DRAMATURGIAS DE LA IMAGEN José A. Sánchez 3 edición corregida U Ediciones de laUniversidad de Castilla-La Mancha Cuenca, 2002 Í NDICE SÁN CHEZ MARTíNEZ, José Antonio Dramaturgias de la imagen I José A. Sánchez. - 3' ed. corr.- Cuenca : Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2002 240 p. ; 24 cm. - (Monografías ; 16) ISBN 84-8427- 203-6 1. Teatro - S.XX 1. Sánchez Martinez, José Antonio 11. Universidad de Castilia-La Mancha, ed. 11 1. Título IV. Serie 792 "19" Esta edición es propiedad de EDICIONES DE LA UNI VERSID A D DE CASTI LLA-L A M ANCHA Y no se puede copiar, fotocopiar, reproducir , traducir o converti r a cualquier medio impreso, electrónico o legible por máquina, enteramente o en parte, sin su previo consentimiento. © del texto e ilustraciones: susautores. © de la edición:Universidadde Castilla-La Mancha. Edita: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla-LaMancha. Director: Pedro C. Cerrillo. Colección: MONOGRAFIAS n" 16. 2~ ed. corroy aum., octubre de 1999. Tirada: 500 ejemplares 3'" ed. corr.. mayo de 2002. Tirada: 500 ejemplares Diseño de la colección: García Jiménez. Diseño de la cubierta: C.I.D.1.(Universidad de Castilla-La Mancha). Ilustración de la cubierta: Extrarradios . Arenateatro. 1989. Fotografía: Paco Salinas, 199 1. Fotocomposición, Impresión y Encuadernación: Gráficas Cuenca, S.A. ¡.s.B .N .: 84·8427-203·6 D.L. CU - 144 - 2002 Impreso en España - Prínted in Spain, pago Nota a la tercera edición ...................................................................... 9 Nota a la segunda edición 11 l . Introduc ción 13 2. Bajo el signo de la totalidad 25 3. Partitura s 39 4. Artefactos 61 5. Perspectivas de la ebriedad 85 6. Ejercicios de silencio 103 7. Reinvenciones de la tragedia 123 8. Memorias de la imagen 149 9. Dramaturgias de la complejidad : estrategias contaminantes 169 Cronología ........................................................................................... 197 Bibliografía 211 Índice de nombre s ............................................................................... 227 N ota a la tercera edición Diez años despu és de ser escrito , es te libro sig ue siendo dema ndado, incluso cada vez más, por estudiantes y jóvenes interesados en la creación escé nica . Supongo que ellos comparten la necesidad que yo entonces sentía de recuperar la memoria de un siglo de creac ión co n el fin de situarme críticamen te en el presente. Pero no se debe olvidar que Dramaturgias de la imagen es un texto que pertenece ya igualmente al pasado . De esc ribir ahora el libro , habr ía optado qui zá por un posicionamiento teórico menos atento a lo formal y a lo estético y más atento a lo político y lo com unicativo . Habría relajado igualmente la idea de lo artístico, y habría prestado muc ha más atenc ión a la dime ns ión hu mana y socia l de lo que aú n con muchas caut elas podemos segu ir llamado creación. Pero sobre todo , habría tratado de combatir en la medida de lo posible el fuerte europeís mo y americanismo de estas páginas y habría tratado de aprox imarme, al menos, a la rica y muy viva creac ión escénica latinoamericana. Con ello no pretendo amortig uar el j uicio crítico del lector, ni tampoco anular, cla ró está, el valor de uso de este texto como introducción a las artes escén icas del siglo XX, sino simplemente subrayar la historicidad de l mismo . Dramaturgias de la imagen es un minú sculo punto de la red , en continuo proceso de transform ación , de la historia; por ello en esta tercera ed ición he preferido no introd ucir modificaciones importantes (só lo se ha corregido la cro nología) . Los nuevos discursos reclaman nuevas obras y probablemente nuevos autores . A ellos, a quiene s desde la práctica y la teoría insisten en elaborarlos, quiero dedicar esta tercera edición. 9 Nota a la segunda edición \ Este libro fue esc rito en 1992, en un momento en que diversos creado res escénicos practicaban en España un modo de hacer teatro y danza que .l2.2!::.-QTimera vez se inscribía sin com plejos en el contexto del teatro contempor áneo. internacion al. Se trataba de un texto cómplice con esos trab ajos, med iante el cual se pretendía la recuperación de la herencia acumulada a lo largo de un siglo de arte escé nico autónomo como medio de apoya r histórica y teórica mente una acción práctica, Desgraciadamente , el sueño duró poco: el giro conservador del la cultura española en los últimos años ha barrido de la escena cas i todo lo que de interesa nte se producía en nuestro país, retrocediendo al provincianismo y a los modos arcaicos de hacer teatro , y la cob ardía de los programadores, la cortedad de miras de los responsables políticos o la presión del sector conserva dor de la profesión teatral, muchos creadores se han visto forzados a la marginalidad o al ex ilio. A pesa r de ello, algunos-as no sólo resisten, sino que incluso co nsiguen abrirse paso utilizando nuevas vías de penetración en los espacios de la socie dad y la cultura. De ellos-as es otra vez cómplice este texto renovado . Esta complicidad nueva habría exig ido tal vez un cambio más profundo en la perspecti va teórica , tan profundo que habría dado lugar a un texto diferent e en much os aspec tos y que el autor ha renunciado a acomete r. Eso sí, se han correg ido las numerosas erratas, se ha ampliado la cronolog ía y la bibliografía, se ha añadido un índice de nombres, se ha cambiado alguna ilustración y en el texto se han introducido pasajes nuevos, ampliando el espac io dedicad o a diversos autores o temas e incluyendo la aportación de otros artistas inj ustamente omitidos en la primera edic ión (sin que ello suponga que en ésta se incluyan todos). En el pri-, mer capítulo se podrán encontrar entradas nuevas sobre Georg Fuch s, Isado ra! Duncan y Gordon Cra ig. En el seg undo, sobre Loie Fuller , Isadora Duncan y Jaques-Dalcroze. En el tercero , sobre Jacques Copeau y el Car tel, el teatro español de los años veinte, Tairov, Vajtangov, Leopold Jessner y el teatro expresionista. En el cua rto, sobre los autores vinculados al dadaísmo (Schwitters , Ball), el teatro de vanguardia parisino , especia lmente en lo relativo a la co laboración de los ballets rusos y suecos (Lége r, Apollinaire, Cocteau), la Fábrica de l Acto r Excéntrico y el teatro de masas soviético, y Niko lai Ojlopkov. En el qui nto, 11 sobre el teatro de Louis Barrau lt. En el sexto , sobre el happening y la danza pos tmo de rna (S imo ne Fo rt i, Yvonne Rainer, Steve Pax to n, Tri sha Bro wn , Lucinda Ch ilds , Mer edith Mon k) . En el sé ptimo so bre Pete r Brook , Ellen Stewa rl y el Cafe La Mama Etc. En el octavo se ha amp liado ligeramente el comentario sobre Pina Bausch. La seg unda parte del cap ítulo noveno ha sido en buena parte reelaborada , incl uyendo una expos ición más siste mática sobre la incidencia del arte de acció n en el teatro y la danza conte mporánea y comentando brevemente el trabajo de diversos autores de estos tres med ios, entre ellos Karen Finl ey, Joh n Kell y, Reza Abdoh y algunos creadores espa ñoles, como Albert Vida l, Marcel.li Ant únez , Sara Moli na, Óscar Gómez , La Ribot , OIga Mesa y Món ica Valenciano . Si en la primera edic ión de esta obra dejé constancia de mi agradecimiento a Joaqu ín Medi na, Paco VaIcarce, Luis Muñoz y Enrique Martínez, quisiera ahora hacer extensivo este agradec imie nto a todas aquellas personas que han cont ribu ido al enriqueci miento y/o la difusión de este libro, entre e ll~s : José Sanchí s Sin isterra, Francisco Torres Monreal , José Anto nio Sedeño, M" Angeles Grande, Mercé Saum ell , Carmen Ru iz , Elena Besan illa, Maris Bustamante , Anto nio Pr ieto , Irión Nolasco , Elena Sagaseta, Bea triz Tra sto y, Adria na da l Forno, Inés Marocco , Nair O' Agos tini y Beth Escudé . 1. Introducción La experiencia co ntemporánea del arte escénico está marcada por la fija ció n cultural de ciertas formas del teatro burgués de mediados del XIX que se resisten a dejar esca par de sí el concepto mismo de teatro. El aislamiento soc ial del arte escénico se debe en gra n parte a esa fijación del co ncepto, que implica, obv iamente, una fijación de las formas de enseñanza (escuelas de arte dramático), de las formas de transmisión (teatros públicos a la italiana) y de la falsa responsabilidad de los profesionales (autores, actores, directores y críticos) en la defe nsa de vagas ideas de cultura y diversión. El problema de la herencia no asumida se convierte en el principal obstáculo a encarar por parte del cread or escénico contemporá neo , que se ve obligado a j ustificar su propuesta frente a la des info rmac ión de públi co y cr íticos o a resignar se a la incomprensión y al rechazo de unos procedim ientos que en algunos casos están fuertemente anclados en una desco noc ida tradición de más de cien años. En el ámbito de la teoría, lo escé nico sigue siendo compartimentado como teatro, danza, mimo , acció n, concierto, instalación... y el teatro abordado desde el privilegio de la literatura dramática. Pero ni siquiera en el campo de la crítica literaria, donde habitualme nte suelen instalarse quienes se ocupan del fenómeno teatra l, se ha sido lo suficie ntemente rápido para elaborar modelos capaces de comprender las nuevas escrituras escénicas. La pervivencia de conceptos dialécticos de drama, unida al conse rvadurismo intrínseco a las instituciones teatrales ha provocado que, en muchos casos, se siga favoreciendo y valorando obras que literariamente responden a las neces idades de un arte escénico de otras épocas, al tiempo que desde las universidades, la administración cultural y la crítica se continúa obstaculizando la recepción de la herencia y el necesario encontrarse de la creación contemporánea con la sociedad a la que responde. Tampoco el ejercicio dramatúrgico se salv a de l es tancamie nto . En el ám bito hisp ano la term inología ha pesado tanto sobre la func ión que no es extraño encontrar a poe tas y novelistas firmando como dramaturgos las prod ucciones instit ucionales . Pero también en el ám bito germánico, do nde es muy clara la distinción entre autor dramático y dramat urgo , hay una tendenci a a aso- 13 12 una serie de desviaciones en los conceptos básicos sobre los que se apoya su discurso, que han condicio nado la evoluc ión de la teoría del drama hasta nuestros días . Aristóteles hace arrancar la tragedia de la improvisación y de la lírica: en con creto del ditiramb o . La tragedi a habrí a surg ido del desarrollo del mismo hacia una forma adec uada a la representación de los ca racte res heroicos. Se entie nde su evo luc ión en términos dialécticos: victoria del discur so frente al cant o (coro)", Es el triunfo del ' lagos' frente a la ' mimesis' . Por mimesis hay que entender una forma de canto-danza , derivada de la que practicaran los oficiant es del rito religioso. No hay que olvidar que la tragedia sigue siendo un gé nero musical , que la poesía antes de Aristóteles es indiscernible del canto y la música; que, por tanto , no se está hablando de una evolución literaria, ni de l surbs ir de un bz énero literari o . Al prescindir del contexto soc iológico , Aristóteles realiza una reco nstrucció n artific ial e intencionada del nacim iento de la tragedia, eliminando por co mpleto el elemento ritual, festivo , orgiástico . Rodr ígue z Adrados ha discutid o la teoría aristotélica del orige n de la tragedia y mostrado su no-historicidad y su dependencia de la teoría de la entelequía'. Result a imposible derivar la tragedia de un género lírico . Su desarrollo habría sido más co mplejo , y en él se habrían entrecruzado diver sos géneros. Pero, ante todo, es imprescindible la referencia al origen mítico, a la fiesta agraria, a la danza ritu al. Según Adrad os, la tragedia habría sido result ado de una progresiva autono mía de la forma ritual respecto al contenido mítico que se represent a'. El proceso de autonomía coincide con el proceso de estructuración y codificación de la representación que es, ante todo , mimética, y en la mimesis son indisociables la poesía, la música , la danza y el canto . La separación practicada por Tespis del actor frente al coro en ningún caso implicaba la imposición del discur so sobre la mimesis, tal como Aristóteles , dominado por su intención teóric a , sostenía. Otra transformación intencionada tiene lugar en el concepto de mimesis, Este aparece asocia do en la Antigüedad al rito durante el cual un individuo se conv ierte en otro (animal, héroe o dios) por medio de la danza. Tatarkiewicz ~ig-iere que en un principio ni siquiera implicaba imitación , sino meramente la expresión o exterIorización por gestos y sonidos' . En cualquier caso, pervivió . com o form a de imitación musical , entendiendo imitación como el poners e uno " en puesto de otro . Sólo cuando el rito se seculariza y desa parece la suges tión que permit ía la identi ficación del ce lebrante (del mimo) con el dios o animal y se descubre su naturaleza de actor, surge la idea de teatro, pero tamb ién la posi'Aristóteles . Poética . ed . de V. Gurc ía Yebra, Greda s. Madrid. 1988. pp . 140- 142 (l4-19a 10- 30 ). 'F. Rodrígue z Adrados . Fiesta . comedia ." tragedia . Alianza . Madrid . 1983, pp. 21-56 . ' Ídem . p. 552 ss. 'w. Tatark icw icz, Historia de seis ideas. Tecno s, Madrid . 1976. pp . 301-3 05. 16 bilidad de transplantar el concepto de mimesis a otras artes que no impliquen el ponerse uno físicamente en el puesto de otro". Se puede entonces aplicar el concepto de mimesis a la imitación de la naturaleza en general, al modo de construir la _n~tural eza . Un artesano - según el concepto de Demócrito- imita el modo de producir de la naturaleza al elaborar sus obras. En este caso la mimesis es la imitación de un hacer. Sócrates sugiere que también la pintura y la escultura resultan de un proceso de mimesis. Platón lo aplica ya a la poesía (en cuanto en la poesía el poeta habla por los héroes) y finalmente lo extiende a la pintura y a la escultura. El conce pto de mimesis aristotélico con stitu ye funda mentalmente una adaptación de la mimesis democríte a, trasvasada de las artes manuales al arte poétic a. Mimesis sería el proceso de imitación, el proceso de construcción de la fábula. En este sentido, el poeta trágico no sería el imitador de la acción hero ica preexistente , sino el co nstrpc tor de una trama nueva para un viejo contenido ~í!~_o . Según Yebra , Aristóteles parece estar urgiendo a los poetas a olvidarse de los tema s histórico-m íticos y a inventar sus propios tema s. Esto iba en contra del modo en que procedían los poetas trágico s, Pero a Aristóteles le interesaba menos lo efectivo que el desarrollo hacia lo que él consideraba adecuad o. De ahí que , por otra parte, eliminara todo resto del significado original de mimesis, presente aún en el espectáculo trágico . En cuanto el autor de la tragedia es el constructor de latrama, la composición de la traged ia se convierte en una con struc¿¡ón intelectual, El poeta trágico no necesita ría de la acción miméti ca, es . decir , de un ponerse físicamente en el lugar del héroe . El poeta no tiene por qué co incidi r con el actor, no tiene por qué tener que ver con la realización física de la tragedia, ni tener en cuenta el espectác ulo. . Esta intelectualización del concepto de mime sis explica la definición del concepto de ' fábula' o ' trama' . Aristóteles lo elabora sobre un modelo científico-arquitectónico . La idea de necesidad lógica prima sobre el principio mimético , La trama ha de constar detres partes (peripec ia, agnición, lance patético), que .deben sucederse de modo necesario. La lógica de la acción determina la inclusión de cualquier elemento. Lo ilógico debe ser desterrado . De ahí que' Aristóteles no tome en co nsideración las parte s cantad as y ju stifiqu e la interve nción del coro sólo en tanto contribu ya al desarro llo de la acción . El resto, según Aristóteles, son intermedios innecesariamente sos tenidos por la tradición de l espectáculo trágico y que habrá que eliminar, si se quiere que la acción trágica sea bella' . La superposición de lo arquitectónico a lo mimético tiene una consecuencia directa: la co mpos ición de la fábula (y los principi os de e xtensión, unidad y 'v. Bozal. Mimesis: las inuigenesy las cosas, Visor. Madrid , 1987. pp . 70- 74 Y86-95 . , Ar istóteles , o . cit., p. 152-155 (1 450 b22 - 145 Ia2-15). La ' belleza ' -de acuerdo a las catego rías aristotélicasdepende de la ex tensión (q ue deb e ser adecuada a la capac idad recep tiva de l espectador ) y el orden (como necesidad interna) . 17 I verosimilitud) tien en prior idad sob re los personajes. Poco importa la fidelidad histórica al mito si la trama es tá bien cons truida y se rige por la idea de causalidad . Una vez más Aris tóteles contradice la práctica hab itual de los poetas trágicos , que partían del hér oe en su composición, de la mimesis (aunque fuera imagi na r ia) de l hé ro e. Pero A ristó te les qu e r ía des trui r esa refere ncia . Co nsidera ba la tragedia com o fenóme no liter ario y teorizaba en abs tracto . De hec ho , la estructura de la tragedia literaria estaba condic ionada por la arquitectura del espectáculo trág ico . Y ésta no responde a una lógica interna, sino a una necesidad , en much os cas os no j ustificable racio nalmen te, de produ cir determinados efec tos de placer y tem or sobre el público. La eliminación de las partes no necesarias desde el punto de vist a de la fábula (en el sentido aristotélico) impediría la creac ión del ambiente emocional (me dia nte la música y la danza) que posibil itarí an, en defini tiva , la consecución de l efecto catá rtico . Originariamente la idea de catarsis va asociada a una descarga de emo ciones , provocada por la música y la poesía , artes cap ace s de estimular sen sacio nes ex tra ñas y viol entas que co nduce n a un es tado emocional e imag inativo que escapa a la razón. Este tipo de ca tarsis res ulta mucho más creíble imaginando la participación física en los espectáculo s trágicos , tal como los des cribe en La República o en Las Leyes Platón (mucho más atento a la d imensión sensible del mism o , a pesar de su co ndena ge nera l de las artes)", qu e im aginand o la recepción intelectual del poema trágico de sprovisto de canto, da nza e incluso espectác ulo, tal como sugiere Aristó teles . En la versión tradic ional , la emoc ión dañina para la ac ción práctica se descarga medi ante una acción violenta provocada por e l choq ue emocional pro ducido por la música y la dan za. En la versión ari stotélica , la emoción se des carga mediante la vive ncia intelectual de l lance patético . Ésta es la última de las des viac iones aristoté licas . Un co nce pto que aparecía asociado a la música (Platón hab ía con dena do la poesía precisamente por su efecto catártico, es dec ir, por su capac idad de provocar la acc ión emocional e irracional) , Aristóteles lo intelec tualiza y lo aplica a una poesía inde pendizada de la música, co n lo que altera drásticamente su sen tido . La acc ión liberadora de la poesía/música derivaba de pasar mo men táneamente por ese estado de norazó n. La catars is aristotélica evita ese paso y pretende una liberaci ón intelectu al de la pas ió n . Pero re sulta in vero símil la ex istenc ia re al de un efecto catártico sin una iden tificación mimét ica del espectador con el héroe , ayudada por el espec tácu lo - según Aristóteles innecesario- que env uelve a la acción trágica . Su red ucción a la literatu ra implica una intelectual ización tan excesiva de la experiencia estética que la haría privativa de una minoría . Aho ra bien , resulta "Plat ón. La Rep ública X (599a-608a) y Las Leyes VII (800e-e). en Obras Completas, Aguilar, Madrid . 1979 . pp. 829-835 Y 1396 . 18 cuestionable incluso que esa minoría experimentara en la imagin ación intelecti- ! va lo mismo que la masa en la ce lebraci ón orgi ástica. En defi nitiva , los co nceptos de mimes is y ca tarsis han sido robados a la i música y tran splantados a la literatur a. Esto es completamente lícito . ¿Por qué no un buen drama literario puede ser cap az de provocar por sí sólo (a nivel intelect ual) una experiencia, aunque no idéntica , tan valiosa co mo la música y la dan za ? Lo qu e resu lta ilícito es hacer depender e l espect áculo es cénico del drama construido co n independenc ia de su reali zación física . La estructura de la trama propuesta por Aristóteles se rá válida si no se impone como estructura del espectácu lo, es dec ir, só lo si el drama autónomamente cons truido puede enc ajar como parte en la estructura general de l espectácu lo será lícit a una estructura autó nom a para el mismo . En ningún caso lo' será si la pre tensión e s que la est ruc tura de la fábula dramática sirva de estruct ura al espe ctácu lo y se elimine ento nces el canto , la dan za y el resto de elementos escénicos . En ese ca so habr á que volver a losorfge nes para desvelar el engaño . Esto es prec isame nte lo que hace Craig en 1905 cua ndo en el primer diálogo sob re El "" del teatro.,,el dire ctor ~x~lica al desconcertado espectador que 'l tal arte ha surgido de la aCCIOn, del movimiento, de la dan za , y no del discur so. : como él suponía , por lo que el padre de l teat ro no es el poeta, sino el bai larín . Forzosamente tenía que atraer un ho mb re co n ta les ideas a una bail ari na Isadora Duncan que no tenía ningún rep aro en presen tar al públi co su cuerpo de snudo en movimiento como expresión más pura de la coincidencia de la naturaleza y el arte sobre la escena . Para ella la da nza hab ía alcanzado su máxima perfección en el coro griego y, al igual que Wagner y Nietzsche, a quienes hab ía estudiado entusiastame nte, veía en la recuperación de la tragedi a music al original una de las vías más fruc tíferas para el desarrollo de la dan za y de l teatro del futuro'. Co inc idía n en ello con Adolphe Appia, con Emile Jaques-D alcroze , co n Adriá Gu al , con Peter. Behre ns o con el ya citado Georg Fuch s, quie n en contra del teatro aristotélico escribía: " Para nosotros lo esencial es el orgiasmo , el est ado de embriaguez de la multitud de espectadores, po rq ue sólo de é l sale la act uació n, por él es elev ada hasta convertirse en arte , en tanto el nivel cultural de los reunidos ya no permite otra clase de expresi ón?" . Raramente se ha dado en la historia de l teatro una tragedia tal como la dispuesta por Aristóteles . Resulta difícil imaginar una representación del drama literario sin espectáculo ca paz de produ cir la catarsis. No siguieron a Aristó teles en ese punto ni los teatro s medievales, ni los barro cos, ni siquiera los neoclásicos . "Isado ra Du ncan , "The dance in relation lo tragedy" , en The an 01 dance , (ed ited with an introduction by Sheldo n Chcncy) , Nueva York. Thcatre Arts Books, 1963. p. 84 . "Georg Fuchs, o. cir.. p. 1l . 19 Sí, en cambio, se fue aceptando, progresivamente, la dependencia de lo escénico respecto de lo literario. Fue la defensa ilustrada de la ra~ón y su concepción del teatro como púlpito para la educación del pueblo, en pnmer lugar, y la ~ la~ ora­ ción de esta idea, en segundo lugar, por el romanticismo, con su descubrimiento de la figura del artista, con su proclamación de la autonomía d~l arte, con su encumbramiento de la poesía, lo que propició el desarrollo de un tipo de producciones que cada vez se acercaban más a las aristotélicas y que empezaron a producirse al mismo tiempo que el teatro fue siendo capaz de esconder los recursos técnicos de la vista del público y de presentar acciones cada vez más verosímiles, cada vez menos artificiales. En el tránsito del romanticismo al naturalismo, apareció la figura del director de escena, que acabó con las velei~ades de act.ores y escenógrafos, y volcó la balanza hacia la puesta en escena ngurosa y fiel del texto. En cierto modo, el teatro naturalista fue el primero en ofrecer puestas en escena de los textos dramáticos con un respeto absoluto al espíritu de la letra y con una reducción a sus mínimos del elementoespectacular autónomo. No es coincidencia que la obra de Nietzsche apareciera en el mis.mo momento en que por primera vez en la historia parecían empezar a cumplirse las propuestas intelectualistas de Aristóteles. Como s ~e m p r~ que se rompe un equilibrio, aparecen las consecuencias trágicas: al mismo tiempo que el. teatro conseguía representar limp iamente los textos de los poeta~ , el lenguaje de éstos comenzaba a chocar contra el silencio. Por otra parte, mientras el drama romántico pudo conservar aún ciertos elementos populares , en la época naturalista el gran público disfrutaba en las operetas, los melodramas, los espectáculos de efec tos , o bien en las pequeñas salas donde se representaban farsas y comedias clá sicas, en los cafés o en los 'rnu sic-hall s", abandonando el nuevo drama a la soledad de las salas minoritarias...". Georg Luká cs puso de reliev e la distan cia creciente entre drama moderno y teatro en el sentido habitual del término . Lukács argumentaba desde la sociología: un drama que se construía a sí mismo como drama burgués, que abandonaba a las masas, se condenaba a su desaparición com? teatro (en el sentido en que el drama había sido teatro en sus formas a n tJ ~ ua s , isabelina y barroc a) . Observa Lukács que el proceso de aburgu esami ento radical del drama moderno coincide con la aparición del drama en forma de libro, algo insólito hasta el XIX. Y añade una explicación: frente al dr~m a de los arandes individuos, dirigido a las masas, el drama moderno/burgues es el drama del individualismo; ya no se trata de mostrar el conflicto del individuo con los poderes superiores a los que se enfrenta, sino de .m~s trar los c~nfl~c­ tos internos del individuo. El drama moderno se vuelve Intimo; el auditorio, consecuentemente, se reduce; se pone en cuestión entonces que la forma de 11 CL E. Weber, Francia. fin de siglo. Debate , Madrid . 1989. pp. 209-230 . transmisión más eficaz para el drama (incluso, sociológicamente más rentable) sea el teatro. Frente a la agonía pública del drama, la vida se revela -según Lukácscada vez más susceptible de ser transmitida en forma épica". Implícitamente, está proponiendo Lukács aquello que Brecht intentara realizar. El problema radica en que cuando Brecht narrativiro la escena el cine estaba llegando ya un nivel de madurez que le hacía capaz de asumir con ventajas esa tarea. Lo que recoge el estudio de Peter Szondi Teoría del drama moderno (1880-1950) es precisamente la evolución histórica de la concepción dramática en ese período comprendido entre la crisis naturalista y la definitiva rendición del drama burgués ante la narración cinematográfica (y entiendo que la rendición del drama burgués no supone la desaparición del drama redefinido en otros términos). Hay que subrayar, en primer lugar, que Szondi asume plenamente la separación entre 'drama' (poesía dramática) y 'teatro', y que su libro es una reconstrucción histórica a partir del conceptode 'drama' definido por la estética de Hegel (lo cual excluye formas dramáticas tales como la medieval, la shakespereana o la barroca). Así, 'drama' aparece definido mediante los siguientes atributos: dialógico, absoluto (no necesita del autor ni del espectador, lo cual se concreta en la forma de la escena italiana y la cuarta pared), primario (se tiene a sí mismo como único referente, lo que implica su incompatibilidad con lo histórico: su tiempo es el presente y su espacio único) y justificado (la acción encuentra en el interior del drama todas sus determinaciones)". Lo más interesante del libro de Szondi es, sin duda, su análisis del drama natural ista . Se ocupa Szondi de cinco autores : Ibsen , Chejov, Strindberg, Maeterlinck y Hauptmann. Respecto al primero, un estudio de la técnica analítica en diversas obras muestra cómo el objeto de representación deja de ser la acción presente para convertirse en la rememoración misma del pasado. Comparando Jo/m Gabriel Borkman (1896) con Edipo, Szondi muestra la distinta reapropiación dramática del pasado: lo que en Edipo es una acción dramática que culmina en la anagnorisis (es decir, en un reconocimiento de la verdad objetiva por parte del personaje), en Borkman es una reconstrucción intelectual que conduce a una verdad subjetiva. Szondi sugiere que el ejercicio de Ibsen consistió en camuflar bajo una forma dramática perfecta un contenido claramente narrativo. La clave está en que ese contenido es una narración de la interioridad y por ello puede ser dramatizada. Pero, al pretender el desvelamiento de lo íntimo, de la vida oculta, "al querer llevarlo a cabo por medio de los propios 'drarnatis personae' , la destruye?" . Los autores estudiados a continuación por Szondi se enfrentan a problemas similares: la formulación dramática de aquello que quieren transmitir destruye la " CL G. Lukács . "Sociología del drama moderno" , en Sociología de la literatura , Península , Barcelona, 1989, pp. 25 1-282 . '''Peter Szondi, Thcorie des modernen Dramas (/880-/ 950). Suhrka mp , Frankfurt am Mai n, 1963, pp. 14-19 . " Ídem, p. 3 1. 