Subido por viviana rodas

El crecimiento de la economía agroexportadora argentina 4°5°

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El crecimiento de la economía agroexportadora argentina
Material de lectura y actividades para profundizar como fueron las políticas económicas
implementadas.
FERROCARRILES Y DEPENDENCIA ECONÓMICA
Todo progreso argentino daña alguna partícula de la hegemonía inglesa. Toda industria argentina
desplaza una industria similar inglesa o de alguno de sus satélites, con cuyos productos ella comercia.
El zapato o el traje confeccionado en la Argentina, disminuye la ganancia de una tejeduría inglesa, de
una compañía naviera y de una empresa ferroviaria. Si se descubriese y explotase algún gran
yacimiento metalífero, miles de desocupados irían a engrosar las legiones parasitarias de los sin
trabajo, muchos altos hornos se extinguirían, muchos buques navegarían en lastre. Mantener inactivos
esos yacimientos sería, en ese caso, la lógica de la política inglesa.
El instrumento más poderoso de la hegemonía inglesa para lograr sus propósitos entre nosotros es el
ferrocarril. El arma del ferrocarril es la tarifa. Las tarifas juegan un papel preponderante en la vida de
un pueblo. Con ellas se pueden impedir industrias, crear zonas de privilegio, fomentar regiones,
estimular cultivos especiales y hasta destruir ciudades florecientes. Es un arma artera, silenciosa.
Así, tenemos, por ejemplo, que la bolsa de harina remitida por vía Central Argentino desde Rosario a
Mendoza, con 814 kilómetros, paga $ m/n $ 26,26, y en cambio remitida desde Córdoba con 715
kilómetros, paga $ m/n 32,67. La bolsa de harina cargada en Buenos Aires con destino a Salta paga $
m/n 2,06 por 1.600 kilómetros. Enviada desde Córdoba paga $ m/n 2,53 por 882 kilómetros.
Naturalmente los molinos de Córdoba debieron cerrar, salvo los que estaban en combinación con los
mismos ferrocarriles, y el salteño tiene forzosamente que alimentarse con harina molida en Buenos
Aires. Análogas cosas ocurren con la cal, granito, mármoles, etc., cuyas canteras han debido cerrarse
en su mayor parte, mientras se introducen al país mármoles y cementos que compiten ventajosamente
con aquellos.
Relatamos entonces algunos ejemplos de elaboraciones elementales, no de verdaderas industrias. Si
algún provinciano emprendedor quiere utilizar la valiosa mano de obra de su Provincia, como una
maldición caen sobre él las tarifas ferroviarias. Es imposible fabricar cigarrillos en los centros
tabacaleros, hilar y tejer en los centros laneros, destilar maderas en las zonas boscosas. El imperativo
de primitivismo y aniquilamiento cierra todos los horizontes a la actividad humana. En la provincia
de Corrientes, por ejemplo, cuya población fue particularmente diestra para la tejeduría, ya no se puede
ni lavar la lana que se envía a los centros consumidores. Ahora los cargamentos de lana deben
embarcarse tal como se esquilan. Porque si se lava en Corrientes, el aumento de flete para la lana
lavada supera en mucho el incremento del precio del producto.
En conclusión el ferrocarril extranjero extendió el área comercialmente cultivable con cereales y el
perímetro de las praderas aprovechables para la cría del ganado, pero impidió sistemáticamente el
comercio interior y las industrializaciones locales. El ferrocarril fue el arma primordial de que se
valieron los extranjeros para sofocar todo progreso que de alguna manera pudiera hacer vacilar su
hegemonía. Fueron, los nuestros, ferrocarriles coloniales destinados a mantenernos en la rutina sin
salida del primitivismo agropecuario. Tal es la triste consecuencia que se deduce de nuestra historia
ferroviaria, y tal fue la misión para la cual fueron construidos.
El poder financiero interno de las empresas ferroviarias, es decir, la suma de caudales que anualmente
manejaban, ha sido apenas ligeramente inferior a los caudales de que disponían los gobiernos.
Los fondos que los ferrocarriles extraían anualmente de la economía argentina carecían de todo control
y fiscalización, tanto en su percepción como en su inversión; por eso el poder de corrupción de los
ferrocarriles era prácticamente inconmensurable.
Párrafos seleccionados de Scalabrini Ortiz, Raúl. Política Británica en el Río de la Plata e Historia de los Ferrocarriles
Argentinos. Editorial Plus Ultra.
Los beneficios otorgados por el Estado al capital extranjero
“Para fomentar la inversión extranjera en ferrocarriles, el Estado comenzó garantizando a las empresas
beneficios mínimos que llegaban hasta el 7% del capital empleado… Las concesiones de tierras
adyacentes a las vías, la introducción de materiales libres de derechos y, finalmente, la Ley Mitre de
1907, que eximía a las empresas del pago de todo tipo de impuestos nacionales, municipales o
provinciales… constituyeron un poderoso estímulo para la inversión ferroviaria.”
Rapoport, Mario. Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2000). Ed. Macchi.
Actividad
A partir de la lectura del texto y de los mapas que aparecen a continuación, respondé las
siguientes consignas:
a. Explicá cuatro motivos por los cuales los empresarios ingleses estuvieron muy
interesados en invertir en ferrocarriles en la Argentina.
b. Establecé una relación entre el trazado de las vías férreas y la estructura económica
que adquirió el país.
c. ¿Qué críticas realiza el autor a la instalación de los ferrocarriles?
d. Describí las características de la economía argentina
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