SEMANA 1 MÓDULO 1 SEMANA 1 MÓDULO 1 ECONOMÍA ARGENTINA UNIDAD 1 0 SEMANA 1 MÓDULO 1 UNIDAD 1 EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) La historia económica es una disciplina cuyo objetivo es “explicar la estructura, el funcionamiento y los resultados de las economías a lo largo del tiempo”. En 1880 llegó al poder el general Julio A. Roca, quien consolidó el modelo económico agroexportador y el modelo político conservador basado en el fraude electoral y la exclusión de la mayoría de la población de la vida política. Se incrementaron notablemente las inversiones inglesas en bancos, frigoríficos y ferrocarriles y creció nuestra deuda externa. En 1890 se produjo una grave crisis financiera en la que se cristalizaron distintas oposiciones al régimen gobernante. Por el lado político, la Unión Cívica Radical luchaba por la limpieza electoral y contra la corrupción, mientras que, por el lado social, el movimiento obrero peleaba por la dignidad de los trabajadores desde los gremios socialistas y anarquistas. La lucha radical, expresada en las revoluciones de 1893 y 1905, y el creciente descontento social, expresado por innumerables huelgas, llevaron a un sector de la clase dominante a impulsar una reforma electoral para calmar los ánimos y trasladar la discusión política de las calles al parlamento. En 1912, el presidente Roque Sáenz Peña logró la sanción de la ley que lleva su nombre y que estableció el voto secreto y obligatorio. 1880-1886 Fin del mandato Concluye Nacimiento – fallecimiento 1843-1914 JUAREZ CELMAN, Miguel PELLEGRINI, Carlos SAENZ PEÑA, Luis URIBURU, José E. ROCA, Julio Argentino 1886-1890 Renuncia 1844-1909 1890-1892 1892-1895 1895-1898 1898-1904 Concluye Renuncia Concluye Concluye 1846-196 1822-1907 1831-1914 1843-1914 QUINTANA, Miguel 1904-1906 Fallece 1835-1906 FIGUEROA ALCORTA, José SAENZ PEÑA, Roque 1906-1910 Concluye 1860-1931 1910-1914 Fallece 1851-1914 Presidente Periodo ROCA, Julio Argentino Vicepresidente MADERO, Francisco B. PELLEGRINI, Carlos URIBURU, José E. QUIRNO COSTA, Roberto FIGUEROA ALCORTA, José DE LA PLAZA, Victorino 1 SEMANA 1 MÓDULO 1 1.1 Contexto internacional Segunda revolución industrial: electricidad, utilización del petróleo y motores a combustión, aparición de nuevos productos químicos y materias primas industriales, revolución de los transportes y las comunicaciones, máquina de escribir, frigorífico, etc. Esto se complementa con cambios en la forma de organización del trabajo (taylorismo). Desarrollo de sindicatos y reivindicaciones obreras, bajo el influyo de nuevas ideologías (socialismo, anarquismo, entre otras), acompañado de huelgas y conflictos. Economía internacional caracterizada por la diversificación del poder económico mundial (Gran Bretaña, EEUU y Alemania), estructura comercial con mayores restricciones (proteccionismo) y un nuevo y creciente rol de los movimientos de capital. Patrón oro: permitía establecer un mecanismo de cambios fijos entre las distintas divisas sobre la base de su correspondencia común con el metal. En este sistema los países mantenían fijo el valor de sus monedas con el valor del oro, al estar dispuestos a comprar o vender este metal a precios determinados o constantes, teniendo la circulación monetaria interna una relación fija con las reservas de oro. Aunque Gran Bretaña parecía estar en la cúspide de su poder económico y financiero, existía una pluralidad de centros económicos de nivel similar que se disputaban los mercados mundiales. La Primera Guerra Mundial es la que decide la suerte de Inglaterra, ya que cae en forma abrupta su participación en el comercio mundial y crece la de otros países del mundo occidental, fundamentalmente EEUU. 1.2 Formación del estado nacional. Marco ideológico interno En 1859 Argentina se integra plenamente a la economía internacional como exportador de productos agropecuarios de clima templado (cereales y carnes) a esta expansión contribuyen varios factores: Externos: Infraestructura adecuada, demanda de alimentos de las naciones industrializadas, disponibilidad de capital para explotar la región pampeana y altos precios de los productos agrícolas en el mercado internacional. Internos: Recursos naturales (pampa húmeda una de las praderas más fértiles), organización del estado nacional y pacificación interna, mercado interno favorable, la conquista del desierto que elimina el peligro interior y políticas a favor de la inmigración y la inversión de capital. Marco ideológico interno: 2 SEMANA 1 MÓDULO 1 1852-1880: periodo de transición, en el cual comenzó a delinearse el marco institucional y la estructura política propia de un estado nacional. “Modelo del 80”: cuerpo doctrinario de ideas, con pensadores y estadistas como Alberdi, Mitre, Sarmiento, Avellaneda, Velez Sarfield y otros. Entre sus ideas, se destacan: La constatación de que el desarrollo económico argentino solo podía basarse en la inserción del país en el mercado mundial especializándose en el tipo de actividades en las que se tenían “ventajas comparativas” (factor tierra). La certidumbre de que para que dicha riqueza pudiera aprovecharse era menester suplir las dos carencias básicas que se tenía, la del capital y la mano de obra. La idea de que para hacer posible ambas cosas era imperioso expandir la frontera agropecuaria, resolviendo del problema del “indio”, y unificar el mercado interno. Formación del estado nacional: La organización del Estado Nacional constituyo un aspecto fundamental para el crecimiento económico porque permitió sentar las bases del ordenamiento jurídico para el funcionamiento de la política, la sociedad y la economía; y también el establecimiento del monopolio del uso de la fuerza, imponiendo la paz interior y la incorporación de las fronteras interiores. Con la asunción de Roca (12 de octubre de 1880), comenzó a consolidarse el proceso de formación del estado nacional, iniciado en 1862 con la unificación del territorio nacional. La estructura del estado nacional asumió varias instancias decisivas: La formación del aparato de seguridad otorgó al poder central el monopolio legítimo de la violencia frente a toda disidencia interior o peligro exterior que amenazara la soberanía territorial. La formación del aparato administrativo implico la expansión de la burocracia central. La constitución de la burocracia gubernamental recorto de hecho las autonomías provinciales pese a la proclamación de la formula federal, a lo que se sumó una estructura judicial federal que contribuyo aún más a limitar las autonomías provinciales. Los líderes políticos poseían origines sociales muy similares y formaban un circulo muy cerrado (familias tradicionales, estancieros, miembros de clubes selectos). Las elecciones eran manipuladas y la falta de rotación originaba tensiones al interior. 3 SEMANA 1 MÓDULO 1 En 1886 asume Juárez Celman (cuñado de Roca). En 1890 la profunda crisis económica iniciada el año anterior, genera una ruptura que desemboco en la conformación de una coalición opositora (Unión Cívica). Se produce una revolución el 26 de julio de 1890, renuncia Juárez Celman y lo reemplaza Carlos Pellegrini (vicepresidente). En 1891, la Unión Cívica se divide en dos líneas opuestas: la Unión Cívica Nacional y la Unión Cívica Radical (orientada a la intransigencia, liderada por Yrigoyen). En 1896 nace el Partido Socialista (liderado por Juan B. Justo) y se funda en Rosario la Liga del Sur (Lisandro de la Torre) que posteriormente, en 1914, se integra al Partido Demócrata Progresista para participar en las primeras elecciones presidenciales bajo la vigencia de la Ley Sáenz Peña. Surgen diversas asociaciones orientadas a la defensa de intereses sectoriales. 1.3 La inversión extranjera y los ferrocarriles El boom de las exportaciones agropecuarias comenzó unos años después de la crisis de 1890. Se produjo, además, un cambio en la composición de las importaciones que ponía de manifiesto su importancia en el desarrollo económico del país. Los bienes de capital y materias primas que ingresaban al país estaban destinados a desarrollar la infraestructura que el país necesitaba para poder incorporarse al mercado mundial como productor y exportador de alimentos y otros bienes de origen agropecuario. Los grandes inversores de esta época fueron comerciantes y contratistas ferroviarios. La inversión externa estaba influenciada por la alta tasa de rentabilidad, que alcanzo picos del 10 al 15% de dividendos anuales en algunos años. En 1889, Argentina recibió entre el 40 y el 50% de las inversiones británicas fuera de Gran Bretaña. En los primeros años del nuevo siglo el capital extranjero volvió a entrar al país, pero en forma diversificada (Alemania, Francia, EEUU y Gran Bretaña). Papel del estado Para fomentar la inversión extranjera en ferrocarriles, el estado comenzó garantizando a las empresas beneficios mínimos que llegaban hasta el 7% del capital invertido, las concesiones de tierras adyacentes a las vías y la introducción de materiales libres de derechos. Ley Mitre (1907): otorgo un periodo de explotación de 40 años, eximió a las empresas del pago de todo tipo de impuestos a cambio de una obligación única del 3% sobre las utilidades netas, decretó la intervención en las tarifas 4 SEMANA 1 MÓDULO 1 por parte del Poder Ejecutivo, se reservó el derecho de expropiación en cualquier momento por el monto del capital reconocido más el 20%, entre otros aspectos. Ferrocarriles En nuestro país permitió el poblamiento y la incorporación productiva de tierras fértiles antes desconocidas, contribuyo a la modernización de las explotaciones agropecuarias, dio origen a nuevas poblaciones brindo condiciones para el crecimiento de algunas economías regionales y acelero la formación de un mercado Nacional, llegando a las capitales más alejadas del país. Etapas de su instalación: Etapa de consolidación y desarrollo (1857-1886): el primer ferrocarril se instaló en Buenos Aires a cargo de una inversión con capitales privados de las provincias. Se establecen las líneas troncales que estructurarían la red ferroviaria del país. En 1886 la extensión de la red ferroviaria era de 6.142 km. Etapa de la manía ferroviaria (1886-1889): período que se caracteriza por el otorgamiento indiscriminado de concesiones y la corrupción como así la especulación (otorgamiento de líneas paralelas hacia lugares de poco desarrollo). Se otorgaron 67 concesiones, aprobándose un total de 26.000 km. (1890-1915): Argentina es el país con mayor extensión ferroviaria de América Latina y décima en el mundo. La ley Mitre favorece la inversión extranjera en ferrocarriles, todas las provincias estaban unidas por líneas férreas. En 1914 la red ferroviaria tenía 33.500 km. 1.4 Población e inmigración. En un país cuya población en el primer censo nacional, en 1869, llegaba apenas a 1.737.026 habitantes, con una densidad de 0,62 habitantes por km2 pero con una enorme potencialidad económica, la máxima alberdiana “gobernar es poblar” era la manifestación de una necesidad impostergable. Para atraer inmigrantes del exterior, se dicta en 1876 la Ley 817, conocida como Ley Avellaneda, que proclamó vincular en forma orgánica la inmigración a la colonización de extensos territorios hasta entonces inexplorados. Por ella se creaba un Departamento de Inmigración dependiente del Ministerio de Agricultura, se reglamentaba la introducción de los inmigrantes y se estableció una serie de medidas para estimular su radicación en el país. La conjunción de factores internos como la eliminación del denominado “problema del indio”, el fin de las guerras civiles y la consolidación del gobierno nacional; y de factores externos como la depresión económica de los años 80 y 90; sumados a la estructura latifundista de propiedad de la tierra y el 5 SEMANA 1 MÓDULO 1 predominio de la región del litoral y de sus ciudades portuarias, hacen posible comprender el momento, la magnitud y las modalidades del proceso de inmigración y de sus efectos sobre el desarrollo económico nacional. Las consecuencias de esta masiva inmigración se manifestaron en el crecimiento de la población que se multiplica por 4,5 en 35 años. La proporción de extranjeros también se eleva, hasta aproximarse a la tercera parte de la población total. Además de una limitada radicación en el campo, ya que desde principio de siglo su población era inminentemente urbana, y de las fluctuaciones, es decir, una alta tasa de retorno a los países de origen debido a las dificultades en el transporte, diferencia de salarios, etc. 1.5 El sector agropecuario La Agricultura En los cuarenta años que transcurren entre mediados de la década de 1870 y la Primera Guerra Mundial, el campo argentino experimentó grandes cambios. La expansión de la agricultura fue notable. De un país importador de granos y con solo 580.000 hectáreas sembradas en 1872 paso a decuplicar esa cantidad en 1900, superando los 6.000.000 de hectáreas, y a aumentarla casi cuatro veces más en 1914, con 22.000.000 En los años previos a 1880 la producción agrícola era muy escasa y el mercado interno se abastecía importando trigo y otros cereales. La falta de medios de transporte y su alto costo obligaba a los colonos y agricultores a mantenerse muy cerca del río Paraná, la existencia de zonas dominadas por los indígenas impedía expandir la frontera agrícola-ganadera y creaba una permanente inestabilidad en las zonas de producción, y la mano de obra y el capital eran insuficientes. La introducción del ferrocarril, la derrota total del indio y la llegada masiva de inmigrantes resolvieron en parte esos problemas y hacia 1890 el sector agrícola comenzó a crecer aceleradamente. Pero fueron las necesidades de la actividad ganadera las que posibilitaron el boom cerealero. La expansión de la frontera no solo soluciono el problema de la escasez de tierra, sino que permitió también ampliar el tamaño de las parcelas haciéndolas más rentables. El ferrocarril disminuyó considerablemente el costo de los fletes, facilito la movilización de la mano de obra y difundió a lo largo de las vías el cultivo de cereales, en especial del trigo. Hasta 1890 el aumento de la producción agrícola solo sirvió casi exclusivamente para cubrir la demanda interna, pero luego dio lugar a la generación de un excedente, y en poco tiempo la Argentina se transformó en una gran exportadora de cereales. Los bajos costos de producción, logrados por la disminución de los gastos de transporte, la amplia disponibilidad de 6 SEMANA 1 MÓDULO 1 tierras y las formas predominantes de explotación hicieron posibles las exportaciones argentinas y las volvieron competitivas. La Ganadería La evolución de la ganadería en este periodo reconoce tres momentos fundamentales que, aunque se diferencian por sus modalidades y tiempo de aparición, coexisten en un largo lapso: El ciclo de la estancia (1700-1850): nuestro país ingresó al mercado internacional como exportador de cueros vacunos y otros subproductos. El ganado había sido introducido por los españoles en el siglo XVI. Hasta el ciclo XVII se cazaban los vacunos y equinos que pastaban libremente (vaquería) pero posteriormente se reemplazó dicha caza por la cría en establecimientos llamados estancias. El principal objetivo no era la calidad sino la cantidad de animales criados. A partir de 1800 se instalan los saladeros que producían tasajo para la demanda de países esclavistas. El ciclo de la lana (1850-1900): la lana se convierte en el principal producto de exportación desplazando al vacuno como consecuencia del aumento de la demanda de lana (industrialización de Inglaterra, Francia y Bélgica) se utilizaba la raza Merino por su alta calidad (proceso de merización). Desplazamientos de las mejores tierras al vacuno, se difunde el alambrado y variedad de tareas rurales. A partir de 1880 se instalan los primeros frigoríficos los cuales preferían la carne ovina más pequeña y refinada. Ya no predomina el Merino sino es que se cruzan con mejores razas o se reemplaza por la raza Lincoln de mayor calidad carnea destinada a la preparación de carne congelada (procesos de desmerinización). El ciclo del frigorífico (1883 – en adelante): implica una revolución tecnológica del frío. El primer frigorífico inicia sus actividades en 1883, donde cuatro empresas británicas se reparten el mercado de exportación. Características del comercio de carnes Existencia de un mercado único, Gran Bretaña, que es exigente y compite con otros proveedores. El mercado es accesible por un sistema de transformación industrial y expedición controlada por empresas extranjeras. Productores dependientes e integrados a los frigoríficos. Etapas del comercio de carnes En una primera etapa el frigorífico prefiere una carne ovina más pequeña y refinada, la raza Lincoln aparee como la más apta. La cruza con el Merino da 7 SEMANA 1 MÓDULO 1 origen a la Lincoln Argentino que conserva las mejores propiedades de ambas razas. Los avances tecnológicos permitieron la exportación de carne bovina. Disminución de la demanda de tasajo por la abolición de la esclavitud, se conquista un nuevo mercado el británico solo de ganado en pie. Mejoras de la raza bovina por exigencias del consumo. Hacia 1900 GB prohíbe la importación de ganado vivo como consecuencia de la fiebre aftosa. En una segunda etapa con la prohibición la exportación en pie y gracias a nuevos avances tecnológicos solo puede exportarse carne congelada, a través de los frigoríficos británicos que poseían el monopolio del mercado. Posteriormente los norteamericanos entran en la competencia estableciendo una nueva técnica: el enfriado (carne fresca). Competencia de los frigoríficos, pero pronto se llega a un acuerdo para evitar la caída de los precios y asegurar la regularidad de los embarques. 1.6 El sector industrial El auge agroexportador genera excedentes para iniciar el proceso de acumulación necesario para las inversiones en el sector manufacturero. Sin embargo, el desarrollo industrial se vio afectado por la mínima disponibilidad de minerales que impulsaban la metalurgia y el reducido tamaño y el retraso de las organizaciones fabriles existentes. Hacia 1880 la industria Argentina era muy rudimentaria. En 1873 la crisis mundial puso de manifiesto la dependencia de nuestro país de capitales extranjeros y el comercio por la cual, en 1875 se plantea la necesidad de desarrollar una estructura económica más equilibrada no solo dependiente de la exportación de bienes primarios. Para ello se adoptaron políticas proteccionistas para formar la industria local. Dichas políticas aduaneras tuvieron efectos contrarios a los esperados acentuando la desprotección industrial ya que aumentaban los costos de insumo y bienes de capital para la producción. 1880-1895: industrias basadas en productos locales con escasa o nula mecanización (trabajo manual). 1895: el censo revela progresos, duplicación del número de empresas y el capital invertido crece. 1914: el censo demuestra progresos significativos. Crecimiento mayoritario de las industrias alimenticias debido a la consolidación de la industria frigorífica y la aparición de establecimientos de fabricación de nuevos productos. Las industrias mecánicas, de construcción, de comunicación y textiles progresaron más lentamente. 1.7 El comercio exterior 8 SEMANA 1 MÓDULO 1 En 1880 la Argentina se transformó en un importante proveedor de alimentos en los mercados mundiales y sus necesidades internas fueron satisfechas con las importaciones de bienes y servicios de otros países. Las exportaciones agrícolas incrementaron y elevaron su participación hasta un 60% en 1905-1909, desplazando a los productos ganaderos. En cuanto a las exportaciones de carnes predominaba netamente las lanares hasta fines de siglo, pero a partir de 1905 las carnes se convirtieron en el principal producto de exportación. El crecimiento de las exportaciones argentinas de granos, ubicaron al país dentro de las principales naciones exportadoras, junto a Rusia y EEUU. La estructura del comercio exterior se concentró en Gran Bretaña, pues se basaba en el intercambio de carnes y en menor medida, de otros productos agropecuarios, contra tejidos de algodón y lana, carbón de piedra, material ferroviario y hierro. El comercio de importación muestra el aumento de las importaciones de bienes de consumo, la importación de bienes de capital tuvo una participación irregular superando algunas veces a las de materias primas. 1.8 El sistema financiero y bancario Hasta 1860 los ingresos de capital en la Argentina se produjeron a través de las exportaciones, pero desde ese año en adelante, comienza la plena integración de nuestro país al mercado internacional y se reinicia el flujo de capitales extranjeros por vía de las inversiones privadas y empréstitos al gobierno. Se distinguen dos etapas: Primera etapa (1860-1890): en ese lapso salvo algunos años la balanza comercial Argentina fue deficitaria. Nuestro país era muy vulnerable porque los préstamos se debían pagar con otros préstamos. Y si por cualquier motivo se detenía el flujo estallaba la crisis, la consecuencia era la inestabilidad financiera y monetaria. Las fluctuaciones de la balanza comercial y el flujo de capital extranjero determinan los ciclos económicos. 1. La anarquía monetaria (antes de 1880 el sistema monetario se caracterizaba por la anarquía): a pesar de que la constitución otorgaba al gobierno la atribución de emitir moneda no existía una moneda nacional, sino que cada provincia utilizaba monedas de distinto valor. En cuanto al papel moneda el más difundido era el del Banco de la provincia de Buenos Aires para uso exclusivo de esa provincia. En 1872 se crea el Banco Nacional que comienza a emitir billetes para todo el país. 2. Orígenes del sistema bancario: el sistema bancario tuvo orígenes en el Banco de Descuentos creados en 1822 que, posteriormente en 1854 se 9 SEMANA 1 MÓDULO 1 convierte en el Banco de la provincia de Buenos Aires con la función de financiar las actividades comerciales agropecuarias. A partir de 1860 comienzan a aparecer entidades privadas. Por último, se crea el Banco Nacional (1872) y el Banco Hipotecario de la Provincia de Buenos Aires. En 1885 se crea el Banco Hipotecario Nacional. 3. Crisis de 1866 y 1873: en 1866 se produce una crisis económica debido a la baja del precio de la lana (en ese entonces el principal producto de exportación), sin embargo, la recuperación comienza pronto con una corriente de empréstitos externos, por los cuales aumentaron las reservas, el incremento de la emisión de billetes y por ende la circulación monetaria. La prosperidad duro hasta 1873, año que se detiene la corriente de préstamos debido a la crisis financiera europea. Se inicia entonces el ciclo descendente con la reducción de las reservas, restricción del crédito y depresión de los negocios. Razón por la cual Avellanada aplicó una política de restricción de gastos para disminuir el déficit público (1876). Se abandonó la convertibilidad en 1876. 4. Unidad monetaria y el régimen del patrón oro: Avellaneda creó una unidad monetaria de oro llamada el “peso fuerte” destinada a reemplazar las monedas extranjeras que circulaban, medida que no pudo concretarse por la falta de metálico. El segundo intento fue de Julio A. Roca quién sancionó una ley que establecía: un patrón bimetálico (oro y plata) la prohibición de la circulación de monedas extranjeras y la unificación de emisión de billetes. En 1883 se establece definitivamente el patrón oro. El reemplazo de las monedas extranjeras y el mantenimiento de la convertibilidad dependían de las reservas. En 1880 el flujo de inversiones y préstamos se reanudó con lo cual pareció posible mantener la convertibilidad. En 1884 se detuvo por la pérdida de confianza debido al déficit comercial. La convertibilidad se suspende en octubre de 1885. 