modelo religioso

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MATERIAL DE ESTUDIO
MODELOS DE TRATAMIENTO
MODELO COMO INSTRUMENTO
El uso de modelos, a veces llamado "modelación", es un instrumento muy común
en el estudio de sistemas de toda índole. El empleo de modelos facilita el estudio
de los sistemas, aún cuando éstos puedan contener muchos componentes y
mostrar numerosas interacciones como puede ocurrir si se trata de conjuntos
bastante complejos y de gran tamaño. El trabajo de modelación constituye una
actividad técnica como cualquiera otra, y dicha labor puede ser sencilla o compleja
según el tipo de problema específico que deba analizarse.
Definición
Un modelo es un bosquejo que representa un conjunto real con cierto grado de
precisión y en la forma más completa posible, pero sin pretender aportar una
réplica de lo que existe en la realidad. Los modelos son muy útiles para describir,
explicar o comprender mejor la realidad, cuando es imposible trabajar
directamente en la realidad en sí.
Por ejemplo, si quisiera explicar lo que es un hipopótamo, se le podría presentar en
un dibujo, mejor aún sería una fotografía y todavía mejor, un modelo en tres
dimensiones en una escala determinada. Para ciertos fines esto sería mucho más
fácil que trasladarse al Africa para ver un hipopótamo en su ambiente natural.
Requisitos de un modelo funcional
Un modelo funcional es un instrumento que sirve a su propósito en forma
adecuada y que deja satisfecho al utilizador. Un buen modelo funcional toma en
cuenta todos los factores esenciales e ignora por completo los detalles superfinos.
Por eso, es de suma importancia disponer de un propósito muy claro y preciso
antes de comenzar a elaborar el modelo.
Los requisitos primordiales para construir cualquier modelo son:
- Un propósito claramente definido.
- Identificar las consideraciones esenciales (incluir en el modelo).
- Desechar consideraciones superfluas (estas son fuente de confusión).
- El modelo debe representar la realidad en forma simplificada.
Tipos de modelos
Hay diversos tipos de modelos en uso y difieren entre ellos según el propósito que
se persiga. La diversidad va desde el más básico modelo físico como ser una
estatua o maqueta, hasta modelos muy complicados que sólo pueden utilizarse
empleando ordenadoras muy poderosas.
Un modelo gráfico bien hecho, según los requisitos mencionados recién, tiene
varias ventajas las que permiten obviar la lectura de numerosas páginas de
explicación escrita y muchas horas de charlas.
- Todos los rasgos esenciales están expuestos. La estructura y el contenido del
modelo son percibidos con claridad y precisión. El propósito del modelo se percibe
netamente.
- Es una representación física que no se altera fácilmente. El modelo no requiere se
memorizado y puede replicarse fácilmente cuando es necesario utilizarlo. Es una
manera muy fácil y rápida de transferir a otras personas -a través del tiempo y del
espacio - ideas y conceptos.
- La representación elaborada no puede ser modificada; el concepto representado
tiene que ser constante.
Modelos cualitativos
Los modelos cualitativos determinan, de manera general, las relaciones entre
diferentes factores o componentes del sistema. Estos modelos no pretenden
cuantificar dichas relaciones sino solamente facilitar el entendimiento de cómo
funciona el proceso específico que nos interesa.
Modelos cuantitativos
Después de desarrollar un modelo cualitativo que represente adecuadamente la
realidad, podemos proceder a incluir números y expresiones matemáticas para
convertirlo en un modelo cuantitativo. Este paso ayuda a refinar el modelo
conceptual al intentar de introducir valores numéricos a todos los factores
incluidos en el modelo.
LOS MODELOS DE TRATAMIENTO DESDE EL MARCO LEGAL
Los centros de tratamiento residencial que actualmente brindan servicios de
atención a las adicciones en el país pueden operar con distintos modelos de
tratamiento:
Profesional: Son los servicios de atención que cuentan con programas
estructurados para diagnosticar, desintoxicar y rehabilitar, en ellos trabajan
profesionales ya sean médicos, psicólogos, trabajadores sociales, educadores,
monitores, personal de enfermería, etc.
Ayuda mutua: Estos grupos son fundados por adictos recuperados y ofrecen
espacios para ayudar a otros enfermos y lograr la desintoxicación y
rehabilitación, enfatizan la interacción personal y la asunción individual de
responsabilidades de sus miembros. Suelen proporcionar ayuda material o
emocional y promueven unos valores a través de los que sus miembros pueden
reforzar la propia identidad.
Mixto: Es la mezcla de los modelos de tratamiento profesional y de ayuda
mutua, en ellos trabajando profesionales de la salud, así como adictos
recuperados.
Alternativos: Comunidad terapéutica en donde la comunidad es el método.
Modelo con inspiración religiosa.
Ambulatorios: Tratamiento profesional con el enfoque psicoterapéutico que el
psiquiatra, psicoterapeuta maneje. Y de autoayuda con Apadrinamiento en base
al programa de 12 pasos.
En 2010, a través del Proyecto Capacitación y Profesionalización de Consejeros
Terapéuticos en Adicciones Cicad-Conadic, se levantó un censo nacional de
establecimientos residenciales especializados en el tratamiento de las adicciones,
el cual daba cuenta de la existencia de mil 543 centros, la mayoría de ellos grupos
de ayuda mutua dirigidos por adictos recuperados que carecen en general de una
formación profesional en materia de atención y tratamiento de las adicciones,
pero a través de los cuales es atendido más de 80 por ciento de las personas que
sufren adicción a sustancias psicoactivas en el país.
Actualmente se cuenta con el censo en línea desarrollado por el Centro Nacional
para la Prevención y el Control de las Adicciones, el cual ha sido retroalimentado
por los consejos estatales contra las adicciones (CECA) a partir del cuarto
trimestre de 2011, y que da cuenta de mil 732 establecimientos residenciales.
De este universo de establecimientos residenciales que brindan servicios de
tratamiento residencial (mil 732), 372 cuentan con reconocimiento ante este
centro nacional, es decir se ha constatado que cubren las condiciones de calidad
establecidas en la Norma Oficial Mexicana NOM-028-SSA2-2009, para la
prevención, tratamiento y control de las adicciones, y han sido visitados por los
consejos estatales para su verificación. El proceso de reconocimiento de la
totalidad de los establecimientos está en marcha.
Sin embargo, la Ley General de Salud señala que para la apertura de
establecimientos que brindan servicios residenciales de atención a las adicciones,
independientemente de su modelo de atención, únicamente es necesario contar
con aviso de funcionamiento ante las autoridad sanitaria de las entidades
federativas, a través del cual se proporciona información relacionada con el
nombre y domicilio de la persona física o moral propietaria del establecimiento, la
ubicación del centro, fecha de inicio de operaciones, procesos utilizados, clave de
actividad, cédula profesional, en caso de contar con responsable sanitario, y
declaración bajo protesta de decir verdad de que se cumplen los requisitos y las
disposiciones aplicables al establecimiento.
Debido a la aparente facilidad para la apertura de este tipo de centros, gran parte
de ellos inician actividades sin contar con aviso de funcionamiento ante la
autoridad sanitaria, y en otros casos a pesar de contar con éste los requisitos
establecidos para el aviso de funcionamiento no abarca todos los requerimientos
que marca la Norma Oficial Mexicana NOM-028-SSA2-2009, para la prevención,
tratamiento y control de las adicciones, lo cual no garantiza una adecuada calidad
de los servicios que prestan.
Los factores anteriores influyen para que algunos de estos establecimientos se
oculten o cambien de residencia con facilidad, lo que a su vez conlleva a la
clandestinidad y a la operación de prácticas no apropiadas y al evidente riesgo
físico, emocional y psicológico de los pacientes que son atendidos en estas
circunstancias. Se reconoce la importante labor de la mayoría de los Centros de
Tratamiento, pero debe evitarse a toda costa que exista siquiera una minoría que
ponga en riesgo en su integridad física o psicológica a los usuarios de los
servicios.
Dada la evidente necesidad de contar con mejores mecanismos de regulación
para los centros residenciales que brindan servicios de atención a las adicciones,
el Centro Nacional para la Prevención y Control de las Adicciones, con los CECA,
ha implantado acciones de registro y reconocimiento de establecimientos con
fines de acercamiento y verificación de los mismos, además de acciones de
capacitación a consejeros en materia de adicciones; sin embargo, resulta
imperiosa la necesidad de realizar la modificación a la Ley General de Salud,
referente a la apertura de este tipo de centros, considerada en el título undécimo,
“Programa contra las Adicciones”, en el artículo 198, para que se incluyan las
organizaciones dedicadas al tratamiento residencial de las adicciones a solicitar
licencia sanitaria, con criterios específicos en materia de infraestructura, personal y
modelos de atención, que garantice un servicio de tratamiento efectivo, de
calidad y que respete en todo momento los derechos y la dignidad de las
personas.
Por otra parte, se daría un plazo máximo de tres años para que los actuales
centros obtengan su permiso de funcionamiento, previo registro en el Directorio
Nacional de Establecimientos de Atención a las Adicciones, lo cual favorecería la
identificación inmediata de los centros de tratamiento residenciales y la
posibilidad de clausurar de manera inmediata aquellos que se descubra
clandestinos.
Con la licencia sanitaria para establecimientos que brinden servicios de atención y
rehabilitación .
Modelos de intervención. Clasificación de Siegler
Modelo Etiologia propuesta para el alcoholismo
Modelo ‘defectual’: Hay gente que es así, por causas desconocidas
Modelo moral ‘seco’: El alcoholismo es un fallo moral, no una enfermedad. Es la
pena natural para el bebedor.
Modelo moral ‘húmedo’: Los alcohólicos son bebedores que no obedecen las
normas sociales. El alcoholismo es una forma de beber inaceptable. Es un misterio
porqué algunas personas se alcoholizan.
