UNIVERSIDAD ANDINA SIMÓN BOLÍVAR MAESTRÍA GERENCIA PARA EL DESARROLLO ASIGNATURA: Marco Legal de la gestión local ENSAYO: Autonomía en Ecuador, de la definición a la práctica Profesor: Edison Toro Calderón Estudiante: Jeanneth Villarroel H. Quito DM, 22 de junio de 2015 La dinámica política, histórica e institucional de la república del Ecuador muestra en su senda a la definición de autonomía como un principio jurídico, del que mucho se espera, capaz de darle fuerza, estructura y eficacia a la administración pública, con la finalidad que responda oportunamente a las diversas y complejas expectativas nacionales. Desde su nacimiento el Ecuador se identificó como Estado Unitario con función ejecutiva, judicial y legislativa, cuyo ejercicio regía a todo el territorio nacional y también diseñó una estructura administrativa que represente territorialmente a las poblaciones que dieron inicio a su conformación y se responsabilicen de la gestión: departamentos, provincias, cantones y parroquias1. Al revisar los instrumentos jurídicos vigentes es visible que el ejercicio de autonomía tiene delimitaciones y especificaciones que muestran como se que mantienen vigentes disputas y contrapesos entre la administración central, los actuales Gobiernos Autónomos Descentralizados-GAD y la sociedad, y que éstos aún están en juego: El ejercicio del poder como base para constituir un Estado nacional, unitario y con una “visión única” del país que todos queremos, comprometido con el bien común. La modernización y fortalecimiento de la estructura institucional pública central y local para satisfacer las necesidades de la ciudadanía: que en las urbes mejora, aunque en las zonas rurales aún se evidencian brechas sensibles para el desarrollo del país. La participación de la ciudadanía en la construcción de “su propio desarrollo” a través de la representación democrática y su acción directa como sujetos de derechos en los aspectos trascendentes del espacio local y nacional. En este trabajo se hará una revisión de la normativa jurídica y algunos instrumentos de la política pública vigente que evidencian la situación de estos elementos de la sociedad: poder, estructura institucional y participación. En la perspectiva de este ensayo se encuentra el país que requiere un Estado que se administre en todos sus niveles con autonomía sobre la base de un acuerdo nacional por la integración democrática de los pueblos diversos, la optimización y redistribución de los escasos recursos entre los GAD y la aplicación plena de aquel artículo que inauguró nuestra constitución en el 2008: 1 Jorge Moreno hace una detallada revisión de las constituciones del Ecuador en la que visualiza la condición de Estado Unitario; hasta 1861 se propendió a mantener un equilibrio regional de representación en la función legislativa; en todas las constituciones las administraciones locales han mantenido como responsabilidad el adelanto de sus poblaciones a través de servicios básicos, tributos y vialidad. (Moreno Yánes 2003, 164-176) 1 Art. 1.- El Ecuador es un Estado constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico. Se organiza en forma de república y se gobierna de manera descentralizada. La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es el fundamento de la autoridad, y se ejerce a través de los órganos del poder público y de las formas de participación directa previstas en la Constitución. Los recursos naturales no renovables del territorio del Estado pertenecen a su patrimonio inalienable, irrenunciable e imprescriptible. (Asamblea Constituyente 2008, 17) Según describe Jorge Moreno2 a partir del origen por el interés: el Estado es una sociedad políticamente organizada con orden jurídico y que en busca el bien común. Sus elementos constitutivos son: el pueblo (núcleo humano organizado a través de normas y leyes), el territorio (al que se en circunscriben la validez del orden jurídico estatal, cuenta con fronteras y dimensiones); y el poder (juridicidad y fuerza: el pueblo debe actuar dentro de las normas, de no acatarse las reglas fijadas por la autoridad se aplicarán la fuerza para exigir obediencia y mantener el orden). Dentro de la organización del Estado para comprender el sentido de la autonomía se ha partido de la revisión bibliográfica, donde la definición nace en la etimología griega y se precisa luego su utilización en los ámbitos político y jurídico como una potestad para definir su legislación y organizar la gestión de sus ámbitos territoriales: auto y nomos, “uno mismo” y “ley”, significa en su sentido más estricto estar libre de