“Compañía Química S.A. c. Municipalidad de Tucumán”

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En el fallo “Compañía Química S.A. c. Municipalidad de Tucumán” la Corte revocó por
inconstitucional la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Tucumán que
rechazaba la demanda promovida contra la Municipalidad de San Miguel de Tucumán por nulidad
de acto administrativo y por inconstitucionalidad de la tasa municipal. Fundamentó la Corte su
decisión en que no habría existido un servicio concreto que se le hubiera prestado a Compañía
Química como contraprestación del cobro de la tasa impugnada.
En dicho fallo la Corte aclaró que: “… la existencia de un requisito fundamental respecto a las
tasas, como es que al cobro de dicho tributo debe corresponder siempre la concreta, efectiva e
individualizada prestación de un servicio relativo a algo no menos individualizado (bien o acto) del
contribuyente...”
El Dr. Cesar Augusto Belluscio en su voto amplió los fundamentos “... a la luz de la interpretación
dada a la norma por el tribunal local al considerarla retributiva de un servicio público uti universila citada norma resulta irrazonable, toda vez que carga sobre aquellos contribuyentes que realizan
actividades comerciales, industriales o de servicios la supuesta manutención de servicios públicos
indiscriminados que beneficiarán a toda la comunidad, consagrando así una manifiesta inequidad.
A ello cabe sumar la excesiva latitud de la norma impugnada- contraria al principio de legalidad
que rige en la materia- al no discriminar debidamente los servicios cuya manutención solicita,
posibilitando la eventual recaudación de los fondos para una finalidad ajena a la que
presuntamente le habría dado origen.. … Tales circunstancias ponen en evidencia, además, que se
han desnaturalizado, en forma indebida, las facultades estatales en la materia, al impedirse a
quienes se ven obligados a sostener económicamente la prestación de servicios, conocer en forma
fehaciente cuáles son los servicios públicos cuya manutención específica les exige en forma
imperativa el ente municipal..”
Tasa ha sido definida como "La prestación pecuniaria exigida compulsivamente por el Estado y
relacionada con la prestación efectiva o potencial de una actividad de interés público que afecta al
obligado." Una característica propia de la tasa - conforme lo determina Villegas - es que al
constituir una contraprestación por los servicios públicos que el Estado brinda, su cuantía debe
guardar una “razonable equivalencia” con el costo que realmente demanda al Estado organizar y
prestar dichos servicios.
Según postula la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, se admite que la prestación sea
potencial, siendo suficiente para exigir el cobro del tributo la descripción del servicio y su
ofrecimiento por parte de la autoridad estatal. .
En la doctrina se conoce a las tasas también como tributos vinculados, toda vez que existe una
prestación por parte del contribuyente frente al Estado (representado por una erogación
dineraria) y la contraprestación del Estado hacia el contribuyente (prestación de un determinado
servicio. En cuanto a la característica de la prestación del servicio ha sido resuelta “en
circunstancia de que el contribuyente carezca de interés en el servicio estatal no basta para
eximirlo del pago de la tasa respectiva. (fallos: 251:222, considerando 2° y su cita).”; esto es así en
los precedentes de la Corte, según los cuales la divisibilidad, propia de los servicios retribuidos con
las tasas, en la práctica, puede no alcanzar efectivamente a cada contribuyente y que la concreta,
efectiva e individualizada prestación puede ser tanto potencial como actual. Asimismo autores,
como Valdés Costa, admite que: “El cobro de la tasa puede justificarse en un servicio
individualizado, aunque potencial”.
Jurisprudencialmente se ha dicho, con relación a la diferencia entre tasa e impuesto que: “La sola
razón de medirse sobre la base de los ingresos brutos del contribuyente, no transforma la tasa en
impuesto. Y esto es así porque ambos tributos se diferencian en cuanto al presupuesto de hecho
adoptado por la ley para poder exigirlo: en un caso, la prestación efectiva o potencial de una
actividad de interés público que afecta al obligado; en el otro, el encontrarse en una de las
situaciones consideradas por la ley como hecho imponible en el caso del impuesto.” (…) “El
gravamen es indudablemente una tasa si -como en el caso- halla fundamento en la prestación de
un servicio: el de inspección de industrias, comercios, etc., siendo los ingresos brutos su base de
medición; es decir, teniendo en cuenta la capacidad económica del obligado, criterio que es
aceptado por la doctrina y legislación .
En este orden de ideas, el pago de la tasa presupone la prestación efectiva o potencial de una
actividad de interés público. No existe precepto constitucional o legal que obligue a que las tasas
exhiban proporcionalidad entre el costo del servicio y el monto del gravamen, depende de la total
organización municipal, cuyas erogaciones generales deben incidir en las prestaciones particulares
en una medida cuya determinación es cuestión propia de la política financiera.