Modelo Los alcohólicos padecen problemas emocionales. Beben para
‘Alcohólicos Anónimos’ compensarlos y su organismo se convierte en adicto al
alcohol, creando un círculo vicioso de más problemas y más consumo.
Modelo psicoanalítico: La llave del alcoholismo está en las experiencias
emocionales infantiles.
Modelo de interacción: El alcoholismo es una forma de interacción familiar en la
que un familiar miembro es designado ‘alcohólico’ mientras el resto de familiares
asumen roles complementarios
Modelo médico ‘viejo’: El alcoholismo es una enfermedad progresiva y grave,
producida por una conducta viciosa.
Modelo médico ‘nuevo’: Los alcohólicos son enfermos. Probablemente existen
factores metabólicos, psicológicos y socioculturales que influyen en el desarrollo de
la enfermedad.
MODELO MINNESOTAODLO
ORIGEN
Antes de la década de los ciencuenta, sólo existía un período breve de desintoxicación
médica y/o el ingreso a un hospital psiquiátrico como atención para el alcohólico.
Además se carecía de recursos materiales, había pocos profesionales que querían
trabajar y menos estaban entrenados para ayudar a los alcohólicos. El modelo de
tratamiento surgió de la llamada "Experiencia Minnesota". Entre 1948 y 1950 se
fundaron tres centros pioneros de tratamiento de alcohólicos en el estado de
Minnesota, USA (Pioneer House, Hazelden y Willmar State Hospital) que desde
entonces han continuado con un trabajo clínico sistemático para desarrollar y revisar
este modelo integral de atención al adicto y a su familia. Desde un inicio, la Fundación
Hazelden se ha distinguido por la divulgación de investigaciones y observaciones del
trabajo clínico, así como por la enseñanza y la publicación de literatura relevante en el
campo de las adicciones en el mundo de habla inglesa e hispana. La "Experiencia
Minnesota" partió de conceptos nuevos y cruciales, creando una verdadera filosofía de
intervención, radical, controvertida en aquella época y cuestionada como viable y
practicable. Los nuevos supuestos básicos fueron los siguientes: .
El alcoholismo como enfermedad
LEn 1978 se envió desde Minnesota un documento de apoyo técnico al Congreso de
los Estados Unidos (Reunión sobre Alcohol y Salud) en el cual se planteó la hipótesis de
que el alcoholismo es, de alguna manera, una enfermedad. Desde entonces y hasta
ahora, la falta de control sobre la conducta del beber y la dependencia patológica a
pesar de sus efectos negativos, ha fundamentado la hipótesis de que el alcoholismo es
una enfermedad.
El enfermo no es culpable
En aquel tiempo, a pesar de no poder establecer una relación entre el alcoholismo y
alguna condición física o psiquiátrica, se planteó que debería haber congruencia entre
considerar el alcoholismo una enfermedad y no responsabilizar a la persona de esta. La
implicación terapéutica de este planteamiento ha sido fundamental para el Modelo
Minnesota.
El alcoholismo como enfermedad multifacética
Muy pronto se vio, a través de la experiencia mediante ensayo y error, que para
establecer estrategias efectivas de tratamiento, no se puede ignorar la complejidad de
los efectos patológicos que acompañan al alcoholismo. Pero es fundamental trabajar
primero con la adicción. Si no, se pierde la recuperación de trastornos psiquiátricos o la
modificación lograda de problemas sociales y/o físicos. Y a la inversa, ayudar a alguien
a aceptar y afrontar realista y honestamente el alcoholismo y no ayudarle a manejar
otros problemas vitales agobiantes, resultaría en un fracaso. Las consecuencias
asociadas con el alcoholismo se agruparon como multifacéticas, de índole físico,
psicológico, social y espiritual.
El alcoholismo como enfermedad crónica y primaria
Aunque se ve que el alcohólico en tratamiento requiere de ayuda para resolver
problemas que se relacionan con su alcoholismo, lo esencial es el alcoholismo como
enfermedad primaria. La hipótesis de que el alcoholismo es una condición
independiente, primaria y crónica ha sido muy importante. Así el tratamiento es la
intervención directa sobre el proceso primario. Esta fue la idea radicalmente nueva,
sobre todo para los profesionales que aprendieron que el alcoholismo siempre era un
síntoma de alguna situación subyacente.
La educación de la comunidad
No sólo el adicto niega su adicción. Casi toda la comunidad lo hace. Ignorante, la gente
suele negar la condición usando los mecanismos mentales que utilizan los adictos, Así,
en Minnesota se vio la necesidad de desarrollar programas educativos para la
comunidad y los medios de información. Son programas muy divulgados hoy en día.
Son educativos y se dirigen fundamentalmente a las familias, a los empleados y
patrones de empresas (en México, se aplican actualmente en varias empresas). Los
programas informativos tienen valor preventivo, crean consciencia, ayudan a reconocer
peligros, mitos y actitudes de prejuicio en relación al alcohol y las drogas. Al detectar
problemas en la familia, las escuelas y las empresas se puede buscar la ayuda
disponible en la comunidad.
El concepto de la Químico-Dependencia
El nombre de químico-dependencia se hizo popular en muchos estados de la Unión
Americana. Dependencia de sustancias es el término equivalente, según el DSM-IV
(1995). El concepto es el mismo y fue crucial en el desarrollo del Modelo Minnesota.
Desde un inicio, en el Willmar State Hospital se dio tratamiento a alcohólicos y a
adictos a narcóticos. Al final de los cincuenta, los centros pioneros de tratamiento
recibían cada vez más pacientes con adicciones "duales". Sobre todo acudían mujeres
con dependencia de alcohol y de medicamentos de prescripción. Las personas con
adicción múltiple usan las drogas simultánea o sucesivamente. Según los creadores del
Modelo Minnesota, el tratamiento sirve para ambas clases de adictos, ya que
comparten la dependencia química. Para profundizar acerca del tema de las sustancias,
sus características y efectos sobre el Sistema Nervioso Central, se recomienda la lectura
del libro de divulgación científica de Brailowsky, S. (1995) llamado Las Sustancias de los
Sueños.
LA ESTRUCTURA DE UN PROGRAMA DE TRATAMIENTO
Con la aceptación provisional de las hipótesis anteriores, tanto del alcoholismo, como
de otras formas de dependencia química se pensó en la parte práctica de un programa
de tratamiento. Hasta este tiempo, nunca se había pensado en un programa
estructurado, sólo existía un procedimiento breve de desintoxicación médica. Se
desarrolló la idea de que el tratamiento podría pensarse como un programa
progresivo, igual que se consideraba al alcoholismo una enfermedad progresiva y
crónica con fases diversas. Los siguientes fueron los primeros conceptos en relación a
la estructura del tratamiento:
Cuidado versus curación
Se decidió que el foco del modelo de tratamiento sería el cuidado y no la curación. La
meta: Ayudar al alcohólico a aprender a vivir y manejar (hacer frente a) su condición
crónica.
Filosofía de AA.
La filosofía básica del programa se empareja con los conceptos contenidos en el
programa de los Doce Pasos de AA. La confianza en el valor de AA vino principalmente
de una serie de visitas informales a miembros de la comunidad y a destacados líderes
de AA en el estado de Minnesota. El grupo de profesionales no adicto quería aprender
de los miembros de AA su peculiar manera de acceder, comprender el pensamiento y
la personalidad de adictos al alcohol y las drogas.
Equipo multidisplinario
En aquel tiempo había pocos profesionales que querían o estaban entrenados para
trabajar con alcohólicos. Se formó un grupo con distintos profesionales del equipo
hospitalario psiquiátrico, como médicos, trabajadores sociales, psicólogos, enfermeras
y sacerdotes. Para utilizar bien la filosofía de AA se necesitaron uno o más alcohólicos
en recuperación que fueran miembros comprometidos y practicantes de AA. Estas
personas se necesitaban para actuar como "consejeros en alcoholismo" y para trabajar
directamente con los pacientes. No sólo eran necesarios para comunicar la filosofía de
AA, sino también se esperaba que fueran un modelo viviente para los pacientes.
ESTRATEGIAS DE TRATAMIENTO
Grupo basado en tareas La influencia de las estrategias de comunicación en los
grupos y las juntas de AA fue clave en el desarrollo del programa. Los consejeros
alcohólicos en recuperación sirvieron para llevar los grupos basados en tareas.
Identificándose con los pacientes lograron obtener su confianza para que pudieran dar
respuestas abiertas y honestas. La meta de los encuentros grupales era ayudar a
resolver problemas personales y apoyar la toma de decisiones relacionadas
directamente con el alcoholismo. Se vio que en un ambiente grupal, altamente
estructurado y orientado hacia una tarea, pocos pacientes pueden evadir su problema
primario por mucho tiempo. Como ejemplo, un grupo rápidamente se enfoca a los
tópicos críticos relacionados con el alcoholismo, como resentimientos, negación, culpa,
grandiosidad y egocentrismo.
Grupo de compañeros Pronto apareció que algunos pacientes lograron ayudarse
mutuamente. Informalmente, se forman subgrupos pequeños no estructurados, sin
líder. El descubrimiento que personas enfermas pueden ayudarse mutuamente en
algunos aspectos, sin la ayuda profesional, sorprendió mucho. Así, el paciente se
emancipó de una relación tradicional pasiva-dependiente con el profesional. Tomó un
rol más activo y comprometido al ayudar a otros. Sin la influencia de los consejeros de
AA, posiblemente, no se hubiera hecho el descubrimiento de que cuando un grupo de
compañeros en sufrimiento se junta en un ambiente estructurado para compartir sus
problemas crónicos comunes, se dan cambios positivos. Personas que no pueden
ayudarse a sí mismas, a veces, si pueden ayudarse mutuamente.