la autoridad externa. La autonomía es un concepto moral, político y filosófico y, en función del contexto, puede tener diferentes connotaciones o significados. […] Dentro del ámbito político y jurídico, la autonomía se refiere a la facultad de los entes administrativos y organismos, dentro de la estructura constitucional de un estado, para darse leyes propias. Este concepto también se conoce como autonomía jurídica. Dentro del ámbito constitucional, una autonomía se refiere a la capacidad de las divisiones políticas y administrativas de un estado para gestionar sus asuntos internos de manera libre y directa. (Junta de Andalucía-UE 2015) Según lo expone Jorge Moreno la utilización del término autonomía desde la doctrina francesa refiere a la capacidad de autodeterminación de los órganos descentralizados, lo que significa que se habla de una descentralización administrativa. Complementa el Dr. Moreno la definición diciendo que: también involucra a la descentralización política; estructura común existente en los Estados unitarios en la búsqueda permanente de eficiencia operativa.3 El mismo autor hace referencia a que: la 2 (Moreno Yánes 2003) Revisión hecha por Jorge Moreno a partir de la Enciclopedia de la Política del Dr. Rodrigo Borja. (Moreno Yánes 2003, 142) 3 2 descentralización se inscribe en los regímenes institucionales modernos, que son establecidos a partir de una disputa permanente entre las fuerzas centralizadoras y descentralizadoras, y que va, de un lugar a otro, el equilibrio de fuerzas de acuerdo a los cambios sociales e históricos de una sociedad.4 Así también Sebastián Martín Retortillo Baquer hace referencia al proceso pendular de las fuerzas centralizadoras y descentralizadoras que inscribe una sociedad en la definición de la estructura política de su Estado, donde las tensiones entre el centro y la periferia se interpelan por las ausencias, desequilibrios, distancias y limitaciones de la acción pública que en el diseño de soluciones: deja en los pueblos aspiraciones insatisfechas: …desde posiciones centralizadoras, se instalan por el contrario fórmulas de distinto signo. Reivindicaciones frente al centralismo que, en buena parte, en un principio, seguirían históricamente en distintos países las huellas ideológicas de los legitimistas franceses. No obstante, en algunos casos, el debate sobre la descentralización sea impulsado también por fuerzas de muy distinto signo políticocabe citar al respecto el supuesto de los federalistas españoles-, un aunque siempre con carácter excepcional. […] Tendencias rectificadoras experimentadas por las distintas fórmulas de distribución territorial del poder. […] Se habla así de la descentralización política como limitación del poder, como cauce de participación y eficacia. (Retortillo Baquer 1997) La aplicación del principio de autonomía, para el caso ecuatoriano, se inscribe en un proceso transformador de la dinámica del Estado que busca desarrollar, a través de la descentralización, una mejor presencia de su accionar público, afirmando de esta forma su presencia estatal en cada uno de los territorios. Según el profesor Agustín Gordillo, citado por Moreno: “por la Descentralización la competencia se atribuye a un nuevo ente, separado de la administración central, dotado de personería propia y constituido por órganos propios que expresan la voluntad de ese ente.” (Moreno Yánes 2003, 138) En el contexto ecuatoriano para el análisis del principio de autonomía, enmarcado en la descentralización como parte de la reforma institucional del Estado, se revisa por orden de jerarquía lo que expone la Constitución 2008, los códigos orgánicos de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización; y Planificación y Finanzas Públicas como instrumentos jurídicos vigentes, el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2017 4 Por primera vez en la constitución del Ecuador de 1929 se hace referencia autonomía administrativa de los municipios en el artículo 141, dentro del régimen administrativo (división del territorio del Ecuador en provincias, cantones y parroquias –artículo 137) Ibíd., 172. 