Subido por Juan Gómez

15parte

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Curso de Hipnosis. Capítulo 15
Introducción:
¡Muy buenas a todos! Ya hace más de un año que no escribo un capítulo nuevo y es que
he estado bastante ocupado. Pero como lo prometido es deuda, aquí lo tenéis. Está
creado mayormente a partir de información muy buena que habéis estado escribiendo en
los foros de la Web. Esta vez, soy yo quién tiene que dar las gracias por vuestra
participación.
Comenzaremos por comentar una prueba de sugestión muy curiosa y fácil de realizar,
publicada por “manu”. Se llama “la prueba del bostezo”.
Debido a que se ha hablado mucho sobre los problemas y mejores técnicas para
hipnotizar a niños, he encontrado en un libro bastante viejo unas cuantas:
“Visualización de una escena” y “Método de enlazamiento de las manos”.
Repasaremos siete nuevos métodos de profundización.
Continuaremos con tres técnicas de autohipnosis muy fáciles de realizar y
especialmente desarrolladas para combatir el estrés; siendo una de ellas indicada para
combatir el insomnio.
Y terminaremos aclarando una duda que suele rondaros a muchos de vosotros: “¿Cómo
sé si estoy hipnotizado?”
Prueba de sugestión.
La prueba del bostezo
Esta prueba de hipnosis es de las más sencillas con las que me he encontrado, ideada
por “manu” y con una tasa de éxito bastante alta.
Esta prueba consiste en provocar que el sujeto bostece. Cosa bastante fácil, y que
funciona con las mínimas sugestiones posibles. Y esto es posible con el mero hecho de
provocar en la mente del sujeto la idea de sueño, pereza, gente bostezando porque está
cansada y tienen sueño… Todos sabemos que el bostezo es algo muy contagioso, y
cuando la idea “Bostezo” viene a nuestra cabeza, nuestra voluntad para impedirlo se
reduce a su mínima expresión; lo cual, utilizaremos como puntos a nuestro favor.
A continuación se muestra el procedimiento para su realización:
Ponemos al sujeto sentado cómodamente en algún lugar y le decimos:
”Ahora te voy a hacer una prueba que sirve para identificar una serie de elementos
necesarios que ayudan a que tu cuerpo acepte fácilmente las sugestiones.“
Le explicamos todo lo referente a que no es una lucha y demás, pero siempre
remarcando que si no es exitosa la prueba se debe a que el/ella falló y no nosotros, ya
que con todos los demás ha funcionado y luego decimos...
“La prueba es muy simple y no corres ningún riesgo, en el transcurso de la prueba no
te hipnotizaré en contra de tu voluntad ya que eso es imposible, lo único que vas a
sentir es un gran cansancio y unas fuertes ganas de bostezar, es normal, les ocurre a
todos.”
“Ahora cierra los ojos, ponte cómodo y escucha bien lo que te voy a ir indicando. No te
distraigas, a partir de ahora sólo debes prestarme atención a mi.”
“Cierra bien la boca e intenta mantenerla así aunque te cueste mucho... Yo ahora voy a
ir contando de tres a cero dándote una indicación en cada conteo.”
Las siguientes indicaciones se dicen usando un tono de voz bastante pesado, pero que
no se note demasiado, que se perciba. Hay que hablar como si uno mismo tuviese
sueño, se puede ir aumentando este tono con cada conteo. Incluso, si vemos que el
sujeto no está por la labor de bostezar, bostezamos nosotros mismos.
“Cuento tres… Poco a poco vas a sentir una sensación de pesadez, como cuando estás
con mucho sueño...”
“Cuento dos… Comenzarás a sentir unas ganas muy grandes de abrir la boca para
bostezar y se van incrementando con cada respiro... Respira profundamente dos o tres
veces… Llenando tus pulmones por completo en cada inspiración y vaciándolos en
cada expiración.”
“Cuento uno… No aguantas más… Ya se podría decir que es solo cuestión de tiempo
para que bosteces. Tápate suavemente la boca con tu mano y recuerda que si necesitas
mucho bostezar no es un fracaso, sino un triunfo… Si ves que no aguantas más no te
resistas, verás como esas ganas de bostezar se incrementan cada vez más...”