El fundamento de una tasa se halla en la prestación de un servicio: el de inspección de industrias,
comercios, etc., siendo los ingresos brutos su base de medición; es decir, teniendo en cuenta la
capacidad económica del obligado, criterio que es aceptado por la doctrina, legislación y
jurisprudencia modernas
“Massalin Particulares c. Provincia de Tierra del Fuego” en el que declara inconstitucional una
tasa retributiva de servicios de verificación de legitimidad y origen de cigarros y cigarrillos que
ingresen al territorio provincial con destino al consumo de la población, por considerarla un
impuesto interno adicional al consumo de cigarrillos, que se destina a un fondo creado para el
financiamiento de la obra pública, importando así un derecho de tránsito prohibido por el Art. 11
de la Constitución Nacional.
En dicho fallo la Corte expresó que: “…la tasa en cuestión no retribuye ningún servicio
efectivamente prestado sino que constituye un impuesto interno adicional al consumo de
cigarrillos cuya suma se destina al “Fondo para el financiamiento de la Obra Puerto Caleta la
Misión, lo cual resulta inconstitucional pues el tributo funciona en los hechos como un derecho de
tránsito prohibido por el art. 11 de la Carta Magna, violando a su vez el régimen de coparticipación
federal de impuestos que obliga a los estados provinciales a no aplicar gravámenes análogos al
cuestionado. Por otra parte, establece una tasa por servicio cuya prestación es ajena a la
competencia provincial, dado que el carácter de área aduanera especial otorga en forma
excluyente las facultades de control sobre los productos que ingresan y egresan de aquella a las
autoridades nacionales del órgano competente…”
Tasa ha sido definida como "La prestación pecuniaria exigida compulsivamente por el Estado y
relacionada con la prestación efectiva o potencial de una actividad de interés público que afecta al
obligado." Una característica propia de la tasa - conforme lo determina Villegas - es que al
constituir una contraprestación por los servicios públicos que el Estado brinda, su cuantía debe
guardar una “razonable equivalencia” con el costo que realmente demanda al Estado organizar y
prestar dichos servicios.
Según postula la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, se admite que la prestación sea
potencial, siendo suficiente para exigir el cobro del tributo la descripción del servicio y su
ofrecimiento por parte de la autoridad estatal. .
En la doctrina se conoce a las tasas también como tributos vinculados, toda vez que existe una
prestación por parte del contribuyente frente al Estado (representado por una erogación
dineraria) y la contraprestación del Estado hacia el contribuyente (prestación de un determinado
servicio. En cuanto a la característica de la prestación del servicio ha sido resuelta “en
circunstancia de que el contribuyente carezca de interés en el servicio estatal no basta para
eximirlo del pago de la tasa respectiva. (fallos: 251:222, considerando 2° y su cita).”; esto es así en
los precedentes de la Corte, según los cuales la divisibilidad, propia de los servicios retribuidos con
las tasas, en la práctica, puede no alcanzar efectivamente a cada contribuyente y que la concreta,
efectiva e individualizada prestación puede ser tanto potencial como actual. Asimismo autores,
como Valdés Costa, admite que: “El cobro de la tasa puede justificarse en un servicio
individualizado, aunque potencial”.
Jurisprudencialmente se ha dicho, con relación a la diferencia entre tasa e impuesto que: “La sola
razón de medirse sobre la base de los ingresos brutos del contribuyente, no transforma la tasa en
impuesto. Y esto es así porque ambos tributos se diferencian en cuanto al presupuesto de hecho
adoptado por la ley para poder exigirlo: en un caso, la prestación efectiva o potencial de una
actividad de interés público que afecta al obligado; en el otro, el encontrarse en una de las
situaciones consideradas por la ley como hecho imponible en el caso del impuesto.” (…) “El
gravamen es indudablemente una tasa si -como en el caso- halla fundamento en la prestación de
un servicio: el de inspección de industrias, comercios, etc., siendo los ingresos brutos su base de
medición; es decir, teniendo en cuenta la capacidad económica del obligado, criterio que es
aceptado por la doctrina y legislación .
En este orden de ideas, el pago de la tasa presupone la prestación efectiva o potencial de una
actividad de interés público. No existe precepto constitucional o legal que obligue a que las tasas
exhiban proporcionalidad entre el costo del servicio y el monto del gravamen, depende de la total
organización municipal, cuyas erogaciones generales deben incidir en las prestaciones particulares
en una medida cuya determinación es cuestión propia de la política financiera.
