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Tompkins-Pasos bajo el agua...

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"Pasos Bajo el Agua" y "Bosquejo de Alturas" de Alicia Kozameh: Tortura,
Resistencia y Secuelas
Article in Chasqui · May 1998
DOI: 10.2307/29741400
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Cynthia Tompkins
Arizona State University
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"Pasos Bajo el Agua" y "Bosquejo de Alturas" de Alicia Kozameh: Tortura, Resistencia y
Secuelas
Author(s): Cynthia Margarita Tompkins
Source: Chasqui, Vol. 27, No. 1 (May, 1998), pp. 59-69
Published by: Chasqui: revista de literatura latinoamericana
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/29741400
Accessed: 12-10-2016 05:24 UTC
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PASOS BAJO EL AGUA Y "BOSQUEJO DE
ALTURAS" DE ALICIA KOZAMEH: TORTU?
RA, RESISTENCIA Y SECUELAS
Cynthia Margarita Tompkins
Arizona State University West
La novela Pasos bajo el agua (1987) y el cuento "Bosquejo de alturas" (1992) de Alicia
Kozameh,1 marcan un hito en el g?nero testimonial latinoamericano2 ya que en lugar de presen?
tarse como una exposici?n "objetiva" de los hechos al estilo de Rigoberta Mench?, Kozameh opta
por la ficci?n. A?n absteni?ndonos de disquisiciones filos?ficas sobre la materialiadad de lo
"real," lo ineludible de la ficcionalizaci?n de la memoria y lo inevitable de la mediaci?n del
idioma,3 es necesario considerar que a diferencia de La mujer habitada de Gioconda Belli, los
hechos narrados tanto en Pasos bajo el agua como en "Bosquejo de alturas" acontecieron. En el
pr?logo a la primera edici?n de la novela Kozameh apunta, "lo sustancial de cada uno es verdade?
ro, sucedi?, lo viv? yo misma o lo vivieron otras compa?eras y yo lo supe, aunque he reemplaza?
do nombres o quiz? detalles que para nada cambian, de hecho, la esencia de la cosa" (Kozameh,
Pasos 7) (Sobre el trato de las mujeres entre las v?ctimas de la tortura v?ase Allodi (1990),
CODEPU y CONADEP).
La originalidad de los textos de Kozameh estriba en descripci?n de ciertos comportamientos
que aunque podr?an ser atribuidos a la idiosincracia de los personajes, se asemejan a las secuelas
de las v?ctimas de la tortura.4 Preciso es aclarar que aunque hace tiempo que la privaci?n de los
'Alicia Kozameh, nacida en Rosario, Argentina (1953), ha publicado adem?s
"El encuentro. P?jaros." Su novela in?dita Patas de avestruz (1989-90) ha sido publicada en
alem?n [StraussenbeineJ. Fragmentos de esta novela, al igual que "Bosquejo de alturas," han
aparecido tanto en espa?ol como en alem?n.
2Seg?n el criterio de Casa de las Americas, "el testimonio es un g?nero literario h?brido
compuesto por una documentaci?n fidedigna de una realidad (lo cual corresponde a la historia),
escrita en forma literaria (correspondiendo a la novela y el cuento)" (Rom?n-Lagunas 215). La
bibliograf?a sobre el testimonio es tan extensa que a modo de muestra se menciona la obra de
Elzbieta Sklodowska, John Beverley y Marc Zimmerman.
3E1 testimonio es una "refracci?n de [la] realidad, debida a la memoria, la intencionalidad y
la ideolog?a" (Elzbieta Sklodowska 28 en Rom?n Lagunas 214).
4Stuart Turner y Caroline Gorst-Unsworth proponen la siguiente categorizaci?n de las secue?
las: "Incomplete emotional and cognitive processing; Depressive reactions and life events; Somat?
ic symptoms; The existential dilemma." Adem?s sugieren que el tratamiento se complemente con
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60 Pasos bajo el agua y "bosquejo de alturas" de Alicia Kozameh
derechos humanos y la tortura en general se examinan desde una ?ptica interdisciplinaria (Corradi
et al. 1), este tipo de an?lisis es m?s reciente en campos tales como en el de la medicina y
espec?ficamente en la psiquiatr?a (Kantemir 400-401). La novedad de la obra de Kozameh estriba
en la interconexi?n entre la vertiente testimonial y la ficci?n, entre la denuncia de la violaci?n
de los derechos humanos y el examen de sus secuelas.
