Subido por Ruben santiago

D&C 12-13

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Material de apoyo y contexto
D&C 12-13
Este escrito tiene como fin brindar una traducción al español de algunos documentos de
relevancia para comprender la historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Cualquier error o comentario puede ser comunicado a [email protected]. ¡Que
disfrutes tu lectura!
[Texto] – Notas o palabras añadidas en esta traducción para mejorar la lectura.
También se han agregado puntos, comas, comillas y mayúsculas en algunos casos.
Joseph Knight
– Joseph Smith: Rough Stone Rolling, Richard Lyman Bushman, págs. 47-58
Aquí Bushman nos cuenta sobrelas dificultades económicas de la familia Smith y cómo estas
llevaron a José a conocer al señor Knight.
Un año después de la muerte de Alvin, un reavivamiento golpeó Palmyra y los lugares cercanos.
Incluso José padre asistió a dos o tres reuniones antes de reusarse a ir de nuevo, pero José hijo
se abstuvo. Le dijo a su madre que podía aprender más en el bosque leyendo la Biblia que de
cualquier reunión. Él vio mucha codicia entre los supuestos cristianos como para estar cómodo
en la iglesia. Está siendo “engañada por ellos,” le dijo a su mamá, “y no conoces las iniquidades
de su corazón.”
Por el momento, las cuestiones religiosas dieron el paso a asuntos temporales. La muerte de
Alvin redujo severamente el poder adquisitivo de la familia. El trabajo en la nueva granja se
había completado a finales de 1824 y tenía que pagarse además del oneroso pago anual del
contrato. Mientras el agente de terrenos de los Evertsons no estuvo en escena, los Smith habían
desviado dinero del terreno a la construcción de la casa. Ahora tenían el menos dos pagos del
terreno que hacer y no había ningún Alvin para ayudarles. Para levantar dinero, José hijo y
Hyrum exploraron el campo buscando trabajo. En octubre de 1825, José y su papá tomaron
trabajos en Pennsylvania excavando para Josiah Stowell padre, quien creía que una mina de
plata española estaba enterrada cerca de Harmony, Pennsylvania, justo al sur de la frontera New
York-Pennsylvania. Aproximadamente en el mismo tiempo, la familia determinó pedir prestado
en base a la cosecha del siguiente año. Algún tiempo después de noviembre 17, cuando José
volvió de su expedición de excavación, Stowell, quien vivía tres millas al sur de la villa de South
Bainbridge, y Joseph Knight padre, de Colesville visitaron Palmyra buscando trigo y harina, como
probablemente habían estado haciendo por un número de años. Stowell y Knight acordaron
prestarle dinero a los Smith con la cosecha del próximo año como garantía.
Ellos necesitaban cada centavo que pudieran reunir. Russell Stoddard, el carpintero que había
terminado la casa, había demandado a los Smith por los pagos en febrero de 1825, una cuestión
que no se resolvió sino hasta abril de 1826. Mientras tanto, el nuevo agente de los Evertson,
John Greenwood, estaba cancelando las hipotecas de los ocupantes que estuvieran muy
atrasados en sus pagos. Los Smith probablemente no habían hecho ningún pago exceptuando
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por el primero en 1821. Como nos cuenta Lucy la historia, Stoddard tenía planes con la
propiedad, ofreciéndoles $1,500 por ella en un punto. Él convenció al agente de terrenos de que
José padre y José hijo estaban escapando y que Hyrum estaba cortando los huertos de azúcar y
tirando las cercas. Lucy dice que el agénteles dio el 25 de diciembre de 1825 como fecha límite
para pagar, dejándoles muy poco tiempo para levantar el dinero. Como una segunda mejor
alternativa, los Smith convencieron a un tercero, Lemuel Durfee, un terrateniente cuáquero, de
comprar la granja y permitirles rentar y él beneficiarse de las mejoras.
