UN CABALLERO ESTOICO debe empezar por VENERAR A SU MADRE, y justo en estos días de navidad, IMMA, doña Leonor, como la llaman algunos, me ha regalado las Meditaciones de Marco Aurelio, con las que voy a empezar un trabajo de reflexión, junto con otros compañeros, sobre el HOMBRE CONSCIENTE. La resilencia y su saber estar son las cualidades que más admiro de mi IMMA. Pero su legado no solo queda ahí, su paciencia, su acompañamiento fiel en las noches silenciosas y oscuras, su escucha atenta, amorosa, sin juicio ni fisuras, siempre al lado de donde tenía que estar, de la verdad, como buena sagitariana, iluminaron, como solo lo hace el fuego de la diosa de Ávalon, mis días de niebla. Y lo hizo y hace además con la humildad del que ni tan siquiera sabe que lo hace, es un hacer grácil y natural que solo poseen la Madres, Sacerdotisas Silenciosas dueños del milagro de la Vida. Gracias Doña Leonor, IMMA, Mi Amada Madre.