Obligación y Transmisión

Anuncio
INDICE
Pág.
Introducción
Factores Económicos ........................................................................................... 1
Contrato y Transmisión de Obligaciones.............................................................. 1 – 2
Critica del Plan del Código Civil .......................................................................... 3 – 4
El Pago ................................................................................................................. 4
Prueba de Obligaciones......................................................................................... 5 – 7
Garantía Remisión ............................................................................................... 8
Prueba de Obligaciones......................................................................................... 8
El Pago ................................................................................................................. 9
¿Quién puede pagar? ............................................................................................. 9
Medio de Pruebas .................................................................................................. 10
Bibliografía
INTRODUCCION
El trabajo que me ocupa, tratar en síntesis lo más claro posible, un enfoque o
análisis de cómo se desarrolla a los factores económica poseen un influjo inmediato sobre
el derecho contractual, en la era de la prosperidad.
Este trabajo lo dividiré en tres capítulos tales como: Los Factores Común, Contrato
de Obligación de Transmisión, Critica del Código Civil, El Pago y Prueba de las
Obligaciones de Remisión.
Espero que de la forma en que trata el tema en cuestión se a del agrado para todo el
que lo lea y muy en especial a mi profesor que inteligentemente nos da con este trabajo la
oportunidad de conocer Los Factores Económicos, Contrato y Obligación de Transmisión.
LOS FACTORES ECONÓMICOS.
Los factores económicos poseen un influjo inmediato sobre el derecho contractual.
La era de la prosperidad que siguió al Código civil hizo que se olvidaran las
constantes intervenciones del poder real y de los Revolucionarios franceses en el ámbito
de la distribución de los productos. La guerra de 1914, y sobre todo la última guerra, con
la ocupación y el acaparamiento de las riquezas por el enemigo, llevaron al legislador a
instaurar un régimen de economía dirigida, que ha tenido por efecto suprimir, en medida
muy amplia, la libertad de los contratos. Todavía subsisten en la actualidad algunos
vestigios de tal legislación, que tropezó, por razón de las circunstancias particulares, con
la hostilidad de los franceses. En derecho soviético, las reglas contractuales están
dominadas por una economía casi enteramente socialista.
EL CONTRATO Y LA TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS REALES.
En derecho romanó clásico, el contrato es creador únicamente de obligaciones; es
impotente para transmitir la propiedad. Esa transmisión no se realiza más que por modos
apropiados, solemnes. Luego de la venta, el vendedor sigue siendo propietario; pero es
deudor de la obligación de transmitir la propiedad. Para cumplir esa obligación, debe
proceder con el comprador a un acto jurídico diferente del contrato de compraventa, y que
concreta la transmisión, sobre todo la tradición, que consiste en una entrega de la
posesión de la cosa.
Poco a poco se asiste a una "desmaterialización" del acto traslativo; se contentan las
partes con una tradición simbólica, por ejemplo, con1 la entrega del documento en que
constaba la venta. Esta evolución se prosigue en el antiguo derecho francés, donde se
adoptó la costumbre de mencionar mendazmente por escrito el cumplimiento de la
tradición (cláusula del desposeimiento-posesión).
Los redactores del Código civil remataron esa evolución al consagrar el principio de
la transmisión "solo consensu", como consecuencia de la autonomía de la voluntad. La
voluntad, todopoderosa para crear obligaciones, es omnipotente asimismo para realizar,
sin ninguna formalidad, una transmisión de derechos reales. Así, el contrato —y ésta es
una simplificada importante – tiene un doble efecto: efecto obligatorio (crea
obligaciones), efecto real (transmite los derechos reales).
Pero ese perfeccionamiento técnico no presenta tan sólo ventajas:
Las formalidades de los derechos arcaicos atraían la atención de los miembros del
grupo sobre las transmisiones de la propiedad. Por el contrario, el contrato desprovisto de
formas puede ser ignorado por los terceros, cuya protección debe asegurar entonces el
legislador. Tal fue el objetivo de la ley de 1855 que organizó la publicidad de las
transmisiones inmobiliarias.
