades básicas son suplidas sin dificultad, esto se ve reflejado en: los servicios públicos con los que cuenta la vivienda, mecanismos de transporte de su propiedad, grado de escolaridad, también, en un par de casas observamos que en sus hogares funcionaban microempresas familiares, lo que les da solidez a su economía y a su vez genera empleo a algunos vecinos e involucra a la familia para continuar con el crecimiento de dicha empresa. Por otro lado, hay factores de riesgo que de alguna manera afectan en la calidad de vida del barrio, por ejemplo, expresaban su inconformismo acerca de la falta de compromiso por parte de las autoridades locales en cuanto a la disposición de aguas negras, pues algunos habitantes nos informaban que cuando llueve los caños rebozan y esto genera olores insoportables y al igual refieren presentar infecciones en piel y respiratorias secundarias a este evento. Otra preocupación expuesta por parte de algunos habitantes del barrio Provenza es la alta tasa de accidentalidad por automotores, pues refieren que constantemente se presentan accidentes ocasionados por ir a alta velocidad, tomar en estado de embriaguez, y no llevar los elementos de protección (andan sin casco dentro del barrio). Igualmente, lo expresado anteriormente, en cuanto a la falta de atracciones en sitios públicos para el tiempo de esparcimiento de los menores. Cuentan con varias vías de acceso, 3 principales. Una que proviene del puente de Provenza, el cual comunica con el norte y sur de la ciudad. Otra entrada es la que proviene del terminal de Bucaramanga, que facilita el tránsito para aquellas personas que se movilizan desde Girón; por último, desde el barrio lagos se puede acceder directamente al colegio INEM. Al hablar acerca de la seguridad del barrio, éste cuenta con un CAI situado al lado del colegio INEM; pudimos observar que continuamente el cuadrante se movilizaba en moto vigilando cualquier incidente o anormalidad. Sin embargo, me cuentan que durante el trabajo de campo de otro equipo de trabajo se presentó un caso de hurto. Este barrio cuenta con una avenida principal que es la carrera 105, por donde transitan constantemente buses de servicio público que transportan al centro de la ciudad, Piedecuesta, Floridablanca y Girón, al igual por esta calle pasa tanto el alimentador como el padrón de Metrolínea que cuenta con una gran estación a escasos 800 metros del punto de encuentro inicial. En cuanto a educación, Provenza cuenta con dos grandes colegios de primaria y bachillerato que son: el Colegio INEM y el Divino niño, siendo el primero público y el otro privado. Además, cuenta con varios pequeños institutos de guardería y educación preescolar. A continuación, comentaré algunas experiencias que surgieron de la práctica en estos dos días: Al inicio de la actividad a mi compañera y a mí nos costaba explicarles el objetivo de la visita, lo que provocó un par de rechazos y que no nos dejaran entrar a sus casas en búsqueda de posibles reservorios del dengue. Sin embargo, estos temores se fueron afianzando poco a poco y ya después de 4 o 5 visitas lo hacíamos con naturalidad y con deseo que la población diana se concientizara de la importancia del proyecto. Me llamó la atención que en una casa nos vieran como autoridad sanitaria, tanto, que nos agradecieron la visita y nos pidieron hacer esto con más frecuencia y que abarcara a todo el barrio, pues reconocían que si un vecino no cumplía con los compromisos las casas de alrededor también se verían afectadas. De las visitas realizadas solamente tuvimos un rechazo, que se trataba de una señora que desde el tercer piso de un edificio nos refería no tener llaves para atendernos. Mientras que hubo dos hogares en los que hicimos el primer momento de la visita (las preguntas) y cuando fuimos a revisar los posibles criaderos no nos permitieron el ingreso. El primer caso fue el día 5 de Noviembre, se trataba de una estudiante de fisioterapia que argumentaba no permitirnos ingresar pues tenía orden de sus familiares de no dejar entrar a nadie a la vivienda cuando estuviera sola. Mientras que el otro caso ocurrió el día 6 de Noviembre, tratándose de una mujer adulta mayor que nos dijo que no dejaba ingresar pues su esposo no se encontraba y por lo tanto no era prudente, además desde el comienzo de la entrevista siempre se vio algo desconfiada hacia nosotros. Otra cosa que me llamó la atención fue que en varias casas (tal vez 7 de 20) almacenaran agualluvia con el fin de utilizarla para el aseo de sus hogares, lo cual no me parece malo, sin embargo, en una casa tenían tantos recipientes llenos que aún permanecían con agua recolectada de la semana pasada, lo cual fácilmente se podía convertir en un criadero para el mosquito, y donde pudimos encontrar una larva móvil de pequeño tamaño que fue observada por la profesora Carolina Rubio y demás compañeros; por lo tanto, se dieron las respectivas recomendaciones y se establecieron unos compromisos. Al igual, en una casa pudimos observar que trataban de ver que hacían todas las cosas como es debido para evitar la propagación de la enfermedad, sin embargo cuando pasamos a revisar los posibles criaderos en el hogar nos encontramos con muchas cosas que previamente habían negado, por ejemplo, no tener botellas al aire libre, recipientes que eventualmente pudieran almacenar agua, o tener platos debajo de las materas, precisamente en este último nos encontramos con un gran criadero de larvas. Así mismo, en una casa donde funcionaba una modistería se pudo encontrar una larva de similar apariencia a la primera descrita en la alberca de la casa, argumentando la entrevistada que nadie revisa dicha pila, pues la mayoría de la ropa se lava en lavadora, por lo tanto se establecieron los respectivos compromisos. Finalmente, es positiva la experiencia pues se logra que una parte del barrio aprenda acerca de la enfermedad, sus signos y síntomas, qué hacer cuando la sospeche y cómo controlar y prevenir la ocurrencia de nuevos casos, esto se puede comprobar al escuchar los compromisos por parte de los participantes. De la misma forma, es muy grato escuchar que la información que acaban de recibir la van a compartir con sus familiares pues consideran que es bastante importante para mejorar la salud no solo de ellos, sino también la de sus vecinos. Considero que una falla es la poca receptividad que tuvo la presentación de la actividad de retroalimentación de dicha actividad práctica que se llevará a cabo el día 18 de Noviembre en la facultad de salud, pues a la mayoría se les dificulta su asistencia por la lejanía y a su vez por no poder dejar sus labores de hogar. Por lo que algunos participantes nos propusieron que esta reunión se hiciera en un espacio del mismo barrio.