La pérdida de la granja en 1835 hirió a Lucy más que la venta de su propiedad en Tunbridge en
1803. Entonces “éramos jóvenes,” dijo ella, “y al hacer algo de esfuerzo podrímaos mejorar
nuestras circunstancias.” En 1825, Lucy tenía cincuenta, y José padre cincuenta y cuatro, ambos
cansados del trabajo de sus vidas. Ellos ya no tenían la ayuda de Alvin, y Hyrum y Joisé se
estaban acercándose a la edad de casarse. El momento en el que el esfuerzo conjunto de padres
e hijos podría levantar dinero para comprar una granja ya había pasado. Estaban condenados a
revertir la tenencia, y cuando la edad adulta los alcanzara, vivirían como invitados en la casa de
uno de sus hijos. Durfee le permitió a José padre y a Lucy trabajar en la granja hasta 1829,
cuando con cinco de sus hijos menores se mudaron de vuelta a su cabaña, ahora ocupada por
Hyrum con la mujer que había desposado en 1826.
La pérdida de la granja [en 1825] no terminó con las excursiones de trabajo de José hijo. La
familia tenía que pagar rento en lugar de su contrato [hipoteca], José, a sus veinte años, estaba
viendo hacia el matrimonio y una casa y granja de su propiedad. Samuel y William, que tenían
dieciocho y quince, podían manejar el trabajo de la granja Smith mientras José tomó trabajos en
otros lados. Él fue llevado de vuelta al área aproximadamente 140 millas al sur de Palmyra
donde él había trabajado antes de la pérdida de la granja. Josiah Stowell, quien tenía cincuenta y
seis en 1826, poseía cientos de hectáreas de arboledas y manejaba un número de aserraderos
en la parte sur del estado. La experiencia de José al limpiar la granja Smith le hizo una mano útil
en las presas de Stowell. Cuando él no estaba siendo empleado por Stowell en 1826, José trabajó
para Joseph Knight padra, quien manejaba máquinas de cardadura y un molino de molienda a
parte de sus granjas. La propiedad de Stowell yacía en el Río Susquehanna en Bainbridge (ahora
Afton), Condado de Chenango, y Joseph Knight vivía en Colesville, Condado de Broome, del lado
sur (o este) del río, solo a unas cuantas millas al norte de la frontera de Pennsylvania.
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Tesoros y Magia folklórica
– Joseph Smith: Rough Stone Rolling, Richard Lyman Bushman, págs. 48-52
Aquí Bushman nos cuenta sobre las tradiciones mágico-cristianas que había en los 1800’s, así
como la relación que tuvieron estas prácticas con la familia Smith.
Joseph Nnight hijo dijo que su padre pensaba que José Smith hijo era “la mejor mano que él
jamás contrató,” pero esa no era la razón por la que Stowell trajo al joven José desde Palmyra a
trabajar en 1835. Stowell creía que había localizado el sitio de una mina española antigua donde
se habían acuñado y enterrado manetas. Durante el verano de 1825 puso sus manos contratadas
a trabajar el sitio, el cual estaba unas veintiséis millas bajando el río desde su granja en el
municipio de Harmony, Pennsylvania. Cuando sus hombres fallaron en localizar el escondite,
Stowell enlistó la ayuda de los Smiths, y José Smith padre y José hijo estuvieron de acuerdo en
unirse a los excavadores en Harmony. Un conjunto de “Artículos de Acuerdo,” fechado el 1 de
Novimebre de 1835, indicaba que José y su padre iban a recibir dos onceabas partes del oro en
la mina o “el dinero acuñado, o las barras o lingotes de oro o plata” que estaban presuntamente
bajo tierra. Los artículos creaban una compañía para compartir las ganancias y proveer el trabajo
y los gastos de minería. Lucy dijo que tras menos de un mes José hijo convenció a Stowell de
parar la excavación, y a mediados de noviembre el grupo se dispersó. José y su padre regresaron
a Manchester durante la crisis en la granja.
