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Declaracion Final del FAMA reafirma

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Declaración Final del FAMA reafirma: “El agua no es mercancía, el
agua es de los pueblos”
27 MARZO 2018 AMÉRICA DEL SUR, TIERRA, AGUA Y
TERRITORIOS, TRANSNACIONALES Y AGRONEGOCIO
El jueves 22, Día Mundial del Agua, se clausuró el Foro Alternativo
Mundial del Agua (FAMA), que reunió cerca de 7 mil personas durante
5 días en Brasilia (DF), como contrapunto al foro de las corporaciones
– Foro Mundial del Agua.
Comprendiendo el FAMA como algo más amplio que un evento, las
organizaciones que convergieron en la construcción de la lucha por el
agua divulgan esta declaración final. El compromiso fundamental es
mantenerse en la lucha, enraizar los procesos de construcción
llevados a cabo hasta aquí y mantener la movilización viva.
El documento reafirma la lucha contra cualquier privatización y el
establecimiento de propiedad privada del agua. El FAMA defiende el
agua como un bien común, es decir, un bien que debe ser controlado y
estar a disposición del pueblo, reforzando así el lema del encuentro:
“Agua es derecho, no mercancía”.
Firman el documento 36 organizaciones. Las demás entidades de
Brasil y del mundo que deseen suscribir el documento deben enviar
una solicitud a la Secretaria Operativa del FAMA, antes del día 12 de
abril a través de los correos: [email protected] /
[email protected]
Declaración completa:
DECLARACIÓN FINAL DEL FORO ALTERNATIVO MUNDIAL DE LAS
AGUAS
¿Quienes somos?
Nosotros, constructores y constructoras del Foro Alternativo Mundial
del Agua (FAMA), reunidos del 17 al 22 de marzo de 2018 en Brasilia,
declaramos a toda la sociedad todo lo que hemos podido acumular
después de muchos debates, intercambios, sesiones culturales y
declaraciones a lo largo de los varios meses de preparación, y durante
estos últimos días aquí reunidos. Somos más de 7 mil trabajadores y
trabajadoras de la ciudad y del campo, de las aguas y de las forestas,
representantes de los pueblos originarios y comunidades tradicionales,
articulados en 450 organizaciones nacionales e internacionales de
todos los continentes. Somos movimientos populares, tradiciones
religiosas y espiritualidades, organizaciones no gubernamentales,
universidades, investigadores, ambientalistas, organizados en grupos,
colectivos, redes, frentes, comités, foros, institutos, articulaciones,
sindicatos y consejos.
En la grandiosidad de los pueblos, intercambiamos experiencias de
conocimiento, resistencia y de lucha. Y somos conscientes de que
nuestra producción es para garantizar la vida y su diversidad. Estamos
aquí creando unidad y fuerza popular para reflexionar y luchar juntos y
juntas por el agua y por la vida en sus más variadas dimensiones. Lo
que nos hace común, en la relación con la naturaleza, es garantizar la
vida. Nuestra lucha es la garantía de la vida. Es eso lo que nos
diferencia de los proyectos y de las relaciones del capital, expresos en
el Foro de las Corporaciones – Foro Mundial del Agua.
También estamos aquí para denunciar la 8ª edición del Foro Mundial
del Agua (FMA), el Foro de las Corporaciones, evento organizado por
el Consejo Mundial del Agua, como un espacio de captura y robo de
nuestras aguas. El Foro y el Consejo están vinculados a las grandes
corporaciones transnacionales y buscan atender exclusivamente a sus
intereses en detrimento de los pueblos y de la naturaleza.
Nuestras constataciones sobre el momento histórico
El modo de producción capitalista, históricamente, concentra y
centraliza riqueza y poder a partir de la ampliación de sus formas de
acumulación, de la intensificación de sus mecanismos de explotación
del trabajo y de la profundización de su dominio sobre la naturaleza,
generando la destrucción de los modos de vida. Vivimos en un periodo
de crisis del capitalismo y de su modelo político representado por la
ideología neoliberal, en la que se busca intensificar la transformación
de los bienes comunes en mercancía a través de procesos de
privatización, precificación y financierización.