“Cuento cero… La sensación de bostezo es irresistible y la boca se te abre sola para
bostezar, necesitas el alivio del aire entrando por tus pulmones y no aguantas más y
bostezas... ¡¡bostezas!!”
Si vemos que no bosteza, podemos hacer como que bostezamos nosotros, como si lo
quisiésemos ocultar para que el sujeto no se de cuenta, pero que sea algo sutil, esto le
dará el golpe final y no resistirá.
Esta prueba debería funcionar el 99% de las veces. De hecho, tanto el
autor, como yo mismo mientras la escribía, bostezamos varias veces.
Esta prueba es ideal como puente hacia una inducción y técnica de
hipnosis, puesto que es el propio sujeto quién se da cuenta, cuando bosteza,
de que tiene sueño de verdad.
Por ejemplo, como muy bien dice “manu”, podemos relacionar esta prueba con la
técnica de la mano que toca la cara.
Mientras tenemos al sujeto recostado le decimos que ahora comenzará a sentir sueño y
le damos sugestiones de ese tipo, después le decimos que a raíz del sueño comenzará a
tener ganas de bostezar y que puede hacerlo libremente, ya que esto profundiza más su
relajación y que a cada bostezo la mano comenzará a elevarse y con cada bostezo lo
hará más rápidamente hasta tocar su cara por fin, le explicamos que cuando esto suceda
quedará completamente dormido.
Métodos que se han de adoptar con los niños.
En general, no es fácil emplear una de las técnicas normales con niños o muchachos, ya
que, aún simplificándolas al máximo, son siempre demasiado complicadas para su
mentalidad. Y como para lograr un buen resultado es necesaria la colaboración del
sujeto, es preciso hallar el modo de adaptarse a la personalidad infantil, mucho más
delicada que la del adulto.
Visualización de una escena.
Para cada niño, deberemos de adaptar esta técnica a sus gustos. Una de las técnicas más
usadas es hacer sentar cómodamente al pequeño paciente en un sillón, hablándole de
forma sencilla y amistosa, preguntándole por sus gustos, costumbres, etc. Si se descubre
que el pequeño es un entusiasta del cine (o de cualquier otro espectáculo), se le pide que
recuerde una película que haya visto recientemente y que le haya gustado sobremanera.
Supondremos que al muchacho le entusiasman las películas de indios y pistoleros. Así
quedaría:
“Imagínate que entras en una sala de cine. Mírala, está oscura, va a comenzar la
película. Tú te diriges a tu butaca y fijas la vista en la pantalla. Te sientes impaciente
por verla, pues es una de tus preferidas. Con mucha atención, apenas aparezca la
primera imagen, levantarás un poco la mano derecha. Mira, tu mano derecha se
levanta, ¡bravo! Esto quiere decir que la película ha empezado. Mantén siempre los
ojos fijos en la pantalla. Fíjate, una carga de indios (u otra escena escogida de las que
entusiasman al muchacho). Mira, el galopar de los caballos llena la pantalla; te sientes
dentro de la película, metido de lleno en la acción, pero mi voz no te molesta, me oyes
perfectamente y continúas viendo la película. Entretanto tu mano se levanta, se levanta
poco a poco, se vuelve ligera, cada vez más ligera, parece que la levanten un manojo de
globos que la van a hacer volar arriba, arriba; y mientras la mano se eleva, cada vez
con más ligereza, te viene sueño…, mucho sueño, cada vez más sueño; ahora en la
pantalla hay una pradera verde…, silencio…, cuánto silencia…, cuánta paz…; no se
siente ningún rumor, la mano se levanta y se eleva; ahora cambia de dirección; fíjate,
se acerca a tu cara. Tú tienes los ojos cerrados porque tienes sueño, mucho sueño, pero
sigues viendo la película; la pradera verde…, apenas la mano te toque la cara, te
habrás dormido. Pero continuarás viendo la película y oyendo mi voz. Mira, la mano ya
está en tu cara y tienes sueño, mucho sueño… duerme…, duerme…, duerme
profundamente…”
El muchacho ya está en trance. Si no deja caer la mano espontáneamente, se le toma y
coloca sobre el brazo del sillón, continuando luego con la normal profundización en
trance. Este método es excelente para muchachos de seis a doce años.