20 21 La hija de Elisa, de E. Goncourt. Teatro Libre, París, 1890. intención expresiva . Lo prime ro en resentirse es el medio dramá tico por excelencia: el diá logo. Hauptmann, para construir el drama social, se ve en la obligación de most rar las fuer zas supra indivi dua les , qu e co ndicio nan la acción individ ual, mediante la fórmula dialógica, intersu bjetiva; es deci r, se enfrenta a una con tradicc ión, que no tiene más salida que la violencia sobre el diálogo, convertido en relato , informació n de un extraño, descripción... Problemas similares afec tan al diá logo impresionista. En Tres hermanas, de Chejov, los diálogos son desve lados por Szondi como "monólogos disfrazados como réplicas" . No podía ser de otro modo: la obra de Chejov parte de "una negació n temática de la vida en favor del recuerdo y la nostalgia" , lo cual es incom patible con la noción de ' drama' como acción intersubje tiva presente, e impone el camufl aje . Además, los monólogos nada tienen que ver con los del drama shakespereano o español, internamente justificados; los de Chejov son monólogos temáticos, con una intención cas i lírica: la comun icación de la soledad, la comunicación de la imposibilidad de la comunicación ... El ais la miento del sujeto dramático apa rece de fo rma ev ide nte en Strindberg, iniciador de la dramática del yo, que parte del convencimiento de que es imposible conocer la experiencia de otro, y que por tanto lo único que puede ser representado es la experiencia de la vida misma. Casi consecuencia directa de esta idea resulta el experimento monológico en un acto La más f uerte. Pero la forma más propia la alcanza Strindberg en el "drama en estaciones", Camino de 22 Damasco (1893-97). Esta fórmula implica el abandono de la idea de acción intersubj etiva presente por la de desvelamiento de una acción subjetiva, la del personaje central , que actúa como eje de articulación de la obra (y que reemplaza la justificación causa l del drama absoluto). Al adoptar una posición subjetiva, el diálogo pierde interés y, en muchos casos, as ume func io nes exp lícitamente narrativas". Ese desinterés por el diálogo da lugar en obras posteriores a la adopción de perspecti vas épicas respecto a sus pe rsonaj es por parte del autor (Ensoñación, La sonata de los espectros), que llega a hacer declarar a uno de ellos: "Porque no tienen nada que decirse el uno al otro, porque el uno no se cree lo que el otro dice. Mi padre lo ha formulado así: ¡Qué objeto tiene ya hablar, si de todas formas no podemos engañarnos !':" . Maeterlinck, para poder hacer hablar a sus personajes, tiene que cegarlos. Éste es el recurso empleado en Los ciegos, donde el diálogo , por otra parte, se disuelve más bien en una forma coral: la división en réplicas no tiene un sentido dialéctico. La configuración dramática de la experiencia humana se resuelve cada vez más trágicamente como exhibición de sujetos mudos, que sólo artificialmente hacen uso de la palabra, la cual en ningún caso sirve de soporte a la acción. Si la palabra no encierra acción , ya no será posible hablar de drama. No sólo se ha abierto una brecha sociológica entre drama y escena, es que , además, la propia evolución del drama burgués ha llevado a éste al callejón sin salida de la inacción y del mutismo. A partir de este diag nóstico de la crisis naturalista, Szondi plantea un recorrido sobre las sucesivas propuestas de la literatura dramática del XX, concebidas como intentos de superación (propuestas alterna tivas) o solución (propuestas restauradoras). Hay que señalar, por una parte, que Szondi se mantiene entre el concep to de ' drama' definido arriba y las diferentes formulacio nes épicas (del expresio nismo a Brecht), y que, por otra, Szondi en ningún caso atiende a las realizac iones escénicas de los dramas reconstruidos o resta urados . Así como tampoco (excepto en su referencia a Piscator) a la escritura escé nica no generada como drama literario. De ahí que le resulte difícil/imposible localizar el drama moderno vivo. De ahí también que en la historia de la dra maturgia que a continuación se propone se opte por un camino absolutamente diverso , que sólo coincide con el de Szondi en dos puntos (Piscator y Brecht) y que ni siquiera se enc ue ntr a con aqué l en las escasas referenc ias a autores lit er ari os (Maiakovski , Schreyer, Stramm, Becke tt...) . En cualquier caso, lo que de útil tiene el estudio de Szondi es el mostrar de forma palpable que la reconstrucción de la historia del dram a burgués no sólo no es paralela a la del teatro y a la de la dramaturgia, sino divergente . " Ídem. p. 35. "S trindberg, La sonata de los espectros . cit. en Szondi, o. eit., p. 55 . , 23 La transformación de las formas artísticas no es un proceso autónomo. Las exigencias estéticas están en función de las transformaciones sociales. Un arte que se aferra a las viejas formas es un arte aliado de la muerte. A veces, incluso, no basta un cambio de las formas , sino una profunda transformación de los medios. En la reconstrucción que propongo vaya optar por un seguimiento de la línea que conduce del romanticismo a Wagner, de Wagneral simbolismo, y del simbolismo a las sucesivas contaminaciones practicadas por las vanguardias del XX en Europa y en Estados Unidos, dejando de lado la tradición realista, en tanto en su interior surge un drama que recuperaen gran parte estructuras y estrategias aristotélicas (la dramaturgia épica brechtiana no puede ser identificada, tal como su autor pretendía, como no-aristotélica). Las formas surgidas de este modelo son sin duda mucho más efectivas sobre soporte cinematográfico que sobre soporte escénico. Y es que el cine es mucho más eficaz en la producción de la ficción verosímil (naturalismo) o en la articulación de estructuras narrativas (realismo épico) que el más dotado de los escenarios contemporáneos. Prefiero hacer, pues, un seguimiento de las propuestas híbridas-totalizantes, que relativizan o profanan la clausura dramática y preparan así el camino a los experimentos dramatúrgicos del XX. Al mismo tiempo, intentaré mostrar cómo esa hibridación no es algo gratuito, sino que responde a una profunda tensión unificadora que arranca de lo más íntimo de la ideología que acompaña al romanticismo, a la que, sin embargo, el arte contemporáneo ha intentado repetidamente sustraerse. 24 2. Bajo el signo de la totalidad Cualquier intento de establecer una génesis de la hibridación de lo escénico conduce inevitablemente a Wagner. Hijo natural de un tal Geyer, actor, escritor y pintor, formado en el seno de una familia dedicada al canto y a la escena, Wagner se encontraba biográficamente predispuesto para llevar a cabo ese proyecto, tímidamente esbozado por el romanticismo, de apresar en una obra en la que intervinieran los diversos lenguajes artísticos el flujo inagotable de lo real, el movimiento infinito del espíritu. El romanticismo había pretendido arrasar los límites impuestos por el clasicismo. Frente a la claridad, se acude a la noche; las reglas son abolidas; el modelo escultórico, atento al juego de volúmenes, es sustituido por un modelo orgánico, atento al movimiento de los fluidos... Este desplazamiento de lo limitado a lo infinito, de la pureza a la mezcla, de lo bello a lo sublime... era consecuencia de las sucesivas conmociones que a nivel ideológicoy político habían socavado la fe en lo trascendente y, en cualquier caso, la infalibilidad de la ordenación establecida por los poderes político y religioso. Rota la mediación de la iglesia y el monarca, el hombre romántico necesitaba otras vías para acceder a la naturaleza y a lo trascendente. Y necesitaba, al mismo tiempo,nuevas justificaciones del ordenamiento social que superaran el puro mecanicismo de los contratos. La naturaleza, que se presentaba, liberada de las viejas categorías , como un infinito en movimiento, se convertíaen nuevo valor. Y la vida, manifestación superior de lo natural, en valor absoluto. A consecuencia de ello, el modelo orgánico se impondría en los distintos niveles de la experiencia,y de forma muy especial en el estético. El artista, privado de su lugar en la cadena teológica, se encontraba ahora al servicio de una burguesía con la que no le enlazaban vínculos de sangre y a la que no siempre estaba dispuesto a dar la razón. Sentía inevitablemente el imperativo de buscar una nueva conexión con la cadena natural no mediada por los poderes terrenos y de abordar el empeño de situarse como vehículo entre lo consciente y lo inconsciente, entre la naturalezay Dios, como prolongador de la obra de éste, entre el pueblo y el Espíritu, como guía de las masas hacia el nuevo orden. 25 Tal empeño, que no es otro que el de asumir las funciones que en el antiguo orden estaban reservadas a la religión, se concreta en la utopía romántica de crear una 'n ueva mitología' , definida por Schlegel como la "expresió n jeroglífica de la naturaleza circundante en esa glorificación de fantasía y amor?", La fantasía es el órgano privilegiado por los románticos para el logro de una nueva unidad. "Las más bellas obras de las artes -diría Delacroix- son las que expresan la pura fantasía". Porque sólo la fantasía es capaz de un conocimiento de lo natural no coartado por los conceptos del entendimiento. Sólo ella es capaz de seguir los vínculos de aquello que la racionalidad nunca podría concebir unido. Y esa capacidad para encontrar los caminos de armonía entre lo diverso, la convertiría en instrumento para la elaboración de un nuevo lenguaje, fruto de la unidad de los otros. La idea de 'Gesamtkunstwerk' (obra de arte total) ya circulaba en el primer romanticismo bajo la figura de lo que Schlegel denominó "poesía progresiva universal?". En el momento en que lo natural aparece no como sistema, sino como infinito, lo arquitectónico cede su puesto a lo progresivo. Las formas de la naturaleza son momentos de una progresión. Lo mismo las del arte. La continuidad de las formas del arte permite pensar una poesía compuesta por aquello que es común a todas las artes, pues entre ellas no existen límites, sino diferencias de progresión. Y de aquí surgen las ideas de unidad de las artes y de obra de arte total. Pero el romanticismo no se aplicó a la elaboració n de dicha obra . La idea de infinitud quedó plasmada mediante el recurso a la polisemia, al simbolismo, a la sinestesia, a la mezcla ... Nunca se abordó directamente aquel ideal, proyectado como utópico, y el romanticismo maduro se dedicó, en cambio, a la práctica de los géneros híbridos . A nivel escénico nos enfrentamos con el progres ivo ascenso del género operístico, pero, ante todo, con el gran éxito del melodrama. A nivel dramático, con la reivindicación de la suciedad de Shakespeare frente a la pureza de Racine, defendida ya por el jo ven Goethe y sus compañeros del Sturm und Drang, así como por sus sucesores románticos (especialmente Büchner), y enarbolada como bandera en la batalla del Hernani de 1830 en París. En el Prólogo a Cromwell, Victor Hugo considera el Drama como la más adecuada expres ión de lo moderno, ente ndiendo Drama de acuerdo al modelo shakespeariano, que "fu nde en un mismo aliento lo grotesco y lo sublime , lo terrible y lo bufo, la tragedia y la comedia?" . Al proponer la mezcla de lo gro tesco y lo sublime , de lo bello y lo feo, al negar toda regla y defe nder como únicas las " leyes gene ra les de la nat ural eza" , Hu go se adhiere a esa misma tendencia expansionista de la obra de arte contenida en la poesía universal progresiva. La disipación de los límites coincide con el propósito de una obra de " Friedrich Schlegel, "Alocuc ión sobre la mitología" (1800), en Javier Arnaldo (ed.) , Fra gmentos para /lila teoría romántica del arte , Tecnos, Madrid , 1987. " Simón Marchán, La estética en la cultura moderna . Alianza , Madrid, 1987, p. 100. " V. Hugo , "Prólogo a Cromwell" , en Manifiesto rom ántico , Península, Barcelona, 1989. p. 43. 26 arte que sea exte nsión de lo natural y elaborada segú n un modelo orgánico, en el cua l toda regla es flexible y toda división permeable. Y aunque Hugo se mantu vo, como todos los romá nticos, en la mezcla , sus reflexiones apuntan ya a la realización de una obra de arte total: "E l arte tiene , como el infinito, un Porque sí superior a todos los Porqués" , del mismo modo que "el poeta no tiene más límite que su objetivo; no considera más que el pensamiento a realizar, no reconoce otra soberanía y otras necesidades que la idea [...] pues [...] el arte emana de lo abso luto" . En cuanto la idea es el objetivo, la técnica y el lenguaje utilizados para su manifes tació n pueden ser intercambiables, traducibles, por qué no, solidarios. En 1830, el romanticismo había recuperado aquella conce pción redentora del artista que forjaran los primeros románticos alemanes . Y el arte , como el propio Hugo proclamaba , volvía a ser el lugar privilegiado para una armo nía de lo socia l y lo particular, de lo político y lo privado. Es decir, volvía a creerse su papel de sustituto de la religión y a otorgar a la fantasía la virtud que el ente ndimiento y la fe habían perdido . Pero la entronización de la fantasía encerra ba un grave peligro: que la fe en lo soñado llevara a una ruptura con lo efectivo . Y tal peligro no tardó muc ho en materializarse . La imposibilidad de transportar la armonía y la unidad soñadas al tiempo de la vigilia, co ndujo a la estetizació n del proyecto romántico de unidad . El fracaso de las revoluciones románticas forzó a los artistas a otro tipo de revoluciones, en el planteamiento de las cuales, si bien la alianza con la clase burguesa se consideraba inaceptable , nunca se tomó partido por la clase proletaria , y se defendió así un comunismo cada vez más alejado de las necesidades socia les, y más autónomamente entendido como estético . De comunismo fa ntás tico cabría calificar al de Wagner, a quien hacia 1848 se podía ver pasear en compañía de Bakun in por las calles de Dresde , donde desempeñaba el cargo de ' Kapellmeister ' en la corte. Al mismo tiempo que cobraba su salar io del príncipe, Wagner escribía artíc ulos muy críticos en la prensa en defe nsa de los principios revolucionarios . Cua ndo la revolución llegó a Dresde en 1849 , Wagner participó activamente en la misma, se comprometió a fondo con el gobierno provisional y luchó en las barricadas, sin que su ayuda sirviera de mucho para evitar el fracaso . En esos mismos meses, Wagner redac tó dos breves textos: "La Revolución" y "El arte del futuro . Por el principio del comunismo" . En el primero de ellos, Wagner nos ofrece una imagen personificada de la revo lución: la presenta como a una diosa, que es al mismo tiempo ejec utora de la "ley eterna de la naturaleza" , según la cual lo muerto debe perecer para dejar paso al nuevo orden de Jo vivo. "La vida es en sí misma una ley" , y de ahí se ded uce la destrucción de los sistemas sociopolíticos alema nes, anclados en el feudalismo medieval , pero también la destrucción de los códigos morales y de 27 la forma artística misma; las formas ce rradas deben abrirse para permiti r la irrupción de la fuerza creadora, el bien más alto del hombre" . En "El arte del futuro" , def ine Wagner el comunismo en términos éticos, como anulación del egoísmo, siendo el arte el mejor instrumento para llegar a él. La experiencia artística, escribe, es la única que propicia el conocimiento de lo esencial. Frente al art e, manifestación de la libertad y de la vida, el Estado se configura como ocultador de la esencia, principio de inmovilismo y de muerte . De ahí que la revolución sea una lucha del Arte contra el Estado y que el artista (el ' Dichter ' ) sea conce bido, en términos rom ántic os , co mo un a figura de mediación , como la voz consciente del pueblo" . Se trataba de recuperar, según Wagner, el modelo griego como modelo de mediación entre el artista y el pueblo. En el arte grieg o , y en .la tragedia , su máxima realización/ veía el compositor la expresión de la conciencia más profunda del pueblo. Este no sufría discriminaciones económi cas o sociales en el mome nto de la contemp lación artística. Todo el pueblo era testigo y partícipe de un auténtico acto colectivo . Y en ese colectivismo advertía Wagner el anuncio del comunismo . Pero no sólo en lo que respecta a la recepción , tamb ién en la composición misma del espec táculo. Habría sido precisamente el olvido de la tragedia griega (pre-aristotélica) el que habría provocado la compartimentación del teatro en retórica, escultura, pintura, ópera, etc., el que cada parte siguiera su camino de manera autónoma y egoísta, análogamente a lo ocurrido en el ámbito de lo social. Ahora que había constatado la unidad sustancial de la lucha estética y la lucha política contra el egoísmo y contra el Estado , Wagner, huido tras el fracaso de la revolución del 49, continuó a nivel mítico insistiendo en la instauración del comunismo. La idea de co m un ismo es té tic o se co nc re ta e n e l pr oy ect o de l ' Gesamtkunstwerk ' . Hay un origen político de la idea, que se entrelaza con una j ustificación estrictamente esté tica . En los años posteriores a la revolución, Wagn er leyó ate ntam ent e El mundo como voluntad y repr esen tación , de Schopenhauer. Sus intuiciones sobre la capacidad del arte para el conocimiento de lo esencial quedaron confirmadas por aquellas páginas, en las que la música era caracterizada como una objetivación de la Voluntad tan inmediat a como el propio mundo fenomé nico e incluso co mo las Ideas mismas" . Además, la descripción de la figura del' genio' constituyó sin duda un importante estímulo para la elaboración de su propio mito. En lo que Wagner no estaba de acuerdo con Schopenhauer era en la necesidad de que el geni o se negara a sí mismo por comp leto . El ge nio , según '" R. Wagner, "Die Revolution" ( 1849).en Ausgewiihl;« Schrijicl/. lnsel Verlag. Frankfurt am Main, 1974, pp. 11455. ~: Richard Wagner, " Künstlerltum der Zukunft. Zum Prinzip des Komrnunisrnus" (1849), o. cit., pp. 126-128. .. A. Schopenhauer, El mundo como voluntad y represcntaci án, Orbis, Barcelona. 1985, vol. 11 . p. 84. 28 Schopenhauer, creaba desde la inconsciencia respecto a lo esencia l, actuando como mediador para su manifestació n. De ahí que la música, por su abstracció n, por su carencia de referentes, fuera el arte privilegiado en la manifestación de lo e~e n~ ia l. Esto no podía ser aceptad? por Wagner. y arrebató a la música su privilegio, para devolverlo al drama. El no quería sólo dar una forma abstrac ta a lo esencial, quería apresar ese movimiento secreto del mundo en una forma arquitectónica en la que intervinieran todas las artes . No se trataba de manifestar, se trataba de dominar. Y para ello había que construir una obra de arte total, en la cual el drama actuara como eleme nto estructural y la música como elemento de mediación y enlace. La música garantizaba la fusión de los elementos, actuaba como fluido orgánico , dotando a la estructura de vida" . La concepció n de la obra de arte total se enco ntra ba íntimamen te unida al proyecto de de volver al arte a la esfera de la vida . Proyecto paralelo al del ' comunismo orgá nico ', soñado por Wagner como alterna tiva al Estado, símbolo de muerte. El arte debía crecer desde la natura leza, desde la vida . Por ello sus orígenes debían estar en la sensi bilidad , en el ámbito más inmediato. La música y la plástica servirían de punto de partida y de ellas crece ría el Drama . Un drama sin música e image n es una estructura muert a , y lo muerto no puede ser mani festación de la co nsciencia. Una co mposició n sin drama es un movimiento que resta en el ámbito de la pura sensi bilidad y que carece de co ntenido . . Resultaba, pues , inimaginable para Wagner una dramaturgia con pretensienes de verdad que no surgiera de la íntima unión de la música, la palabra y, subsidiariamente , la imagen. Frente al absolutismo de la palabra poética del romanticismo , Wagner da un giro importante en la ela boració n de una nueva dramaturgia que sirve de nexo hacia el experimentalismo del XX . Si bien el drama verbal sigue siendo el elemento final de la com posición, ha dejado de funcio nar como elemento esencial. Ya no sólo resulta inconcebible un drama leído, sino que la propia escritura del drama deja de ser un hecho literario puro. Wagner prohíbe la autonomía del libreto y exige que sólo se co nsidere como codificación del drama aquella partitura donde la escritura musical conviva con la escritura poética y las indicaciones para su escenific ación. Aun así, de la lectura de dicha partitura no se obtendría el efecto estético deseado , pues éste sólo puede ser recib ido en la inmediate z de la representación escénica . No obstante, el proyecto wagneriano se ve ensombrecido por las limitacio nes personales del auto r. Ern st Newm an n alud e a la insen sib ilid ad de Wagner hacia el resto de las artes (literatura , pintur a) co nsideradas por separado . ,Sólo sabía apreciar la poesía en función de la música, es decir, la palabra debla poner aque llo que no podí a poner la música . Pero al hacer tal, estaba " Richard Wagner."Einleitung zum Opa und Drama" ( 1851), o. cit. p. 144-147. 29 renunciado a la potencialidad de creación de atmósferas emocionales de la poesía o incluso a la potencialidad estrictamente musical de la misma. La palabra era vista en su dimensión exclusivamente intelectual" . Mucho más grave es el caso de la pintura, que ya ni siquiera estaba en función de la música, sino en función del drama, o más bien, de la arquitectura de la fábula, con lo cual quedaba completamente descartado el rico diálogo entre pintura y música, que tan extraordinarias consecuencias tendría en el siglo XX y que, paradójicamente, la teoría wagneriana tanto contribuyó a potenciar. Wagner compensaba su insensibilidad hacia la plástica con la plasticidad de su música. La capacidad de Wagner para transmitir imágenes a través de la música hacía innecesaria la búsqueda de una expresión plástica de sus ideas. De hecho, la obra de arte total se redujo a una unidad de la música y la literatura que, no obstante, sólo alcanzó una integración efectiva en algunas obras (quizá, de modo más claro, en Tristán e Isolda). En cualquier caso, basten ellas para anunciar una nueva definición de 'drama', que escapa tanto al ámbito de lo poético como de lo operístico, y que, a pesar de las limitaciones personales de su creador, resulta de la unidad de lo musical y lo literario en un nuevo lenguaje que se presenta como único, y en el cual debe transcribirse el conflicto antes expresado únicamente mediante palabras. La propuesta dramatúrgica wagneriana es una propuesta romántica, heredera de la sustitución de la razón por la fantasía. Fue esta sustitución la que permitió la entrada de la música y la plástica en el ámbito de las artes privilegiadas. Pero aún la palabra, a pesar de los esfuerzos schopenhauerianos en defensa de la música, sigue conservando su función de eje arquitectónico en el sistema de las artes, incluso en el planteamiento wagneriano. Esta superioridad de la palabra respecto al sonido y la imagen no habría de sobrevivir al final de siglo. En 1893 Adolphe Appia consiguió, gracias a la mediación de Chamberlain, introducirseen Tribschen, el mausoleo de Wagner, y presentar a su viuda, Cosima, los bocetos diseñados por él en los últimos años para la puesta en escena de El Anillo del Nlbelungo, Cosima los rechazó, considerando un insulto a la genialidad del músico la propuesta de una puesta en escena tan alejada de las realizadas por el propio Wagner en vida. "Basta; estamos aquí para hablar del genio de Wagner, no para escuchar lo que usted dice." No advertía Cosima que precisamente Appia estaba siendo el más fiel continuador del genio wagneriano al asumir lo musical como principio configurador de la dramaturgia y del espacio. Appia había advertido la deficiencia de Wagner en el ámbito de la imagen, su insensibilidad hacia las artes plásticas y su incapacidad para escapar a los modelos de representación escénica heredados del romanticismo. Concediendo a Wagner el mérito de haber revolucionado la técnica dramática y haber inventado la música adecuada a ella, Appia dejó para sí el acabamiento de la revolución mediante el hallazgo de las formas de escenificación adecuadas. El principal desplazamiento consiste en el privilegio que se otorga a la música frente al drama verbal. Lo escénico deja de ser el lugar donde se dota de acción física a un conflicto dialogado para convertirse en espacio para la materialización de una acción y un conflicto precipitados originalmente en música. Al colocar la música como elemento dominante, el trabajo escénico de Appia consistirá en hallar en los otros lenguajes los elementos que permitan la armonía con lo musical. Las ideas de unidad y armonía son claves, pues Appia, como Wagner, había heredado del romanticismo la concepción organicista y consideraba lo orgánico como principio inalienable y la vida como única ley. "El arte viviente obedece sin descanso, desde el origen, a las leyes orgánicas de la vida'?' . Respetar la unidad de la vida en la representaciónescénica exige eliminar la compartimentación en el ámbito de la creación. Esto conduce a la idea de un creador autónomo de la "obra de arte viviente", es decir, de la obra de arte total, que Appia define como el músico-dramaturgo, y que en gran parte coincide con la idea de director escénico propuesta por Craig en El arte del teatro, una idea en la que conviven las antiguas de autor dramático, escenógrafo y director". Adolphe Appia . El crepúsculo de los dioses, Acto Il . " E. Newrnan , Wagller. El hombre y el artista, Tauru s, Madrid , 1982, p. 235 . 30 " Adolphe Appia , " La música y la puesta en escena" (1895), en Attore musica e scella, edición de Ferruccio Marotti, Feltrinelli , Milán , 1975, p. 121. " E. Gordon Craig , El arte del teatro ( 1911), UNAM-GECSA, Méxi co , 1987 . p. 194 31 La definición de la autonomía de lo escénico en Appia parte de su reflexión sobre lo escenográfico. El desprecio hacia los decorados ilustrativos lleva a pensar los elementos escénicos como signos en sí mismos y no como soportes de imágenes convencionales. Si un actor cambia su personalidad, pero no su naturaleza de ser humano, ¿por qué una tela ha de dejar de ser lo que es para convertirse en piedra, árbol, mar o cielo? A partir de aquí, el concepto de 'decoración' cede su lugar al de 'ambientación', y ésta será producida recurriendo a las potencialidades significantes de los materiales en sí mismos y de las formas, ayudadas por el juego lumínico. La luz eléctrica es el gran descubrimiento de los creadores escénicos de estos años y podría considerarse que su introducción creativa en escena es paralela a la maduración del arte escénico como arte autónomo. Una de las primeras exploradoras de las posibilidades de la iluminación fue la bailarina nort eam ericana Loie Fulle r, quien alca nzó un gran éx ito en Les Follies Bergére con sus danzas, basadas en el aprovechamiento del efecto de la luz coloreada sobre sus trajes vaporosos, que ella agitaba con el fin de reproducir sensaciones del mundo natural: fuego , mar, serpentina , mariposa... Fuller resumía en los siguientes los elementos que componen el espectáculo escénico: "luz, color, movimiento, música" , siendo el orden de enumeración también el orden jerárquico establecido por la bailarina desde el punto de vista compositivo" . También para Appia la luz es la clave en el proceso de creación de la "obra de arte viviente": la luz será la responsable de realizar escénicamente la melodía infinita wagneriana. La luz rompe las formas cerradas de lo real y recupera el flujo ininterrumpido de la vida y del espíritu. La eliminación del privilegio de lo verbal provoca la eliminación de la racionalización, incluso de la consciencia. Se trata de llevar a sus máximas consecuencias el principio estetizante apuntado por Wagner. No sólo las diversas artes debían fundirse en una obra única, sino que el espectador debía sumergirse también en ella, perder la distancia. Este objetivo se . realizaba de forma clara en la puesta en escena de Tristán e Isolda , cuando Appia asume un punto de vista subjetivo para la elaboración de lo escénico: "Lo que brilla en sus almas nos aparece, como a ellos, superior a sus dos formas distintas, y a la duración ficticia de la música que nos arrastra cada vez más al interior del mundo misterioso donde su unión se consuma para siempre'?". La fe estética que subyace a esta abolición de la consciencia es la fe en la capacidad de la música y del espacio musical para expresar directamente el mundo anímico. El espacio " Véase Loie Fuller, "L ight and the dance". en Fifteen Yea/"S 01a Dancer's Lile with Some ACCOIIIII 01 Her Distingnished Friends, Londres . H. Jenkins, 1913. pp. 62-72 . " A. Appia , "Esqui sse gén érale pour la mise en sc éne de Tristan el /solde" ( 1895 ). c it. en F. Marotti . "L'itin erario di Adolphe Appia" , A. Appia , o . cit, p. 39. musical debe contribuir a difuminar los significados de las palabras, a convertir también el significado en ritmo y evitar toda distancia, toda reflexión, toda racionalización. La comunicación anímica es contraria al conocimiento. Y es la persecución de la comunicación anímica lo que impulsa a los utopistas escénicos de final del XIX a abolir la palabra como elemento principal de transmisión del drama. Éste, más bien, nos es transmitido mediante ritmos y atmósferas, mediante el movimiento de la pintura escénica, conseguido gracias a la explotación de los recursos que ofrece la iluminación eléctrica. Dado que la música es el lenguaje privilegiado, aquél desde el cual se construye la unidad, todos los elementos han de supeditarse a ella, han de encontrar su dimensión de enlace con ella. El cuerpo lo encuentra en el ritmo. La luz se convierte en trasunto de la melodía infinita. ¿Qué lugar queda para la palabra? El problema de la palabra radica en su abstracción. Su forma sensible, es decir, su sonido, en muy pocos casos alcanza una función más allá de la mera mediación entre el significado y nuestra comprensión intelectual. Lo que permite una conexión entre la música y el espacio es precisamente el modo en que la música expresa la duración: "La duración de los sonidos musicales se exterioriza, en el espacio, en proporciones visibles'?". La posibilidad de mostrar la música espacialmente depende de las duraciones variables de las combinaciones de sonidos y del ritmo. El ritmo permite visualizar el movimiento de la música y convertirlo en movimiento corporal. Según Appia, pues, el 'Wort-Tondrarna' no puede valerse de los medios representativos del drama hablado, porque en éste no existe el factor duración del drama interior ni el esquema rítmico de la música. La palabra se dirige principalmente a la comprensión intelectual. Pero desde el intelecto sólo es posible reconstruir la apariencia exterior de los conflictos anímicos, la forma de la emoción, nunca la emoción misma. Ésta, en cambio, encuentra en la música y en el movimiento espacial un medio mucho más directo de ser transmitida. Para Gordon Craig la palabra es el lugar de la mentira. De ahí que en su concepción del "arte del teatro del mañana" 10 literario ocupe un lugar secundario respecto a lo visual y lo rítmico. Llegará un día, anuncia Craig, en que el director no deba partir de un texto previamente escrito por el poeta: aquél elaborará su propia obra con los recursos de un lenguaje escénico autónomo. Se volverá así a la situación original, aquélla en la que el dramaturgo se identificaba con el actor, y su presencia directa en escena le llevaba a ser consciente de la superioridad de los recursos musicales y visuales sobre los literarios en lo que respecta a su eficacia comunicativa con el auditorio. "No existirá más el texto en el sentido en que lo entiendo hoy" - asegura el director, por boca del cual habla Craig en El arte del teatro . El creador teatral " A. Appia, " La obra de arte viviente" (192 1). o . c it. p. 18 1. 