La persistencia de este modelo viene agudizando las desigualdades y
la destrucción de la naturaleza por medio de los “planes de salvación
del capital”, sobre todo en los momentos de profundización de la crisis.
En este escenario, las acciones del capital se orientan hacia la
manutención, a cualquier coste, de sus tasas de interés, lucro y renta.
Este modelo impone a América Latina y al Caribe el papel de
productores de artículos primarios y de proveedores de materia prima,
actividades económicas intensivas en bienes naturales y fuerza de
trabajo. Subordina la economía de estos países a un papel de
dependencia en la economía mundial, siendo ellos victimas prioritarias
de esta estrategia de ampliación de la explotación a cualquier coste.
Brasil, que es la sede de esta edición del FAMA, en este sentido es
ejemplar. El golpe aplicado recientemente demuestra la acción
coordinada entre corporaciones y sectores del parlamento, de los
medios de comunicación y del judiciario para romper el orden
democrático y someter el gobierno nacional a una agenda que atienda
rápidamente a sus intereses. La más dura medida presupuestaria del
mundo ha sido implementada en nuestro país, a través de la cual el
presupuesto público está congelado por 20 años, garantizando así el
drenaje de los recursos públicos para el sistema financiero y creando
las bases para una ola privatizadora, incluyendo en ello la
infraestructura de almacenamiento, distribución y saneamiento del
agua.
¿Cuáles son las estrategias de las corporaciones para el agua?
Identificamos que el objetivo de las corporaciones es ejercer el control
privado del agua a través de la privatización, mercantilización y de su
titularización, tornándole fuente de acumulación en escala mundial y
generando lucros a las transnacionales y al sistema financiero. Para
ello, están en curso diversas estrategias que van desde el uso de la
violencia directa, hasta las formas de captura corporativa de
gobiernos, parlamentos, judiciarios, agencias reguladoras y demás
estructuras jurídico-institucionales para actuación en favor de los
intereses del capital. Hay también una ofensiva ideológica articulada
junto a los medios de comunicación, educación y propaganda, que
buscan crear una hegemonía en la sociedad que sea contraria a los
bienes comunes y a favor de su transformación en mercancía.
El resultado deseado por las corporaciones es la invasión, la
apropiación y el control político y económico de los territorios, de las
nacientes, ríos y embalses para atender a los intereses del
agronegocio, hidronegocio, de la industria extractivista, minería,
especulación inmobiliaria y generación de energía hidroeléctrica. El
mercado de la bebida y otros sectores quieren tener el control de los
acuíferos. Las corporaciones quieren también el control de toda la
industria de abastecimiento de agua y alcantarillado sanitario para
imponer su modelo de mercado y generar lucros al sistema financiero,
transformando así el derecho históricamente conquistado por el pueblo
en mercancía. También quieren apropiarse de todos los manantiales
de Brasil, América Latina y demás continentes para generar valor y
transferir riquezas de nuestros territorios al sistema financiero,
viabilizando el mercado mundial del agua.
Denunciamos a las transnacionales Nestlé, Coca-Cola, Ambev, Suez,
Veolia, Brookfield (BRK Ambiental), Dow AgroSciences, Monsanto,
Bayer, Yara, a los organismos multilaterales como el Banco Mundial y
el Fondo Monetario Internacional y a las ONGs ambientalistas de
mercado como The Nature Conservancy y Conservation International,
entre otras que expresan el carácter del “Foro Mundial de las
Corporaciones”. Denunciamos el delito cometido por Samarco, Vale y
BHP Billiton, que contaminó con su lodo toxico el Río Doce,
asesinando a toda una bacía hidrográfica y matando numerosas
personas, crimen que hasta hoy sigue impune. Denunciamos el
reciente delito practicado por la noruega Hydro Alunorte, que desalojó
miles de toneladas de residuos oriundos de la minería por medio de
canales clandestinos en el corazón de la Amazonía y encomendó el
asesinato del líder comunitario Sergio Almeida Nascimento, que
denunciaba sus crímenes. Ejemplos como estos se están
reproduciendo por todo el mundo.