Conferencias didácticas Otra de las influencias valiosas fue aprender del
procedimiento de las reuniones de AA en cuanto a sus aspectos didácticos. En los
grupos de autoayuda los miembros viejos les enseñan a los nuevos. Se atienden y
escuchan conferencias cortas y explicaciones sobre la comprensión y experiencia muy
personal de los Doce Pasos y la enseñanza de AA. Como resultado de este
descubrimiento se desarrolló una serie formal de conferencias para los pacientes. De
hecho, las conferencias se convirtieron en la columna vertebral del programa. Una de
las razones de la efectividad de este enfoque didáctico podría tener que ver con el
anonimato protector del aula de conferencias. En este ambiente, los pacientes pueden
reconceptualizar su propia situación sin miedo a exponerse ante los pacientes o el
equipo profesional y, especialmente, sin miedo a tener que hacer revelaciones
personales o vergonzosas.
LAS FASES BASICAS DEL TRATAMIENTO.
El tratamiento se puede resumir en términos de un proceso dinámico secuencial o
como un programa sistemático de tres fases relacionadas: . Aceptar la impotencia
ante el alcohol y las drogas. La primera meta del tratamiento, una vez pasada la
desintoxicación y el proceso de evaluación diagnóstica, es ayudar al paciente a admitir
y aceptar que es impotente ante el alcohol y/o otras sustancias que alteran el estado
de ánimo. En esta fase se le ayuda a aceptar el hecho que su vida se ha vuelto
incontrolable (ingobernable) a causa de la adicción. Es el primero de los Doces Pasos
de la filosofía de AA y es un intento directivo para tratar de romper con la negación.
Reconocer la necesidad de cambio.
La segunda meta del tratamiento es ayudar al paciente a reconocer que es crucial para
su sobrevivencia cambiar su conducta. En este momento crítico, el equipo profesional
necesita transmitir al paciente la convicción de que el tiene la capacidad para hacer
cambios. Otro aspecto importante es ayudar al paciente a ver y entender que la
estructura del programa, la rutina básica para llevarlo a cabo, es el vehículo para
posteriormente lograr los cambios. El período de internamiento es de tratamiento, la
recuperación se logrará después, poniendo en práctica lo que se aprendió en el
programa. Se introduce al paciente al grupo de autoayuda (Alcohólicos Anónimos [AA]
o Narcóticos Anónimos [NA] ) como una herramienta esencial para poder realizar el
trabajo de su recuperación.Planear para actuar La tercera meta del tratamiento es
ayudar al paciente a actuar, tomar decisiones y cambiar las conductas que necesitan ser
cambiadas. La meta es apoyar al paciente a empezar a visualizar que podrá y necesitará
realizar cambios en su estilo de vida.
PROGRAMA FAMILIAR.
En los últimos diez años se reconoció que un programa de rehabilitación completo
debe ofrecer ayuda para la familia e incluirla en el tratamiento. Se diseñó un programa
familiar, entendiendo como familiar todas las personas significativas y cercanas al
adicto ya sean miembros de la familia, amigos, jefes u otros. La razón para dar
tratamiento a los familiares es clara, igual que el paciente, la familia necesita modificar
actitudes rígidas, repetitivas y respuestas inadecuadas ante la conducta del adicto. La
familia aprende cómo centrarse en sus respuestas ante la enfermedad y no en la
enfermedad en sí. Por lo anterior una de las metas principales es que los familiares
dejen de dar las mismas respuestas patológicas que da el adicto. El programa se
estructura como una experiencia educativa y vivencial. La familia recibe la misma
información que el paciente, además se le ayuda a prepararse para cuando el familiar
regrese; cómo lograr que su vida no gire alrededor del adicto y cómo desprenderse del
alcohol o las drogas y no de la persona. Otro objetivo del programa es ayudar para que
la familia deje que al adicto resuelva sus problemas y los demás empiecen a vivir su
propia vida. El programa familiar es de corta duración, se suele dar dentro o fuera del
centro de tratamiento. Hay conferencias didácticas, sesiones de terapia de grupo
donde los participantes comparten sus experiencias. Se fomenta que la familia asista a
grupos de autoayuda .
Cuidado Continuo
El Modelo de Minnesota se hizo comprensivo o integral en el grado en que pudo
establecer una red de servicios esenciales, donde el tratamiento es parte de un cuidado
continuo. El paciente sale del tratamiento preparado para una siguiente fase, con un
plan para trabajar en su recuperación. Permanece en contacto para recibir apoyo por
parte de una red de atención organizada por el centro de tratamiento. La mayoría de
los pacientes regresan directamente a su ambiente anterior, con la recomendación de
integrarse al grupo de AA o NA en su localidad. Otros se transfieren a una "casa de
medio camino" donde continúan bajo tratamiento, se integran a su vida laboral y
algunos se transfieren a atención especializada psicológica o médica. En Minnesota se
pudo evaluar que hay una relación directa entre el número de pacientes recuperados y
el desarrollo de la extensión de la red del cuidado continuo.
RESUMEN.
Se presenta el modelo de tratamiento de Minnesota originado en los Estados Unidos
en los años cincuenta. Sus planteamientos han servido para desarrollar programas de
rehabilitación para alcoholismo y drogas en el mundo y en México. En estos modelos
se estructura la atmósfera terapéutica para ofrecer el apoyo profesional y la guía
necesaria para alcanzar las metas de tratamiento. Es un enfoque integral y
multidisciplinario, orientado hacia la abstinencia y basado en los principios de los Doce
Pasos. Los principios de Alcohólicos Anónimos (AA) y Narcóticos Anónimos (NA) son
fundamentales. El modelo aboga por el concepto enfermedad sin cura, pero con
recuperación, siempre y cuando se adhiera a las propuestas del programa. Con el
tratamiento se pretende alcanzar dos metas a largo plazo. La primera, la abstinencia del
alcohol y/o otras drogas. La segunda, una vida de calidad con salud física y emocional.
Para lograr las metas a largo plazo, se trabaja con las metas a corto plazo que son: 1)
Ayudar al adicto y a su familia a reconocer la enfermedad y sus consecuencias en su
vida. 2) Ayudar a la persona a admitir que necesita ayuda y convencerse que podrá vivir
una vida constructiva con la realidad de una enfermedad que no tiene cura. 3) Ayudar a
la persona a identificar cuáles son las conductas que tiene que cambiar para poder vivir
con la enfermedad en una forma positiva y constructiva. 4) Ayudar a la persona a
traducir su entendimiento en acción para desarrollar un estilo de vida diferente. El
modelo Minnesota incluye un programa de Cuidado Continuo desarrollado y
estructurado como red de apoyo para la persona en recuperación.
COMUNIDADES TERAPEUTICAS
Maxwel Jones
Psiquiatra, inglés, que dirigía un hospital psiquiátrico en Escocia.
Preocupado por el hecho de que la psiquiatría tradicional no
parecía estar ayudando a los pacientes, intentó algo único,
convoco a todas las enfermeras, ordenanzas y psiquiatras, a lo
que llamó Asamblea Mundial, para hablar con los pacientes en
su propio nivel. Intentó desmitificar la imagen autoritaria del
hospital. Trabajó con este dispositivo con ex-combatientes de la
Segunda
Guerra
Mundial.
Este modelo hace hincapié en la idea de autoayuda, de ayuda
mutua, de que todos trabajaran juntos para ayudarse a ellos
mismo y a los demás. Y así considerar que todo lo que hace el
paciente en su internación psiquiátrica sea terapéutico. Esta CT
es una modalidad de tratamiento a través de la cual los propios
«pacientes» asumen responsabilidades y acciones protagónicas
dentro del proceso terapéutico, no sólo en relación consigo
mismos, sino también con los demás pacientes. Propone
principios como la comunicación en doble sentido a todos los
niveles, la toma de decisiones y el liderazgo compartidos, y el
aprendizaje social mediante la interacción aquí y ahora.
CONCLUSIONES
El siglo XX supuso la constitución de procesos de participación
colectiva, organizados en términos políticos, económicos,
culturales e ideológicos. Estas surgen como expresión de la
necesidad de trasformaciones en los modos de vida y/o
cuestionamiento de una sociedad dominante, capitalista, que
regula con una lógica particular los vínculos intersubjetivos y los
lazos sociales, trasformando así el escenario social.
Concepciones como el Marxismo, el Relativismo y el
Psicoanalisis, plantean una reflexión crítica hacia las
características de esta sociedad. En los años 50 la sociología
norteamericana retoma estos cuestionamientos caracterizando
la vida en sociedad como inauténtica, anómica y alienada, con el
dominio creciente de la soledad. En cuanto al nivel científico
observamos modificaciones en el mapa conceptual de las
ciencias. El Paradigma Positivista dominante hasta allí, no es
suficiente para poder abordar la complejidad de la realidad y sus
acontecimientos, así surge una nueva forma de leer la realidad el
Paradigma
de
la
Complejidad.
Es en este contexto en que las adicciones se manifiestan como
una enfermedad, de característica multifacéticas, afectando lo
físico, lo psicológico, lo social y lo espiritual, dejando en
evidencia la ineficacia de las intervenciones tradicionales
(hospitalarias y psiquiátricas), se plantean como métodos
alternativos para la atención de pacientes drogadependientes las
Comunidades
Terapéuticas.
Estos modelos propuestos como tratamiento de las adicciones
focalizan el crecimiento espiritual y la dignidad del individuo,
proponiendo un concepto de enfermedad sin cura, plantean un
tratamiento humanitario para los adictos, mejoran el acceso a
estos y promueven la abstinencia para alcanzar estos objetivos.
Los tratamientos se centran en la rehabilitación, la recuperación
y la reinserción en la sociedad del adicto, en lugar de encerrarlos
e ignorarlos, incorporando la familia al tratamiento.