Desde una postura deconstruccionista y vali?ndose de los s?ntomas identificados por la
psiquiatr?a como secuelas de la tortura, este examen de Pasos bajo el agua y "Bosquejo de
alturas" de Alicia Kozameh, intenta demostrar que parad?jicamente la novelizaci?n de la expe?
riencia otorga mayor latitud a la denuncia ya que la presunta objetividad de la voz narrativa del
testimonio tradicional se ver?a minada si se admitiera estar experimentando: procesamientos
cognitivos y/o emocionales incompletos, depresi?n, hiperreacci?n ante el peligro, amnesia,
insomnio, pesadillas o flashbacks constantes producto de la repetici?n del trauma, y, principal?
mente, dificultades en la construcci?n de un esquema de la realidad que concuerde con la domi?
nante social.
El pr?logo de Pasos bajo el agua sit?a el texto en el campo de la literatura testimonial:
Fui apresada, con un par de horas de diferencia, con el que en ese momento era
mi compa?ero, el 24 de setiembre de 1975. Liberada con libertad vigilada (otra
forma de arresto) el 24 de diciembre de 1978. En abril de 1980 logr? que, final?
mente y despu?s de imaginables peripecias y acorralamientos, me fuera entregado
el pasaporte tramitado ocho meses antes. Y en los primeros d?as de junio de ese
a?o me fui al exilio... (7)
"Bosquejo de alturas" se conecta intertextualmente en la novela mediante la mutua referencia
al traum?tico momento en que a la reja que las separaba del resto del pabell?n se le a?ade "una
l?mina de hierro que las dej? sepultadas por m?s de un a?o" (Kozameh, "Bosquejo" 38-39).
Mientras que Pasos bajo el agua comienza en medias res explorando retrospectivamente la expe?
riencia de la prisi?n y el posterior intento de reajuste a la libertad, "Bosquejo de alturas" se
restringe a la vida diaria de las detenidas (92).
A primera vista ni Pasos bajo el agua ni "Bosquejo de alturas" parecen tocar el tema de la
tortura sino el de la privaci?n de la libertad y por ende, la cultura del terror orquestada por las
dictaduras militares del cono sur durante la d?cada de los a?os 1970 (aunque existe una amplia
bibliograf?a sobre la cultura del miedo, v?ase Garret?n). Sin embargo, la intencionalidad del
sufrimiento f?sico y ps?quico, el m?vil del castigo y el consentimiento t?cito o expreso de funcio?
narios p?blicos, son factores definitorios de la tortura.5 Y es precisamente la motivaci?n pol?tica
de la tortura la que ha llevado a los profesionales chilenos a optar por compromiso ?tico con sus
pacientes en lugar de la tradicional neutralidad profesional (Becker et al. 142). Finalmente, es
el de los familiares de la v?ctima.
5De acuerdo a la declaraci?n sobre derechos humanos de las Naciones Unidas de 1987, se
define legalmente como tortura, "any act by which severe pain or suffering, whether physical or
mental, is intentionally inflicted on a person for such purposes as obtaining from him or a third
person information or a confession, punishing him for an act he or a third person has committed
or is suspected of having committed, or intimidating or coercing him or a third person, or for any
reason based on discrimination of any kind, when such pain or suffering is inflicted by or at the
instigation of or with the consent or acquiescence of a public official or other person acting in
an official capacity" (Mollica 581-82).
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obvio que m?s all? del plano individual, la tortura desintegra la urdimbre socio-cultural y pol?tica
(Gonsalves et al. 352; Chester 213).