32 33 del futuro se expresará en un lenguaje nuevo , resultado de la integración de la acción (gesto y danza) , la esce na (lo visible: esceno grafía, vestuar io, iluminación ...) y la voz (sonido, declamación y can to) . Antes que poeta , el nuevo creador escénico es con cebido como "pintor en el tiempo " ; y en la paleta de éste , el eleme nto determinante ha de ser el actor. La ambientación de una escena o de un drama, seg ún Appia , no puede partir de la imag inación aislada del dramaturgo , sino de l cuerpo vivo del actor , pues " sabemos que el cuerpo es el único soporte de la pala bra en sus relaciones co n el espacio " . La necesidad de un diálogo constante en tre actor y autor hace inevi table la identificación de las figura s de director y drama turgo : "es un sacrilegio especializar ambas funciones" -sostiene Appia. Cra ig denomina a su creador escénico "dramaturgo-director" . Teniendo en cuenta que la figura del director escénico se configura en su acepción mo derna precisamente a fina les del XIX , podría interpretarse que de lo que se est á hab lando es de un trasp aso de autoridad del poeta y del actor al creador escénico. Y así ocurrió de hec ho . Pero no ha de olvidarse que utópicamente tanto Appia como Craig co ncebían al creador como un solo individuo, que fuera a su vez poeta, músi co, iluminador y actor. Y que también, utópicamente , la escritura escé nica se planteaba más bie n como una partitura en la que se cod ificaran los dive rsos elementos de la creación escén ica. No se trataba de una refor ma de las co stumbres teatrales . Se trataba de un cambio de naturaleza del lenguaje escénico mismo . Tal cambio , más que una ruptura, era visto como un crecimiento . Gordon Craig. Hamlet, Teatro del Arte de Moscú , 1912. 34 Craig era hijo de una famo sa actriz inglesa, que trabajó a las órdenes de Irving , y él mismo intervino en diversas giras interpretando pape les shakespereanos al modo nat uralista. Su alejamiento del teatro naturalista no fue violento . Su madre fue la actr iz principal en alguna de sus primeras producciones . Y una de sus esc asas reali zaciones la debió a la generosidad de Stanislavski" , No había un afán rupturista . Y es que Craig , aferrado a categorías románticas , creía en el desarrollo orgánico de su nuevo lenguaje a partir de la diversidad de los mater iales existentes . La creación escénica no debía surgi r de la superposición de los leng uajes , sino que debía ser elaborada co n un material del todo nuevo . La lucha wagneriana contra el egoísmo de los creadores y de las partes fue retomada por Cra ig con un cambio de estrategia. La nueva obra de arte escénico sería posib le una vez supe rada la visión de la música , el actor , la escenografía, la iluminación y la palabra como elementos aislados . Pero Craig desprecia el montaje de los dive rsos medios y reclama el tiempo necesario para que la unidad de los mismos tenga lugar como un proceso natural. Forz ar el proceso equivaldría a destru ir la posibilida d de que natura lment e aparezca un material nuevo . "Sólo si tienes capacidad para encontrar en la naturaleza un material nuevo, que no haya sido jam ás utilizado por el hombre para dar forma a sus pensamientos, entonces puedes decir que estás sobre buen camino para crear un arte nuevo . Porque has encontrado aquello con lo que puedes crear. Desp ués no te quedará otra cosa que empezar. El teatro , como lo veo, tiene que descubrir aún este material'?' . Ahora bien , encontrar un material nuevo, tal como el pintor lo imagina , es decir, un material que pueda ser cons iderado uno a pesar de su diversidad, del mismo modo que el pintor puede co nsiderar uno a pesar de su diversidad el mater ial de distinta procedencia -tela, pigmentos , diso lventes, em pastes, maderas , meta les ...- que le sirve para la producción de su obra , choca contra el prob lema del actor. ¿Cómo dar el mismo tratamiento a la luz , a los volúmenes , a la música , a la palabra .... que a la person alidad misma del actor. La pre gunta tiene una dob le respuesta . Por una parte , hay que tratar los elementos inertes co mo si poseyeran vida, es preciso darles un pro tagonismo en e l drama . Por otra, hay que elimina r todo lo acc idental, hay que desterrar, por tanto , la personalidad de la escena. "Para salvar el tea tro -declaró Eleanora Duse- hay que destruir el teatro , los actores y las actrices tienen que morir todos de pes te . Ellos hacen el arte imposible' ?' . El ac tor, apostilla Craig , debe ceder su lugar a la " supermarioneta'' . La supe rmar ioneta es la cond ición de posibilidad de una escritura escénica autó noma, tal como la conciben Appia y Craig , que ya no precipita en pala· Véase Edwar d Craig, Gordon Craig . The story ofhis lif e , Limelight, Nueva York, 1985. " Gordon Craig, o . cit., p. 129. " Ídem, p. 135. 35 bras, sino que se codifica en la partitura. El actor no debe ofrecer re.sistencias personales a la partitura, debe limitarse a ejecutarla de modo estnct~ . Esto exize alterar la preparación tradicional del actor, a quien de nada le sirve el adiestramiento psicológico o la búsqueda de la naturalidad. En tanto su función es la de signo entre signos, habrá de concentrarse en aquello que le permita enriquecer las formas de relación espacial. Llegará a la expresión -según Appia- a través de las proporciones formales; entrará en conexión con el :esto de los elementos por su sumisión a los ritmos y a la música; y, por m~dlO de ella, será partícipe de la expresión contenida en la forma. El autor-director. por su parte, debe dejar a un lado su personalidad y desaparec.er en la elaboración de la partitura misma. Sólo quien desaparece en la escn tura de su o~ra , había sostenido Flaubert, alcanza el rango de verdadero artista. La absolutización de la partitura y la consecuente eliminación de lo accidental tant~ ~~l lado del actor como del lado del autor constituyen las condiciones de posibilidad de una obra de arte escénico nueva. Por absolutización de la partitura no debe entenderse un ejercicio místico de escritura previo a la creación escénica, ya que la partitura es entendida como un fenómeno secundario respecto a la creación de la obra en sí. De lo que se trata es de escribir directamente sobre la escena y ~~n un I~ngu~je único, que más tarde podrá ser codificado. El drama se manifiesta pnrnanamente en ese lenguaje que brota de forma inmediata de la luz, de las formas en movimiento, de la voz y de la música y, sobre todo, del cuerpo del a~to r. En un segundo momento de la reflexión teórica de Appia, su centro de mterés pasa del ambiente (arquitectura + luz) al cuerpo, en torno al cual elaborará un nuevo concepto de dramaturgia. Dec isivo para Appia fue su encuentro con encuentro con JacquesOalcroze en 1906. Éste, convencido de que el sentido del ritmo era básicament e muscul ar , habí a desarrollad o un sistema de gimnasia rítmica , la euritmia, con el que pretendía la traducción muscular y dinámica del ritmo sonoro, que enseñó en el conservatorio de P.arís entre 19.0 4 y, 1~09 y .que entusiasmó a Appia. El diseño de los denominados espacios ntrrucos tiene mucho que ver con ello . Cuando Dalcroze fundó su Institut o en Hellerau, Appia se unió a él y juntos pusieron en escena diversas obras, entre ellas: Orfeo y Eurid ice , de Gluck (1912) y El anuncio hecho a María , de Claudel (l 9 14)JJ . Appia insiste a partir de estas experiencias en el valor del cuerpo como punto de encuentr o entre lo material y lo espiritual a través del ritmo . El cuerpo, que se somete disciplinadamente a las leyes de la rítmica, está tras» Véase Emile Jacques-Dalcroze. La Rvthmique. Lausanne, 1907 y una cxposición sistemática de las ideas del mismo en Jacques Bari!. ÚI danza moderna. Paidós, Barcelona, 1987, pp. 382-83 Y387-88. 36 cendiendo las resistencias de lo orgánico y sirviendo de caja de resonancia a lo espiritual. En torno a este objetivo se ha de desarrollar la obra de los artistas implicados en la creación. El espacio escénico debe ponerse al servicio del movimiento, es decir, del cuerpo rítmico. Y para ello no debe ocultarlo, sino potenciarlo, oponer su rigidez al movimiento rítmico del cuerpo, para convertirse de tal modo en "caja de resonancia de la m úsica'?' . La negatividad respecto a la palabra muestra ahora su dimensión positiva. El cuerpo rítmico suplanta a la palabra como lugar de manifestación del espíritu. El movimiento rítmico, la poesía espacial, ocupa el lugar más alto en la pirámide de los medios de expresión, desplazando a la poesía literaria, tal como la había categorizado el romanticismo. "Ser artista significa, ante todo, no tener vergüenza del propio cuerpo, sino amarlo en todos los cuerpos, comprendido el propio?" . El entusiasmo de Appia llega hasta el punto de afirmar: "Nuestro cuerpo es el autor dramático. La obra de arte dramático es la única obra de arte que se confunde con su autor". No estaba muy lejos Appia de las ideas de Isadora Ouncan, con quien Gordon Craig vivió un romance apasionado en Berlín en 190Y6. Duncan consideraba que la "primera concepción humana de la belleza es obtenida de la forma y simetría del cuerpo humano" y que la bailarina debería ser especialmente consciente de ello, así como asumir esa misma desvergüenza propuesta por Appia que Ouncan practica y defiende bajo el lema: "lo más noble en el arte es el desnudo" . Isadora Ouncan concibe la danza del futuro como el desarrollo de un movimiento "que esté en armonía con y que desarrolle la más alta forma del cuerpo"; en busca de inspiración recurre a las formas plasmadas por el arte griego y, combinándolas con una espiritualidad heredada de Whitman y el transcendentalismo americano, concibe una nueva danza entendida como armonía de alma y cuerpo: un arte religioso, como el de los griegos, porque un arte que no es religioso acaba siendo mercancía" En sintonía con Isadora Ouncan e igualmente influido por las ideas de Nietzsche, lo que Appia estaba imaginando era una recuperación de la mimesis original, de la dimensión sagrada del teatro primitivo, pero eliminando las zonas de oscuridad, de magia. Un teatro basado en el movimiento corporal que, en virtud del ritmo y de la composición espacial, adquiere una dimensión espiritual. El nuevo drama, imaginado por Appia, aparece como el conflicto entre la materia y el espíritu, conflicto que se manifiesta en la oposición entre el espacio y el tiempo (música) y que tiene lugar y se resuelve en el cuerpo rítmico del actor. Este nuevo drama deja de ser un acto social-estético para convertirse en una fiesta. " A. Appia." La obra de une viviente" , o. cit. p. 217. •, Ídem. p. 218. '.Véase Isadora Duncan. Mi vida, Debate, Madrid, 1993, pp. 194-200. " Isadora Duncan, "Thc dancc of thc futuro" (190211 903). en The art 01 dance , ed. cit., pp. 54-63. 37 Appia lleva un paso más allá la utopía wagneriana de la obra de arte total. Si Wagner pensaba la estética en analogía a la política, Appia la piensa en analogía a la religión . Una experiencia dirigida a los ojos, a los oídos y al intelecto simultáneamen te debe ser una experiencia estética integral. El hombre integral ha de estar en juego. Y ello exige una participación activa del espectador en lo representado, una presenci a física activa en el lugar de la representació n, calificado por Appia como "catedral del futuro", analogado por Craig a los antiguos teatros de piedra, donde no había divisió n para actores y espectadores, sino donde todo el conjunto era la escena : el lugar del drama. A nivel utópico, Appia y Craig llevan la propuesta wagneriana de la obra de arte total más allá de la estética; en cualquier caso , más allá de la literatura. El drama no se escribe, el drama surge en escena. Frente a la defin ición de drama como conflicto intersubjetiva que se manifiesta en el diálogo de los personajes dramáticos , encontramos un drama que es, de forma inmediata, enfrentam iento entre los diversos elementos escén icos: espac io, imagen, cuerpo Y sonido . La palabra , si no desaparece, se convierte en un elemento entre otros y en ningún caso debe hallarse ya sujeta a las reglas tradicionales de lo dramático, pues lo dramáti co se manifiesta a otros niveles: lo dramático sólo se realiza en la inmediatez de la escena y, secundariamente, en su codificación en forma de partitura . 3. Partituras La problematización de la palabra como instrumento de comunicación en todos los nivele s de la experiencia atraviesa la cultura de principio de siglo y se convierte en generadora de experimentaciones lingüísticas en el contexto de los movimientos de vanguardia. La espacial ización de la palabra en Mallarmé se radica liza en los caligramas de Apollinaire, al tiempo que Marinetti arremete contra la sintaxis con sus "pa labras en libertad"; se inicia así un cam ino que, pasando por la escritura fonética dadaísta o la poesía expresionista de la resonancia , conclui rá en el automatismo explorado por Breton y los surrealistas . El desplazamiento de la palabra hacia el sonido y la imagen tiene consec uencias directas en la relación de los creadores escénicos con la escritura, que siente n igualmente la necesidad de evitar el drama literario como punto de partida, buscando una forma de composición sonoro-espacial para la que el teatro estaba mucho mejor capacitado que la poesía . Las partituras de los treinta primero s años de nuestro siglo, que se sitúan en la tradición romántica wagner iana, manteniendo intactos muchos de los principios apuntados en las páginas anteriores, surgen, no obsta nte, de una desconfianza hacia la palabra que alcanza ya grandes dosis de radicalidad en la reflexión de los herederos del simbolismo . La palabra -afirma Craig- sirve ante todo como disfraz del pensamiento , es el medio más directo para la mentira. De ahí que el teatro del futuro sea pensado como un drama sin palabras , una cons trucción mediante la acción, la línea, el color y el ritmo" . La música se convierte decididamente en guía de las demás artes . En el cambio de siglo , esta tensión se aprecia de forma clara en las producciones simbolistas. La plástica y la literatura se orientan cada vez más de acuerdo a modelos musica les, al tiempo que la música se halla inmersa en un proceso de disolución post- wagneria no, que se concreta de forma muy clara en la obra de Debussy. "Me he servido de un medio expresivo bastante raro --escribe Debussy a propósito de Pelléas y Melisande-: del silencio (no se ría) , que es quizá la úni ca manera de lograr rea lmente el sentimiento de un instante?" . " Hay un claro paralelismo con la reflexión nietzscheana so bre el lenguaje. La profecía de la 'Su pcrrnarioneta' y del ' Drama sin palabras' no pueden dejar de recordar las profecías de Zara /Ilustra . "Cit. por en H. Strobe!. Claude Debussy, Rialp , Madrid , 1966, p. 142. 38 39 Maeterlinck, autor del drama que sirvió de base a la ópera , respondía perfectamente al modelo de poeta buscado por Debussy: " un poeta que dijera las cosas sólo a medias", que dejara a la música la libertad de dar expresión a lo inefable. El dramaturgo , por su parte, era conscie nte de la limitación de la palabra ("las lágrimas de lo s homb res se han vuel to si le nciosas .. .") : en é l , como en Hofrnannsthal, se hace manifiesta la crisis del drama verbal, que ha llegado a su ex tremo con el naturalismo" . A principio del siglo XX , la idea de partitura funcionará de forma explícita o implícita en las creaciones escé nicas de los artistas de vanguardia . Pero estas partitu ras respond en a diversos conceptos de la m úsica escénica . Hablar de dramaturgia en la primera mitad de siglo significa en sentido estricto, hablar de partitu ras. Hay una prime ra concepción de partitura que asume el modelo wagnerian o, pero lo interpreta desde el texto dram ático. Aquí habría que incluir las dramaturgias de los grande s directore s de principio de siglo , de Stanislavski a Jessner, que siguen trabajando a partir de la idea romántica del poeta como distribuidor del material sobre el que el director-dramaturgo opera. De forma exc epcion al , hubo un momento en que Stanislavski llegó a reflexiones sobre la autonomía de la plástica escénic a próximas a las de Craig . No cas ua lmen te el tex to que dio pie a las mismas fu e El páj aro azul, de Maeterlin ck. Cuando intentaba imaginar un ambiente escé nico para esta obra, Stanislavski advirtió la distancia entre los esbozos escenográficos del pintor y su plasmación en bamb alinas, patas y telones. La transposición del plano pictórico a la pr ofundid ad escé nica pr oducí a un efecto artís tica mente fa lso . Accide ntalmente, según sus memorias , descubrió entonces el recurso al terciopelo negro. La cámara negra permitía una composición plana de la esce na, ésta se convertía en pantalla, donde aparecían y desaparecían las imágenes. Se podía dibuj ar en esce na, co mo sobre un papel negro , líneas y colores . El descubrimiento del truco entusiasmó a Stanislavsk i, que se entregó a la búsqueda de juegos de aparició n y desaparición y al dibujo de colores sobre el fondo carente de profundidad . Stanislavski, no obstante, inmerso en la atmósfera impresionista, retroced ió ant e su descubrimiento , le pareció arti ficioso y lúgub re y no lo empleó en esa ocasión . Sí lo hizo en la puesta en escen a de La vida del hombre, de L.N . Andr éiev, en la que jugó a la irrealizacián de la escena y los actores. Aunque el espectáculo fue elogiado por la crítica y el públ ico, Stanislavski consideró que no había aportado nada "a nuestro arte de repre sentar'" . Tampoco influ yó mucho en Stani slavski la colaboración con Craig. De hecho , en sus memorias, presta cas i más atención a la interpretación estrictamente dramática de Hamlet que a la puesta en escena en sí. Ciertame nte, alaba "' Véase Hugo van Hofmannsthal, Carta de Lord Chandos , Colegio de Arquitectos de Murcia-Galería Yerba. Murcia, 1981. pp. 25-38. ., K. Stanislavski, Mi vida en el Arte , Quetzal, Buenos Aires, 1988, p. 338. 40 el genio craigiano, pero no deja de referirlo cont inuamente a lo pictórico. Se resiste a profundizar en toda la utopía del actor-marioneta e insiste co ntinuamente en la distancia entre la belleza de los bocetos y la tosquedad de la realización práctica. Todo el movimiento de los módulos escé nicos , que Craig había proyectado a la vista del público, hubo de ser realizado el día del estreno detrás del telón , por problemas técnicos. Ahora bien, si Stanislavski se mantuvo dentro del estilo realista y concedió en sus escenificaci ones siempre el mayor privilegio al trabajo dramát ico del actor, el peso de su personalidad relativizó la importancia de los textos dramáticos de los que partía y comenzó la elaboración de un nuevo modo de escritura escénica que anuncia las partituras de los años siguientes. Indudablemente , no se puede considerar los cuadernos de dirección de Stanislavski como textos dramatúrgicos, pero sí hay en ellos un intento de codificación del fenómeno escénico que va más allá del drama tradicional y que convierte el drama definitivamente en una obra literaria y no en una obra escénica. Los cuadernos de dirección de Tres hermanas y de El j ardín de los cerezos nos muestran la minuciosidad del trabajo de mesa del director, que anota y recoge toda la estructura del movimiento, la gesticulación, el sonido y la disposición física de la escena. Raramente encontramos anotaciones de tipo psicológico o interpretaciones literarias: sólo hay descripciones físicas" . Es decir , lo que se codifica es aquello que Craig había llamado componentes de lo escé nico : la acción , la voz, la esce na. Y tal codificación resulta tan rigurosa que perfec tamente se puede caer en la tentación de interpretar no ya el texto de Chejov, sino la partitura de Stanislavsk i" . Ma x Reinh ardt defi ne el cuaderno de dir ección ex plíc itamente como "partitura?" . La atenció n a la construcc ión psicológica ha sido desplazada por la intención com positiva . El actor pierde gran parte de su humanidad para convertirse en material a organizar. Lógicamente , el texto pierde igualmente gran parte de su dramatismo y ga na en intensidad rítmica . Los efectos son en muchos casos más importantes que las palabras. Lo primero es obtener una visión global del drama, que progresivamente se va concretando hasta alcanzar el detalle de cada gesto, cada paso , cada mueble, cada luz , cada sonido ... Entonces es cuando estas visio nes acú stic as y so noras, per fec tame nte con figur ada s , se escrib en "co mo una partitura" . " Véase K. Stanislavski, Drei Schwestern 1'0 11 Anton P. Tschechow. Regicbuch ( 1901), Schaubühne arn Lehniner Platz, Berlín, 1988: y Der Kirschgart envon Anton P. Tschechow. Regiebuch (1904), Schaubühne um Lehniner Platz, Berlín, 1989. " Esto lo llevó a la práctica Peter Stein en la Schaubühne de Berlín con sus puestas en escena de Tres hernialias ( 1987) Y El jardin de los cerezos (1989). u Max Rcinhardt, "Das Regiebuch" (1911). Schrifte n (Aufr eichnung en, Briefe , Rule). Henschelverlae Kunst ' und Gesellschaft, Berlín, 1974, p. 257. 41 La creación de la partitura, además, es entendida como algo diverso tanto al trabajo de dramaturgia como al de dirección. Se trata más bien de la creación de una nueva obra . Cada escen a aislada -escribe Reinhardt- es configurada de nuevo, cada movimiento, cada gesto, y todo ello codificado en la partitura. La partitura, y no el drama, es el texto escénico que se representa. Esta partituraes la que define los contenidos y las intenciones concretas del espectáculo escénico. Y la elaboración de la partitura es un ejercicio drarnatúrgico, en el cual la preocupación por lo verbal y lo dramático siguen cediendo terreno para nivelarse cada vez más con el resto de los lenguajes anotados en ella. En algunos casos, como en la escenificación de Fausto en Salzburgo, la elaboración de la partitura llega a revelarse como una auténtica escritura de la imagen. La posibilidad de concebir el trabajo dramatúrgico como elaboración de una partitura pasa por asumir que se sitúa en el ámbito no de lo literario, sino de lo escénico. Reinhardt reivindicaba su oficio de actor frente al oficio del poeta. Lo literario debía dejar de ser lo determinante. Lo determinante debía ser ahora lo espectacular. De ahí que Reinhardt, como tantos otros directores de su tiempo, confiara en el circo como modelo. Intentar escribir un espectáculo de circo constituiría sin duda un excelente ejercicio de dramaturgia en esa época, cansada ya de Ibsen y de Chejov. El drama debía ser sustituido por las composiciones drarnatúrgicas, por las partituras. Estas partituras codificarían lo físico con el mismo respeto y la misma seriedad compositiv a que lo verba l. Pero Rein hardt estaba demasiado dentro de la institución como para concebir la partitura como obra autónoma e independiente respecto al drama. Algo más tímido que Reinhardt fue Jacques Copeau, el gran reformador del teatro francés, a pesar de haberse iniciado en el teatro con la adaptación de una obra no dramática, Los hermanos Karamazov, para el Th éátre des Arts de Paul Fort. Buen conocedor de la obra de Craig, Appia y Dalcroze Ca quienes visitó respectivamente en Florencia y Hellerau en 1914), así como de la de Stanislavski, Reinhardt , Meyerho ld y Fuchs, Copeau fundó en 1913 el Teatro del Vieux Colombier, donde montó a los clásicos y a los autores contemporáneos con la voluntad de elevar la calidad artística del arte escénico. Quizá lo interesante de la reforma de Copeau sea su intento de recuperar los modos delteatro clásico, es decir, del teatro que es obra ante todo de un grupo de actores y no sólo de un autor dramático. La reforma arquitectónica del Vieux Colombier diseñada por Louis Jouvet, con la construcción de una estructura fija sobre la que había que montar todas las obras, fuera cual fuera su estilo, no puede esconder el influjo de las estructuras fijas del corral de comedias o del teatro isabelino, a las cuales debían adaptarse los autores. El sueño de Copeau era una especie de actualización de la comedia del arte, basada en la invención de "una decena de personajes modernos, sintéticos, de una gran extensión, que representaran los caracteres, los defectos, 42 •• 1. .... !,.: ". ."..... , -'01 : , 1: <:.I' ... . . •.., ,¡ , ( ¿, f •• 1 . ,y, ' ~'l ....~1f.· Max Reinhardt . El milagro. Olymp ia, Londres , 1911. las pasiones, los ridículos morales, sociales, individuales" de su tiempo, en la combinación de los cuales surgirían múltiples comedias construidas por ellos mismos a través de la improvisaci ón" , Probablemente con tal fin se retiró a Borgoña, donde en 1924 fundó los Copiaux, una original comunidad que actuó sobre todo en provincias y en algunos encuentros internacionales y que se disolvió en 1929. La generación que le sucedió en Francia, la de Baty, Pitoéff, Jouvet y Dullin, los cuatro miembros de El cartel", fue mucho menos atrevida en sus propuestas, aunque heredaron del maestro una consciencia del trabajo actoral y de la dirección escénica que ya no permitía caer de nuevo en el servilismo al autor dramático. Gastan Baty, tras reivindicar la función creativa de la puesta en escena, citaba a uno de los autores montados por él en su homenaje al director escénico: " ...Sabe restituir en tomo a las palabras todo cuanto esas palabras no han sabido decir. Adivina, comprende, revive, hace revivir todo aquello de que se nutría la emoción del autor, y cuyo escrito no presentaba más que una especie de residuo. Lo que yo había perdido en el camino del sueño al manuscrito, él lo ha encontrado, y me lo ha devuelto. Gracias a él, mi obra está completa, tal como se hallaba completa dentro de mí?" . " Clément Borgal, Jacques Copeau, L' arch é editeur, París, 1960, p. 135. J6 Sobre el teatro francés de los años veinte véase Daniéle Pauly, Th é átre Anné es 20 : La R énovation scenique en Frailee . Norma, París. 1995 y el catálogo Jouvet, Dullin, Baty, Pitoeff, Le Cartel , Bibliotheque Nationale, París, 1987 . " Gas ta n Baty, "Hacia el nuevo teatro " ,A BC, 5-VIlI- I928. 43 El texto de Baty, publicado en España en 1928, da idea de las dificultades que tres décadas después de los grandes montajes de Stanislavski y más de dos de las reflexiones teóricas de Appia y Craig encontraba en Francia la idea de un arte escénico autónomo. Si en Francia la obra de Copeau y sus seguidores consiguió correg ir levemente esta situació n, en España fueron vanas las tentativas de Valle-Inclán, Gómez de la Serna o Rivas Cherif por aproximarse a una concepción moderna del teatro. Ni las reivindicaciones de Pérez de Ayala de una reteatralización del teatro, en la línea de Fuchs, ni las reflexiones de Ortega y Gasset sobre el medio teatral como espacio de la sensibilidad y la fantasmagoría, ni los ensayos para la revitalización de la pantomima de Gómez de la Serna, ni las provocaciones de Valle-Inclán en defensa del modelo cinematográfico, ni los esfuerzos de Rivas Cherif por acercar al público las aportaciones de la vanguardia escénica internacional consiguieron hacer mella en las rancias instituciones teatrales españolas, que finalmente habrían de ganar la batalla" . Casi todos los creadores españoles coincidían en un punto: en su crítica al realismo costumbrista en que había quedado anclado el teatro español de la E. Vajtangov, El Dibbouk. Escenografía de N. Altman. Estudio Habima, Moscú, 1922 " Sobre los mod elos y las real izacion es del tea tro españ o l entre 1910 Y 1936 véas e Dru Doughcrty y Ma ría Francisca Vilchcs de Fruto s. El teatro ell Espa ña entre la tradicion y la vanguardia ( / 9/8- /93 91_e.S.l.e. I Fundac ión Feder ico Garc ía La rca . Tabacalera S .A.. Madrid . 199 y José A . Sá nchez . "T he impossib le thcatrc . Thc spanish stage in the time o f avant- garde" . Contemporary Theatre Revi ew, vol. 7. part2 (número monográfico titu lado Spanis h Theatre / 920-/ 995 . Strat egi es in protest ami imag ination (1 J. ed itado por M . Delgad o). Ma nchcste r. 1998 . pp . 7-30 . 44 época; apostaban, en cambio. por una escena "irreal", por la fantasía, por la reteatralización o por lo grotesco. Lo que en España quedó en tentativa o mero proyecto, en. Rusia encontró su materialización por obra de autores que supieron reaccionar oportunamente contra el naturali smo impresioni sta del maestro Stanislavski. Tairov, que inauguró su Teatro de Cámara de Moscú con una puesta en escena de Sakuntala . de Kalidasa, abogó siempre por un actor que basara su trabajo no en la reconstrucción de la vivencia, sino en la construcción de la imagen o figura escénica. "La fig ura escénica es una síntesis de emoción)' fo rma nacida de la fa ntasia creativa del actor . La forma madura de una figura estética sólo puede ser creada por medio de un nuevo teatro sintético, ya que el teatro naturalista sólo ha aportado una emoción psicológica informe y la escena estilizada una forma exterior vacía?" . La creación de tal teatro se apoyaba básicamente sobre dos pilares: el trabajo intelectual y corporal del actor, a quien Tairov exigía ser al mismo tiempo bailarín, artista, clown, cantante, mimo e intérprete, recuperando así la tradición del teatro popular y la comedia del arte, y la construcción de la atmósfera escénica. Tairov, que condenó la decoración naturalista y abogó por una escenografía basada en la articulación del suelo (elemento de conexión de las form~s plásticas con el actor), colaboró con diversos pintores cubo-futuristas, especialmente con Alexandra Exter, autora de escenografías construidas a base de elementos geométricos y dinámicos coloristamente iluminados. También Evgueni Vajtangov buscó en la comedia del arte y en la estética del grotesco los procedimientos reteatralizantes que alejaron progresivamente su producción del naturalismo exacerbado que heredó de su maestro Stanislavski. Su última producción, La pr incesa Turandot , de Gozzi, puede ser considerada como la muestra más acabada de lo que él mismo denominó "realismo irnazina. b tivo". El montaje del ambiente dramático chino (perfectamente documentado a partir del estudio de miniaturas) con técnicas teatralizantes que refieren al contexto del autor (comedia del arte y teatro de máscaras) y elementos fantásticos o inventados en el proceso de composición de la pieza convierten esta producción en auténtico testamento de un director a quien una muerte temprana en 1922 impidió la plena realización de su proyecto. En Alemania, alentados por el magisterio de Reinhardt, un conjunto de directores escénicos afines al expresionismo, entre quienes cabría destacar a L~opold Jessner, Jürgen Fehling, Richard Weichert, Gustav Hartung, Berthold Viertel, Otto FaIckenberg y KarIheinz Martin, desarrollaron en torno a 1920 un teatro igualmente antinaturalista y reteatralizado, en el cual la palabra cedía buena parte de su tradicional terreno a mecanismos de comunicación no verbal. Los dramaturgos apelan al gesto y al movimiento para la expresión de aquello que " Alexander Tairow, Da s entfe sselte Theater ( 1923 . vers ión alemana autorizada por el autor), Kiepenheu er Verlag . Leipzig y We imar , 1980. p. 70. Véase Nick Worral, Modernism 10 realism cm the so viet stage . Tairovvo ktnangov-Okhtopkov, Cambridge Univcrsity Prcss , Ca mbridge , 1989 , pp 15-75 . 