Podemos distinguir entre aquellos modelos de CT que se
estructuran de modo jerárquico, cerrado y dirigidos por ex
adictos, y los modelos democráticos, profesionales, con un
enfoque integral y multidisciplinario. Se observa que ambos
modelos centran su atención en estrategias normativas, de
connotaciones religiosas, focalizando el tratamiento en la
búsqueda de la abstinencia como meta a largo plazo.
Las CT han existido desde hace aproximadamente 40 años,
embargo en el día de hoy podemos visualizar una
actualización de las mismas, como formas eficaces
intervención en la drogadependencia, enfermedad que
muestra en una magnitud y dimensión alarmante.
sin
rede
se
El esquema normativo comunitario ilustra una sistematización práctica de los
herramientas fundamentales del tratamiento Un sistema de reglas, correctamente
operacionalizadas y explicitadas, ilustran esta práctica. El encuadre de tratamiento
como conjunto de normas y reglas de convivencia, operan como articuladores para
la inclusión del paciente en el código institucional. Este código presidirá el proceso
curativo y opera como valor de cambio en la estructura intersubjetiva del paciente
con su medio humano. Las palabras del paciente adquieren dimensión entendidas
y comprendidas desde un entorno simbólico que las acoge y las media. El código
institucional es la malla en donde se entrecruzan las palabras de los actores
dándoles un sentido.
REGLA Nº 1:ENTENDER Y PROMOVER LA AUTOAYUDA Y LA AYUDA MUTUA.
El contrato de tratamiento implica que los sujetos se agreguen a través de una idea
de ser humano y de responsabilidad. Se busca el cuidado mutuo a través de la
comunicación y la cercanía Las ayudas entre los residentes es un tipo de
herramienta terapéutica fundamental en el progreso de los pacientes. El
individualismo no solidario no se considera vía de rehabilitación. Por el contrario, la
misma
requiere
la
responsabilidad
individual
y
grupal.
La espera, instrumentada en los espacios de escucha y en el cronograma de
actividades, tiene por objeto introducir en el paciente mecanismos maduros o de
pensamiento. El aprender a esperar tiene como objeto comenzar a poner límites a
las ansiedades y a las actuaciones. El objetivo es desarrollar e incrementar la
reflexión, evitando el acting out, por medio de la mediatización del pensamiento.
REGLA Nº 2: ENTENDER Y PRACTICAR EL MODELAJE DEL ROL POSITIVO
Implica facilitar aquellas elecciones del paciente hacia un comportamiento digno.
Promoviendo, a través de herramientas terapéuticas, el modelo de rol adecuado.
Por confrontación se entiende aquella intervención que comprende una
clarificación sistemática de la experiencia subjetiva del paciente. La confrontación
apunta a poner en relevancia aquellos aspectos de su experiencia subjetiva,
comunicación verbal, conducta no verbal e interacción global que denoten
operaciones primitivas defensivas, características del cuadro psicopatológico en el
tratamiento de rehabilitación para pacientes adictos,en el tratamiento de
rehabilitación para pacientes alcóholicos y en el tratamiento de rehabilitación para
pacientes drogadependientes. Las operaciones terapéuticas tienden a promover la
integración de las relaciones internalizadas primitivas parciales en relaciones
objetales totales características de un funcionamiento más avanzado, neurótico y/o
normal. La psicoterapia individual debe examinar de manera sistemática y
productiva las distorsiones del interno, mediante una confrontación explícita de las
defensas patológicas y una exploración completa de las motivaciones y función de
estas defensas.
REGLA Nº 3: ENTENDIMIENTO DEL APRENDIZAJE SOCIAL VERSUS EL
APRENDIZAJE
DIDÁCTICO
El aprendizaje social se logra a través de la interacción. Se presenta una reubicación
psíquica de los otros internalizados en el aquí y ahora que reproduce con
diferencias significativas el allí y entonces. Opera como una repetición y
diferenciación de escenas infantiles para su superación. Así, cotidianamente, estos
pacientes provocan un rechazo de los operadores (y del sistema de salud en
general) como mecanismo de control y anticipación de un abandono
experimentado .Pensemos que muchas veces son pacientes internados en contra
de su voluntad, ,donde no existe solicitud de tratamiento y las internaciones son
compulsivas . El abandono no actuado junto a otras estrategias, implica el
favorecer un cambio en la posición subjetiva de los pacientes.
REGLA Nº 4: ENTENDIMIENTO Y PROMOCIÓN DEL CONCEPTO: NO A LA
DICOTOMÍA
NOSOTROS
ELLOS.
La minimización de la asimetría medico paciente facilita el desarrollo de
capacidades
y
facultades
personales.
La responsabilización del paciente en el proceso implica un grado de
apoderamiento del mismo. A través de la responsabilización se promueve la
comprensión de la relación entre los beneficios y restricciones, y las actitudes y
comportamiento en el sistema. Se debe comprender que el grado de autonomía
del paciente obedece al reflejo de sus progresos en la CT.
Implica asimismo, limitar la proyección de culpa y responsabilidad en el otro para
iniciar el camino del autovalimiento personal. De esta forma la proyección
paranoide que pudo ser adaptativa a condiciones sociales de desvalimiento
aprendido en la cual, el destino y las contingencias de su conducta, se encuentran
fuera de su control, se reubica progresivamente en del paciente, sus emociones y
sus aptitudes, dándole una sensación de control o agencialidad nueva. Este
fenómeno de desesperanza aprendida en los barrios pobres de Latinoamérica
donde los actores pierden el control de su vida y la esperanza de cambiar su
destino
es
descrito
en
un
estudio
de
investigación
acción.
El operador no se encuentra en el lugar del Amo, no se encuentra en el lugar de los
significados; no tiene una posición sádica, donde las manipulaciones y posición
subjetiva del paciente tienden a ubicarlo; la mayor de las veces a través de
actuaciones masoquistas de boicot a su progreso, con la consecuente perdida de
privilegios. El operador forma parte de un equipo de especialistas que evalúan y
deciden el menú prestacional de cada paciente y los beneficios en función de la
evolución
y
la
expectativa
terapéutica.
Por otra parte un buzón de sugerencias donde se habilite a los pacientes a
proponer, constituye sin una debida racionalización, el fortalecimiento de los
deseos sin tramitación. La justificación, racionalización y argumentación de las
sugerencias implican obviamente operaciones mentales maduras.
REGLA Nº 5: ENTENDIMIENTO Y PROMOCIÓN DE LA MOVILIDAD
ASCENDENTE
Y
DEL
SISTEMA
DE
PRIVILEGIOS.
Los privilegios son accesos o habilitaciones sobre la base del cumplimiento
terapéutico.
La promoción individual se encuentra en relación con la responsabilidad y
evolución
en
el
proceso.
El reforzador positivo opera como una recompensa; la identificación de estos
estímulos es tarea del equipo completo. Poner en relación las tareas tendientes a la
autorrealización del paciente con reforzadores o privilegios contingentes es una
tarea de artesanía terapéutica muy singular. No valoran indistintamente los
pacientes los mismos privilegios, así que un paciente amenazado por un ambiente
agresivo fuera de la CT puede no desear salidas familiares.
REGLA Nº 6: ENTENDIMIENTO Y PRACTICA DEL CONCEPTO DE: ACTUAR
COMO
SI.
Se enfatiza el crecimiento personal a pesar de factores de estrés ambientales
presentes. Se estimula el afrontamiento de sentimientos y condiciones adversas.
Los sentimientos negativos, las restricciones del tratamiento no justifican las
actitudes negativas. La negociación o conveniencia de actuar como sí favorece la
incorporación de un modelo maduro de obrar y relacionarse. Las habilidades de
seleccionar y fomentar el comportamiento y las actitudes positivas son
fundamentales en el trajín diario de los adultos. El denominado tratamiento
psicosocial tiene por objeto fomentar las habilidades de resolución de problemas,
las habilidades de comunicación, el comportamiento asertivo y es clave en el
tratamiento
REGLA Nº 7: COMPRENDER LA RELACIÓN ENTRE PERTENENCIA E
INDIVIDUALIDAD.
La individualidad/pertenencia es una dialéctica. Pertenencia es una identificación
comunitaria, que debe a su vez facilitar una identidad personal.
La adaptación a las condiciones sociales y materiales forman un sujeto adaptado a
un
medio
disfuncional,
agresivo
e
incontinente;
El cambio a un ambiente comunitario promueve la adaptación a otras reglas y
sistema
de
reglas
de
convivencia.
La alternación requiere de procesos de resocialización que se asemejan a la
primera socialización; deben volver a atribuir acentos de realidad y reproducir en
gran medida la identificación fuertemente afectiva con los elencos socializadores
que son la característica de la niñez normal. Esta estructura normativa es
mediatizada en la CT. por otros significantes con quienes debe establecer una
identificación fuertemente afectiva. Identificación afectiva sin la cual no puede
producirse transformación en la realidad subjetiva del paciente. Más aún tal
identificación debe reproducir inevitablemente las experiencias infantiles en cuanto
a la dependencia emocional de otros significantes. Los operadores actúan como
guías para penetrar en la nueva realidad; representan la estructura en los roles que
desempeñan cara a cara con el individuo y que mediatizan ese mundo nuevo para
el paciente. El proceso basado en el aprendizaje y las jerarquías termina en un
modelo de roles que proporciona posiciones identificatorias antagónicas a las de la
cultura de la droga.
REGLA Nº 8: COMPRENDIENDO LA NECESIDAD DE UN SISTEMA DE
CREENCIAS
DENTRO
DE
LA
COMUNIDAD.
La CT tiene una ideología que se aplica como encuadre y argumento del progreso
La ideología comunitaria se diferencia de otros sistemas de ideas igualmente
legítimos. Refleja en miniatura el sistema de creencias, valores y costumbres de la
sociedad en la que se inserta.
REGLA Nº 9: CAPACIDAD DE MANTENER REGISTROS ESPECIFICOS.
Los registros son herramientas que mejoran la calidad y el servicio de la CT. El libro
de herramientas verifica los instrumentos terapéuticos utilizados con cada paciente.