Lucy Smith dijo que Stowell tomó la complicación de traer a José hijo desde Manchester “en
base a que había oído que él tenía ciertas llaves por medio de las cuales podía discernir cosas
invisibles al ojo natural.” José había descubierto dos piedras, uno en 1822 mientras excavaba un
pozo con Willard Chase a media milla de la granja Smith. La fuente de la otra piedra es
desconocida. Estas piedras eran las llaves que permitían a José ver cosas, como dijo Lucy,
“Invisibles para el ojo natural.” Emma Smith describió una de ellas como “una piedra pequeña,
no precisamente negra, sino más bien de color oscuro.” En 1841 José mostró su otra piedra
blanqueada al Consejo de los Doce en Nauvoo y les dijo, de acuerdoa Brigham Young, “que todo
hombre que viviera sobre la tierra tenía derecho a una piedra vidente y debería tener una, pero
que eran retenidas de ellos en consecuencia de sus iniquidades.” En 1888, cuando Wilford
Woodruff consagró una piedra sobre el altar del templo de Manti, Utah, escribió que era la
piedra “que José Smith encontró por revelación unos treinta pies bajo la tierra (el suelo), y llevó
con él durante su vida.” Por un tiempo José usó la piedra para ayudar a las personas a encontrar
propiedades [objetos] perdidas y otras cosas escondidas. Y su reputación llegó a oídos de
Stowell. Más tarde, después de que José fue arrestado por sus actividades, Stowell testificó en la
corte que mientras aún estaba en Palmyra, el “prisionero miró a través de la piedra y describió la
casa de Josiah Stowell y sus alrededores” correctamente. Habiendo fallado él mismo en
encontrar los lingotes de plata españoles, él pensó que José podría ayudar.
Todo esto fue más tarde usado en contra de José Smith. En 1833, un mormón excomulgado
llamado Doctor Philastus Hurtbul recolectó declaraciones juradas en Palmyra y Manchester de
personas que recordaban a la familia Smith. Uno de los cargos que se repetía en las
declaraciones juradas era que José padre y sus hijos cazaban tesoros y miraban en piedras. El
objetivo de estas declaraciones juradas era desacreditar a los Smith, pero los reportes revelaron
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más de lo que los testigos pretendían. Los relatos de primera mano de la búsqueda de tesoros
necesariamente vinieron de personas que habían ido en expediciones en persona y eran
participantes observadores. Al exponer a los Smith, los vecinos inadvertidamente describieron la
cultura de magia en la cual ellos y mucho otros estaban envueltos en la Nueva York del siglo
diecinueve.
Willard Chase, uno de los vecinos de los Smith y un amigo de José, encontró una de las piedras.
Chase le dejó a José llevarse la piedra a casa, pero tan pronto como se dio a conocer “que
maravillas [José] podía descubrir viendo en ella,” Chase la quiso de vuelta. Hasta los 1830, Chase
estaba aún tratando de poner sus manos en la piedra. Su hermano menor Abel más tarde dijo a
un entrevistador que su hermana Sally tenía una piedra también. Un médico cercano, John
Stafford, reportó que “los vecinos solían decir que Sally Chase podía mirar en una piedra que
tenía, y ver dinero. Willard Chase solía excavar cuando ella descubría dónde estaba el dinero.”
Después de que José obtuvo las planchas, Willard Chase dirigió a un grupo que escudriñó la casa
de los Smith, guiados por Sally Chase y una “vidrio verde, a través del cual ella podía ver muchas
cosas asombrosas.”