3 y el Plan Nacional de Descentralización 2012-2015 como herramientas de planificación del Estado y de obligatorio cumplimiento por parte del sector público. La Constitución aprobada en octubre del 2008 hace referencia a la autonomía como cualidad inherente a las personas, algunas instituciones y funciones, que se desarrolla en los siguientes títulos: I. Elementos Constitutivos del Estado, II. Derechos, IV. Participación y Organización del Poder, V. Organización Territorial del Estado, VI. Régimen de Desarrollo, VII. Régimen del Buen Vivir y IX. Supremacía de la Constitución. Desde los principios fundamentales en el artículo tres se hace referencia a la promoción del desarrollo territorial equitativo a través de la autonomía y descentralización; aunque en el siguiente artículo: se hace un llamado a la condición de inalienable, irreductible e inviolable del territorio nacional, por lo que no se debe atentar a su unidad y fomentar la secesión (artículo 4). En el ámbito de las personas se busca la autonomía personal de adultos mayores y personas con discapacidad (artículos 38 y 48 respectivamente). Sobre la base de la participación y organización del poder se fomenta de la participación individual y colectiva de ciudadanos y ciudadanas en la toma de decisiones y los asuntos públicos (artículo 95). En el ejercicio de la función judicial para la administración de justicia, defensoría pública y del pueblo, y transparencia, y en la función electoral: se define que en su funcionamiento contarán con autonomía, y se precisa algunas delimitaciones como la autonomía en el espacio: administrativo, económico y financiero, condición que debe facilitar los procesos de gestión, (artículos: 168, 191, 194, 206, 214, 217 y 235). La organización territorial del Estado junto con la puesta en marcha del Régimen de Desarrollo y el Buen Vivir precisan el ejercicio de la autonomía; siendo específico que puede ser en los ámbitos político, administrativo y financiero para los Gobiernos Autónomos Descentralizados-GAD para el eficaz ejercicio de sus competencias, la organización y ejecución del presupuesto público asignado y la consecución de los objetivos territoriales inscritos en la planificación nacional (Plan Nacional de Desarrollo), (artículos 238, 239, 245, 247, 293, 315, 346, 351 y 382). Llama la atención que para el sector educación se cuenta con una amplia descripción y argumentación en el articulado sobre el ejercicio de la autonomía educativa. 4 Finalmente se encuentra que para el funcionamiento de la Corte Constitucional, ésta gozará de autonomía administrativa y financiera, artículo 430. Gráfico 1 Títulos y capítulos de la Constitución del Ecuador donde se enuncia a la autonomía Constitución I. II. ELEMENTOS DERECHOS CONSTITUTIVOS DEL ESTADO •1° Principios fundamentales •3° Derechos de las personas y grupos de atención prioritaria IV. PARTICIPACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL PODER V. ORGANIZACI ÓN TERRITORIAL DEL ESTADO VI. VII. RÉGIMEN DE RÉGIMEN DESARROLLO DEL BUEN VIVIR •1° Participación en •1° Principios •4° Soberanía Democracia generales Económica •4° Función Judicial •2° Organización •5° Sectores y Justicia Indígena del Territorio Estratégicos, •5° Función de Servicios y Transparencia y Empresas Control Social Públicas •6° Función Electoral •7° Administración Pública •1° Inclusión y Equidad IX. SUPREMACÍA DE LA CONSTITUCIÓ N •2° Corte Constitucional Fuente: Constitución del Ecuador 2008 Elaboración: Jeanneth Villarroel H. El siguiente paso en el diseño de los instrumentos jurídicos fue la aprobación del Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización-COOTAD en 2010, el mismo que fue reformado en 2014. En este cuerpo normativo, previsto para que regule la organización territorial del Estado (Región, Distrito Metropolitano-no existente, Provincia, Municipio y Parroquia), su respectiva planificación, presupuestación y mecanismos de participación en los gobiernos autónomos descentralizados, el funcionamiento del Sistema Nacional de Competencias y el proceso de descentralización, se describe la autonomía y se precisa los ámbitos en que se ejercerá: Art. 5.- Autonomía.- La autonomía política, administrativa y financiera de los gobiernos autónomos descentralizados y regímenes especiales prevista en la Constitución comprende el derecho y la capacidad efectiva de estos niveles de gobierno para regirse mediante normas y órganos de gobierno propios, en sus respectivas circunscripciones territoriales, bajo su responsabilidad, sin intervención de otro nivel de gobierno y en beneficio de sus habitantes. Esta autonomía se ejercerá de manera responsable y solidaria. En ningún caso pondrá en riesgo el carácter unitario del Estado y no permitirá la secesión del territorio nacional. (Ecuador, Ley Reformatoria al Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización-COOTAD 2014, 29) 5 Se reitera el llamado de atención sobre evitar la secesión y se conmina al ejercicio de la autonomía con responsabilidad y solidaridad, se afirma el carácter unitario del Estado que se expresa en el artículo 3, principios: a) Unidad.