45 las palabras no alcanzan. La intervención del dramaturgo es tímida . Sabe que el teatro ya no es su reino, que el actor ha vuelto a ocuparlo . Sabe que el cuerpo tiene mucha mayor potencia expre siva que la palabra. Y la palabr a se pliega al cuerpo , intenta incluso imitarlo . Tiende a desarticularse , a convertirse en sonido corporeizado. Exclamaciones, respiraciones , sonidos guturales, gemidos ... todas estas formas se introducen en el drama . La escenificación expresionista es deudora de Reinha rdt , pero asume con mucha más fuerza la herencia de los utópicos. La iluminación, el ritmo de los volúmenes, la abstracción compo sitiva, la desnaturali zación y despsicologización del movimiento actora!... son elementos que pasan al teatro expresionista y que contribuyen , con tanta o mayor fuerza que las palabras, a la expresión de la visión , una visión que , según Weichert declar ara, ya no es la visión del poeta , sino una visión nueva , resultante del diálogo del drama con la imaginaci ón escénica" . "El nuevo director de escena ---escribe Emmeltendrá, pues, que sacar a la luz la visión dinámica a partir de la cual el poeta ha creado inconscientemente sus figuras. Deberá crear con el poeta a partir de la mism a fuente origin al, sin interpretarle ingenuamente. Su meta sólo puede ser una dirección de la visión dram ática'?' . Y en la materiali zación de la visión , más impo rtan te qu e la artic ulación inteli gibl e de! drama resulta la tran smisión al espectador de un ritmo interno : de ahí las escenografías escalon adas, herederas de Appia , de las c uales la esc alera de Jessner para la puesta en es cena de Guillermo Tell en 1919 constituye el ejemplo más célebre ; de ahí también la utilizaci ón rítmica de la iluminación , que siguiendo las pauta s es tablecidas por Reinh ardt cobra un protagonismo insospechado en escenificaciones anteriores; de ahí también la actuación gest ual de los actores, el "patetismo" , con e! que se aspira a comunicar no el contenido psicológico del dram a , sino su co ntenido espiritu al, aquello que no se puede expres ar con palabras y para lo que es necesario poner en juego todos los procedimientos plásticos de que dispone el escenógrafo y el propio actor. Theater de Dresde su obra La zarza ardiente, dirigida por él mismo, con una especial atención a la iluminación y al diseño plástico de la escena . La obra era continuación de las preocupaciones dramáticas que ya en 1908 le habían llevado a escribir Asesino, esperanza de las mujeres, publicada en Del'Sturm en 1910. Más interesa ntes que las peculiares tentativas dramáticas de Kokoschka resultan los de otros dos artistas, ninguno de los cuales es poeta, ni actor, ni director escénico, que avanzaron mucho más en la definición de una nueva forma de escritura escénica entendida realmente como partitura. Arnold Schonberg escribe La mallo fe liz entre 1910 y 19I3; Vasily Kandin sky, La sonoridad amarilla , entre 1909 y 1912. La compos ición de ambas piezas coincide con el momento del encuentro personal de ambos, pero también con un momento de inflexión en su trayectoria: la madurez del principio de disonancia en Schonberg, la opción definitiva por la abstracción en Kandinsky. El paralelismo entre la disonancia y la abstracción llevó a una serie de fructíferas consideraciones sobre las correspondencias y diferencias entre las diversas artes, que incidirían en la composición de las obras citadas, en la definición de un nuevo concepto de obra total, y, por derivación, en un nuevo concepto de drama. La obra de Schonberg, entregado en este momento a investigaciones lingüísticas sobre la atonalidad y a consideraciones estéticas sobre la organicidad del arte, está más próxima que la de Kandinsky al drama musical wagneriano , así como al programa dramático expresionista. Schonberg la consideraba una pieza de transición, que se distanciaba del simbolismo, aún muy presente en composiciones anteriores (Pelléas, Erwartung), y mostraba un vuelco mayor de lo dramático en lo sensible. No bastaba seguir las tradicione s de la ópera para expresarse sobre el escenario; si un músico recurría a este medio, debía ser entonces consecuente y no Una concepción más radical de la partitura escénica la encontramos en la obra de músicos, poetas y artistas plásticos igualmente ligados de uno u otro modo al expresioni smo. La recepción de la obra total wagneriana se hace desde la idea de unidad orgánica; la palabra, en cuanto medio de comunicación intelectual, queda relegada y solamente interviene con función resonadora; el ritmo, como en Appia y Craig, sigue siendo la clave. Se tiende a la reducción del actor a forma; se j uega con el movimiento de la luz, de las formas plásticas, del movimiento corporal y con el valor musical de las palabras; el contenido verbal , como el icónico, se abstrae. Siguiendo estas pautas, Oskar Kokoschka presentó en 1917 en el Albert" Cit. en Paolo Chiarini, "Di segno del teatro tcdeseo expressionista", en La letteratura tedesca del Novecento , cdizioni dcll'Ateneo di Roma, 1961. pp. 7-35. p. 33. " Felix Ernmel, Das ekstatische Theater ( 1924) . Kampma nn & Schnabel, Prien. 1924 . p. 37. 46 Oskar kokoschka. Asesino. esperanza de las muj eres. 1922. 47 limitarse a la música de los sonidos , tenía que "hacer música con los recursos de la esce na?" . El dra ma en sí está plagado de elementos expresion istas: la esc isió n del homb re entre el cielo y la tierra, a la que se siente encade nado; la imagen de la mujer como salvació n, encamación de lo espiritual; la imagen romá ntico-ascética del paisaje rocoso , contaminada por el taller de orfebrería, que a su ;,ez se confun de con el taller mecánico ... Dramatúrgicamente , la obra es un monologo apoyado por un coro indiferenciado de sombras . Pero no hay un ~iscurso a.lti~ulado , sino más bien una suces ión al ósica de exclamaciones, resonancias y aSOCIaCIOnes . Entre lo dramático y lo musical ~o se produce una superposición, sino que , como señala Leibowitz, la arquitectura dramática y la sinfónica se interpenetran y se fundamentan rec íprocamente" . . Si las inn ovac iones es tric ta me nte musicales -desarrol lo de la ato nalidad, introdu cc ión de l ' Sprechgesang '- son importante s , al lector de la. partitura no pu e d e d ej a r de sorprende rle la fu nció n d e ci s iva co ncedi da a la iluminació n . La luz adquiere un protagonismo absoluto, en cuanto resp onsabl e del movimiento es cé nic o , despl azando así a la palabra y al co nfl icto intersubjetiva, a los que antes se co nfiaba ta l función, ~ col~b~ rando directame~.te con la música en la configuración del dr am a . La minu ciosidad co n que Scho nberg co di ficó el movim ient o de las im ágen es (des plazamie ntos escenog ráfico s, de las figuras y ca mbios lum ínicos) indi can claram en te una co ncienc ia de autor muy distante de la de compositor lírico . La auto ría , que arra nca ba de .la pal~­ bra b urdame nte esbozada pa ra au men tar su te nsión resonan te y su viole ncia ex pres iva, no se det en ía en la mú sica : se desarroll ab a y completaba en la im age n. _ . . No hay que olvi da r que Schonb erg se halla en estos anos dedlcad~ I?ualmente a la pint ura , y que sus cuadros particip an en algunas de las expo~Ic lones orga nizadas por los editores de El Jinete Azul (Kandi nsky y Ma rc). La Ima~~n , co nsecuente men te , adquiere un gra n protagon ismo , no solo en la present acion , sino también en la co nce pción de la obra : "A hora, la impresión bajo la que se escribió es to fue aprox imada mente como si yo pudiese ver un coro de miradas , así como se perciben las miradas, como se siente n, aun sin ver las, cómo le habl an a uno?" . Lo que dic en las miradas queda transcrit o en diversos medio s: en la parti tura musical, en las palabr as de l coro, "e n los co lores qu~ se ven sobre los ros tros". Miradas es el nombre que Schonberg daba a una sene de sus cuadros , en los qu e la repr esen tación de los rostros está resuelta esencia lmente en " A. Schonberg, "Conferencia en Breslau sobre Die gliickliche Hand , en A. Schonbcrg I V. Kandinsky, Canas, cuadros y documentos de uu encuentro extrao rdinario, editado por J. Hahl-Koch, trad. de A. Hochleiter, Alianza, Madrid, 1987, p. t08. " CL R. Leibowitz. Historia de la ópe ra. Taurus, Madrid, 1990 . p. 383. " A. Schonbcrg,o. cit., 109. 48 Arnold Sc honb erg . La /IlallOf eliz. Acto JI: 'Fuente de luz' . 1911 . los ojos . Los ojos, como órga no del se ntido más inmedi ato. El so nido de bía aliarse co n la imagen para volcar la ese ncialidad , la interioridad , en el ámbito de la sensibi lidad . "Un arte - esc ribe Kand insky en De lo espiritual- debe aprender de l otro có mo éste utili za sus propios medios para , desp ués, a su vez, utilizar sus propi os medios de la misma manera" , pero atenié ndose a su especific idad". Kandinsky, cuyo interés por la sinestes ia se remont a a sus años moscovitas y que ad miraba profun dam en te el Prometeo de Skriab in (quien había intent ado el estableci mie nto de corres ponde ncias prec isas entre co lores y soni dos), realizó , en co laborac ió n co n e l mús ico T h. Hart man n y e l bail a rín A. Sach a ro v, un curioso experimen to: el pintor ofreció al músico una serie de acuarelas; éste elig ió una e interp retó una música; se añadió entonces el bail arín, a quien se pidió qu e bailara esa mús ica y que más tarde adi vinara qué acuarela había bail ado. Más allá de la anécdota, lo cierto es que Kandin sky es taba co nve ncido de que dive rsos lenguajes podían conseguir el mismo efecto estético y qu e ta l corres po ndencia hací a conven ien te , incl uso necesaria , la co laborac ión de los mismos e n una co mpos ición única , sin que por ello ninguno de los len guajes -y éste hab ía sido , seg ún Kandi nsky, el principal erro r de Wagner- perdiera su especificidad . Para ello cada uno de los lenguajes debía intentar alcanzar por sí mismo e l efecto " V. Kandinsky, De lo espiritual en elane , trad. de Gcnoveva Dietrich, Burral-Labor. Barcelona, 1972, p. 50. 49 espiritual, y sólo entoncesentrar en la composición. Esta era la única vía para la elaboraciónde lo que Kandinsky denominara 'artemonumental' . La sonoridad amarilla se presenta como primera obra de arte monumental y como realización plena del ideal formulado por Schonberg: "hacer música con los recursos de la escena". Esta breve pieza, originalmente titulada Gigantes y que no fue estrenada hasta 1972(la primera tentativade Hugo Ball fue frustrada porel estallido de la primera guerramundial), pretende superarla exterioridad, de la que según Kandinsky pecaba el planteamiento wagneriano de la obra de arte total, mediante la eliminación de cualquier supeditación a una fábula dramática previa. El anhelo hacia lo inmaterial, el conflicto entre lo material y el espíritu, se configura directamente sobre la escena, en imágenes, palabras y sonidos, sin ser previamente articulado en una estructura dramática-literaria. La representación de la tensión hacia lo inmaterial exige que la música, la más inmaterial de las artes, según Kandinsky, actúe como modelo. La musicalización de la palabra lleva a la abstracción y a la resonancia. Cualquier intento de emplearla palabra significante habría sido considerado un empobrecimiento: hasta tal punto había llegado el desprecio de la palabra como lugar propio de la convención, el materialismo y la mentira. No sólo la palabra se ve afectada, también la figura humana. "La formaorgánica ya no sirve aquí para el objetivo directo, sino que no es más que un elemento del lenguaje divino, que lo humano necesita, porque se cuenta a los hombres por medio de los hombres". El hombre no tiene cabida en el teatro kandinskiano. Aparece únicamente como forma, a menudo geométricamente utilizada, o co:n0 portador de luz y color. Y lo mismo ocurre con los otros elementos: montanas redondeadas, nubes ovales, nunca con su forma y color naturalista. El drama es trasladado del espaciode la intersubjetividad al espacio de las formas en movimiento. Así lo sugería en la dinámica de efecto-contraefecto que se establecíaentre la música y la danza: cuando la música adquiere fuerza expresiva, el movimiento deberetirarse, mientras que cuando el movimiento logra un alto grado de expresión por sí mismo no tiene por qué estar acompañado por la música. Lo mismo cabe decir respecto a la plástica o a la palabra. En La sonoridadamarilla ese dramatismo afecta a los elementos singulares mismos: la orquesta lucha contra el coro, la niebla lucha contra las figuras. La relación entre música e imagen es una relación de colaboración: cuando la luz hace invisible la escena, la orquesta tapa las voces (II). En el cuadro ID, lo único visible es el movimiento de la luz, convertidaen verdaderosujeto escénico; y lo que se oye son cuchicheos y palabras ininteligibles. En el ensayo"Sobre la composición escénica",publicado en Eljinete azulen 1912, Kandinsky presenta La sonoridadamarilla como una composición a partir de tres elementos, "que sirven como medios exteriores de valor intetior"?'. Esos tres elemen~os. son: el tono musical y su movimiento, el sonido corporal-espiritual y su rnovmuento expresado por hombres y objetos, el tono cromático y su movimiento. El primero procede de la ópera; el segundo, del ballet; el tercero es resultado de la interacción de la plástica y la temporalidad escénica. Respecto al último elemento, insiste Kandinsky en su independencia, en su carácter no ilustrativo y en su función significante al mismo nivel que los otros. La inclusión del movimiento corporal, derivado de la danza, remite a la colaboración de Appia con Dalcroze, pero las reflexiones de Kandinsky sobre el movimiento natural y la abstracción en la danza contenidas en De lo espiritual en el arte, se proyectan hacia el futuro y anuncian la evolución de la danza contemporánea y su interacción con el teatro, y dan prueba de la lucidez del pintor en su aproximación a lo escénico. Por lo que respecta a la palabra, Kandinsky la sitúa como componente del primer elemento: su función no es significante, está ahí para crear ambientes. La voz humana debía ser utilizada en su estado puro, sin ser sometida al oscurecimiento de la palabra, es decir, al sentido. Cada uno de los tres ele mentos deb ía funcionar autó nomamente siguiendo incluso caminos divergentes (del mismo modo que la gráfica y la plástica. pueden seguir su propia dirección en la obra pictórica), siempre que ma ntuvieran la subordinación a la misma meta interior. A destacar en el texto, finalmente, una nueva definición de lo dramático, que completa la propuesta arriba: "el drama está formado por el complejo de las experiencias interiores (vibraciones anímicas) del espectador?" , El drama, pues, según esta última definición kandinskiana, no tendría lugar en la exterioridad de los conflictos argumentales o formales, sino en el complejo de vibraciones interiores que circulan entre lo representado y el espectador. El drama ya no resulta apresable en la palabra arquitectónicamente construida, pero tampoco en la música o en el color aislados, pues sólo la interacción de los medios genera vibraciones cargadas de conflictos, que el espectador ha de articular en su comprensión del drama. . Esta concepción de la obra total en Schonberg y Kandinsky es indisociable de la definición de arte como exteriorización de lo espiritual de la "necesidad interior". Y, al mismo tiempo, de la definición de la necesid ad interior como vida. Sólo una forma que respete el movimiento de la vida es decir, sólo una forma que contenga en sí misma los principios de su cambio, su. de~a:rollo ~ ' " evolución podrá ser receptáculo del contenido espiritual. El pn n ~IplO orgamco se superpone, al menos programáticamente, al principio est ético. Esta superposición se realiza de forma más radical en el pensamiento de los creadores ligados a un importante centro de producción escénica experimental: Der Sturm. seW. Kandinsky, "Sobre la composición escé nica" , en W. Kandinsky I F. Marc, El jinete azul. Paid ós Estética, Barcelona. 1989 , p. 188 . 50 " Ibídem. 51 Aunque de un misticismo más pasional, la obra de Schreyer se sitúa también en la línea dram atúrgica anunciada por Kandinsky. Lo diferencial del experimentalismo de Schreyer radica en que no parte directamente del modelo musical; la música incluso no tiene exces ivo protagonismo en sus creaciones. A cambio, la plasticidad de la palabra y de la imagen ganan terreno , si bien esa plasticidad es elaborada según los conceptos de ritmo y resonancia . La principal distancia que separa a Schreyer de Kandinsky es la atención a la figura humana. Esa atención da a las obras escén icas de Schreyer, tal como podemo s imaginarlas a partir de testimonios y restos, un carácter más primitivo que a las comp osiciones escénicas del pintor ruso. La presencia de la figura humana exige una atención al origen corporal del movimiento . Hay una dimensión cultual más acentu ada y una dimensión trágica que la estética kandinskiana eludía. La palabra intenta convertirse en sonido originario. Para ello, el hombre busca en sí mismo lo original, lo primitivo . Esa búsqueda conduce al inconsc iente: la visión aparece como núcl eo de la creac ión. Tambi én el movimiento sigue siendo un movimiento humano . Pero se trat a de un humanismo que busca su cone xión origin al con la naturaleza, con la animalidad , como paso previo a conseg uir la unid ad en el espíritu . La presencia de lo orgán ico , en cuanto animal, es mucho más fuerte que en Schonb erg o Kand insky, qu ienes utili zaban el concepto de lo orgánico en un nivel superior de abstracción . Schre yer part e de una consci encia radi cal de la autono mía del arte escénico , que él pretende inde pendiente tanto del drama como de la prop ia institución teatral con tod as sus conve nciones. Se tratab a de abando nar la idea de teatr o co mo mu seo de dramas literarios del pasado y sustituirla por la de un es pacio en el que tien e lugar un aco nteci miento creativo . Del mismo modo que el reconocimiento de la autonomía condujo en las artes plástic as a la abstrac ción , también Schreyer, muy próximo a ellas, planteó su "obra de arte escénica" co mo una obra de arte abstracta . A la idea de arte como ' Abbild ' (i mage n = repro ducc ión de lo externo), Schreyer op uso la idea de ' Bild' (imagen = producción de lo interno): Schreyer propon ía un arte escé nico que co nsistiría en la producción de ' Bilder' (plásticos y sonoros), mediante los cuales se anunciaría un contenido esencial. Este contenido esencial , siguiendo la estética expresion ista, era denominado "Visi ón?" . La manife stación (no la reproducción) de la Visión era el cometido del arte . Para ello e ra preci so una util ización diver sa de los med ios escé nico s. Siguiendo las idea s de Appi a, Schreyer optó por un tratamiento rítmico de la escena . En esto coin cidía, si bien desde planteamientos más radicales, con las ideas de los creado res escé nicos expresio nistas profesionales. En 1924 escribía " Lothar Sch re ye r, " Das Gegcnstandlichc in de r Ma ler e i" . en H. Walden (ed .) . Expressionis mus , Die Kunstwende . Berlín . 1918. pp. 22-28. recogido fragmentariamente en P. Chiarini (ed.), Caos e geome tria , La Nuova Italia, Firenze , 1969. p. 55. 52 Emm el: "Exigimos una imagen escénica dramático-din ámica, una imagen escénica rítmico-espacial?". La representación del drama expresionista requería una articulac ión dinámic a de la escena , un convertir el drama en movimiento y en ges to, como si las palabras no dijeran nada y tuvieran que expandirse en el espacio para transmiti r sus significados. La inercia de las instituciones impidió al teatro expresionista realizar estas ideas. Fueron puestas en práctica en círcul os de aficionados. Sch reyer , director suces ivamente de la Kampfbühne y de la Sturmbühn e , fue su principal impulsor. La sustitución del principio de belleza por el de organicidad es sostenida por Walden (director de la revista y galería Del' Sturm y autor de algunos libretos escénicos) con la misma radicalidad que Schreyer. Se trataba de salvar al arte de la institución , liberarlo de aquello que lo encorsetaba para devolverle su capacidad resonadora y su función trascendente. Esta liberación es evidente ya en los propios textos que sirven de material a la creación escénica. Junto a los escri tos por Schreyer y Walden , es obligado referirse a la creación de August Stramm . Poeta y dramaturgo próximo a la sensibilidad futurista, su trabajo se desarrolla casi como una lucha contra el lenguaje , no para destruirlo, sino para salvarlo del uso convencional y alienante a que se halla sometido cotidianamente. Kurt Liebermann , en una nota sobre Stramm en Del' Sturm utilizaba con ceptos como 'Ur-Schre i' (grito originario) y ' Kraft ' (fuerza , energía) para referirse a la e scritura del a uto r. Un a e sc ri tura qu e asp ira a escap ar de la materi alidad , que pretende ser grito original, danza orig inal del ser... Los dramas de Str amm se propon en como movimientos indiferenciados que configuran la Visió n . Se ag udiza lo fluido, se borr an los lím ites , las defin icion es; movimientos inhumanos del cuerpo; destellos de l yo, del tú , del nosotro s , palabras temblorosas, gritos originales. Las palabra s no significan: chirrían , golpean, silban... Es como una danza de las palabras. La superación de la palabra lleva a un con tac to más allá del lenguaje que, supuestamente, propicia un contacto entre las almas" . Si algunos dramas de Sorge (El mendigo) o Hasencle ver (Hombres) mostrab an las limitaci ones expresiv as de la palabra y exigían su conversión en gesto, los dramas de Stramm practic an una reducci ón de la palabra a sonid o. "La palabra en la escritura moderna - escr ibía en 1921 Diebold- tiende casi sie mpre a ser una procl amación o un grito" . En Sancta Susanna esta idea se concretaba de modo abso luto. Fue estrenada en la Sturrn-Bühne en 1918. Según el testimoni o de Jherin g, no se trató de una síntesis escé nica abstracta: la palabra de Stramm perm aneció en todo momento en primer térm ino. Quizá la dificultad de ejec ución de la 'obra de arte verbal' impusiera un protagonismo de la pa1a" Felix Emrnel, o. cit.. p.49-50 . ". Kurt Liebermann . "Aug ust Stramm" , en Der Sturm, 192 1. 2. p. 4 1-42 . 53 bra. Tal como la describen Jhering y Diebold la esce nificación consistía en una sucesión de movimientos mecánicos , acomp añados por recitaciones que oscilaban entre el grito , el silbido, la onomatopeya y el susurro, sin pasar en ningún momento por un nivel de declamación normal. "El teatro no es un arte. El drama teatral es algo a medias . Esto lo sabía bien August Stramm. El creó dramas que implicaban una ruptura total con el teatro':" . Estos dramas , que para los profesionales del teatro podían parecer irrepresentables eran, según Schreyer, los que permitirían la reconstrucción del verdadero teatro. La verdad del teatro pasaba por la unificación de los lenguajes, por la composición orgánica de forma, color, movimiento y sonido. Schreyer se atribuía a sí mism o la creación de una obra de arte "totalmente nueva " , esa misma obra que Craig anunciara sin atreverse a reclamar para sí. "Las primeras obras de arte escénico -proclamaba Schreyer-las he creado yo". Schre yer se con vierte , en cualquier caso , en uno de los primeros autore s que de forma explícita definen lo teatral como territorio autónomo e independiente de lo dramático-literario . En el interior de la obra de arte escénico , lo literario puede jugar un papel , pero nunca determ inante, ni siquiera significante. "El nuevo dram a -escribe Schreyer- es la figura verbal de la visión de la obra de arte escénic o". Es una traducción de la visión en palabr as. Pero para respetar la aute nticidad de la visi ón será preci so renunciar a descifrarla , renunciar a racion alizarla. Los elementos textuales que aparecen en las obras de Schreyer, sea n suyos, de Stramm o de Walden , se pliegan a ese imperativo . Estos texto s , por otra parte , son planteados como obras no autónomas , es decir, carecen de sentido fuera de la obra de arte escénica . Fuera de ella carecen de vida . La obra de arte escénico es -según Schreyer- un organismo . Una amputación puede destru irla completamente. Un miemb ro amputado no es más que un cad áver. El drama no sirve, pues , como resto significante de la obra de arte escénico . La única cod ificación posible de la misma es la partitura . En el Programa de la Kampfbiihne de Hamburgo compar aba Schreyer la composición de una obra escén ica con la de una obra musical. En ambos casos se escribía una partitura . La musical codificaba sonidos; la escénica codificaba luz, movimiento, imagen y sonido. Leer correctamente la partitura exigía estar en condicione s de sentir en uno mismo el sonido de las palabras y ver la forma y el color en movimiento . Además, tanto la ejecución de la partitur a como la contempla ción de la misma exig ían un abandono de las convenciones institucionales y la adopción de una actitud más próxima a la que se tiene ante un concierto o ante una misa. Es decir, la partitura deb ía ser ejec utada con precisión por parte del intérprete y vivida por el espectador. e¡ Schrcyer. " Über das Bühnenkunstwerk", en Der S/lIr/11 . 1918,5 , p. 50-5 1. 54 Para Schreyer, la obra escénica era un acontecimiento de la comunid ad iEin Geschehen es el título de una de sus piezas), en el que se producía el anuncio del gran inco nsci ente , del reino espirit ual. Hay una recuperación de la dimensión cultual y una aplicaci ón del organicismo que reinterpreta más pasionalmente la utopía wagneriana del comunismo : la unidad orgánica de los elementos y los lenguajes en la obra de arte escéni ca debí a correspond er a una unidad orgánica de los ejecutantes en tomo a la visión mostrada y una unidad orgánica entre el colectivo de los ejecutante s y el colectivo del públi co , que debía integrarse en la obra misma" , Schreyer fue responsable del taller de teatro de la Bauhaus hasta 1923. Pero sus planteamientos resultaron demasiado rituali stas y poco democráticos para esa escuela, que , si bien estaba dominada por un principio utópico-romántico, había asociado su proyecto a una racionalidad nueva , que pretendía la superación de los restos patéticos del expresionismo. La sustitución de Schreyer por Schlemmer al frente del taller de teatro marcó el inicio del experimentalismo escénico más característico de esta institución. También aquí funcionaba el principio organicista, una y otra vez redefinido desde su formulació n wagneriana. El proyecto pedagógico de la Bauhaus incluía ya la idea de una unidad de las artes. Gropius calificaba su escuela como "c atedral del socialismo" . El principio arquitectónico actu aba en este caso como articulador de una colaboración de los diversos lenguajes artísticos. Esta colab oración era un reflejo utópico de la articulación de la colectividad humana en torno a una nueva racionalidad. Y de acuerdo al mismo principio imaginaba Gropiu s el arte escé nico: "Como en la arquite ctura, todos los miembros pierden su prop io Yo en virtud de una común y más alta vitalidad de la obra total. De este modo se reúnen en la obra escénica una multiplicidad de problemas artísticos, cada cual supeditado a sus propia s leyes, en una nueva mayor unidad'>' . La concepción del teatro total dio pie en la Bauhaus a la confección de diversos proyectos arquitectónicos que respondían a la idea de un teatro como universo absolutamente cerrado y autónomo, y en que , además, la relación escena-sala era plante ada en término s de fluidez. Los proyectos de Falkar Molnar, Andreas Weininger o Walter Gropius aspiraban a la consecuci ón de espacios en los que fuera posible la creación de una totalidad escén ica. En ella se darían cita todos los lenguajes posibles, desde el actor y la luz, hasta las proyecciones fílmicas e incluso la intervención del público . Piscatar concebía el teat ro diseñado por Gropius como una máquina de escribir para el director escé nico. Es decir , la " L. Schreyer, "Bühnenwerk" , Spielgang und Spie l" , Der S/IITIII , 1920, 4 , pp. 65-68. " Gropius, en O. Sch lcmmcr y otros, Die Biihne i/11 Bauhaus, Neue Bauhallsbücher, 1985, p. 35 . 55 Bau haus proyectó el instrumento para que definitivame nte la autoría de la obra escéni ca pasara del poeta al creador escénico, al cual se ofrecía la posibilidad de escribir sobre la escena con la misma facilidad que el literato ante su máquina. Esta apertura de las posibilidades escénic as condujo a la elaboración de originalísimos guiones escénicos, que desarrollaban las intuiciones de Appia y Craig y codificaban de forma mucho más precisa y elaborad a el tipo de obras diseñadas por Kandinsky, Kokoshcka , Schonberg o Schreyer. Aunque Frederick Kie sler no trabajó en Bauhau s, manifestó a lo largo de su larga trayectoria creati va preocupaciones similares a las de Gropius respecto al teatro. Como él, soñaba con un mode lo espacial arquitectónico capaz de integrar los nuevos medios tecno lógicos . Ya en su esce nografía para R.UR. , de Karel Capek , diseñó un escenario electromec ánico que incluí a decorados móv iles, proyecciones cinematográficas y un mecanismo de tanagra (combinació n de espejos que permiten la proyección en escena de lo que los actores hacen entre bastidores) . Su fascinación por e l modelo orgánico le llevó a presentar en 1924, con motivo de la Exposición internacional de nueva técnica teatral que él mismo organ izó en Viena, la ' Raumbühne', la escen a espacial, uno de los diversos intent os de co nstruir un "tea tro sin fin" , corr elato de su fam osa "casa sin fin" (en la que trab ajó durante años tras su traslado a Estado s Unid os), proyectos ambo s en que las preocup aciones estéticas y funcionale s se confunden inevit ablemente con las religiosas", La religio sidad de Kie sler , como la de Gropiu s o Sch lemmer, se ha liberado de la dimensión ritual , propia de Schreyer y los expre sioni stas , y encuentra más bien su expresión en la ace ptació n de la disciplin a arquitectónica o matemáti ca . Oskar Sc hlemmer, recuperando la fórmula romántica , decl aró que la matemática era su religión . Como Schreyer, Schlemmer man tuvo la presenci a de la figura humana en escena , pero la búsqueda de la armonía entre hombre y naturaleza no seg uía la vía del incon sciente , de la pulsión , sino la vía de la ma temática. El actor no quedaba elimin ado , pero se restrin gía a una relación con el espacio matemáticamente diseñada. Tal relación estaba mediada por el uso de un vest uario que impedía el movimiento natural. El actor se veía así obli gado a buscar formas de expresión en armo nía co n su vestuario . La expresión era racionalizada. El sentimiento, la pasión , lo pulsional se convertían así e n form a matem átic ament e utiliz able. De este modo entraba lo humano en la partitura y podía ser con siderado como un elemento más, tratado con los mism os esq uem as compositivos que la luz, la música, el espa cio ... Se llegaba , pues, a un equi librio entre la tensión hacia la inmaterialidad y la deshumanización de la propu esta kandin skiana y la tensión hacia el organicismo animal y la incon s~ Véase Frederick Kiesler 1890- 1965 . En el interi or de la entlless house , catálogo de exposici ón. IVAM. Valencia. 