Subido por Estefania Bernatene

LIBRO ALBUM SIN TEXTO

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LIBRO ALBUM SIN TEXTO
Hoy quiero hablarte de los cuentos sin texto, un género a veces un poco olvidado pero que es
un gran recurso, tanto didáctico como de entretenimiento.
Seguro que a menudo ves a tu hijo coger un libro y sentarse a mirarlo, sin leerlo. Quizás es que
aún no sabe leer, pero la verdad es que tampoco le hace falta para disfrutar de un buen rato
de lectura.
La ventaja de los libros infantiles sin texto es que están especialmente diseñados para eso:
para ser "leídos" sin tener texto. Son álbumes ilustrados sin nada de texto escrito y donde las
imágenes son verdaderas obras de arte, pues consiguen evocarnos mil y una historias gracias a
su riqueza y detalle.
¿Por qué son tan útiles los cuentos sin texto? Son muchas las cosas maravillosas que pasan al
abrir uno de estos libros, fíjate:
Las imágenes están muy cuidadas, pues deben ser suficientes para contarnos algo. Así que
tienen muchos detalles y son muy expresivas y evocadoras. El niño debe esforzarse por
observar y a partir de ahí, imaginar que está pasando. Por eso estos cuentos requieren
concentración, atención y agudizar la capacidad de observación.
Despiertan la imaginación de lo pequeños y su creatividad porque, aunque hay una historia
concreta que se pretende contar, ésta es muy abierta y admite infinidad de interpretaciones.
Verás que cada lectura es diferente y el libro no encierra una única historia, sino infinitas.
niños leyendo cuentos y libros infantiles sin texto para potenciar la imaginación y la
creatividad
Agudizan su ingenio y los prepara para tomar decisiones y resolver problemas.
Aumentan su vocabulario y favorecen habilidades lingüísticas, narrativas y orales.
Dan autonomía al niño, pues no requieren de la ayuda de un adulto para leer el cuento.
Aunque...
Si la lectura es compartida con un adulto, favorecen la comunicación y el diálogo.
Refuerzan su autoestima: como no hay una forma correcta o incorrecta de contar la historia,
no pueden equivocarse, así que no les da miedo crear.
Nos permiten conocer más el mundo interior del niño, sus emociones, sus preocupaciones,...
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Y así podría seguir, ¡pero no quiero aburrirte!
Si aún no te he convencido de usar este tipo de cuentos, te animo a hacer una prueba en casa.
Cuando tengas un álbum ilustrado nuevo, antes de leérselo por primera vez a tus peques,
úsalo como si no tuviera texto.
Es muy sencillo: os sentáis y, sin leerlo sólo observando las ilustraciones, tratáis de imaginar lo
que pasa en la historia, cómo se sienten los protagonistas, sus nombres,... fijaros bien en los
detalles, los colores, hazle preguntas al niño, etc. Veréis que momento más mágico que se
crea, donde no hay límites y la imaginación puede volar. Con los cuentos sin texto esto es aún
mejor, porque como te comentaba, han sido pensados especialmente para ello ;)
¿Por qué hacer un álbum ilustrado sin palabras? ¿Qué sentido tiene invitar un niño a leer un
libro si, efectivamente, ese libro no se puede leer?
Se suele pensar que si la misión de un álbum infantil es la de formar a pequeños lectores,
entonces con más imágenes y menos texto el libro sería para vagos.
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En realidad, es justo este el error, no reflexionar sobre el significado del texto en un libro
ilustrado infantil. La estructura de un álbum es siempre la narración, y en este sentido, la
comunicación narrativa de un libro sin palabras es aún más contundente, siguiendo un
lenguaje que quizás se acerque más al del cine y del teatro que al lenguaje literario. Hace poco
he leído La trilogía del límite de Suzy lee y a un cierto punto la autora nos cuenta que en
ocasiones tiene la sensación de dibujar fotogramas para una película de animación, más que
ilustrar un libro. En Espejo, La ola, y Sombras, los libros de la trilogía, toda la narración se
desarrolla en torno a un acto específico, con tiempo y espacio determinados.
Lo que hace la historia es estirar el tiempo de un particular estado de ánimo, para que el lector
“entre” mejor en él. Claramente es algo que a través de las palabras es difícil apreciar, ya que
la esencia de una emoción se puede mostrar mejor que describir, estableciendo así una
relación empática con el lector. Algo evidentemente importante cuando el interlocutor es un
niño que todavía no ha desarrollado un vocabulario lo bastante complejo como para expresar
un sentimiento en todos su matices. En este sentido un álbum ilustrado sin palabras tiene
algunas ventajas en hacerse entender por los más pequeños.
Como explica Suzy Lee:
“Describir el estado de “pasárselo en grande” es una de las cosas más difíciles de conseguir.
[…] La única manera de “mostrar” esos momentos tan estimulantes es intentando reflejar su
esencia. Supongo que Maurice Sendak estaría de acuerdo conmigo, ya que él representó las
tres escenas del jaleo que montan Max y los monstruos, en Donde viven los monstruos, solo
con ilustraciones.”
Pero establecer una relación de empatía no es la única función de un álbum silencioso , es
también un excelente ejercicio de desarrollo de las capacidades de lectura (y en este caso
sacan muy buen provecho también los mayores).
Pero, ¿qué significa aprender a leer a través de un libro sin palabras? Seguramente formarse a
ser más receptivos a otro tipo de lenguaje, diferente al verbal. Sí es cierto que una historia
puede originarse simplemente de una imagen, pero esto no significa prescindir totalmente del
texto.
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De hecho es equivocado pensar que en un álbum sin palabras no hay texto, sí lo hay, solo que
nace y se desarrolla en nuestra mente. Lo que cambia es el orden en el que procesamos los
estímulos.
En el caso de los libros silenciosos no son las palabras sino las ideas el punto de partida. Estos
libros nacen entonces de una forma de pensar principalmente visual. Invitan a la exploración, y
como las informaciones son limitadas hay que hacer un esfuerzo de lectura mayor.
Por esta razón un álbum ilustrado sin palabras nos forma como lectores, lo único es que
estimula una modalidad de lectura diferente. Es el lector quien debe construir su hilo
narrativo, hacer preguntas y buscar las respuestas.
Un proceso seguramente más complejo, que hace que entremos en la historia más
lentamente, pero también un ejercicio creativo que estimula habilidades deductivas e
intuitivas, y permite desarrollar la imaginación.
Es verdad que algunos de estos libros, sufriendo el complejo de no tener texto, corren el
peligro de resultar demasiado lógicos y de dar excesivas explicaciones por el temor a que la
obra no se entienda. Sin embargo, hay que dejar que su potencial evocativo actúe de forma
libre, estimulando las emociones y el juego, porque el vacío es también parte activa de la
narrativa.
Hay álbumes sin palabras que dejan al lector mayor libertad de relacionarse con la historia,
como es el caso de los libros de Suzy Lee, y hay otros más didácticos, que invitan a la relectura
a través del juego (por ejemplo estimulando el lector a buscar personajes entre las páginas o a
responder a preguntas al final de la historia). Pero el objetivo es común, es decir, crear una
interacción más larga con el lector, estimularlo a abrir el libro una y otra vez, a replantearse la
historia y a agudizar la mirada. Descubriendo, así, que cada silencio es diferente.
Para profundizar:
Sobre el proceso de relectura en un álbum sin palabras puedes leer también este interesante
estudio.
Y aquí te dejo el enlace a una bonita reflexión de Suzy Lee sobre su Trilogía del límite.
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