La historia clínica consigna diagnósticos, pronóstico, evolución, expectativa
terapéutica e indicación; la historia clínica lleva un registro de los especialistas
psicólogos,
asistentes
sociales,
médicos
y
auxiliares
técnicos.
Los libros de actas y los libros de herramientas reflejan el diario cotidiano de la
casa y de cada paciente. Es un requisito formal que inocula la necesidad de
reflexiona sobre la propia acción. El proceso mental de registrar adecuadamente el
pulso institucional y de cada paciente implica trabajo mental elaborado; contiene
las actuaciones y manipulaciones psicopáticas.
REGLA Nº 10: ENTENDER Y FACILITAR EL PROCESO GRUPAL.
Los grupos buscan el crecimiento del paciente y es parte del menú básico del
tratamiento. Los grupos son considerados herramientas terapéuticas y hay distintos
tipos: grupo encuentro; grupo instancia “a”; grupo instancia “b”; grupo expresión
de
sentimiento
y
asamblea
de
la
casa.
El operador en el grupo debe solidarizarse con el principio del aprendizaje social,
no es despectivo, autoritario ni dominante por otra parte mantiene al grupo en
funcionamiento identificando y reforzando los desempeños positivos de los
pacientes. El encuadre y las normas de funcionamiento de los grupos son los
articuladores que permiten la simbolización, instalando el dialogo en un marco de
legalidad.
MODELO DE LA PATOLOGÍA DUAL
La realidad demuestra lo difícil y confuso que puede ser para un paciente con un
trastorno dual de encontrar el tratamiento adecuado para él. Dicha dificultad
puede provenir de su propia patología y los problemas internos que le genera
(depresión, negación, alienación, etc.), pero de manera muy importante también
puede derivarse de la descoordinación entre los diversos recursos asistenciales y
los diferentes programas de tratamiento.
Desde la toma de conciencia de la magnitud y especificidad de la problemática de
los trastornos duales se han intentado desarrollar programas terapéuticos
ajustados a los mismos. Los modelos terapéuticos básicos que se han tenido en
cuenta han sido los siguientes:
1.- TRATAMIENTO SECUENCIAL: Es el modelo históricamente más común
de tratamiento de los pacientes duales. En este modelo el paciente es
tratado primero en un sistema o red de tratamiento (Salud Mental o
Drogodependencias) y posteriormente por el otro. El orden de los
tratamientos puede depender de distintas variables: preferencia del clínico,
magnitud de los trastornos, primacía en el tiempo y/o en la causalidad, etc.
El tratamiento secuencial es doble pero no simultáneo ni integrado.
2.- TRATAMIENTO PARALELO: Se trata del planteamiento terapéutico que
implica al paciente simultáneamente en programas o recursos de
tratamiento de Salud Mental y de Drogodependencias. Al igual que en la
modalidad anterior, se utilizan recursos terapéuticos existentes en ambas
redes por parte de los propios equipos, aunque con mayor coincidencia en
el tiempo. Sin embargo el grado de coordinación entre ambos tratamientos
es variable y probablemente insuficiente.
3.- TRATAMIENTO INTEGRADO: Este modelo combina elementos o
recursos terapéuticos tanto de la red de Salud Mental como de la de
Drogodependencias en un programa de tratamiento unificado para
pacientes con trastornos duales. Idealmente, este tipo de tratamiento se
daría desde un mismo equipo que integrara a profesionales formados en los
dos campos, capaces de seguir al paciente en su evolución y abordar su
doble trastorno.
En los últimos años se ha hecho hincapié en que el tratamiento de los trastornos
duales en dispositivos distintos (en paralelo) era inadecuado (Rubio, 1998). Aunque
los estudios sobre tratamientos integrados no han evaluado largos períodos de
tiempo, la mayor parte de los autores y profesionales se muestran partidarios de
este tipo de abordaje. Otra cuestión serán las dificultades que para estos
tratamientos supongan el actual diseño y funcionamiento de la atención en Salud
Mental y en Drogodependencias que se da generalmente en nuestro país.
No existen dudas de que el abordaje más adecuado para los trastornos duales sería
el integrado aunque, dada la situación general, sería ya un logro conseguir un
tratamiento paralelo y coordinado entre las redes implicadas.
En cualquier caso, en el tratamiento de los trastornos duales deben considerarse
una serie de aspectos claves en el abordaje de estos pacientes como son (Araluce,
1997):
a.- Conexión con el tratamiento: el objetivo es captar al paciente para el
proceso de tratamiento con la finalidad de que se mantenga dentro del
mismo. A ello contribuye esencialmente una relación individual
personalizada, visiones a largo plazo y la adaptación de los esfuerzos a las
necesidades del paciente.
b.- Continuidad en el tratamiento, de ahí la necesidad de realizar un
abordaje integrado que evite la discontinuidad de las acciones terapéuticas,
tan probables en la patología dual. La propuesta de un Terapeuta de
Referencia o "Case Manager" facilita la integración y evita el riesgo de
dispersión en este tipo de tratamientos donde pueden estar implicados más
de un servicio.
c.- Intención terapéutica, entendida como la inclusión en el programa de
líneas terapéuticas diversas capaces de dar respuesta a los diferentes niveles
de complejidad, severidad e incluso motivación de los pacientes.
LAS REDES DE TRATAMIENTO
La dualidad no sólo está en la Patología sino también en el Sistema Asistencial. En
nuestro país, salvo contadas excepciones, lo usual es que coexistan dos redes de
tratamiento relacionadas con estos trastornos, una de Salud Mental y otra de
Drogodependencias.
Los problemas originados por los trastornos duales no parecen tener tanta relación
en muchas ocasiones con el doble diagnóstico, sino con el hecho de que las
patologías sean asignadas a recursos diferentes y con escasa coordinación. La
realidad clínica, que en estos casos es compleja, requiere una respuesta de dos
sistemas diferenciados en su organización (Salud Mental y Drogodependencias)
que, a la postre, descomponen la realidad y la hacen doble. Ambas redes suelen
funcionar en la mayoría de las ocasiones por separado.
El 15, 5% de los pacientes con patología mental suele tener problemas de
adicciones y el 50 % de los pacientes drogodependientes presenta algún tipo de
patología por trastornos psiquiátricos (Estudio ECA, Regier et al., 2003 ).
Existen dos modelos que intentan explicar las relaciones etiopatogénicas entre los
trastornos duales; por una parte, la dependencia a sustancias tóxicas como
inductora de un trastorno mental y, por otra, la psicopatología como factor de
riesgo con capacidad de generar una dependencia a sustancias tóxicas.
Esta doble patología se debe a que:





La enfermedad mental puede constituir un factor de riesgo para los
trastornos adictivos.
Los síntomas psicopatológicos pueden aparecer en el curso de
intoxicaciones agudas y/ o crónicas provocadas por algunas sustancias.
Algunos trastornos psicopatológicos surgen como consecuencia del uso
persistente de una droga y pueden permanecer cuando el consumo se ha
extinguido.
Las conductas de uso de sustancias y los síntomas psicopatológicos (previos
o posteriores) pueden estar relacionados de forma significativa.
Algunas condiciones psicopatológicas ocurren en drogodependencias con
mayor frecuencia que en la población en general, sugiriendo que el
trastorno mental y el adictivo pueden estar específicamente relacionados.
La patología dual es cada vez más frecuente y constituye el tratamiento más
complejo por diversos motivos. El más importante la dificultad diagnóstica, ya que
la tendencia es no diagnosticar como patología dual, suele diagnosticarse una de
las dos patologías; el abuso de sustancias o el trastorno mental. El diagnóstico es la
base para toda evaluación que será el punto de partida del plan terapéutico, de ahí
su gran importancia.
Para el tratamiento es fundamental contar con profesionales formados y expertos
en el campo de la salud mental y de las adicciones.
Para que el tratamiento de la patología dual resulte efectivo debe hacerse desde el
Modelo de Tratamiento Integrado. Desde este planteamiento el abordaje
terapéutico del trastorno mental y abuso/ dependencia de drogas son simultáneos
y realizados por el mismo equipo. Este tipo de tratamiento requiere profesionales
formados en los dos campos (Salud Mental y Atención en Drogodependencias) y
se desarrolla un plan terapéutico individualizado para cada paciente, que permita
seguirlo a través de su evolución y sus crisis tanto del trastorno mental como de su
patología adictiva. Independientemente de cual sea el trastorno primario o
secundario, una vez establecidos ejercen una influencia negativa mutua.
El abordaje terapéutico de los trastornos duales presenta importantes dificultades
derivadas de las peculiares características de estos trastornos, con tendencia a la
recidiva y cronicidad, y de los patrones de conducta y relación interpersonal
propios de los pacientes drogodependientes. La presencia de otra patología
psiquiátrica comórbida dificulta aún más el tratamiento de los drogodependientes
y determina un peor el pronóstico para ambos trastornos, especialmente en
aquellos casos en los que alguno de estos trastornos no es diagnosticado y tratado
adecuadamente.
El soporte familiar es determinante de la evolución por lo que la actuación a ese
nivel
es
imprescindible.
La escasa motivación del paciente requerirá de estrategias motivacionales para
mejorar
la
implicación
y
el
cumplimiento
terapéutico.
Un aspecto relevante a tener en cuenta en el tratamiento de pacientes con
trastorno dual graves es el papel que juega la abstinencia del consumo de alcohol
u otras drogas. En estos pacientes dicho objetivo debería plantearse como un
objetivo a largo plazo. Para pacientes duales cuyo trastorno mental sea menos
severo la abstinencia es un objetivo primario y su consecución muchas veces
depende del correcto diagnóstico y tratamiento del trastorno mental en sí mismo.