Desde el punto de vista de la historia, Pasos bajo el agua comienza con una escena t?pica de
la Argentina del "proceso de reorganizaci?n nacional" (1976-1982),6 ya que los "operativos"
(secuestros) sol?an llevarse a cabo en el domicilio de la v?ctima (Fornazzari y Frei 258). El
ineludible castigo f?sico, que contin?a en la jefatura de polic?a (Fornazzari y Frei 258), se justifica
por la necesidad de recabar informaci?n (Pasos 20; 24).
La arbitrariedad de los procedimientos tiene la funci?n de fomentar el terror (el estr?s se
exacerba mediante la incertidumbre) (Melamed 16; v?ase adem?s Basoglu y Mineka).. Por eso,
durante las requisas, la responsabilidad se hace recaer sobre algunas detenidas escogidas aparente?
mente al azar (39). "Chana y Sol [quienes] eran arrastradas por los pelos por las escaleras del
s?tano [pasan a estar] aisladas en el pabell?n de enfrente, supuestamente castigadas por resistirse
al cierre de la tal cocina" (40). Ante la solidaridad del reclamo de las compa?eras las autoridades
optan por arrojarles bombas lacrim?genas que se incendian al caer sobre los estragos de la
requisa, es decir sobre un piso mojado de kerosene mezclado con az?car (1987:40). La vulnerabi?
lidad de las detenidas es evidente, "[d]esde la guardia hab?an sido encendidas todas las luces del
s?tano, de manera que ahora eran completamente visualizables" (41).
En la tortura psicol?gica son comunes las amenazas de muerte, dirigidas tanto hacia la
persona de la v?ctima (21) como a la de sus allegados (21). Su efecto se acent?a mediante la
incertidumbre. Despu?s de informarle a Sara que su compa?ero ha sido ejecutado (1987:20) se
le dice que est? vivo (24).
Durante la "guerra sucia" era com?n se destruyera (20) o sustrajera el patrimonio del detenido
tanto en el hogar como en la prisi?n (22). Adem?s de quitarles libros, agujas de tejer, "cuadernos
con escritos personales [y] una de las radios port?tiles" (41-42) las carceleras destruyen lo restante
para desmoralizarlas. Los saquitos de t? "nadaban en un balde lleno de detergente, [el p]apel
higi?nico [estaba] todo cortado, [el] dent?frico [hab?a sido vaciado] en bolsas de polietileno"
(1987:41).
Aunque Sara, la protagonista, parezca haberse librado de la tortura f?sica, las referencias
abundan (se considera v?ctima "indirecta" a quien fue expuesto a "death threats to patients and/or
family members, or detention, disappearance or death of close relatives" [Fornazzari y Freir?
257]). Juliana, que fue torturada (48), recuerda los angustiantes "gritos de las compa?eras que
estaban en los chanchos [incomunicadas] pidiendo agua. O...ir al ba?o" (93).
Adem?s de la privaci?n del alimento (90), la tortura comprende la negaci?n de servicios
b?sicos. Es as? que Patricia del Campo fallece porque se le niega asistencia m?dica (1987:70-74).
Mientras que Berta pide, infructuosamente, "que la lleven al dentista" (78), los alaridos de D?bora
trasuntan su incapacidad de seguir soportando el dolor de muela (1994:90).
Los ejemplos de resistencia individual y colectiva son numerosos. Inicialmente, el comporta?
miento de Sara parece responder a pautas subversivas ya que endurece el est?mago mientras le
pegan (20) y aduciendo que le sangra la nariz pide un pa?uelo colgado de la ventana del dormito?
rio (21) para que sus "compa?eros no se acerfquen] a la casa" (21). A pesar de que en el autom??
vil le bajen la cabeza entre las piernas, Sara logra orientarse (23). Sara tambi?n desobedece
6Otto Doerr-Zegers parte de la experiencia chilena para examinar la pr?ctica oficial de la
tortura como parte de la Doctrina de Seguridad Nacional. Cabe destacar que Alicia Kozameh fue
detenida en Septiembre de 1975, es decir, durante la presidencia de Isabel Per?n y antes del inicio
oficial del Proceso.