- Los distintos niveles de gobierno tienen la obligación de observar la unidad del ordenamiento jurídico, la unidad territorial, la unidad económica y la unidad en la igualdad de trato, como expresión de la soberanía del pueblo ecuatoriano. La unidad territorial implica que, en ningún caso el ejercicio de la autonomía permitirá el fomento de la separación y la secesión del territorio nacional. La unidad económica se expresa en un único orden económico-social y solidario a escala nacional, para que el reparto de las competencias y la distribución de los recursos públicos no produzcan inequidades territoriales. Ibíd., 26. Gráfico 2 Ámbitos de la autonomía en el COOTAD autonomía política Capacidad de cada gobierno autónomo descentralizado para impulsar procesos y formas de desarrollo acordes a la historia, cultura y características propias de la circunscripción territorial. Se expresa en el pleno ejercicio de las facultades normativas y ejecutivas sobre las competencias de su responsabilidad; las facultades que de manera concurrente se vayan asumiendo; la capacidad de emitir políticas públicas territoriales; la elección directa que los ciudadanos hacen de sus autoridades mediante sufragio universal, directo y secreto; y, el ejercicio de la participación ciudadana. autonomía administrativa Pleno ejercicio de la facultad de organización y de gestión de sus talentos humanos y recursos materiales para el ejercicio de sus competencias y cumplimiento de sus atribuciones, en forma directa o delegada, conforme a lo previsto en la Constitución y la ley. autonomía financiera Derecho de los gobiernos autónomos descentralizados de recibir de manera directa predecible, oportuna, automática y sin condiciones los recursos que les corresponden de su participación en el Presupuesto General de Estado, así como en la capacidad de generar y administrar sus propios recursos, de acuerdo a lo dispuesto en la Constitución y la ley. Su ejercicio no excluirá la acción de los organismos nacionales de control en uso de sus facultades constitucionales y legales. Fuente: Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización, reforma 2014, artículo 5. Elaboración: Jeanneth Villarroel H. El artículo 124 hace hincapié sobre la finalidad de la autonomía como mecanismo que garantiza el desarrollo territorial por la acción pública-competencia: “La organización y ejercicio de las competencias deberá garantizar obligatoriamente la efectividad de la 6 autonomía política, administrativa y financiera de los gobiernos autónomos descentralizados.” Ibíd., 96. La autonomía financiera de los GAD se prevé en el COOTAD a través de lo expuesto en: Art. 172.- Ingresos propios de la gestión.- Los gobiernos autónomos descentralizados regional, provincial, metropolitano y municipal son beneficiarios de ingresos generados por la gestión propia, y su clasificación estará sujeta a la definición de la ley que regule las finanzas públicas. Son ingresos propios los que provienen de impuestos, tasas y contribuciones especiales de mejoras generales o específicas; los de venta de bienes y servicios; los de renta de inversiones y multas; los de venta de activos no financieros y recuperación de inversiones; los de rifas, sorteos, entre otros ingresos. Las tasas que por un concepto determinado creen los gobiernos autónomos descentralizados, en ejercicio de sus competencias, no podrán duplicarse en los respectivos territorios. La aplicación tributaria se guiará por los principios de generalidad, progresividad, eficiencia, simplicidad administrativa, irretroactividad, transparencia y suficiencia recaudatoria. Los gobiernos autónomos descentralizados parroquiales rurales se beneficiarán de ingresos propios y de ingresos delegados de los otros niveles de gobiernos. Ibíd., 119-120. En 2010 se aprobó el Código de Planificación y Finanzas Públicas,5 entre las temáticas que regula está la conformación de Consejos de Planificación de los GAD para que prevea la realización de los planes de desarrollo y ordenamiento territorial-PDyOT, Planes de Inversión y Presupuesto (artículos 28, 47 y 49). Sobre los mecanismos de financiación instruye el uso de recursos como la conformación de empresas públicas, endeudamiento, tributación y asignación de nuevas competencias (artículos 91, 94, 105 y 125). Los enunciados en la Constitución, así como en la legislación secundaria, especifican el ejercicio de la autonomía en los niveles subnacionales con las siguientes cualidades-limitaciones: administrativa, política y