…
Los tesoros enterrados estaban atados a un gran almacén de prácticas mágicas que se extendían
muchos siglos hacia el pasado. El racionalismo del siglo dieciocho había fallado en sacar las
creencias en poderes sobrenaturales ayudando y oponiéndose a las empresas humanas. Los
editores de periódico y ministros iluminados se burlaban de las supersticiones de personas
comunes, pero no pudieron borrarlas. La gente ordinaria aparentaba no tener ninguna dificultad
en mezclar el cristianismo con la magia. Willard Chase, el más vigoroso buscador de tesoros en
Manchester, era un líder de clase en la fe metodista al momento que conoció a los Smith, y en su
obituario se le describía como un ministro. Al tiempo de contratar a José para usar su piedra
para que encontrara los lingotes de plata españoles, Josiah Stowell era un Presbiteriano recto y
un hombre honrado en su comunidad. La así llamada credulidad de los buscadores de tesoros
puede leerse como evidencia de su fe general en cosas invisibles. Los cristianos creían en ángeles
y demonios mezclado con la creencia de espíritus guardianes y poderes mágicos.
Los Smith eran tan susceptibles como sus vecinos al folclore de la búsqueda de tesoros. Además
de la adivinación con varas y piedras, los Smith probablemente creían en la astrología
rudimentaria que se encuentra en los almanaques ubicuos. Los pergaminos mágicos
transmitidos en la familia de Hyrum Smith probablemente pertenecieron originalmente a José
padre. Para las personas cuyas mentes tenían este contexto mágico, la figura de Moroni sonó
como uno de los espíritus que mantenían la guardia sobre el tesoro en los cuentos de los
buscadores de tesoros. Las similitudes pudieron incluso hacer más creíble la extraordinaria
historia en la familia Smith.
…
Las instrucciones del ángel conectaron la codicia de los buscadores de tesoros con los poderes
de Satanás. José habría de seguir un curso diferente. Cowdery reportó que Moroni dijo que “el
mandamiento era estricto, y … si alguna vez estas cosas sagradas [planchas] eran obtenidas lo
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serían por la oración y fidelidad en obedecer al Señor.” Le pudo haber tomado cuatro años a
José para purgarse a sí mismo de su codicia de buscar tesoros.
José hijo nunca repudió las piedras o negó su poder para encontrar tesoros. Los remanentes de
la cultura mágica se mantuvieron con él hasta el final. Pero después de 1823, él comenzó a
orientarse lejos de los tesoros y más hacia la traducción. Martin Harris, otro seguidor temprano,
recordó a José diciendo que “el ángel le dijo que debía renunciar de la compañía de buscadores
de tesoros. Que había hombres inicuos entre ellos. No debía tener nada más que ver con ellos.
No debía mentir, ni jurar, ni robar.”
…
Notas de la corte en marzo de 1826 en South Bainbridge dan luz sobre las actitudes de la familia
Smith hacia la búsqueda de tesoros en víspera de recibir las planchas. Peter Bridgeman, sobrino
de Josiah Stowell, presentó una queja contra José Smith hijo por ser una persona alborotadora
en South Bainbridge, Condado de Chenango, New York. La ley de New York especificaba que
cualquiera que pretendiera tener habilidades de descubrir objetos perdidos debería ser juzgada
como una persona alborotadora. José había coninuado trabajando para Stowell después
detenerse la operación de la mina en noviembre de 1825, y durante ese tiempo, además de
trabajar en la granja e ir a la escuela, José pudo haber ayudado a buscar minas perdidas de
nuevo. Presuntamente, Brideman creía que José estaba tratando de estafar al viejo diciendo que
tenía poderes mágicos. En el registro de la corte, Stowell dijo que él “tenía la fe más firme en la
habilidad del Prisionero,” indicando que esa era la razón de contratar a José.