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62 Pasos bajo el agua y "bosquejo de alturas" de Alicia Kozameh
durante el traslado (sobre "traslados" v?anse CONADEP y Verbitsky), "[l]evant? apenas la
cabeza. Ya casi todas las compa?eras est?n colocadas en hileras, sentadas a lo Buda en el suelo,
engrilladas al acero del piso, las cabezas bajas y el brazo libre pesando sobre la nuca..." (50).
Finalmente, Sara desobedece camino a la libertad, "[e]ra dificil?simo mirar hacia arriba sin o?r
un grito que nos recordara que est?bamos todav?a presas, pero m?s dif?cil resultaba perderse el
cielo negro y estrellado de las cinco de la ma?ana" (1987:101). En lugar de dirigirse hacia el
individuo en particular, la tortura tiene como funci?n asaltar el cuerpo social, a fin de lograr la
desintegraci?n sociocultural y pol?tica (Gonsalves et al. 352; Chester 213)7
Seg?n Nancy Caro Hollander:
the capacity to resist the psychologically damaging impact of torture may be
understood in Kleinian terms as the victim's regression to the paranoid-schizoid
position, in which he or she can sustain the vision of a world split between good
and evil. If the torture victim can retain a clear differentiation between the positive
political project and solidarity with one's comrades on the one hand and the idea
of the negative military and oppressive social system on the other, she has been
able to subvert the torture team's goal of altering her political and psychological
identity (Hollander 280).8
Partiendo del primer acto de resistencia colectiva, la comunicaci?n por medio de papelitos
escondidos dentro de una plancha (33), las maneras de resistir se multiplican. Las detenidas
combaten la precariedad de su situaci?n al montar guardia permanente (57-65; 1994:83;88).
Tambi?n intentan esconder de las celadoras lo que consideran vital:
Y tanta necesidad de espacio las concentr? ... en ocupar huecos en colchones,
almohadas, en la ropa, en sus propios cuerpos, que preservaban los tesoros de que
viv?an: tanques de biromes, papeles delgados, libros livianos, alg?n reloj pulsera
sin la malla (1987:39).
En "Bosquejo de alturas" las presas esconden sus tesoros: una pinza de depilar, una radio, un
reloj, tres tanques de biromes y dos agujas de coser debajo de una baldosa suelta en el ba?o que
les tom? m?s de un mes ahuecar" ("Bosquejo" 82).
En ambos textos se enfoca la producci?n cultural. En Pasos bajo el agua Sara logra salvar
sus poemas al copiarlos sobre papel para liar cigarrillos. Entonces los esconde "en una de las tiras
forradas de sus dos pares de sandalias de verano" que entrega a su padre durante la ?ltima visita
{Pasos Al). Asimismo, al coserle un doble fondo al bolso de la liberaci?n, Sara "salva...de la
requisa militar dos cuadernos con anotaciones de dos a?os" (102). La resemantizaci?n de s?mbo?
los patrios les da satisfacci?n ya que al ser trasladadas se regodean pensando en la reacci?n de
7"Torture is a systematic and deliberate policy such that it is best described as a human
induced disaster; Torture is directed not only at the individual but at the entire social and political
fabric of a country; Torture is an assault directed at the very core of the person and at the prima?
ry sociopolitical groups of society; The impact of torture is so profound and extensive that it
results in massive psychic trauma upon the individual, and in sociocultural and political disinte?
gration" (Gonsalves et al. 352).
8Doerr-Zegers tambi?n menciona el proceso de deshumanizaci?n resultante de la aplicaci?n
de un sistema ideol?gico binario, tanto por parte de los torturadores como de los torturados
(Doerr-Zegers 180-81). V?ase adem?s Staub (52-54). Mientras que Hollander y CONADEP
examinan la cultura del terror estatal en la experiencia argentina, CODEPU lo hace sobre la
experiencia chilena.
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Cynthia Margarita Tompkins 63
las carceleras ante el descubrimiento de la bandera sui generis que les dejaran colgada en el ba?o
(49).