Método de enlazamiento de manos (para niños)
Esta técnica se adapta particularmente a los muchachos, aunque sirve también de
relajación para adultos nerviosos. No me centraré en describir la fraseología puesto que
a este nivel ya estáis lo suficientemente capacitados para crearla automáticamente.
El inicio es el de costumbre. Se hace sentar al paciente en el sillón y se le interroga para
ganarse su confianza. Una vez roto el hielo, el hipnotizador le ordena enlazar sus manos
con los dedos cruzados y le propone apostar a que no será capaz de soltarlas cuando se
lo mande. Pero debe prometer que será leal y cumplir cuanto se le ordene. Luego se le
pide que cierre los ojos y que no los abra hasta nuevo aviso. El muchacho debe apretar
fuertemente sus dedos, se le invita a hacerlo cada vez con mayor fuerza. Las manos,
fuertemente enlazadas, ya no las podrá soltar. Cuanto más intente hacerlo, menos lo
conseguirá. En este instante, si el muchacho ha obedecido las órdenes, no logra soltar
sus manos y, a la siguiente orden de dormirse, cae en trance. Entonces se procede a
profundizar dicho trance.
Técnicas de profundización.
Como muchas veces nos va a hacer falta alcanzar un estado profundo de hipnosis, nos
serán muy útil utilizar las técnicas de profundización. Hay que dejar claro que NO son
técnicas para hipnotizar, sirven para hacer que una persona hipnotizada entre en un
estado de hipnosis más profundo. Vamos a describir unas cuantas:
Brazo arriba, brazo abajo
El hipnotizador levanta y después baja delicadamente el brazo del sujeto, diciendo:
“Ahora voy a levantar tu brazo. Al hacerlo, te relajas fácilmente y cada vez más
profundamente. Ahora tu brazo desciende, y a medida que baja, te relajas cada vez más
profundamente. Cada vez que tu brazo ascienda y descienda, tu relajación será todavía
más grande, y tú dormirás más profundamente.”
Hay que tener en cuenta de que tienes que avisar al sujeto antes de tocarlo, para que no
le tome por sorpresa.
Mano sostenida
El hipnotizador levanta suavemente una de las manos del sujeto y la sostiene durante
uno o dos minutos, diciendo:
“Mientras yo sostengo tu mano, te relajas, te relajas cada vez más… Comienzas a sentir
tu mano más ligera… Te sientes cada vez más relajado… Duermes más
profundamente… Te sientes bien… Muy bien… Solo quieres relajarte más… Mientras
tenga sostenida tu mano, te darás cuenta de que tu relajación cada vez es mayor… Te
relajas… Sientes todavía más sueño… Quieres dormir más profundamente… más
profundamente…”
Abanico en la mano
El hipnotizador toca la palma de la mano derecha (izquierda) del sujeto, como si pusiera
algo en ella (Recuerda avisar de antemano que vas a tocarle); después, muy suavemente,
la empujas hacia delante y hacia atrás. La sugestión es la siguiente:
“Imagínate que tienes un abanico en la mano. Agita ese abanico imaginario
alternativamente hacia delante y hacia atrás; y al agitar de ese modo el abanico, te
sentirás cada vez más relajado. Sigue mentalmente los movimientos del abanico: hacia
delante… hacia atrás, hacia delante… hacia atrás. Mientras el abanico sigue con su
vaivén, te relajas, te relajas cada vez más profundamente. El abanico hacia delante,
hacia atrás, hacia delante, hacia atrás. Es como si se moviera por sí solo. Deja que se
mueva solo, como si tu mano no tuviera nada que ver. Deja que el abanico conduzca tu
mano, hacia delante… hacia atrás…”
A continuación el hipnotizador puede emprender la sugestión con un abanico en la
mano izquierda (derecha) y la insensibilidad progresiva de la mano derecha (izquierda),
desde la punta de los dedos hasta la muñeca, desde la piel hasta los huesos. Es decir, ir
insensibilizando la mano que no tiene el abanico poco a poco.
Puño cerrado
Es como la técnica del puño cerrado. Para recordar, la explico también.