Bajo examinación, el José de veinte años dijo que él había buscado por “tesoros escondidos en
las entrañas de la tierra” y había ayudado a Stowell varias veces. Por los últimos tres años en
Palmyra (yendo hacia atrás en el tiempo él encontró la piedra vidente en 1822), “él había
averiguado de esa manera donde estaban algunas cosas perdidas. Pero él no estaba feliz con ese
trabajo. “Últimamente él lo había dejado debido a lesiones a su salud, específicamente sus ojos,
le hacían doler.” La búsqueda de tesoros, dijo él, no era su idea. “él no solicitaba trabajo de esta
naturaleza, y siempre había preferido declinar el tener algo que ver con este negocio.” Él había
estado bajo presión de sus vecinos, del entusiasta y adinerado Stowell y de su propio padre. Ellos
seguían buscándolo incluso aunque las búsquedas invariablemente fallaban.
Para el tiempo en el que se dio esta sesión de la corte, José padre pudo haber dado marcha atrás
también. W. D. Purple, un observador escéptico en la audiencia, dijo que una declaración lo
impresionó particularmente. José padre testificó que “tanto él como su hijo estaban
mortificados por el hecho de que este maravilloso poder que Dios le había dado tan
milagrosamente tuviera que ser usado solo en la búsqueda de sucio lucro, o su equivalente en
tesoros sucios… Su constante oración a su Padre Celestia era que manifestara Su voluntad
concerniente a este maravilloso poder. Él confiaba en que el Hijo de Rectitud un día iluminaría el
corazón del chico, y le permitiría ver Su voluntad concerniente a Él.” Un vecino que conocía a
José padre cerca de 1827 dijo que el anciano “declaró que su excavación no era por dinero, sino
para obtener la Biblia de Oro. Contradiciendo así lo que me había dicho antes.”
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El ministerio de ángeles
– El Sacerdocio Aarónico: Un Don de Dios, Gordon B Hinckley. Dado en la conferencia general de
Abril de 1988.
En ese tiempo Hinckley aún no era profeta, sino primer consejero de la primera presidencia, con
Ezra Taft Benson como profeta, y Thomas S Monson como segundo consejero.
¿Cuáles de estas funciones del sacerdocio restauró a la tierra Juan el Bautista?
Él dijo que este sacerdocio de Aarón “tiene las llaves del ministerio de ángeles.” Es
extraordinario tener el derecho del ministerio de ángeles.
Cuando el presidente Wilford Woodruff era el presidente de la Iglesia, era un hombre ya
anciano, les dijo a los jóvenes de la Iglesia:
“Quisiera recalcar el hecho de que no hay ninguna diferencia entre ser un hombre presbítero o
apóstol, mientras magnifiques tu llamamiento. Un presbítero tiene las llaves del ministerio de
ángeles. Nunca en mi vida, siendo apóstol, ni siendo setenta, ni siendo élder, he tenido más
protección del Señor que cuando tenía el oficio de presbítero. (Muchas cosas que sé hoy día me
las reveló el Señor entonces por medio de visiones, de revelaciones y del Espíritu Santo).”
(Millennial Star, octubre 5 de 1891, pág. 629).
Piensen en eso mis queridos hermanos jóvenes. Este sacerdocio que ustedes posee, lleva
consigo la llave del ministerio de ángeles. Eso significa, a como yo lo interpreto, que si vives
digno del sacerdocio, tienes el derecho de recibir y disfrutar la el mismo poder de seres
celestiales para guiarte, protegerte, bendecirte. ¿Qué joven que sea considerado no le daría la
bienvenida a esta maravillosa bendición?
– “Upon You My Fellow Servants,” Gordon B Hinckley. Tambuli, Mayo de 1989.
En ese tiempo Hinckley aún no era profeta, sino primer consejero de la primera presidencia, con
Ezra Taft Benson como profeta, y Thomas S Monson como segundo consejero.
Todo joven que posee el Sacerdocio de Aarón tiene derecho al ministerio de ángeles si él vive
digno de ello. Eso significa que él puede invocar poder divino para la protección, guía, consuelo,
y fortaleza. Creo que Juan no estaba usando palabras ociosas cuando habló del ministerio de
ángeles. Creo que él estaba confiriendo un recurso de valor inestimable para que estuviera
disponible a aquellos que poseyeran el Sacerdocio, siempre que lo buscaban y vivían para él.