financiera, constituyéndose, de alguna manera, una manifestación de las disputas de poder persistentes entre el gobierno central y entre los mismos niveles subnacionales. Esta situación evidencia brechas de capacidades de gestión, que se expresan en demandas por mayores recursos; conflictos por el proceso de transferencia de competencias y las divergencias en el ámbito político entre el gobierno central y los gobiernos descentralizados. Adicionalmente la contribución de la ciudadanía, a través de la 5 (Ecuador, Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas 2010) 7 participación, no alcanza la expectativa creada a partir de la nueva función del Estado representada por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social que promueve la rendición de cuentas del poder público, ni tampoco en el ejercicio de las veedurías ciudadanas o espacios como la silla vacía, que en nivel local poco alcanzan a incidir en la toma de decisiones o la lucha contra la corrupción. Este contexto da cuenta de una realidad, con larga trayectoria, como lo expone Ortiz, y aunque esa lectura la hizo sobre un período de los 25 años antes del 2008, hay aspectos que son todavía recurrentes en el Estado actual: …si bien el texto propuesto tiene avances en términos del reconocimiento a las diversas entidades territoriales, la unificación del sistema de competencias, una primera propuesta de solución al vacío de gobierno intermedio, no logra, en cambio, resolver plenamente los problemas de la organización territorial del Estado. Es decir, si bien hay avances institucionales, muchos de los problemas quedan postergados y sujetos a negociaciones de carácter político, en un proceso futuro de legislación y reforma, en el que habrá que tomar en cuenta la correlación de fuerzas que exista entonces. […] Pese a los cambios legales, el Estado no ha sido capaz de descentralizarse. Se mantiene un esquema sectorialista, donde cada ministerio (Ejecutivo) hace lo que quiere, sin contar con la presencia de entidades que piensen las potencialidades del territorio. […] en la mayoría de organismos seccionales se mantiene un sistema jerárquico impermeable a la participación de la sociedad civil, toda vez que los intereses de las elites, el clientelismo y la corrupción requieren opacidad en el manejo de los recursos. (Ortiz 2008) La Constitución en el título que hace referencia al Régimen de Desarrollo expone la importancia que tiene para el funcionamiento del Estado el sistema nacional de planificación con carácter participativo y de obligatorio cumplimiento para la administración central y descentralizada (artículos del 276 al 280). En el período vigente el Plan Nacional de Desarrollo para el Buen Vivir 2013-2017 (PNBV) inscribe el principio de autonomía, nuevamente desde el ámbito de las personas y el desarrollo de capacidades tanto en los individuos como en los colectivos, en la sociedad y el Estado: El punto de partida de la libertad potencial que genera el trabajo es que la ciudadanía tenga la posibilidad de asegurar su propio sustento y autonomía. […] En un sentido emancipador, se trata de transformar las relaciones sociales existentes, de reequilibrar los tiempos sociales y de abolir la división sexual del trabajo. […] el rol del Estado como garante de derechos y como facilitador de procesos de cohesión social, de distribución de conocimientos y de redistribución de poder a la sociedad. (Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo 2013, 25) La planificación pública en la justificación de los objetivos nacionales de desarrollo manifiesta la crisis alrededor del poder y la definición del horizonte denominado: Buen 8 Vivir, junto con la necesaria transformación institucional que rectifique las inequidades, active la organización de la ciudadanía, promueva su participación que se integre a la acción colectiva; y afirma el respeto a la autonomía de las organizaciones de la sociedad: Las transformaciones estructurales planteadas para el periodo 2013–2017 solo serán posibles si paralelamente se transforman las relaciones de poder, pues la construcción del Buen Vivir es eminentemente un proceso político que implica la radicalización de la democracia, concebida también como democracia socioeconómica. […] El principal agente de acción colectiva es, sin lugar a dudas, el Estado; pero no es el único. El Gobierno ecuatoriano busca recuperar el Estado para la ciudadanía y, también, fomentar la acción colectiva de la propia sociedad. Se parte del respeto a la autonomía de las organizaciones sociales y se reconoce el papel del Estado para promover la