MODELOS RESIDENCIALES DE AUTOAYUDA
Las granjas de rehabilitación operan en un área gris, sin reglas, y en muchas los
adictos, abandonados por sus familias, se convierten en víctimas de toda clase de
abusos físicos y psicológicos.
Los “centros de rehabilitación” que suelen someter a los alcohólicos a maltratos
físicos y psicológicos, además de abusar de la desesperación de los familiares, a
quienes ofrecen esperanzas vanas de recuperación casi milagros.
La Secretaría de Salud está en proceso de actualizar la norma oficial para regular
estos sitios que, entre otras cosas, comienzan a captar no sólo a drogadictos y
alcohólicos, sino también a personas con problemas de anorexia y bulimia, a
comedores
compulsivos,
adictos
sexuales…
Desde la década de los ochenta comenzaron a proliferar en el país los grupos y
anexos de internamiento “terapéuticos” .
Y aunque Secretaria de Salud implementó desde 2000 la Norma Oficial Mexicana
NOM-028-SSA para prevenir, tratar y controlas las adicciones, estas historias de
terror siguen viva.
Las “terapias dirigidas” en esos anexos consisten en amedrentamiento, violencia
verbal y física “para desinflar el ego”, dijo. “En esos sitios el alcohólico y drogadicto
es un enfermo de su ego, por ello requiere de un tratamiento intensivo, durante 24
horas, basado en la descalificación, mentadas de madre, cortarles el cabello hasta
el rape, mantenerlos sin dormir, amarrados o hincados sobre una tabla. Todo un
campo de concentración, donde hay abuso sexual pero también contagios de
infecciones sexuales”.
“Una familia está harta del enfermo, por lo que lo castiga con el encierro, pero no
se da cuenta de que en esa granja hay una verdadera mafia de padrinos, madrinas
y custodios violentos, armados con palo, que se dedican a aislar por completo a los
internos por más tres meses.
Que es un anexo?
Es para aquellas personas que por sus condiciones necesitan un periodo de
internamiento, en estos anexos al enfermo se le inicia un proceso diario de
desintoxicación , aceptación de su propia realidad y concientización de la
enfermedad , desarrollando su buena voluntad y autoestima .
El anexo es un lugar donde las personas se acercan en busca de ayuda
temporalmente pueden vivir e iniciar su proceso de recuperación , alejado del
mundo afuera .
En ese lugar tienen sus necesidades cubiertas (comida, camas y enceres ) .La
integración lograda a través del anexo ,es de suma importancia pues esta se logra
primero como integración al grupo ,luego integración consigo mismo y
posteriormente su integración a la sociedad .
Asimismo el Anexo es para aquellos enfermos que aunque tiene recursos ,y quieren
dedicarse las 24 horas del día plenamente a su recuperación.
MODELO RELIGIOSO
En la de ayudar a estas personas en su rehabilitación por medio de retiros
espirituales ,en donde se les habla sobre el amor de DIOS , de como por medio de
su palabra pueden cambiar su forma de ver la vida sin necesidad de alcohol
drogas, o algún otro medio que dañe su integridad física .
Lo que busca la comunidad de jóvenes en el espíritu santo es que después de
terminado el retiro es darle un seguimiento a cada uno de los nuevos renovados
por lo cual es indispensables una profundización programada y permanente de las
verdades fundamentales de la fe cristiana que lo ayude a conseguir madurez en su
vida cristiana e ilumine su caminar como testigo de que Cristo vive .
Otro proceso para la rehabilitación de estos hermanos es la de la Asamblea de
oración en la cual hay un acercamiento mas con Dios por medio del Espíritu santo.
ELEMENTO FUNDAMENTAL PARA EL ENFOQUE MIXTO
MODALIDADES EN PSICOTERAPIA
Definición y alcances de la psicoterapia
La psicoterapia es un tratamiento para problemas de naturaleza emocional, en el
que una persona entrenada, establece deliberadamente una relación profesional
con un paciente, con el objeto de eliminar, modificar o retardar síntomas
existentes, cambiar patrones alterados de conducta y promover el crecimiento y
desarrollo positivo de la personalidad.
A partir de esta definición, a continuación se describe cada uno de sus
componentes:
Realizado por una persona entrenada. En búsqueda de ayuda, el individuo puede
establecer una relación con un amigo o una autoridad, motivado por los síntomas
incapacitantes y al percatarse de que la propia felicidad y productividad, son
saboteadas por fuerzas interiores que no puede comprender ni controlar.
Deliberadamente establece una relación profesional. La relación, la esencia del
proceso terapéutico es deliberadamente planeada y alimentada por el terapeuta. A
diferencia de las relaciones no profesionales, que son parte de la naturaleza social
del hombre, ésta es iniciada y desarrollada en un nivel profesional y dirigida a
metas terapéuticas específicas.
Con el objeto de eliminar síntomas existentes. Como primer paso la terapia busca
eliminar el sufrimiento del paciente, así como retirar las dificultades impuestas por
sus síntomas.
Modificar. A pesar del deseo de dar un alivio completo, la motivación inadecuada,
la disminución de la fuerza del yo, las limitaciones en el tiempo o las finanzas
asequibles al paciente, imponen restricciones a la ayuda que se pueda
proporcionar y provocan que lo que se logre sea una modificación de los síntomas
del paciente, más que una cura de ellos.
Retardar. Hay algunas formas malignas de enfermedad emocional, como los
trastornos esquizofrénicos, en los que la psicoterapia, independientemente de lo
bien aplicada que sea, sirve únicamente para retardar un proceso inevitablemente
deteriorante. Este efecto paliativo es justificado; sin embargo, es necesario ayudar
al paciente a conservar su contacto con la realidad.
Modificar patrones alterados de conducta. El reconocimiento de que muchos
problemas ocupacionales, educativos, matrimoniales, interpersonales y sociales,
son determinados emocionalmente, ha extendido el uso de la psicoterapia a
campos considerados hasta la fecha pertenecientes a los terrenos del psicólogo,
profesor, sociólogo, sacerdote o legislador. La noción de que la estructura del
carácter está involucrada en toda enfermedad emocional, ha ampliado los
objetivos de la psicoterapia, del mero alivio sintomático, a la corrección de los
patrones y relaciones interpersonales alterados.
Promover un crecimiento y desarrollo positivo de la personalidad. La finalidad de la
psicoterapia, es la maduración de la personalidad. Esto ha introducido una nueva
dimensión en el campo de la psicoterapia, que trata, por un lado, con problemas
de inmadurez de la llamada persona "normal", y por otro, con dificultades
caracterológicas asociadas con el desarrollo inhibido, que anteriormente eran
consideradas inaccesibles al tratamiento. La psicoterapia aspira a resolver los
bloqueos del desarrollo psicosocial, con objeto de que el individuo pueda tener
una autorrealización creativa más completa, promover actitudes más productivas
hacia la vida y relaciones más gratificantes con la gente.
Enfoques
Existen diversas formas de psicoterapia que se basan en diferentes marcos teóricos,
a los que comúnmente se les denomina enfoques. A continuación se mencionan
tres de los utilizados en el tratamiento de los problemas de abuso y dependencia a
sustancias. Asimismo, se presentan las modalidades psicoterapéuticas más
utilizadas.
1. Cognitivo conductual
Este modelo se originó para contender contra la depresión y la ansiedad (Beck). Su
fundamento reside en la identificación y modificación de pensamientos
desadaptativos, con miras a reducir o eliminar las conductas y sentimientos
negativos, modificando los procesos cognitivos que se asocian a las conductas y
sentimientos de los usuarios de sustancias. Para promover la motivación, se basa
en técnicas de persuasión sociopsicológica. Destaca la empatía como instrumento
para enfatizar las ventajas e inconvenientes de la conducta adictiva, explorando los
objetivos del paciente y la ambivalencia a través de la reflexión, desarrollando
aptitudes para enfrentar el estrés interno y externo, así como el aprendizaje de los
motivos de reanudación del consumo. Asimismo, fomenta y refuerza las
capacidades y conductas sociales para evitar el uso de drogas.
2. Sistémico
Esta teoría busca entender y analizar cómo un sistema se ve a sí mismo dentro de
su realidad, a partir del contexto que le rodea, lo cual incluye principios, normas
sociales, valores, educación, etcétera, es decir, los elementos culturales en que se
desenvuelve el sistema familiar. Con base en estos aspectos, se hacen
intervenciones retomando recursos que ayudan a que la familia esclarezca su forma
de vivir, tomando en cuenta que en sus relaciones interpersonales, ellos construirán
un nuevo conocimiento de interacción, con el que podrán enfrentar situaciones
que le sean conflictivas.
Por eso, las técnicas y estrategias de intervención, van enfocadas a incidir en las
relaciones familiares con el mundo que les rodea, y a su vez en cómo éstas influyen
en su interacción familiar, para que el sistema reflexione y decida la manera de
interactuar entre sus miembros.
En cuanto al abuso y dependencia a sustancias, este modelo plantea retomar
alternativas basadas en los recursos sociales con los que cuenta la familia y la
percepción que tienen de su propia problemática, para que ellos mismos
establezcan o modifiquen sus propias reglas, principios y valores que permitan
enfrentar de otra forma la situación del consumo, sin que ésto llegue a generar
nuevos conflictos que agudicen más la problemática.
3. Psicodinámico
Se fundamenta en el marco teórico-técnico del psicoanálisis, que de manera
esquemática podría presentarse así: el ser humano cuenta con un aparato psíquico
que está estructurado y conformado por instancias o partes (yo, ello y superyo),
que interactúan entre sí como respuesta a los estímulos tanto internos como
externos. Su funcionamiento psíquico está determinado por principios y
mecanismos no conscientes, que puestos en acción buscan mantener una
adecuada interacción del sujeto con su realidad.
La psicoterapia psicodinámica con sus técnicas, tiene como propósito incidir en la
estructura y funcionamiento de dicho aparato psíquico, con el fin de regular
adecuadamente la conformación de la personalidad del ser humano, reflejado en
un estilo de vida satisfactorio y gratificante.
