El origen del término “cultura” El término “cultura” se utiliza tanto para referirse a la diversidad que existe entre los distintos pueblos como a sus conflictos étnicos o religiosos. A lo largo de la historia, en su afán de encontrar una definición y de poder describir el proceso cultural, distintos pensadores han propuesto sus ideas sobre el tema. La palabra “cultura” proviene del término latín colere: prepara la tierra para el cultivo y también adorar a los dioses propios de los pueblos agricultores. En la Europa medieval se conoció el término cultura agri, que definía la relación del hombre (productor) con la naturaleza. Luego aparece el término cultura mentis, que designaba el cultivo de mente. En el Renacimiento se utiliza el término para describir al proceso formativo exclusivo de los artistas, los literatos y la clase poderosa, que formaban una elite. En el siglo XVIII empezaron a concebir la cultura como el estado alcanzado por una persona después de un proceso educativo. Durante este proceso el individuo adquiría conocimientos intelectuales, buenos modales y la posibilidad de apreciar el arte. Al que lograba alcanzar ese estado se lo consideraba una persona culta. En el siglo XIX, el término “cultura” tomó un significado antropológico. Así se la definió como la condición característica que comparte una sociedad o un grupo social en un momento determinado. Esta condición engloba los hábitos lingüísticos, las tradiciones populares, las costumbres, las creencias las maneras de proceder, las formas de valoración y la visión del mundo de esa sociedad. De esta forma, todos los hombres están inmersos en una cultura específica que abarca todos los ámbitos en los cuales ellos son participes, desde la naturaleza hasta las organizaciones sociales. Cultura y naturaleza El hombre, como el animal, es un ser biológico y social. Biológico, porque tiene necesidades básicas que satisfacer, como el hambre, la sed. Social, porque precisa estar junto con individuos de su misma especie para sobrevivir. Tanto el hombre como el animal pertenecen a la naturaleza y establecen una relación constante con ella. El animal tiene una relación fija con ella, pautada, con el ambiente, y se caracteriza por la repetición constante de las mismas pautas de conducta. El hombre, en cambio, como animal racional, se relaciona con la naturaleza mediante una transformación permanente, convierte su ambiente natural en un ambiente sociocultural, con posibilidades de crear y de cambiar lo ya existente. Desde el nacimiento, el hombre va incorporando gradualmente las distintas pautas culturales de su comunidad por medio de las cuales configurará una identidad propia. Uno de los elementos básicos de la cultura en que se inserta es el lenguaje. Entonces, existe una relación directa e inseparable entre naturaleza y cultura, ya que el hombre procura adaptarse para vivir organizadamente en sociedad, utiliza y transforma, de un modo constante, el ambiente natural que lo rodea. Cultura y civilización El término “civilización”, al igual que “cultura”, ha ido cambiado a lo largo de los tiempos. En Roma, el término civilis se refería a la vida política, al estado y al conjunto de ciudadanos. A comienzos del siglo XX, se afirmaron dos posturas: [por un lado] civilización como sinónimo de cultura y sociedad; por otro lado, se aplicó el concepto para designar el estado alcanzado por los pueblos más avanzados (los pueblos humanos numerosos con determinados adelantos tecnológico, una gran concentración demográficas en las ciudades y un nivel al que todas las sociedades desearían alcanzar). De este modo, se legitimaba la denominación de un pueblo sobre otro y se determinaba la existencia de culturas superiores e inferiores. El concepto siguió evolucionando y en la actualidad se entiende por civilización un proceso que forma parte de un proceso mayor: la cultura. La civilización es el resultado histórico de las culturas urbanas; por eso, su centro se encuentra en las ciudades y se caracteriza por las resoluciones sociales que se establecen en función de la técnica, la industrialización, la ciencia y el maquinismo. (Fragmento de Culturas y estéticas contemporáneas, Módulo de Trabajo de la Escuela de Educación Técnica Nº6, San Nicolás [sin registro de autor], Buenos Aires, 2007)