Al examinar la vida diaria de las detenidas, "Bosquejo de alturas" presenta un amplio espectro
de producci?n cultural. Susana crea llaveros, colgantes y anillos "de los huesos que vienen con
la comida rasp?ndolos contra el piso de cemento, y esculpi?ndolos con saliva y una aguja"
("Bosquejo" 82). Con "arroz blanco amasado" Maura confecciona ceniceros y platos (1994:83).
"Liliana, Elizabeth y Telma [dan] clase de anatom?a, de franc?s y de historia" (1994:88). Las
detenidas comparten textos tales como Grande sert?o: Veredas o el Anti-D?ring, que luego son
resumidos en papel de liar cigarrillos y preservados en forma de tampones (83). La biblioteca
representa: "[s]us pensamientos. Su caudal intelectual [y 1]a justificaci?n de resistir" (1994:83).
La puesta de escena de obras de teatro facilita el esparcimiento general a la vez que genera
resistencia colectiva (84-86). El uso del papel plateado de paquetes de cigarrillos para la creaci?n
de la armadura de Julio C?sar ilustra tanto su inventiva como los m?nimos recursos de los que
disponen para el bricolage. La narraci?n de pel?culas y el fumar les permite olvidarse del hambre
(87). Las acciones conjuntas levantan la moral. En el penal de Devoto se intercomunican median?
te un "tel?fono," hidr?ulico que depende del vaciamiento del tanque de los inodoros (1987:71).
Sin embargo, pese a que m?s de novecientas reclamen a gritos y luego golpeando sus jarros,
atenci?n m?dica para Patricia del Campo, ?sta les es negada (Pasos 73).
Y a?n el clima optimista de "Bosquejo de alturas" es perforado por las noticias que reciben
del exterior. Por radio se enteran que "tres delincuentes subversivos [incluyendo] una mujer joven
con varios meses de embarazo fueron abatidos" ("Bosquejo" 86). Asesinados, dictaminan, al
recordar que Marisa "no ten?a armas ni nunca las tuvo" ("Bosquejo" 86). Hacia final de texto,
comunic?ndose con su madre a trav?s de un tragaluz Andrea le informa: que est?n bien pero no
les dan comida y que D?bora necesita un dentista.9 A su vez se entera que no se les permitir?n
m?s visitas, y que mataron a su primo (1994:91).
En "Sara, Elsa, Marco, and the Dance of Great Sadness," uno de los cap?tulos adicionales de
la traducci?n al ingl?s se pone a prueba la camarader?a de las detenidas, ya que Sara vence su
atracci?n por Marco al darle prioridad al v?nculo que la une a Eisa, "but my love for him doesn't
interest me as much as your friendship does" (Kozameh, Steps 57). Asimismo, Marco admite,
"[t]ogether you have a sort of energy I don't understand very well. And I don't know where it
comes from. And even though you all seem to be fighting, there's nobody that can split... you"
(64). Tambi?n en "Bosquejo de alturas" se recurre a la imagen de la energ?a para representar el
v?nculo que une a las detenidas:
Fulgores, estallidos, activados en zonas ocultas. Nada de intentar encontrarlos en
un cielo azul, ni siquiera combinados con rojos o p?rpuras de ciertos atardeceres.
S?lo en s?tanos. En espacios donde el aire es oscuro, y tan espeso que transmite
las ondas de los crujidos, las pisadas de los borcegu?es. De los grandes zapatos que
golpean contra el piso superior. Sobre las cabezas aqu?, sobre las cabezas all?, las
cabezas y los extremos de los dedos. Que echan luz. ("Bosquejo" 81)
Con respecto a la construcci?n del sujeto en el g?nero del testimonio, y espec?ficamente en
el caso de Me llamo Rigoberta Mench? y as? me naci? la conciencia, Doris Sommer se?ala:
Tal vez la diferencia ret?rica m?s evidente entre la autobiograf?a y el testimonio
[sea] el "sujeto plural" a veces impl?cito y a veces expl?cito del testimonio. En
9"Tooth and gum damage results both from neglect of hygiene in imprisoned people under
severe conditions of deprivation and from direct blows to the mouth" (Allodi 1991:6).