5. Ley de Bancos Garantidos y la crisis de 1890: la ley se sanciona en 1887 y establecía que cualquier banco estaba autorizado a emitir billetes con la condición de realizar un depósito en oro en el tesoro nacional por el cual recibían bonos que constituirían el respaldo de la emisión. El objetivo del gobierno era centralizar reservas para el pago de la deuda externa, ampliar el circulante y la actividad económica. Mientras que el gobierno recibía oro para pagar la deuda los bancos se endeudaban en el exterior, ya que solicitaban préstamos para conseguir el oro y poder así emitir billetes. Entre 1886 y 1890 Argentina toma prestado casi 700 millones de pesos oro lo cual lleva hacia una nueva crisis. 10 SEMANA 1 MÓDULO 1 Crisis de 1890: debido al incremento de la deuda y el permanente signo negativo del comercio exterior lo que desencadenó una desconfianza sobre Argentina, desvalorización de billetes en relación al oro e inflación. La crisis estalla cuando las exportaciones no lograron expandirse con suficiente rapidez y el flujo de préstamos se detuvo a fines de 1890. Segunda etapa (1891-1914) 1. Soluciones a la crisis de 1890: Acuerdo con acreedores extranjeros en 1891 por el cual Argentina no podía solicitar préstamos al exterior por tres años a cambio del no pago de la deuda a Europa por el mismo lapso. Los servicios volvieron a abonarse normalmente a partir de 1897. El arreglo fue abandonado y sustituido por el arreglo Romero. La balanza comercial positiva como resultado de exportaciones en aumento (debido a inversiones de años anteriores). 2. La caja de conversión: se crea en 1890 con el objetivo de constituir un fondo para respaldar las emisiones de los bancos. Pero el fondo se forma años después cuando comienza a ingresar oro por las exportaciones. En 1899 se sanciona la ley de conversión que reestablecía la convertibilidad (entre el $ oro y el $ moneda nacional), que se mantuvo hasta 1914 gracias al aumento del comercio exterior y al flujo de inversiones. Ante la crisis de 1890 el gobierno nacional se hizo cargo de todos los pasivos por billetes emitidos por los bancos garantidos. En 1894 se dispuso la renovación de billetes por un solo tipo: el “peso moneda nacional”. Se liquidó el Banco Nacional y se creó el Banco de la Nación Argentina (1891). Bibliografía RAPOPORT, M.; capítulo 1. 11 SEMANA 2 MÓDULO 2 SEMANA 2 MÓDULO 2 ECONOMIA ARGENTINA UNIDAD 2 0 SEMANA 2 MÓDULO 2 UNIDAD 2 ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN LOS AÑOS 20 (1914-1930) En 1912, la Ley Sáenz Peña estableció nuevas condiciones para el sufragio, que pasó a ser obligatorio y secreto. En 1916, fue electo presidente el radical Hipólito Yrigoyen (1916-22), de gran predicamento popular. La Primera Guerra Mundial desarticuló el comercio y las finanzas estatales, y se desató una oleada de descontento social y grandes huelgas que se prolongó hasta 1922. La división profunda entre yrigoyenistas y antiyrigoyenistas tensó la vida política y paralizó las iniciativas legislativas. La conflictividad se atenuó durante la presidencia de Marcelo de Alvear (1922-28), también radical. En 1928, Yrigoyen fue reelecto, por una amplia mayoría. Los conflictos entre sus partidarios y adversarios se agudizaron, mientras comenzaban a sentirse los primeros efectos de la crisis económica mundial de 1929. En 1930, Yrigoyen fue depuesto por un levantamiento militar que tuvo amplio apoyo en los sectores civiles opositores. El período no estuvo exento de conflictos sociales derivados de las graves condiciones de vida de los trabajadores. Algunas de sus protestas, como la de la Semana Trágica y la de la Patagonia, fueron duramente reprimidas con miles de trabajadores detenidos y centenares de muertos. Presidente DE LA PLAZA, Victorino YRIGOYEN, Hipólito DE ALVEAR, Marcelo T. YRIGOYEN, Hipólito Periodo Fin del mandato Nacimiento – fallecimiento 1914-1916 Concluye 1840-1919 1916-1922 Concluye 1852-1933 1922-1928 Concluye 1868-1942 1928-1930 Depuesto 1852-1933 Vicepresidente LUNA, Pelagio GONZALEZ, Elpidio MARTINEZ, Enrique 1 SEMANA 2 MÓDULO 2 2.1 El contexto internacional La Primera Guerra Mundial, que enfrentó a Inglaterra, Francia, Rusia y EEUU contra Alemania y el Imperio Austro-húngaro dio un nuevo impulso al proceso de acumulación a escala mundial y potenció la participación norteamericana en el comercio mundial al tiempo que declinaba la inglesa. Causas de la Primera Guerra Mundial - La Segunda Revolución Industrial que condujo a rivalidades económicas y políticas entre los países. - Tensión en la región de los Balcanes: Rumania, Serbia, Bulgaria, Montenegro, etc., apetecida por Rusia, Austria-Hungría y Alemania. - Rivalidad marítima entre Inglaterra y Alemania. - Conflictos en las colonias. - Rivalidades fronterizas entre los principales estados europeos. - El fuego de alianzas y rivalidades que terminó en la TRIPLE ALIANZA (Alemania, Italia, Austria-Hungría) y la TRIPLE ENTENTE (Inglaterra, Francia, Rusia). Objetivos de la guerra La Europa Central constituiría la base política y económica sobre la que se apoyaría Alemania para hacer frente a la competencia del Imperio Mundial, formado por EE.UU., Gran Bretaña y Rusia. Francia: deseaba recuperar Alsacia y Lorena, debilitarla a Alemania y mantenerla en jaque. Gran Bretaña: deseaba mantener el statu quo en Europa. Italia: muy vinculada económicamente a Alemania, no tenía el menor interés en que la cooperación económica interaliada con Alemania continuara después de la contienda. Consecuencias de la guerra Destrucción del capital Humano y Físico: las bajas militares ascendieron a 8.5 millones. Las pérdidas de la población civil, fue alrededor de 12 millones, excluida Rusia. En este último la situación fue peor, al combinarse la guerra exterior con la revolución bolchevique y la consiguiente guerra civil, que arrasaron con el 20% de la población existente en 1913. El stock físico existente se deterioró debido a los daños provocados por las operaciones militares. También se paralizó la inversión en nuevos bienes de capital y en el mantenimiento del equipo. Los destrozos se concentraron en las infraestructuras y representaron el 3.5% del stock existente en 1914. Algunas naciones o regiones quedaron literalmente arrasadas, de modo que para 2 SEMANA 2 MÓDULO 2 algunos países (Bélgica, Francia, Austria, Polonia, Serbia y Rusia) la tarea de reconstrucción fue enorme y provoco serios problemas de financiación. Costos Financieros: la guerra resulto extremadamente cara, entre 260.000 y 338.000 millones de dólares de la época. Los gobiernos de las principales potencias confiaron en el endeudamiento para financiar la guerra porque estaban decididos a hacerse indemnizar por el otro bando en cuanto lo hubiesen derrotado. Utilizaron la vía de financiación más fácil, la creación de dinero que provoco una intensa inflación, a pesar de los rígidos controles sobre los precios. Desequilibrios comerciales y la problemática de las deudas: Los países en guerra tuvieron que importar masivamente bienes de los neutrales, a la vez que disminuía su capacidad exportadora. Este desequilibrio comercial tuvo graves implicaciones financieras. Finalmente, los países de ambos bandos hallaron dificultades para llevar a cabo la recuperación económica al carecer de suficientes divisas para importar los bienes necesarios. Reestructuración de la economía internacional: Las potencias europeas relegaron la agricultura, desatendieron los mercados exteriores que tradicionalmente abastecían con sus bienes manufacturados, potenciaron al máximo la producción de las ramas industriales productoras de armamento y bienes estratégicos para fines militares. La conjunción de estos factores dio como resultado una sensible alteración del equilibrio económico mundial, declino el peso de Europa dentro del PIB mundial. Las industrias norteamericana y japonesa aprovecharon esta circunstancia para capturar un buen número de tales mercados, hubo algunos que no consiguieron conquistar, debido a que, ante el vacío de productos europeos, ciertos países decidieron seguir una estrategia de sustitución de importaciones. El nuevo mapa Político: los perdedores fueron 4: Alemania, Rusia y los Imperios Otomano y Austro-Húngaro. Alemania perdió el 13% de su territorio. Rusia sufrió grandes pérdidas territoriales, de las que nacieron nuevos estados: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania y Polonia. Turquía se vio privada de todo el inmenso territorio que había poseído en la península Arábiga y en el próximo oriente. Se desmembró el imperio Austro-Húngaro en siete estados: una Austria y una Hungría achicadas, una porción para Rumania, otra para Italia, una mayor para Polonia recién creada y otras dos para sendos nuevos estados: Checoeslovaquia y Yugoslavia. Revolución Rusa- 1917: La guerra supuso problemas insuperables para un país en vías de desarrollo. La economía resultó muy dañada por la movilización militar, la pérdida de territorio (recursos y producción) y el colapso del sistema de transportes: a lo largo de 1917, la producción cayó y las condiciones de vida empeoraron, tanto en la ciudad como en el campo, cuyos habitantes sostenían el mayor peso fiscal y humano de la guerra, mientras que la burguesía tomaba posiciones críticas eludiendo la responsabilidad por las decisiones y derrotas. 3 SEMANA 2 MÓDULO 2 La revolución de febrero de 1927 y la consiguiente abdicación del zar dieron paso a la formación de un gobierno provisional dirigido por los mencheviques (socialdemócratas), cuyo programa ignoraba, sin embargo, dos demandas claves de la población, el fin de la guerra y la reforma agraria. Entre tanto, el mismo proceso de cambio político provocó mayor movilización social y una dualidad de poder (gobierno frente a asambleas o soviets). El descontento fue explotado hábilmente por el partido bolchevique (comunistas), que en octubre tomo el poder: en efecto, la revolución rusa fue dirigida por un pequeño partido formado por revolucionarios profesionales de origen obrero y sobre todo intelectual, entre los que se destacó Lenin, todos ellos altamente disciplinados y con gran determinación. Tratado de Versalles- 1919: la imposición de sanciones económicas afecto severamente a diversas economías europeas, en especial a Alemania, dando lugar a graves hiperinflaciones, grandes fluctuaciones económicas y al surgimiento de críticas en el plano social, que dieron origen al fascismo y nazismo. Restauración del patrón oro: Todos los gobiernos tuvieron como objetivo prioritario retornar al sistema monetario imperante antes de la guerra. En este ambiente de consenso se celebró en 1920 una primera conferencia económica internacional en Bruselas para debatir sobre la reconstrucción del sistema internacional de pagos. La Sociedad de las Naciones llamó a una segunda conferencia monetaria internacional, que se celebró en Génova en 1922. De allí salió como propuesta para solucionar el problema del llamado “patrón cambios oro”. Se reconocía como política legitima la desaparición del oro como moneda circulante y la fijación del tipo de cambio con respecto a una moneda fuerte que fuese directamente convertible en oro. Esto conduciría a que muchos países constituyesen sus reservas exteriores con divisas en lugar de oro. Las monedas que desempeñarían la función de activo de reserva y medio de pago exterior serian, el dólar y la libra esterlina. Por primera vez en la historia, el mundo se doto de un sistema monetario institucionalizado mediante un acuerdo Internacional. Causas de la expansión de Estados Unidos - Industrias “nuevas” orientadas hacia la producción de bienes de consumo durables. - Liderazgo de la industria del automóvil (se triplicó en los años 20), industria de carácter multiplicador: petróleo, acero, caucho, construcción de nuevas carreteras, urbanización de los suburbios. - Desarrollo de la electricidad y de los aparatos domésticos. - Boom de la construcción de viviendas y de fábricas. 2.2 La situación política y la Ley Sáenz Peña La Ley Sáenz Peña 4 SEMANA 2 MÓDULO 2 A medida que la sociedad crecía en tamaño y complejidad, el orden político permanecía, para los que no intervenían en la elección de los gobernantes, como un sistema extraño a ellos y poco flexible. Entre los factores que precipitaron la apertura del sistema político deben señalarse los conflictos intraoligarquicos, las revoluciones impulsadas por el radicalismo y el movimiento obrero, que a través de las organizaciones sindicales y las sociedades de resistencia desencadenó un periodo de fuerte conflictividad social. La ruptura de la alianza entre los dos notables del régimen, Julio A. Roca y Carlos Pellegrini, llevo a éste al campo de la oposición. A partir de 1901, la resistencia interna se orientará al desmantelamiento de las posiciones roquistas y abrirá el espacio para la emergencia de una corriente que quería reformar el sistema político. Con la elección de Roque Sáenz Peña como presidente, en 1910, se abrió el cauce para las expectativas reformistas. La reforma electoral promovida por Sáenz Peña planteaba la elaboración del padrón electoral sobre la base del Registro de Enrolamiento. La nueva reforma establecía la obligatoriedad y el secreto del voto, e implementaba el procedimiento de la lista incompleta, como medio para garantizar la representación parlamentaria de las minorías en la Cámara de Diputados, entre los electores de presidente y vicepresidente, y entre los electores de senadores por la Capital Federal. La ley de reforma electoral fue sancionada en 1912. La universalidad atribuida al ejercicio del voto quedaba limitada por la exclusión de la mujer y por la gran cantidad de extranjeros no nacionalizados. En consecuencia, los ciudadanos habilitados para votar representaban un bajo porcentaje sobre la población total del país. Las elecciones y el triunfo del radicalismo Las primeras elecciones legislativas, reguladas por la nueva ley, se realizaron en abril de 1912; en ellas participaron, además de los partidos tradicionales, tres nuevos partidos: la UCR, el Partido Socialista y la Liga del Sur. El nivel de participación electoral fue menos al previsto. La oposición sólo triunfó en la Capital Federal y Santa Fe. Sin embargo, el éxito radical en estos distritos claves evidenciaba que algo había cambiado. El triunfo de los socialistas en las elecciones para legisladores que tuvieron lugar en la Capital Federal, en 1913, acentuó las preocupaciones de los conservadores, por lo que intentaron constituir un partido orgánico capaz de enfrentar el desafió de los radicales. Es por eso que, hacia fines de 1914, se fundó el Partido Demócrata Progresista (PDP). Integrado por ocho partidos provinciales conservadores, estaba liderado 5 SEMANA 2 MÓDULO 2 por el político santafesino Lisandro de la Torre. Sin embargo, la falta de definición del fuerte conservadorismo bonaerense lo llevó al fracaso. Mientras el oficialismo marchaba dividido hacia las elecciones presidenciales de 1916, la UCR provocaba la fragmentación de las agrupaciones provinciales. El radicalismo recibió aportes de todas las clases sociales: peones y estancieros, obreros y comerciantes, modestos empleados y profesionales. El radicalismo era más un movimiento que un partido político. A iniciativa de Hipólito Yrigoyen, la UCR había protagonizado la principal oposición al régimen conservador. En definitiva, el radicalismo se incorporó a la lucha electoral proponiendo un programa que expresaba la necesidad de una renovación institucional basada en el cumplimiento de la Constitución Nacional. El ciclo electoral iniciado en 1912 desembocó en las elecciones presidenciales del 2 de abril de 1916. Sólo la UCR y los dos partidos oficialistas (el PDP y el conservador) demostraron poseer apoyos en todos los distritos del país. Entre el oficialismo y los radicales se concentró el 85% de los votos. En tercer lugar, figuraron los socialistas. Dado que el candidato radical no logró los electores necesarios para su consagración, la definición quedó reservada a negociaciones con el Colegio Electoral, que eligió a Yrigoyen como presidente. 2.3 Las presidencias radicales Primera presidencia de Yrigoyen Al principio parecía existir una cierta continuidad entre la nueva administración radical y el gobierno conservador que la precedió. Su gabinete ministerial estaba integrado en buena parte por miembros de la elite tradicional. En materia de política exterior, Yrigoyen mantuvo la postura de neutralidad adoptada por su predecesor. A su juicio, la neutralidad era el estado normal de las naciones y la declaración de guerra sólo procedía en defensa de la soberanía nacional. En cuanto a la política interna, el ajustado triunfo del radicalismo dejó en manos de sus adversarios muchos de los antiguos resortes de poder. La oligarquía tradicional siguió controlando gran parte del poder económico y social. El radicalismo accedió a la Presidencia, pero quedó como minoría en el Senado, en varias provincias y en muchos niveles gubernamentales inferiores. Por lo tanto, la nueva administración debió iniciar su gestión a partir de una precaria situación política. Yrigoyen apeló a la intervención federal de las provincias gobernadas por los conservadores, lo que dio origen a severos cuestionamientos por parte de la 6 SEMANA 2 MÓDULO 2 oposición. Éstas produjeron una sensible mejora de la situación radical en el Congreso. En consecuencia, hacia 1918, el oficialismo logró la mayoría en la Cámara de Diputados. No obstante, el Senado siguió bajo el control de la oposición. La relación conflictiva entre el Poder Legislativo y Ejecutivo dio lugar a una disociación entre la administración económica y el poder político. El resultado fue que numerosos proyectos del presidente Yrigoyen no tuvieron sanción por parte del Congreso Nacional. Presidencia de Alvear Hacia 1922, año de renovación presidencial, el radicalismo parecía solidó y la amenaza electoral de los conservadores había disminuido. En consecuencia, volvió a imponerse en los comicios presidenciales la formula integrada por Marcelo T. de Alvear y Elpidio González. Alvear, miembro de la elite terrateniente y descendiente del general Carlos M. de Alvear, apoyó la revolución del 90 y militó activamente en el radicalismo, aunque era un aristócrata perfecto y refinado por su temperamento, su familia, su tradición y sus sentimientos. Yrigoyen lo había elegido su sucesor más por cálculo político que por afinidad, ya que tenía buenos vínculos sociales en el exterior. No obstante, una serie de gestos simbólicos y de actos concretos marcaron distintos elementos de discontinuidad de la gestión de Alvear con respecto a la del popular caudillo que lo había precedido en el cargo. El nuevo presidente inauguró las sesiones del Congreso, sus ministros respondieron a las interpelaciones de los parlamentarios, se acudió a la Legislatura para disponer la primera intervención federal, se sancionaron algunas leyes laborales favorables a los trabajadores y se atendió a las demandas de los militares. En otros aspectos, Alvear se desvió del camino trazado por Yrigoyen. Las diferencias entre ambos líderes radicales no respondían sólo a una cuestión de estilo, sino que evidenciaban crecientes discrepancias dentro del partido. Así, tempranamente, se perfilo en el seno de la fuerza mayoritaria una profunda división. Alentados por la pasividad de Alvear, los radicales se dividieron entre los “personalistas” o yrigoyenistas, y los “antipersonalistas” o alvearistas. El presidente debió afrontar las complicaciones que la división de la UCR creaba en el Congreso. La presencia mayoritaria de diputados personalistas obstaculizaba las iniciativas del Poder Ejecutivo, impugnándolas o ausentándose del recinto. Por otra parte, los antipersonalistas recibieron el apoyo de los restantes grupos opositores al radicalismo: socialistas, demócratas progresistas y conservadores. El propio Alvear se malquistó con los yrigoyenistas y se alineó con los antipersonalistas. 7 SEMANA 2 MÓDULO 2 A mediados de 1924, la división de los radicales se formalizó. Los antipersonalistas se separaron de la UCR, designando sus propias autoridades y organizando sus estructuras en todo el país. En tanto que los diputados yrigoyenistas, con mayoría en el Congreso, torpedearon el programa legislativo del gobierno, los antipersonalistas, a través del ministro del Interior, presionaron a Alvear para que interviniera la provincia de Buenos Aires, baluarte yrigoyenista y clave de la futura elección nacional. Sin embargo, el presidente resistió y dilató esta decisión. En este marco, los antipersonalistas se prepararon para concurrir por separado a las elecciones presidenciales de 1928, contando con el respaldo de los conservadores y de la mayoría de los gobernadores provinciales. A pesar de que los tránsfugas parecían tener el triunfo asegurado, la derrota electoral los pondría en disponibilidad hasta que el golpe de estado de 1930 les abrió nuevas perspectivas políticas. El socialismo también debió afrontar una división partidaria. La toma de posiciones frente al yrigoyenismo generó conflictos internos y en el propio bloque parlamentario. Las rencillas derivaron en la expulsión de un grupo de afiliados que formaron el Partido Socialista Independiente. En las elecciones de 1928, esta nueva fuerza política acompañó a la formula antipersonalista. El previsible regreso del caudillo incentivó la animosidad de sus opositores, que comenzaron a perder toda la confianza en la Ley Sáenz Peña. Los grupos conservadores opinaban que los seguidores de Yrigoyen eran corruptos. En el ejército, el descontento se manifestaba a través de crecientes rumores de golpe militar. La oposición militar a Yrigoyen comenzó a organizarse en logias cuyos objetivos indicaban el endurecimiento de los oficiales de grado intermedio. Si bien señalaban su disconformidad con aspectos profesionales, las sociedades secretas estaban motivadas por causas políticas, coincidentes con los planteos de la oposición conservadora. En tanto algunos conservadores abogaban claramente por una dictadura militar, pero dada la acrecentada popularidad de Yrigoyen, si promovían un golpe militar para impedir su regreso al gobierno, corrían el riesgo de afrontar una guerra civil cuyo resultado favorable no tenían garantizado. El triunfo del radicalismo yrigoyenista, ante una oposición desorganizada, fue aplastante. Se impuso en todos los distritos donde se presentó, recogiendo alrededor del 60% de los votos. Con respecto a las elecciones presidenciales de 1916, el caudillo había incrementado sus votos en casi un 150%. En relación a la política exterior, el gobierno de Alvear compartía los ideales de su predecesor acerca de democratizar la Liga de las Naciones. Pero las cuestiones más importantes se manifestaron en la esfera continental en la VI Conferencia Panamericana que se reunió en La Habana en 1928. Ello se debió a 8 SEMANA 2 MÓDULO 2 la política proteccionista que venían implementado los Estados Unidos y que afectaba a las exportaciones argentinas y de otros países del hemisferio. El retorno de Yrigoyen Luego de doce años de su primera elección, Hipólito Yrigoyen llegó nuevamente a la presidencia de la Nación. Sin embargo, este hecho no significaba una continuidad política. El radicalismo se había decantado de las fuerzas que entonces lo integraban y ahora se sustentaba en los sectores populares, disponiéndose a estructurar “una democracia social de carácter nacionalista”. Pero Yrigoyen se encontró con el mismo problema con que tropezó en su primera presidencia. Si bien contaba con un fuerte respaldo en la Cámara de Diputados, el Senado seguía dominado por los representantes de las provincias, encabezados, en esta circunstancia por Salta que, junto a Mendoza y San Juan, eran centros de virulenta oposición al gobierno. Durante su segunda presidencia, Yrigoyen estaba físicamente disminuido y seguía con su estilo de decidir personalmente todos los asuntos del gobierno. Los dirigentes que lo secundaban carecían de la capacidad para afrontar la crisis económica que ya se avecinaba y los efectos políticos y militares que lo acompañarían. La ineficiencia administrativa, el ensoberbecimiento de los líderes radicales triunfantes y la inacción parlamentaria comenzaron a ser capitalizados por la oposición hasta entonces desarmada por la derrota electoral. Un nuevo factor se iba a agregar a este panorama: la presencia cada vez más inquietante de las Fuerzas Armadas. Desde 1900, bajo la dirección del general Pablo Riccheri, se produjo un proceso de modernización y profesionalización en el seno de aquellas con la creación del Servicio Militar Obligatorio. Dos características van a tener estas nuevas fuerzas armadas: la influencia prusiana, en la forma de asesores, periodos de entrenamiento en ultramar y equipamiento de armas en Alemania; además de la existencia de logias militares. Ambos hechos favorecieron la carrera de dos oficiales del ejército: José F. Uriburu y Agustín P. Justo. Las orientaciones político-militares de ambos se manifestarían plenamente en sus respectivos gobiernos. Sin embargo, ni el accionar militar, ni la ineficiencia gubernamental, ni la menguada capacidad del presidente, ni las consecuencias de la crisis mundial, fueron las únicas determinantes del derrocamiento de Yrigoyen. Un condimento principal radicó en la poderosa coalición de intereses políticos y económicos que volcaron sus esfuerzos en desestabilizar al gobierno y crear un clima que facilitara su derrocamiento. Los radicales antipersonalistas, los conservadores y los socialistas independientes; el llamado contubernio, desarrollarían en el último periodo de Yrigoyen una campaña política de 9 SEMANA 2 MÓDULO 2 desprestigio de la administración radical, que culminaría en septiembre de 1930. La experiencia de los gobiernos radicales de la época había convencido a las clases privilegiadas de unirse a fin de evitar el peligro comunista que esos gobiernos habían dejado desarrollar. Unión que pudo concretarse con el golpe militar de 1930. 