El hipnotizador dice lo siguiente:
“Me gustaría que cerraras bien los puños. Bien. Tus puños están cerrados, muy
cerrados. Tan cerrados que te resulta imposible abrirlos. Prefecto. Cierra bien los
puños e imagina que te resulta imposible abrirlos. Voy a empezar a contar y cuando
diga tres vas a sentir tus puños cada vez más cerrados. Cuando diga tres estarás tan
concentrado en tus puños cerrados, que te será imposible abrirlos. Uno, tus puños
están apretados, cada vez más apretados… Dos, tus puños están cada vez más
apretados, completamente apretados… Tres, ya no puedes abrir los puños, es algo que
te resulta imposible… ¿Ves? No se pueden abrir… Ahora cuando cuente hasta tres,
podrás abrirlos y te dormirás todavía más profundamente. Uno… Dos… Tres… Abre
los puños y ¡duerme! Duermes más profundamente.”
Cuenta atrás
Es uno de los métodos más fáciles. El hipnotizador afirma:
“Estás relajado, pero dentro de poco lo estarás todavía más. Voy a contar a la inversa,
de diez hasta uno, y a medida que pronuncie los números te sentirás cada vez más
relajado. Diez, estás relajado, perfectamente relajado… Nueve, estás cada vez más
relajado… Ocho, tu relajación aumenta… Siente, estás cada vez más relajado… Seis, te
sientes bien… muy bien… Cinco, sólo tienes ganas de dormir cada vez más
profundamente… Cuatro, duerme profundamente… más profundamente… Tres, tu
estado de relajación es cada vez más grande… Dos, duerme… Uno, te encuentras
totalmente relajado… duermes muy profundamente… duerme…”
Noción del tiempo
Si es necesario, el hipnotizador puede utilizar un metrónomo o un reloj para que el
sujeto se concentre en su tic-tac, e iniciar la siguiente sugestión:
“Cada segundo que pasa (a cada golpe del metrónomo o del reloj) te relajas más, te
duermes más profundamente; cada vez mas…”
Se puede también hacer alusión a las próximas sesiones, diciendo, por ejemplo:
“En las próximas sesiones te sentirás cada vez más relajado, más adormecido. Cada
una de las sesiones supondrá un disfrute mayor de este sueño, que será todavía más
beneficioso. Cada vez que vuelvas gozarás de un sueño reparador aún más saludable
que el de hoy.”
Este último procedimiento se aconseja, sobre todo, para facilitar el alcance del estado
hipnótico en las sesiones posteriores.
Doble sugestión
Puede ser útil complementar una sugestión con otra. En efecto, la eficacia de la primera
puede contribuir al éxito de la segunda: si el sujeto comprueba que la primera sugestión
ha dado resultados positivos, le será más fácil aceptar una segunda sugestión, destinada
a profundizar su estado hipnótico.
Un ejemplo:
“Ahora, en tu mano derecha (izquierda) vas a sentir calor. La sangre va a fluir más
rápida y abundantemente en esa mano, y por eso la notarás más caliente.”
Una vez que se obtiene el resultado que ha anunciado, el hipnotizador prosigue:
“Tu mano derecha (izquierda) está más caliente, cada vez más caliente. Y mientras
tanto, tu mano izquierda (derecha) se enfría; cuanto más se calienta la mano derecha
(izquierda), más se enfría la izquierda. La afluencia sanguínea en esa mano disminuye.
Cuanto más se calienta la mano derecha (izquierda), más se enfría y se entumece la
izquierda (derecha).”
Autohipnosis.
A continuación vamos a comentar tres pequeñas técnicas de autohipnosis.
Indicaciones principales: Para prevenir el estrés, regenerarse psíquica y físicamente, y
mantener o encontrar cierta estabilidad emocional.
Técnica del ombligo
Se trata de un procedimiento basado en un antiguo método de relajación practicado por
los monjes del monte Athos (Grecia).
Desarrollo:
1. Túmbate boca arriba, en un lugar tranquilo.
2. Cierra los ojos.
3. Respira lenta y profundamente; el procedimiento más idóneo es meter el vientre
en el momento de inspirar y sacarlo al ir a espirar.
4. Continúa respirando de la misma manera pero introduce una innovación:
empieza a contemplar, mentalmente, tu propio ombligo.
5. Intenta abstraerte totalmente, y no permitas que ningún pensamiento llene tu
mente; mientras tanto, continúa respirando como acabamos de indicarte,
metiendo el vientre al inspirar y sacándolo al espirar, y bajo ningún concepto
interrumpas la “contemplación” de tu ombligo.
