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Mycobacterium

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MYCOBACTERIUM
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Mycobacterium
1. ¿Qué propiedades importantes distinguen Mycobacterium de otros géneros de bacilos
grampositivos?
2. ¿Por qué se halla infectada por M. tuberculosis una tercera parte de la población mundial?
3. ¿Qué poblaciones se hallan en riesgo de infección por M. avium o M. fortuitum?
Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es
E
l género Mycobacterium (tabla 25-1) está formado por
bacilos aerobios inmóviles y no esporulados con un tamaño
de 0,2 a 0,6 × 1 a 10 !m. En algunos casos, estos bacilos
forman filamentos ramificados; sin embargo, éstos pueden
romperse con facilidad. La pared celular es rica en lípidos, lo
que hace que su superficie sea hidrofóbica y confiere a las micobacterias resistencia frente a muchos desinfectantes y frente
a las tinciones habituales de laboratorio. Cuando han sido
teñidos, los bacilos tampoco se pueden decolorar con las soluciones ácidas, motivo por el que reciben el nombre de bacilos
ácido-alcohol resistentes. La mayoría de las micobacterias se
dividen lentamente y los cultivos requieren una incubación de
hasta 8 semanas antes de que se detecte crecimiento porque la
estructura de la pared celular es compleja y el microorganismo
tiene unos requerimientos de crecimiento estrictos.
Las micobacterias son una causa muy importante de morbilidad y mortalidad, especialmente en los países con recursos
sanitarios limitados. En la actualidad, se han identificado más
de 150 especies de micobacterias, muchas de las cuales están
asociadas a enfermedad en el ser humano (tabla 25-2). A pesar de la abundancia de especies micobacterianas, los grupos o
las especies que se enumeran a continuación causan la mayor
parte de las infecciones en el ser humano: M. tuberculosis,
M. leprae, complejo M. avium, M. kansasii, M. fortuitum,
M. chelonae y M. abscessus.
FISIOLOGÍA Y ESTRUCTURA
DE LAS MICOBACTERIAS
Las bacterias se clasifican en el género Mycobacterium en
función de 1) su capacidad de ácido-alcohol resistencia, 2) la
presencia de ácidos micólicos con 70 a 90 átomos de carbono
y 3) un elevado contenido (61%-71%) de guanina + citosina
(G + C) en su ácido desoxirribonucleico (ADN). Aunque
otras especies de bacterias pueden ser ácido-alcohol resistentes (p. ej., Nocardia, Rhodococcus, Tsukamurella, Gordonia),
se tiñen con menor intensidad (ácido-alcohol resistencia
parcial) y las cadenas de sus ácidos micólicos son más cortas.
Las micobacterias poseen una pared celular compleja y
rica en lípidos (fig. 25-1). Esta pared celular es la responsable
de muchas de las propiedades características de las bacterias
(p. ej., su ácido-alcohol resistencia, crecimiento lento, resistencia a detergentes, resistencia a los antibióticos antibacterianos frecuentes y la respuesta inmunitaria del hospedador:
© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
antigenicidad). La estructura básica de la pared celular es característica de las bacterias grampositivas: una membrana citoplásmica interna cubierta con una gruesa capa de peptidoglucanos
y carente de membrana externa. No obstante, la estructura de
la pared celular micobacteriana es notablemente más compleja
que la de cualquier otra bacteria grampositiva. En la membrana
plasmática se anclan proteínas, manósido de fosfatidilinositol
y lipoarabinomanano (LAM). El LAM presenta una relación
funcional con los liposacáridos O antigénicos presentes en
otras bacterias. También se detectan otros lípidos, glucolípidos
y peptidoglucolípidos. Los componentes lipídicos representan
el 60% del peso de la pared celular. A lo largo de las capas
de la pared celular se intercalan proteínas transportadoras y
porinas, las cuales constituyen el 15% del peso de la misma. Las
proteínas constituyen antígenos importantes a nivel biológico ya
que estimulan la respuesta inmunitaria celular del paciente. Se
usan preparaciones parcialmente purificadas de estos derivados
proteicos (derivados proteicos purificados o PPD) como pruebas de reactividad cutánea para determinar la exposición a
M. tuberculosis. Se han empleado preparaciones similares de
otras micobacterias como reactivos específicos cutáneos.