Por otra parte, la nulidad de la compraventa, por efectuarse retroactivamente,
destruye la transmisión de propiedad que esa compraventa había producido; todo sucede
entonces como si la transmisión no hubiera tenido lugar; los terceros que hubieren
adquirido derechos sobre la cosa los verán aniquilados. El derecho alemán, para otorgar a
los terceros una completa seguridad, ha retornado a las soluciones romanas: de ana parte,
distingue entre el contrato por el que las partes se han obligado, y el acto traslativo, denominado contrato real; por otra parte, el acto traslativo es válido con independencia de la
causa en virtud de- la cual proceden las partes a la enajenación: estando de acuerdo dos
personas para realizar una transmisión, importa poco que sea nulo el contrato por el que
se han obligado; los comentaristas del Código civil alemán han denominado ese contrato
real un contrato abstracto de enajenación. Tal contrato realiza definitivamente la
transmisión de propiedad erga omnes a partir de su inscripción en el registro inmobiliario.
CRÍTICA DEL PLAN DEL CÓDIGO CIVIL.
Sea cual sea su fuente, es (decir, sea cual sea el hecho del que nace, la obligación,
una vez nacida, obedece en principio a las mismas reglas. No todas las obligaciones se
crean de la misma manera; pero, una vez creadas, producen el mismo efecto, se cumplen,
se transmiten y se extinguen según las mismas reglas. Si es necesario examinar
separadamente cada una de las fuentes de las obligaciones cuando se trata de la formacieri de las obligaciones, se cometería un error evidente, pues, si no se procediera a un
estudio de conjunto de las obligaciones en todo aquello que no deriva de su formación.
Ese error fue cometido por los jurisconsultos romanos. Partieron de la
comprobación de los hechos creadores de obligaciones, hechos poco numerosos y
catalogados por la ley. Fueron conducidos así a estudiar las obligaciones a propósito de
cada una de sus fuentes: procedieron al examen separado de los actos ilícitos (delitos) y
lícitos (contratos) creadores de obligaciones; no construyeron una teoría general de las
obligaciones.
Los redactores del Código civil no supieron apartarse de ese método. Sin duda,
contrariamente a los romanos, presentaron una reglamentación general de las
obligaciones; pero lo efectuaron a propósito de una de las fuentes de obligaciones, los
contratos, titulado: "De los contratos o de las obligaciones convencionales en general." En
este título es donde hay que buscar las reglas generales valederas, en principio, para todas
las obligaciones, sean cuales sean sus fuentes; por eso resulta con frecuencia difícil
discernir si uno se encuentra verdaderamente en presencia de una regla general, o si se
trata solamente de una regla especial para las obligaciones contractuales. Los redactores
del Código civil abordaron las fuentes extra-contractuales de las obligaciones
(cuasicontratos, delitos y cuasidelitos). Hay que agregar a eso las reglas relativas a uno de
los modos de extinción de las obligaciones: la prescripción extintiva, donde los redactores
del Código civil trataron a la vez de las prescripciones adquisitiva y extintiva.
Los redactores del Código civil alemán comprendieron la necesidad de establecer
reglas referentes á todas las obligaciones, sea cual sea su fuente. Las concretaron en una
sección especial, deduciendo así una teoría general de las obligaciones. Pero colocaron
esa sección antes de la consagrada a las fuentes. Ahora bien, tales reglas se relacionan con
los efectos de las obligaciones. Por consiguiente, reglamentaron los efectos de las
obligaciones antes de su formación, lo cual constituye un error de lógica en el cual conviene no incurrir.
La mayor parte de los códigos modernos se ha inspirado en el plan del Código civil
alemán, pero con disposición de mejorarlo.
Una teoría general de las obligaciones, construida dentro de un orden lógico, debe
comprender el examen: 19 de la formación de las obligaciones, debiendo ser considerada
por separado cada una de las fuentes; 29 de los efectos de las obligaciones; de la extinción
y déla transmisión de las obligaciones. Cabe seguir así la obligación desde su nacimiento
hasta su desaparición.
Pero, para construir sobre ese plan, subsisten algunas dificultades. Es preciso
resolverlas.
EL PAGO.
Pagar es, en sentido jurídico, cumplir una obligación; pero es también hacer que
desaparezca, extinguirla. Por ser distinto el estudio del cumplimiento de las obligaciones del
de su extinción, cabe dudar acerca del lugar que haya de darse al pago. Puesto que la finalidad
del pago es el cumplimiento de la obligación, y por ser la extinción tan sólo su
consecuencia, ha parecido preferible estudiar el pago con el cumplimiento de las
obligaciones.
PRUEBA DE LAS OBLIGACIONES. REMISION.
La remisión es la convención gratuita que tiene por objeto la renuncia que hace el
acreedor de su derecho a exigir en todo o en parte el pago del crédito. En sentido estricto
se entiende por ella el perdón o abandono gratuito del crédito hecho por el acreedor. Se
extingue la relación crediticia por haber desistido el acreedor de recibir. Una vez hecha la
renuncia y aceptada por el deudor queda extinguida la obligación en todo o en parte.