1997, pp. 48-5 1 Y 1345s. 56 Oskar Schlemm er. Ballet tri ádico , 1924. ciencia de la propuesta de Schreyer. Este eq uil ibrio permitió el desarrollo de partituras escé nicas que, por la presencia humana , superaban las síntesis escénicas abstractas y podían ya ser consideradas nuevamente teatrales. Pero Schl emm er también habla de la multiplicidad de posibilidades que surgen de la relación entre el espacio geométrico y el hombre desnudo . Apu esta por la riqueza de ese conflicto, en que los elementos abstractos, por una parte , y el sujeto huma no , por otra, ven realzada su pecu liarid ad . Se trataba, en cua lquier caso , de investigar las relaciones entre hombre y espacio para construir un len guaje escé nico autónomo: "e mpezar co n el ABC del teatro " . La utop ía de Craig y Schre yer, co nvertida en empresa c ientífica y es timulada por el conve ncimiento personal de que la pintura no satisfac ía tan bien como la esce na las exigencias de modernidad" , En su ensayo "Teatro, Circo , Variedades" , Moh oly-Na gy, otro destacado profesor de Bauh au s , de scalifica la iden tifi cación de 'teatro ' co n ' drama ' . Prop one, a ca mbio, una defin itiva independ encia del teatro respecto a la literatu ra , moti vo de tantas confus io nes . La obra de Au gu st Stramm aparece ant e Mo holy como un mome nto decisivo en el proceso de búsqueda de una nueva articu lación entre lo escénic o y lo literario . El drama se despoja de lo informativo y se con vierte en movimiento de sonido (palabras) e imagen , que sirve para comunicar el movimi ento de la energía hum ana (pasi ón)" , Pero hay que dar un paso más allá de Stramm y plantear un teatro que arranque d irectamente del movimiento, un teatro que no tiene por qué utilizar la palabra , un teatro con struido de acuerdo a un principio orgánico y en el cual el hombre sólo actuaría en cuanto " portado r de elementos funcionales que proceden de su realid ad orgáni O. Sc hlcmmer, Escritos sobre arte: pintura, teatro , danza . Cartas y diarios. Paid ós , Barcelona, 1987. p. 78. Moholy-Nagy, en O. Schlcrnrner y otros. Die Biihne im Bauha us , cd. cit., p. 16 1 \'>.\ M 57 ca" . Anulació n de la psicología y anulación de la litera tura: el homb re convert ido en eleme nto entre otros elementos, la palabra reducida a su origi nariedad , es dec ir, al son ido , pero elaborado de acuerdo a reglas diversas a las de la música. " Una acció n escé nica total -concluye Moholy- sería así una enorme creació n dinámico-rítmi ca que se integraría de modo elemental en un conj unto de medios enfrentados entre sí" . Una vez más vemos traspuesto el princip io dramático del ámbito de lo hum ano al ámbito de las for mas y el movimient o inmediatamente generado en esc ena. El últi mo de los apasionados po r e l teatro e n la Bauhau s fue Xa nt i Sch awin ski, a quie n más tard e vo lve mos a enco ntrar en el Black Mountain College (EE .UU), otro escenario de prodigiosos experimentos docentes, artís ticos y escénicos . Sc hawinski compartía con Schlem mer la idea de que el teatro debe ser an te todo una "fiesta para los ojos" y el dra ma en tendido como el dinamismo de las ideas en color, form a y es pacio . En la composición de las partitura s para Cir co o Spe cto drama int entó desarro llar es tos cr ite rios. C uan do Sch awin ski y compañía decid en probar fortuna en Berlín y muestran su trabajo ante directores y produ ctores, éstos les co ntestan: "E ste teatro es muy interesante, pero dem asiado avanzado para nuestro p úblico?" . Co mo Moholy, Schawinski se mostró abso lutamen te escé ptico respecto a la capacidad de la palabra para expresar aque llo que él en tendía co mo la "aventura fundame ntal del hombre" : la experiencia del espac io . Para transmitirla es prec iso rec urrir a meca nismos situados más allá del pensa miento verbal. Pero tamb ién más allá de la plástica o de la música. Schawinski apues ta por un trabajo interd isciplinar , que conduzca al descubrimient o de nuevas dim en sio nes , habitu alm ente relegadas al ámbito de lo imposible . A propósi to de OIga-OIga , d iseñ ad a y di rigida por él en 1927 para la Bauh aus de Dessau , Schawinski declaraba: "E sto es equilibrismo: uno usa las cosas de la vida diaria como referencia de la imaginación , sin dar respuesta a nada. Pero uno va más lejos: uno sa lta fuera de l marco co n su idea?". Co n es ta frase, Schawinski invierte la con cepc ión hab itual de lo escénico como es pac io donde uno entra, sea en la reproducción de lo real , sea en la creación de un mundo nuevo . Para Schawinski el teatro es el lugar donde la imagi nació n juega al equ ilibrismo . Es la ruptura del marc o . Nad ie mejor que él podí a llevar a Caro lina del Norte el legado de la esce na Bauh aus. subje tivo y una definitiva anulación de lo verba l. El texto, si apa rece , lo hace como material bruto, es decir, como so nido, y tratado como un elemento más entre otros, incluido el hombre . Consec uenteme nte, la escritura escénica ya no se realiza en form a de drama , sino de partitura. La lectur a de la misma permite una reconstru cción del dra ma, entend ido ahora como co nflicto de los elementos escénicos, un conflicto emine ntemente formal , por más que los sucesivos autores insistieran en la interpenetración del din ami smo de las formas y el dinamismo del espír itu . Esta tensión de l arte hacia el ámbito del espíritu (de lo ilógico, de lo inconsciente , de lo imposi ble) es , no obstante , lo que ju stifica el orga nicismo , la armo nía en la disonancia, la integració n de los leng uajes en una obr a única y un itaria. El drama, el co nflicto entre los elementos es un conflicto con solución , se cierra a sí mismo en el interior de la obra . Este modelo orgánico armónico se enfrentará a una tende ncia co ntradictoria, que planteará un co nflicto dramático que no encuentra resolución en el marco de la ob ra, sino que más bien se proyecta hacia lo social. Frente a lo edifica nte de las partituras plásticas, habrá que atender ahora a unas obr as que plantean la transfor mación de l drama y de la esce na desd e un impulso originariamente destructivo. La aplicación del modelo orgánico en escena se desarrolla hasta sus últimas con secuencias en el prim er tercio de siglo por obra, espec ialmente , de los artistas plásticos. Se practica una disolución cada vez más clara del drama inter" X. Sc hawinski. "F rorn the Banhaus lo Black Mountain" . The Drama Review, 5 1, verano , 1971, Nueva York. p.3 3. " Ídem, p. 43. 58 59 4. Artefactos La explotación del modelo orgánico había conducido a la superación de la palabra en la resonancia, de la escritura en la partitura y del dram a en la composición . Se trataba de construir una obra viva , que signific ara por vías diversas a las del intelecto, pues el diálogo y el lenguaj e en general habían conduci do al extremo de la incomunicación. La aplicación de un modelo mecánico tiene otras consecuen cias. En primer lugar , el texto no desaparece, pero se conv ierte en . objeto , un material más de los que intervienen en el montaje . El montaj e , por su parte, pasa a ser la categoría central, superponiéndose a la idea misma de dramaturgia. Los modelos concretos sobre los que se construyen estos espectáculos son el circo, el teatro de variedade s, el espect áculo deportivo ... Se mantie ne la aspiración a la expresión de lo inexpresable, pero lo inexpresable no se entiende en términos místicos o espirituales, sino en término s concret os. El intento de configurar lo interesante choca contra un lenguaje que lo oculta. Se impone , ante todo , su destrucci ón. Se destruyen las formas , se destruyen asimismo las composiciones orgánicas. Los restos de esa destrucción , materi ales carentes de vida , son montados en forma de artefactos. Si la obra vive (utopía de Appia), niega la vida a actores y espectadores. Un material inorgánico permite ser utilizado por parte de seres vivos. No es de extrañar que fuera este modelo el preferido por los revoluci onari os de la segunda y terce ra década de nuestro siglo . Pero el mejor momento de la revolu ción fue el momen to constructi vo . Si el modelo orgánico alcanzó sucesivas proyecciones utópicas de la totalidad , el modelo mecánico sólo pudo proyectar la concreción de la fragmentariedad . La poética de lo fragmentario enc erraba , no obstante , otros proyecto s que proponían fructfferos encuentros con las utopías orgánicas. Alfred Jarry lleva a cabo la gran destrucción de la escena finisecular en un teatro simbolista de París, el Théátre de I'O euvre , que acogerá sucesivas destrucciones orquestadas por Marin etti , Apollinaire , y sus amigos surrealistas. La destrucción de Jarry abrió, en efecto, el camino a una serie de acontecimientos escé nico s de vanguardia difícilmente asumibles com o dram át icos, según la 61 - Alfred Jarry, Ubu, rey (programa) . Th éátre de l'O euvre , París, 1896. comprensión contemporánea de 'drama', y que , sin embargo, deberían haber contribuido ya entonces a nuevas conceptualizaciones del mismo. El primer artefacto dramatúrgico lleva por título Ub ürey. Una obra escrita por Jarry y sus compañeros cuando eran estudiantes en el Liceo de Renne s en 1886. El origen fue una broma . Se trataba de parodiar a un profesor de física , transfigurado en el mon struoso Ubú, un ser que sólo es barriga , entregado a la comodidad , a la avaricia y al placer fisiológico , un antihéro e repugnante y malvado , en torno al cual se construye un dram a atípico . Son reconocibles esquemas y motiv os del drama shakespeariano , tan del gusto del romanticismo, que aún se resistía a ceder su hegemonía . Pero sobre todo , es reconocible un afán de libertad y destrucción a todos los niveles , con una radical idad sólo reserv ada a la adolescencia . El mérit o de Alfred Jarry consistió , principalmente, en haber sabido mantener toda esa carga de ingenuidad, de anarqu ía , de primitivismo cuando recompuso esa primera obra para la redacción definitiva de Ub úrey diez años después . Ub üfue estrenada en el teatro dirigida por Lugn é-Poe en 1888. De acuerdo a la voluntad del autor, la representación fue ejec utada en tono marionete sco, los decorados fueron sustituidos por indicaciones (dec oraciones heráldicas , recurso a car teles para informar del cambio de espacio dramático...), el telón recubierto con tela de saco, los rostros ocultos por máscaras, la música interpre- 62 tada por una orquestilla de feria , los elementos con struidos en cartón y mimbr e de form a rústica ... El propio autor salió al escenario , con la cara pintada de blanco y pronunció un prólo go , estableciendo así una de las convenciones del teatro de vanguardia . Jarry aspiraba a un tipo de interpretación que no dejara ver al personaje, que mostrara directamente la máscara. De ahí que pidiera la elaboración de una voz propia para cada personaje y de una ge stualidad primaria. Frente a las convenciones establecidas por el teatro rom ántico , la ópera y la pantomima, Jarry solic itaba una vuelta a la concreción y la inmediatez, ejempli ficada en la expresión de la marioneta: "la marioneta testimonia estupor con un violento retroceso y choque del cráneo contra los bastidores?" . Con un choque violento comien za la obra: "Mierdra", Y toda ella, en su escritura y en su escenificación , está pensada para violentar al espectador. Jarry , que, despu és de saludar a Maeterlinck como el único dramaturgo francés contemporáneo , se reía de su silencio, no quería transformar su descontento en impotencia: se dec idió a de struir. El estímulo viol ento /destructivo puede ser fijado en tres niveles . Hay un nivel de destrucción intern a: la obra se desarrolla como un continuo de violencia gratuit a, asesinatos , robos , violaciones, vejaci ones de todo tipo, en una exageración grotesca del dramatismo shakespeariano / romántico . Hay un nivel de destrucc ión formal: el drama en sí es una destrucción de la forma dramática realist a-psicológica , heredera del idealismo hegeliano; es una recuperación irrespetuosa del dinami smo barroco, pero protagonizada por unos personajes que no constituyen sino una destrucción de la psicología y del humanismo; no sólo ha muerto Dios , también ha muerto el hombr e (el burgués) . Por otra parte , su escenificación se configura como una ruptura de las conve nciones teatrales decimonónicas , por la utili zación de los recursos ya mencionados . Se puede hablar, por último , en un tercer nivel , de destrucción institucional: del teatro y la literatura como instrumentos culturales , incluso de su función revolucionaria ; se trata meramente de una provocación , un ataque frontal al contenido y a las forma s de la sociedad burgues a, planteado como un ataque a la propia institución teatral, en definitiva, a la instituc ión Arte misma" . ¿Cómo podía el arte destruir las actu ales condic iones sociales y propiciar así un cambio? Destruyéndose a sí mismo. No hay que olvidar que Jarry, amigo de simbolistas, era "patafísico'' y anarquista. Apoy ándo se en ambos pilares, elaboró el primer artefacto dramatúrgico de la vanguardia ." En 1909 , Marinetti estrena en el Théátre de l'Oeuvre Roi Bombance (Rey jue rga), escrita seis años antes. Ya en 1902 había hecho su primera aparici ón en público con un texto poético , la Conquista de las estrellas, recitado por Sarah ,,"A. Jarry, Todo Ubú, trad. de José- Benito Aligue. Bruguera , Barcelona, ¡ 980 , p. 107 . '" Jarry dudaba de la validez de seg uir llamando tea tros a esas salas ricamente decorad as, ce ntros de encue ntro soc ial, totalmente ajeno s al supues to carácter artístico de lo gue en ellos se ofrec ía. " Véase Peter Bürgcr , Theorie del' Avant garde , Suhrkamp, Frankfurt am Main, 1974 , pp. 93-98 . 63 Bernh ardt en su Salón de París y muy próximo al estilo simbolista, aún dominante . En el mismo año de 1909 estrena en Turín una obra más decididam ente futuri sta , Las mu ñecas eléctricas . Antes de la represent ación , Marinetti subió a esce na y pronunció un prólogo basado en su manifiesto del mismo año . Si la represent ación de la obra se mantenía dentro del convencionalismo , la introducción del manifiesto y el modo de de clamación del mismo introduje ron una nueva idea escé nica , que sería desarrollada inmediat amente después en las veladas futuri stas. La primera de ellas tuvo lugar en el Teatro Rossetti de Trieste (ocupada entonces por Austri a) en 1910. Marinetti arremetió contr a el culto a la tradici ón y la comercializació n del arte, cantando plegarias militaristas y bélicas , mientras Ar ma ndo Mazza present aba el Manifiesto futurista . La poli cía fue av isa da; desde aquel mome nto, los anuncios de veladas futuristas en sucesivas ciudades italianas pon ían en alerta a la policía local. También el público estaba pred ispuesto, y acudía a las salas provisto de proyectiles vege tales para la batall a que con segurid ad se ent ablar ía entre escena y sala. Si el público no estaba lo suficienteme nte ten so , los futuristas se en cargab an de azuzarlo, vendi end o dos veces el aforo, cubriendo con pegamento los asientos ... La violencia era un elemento central en el planteamiento de las veladas . Aseg uraba una recepc ión activa . Los futuristas despreciaban el modo tradicio nal de exhibición de las obras artísticas. Pintores, poetas y músicos debían de salir a esce na y prese ntar directamente sus prod uctos. La provocación garantizaba que la presentación no quedara sin respu esta. Una de las veladas más gloriosas, seg ún el prop io Marinetti declara, fue la ce lebrada en el Teatro Verdi de Florencia en 1913. Nada más levantarse el telón , una lluvia de vegeta les y espag ueti cayó sobre el esce nario . Y cua ndo Marinetti inició su declamación le vinieron encima patatas, naranjas , pipas..., a lo que Marinetti respondió: "Me siento co mo un glorioso barco de guerra italiano en los Dardanelos, pero los turcos no apuntan bien" . Una patata le alca nzó entonces en el ojo. Car rá exclamó: " [Arrojad una idea en vez de patatas, idiotas!" . Marin etti continuó declamando: " [Oh, qué bell o morir con una flor roja abriéndose en la prop ia sien!". Alguien del públ ico le ofrec ió una pistola instándal e: "Venga, suicídate" . A lo que , tomándola, respondió Marinetti: "Si yo necesito una bal a de plo mo , tú necesi tas un a ba la de mierda?" . Seguidamente intervi niero n Papini , Car rá, que pronunció un discur so "Contra la crítica" y Boccioni , que habló sobre el " Dinamismo plástico". Marinetti retomó la palabra para lanzar ataques co ntra el gobierno socialista, después de lo cual estalló una batalla , que co ntinuó por las calles de Florencia y que llevó finalmente a los futuristas a la cárce l. " Cil en C. Tisdall/A Bozzolla. Futurism , Oxford University Press. Nueva York and Toronto, 1978. p. 92. 64 Umb erto Boccioni, velada futurista. 1911. En tre los ma nifiestos dedicados por Mari netti a la for mulación de sus ideas escé nicas, "El music-hall" es uno de los más interesa ntes desde el punto de v i~ ta dramatúrgico. EI teatro de variedades sirve de modelo , seg ún él, porque permite la introducción de elementos hasta entonces aje nos a la trad ición teatral. Los dram as naturali sta e histórico producen di sgusto . Se trata ante todo de diver tir sorpre ndie ndo. Es precisa una forma que permita la introducc ión de l ritmo de la vida moderna: la elect ricidad, el cine , la máq uina... Una forma popula: , que destru ye los grandes conceptos de Belleza, Gra ndeza y Heroísmo y perrrute el establecimiento de una relación diversa con el público, que no se sitúa r~s petuos a y aburridame nte frente a la escena , sino que "fuma cigarros " y con tn buye a la creación de una "a tmósfera de humo" que permite la unidad de la escena y la sa la. Marinetti, inventor de las "palabras en libertad" , apuesta por una destrucción de la lógica escé nica, por la presentación de situacio nes sintéticas, sin trama ni desarroll o , por la acumulació n de rec ursos de muy diversa naturaleza que no tengan otro principio de artic ulació n que el efe ctismo . La i nge~~idad y el primitivismo toman el relevo a las grandes o bras, a las que explfcitarnente se propone ridicul izar y destruir. M ari~ett i propone culminar la destrucción iniciada años antes por Jarry. Su estrateg ia es cla ra: frente a la laboriosidad del drama construido atendiendo al desarrollo psico lógico de los personajes y a la presentación de las dete rminaciones necesarias para la comprensión de la acción, Marinetti propone la presen- 65 tación de accio nes en bruto . El modelo orgánico , que sustentaba la idea de obra de arte total y que apoyaba su dinamismo en el dinamismo biológico, es sustituido por un modelo inorgánico, que postula la construcc ión de obras-artefac to, resultado de la acumulación de diversos medios , y cuyo ritmo es el de la máquina. Las mediaciones no deben ser mostradas. La máquina las oculta, las destruye o se las salta. El aumento de velocidad permite abreviar la duración . A la condena del teatro contemporáneo (de Ibsen a Pirandello) sucede la propuesta de un teatro futurista entendido como teatro "s intético", "es decir, muy breve. Apretamos en unos minutos , algunas palabras y algunos gestos de innumerables situaciones, sens ibilidades , ideas, sensaciones, hechos y símbolos?" . La escritura de es tas pie za s se conci be también seg ún el es quema de la partitura . Detonación , de Francesco Cangiullo , se limita a describir una escena vacía, dictar un minuto de silencio, un disparo de pistola y un segundo minuto de silencio. Acto negativo describe un movimiento de colores , sombras y sonidos, luego la entrada de un señor que pasea y repite " ¡Es fantástico ! ¡Increíble!" , se vuelve al público irritado y exclama: " [No tengo nada que decirles! ... ¡Telón! ¡Bajen el telón !" . Una de las síntesis más interesantes es Los silencios hablan entre sí, pieza radiofónica consistente en una suces ión de silencios cronome trados y definidos por notas aisladas de flauta, piano, trompeta, ruidos orgánicos ... y el "Oh" final de un niño de 11 años. Una partitura que adelanta, en clave cómica, los experimentos de Cage a la vuelta de medio siglo. La brevedad de las piezas exige una nueva estructura que permita, a su vez, la sucesión de obras diversas en una misma velada . Ahí cumple su función el ' music hall ' . En su marco, el antiguo drama, comprim ido, sintetizado , convive con proyecc iones , decla maciones, manifiestos, presentación de obras plásticas, etc. En ese contexto, el drama pierde definitivamente la capacidad de dar lugar a un espectáculo ilusionista. La improvisación , el alogicismo, la simultaneidad, el dinamismo, la fragmentariedad , el primitivismo , la ausencia de pensamiento y de discurso ... se apro pian de la esce na futurista . Ésta alca nzará su plenitu d con la integració n de las diversas invenciones futuristas: las palabras en libert ad de Marinett i, la máquina de ruidos de Russolo, las abstracciones plásticas y electrodinámic as de Prampolini , Baila, etc . En torno al conce pto de simultaneidad se articula una nueva forma dramatúrgica , que se repite en los diversos escenarios de la vanguardia europea: París, Milán , Roma, Zurich, Munich , Moscú , Berlín. El espectáculo no se reduce a la representaci ón: comienza con agitación y propaganda y suele expandirse a la calle. El prólogo exige la intervención directa del autor en escena, que utiliza ésta como tribuna para sus manifies tos estético s. La alternanc ia de piezas " F.T. Marinetti, Emilio Settimelli y Bruno Corra. " Il tcatro futurista sintético". 11 enero- 18 febrero. 1915. 66 dramáticas con manifiestos , exposiciones, danza, etc. introduce el principio del 'co llage' en la escena. La unidad de las ar tes deja de ser entendida como ' fusión' para realizarse como 'mezcla' . Como mezcla, o más bien acumulación de los elementos más dispares debe entenderse la obra plástica y poética de Kurt Schwitters, figura singular de la cultura alemana de entreguerras, que organizó a partir de 1920 encuentros y veladas dadaístas en diferentes ciudades alemanas; en estas veladas, según testimonio del público, Schwitters ofrecía algo así como un espectáculo multimedia , basado en discursos y lecturas poéticas acompaña das de comp licados juegos de iluminación y sonido. Su idea de teatro es en realidad una prolongación de su creación plástica y escultórica, que él unificó bajo el término ' Merz ' y que en su célebre texto "A todos los teatros del mundo" (1919) describió de la siguiente manera: " [...] Colóquense unas superfic ies gigantescas, abárquense hasta la infinitud pensable , abríguense con colores, desplázense de manera amenaza dora, y destrúyase su liso pudor. Dóblense y turbúlense partes finitas, y júntense infinitamente partes que agujereen la nada. [...] Agítense velos al aire, caigan suaves los pliegues, que gotee el algodón y chispee el agua. Que el aire vibre suave y blanco a través de lámparas de arco voltaico con miles de velas . Cójanse ruedas y ejes , pliéguense y háganse cantar (sobre soporte gigantesco de agua) . Bailan los ejes en centro-rueda rueda n bolas y barril. Ruedas dentadas que husmean dientes y encuentran una máquina de coser bostezante. Girando hacia arriba, o encorvada, la máquina de coser se autodecapita, patas arriba. Cójase una broca de dentista, una trituradora de carne, limpiadores de surcos de tranvía, autobuses, automóviles , bicicletas, tandems y sus neumáticos, también neumáticos de repuesto de la guerra, y defórmense. Cójanse luces y defórmense de la manera más cruel. Que choquen locomotoras, que bailen visillos y cortinas, que bailen las telarañas con los marcos de la ventana y que se rompa el cristal gimoteante. Hágase explotar máquinas de vapor con el fin de producir humo de ferrocarril. Cójanse enaguas y otras cosas parecidas, zapatos y pelucas postizas , también patines de hielo , y tírense al lugar adecuado, adonde pertenecen, yeso siempre en el momento adecuado. Por mí cójanse también cepos, alarmas automáticas, máquinas infernales, el pez de hojalata en el que se hornea el pudin (críticos), y el embudo , naturalmente todo en un estado artísticamente deformado. Las mangueras son muy recomendables. En fin, cójase todo, desde el tornillo del emperador hasta la redecilla para el pelo de la señora elegante, siempre de acuerdo con las medidas que exige la obra'?'. Unos años antes , Hugo Ball y Emmy Hennings llegaban exi liados a Zurich , donde abrían el Cabare t Voltaire. Ball , que antes de su ex ilio había " Kurl Scwi tters, "A n alle Bühnen der Wc lt" , en Manifeste und kritische Prosa. Friedhelm Lach , K61n, Dumont, 1981 . pp. 39-40. 67 desempeñado diversos oficios teatr ales , se refer ía con admiración a las innovaciones de Kandin sky en el ámbito de la escena y soñaba con un teatro capaz de "reanimar los colores, las palabras y los tonos de nuestro subconscient e a fin de que devoren lo cotidi ano y sus miserias" . La necesidad de superar el nivel de lo racional llevó , según relata Hans Richt er , a la búsqueda de nuevas formas y nuevos materiales e hizo norm al el trasiego de unos procedimientos y técnicas a otro s: de la pintura a la escultura , del colla ge a la fotografía , de la película a la escena ... Las fronteras entre las artes desaparecían y unas se veían invadidas por procedimiento s de otr as" . En los espectáculo s o acontecimientos que tuvieron lugar en el Ca baret Voltaire, la escena se vio invadid a por la poesía fonétic a de Ball y Huelsenbeck , por las máscaras de Janco , los collages de Arp y Picabia, la nueva danza de Sophie Tauber, deudora de Rudol f Laban y Mary Wygman, los manifiest os y las piezas de Tzara y la mism a aport ación del p úblico". Todos esto s elementos se sucedían o superponían en el espacio del cabaret , de acuerdo a una dramaturgia azarosa que habr ía de trasl adarse a much os otro s acontecimiento s de la vanguardia pari sina. En 1917 , se estrenó en París Parade, con guión de Jean Cocteau, música de Erik Satie , esce nog rafí a y figurines de Pablo Pi casso y coreografía de Léonide Massine . Se trataba de una producción de los Ballets Rusos, de Serge Diaguilev, qui en a partir de 1914 había buscado la colaboración de pint ores rusos de vanguardia, como Larionov y Gonch arova, y posteriormente de otros artistas com o Picasso, Derain , Delaun ay, Matisse, Roualt, Baila , Gabo , Pevsner o Jakoulov, produ ciendo así algunos de los espectáculos plásticamente más interesantes de la época. Apollin aire salud ó Parade como la primera manife stación de un "Espíritu Nue vo" , que él identifi có como "una especie de surrealismo" (utiliza ndo por primera vez es te término), "que prom ete modificar de arriba abajo para júbilo univers al las artes y las costumbres , porque el buen sentido quiere que ellas estén al menos a la altura de los progresos científicos e industriales'?' . Poco m ás tarde , el propi o ApoIl in aire presentaría e n el tea tro del Conservatorio Ren ée Maubel , ante una audiencia reducida (entre la que se encontraban Paul Fort, GaIlimard , Breton y Loui s Aragon) , Las tetas de Tiresias, "drama surrealista en dos actos y un prólogo, coros , músicas y vestuario seg ún el nue vo espír itu" . Parodia co ntemporánea del cambi o de sex o de Tiresias, la obra , de una acción trepidante, escrita sin puntua ción y plagada de ju egos verbales y temáticos, fue esce nificada con decorados y vestuarios estra" Hans Richter, Historia del Dada , Nueva Visión, Buenos Aires, p. 63. " Véase Hugo Ball, Die Flucht al/S der Zeit. Verlag von Duncker & Humboldt, München y Lcipzig, 1927, pp. 80-99 . " Guillaume Apollina ire, "P arade et I' esprit nouveau" (1917), en Jean Coctcau. Entre Picasso el Radiguet , Hermann, París, 1967, p. 70 . falarios y colorista~ " así como máscara s y maquillajes que contribu ían a repetir el ~fe~to de c~nf~slOn. actor-escenografÍa-obj eto ya ensayado en Parade. En el pr ólogo Apollinaire. , citando a Albert-B irot , escribe .' "La obra se ha compuesto para un te~tro antiguo I Porque no nos con struirán un teatro moderno I [ ] I Juntando Sin .lazo visib.le como ocurre en la vida I Los sonidos los gestos" ios colores los gritos Jos ruido s I La música la danza la acrobacia la poesía la pintura I Los cor~: las acciones y los decorados múltiples?". Tambi én el .polifacético Jean Cocte au dedic ó algunos esfuerzos a ese tipo de teatro que aspiraba a borrar los límites entre la danza, la opereta, las artes Jean Cocteau. Las bodas de la forre Eiffel. Escenografía de Irene _ _ _ _ _ _ _ _ _Lagut, vestuario de Jean Hugo. París, 1921. 1~ G . Apollinairc, L 'enchant eur pourri ssant suivi de Les Mame/l d ' .. Gallimard París 1972 p 114 V · b H ". es e Tirésias el de Couleur du temps 1971,p . 