Las características de crecimiento y morfológicas de las colonias se utilizan en la identificación preliminar de las micobacterias. Como se ha expuesto previamente, M. tuberculosis y otras
especies relacionadas (conocidas como complejo M. tuberculosis)
son bacterias de crecimiento lento. Las colonias de estas bacterias
no están pigmentadas o tienen un color beis (fig. 25-2). Las otras
micobacterias, que actualmente se denominan «micobacterias
no tuberculosas» o MNT, fueron clasificadas inicialmente por
Runyon en función de la velocidad de crecimiento y la pigmentación (tabla 25-2). Las micobacterias pigmentadas producen
carotenoides intensamente amarillos que se pueden estimular
por la exposición a la luz (organismos fotocromógenos; fig. 25-3)
o producirse en ausencia de luz (organismos escotocromógenos).
La clasificación de Runyon de las MNT está formada por cuatro
grupos: fotocromógenos de crecimiento lento (p. ej., M. kansasii, M. marinum); escotocromógenos de crecimiento lento
(p. ej., M. gordonae, un microorganismo no patógeno que se aísla
con frecuencia); micobacterias no pigmentadas de crecimiento
lento (p. ej., M. avium, M. intracellulare), y micobacterias de
crecimiento rápido (p. ej., M. fortuitum, M. chelonae, M. abscessus). Los métodos que se emplean en la actualidad para la detección e identificación rápida de las micobacterias han reducido la
importancia de este esquema. A pesar de ello, un Mycobacterium
pigmentado o de crecimiento rápido no se debería confundir
nunca con M. tuberculosis.
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MICROBIOLOGÍA MÉDICA
Tabla 25-1 Micobacterias relevantes
Tabla 25-2 Clasificación de micobacterias
patógenas seleccionadas para el ser humano
Microorganismo
Origen histórico
Mycobacterium
myces, hongo; bakterium, pequeña barra (bacilo
semejante a un hongo)
M. abscessus
abscessus, relativo a los abscesos (origina la
formación de abscesos)
Complejo M. tuberculosis
M. tuberculosis
Patógeno estricto
Frecuente
M. avium
avis, relativo a las aves (provoca una enfermedad
tuberculoide en las aves)
M. leprae
Patógeno estricto
Infrecuente
M. chelonae
chelone, tortuga
M. fortuitum
fortuitum, fortuito, accidental (en referencia a su
papel como patógeno oportunista)
M. haemophilum
haema, sangre; philos, amante (amante de la
sangre; en referencia a la necesidad de sangre
o hemina para su desarrollo in vitro)
Complejo M. avium
Generalmente patógeno
Frecuente
M. kansasii
Generalmente patógeno
Frecuente
intra, interior; cella, pequeña habitación (en
el interior de las células; en referencia a la
localización intracelular de esta micobacteria)
M. marinum
Generalmente patógeno
Infrecuente
M. simiae
Generalmente patógeno
Infrecuente
kansasii, oriundo de Kansas (donde se aisló por
primera vez el microorganismo)
M. szulgai
Generalmente patógeno
Infrecuente
M. genavense
Generalmente patógeno
Infrecuente
M. intracellulare
M. kansasii
Microorganismo
Patogenicidad
Frecuencia
en EE.UU.
M. africanum
Patógeno estricto
Rara
M. bovis
Patógeno estricto
Rara
M. bovis (cepa BCG)
Patógeno ocasional
Rara
Micobacterias no tuberculosas de crecimiento lento
M. leprae
lepra, relativo a la lepra (causante de lepra)
M. haemophilum
Generalmente patógeno
Infrecuente
M. marinum
marinum, relativo al mar (bacteria asociada a agua
dulce y agua salada contaminadas)
M. malmoense
Generalmente patógeno
Infrecuente
M. tuberculosis
tuberculum, pequeña tumefacción o tubérculo; osis,
caracterizado por (caracterizado por tubérculos;
en referencia a la formación de tubérculos en los
pulmones de los pacientes infectados)
M. ulcerans
Generalmente patógeno
Infrecuente
M. scrofulaceum
Patógeno ocasional
Infrecuente
M. xenopi
Patógeno ocasional
Infrecuente
Micobacterias no tuberculosas de crecimiento rápido
M. abscessus
Patógeno ocasional
Frecuente
M. chelonae
Patógeno ocasional
Frecuente
M. fortuitum
Patógeno ocasional
Frecuente
M. mucogenicum
Patógeno ocasional
Infrecuente
Figura 25-1 Estructura de la pared celular micobacteriana. Consta de (A) membrana plásmica, (B) peptidoglucano, (C) arabinogalactano,
(D) lipoarabinomanano con cabeza de manosa, (E) proteínas asociadas a la membrana plasmática y a la pared celular, (F) ácidos micólicos y (G) moléculas
de glucolípidos de superficie asociados a los ácidos micólicos. (Modificado de Karakousis y cols.: Mycobacterium tuberculosis cell wall lipids and the host
immune response, Cell Microbiol 6:105-116, 2004.)
