Un día de campo en familia – Danny Orozco En mi familia tenemos la costumbre de ir de campamento a lugares que permitan el esparcimiento de todos, sean grandes o chicos con el fin de que encuentren la diversión en cada actividad. Recuerdo un viaje al cráter del Pululahua en el que cada cosa que experimentábamos nos permitía afrontar las adversidades que se nos presentaban, ya que, al llegar tuvimos que descender con todos los implementos para acampar, por lo que llegamos agotados y con un dolor de piernas terrible. Al llegar al campamento iniciamos con las actividades programadas, jugamos al futbol que tanto amamos en mi familia, tanto chicos como chicas nos distribuimos equitativamente para crear equipos homogéneos y que, así gane el mejor. Posteriormente, iniciamos armando las carpas y a continuación la elaboración de los alimentos. Después del descanso del almuerzo, teníamos programada la caminata tipo excursión en la que vamos cantando y tarareando algunas canciones. Al retornar nos percatamos del frío y empezamos a construir una pequeña hoguera para calentarnos y empezar con la última actividad de la noche que es contar historias de terror. Actualmente, por la pandemia no hemos podido organizar este tipo de actividades y estoy seguro que todos en la familia pensamos lo mismo, ya que, era algo que nos integraba a todos, porque permitía que compartamos tiempo juntos y disfrutáramos de las ocurrencias de todos.