46. ., ,. . ease t . enn Behar, Sobre el teatro dada )' surrealista, Barral, Barcelona: 68 69 \ / plásticas y el prop io arte dram ático . De su producción destacan El buey sobre el tejado , farsa pantomima para clow ns con música de Darius Milhaud y protagonizada por los cé lebres hermanos Frate llini (Pa ul, Fra ncois y Alber t) y Las bodas de la Torre Eiffel, estrenada por los Ballets Suecos en 1921 , con música de Tailleferre , Auric, Hon egger, M ilh aud y Poul enc , co reografía del pro pio autor, decorado de Irene Lagut y vestuario y máscaras de l ean Hugo. La acción, que se desarrolla en la Torre Eiffel , consiste en una serie de apariciones de personajes, en muchos casos insólitos, a través de una enorme cámara fotográfica: persecucione s, danzas, discursos , marchas, ' tableaux viva nts' , diálogos absurdos ... se suceden sin hilación lógica o dramática, prestando a ella los bailarines mov imiento y mímica, en tanto las voces surgen de dos megáfonos situados a ambos lados del escenario. Los ballets suecos, que produjeron la obra de Coc teau, hab ían llegado a Par ís en 1920. Baj o la dirección de Rolf de Ma ré , siguier o n el eje mplo interdisciplinar establecido por Diaghil ev, aunque co n un es píri tu de mayo r radicalidad . Entre sus co laborado res figuraron , además de Coc teau, los escritores Paul C1aud el y Bl aise Cendrars , los músicos Sat ie , Milh aud y Honn eger y los pint ore s Bonnard , l ean Hugo , de Chiri co , Picab ia y Léger. Los bail arines de los ball ets suecos supieron adaptarse a las exigencias de los nuevos artistas , incl uso a idea s tan radicales co mo las de Fern and Léger, quien, fervie nte admirador del circo y el teatro de varieda des, postul aba la necesid ad de que el intérpr ete escéni co se integr ara como un obj eto más en el mecan ismo de la produ cción escénica . En Skati ng Rink: (1922) y La creación del mun do (1925) , los dos es pe ctácu los e n qu e trab aj ó co n Rolf de Maré , Fern and Lé ger pud o poner en práct ica sus ideas co nsiguiendo la indiferenci ación act or-escenog rafía y el funcio namiento de los bailarines co mo auténticos objetos pl ásticos" . En la fascinación por la objetualidad coincid ían los vanguardistas parisinos co n los futur istas italianos , que también realizaron interesan tes espectáculos jug ando con la simultaneidad de los med ios. Hay una serie de propuestas que podr ían identificarse como teatro de objetos . Se acercan , de Marinetti, consiste en el desplazam iento y diversa dis posición de los objetos, convertidos en protagonistas de la escena; al final , el movimiento de la sombra de ocho sillas pretende mostrar la consecución de una vida autónoma por parte de éstas . En Colores , de Depero , la acción escénica corre a cargo de cuatro objetos de cartó n: Gris (plástico, ovo ide), Rojo (triangular, dinámico) , Blanco (alargado , punt iagudo), y Negro (multies férico); estos obje tos eran movidos por cuerdas invisibles en un espacio cúbico azul. Fuera de esce na, los ejec utantes ponían efectos de sonido o palabras en libertad que , supuestamente , correspondían a los diversos colores . La conversión de partes del cuerpo en protagoni stas de la acció n es otra forma de dilu ir las fronteras entre lo subje tivo y lo objetivo . Las extrem idades inferiores son los únicos personajes en Pies, de Mar inetti . Y algo similar oc urre en Manos, de Bruno Corra , drama para manos sobre una cortina negra. Otra serie de realizaciones futuristas podría ser definida como teatro de imágenes. En 1914, Giacomo Baila presenta ante Diaghile v su Máquina tipográf ica, una apl icación del tipo de mov imientos requ eridos en el mani fiest o sobre la Declamación dinámica y sinóptica: se pedía un tipo de ges ticulació n geo métrica , como siguiendo los diseños de un deline ante, creando sintéticamente cubos, conos, espirales y elipses . La representación era ejecutada por doce personas, ante un fondo pintado con la palabra 'Tipográfica ' . Seis ejecutantes, uno detrás de otro, simulaban, con los brazos exte ndidos, un pistón , mientr as otros seis creaba n las ruedas movidas por los pistones. Un partic ipante , el arq uitecto Virgilio Marchi describió cómo Baila había dispuesto a los ejecutantes de acuerdo a modelos geo métricos, instando a cada persona a "representar el alma de las piezas individuales de una prensa de impres ión mecánica" . A cada ejec utante le fue asignado un sonido onomatopéy ico para aco mpañar su movimiento específi co . Nada tiene que ver la mecanización de Baila con la mística matemática de Schlemmer. No hay una trascendencia del intérprete en la ejec ució n, hay una eliminació n brutal de lo humano. Gilbert Clave l y Fortunato Dep ero present an piezas pa ra marionetas . Prampolini y Casavola experimentan combinando mario netas y figuras hum anas. En 1917 Baila, en una represe ntac ión basada en Fuegos artificiales, de Stravinski, había experimentado con la coreografía de los elementos escenográficos mismo s. La pieza fue prese ntada como una parte de los Ballets Rusos de Diaguilev en el Teatro Costanzi de Roma. Los únicos ejec utantes eran los elementos móv iles y la luz. Con esta eliminac ión compl eta del actor se cumpl e uno de los objetivos básicos del futurismo : la integració n de figuras y escenografía en un ambiente dinámico continuo. La intención de este teatro de imágenes era totalmente diversa a la de las composiciones kandinskianas: no quedaba rastro de romanticismo o espiritualismo, la luz no era expresió n de ningún ritmo interno, sino evidencia de su propia energía , cualqu ier nexo orgánico hab ía sido cancelad o . Y es que la ob ra escé nica ya no es un a composición, q ue c rece (piramidalmente) de forma análoga a la elevac ión del espíritu hum ano de lo sensible a lo espiritual, sino una construcción, que se monta de acuerdo a la pec uliaridad sensible de los materiales, un montaje que en muchos casos sig ue la estrategia del collage y de lo sim ultáneo . " Véase Fernad L éger, " El espectáculo: luz. color, imagen móvil , objeto-es pectáculo" . Bulletin de l 'effor t moderne (París. 1925), en Funciones de la pintura , Paidós, Barcelona. 1990 . pp. 99- 105; Y Danielle Pauly, o. cit., p. 57 . 70 71 La mezcla de los lenguajes fue asociadapor los futuristas lU SOS a la revolución de los medios que necesariamente había de acompañar a la revolución soviética. De ella surgirían arriesgadas propuestas dramatúrgicas, a las que la orientación hacia el realismo socialista desde la estética oficial no dalia tiempo a evolucionar. En 1913, Maiakovski y Kruschenykh planean una escenificación a partir de dos materiales: Vladimir Maiakovski y Victoria sobre el sol. Hicieron una convocatoria y reclutaron en ella a actores y estudiantes, que trabajaronjitturistamente en el parque de atracciones de San Petersbrugo. K. Malevich diseñó la escenografía y el vestuario, traduciendo lo absurdo y antirrealista del libreto en figuras marionetescas y módulos escénicos geométricos. La interacción entre el diseño plástico y el montaje fue tal que los elementos plásticos llegaron a introducir modificaciones importantes en el propio texto. El espectáculo presentaba recursos habituales en la dramaturgia de las veladas, pero con interesantes novedades. Por ejemplo, al inicio del espectáculo, en vez de aparecer el autor/autores presentando la pieza, el espectador se enfrentaba a un telón blanco, donde figuraban tres jeroglíficos que representaban al libretista, al compositor y al escenógrafo. El público, pese a la incomprensión de la prensa, acudió multitudinariamente y se organizaron conferencias, discusiones y debates. K. Malevich (que descubrió entonces en la plásticaescénica la verdadera función de la luz, vanamente buscada por los impresionistas sobre la tela) situó en Victoria sobre el sol el punto de arranque del suprematismo y subrayó su realización como un momento de colaboración comprehensiva entre el poeta, el músico y el artista. Según Matyushin, la obra presentaba "la primera representación en un escenariode la desintegración de conceptos y palabras, de la vieja escenificación y de la armonía musical". Las ideas programadas por Marinetti sobre la referencia de lo teatral al circo y al teatro de variedades, o por BaIla sobre la mecanización del trabajo actoral , encuentran su paralelo en el trabajo de una serie de artistas reunidos en tomo al estudio de Nikolai Foregger, que propició el cruce entre las tendencias abstraccionistas de la plástica, las nuevas técnicas de movimiento y danza y la experimentación con el nuevo medio cinematográfico. El modelo dramatúrgico de Foregger era el circo, al que definía como "hermano siamés" del teatro. Y su admiración se dirigía a aquel momento de la historia en que el teatro había estado próximo al circo: el teatro isabelino y el teatro barroco español. Lo que la estructura circense permitía era, como ya Marinetti había apuntado, la simultaneidad de los medios (discurso , acrobacia , ju ego de luz y co lor, ci ne, música , esce na.i.) y un tipo de interpretación de carácter eminentemente físico (esto ya había sido defendido por F. Wedekind), basada en partitu ras de movimiento mec ánico-acrobáticas". Eisenstein, que había diseñado diversos espectáculos para Foregger, sostenía que el espectáculo teatral tenía que ser elaborado como "un gran programa de teatro de variedades y de circo, partiendo de las situaciones de la obra dramática, la cual debía servir solamente para sustentar y dar continuidad al espectáculo [oo .]" . También los autores del "Manifiesto del Excentrismo", Kozintsev, Krizicky, Trauberg y Yutkevitch abogaban por un teatro que aprendiera del circo, del cine y del teatro de variedades y un ballet que pasara por la escuela del café-cantante", Los mismos cuatro artistas arriba citados fundaron en 1922 en Petrogrado la Fábrica del ActorExcéntrico; se tratabade aplicara la producción teatral y cinematográfica las técnicas interpretativas de los actores y bailarines del teatro de variedades y otros espectáculos basados en el humory la exhibición física. Otra fórmula dramatúrgica, que en cierto modo recogía la idea reinhardtiana de las partituras de masas, aunque cambiando la intención religioso-barroca por una intención revolucionaria-propagandística, fue la de las representaciones de masas realizadas con motivo de los aniversarios de la revolución. Las primeras representaciones en la calle fueron realizadas por el Taller de Teatro del Ejército Rojo, dirigido por Nikolai Vinogradov, que el 12 de marzo de 1919 presentó El año rojo, en Petrogrado, seguido de varias representaciones al aire libre. Sus siguientes producciones, La tercera internacional y Domingo sangriento tuvieron la misma estructura, una mezcla de misterio medieval e ideología revolucionaria. Su éxito impulsó la realización de espectáculos de masas a cargo de directores profesionales, animados por responsables políticos, como Lunacharski, o teóricos, como Kerzhentsev, quienes a su vez se hacían eco de las ideas de Romain Rolland recogidas en Teatro del pueblo. Así el primero de mayo de 1920 se presentó en Petrogrado El misterio del trabajo liberado, dirigido por Yuri Annenkov y Alexander Kougel, que constituyó un enorme éxito y fue visto por más de 35.000 personas. Sergei Radlov escenificóel 20 de junio El bloqueo de Rusia, con decorados de Valentina Khodasevich e Ivan Formin. El 19 de julio, durante el segundo congreso de la Tercera Internacional, el mismo Radlov participó en otro espectáculo de masas, En f avor de la Comuna Mundi al, diri gid o por Konstantin Mardzhanov, asistido por Radlov, Nikolai Petrov y Adrian Piotrovsky, y con diseños del pintor cubo-futurista Nathan Altman: pinturas futuristas cubrían los edificios y automóviles plásticamente camuflados y construcciones móviles diseñadas por los pintores, recoman las calles, invadidas por una masa de actores y voluntarios, que ejecutaban la partitura de la revolución. El asalto al Palacio de Invierno, dirigido por Nikolai Evreinov (con la colaboración de otros tres directores teatrales: Petrov, Kugel y Annenkov) fue el último y el más grandioso de esta serie de espectáculos de masas; intervinieron en esta ocasión un batallón del ejército y más . ,Véa se Nikolai Foregge r, " El arte de vanguardia y el teatro de variedades" , Ennitage . 1922 . n" 6. pp. 5·6 . Y n" 7, p. 6. traducido al francés en Béatrice Picon-Vallin, en Claudine Arniard-Chev rel (ed.) , DII cirque all théá tre . L' Age d ' Hom me , Lausanne, 1983, pp. 229·2 34. (FEKSJ. G ustavo 72 ~l Véase Giusi Rapisarda (ed.). Cine y vanguardia en la Unión Soviética . La fáb rica del actor exc éntrico om, Barcelona. 1978, pp . 3 1·48 . 73 de 8.000 ciudadanos . La interacción de lo teatral, lo cinematográfico , lo circense y la presencia de una masa que era al mismo tiempo ejecutante y público, trastocaban completamente los límites tradicionales de la representación escénica y abrían un ámbito de posibilidades tan grande como el que se abría ante los artistas plásticos al abandonar las superficies planas por una intervención total sobre el espaci0 82 • La intención revolucionaria condujo , en este caso en Alemania, a uno de los grandes directores de la época, Erwin Piscator, a otro tipo de partituras escénicas, igualmente construidas desde las ideas de simultaneidad y montaje. Si Eisenstein y sus amigos futuristas recurrieron al modelo del circo, Piscator lo hizo al de la revista . Su objetivo: la consecución de la fórmula épica . Piscator ya lo había intentado en el espectáculo Banderas. Pero fue con la Revista de la Revolución Roja cuando dio un paso decisivo en la transformación del esquema dramatúrgico. El éxito de la pieza fue asociado por Piscator directamente con su contribución a la "ruina de la forma del drama burgués" . Frente a éste, la revista, como el circo, ofrecía inmediatez y contundencia. Piscator y Reinhardt coincidían en la pretensión de componer obras totales. En ese sentido continuaban la tradición wagneriana . La estrategia era diversa. Reinhardt centraba su esfuerzo en la consecución de una atmósfera. Esa atmósfera establecía la unidad de los elementos . Y creaba un espacio autónomo, diverso al cotidiano , próximo al sueño . Piscator buscaba la totalidad en la historia y la acumulación de medios (drama , movimiento actoral, escenográfico , proyecciones, espacio sonoro, etc .) servía para ofrecer al espectador el conjunto de datos y mediaciones necesarios para la comprensión correcta del acontecimiento histórico. Funciona en ambos, no obstante, la misma idea de partitura. En Piscator, de forma incluso mucho más clara que en Reinhardt, el drama ha dejado completamente de condicionar la puesta en escena. La reconstrucción dramatúrgica del texto literario es un paso inevitable en el proceso de creación escénica, y a veces éste llega a convertirse en punto de partida . Es decir, el proceso dramatúrgico se hace previamente a la escritura del drama, de modo que éste pasa a identificarse de forma mucho más evidente con lo que tradicionalmente se denomina libreto . A pesar de todo constituye un ejemplo perfecto de este tipo de trabajo: "Toda la representación fue un solo montaje gigantesco de discursos auténticos, escritos, recortes de periódicos, proclamas, prospectos , fotografías y películas de guerra, de la revolución , de personajes y escenas históricas" 83. ~~ Véase N. Erreinor, "Les réussites techniques du Th éátre Soviétique", en Le th éátre en Russie Sovi étique (texto francés de Madeleine Eristov, presentado por Edmond Sée) , Les Publications Technique s el artistiques, París, 1946, pp. 35-41. ' .' E. Piscator, Teatro político , Ayuso, Madrid , 1976, p. 79 . 74 Pero en el trabajo de Piscator, el texto sigue siendo lo importante. El movimiento y la imagen no son nada en sí mismos . La subversión piscatoriana del drama burgués (que él identifica en las realizaciones de Reinhardt) no llega a tocar al elemento raciona l-verbal, que sigue funcionando como centro drama túrgico . El teatro "no tiene otro cometido que hacer consciente a los hombres que acuden al teatro todo lo que aún dormita , más o menos turbio y confuso, en su inconsciencia?", La función definida por Piscator coincide con la definida programáticamente por Wagner: el arte como instrumento de conscienciación. No es de extrañar entonces la preeminencia del texto. La pervivencia del modelo wagneriano es, sin embargo, tan fuerte en Piscator, que en ocasiones llega a anular la fuerza del montaje y de sus consecuencias revolucionarias . Esto es claro en el sueño de una "máquina de teatro" concretado en el proyecto anteriormente comentado de Walter Gropius. El planteamiento de Piscator es claro: a la idea de partitura compuesta por el dramaturgo-director corresponde un teatro instrumento, que el director-dramaturgo mismo interpreta . El nuevo teatro haría posible la aparición de una realidad escénica nueva, una creación escénica autónoma. La obra escénica se mostraría entonces como una obra total y única, y los elementos que en ella intervinieran no podrían tener a su vez un valor autónomo, sino que dependerían enteramente de la obra escénica. Fuera de ella carecerían de vida . De acuerdo a las ideas de Piscator, el drama deja de existir como obra artística autónoma . En todo caso , lo único que puede existir autónomamente más allá de la creación escénica es la partitura . Pero entender la escritura escénica como partitura no implica, al menos program áticamente, sustituir al autor dramático por el director. En el planteamiento piscatoriano, lo que se requiere es una colaboración entre el literato, el escenógrafo y el director escénico . La partitura sería, idealmente, resultado de una colaboración, pues sólo desde el colectivo el creador puede liberarse de las dependencias externas. En la práctica, sin embargo, Piscator no encontró a los escritores apropiados (o bien él mismo fue incapaz de establecer un verdadero diálogo productivo con los autores literarios), de forma que las partituras de hecho siguieron siendo obras individuales suyas . Lo importante es que Piscator estableció de modo explícito el imperativo según el cual "la forma escénica determina la forma dramática de la obra" , principio que alcanzó su aplicación más clara en la puesta en escena de la novela Las aventuras del buen soldado Schweik (1928) . El recurso a la ' banda sin fin' , que traducía escénicamente el dinamismo de la novela , determinó el desarrollo dramatúrgico de la obra. El mismo imperativo funcionó en la siguiente puesta en escena, Coyuntura, primer intento, según Piscator, de producir una obra de "' Ídem, p. 109. 75 acuerdo a las necesidades concretas de su teatro: "el autor era un encargado y emprendió su tarea, desde el primer momento, en contacto directo con el director, teniendo ante los ojos todas las posibilidades y condiciones del teatro?" . Lania, Brecht y Gasbarra participaron en la redacción definitiva de la pieza, que sufrió continuas alteraciones dura nte los ensayos. La posterior creació n del Estudio tenía como objetivo precisamente experimentar nuevas formas dramatúrgicas a partir de la prueba de nuevas formas escénicas. En su artículo "El teatro contemporáneo en crisis" (1943) sostenía que el autor debía ser considerado una parte en el proceso de construcción de la obra. El autor, como ayudante, se limita a proporcionar el material, del mismo modo que el libretista proporciona el libreto al compositor". Pero Piscator nunca llegó a cumplir verdaderamente esta idea. La partitura continuó siendo siempre un elemento secundario, elaborado a partir de un material literario originario. En la obra global de Piscator, lo escénico aún debe ser considerado como fenómeno subsidiario de lo literario, a pesar de sus ideas y sugerencias, decisivas para la transformación de la dramaturgia contemporánea. Bastante más arriesgadas resultaron las propuestas del otro gran revolucionario de la escena de los años veinte: V. Meyerhold. Meyerhold, que había comenzado su formación en el Instituto dramático-musical de Danchenko y que intervino como actor en el Teatro del Arte, de Stanislavski-Danchenko, no coincidió en ningún momento con el naturalismo detallista stanislavskiano, y en 1902 lo abandonó para intentar la realización de sus ideas anti-naturalistas. Contra lo que Meyerhold se rebelaba era contra un planteamiento de la interpretación actoral reducido a la palabra y la gesticulación facial, que dejaba de lado los recursos del cuerpo y de la plástica. Se rebelaba, igualmente, contra la claridad del naturalismo/impresionismo del Teatro del Arte e imaginaba una "interpretación por indicios", en que los significados se concentraran en "zonas de sombra" . Había que ofrecer al espectador el misterio y permitirle el ejercicio de la fantasía y el trabajo de la creación" . El interés por la sombra conduce a Meyerhold hacia el simbolismo y el mundo del inconsciente. El interés por la plástica, al desarrollo de la biomec ánica. Pero, si la sugestión de la melodía y el misterio procede de Maeterlinck, no hay que olvidar que fue Stanislavski quien ofreció a Meyerhold la posibilidad de explorar este terreno desde la dirección del Teatro Estudio. El Estudio tenía como objetivo - según Stanislavski- representar la vida misma, no como discu'.<Ídem, p. 262. ""E. Piscator . Zemá ecre», Rowoh lt Taschenbuch Verlag, Reinbeck bei Hamburg, 1984. p. 265 . " V. E. Meyerhold, Textos teóricos, ed . por Juan Antonio Hormigón. Alberto Corazón, Madrid, 1972. vol. l . p. 133. .. Stansilavsk i. Mi vida el!el Arte, ed . cit., p. 346 . 76 V.S. Meyerthold. Ú1 tierra encabritada, de S . Tretjakov. Escenografía de L. Popova, Moscú ,I923 . rre en la realidad, sino "como la sentimos confusamente en los sueños, en las visiones, en los momentos de éxtasis?" . Comenzó a funcionar el l de junio de 1905, compuesto por una compañía heterogénea, en la que se agrupaban actores , pintores, músico s, cant antes, aunados por la invi tac ión (sugerida por Maeterlinck y formulada por el dramaturgo Valeri Briusov) a sustituir la inútil verdad de las escenas modernas por una convención consciente?". En su artícu lo "Los pri meros inten tos de teatro de la convención" , Meyerhold sitúa dos problemas centrales: la dicción y la plástica. En el terreno de la dicción propone "decir fríamente las palabras"; "e l sonido debe ser siempre sostenido, las palabras deben caer como gotas en un pozo profundo". La dicción trágica -esto recuerda inevitablemente a Brecht- debe ir acompañada por "la sonrisa en el rostro". En cuanto a la plástica , Meyerhold propone una liberación de la misma respecto a la palabra. Según Meyerhold, Wagner había advertido la insuficiencia de la palabra "para expresar el diálogo interior" . Por ello añadió la orquesta. La incapacidad de la palabra de llegar a lo más profundo exige la intervención de la plástica. Una plástica que se refiere tanto a la disposición escénica de los elementos como, ante todo, al diseño de los movimientos: "El director tiende un puente entre el espectador y el actor [oo.] debe trazar con ,., Mcycrho ld , o. cit., vol. l . p. 143 . 77 poses y movimientos un dibujo capaz de ayudar al espectador, no sólo a escuchar sus palabras, sino a penetrar en el diálogo íntimo, secreto" ," El movimiento de los actores es tratado en clave musical. La expresividad del movimiento rítmico y de la danza hacen innecesaria la esce nografía . Frente a la bidimensionalidad del decorado convencional, Meyerhold descubre -como años antes Appia- la construcció n de un espacio tridimensional a partir del propio movimiento actoral. Pero lo musical no sólo se introduce en el movimiento y su plástica, también afecta al texto. Hormigón recuerda que Meyer hold encontró en el simbolismo "una nueva apreciación del texto como melodía , como partitura?" , que se adecuaba perfectamente a la idea de un ' teatro de la convención consciente' . El tratamiento musical del texto permit ía hacerlo coherente con la plasticidad rítmica de la escenificació n. En los años que preceden a la revolución, Meyerhold se entregó a una investigación escén ica en que la palabra había sido olvidada, y de la cual Baile de máscaras pasa por ser final y culminación . En este espectáculo, estrenado el 25 de febrero de 1917, Meyerhold logró convertir en espectáculo ese mundo de sombras que tanto le fascin aba , gracias a una partitura que entretejía brillantemente texto , música e imagen. Después de la revolución, la colaboración con Maiakovski y otros poetas contemporáneos devuelve a la palabr a una posición central en la dram aturgia meyerholdi ana . Pero Meyerhold , que en estos años desarrolla y formula sus ideas sobre la Biornecánica, no puede admitir textos dramáticos sin más. Para pod er llegar a escena , los text os deb en se r reel ab or ad os . Y es to lo hace Meyerhold sin ningún falso respeto hacia el autor. Lo importante es la obra que en ese momento se construye . Y lo central de la obra escénica no es el texto , sino el diseño del movimie nto. De ahí que el texto deba entrar en el juego del dinamismo . De ah í que todo texto deba ser cor tado, ana liza do, am pliado , recompuesto, hasta obtener un material que pueda colaborar en dicho juego . Es decir, hasta que el texto literario previo pueda ser encajado en la partitu ra, convirtiéndose en escr itura escénica. Así, el texto para la puesta en escena de El Inspector , a partir de Gogol , fue res ultado de un montaje que mezclaba las ' diversas variantes de esa comedia y otras obras del autor. En lo que respecta a la colaboració n con Maiakovski, que se inicia con la puesta en escena de Misterio Bufo y continúa con La Chinche (1929) y El Baño (1930), no se trató en ningún momento de una relación normal entre autor dramático y director de escena. En primer lugar, porque los textos de Maiakovski no eran convencionales; Meyerhold tuvo que defenderlo s en más de una ocasión frente a las típicas acusaciones: "eso no es teatro" . Por otra parte , se estableció entre ambos una colaboración dramatúrgica que iba más allá del texto, pues •, Ídem. p. 154. " J. A. Hormig ón , introducción a V. E. Meyerhold, Textos teóricos, ed. cit., p. 35. 78 Maiakovski intervenía activamente en la composición de los espectáculos, regida, según Meyerhold recuerda, " no sólo según las leyes teatrales propiamente dichas, sino también según las de las artes figurativas?" . Meye rhold apuesta decididamente por el teatro como lugar de la interdisciplinariedad. Si en "Los primeros intentos de teatro de la conve nción" se mostraba escéptico res pec to a la posibil idad de realizar la síntesis de las artes soñada por Wagner, y ni siquiera creía en la colaboración efectiva de pintor, músico y director, en "La reconstrucció n del teatro " (1930), defiende el modelo interdisciplinar como único modelo teatral del futuro. Un intento consecuente de poner en práctica esta idea lo había llevado a cabo Meyerhold unos años antes en la puesta en escena de El cornudo magnífico, de Crommelynck. Meyerhold quería elementos esce nográficos que no fueran decorados, sin o es pac ios ensam bla bles, donde los ac to res pud ier an evo lucionar. En las obras de los constructivistas encontró ideas que encajaban en su proyecto escéni co. Sólo había que trasladar lo pintado a la escena, " materializarlo constructivamente" (Popova había present ado sus diseños como esbozos a materializar) . Las estructuras constru cti vistas permitirían lib er ar el espectáculo de la caja escénica y llevar el acontecimiento escé nico a los lugares de trabajo. Popova , que en principio rechazó la invitación de Meyerhold , trabajó finalmente en el diseño, al igual que otros artistas , y el histórico espectáculo se presentó el 22 de abril de 1922. La artista constructi vista basó su propu esta escenográfica en tres principios: la supeditación de los elementos formales a la unidad del espectác ulo, la introducción de elementos dinámicos que acentuaran o enfatizaran con su movimiento autóno mo la acción de la obra y la utilización de ropa de trabajo como vestuario para los actores, la célebre 'p rozodezda'" . En la década de los treinta, Meyerhold plantea la "revolución teatral" en clara competencia con el resto de los entretenimientos de masa. Los referentes inmediatos: el cine y el deporte. Lo primero que cae es el esquema dramatúgico tradicional. Toscamente , Meyerhold propone una sustitución de los actos por los cuadros, de acuerdo al esquema del teatro de variedades, Shakespeare o el teatro español. En realidad , se trata de hallar una estructura que permita la contaminación, la introducción de una multipl icidad de medios y lenguajes. Se trata de dinamizar. Se quita el drama para aumentar el espect áculo . Una de las ideas más interesantes formuladas por Meyerhold en esta época es la identificación de 'ob ra' con ' armazón'. Dramaturgo y director no deben producir una obra, sino una estructura, que los actores y los espectadores puedan usar y completar: "Producimos conscientemente espectáculos inacaba." Meyerhold, o. cit., vol. 1, p. 23 1. '" Véase el catálogo Liubov Popova, editado por Magdalena Dabrowski, MNCARS-Prestel. Madrid-Munich, 199 1.pp. 159- 161. 