MYCOBACTERIUM
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Figura 25-2 Colonias de Mycobacterium tuberculosis en agar
de Löwenstein-Jensen después de 8 semanas de incubación. (De Baron
EJ, Peterson LR, Finegold SM: Bailey and Scott's diagnostic microbiology,
9.ª ed., St. Louis, 1994, Mosby.)
Figura 25-3 Colonias de Mycobacterium kansasii en agar de Middlebrook; el pigmento se desarrolla después de una breve exposición a la luz.
MYCOBACTERIUM TUBERCULOSIS
infecciosas alcanzan los alvéolos, donde son digeridas por los
macrófagos alveolares. A diferencia de la mayor parte de las
bacterias fagocitadas, M. tuberculosis impide la fusión del
fagosoma con los lisosomas (al inhibir la molécula de unión
específica, el autoantígeno endosómico temprano 1 [EEA1]).
El fagosoma es capaz de fusionarse a otras vesículas intracelulares para facilitar el acceso del patógeno a nutrientes y su
proceso de replicación intravacuolar. Las bacterias fagocitadas
(cuadro 25-1)
Patogenia e inmunidad
M. tuberculosis es un patógeno intracelular capaz de producir infecciones de por vida. En el período de exposición,
M. tuberculosis ingresa en las vías respiratorias y las partículas
CUADRO 25-1
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Resumen de Mycobacterium tuberculosis
Biología, virulencia y enfermedades
Diagnóstico
Bacilos aerobios, grampositivos débiles y fuertemente
ácido-alcohol resistentes
Pared celular rica en lípidos, lo que hace al microorganismo
resistente a desinfectantes, detergentes, antibióticos
antibacterianos frecuentes, la respuesta inmune
del hospedador y tinciones tradicionales
Capaz de crecimiento intracelular en los macrófagos
alveolares inactivados
La enfermedad depende fundamentalmente de la respuesta
del hospedador frente a la infección
La infección primaria es pulmonar
La diseminación a otras localizaciones ocurre
fundamentalmente en pacientes inmunodeprimidos
Epidemiología
La prueba cutánea de tuberculina y las pruebas de liberación
de IFN-" son indicadores sensibles de la exposición
al microorganismo
La microscopia y el cultivo son sensibles y específicos
La detección directa mediante sondas moleculares es
relativamente insensible excepto en las muestras positivas
para microorganismos ácido-alcohol resistentes
La identificación se basa con mayor frecuencia en la utilización
de sondas moleculares específicas de especie
Tratamiento, prevención y control
Universal; un tercio de la población mundial está infectada
por este microorganismo
Hay 9 millones de casos nuevos cada año y 2 millones de muertes
La enfermedad es más frecuente en el Sudeste Asiático,
África Subsahariana y Europa del Este
Hubo algo más de 11.000 nuevos casos en EE.UU. en 2010
Las poblaciones con mayor riesgo de padecer la enfermedad
son los pacientes inmunodeprimidos (fundamentalmente
los infectados por VIH), los alcohólicos y los adictos
a drogas, los vagabundos y aquellos que están expuestos
a otros individuos infectados
El ser humano es el único reservorio natural
La transmisión de una persona a otra ocurre a través
de aerosoles infectados
INH, isonicotinil hidrazina; VIH, virus de la inmunodeficiencia humana.
Se necesitan pautas con múltiples fármacos y cursos
de tratamiento prolongados para prevenir la aparición de
cepas resistentes a fármacos
Isoniacida (INH), etambutol, pirazinamida y rifampicina
durante 2 meses seguidos de 4 a 6 meses de INH
y rifampicina u otras combinaciones alternativas
de antimicrobianos
La profilaxis de la exposición a la tuberculosis puede
incluir INH durante 6-9 meses, rifampicina durante
4 meses; la pirazinamida y el etambutol o el levofloxacino
se utilizan durante 6-12 meses después de estar expuesto
a M. tuberculosis multirresistente
Inmunoprofilaxis con el bacilo de Calmette-Guérin (BCG)
en los países endémicos
El control de la enfermedad se hace con vigilancia activa,
medidas profilácticas y terapéuticas y un control
exhaustivo de cada caso
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MICROBIOLOGÍA MÉDICA
Figura 25-4 Incidencia de infecciones por Mycobacterium tuberculosis en EE.UU., 1982-2010.
también pueden eludir la destrucción mediada por los macrófagos con la formación de intermediarios reactivos del
nitrógeno creados entre el óxido nítrico y los aniones superóxido al catabolizar catalíticamente los oxidantes generados.