2.4 Población e Inmigración. Conflictos Sociales Hacia 1914, como resultado de las transformaciones económicas producidas durante el periodo precedente, se perfiló una nueva estructura social, claramente diferente de la existente con anterioridad a la vigencia del modelo agroexportador. De la estructura tradicional, polarizada en dos capas, en la que los sectores populares tenían una proporción muy alta, se pasó a otra en la que los sectores medios adquirieron una gran significación. A la vez, dentro de estas capas medias se produjo una diferenciación interna: surgieron estratos de asalariados urbanos dependientes y creció la importancia de sectores ligados al comercio y a la industria. Al mismo tiempo, el grupo de obreros urbanos aumento numéricamente a expensas de los trabajadores rurales, de los artesanos y de los trabajadores son ocupación definida. De uno u otro modo, la presencia de los inmigrantes en los años 20 era predominante en esa clase media en expansión y en el nuevo sector obrero urbano industrial. En consecuencia, en la Argentina, la burguesía empresarial urbana, pequeños y medianos comerciantes, sectores medios rurales y la clase obrera más calificada, estaba integrada por inmigrantes o hijos de inmigrantes. Los argentinos de origen criollo se concentraban en sectores pudientes (estancieros, militares, funcionarios públicos), clases medias tradicionales, sobre todo del interior, y sectores bajos de las clases trabajadoras, urbanas y rurales. La primera corriente de interrupción inmigratoria de ultramar se produjo con la Primera Guerra Mundial. Los saldos inmigratorios máximos habían sido alcanzados sobre todo en los años inmediatamente anteriores a la guerra. En 1914, el número de inmigrantes experimentó un abrupto descenso, iniciándose un periodo con saldos inmigratorios negativos. Finalizada la guerra, el flujo inmigratorio recibió un nuevo impulso. Según los datos censales, el país había adquirido un definido perfil urbano. Las inmigraciones internas comenzaron a adquirir progresiva importancia en el área metropolitana de Buenos Aires. Los conflictos sociales Los cambios políticos resultantes de la vigencia de la ley electoral de 1912 permitieron la integración de una importante masa de población hasta entonces excluida de toda participación política. Factores estructurales como 10 SEMANA 2 MÓDULO 2 el asentamiento progresivo de las anteriores inmigraciones, el impacto de decisiones políticas a fines del siglo XIX (como la escuela obligatoria), la posterior instauración del servicio militar y los efectos de la predica nacionalista contribuyeron a la definitiva integración social de los sectores populares. La gestión de presidente Yrigoyen intento transformar el Estado “gendarme” del periodo oligárquico en un agente activo de democratización. Para ello impulso medidas tendientes a una mayor participación de los sectores discriminados por el régimen en la actividad política. Además, las nuevas políticas públicas ampliaron el abanico de oportunidades y favorecieron los procesos de movilidad ocupacional y de ascenso social. A fin de afirmarse en el poder, el radicalismo debió asegurarse el voto de los sectores medios, constituidos en nuevos protagonistas sociales. Para ello facilitó su acceso a los cargos públicos y creó un complejo sistema clientelístico destinado a manejar la distribución de favores. En el terreno laboral, debió afrontar tres brotes de malestar obrero, con reacciones distintas. Ocurrió que, en la fase ascendente del ciclo económico, entre 1917 y 1921, fue acompañada por un alza de los precios que provocó una marcada redistribución de la renta contra las clases medias y especialmente las bajas. Como consecuencia de ello, las huelgas crecieron en número e intensidad. A finales de 1916 se declaró un paro de los trabajadores del puerto de Buenos Aires organizada por la Federación Obrera Marítima que impulsaban reivindicaciones salariales concretas. En este caso, el gobierno arbitró el conflicto satisfaciendo las mayorías de las demandas de los huelguistas. También hubo huelgas ferroviarias en 1917 y 1918 que culminaron con concesiones favorables para los ferroviarios. La agitación obrera volvió a despertar a principios de 1919. El episodio conocido como la “Semana Trágica”, se desencadenó por una huelga de los trabajadores metalúrgicos de los Talleres Vasena, que proclamaban mejoras salariales y reducción de los horarios de trabajo. Al no llegar a un acuerdo, se pidió la intervención policial que terminó en un enfrentamiento con los huelguistas, el cual arrojó un saldo de cinco muertos. La situación derivó en una huelga general que tanto conservadores como sectores del radicalismo consideraron el preludio de una revolución bolchevique, dirigida desde Rusia. En definitiva, dos elementos contribuyeron para poner fin al conflicto: por un lado, la intervención del Ejército y la Armada cumplió un rol disuasivo. Por otro, la mediación gubernamental permitió el reconocimiento de las reivindicaciones de los trabajadores metalúrgicos, que consiguieron en parte sus objetivos. 11 SEMANA 2 MÓDULO 2 Uno de los corolarios de la crisis de 1919 fue la aparición de grupos paramilitares (Liga Patriótica Argentina) que propiciaron sentimientos xenófobos, antiobreros, anticomunistas y, especialmente, antijudíos. La tercera ola de agitación obrera emergió en la Patagonia en 1921, impulsada por una sociedad obrera anarquista fundada en Río Gallegos. Se declaró una huelga que originó escaramuzas armadas entre los huelguistas y las fuerzas del servicio de los estancieros, quienes solicitaron ayuda al gobierno nacional. Yrigoyen cedió a estas demandas, reemplazó al gobernador de Santa Cruz por un nuevo gobernador y envió tropas militares, comandadas por el teniente coronel Héctor B. Varela. En enero de 1921, luego de contactos entre el gobernador y el jefe militar con los obreros, se llegó a un principio de acuerdo entre las partes que pareció terminar el conflicto. Sin embargo, el acuerdo no fue respetado por los estancieros por lo que la huelga se reinició. La segunda huelga se hizo extensiva a todo el territorio de Santa Cruz, involucrando a peones rurales argentinos y chilenos, bajo la conducción de anarcosindicalistas europeos. La policía reprimió la huelga en las ciudades deportando en encarcelando a varios dirigentes. En el campo, grupos de peones armados recorrieron las estancias, las ocuparon y tomaron a sus dueños en calidad de rehenes. Entonces, el Poder Ejecutivo reaccionó de inmediato y los militares retornaron a Santa Cruz. Varela por su cuenta impuso la ley marcial y en lugar de la negociación decidió reprimir abiertamente. El número de obreros muertos como resultado de la represión fue cuantioso. Este episodio se conoció con el nombre de la “Patagonia Trágica”. Bibliografía • Rapoport, M. cap 2. 12 SEMANA 3 MÓDULO 2 SEMANA 3 MÓDULO 2 ECONOMIA ARGENTINA UNIDAD 2 0 SEMANA 3 MÓDULO 2 UNIDAD 2 ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN LOS AÑOS 20 (1914-1930) En 1912, la Ley Sáenz Peña estableció nuevas condiciones para el sufragio, que pasó a ser obligatorio y secreto. En 1916, fue electo presidente el radical Hipólito Yrigoyen (1916-22), de gran predicamento popular. La Primera Guerra Mundial desarticuló el comercio y las finanzas estatales, y se desató una oleada de descontento social y grandes huelgas que se prolongó hasta 1922. La división profunda entre yrigoyenistas y antiyrigoyenistas tensó la vida política y paralizó las iniciativas legislativas. La conflictividad se atenuó durante la presidencia de Marcelo de Alvear (1922-28), también radical. En 1928, Yrigoyen fue reelecto, por una amplia mayoría. Los conflictos entre sus partidarios y adversarios se agudizaron, mientras comenzaban a sentirse los primeros efectos de la crisis económica mundial de 1929. En 1930, Yrigoyen fue depuesto por un levantamiento militar que tuvo amplio apoyo en los sectores civiles opositores. El período no estuvo exento de conflictos sociales derivados de las graves condiciones de vida de los trabajadores. Algunas de sus protestas, como la de la Semana Trágica y la de la Patagonia, fueron duramente reprimidas con miles de trabajadores detenidos y centenares de muertos. Presidente DE LA PLAZA, Victorino YRIGOYEN, Hipólito DE ALVEAR, Marcelo T. YRIGOYEN, Hipólito Periodo Fin del mandato Nacimiento – fallecimiento 1914-1916 Concluye 1840-1919 1916-1922 Concluye 1852-1933 1922-1928 Concluye 1868-1942 1928-1930 Depuesto 1852-1933 Vicepresidente LUNA, Pelagio GONZALEZ, Elpidio MARTINEZ, Enrique 1 SEMANA 3 MÓDULO 2 2.5 Las políticas económicas Los avatares del crecimiento económico durante los gobiernos radicales reflejaron la estrecha vinculación de la economía argentina con la coyuntura internacional, pues, a pesar del cambio político que esos gobiernos representaban, las líneas esenciales de modelo agroexportador no se alteraron (apertura de la economía, endeudamiento externo, comercio exterior basado en el intercambio de materias primas y alimentos por productos manufacturados, estabilidad de la moneda e, incluso, retorno al patrón oro). La crisis mundial, que comenzó a fines de 1929, coincidió prácticamente con el fin de los gobiernos radicales, que no tuvieron oportunidad de producir cambios drásticos en las políticas económicas. Durante la Primera Guerra Mundial; entre 1914 y 1917, se produjo una brusca caída del PBI. El comercio exterior resulto superavitario, pero ello fue consecuencia de un descenso de las importaciones y no de un incremento sustancial de las exportaciones, aunque el nivel de éstas se mantuvo gracias a la apertura del mercado norteamericano. Dicha circunstancia favoreció un incipiente proceso de sustitución de importaciones en el sector industrial, pero la disminución de importaciones esenciales (bienes manufacturados y de capital) repercutió de manera negativa sobre el producto interno. La interrupción de la corriente de capitales, producto de la crisis de 1913-1914 y luego de la propia guerra, obró en el mismo sentido. A partir de 1918, la normalización de la economía internacional permitió que se incrementaran de manera considerable las exportaciones agrícolas para abastecer a los exhaustos países europeos, en tanto se mantenía un amplio volumen de exportaciones a los EEUU, lo que favoreció un repunte del crecimiento económico. Sin embargo, la crisis agrícola-ganadera que se inició hacia fines de 1929, como consecuencia de la caída de los precios internacionales de los productos agrarios, y en particular de las carnes, debido a la recuperación del sector agropecuario en los países europeos, produjo una nueva disminución de la tasa de crecimiento del PBI. Pero éste volvió a subir en 1922 gracias al aumento, aunque breve, de los precios agropecuarios internacionales y, sobre todo, al ingreso de capitales extranjeros, tuvo lugar un nuevo periodo de bonanza hasta 1928. Tras una declinación momentánea de la actividad económica en 1925, el crecimiento retomó al ritmo ascendente que caracterizó a la mayor parte de la década de 1920. Debido a la entrada masiva de capitales y al aumento del volumen de los bienes exportados, que compenso otra caída de los precios internacionales, se fortaleció el peso, lo que permitió al gobierno volver al sistema de la Caja de Conversión en 1927. Aunque la Argentina experimentó un crecimiento indudable, fue muy vulnerable a las fluctuaciones de la economía mundial. Dependía, por un lado, de nuevas entradas de capitales todos los años para evitar serios problemas en 2 SEMANA 3 MÓDULO 2 la balanza de pagos y, por otro, de conservar los mercados para sus exportaciones. Le resultaba, por el contrario, muy difícil reducir sus importaciones y la carga del servicio de la deuda externa. Otros elementos más de vulnerabilidad en los años 20 fueron la triangulación comercial y financiera que se desarrolló con los Estados Unidos y Gran Bretaña, y el problema causado por el retorno a la convertibilidad en 1927. La política económica contaba entonces con una muy limitada autonomía para atacar el ciclo económico y una alta dependencia de las circunstancias externas. Límites de las políticas económicas El radicalismo tuvo, sin embargo, algunas iniciativas parciales de política económica para hacer frente a coyunturas adversas de la economía mundial, por la necesidad de reforzar actividades del Estado o para proteger ciertos intereses sectoriales. Pero esas medidas no alteraron significativamente la composición del PBI. Los lineamientos del modelo agroexportador continuaban aún vigentes. Es cierto que la situación fue diferente en los distintos gobiernos. Yrigoyen propuso, durante su primera presidencia, diversas medidas económicas que implicaban una intervención más acentuada del Estado en distintos sectores o procuraban realizar moderadas reformas en los sistemas productivos vigentes. Entre otras, se destacaban el estímulo a la colonización agrícola, el establecimiento de bancos oficiales, la creación de la marina mercante, la apertura de nuevas líneas ferroviarias estatales en zonas atrasadas y la intensificación de la explotación de los recursos petrolíferos fiscales. Además, se intentó recurrir a la expansión del crédito bancario, aunque manteniendo una rígida fiscalización por parte del Tesoro Nacional. Pero la mayor parte de las iniciativas económico-financieras elaboradas por el primer presidente radical no pudieron concretarse porque fueron rechazadas en el Congreso. Por otra parte, la escasez de importaciones durante el conflicto bélico dio lugar a un intenso, aunque breve proceso de industrialización. Si bien el gobierno sostenía que en la actividad fabril se concentraba la independencia económica que el país anhelaba conquistar, no se tomaron medidas concretas en defensa de la industria y el fin de la guerra produjo la desaparición de diversos sectores industriales ahogados por el restablecimiento de la importación de productos manufacturados. El criterio librecambista predominante en el Congreso impidió la protección de la actividad fabril y resultaron vanos los tibios esfuerzos para revertir esta situación. La gestión de Marcelo T. de Alvear se caracterizó por otro tipo de preocupaciones y diferencias en el enfoque económico. Una de las principales fue la cuestión monetaria con la reapertura de la Caja de Conversión y, aunque éste fue rechazado, la reapertura se decidió, por decreto, en 1927. 3 SEMANA 3 MÓDULO 2 Otro motivo de alarma fue la disminución de la recaudación fiscal en el sector externo, lo que llevó, en 1923, a una importante modificación de los aforos aduaneros que estaban desactualizados. La medida, si bien tuvo principalmente el propósito de aumentar las recaudaciones tributarias, benefició por un tiempo al sector industrial. En el orden agropecuario se produjo un impulso hacia la tecnificaron del campo, lo que se tradujo en un incremento de las áreas sembradas. Mientras, en el sector ganadero, se sancionó una serie de leyes para controlar las transacciones comerciales y establecer precios máximos y mínimos. También se debatió extensamente, sin adoptarse medidas concretas, en torno de la posibilidad de intervención del Estado en la cuestión del llamado pool de los frigoríficos. En cuanto a transportes, se siguió extendiendo la red ferroviaria. La carencia de inversiones británicas en la construcción de nuevas vías férreas después de 1914 fue así compensada en parte por inversiones del Estado. También se dio un impulso a las obras de construcción de puertos y caminos vinculado a la difusión del automotor. Se establecieron las primeras líneas aéreas, el servicio postal y un sistema orgánico de transmisiones radioeléctricas. Con la vuelta de Yrigoyen al poder, el gobierno reunió a los principales representantes de los frigoríficos y de los exportadores de cereales para anunciarles una nueva intervención del Estado en el control de los precios y calidad del comercio exterior de carnes y granos. Se destinaron, por otra parte, fondos para el desarrollo del sector agropecuario mediante concesiones de créditos a bajas tasas de interés y con garantías de las cosechas. Se llevó adelante una serie de convenios con las empresas ferroviarias para el mejoramiento de los servicios a fin de facilitar el transporte de cereales y ganado. Una cuestión que tuvo repercusión en esos años fue la relativa del desarrollo de la industria del petróleo, pues en 1927, por una iniciativa de legisladores yrigoyenistas se discutió en la Cámara de Diputados un proyecto de ley sobre la nacionalización de todas las explotaciones petroleras, tema en el cual se manifestaron contrastes entre Yrigoyen y Alvear. La política petrolera La creciente importancia del petróleo motivada por la expansión del parque automotor y su utilización como combustible para el sector industrial y los convirtió en una fuente de debates sobre los principios de la soberanía nacional, a medida que se descubrían nuevos yacimientos en el país y se intensificaba su extracción. El progreso de la industria petrolera fue lento. En 1907, se descubrió petróleo en Comodoro Rivadavia, por lo que se creó la Dirección General de Explotación del Petróleo, y el 17 de febrero de 1916, con 4 SEMANA 3 MÓDULO 2 la primera perforación en la Plaza Huincul, comenzó la intervención del Estado en la explotación y el descubrimiento de este recurso. El 3 de julio de 1922, durante el gobierno de Yrigoyen, se creó por medio de un decreto la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), cuya dirección seria ejercida durante muchos años por el coronel Enrique Moscón, designado bajo el gobierno de Alvear. Sin embargo, hasta 1925, cuando se inauguró la gran destilería de La Plata, la producción del petróleo nacional, era todavía precaria. El proyecto de destilería era el de mayor envergadura dentro del plan trazado por Moscón para la expansión de YPF. Debido a la oposición del Congreso para aprobar su financiación, el presidente Alvear autorizó con ese fin la utilización de créditos y letras de tesorería, mientras se firmaba un contrato con la compañía norteamericana Bethlehem Steel Coorporation para su construcción. Mientras Moscón estuvo al frente de YPF, la producción nacional creció de forma considerable y al mismo tiempo se logró la regulación de los precios en el mercado local. Mientras se ampliaba la capacidad de las refinerías de YPF y se expandía su producción, el gobierno otorgó diversas concesiones a empresas privadas de origen extranjero, las que mantuvieron un ritmo de crecimiento similar al de la petrolera estatal. Con todo, los resultados financieros de YPF eran muy positivos, lo que alentaba su desarrollo. En su regreso al gobierno en 1928, Yrigoyen intentó nacionalizar la industria del petróleo y colocarla bajo el monopolio de YPF. Pero a pesar de la insistencia de Yrigoyen y de sus partidarios, el proyecto no pude concretarse. Tanto Alvear como Yrigoyen se enfrentaron en diversas ocasiones a administraciones provinciales que favorecían el desarrollo de las empresas petroleras extranjeras en su propio beneficio. De ahí que llego a afirmarse que en los orígenes del golpe de estado de septiembre de 1930 hubo “olor a petróleo”. Dicho de otra manera, que se movieron intereses vinculados a empresas petroleras extranjeras, disgustados con la política del gobierno radical. La cuestión del Gasto Público Durante los mandatos radicalistas, la extensión del sistema de patronazgo se utilizó como mecanismo para consolidar la clientela política partidaria a través de la distribución de empleos en la burocracia estatal, lo que benefició, sobre todo, a los sectores medios. El análisis de los recursos y gastos del gobierno nacional nos permite afirmar que las respuestas elaboradas en este sentido por las administraciones radicales, fueron básicamente tres: - un incremento relativo del gasto público; 5 SEMANA 3 MÓDULO 2 - la redistribución interna del gasto fiscal a favor de rubros tales como salarios, pensiones y administración; - la reorientación de la política impositiva hacia aquellos gravámenes que, en forma directa o indirecta, afectaban las rentas de los grupos propietarios y de sectores económicamente dominantes. En esta época, se puso en evidencia la precariedad del sistema rentístico nacional cuando a consecuencia de la guerra mundial se produjo, un drástico descenso de las importaciones y con ella una brusca caída de las recaudaciones aduaneras, que eran la principal fuente de recursos del fisco. También se procuró encarar el creciente déficit fiscal a través del incremento de la deuda pública, aunque la financiación de los gastos del Estado por medio del endeudamiento ya venía ensayándose desde muchos años atrás. Una característica del sistema fiscal argentino era la carencia de un esquema tributario orgánico. En su lugar existía un conjunto de impuestos e instituciones establecidas a lo largo del tiempo sin ninguna racionalidad. En agosto de 1918, se elevó al Congreso Nacional un proyecto de ley de impuesto a los réditos, con lo que se perseguía no sólo aumentar en forma inmediata los recursos ordinarios del Estado, sino operar también una auténtica reforma impositiva. El proyecto se fundamentaba en la necesidad de paliar el desequilibrio crónico de las cuentas fiscales y en los principios de equidad que aconsejaban solucionar el problema mediante la imposición directa antes que la indirecta. Por otra parte, se subrayaban las crecientes funciones del Estado, que no permitían la reducción del gasto público, y las tendencias contemporáneas en los países democráticos donde se manifestaba una preferencia creciente por la imposición directa. Como esta iniciativa del Poder Ejecutivo resultó inaceptable para la oposición, que tenía mayoría en el Senado y votó en contra, el gobierno debió orientar su búsqueda por caminos más tradicionales. Se implementó finalmente un impuesto a las exportaciones agropecuarias que no estaban gravadas, rubro que por otra parte no se veía afectado por la situación creada por la guerra. En cambio, disminuyeron en forma proporcional los gravámenes al consumo interno. Esto indica las intenciones de los gobiernos radicales, en especial los de Yrigoyen, en el sentido de disminuir las cargas impositivas sobre los sectores medios, tratando de aumentar los impuestos directos y los destinados al comercio exterior. Especialmente durante el corto segundo gobierno de Yrigoyen, se observó un importante incremento del gasto público, que no fue acompañado por una recaudación suficiente como para financiarlo. El creciente déficit fiscal que se generaba ocasionó fuertes críticas por parte de la oposición ya que la teoría económica de la época sugería la necesidad de un férreo equilibrio de las cuentas públicas, como punto de apoyo para el equilibrio económico general. 