Subido por Fabian Vargas

4 de cada 10 hogares con niños y adolescentes no tienen ingresos

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(foto: niños y adolescentes)
4 de cada 10 hogares con niños y adolescentes no tienen ingresos
Los datos se desprenden de una encuesta realizada por UNICEF en la Argentina. La mer
ma de ingresos empujó a los adolescentes a incorporarse tempranamente al mercado labor
al.
La pandemia de coronavirus que afecta al mundo ha dejado secuelas en la población, no sólo de
índole de salud sino, sobre todo, económicas y va a llevar mucho tiempo poder recuperar los niv
eles económicos y de empleo alcanzados antes de la misma.
Es así que UNICEF realizó una vez más una encuesta sobre el impacto de COVID-19 en hogare
s con niños, niñas y adolescentes del país. Entre los indicadores más preocupantes se destacan ci
nco: la reducción de ingresos laborales, la restricción en el acceso a la salud y vacunación, el te
mor de las condiciones para la reanudación de las clases presenciales, la seguridad alimentaria, y
sobrecarga en mujeres de las tareas del hogar. La encuesta realizada representa a la totalidad de
los hogares con niños, niñas y adolescentes en Argentina.
El ámbito económico, como ya se mencionó, fue duramente afectado por el Covid-19, sobre todo
aquellas personas que tienen empleos precarios e informales.
De esta manera se pudo establecer que cuatro de cada diez hogares del país donde residen niños,
niñas y adolescentes (es decir 2,1 millones de familias) afrontan una reducción en los ingresos l
aborales, en tanto uno de cada cinco enfrenta al menos una deuda, según los resultados de la ter
cera encuesta.
Esto representa que un 70% de todos los hogares con niños, niñas y adolescentes perdió la mita
d o más de la mitad de sus remuneraciones.
De los hogares que contrajeron deuda, se desprende que un 36% de ellos lo hicieron para poder
adquirir alimentos. Esto se nota más aún en las villas o asentamientos, donde las familias debier
on recurrir a un préstamo o fiado para adquirir comida.
En cuanto a la ayuda que recibieron estos hogares por parte del Estado, cabe resaltar que el 42
% de los hogares con niños, niñas y adolescentes recibió en octubre el ingreso familiar de emerg
encia (IFE) y el 33% accedió a la Tarjeta Alimentar u otros mecanismos de apoyo alimentario, a
unque más de la mitad de los hogares (51%) no recibe transferencias destinadas a poblaciones e
n situación de vulnerabilidad social.
El desempleo es otro de los problemas que trajo aparejada la pandemia, ya que debió implement
arse una cuarentena que terminó durando cerca de ocho meses, lo que complicó a los trabajadore
s que debían llevar ingresos a sus familias. El 12% de los trabajadores perdió su empleo durante
la pandemia, lo que representa a 1,1 millones de personas. En regiones como Cuyo y el NOA e
ste porcentaje asciende al 14%. Las dificultades que enfrenta la población hicieron además que e
l 28% tuviera que dejar de comprar algún alimento por no tener dinero. En el relevamiento se o
bservó que en el 8% de los hogares hay al menos un miembro que concurre a un comedor com
unitario.
Incremento del trabajo infantil
La pérdida de numerosos empleos debido a la cuarentena, también llevó a que muchos adolescen
tes deban incorporarse tempranamente al mercado laboral, para ayudar a sus padres en el manten
imiento del hogar, ya que los ingresos familiares se vieron fuertemente reducidos. El 16% de los
adolescentes ha manifestado realizar actividades laborales destinadas al mercado y el 46% de ell
as y ellos no lo hacía antes de la cuarentena.
Además, la encuesta refleja que los y las adolescentes realizan trabajos no remunerados al interio
r del hogar, como limpiar y cocinar (79%), hacer las compras (63%) o cuidar a niños, niñas o p
ersonas mayores con los que conviven (36%).
El dilema de volver a las clases presenciales
Por otro lado, la encuesta revela que otro de los grandes problemas en los hogares con niños y a
dolescentes este año, que fueron las clases virtuales y el temor de volr o no a las clases presenci
ales. El 58% de los estudiantes del país tuvo complicaciones para mantener la atención durante l
as clases virtuales, mientras que el 31% no pudo sostener una rutina relacionada con el aprendiz
aje durante la pandemia, según surge del segmento de Educación de la tercera encuesta.
Ante la posibilidad de enviar a sus hijos e hijas a la escuela, el 71% de los adultos encuestados
respondió que optará por enviarlos directamente el año 2021, y casi la mitad -el 49%- no cree q
ue las escuelas puedan cumplir con las medidas necesarias de prevención.
Un porcentaje muy elevado de adolescentes (96%) manifestó haber recibido tareas escolares. Al
ser consultados sobre sus aprendizajes escolares de este año, el 48% consideró que fueron alguno
s, seguido por el 26% que opinaron que fueron muy pocos, mientras que el 19% afirmó que fuer
on muchos.
Alimentación precaria y acceso a servicios de salud
Uno de los temas sobre los que se está analizando aún el verdadero impacto que tuvo en los ho
gares con niños, niñas y adolescentes es la alimentación precaria de los mismos en relación sobr
e si la pandemia tiene algún efecto negativo sobre la disponibilidad y calidad de los alimentos e
n los hogares. La Encuesta Rápida del mes de octubre indica que 28% del total de los hogares r
elevados había dejado de comprar algún alimento por limitaciones en el ingreso.
En tanto, la ONU asegura que la amenaza “más grave” para los niños son las alteraciones relaci
onadas con la enfermedad de COVID-19 en los servicios sociales y de salud, ya el 42% de los
hogares no ha podido mantener los controles de salud de sus hijos y el 20%, los de vacunación
desde que se han implementado las distintas etapas de aislamiento.
UNICEF llama a lograr un acuerdo social para priorizar la educación y reabrir las escuelas lo an
tes posible. Retornar a las clases presenciales es fundamental para el desarrollo de todos los niño
s, las niñas y adolescentes, priorizando a aquellos que se encuentran en situación de mayor vulne
rabilidad, sin posibilidades de sostener contacto con las escuelas por falta de recursos, de disposi
tivos tecnológicos, requerimientos especiales, discapacidad o ámbito de residencia, tal como indic
a el posicionamiento institucional publicado por la organización.
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