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Wilford Woodruff
– Extractos de un discurso dado por el Presidente Wilford Woodruff en una conferencia en Paris,
Idaho el lunes 10 de agosto de 1891. Véase Millennial Star, Vol. 53, págs. 625-629, 641-642,
Octubre 5 de 1891 y Octubre 12 de 1891.
En él vemos la importancia de Doctrina y Convenios y las bendiciones del ministerio de ángeles.
He leído la biblia un buen número de veces en mi vida. He leído el Libro de Mormón un número
de veces. He leído también el Libro de Doctrina y Convenios un par de veces; y he sentido que
Dios nunca nos ha dado principios más fuertes e instrucciones más gloriosas en ninguna
revelación de Dios que en el Libro de Doctrina y Convenios. …
Mientras estuve en ese lugar tuve un gran deseo en mi corazón de ir y predicar el Evangelio. Salí
un Domingo por la noche solo a una arboleda de nogal, a cientos de yardas del establecimiento,
y le pedí al Señor que abriera la puerta para que yo pudiera ir y predicar el Evangelio. No quería
predicar el Evangelio por ningún honor que pudiera obtener en esta tierra; pues yo entendía
plenamente, tanto como un hombre podría en mi condición, por lo que un predicador tendría
que pasar. No era honra, ni riqueza, ni oro, ni planta lo que yo deseaba: sino que sabía que este
era el Evangelio de Cristo, revelado a mí por el poder de Dios; Sabía que esta era la Iglesia de
Cristo; Sabía que José Smith era un Profeta de Dios; y tenía el deseo de predicar ese Evangelio a
las naciones de la tierra. Le pedí al Señor que me diera ese privilegio. El Señor contestó esa
oración, y dijo que se me concedería mi deseo. Me levanté regocijándome. Caminé unas
doscientas yardas en el camino abierto; y cuando me adentré en el camino, ahí estaba el Juez
Higbee. Él dijo, “Hermano Woodruff, el Señor me ha revelado que es tu deber ser ordenado a ir
y predicar el Evangelio.” Yo dije, “¿Él se lo reveló?” “Sí.” “Bueno,” dije, “si el Señor quiere que
predique el Evangelio, estoy perfectamente dispuesto a ir y hacer eso.” Yo no le dije que había
estado orando por esto.
Como consecuencia, asistí a un concilio en la propiedad de Lyman Wight, y se me llamó y ordenó
al oficio de Presbítero en el Sacerdocio de Aarón, mientras que otros hermanos fueron
ordenaros a Elder. Fui llamado por el Obispo Patridge a ir al sur del país en una misión. El Obispo
Padridge me hizo muchas preguntas, y yo le hice preguntas. En ese entonces era peligroso para
cualquier de nuestros hermanos ir a través del condado de Jackson. Él quería que yo fuera a
Arkansas, y el camino iba directo a través del Condado de Jackson. Le pregunté si deberíamos ir
por ahí, (yo tenía un compañero conmigo – un Elder). Él dijo, “Si tienes la fe de hacerlo, puedes;
yo no lo he hecho.” Pensé que esa era una declaración curiosa viniendo de un Obispo. “Bueno,”
dije, “el Señor dice que debemos viajar sin bolsa ni alforja; ¿debo hacerlo?” Él dijo, “Esa es la ley
de Dios; si tienes la fe para hacerlo, puedes hacerlo.” Él dijo que él difícilmente había tenido fe
para ir al Condado de Jackson. Sin embargo, comenzamos y fuimos a través del Condado de
Jackson. Casi perdimos nuestra vida, y fuimos salvados casi por un milagro. Viajamos a través de
Arkansas y otras partes.
Pero yo no quiero divagar en estas cosas. Solo me gustaría decir que yo salí como Presbítero y mi
compañero como un Elder, y viajamos miles de millas, y nos fueron manifestadas muchas cosas.
