Ezra Booth Isaac Morley y Ezra Booth se encontraban entre los misioneros que habían sido llamados. Ambos habían asistido a la conferencia y habían sido ordenados, y ahora se les había designado para que viajaran como compañeros. Ezra Booth había sido un respetado predicador metodista en el noreste de Ohio. Su conversión generó polémica entre sus amigos y conocidos, que se lamentaban de que se hubiera unido a los “mormonitas”. Booth tuvo una fuerte impresión de que debía unirse a la nueva fe. “Las impresiones de mi mente eran profundas y potentes”, recordaba, “y me sentía apasionado hasta un punto que me resultaba extraño”. Pero cuando llegó el momento de marcharse en junio de 1831, Booth había empezado a dudar. Las manifestaciones espirituales recibidas durante la conferencia no cumplieron sus expectativas, y se sintió molesto porque José Smith y Sidney Rigdon se habían marchado a Misuri en un carromato, mientras que él e Isaac tenían que recorrer a pie todo el trayecto con el calor veraniego, predicando por el camino. La revelación recibida el 1 de agosto (Doctrina y Convenios 58) indicaba a los misioneros que debían dedicar el terreno, pero señalaba que Sion sería edificada únicamente “después de mucha tribulación”. La revelación reprendía a aquellos que, como Ezra Booth, habían murmurado quejándose. “Dicen en su corazón: Esta no es la obra del Señor, porque sus promesas no se cumplen”. Les advertía que “su recompensa yace abajo, y no es de arriba”. El 8 de agosto se subieron a canoas en dirección a Saint Louis. El río Misuri era muy conocido por la dificultad de navegar por él. El viaje estuvo lleno de contención para los élderes. El agotamiento, el calor y el traicionero río Misuri los tenían con los nervios crispados. En su tercer día de navegación, algunas de las canoas se quedaron atrapadas entre los troncos de los aserraderos, que amenazaban con hundir las canoas y poner en peligro la vida de quienes no sabían nadar. Después de llegar sanos y salvos a la orilla, siguieron con las quejas. Aunque era muy capaz de crear contención por él mismo, Ezra Booth la toleraba muy poco en los demás. Posteriormente, comentó con sarcasmo: “Estos son los líderes de la Iglesia, la única Iglesia en la tierra que el Señor aprueba”. Una revelación (Doctrina y Convenios 62) les amonestaba así: “… continuad vuestro viaje. Congregaos en la tierra de Sion; y efectuad una reunión y regocijaos juntos, y ofreced un sacramento al Altísimo”. Ezra Booth, por el contrario, decidió volver lo antes posible en lugar de predicar por el camino, de acuerdo con la revelación anterior. Él y algunos de sus compañeros recorrieron el resto del camino hasta Ohio en barco y en carruaje. Poco después de regresar a Ohio, Ezra Booth se separó de la Iglesia de una manera muy pública. Como su experiencia no cumplió sus expectativas sobre el aspecto de Sion o sobre la forma en que José Smith debía comportarse, primero flaqueó y luego abandonó su fe. A diferencia de Ezra Booth, Isaac Morley dejó de criticar y cambió su forma de ver las cosas. La revelación continúa con la voz del Señor: “He perdonado a mi siervo Isaac”.