Los pueblos están siendo víctimas de este avance del proyecto de las
corporaciones. Las mujeres, pueblos originarios, pueblos y
comunidades tradicionales, poblaciones negras, migrantes y
refugiados, agricultores familiares y campesinos y las comunidades
periféricas urbanas están sufriendo directamente los ataques del
capital y las consecuencias sociales, ambientales y culturales de su
acción.
En los territorios y locales donde hubo y/o existen planes de
privatización, se profundizan las desigualdades, el racismo, la
violencia sexual y la sobrecarga de trabajo a las mujeres, la
criminalización, asesinatos, amenazas y persecución de liderazgos,
aumento de la explotaciones, brutal restricción del acceso al agua y a
los servicios públicos, reducción en la cualidad de los servicios
ofrecidos a la población, ausencia del control social, aumentos
abusivos en las tarifas, corrupción, deforestación, contaminación y
envenenamiento de las aguas, destrucción de los manantiales y ríos y
ataques violentos a los pueblos y sus territorios, en especial a las
poblaciones que resisten a las reglas impuestas por el capital.
La dinámica de acumulación capitalista se entrelaza con el sistema
hetero-patriarcal, racista y colonial, controlando así el trabajo de las
mujeres y ocultando intencionalmente su papel en las esferas de
reproducción y producción. En este momento de ofensiva
conservadora, se profundiza la división sexual del trabajo y del
racismo, causando el aumento de la pobreza y de la precariedad de la
vida de las mujeres.
La violencia contra las mujeres es una herramienta de control sobre
nuestros cuerpos, nuestro trabajo y nuestra autonomía. Esta violencia
se intensifica con el avance del capital, que se refleja en el aumento
de asesinatos de mujeres, de la prostitución y de la violencia sexual.
Todo esto imposibilita a las mujeres a vivir con dignidad y placer.
Para las diversas religiones y espiritualidades, todas estas injusticias
relacionadas con el agua y sus territorios caracterizan una
desacralización del agua recibido como un don vital y dificultan las
relaciones con el Transcendente, como horizonte mayor de nuestras
existencias.
Destacamos que para los Pueblos Originarios y Comunidades
Tradicionales hay una relación interdependiente con las aguas y todo
lo que les afecta. Así que todos los ataques criminales que el agua
sufre repercuten directamente en la existencia de estos pueblos en
sus cuerpos y mentes. Estos pueblos se afirman como agua, pues
existe una profunda unidad entre ellos y los ríos, lagos, estanques,
manantiales, acuíferos, pozos, veredas, aguas freáticas, estuarios,
mares y océanos como entidad única. Declaramos que las aguas son
seres sagrados. Todas las aguas son una solo agua en permanente
movimiento y transformación. El agua es entidad viva y merece ser
respetada.
Finalmente, constatamos que la entrega de nuestras riquezas y bienes
comunes conduce a la destrucción de la soberanía y de la
autodeterminación de los pueblos, así como la perdida de sus
territorios y modos de vida.
Pero nosotros afirmamos: ¡resistimos y venceremos!
Nuestra resistencia y nuestra lucha son legítimas. Somos los
guardianes y guardianas de las aguas y defensores de la vida. Somos
un pueblo que resiste y nuestra lucha vencerá todas las estructuras
que dominan, oprimen y explotan nuestros pueblos, cuerpos y
territorios. Somos como el agua, alegres, transparentes y en
movimiento. Somos pueblos del agua y el agua de los pueblos.
A lo largo de estos días de convivencia colectiva, identificamos una
extraordinaria diversidad de prácticas sociales, con enorme riqueza de
culturas, conocimientos y formas de resistencia y de lucha por la vida.