6 SEMANA 3 MÓDULO 2 Sin embargo, el déficit coincidía con el comienzo de una fuga de capitales que preanunciaba la crisis en ciernes y deprimía el ingreso nacional. En ese contexto, como lo mostraría posteriormente el keynesianismo, el déficit fiscal contribuía a contrapesar la caída del ingreso y en cierta medida a estabilizarla. El retorno al patrón oro A pesar de las considerables reservas de metálico atesoradas durante la guerra, la Argentina mantuvo la inconvertibilidad. El embargo sobre las exportaciones de oro persistió y la cotización del peso bajo a la par, debido a las dificultades de la balanza de pagos, contribuyeron decisivamente a restaurar el equilibrio. El ingreso de capitales extranjeros se reinició en 1926 y continuó hasta comienzos de 1929 en tanto que la balanza comercial mejoró sensiblemente. Un episodio importante en la política económica argentina del periodo fue el retorno a la conversión del peso, es decir, al sistema de la Caja de Conversión. Para explicar este hecho es necesario tener en cuenta la evolución de la balanza de pagos (que refleja la posición económica internacional del país) y las variaciones de las reservas de oro y divisas (que sirven de base para garantizar su solidez monetaria en un sistema de patrón oro). Los principales argumentos por los cuales se consideraba necesario volver a la Caja de Conversión, y por consiguiente a la utilización del patrón cambio oro eran resguardar la economía interna de las fluctuaciones y contingencias exteriores, que en distintas circunstancias la habían afectado en el pasado. Se esperaba asegurar así la estabilidad monetaria, manteniendo por ley una relación entre la cantidad de circulante y el metálico que se encontraba en el país. No obstante, debido a la entrada de capitales y al crecimiento de la economía, el peso se revalorizaba, lo que perjudicaba a los exportadores y a los productores agropecuarios que dependían de las ventas en el exterior y se veían afectados por la caída de los precios de sus productos valorados en pesos, aunque beneficiaba a los importadores. Un elemento decisivo fue que, en caso de reabrirse la Caja de Conversión, se beneficiaría, sobre todo, aquellos que necesitaban pagar con oro sus deudas a los Estados Unidos, país con el cual se mantenía un balance crónicamente negativo. La reserva de oro bajaría así en forma considerable, iniciando una nueva baja del peso, que favorecería, a su vez, a los exportadores, productores agropecuarios e incluso a sectores industriales, beneficiados estos últimos por el encarecimiento de los productos importados con quienes competían. Durante 1927 las existencias de oro experimentaron un incremento, lo que permitió la decisión del gobierno de volver a la conversión. Esto se hizo el 25 de agosto de aquel año, a una tasa de 2,2727 pesos moneda nacional por peso oro, vinculando nuevamente la emisión monetaria a las reservas de oro y divisas den el marco de un aumento de las exportaciones y de entrada de 7 SEMANA 3 MÓDULO 2 capitales extranjeros. El país se sumaba a un escenario internacional donde la vuelta al patrón oro pasaba s ser el denominador común entre las economías más desarrolladas. Pero esta situación cambio rápidamente en 1929. En realidad, el régimen de conversión solo funcionaba en periodos de bonanza: al entrar el metálico permitía el aumento del circulante a través de la emisión monetaria y la extensión del crédito; pero cuando el oro volvía a salir, provocaba alarmas y críticas por la disminución del numerario, lo que obligaba a suspender la conversión. Durante los últimos meses de 1928 la situación había comenzado a alterarse. Los precios de los productos exportables empezaron a descender con velocidad, mientras que los de importados no variaron en la misma moneda. La consecuencia fue que los términos del intercambio se hicieron muy desfavorables para el país. A medida que transcurría 1928, la balanza de pagos iba reflejando el deterioro de la situación económica y la Argentina fue el país que perdió más oro en el año. La excesiva rigidez del patrón oro exponía el mecanismo a una fácil rotura de sus engranajes. El sistema estaba basado en un nexo demasiado automático entre la entrada o la salida del oro, por una parte, y la circulación monetaria por la otra. Es así que los movimientos en la balanza de pagos originaban un proceso cíclico. La fase ascendente se caracterizaba por el incremento de las exportaciones y la entrada de capitales extranjeros. Aumentaban las tendencias de oro, crecían los efectivos de los bancos y se acrecentaba el poder de compra de la población. Por el contrario, la fase descendente se iniciaba cuando se agotaba el impulso ascendente porque disminuía la demanda mundial o se debilitaba la corriente de inversiones o ambas cosas simultáneamente. Reflejando las dificultades económicas de las grandes potencias. Caían las importaciones y, mientras se llegaba a un nuevo punto de equilibrio en el balance de pagos, seguían saliendo el oro y las divisas de las reservas monetarias. 2.6 Comercio e inversiones extranjeras. El triángulo anglo-argentino-norteamericano A fines del siglo XIX, Argentina se incorpora al modelo mundial, como exportadores de productos agropecuarios. Gran Bretaña, rico cliente que absorbía la mitad de las exportaciones, encontraba en nuestro país un mercado para sus colocaciones de manufacturas y capitales. Existía una relación triangular, en la que participaban como partenaires principales el Reino Unido y los Estados Unidos, pero esa relación poseía características diferentes de las de otros países. La Argentina tenía un excedente de exportaciones con Gran Bretaña y uno de importaciones con 8 SEMANA 3 MÓDULO 2 EEUU. Esta circunstancia originaba, paralelamente, la existencia de un triángulo naviero y de un triángulo en los movimientos de capital: Triangulo Naviero: se producía porque, como el grueso de las exportaciones argentinas se dirigía a Gran Bretaña y Europa, los exportadores británicos disponían de una amplia capacidad de retorno. En cambio, dado el poco volumen de exportaciones argentinas a EEUU, los productos norteamericanos no disponían de una capacidad de embarque de retorno y debían pagar fletes más altos, o aprovechar el intercambio con Brasil para prolongar los viajes hacia Buenos Aires. Esto estimuló la dependencia de Argentina del mercado británico. Triangulo de los movimientos de capitales: tuvo una importancia decisiva. Gran Bretaña cubría con los ingresos provenientes de la Argentina por inversiones y prestación de servicios financieros y comerciales, la mayor parte de su balanza comercial desfavorable. Por otra parte, EE.UU. compensaba con una corriente neta de capitales a la Argentina su excedente comercial, financiando sus importaciones con préstamos o inversiones directas. El sistema funcionaba por que entraban a nuestro país capital proveniente de EE.UU. y de esta forma, se equilibraba el desajuste que podía producirse en el comercio trilateral. En realidad, desde el punto de vista comercial, la relación económica entre la Argentina e Inglaterra no era tan unilateral como se piensa. Es cierto que existía una fuerte dependencia del mercado británico para el sector exportador argentino. Por otro lado, había también un vínculo que tenía igual o mayor importancia y que se originaba en las cuantiosas inversiones de capital británico que llegaron a Argentina desde fines del siglo pasado. Al mismo tiempo que las relaciones con Gran Bretaña adquirían estas características, se iba vislumbrando una participación creciente de los Estados Unidos en la economía argentina. Antes de la Primera Guerra Mundial, la presencia del país del Norte en la economía argentina era bastante modesta, aunque ya capitales norteamericanos se habían implantado en un punto clave de la estructura productiva: la industria frigorífica. Por otra parte, después de la guerra los Estados Unidos se convirtieron en un importante mercado de capitales y, particularmente entre 1914 y 1929, la Argentina recibió numerosos préstamos a corto y largo plazo, que le ayudaron a financiar sus importaciones, mediante la colocación de títulos públicos en el mercado norteamericano. La diferencia que había entre el nuevo tipo de inversiones de los Estado Unidos y las británicas en su momento de apogeo respondía a los cambios que se estaban produciendo en la economía internacional. Gran Bretaña, importadora de materias primas y alimentos y exportadora de manufacturas, había impuesto una determinada división internacional del trabajo dentro de la cual la Argentina debía dedicarse, esencialmente, a producir alimentos para la 9 SEMANA 3 MÓDULO 2 metrópoli e importar de ésta productos industriales, excluyendo toda industrialización propia salvo aquella ligada a la transformación de materias primas destinadas a la exportación. Por su parte, la economía de los Estados Unidos se autoabastecía de numerosos productos primarios, particularmente de aquellos en los que se especializaba el país del Plata y contaba con una tecnología más avanzada que la inglesa, a punto que esto le da la posibilidad de exportar productos manufacturados y bienes de capital y de alta tecnología. La rivalidad anglo-norteamericana en el mercado argentino no era una competencia limitada al mismo tipo de productos, sino también a bienes diferentes o de tecnologías distintas. Por otra parte, los saldos del comercio con los Estados Unidos eran desfavorables para el país del Plata, al contrario de lo que ocurría respecto de Inglaterra. La razón por la cual la balanza comercial con los Estados Unidos fuera tan desfavorable se debía, evidentemente, a que ambas economías no eran complementarias, sino competitivas. El mercado norteamericano se cerró por completo, en 1926, a la importación de carnes argentinas, pero ya mucho antes el alto nivel de protección impedía la colocación de nuestros productos y este problema iba a ser una de las preocupaciones principales de los sectores dirigentes argentinos. 2.7 El sector agropecuario Finalizada la Primera Guerra Mundial, las exportaciones argentinas continuaron, en general, su crecimiento, sustentadas esencialmente en el sector agropecuario. Pero los componentes agrícolas fueron desplazando a los ganaderos, dada la sostenida demanda internacional de la producción agraria pampeana y la crisis mundial de comercialización de carnes que se hizo sentir a comienzos de la década de 1920. De este modo, el mayor porcentaje de envíos al exterior se fue concentrando en el trigo, el maíz y el lino, en ese orden de importancia, que en conjunto representaron casi dos tercios del valor de las exportaciones argentinas. El carácter fuertemente concentrado de sus ventas externas hizo que la Argentina fuera, en unos pocos artículos, un país vendedor con cierto peso en los mercados mundiales. Si bien el crecimiento fue importante, su volumen era menor que el de décadas anteriores y estuvo sometido a bruscas fluctuaciones de la demanda externa y al aumento de la competencia en el mercado mundial. Sólo alrededor del 25% de la producción agrícola era absorbido por el país y el porcentaje restante se destinaba a exportación, cuya comercialización estaba concentrada en pocas firmas multinacionales: Bunge y Born, Louis Dreyfus, Weil Hnos., Huni & Wormser y General Mercantil Co., de capitales principalmente europeos: franceses, alemanes, holandeses y británicos. Una serie de factores fue alterando el sostenido crecimiento del sector agrícola e insinuando una situación más crítica para el sector en el largo plazo. Entre 10 SEMANA 3 MÓDULO 2 ellos se destacaron la fluctuación en los precios de los cereales y su creciente descenso desde 1926; el aumento en los costos de producción, especialmente transportes, maquinarias, implementos agrícolas y almacenaje; la insuficiencia del crédito agrícola; el encarecimiento de los arrendamientos; y los límites existentes a la expansión territorial extensiva de la agricultura argentina. Pero también influyeron en los problemas agrarios del país los rendimientos decrecientes del sector cerealero. Un factor que contribuyó al aumento de la producción fue la creciente mecanización de las tareas rurales que mejoró la productividad agrícola, aunque ésta todavía era inferior a la de los países europeos. En 1921, se había establecido en el país la primera fábrica de cosechadoras, pero el grueso de los equipos y maquinarias agrícolas se originó en las importaciones provenientes de los Estados Unidos. Mientras tanto, fuera del área cerealera comenzaron a producirse cambios menos perceptibles, pero no menos importantes, en las actividades agrícolas. Ello se debió a la creciente participación de ciertos cultivos industriales que se beneficiaron con la ampliación del mercado interno, como el de la caña de azúcar, los de algodón (que sustentaron el crecimiento de la industria textil), de frutales y de maní, arroz y yerba mate. La compleja trama de los intereses rurales, sustentada en el predominio de la gran propiedad y el sistema de arrendamientos, reflejaba el espectro social del ámbito cerealero. Entre los grandes productores, que dedicaban parte de su actividad económica a la ganadería de alta mestización, se destacaban los grandes propietarios ausentistas que se orientaban a una agricultura extensiva. Otros terratenientes reinvertían parte de sus rentas en mecanización y mejoras técnicas y agronómicas, al igual que los arrendatarios de grandes extensiones, generalmente también grandes propietarios. Entre los sectores rurales subalternos tenían una considerable representación los chacareros, pequeños o medianos propietarios que comercializaban su producción granera a través de las grandes casas exportadoras. El sector social más identificado con la expansión de la agricultura cerealera, los pequeños o medianos arrendatarios, estaba obligado a pagar un canon, generalmente elevado, por trabajar la tierra del propietario o gran arrendatario durante periodos breves, sin posibilidades de planificar su producción y mucho menos decidir su comercialización. Existían también ocupantes precarios de reducidas parcelas, dependientes del trabajo doméstico y acosados por el endeudamiento que podía transformarlos en simples asalariados. Por último, el almacenero de ramos generales, generador del crédito agrario informal, operaba como eslabón entre el agricultor y las grandes empresas exportadoras de granos que, a su vez, disponían de sus propios representantes y acopiadores zonales. Estas bases sociales y económicas que impulsaron el crecimiento de la agricultura, transformaron el régimen de tenencia de la tierra en una cuestión 11 SEMANA 3 MÓDULO 2 de primordial interés, no sólo para los sectores del poder económico, sino para todo el ámbito político argentino. En ese sentido, con la sanción de la ley de arrendamientos (11.170) de 1921 el gobierno nacional pretendió atender algunos reclamos de los pequeños y medianos productores rurales agremiados en la Federación Agraria Argentina. Este mecanismo legal estaba dirigido a quienes arrendaban parcelas menores a las 300 hectáreas y contemplaba la indemnización por mejoras. El arrendatario podía prologar el alquiler cuando el contrato no excediera los tres años, tenía la posibilidad de negociar la venta de la producción libremente y se le garantizaba una vivienda confortable. El Estado procuró también dar otras respuestas ante las demandas de los agricultores, como la ley de cooperativas agrícolas de 1926, el reparto de semillas en situaciones de emergencia, y la comercialización de bolsas a precios subsidiados. Hacia fines de los años 20, se mantenían en el sector agrario los mecanismos de funcionamiento del modelo agroexportador aunque se procuró introducir modificaciones a través de medidas que intentaban responder a la tensiones generadas por el agotamiento de dicho modelo. La industria de las carnes El análisis de la industria de la carne adquiere particular importancia debido a su peso decisivo en el rumbo económico del país, vinculada como estaba a los mercados externos y financiados en gran medida por capital extranjero. Asimismo, la producción y el consumo de carne involucraban los intereses de grandes grupos con incidencia política y económica. Los capitales ingleses fueron, los primeros en desarrollar la industria frigorífica en el país, acompañados en menor medida por capitales nacionales. Pero en la primera década del siglo XX, se radicaron plantas pertenecientes a los principales frigoríficos norteamericanos del llamado “Club de Chicago” (porque provenían de esa ciudad), cuya finalidad era abaratar las exportaciones destinadas al mercado británico de carnes, aprovechando la mejor calidad de nuestra materia prima y los menores costos de producción locales. De este modo, por el aporte de esos frigoríficos el volumen de exportaciones de carnes americanas hacia Gran Bretaña disminuyó en la misma medida en la que aumentaron las exportaciones argentinas. Pronto, los frigoríficos norteamericanos, que tenían una tecnología superior a los ingleses y argentinos, comenzaron a hacer fuertes demandas a los ganaderos, con el propósito de poder embarcar al mercado europeo, principalmente al inglés, carne enfriada, muy similar a la carne fresca, en lugar de carne congelada. La aparición de la industria del enfriado aceleró una modificación, que ya se venía produciendo, en el tipo de razas ganaderas y una nueva delimitación de 12 SEMANA 3 MÓDULO 2 la Pampa Húmeda, eliminando ciertas regiones e incorporando otras. La raza predominante fue la Shorthorn, aunque también se introdujeron la Aberdeen Angus y la Hereford, todas ellas razas finas de origen inglés. La ampliación de la Pampa Húmeda implico incorporar el sur y el sudeste de la provincia de Córdoba, el nordeste de La Pampa y el extremo sudeste de San Luis. Otra cuestión, obedece al hecho de que la carne “enfriada” no permite una larga conservación y para satisfacer una demanda constante era necesario era contar con buenos cortes todo el año. Esto determinó la aparición de un nuevo tipo de ganadero, el invernador, que disponiendo de mejores pasturas estaba en condiciones de asegurar una entrada periódica, lo que resultaba esencial para la industria del enfriado. Los criadores, por el contrario, no disponían de campos de la misma calidad y tenían tres opciones: o comercializaban sus productos directamente en los mercados consumidores locales; o los destinaban a la exportación del “congelado” o, finalmente, se dedicaban sólo a la cría de ganado al que alimentaban a lo largo de la edad de destete, para luego venderlo a los invernadores. Los criadores quedaban excluidos de los beneficios del comercio de exportación de la carne enfriada, mientras se establecía una alianza entre invernadores y frigoríficos. El transporte era un punto fundamental para la obtención de ganancias. Esto se debía a la duración del viaje a Europa (30 días aproximadamente) y al carácter perecedero de la carne enfriada, pues si ésta no se consumía dentro de los 40 días siguientes a la matanza debía congelarse, liquidándose con pérdidas. La situación se agravaba por la escasa disponibilidad de bodegas para el envió a Gran Bretaña, que había que reservar con anticipación. La competencia generada en este entorno entre los distintos frigoríficos provoco que se llegara a una serie de acuerdos para la distribución de las facilidades de transporte que se denominaba Conferencia de Fletes. Su propósito era regular los suministros al mercado británico, para poder ajustar la cantidad a la posibilidad de absorción del mercado. Estos acuerdos fueron el origen del llamado pool de los frigoríficos cuya presencia seria de crucial importancia en la historia de la industria de la carne. A los invernadores no les importaba tanto el precio absoluto, sino el margen entre el precio de venta a los frigoríficos y el costo. En esto residía su interés en comprar barato a los criadores y la base de su alianza con los frigoríficos. Cuando declinaban los precios del ganado, los frigoríficos y los invernadores podían proteger los márgenes de ganancias a expensas de los criadores. La irrupción de los establecimientos frigoríficos de capital norteamericano origino una fuerte competencia con los de origen inglés, rivalidad que fue denominada “Guerra de Carnes”. Esta fue, en realidad, una “Guerra de Precios” que tuvo varias etapas. La primera se extendió hasta poco antes de la Primera Guerra Mundial y durante la misma los envíos de carnes refrigeradas por los frigoríficos norteamericanos inundaron el Reino Unido. Muchos 13 SEMANA 3 MÓDULO 2 estancieros obtuvieron grandes beneficios de la competencia entre los frigoríficos, pero luego de una gran caída de los precios en el mercado de Smithfield de Londres las compañías comenzaron a registrar pérdidas por lo que decidieron formalmente repartirse el mercado. Con ello comenzaron a regular el precio del ganado en su propio beneficio, a través de la constitución del mencionado pool por el cual se distribuyeron los envíos en un 41,35% para los establecimientos norteamericanos, un 40,15% para los británicos y un 18,5% para los argentinos. Pero al finalizar la guerra, comenzó a decrecer la demanda de ultramar, iniciándose un proceso depresivo en el sector. La disminución del poder adquisitivo, las acumulaciones de grandes cantidades de carne envasada y congelada por parte de los mismos países aliados y la existencia de otros mercados vendedores, junto con la paulatina recuperación del sector agropecuario europeo, originaron una seria crisis en la ganadería argentina. La crisis de los años 1921-1922 reflejo crudamente el conflicto entre los invernadores y los criadores. Los primeros, ganaderos acaudalados y dueños de gran cantidad de animales, podían sobrevivir a la conmoción reteniendo su ganado hasta que los precios mejoraran o lograran algún beneficio particular por parte de los frigoríficos. Los criadores, en cambio, debían malvender sus novillos de inferior calidad a los frigoríficos o entregarlos para su engorde a los invernadores, sufriendo todo el impacto de la recesión. La crisis se reflejó en debates parlamentarios y en la prensa de la época. Así, el Congreso decidió la aprobación de cuatro leyes: - La construcción de un frigorífico administrado por el Estado en la ciudad de Buenos Aires; - La inspección y supervisión gubernamental del comercio de carnes; - La venta del ganado sobre la base del peso en vivo; - Un precio mínimo para la venta de ganado de exportación y uno máximo para la venta local de carnes. Cuando Alvear estableció por decreto precios mínimos moderados, los frigoríficos criticaron estas leyes y como repuesta, dejaron de comprar novillos e interrumpieron el comercio de exportación de carnes. De esta manera, el Gobierno debió ceder, suspendiendo la aplicación del decreto. En 1925, la “Guerra de Carnes” entre los frigoríficos se reanudó. Un establecimiento británico anunció la modernización y ampliación de su planta y pidió el incremento de su cuota. Por su parte, Swift estaba construyendo una nueva planta en Rosario, y los Vestey, hacían lo propio en Dock Sud. Cuando estos últimos solicitaron un aumento de su participación a expensas de las otras compañías, se puso en marcha el nuevo conflicto. 