Subido por henderson.murillo

Modulo-1

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Fuente: mendoza-lopez.com
Definición de Auditoria Fiscal
La auditoría financiera es, según una de las definiciones más aceptadas
actualmente (American Accounting Association, 1973) "el proceso sistemático
de obtener y evaluar objetivamente la evidencia acerca de las afirmaciones
relacionadas con actos y acontecimientos económicos, a fin de evaluar tales
declaraciones a la luz de los criterios establecidos y comunicar el resultado a
las partes interesadas".
Esta concepción de la auditoría -entendida como proceso- encierra, entre otras,
las siguientes ideas, en opinión de Wallace (1995, p. 4): en primer lugar,
considerar a la auditoría como un "proceso sistemático", significa que el trabajo
a desarrollar se encuentra planificado y sujeto al cumplimiento de unas normas
técnicas, o sea, su desarrollo no se hace al azar sino sujeto a unos métodos
estructurados.
1
En segundo lugar, el proceso permite obtener y evaluar evidencia, entendida
esta como todos aquellos hechos y aspectos susceptibles de ser verificados
por el auditor.
Por último, el producto final del mencionado proceso sistemático de obtención y
evaluación de evidencia finaliza con la emisión de un informe, mediante el cual
el auditor da a conocer la correspondencia entre las manifestaciones de la
entidad y los criterios preestablecidos.
Para Sánchez F. de Valderrama (1996, p. 337) "la auditoría del área fiscal
persigue un doble objetivo: en primer lugar comprobar que la compañía ha
reflejado adecuadamente las obligaciones tributarias, en función del devengo,
habiendo provisionado correctamente los riesgos derivados de posibles
contingencias fiscales, y, en segundo, si se ha producido su pago efectivo
según los plazos y de acuerdo a los requisitos formales establecidos".
El concepto de auditoría fiscal engloba contenidos diferentes en función de la
persona que realiza la auditoría, como veremos más adelante. Si esta persona
es un auditor de cuentas, la auditoría fiscal puede ser entendida, bien como
una parte de la auditoría completa de cuentas anuales, bien como un proceso
independiente con sentido propio.
Esta definición sintetiza los dos objetivos principales del auditor fiscal:
evidenciar, de un lado, si el reflejo contable de las circunstancias fiscales es
razonable de acuerdo con las normas establecidas, y de otro, si las
obligaciones legales se han cumplido adecuadamente.
La auditoría fiscal es el proceso sistemático de obtener y evaluar
objetivamente la evidencia acerca de las afirmaciones y hechos relacionados
con actos y acontecimientos de carácter tributario, a fin de evaluar tales
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declaraciones a la luz de los criterios establecidos y comunicar el resultado a
las partes interesadas; ello implica verificar la razonabilidad con que la entidad
ha registrado la contabilización de las operaciones resultantes de sus
relaciones con la hacienda pública -su grado de adecuación con Principios y
Normas Contables Generalmente Aceptados (PyNCGA)-, debiendo para ello
investigar si las declaraciones fiscales se han realizado razonablemente con
arreglo a las normas fiscales de aplicación.
En países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Méjico, Costa Rica, Chile,
etc., el término auditoría fiscal es entendido más como un sinónimo de
inspección fiscal que como una parte de la auditoría financiera o externa,
aunque se utiliza indistintamente para ambos significados. Por ejemplo, en
Méjico la administración tributaria se denomina Dirección General de Auditoría
Fiscal, con un cometido similar al de la AEAT española.
En países anglosajones, el término "tax audit" (o "tax auditing") es utilizado casi
exclusivamente para referirse a la comprobación por parte de funcionarios
públicos de bases y hechos imponibles. También en países del centro y del