Modalidades psicoterapéuticas
Psicoterapia individual
Esta modalidad permite profundizar en la exploración psíquica e histórica, así como
realizar de experiencias emocionales correctoras, que pueden efectuarse mejor en
esta modalidad Terapéutica.
El poder de la terapia individual reside, en parte, en la capacidad del paciente para
resolver transferencias, especialmente las negativas. Ésto requiere que el terapeuta
no se ocupe de ciertos comportamientos que por muy útiles que sean pueden
interferir con la capacidad del paciente para sacar precisamente los patrones más
profundos e irracionales de actitudes negativas, y que son los que más necesitan
resolverse. Así, el terapeuta no debe dar consejos, pero sí decidir cómo apoyar al
ego, pudiendo elegir entre la educación, la retroalimentación interpersonal realista
y el reforzamiento para el crecimiento psicológico óptimo. Esta terapia es un
terreno ideal para la integración intrapsíquica previamente negada, pero sólo a
partir de que haya una demanda en ciertas condiciones y características específicas,
es que podrá o no haber tratamiento.
La terapia psicodinámica se basa en la relación de transferencia, esto es, el espacio
y dispositivo a través del cual se da el trabajo de análisis, elaboración y resolución
de los conflictos intrapsíquicos, postulados como causa de la dependencia y del
funcionamiento del sujeto, es decir, del origen, del por qué se es, y del cómo se es.
La psicoterapia como proceso de tratamiento, debe contemplar las recaídas como
elementos de análisis, elaboración y resolución, ya que en general, pueden
definirse como actuaciones de los pacientes, que son características de los sujetos
adictos, vinculadas a los impulsos inconscientes ante situaciones angustiantes.
Los aspectos principales a trabajar en una psicoterapia individual, son las
siguientes:
� Las razones que llevan al paciente a la psicoterapia y las que pueden hacerle
permanecer en ella.
� Condiciones psíquicas del paciente en relación a la dependencia, es decir, a
su historia (temporalidad, trayectoria de uso de las sustancias, frecuencia del
consumo y situaciones o circunstancias en que ocurre).
� El lugar que ocupa y juega el paciente en su interacción con los otros y en la
relación terapéutica (transferencia).
� El significado y la función que tiene la droga en la conexión entre el campo
psíquico-emocional y la realidad externa.
� El sentido o significados que tiene el acto de drogarse para el paciente.
� Otros deseos que tiene el paciente, que pueden hacer que deje de drogarse.
Terapia psicodinámica
La experiencia ha mostrado que los motivos y las razones por las que se presentan
a tratamiento un gran porcentaje de presuntos pacientes, están vinculadas con la
angustia y la demanda de otro (familiar, amigo, institución, etcétera). El que no
acudan por sí mismos, imposibilita realizar un tratamiento con él, que no demanda,
ya que no ocupa su lugar de paciente, que es imprescindible.
Lo anterior, lleva a que en las primeras sesiones se tenga que hacer un trabajo con
la demanda, para ubicar su función y el lugar que le correspondería en una relación
verdaderamente terapéutica, que es el de ser paciente.
Mientras que como sujeto no se asuma la condición de dependiente, será difícil
que se acepte la posición de paciente, lo cual es un deslizamiento terapéutico que
permite que cambie la dependencia de la droga al terapeuta, de forma transitoria y
resolutiva. Por lo tanto debe ser manejada como tal, manteniéndola
estratégicamente, ya que este tipo de relación posibilita un tratamiento que de otra
manera no se daría. La relación transferencial se resolverá esclareciéndola,
poniendo fin al tratamiento.
Lo que la droga significa para el adicto y la función que ha venido cumpliendo, es
la razón de su uso y dependencia. Es fundamental abordar y analizar ese
significado y su función, con el fin de eliminar o sustituir aquellos significados
basados en la mera fantasía
(felicidad, potencia, creatividad, lucidez, etcétera), para darle su real y verdadero
sentido, esto es, resignificar el objeto droga y el por qué y para qué la usa.
El drogarse como acto viene a sustituir algo que no ha sido posible articular en
palabras. El paciente, al hablarlo, con ayuda del psicoterapeuta y a través de sus
intervenciones, da lugar a su verbalización y con ello a un saber, que dará sentido a
los actos anteriores, meramente impulsivos, que son en términos generales un
llamado de atención que demanda la presencia de otro. El terapeuta, es un apoyo
para abordar la separación y perdidas no elaboradas, entre ellas, principalmente la
de la madre y ahora la del objeto droga.
Mientras existan actuaciones sin sentido, es decir, actos que no sean simbolizados,
el paciente estará en riesgo de recaída.
La construcción de la autonomía y separación de objetos previos en el paciente,
son posibles a partir de la construcción de un lugar propio en función de un deseo
particular diferente al querer drogarse.
Terapia cognitiva
La terapia cognitiva es un sistema que intenta reducir las reacciones emocionales
excesivas y las conductas contraproducentes, mediante la modificación del
pensamiento erróneo o defectuoso y las creencias desadaptativas, que subyacen a
estas reacciones (Beck, 1976).
Una de las ideas básicas de la terapia cognitiva es ayudar al paciente a reducir la
intensidad y la frecuencia de los impulsos de consumir droga, mediante la
refutación de las creencias subyacentes, y enseñarle técnicas específicas a fin de
controlar y manejar sus impulsos. Específicamente, tiene como objetivo reducir la
presión e incrementar el control.
En el tratamiento del abuso de sustancias, esta terapia se caracteriza por los
siguientes aspectos: a) supone un trabajo de colaboración basado en la confianza,
b) es activa, c) se apoya en gran medida en el descubrimiento guiado y la
comprobación empírica de las creencias, y d) intenta contemplar el consumo de la
droga o la bebida como un problema técnico, para el que existe una solución
concreta.
Muchos individuos tienen creencias conflictivas en relación con los pros y contras
de utilizar una droga. A veces, están tan trabados en esa lucha entre ambas
creencias opuestas que, paradójicamente, buscarán la droga para poder aliviar la
tensión que les genera dicho conflicto.
La aplicación terapéutica de este modelo, que consiste en modificar el sistema de
creencias del individuo, va más allá de enseñarle a evitar o afrontar las situaciones
de alto riesgo.
Terapia familiar
Esta modalidad considera a la familia como paciente y al miembro adicto como el
síntoma por el que se acude a tratamiento. Los procesos de la dinámica familiar,
como la comunicación, roles, involucramiento afectivo, reglas y disciplina, control,
realización de tareas, valores e ideales, constituyen un modelo de abordaje
terapéutico para detectar los factores que promueven y mantienen las conductas
adictivas, favoreciendo el esclarecimiento de relaciones interpersonales y familiares
que llevan a la solución del conflicto.
Las distintas orientaciones teóricas de esta modalidad incluyen: la estructuralsistémica, estratégica, psicodinámica y los enfoques conductuales. Las
intervenciones pueden centrarse en el paciente, en la familia nuclear, en el cónyuge
y en el tratamiento simultáneo multifamiliar y de redes sociales.
Una de las propuestas para el trabajo en terapia familiar con adicciones fue
desarrollada por Stanton y Todd en 1982, que sugiere una aproximación
estructural-estratégica, donde lo estratégico es el eje o la guía, pero integra
también muchos elementos estructurales. El procedimiento más específico es
recurrir a la teoría estructural de Minuchin como una guía; trabajar
estructuralmente dentro de las sesiones, a través de la conexión vigente de nuevos
patrones, y aplicar técnicas estructurales tales como unión, acomodamiento,
pruebas de límites, reestructuración, entre otras, y recurrir al modelo estratégico de
Haley en términos de su énfasis a un plan específico, casos de extrasesión, cambio
del síntoma, colaboración entre el sistema de tratamiento, entre otros.
Diferentes prácticas que prevalecen en el campo del abuso de drogas, ponen un
énfasis continuo sobre el involucramiento activo de la familia de origen de los
adictos en la terapia, aún si él no está viviendo con ellos. Por lo común, estas
familias no son capaces de atravesar éxitosamente esta etapa y en lugar de ello se
quedan fijas en un círculo en el cual el adicto entra, sale o permanece de manera
inapropiada ligado a su familia. Por bien de todo el grupo, el terapeuta puede
ayudarlos a avanzar correctamente. En este sentido, se les pide que regresen a una
de las etapas tempranas donde no se había negociado exitosamente, para hacerlo
"bien" en esta ocasión. Además, se restablece el control parental de manera
gradual y apropiada. Debe notarse que este proceso frecuentemente intensifica la
experiencia total de la familia, logrando que como miembros estén más unidos.
Algunas veces el resultado de esa "comprensión" es la insistencia en la separación
con mucho menor ambivalencia que antes. Durante este período el terapeuta debe
intentar prevenir el proceso desde su recorrido hasta su curso normal para aligerar
y planear la partida del paciente.
Con la experiencia, ha llegado a ser claro que el tratamiento de terapia familiar
debe versar primeramente, sobre la triada compuesta por el adicto y ambos
padres, antes que en cualquier otra cosa. Si este primer paso se pasa por alto, el
proceso de la terapia vacilará y posiblemente fallará. En algunos casos con
matrimonios adictos donde se ha empezado con la pareja, se ha encontrado que
este trabajo solamente sirve para tensar o disolver el matrimonio, favoreciendo así,
que el adicto termine regresando con sus padres.
El grado de facilidad difiere en cada familia en la cual se puede hacer la transición
de la familia de origen a la de procreación. Algunas veces el terapeuta puede hacer
un reflejo en pocas sesiones, mientras en otros casos, puede necesitar que ellos se
involucren en el proceso mismo del tratamiento. La clave es empezar con la triada
padres-hijo, y abandonarla para así crear buena disposición del adicto para
liberarse.