14 SEMANA 3 MÓDULO 2 Finalmente, en octubre de 1927, los empresarios de los frigoríficos llegaron a un acuerdo: los norteamericanos nuevamente fueron los mayores beneficiarios ya que tomaron ahora una cuota mayor. El comercio de la carne quedo totalmente dominado por los intereses extranjeros y, en particular, por los estadounidenses. La Sociedad Rural Argentina argumentaba que la competencia entre frigoríficos alteraba la estabilidad del mercado y ejercía una presión bajista sobre los precios. Pero, en 1926, Pajés fue reemplazado por Luis Duhau. Durante la conducción de Duhau, la SRA elaboró un informe, “el pool de los frigoríficos necesita la intervención del Estado”, redactado por Raúl Prebisch, en el cual se acusaba de “ganancias excesivas” a los frigoríficos y se sugería como única solución posible la intervención del Estado y, además, la inspección de los libros de las compañías por parte de una junta independiente. Otro acontecimiento tuvo una repercusión mayor sobre el sector ganadero y la industria de las carnes: el 17 de septiembre de 1926, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos emitió una disposición por la cual se prohibía la importación de carnes frescas o refrigeradas, vacunas, ovinas o porcinas, desde cualquier región donde existiera aftosa. La Argentina resultaba uno de los países más perjudicados, porque se consideraba que, salvo la región patagónica, el resto del territorio estaba afectado por ese mal. La reacción de Duhau fue lanzar una vigorosa campaña con el slogan “comprar a quien nos compra”. El lema significaba, en realidad, que la Argentina debía reforzar sus lazos con los países que compraban sus productos y dado que el Reino Unido era el principal importador de ellos y, particularmente, de carnes, debían privilegiarse las compras a ese país, pues los productos manufacturados que no se podían producir debían “elegirse entre los países que son consumidores de nuestra producción”. Como consecuencia de este y otros hechos, en 1929 el presidente Yrigoyen inició negociaciones informales con el Reino Unido para fomentar el comercio reciproco, y ese año se llegó a un acuerdo entre ambos países a través del convenio D’Abernon. Aunque este acuerdo comercial, nunca se puso en vigor. 2.8 El sector industrial Hacia mediados de la década de 1910 la industria argentina presentaba un panorama con marcados contrastes. Aunque en los años pasados habían aumentado la producción y el número de empresas y mejorado las instalaciones y los métodos tecnológicos, el sector más pujante seguía concentrado principalmente en torno de las actividades extractivas y manufactureras más indispensables, vinculadas a la producción agropecuaria o a la satisfacción de las necesidades más elementales de la población. Destacaban entre ellas las industrias alimentarías, especialmente los 15 SEMANA 3 MÓDULO 2 frigoríficos, las fábricas de extracto de quebracho, algunas empresas textiles y metalúrgicas y el sector de la construcción. Los contrastes tenían un correlato con lo que ocurría a nivel microeconómico. Las industrias dedicadas a la exportación, en general de capitales extranjeros, tenían un tamaño comparativamente grande y actuaban en mercados oligopólicos. Entre ese momento y el estallido de la crisis de 1930, la evolución industrial transitó por dos etapas diferenciadas. La primera etapa se originó en las condiciones espaciales que generó la Primera Guerra Mundial. La segunda se enmarcó en el regreso a una aparente normalidad en la posguerra, que, no obstante, comenzaba a descubrir un conjunto de cambios en el funcionamiento de la economía mundial y de la Argentina. La Primera Guerra Mundial supuso un desafió inédito para la industria local, ya que las importaciones de productos manufacturados disminuyeron drásticamente. La búsqueda de mercados de abastecimientos sustitutos, como los Estados Unidos, no alcazaba para compensar los trastornos producidos con los proveedores europeos tradicionales. Las dificultades en el ingreso de manufacturas importadas contribuyeron a crear una protección de hecho para la producción local, al obligar al país a vivir de sus propios recursos. Sin embargo, a pesar de las restricciones en el comercio importador, la guerra no generaba una situación propicia para el despegue industrial. De hecho, la producción del sector no sólo no creció, sino que mostró un pequeño descenso durante la guerra, que solamente pudo revertirse cuando ésta concluyó. La política industrial A pesar de ello, la década del 20 es un período en el que la producción industrial tuvo un crecimiento relativamente intenso, sustentado por un incremento progresivo de las tasas de inversión. Dada la apuntada pasividad en materia arancelaria, el desempeño de la industria debe ser explicado por otros factores. En primer lugar, debe señalarse que la competitividad de un producto de origen nacional frente a otro importado, al menos en lo atinente a sus precios, depende ceteris paribus de las tasas arancelarias, del precio que se toma como base para aplicarlas y del tipo de cambio. Pero los impuestos aduaneros no se cobraban sobre el precio real de las importaciones, sino sobre una lista de precios fijada por el Estado, que no se actualizaba periódicamente. Por eso, con el tiempo se producían desfases entre los precios reales y los valores establecidos para la aplicación de los aranceles. La situación también perjudicaba al fisco, porque una valuación deficiente de las importaciones disminuía la recaudación tributaria. Por eso, en 1920 16 SEMANA 3 MÓDULO 2 aumentaron las tarifas en un 20% y en 1923 se volvieron a incrementar en un 60%. Las inversiones extranjeras en el sector industrial El periodo de entreguerras se caracterizó por un cambio de estrategia de los capitales de las principales potencias, entre las que se destacaron los Estados Unidos. Diversas empresas comenzaron a “sustituir exportaciones” por producción en el extranjero para poder combinar los diseños de los procesos de producción más eficientes con reducciones en el costo de transportes, una mejor penetración en los mercados externos, la búsqueda de materias primas más baratas y un fortalecimiento en la competencia frente a otras empresas. Durante los años 20 se produjo una irrupción de capitales extranjeros, sobre todo de origen norteamericano, uno de cuyos principales destinos fue precisamente el sector industrial, que implico una serie de transformaciones para el conjunto de la economía argentina. Su capacidad tecnológica y productiva era muy superior al promedio. Además, tenían una gran influencia indirecta en el crecimiento del número de firmas, ya que su actividad permitió el establecimiento de un conjunto de talleres complementarios y empresas subsidiarias, la mayoría de capitales argentinos. Desde el punto de vista microeconómico, se observó en esta época una transformación importante de los métodos de producción, con una profunda revolución técnica y organizativa que modifico las costumbres, reformó conceptos, y separó a los diversos factores de producción, permitiendo el paso de la manufactura a la fábrica. Bibliografía • Rapoport, M. cap 2. 17 SEMANA 4 MÓDULO 3 SEMANA 4 MÓDULO 3 ECONOMIA ARGENTINA UNIDAD 3 en 0 SEMANA 4 MÓDULO 3 UNIDAD 3 LA CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACIÓN Y LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO (1930-1945) El 6 de septiembre de 1930 los generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo encabezaron un golpe de estado, apoyado por grupos políticos conservadores, y expulsaron del gobierno a Yrigoyen. El golpe interrumpió un largo período de estabilidad institucional, y fue el primero de una cadena de intervenciones militares que se extendió hasta 1983. En 1931, se llamó a elecciones, y se impuso el candidato oficial, general Agustín P. Justo (193238). La UCR se abstuvo, luego de que el gobierno vetara la candidatura de Alvear, y mantuvo esa posición hasta 1935. A partir de ese momento, el gobierno practicó sistemáticamente el fraude electoral para impedir el triunfo radical. La crisis económica de 1930 fue superada de manera rápida; el estado instrumentó medidas para regular la economía, se redujeron las importaciones y, en torno de los grandes centros urbanos, comenzaron a crecer la industria y los obreros. En 1933 se firmó el Pacto Roca-Runciman con Inglaterra, que aumentó enormemente la dependencia argentina con ese país. Las circunstancias internacionales movilizaron la opinión y la dividieron en partidarios de los aliados y simpatizantes de los países fascistas. Presidente Periodo Fin del mandato Nacimiento – fallecimiento Vicepresidente URIBURU, José Félix 1930-1932 Normalizador 1852-1932 SANTARINA, Enrique JUSTO, Agustín P. 1932-1938 Concluye 1876-1943 ORTIZ, Roberto M. 1938-1942 Renuncia 1886-1943 CASTILLO, Ramón S. RAMIREZ, Pedro Pablo 1942-1943 Depuesto 1873-1944 1943-1944 Depuesto 1884-1962 FARREL, Edelmiro FARRELL, Edelmiro 1944-1946 Normalizador 1887-1980 PERÓN, Juan Domingo CASTILLO, Ramón S. 1 SEMANA 4 MÓDULO 3 3.1 El contexto internacional La crisis mundial que se inicia en 1929 constituye el comienzo de un periodo denominado “la Gran Depresión”. Fue la crisis más profunda que padeció el capitalismo en la historia. Las características más generales de la Gran Depresión fueron: su carácter mundial, su larga duración, la amplitud del retroceso del a producción industrial o del PBI, la enorme contracción del comercio mundial, la espiral deflacionista y la caída radical del empleo, que afectó, en mayor o menor medida, a todos los países. La gravedad de la situación llevó en 1930 al gobierno de Washington, bajo la presidencia del republicano Hoover, a incrementar las tarifas aduaneras, a través del arancel Smoot-Hawley, que elevó la protección en promedio en un 30-40%, produciendo un efecto en cascada y conduciendo a una desorganización completa de la red de intercambios comerciales. Cuando estalló la crisis, el sistema monetario mundial recibió un duro golpe, forzando a Gran Bretaña a abandonar el patrón oro. El mundo capitalista se dividió en tres grupos de zonas monetarias. El dólar agrupo a los EEUU y a los países con tendencia a la inflación; el bloque del oro estaba encabezado por Francia y tendía a la deflación y el bloque de la libra esterlina era encabezado por Gran Bretaña. En 1939, se llegó a la desaparición definitiva del patrón oro. El inglés, John Maynard Keynes fue el economista más influyente a partir de su crítica a los fundamentos de la economía neoclásica. Las ideas keynesianas tuvieron una fuerte influencia en la política económica de la mayor parte de los países de la época y servirían de fundamento al “Estado de Bienestar” que predominó en las naciones más industrializadas en los treinta años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. La llegada al poder de gobiernos autoritarios, el fascismo con Mussolini en 1922, en Italia y el nacismo con Hitler, en 1933, en Alemania, era no sólo una consecuencia de la crisis de 1929, sino la deficiente solución de los problemas económicos, políticos y sociales creados por la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, que provocaron en Europa la aparición de ideologías nacionalistas, expansionistas y racistas. El experimento económico más importante para resolver la crisis se realizó en EEUU, a partir de la llegada al poder del demócrata Franklin D. Roosevelt, en 1933. El programa económico, denominado “New Deal” intentó sentar las bases de una nueva forma de organización de la economía, con un papel crucial del estado y a través de la utilización sistemática de políticas de carácter keynesiano. También implementó nuevas políticas sociales que mejoraron el nivel de vida del conjunto de la población. El debate en torno de la más grave crisis que debió soportar el sistema capitalista continua vigente. Para los economistas liberales, el crac del 29 y la profunda depresión de los años 30 sería uno de los periodos críticos que 2 SEMANA 4 MÓDULO 3 cíclicamente sufre el capitalismo; para los marxistas, el resultado de las disfunciones estructurales del sistema. Keynes situó su origen en el desajuste entre producción y demanda efectiva, mientras que los monetaristas la atribuyeron a la desaparición del patrón oro. La depresión se superó no por las políticas activas, como el “New Deal”, sino por el inmenso proceso de destrucción de recursos y de vidas que significó la guerra, para poder liquidar las excrecencias del fascismo y del nazismo. 3.2 El golpe de estado de 1930 y los gobiernos emergentes El oficialismo radical experimentó las primeras derrotas en marzo de 1930. Fue en ocasión de los comicios para la renovación de diputados. La causa determinante de la caída de Yrigoyen radicó en la coalición de fuerzas políticas, militares y económicas, que desde el comienzo de la segunda presidente del caudillo radical volcaron todos sus esfuerzos a desestabilizar al gobierno. La conspiración militar se desarrollaba entre las filas del Ejército. Los oficiales en actividad y retirados, involucrados en el movimiento, respondían a dos tendencias. La encabezada por Uriburu tenía tendencias nacionalistas inspiradas en el dictador español Primo de la Rivera, siendo uno de sus ideólogos Leopoldo Lugones. Se proponía una reforma sustancial del régimen constitucional, la eliminación del sufragio popular y su reemplazo por una suerte de cooperativismo. La otra tendencia, de corte liberal y pro-británica, estaba inspirada por el ex ministro de Guerra, general Agustín P. Justo y respaldada por sectores mayoritarios de la clase política de orientación conservadora. Coincidían con los nacionalistas en la necesidad de derrocar a Yrigoyen, pero planteaban el mantenimiento del orden institucional. Pese a su desorganización y al público conocimiento de las actividades de los conjurados, el golpe militar logró derribar al gobierno constitucional el 6 de septiembre de 1930. Para ello contó con la pasividad de la población y con el faccionalismo y la inacción del partido oficialista. El gobierno de José F. Uriburu En el gabinete de Uriburu reaparecieron los apellidos patricios. Estaba integrado por varios representantes de la elite conservadora: ganaderos de la Pampa Húmeda, banqueros, jueces, abogados de empresas extranjeras y dueños de compañías azucareras. El régimen no ocultó su desprecio por el sistema liberal y los partidos políticos. De inmediato, el 8 de septiembre, instauró la ley marcial. El presidente adoptó el título de “presidente provisional”, intervino los gobiernos de catorce provincias y dispuso la disolución del Congreso por decreto. Por otra parte, se inició la persecución política, gremial e ideológica de los opositores. En última instancia, las medidas prolongaban la intención de reformar la Constitución para darle un contenido corporativo, derogar la Ley Sáenz Peña y reemplazarla por un sistema de voto calificado. 3 SEMANA 4 MÓDULO 3 La clase política reaccionó desfavorablemente frente a las intenciones de la dictadura. El general Justo se transformó en el intérprete de las aspiraciones de la mayoría de los conservadores y capitalizó el consenso que, a pasos acelerados, perdía el gobierno de facto. El ministro Sánchez Orondo procuró que el conservadurismo bonaerense acompañara los planes del gobierno. Para ello convocó a elecciones para elegir autoridades en la provincia de Buenos Aires. Las elecciones se llevaron a cabo en abril de 1931. El triunfo de los radicales puso de manifiesto que la popularidad de los golpistas era menor que la prevista. La derrota hizo imperioso un llamado a elecciones generales. La convocatoria a elecciones generales para noviembre de 1931 abrió el camino al protagonismo político de Justo. La Concordancia respaldó al heredero del golpe septembrino. En ella se aglutinaron los conservadores, los radicales antipersonalistas y los socialistas independientes. Las elecciones consagraron a Justo con nuevo Presidente. La abstención radical, debido al veto a la candidatura de Alvear y el fraude generalizado, permitió el triunfo justista frente a la fórmula opositora encabezada por Lisandro de la Torre y el socialista Nicolás Repetto. El gobierno de Agustín P. Justo Las elecciones de noviembre de 1931 consagraron el triunfo de la fórmula presidencial de la Concordancia. El general Justo se transformó en el primer militar que ocupaba la presidencia, luego del general Roca. El triunfo electoral basado en el fraude y la proscripción del radicalismo planteó un problema de legitimidad al nuevo gobierno. El gabinete estaba integrado por figuras tradicionales representativas de las clases dominantes y expresaban la restauración política conservadora. El nuevo gobierno debió afrontar el problema de mantenerse en el poder. Para ellos se valió de tres instrumentos políticos: el fraude, las intervenciones federales a las provincias y la violencia política. Una preocupación constante a lo largo del mandato de Justo fue la problemática militar, temiendo que el propio ejemplo del golpe de Estado del 30 le resultara contraproducente. Los objetivos del presidente fueron, en este sentido, lograr la prescindencia política de los jefes militares, y afianzar una actitud legalista y un mayor profesionalismo entre los uniformados. Sin embargo, otros intentos de golpes militares apoyados por sectores de la oposición radical, en diciembre de 1932 y diciembre de 1933, aunque no tuvieron éxito, resultaron un toque de alerta. Por entonces, Justo buscó otros fundamentos para legitimar su gobierno. Su preocupación inicial por otorgarle legitimidad al gobierno a través del sistema electoral y el énfasis en un discurso que postulaba la democracia tropezaban con el hecho de que toda compulsa electoral iba a consagrar al opositor radical como la fuerza mayoritaria. 4 SEMANA 4 MÓDULO 3 Otro peligro para Justo lo constituyó una decisión de la conducción del radicalismo que configuraba un escenario poco propicio para los planes de Justo tendientes a preparar su futura reelección. 3.3 Los efectos de la crisis en la economía argentina Los problemas del sector externo Dada la dependencia de la economía argentina de los flujos comerciales y de capitales, el primer impacto de la crisis se produjo en el sector externo. La balanza comercial de 1930 fue netamente deficitaria. Entre 1929 y 1930 las exportaciones disminuyeron un 36% mientras que las importaciones se contrajeron mucho menos. A esto se le sumó la desfavorable evolución de los precios relativos. El valor de los productos agropecuarios, en especial el trigo, bajó drásticamente, lo que agravó la situación, a lo que se sumaba el fuerte proteccionismo agrario en Europa que fue agudizándose con la depresión y resultó muy perjudicial para la Argentina. Se produjo también una caída en los términos de intercambio, por la mayor declinación de los precios agropecuarios con respecto a los industriales. Debido a la coyuntura internacional adversa, a la gran propensión a importar y a un poder de compra interno que se mantenía elevado, no se podía equilibrar la balanza de pagos, lo que presionaba sobre la cotización del peso. La primera medida importante, que se tomó en octubre de 1931 a fin de atenuar el desequilibrio del comercio exterior y la fuga de divisas, fue la implantación del control de cambios. El mecanismo elegido consistió en la creación de una Comisión de Control de Cambios que tenía por objetivo fijar periódicamente el valor de las divisas y asegurar el pago de las obligaciones financieras externas. Esto se garantizaba mediante un sistema de permisos de cambio que distribuía las divisas disponibles en función de una lista de prioridades donde figuraba, en primer lugar, el pago de la deuda externa y luego el de las importaciones imprescindibles. Como consecuencia de estas medidas la balanza de comercial pasó de un déficit de 284 millones de pesos en 1930 a un superávit de 539 millones en 1936, en tanto que los movimientos de capital se volvieron también positivos y el nivel de reservas experimentó una saludable alza. Pero los efectos de ambas medidas resultaron amortiguados por la firma del Pacto Roca-Runciman, que establecía una política discriminatoria a favor de las empresas y exportadores ingleses. 