Deseo grabarte el hecho que no hace ninguna diferencia que un hombre sea un Presbítero o un
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Apóstol, si él magnifica su llamamiento. Un Presbítero posee las llaves del ministerio de ángeles.
Nunca en mi vida, como un Apóstol, como Setenta, o como Élder, jamás he tenido más
protección del Señor que mientras sostenía el oficio de Presbítero. El Señor me reveló por visión,
por revelación, y por el Espíritu Santo, muchas cosas que están delante de me.
Una vez sentí que debía ir y advertir al viejo Padre Hakeman, que vivía en Petty-Johns Creek,
Arkansas. Él había estado en Jackson Country durante el periodo de persecución. Su esposa
murió ahí. Su familia consistía de cinco hijos, todos de más de 1.80 metros. La mayoría de ellos
habían sido golpeados con varas de nogal por multitudes, y él se fue al sur a Arkansas,
llevándose a sus hijos con él. Nosotros nos salimos bastante de nuestro camino con el propósito
de visitar al Padre Hakeman. Tuve una visión la noche antes, en la que se me manifestó el
problema que yacía frente a nosotros, pero que el Señor nos libraría. Llegamos a su casa en la
mañana del Domingo. Él estaba desayunando. Nosotros habíamos desayunado en el lugar donde
pasamos la noche. Vi un Libro de Mormón en su estante. Él no parecía ponernos nada de
atención o tener interés en nosotros. Tomé el Libro de Mormón y dije, “Usted tiene un buen
libro aquí.” “Sí,” dijo, “pero es un libro que vino del demonio.” Eso abrió mis ojos. Él había sido
un Elder; Él había estado en Sion; Él había sido perseguido ahí y echado fuera; pero encontré que
había apostatado, y que era nuestro enemigo. Vi que él haría cualquier cosa que pudiera contra
nosotros.
Lo dejamos y fuimos al lugar del Hermano Hubbard, y nos quedamos con él tres semanas,
durante las cuales tomamos nuestras hachas y limpiamos algo de tierra para él. Recibí la fuerte
impresión tres veces de subir y advertir al Padre Hakeman. Al final así lo hice, de acuerdo con el
mandamiento de Dios a mí. La tercera vez que me reunió con él, su casa parecía estar llena de
espíritus malvados, y yo estaba turbado en espíritu en esta manifestación. Cuando acabó mi
advertencia, lo dejé. Él me siguió desde su casa con la intención de matarme. No tengo duda de
su intención, pue se me había mostrado en visión. Cuando vino a donde yo estaba, él calló
muerto a mis pies, como si hubiera sido golpeado por un rayo del cielo. Yo era entonces un
Presbítero, pero Dios me defendió y preservó mi vida. Hablo de esto porque es un principio que
ha sido manifestado en la Iglesia de Dios en esta generación al igual que en otras. Tuve la
ministración de ángeles mientras tuve el oficio de Presbítero. Tuve visiones y revelaciones. Viajé
miles de millas. Bauticé hombres, aunque no pude confirmarlos debido a que no tenía la
autoridad para hacerlo.
NOTA de Elden’s Mission: Al traducir este relato queremos aclarar que, si bien Dios nos protege
al estar en Su servicio, eso no quiere decir que podemos arriesgar nuestras vidas libremente o
que Dios nos salvara o cuidará de todo lo que podría pasarnos. Sabemos bien que tan solo en
enero de 2021 tres misioneros de tiempo completo han perdido la vida. Debemos de hacer todo
en nuestras manos para cuidar nuestra vida con prudencia. Por favor, cuídense.
– Fin del documento.
La traducción fue para un video de Tesoros en las Escrituras en nuestro canal de Youtube Elden’s Mission,
donde publicamos videos de Ven, Sígueme cada semana. Estás más que invitado a acompañarnos.
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