Después de las crisis de fines del siglo XX y de la primera década del siglo XXI las contradicciones sociales han llegado a su punto crucial en sectores vulnerables juveniles y principalmente en mujeres, las consecuencias en lo que se refiere a desempleo masivo y por ende a su exclusión de la seguridad social en sanidad, educación y vivienda. A esto se suma el descontrol neoliberal de los sistemas crediticios que remataron en ejecución masiva de hipotecas, de ahí entonces, los sistemas representativos de la política moderna no alcanzaron a dar respuesta oportuna a estas contradicciones al encontrarse entrampados en razonamientos de interés económicos dirigidos por la deudocracia. Carmona Hurtado (2013) explica que es la búsqueda de acceso a la democracia lo que lleva a los movimientos árabes y de los indignados de España a las prácticas de asambleas de plazas públicas como mecanismos de interés general de la sociedad. En este sentido, la ocupación de las plazas figura un movimiento democrático, en tanto que permite la manifestación de un poder popular, en forma de opiniones y de acciones que normalmente no encuentran un ámbito de desarrollo, debido a los diferentes monopolios que regulan el juego político de nuestras sociedades. Simbólicamente, también remite la política a su remoto lugar de nacimiento, el ágora griego, posibilitando así un nuevo comienzo. (Carmona Hurtado, 2013, pág. 61) Los jóvenes que inicieron sus protestas en la Plaza de Catluña provenían de diferentes sectores sociales afectados por las crisis y se asumían como víctimas de decisiones políticas contrarias a sus intereses, además, la identificación colectiva que aparecía en común era su juventud por lo que las diversas desventajas tenían un punto de convergencia para ser tomadas como base de una plataforma de movilización colectiva. Valero Oteo(2016) explica que la conversión de una acción colectiva en una movilización social partte de una identiificación de colectividad de pertenencia, pero también de una identificaxión de la colectividad oponente, “En este sentido, la acción colectiva se encarga de crear dicha identidad (marco de acción colectiva), que será compartida por los participantes del movimiento, para reforzar el enfrentamiento con los oponentes, utilizando para ello, y de forma estratégica, las redes sociales”. (Valero Oteo, 2016, pág. 91) Los colectivos de jóvenes que organizaron protestas en digerentes ciudades de algunos países semejantes al 15 M se identificaban como sectores locales en cuanto a la solidaridad de sus protestas y señalaban acusadoramente a sectores empresariales y políticos de sus localidades por tomar decisiones y estrategias excluyentes, por otoro lado, las afinidades de las protescas desembocaron en su identidad como un movimiento gobal de las juventudes y a los oponentes en las empresas multinacionales y las estrategias neoliberales de los organismos multilaterales. Valero Oteo (2016) define a los movimientos globales a los que identifican las dimensiones de las fuerzas que les determinan sus expectativas y sus limitaciones so ciales. Estos movimientos globales presentan unas características específicas que los diferencian de los movimientos anteriores. Una distinción fundamental es que para ellos el mundo es una “realidad multidimensional: existen distintas caras que dan acceso al mismo, lo que se traduce en distintas formas de representarlo y de incidir sobre él” (Valero Oteo, 2016, pág. 93) Ambos errores dieron como resultado un proceso de generalización de nociones espontaneistas donde se mezclaban aproximaciones parciales que indicaban que aquel proceso se había gestado a partir de una nada cibernética, en contextos completamente adánicos, sin antecedentes y sin organización en la que apoyarse. Una especie de Big Bang creador que desconocía, ocultándolo, todo el entramado de organizaciones, sinergias, encuentros, desencuentros, intentos y antecedentes de otras luchas y organizaciones que sostuvieron, (Razquin, pág. 278) Bibliografía: Carmona Hurtado, J. (2013). El proceso que está teniendo lugar: el 15 M y la intuición feminista. Oxímora. Revista Internacinal de ética y política(2), 58-77. Recuperado el 9 de Marzo de 2021, de https://revistes.ub.edu/index.php/oximora/article/view/6294/8036 Razquin, A. (s.f.). La dimensión on line de la vida social del movimineto 15 M. Redes.com. Revista de estudios para el desarrollo social de la comunicación(11), 274-310. Obtenido de https://www.academia.edu/17792229/La_dimensi%C3%B3n_on_line_en_la_vida_social_ del_movimiento_15M_Una_aproximaci%C3%B3n_etnogr%C3%A1fica_The_on_line_dime nsion_in_the_15m_movement_social_life_An_etnographic_approach Valero Oteo, I. (2016). La visión de los jóvenes universitarios sobre el movimiento 15 M. Larralde. Investigación y Espacios(39), 89-105. Obtenido de https://www.ingeba.org/lurralde/lurranet/lur39/39VALERO.pdf