Dos son elementos esenciales de ésta definición: el consentimiento y la gratuidad.
En primer lugar la existencia de una convención o acuerdo de voluntades, ya que la
voluntad unilateral del acreedor que renuncia es insuficiente para extinguir la obligación
porque, como dice Claro Solar, "sólo es una simple oferta que el deudor debe aceptar,
pudiendo el acreedor revocarla o retirarla mientras no se produzca la aceptación.
or otra parte es esencial que el acto de remisión sea gratuito. En nuestro concepto si
existiera alguna prestación a cambio se traduciría en otro modo de extinguir las
obligaciones, como una transacción, una novación, una dación en pago. En este sentido la
expresión "remisión onerosa" que utilizan algunos autores solo tendría el alcance de
englobar estos modos de extinguir, que si bien implican un perdón también conllevan un
interés especial en él, es decir, una onerosidad o equivalencia, y no reflejan la liberalidad
pura.
Para la escuela italiana del derecho civil la remisión es un modo no satisfactivo de
extinguir las obligaciones porque la relación se extingue sin que el crédito quede
satisfecho, a lo menos formalmente.
La posibilidad de este modo surge de la idea de que el crédito sirve al exclusivo
interés de su titular, quien por tanto puede a su arbitrio exigirlo o condonarlo, o sujetarlo a
modalidades que no desmejoren al deudor, como la condición resolutoria o el plazo
extintivo. En este sentido se expresa Pothier: "nada hay que impida que un acreedor pueda
hacer depender de una condición la remisión que hace de la deuda; el efecto de ésta
remisión es hacer la deuda condicional. Utilizando el mismo criterio sería válida la
remisión de un crédito futuro, produciéndose como efecto su extinción, o impidiéndose su
nacimiento al momento en que habría se entrar en el patrimonio del acreedor si pendiera
de una condición.
o pueden remitirse las obligaciones cuya renuncia está prohibida por la ley, como
lo sería, por ejemplo, la obligación de pagar alimentos.
La remisión y la donación
El artículo 1712 del Código Civil nos dice que la remisión se mira como una
donación entre vivos, y está sujeta a las reglas de ésta, especialmente a la insinuación
cuando la donación la necesita.
Se entiende por insinuación la autorización que debe obtenerse para llevar a cabo
una donación o una remisión. La Corte Suprema de Justicia reiteradamente ha sostenido
que este requisito se justifica por motivos de orden superior: "si bien por el interés del
propio donante que exige evitar la ruptura de plano de equilibrio, correspondencia y
proporción de la liberalidad con las facultades del donante, quien como es natural debe
conservar medios adecuados a su futura congrua subsistencia; o bien por interés de la
familia del donante, cuyos parientes más próximos llamados a recibir su herencia, pueden
verse privados de las asignaciones forzosas, por obra de donaciones que absorban la
totalidad de su patrimonio; o bien por el interés de los acreedores, a quienes, a través de
donaciones excesivas, puede menoscabarse la prenda general que tienen sobre los bienes
de su deudor.
El artículo 1458 del Código Civil establecía que toda donación cuyo valor
excediera dos mil pesos debía someterse al requisito de la insinuación por parte del juez,
so pena de ser nula en el exceso. Esta cuantía y la forma de calcularla fueron modificadas
por el Decreto legislativo 1712 de 989, en el sentido de que solo se deben insinuar
aquellas donaciones cuyo valor sea superior a cincuenta salarios mínimos mensuales. Por
otra parte se le concedió al notario del domicilio del donante l facultad de insinuar las
donaciones mediante escritura pública siempre y cuando tanto el donante como el
donatario tengan plena capacidad, lo soliciten de común acuerdo y con la insinuación no
se contravenga ninguna disposición legal.
Según el Decreto 2680 de 1965 no requieren insinuación las donaciones remisiones
hechas a entidades de derecho público para fines de salud, educación o de obras públicas.