El fundamento de una tasa se halla en la prestación de un servicio: el de inspección de industrias,
comercios, etc., siendo los ingresos brutos su base de medición; es decir, teniendo en cuenta la
capacidad económica del obligado, criterio que es aceptado por la doctrina, legislación y
jurisprudencia modernas
Corte Suprema de Justicia de la Nación - 12/08/2003 - Gas Natural Ban S.A. c.
Municipalidad de Campana (Pcia. de Buenos Aires) - La Ley Online.
reactivación de las políticas regionales….", al que se adhirió el gobierno de la Provincia de
Buenos Aires y en el apart. 2, 2do. párrafo: "……….. se promoverá la derogación de las
tasas municipales que afecten los mismos hechos económicos que los impuestos
provinciales detallados en los párrafos anteriores… Igual actitud se seguirá respecto de
las tasas municipales en general, en los casos que no construyan la retribución de un
servicio efectivamente prestado, o en aquellos supuestos en los que excedan el costo que
derive de su prestación"
Los pactos fiscales, son considerados, compromisos de las Provincias y en tal dirección en:
(C.S.J.N. Provincia de Santiago del Estero c/ YPF), expresa en el apart.: 3°), Que el
Decreto 505/58 instituyo a través de su art. 29 un sistema de coparticipación federal al que
las provincias podrían adherirse mediante dictado de leyes que servirían como convenio
con la Nación.
Entre las disposiciones fundamentales a las que tenia que estar sujeta esa adhesión , cabe
señalar las contempladas en incisos c) y d), que prohíben a los estados provinciales y a sus
municipalidades establecer otros gravámenes locales sobre combustibles líquidos, así como
gravar lubricantes con impuesto alguno…. y en el 7°) …los gravámenes locales cuyo
establecimiento esta vedado , de acuerdo con el compromiso de adhesión al régimen de
coparticipación , comprenden toda forma de tributación, y, por ende la denominada tasa de
inspección que se trata en el caso….
El hecho de liquidarse la tasa municipal por inspección de Seguridad e Higiene sobre
la base de ingresos brutos devengados durante el respectivo periodo fiscal es
contradictoria a lo legislado en el Pacto Federal del Empleo, la Producción y el
crecimiento suscripto entre la Nación y las Provincias el 12 de Agosto de 1993 y
ratificado por la Provincia de Buenos Aires (Ley 11463).
En dicho Pacto, acordaron en dejar sin efecto las tasas municipales que se apliquen sobre
los mismos hechos económicos de los impuestos provinciales y también cuando no exista
una contraprestación efectiva con los servicios prestados o cuando el costo de las mismas
sea superior a estos.
En el caso traído como ejemplo, la base imponible (Ingresos brutos) se ha tomado para
proceder a la determinación del tributo, aplicando una alícuota que percute y desnaturaliza
una relación lógica que debe existir entre el monto de la tasa con el costo de la prestación.
Por no corresponder, por lo tanto resulta irracional y arbitrario tal procedimiento.
A un criterio claro y preciso entre el monto y la contraprestación, es muy difícil de arribar,
también es cierto que la carga de los medios de prueba suficientes a fin de demostrar el
costo de la prestación corresponde a la municipalidad y que dicha justificación no se ha
intentado ni acreditado en el presente caso.
Por lo tanto, la tasa no puede bordear el principio de confiscatoria, ya que se estaría
violando los principios de igualdad y razonabilidad, por cuanto debe haber una
contraprestación efectiva de la misma, como así debe haber una razonable
proporcionalidad con el costo de la prestación.
Accionar de esta manera en la aplicación de los gravámenes es revelarse contra la letra y el
ánimo del Pacto Federal y las voluntades de la Nación y de las provincias que lo han
creado, así como contra la ley 24.307 y el decreto 1807/93.
Corolario: A modo de conclusión preliminar, las tasas municipales deben respetar tanto los
principios establecidos en la Constitución Nacional, las Constituciones Provinciales y el
resto de las normas que limitan su imposición como hemos visto en el presente trabajo.
Es decir, que para que la aplicación de una tasa resulte adecuada debe cumplir los
siguientes requisitos:






Debe corresponder a una efectiva e individualizada prestación de servicios y el
monto de la tasa debe corresponderse con la contraprestación
No debe ser confiscatoria.
Debe respetar los principios de legalidad e igualdad y el resto de los principios
emanados de la Constitución Nacional.
Debe tener un sustento territorial o local habilitado
No debe ser análogo a un tributo nacional
Para determinar el "quantum" de la tasa puede tomarse como elemento de
imposición a la capacidad contributiva en una medida razonable siempre que esté en
correspondencia con el costo del servicio.