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64 Pasos bajo el agua y "bosquejo de alturas" de Alicia Kozameh
lugar de una persona inimitable, Rigoberta es una representante, no diferente a su
comunidad sino diferente a nosotros. (Sommer 141)
Sommer llega a la conclusi?n de que "el fen?meno de un sujeto colectivo del testimonio no es
el resultado de un estilo personal de parte de la persona que testifica. Es la traducci?n de una
pose autobiogr?fica hegem?nica a un lenguaje colonizado que no iguala identidad con individuali?
dad" (Sommer 141-42). En "Bosquejo de alturas" el "sujeto plural" se articula mediante referen?
cias al cuerpo femenino como met?fora de la naci?n (Masiello 164):
Somos este gran s?tano, este nudo apretado de la historia, somos la fuerza y el
ingenio con que nos desatamos. Somos la soldadura y cada chispa. El cuerpo de
todas somos. El gran cuerpo completo. Todo el cuerpo. Su sangre somos, y los
huesos. La piel y la respiraci?n. La gran vagina... ("Bosquejo" 92)
Sin embargo las im?genes dolorosas: sangre y dolor, psoriasis, hambre y caries, connotan la
situaci?n pol?tica, el estado torturado.
En Pasos bajo el agua se examinan adem?s las dificultades inherentes a la reinserci?n del ex?
detenido en el cuerpo social. Aboc?ndonos al tema de la memoria, vemos que Juliana critica a
Mariela por evitar el tema de la c?rcel.10 Juliana se?ala, "[l]o cual duele: No lo comprendi? ni
elabor?, ni super?." Sin embargo, Juliana admite, "[y]o tampoco, pero eso no invalida lo que
estoy diciendo" {Pasos 93). La actitud de Mariela es problem?tica si se considera que en un lapso
de tres a?os estuvo incomunicada unas diez veces por defender los derechos de las dem?s.
Especialmente si se tiene en cuenta "que [c]ada ida a los chanchos, [representaba] por lo menos
quince d?as" (97).
Por otra parte, Sara admite padecer amnesia con respecto a ciertos aspectos del "traslado,"
lo cual es l?gico considerando que en la jerga del momento el t?rmino se aplicaba al procedi?
miento de arrojar a los detenidos semidrogados al Atl?ntico (Verbitsky). "Estuve haciendo serios
esfuerzos por recordar algunos episodios. No hubo caso... Salto del pleno vuelo a los camiones
celulares que nos transportaron a Villa Devoto" (52).
En "Sara, Elsa, Marco, and the Dance of Great Sadness," Sara admite sentirse culpable de
estar libre, "I want to go back to prison. I miss my friends. I feel guilty. They should be free, all
of them. And sometimes I think I don't deserve this freedom I have" {Steps 49).
Poco despu?s Sara menciona otra secuela, la disasociaci?n:
I feel like I'm sitting in a movie audience. Each little action, each word, isn't
coming from me. I'm not the protagonist. I sit in a coffee shop and from the
window I observe all the people walking, running to catch the bus, missing it, I
see them talking to others, waving their hands around, I don't know, I see them
living. I guess that's what they're doing. But it's like I'm so far removed from
10Allodi se?ala que en el per?odo posterior a la tortura la mayor parte de las v?ctimas eviden?
cia la tr?ada de s?ntomas PTSD [Post-Traumatic Sress Disorder]: "hyperarousal with anxiety,
insomnia, startle reactions or jumpiness; re-experiencing in the form of nightmares and flash?
backs, or recurrent images or thoughts of the traumatic experiences; and avoidance and denial.
Denial and avoidance will be long-term symptoms and, in most cases, avoidance may be a long
life defense against anxiety" (Allodi, "Post-Traumatic" 282).
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Cynthia Margarita Tompkins 65
that. I'm in the middle of all that movement, but emotionally I just don't take part.