Nadie se rendirá. Los pueblos de las aguas, de las forestas y del
campo resisten y no se rendirán al capital. De la misma manera se
está dando la lucha de los pueblos, de los operarios y de todos los
trabajadores y trabajadoras de las ciudades, que demuestran cada vez
más fuerza. Tenemos la convicción de que solamente la lucha
conjunta de los pueblos podrá derrotar todas las estructuras injustas
de esta sociedad.
Identificamos que la resistencia y la lucha viene realizándose en todos
los sitios y territorios de Brasil y del mundo, y estamos convencidos de
que nuestra fuerza debe caminar y unirse a las grandes luchas
nacionales e internacionales. La lucha de los pueblos en defensa de
las aguas es mundial.
Agua es vida, es salud, es alimento, es territorio, es derecho humano,
es un bien sagrado.
Lo que proponemos
Reafirmamos que las diversas luchas en defensa de las aguas dicen,
alto y claro, que el agua no es y no puede ser mercancía. No es
recurso que puede ser apropiado, explotado y destruido para un buen
rendimiento de los negocios. El Agua es un bien común y debe ser
preservado y gestionado por los pueblos para las necesidades de la
vida, garantizando su reproducción y perpetuación. Por ello, nuestro
proyecto para las aguas tiene en la democracia su pilar fundamental.
Es solamente a través de procesos verdaderamente democráticos,
que superen la manipulación de los medios de comunicación y del
dinero, que los pueblos pueden construir el poder popular, el control
social y el cuidado sobre las aguas, afirmando sus saberes,
tradiciones y culturas, en oposición al proyecto autoritario, egoísta y
destructivo del capital.
Somos radicalmente contrarios a las distintas estrategias presentes y
futuras de apropiación privada del agua y defendemos el carácter
público, comunitario y popular de los sistemas urbanos de gestión y
cuidado del agua y saneamiento. Por ello, fortalecemos y estimulamos
los procesos de reestatalización de compañías de aguas y
alcantarillas, y otras formas de gestión. Seguiremos denunciando los
intentos de privatización y apertura de Capital, a ejemplo de lo que
ocurre en Brasil, donde 18 estados manifestaron interés en la
privatización de sus compañías.
Defendemos el trabajo digno, asentado en relaciones democráticas de
trabajo, protegidas y libres de toda forma de precariedad. También es
fundamental la garantía del acceso democrático y sostenible al agua
junto a la implementación de la reforma agraria y la defensa de los
territorios, con garantía de producción de alimentos en bases
agroecológicas, respetando las prácticas tradicionales y buscando
atender la soberanía alimentaria de los trabajadores y trabajadoras
urbanas y del campo, forestas y aguas.
Estamos comprometidos con la superación del patriarcado y de la
división sexual del trabajo, y por el reconocimiento de que el trabajo
doméstico y de cuidados está en la base de la sostenibilidad de la
vida. El combate al racismo también nos une en la lucha por el
reconocimiento, titulación y demarcación de los territorios de los
pueblos originarios y comunidades tradicionales, y en la reparación al
pueblo negro e indígena que vive marginalizado en las periferias de
los centros urbanos.
Nuestro proyecto está orientado por la justicia y por la solidaridad, no
por el lucro. En nuestro proyecto nadie tendrá sed o hambre y todos y
todas tendrán acceso al agua de cualidad, regular y suficiente, así
como a los servicios públicos de saneamiento.
Nuestro plan de acciones y luchas
La profundidad de nuestros debates y elaboraciones colectivas, el
éxito de nuestra movilización, la diversidad de nuestro pueblo y la
amplitud de los desafíos que necesitan ser combatidos nos impulsan a
continuar el enfrentamiento contra el sistema capitalista, patriarcal,
racista y colonial, teniendo como referencia la construcción de la
alianza y de la unidad entre toda la diversidad presente en el FAMA
2018.