79 dos, porque las correcciones más importantes deben series hechas por los espectadores'?' . El principio plástico-musical, heredado del simbolismo, ha sido sustitu ido por un pr incipio arquitec tónico , más adec uado a la época de los artefactos revolucionarios. De los discípulos de Meyerhold, fue Nikolai Ojlopkov quien más brillanteme nte contin uó el proyecto de un teatro cons truc tivo. Co mo Piscator , Ojlopkov antepuso claramente la construcción escénica a la dramática, hasta el punto que de las siete producciones del Teatro Realista, cuatro fueron versiones de obras narrativas y el resto se basaban en obras dramáticas adaptadas por el propio director mediante la aplicación del principio de montaje. Ojlopkov, que se estrenó con un espectáculo de masas, aspiraba a conseguir dentro de la sala esa misma comunión emocional que se producía en la calle en la revisión de la memoria histórica colectiva. Para ello recurrió a la articulación variable para cada espectáculo de la disposición de la escena respecto al público, jugando con diversas variaciones de escena central o envolvente a base de plataformas o pasarelas, así como a la utilización de músicas e imágenes que contribuyeran a la creación de una atmósfera escénica al modo que Piscator igualmente había proyectado". Ojlopkov, que también dirigió cine, quiso retener en el teatro el dinamismo y la complejidad de la acción cinematográfica: sus puestas en escena estaban constituidas por bloques separados que mostraban una amplia variedad de personajes y acciones, más propia del cine que del teatro" , do punto de contacto: la necesidad de "organizar el trabajo artístico", proyecto mediante el que se pretendía la superación del concepto romántico de obra de arte, que pasaría a ser concebida como un proceso colectivo consistente en la organización de nuevos temas y nuevas formas. Si bien Brecht no puede ser señalado por su sensibilidad respecto a las artes plásticas, la música o la danza y se mantuvo siempre fiel a un realismo materialista, que descartaba el experimentalismo de la plástica actoral al estilo de Meyerhold o la sustitución de la palabra por otros lenguajes, hubo, no obstante, un momento de su producción dramática, en torno a 1927, que puede ser rescatado como un momento de evolución incuestionable hacia una dramaturgia abierta. En este momento, Brecht se encuentra indeciso en la encrucijada y se entrega a tres tipo s di versos de obras : las ópe ras , las piezas didác tica s (' Lehrstücke') y las piezas épicas. Los ' Lehrstücke' son artefactos, en el sentido más puro de la palabra. Lo son, en primer lugar, porque se trata de piezas montadas. No hay ningún resto organicista en su composición. La estructura está a la vista. Está a la vista la técnica y el proceso de elaboración. Y como no hay ningún intento ilusionista en su presentación, la obra cumple perfectamente su función de utensilio. Se trata de obras no-aur áticas, destinadas al uso por parte de los ejecutantes. Obras que coinciden plenamente con los intereses del teatro revolucionario soc ialista. Obras, no obstante, como buen arte revolucionario, cuya forma rezuma utopía. No es de extrañar que Bertolt Brecht sintiera afinidad por el último de los directores rusos comentados. Brecht, que había pasado por el vitalismo materialista anti-expresionista, por el nihilismo, y que se había entregado recientemente a una producción coherente con el proyecto revolucionario socialista, sentía la misma fascinación que él por el cine y, como él y como su maestro Meyerhold, estaba convencido de que la obra no podía seguir siendo un todo hermético y autónomo (drama clásico), sino un armazón, un esqueleto, una estructura de .bloques que el actor y el espectador debían llenar de contenido. Brecht comparte con los futuristas la idea de un "teatro para fumadores" , sin cuarta pared y sin patetismos. También con ellos comparte la admiración por los espectáculos populares, por el circo y por el teatro de variedades. Sus óperas se aproximan más a este modelo que al de la ópera tradicional. Y la estructura dramatúrgica de sus obras de juventud se deja contaminar por numerosas formas procedentes de espectáculos extra-dramáticos. El interés por el circo y por el deporte es algo que une a Brecht con los futuristas rusos. Pero hay un segun" Meyerhold, o. cit., p. 242. " Véanse las descr ipciones de Jos espacios y las accio nes co nstruidas por Oj lopk ov en Norris Houghto n. Moscow Rehearsals , Nueva York, Harcoun . Brace and Co ., 1936; Allen and Unwin, Londres, 1938 , pp. 35ss . "' Véase Nick Worr all, o. cit., pp . 150- 152 . Berto lt Brecht. M ahagonny, Escenografía de Caspar Neher. 1927. 80 81 , !, ----- Las piezas de las que se co mponen los artefac tos , por otra parte, son, e fec tivame nte pi ezas . De forma mu y evidente es to aparece en El vuelo oceánico, en los rec ursos dra matúrgicos empleados: la técnica atomista de montaje , los discur sos abiertos , la ausencia absoluta de psicología , la personalización de los abstrac tos (la ci udad , la niebl a , la torment a de nieve , el sueño , Amér ica , Europa , el ruido del motor, el ruido del agua , el ruido de la masa) ... La voz de América es la personificación de los periódicos americanos; la voz de Europ a , la de los eur opeos. El volador habla con su motor como con alguien que cumple su trabajo. En otras ocasiones, los personajes llevan nombres de personas . Pero la idea de perso na ha desaparecido del concepto de perso naje, que debe ser ante todo entendido como material gestual. El personaje sólo se convierte en persona dramát ica cuando un actor lo utiliza y entra en conflicto con ese material. Esto es importante para mantener la intención de Brecht. Y sin atender a esta idea es imposible comprender la radicalidad del texto brechtiano como artefacto y como mater ial no dramático para la elaborac ión de un ejercicio escé nico que sólo en su ejec ución adquiere dramatismo . Al tratarse de materiale s textuales para ser utilizados por un colectivo revol ucio nario, toda omisión , transformació n o añadido, era considerada lícita por Brech t, qu e incl uso propon ía la ej ec uc ió n de escenas o fra gme ntos aislados" . Nada de esto podía afectar al drama, porque el drama había desaparecido, porque el drama ya no se situaba en lo literario sino en lo escén ico . El conflicto se proyectaba sobre los ejecutantes y sobre el público. El material textual, por sí mismo, era un mater ial no-dramático. Lo no -dr am at ico del mat eri al textual se hac e tamb ién vis ible en Mah agonny . Aquí, además, se produce un montaje mucho más democrático de las obras del pintor , del músico y del poeta. Brecht, en sus comentarios sobre la obra, advierte su intención de oponerse con ella a la obra de arte total: los elementos - música , texto, image n- están co mpletamente separados ; el texto introdu ce elementos didácticos (descr ipci ón morali st a); la image n tam bién se independiza (en este caso por la proyección de los dibujos de Neher en paralelo a la image n de los actores) . De forma mucho más evidente, una colectivización conflictual del trabajo se produce en el espectáculo embrionario anterior: Kleines Maha gonny , BadenBaden , 1927 . Las creacio nes de Weil, Neher y Brecht no se integra ron de acuerdo a una estrateg ia de colabo ración, sino que entraron en colisión y generaron un diálogo fructífero, un diálogo sin concl usión , privado del momen to sintético, una dialéctica inacabada. El escenario era un ' ring' de boxeo . Al iado del 'ring', sin ninguna mediación , se situaba la orquesta . Sobre él, los actores-canta ntes. Al " Bertolt Brecht y otros , Brechts Modell der Lehr stiicke . Ze ugnisse , Diskussion, Erfahrungen, ed . por Reinher Stei nweg, Suhrkarnp , Frankfurt am Main, 1976, p. 36 . 82 fondo aparecían proyecciones co n dibujos de Neher. A lo cual hay que añadir la naturaleza del propio texto: consistía en un montaje de poemas y canciones sin unidad dramát ica , que respond ía perfectamente a la intenc ión revo lucionar ia definida por Eisenstein" , Podría entenderse esta pieza (a pesar de las observaciones anteriores de Brecht) , como paradig ma de otra concepc ión de la obra de arte total, construida de acuerdo a los principio s de simultaneidad y conflicto, que han servido como pilares a los artefactos estudiados en esas tres primeras décadas de siglo. " "La fuerza ,del montaje reside en que las emociones y el entendimiento del espectador participa n en el proceso creativo . Estas permite n al espectador recorrer el mismo cami no creativo que el autor ha transitado al crea r la imagen generalizada . El es pectador no ve sólo los e lementos representados de la obra. sino que experimenta también el proceso dinámic o del surgimiento y desarrollo de la imagen generalizada . tal y como el autor lo ha experiment ado" . Eisenstein , "Ver no es suficiente", en Alternat ive , vol. 20, 1977, n" 117, p. 257. 83 5. Perspectivas de la ebriedad La idea de un teatro total, integrador de los diversos lenguajes, radicaba en lo más profundo de la conciencia romántica. Tanto las tendencias simbolistas a finales del XIX , herederas del proyecto wagneriano , como la experimentación expresionista y racionalista de principios del XX, siguen fieles a esta idea, así como al modelo de inserción social del arte. Pero se han producido algunos desplazami entos . Por una parte , las propuestas que conservan el organicismo romántico se alejan en cambio del lenguaje verbal y buscan la elaboración de nuevos códigos enraizados en la superficie de lo sensible (formas, sonidos y gestos) con los que se plantea la elaboración de un nuevo drama . Por otra, las que optan por el montaje como principio constructivo abordan decididamente la destrucción de lo dramático (en cuanto compo sición autónoma y absoluta) y proponen su consideració n como elemento de construcción (relativizando, por tanto , el protagonismo del autor), integrado en un artefacto destinado a interactuar o ser utilizado por el espectador y por la sociedad en general. Lo que en este caso queda del romanticismo es una redefinición del comunismo wagner iano en términos no fusionistas, una concepción de la obra como anticipación de un modelo de organización social, y una idea del arte como instrumento de progreso hacia esa nueva sociedad. Pero la verdadera destrucción de la tradición romántica sólo se produce cuando se opta por el abandono definitivo de la idea de progreso, inherente a la cultura occ idental, y se asume seriamente la nece sid ad de intern arse en los ámbitos de lo otro. La penetración en lo otro arranca definitiv amente a la palabra lo poco que le quedaba de transparencia significante y destruye al mismo tiempo la idea de un teatro total como imagen de una sociedad integrada o como instrumento para la consecución de transformacione s sociales concretas. La estrategia había sido esbozada por los expresionistas: renunciar a lo dramático y dialógico y buscar nuevos procedimientos dramatú rgic os en la exploración de la interioridad de la conciencia . Tanto el intento naturalista de plasmar al hombre desde la psicología, como el intento de las dramaturgias marxistas de hacerlo desde la sociología , conducía n a imáge nes parciales de lo humano: el hombre aislado , incapacitado para el diálogo , en un caso; el homb re 85 - tipo / gesto, en otro. Qued aba, pues, fuera de consideración la dimen sión orgánica de lo humano, en lo cual coincidían con las propuestas que habían optado por la supresió n del hombre y su reducción a lo sensible (la marioneta, la forma, el sonido, la luz) . Lo que se imponía era una exploración de la zona animal, de la zona onírica , de la zona inconsciente , del territorio de sombra. De dicha exploración surgirían en la década de los treint a las propuestas más interesantes para la renov ación de la escritura escé nica . En el primer año de la misma, Garc ía Lorca , después de su estancia en Nueva York, hace una primera lectura privada de una obr a es crita en La Habana: El público . Los asistentes la reciben con desconcierto y Lar ca renunci a a verla de momento escenificada, aunque confía ciegamente en el éxito de la pieza diez o veinte años después (la historia lo retrasaría cincuenta). Tres años más tarde , en una entrevi sta concedida a su llegada a Buenos Aires , Larca confiesa llevar en la maleta una obra "q ue es un misterio [...] sobre el tiempo" , pero que no puede ser llevada a esce na, pues ninguna compañía asumiría el riesgo de enfrentarse a la segura indignación del público cuando se viera reflejado en el esp ejo indiscreto del escenari o: de lo que se tratab a era de hacer desfilar en escen a "los dramas propios que cada uno de los espectadores está pensando , mientras está mirando , muchas veces sin fijarse, la representación" . Esto convertía el dram a en " un poema para silbarlo?" , A part ir de 192 8 (El paseo de Buster Keaton), Larc a se apuntó a esa nueva dramaturgia que desde París estaba propiciando un distinto entendimiento de la relación entre palabr a e imagen , así como de la relación entre real e imaginario . La disolu ción de la palabra en la ebriedad es un ejercicio que los seguidores de Breton , una vez asumida la herencia de Satie , Apollinaire , Picasso , Tzara y los dadaístas , practicaban desde los años veinte, plagando los escenarios con propuestas extravagantes. La ebriedad surrea lista nada tiene que ver co n la espiritualidad expresio nista . Hay un a de cidida inserc ió n en el ámbito de la so mbra, hay una ampliación del concepto de vida , que se extiende al sueño, a lo no-codificable; esa extensión de la vida cubre el ámbito del arte . Una vez más se aborda el tema de la inte grac ión , pero en esta ocasión hay una decisión más fuerte de acabar con lo artístico . Esto no implica una renun cia a la forma, sino un traslado de la cue stión de la form a del arte a la vida. De ahí la pasión de los surrealistas por el teatr o en cua nto arte vivo . " El tea tro - escrib ía Lorca- es la poesía que se leva nta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita , llora y se desesper a"!" . Una poesía enca rnada, una poesía con sangre y huesos, " " Llegó anoche Federico Gar cía Lorca' (ent revista), en F. García Lorca , Obras completas . Aguilar, Madr id, 7' ed . 1964 ,p . 1731. "" Ga rcí a Lorca, o . cit., p. 18 10 86 pero también sangre y huesos co nvertidos en poesía . Identid ad de vida y arte , en co ntra posición a lo muerto . De lo que se trata es de vivir, en la vigilia tanto como en el sue ño!" . En el ámbito de la literatura dramática, los surrealistas habían aplicado sus ideas so bre la escritura automática en la composic ión de numerosos ' sketches ', muchos de ellos en colaboración, y alguna pieza extensa. En Litterature se publican piezas de Aragon, Breton , Desnos, Péret , Soupault. Por lo general, en estas obras contrasta la rebelión contra la lógica y la razón con el respeto a la sintaxis y a la form a dramática. El ilogicismo se instala en el interior de la frase, pero no afecta a la concepción dramatúrgica en sí misma!" . Obras como Por fa vor (1920), de Breton-Soupault , o La hora de la verdad (1924), de Aragon , mantien en las estructuras dram áticas tradicionales, y se limitan a trastocar el contenido semántico . De ahí que el juego surrealista se desarrolle como una liberación del lenguaje literario , pero no del esc énico!" . A lo más que se llega es a la introduc ción de personajes no humanos, co mo en Me olvidaréis (BretonSoupault, 1922), en que intervienen un paragua s , un batín , una máquina de coser y " un ex traño" ; o en El corazón a gas ( 192 1), donde intervi enen Ojo , Boca , Orej a, Nariz, Ceja, Cuello (o bras ambas de l per íodo pre-sur realista o dadá). Pero los obje tos se comportan como personajes. Tzara exige a los intérpretes "qu e presten a esta obra la atención que exige una obra maestra del vigor de Macbeth y de Chantecler , que traten al autor, que no es un genio, con poco respeto y adviertan la falta de seriedad del tex to que no aporta ninguna novedad a la técnica teatr al" :" , En todo caso, lo que se produce es una destrucción de la humanidad , del personaje hum ano . La forma de manifestarse la verdad pasa por la anula ción de la humanidad . La forma de liberar la interioridad , por la del antropomorfismo y el antrop ocentri smo . Ello da lugar a ciertos descent ramiento s, que permiten la insinuación de forma s próximas al coll age y a la contaminación, y que tienen una concrec ión evidente en la introducción en lo dramático de procedimientos derivados del lenguaje cinema tográfico (p. ej. , El tesoro de los j esuita s, de Louis Aragon , 1929), que 'en ningún caso superan las transformaciones dram atúrgicas propi ciada s por el expre sionismo y el drama épico . Sin emb argo, algunas realizaciones escénicas , no ligadas a lo dram ático , proponen interesantes transformaciones y estrategias compositivas que se desplazan claramente del montaje al collage. Este es el caso de un espectáculo preÍdem, p . 1729. Cf ., A. Breton, "Manifiesto del surrea lismo, en Manifiestos del surrealismo, Guadarram a , BarceJona , J ' ed ., 1980 ,pp . 17-48 . '02 H. Béhar, Sob re el teatro dada y surrealista, Barral, Barcelona, 197 1, p. 147. oo, Ver R. Vitrac , " Le mon ologue intérieur el le surr éalisrne" , Comoedia , 17 de marzo de 1925, cit. en H. Béh ar, o. cit., p. 19 . m 1'"L. Aragon y otros, Teatro dada , ed. por Giani Renz o Mon eo e Ippolito Simonis, trad. de José Escué , BarraJ, Barcelona . 1971 , p. 229 . 87 sentado el 27 de noviembre de 1924 , que es casi una prolongación de las propuestas dadá de los años anteriores: Rel áche, de F. Picabia, con música de Sat ie y la colaboración de Duchamp, Man Ray, René Clair y el director de los Ballets Suecos, Rolf de Maré . Empezaba con un prólogo cinematográfico , al finalizar el cual se levantaba el telón haciendo visible un fondo de discos metálicos sobre el que sonaba el prelud io de Satie . Se jugaba co n la simultaneidad de acciones: Man Ray midiendo el escenario, un bombero pasando agua de un cubo a otro, bailarines al fondo evo lucionando en la oscuridad; de pronto , un espacio que se ilumina y muestra un ' tableau vivant' : una pareja desnuda (el hombre es M . Duchamp), que remedan el Adán y Eva de Cranach. Tras un intermedio fílmico , Entre'acte (una película escrita por Picabia y dirigida por René Clair), el escenario muestra un telón negro remedando una pizarra escolar con garabatos e inscr ipc io nes , entre las qu e fig ur an los nombres de lo s co la bo rado res y la provocativa frase "Satie es el mejor músico del mundo" . El espectáculo, que fue j uzgado muy negativamente por numerosos críticos, a pesar del entusiasmo que concitó en los círculo s de vanguardia, fue el último producido por los Ballets suecos: Rolf de Maré reconoció la imposibilidad de producir nada más radical que aquello . Picabia, por su parte , se mostraba entusiasmado : "Reláche es vida, vida tal como yo quiero , toda para hoy, nada para ayer, nada para ma ñana'?". ; -1--+ ¡T'Pl'~..,.,r¡;-~~;.~~~~",,-:-- . ~ ~ ~ ~_'~~:<:ló~~~lI:+'~"'4~ ~ +.., .~."-4~"""' ''--{ "" Véase Naney Van Norman Baer, Paris Modern, The Swedish Ballet. 1920-1925 . Fine Arts Museums of San Francisco. 1995. pp. 128-139. 88 La integración de los medios y los autores era una integración vital , es decir, no-artística. No se trataba de comp oner un drama , ni una partitura, ni construi r un montaje . Se trataba de superponer diversos medios y lenguajes, y al hacerlo , conv ertirlos en obje tos privado s de intencionalidad artística . Antes que de construir la obra total, se trataba de vivir una experie ncia total, en la que quedaban implíc itamente negadas la pin tura, la liter atu ra , la música, la danza y el teatro , con el único fin de exaltar la libertad , la imagin ación y la vida . Esto era surrealismo . De ahí que cuando Aron, Vitrac y Arta ud decid ieron fundar el Teatro Alfred Jarry, Breton vio en ello una vuelta a la conve nción, a la liter atura dra mática y a la tradic ión escénica , y los expulsó del grupo. Pero lo que el Teatro Alfred Jarry se proponía era la destrucción de la convención tea tral desde el interior del teatro. Recu rrieron , por una parte , a la escenificació n de obra s escri tas por ellos mismo s , como Víctor o Los ni ños al poder, de Vitrac , y El chorro de sangre, de A . Artaud , aplic ando algunas de las ideas que más tarde recogerí a Artaud en sus escritos teórico s, ju gando con la sorpresa , co n el eni gm a, co n la violencia, y provocand o sensaciones con recursos visuales y sonoros antes que con jue gos de lenguaje. Co mo de lo que se trataba era de revolucionar la escena , y no la literatur a , no tenían ningún reparo en util izar como material de base textos de Strindberg , de Shakespeare, incl uso de C laude!. Ca recía de sentido la pregunta por el autor dramátic o, pues lo dramático-literari o no era considerado más que en relación al "desplazamiento de aire que pro voca su enunciado'v". El desprecio del texto literario es común a Artaud y Vitrac . Una de las primeras obras de éste, Veneno ( 1924) es un drama sin palabras. Y Los misterios del amor (1923/24 ) puede ser igualmente cons iderada como una "acusación contra el lenguaje" , que , en el ámbito de lo rea l, sólo sirve para perpetu ar lo monol ógico '" . La obra empieza en un palc o , simulando una pe lea entre espe ctado res , y se desarr o lla enteramente en un es pacio de sueño, o en un espacio que ha ren uncia do a los límites convenc ionales entre lo rea l y lo ficticio . Por su utili zación del collage y del monólogo delirante , por la co nce pción del lenguaj e que subyace a la escri tura, por el j uego con stante de provocac ión y sor presa y el tratamiento de la relación palabra-imagen , la obr a de R. Vitrac responde más exa ctame nte que las del propio Artaud a las intenciones decl aradas por éste . Si Artaud recurre a la locura , Vitrac lo hace a la infancia, en busca del niño que mur ió bajo las co nve nciones impu estas por el lenguaje. Ese mismo niño , saludado por Breton, es el espectador asombrado que contemp la al públ ico en el j uego de espejo s de la obra de Lar ca . 'o,. A. Artaud, Oeuvres completes . tomo 11 , Gallimard, París, 196 1, p. 18. "" H. B éhar. o, cit., p. 192. 89 El imp ulso que anima a García Larca a la com posició n de las piezas que él ca lificó como " teatro imposible" es idéntico a aquél que sir ve de punto de parti da a la creación de Vitrac: la búsqueda de la libertad , la reivi ndicació n de la vida más allá de las viejas formas. En el caso de Larca , la lucha era endurecida por el provi ncianismo cultural de la España de la primera dictadura . Fue necesario el es tímulo neoyorqu ino y el revulsivo de las burlas de Dalí y Buñuel para lanzarlo a la com posición de una obra que recogía el test igo del Orfe o de l ean Coc teau (prese ntada en Ma drid por Rivas Cherif en 1928): El público. En su reivindicación de un teatro vivo, Larca abogaba por la transform ación del personaje dramático, que debería desp renderse de sus perfiles de psicología y cartón y aparece r en esce na "con un traje de poesía" y, al mismo tiemp o, deja ndo al descubierto la sangre y los huesos'" . La re ivindi cación de La rca recuerda la defensa de la fisicidad y de lo animal planteada por Wedekind en sus esc ritos sobre el circo'" , sin olvidar que el modelo circense ha actuado co mo estímulo en la creación escé nica de buena parte de la vanguardia europea , La originalidad de Larca radica en utilizar su imagen para mostrar la indisociabilidad de la se nsualidad y el sentimie nto, de la pasión y el es pír itu, del sueño y el drama: "e! verdadero drama es un circo de arcos donde e! aire y la luna y las criaturas entran y salen sin tener un sitio donde descansar" :" . Se opta por romper las puer tas y levant ar el techo , destrui r e l co nve ncio nalismo de las dimensiones espacio-tempora les , de la causalidad: la sucesió n de las imáge nes, de los personajes, de las palabras, responde a una lógica dive rsa, una lógica poét ica, que es al mismo tiempo pasión , porque es la exte riorizac ión de un compromiso íntimo . Hay una búsqueda de la verdad, una búsqueda de la pureza, que se identifi ca con "el perfil de una fuerza oculta" , la fuerza del amor, y que Octavio Paz califica como la "forma más alta de la libe rtad " " '. La persecución de ese perfil conduce al conflicto entre el "teatro al aire libre" (teatro convencional) y el "teatro bajo la arena" , un teatro donde la imagen es expres ión de un comp romiso absoluto con la verdad. Se trata de un desarro llo de la afirmación "yo soy el otro", " una exteriorizació n de la libertad imaginari a de la conciencia" !", del propio mundo interio r, que aparece en una espacio-temporalidad fragmentada y densa, que retorciéndose sobre sí mism a proyecta el drama hacia fuera, hacia el público . En el impresionante Cuadro V, el público provoca la masacre en el teatro por su desco nfianza hacia e! fraude de la ficció n. No están muy de acuerdo sobre cuál ha de ser el criterio de verdad . No se sabe si el tumulto ha estallado porque '" F, Morales, "Al habla con EG L " (1936), Obras, ed. cit., p. 18 10, '09 E Wedekind, "Z irkusgedanken" (1887), en Prosa, Dramen, Verse, Albert-Langen-Gcorg Müller, Munich, sl f., p. 88 1-887. no E García Larca. El público, ed. de María Clementa Millán, Cátedra, Madrid. 1988. p. 185. '" O. Paz, La búsqueda del comienzo (escritos sobre el surrealismo). Fundamentos. Madrid, 3° ed.. 1983, p. 40. '" Ídem, pp. 32-35. 90 Romeo y Julieta se amaba n de verdad o porque no se amaban y el público lo ha notado . Pero e! público no quiere la verdad, no quiere abrir los ojos , quiere que se le duerma , como siempre, con el engaño de las máscaras. "El público se ha de dormir en la palabra, y no ha de ver a través de la columna de ovejas que balan y las nubes que van por el cielo" . Pero el director se empeñó en que el público no durmiera, que el público viera "cómo el veneno de las venas falsas había causado la muerte verdadera de muchos niños" . Y el público no estaba prepar ado para presenciar la verdad, para presenciar el estallido de la verdad interior. Los es tudiantes se esca nda lizan, porque " un es pectador no debe forma r nunca parte del drama. Cuando la gente va al ' acuarium' no asesi na a las serpien tes de mar , ni a las ratas de agua, ni a los peces cub iertos de lepra, sino que resbala sobre los cristales de sus ojos y aprende" . Precisamente esa co ncepción del teatro co mo acuario es lo que quiere evitar Lar ca. Quiere romper el cristal de la pecera. Que el público entre, participe en la embriaguez de un mundo de imágenes que se desborda desde la interiorid ad , que borra los lím ites entre lo interior y lo ex terior, y que ex ige , por tanto , la disolución de los límites entre escena y sala . Esa disolución es co ntemporá nea de la revol ución . La idea de amor entre los es tudiantes va unida al " lo destru imo s todo" y "quemaremos el libro donde los sace rdotes leen la misa" . La revolución del amor, que Larca perfila en El Público es la revolución de lo vivo co ntra lo muerto , de la vida contra la representación, de la imagi nación con tra la co nvención y la escritura. Algo muy parecido quiere decir Artaud en México cuando define el surrea lismo no como movimiento literario, sino como "grito orgánico del hombre" , insurrección contra las formas del Padre , contra la coe rción del Padre '" , Se recurre a la producción de imágenes indisociab les de lo orgánico, que salvan al lenguaje surrealista de la pérdida de la relación semá ntica que había trastocado la literatura y el arte de principios de siglo. "C uando cuerpo e image n -escri bía Benjamin al final de su ensayo sobre e! surrealismo- se interpenetren tan hond amente que toda tensión revolucionaria se haga exc itación corporal co lectiva y tod as las excitaciones co rporales de lo colecti vo se hagan descarga revo lucionaria, entonces y sólo entonces se habrá superado la realidad tanto como e! Manifiesto comunista exige"!" , La revolución como exci tación corporal , la revolución del amor, es eso mismo que Artaud identificó bajo el término 'c rueldad' . " No tengo espíritu , ni lenguaje interior, / las palabr as no son más que epider mis, / el es píritu masa de un cuerpo eléctrico que forma signos de salida del '" Artaud, "Surrealismo y revolución" ( 1936), en Mensaj es revolucionarios. Fundamentos, Madrid, 3' ed, 1981. p. 11. IU W. Benjamin, «El surrealismo. La última instantánea de la inteligencia europea" , en Imaginaci ón y socie dad . Lluminaciones 1, trad. de Jesús Aguirre, Taurus, Madrid, 199 1, pp. 61-62. 91 sirve para la experiencia estética: debe ser experienciado, nunca contemplado. No basta ver, es preciso ser. "Por eso en el teatro de la crueldad el espectador está en el centro, y el espectáculo a su alrededor". Por lo mismo, el sonido y la luz no son tratados como elementos que produzcan una armonía o un efecto sensible; ante todo son concebidos como energía, como fuerza, como instrumentos de sugestión. Igualmente la acción: "aquí el teatro intenta comunicarse con las fuerzas puras" . Al lenguaje de la representación, Artaud opone la búsqueda de la vida, definida como "esa especie de centro frágil e inquieto que las formas no aleanzan" !", La estrategia dramático-representativa es sustituida por la "realización" o "materialización escénica": construcción de un lenguaje autónomo , a partir de su propia materialidad, sin referencias ni a la realidad exterior, ni al lenguaje heredado. Un lenguaje que, como el río de lava, no albergue contradicción entre forma y energía, que, surgiendo de lo más profundo de la emoción de la vida, se mantenga en el momento de eclosión de la forma, sin caer en su fijaci ón!". "Afirmo que la escena es un lugar físico y concreto que exige ser ocupado, y que se le permita hablar su propio lenguaje concreto. / Afirmo que ese lenguaje concreto, destinado a los sentidos, e independientemente de la palabra, debe satisfacer todos los sentidos; que hay una poesía de los sentidos como hay una poesía del lenguaje, y que ese lenguaje físico y concreto no es verdaderamente teatral sino en cuanto expresa pensamientos que escapan al dominio del lenguaje hablado"!", Porque sólo eludiendo la escisión significante-significado, formaespíritu, cue rpo-alma , es posible alcanzar la manifestación de lo vivo. La palabra, dirigida en primer lugar al espíritu, es incapaz de hablar de la vida. En todo caso , puede seguir funcionando en cuanto valor sonoro, privada de significado convencional, como música, como generadora de impresiones y analogías, pero nunca como sustancia de una literatura que se arroga el privilegio de manifestar lo invisible. "Todo lo que se escribe es porquería y los literatos son puercos" . El diálogo dramático pertenece a lo literario. La búsqueda de la especificidad teatral conduce a lo físico. Este retorno a lo físico desplaza el teatro de su asociación con lo literario a su asociación con lo plástico y lo mimético (música y danza). El proceso de materialización del "centro de la vida" es analogado por Artaud al proceso alquímico para la obtención del oro: mediante la unidad de lo abstracto y lo concreto, de la música, la imagen y la experiencia del cuerpo, se llega a un momento de transformación mágica, en que se materializa una realidad de distinto orden. Condición indispensable para la recuperación de la función mágica gesto epidérmico extemo no es más que una invención de los seres monos contra mí y es por lo que el pre-consciente que actúa antes que nunca fue en el tiempo no sino un sucesor de la voluntad exterior inmediata del yo"!". La identificación de lenguaje y cuerpo, la negación de la distinción cuerpo-alma ("un cuerpo no es un esqueleto revestido de carne, / es una materia llamada alma que tiene una expresión, un aire...") conduce a un planteamiento radicalmente nuevo de la realidad escénica y, consecuentemente, de la escritura dramática. En tanto el cuerpo deja de ser medio, para convertirse en realidad única, la idea de comunicación es desplazada por la idea originaria de mimesis y la palabra, responsable de la distancia que nos separa de lo real y de "nuestra impotencia" , desterrada de la escena en su uso convencional!" . "Romper la casa de las palabras" es liberar la posibilidad del "conocimiento físico de las imágenes y los medios de inducir al trance"; el teatro recupera la condición de lugar donde el organismo puede ser directamente afectado. La centralidad del organismo físico aleja las tentaciones románticas (dramáticas) y evita la conversión de lo real en juegos de palabras y formas, por una parte, y, por otra parte, en alma. La definición de lo único / central garantiza, además , un nuevo planteamiento de la unidad de los medios escénicos , de acuerdo a un modelo que vuelve a mirar hacia la naturaleza: contra la fijación y disección del pensamiento y de la vida por las palabras, Artaud propone una pintura y un teatro que mantengan el mismo movimiento que la lava que desciende por la ladera tras la explosión del volc án'" , "Propongo, pues, un teatro donde violentas imágenes físicas quebranten e hipnoticen la sensibilidad del espectador, arrastrado por el teatro como por un torbellino de fuerzas superiores"!". De la imagen es preciso tener no una experiencia visual/estética, sino una experiencia física/orgánica. De la imagen lo mismo que del sonido. De ahí que el teatro sea ante todo un teatro de experiencias y nunca un teatro.de formas.,Las formas no deben ser contempladas, deben ser físicamente experimentadas. Esta es la principal distancia que separa a Artaud del expresionismo cultual de Schreyer, así como de otras experiencias escénicas abstractas. La crisis de la capacidad comunicativa del lenguaje verbal y, por tanto, de su eficacia estética en sentido tradicional como elemento del discurso escénico no conduce en el caso de Artaud a una reivindicación de la imagen, sino a una destrucción de los términos en que se planteaba la relación emisor-receptor. "Sólo los imbéciles necesitan aprender, para saber los inteligentes sólo tienen que ser"!", Lo mismo '" A. Artaud , Cuadernos de Rode ; (abri l-mayo. 1946) , trad. de Pilar Ca lvo, Fund amentos, Mad rid, 1989, p. 7. Ver lb . p. 52. ", M . Borie , A ntonin Artaud. Le th éá tre el le retour a ll X sources. Gallirnard , París, 1989, p. 57. ' '' ~ . Artaud , El teatro y Sil doble, trad. de Enrique Alonso y Francisco Abelenda , Edhasa, Barcelona, 1980, p. 89. '" ldern , p. 92 . '" A. Artaud , Cuadernos de Rodez : ed . cit., p. 9. '" A. Artaud, El teatro y Sil doble. ed . cit., p. 14. '" M. Borie señala la co ntradicció n e ntre la utopía artaudiana y el prob lema de la rep etic ión . inherente a la defin ición misma de teat ro . que tanto preocupara tam bién a Stanislavski . Ver M. Bor ic . o. cit., p. 236 . '" A . Arta ud. o .cit.. p. 40 . 