Nota:
A veces se logra la relajación con apenas dos o tres minutos de ejercicio. Si no
fuera así, no hay ningún inconveniente en iniciarlo de nuevo tantas veces como
sea necesario, repitiendo: “La relajación nace en mi ombligo”. Para las personas
acostumbradas a esta técnica bastará con evocar la noción de la relajación, a la
vez que se concentran en la imagen mental de su ombligo.
Técnica del tercer ojo
Se trata de un procedimiento derivado de los clásicos métodos de concentración de
Oriente.
Desarrollo:
1. Puedes tumbarte boca arriba, sentarte o permanecer de pie. Cierra los ojos y
respira, metiendo el vientre al inspirar y sacándolo al espirar.
2. Concéntrate en lo que los Tibetanos llaman el tercer ojo, es decir, un punto
situado en la zona central de la frente, que constituiría el vértice superior de un
triángulo imaginario cuyos otros dos vértices serían los ojos.
3. No permitas que ningún otro pensamiento altere tu concentración en el tercer
ojo, ni interrumpas tu respiración regular; si es necesario, repítete mentalmente
que te estás relajado.
Nota:
Se aconseja practicar este ejercicio hasta alcanzar la sensación de relajación,
pero si esta no se produce al cabo de cinco a diez minutos, es preferible recurrir
a otra técnica
Técnica del vacío total
Esta técnica sirve también para combatir la ansiedad y los insomnios ligeros. (Muy útil
para quedarse dormido.)
Este procedimiento consiste en eliminar progresivamente una imagen mentar
determinada.
Desarrollo:
1. De pie, sentado o tumbado, cierra los ojos.
2. Retén en tu memoria una imagen familiar, como puede ser una determinada
habitación de tu casa, y procura recordarla con toda nitidez, a la vez que te
repites: “Para mí, no existe nada más”.
3. Concéntrate en todos los detalles de esa imagen (paredes, suelo, techo, ventanas,
muebles, etc.)
4. Uno por uno, suprime mentalmente todos esos elementos, hasta llegar a un
“vacío total”.
5. Una vez eliminado todo, mantente en ese vacío por algunos instantes, y deléitate
en la sensación de reposo que produce.
Nota:
En caso de insomnio, si la representación del vacío imaginario no conduce
automáticamente al sueño, es necesario repetir el ejercicio las veces que sea
preciso. Pero, como regla general, esta técnica empieza a surtir efecto después de
unos minutos de práctica.
Respuestas a vuestras preguntas.
¿Estoy hipnotizado ya?
Esta es una de las preguntas que mucha gente se hace. Sobre todo aquellos que practican
la autohipnosis. Resulta muy sencillo saber si estás en estado hipnótico, para ello vamos
a distinguir entre hipnosis y autohipnosis.

Autohipnosis.
La forma más fácil de saber si estás “autohipnotizado” es darte una sugestión.
Por ejemplo: “Comienzo a sentir calor en la palma de mi mano… Mi mano se va
calentando… Siento mi mano muy caliente… etc.”
Si mientras te estás danto esas sugestiones, llegas a sentir calor en tu mano,
podrás afirmar con seguridad que estás en estado hipnótico.

Hipnosis.
Aquí ya es muy difícil saberlo por parte del hipnotizado. Puedes creer que estás
completamente despierto, y sin saberlo, estas en el estado Z1 (Ese en el que se
aceptan sugestiones positivas y afirmativas; y el sujeto cree estar completamente
despierto). O en el caso de que hayas entrado en Z2, ni tan siquiera serás
consciente de que estás en ese estado. Simplemente cuando despiertes, si el
hipnotizador te dice que lo recuerdes todo, lo recordarás; pero mientras estés en
el estado Z2, no serás consciente del mismo. Además de que no es muy
recomendable intentar saber cuando uno mismo está hipnotizado, puesto que
esto impedirá una hipnosis satisfactoria.
Hay que estar atentos a lo que nos vaya diciendo el hipnotizador. Si estamos más
atentos a si estamos hipnotizados o no, la hipnosis no funcionará.
Técnica de regresión.