Los macrófagos secretan interleucina 12 (IL-12) y factor
de necrosis tumoral ! (TNF-!) en respuesta a la infección por
M. tuberculosis. Estas citocinas aumentan la inflamación
localizada al reclutar linfocitos T y células citolíticas espontáneas (NK) hacia las zonas de los macrófagos infectados,
incluida la diferenciación de los linfocitos T en linfocitos TH1
(linfocitos T cooperadores) con la consiguiente secreción de
interferón " (IFN-"). Cuando existe IFN-", los macrófagos
infectados se activan, lo que aumenta la fusión entre los
fagosomas y los lisosomas y la destrucción intracelular. El
TNF-# estimula la producción de óxido nítrico y los intermediarios reactivos del nitrógeno relacionados, lo que potencia
la destrucción intracelular. Los pacientes con una producción
disminuida de IFN-" o TNF-# o que sufren defectos en los
receptores para estas citocinas tienen un mayor riesgo de
sufrir infecciones graves por micobacterias.
La eficacia de la eliminación bacteriana depende en parte
del tamaño del foco de infección. Los macrófagos alveolares,
las células epitelioides y las células gigantes de Langhans
(células epitelioides fusionadas) con las micobacterias intracelulares forman el núcleo central de una masa necrótica
que se rodea de una pared densa de macrófagos y de linfocitos T CD4, CD8 y NK. Esta estructura, que se llama
granuloma, impide la diseminación posterior de las bacterias.
Si en el momento en que los macrófagos son estimulados
hay una pequeña carga antigénica, el granuloma es pequeño
y las bacterias son destruidas con mínimo daño tisular; sin
embargo, si hay muchas bacterias, los grandes granulomas
necróticos o caseosos se vuelven encapsulados con fibrina que
de modo eficaz protegen las bacterias de la destrucción por
los macrófagos. Las bacterias pueden permanecer latentes
en esta fase o se pueden reactivar algunos años más tarde,
cuando disminuye la respuesta inmunitaria del paciente
como consecuencia de la edad o por una enfermedad o un
tratamiento inmunodepresor. Este es el motivo de que la
enfermedad pueda no desarrollarse hasta etapas tardías de
la vida en pacientes expuestos a M. tuberculosis.
Epidemiología
Aunque la tuberculosis se puede producir en primates y en animales de laboratorio como las cobayas, el ser humano constituye
el único reservorio natural. La enfermedad se transmite por contacto estrecho de una persona con otra mediante la inhalación de
aerosoles infecciosos. Las partículas grandes quedan atrapadas
en las superficies mucosas y son eliminadas por la acción de los
cilios del árbol respiratorio. Sin embargo, las partículas pequeñas
que contienen de uno a tres bacilos tuberculosos pueden llegar
hasta los alvéolos y comenzar una infección.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que
una tercera parte de la población mundial presenta una infección por M. tuberculosis. En este momento se producen casi
9 millones de casos nuevos y 2 millones de muertes por M. tuberculosis anualmente (es decir, una muerte cada 20 segundos).
Las regiones de máxima incidencia son el África Subsahariana,
el Sudeste Asiático y Europa del Este. En EE.UU. la incidencia
de tuberculosis ha disminuido de forma progresiva desde 1992
(fig. 25-4). En 2010 se comunicaron algo más de 11.000 casos y
casi el 60% de las infecciones afectaron a personas extranjeras.
Otros grupos de población con riesgo elevado de enfermedad
por M. tuberculosis son las personas «sin techo», los alcohólicos,
los drogadictos, los reclusos y los individuos infectados por el
virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Puesto que es
difícil erradicar la enfermedad en estos pacientes, la diseminación de la infección a otros grupos de población, como los
profesionales sanitarios, constituye un importante problema de
salud. Esta circunstancia es especialmente cierta en los casos
de M. tuberculosis mutirresistente, ya que los pacientes que
reciben un tratamiento inadecuado pueden constituir un foco
de infección durante períodos de tiempo prolongados.
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