(54)11
Asimismo, al a?adir, "it's not the rational part that isn't working right. The problem is that
objectivity just isn't working for me. I'm always imagining, imagining so many things" (54), Sara
hace alusi?n a otra de las secuelas, la dificultad de del ex-detenido de construir un esquema de
la realidad que concuerde con la dominante social (Salimovich et al. 74-75). En "Sara, What Does
a Jacket Mean to You?," el segundo cap?tulo adicional de la versi?n inglesa, se analiza la trans?
formaci?n del tejido social. Sara y Cristina encaman la alienaci?n:
Everything was unfamiliar. . . . The blind silence of the ones who had given in to
fear, and the memory loss of the ones brainwashed by the continuous practice of
the most basic defense mechanisms. . . . [W]e fell, stunned and hounded by nau?
sea, in the middle of the resounding deafness of a people deafened by fists. (81)
Asimismo, es com?n que los dem?s no adviertan el deterioro tan vividamente porque ha sido
gradual, "[s]o many things have changed over the past few years. There's been so much madness
and so much horror" (54).
Volviendo al tema del tri?ngulo amoroso, Elsa atribuye las acciones de Sara a su, "desperation
to feel alive. To confirm that you're still the same Sara. That they didn't destroy you" (1996:55).
En otras palabras, a la secuela definida como "emotional numbness."
La dif?cil reinserci?n al n?cleo familiar se plantea a nivel pareja cuando Marco alega que Elsa
lo abandona:
while you were in jail, I did everything [possible] for you and him . . . after wor?
king just to get by, to feed Lucas and help your mother, and after spending so
much time answering all the questions that Lucas spent years asking me about
what was going on. Now I'm alone. . . . (66)
A nivel familiar, el impacto de la prisi?n de Elsa se mide por las referencias a las pesadillas de
su hijo Lucas (50).
Debido a que el trauma surge precisamente de la imposibilidad de procesar la experiencia,
la v?ctima oscila entre la negaci?n y la repetici?n compulsiva de los acontecimientos (Saporta y
van der Kolk 152). En Pasos bajo el agua Sara intenta re-articular la ausencia mediante referen?
cias num?ricas:
Cu?ntas pisadas...en cu?ntos mil?metros los pies de su madre han disminuido el
nivel de las baldosas en esos tres a?os y medio. Cu?ntos insectos han sido incor?
porados a la porosidad del suelo a fuerza de pisotones all? mismo, d?a a d?a...
(Pasos 11)
Las referencias num?ricas reaparecen en "Bosquejo de alturas":
Por lo menos treinta cabezas. Y todas sin des?rdenes gen?ticos. Seiscientos dedos.
Trescientos de manos y trescientos de pies. Los formatos de todas las cabezas, sus
pelos, responden a caracter?sticas femeninas. Treinta mujeres vibrando y comu
"Tanto en el cuadro cl?nico de la tortura como en los s?ntomas que la Asociaci?n Psiqui?trica
[Estadounidense] utiliza para definir "acute posttraumatic stress disorder" DSM-III 1980, se nota,
"a certain degree of numbing of responsiveness, inability to find pleasure in activities that were
formerly pleasurable, hypervigilance, sleep disturbances, survival guilt, etc." (Doerr-Zegers et al.
178). Adem?s, muchos torturados parecen curarse sin ayuda m?dica, pero cuando los parientes
consideran resuelto el trauma se descubre que se ha desencadenado "a depressive or schizophreni
form state" (Doerr-Zegers et al. 178). Sobre desasociaci?n v?ase Saporta y van der Kolk (156).
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66 Pasos bajo el agua y "bosquejo de alturas" de Alicia Kozameh
me?ndose, debati?ndose en una estrechez de espacio intransgredible, como gl?bu?
los a lo largo de un vaso sangu?neo.
Y ciento veinte extremidades. Sesenta brazos y sesenta piernas... (81)
Otra de las secuelas de las v?ctimas de la tortura es la alteraci?n de la reacci?n ante el peligro
[hyperarousal with anxiety]. En Pasos bajo el agua el s?ntoma se representa mediante la referen?
cia al gato, que para Sara connota muerte. La protagonista analiza el proceso al recordar los
gatitos abandonados "reci?n nacidos, enfermos o muri?ndose" que ve camino a la casa de su t?o,
que veinte a?os despu?s [morir?a tambi?n] en la calle...pero de balas paramilitares" (1987:13).
