¡¡¡Hay que hacer algo!!! y… ¿Qué hacemos? Pareciese que queremos estar atascados en buscar solución a una situación que todavía no se ha manifestado como un hecho, lo cual no impide el ir preparando nuestra estrategia ante las situaciones que se puedan presentar del 10 de enero en lo adelante. Escenarios en los que, a falta de información oficial, florecen en rumores y especulaciones de todo tipo. Un país en el que “twitter” se ha convertido en –quizá- el medio informativo preferido de mucha gente; siendo más importantes sus representantes Lucio Quincio, Dólar Today y Gerbasi, ilustres desconocidos que pretenden dictar pauta acerca de la veracidad o o falsedad de los acontecimientos, a los que se suman –aunque a un nivel de credibilidad mayor- el Dr. Marquina, ABC de España y Nelson Boccaranda. Las pseudo-realidades, esbozadas unas y aventuradas el resto, transmitidas por esos escribidores podrán servir para trazar estrategias para un juego de barajitas más no para un juego de póker, en el que nos jugamos nuestro futuro inmediato y a un plazo aún mayor. El único hecho cierto a considerar es que el Presidente jure o no el cumplimiento de sus atribuciones y de inmediato pase a ejercerlas. Actualmente está de permiso en La Habana, y será el 10 de enero, el jueves próximo, apenas dentro de dos días, el día en que se produzcan o no los hechos que pudiéramos considerar reñidos con la Constitución. Hasta el momento y así nos parezca difícil de digerir tendremos que reconocer que no se ha faltado a la legalidad –al menos formalmente- la terca realidad se niega a complacernos. ¿Qué hacer? Indefectiblemente tendremos que esperar a esa fecha para tomar las acciones que se consideren pertinentes; insistiendo de nuevo en que a que tenemos que ir preparando estrategias para lo que pueda venir sin caer en la ingenuidad –como pretenden algunos- de revelar los planes de acción y menos aún en provocaciones que nos induzcan a jugar nuestras cartas por adelantado cosa que no serviría sino para confirmar que somos los que faltamos al orden legal establecido. ¿Cómo exigir, antes del 10, el cumplimiento de la Constitución si aún no ha sido violada? ¿Por qué así suponemos que sucederá?, ¿será esta una nueva celada?. Tenemos que pasearnos por reponder, ¿qué pasa si –cosa muy poco probable- el Presidente se presenta y jura? ¡¡Pues nada!!. ¿qué, si jura y no puede ejercer?, y ¿si? y ¿si? y ¿si? al infinito. Son tantas las interrogantes que no existe respuesta valedera actual, pero lo que si debemos tener presente y muy claro es que hay que andar por las sendas democráticas, legales, sin buscar atajos como los predicados por gente, mayormente desde el exterior y que no parece dispuesta a venir a batir el cobre, que insiste en declarar el camino a través de desobediencia civil o de otras formas bastante más cercanas a la de los wensterns en donde el bueno siempre gana; sin dejar por fuera a aquellos que opinan que otra vez tiene que venir un mesías encachuchado a redimir nuestras penas. ¡¡Hasta cuando vivir en una Venezuela llena de mesías y cachuchas, sin ley!!!. ¿Cuándo recuperaremos el país civil? . Tenemos que recuperar al Vargas que increpado por Carujo “el mundo es del hombre valiente” le contesta ¡¡no el mundo es del hombre justo!! La única forma de proceder, que atisbo a ver, es la de actuar ceñidos a la legalidad, así esta parezca inalcanzable y que según algunos sea el camino de los débiles. Este es la única senda que puede garantizarnos la superviviencia en un país donde quepamos todos.