INTRODUCCIÓN. Uno de los aspectos más polémicos y a la vez imprescindibles para el abordaje criminológico de la delincuencia económica es precisamente su definición. El delito, antes de ser objeto esencial del derecho penal, es entendido como un fenómeno social, por lo que ha sido interés de estudio de otras ciencias sociales además del derecho. El delito económico, por su parte, ha estado en el epicentro de análisis de la criminología desde la década de los años cuarenta del siglo pasado, periodo histórico en que dicha ciencia debió desmarcarse del esquema tradicional del delito y el delincuente como premisa para comprender y enfrentar esta nueva forma de criminalidad. La delincuencia no es exclusiva de una raza ni de una posición social definida, sin embargo, en estos tiempos, los delitos mas populares en los medios de comunicación son aquellos cometidos por altos funcionarios o por figuras públicas. Bueno, no es que no se supiera de la existencia de estos delitos, mas bien, resulta ser producto de la apertura de los medios que existen para comunicarlos. El presente trabajo tiene como fin exponer los lineamientos generales de los denominados delitos de Cuello Blanco y delitos de Cuello Azul, así como algunos ejemplos de casos relevantes en los últimos tiempos. DELITOS DE CUELLO AZUL. Se reducen a aquellos cometidos por personas que no se encuentran en los estratos altos, sino en los bajos, incluyendo las actividades delictivas, entre otras, de los profesionales liberales, como los médicos, cuando suministran ilícitamente drogas o practican abortos o el asesoramiento que prestan los abogados o contadores en la ejecución de acciones ilícitas o delictivas. En el año 1939, Edwin Sutherland presentó en la reunión anual de la American Sociological Society celebrada en Filadelfia (Estados Unidos), la definición de “Delito de cuello blanco”, como aquellos ilícitos penalizables cometidos por personas de elevada condición social en el curso o en relación con una actividad profesional, obligando a afrontar ciertos fenómenos de la sociedad capitalista que hasta entonces no se habían tomado en cuenta. Se podría hablar en este caso de un delito ocupacional o delitos de cuello azul, en lugar del delito de cuello blanco y que sería el que se comete en el ejercicio de una profesión civil o en estrecha relación con ella, tal como ocurre, con las actividades recién citadas y también con los delitos cometidos por las grandes corporaciones, las prácticas desleales de los comerciantes, así como la corrupción de funcionarios. Desde el punto de vista del objeto, también se consideran delitos de cuello azul la adulteración de alimentos y bebidas, los delitos fiscales, aduaneros y monetarios. En realidad, el delito ocupacional se integra dentro de la criminalidad económica, tal como la definió el mismo Sutherland, pues al fin y al cabo 2 son actividades profesionales mercantiles en las que se realizan actos criminales o ilícitos. En cuanto a los delitos de cuello azul, debemos valorar las palabras de Ramiro Anzit Guerrero, en la obra “Los delitos de cuello blanco y los de cuello azul”, Argentina, Fuente electrónica, archivos de criminología, criminalística y seguridad privada, Sociedad Mexicana de Criminología, fechado de: 15 de junio 2015, p.3.: “…Dentro de estas actividades delictivas se incluye, entre otras, la de los profesionales libres, como los médicos, cuando suministran ilícitamente drogas, o practican abortos; lo mismo ocurre con el asesoramiento que prestan los abogados o contadores en la ejecución de actividades ilícitas o delictivas…”. En la revista del posgrado en derecho de la UNAM nueva época, núm. 5, julio-diciembre 2016 destaca el artículo “Criminalidad de cuello azul, civilidad, ciudadanía y prevención. Reflexiones en torno a México”, suscrito por José Antonio Álvarez León, en el cual expone: Los delitos de cuello azul son delitos económicos, es decir, una subcategorización de los delitos de cuello blanco, pues su diferencia es quién los comete y a qué escala; los delitos ocupacionales, son realizados