Recuerda a otro con el "hocico abierto," a otro con los "ojos saltados" (14) y a otro "con el
agujero en el vientre lleno de hormigas" (14). Es natural entonces, que al pasar un gato, Sara
"pierd[a] la respiraci?n, y despu?s grit[e], y que los alaridos lleg[uen] hasta abajo" (14-15). El
proceso de asociaci?n impide deslindar las alucinaciones de la "realidad":
Sara va bajando detr?s de su padre, con esa lentitud a la que la obligan escalones
cubiertos de gatos amontonados, enfermos, colgando, aferrados a las barandas,
blandos o endurecidos como goma seca: si se prefiere no pisarlos, no tocarlos con
los pies. (15)
En "Sara, What Does a Jacket Mean to You?" se desarrolla el tema del acoso polic?aco. El agente
que comandara el operativo de la detenci?n de Sara reaparece en su vida record?ndole el peligro
al vestir la chaqueta de cuero de su pareja, Hugo, quien contin?a detenido:
There were few places I went, alone or with Cristina, where he didn't pop up, as
if right out of the ground, with those outlandish dark sunglasses, which of course
no longer served the function of helping him avoid being recognized by me but
accomplished, rather, the exact opposite intention. {Steps 82).
A nivel estatal el acoso se prolonga mediante los obligados y peri?dicos "check-ins at the com?
mand post of the II Army Corps" (81). Sara recuerda, "[e]ach threat, each sign from the milicos
that they knew even the most insignificant detail about what was going on in our lives multiplied
the terror and the hatred" (83). La paradoja del trauma se prolonga al pedirle a Sara que abandone
el pa?s mientras se le niega el pasaporte (83). En el caso de Cristina el trauma contin?a represen?
tado en el estado de su marido "desaparecido," en limbo, ni vivo ni muerto. Parad?jicamente, la
resoluci?n viene de la acci?n conjunta del estado y el agente que las acosara. Entrando por la
fuerza y punta de pistola ?ste le advierte a Cristina que deje de preguntar por su marido, "because
if she wasn't careful she'd wind up just like him" (85). Al dejarle la campera de recuerdo, Sara
debe hacerse a la idea de abandonar el pa?s, opci?n indirectamente sugerida por el reciente
otorgamiento de su pasaporte (85).
El exilio simboliza otro nivel de p?rdida:
Exile forces individuals to adjust to a new reality. Their present and future seem
disconnected from their past. Exiles experience social and cultural disorientation
and face the process of mourning the loss of nuclear family, home, friends, lan?
guage, culture, legal status, and dreams or ideals. (Fischmann y Ross 135)
La interrelaci?n entre la ficci?n y la autobiograf?a se refleja en el pr?logo de la edici?n inglesa,
"[fallowing the publication of this book [June 1987], I was threatened by members of the Buenos
Aires police. In July 1988 I left Buenos Aires to reside once again in Los Angeles" (xvii).
La novela Pasos bajo el agua (1987) y el cuento "Bosquejo de alturas" (1992) de Alicia
Kozameh, marcan un hito en la literatura latinoamericana ya que mediante la ficci?n la autora
da testimonio acerca de la cultura del terror imperante en la Argentina del Proceso de Reconstruc?
ci?n Nacional. En dichos textos Kozameh expande el imaginario femenino, tanto al describir el
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estrecho v?nculo entre las detenidas como al presentar una amplia gama de comportamientos a
los que recurren para resistir el quiebre de la voluntad, finalidad ?ltima de la privaci?n de la
libertad. Adem?s, el examen de las m?ltiples facetas de la tortura impl?citamente se constituye
en denuncia. Por ?ltimo, en ambas versiones de Pasos bajo el agua, Kozameh explora las secue?
las psicol?gicas de la tortura, preanunciando as? ?reas de estudio tales como la reciente interdisci
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