Por los puntos planteados, más adelante realizaremos una un desarrollo técnico y teórico
por cada una de ellas. Si bien el Convenio Multilateral puede presentar imperfecciones, es
un medio idóneo para determinar bases imponibles. Creemos que las tasas no deben
representar un obstáculo para el libre comercio interjurisdiccional y mucho menos que
puedan convertirse en aduanas interiores. Por último, estamos convencidos que lo
recaudado por las mismas debe representar un beneficio concreto para la comunidad
municipal, ya que el municipio deberá promover la políticas necesarias para reducir al
máximo los costos (especialmente los indirectos) del servicio que preste.
Laboratorio RAFFO
La Corte Suprema descalifica las tasas municipales sustentadas en la prestación de servicios generales
La Corte Suprema de Justicia de la Nación no hizo lugar al planteo realizado por la
Municipalidad de Córdoba que pretendía cobrar su llamada “Contribución que incide sobre
el Comercio, la Industria y las Empresas de Servicios” a una empresa sin establecimiento
en la ciudad. En términos generales, la Corte descalificó a las supuestas “tasas” que los
municipios pretenden sustentar en la prestación de servicios de carácter general
El pasado 23 de junio de 2009, en autos “Recurso de hecho deducido por la actora en la
causa Laboratorios Raffo S.A: c/ Municipalidad de Córdoba”, la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, al compartir los fundamentos expuestos por la Procuradora Fiscal,
revocó la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba
(“TSJ”), que había resuelto a favor de la aplicación de la “Contribución que incide sobre el
Comercio, la Industria y las Empresas de Servicios” (la “CCIES”) exigida por la
Municipalidad de Córdoba.
El artículo 167 del Código Tributario Municipal (vigente durante los períodos fiscales
objeto de la causa e igualmente vigente en la actualidad) tipifica el hecho imponible de la
CCIES de la siguiente manera: “El ejercicio de cualquier actividad comercial, industrial,
de servicios, u otra a título oneroso, y todo hecho o acción destinada a promoverla,
difundirla, incentivarla o exhibirla de algún modo; está sujeto al pago del tributo
establecido en el presente Título, conforme a las alícuotas, adicionales, importes fijos,
índices y mínimos que establezca la Ordenanza Tributaria Anual, en virtud de los servicios
municipales de contralor, salubridad, higiene y asistencia social y cualquier otro no
retribuido por un tributo especial, pero que tienda al bienestar general de la población”.
Para resolver a favor del municipio, el TSJ había considerado, entre otros aspectos, que: (a)
el artículo 167 del Código Tributario Municipal no exige, como requisito para el cobro de
la CCIES, la existencia de local habilitado; y (b) que la definición legal de un mismo hecho
imponible puede operar, indistintamente, como tasa o como impuesto según la modalidad
de prestación de la actividad sobre la que recaiga el tributo.
Al llevar su planteo ante la Corte, la empresa sustentó la ilegitimidad de la pretensión
municipal en los siguientes fundamentos: (a) si se la considera como tasa, la CCIES no
satisface la exigencia que impone la jurisprudencia de la Corte, en el sentido de que ellas
requieren siempre de una “concreta, efectiva e individualizada prestación de servicio sobre
algo no menos individualizado (acto o bien) del contribuyente”, dado que no pueden
prestarse servicios a quien carecen de presencia física en el ejido municipal; (b) si se la
considera como un impuesto, la CCIES es contraria al Régimen de Coparticipación Federal
(por resultar análoga al IVA, en trasgresión al artículo 9 inc. b) de la Ley N° 23.548).
La Corte rechazó el argumento esgrimido por el TSJ en cuanto a que la CCIES podía
operar, indistintamente, como tasa o como impuesto, y en tal sentido señaló que la
diferencia entre ambas categorías tributarias está determinada por la existencia o no – en
sus respectivos presupuestos de hecho – del desarrollo de una actividad estatal que atañe al
obligado. Agregó además que la distinción entre tasa e impuesto no es meramente
académica sino que es esencial en la coordinación de potestades tributarias entre los
diferentes niveles de gobierno, aludiendo así a la disposición contenida en el Régimen de
Coparticipación Federal que, por excepción, autoriza a los municipios a gravar las mismas
materias imponibles de los impuestos nacionales coparticipados, en tanto se trate de tasas
retributivas de servicios efectivamente prestados.
En función de ello, concluyó la Corte que la CCIES tiene naturaleza de tasa (y no de
impuesto), por cuanto el artículo 167 del Código Tributario Municipal expresamente alude
a la prestación de ciertos servicios por parte del Municipio.