Desde este enfoque, en la terapia familiar se intenta incluir a todos los integrantes
que viven en el hogar, o a los que están en cercanía inmediata. La regla del juego
es ver cómo interactúan los miembros de la familia, antes de concluir las sesiones.
Por otro lado, los compañeros pueden servir para numerosas funciones, pueden
actuar aliados al adicto y ayudarlo a afirmarse más apropiadamente. De igual
modo, los compañeros proveen datos adicionales sobre las interacciones
familiares, de los cuales los terapeutas pueden sacar ventaja.
Por lo anterior, queda claro el porqué se pone énfasis en la participación de los
miembros de la familia en la terapia, ya que el consumo de droga forma parte de la
interacción familiar y un terapeuta que no tiene acceso a ellos opera en una severa
desventaja. La participación en el tratamiento regularmente está limitada al adicto
y a su familia inmediata. Este puede ser un sistema primario, pero existen otros que
están relacionados de manera apropiada e incluyen amigos, parientes importantes,
consejeros vocacionales, empleados, autoridades legales o escolares y desde luego,
un equipo especial de profesionales en el tratamiento de drogas.
Reyes (2002), sugiere algunas técnicas dirigidas a la búsqueda de patrones alternos,
derivadas de la visión estructural y estratégica:
1) Creación de límites: se refiere al apego excesivo entre el sistema parental y el
adicto, ya sea uniendo a los padres, encomendando tareas conjuntas, reduciendo el
control excesivo, etcétera.
2) Representación: traer al consultorio (sesión terapéutica) el patrón disfuncional a
nivel interrelacional, para crear cambios hacia estructuras más funcionales.
3) Intensidad: se trata de movilizar la homeostasis para lograr un cambio en los
patrones disfuncionales.
4) Reencuadre: modificar la "realidad" parcial de la familia que tiene como
verdadera, hacia otra realidad "alterna".
5) Desequilibrio: alterar la homeostasis de manera deliberada por parte de algunos
miembros de otro subsistema, para generar pautas de comportamiento más
acordes con el ciclo familiar.
6) Búsqueda de lados fuertes: se trata de encontrar los atributos positivos de cada
miembro de la familia para fortalecer una visión más amplia.
7) Complementariedad: analizar las conductas disfuncionales, y determinar qué
otras conductas, creencias o pensamientos lo mantienen, ya que toda reacción
repercute en el resto de la familia.
Psicoterapia de grupo
La terapia de grupo permite resolver directamente en el grupo, las transferencias
múltiples (a la madre, al padre, a los hermanos y a los abuelos), que experimentan
todos los pacientes, y que pueden explorarse simultáneamente. La terapia de
grupo tiene la facultad de sacar inmediatamente las resistencias, ya que lo primero
que se pide a los pacientes, es que expresen espontáneamente todos sus
sentimientos. Así, las resistencias fundamentales de carácter salen
involuntariamente en cada sesión como: el aislamiento, la sospecha, la seducción,
la intelectualización, el estar absorto, la arrogancia, y la impulsividad, son ejemplos
de lo que debe resolverse.
La terapia de grupo es un terreno productivo para el análisis de las resistencias,
que por otras razones no pueden aparecer en las sesiones individuales. Así, la
terapia de grupo permite, en primer lugar, que aparezcan comportamientos que,
de otra forma, en las sesiones individuales nunca aparecerían; evidencia que las
diferencias individuales de los miembros de un grupo pueden provocar múltiples
resistencias; que los miembros del grupo pueden retroalimentarse mutuamente,
considerando sus cualidades rechazadas. Y por último, que éstos pueden servir
como objetos de observación, pues miran claramente en los demás la dinámica
que temen ver en ellos mismos.
A pesar de estos beneficios, la terapia de grupo en adicciones guarda
características muy particulares. Para realizar un trabajo eficaz con pacientes
adictos, el terapeuta grupal tiene que plantear el tratamiento en dos etapas
claramente diferenciadas.
En la primera, el paciente adicto generalmente se encuentra bajo la presión externa
que procede de sus familiares, empleadores, entre otros y se ven juzgados u
obligados, debido a los problemas de salud física relacionados con el consumo. El
terapeuta en este primer momento, se percata inmediatamente que muchos
pacientes se encuentran en un estado mental grave, caracterizado por sentimientos
de culpa, vergüenza y depresión, o se sienten agresivos porque hay personas que
les obligan a cumplir demandas que consideran injustas, desproporcionadas y
vengativas. Incluso cuando es el propio paciente el que desea tratamiento, cree
que podría consumir drogas y beber de una forma segura y "normal". La
realización de la terapia está más motivada por sus remordimientos y por el deseo
de eludir condenas mayores, que por el deseo de aprovechar activamente los
aspectos más eficaces de ésta. Por lo anterior, el terapeuta grupal tiene que
afrontar las dificultades de manejar a un paciente resistente en dos planos. Cuando
el paciente no se opone y se rebela activamente contra el tratamiento, intenta
convencer al terapeuta y a los demás miembros del personal que están implicados
activamente en su recuperación.
La habilidad de tratar la adicción consiste en poder superar la enorme negación y
resistencia, activa o pasiva, que se presenta en la mayoría de los pacientes adictos.
Esto conlleva la consideración de algunos aspectos éticos y terapéuticos muy
importantes. El terapeuta grupal no puede mantenerse al margen adoptando una
postura de neutralidad; el tiempo, grado de dependencia de la sustancia y ausencia
de motivación son factores que juegan en contra de la evolución de la terapia, a
diferencia de los tratamientos habituales con pacientes no adictos. El motor básico
en los adictos, consiste en llevarles a que perciban y comprendan la relación que
hay entre sus dificultades actuales en la vida diaria y el consumo de alcohol o
drogas. Cuando esto se ha logrado, se les debe transmitir las ventajas de no beber
o no consumir drogas, comparadas con los problemas derivados del consumo
continuo de ellas.
La mayoría de los terapeutas saben que no se debe decidir por los pacientes, ni se
debe comprometer la alianza terapéutica. Pero, cuando se trata de un grupo de
pacientes adictos en las primeras etapas de la recuperación, que están intentando
tomar decisiones sobre las drogas o el alcohol, se debe reconsiderar esta
afirmación.
En la segunda etapa, una vez que se ha utilizado la fuerza y la disuasión del grupo
para ayudar a que los pacientes adictos interioricen su responsabilidad sobre la
abstinencia, se debe llevar gradualmente al grupo a reconocer los factores internos
que han contribuido a su propensión al consumo de drogas como fuente de
gratificación y regulación efectiva. Los participantes deben explorar y comprender
la conexión entre el consumo de drogas, su patología de carácter y su incapacidad
para establecer relaciones íntimas sanas y satisfactorias. Asimismo, deben revisar su
pasado y la historia de sus relaciones tempranas con la familia de origen.
En el contexto de la vivencia del aquí y el ahora el grupo comienza a vislumbrar la
forma que tienen de recrear el pasado en el presente. Aprovechándose del apoyo y
feedback grupales, los participantes empiezan a adquirir conciencia y a identificar
sus estilos destructivos interpersonales, sutiles y no tan sutiles. El objetivo final en
este momento, consiste en llevar a los pacientes a una posición que les permita
desarrollar habilidades interpersonales sanas, de forma que éstas puedan
generalizarse y llevarse a la práctica, en el mundo real. Los pacientes llegan a
aprender cómo saborear, aprovechar y establecer relaciones recíprocas
satisfactorias, sin sucumbir al impulso de sabotearlas.
Enfoque Gestáltico
El enfoque Gestáltico se origina con Frederick Perls, en la década del ’40. Su
principal aporte es que el hombre se organiza como una totalidad, frente a lo
vivenciado y observado, ya sea a nivel intrapsíquico y de comportamiento.
Teniendo como objetivo el favorecer las capacidades de las personas, ampliando
sus potencialidades de autoconocimiento y autoapoyo. Se inscribe como visión
holística del ser humano porque su objeto de estudio es el ser humano como
totalidad biológica, psicológica y social en contacto con el ambiente.
Parte además del principio por el cual cada persona, pareja o familia, tiende a
mantener su equilibrio y por lo tanto su salud, en condiciones cambiantes y
autorregulables. En este contacto con el entorno la persona puede interrumpirse,
bloquearse o volver a respuestas viejas. Es allí donde el terapeuta interviene como
un soporte externo que acompaña a la persona a encontrar creativamente una
respuesta adecuada a las circunstancias actuales.
El enfoque gestáltico señala que a partir de darse cuenta del desequilibrio,
reconozcamos los recursos con los que contamos de manera libre y responsable.
Entendiendo que el ser humano adulto elige entre diferentes cursos de acción
posibles, haciéndose cargo de su elección sin adjudicársela a los otros. El objetivo
principal de la Gestalt es que la persona avance hacia una mayor conciencia de sí,
tanto a nivel corporal, emocional, experiencial y ambiental y, las interrupciones del
ciclo de la experiencia dificultan el flujo de esta conciencia. La posibilidad de
superar estas interrupciones nos permitirán lograr cada vez una mayor autenticidad
y
completud.
Para el terapeuta, la centración permanente en el “aquí y ahora”, permite
acompañar a la persona en el registro y reactualización de su deseo, llevándola a
darse cuenta de diversos de aspectos que hay en su vida. Llegar a completar una
experiencia interrumpida permite que la persona modifique su autoconcepto,
logrando ampliar los límites de lo que cree de sí y del mundo, adquiriendo así
mayor
fluidez
y
flexibilidad
en
su
funcionamiento.
Finalmente, la función del terapeuta es el de estar y acompañar a la persona en el
darse cuenta, en la aceptación de quién es y en responsabilizarse de sus elecciones,
actuando como un soporte no enjuiciador en el proceso de crecimiento de la
persona total.
PSICOTERAPEUTA MARTHA EMILIA LOPEZ SALAZAR
e-mail: [email protected]
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