participación social y ciudadana. Ibíd., 80 De los doce objetivos del Plan Nacional de Desarrollo, son especialmente el primero y el octavo los que centran sus metas y lineamientos políticos para en la transformación estatal ya que van a consolidar el Estado democrático y la construcción del poder popular y buscan consolidar el sistema económico social y solidario, de forma sostenible. Con este propósito se busca modificar la estructura del Estado, recuperar su presencia en los territorios y lograr la transformación de inequidades y el combate a la pobreza, como expresión de la desigualdad persistente. Se plantea como imprescindible el cambio de las instituciones públicas (gubernamentales y descentralizadas), el fortalecimiento de su accionar: en las capacidades de gestión y eficiencia6 como la racionalización de su presencia y procesos (desconcentración, descentralización y ejercicio de competencias). Además en el análisis del rol que han jugado en la estructura estatal las empresas públicas son notorias la ambigüedad e inquietud que se ha dado a entender con el “mal uso” del principio de autonomía y que en la planificación se busca clarificar: “para regular el concepto de autonomía –antes entendido como anarquía– y fomentar el desarrollo armónico a través de la inclusión de las empresas públicas para diferentes niveles de gobierno, a través de principios como la satisfacción de las necesidades básicas de sus habitantes, la utilización racional de los recursos naturales, la reactivación y desarrollo del aparato productivo y la prestación eficiente de servicios públicos con equidad social” Ibíd., 92. 6 La Agenda Sectorial de la Política señala que: La fortaleza en la implementación del proceso de descentralización, entre otros aspectos, se basa fundamentalmente en alcanzar la autonomía financiera de los Gobiernos Autónomos Descentralizados. (Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo 2013, 425) 9 Es importante visibilizar las definiciones que hace el PNBV, tanto sobre el espacio territorial como sobre las articulaciones entre el Estado central y descentralizado, ya que deberían constituirse en elementos a favor del diálogo democrático y la solución diversas controversias que se dan en la gestión pública cotidiana; ya que este instrumento de la política pública explica que: “La Estrategia Territorial Nacional considera el territorio como una construcción social de carácter multidimensional y dinámico. Permite articular la política pública nacional a las condiciones y características propias del territorio (continental, marino e insular). A partir de la identificación de las necesidades territoriales, permite desarrollar estrategias para cambiar las condiciones dadas y alcanzar el Buen Vivir en las distintas localidades del país.” Ibíd., 354 Otro elemento de la política pública relacionado con el ejercicio del principio de autonomía es el Plan Nacional de Descentralización-PND, elaborado para el período 20122015, documento que parte de una revisión al proceso de descentralización previo a la Constitución 2008. Se hace referencia a que no hubo una priorización y delimitación sobre las competencias descentralizables, se visualiza las limitaciones del proceso que no contó con: un modelo de gestión específico, institucionalidad y principios claros que asignen, evalúen, costeen y transfieran las competencias; y finalmente se hace referencia al ideario neoliberal que estuvo presente en el período de la Constitución 1998, la cual buscó desde esta perspectiva el eficiencia, la gobernabilidad y la descentralización. En el PND se describe el nuevo modelo de Estado a la luz del régimen de desarrollo establecido en la Constitución 2008, que en el caso ecuatoriano tiene como paradigma al Buen Vivir, se inscribe en un carácter democrático y busca trascender las capacidades para la planificación, regulación y control y redistribución, para consolidar un Estado policéntrico -que supere las diferencias y desigualdades territoriales-, y que corrige las ausencias en política pública e inversiones; estas condicionantes han dado como resultado “regiones ganadoras”, frente a la atomización de provincias y especialmente cantones y parroquias, que se han configurado como “regiones perdedoras”7. 