Trabajaremos, a través de nuestras formas de lucha y organización,
para ampliar la fuerza de los pueblos en el combate a la apropiación y
destrucción de las aguas. La intensificación y cualificación del trabajo
de base junto al pueblo, la acción y la formación política para construir
una concepción critica de la realidad serán nuestros instrumentos. El
pueblo debe asumir el comando de la lucha. Apostamos por el
protagonismo y por la creación heroica de los pueblos.
Practicaremos nuestro apoyo y solidaridad internacional a todos los
procesos de luchas de los pueblos en defensa del agua y
denunciaremos la arquitectura de la impunidad, que, por medio de
regímenes de libre comercio e inversiones, concede privilegios a las
corporaciones transnacionales y facilitan sus delitos corporativos.
Multiplicaremos las experiencias compartidas en el Tribunal Popular
de las Mujeres para la promoción de la justicia popular, visibilizando
las denuncias de los crímenes contra nuestra soberanía, los cuerpos,
los bienes comunes y la vida de las mujeres del campo, de las
forestas, aguas y ciudades.
El agua es un don que la humanidad ha recibido gratuitamente, es un
derecho de toda las criaturas y bien común. Por ello, nos
comprometemos a unir mística y política, fe y profecía en sus prácticas
religiosas, luchando contra los proyectos de privatización,
mercantilización y contaminación de las aguas que maltratan a su
dimensión sagrada.
El Foro Alternativo Mundial del Agua (FAMA) apoya, se solidariza y
estimulará todos los procesos de articulación y de luchas entre
nuestros pueblos en Brasil y en el mundo, tales como la construcción
del “Congreso del Pueblo”, del “Campamiento Tierra Libre”, de la
“Asamblea Internacional de los Movimientos y Organizaciones de los
Pueblos”, de la “Jornada Continental por la Democracia y Contra el
Neoliberalismo”, de la campaña internacional para desmantelar el
poder corporativo y por el “tratado vinculante”, como herramienta para
exigir justicia, verdad y reparación ante a los crímenes practicados por
las transnacionales.
Convocamos a todos los pueblos a luchar juntos para defender el
agua. El agua no es mercancía. El agua es del pueblo y por los
pueblos debe ser controlado.
Es tiempo de esperanza y de lucha. Solamente la lucha nos hará
vencer. ¡Triunfaremos!
Firman esta declaración:
Articulação dos Povos Indígenas do Brasil
Articulação Semiárido Brasileiro
Associação Brasileira de Saúde Coletiva
Associação Nacional dos Serviços Municipais de Saneamento
Cáritas Brasil
Central de Movimentos Populares
Conselho Nacional das Populações Extrativistas
Confederação Nacional dos Urbanitários
Confederação Nacional das Associações de Moradores
Coordenação Nacional de Articulação das Comunidades Negras
Rurais Quilombolas
Conselho Nacional de Igrejas Cristãs do Brasil
Confederação Nacional dos Trabalhadores na Agricultura
Comissão Pastoral da Terra
Confederação Sindical de Trabalhadores/as das Américas
Central Única dos Trabalhadores
Federação de Órgãos para Assistência Social e Educacional
Fórum Brasileiro de ONGs e Movimentos Sociais para o Meio
Ambiente e o Desenvolvimento
Federação Nacional das Associações do Pessoal da Caixa Econômica
Federal
Federação Interestadual de Sindicatos de Engenheiros
Frente Nacional pelo Saneamento Ambiental
Federação Nacional dos Urbanitários
Federação Única dos Petroleiros
Fórum de Mudanças Climáticas e Justiça Social
Instituto Brasileiro de Proteção Ambiental
Internacional de Serviços Públicos
Marcha Mundial das Mulheres
Movimento dos Atingidos por Barragens
Movimento dos Pequenos Agricultores
Movimento de Pescadores e Pescadoras Artesanais do Brasil
Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra
Movimento dos Trabalhadores Sem Teto
ONG Proscience
Rede Mulher e Mídia
Serviço Interfranciscano de Justiça Paz e Ecologia
Sociedade Internacional de Epidemiologia Ambiental
Vigência
Traducido por: Amanda Verrone
Más información: www.fama2018.org
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