Esta es la técnica que publicó “mandrops” en el foro de la Web. Esta técnica es la del
Dr. Brian Weiss y consiste en una técnica de hipnosis basada principalmente en la
relajación progresiva del cuerpo.
Técnica regresión
Esto es las sugestiones que debe de dar el hipnotizador.
-Voy a contarte lo que vamos a hacer:
El objetivo es que estés muy cómoda y vas a conseguirlo con los ojos cerrados. Lo
único que tienes que hacer es seguir las instrucciones. ¿Está claro?
-Muy bien. Hay sistemas más rápidos, pero quiero que también experimentes el
procedimiento de relajación. Deja que los ojos se te vayan cerrando poco a poco y
mantenlos cerrados durante toda la sesión. Concentra te primero en la respiración. Es un
sistema muy antiguo de interiorización, hay quien lo llama la respiración yoga.
La respiración es muy importante. Imagínate, y hoy no dudes cuando tengas que utilizar
la imaginación, que al espirar expulsas de verdad la tensión y el estrés del cuerpo y al
inspirar recoges la hermosa energía que te rodea... Espiras estrés y tensión e inspiras una
hermosa energía. Esto te ayudará a profundizar cada vez más con cada respiración.
Podrás concentrarte en mi voz y dejar que también ella te lleve a un lugar más profundo.
Y que los ruidos de fondo y las demás distracciones sirvan para hacer aún más profundo
tu nivel. No van a interferir. Hoy vas a poder llegar a un nivel lo bastante profundo
como para tener experiencias maravillosas.
-Ya hemos dicho que es muy sano, para el cuerpo y para la mente, poder relajarse,
desprenderse de la tensión y del estrés, dejar que el cuerpo, sencillamente, se afloje.
Muy bien. Ahora la respiración es muy, muy cómoda... Espiras estrés e inspiras una
hermosa energía. Mientras, relaja todos los músculos. Se te va a dar muy bien, porque
estás muy en contacto con tu cuerpo, algo de lo que algunas personas carecen
totalmente. Ponte todo lo cómodo que puedas. Muévete siempre que quieras. Si te notas
alguna parte del cuerpo incómoda, muévela hasta que esté lo más cómodo posible.
Relaja los músculos de la cara y de la mandíbula; siente cómo se relajan totalmente.
Deshazte de toda la tensión y la rigidez de todos esos músculos. Relaja los del cuello,
que, queden muy blandos, sueltos. Hay mucha gente con problemas en el cuello o
dolores de cabeza porque pone demasiada tensión en el cuello y ni siquiera se da cuenta.
Siente cómo se relaja totalmente el cuello. Y los músculos de los hombros, tan blandos
y tan distendidos. Deshazte de toda la tensión y de la rigidez. Los músculos de los
brazos... ya los tienes muy relajados. Que sólo te aguante el sillón. Bien… Ponte muy,
muy cómodo.
-Y ahora los músculos de la espalda, totalmente relajados, tanto la parte de arriba como
la de abajo, mientras vas profundizando más y más en ese hermoso estado de paz. A
cada respiración profundizas más aún.
Ahora relaja los músculos del estómago y del abdomen, para que la respiración siga
sosegada.
Por último, relaja totalmente los músculos de las piernas. Ahora sólo te aguanta el sillón
y vas entrando más y más en ese hermoso estado de paz. Bien, muy bien. Vas a
concentrarte en mi voz y a dejar que te siga llevando a un estado cada vez más
profundo; los ruidos del exterior o las distracciones van a servir también para que ese
nivel sea aún más profundo. De vez en cuando oirás ruidos. No importa. A pesar de
ellos puedes llegar a un estado muy profundo.
- Y ahora imagínate una hermosa luz encima de tu cabeza. Puedes elegir el color o los
colores. Imagínate que es una luz curativa maravillosa, una luz de hermosa energía, una
luz que te sumerge, que te hace descender a un nivel de paz y serenidad cada vez más
profundo. También es una luz que te relaja completamente. Es una luz espiritual,
conectada a la que hay encima de ti y a tu alrededor. Escoge el color o los colores y
permite que entre en tu cuerpo, por la parte superior de la cabeza, y que ilumine el
cerebro y la médula espinal... Va fluyendo de arriba abajo como una hermosa ola de luz
y pasa por todas y cada una de las células, los tejidos, las fibras y los órganos de tu
cuerpo con paz, con amor y poder curativo mientras tú vas descendiendo más y más.