norte de Europa, como Alemania, Holanda, Suecia, etc., la expresión es
utilizada en este sentido.
Según Grampert (2002, 1): "Una auditoría fiscal es un examen de si el
contribuyente ha valorado y declarado su deuda tributaria y ha cumplido otras
obligaciones de acuerdo con las leyes tributarias y el sistema fiscal en general."
En España, posiblemente la existencia del término específico inspección fiscal
para designar una comprobación pública sobre el cumplimiento o no de la
3
obligación tributaria, de hechos y bases imponibles, da pie a que el vocablo
auditoría fiscal se pueda identificar más con una actividad de ámbito privado.
Los objetivos perseguidos por el auditor externo no coinciden con los buscados
por la inspección fiscal, ya que ésta centra su actuación en verificar si los
contribuyentes han cumplido sus obligaciones tributarias, exigiendo, en caso
contrario, el cumplimiento de tal obligación de acuerdo con la legislación
vigente.
Sin embargo, el auditor externo, lejos de exigir, recomienda una serie de
actuaciones, informando privadamente de unos hechos para expresar
públicamente una opinión profesional, opinión que versa sobre la adecuación
de la contabilidad de la empresa a unos estándares preestablecidos.
Por otra parte, cada uno de ellos puede disponer, únicamente, de las
conclusiones finales del trabajo del otro –informe de auditoría o actas de
inspección–, no teniendo acceso a los datos internos que han llevado a dichas
conclusiones. Esto es más usual para el inspector fiscal, pues suele llevar a
cabo su actuación con posterioridad a la del auditor financiero, aunque éste
también dispone del informe ampliatorio del inspector, en caso de actas de
disconformidad, exigiendo la ley que las mismas se encuentren especificadas.
El auditor financiero o externo es un profesional independiente de la entidad
que audita; esto significa que no puede tener intereses de ningún tipo en la
entidad auditada, aunque sus honorarios son satisfechos por dicha entidad. El
inspector fiscal también debe ser independiente del contribuyente que
4
comprueba, tratándose de un funcionario público, que, obviamente, también es
pagado por los propios sujetos a que investiga.
En cuanto a la opinión manifestada por cada uno de ellos, al auditor le está
permitido no manifestarla, normalmente en presencia de limitaciones al alcance
o incertidumbres de mucha importancia relativa; sin embargo, no puede
expresar una opinión parcial a menos que el encargo sea limitado.
La opinión del inspector, por otra parte, no está influida por limitaciones al
alcance o incertidumbres ya que las primeras pueden salvarse mediante la
aplicación del régimen de estimación indirecta de la base imponible, mientras
que las segundas no tienen ninguna trascendencia en hechos pasados.
Para aclarar un poco más el contenido de ambas acepciones del término, se
pueden establecer las siguientes diferencias y similitudes entre la auditoría
financiera y la inspección fiscal, en los aspectos que se recogen en la tabla:
DIFERENCIAS Y SIMILITUDES ENTRE LA AUDITORIA FINANCIERA Y LA
TRIBUTARIA
Podemos establecer las siguientes diferencias y similitudes entre la auditoría
financiera y la inspección fiscal realizada por AUDITORES tributarios:
OBJETIVO
Auditoría financiera
Opinar sobre si las
cuentas
anuales
expresan, en todos los
aspectos significativos,
la imagen fiel del
patrimonio,
de
la
situación financiera, de
los resultados y de los
recursos obtenidos y
aplicados por la entidad
auditada
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Inspección fiscal
Determinar si las bases
imponibles declaradas por una
entidad son correctas conforme
a
los
criterios
legales
establecidos
Auditoría financiera
Hay supuestos en los
que es posible denegar
la opinión
La opinión parcial no
está permitida
Inspección fiscal
Se debe emitir opinión en todo
caso [1]