La ley dice que la remisión está sujeta a las reglas de la donación, pero no por eso
la remisión es una donación. Sirva esta opinión de Claro Solar, aplicable a nuestro
derecho, para ilustrar el tema:
La remisión es, según hemos dicho, una convención consensual, que se perfecciona
por el sólo consentimiento del acreedor que renuncia a su crédito y el deudor que acepta
esta renuncia. No establece la ley por regla general solemnidad alguna, cualquiera que sea
la naturaleza de la prestación a que el acreedor renuncia; y por regla general también, no
es necesario que el consentimiento del acreedor o del deudor se preste expresamente, pues
la remisión puede ser, ya expresa, ya tácita, resultante de actos que hace suponer la
voluntad de efectuar la remisión. Mientras tanto la donación debe llenar requisitos de
forma que hacen de ella generalmente un contrato solemne; el donatario no solo debe
aceptar formalmente la donación, sino también notificar su aceptación al donante; y la
donación no se presume. Por excepción exige la ley que la remisión de una deuda de
bienes raíces, lo mismo que la donación entre vivos de cualquier especie de bienes raíces,
se otorgue por escritura pública, e inscrita en el registro de bienes raíces.
GARANTÍAS. REMISIÓN.
Las garantías personales o reales, que afianzan el cumplimiento de las obligaciones,
corresponden al programa de tercer año.
PRUEBA DE LAS OBLIGACIONES
Cuando el deudor rehúsa ejecutar su obligación, el acreedor debe establecer ante el tribunal
competente, la existencia y las condiciones de su acreencia. Se denominan pruebas a los
diversos procedimientos destinados a convencer al Juez. En principio, la carga de la prueba
incumbe a aquel que se pretende titular de un derecho que parezca contrario al estado
normal o actual de las cosas (Actor incumbit probatio reí). Así, quien se dice acreedor,
debe demostrar esa condición o su derecho de acreencia ante el tribunal. Mientras no se
haya hecho la prueba de la deuda, el deudor no tiene nada que probar, pero una vez
establecida ésta, el deudor deberá demostrar su liberación.
La materia de la prueba tiene una importancia práctica considerable, por diversas
razones:
1) El Juez no puede creer en las afirmaciones del litigante en base a mu palabra. Kn
un proceso, el demandante debe probar todo lo que sea contestado por su
adversario. Así, en teoría jurídica, se distingue lo que se exige para la existencia
o validez de una obligación.
2) Por otra parte, en muchos casos, no es suficiente disponer de un medio de prueba
cualquiera. Estos medios son jerárquicos: algunos de ellos son considerados
subsidiarios y no puede destruir las consecuencias de una prueba que se tiene por
superior. La Ley exige, en diversas materias, un medio determinado de prueba y
otros se consideran como irrecibibles.
EL PAGO
En lenguaje jurídico se denomina pago a la ejecución de la prestación debida por el
deudor, cual que sea el objeto, ya se trate de una suma de dinero, o de la entrega de mercancías, o
la ejecución de un trabajo.
¿Quién Puede Pagar?
En principio, el pago debe ser efectuado por el deudor, pero éste puede hacerse
representar por un mandatario, un gestor de negocios o por un tercero. El acreedor puede
rehusar el pago ofrecido por un tercero, si su interés es que la obligación sea ejecutada por el
deudor mismo, por ejemplo, en las obligaciones de hacer o de no hacer.
Por otra parte, cuando la ejecución de la obligación debe consistir en una
transferencia de propiedad, es necesario, para realizar el pago liberatorio, que quien la
efectúe sea propietario de la cosa a entregar al acreedor y capaz de enajenar (Art. 1.238 C.
Civ.)
A Quién se Debe Pagar?
El pago debe hacerse al acreedor o a su mandatario convencional, legal o judicial. Es
igualmente válido cuando se efectúa de buena fé, a un poseedor de la acreencia, es decir, a
aquel que aparentemente sea titular de ésta. Por ejemplo, a la persona que se cree heredero
o acreedor.
MEDIOS DE PRUEBA
El Código Civil distingue cinco medios de prueba: la prueba literal (actos auténticos
y bajo firma privada), la prueba por testigos, las presunciones, el juramento y la
confesión. Con excepción del juramento decisorio y la confesión que debieran encabezar
el orden, esta enumeración sigue un orden jerárquico. El Código de Procedimiento Civil
señala otros medios de prueba, como el experticio, al que los tribunales recurren en
materia de obligaciones contractuales o delictuales.
Destinadas a conservar el contenido de una comunicación. La Jurisprudencia las
considera como prueba. No perfecta o íntegra, sino más bien como una presunción o
principio de prueba, que debe ser complementada con otros medios.
BIBLIOGRAFIA
 Carlos Romero Butten (Tratado Elemental de Derecho Civil)
 Los Hermanos Mazeaud (Derecho Civil)
 www.google.com.do
Descargar