3.4 El pacto Roca-Runciman La disminución del dinamismo en las relaciones económicas de la Argentina con Gran Bretaña hacia fines de los años 20, y su importancia para los sectores más tradicionales del país sudamericano, se manifestaron en un creciente 5 SEMANA 4 MÓDULO 3 interés por lograr una solución de los problemas que afectaban los vínculos bilaterales. Por eso, en 1929 se realizó el primer intento de convenio bilateral con Inglaterra, que puede tomarse como el antecedente más importante del futuro Pacto Roca-Runciman. Ese año, en el marco de una visita a varios países de Sudamérica, llegó una misión británica a la Argentina encabezada por lord D’Abernon, que arribó a un acuerdo con el gobierno de Yrigoyen mediante el cual se estableció un crédito reciproco por 100 millones de pesos oro para la compra de material ferroviario por parte de nuestro país, a cambio de carnes y cereales. La misión D’Abernon tenía como principal objetivo la recuperación de ciertas industrias británicas que se encontraban en declinación y no podían resistir ya una competencia libre frente a las firmas de otras potencias y a la aparición de bienes sustitutos, como el transporte automotor y el petróleo. Sin embargo, el Convenio Oyhanarte-D’Abernon no llegó a ser aprobado por el Congreso antes del golpe de Estado de septiembre de 1930 y, por lo tanto, no tuvo vigencia. A pesar de ello, lo que no se logró concretar a través suyo, se consiguió en parte, más tarde, en mayo de 1933, con el Pacto Roca-Runciman. A mediados de 1932, los países del Commonwealth se reunieron en la Conferencia de Ottawa solicitando un retorno al sistema proteccionista de “preferencias imperiales” a fin de defenderse de la crisis. Esto significaba para el Reino Unido abandonar los principios del librecambio por los cuales había bregado desde mediados del siglo XIX. Se desarrolló así una serie de convenios destinados a consolidar la unidad económica del Imperio, y Gran Bretaña se comprometió con Australia Y Nueva Zelanda a que la importación de carne enfriada extraimperial sería mantenida al nivel de sus importaciones de junio de 1932, cuando las exportaciones argentinas acusaron uno de sus niveles más bajo de casi toda la década. Se privilegiaba de ese modo, en el comercio británico, a los países del Commonwealth mientras que la imposición de cuotas para los productos argentinos constituía una realidad. Los ganaderos argentinos podían perder a sus clientes más valiosos. La Sociedad Rural Argentina comenzó, entonces, a presionar al gobierno de Justo para que se emprendiera una acción diplomática a fin de ayudar a los ganaderos locales a mantener su participación en el mercado del Reino Unido y arrebatar el control del comercio exterior al pool frigorífico anglonorteamericano. El gobierno conservador, muy receptivo a esta presión, envió a Londres, en 1933, una misión encabezada por Julio Argentino Roca (h.), vicepresidente de la Nación, para negociar el mantenimiento de la cuota argentina de carne enfriada en el mercado británico. Por consiguiente, tanto para la Argentina como para Inglaterra había elementos diversos de negociación, cuando viajó la misión Roca a negociar el mantenimiento de la cuota de carnes para la Argentina. Lo que Gran Bretaña pretendía era una asignación preferencial de las divisas, un desbloqueo de fondos congelados y una reducción de los aranceles. A cambio, estaba 6 SEMANA 4 MÓDULO 3 dispuesta a aceptar la suspensión temporaria del pago del servicio de la deuda externa. La Argentina, por su parte, pedía que nos e redujera la cuota chilled o carne enfriada, y que el gobierno local mantuviera el control de esa cuota. Sin embargo, la firma del polémico Pacto Roca-Runciman, el 1° de mayo de 1933, no ofreció demasiadas ventajas para la Argentina, mientras satisfacía la mayor parte de los pedidos del lado británico. El Pacto aseguraba una cuota de carne enfriada en el mercado inglés, e Inglaterra concedía una participación a los frigoríficos nacionales para la exportación de carne argentina mediante una cuota del 15% que tardó varios años en poder hacerse efectiva. A cambio, Gran Bretaña lograba diversas medidas que favorecían a los intereses británicos. Así, por ejemplo, se garantizaba la cantidad de divisas necesarias para hacer frente a las remesas corrientes del Reino Unido en un volumen igual a las ventas de productos argentinos hacia aquel país; se asumía el compromiso de tratar de una manera preferencial las inversiones inglesas; y se aceptaba no incrementar los aranceles sobre algunas importaciones británicas, como el carbón, e incluso reducir los aranceles para otros productos de ese origen. Los acuerdos financieros de 1933, que acompañaron al Pacto, los llamados “empréstitos de desbloqueo”, establecieron un plan de emisión de bonos de largo plazo y a un interés razonable para poder reestructurar las deudas anteriores. El gobierno mantuvo así el servicio íntegro de su deuda externa, a diferencia de lo que ocurrió con otros países latinoamericanos. En años posteriores, se hicieron nuevas conversiones de la deuda externa alargando plazos y reduciendo el interés. El problema en la evaluación del Pacto Roca-Runciman consiste en saber, si realmente el comercio de carnes era fundamental para la Argentina o sólo lo era para un sector económico particular. Además, Inglaterra dependía en gran medida de las exportaciones argentinas, y en particular de la carne enfriada, debido a las distancias, ya que los barcos frigoríficos no garantizaban que los productos de otros países competidores llegaran en buenas condiciones al mercado británico. Sin embargo, si el Pacto Roca-Runciman evitaba una brusca contracción de las exportaciones de carnes, no aseguraba la posición de los ganaderos. El carácter oligopólico de los frigoríficos y la falta de control estatal en el negocio les permitía a aquellos ejercer plenamente su poder de compra, clasificando la calidad de las reses y manejando los precios de manera arbitraria. Los ganaderos volvieron, entonces, a reclamar la intervención del Estado en su defensa, aunque la división entre criadores e invernadores se hizo manifiesta en las discusiones sobre el alcance de la intervención. Los primeros pretendían una organización de productores con participación directa en la industrialización y comercialización de las carnes, mientras que los segundos sólo exigían un marco regulatorio, pero rechazaban la idea de que el Estado se inmiscuyera directamente en la gestión de las empresas. 7 SEMANA 4 MÓDULO 3 Finalmente, el 29 de septiembre de 1933, se aprobó la ley que creaba la Junta Nacional de Carnes. Se contemplaba la creación del Frigorífico Nacional de la Capital y de la Corporación Argentina de Productores de Carnes (CAP). Los frigoríficos continuaban, sin embargo, ejerciendo su dominio. Mientras los precios en el mercado inglés habían comenzado a subir, ellos pagaban a los ganaderos un precio cada vez menor. Por eso, en 1934, Lisandro de la Torre declaró que los ganaderos aún estaban siendo explotados por los frigoríficos. Propuso, entonces, que se designara una comisión dedicada a la investigación de maniobras perjudiciales para los productores en la industria de la carne, moción aprobada el 1° de septiembre de 1934. La investigación llevó seis meses, en los que la Comisión Investigadora de Carnes debió luchar contra los obstáculos que sistemáticamente le ponían tanto el gobierno nacional como los propios frigoríficos. A pesar de las dificultades, tanto el informe de la mayoría de la Comisión como el presentado por el senador De la Torre en minoría lograban mostrar evidentes irregularidades. Se señalaba, por ejemplo, la falta de fiscalización gubernamental en las declaraciones del impuesto a los réditos para el caso de los grandes frigoríficos extranjeros. Se acusaba, sobre todo, a los empresarios de los frigoríficos de dominar por completo el mercado de la carne, lo que permitía manejar de manera discrecional el precio del ganado, independientemente de las fluctuaciones de los precios en Smithfield (Londres), favoreciendo a un pequeño número de invernadores y expoliando a la inmensa mayoría de los productores. En especial, el ataque del político santafesino consistió en denunciar no sólo la acción distorsiva del monopolio de los frigoríficos, sino también la complicidad del gobierno en las maniobras de dichos empresarios. La discusión terminó con el asesinato de Enzo Bordabehere, amigo de Lisandro de la Torre, y a quien iban aparentemente los disparos. El Pacto Roca-Runciman tenía una duración de tres años. Al culminar su periodo de vigencia en 1936, ambos gobiernos iniciaron una nueva ronda de negociaciones. La coyuntura presentaba ahora características diferentes de las existentes en 1933. El gobierno británico se encontraba bajo una fuerte presión de los propios ganaderos ingleses, que demandaban simultáneamente protección frente a la competencia extranjera y apoyo financiero oficial. Por eso, en el nuevo tratado (conocido como Malbrán-Eden) las carnes argentinas fueron gravadas con un arancel del 20% sobre el precio de venta, que se utilizaría para subvencionar a los ganaderos británicos. A cambio de ellos, el gobierno argentino adquiría el derecho de distribuir los permisos de exportación entre los frigoríficos, aunque las críticas de las organizaciones rurales en las que tenían influencia los criadores apuntaron al hecho de que las cuotas no sufrieron modificaciones sustanciales con respecto al periodo previo, en el que eran manejadas por el gobierno inglés. El nuevo tratado ponía de manifiesto con más claridad que el anterior la debilidad del gobierno 8 SEMANA 4 MÓDULO 3 argentino en las negociaciones y la creciente dificultad para sostener los pilares de la estructura productiva de la Argentina. Para compensar las pérdidas que el nuevo tributo británico podía acarrear a los ganaderos y a los frigoríficos, el gobierno implementó un subsidio y un tipo de cambio diferencial para las divisas liquidadas por los frigoríficos. De esa manera, el precio final de venta del chilled beef argentino en el mercado londinense no sufriría alteraciones a pesar del impuesto y las exportaciones no se verían alteradas. Así, el erario público se hacía cargo del subsidio a los ganaderos británicos. 3.5 El intervencionismo del estado La intervención del Estado Mientras el gobierno argentino enfrentaba los efectos de la depresión tratando de preservar las exportaciones de carne a Gran Bretaña, la crisis mundial seguía afectando a la economía local. Pero, en agosto de 1933, se produciría un importante golpe de timón en la política económica. Esto se debió al recambio del equipo ministerial del presidente Justo, que llevaría a Federico Pinedo a reemplazar a Alberto Hueyo al comando del Palacio de Hacienda. Con la llegada de Pinedo y de Antonio de Tomaso al frente de la cartera de Agricultura, se había aplicado un enfoque más global y de largo plazo, para lo cual recurrieron a una activa participación del Estado en la regulación y la orientación de la economía. Las medidas económicas implementadas por el gobierno de Justo a partir de la llegada de Pinedo al Ministerio de Hacienda, a través de su Plan de Acción Económica de 1933, abarcaron simultáneamente cuatro frentes que pueden individualizarse con fines expositivos, a pesar de que muchas de ellas estaban profundamente entrelazadas. El control de cambios Dentro del nuevo esquema jugó un papel fundamental el control de cambios. Su funcionamiento reflejó mejor que ningún otro instrumento el cambio de rumbo del gobierno, al convertirse en una pieza clave para la regulación de varios mercados. En 1931, el presidente del Banco de la Nación convocó a los directores de los bancos y se acordó sujetar el peso al dólar. Se creó una comisión de cambios extranjeros que se encargaría de publicar diariamente las cotizaciones que los bancos aceptarían voluntariamente. Pero el resultado de la comisión fue nulo. La necesidad de una intervención más firme, determinó que el Gobierno Provisional de Uriburu creara, por decreto el 10 de octubre de 1931, la Comisión de Control de Cambios. El decreto establecía que las transacciones sólo podían efectuarse al tipo oficial establecido por la Comisión; los exportadores se comprometían a entregar sus divisas a los bancos autorizados como condición para poder efectuar sus embarques; se prohibía en principio la 9 SEMANA 4 MÓDULO 3 adquisición de saldos libres por parte de extranjeros, y se ordenaba que los depósitos en pesos de personas jurídicas o físicas residentes en el exterior sólo podrían ser utilizados una vez agotados los saldos acreedores existentes. La adopción del control de cambios tuvo un objetivo de primordial importancia: asegurar al gobierno federal y a los gobiernos provinciales y municipales que en todos los casos podrían disponer de la cantidad de divisas necesarias para hacer frente a las obligaciones financieras exteriores de la Nación. Además, se procuraba no hacer más costoso al gobierno nacional el pago de la deuda pública externa. En enero de 1932, la Comisión fue autorizada a establecer un tipo máximo y otro mínimo para la compra de divisas por los bancos y éstos no podían vender cambio extranjero sin requerir un permiso previo de la Comisión. La compra de divisas por los bancos podía hacerse sin límites, pero con la obligación de revender al Banco de la Nación los sobrantes. Asimismo, la Comisión estableció un régimen de prioridades para la venta de cambio: necesidades públicas, materias primas esenciales, remesas de inmigrantes, mercaderías no imprescindibles y servicios de la deuda externa. Durante esta etapa el control de cambios presentó varios defectos. El principal fue la incapacidad para mantener el equilibrio de las paridades de compra. Cuando el peso se cotizaba debajo de su valor, se mostró la tendencia de parte de los importadores a retraerse en sus solicitudes de cambio. Cuando el paso se valorizaba en exceso los importadores solicitaban demasiadas divisas y se acumulaban fondos bloqueados. Otra deficiencia fue que causó graves perjuicios a la producción agropecuaria. Cuando los precios agrícolas y ganaderos del mercado internacional descendían persistentemente, al mantenerse fijo el tipo de cambio el reajuste recaía totalmente sobre los hombros de los productores, obligando a rectificar sus costos de acuerdo con los precios del mercado internacional. En definitiva, el régimen del control de cambios en esta primera etapa se limitó a establecer dificultades para la exportación de capitales. La segunda etapa del control de cambios se inició durante la gestión de Pinedo, en noviembre de 1933, hasta noviembre de 1938. Las modificaciones fueron impulsadas por los prejuicios que la elevada cotización del peso causaba a los agricultores y por la acumulación de cuantiosos fondos bloqueados. El 28 de noviembre de 1933 un decreto modificó totalmente el sistema. Se establecieron dos tipos de cambios: un tipo comprador, al cual los exportadores estarían obligados a vender sus divisas a los bancos autorizados para operar en cambios, y un tipo vendedor, que servía para establecer la cotización del peso para los importadores. El cambio comprador debía oscilar levemente para impedir que las fluctuaciones de la moneda perjudicaran las exportaciones. Por su parte, el cambio vendedor sería el resultante de licitaciones entre los importadores. 10 SEMANA 4 MÓDULO 3 Ese decreto también creó un mercado libre en el que se negociaban las divisas procedentes de las exportaciones “no regulares” y de cualquier otro origen que no fueran las ventas regulares al extranjero. Era una suerte de mercado negro legalizado y no se exigía permisos ni documentación alguna. Este mecanismo permitió reorientar discrecionalmente el comercio exterior. Fue también una importante fuente de ingresos fiscales como resultado de la diferencia entre los tipos de cambio comprador y vendedor. Por último, representaba un poderoso estímulo para las inversiones extranjeras, que podían liquidarse en el mercado libre a un precio más elevado que en el oficial. Con la diferencia entre el valor que el Estado compraba las divisas y el valor al que se las vendía a los importadores se formó asimismo el Fondo de Margen de Cambios, destinado a financiar la política agraria del gobierno. De esta manera, la imposición a los exportadores de un bajo tipo de cambio se compensaba con los subsidios que se concedían, a través de la Junta Reguladora de Granos, utilizando el mencionado Fondo. Los permisos previos, un rasgo importante de ambas etapas del control de cambios, daban al gobierno la posibilidad de actuar sobre el volumen total de las importaciones, impidiendo que se incrementaran más allá de lo conveniente. La tercera etapa del control de cambios se extendió desde noviembre de 1938 hasta noviembre de 1940. El deterioro de la posición económica y financiera argentina en 1938 determinó una intensificación importante de esos controles y del comercio. La combinación de bilateralismo comercial con la libertad concedida para las transacciones en el mercado libre de cambios fue otra de las causas que impusieron la reorganización del control en un sentido más restrictivo. La situación podía haber quedado resuelta, en parte, con la baja del peso en el mercado oficial, pero la política bilateral seguida hasta entonces hacía difícil la implantación de tal medida sin restringir al mismo tiempo las operaciones en el mercado libre de cambios. El nuevo sistema del control de cambios se limitó a conceder los permisos solicitados, aunque por un periodo de validez muy corto. Más tarde, pareció necesario reducir la importación de ciertos artículos cuyo intercambio con la Argentina hubiera dejado un saldo desfavorable de consideración. Pero en los primeros meses de 1941, cuando el Reino Unido dejó de enviar las mercaderías que vendía normalmente, se suprimieron en su casi totalidad las restricciones a los productos norteamericanos. Con la guerra y la desaparición de las principales fuentes de aprovisionamiento, el régimen de las importaciones se liberalizó. De esta manera, el 80% de las compras al exterior comenzaron a verificarse sin restricciones y en junio de ese mismo año se suprimió finalmente la Oficina de Control de Cambios, así como el permiso previo a la importación de mercaderías. Juntas Reguladoras (mercado de bienes) 11 SEMANA 4 MÓDULO 3 A fin de evitar una mayor caída de la actividad interna, que manifestaba ya una seria baja en sus niveles de ingreso y ocupación, desde 1931 comenzaron a crearse diversas comisiones asesoras y juntas reguladoras, cuya finalidad era proponer soluciones y encarar medidas para proteger los intereses de los distintos sectores productivos: cerealero, cárnico, azucarero, vitivinícola, textil. Todas contaban con representantes de las distintas actividades económicas, aunque la mayor parte tenia funciones simplemente asesoras, sin gozar de autonomía, y muchas eran transitorias o de emergencia. Sin embargo, las juntas reguladoras y otras instituciones que implicaban una mayor intervención del Estado en la economía no generaban habitualmente condiciones para estimular la producción, favorecer nuevas experiencias tecnológicas o mejorar las condiciones de trabajo: habían sido creadas, sobre todo, para defender mejor a los distintos sectores económicos en crisis. Se limitaron así a organizar el sistema de manera de no perjudicar a los grandes productores y mantener el interés de los pequeños y medianos a seguir produciendo. Se llegaba al extremo de volcar vino en las acequias, para mejorar los precios de las reservas en poder de los bodegueros. No sólo se autorizaba la destrucción de materia prima, sino que se permitía el establecimiento de límites a la producción, así como se fijaban precios mínimos y se regulaban o prohibían exportaciones e importaciones. La creación del Banco Central Una de las principales medidas económicas de la época fue la creación del Banco Central, en 1935, que modificó de raíz el sistema implementado por la Caja de Conversión, con el objetivo esencial de regular la moneda y el crédito adaptando el circulante a las necesidades de la actividad económica. En 1932, se invitó a un experto inglés, sir Otto Niemeyer, a realizar una evaluación del sistema financiero y aconsejar una serie de medidas necesarias para su mejor funcionamiento, elaborando, en 1933, un informe donde diseñaba los mecanismos del futuro Banco Central. Finalmente, el gobierno aprobó, en mayo de 1935, por ley 12.155, otro proyecto que difería de las propuestas de Niemeyer y fue discutido ardorosamente en el Congreso. En la elaboración de éste tuvo un papel fundamental Raúl Prebisch y se caracterizaba por estar más adaptado a las características especiales del caso argentino. Las funciones principales del banco serían: detentar el privilegio exclusivo de la emisión de billetes en el territorio nacional; mantener una reserva suficiente para asegurar el valor del peso, ya sea en oro, divisas o cambio extranjero, equivalente al 25% como mínimo de sus billetes en circulación y obligaciones a la vista; y regular la cantidad de crédito y de los medios de pago adaptándolos al volumen real de los negocios a través de operaciones de redescuento en el sistema bancario y otro tipo de actividades. 12 SEMANA 4 MÓDULO 3 Resulta interesante mencionar las diferencias entre el proyecto original de Niemeyer y el que resultó finalmente aprobado: - El proyecto de Prebisch asignaba una gran importancia al saneamiento de la situación bancaria para que el Banco Central comenzara a funcionar sin tropiezos ni limitaciones. El proyecto de Niemeyer no contenía recomendaciones de esta naturaleza. - El proyecto de Prebisch creaba la inspección de bancos como dependencia del Banco Central, con facultades para examinar la situación de las entidades bancarias, atendiendo a la preocupación por el buen funcionamiento de las mismas. Niemeyer, en cambio, sólo sugería que se exigiera a los bancos la presentación de balances al Banco Central. - El proyecto de Prebisch dotaba al Banco Central de un instrumento de absorción de fondos sobrantes en el mercado, para actuar en el progreso cíclico. El de Niemeyer no contemplaba instrumentos de esta naturaleza. - En el proyecto de Niemeyer se proponía la elevación de la tasa de redescuento del Banco Central cuando la proporción de la reserva monetaria con respecto a los billetes fuera inferior al 33%. El proyecto de Prebisch no contenía esta medida restrictiva. - El proyecto de Prebisch incorporaba al Banco Central el manejo del control de cambio para permitirle un mejor manejo de la economía frente a fluctuaciones externas indeseables. El de Niemeyer, en cambio, carecía de tal instrumento. El Banco Central quedó constituido como una entidad de capital mixto, la mayoría de cuyo directorio se elegía por los bancos accionistas y con un mercado grado de prescindencia política en su conducción. Finalmente, el Banco Central comenzó sus actividades en junio de 1935. Otra de las instituciones controvertidas creadas en esos años fue el Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias. Para su funcionamiento se destinaron 700 millones de pesos resultantes de la reevaluación del oro transferido de la Caja de Conversión al Banco Central. El instituto se fundó para hacerse cargo de los créditos que algunos bancos no podían cobrar debido a la crisis y que los podían arrastrar a la quiebra. Esos créditos caían bajo la denominación de activos congelados de los bancos, por oposición a los activos liquidables. El Instituto procuraba auxiliar al Banco de la Nación y a bancos comerciales que se hallaban en dificultades, por considerar que ello perjudicaba el interés público. La política fiscal La política fiscal sufrió a partir de 1933 una serie de transformaciones en diversos aspectos. El más novedoso fue un significativo aumento del gasto, que se relacionó con un importante crecimiento de la inversión pública y la creación de los organismos reguladores. Con respecto a las inversiones, debe destacarse el importante programa de construcción de caminos que, además de incrementar el nivel de empleo, estimuló la demanda de automotores y camiones, agudizando la declinación 13 SEMANA 4 MÓDULO 3 de los ferrocarriles. El desarrollo del automotor constituyó un importante avance de los capitales norteamericanos. El aumento del gasto implicaba un serio problema para el gobierno, sensiblemente afectado por el descenso del comercio exterior a causa de la crisis. Por eso, la política apuntó a captar mayores recursos de las actividades internas. El impuesto a los réditos fue, quizá, la medida más conocida, ya que constituía una novedad, más política que económica, al gravar las ganancias de los ciudadanos y de las empresas. El impuesto a los réditos fue implantado por decreto ley de enero de 1932 y tuvo que esperar hasta mediados de ese año para su aprobación legislativa. Paralelamente, se creó, para su efectivización, la Dirección General del Impuesto a los Réditos. Tardíamente, en relación con el resto del mundo, se sancionaba un impuesto a la renta en la Argentina. El resultado de la reforma tributaria fue un gran incremento de la recaudación, que mejoró paulatinamente la situación fiscal hasta el rebrote de la crisis de 1938, cuando la caída de las rentas nacionales y una política fiscal expansiva para atenuar las tendencias recesivas originaron de vuelta un déficit significativo. La reforma tributaria en los años 30, incluyó la creación de un impuesto a las transacciones, sustituido en diciembre de 1934 por el impuesto a las ventas. También se unificaron los impuestos internos, centralizándose la recaudación en la administración nacional para tratar de evitar la doble tributación. Esta misma ley instaló un régimen de coparticipación de impuestos. Las provincias cedían así al gobierno la percepción de tributos propios. 