ACCESO
A
LA Amplio acceso a la
INFORMACIÓN
información económicoINTERNA
financiera, por tratarse
de una colaboración
profesional, así como a
los controles internos
establecidos por
la
entidad
Menos facilidades para el
acceso a la información, así
como para apoyarse en los
controles internos de la entidad
OPORTUNIDAD
Desarrolla su función,
normalmente, de forma
casi simultánea a los
hechos que verifica
Su actuación se inicia tras el
término del plazo legal para la
presentación de las distintas
declaraciones fiscales
MEDIOS
Obtención
de Obtención de información a
información a terceros terceros ilimitada.
limitada.
OPINIÓN
Opinión parcial permitida [2]
Cruces de información Posibilidad
de
cruzar
restringidos a datos información con declaraciones
internos de la entidad.
presentados
por
otros
contribuyentes, además de
entre las presentadas por la
entidad.
Sistemas expertos.
Sistemas expertos y bases de
datos estatales.
PROCEDIMIENTOS Cuestionario
fiscal, Indagaciones orales y
indagaciones orales y escrito, cuestionario fiscal
escritas
por
Conciliaciones globales Conciliaciones globales con
limitadas a datos de la datos de la entidad y con
propia entidad
información obtenida de otros
contribuyentes
Confirmaciones
con Confirmaciones con terceros
terceros (limitadas)
(amplias)
DOCUMENTACIÓN Papeles de trabajo
DEL TRABAJO
Informe de auditoría
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Diligencias
Acta de inspección
REVISIÓN
TRABAJO
Auditoría financiera
DEL Corporaciones
profesionales
Inspección fiscal
Inspección de los servicios
Particularidades del área fiscal
Siguiendo a Alonso Ayala (1998, p. 16-17), algunas de las peculiaridades del
área fiscal que condicionan de alguna forma la opinión del auditor son las
siguientes:
•
"Profusa y difusa legislación: dispersión, falta de homogeneidad y
extensión son tradicionales características de la normativa tributaria.
•
Inestabilidad: por las continuas reformas y modificaciones de las normas
reguladoras de los diferentes impuestos que afectan a la empresa.
•
Interpretabilidad: de la jurisprudencia, de la Inspección, de la doctrina, de
los profesionales de la asesoría fiscal y, por supuesto, de los empresarios.
•
Prescripción: las deudas tributarias tienen un periodo de prescripción
inferior a las del ámbito civil o penal.
•
Falta de convergencia entre normas contables y fiscales: a pesar de ser
uno de los objetivos fundamentales de la última reforma del Impuesto sobre
Sociedades, en muchos aspectos aún existe disparidad de criterios.
•
Contingencias e incertidumbres: las características enunciadas llevan a
que el ámbito tributario sea especialmente propenso a la existencia de
contingencias y de frecuentes litigios generadores de incertidumbres."
Características de la auditoría fiscal
En el contexto de la auditoría privada, se señalan las siguientes características
de la auditoría fiscal:
1ª) Puede constituirse, por la especialización que requiere, en una parte
independiente, separada del resto del trabajo de auditoría, lo cual no significa,
7
en absoluto, que no recoja la evidencia obtenida en las demás áreas o ciclos
analizados. [Entre los autores que sostienen la necesidad de especialización
que requiere el ejercicio de la auditoría fiscal destacamos a Arráez (1981, p.
91); Arbex y Puerta (1983, p. 15); Rojo (1988, p. 54) y Alonso Ayala (1998, p.
17).]
2ª) Presenta matices netamente diferenciados del resto de las áreas del
programa de auditoría que se traducen en: [Véase Alonso Ayala (1998, p. 1718).]
•
Una necesidad de especialización ya que la abundante legislación, su
inestabilidad y su complejidad hacen necesario el concurso en la auditoría de
verdaderos especialistas en el ámbito tributario.
•
Numerosas dudas sobre la consideración de una contingencia como
remota, posible o probable y en la determinación de su grado de ocurrencia o
verosimilitud.
•