7 Retortillo en su análisis sobre la distribución territorial del poder plantea y pensando en Iberoamérica plantea que: “las Administraciones locales en mayor o menor medida han continuado siendo en buena parte las hermanas pobres -y bastante de desheredas- en el concierto de los distintos Poderes públicos territoriales. (Retortillo Baquer 1997, 337-338) 10 En este sentido el PND plantea la que la autonomía fortalezca el rol del Estado frente a un equilibrio de poderes convocados a favor de toda la sociedad y reconoce el rol que tiene la ciudadanía a través de la participación en este proyecto político: El nuevo Estado ecuatoriano hace una apuesta por la búsqueda de su autonomía, es decir, a generar mecanismos capaces de sobrepasar los utilitarios intereses de los grupos económicos de poder y la mirada de grupos sociales centrados en la reivindicación de intereses concretos y parcializados. […] Dentro de ese marco, la Constitución de Montecristi representa la voluntad de cambio de la sociedad ecuatoriana, un cambio substancial que busca recuperar lo público, reconstituir el Estado, cambiar el régimen de desarrollo y fortalecer la participación ciudadana. (CONSEJO NACIONAL DE COMPETENCIAS - SENPLADES 2012) Según se ha podido observar el proceso de diseño y puesta en marcha del Estado ecuatoriano muestra las divergencias y limitaciones que perviven en el conjunto de pueblos y nacionalidades inscritos administrativamente en los GAD, dentro de lo cual la autonomía tiene un significado flexible ante las múltiples fuerzas sociales y ambivalente frente a la aspiración que busca fortalecer el Estado nacional; aunque también planifica la optimización y eficacia de los recursos de la gestión pública descentralizada en los territorios. Ante esta compleja realidad, cabe recordar lo expuesto por Kelsen y citado por Torres: “Kelsen relaciona a la autonomía con la descentralización y la democracia, cuando afirma que la descentralización es consecuencia de la democracia y si la democracia es el principio de la autodeterminación y por eso implica necesariamente que las normas sean creadas por los mismos que han de ser sus súbditos, con exclusión de todo influjo extraño.” (Torres Maldonado 2014, 18) . Frente a la planificación nacional del Buen Vivir se avizora una problemática sustancial a revolver: sobre la relación que debiera existir entre los objetivos definidos a nivel nacional y su articulación con las dinámicas locales que se proponen ejercer las competencias, designadas constitucionalmente, y poner en práctica la autonomía atribuida a los GAD. En este contexto es por demás indispensable plantear claridades en la territorialización del PNBV para: el diseño institucional que lo soportará, la dinámica de los procesos burocráticos, el involucramiento sustancial y eficaz de la participación ciudadana y la resolución democrática de los conflictos. En este sentido planteo, la necesidad sobre comprender al principio de autonomía como la cualidad que tiene una persona (ciudadanos y colectivos) o institución (centrales 11 y descentralizadas) para administrarse en busca de sus aspiraciones legítimas, fuertemente establecida sobre la base de un acuerdo nacional por la integración democrática de los pueblos diversos, la optimización y redistribución de los escasos recursos y la vigencia plena del Estado constitucional de derechos y justicia del Ecuador. Bibliografía Asamblea Constituyente. Constitución. Montecristi: Asamblea Constituyente, 2008. CONSEJO NACIONAL DE COMPETENCIAS - SENPLADES. Plan Nacional de Descentralización 2012-2015. Quito, 2012. Ecuador. Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas. Quito: Registro Oficial Nº 306, 22 de Octubre de 2010. —. Ley Reformatoria al Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización-COOTAD. Quito: Asamblea Nacional Legislativa, 2014. Junta de Andalucía-UE. Edukanda. 2015. http://www.edukanda.es/mediatecaweb/data/zip/694/XW08_72082_02450/web/mai n/m3/v3_1.html (último acceso: 7 de Junio de 2015). Moreno Yánes, Jorge. Hacia un Estado social de derecho y autonomías. Quito: PUDELECO EDITORES S.A., 2003. Ortiz, Santiago. «LA NUEVA CONSTITUCIÓN TERRITORIAL.» La Tendencia, 2008: 214-225. Y LA ORGANIZACIÓN Retortillo Baquer, Sebastián Martín. «La distribución territorial del poder, federalismo, regionalismo y autonomía local.» En El Derecho Público de Finales del Siglo, Una perspectiva iberoamericama, de Eduardo García de Enterría y Manuel Clavero Arévalo, 333-341. Madrid: Civitas, S.A., 1997. Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo. Plan Nacional para el Buen Vivir 20132017. Quito: Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, Junio de 2013. Torres Maldonado, Ángel Eduardo. «Apuntes Jurídicos.» http://www.apuntesjuridicos.com.ec. 2014. http://www.apuntesjuridicos.com.ec/download/noticias/1072_DOC_1072_DOC_au tonomia%20municipal.pdf (último acceso: 13 de Junio de 2015). 12