desde la operatividad del trabajo cotidiano, desde la red situacional de la empresa, la oficina pública o como ya se dijo del propio sujeto pasivo en las actividades independientes. Estos delitos de cuello azul son genéricamente operados por profesionales, operarios y técnicos de las empresas o establecimientos mercantiles; esto significa que no basta observarlos como delitos patrimoniales como son en 3 su mayoría, si no se observa el fenómeno criminal a partir del modus operandi desde su comisión como se decía líneas arriba. Los empleos de profesionales o técnicos en la Hipermodernidad, ubican a esta clase trabajadora en la primera línea del desarrollo y del impulso de las nuevas formas de trabajo, cada vez más especializadas; son los mismos empleados de las empresas quienes aprenden a operar los sistemas, dar servicios, manejar información y se relacionan con otras empresas, profesionales, o simplemente controlar las mercancías y sus destinos, así y por ello, la condición de clase medieros o en oportunidad de ascenso “los tienta” al delito, pues sigue siendo subestimada su posición (económica) a través de la abrupta concentración de la riqueza y nula expectativa de superar su clase social a través del trabajo limpio y digno. 4 CASOS DE CUELLO AZUL. Como señalábamos en la introducción, los delitos han sido destapados gracias a la apertura de los medios de comunicación, de tal forma que ahora cualquier ciudadano con el uso de su celular y las redes sociales, es capaz de difundir y exponer a aquellas personas que cometen delitos de cuello azul. ¿Cuántas veces no hemos podido ver videos en internet de policías inventando delitos para pedir una “mordida”? Desafortunadamente los delitos de cuello azul, por la forma en la que son hechos del conocimiento público, solo se encuentran visibles en tanto son virales, una vez pasado de “moda”, tienden a desaparecer y su desahogo parecería quedar en el limbo, talvez esto sea ocasionado porque el monto de los daños resulta ser improductivo para las dependencias que los investigan. Sin embargo, si lo pensamos en el volumen y frecuencia de ocurrencia, pudiéramos decir que si es significativo y causa un gran daño a la sociedad. Ejemplos tenemos muchos, aquellos policías municipales o estatales de la ciudad de México que detienen vehículos con placas foráneas, cuando la facultad de ejercer esta actividad en todo caso es de tránsito. O bien, el personal del área de compras de un hotel, que favorece a ciertos proveedores a cambio de comisiones sobre el monto de la adquisición. Aquellos policías ministeriales que detienen autos para después sembrar delitos y extorsionarlos. Por ejemplo pudiéramos mencionar también a los candidatos a puestos de elección popular, que ofrecen dadivas o productos de consumo a la población a cambio de acudir a manifestaciones de apoyo a favor de ellos, o bien, incluso en contra de otros. Contadores públicos que denuncian a sus propios clientes para que sean fiscalizados y poder ellos obtener mayor remuneración por su trabajo. Los delitos de cuello azul son mayores en cantidad de eventos, pero menores en monto individual del daño ocasionado, sin embargo, al obtener el gran total, pudiera ser el mayor problema de la sociedad. 5 ¿Por qué fue detenido Emilio Lozoya? El exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin fue detenido en España después de que se revelara que recibía sobornos de la firma brasileña Odebrecht durante su tiempo como jefe de Petróleos Mexicanos, además por su involucramiento en la planta chatarra de Agro Nitrogenados a la acerera AMSHA Alonso Ancira, vinculado al caso. “Se señaló que se formalizó la compra de la planta de fertilizantes con equipo incompleto, en mal estado y no utilizable, con 30 años de antigüedad y 18 años fuera de operación; asimismo, careció de estudios y análisis competentes para garantizar su rentabilidad y determinar adecuadamente los costos de mantenimiento desde el proceso de su adquisición”, afirmó la Auditoría Superior de la Federación en un reporte, algo que sigue costándole al