La existencia de dificultades en la cuantificación de contingencias, tanto
de cuotas como de sanciones e intereses. La interpretabilidad de la norma, así
como la mayor o menor flexibilidad de la inspección fiscal en su aplicación,
complican en forma extrema la valoración y medición de riesgos.
•
Frecuentes limitaciones al alcance, fundamentalmente con relación a
ejercicios no auditados.
Tales limitaciones al alcance son consecuencia, en multitud de ocasiones, de la
imposibilidad de practicar pruebas sobre los ejercicios no prescritos y no
auditados, lo que, a su vez, viene motivado porque el auditor no puede incluir
en su investigación el tiempo necesario para llevar a cabo tales pruebas, por
miedo a perder el trabajo ante las presiones del mercado en cuanto a precios. [
8
García Benau y Humprey (1995, p. 718) escriben que algún grupo de auditores
defiende que "asumir una responsabilidad adicional es sólo un tema de
establecer una remuneración adicional" y ello en el contexto de una profesión
auditora operando "en una situación de mercado cercana a la posición
monopolística", según estudios de mercado llevados a cabo a escala
internacional.
Otros autores como DeAngelo (1981); Magee y Tseng (1990); Kanodia y
Mukherji (1994), citados por García Benau y Vico (1997, p. 64), han
emprendido estudios sobre la práctica del lowballing, práctica que consiste en
establecer los honorarios de la auditoría a niveles muy reducidos para poder
captar encargos de auditoría. En cualquier caso, entendemos que el auditor se
encuentra con fuertes presiones que le condicionan a la hora de aceptar una
revisión completa de la situación fiscal de la entidad, con un alcance superior al
propio ejercicio auditado, lo que, como veremos, podrá causar limitaciones al
alcance autoimpuestas por el auditor.]
•
Una especial sensibilidad de la entidad auditada a recibir un informe con
salvedades en esta área, por las consecuencias económicas que puede
acarrear frente a la administración tributaria.
•
Una relación complicada entre el auditor y el asesor fiscal caracterizada
por la posible incompatibilidad de ambos servicios para el mismo cliente; las
consecuencias de la carta que las normas de auditoría exigen que el auditor
dirija al asesor fiscal; las diferentes interpretaciones de un riesgo fiscal, etc.
Todas ellas cuestiones polémicas y aún sin resolver.
3º) Conflicto especialmente peculiar ante el descubrimiento de fraude fiscal: de
una parte las normas obligan a describir el mismo en el informe de auditoría, en
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ciertos supuestos, y siempre en la carta de recomendaciones, tema sobre el
que volveremos más adelante; por otra parte, la publicidad del fraude limitaría,
de manera contundente, la relación de confianza entre el auditor y la entidad
auditada.
Clases de auditoría fiscal
La clasificación que proponemos para la auditoría fiscal viene dada en función
de la persona que lleva a cabo la misma y de acuerdo con la independencia de
dicha persona y de los objetivos que persigue. En este sentido, distinguimos
entre auditoría fiscal interna y externa y, dentro de ésta, la inspección fiscal o la
realizada por auditores de cuentas, ya sea como componente de la auditoría
general de cuentas o como trabajo con una entidad independiente en sí mismo.
Figura 1. Clasificación de la auditoría fiscal
Auditoría fiscal interna
Las personas encargadas de llevar a cabo esta labor pueden ser tanto
trabajadores de la entidad -normalmente integrados en el departamento de
auditoría interna de la misma-, como profesionales externos contratados ex
profeso para lograr los mismos fines, como ambos a la vez.
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De entre las actuaciones que pueden desarrollar en el ejercicio de su función,
destacamos las siguientes: [Puede consultarse Sánchez F. de Valderrama
(1996, tomo II, pp. 349-351).]