3.6 Cambios en la sociedad moderna Movimiento obrero y peronismo Entre 1930 y 1935 la capacidad de resistencia de los sectores populares se vio disminuida, pero la situación cambio a partir del último año. La movilización de los trabajadores y los cambios en la organización sindical (incremento de la actividad huelguística), demandaron una progresiva atención del estado. En consecuencia, el Departamento Nacional del Trabajo paso a constituirse en un mediador importante en la resolución de los conflictos laborales y en la introducción de procedimientos para otorgar un marco más orgánico a las relaciones laborales. A principios de 1943, el gobierno de Castillo resolvió la creación de una Comisión Asesora de Salarios, que debía establecer las condiciones existentes en cada sector productivo para adecuar los salarios a las fluctuaciones del costo de vida. El movimiento obrero fue seriamente afectado por el golpe de estado de 1943. El nuevo gobierno combinó las medidas represivas con algunas disposiciones 14 SEMANA 4 MÓDULO 3 tendientes a mejorar la situación social de los trabajadores. No obstante, este intento no dio los resultados esperados. La oportunidad para el cambio se presentó en octubre de 1943, cuando designaron a Perón al frente del Departamento Nacional del Trabajo. La Unión Ferroviaria fue el escenario elegido por Perón para poner en práctica la nueva política. Como resultado de esas prácticas comenzó a gestarse una nueva relación entre el movimiento obrero y el estado. La creación de sindicatos paralelos fue otra estrategia empleada por Perón para asegurar su éxito, desplazando a los gremios dirigidos por opositores. Mientras que mediante su política laboral Perón ganó creciente apoyo entre los obreros paulatinamente se incrementó la oposición patronal a su política. Los obreros percibieron que si no se movilizaban no sólo no lograrían nuevas mejoras, sino que perderían las obtenidas hasta ese momento. La movilización del 17 de octubre de 1945 en apoyo de perón marcará el punto culminante de aproximación entre el líder militar y el movimiento obrero. Partidos políticos El levantamiento militar del 4 de junio de 1943 fue recibido por el espectro político y la sociedad con moderado optimismo. Los partidos políticos comenzaron a organizarse internamente confiados en que las nuevas autoridades fijarían a la brevedad la fecha de elecciones. Sin embargo, el gobierno militar suspendió las elecciones presidenciales previstas para septiembre, mantuvo el estado de sitio decretado por el gobierno anterior, restringió las libertades públicas, prohibió la actividades comunistas y decreto la disolución de todas las agrupaciones políticas. A principios de 1945, el gobierno militar se manifestó dispuesto a normalizar institucionalmente el país. Ante la presión opositora, en agosto de 1945, el gobierno concreto la convocatoria electoral. Un objetivo común unía a la oposición: alejar del poder a Perón y a su política social. Por su parte, Perón decidió apuntalar su propio proyecto. Su apoyo electoral se constituyo sobre las bases de dos sectores: el Partido Laborista, integrado por diversos dirigentes sindicales fortalecidos por los acontecimientos del 17 de octubre, y la UCR Junta Renovadora, formada por personalidades provenientes del radicalismo. A esa coalición se unieron elementos salidos del nacionalismo católico, del forjismo y conservadurismo. La elección presidencial mostró un electorado casi dividido por mitades. Mientras los obreros urbanos, los migrantes internos y el grueso de los trabajadores rurales había brindado su apoyo a Perón, patronos urbanos y rurales, sectores de la clase media, profesionales, empleados y trabajadores socialistas y comunistas apoyaban a la Unión Democrática. Organizaciones empresariales 15 SEMANA 4 MÓDULO 3 La Sociedad Rural Argentina apoyó el golpe de estado de 1930, pero poco tardó en presionar al gobierno de Justo, cuyo resultado fue el controvertido pacto Roca-Runciman. En 1942, la SRA participó de la acción opositora contra el gobierno de Castillo. Junto con otras entidades empresariales tradicionales organizó el Comité de Defensa Económica criticándola política económica impuesta bajo el lema propuesto por la UIA: “Basta de impuestos”. La SRA se manifestó dispuesta a colaborar con el gobierno militar en 1943. En noviembre, se decretó la rebaja de los arrendamientos, la prórroga de los contratos que vencieran en 1944-1945 y la suspensión de los juicios de desalojo pendientes, medidas destinadas a favorecer a los arrendamientos agricultores. La SRA planteó una abierta oposición a estas disposiciones, lo que marcó el primer conflicto grave entre el régimen militar y los ganaderos. Otra área de conflicto se generó a partir de la política laboral de la Secretaria de Trabajo y Previsión. Al año siguiente, la oposición de la SRA al gobierno militar recrudeció. La Unión Industrial Argentina también apoyo el golpe de 1930. El envío de la Misión Roca para negociar las cuotas de carnes para exportar al Reino Unido pareció abrir un conflicto entre la UIA y el gobierno. Los industriales temían que se sacrificara a la industria manufacturera como medio para mejorar el comercio de ganados y cereales argentinos. A fines de 1933, la UIA se define a favor de las medidas del equipo económico encabezado por Pinedo, ya que defendía y estimulaba el trabajo en el país. Entre 1942 y 1943, la UIA desplegó un discurso nacionalista. Sostuvo la necesidad de independizar a la economía del país de los condicionantes externos. Reivindicó el autoabastecimiento del país y enfatizó sus orientaciones hacia el mercado interno. Las relaciones de la UIA con el gobierno militar al principio fueron auspiciosas. Sin embargo, a fines de 1944, comenzó el cuestionamiento de la política social desarrollada por Perón. Además, el gobierno, a instancias de Perón, planteaba convertir a la UIA en la contrapartida de una CGT. Esto contribuyó a la ruptura de las relaciones. La Confederación de Asociaciones Rurales de la Provincia de Buenos Aires y La Pampa fue fundada en 1932. Reunía a los criadores de ganado y consiguió movilizar a muchos productores medianos. Eran adversos a la expansión industrial, ya que decían que la industria era un sector artificial no creador de riquezas y consideraban a los industriales sus verdaderos rivales. 3.7 El proceso de industrialización Como consecuencia de la crisis, la producción se contrajo bruscamente. Sólo hacia 1933, el sector manufacturero empezó a cobrar impulso. 16 SEMANA 4 MÓDULO 3 A las características favorables (tamaño de mercado, concentración urbana, oferta de trabajo) se le añadían las medidas implementadas para solucionar los problemas de la balanza comercial, fundamentalmente el aumento de los aranceles y aforos, la devaluación cambiaria y la operatoria de la oficina de control de cambios, que generaban una mayor protección frente a la competencia externo y estimulaban el ingreso de capitales desde el exterior. La política de ‘’comprar a quien nos compra’’ afectó significativamente a las exportaciones norteamericanas. Si los EEUU no querían perder su participación en el mercado argentino, debían trasladar parte de sus procesos de producción al país. En este terreno encontraban condiciones favorables. La evolución de los precios relativos del sector industrial contribuía a conformar una tasa de rentabilidad atractiva, que se complementaba con una gran estabilidad del salario real y una creciente disponibilidad de mano de obra por la inmigración de trabajadores del campo a la ciudad. Otro importante estímulo fue que durante la década del 30 se desarrolló un intenso pan de construcción de caminos que sustentó el crecimiento de la construcción y de las industrias proveedoras de insumos intermedios. El crecimiento industrial El impacto de la crisis había sido negativo para el sector. Recién en 1933 se inició la recuperación, que redujo la capacidad ociosa y alentó, una nueva ola de inversiones. Si bien, las tasas de crecimiento no superaron el ritmo alcanzado en los años 20, hubo dos rupturas con respecto al pasado. 1) Hasta la década del 30, los estímulos para el crecimiento no se originaban en el desenvolvimiento industrial. A partir del 1933, la industria se convertirá en uno de los sectores impulsores del crecimiento económico del país. 2) Se produjo una importante transformación en la estructura de la producción, que aceleró el proceso de sustitución por importaciones. Ciertas actividades relacionadas con insumos locales (los textiles) y la metalurgia liviana lograron recuperar peso en la estructura industrial, provocando una fuerte contracción de las importaciones. Este núcleo incluye las actividades que podríamos denominar de ‘’sustitución fácil de importaciones’’, compuestas por bienes de consumo, que reducían el peso del déficit comercial con el exterior, contribuían a canalizar una porción de la renta agraria a través de inversiones industriales y hacían posible disminuir la dependencia de las fluctuaciones de los mercados externos. La expansión de la industria textil satisfacía la creciente demanda del mercado interno, permitiendo el empleo como materia prima de lana y algodón producidos localmente y cuyos mercados internacionales se encontraban afectados por la crisis. 17 SEMANA 4 MÓDULO 3 El sector de automotores se convirtió también en un factor de crecimiento. Estimulaba a la producción de caucho para neumáticos, la industria de la construcción de carreteras y las firmas familiares de producción de repuestos. Otro sector cuya aparición en escala importante fue el de maquinarias y artefactos eléctricos, como cables y lámparas. La evolución de la inversión industrial La crisis contrajo las tasas de inversión. No obstante, entre 1933 y 1935 y entre 1936 y 1937 se observaron dos importantes saltos ascendentes que denotan un renovado dinamismo. Las tasas de inversión muestran una proporción creciente de recursos destinados a la obtención de maquinarias y equipos y un descenso tanto relativo como absoluto de la inversión en construcciones e instalaciones. Estos saltos deben tanto a la acción del estado como a una importante corriente de inversiones extranjeras. Numerosas empresas del exterior, tanto norteamericanas como europeas, se radicaron en Argentina. Hacia 1935, la mayor parte de la industria Argentina era de propiedad extranjera. No toda la inversión industrial se debía al ingreso de capitales extranjeros. También diversos grupos nacionales contribuyeron a sustentar la expansión industrial. Se destaca un segmento de pequeños y medianos emprendimientos surgidos de las clases bajas y medias de origen inmigrante radicadas en el país desde fines del siglo pasado y de los nuevos inmigrantes de clase media. La industria y los problemas regionales El Gran Buenos Aires se convirtió en el centro de localización industrial por varios motivos, entre los que se destacaban la existencia de un mercado numeroso, concentrado y con buen poder adquisitivo, abundancia de mano de obra, fácil acceso y una gran infraestructura. La concentración económica y financiera ocasionaba también una concentración de las actividades culturales y una mejor calidad de vida, que descendía dramáticamente al alejarse de Buenos Aires. Sobre esta base se inició el proceso de industrialización, que se apoyaba en estos desequilibrios. El grueso de la industria nacional se localizó en BS AS y en algunos centros urbanos al tratar de aprovechar los factores ya mencionados. Los límites de la industrialización Tanto la década de 1920 como la de 1930 se caracterizaron por un intenso crecimiento industrial. Si bien los datos cuantitativos eran muy alentadores, un análisis cuantitativo pone de manifiesto la fuerza limitada de la industria de la época. Desde el punto de vista microeconómico, los déficits de las nuevas industrias resultaban significativos. En primer lugar, los productos con que se iniciaba la sustitución de importaciones eran frecuentemente copias de un diseño extranjero rezagado con respecto al desarrollo tecnológico internacional vigente. En segundo, el equipamiento físico de las plantas estaba compuestos por maquinas usadas, con un alto grado de obsolescencia física y tecnológica. 18 SEMANA 4 MÓDULO 3 Por otra parte, abundaban los criterios extraeconómicos en la búsqueda y contratación de personal calificado y en la compra de maquinarias. También se practicaba el auto-financiamiento empresario frente a la falta de un mercado de capitales organizado. A pesar de la industrialización, se seguían realizando otras actividades rurales, es por eso que se dice que la industrialización era un agrupamiento sofisticado de los intereses agropecuarios, que se complementaba con la expansión de un conjunto de firmas multinacionales, responsables en la instalación de industria no tradicional como la automotriz y la química. Pero el proyecto no contemplaba convertir a la Argentina en una potencia industrial. Por lo tanto, la estructura industrial poseía ciertos vacíos. Esos vacíos preanunciaban que la continuación del crecimiento industrial y su complejidad profundizarían su dependencia con el exterior e impactarían en forma negativa sobre la balanza comercial debido a la importación de bienes de capital. Por esta vía se cerraba también el desarrollo tecnológico generando una dependencia tecnológica. Por eso, los límites políticos-sociales derivaban en límites técnicos, financieros y comerciales que contribuían a trabar el crecimiento industrial. 3.8 Segunda Guerra Mundial Causas de la guerra 1. La primera guerra mundial y los tratados de paz: Temor a una nueva guerra destructiva y rechazo de los tratados de paz. Alemania-Italia. 2. La crisis mundial de 1929-1930: desempleo y descontento social; fortalece los regímenes autoritarios en Europa central y oriental y en el extremo oriente (militarismo japonés); acentúa el nacionalismo económico, la falta de cooperación internacional y las políticas expansionistas. 3. El aislacionismo norteamericano y las políticas pacifistas de Gran Bretaña y Francia. 4. Las políticas expansionistas del fascismo: Mediterráneo, Europa Oriental y el militarismo japonés (“esfera de prosperidad” en Asia). 5. El programa de Hitler y del nazismo: destrucción del acuerdo de Versalles; la construcción del “espacio vital” (explotación de Europa oriental). Dominio económico de países europeos. Depuración racial. Consecuencias de la guerra 1. Pérdidas de población: 40 millones de muertos (bajas militares y civiles). Más civiles que militares (políticas de exterminio). 35 millones de heridos. 2. Desplazamiento de la población. Los casos más graves Alemania, Checoslovaquia y Polonia. 3. Destrucción de activos de capital: por combates, bombardeos y devastaciones deliberadas. Destrucción de capital social. Viviendas. 20% en Alemania, Polonia y Grecia, 6 al 9% en Francia, GB y Países Bajos, 5% en Italia, Déficit habitacional. 19 SEMANA 4 MÓDULO 3 4. Sistemas de transporte; dañados o interrumpidos: más de la mitad de los puentes del Ferrocarril, material móvil. Colapso del sistema ferroviario. Puertos cerrados o destruidos. Flota mercante 61% de la de preguerra. 5. Equipo industrial y edificios dañados por el trabajo continuo, falta de mantenimiento. Las pérdidas fueron desiguales. Más graves en el carbón, acero y energía. 6. Desequilibrio de industrias de bienes de consumo y las de bienes de producción. Aspecto positivo: los aumentos de capacidad productiva. 7. Agricultura: perjudicada por el daño a la tierra, destrucción y saqueo de equipo y pérdidas de ganado. Más grave en Polonia y Rusia. Pérdida de la fertilidad. Pérdida de capital circulante y ganado. En 1945: paralización industrial y comercial, caída de la agricultura, interrupción de comunicaciones, déficits presupuestarios y escasez de divisas. En el conflicto bélico se enfrentaron dos grupos de naciones: por un lado, los aliados, encabezados por EE. UU., Gran Bretaña y la Unión Soviética (principales países capitalistas del campo democrático y la nación que había realizado una revolución anticapitalista); y por otro, los integrantes del Eje nazi-fascista, conformado por Alemania, Japón, Italia y los otros regímenes satélites. Durante el conflicto la producción mundial creció, pero existieron diferencias entre los países. Las ramas vinculadas a alimentar el aparato militar se destacaron, pero los bienes de consumo decrecieron o se mantuvieron estables. El conflicto mundial dio un nuevo impulso al desarrollo industrial de los países latinoamericanos, iniciado en los años 30. En vísperas de la finalización de la guerra, los países aliados, prácticamente vencedores, fueros preparándose para la construcción de un nuevo orden mundial. Tres cuestiones estaban en juego: la quiebra del sistema multilateral de comercio y pagos basado en el patrón oro vigente hasta la crisis de 1929, la guerra en sí y quién ganaba realmente la guerra en el terreno económico. Esta problemática comenzó a definirse cuando se reunieron en Bretton Woods los representantes de 44 países, para aprobar, en julio de 1944, la creación del FMI y el BIRF (hoy Banco Mundial). En ese contexto se presentaron dos planes monetarios alternativos: el plan White (EE.UU.) y el plan Keynes (Inglaterra). El plan White, que finalmente fue aprobado, establecía la primacía de los EE.UU. sobre el sistema monetario internacional. El gobierno de Ortiz declaró la neutralidad el 4 de septiembre de 1939, dado que la guerra estaba localizada en Europa. En enero de 1944, el gobierno de Ramírez se vio obligado a romper las relaciones con los países del Eje. La política de neutralidad había durado 4 años con los gobiernos conservadores y 8 meses con los militares. Bibliografía • Rapoport, M. cap 3. 20 SEMANA 5 MÓDULO 4 SEMANA 5 MÓDULO 4 ECONOMIA ARGENTINA UNIDAD 4 0 SEMANA 5 MÓDULO 4 UNIDAD 4 LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) En 1943 un grupo de militares nacionalistas dio un golpe de estado y derrocó al presidente Castillo. Dentro de este grupo se destacó el coronel Juan Domingo Perón, quien, desde la secretaría de Trabajo y Previsión, llevó adelante una política tendiente a mejorar la legislación laboral y social (vacaciones pagas, jubilaciones, tribunales de trabajo). El apoyo popular a Perón lo condujo al gobierno en las elecciones de 1946. Fue reelecto en 1952, luego de la sanción de una nueva Constitución en 1949. Durante sus dos presidencias (1946-1952 y 1952-1955) Perón se convirtió en el líder del movimiento peronista e impulsó una política que combinaba el impulso de la industria, el empleo, las comunicaciones y los transportes, con la acción social desarrollada por Eva Perón, su esposa, quien dirigió la Fundación Eva Perón y fundó el Partido Peronista femenino, luego de la extensión a las mujeres del derecho al sufragio. La acción social se manifestó a través de la construcción de hospitales, escuelas, hogares para niños y ancianos, y ayuda económica para los más pobres. Durante la segunda posguerra, la situación económica fue muy favorable para el país y permitió al gobierno mejorar sustancialmente las condiciones de los trabajadores. Por otra parte, el gobierno restringió las libertades públicas, monopolizó los medios de información y limitó la acción de la oposición. La relación entre esta y el gobierno fue progresivamente conflictiva y violenta. En 1954, se sumó un fuerte enfrentamiento de Perón con la Iglesia. En 1955, toda la oposición se unió para apoyar el golpe militar que derribó a Perón. Poco después, se restableció la Constitución de 1853. Presidente PERÓN, Juan Domingo PERÓN, Juan Domingo Periodo Fin del mandato 1946-1951 Concluye 1951-1955 Depuesto Nacimiento – fallecimiento Vicepresidente 1895-1974 QUIJANO, Hortensio TEISSAIRE, Alberto 1 SEMANA 5 MÓDULO 4 4.1 El contexto internacional Los EE.UU. emergieron de la Segunda Guerra Mundial como potencia dominante del escenario internacional. Los países europeos se enfrentaron a los problemas derivados de la reconstrucción de sus economías y a la perspectiva de restaurar un sistema multilateral de pagos. En un principio el FMI se encargaba de otorgar préstamos a los países deficitarios. Cada país debía aportar al FMI una cuota que se calculaba de acuerdo a su producto bruto y con su participación en el comercio mundial y esa cuota determinaba el derecho a voto. Los grandes desequilibrios que presentaba la economía mundial al finalizar la guerra, hicieron que el FMI quedara circunscripto a cuestiones vinculadas a la restauración y reacomodamiento del comercio internacional, mientras que el financiamiento internacional quedo a cargo del BIRF. Este abandonó rápidamente el apoyo a la reconstrucción europea para dedicarse exclusivamente al financiamiento al desarrollo, cambiando su denominación a Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD) y luego, Banco Mundial (BM). En cuanto a los intentos por restablecer el comercio mundial, los EE.UU. convocaron en 1946 y 1047 dos reuniones en Londres y Ginebra. En octubre de 1947 se logró la firma de un Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) que involucraba alrededor de 50.000 productos junto a la reducción de las barreras arancelarias. El proyecto de instituir una Organización Internacional de Comercio (OIC) establecía disciplinas para el comercio mundial, normas en materia de empleo, convenios sobre productos básicos, prácticas comerciales restrictivas, inversiones internacionales y servicios. La carta fue aprobada pero no ratificada por algunas legislaturas nacionales, entre ellas EE.UU. donde predominaban las corrientes proteccionistas, lo que marcó el fin de la OIC hasta su establecimiento en 1995. Los objetivos económicos vinculados a la reconstrucción europea junto con la estrategia políticamente mundial de EE.UU., dio origen en 1947, al Plan Marshall, que consistió esencialmente en apoyar la transferencia de mercancías, dado que del total de créditos y donaciones entre mediados de 1948 y mediados de 1952, más del 80% correspondía a ese fin. La ayuda se hizo para beneficiar a los integrantes de la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE), y los créditos se autorizaban conjuntamente en el marco de un organismo multilateral: la Unión Europea de Pagos (UEP). El Plan Marshall produjo resultados favorables en la primera etapa de su implementación, entre 1948 y 1949 y fue decisivo en la división del mundo en dos bloques: los países que participaron en él conformaron el bloque occidental, mientras que los que se sumaron a las economías centralmente planificadas de la Unión Soviética formaron parte del bloque oriental. 