gobierno federal. Posteriormente, Lozoya compró Grupo Fertinal, llegando a invertir hasta mil 500 millones de dólares en cinco años para relanzar la producción de fertilizantes en el país. El problema fue que ninguna de sus compras parecía justificadas o razonable para sus metas, lo cual sugiere que hubo procesos de corrupción involucrados. Lozoya fue responsable de darle a Odebrecht el proyecto de la refinería de Tula Hidalgo, la cual generó daños o sobrecostos por cerca de los 953 millones de pesos mexicanos, según la ASF: “Son trabajos con características similares y que fueron ejecutados por una empresa mexicana adjudicada mediante licitación pública internacional y aprobado por la Gerencia de Proyectos 2 de Pemex Refinación en el mismo año, mismo que ofreció precios más convenientes para el estado en partidas similares, con lo que se comprobó que la propuesta de la contratista extranjera no fue la más conveniente para el Estado”. 6 Bajo el liderazgo de Lozoya, Pemex declaró pérdidas récord, de hasta 712 millones de pesos, por los gastos extra en que incurrió con la empresa, lo cual impulsó su deuda a 3.1 mil millones de pesos. Lozoya tenía la costumbre de viajar en helicóptero, realizando casi mil viajes en totales a Pemex, destinos turísticos, oficinas federales, un medio de comunicación, y otros sin justificación alguna. 7 CONCLUSIONES. El concepto de delito de cuello azul se usa para hablar de una persona que puede cometer un delito porque está en un cargo ideal para cometer ese delito que no podría cometer si no estuviera en ese cargo. Y no sólo hablamos de políticos. Algunos médicos, por definición, serían delincuentes de cuello azul, al beneficiarse por recetar un medicamento por el que le han pagado, en lugar de otro que podría ser algo más efectivo, pero por el que no ha recibido ninguna compensación. Aunque realmente no hay ninguna diferencia entre cuello blanco y cuello azul, pues en el supuesto caso del médico que hemos nombrado, realmente es una especie de soborno, al igual que cuando un político es sobornado por su cargo. Existe un sentimiento relativamente desorganizado del público hacia esta clase de delitos, sus efectos son difusos y los medios masivos no expresan sentimientos morales organizados. En la actualidad, la situación se ha tornado diferente, pero no cambió en su esencia: la “corrupción” es el término designado para denominar a los delitos generales de “cuello blanco”. Sin embargo, los casos de corrupción que por lo general son denunciados desde la prensa, en la gran mayoría de los casos, terminan en un punto cero donde nada se puede probar, en tanto que se denuncia una complicidad entre el poder político y el judicial. Por otro lado, sólo nos enteramos de la Estafa Maestra porque aún existen en México periodistas de resistencia, y organizaciones de la sociedad civil que hacen que los corruptos se sientan vigilados. Porque por parte de la ley, aunque Rosario Robles hable y ponga el dedo sobre los culpables, en lo personal preferiría que le fueran retirados TODOS sus recursos económicos y no que se la pase en la cárcel donde aún ahí la seguiré 8 manteniendo y el día que salga, lo hará para disfrutar del dinero del pueblo. En el caso de Romero Deschamps, por ejemplo, vemos una clara evidencia de un personaje de cuello blanco, con falta de valores éticos en su máxima expresión, donde tanto en la administración pública como privada, ha sabido sabotear los sistemas y obtener grandes beneficios. El conocimiento de los delitos cometidos y la falta de ética, son ahora mas conocidos por la sociedad gracias a la apertura de los medios de comunicación y la facilidad de difundir información para la población. Los delitos siempre han existido, pero ahora se pueden mostrar y difundir con mayor facilidad. 9 BIBLIOGRAFÍA • www.alc.com.ve › delitos-de-cuello-azul • https://www.corteidh.or.cr/tablas/r35091.pdf • https://sooluciona.com/diferencias-entre-delito-de-cuello-blancoy-delito-de-cuello-azul/ • https://estudyando.com/crimen-de-cuello-azul-definicionestadisticas-y-ejemplos/ 10