Estudio de la legislación impositiva establecida en todos los tributos que
afecten a la entidad.

Establecimiento sistemático de modelos normalizados que incluyan, de
manera ordenada, las distintas fases para el cálculo de los distintos
conceptos impositivos, como bases imponibles, tipos impositivos,
cuotas, deducciones y bonificaciones, pagos a cuenta e información a
incluir en la memoria, así como la contrastación de dicha información
con la obtenida a partir de la contabilidad y de las declaraciones
impositivas presentadas por la entidad.

Implantación de sistemas que garanticen el cálculo correcto de los
tributos, así como el máximo aprovechamiento de las ventajas fiscales
que resulten de aplicación en función de la actividad desarrollada por la
entidad.

Elaboración de reglas escritas relativas a aspectos tales como:
segregación
adecuada
de funciones relativas a
la
confección,
presentación y liquidación de las declaraciones fiscales; definición de las
personas o departamentos responsables de la revisión, autorización y
firma de las declaraciones, así como de la custodia de los soportes
documentales de las mismas.

Planificación de la situación fiscal futura mediante sistemas que
permitan estimar, de una forma razonable, la utilización de las
posibilidades legales contempladas por la normativa.
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Hevia (1992, p. 19), al referirse a la auditoría operativa o de gestión, expone que esta
debe ser lo más sistemática posible en la realización de sus trabajos, precisando de
un método que utilice las "clásicas preguntas" que a continuación señalamos.

Por qué se hacen las cosas

Quién las hace

Dónde y cómo

Para qué

Cuándo
Figura 2. Preguntas clásicas de la auditoría operativa (según Hevia)
Auditoría fiscal externa privada
Como se ha expuesto anteriormente, la auditoría fiscal -en el contexto de la
auditoría de cuentas- puede ser entendida de dos formas: [En este mismo
sentido puede verse Roji (1988, p. 54) y Labatut (1993, pp. 4-5).]

Bien como una parte de la auditoría general de estados financieros, ya
que, como dice Labatut (1993, p. 4), "el tener que dar una opinión sobre
la situación patrimonial y financiera de la empresa en su conjunto implica
que tal opinión se extienda a todas las áreas, de forma que también
incluya una opinión sobre la situación fiscal de la entidad, en el sentido
de cumplimiento de sus obligaciones tributarias y su correcto registro".

Ya sea como una auditoría limitada exclusivamente al ámbito tributario,
encaminada a fijar las responsabilidades de la empresa ante el fisco y
efectuada en beneficio del cliente. [Corona Romero (1990, p. 978)
expone al respecto que "en este caso el auditor externo se limitaría
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básicamente a la verificación de las declaraciones tributarias, tarea que,
por ejemplo para el impuesto sobre sociedades, exigirá prácticamente
una auditoría completa", opinión con la que nos mostramos plenamente
de acuerdo.]
En opinión de Corona Romero (1990, p. 977) "el auditor externo tiene que
obtener evidencia y dar opinión sobre el riesgo impositivo existente en una
empresa en relación con las declaraciones tributarias formuladas y con las
obligaciones con la Hacienda Pública y sobre las provisiones realizadas en
este campo".
En cada caso, sin embargo, existen unas características distintas que vienen
marcadas, en esencia, por el modo en que se refleja la evidencia obtenida. Así,
en una auditoría de cuentas anuales, las conclusiones obtenidas tras la
revisión de esta área pueden llegar a ser puestas de manifiesto en el informe
de auditoría de cuentas anuales -en ciertas situaciones-, informe que, en el
caso de auditoría legal u obligatoria, es de carácter público y, por tanto, puede
tener
trascendencia
ante
terceros.
En otros casos, la evidencia obtenida queda restringida al ámbito interno de la
entidad auditada que no está obligada a dar publicidad a la misma, y, por tanto,
puede no tener trascendencia frente a terceros, aunque nada impide que la
entidad de publicidad a tal información. Este sería el caso de las auditorías no
obligatorias y de aquellas auditorías voluntarias limitadas a esta faceta
concreta de la actividad empresarial.
En este mismo sentido, Gardiner (1985, p. 3), al hablar de la auditoría fiscal
realizada por las administraciones tributarias de cada país, opina que "una
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auditoría fiscal no es sustancialmente diferente de otras clases de auditoría,
aunque quizás su resultado final pueda resultar más costoso". Por ello,
concluimos que existe una gran similitud entre la auditoría fiscal pública y la
privada.
Fuente: sofia-loza.blogspot.com
Objetivos de la Auditoria Fiscal
Siguiendo a Labatut (1993, p. 5), en la auditoría fiscal se tratará de evaluar el
riesgo fiscal de la empresa, para lo que resulta necesario determinar:
Que la empresa ha cumplido con sus obligaciones fiscales y todos los
impuestos han sido liquidados y correctamente contabilizados.
Sánchez F. de Valderrama (1996, p. 346) escribe: "el objetivo fundamental
de la auditoría de impuestos es obtener evidencia necesaria y suficiente
sobre si la compañía efectúa correctamente la declaración de impuestos
devengados, si han sido calculados cumpliendo las normas establecidas por la
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legislación tributaria y si dichas declaraciones han sido pagadas en los plazos
previstos no existiendo riesgos por contingencias fiscales o, si existen, han sido
debidamente provisionados.
Asimismo, el auditor deberá determinar si los saldos de las cuentas
representativas de los derechos de cobro y obligaciones de pago en esta área
están debidamente clasificados y periodificados, son legítimos y razonables,
están debidamente valorados, habiéndose contabilizado de acuerdo a los
Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA) y a las normas
profesionales definidas por la doctrina en función de las obligaciones tributarias
vigentes."
Coincidiendo con este autor, en la auditoría fiscal privada existen dos grupos
generales de objetivos que están encaminados a evaluar si la entidad auditada:

Ha cumplido de forma consistente y racional con sus obligaciones
fiscales.

Ha contabilizado adecuadamente las operaciones derivadas de sus
relaciones con la administración tributaria.
Así, dentro del primer grupo de objetivos, se puede incluir aspectos tales como
la presentación en tiempo y forma de las correspondientes declaraciones
fiscales; el pago de las mismas, en su caso; la correcta utilización de los
beneficios que permite la legislación fiscal; la confección con arreglo a la
normativa
de
los
libros-registro
exigidos
por
la
misma,
etc.
Entre los objetivos incluidos en el segundo grupo podemos mencionar los
siguientes: la presentación adecuada de activos, pasivos, ingresos y gastos
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conforme a PyNCGA, así como de la información obligatoria y específica a
incluir en la memoria; caso de existir contingencias fiscales, evaluar la correcta
valoración y presentación de las mismas con arreglo a la normativa vigente;
etc.
Por último, debemos mencionar que la inspección fiscal llevada a cabo por
funcionarios estatales -que hemos denominado auditoría fiscal pública o
gubernamental-, a diferencia de la auditoría fiscal privada, persigue en primer
lugar los objetivos mencionados en el primer grupo descrito, es decir, evaluar si
la entidad o persona auditada ha cumplido con sus obligaciones tributarias,; la
razonabilidad de la contabilidad es una cuestión que queda en un segundo
plano.
Con el actual concepto de base imponible, para calcular correctamente la base
imponible, se debe, en primer lugar, determinar el resultado contable, lo que se
hará de acuerdo con las normas contables, como resulta obvio. En segundo
lugar, para corregir el resultado contable y llegar al resultado fiscal será
necesario y suficiente aplicar, únicamente [Otra opinión en parte distinta a la
aquí mantenida se ha expresado por Falcón (1996) quien, en cuanto a la mayor
o menor remisión a los criterios contables para el cálculo de la base imponible,
afirma que:
" …el mayor o menor alcance de la remisión de los criterios contables
que contiene la nueva Ley plantea, ante todo, un evidente problema de
interpretación, que ha de resolverse con criterios jurídicos; y como en
toda interpretación, puede llegarse a la conclusión de que el espíritu o
voluntad de la ley no coincide exactamente con el tenor literal de sus
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términos, en el sentido de que la remisión es mayor, menor, o incluso no
opera en un determinado supuesto aunque no exista ninguna excepción
o "corrección" expresa".
Bibliografía:
Manual de Auditoria Tributaria
Escuela Profesional de Contabilidad y Finanzas
Universidad San Martin de Porres
Lima, Perú
Auditoría Fiscal, Concepto y Metodología
Pablo Arena del Buey Torres
Instituto de Estudios Fiscales
17
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