En estos términos, la Corte finalmente analizó si la CCIES, en su condición de tasa podía
ser válidamente exigida a Laboratorios Raffo, empresa que si bien encomendaba la difusión
de sus productos a un agente de propaganda médica residente en la Ciudad de Córdoba,
carecía en dicha jurisdicción de un local, depósito o establecimiento de cualquier tipo.
La Corte concluyó que la pretensión municipal, en el sentido de justificar el cobro del
tributo por la prestación de un conjunto de servicios de carácter general (control del buen
estado de los edificios; coordinación del transporte; ordenamiento del tránsito y regulación
del estacionamiento; etc.) no satisface el requisito fundamental aplicable a las tasas, en
cuanto a que su cobro debe corresponder siempre a la concreta, efectiva e
individualizada prestación de un servicio, referido a algo no menos individualizado
(bien o acto) del contribuyente, exigencia que a juicio de la Corte encuentra sustento en el
artículo 17 de la Constitución Nacional.
Por último, la Corte señaló que si bien ella sólo decide en los casos concretos que le son
sometidos, y su fallo no resulta obligatorio para casos análogos, los jueces inferiores tienen
el deber de conformar sus decisiones a aquéllas, como consecuencia de lo cual carecen de
fundamento las sentencias de tribunales inferiores que se apartan de los precedentes de la
Corte, sin aportar nuevos argumentos que justifiquen modificar la posición sentada por el
Máximo Tribunal en su carácter de intérprete supremo de la Constitución Nacional.
El pronunciamiento de la Corte resulta especialmente trascendente, atento que son
numerosas las municipalidades que, al igual que la de Córdoba, tienen incorporadas a sus
ordenamientos tributarios este tipo de “tasas apócrifas”, felizmente descalificadas por el
Máximo Tribunal.
Rivademar c. Municipalidad de Rosario (1989)
En 1978, A. Rivademar es contratada por la Municipalidad de Rosario como pianista profesional.
En 1983, A. Rivademar es incorporada a la planta permanente de empleados, por decreto Nº 1709
dictado conforme a lo dispuesto en el art. 133 del anexo 1 de la ley provincial de facto Nº 9286 por
el cual se le imponía al Municipio admitir en forma permanente al personal contratado por mas de
tres (3) meses.
En 1984, el intendente es base al decreto Nº 1737 (que anula el decreto Nº 1709, y por ende el art.
133 de la ley provincial Nº 9286) y autoriza a revisar todas las incorporaciones; deja sin efecto el
nombramiento de A. Rivademar.
Rivademar, impugna el decreto Nº 1737 por considerarlo contrario al decreto Nº 1709 y a la ley
provincial Nº 9286.
Por su parte, la Municipalidad de Rosario afirma que la ley provincial Nº 9286, es inconstitucional
por violar los arts. 106 y 107 de la constitución provincial, al impedir a la Municipalidad organizar a
su personal; y que también viola el art. 5 de la CN; al asumir la Provincia funciones que
corresponden a los intereses de cada localidad, por lo que se “desnaturaliza el régimen Municipal”,
puesto que todo lo referido al estatuto y escalafón del personal del Municipio, es facultad que
pertenece a la Municipalidad y no a la Provincia.
La Corte Suprema de la Provincia de Santa Fe, dispone reincorporar a A. Rivademar, y anula la
decisión Municipal sosteniendo que la ley Nº 9286 era constitucional, toda vez, que la Provincia
podía regular el empleo público Municipal creando un régimen uniforme.
La Municipalidad de Rosario interpone recurso extraordinario.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, revoca la sentencia recurrida, dando razón y respaldo
al planteo de la Municipalidad de Rosario, dejando sin efectos la sentencia anterior, por entender
que una ley provincial no puede privar al Municipio de las atribuciones necesarias para el
cumplimiento de sus fines, entre los que se encuentra la facultad de designar y remover su
personal.
Afirma, que los Municipios son órganos de gobierno, con límites territoriales y funcionales, y no
meras delegaciones administrativas que desnaturalizarían su razón de ser, poniendo en riesgo su
existencia.
Agrega, que son varios los caracteres de los Municipios que no están presentes en las entidades
autárquicas, entre ellos; su origen constitucional (por oposición a legal) lo que impediría su
supresión; su base sociológica (población); la posibilidad de legislar localmente; el carácter de
persona de derecho público (art. 33 del C.C.); la posibilidad de que los Municipios puedan crear
entidades autárquicas; y la elección de sus autoridades.
Publicado por KOTAKU
Etiquetas: Rivademar
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