-Vas a concentrarte en mi voz y, sin embargo, vas a descender más y más a medida que
la luz te llene el corazón, te lo cure y siga fluyendo hacia abajo. Que sea una luz muy
potente, muy fuerte, en cualquier zona en la que la necesites como poder curativo. Al ir
descendiendo a un nivel cada vez más profundo, el resto de la luz baja por las piernas
hasta llegar a los pies y llena el cuerpo de luminosidad, en este hermoso estado de paz
y relajación. Consigues concentrarte en mi voz. Imagínate ahora que la luz también
rodea completamente el exterior de tu cuerpo, como si te envolviera una hermosa
burbuja o un capullo de luz. Te protege, cura tu piel, hace que tu nivel descienda aún
más. Y ahora voy a contar hacia atrás, del diez al uno, profundiza tanto que la mente ya
no esté limitada por las habituales barreras del espacio y el tiempo. Llega hasta un nivel
tan profundo que lo recuerdes todo, todas las experiencias que has vivido, en este
cuerpo o en cualquier otro que hayas tenido antes, o incluso entre un cuerpo y otro,
cuando estabas en estado espiritual. Lo recuerdas todo.
-Diez, nueve, ocho... Vas profundizando más y más al oír cada número... Siete, seis,
cinco... Estás en un nivel profundo, tranquilo... Cuatro, tres... Un nivel hermoso de
serenidad y paz... Dos... Ahora todo el nerviosismo sale completamente de tu cuerpo...
Uno. ¡Muy bien! En este hermoso estado de paz, imagínate que estás bajando por una
escalera muy bonita. Bajas, bajas... Desciendes más y más... Bajas y bajas... A
cada paso, el nivel es aún más profundo. Al llegar al pie de la escalera te encuentras
ante ti con un jardín muy bonito, un jardín de paz y seguridad, de serenidad y amor. Un
jardín maravilloso. Entra en ese jardín y busca un sitio para descansar. Tu cuerpo, aún
lleno de luz y rodeado de luz, sigue curándose, relajándose, recuperándose,
rejuveneciendo.
Los niveles más profundos de tu mente pueden abrirse y lo recuerdas todo.
Para demostrártelo podemos empezar a retroceder en el tiempo, primero un poco y
luego cada vez más y más.
-Dentro de unos instantes voy a contar hacia atrás, del cinco al uno. Deja que te venga
un recuerdo de la infancia. Si quieres que sea un recuerdo agradable, muy bien, pero
también puede ser un recuerdo que te enseñe algo o que tenga algún valor que te ayude
a sentir más alegría, paz o felicidad en tu vida actual.
Recuerda plenamente, con sentimientos, con sensaciones, utilizando todos los sentidos.
Si en cualquier momento te sientes incómodo, siempre puedes distanciarte y flotar por
encima de la escena del recuerdo.
Puedes flotar y observar desde lejos. Pero si no estás incómodo, quédate con el recuerdo
y evócalo vívidamente. Podrás hablar y, sin embargo, permanecer en un nivel muy, muy
profundo y continuar la experiencia. Ahora, mientras cuento hacia atrás, que el recuerdo
se vaya definiendo con todo detalle; utiliza todos los sentidos.
Un recuerdo de la infancia. Cinco, Cuatro... Lo recuerdas todo... Tres... Se va
definiendo... Dos... Ya lo ves todo... Uno. ¡Estás dentro del recuerdo! Durante unos
instantes, vuelve a experimentado, recuérdalo. Puedes hablar y contarme lo que
experimentas, pero seguirás en un nivel muy, muy profundo, continuarás con la
experiencia. ¿Qué recuerdas? ¿Qué te viene?
Fin del capítulo 15
¡Esto es todo amigos! Ahora que tengo muchísimo tiempo libre, se me ha ocurrido que
antes de empezar a escribir el capítulo número 16, voy a poner los capítulos de curso en
formato Web, para que así se puedan consultar directamente. ¡Muchas gracias a todos
por vuestra confianza y ayuda desinteresada cuando os la pedí!
http://www.cursodehipnosis.com
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