2 SEMANA 5 MÓDULO 4 La reforma monetaria que sentaba las bases para la reconstrucción de Alemania Occidental mediante el Plan Marshall fue el pretexto para que la Unión Soviética bloqueara a Berlín Occidental. A este hecho se asocia el comienzo de la Guerra Fría, cuya expresión política y estratégica fue el surgimiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 1949 y cuya partida militar fue el Pacto de Varsovia, firmado por los países del mundo socialistas. La Guerra Fría significo la división del mundo en dos bloques contrapuestos, el capitalismo (liderado por EE.UU.) y el socialista (encabezado por la Unión Soviética), y se caracterizó por el clima de tensión existente entre las superpotencias que llevo al mundo al borde de la guerra nuclear. Las características principales de la Guerra Fría fueron la carrera armamentista, la lucha ideológica y los enfrentamientos armados en diversas partes del mundo. Un proceso importante en este periodo fue el de la descolonización de los imperios coloniales aun subsistentes y el de la progresiva inserción en la economía y en la política mundial de los “países del Tercer Mundo”. Los países latinoamericanos fueron excluidos del Plan Marshall y vieron decrecer su participación en la economía mundial. Otro rasgo, fundamental en la economía europea de posguerra, fue el de la intervención del estado en las cuestiones económicas y sociales, bajo el influjo de las ideas keynesianas. La intervención se produjo a través de tres vías: las nacionalizaciones, la planificación y la creación de instituciones que establecerán el llamado “Estado de Bienestar”. 4.2 El primer gobierno de Perón (1946-1952) El fenómeno histórico del peronismo en su primero gobierno ha sido interpretado por algunos como un régimen político derivado de las características personales de su principal dirigente. Pero el peronismo, reflejaba tendencias económicas, nacionalistas, industrialistas y de reforma social, presentes en América Latina y en el conjunto de los países periféricos. La aparición de Perón en la escena política argentina fue la lógica consecuencia de un proceso que los viejos actores no estaban en condiciones de controlar y los nuevos no supieron aprovechar. Perón advirtió lo que estaba en juego y tuvo que armar su propia fuerza política. El nuevo presidente decidió asegurar su éxito electoral apoyándose en el respaldo mayoritario que le habían dado los sectores populares y, en particular, los trabajadores. El control de la justicia se constituyó en otro objetivo del gobierno peronista. La Corte Suprema de Justicia constituía un baluarte opositor y era notoria la vinculación de sus miembros con el antiguo régimen conservador. Perón considero que la justicia debía acompaña el desenvolvimiento social, por lo que promovió el juicio político con la intención de remover a los jueces de la Corte. El debate del juicio político duro diecisiete horas y culmino, en abril de 3 SEMANA 5 MÓDULO 4 1947, con la destitución de cuatro de los miembros de la Corte y del procurador general de la Nación. Luego de este proceso se destituyo a muchos otros jueves. De esta manera, Perón se aseguró la lealtad política de la justicia. Durante las dos gestiones presidenciales, el gobierno peronista llevó adelante quince intervenciones federales, once de las cuales fueron por decreto. El triunfo electoral de 1946 le permitió contar con una holgada mayoría de representantes en la Cámara de Diputados y con la totalidad de los miembros del Senado. A partir de 1948, y particularmente desde 1951, la burocratización del Parlamento fue evidente. El Poder Ejecutivo acentuó su control sobre los representantes del pueblo. El gobierno consideró que para legitimar el intervencionismo económico y social era necesaria la reforma de la Constitución liberal de 1853. La Convención Nacional Reformadora deliberó durante casi dos meses, a principios de 1949, aprobando una serie de reformas. La imposición de la reelección presidencial, resultó una reforma que acompañó a otras modificaciones sustanciales del espíritu y objetivos de la Constitución del 53. En el terreno político, consagraron a un estado de características autoritarias que expandió sus potestades en desmedro de los derechos individuales y de la autonomía de los movimientos sociales. En el campo social, se perfilo un estado de corte igualitarista. Los nuevos preceptos constitucionales impulsaban la redistribución de la riqueza a favor de los sectores asalariados, se incorporaron cláusulas que establecían los derechos especiales del trabajador, de la familia, de la ancianidad y de la educación y la cultura. Se regulaba el mercado de trabajo institucionalizando el conjunto de organismos y dispositivos sociales, sindicales, salariales, provisionales, etc., impulsados desde el estado a partir de 1943. Pero, se excluyó el derecho de huelga. El art. 40 consagró el monopolio estatal del comercio de importación y exportación, la explotación de los servicios públicos y la propiedad inalienable e imprescindible de la Nación sobre sus recursos públicos. Otras cláusulas establecían la función social de la propiedad, el capital y la actividad económica. El gobierno concentró los medios de comunicación e información para ejercer presión propagandística en favor del peronismo y la persona de Perón. En la relación entre el gobierno peronista y los militares pueden distinguirse dos fases. Hasta 1949, el gobierno trató de neutralizarlas políticamente intentando reavivar el sentido de profesionalismo y restaurando la disciplina. Pero la vinculación entre las autoridades y el ejército comenzó a agrietarse durante la crisis económica de 1949. Hacia 1950, la sensación de malestar adquirió proporciones significativas en algunos sectores de las Fuerzas Armadas. Dos grupos de oficiales rivalizaban 4 SEMANA 5 MÓDULO 4 para conducir un golpe militar: Eduardo Lonardi y Benjamín Menéndez. Lonardi declinó la conducción del golpe, por lo que asumió el mando Menéndez, que contó con la colaboración de importantes figuras de los partidos políticos de la oposición. El golpe se precipitó para anticiparse a la inminente reelección de Perón en los comicios de noviembre de 1951. Varias razones determinaron su fracaso: la renuncia de Evita a su candidatura, la planificación inadecuada y la ejecución deficiente del golpe. Hacia fines de 1951, Perón tenía un firme control de la institución militar. Las elecciones nacionales del 11 de noviembre de 1951 significaron una rotunda victoria peronista. La fórmula oficialista Perón- Quijano, casi duplico los votos del binomio radical opositor, Balbín- Frondizi. Un hecho novedoso contribuyo al éxito electoral peronista. Impulsado por Eva Perón, en 1947 una ley otorgó la posibilidad de voto a las mujeres, universalizando el derecho al sufragio. La demora en aplicar esta disposición fue aprovechada por Evita para organizar el Partido Peronista Femenino y reforzar el apoyo a Perón en las elecciones presidenciales de 1951. 4.2.1 El origen del peronismo El Partido Peronista se constituyó cuando Perón se encontraba en el ejercicio de su primer mandato presidencial. Su creación respondió a la necesidad de superar las rencillas internas entre los componentes del frente que lo respaldó en las elecciones presidenciales. Fundado en diciembre de 1947, su jefatura fue ejercida por Perón. El peronismo se organizó para mantener el poder. El peronismo estaba destinado a superar a los viejos partidos y a estructurar una escena política novedosa. Pero entre esta concepción y su práctica política surgió una tensión. Por un lado, el peronismo aspiraba a involucrar a la totalidad de los argentinos tras las banderas de una “Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana”. Por el otro, “la constante identificación del movimiento peronista con la nación no era fácilmente conciliable con el normal funcionamiento de un sistema pluralista de partidos”. Perón gobernó casi prescindiendo de su partido. Las masas lo apoyaban electoralmente a él, y no al Partido Peronista. 4.2.2 Política social La política social del peronismo contribuyó decisivamente a su arraigo entre los sectores populares, en general y la clase obrera, en particular. En su concepción, la justicia social significaba la redistribución del ingreso en favor de los sectores más desposeídos e implicaba mucho más que el incremento de los salarios nominales. Entre los “gastos sociales” realizados podemos mencionar: una vasta legislación laboral que incluía indemnizaciones, vacaciones pagas, disposiciones sobre horas de trabajo, etc.; un conjunto de 5 SEMANA 5 MÓDULO 4 instituciones benéficas, como la Fundación Eva Perón; la ampliación del acceso a la vivienda propia y la elevación general de la dotación sanitaria y educativa. Los salarios reales experimentaron un apreciable crecimiento. Se generalizó el sistema de jubilación y en 1948, de acuerdo a la ley 13.478, se estableció un fondo especial para pensionar a toda persona de escasos recursos, mayor de sesenta años, no amparada por ningún sistema de jubilación. La Fundación Eva Perón fue creada en 1948, y era financiada por el estado y por donaciones de trabajadores y empresarios, aunque estas últimas no siempre voluntarias. Si bien a través de su Fundación, Evita canalizo el afecto de los “descamisados” y construyo un vehículo poderoso de propaganda política, la ayuda social prestada contribuyo al mejoramiento de la calidad de vida de los sectores postergados de la población. La política de viviendas fue una de las realizaciones más significativas del gobierno peronista. El Banco Central facilitó gran parte de los recursos al Banco Hipotecario Nacional que no sólo hizo más fluido el otorgamiento de créditos hipotecarios, sino que rebajó los intereses. La política de salud constituyó otro capítulo especial de la gestión peronista. En pocos años la infraestructura hospitalaria creció logrando duplicar el número de camas entre 1946 y 1951, construyéndose 21 hospitales, además, la lucha contra las enfermedades endémicas fue un objetivo principal. Los recursos destinados a la educación también crecieron, especialmente a través de la construcción de escuelas primarias y secundarias. Hubo un énfasis especial en la enseñanza técnica de los oficios y artes manuales a los trabajadores. En el ámbito universitario, en noviembre de 1949 se decretó la eliminación de los aranceles. Perón aspiraba a integrar todos los niveles de educación en un sistema único bajo el control directo del estado. Las escuelas se transformaron en herramientas difusoras y laudatorias de la obra del gobierno mediante la lectura obligatoria de textos que apuntaban al adoctrinamiento político de los niños y jóvenes. 4.2.3 El primer plan quinquenal (1947-1952) El Plan Quinquenal de gobierno, debía establecer la orientación económica del país en el periodo 1947-1952. Esto se hizo teniendo en cuenta una serie de pautas por las que el estado debía asumir las tareas de: - - Determinar las necesidades previsibles de materias primas de origen nacional, combustibles, energía eléctrica, maquinarias, transporte y verificar el estado y grado de eficiencia de los sistemas de producción, explotación y distribución de esos elementos. Establecer un programa mínimo de cinco años de obras e inversiones y desarrollar racionalmente la industria y agricultura del país. Descentralizar la industria y diversificar la producción. 6 SEMANA 5 MÓDULO 4 El Primer Plan Quinquenal estableció objetivos ambiciosos y vagos, que cumplió en forma parcial. En sus puntos esenciales se planteaba: - - - - La transformación de la estructura económico-social por la expansión industrial. La reducción de los factores de vulnerabilidad externa a través del rescate de la deuda externa pública y privada y la nacionalización de los servicios públicos. La elevación del nivel de vida de la población mediante una redistribución de la riqueza y un plan general de obras y servicios públicos referidos a sanidad, educación y vivienda. El empleo de parte de las ganancias generadas por los términos de intercambio favorables de que gozaba el país, junto con las reservas de oro y divisas acumuladas durante la guerra, para la financiación del programa. El mantenimiento de una política nacionalista frente a los organismos internacionales de la posguerra. Una amplia movilización de los recursos nacionales, la aceleración de la capitalización industrial, el fomento de la creación de un importante mercado de consumo interno y máxima utilización de la fluidez brindada al sistema bancario, para independizarse de las fluctuaciones de la balanza de pagos. El proyecto carecía por completo de prioridades y su orientación general no traspasaba las fronteras que los conservadores más progresistas de la década anterior ya habían explorado. Quedaba claro que el dinamismo esperado recaía sobre el sector de la industria liviana y sobre el mercado interno. Las industrias livianas al ser menos intensivas en capital, requieren una menor demanda de ahorro y permiten un mayor volumen de empleo, no necesitan gran ayuda tecnológica desde el exterior y las deficiencias en infraestructura, transporte, comunicaciones y oferta de mano de obra calificada se hacían sentir menos. La característica central del proceso de sustitución de importaciones durante el peronismo (hasta 1952) fue el desarrollo de la sustitución de importaciones de bienes de consumo no durable, es decir, “sustitución de importaciones fácil”. 4.2.4 La distribución del ingreso La política de ingresos del peronismo era vista como un medio para el crecimiento sostenido de la producción dentro del sistema capitalista. El estado debía jugar un papel de esencial importancia, estableciendo un conjunto de normas de regulación que apuntaban a morigerar la lucha entre capitalistas y asalariados por la distribución del excedente, evitando, por un lado, que una distribución asimétrica del ingreso generara una crisis de subconsumo y, por el otro, un aumento excesivo de salarios disminuyera la tasa de ganancia de tal manera que redujera ostensiblemente la inversión y frenara el ritmo de acumulación del capital. 7 SEMANA 5 MÓDULO 4 El interés en la industrialización y en el sostenimiento de la demanda efectiva se conjugaban en una política de ingresos que apuntaba en dos direcciones complementarias. La primera era una redistribución del ingreso desde el capital hacia el trabajo. La segunda, desde el sector agropecuario hacia las actividades urbanas, que sostenía tanto el salario real como las tasas de rentabilidad de los industriales. En ambos casos, las trasferencias se instrumentaban tanto de manera directa (régimen de convenios colectivo de trabajo, establecimiento de salarios mínimos, introducción del sueldo anual complementario, vacaciones anuales pagas, régimen de jubilaciones y pensiones) como por medio de una modificación de los precios relativos (fijación de precios máximos, retraso progresivo del tipo de cambio, control de los precios de los productos agropecuarios por medio del IAPI). En el periodo 1949-1952, el modelo entró en crisis producto de un importante brote inflacionario que superó la tasa de aumento de los salarios nominales. La recuperación económica en 1953 permitió una nueva alza del salario real. El mejoramiento de la condición social de los trabajadores contrastó con el estancamiento de la situación de sectores de la clase media. En términos comparativos, la clase media fue menos beneficiada. La redistribución del ingreso tenia mayor impacto sobre las categorías de menores ingresos. Las transferencias de ingresos de las actividades rurales a las urbanas permitían un incremento de los salarios reales sin afectar de manera importante al sector industrial. Esta política dependía sobremanera de la capacidad del sector agrícola para sostenerla. En este aspecto, el proyecto se benefició extraordinariamente de la especial coyuntura de la posguerra, en la que los precios internacionales se encontraban muy por encima de los habituales. Sin embargo, las condiciones favorables de la economía comenzaron a revertirse a partir de 1949, obligando al gobierno a replantear esta estrategia. 4.2.5 La expansión del estado La nacionalización de múltiples empresas tuvo un papel muy importante sobre la evolución del sector público y del conjunto de la economía. En el corto plazo, interesa analizar la afectación de fondos para la adquisición de esas empresas. En el largo plazo, la ampliación y mejora de los servicios públicos pasa a depender por completo de las decisiones del gobierno, la inversión pública tiene un efecto inductor o disuasor sobre la inversión privada y el estado cobra influencia directa en la evolución de los agregados macroeconómicos, en la distribución del ingreso y en la generación de empleo. Además, sus nuevas funciones incrementan la influencia de las políticas públicas en la orientación sectorial y regional de la producción. Las propias compañías extranjeras estaban interesadas en desprenderse de sus activos en Argentina, porque percibían que su ciclo ya estaba agotado. El papel del estado como empresario no sólo devino en las nacionalizaciones, también se reflejó en la creación de nuevas empresas y a la expansión de otras 8 SEMANA 5 MÓDULO 4 ya existentes. El transporte aéreo y naval fue uno de los sectores que concentraron la atención estatal. La movilización de fuentes naturales de energía desaprovechada fue uno de los objetivos centrales del gobierno. Creó varias direcciones generales dependientes de la Dirección Nacional de Energía. También se instalaron usinas térmicas en distintos lugares del país. En materia agraria, el gobierno creó el Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (IAPI), controlando directa e indirectamente, la producción total del país y el ahorro nacional. El IAPI se constituyó, en el único comprador de los cereales y oleaginosas, a los precios de adquisición fijados por el Estado y, luego de separar una parte para el consumo interno, procedía a vender los saldos exportables. El IAPI negociaba directamente con los representantes de las entidades estatales de los países compradores. En contrapartida, retribuía a los productores con dinero argentino calculado al valor oficial, implicando, una sistemática transferencia de ingresos desde el campo hacia las actividades urbanas en general, hecho que produjo un largo y áspero conflicto entre las organizaciones agropecuarias y el gobierno. En el orden interno, el IAPI tenía las siguientes funciones: 1. Comerciales: compraba a los productores los cereales que luego exportaba y también las carnes, cueros y cebos. 2. Financieras: otorgaba fondos a las reparticiones públicas para las compras de bienes de capital. 3. Regulador del mercado interno: compraba en el mercado interno aquellos productos elaborados que no encontraban colocación, establecía el margen de beneficios del sector industrial, fijaba los precios de las mercaderías, compraba excedentes de sobreproducción, adquiría materias primas. 4. De promoción y fomento: entregaba créditos sin obligación de devolución, campañas para el fomento de la producción agropecuaria, ventas de productos a menor precio en zonas perjudicadas, venta de productos a precios de costo a la industria local. 5. Abastecimiento: importaba y distribuía en el mercado interno. 6. Subsidiaria: a ciertos productos de consumo masivo para mantener el nivel del salario. Mientras que, en el orden externo: 1. Comerciales: colocar nuestro producto en el mercado internacional, firmaba convenios comerciales. 2. Financieras: otorgó financiamiento a países extranjeros para realizar compras en el mercado argentino. 3. Asesoramiento y control: al poder ejecutivo en la tramitación y firma de los convenios internacionales de carácter comercial y el posterior control del cumplimiento de las convenciones. 9 SEMANA 5 MÓDULO 4 El IAPI fue uno de los principales instrumentos de la política económica del gobierno de Perón. Sus recursos sostuvieron la política de nacionalizaciones y ampliación de los servicios públicos, el fenómeno de la industrialización y la adquisición de productos importados. Ejercía también el control del uso de las divisas a través de tipos de cambio múltiples, permisos de importación y fijación de cuotas. 4.2.6 Las nacionalizaciones En 1945, se nacionalizó el servicio de gas en la Capital Federal y, entre 1947 y 1948, el estado adquirió varias compañías de gas en la provincia de Buenos Aires y extendió la red con nuevos centros de distribución, procurando transformarla en un servicio social y rebajando las tarifas en un 30%. En 1946, la empresa The United River Plate Telephone Company Ltd., pasaba a manos del estado por la suma de 95 millones de dólares. La adquisición fue acompañada de un convenio por el que la ITT proveería asistencia técnica y materiales de renovación telefónica por el termino de diez años. En diciembre de 1946, fueron adquiridos los ferrocarriles de capital francés, operación pequeña, por el escaso volumen de esas empresas. En 1947, se adquirieron los ferrocarriles británicos por 150 millones de libras esterlinas. El importe de ventas iba a ser provisto por los saldos bloqueados en Londres (130 m.), y el resto, por los excedentes en la balanza comercial. El precio de adquisición de los ferrocarriles fue motivo de fuertes críticas, defendido por el estado porque permitía el control del sistema tarifario y por la incorporación de una serie de empresas de transporte, eléctricas, de aguas corrientes, compañías de tierras e inmobiliarias, hoteles, frigoríficos, tiendas de distinto tipo, edificios y terrenos en todo el país que pertenecían a las compañías ferroviarias. La nacionalización de los puertos significó la incorporación al patrimonio estatal de muelles, embarcaderos, depósitos, elevadores, silos, grúas, locomotoras portuarias, vagones, pontones, vías férreas y guinches. En marzo de 1946, el gobierno de Farrell, sustituyó el directorio mixto del Banco Central, por otro de carácter enteramente nacional, encabezado por Miguel Miranda. De esta forma, el BCRA quedaba nacionalizado. El decreto nacionalizaba también los depósitos realizados en los bancos privados. Se estableció, la garantía del estado de todos los depósitos efectuados tanto en bancos oficiales como privados. De esta forma, se logró un control eficaz del destino del crédito y su asignación a los sectores escogidos por la estrategia gubernamental. La fijación de la tasa de interés, difería según el destino del crédito, recibiendo la industria un apoyo particular. Bibliografía • Rapoport, M. cap. 4. 10