93 92 L del teatro es la ruptura de la sujeción al texto y la búsqueda "de una especie de lenguaje único a med io camino entre el gesto y el pensamiento" !" . Artaud remi te al teatro balinés . La identidad de lo ges tual y lo trascendente en sus danzas radica en un desconocimiento del miedo al misterio, en una natur al predisposición hacia la exploración de la zona de som bra , que Arta ud había definido como tarea primera de lo escé nico. No se retrocede ante lo oscuro, ante aquello que esca pa a la verbalización y a la lógica, sino que se asume . Se utilizan los recursos escénicos para hablar de ello, de forma no precisa , pero directa , concreta. De ahí que el balinés sea el exponente más claro de teatro como " metafísica en acc ión". Lo que más interesa a Artaud es el tratamiento del ges to como música , y, en cuanto música, sometido a una "prodigiosa matem ática" . Es el cálculo minucioso (y para un espectador occidental, arbitrario) de lo gestual el que muestra que la música es algo más que música y que envuelve un pensamiento . Aparece entonces la materia com o " revelación, de pronto desmenu zada en signos, que nos muestran en gestos perdurables la identidad metafísica de lo concreto y lo abstracto "!" . La aparición del centro vital se produce en esa constante transform ación de la materia (concreto) en espíritu (abstracto) y del espíritu (forma) en materia (carne) . Es en el mismo proceso de tran sformación , en el "j uego perpetuo de espejos que pasa de un color a un gesto y de un grito a un movimiento" , donde se adivina el perfil de lo oculto , que tambi én persiguiera Lar ca. Su intuición sólo es posible mediante una estimu lació n orgánica, que deje fuera al intelecto , pero que ponga en juego todos los sentidos, definiendo así una nueva idea de totalid ad escénica, no asentada ni sobre la com pos ición ni sobre el montaje: " haremos saltar [las disonancias] de un sentido a otro, de un color a un sonido, de una palabra a una luz, de un trepidante ade mán a una plana tonalidad sonora [...]", con el fin de sumir al asistente en un jeroglífico gestual cuya lógica no tenga ocasió n de descub rir ni analizar. La combinación y destrucción mutu a de música, danza , plástica, pantom ima , mímica , gest iculac ión, entonación, ilumi nación y deco rado generará n una nueva poesía "intrínseca", que Arta ud califica como "irónica". Se trata de sustituir la poesía del lenguaj e por la poesía del espacio'" . Pero ese nuevo espacio ya no es el espacio de la repre sent ación, sino un espacio autog enerado , "a rchimanifestación de la fuerza de la vida", donde teatro y vida han vuelto a su original identifi cación y dond e, por tanto, la palabra sólo tiene sentido en cuanto identi ficada de nuevo con el gesto, en cuanto ha sido capaz de descubrir en sí misma el habla anterior a la vida!" . La búsqueda de la palabra-gesto es indisociable de la búsqu eda del ges tosig no. De hecho , Ar taud, aun en co ntra de la literatura, trabajó sie mpre desde el inter ior de la palabr a. De ahí su empeño por situar la palabra en su punto ju sto en la elaboración del es pectáculo escénico , No se tra ta de eliminar lo verbal, sino de concebirlo como ge nerador de misterio . La palabra no debe aclarar, no debe ordenar, no debe estructurar. La palabra debe produ cir una música / imagen que co ntribuya a la ex presió n de l cam po de sombras: " [...] que se vue lva brevem en te a las fue ntes resp iratorias, plásticas , ac tivas del lengu aj e , qu e se relacio nen las palabr as co n los mov imie ntos físicos que las han or iginado, que el aspecto lógic o y discursivo de la palabra desaparezca ante su aspec to físico y afecti vo , es de cir, que las palabr as sea n oídas como eleme ntos sono ros y no por lo que gramatica lmente qu ieren ex presar [...]" , Entonces se estará en condiciones de realiz ar metafís ica con el lengu aje hablado , se de vol verá a las palabra s la capacida d de producir el estremec imiento físico y, liberándolas de su función utilitaria , pod rán nuevament e conve rtirse en una forma de encantamiento'", En un proyecto de carta a Pabl o Picasso del 27 de febrero de 1946 , Artaud insi ste en que lo único que puede decirse sólo es formulable medi ante un len guaje ' internac ional' , que él había empez ado a elabo rar a part ir de 1934 y que sigue el modelo de la esc ritura jeroglífi ca: "pas ta safer dezi trab a / pas memunka narida / testim onio , conciencia suprema, pol vo de los desvanecidos / york o belli tafer raki / york o belli taferti / [...] Y yo creo, Pablo Picasso , que el alma , e l viejo co lmillo huesudo de l alma, ap oyará este jeroglífico , / yo tet ri negeta / egete etertri trena"!" . Esta huid a de la claridad de la palabra lleva a la defi nición de un lengu aje concreto e inarmón ico , que encu ent ra su tradu cción en la dison ancia es pac ial, en la dispersión de los timbres y en la descomp osición dramática. La función de la palabra en el espectáculo teatral será la de generar imágenes que ex presen el misterio, en ningún caso la exp resión del ca rácter hum ano. Esto exige emplear la palabra de modo concreto y en rel ación co n el resto de los elementos escéni cos , maneja rla co mo un objeto . Al adquirir una dimensión objetual, la palabra , co mo el actor, deja de sig nificar y se limita a ser. De es ta forma pued e la palabra entrar en la concreción del len gu aje escénico , co mo generadora de un arte que es vida , que no refleja lo real , sino que es real"•. En su estudi o sobre Art aud , Aldo Pellegrini observa cómo las palabras , más que significados, " transmiten fenóme nos físicos , fulguraciones de la pasión, chisporroteos de furor , produ ctos de la co mbustión subterráne a de un mund o interi or llJídem, p. IOl '" Ídem, p. 66. usÍdem, p. 40. '" J. Derrida. "El teatro de la crueldad y la clausura de la representación" , en Dos El/sayos, Anagrama, Madrid, p. 48. '" A. Artaud, ídem, p. SO. us A. Artaud, Cartas desde Rodez, 11 , trad.. de Ramón Font, Fundamentos, Madrid, 1986, p. 155; cf., A. Artaud, carta a Parisot, citada en Eric Sellin, The drumatic concepts 01 Antonin Artaud , The University of Chicago Press, Chicago y Londres. 1968. p. 89. '" A. Artaud, El teatro y Sil doble , p. 137. 94 95 que es difícil clarificar de alma, espíritu, vida, organismo"!". La palabra deja de ser un ejercicio artístico, se convierte en revelación del yo. Es un lenguaje identificado con la vida, vida misma, ya no arte. Es un lenguaje-carne. Violencia verbal. Destrucción del lenguaje como recuperación del lenguaje. Recuperación del lenguaje del éxtasis, "incomprensible para la mente común, pero accesible para la fe, cuando se quiere alcanzar lo inexplicable". Un lenguaje que, como escribía a Picasso, sólo puede ser codificado como jeroglífico, y sólo ejecutado como gesto. En otra ocasión, Artaud habla de dar a las palabras escénicas la misma importancia que tienen en los sueños!" . E insiste en la necesidad de encontrar nuevos medios para anotar ese lenguaje, "ya sea en el orden de la transcripción musical, o en una especie de lenguaje cifrado". El objetivo explícito de Artaud es la elaboración de una nueva gramática del lenguaje escénico. Ese lenguaje escénico se basa en la utilización de luz, movimiento, palabra, gesto, objeto... como signos. Signos que se relacionan entre sí, entre los que se puede establecer una sintaxis. Cifrar la materialidad escénica, cifrar el lenguaje gestual y cifrar la palabra son un mismo proceso. Artaud sueña con un vasto sistema de codificación en que cada signo tenga valor de símbolo. De lo que se trata es de recorrer el camino que la literatura ha seguido hasta la constitución de un lenguaje artístico elaborado, pero sin caer en la forma muerta y vacía, Artaud opta por la elaboración del jeroglífico: su dimensión enigmática debe garantizar el tránsito continuo de lo manifiesto a lo oculto. Durante su viaje a México, Artaud descubrió algo que completaba las ideas sugeridas por las danzas balinesas. En el ritual y danza del peyote, algunos gestos del sacerdote y los participantes están descritos en términos de letras, próximos a los jeroglíficos ideados por Artaud. Fascinado por la proximidad de lo gestual y lo inconsciente, de lo carnal y lo divino, se esforzó en explicar f ísicamente todos los fenómenos metafísicos asociados a estas danzas. Pero además, encontró en ellas el estímulo para la elaboración de una estenografía que le permitiera transcribir su lenguaje teatral'", El intento de sustituir la escritura dramática por una escritura escénica encuentra su primera realización en La conquista de México, que, a diferencia de Los Cenó, no fue conservada en forma de drama, sino en forma de guión. En él se puede leer cómo Artaud aspiraba a una escenificación no literaria / no psicológica, donde el conflicto personal de Moctezuma fuera mostrado pictóricamente, o al menos objetivamente, I.~ A. Pellegrini, "Antonin Artaud , el enemigo de la sociedad" , en A. Artaud, Van Gogh, el suicidada par la socieda d , trad. y notas de Aldo Pellcgrini. Argonauta , Buenos Aires. 198 1, pp. 49-53. rn Derrid a subraya el para le lismo Artaud-Freud en lo que se refiere a la materia lización visual y plástica de la palabra. Según Freud, la " interpretación de un sueño es enterame nte análoga al desciframiento de una escritura figurativa de la Antigüedad , como los jeroglíficos eg ipcios..", Artaud pretendía crear jeroglíficos gestuales y verbales, análogos a la ex periencia del sueño. Ver Derrida, o . cit., p. 55 . L" Eric Sellin, o . cit., pp . 27-30 . 96 Antonin Artaud y Roger Vitrac. Fotomontaje para un programa del Teatro Alfred Jarry. 1930 visualizando sus luchas y discusiones simbólicas con los mitos de la astrología, al igual que el conflicto del pueblo indio con su destino y, sobre todo, el "choque del desorden moral y de la anarquía católica con el orden pagano" que apela a las imágenes violentas, a "conflagraciones inauditas [...], de diálogos brutales, [...] de luchas hombre a hombre..."!" . Con lo que Artaud realmente sueña es con un lenguaje que surja directamente en escena, sin pasar por las palabras. El actor, no la escritura, es el auténtico mediador entre lo visible y lo invisible. Es la sombra que toma cuerpo. Es el 'colossos' , ya no de piedra, sino de carne, destinado a captar lo invisible. Puesto que el teatro tenía como función la exploración de la zona de sombra, la provocación de la ebriedad, que trastoca los límites y hace surgir un espacio-tiempo nuevo, una realidad nueva, el actor debía estar en condiciones de efectuar el tránsito de uno a otro lado. De ahí su interés por el tema del fantasma (al que ya habían recurrido frecuentemente simbolistas y expresionistas por idénticas consideraciones). En las escenificaciones de Vitrac y Strindberg (Sonata de los espectros) en el Teatro Alfred Jarry, Artaud insistió sobre este tema a propósito del trabajo actoral. Ida Mortemar, personaje central de Víctor, de Vitrac, debía ser interpretada por la actriz "como un fantasma que viene del más allá". Y en la Sonata la comunicación con la realidad invisible pasa a primer término!". "' Véase D. Pau ly. o . c it., p. 2 19. ' u M. Borie, o . cit., pp. 309-3 10. 97 En tanto la comunicac ión con lo invisible se realiza en el actor, al autor sólo le queda ser al mismo tiempo director. No cabe disociación entre la tarea de escritura (aunque sea jeroglífica) y la tarea de escenificación . Ser autor implica ser autor de una obra escé nica (no dramática) y sentir durante la creación lo invisible a través del cuerpo del actor. "U n autor que no crea directamente la materia escé nica, ni evoluciona en escena orientándose e imprim iendo la fuerza de su propia orientación al espectác ulo, traiciona en realidad su misión . Y es justo que el actor lo reemplace"!" . Quizá sea éste uno de los jui cios de Artaud que más eco enco ntró en los años cincuenta y sesenta, y que han condicionado decisivamente la redefinición de las funci ones de autor, actor y director, así como la relación con el texto y, consecuentemente, la noción misma de dramaturgia: "[ ...] un teatro que subordine al texto la puesta en esce na y la realización -es decir, todo lo que hay de específica mente teatral- es un teatro de idiotas , de locos, de invertidos , de gramáticos , de tenderos, de antipoetas, y de positivistas, es decir , occide ntal" :" . ¿Qué entie nde, pues, Arta ud por drama? Indudablemente , nad a que tenga que ver con la idea de confl icto intersubje tiva . Nada que tenga que ver co n la psicología , ni siquiera con la pasión humana . El dra ma se desarrolla para Artaud a esca la cós mica . Esto anula el interés del diálogo , for ma literaria de la dialéct ica , estab lecida des de el clas icismo francés co mo forma ineludible del drama . El drama es un conflicto cós mico . Es, ante todo , el con flicto del homb re co n la naturaleza . El co nflic to de la consciencia con las fuerza s oscuras . El co nflicto de la voluntad co nscie nte con la voluntad ciega . La exhibició n de l confl icto se res uelve mediante la experiencia fís ica de lo otro . La dra mat urg ia no es una orde nació n, sino una estrateg ia . Una es tra teg ia que asume el humor , la ironía , el simbo lismo, la anarquía . Una dramaturgia que no puede ser co nce bida como trabajo intelectual , sino co mo trab ajo directamente escénico . Dramaturgia es manipulación de los obje tos escé nicos . Esos obje tos escénicos son: luz , forma , pal ab ra , es pac io . El lugar de la man ipul ación -como ya ade lantara Appia- es el cuerpo . Sólo desd e el cuerpo se puede elaborar una nueva dramaturgia . Sólo experimentando el cue rpo se puede expresar el drama . En Van Gogh, el suicidado por la sociedad encontr amos una concreción del drama descrito por Artaud . Ese drama no tiene una estructura literaria. Es algo que sólo podría ser elaborado directamente en escena y desde la experiencia orgánica , pues "Van Gogh no murió a causa de una definida condición delirante / sino por haber llegado a ser corporal mente el cam po de acc ión de un problema a cuyo alrededor se debate , desde los orígene s, el espíritu inicuo de esta humanidad / el del predominio de la carne sobre el espíritu, o del cuerpo sobre la carne, o del espíritu sobre uno y otra"!" , El material que Artaud quiere configurar artísticame nte es el dolor generado por esta experiencia. De ahí su proximidad a Van Gog h. De ahí la inadecuació n de la literatura dramá tica . La palabra quebrada de los Cuadernos de Rode; expresa el dolor. Fracasa el intento de convertir esa palabra en drama . El drama debe seg uir otras vías, la vía de lo orgánico . La palabra de Artaud es una palabr a orgá nicamente sentida, es carne. Pero sólo en el teatro se supera la escisió n original entre lenguaje y carne: renacimiento del cuerpo en pensamiento y del pensamient o en cuerpo '". Esta es la función or iginal del teatro: servir de demostración ex perimental de la identidad de lo abstracto y lo concreto, reconciliarnos con el Devenir mediante la creac ión de Mitos . El drama esencia l, según Artaud, está'unido al "seg undo tiempo de la creación" , el de la dificultad y el doble, el de la mate ria y la materialización de la idea. Es decir, e! teatro duplica lo real, pero no lo real visible-cotidiano, sino las fuerzas oscuras, la zona de sombra, el caos, el devenir mismo, esa realidad "peligrosa", que "como los delfines", una vez que muestra la cabeza se apresura a hundirse otra vez "en las aguas oscuras". Y es inútil buscar mayor claridad . Donde reinan la simplicidad y el orden no se puede dar el dram a. El drama no puede manifestarse claramente . El dram a surge de! co nflicto entre lo humano y lo inhum ano . Lo inhum ano es lo que el hombre no puede comprender. Es la Creación que se manifiesta como Caos . Lo inhumano no es lo inorgánico , sino todo lo contrario: lo que el hombre no puede comprender de sí mismo. Esta concepció n del drama da lugar a un espec táculo integral. A diferencia de la totalidad wagneriana, que aspiraba a la creac ión de una ilusión global, Arta ud busca la creación de un agujero negro donde penetrar en lo otro. De ahí que rehúya el espacio físico del teatro, como lugar propio de la ilusión , y busque espacios atípicos , que sean capaces de aloja r el nuevo rito, donde lo no-cotidiano (máscaras , maniquíes, vestuarios no co ntemporáneos , ilum inación , temas violentos, etc.) manifieste lo oculto, reve le la sombra . El obje tivo último de Artaud en el acontecimiento dramático es la abolición de las distinciones y la unificación del espectad or, el actor y el campo místico más allá del acontecimiento escé nico en una tran sfiguración o purgaci ón!" . De este modo redefi ne Artaud el concepto de catars is , invirtiendo clarament e la intención aristotélica . En su texto sobre Van Gogh , sugiere que no es el hombre el que se ha vuelto anormal, sino el mund o: "todos los actos individuales son '" A. Artaud , Van Gogh, el suicidado por la sociedad , ed . cit., p. 80 . D' A. Artaud, El teatro y S il doble , ed. cit. p. 101 ; Van Gogli..., ed . ci t., p. 82 ; cf ., S . Sontag, o. cit. pp. 35-36 Y 52. 1" D' l."E. Se llin, o . c it., p. 89. Se llin se oc upa de las d iferenci as Artaud-Arist ótcles a prop ósito del co ncepto de ca tarsis en p . 96ss . CL P. Goodrnan , "Oosessed by Theatrc" , en E. Bentley (ed .), The theory of modern stage , Pengum , Londres , 1976 , p. 77 . A. Arta ud , El teatro y S il doble . p. 127. Ídem , p . 44 . 98 99 - antisociales". Será preciso luchar contra la normalidad recurriendo a un "hechizamiento colectivo" . "Un hechizo no es una maniobra psíquica, sino física, que apronta y pone en campaña a veces poblacione s enteras con filas de incontables cuerpos de hombres y mujeres mezclados, en comparación con los cuales las muchedumbres en procesión a Lourdes no son sino podredumbres de muy pequeña monta" !" . Ese desorden de la mimesis y la catarsis originales, de las que Aristóteles quería huir como costumbres peligrosas para la normalidad social, es precisamente lo que Artaud propone. No todo debe ser aclarado y legalizado . La palabra, la literatura, el drama sometido a códigos es incapaz de reflejar el conflicto. Artaud desmonta a Aristóteles y abre un campo nuevo a la creación escénica y a la dramaturgia, mucho más amplio que el abierto por Brecht con su supuesta dramaturgia no-aristotélica. A pesar de que el concepto de teatro de l ean Louis Barrault es mucho más convencional que el de Artaud, éste quedó entusiasmado con su escenificación de Mientras agonizo, una adaptación de la novela de William Faulkner que fue presentada en 1935. A Barrault, que se había formado como actor en el Atelier de Charles Dullin , le había interesado de la lectura de la obr a de Faulkner "el comportamiento silencioso de los seres primitivos", hasta el punto que decidió tomarla como punto de partida para su primera aventura como director. Para él este espectáculo era puro teatro , porque sólo existía como representación y su base eran los actores, no el texto : en las dos horas de duración escénica había treinta minutos de diálogo y gran parte del mismo en forma de canciones corales o cantos religiosos. No había decorados y el vestuario y la utilería eran mínimos . Los actores no llevaban nada más que unas cintas a las que iban sujetos objetos simbólicos que representaban la pasión dominante de cada personaje. Mediante efectos vocales y gestos rítmicos, ellos mismos creaban el ambiente para las diversas escenas: correr y dar volteretas representaron al río crecido , una luz y una danza atlante representaron las llamas del incendio, o unas inclinac iones marcadas y mecánicas fueron los movimientos de los picadores de algodón en los campos . No había efectos de iluminación atmosférica y ningún sonido emocional externo de música , siendo el único acompañamiento un tam tam oEl único elemento ilusionista tradicional fue el atuendo diseñado para la Madre cuando la actriz que desempeñaba el papel huía!'!. Artaud destacó de Mientras agoni zo la creación de símbolos míticos (como el centauro-caballo que Barrault creó imitando simultáneamente al animal y a su jinete) , la transferencia de estados emocionales a los espectadores por medio de ritmos respiratorios, el uso del encantamiento y gestos estilizado s para ""A. Pcllcgrin i, o. eit. p. 24 . CL. Derrida . o. cit., p. 74 . '" Véase Jean Louis Barrault , Mi vida en el teatro, Fundamentos , Madrid. 1975, p. 197 Y Christopher Innes, Avant Ca rde Theatre. 1892-1992, Routlcdge , Londres, 1993, p. 98 . 100 crear una atmósfera sacra y el reempl azo de la psicología y el drama por ritmos escénicos o por lo que él denominaba la "física del teatro ". Barrault, por su parte , valoraba su obra como un espectáculo "mágico" . Entre las escenas de mayor potencia evocativa destaca la de la muerte de la madre, en la que se creaba un ambiente subyugante por medio de una mímica simbólica y un ritmo ceremonial adaptado al ritmo orgánico establec ido en la secuencia de la muerte real de la madre, cuya respiración era amplificada en una pulsación que llenaba todo el teatro. El propio Barrault describió así la secuencia: "La madre está agonizando . El hijo mayor está fabricando el ataúd. Los silbidos del pecho coinciden con los crujidos de la sierra. Todo el resto de la familia, como una enorme medusa , se contrae y se relaja junto a la madre y al carpintero. Todo el teatro agoniza, ritmo de bomba , ritmo de pulpo, y de repente, en la cima de una respiración; paralización completa . La mano de la madre , que se había alzado como cuando se quiere mirar a lo lejos, vuelve a caer lentamente en medio del silencio, como un nivel de agua que desciende ... la vida se vacía ... el movimiento se prolonga por todo el cuerpo hasta la rigidez cadavérica. Ha muerto"!" . Barrault entabló una estrech a amistad con Artaud, que , sin embargo , no se tradujo en una radicalización de sus planteamientos teatrales. "Con él lo que entró en mi piel fue la metafísica del teatro"!", pero en su práctica , Barrault siguió mucho más de cerca el magisterio de Dullin y de los grandes directores cuyos métodos había conocido a través de él. Si bien es cierto que supo rodearse de creadores de primera fila, como Paul Claudel, André Gide, Robert Desnos, lean Cocteau, Alejo Carpentier, Darius Milhaud o Pierre Boulez y que la calidad de sus producciones es incuestionable , Barrault fue un director ecléctico, que lejos de desarrollar las utopías artaudianas, perfeccionó los esquem as de producción escénica practicados por los directores de los años veinte . Quedan en su haber las célebres escenificaciones de obras de Paul Claudel (con quien compartía una profunda pasión por la cultura oriental), La zapatilla de raso (1943) y Cristobal Colón (1953) y de La Orestiada (1955), donde se combinaba la plástica gestual aprendida de la iconografía griega y apoyada con máscaras con la danza brasileña y africana. Son probablemente los tres mejores ejemplo s de lo que Barrault consideraba su teatro total'" . '" J.L. Barrault , o. cit., p. 105. " ' Ídem, p. 128. '" Véase Christopher Innes, El teatro sagrado . El ritua l y la vanguardia , F.C.E., México. 1982, pp. 132-143. 101 6. Ejercicios de silencio Las tensiones del arte hacia la autonomía , la musicalización de la imagen y la disolución de la palabra en movim iento y en cuerpo, la recuperación de dimensiones cultuales... se enfrentan, tras el traumatismo de la segunda guerra mundial, a la experiencia de la destrucción y de la ruina. A este lado del Atlántico, la musicalización del arte se detiene, la precariedad de la situación de postguerra hace cambiar el sentido del primitivismo de la vanguardia , la palabra vuelve a ser útil, y el drama de las formas parece un juego de niños enfrentado al dram a de la destrucción . La tensión de la esce na hacia la imagen desaparece definiti vamente durante algunos años en Europa. Frente a la búsqueda de la pureza, de la espiritualidad o de la claridad de la máquina, de la ilustración por el montaje , se abre el tiempo de la contaminación, de la dispersión, del relajamiento de la forma . Habrá que resistir el embate de los existencialismos y del absurd o, de la comedia social, del teatro realista..., recup eraciones de esquemas escénicos que la vanguardia histórica había intentado y creído superar. En ese tiempo de dispersión, sin embargo, aparece n aún algunas obras que se esfuerzan en mantener vivo el impulso secreto de la historia, en utilizar el lenguaje mismo como punzón de la historia. Las literaturas de vanguardia, y en especial la expresionista y la surrealista, habían iniciado ya en los años veinte una investigación sobre el lenguaje en la cual la dimensión plástica y sonora de éste eran consideradas incluso por encima de la habitual dimensión semántica y sintáctica . Esta investigación no estaba muy lejana en sus principios , aunque sí mucho en sus realizaciones, de la que por los mismos años llevara a cabo James Joyce en su Ulises y, más tarde , en Finnegans Wake. Joyce había intentado la elaboració n de un lenguaje universal basado en la música-significante de las palabras. No se acepta la pérdida de la relación semántica sin más: se trata de construir otros modos de significar, que se alejan de la convención y de la evidencia, que se extienden más allá de la palabra, a todo el libro , o que se concentran en una letra, sin dejar por ello de existir en ningún caso . La relajación del esfuerzo significante condujo en dos direccio nes: hacia la comedia, que obvia o instrurnentaliza el problema de la no-significación (lo nesco), y 103 hac ia la tragedia (he redera , no obstante, de la ironía de Joyce), que asume el problema y tiende al silencio. "Lo bello es lo inesperado'?" , La proposición de Aragon encierra en cierto modo el programa poético de Ionesco, que hace suya la crítica surrealista al lengu aje y exp lora los caminos abiertos po r el drama surrea lista (Vitrac). La comicidad en Ionesco tiene la misma intención crítica que la de sus colegas realistas Dürrenmatt o Frisch; pero , en tanto éstos recurren a la caricatura y a la farsa , Ionesco opta por cuestionar el medio de comunicación social por exce lencia, el lenguaje verba l, para evidenciar el vacío de las relacione s humanas en la sociedad occidental. El dramatismo de La cantante Calva (1950) es casi accident al: surge de la sorp resa que le produce al autor el encuentro de un diálogo en un curso de inglés en que dos parejas casadas se informa n solemnemente sobre lo que debería ser obvio para ambas'" , No deja de ser interesa nte la fuente: en un curso de idiomas ; se trata de reprod ucir el pro ceso de repetición medi ante el cua l aprende el niño , pero, en este caso , ese proceso de repetició n carece de intención comunicativa . Esta artific ialidad puede ser considerada sintomática de las relaciones comunicativas en genera l. En sus realizaciones escé nicas , la dramaturgia de Ionesco aportó tan poco como la surrealista . El estreno de La cantante Calva corrió a cargo de Nicolas Bataille y, después de diversos experimentos, se optó por respet ar absol utamen te las formas tradi cionales, como si se tratara de una obra seria. Probablemente sean los montajes co nvencionales los que mejor destacan los hallazgos verbales y situac iona les de Ionesco; y es precisamente esta exigencia de convención lo que hace de sus propuestas textos literariamente a considerar , pero escénicamente no interesantes. La cantante calva , que se presenta como "anti-pieza" , es un ejercicio de ironía dentro de la convención de la representación teatral al uso . Algo similar, a pesar de la progresiva atenció n de Ionesco al dispositivo escénico , se puede decir de La lección, Las sillas, etc. Como en el caso de la dramaturgia surrealista, la única alteración real de la tradición consiste en la supresión del personaje , reduc ido a soporte de la palabra, intensificada, acelerada, desencaja da y convertida en único protagonista del conflicto dramático. Cargado de la misma desesperanza , el j uego beckettiano con el lenguaje sí se tradujo en radica lidad teatral. De la última vanguardia, Beckett aprendió el ejercicio de la pobreza y, del mismo modo que Artaud lo puso en práctica identificando espíritu y epidermis, Beckett identificó la vida con la superficie de la palabra. Su decisión de esc ribir en francés tiene en parte este sentido: evi tar las connotac iones, esca par de la casa de las palabras, convertir el lenguaje en un fenómeno de supe rfic ie . Se aspira a la unidad de significa nte y sig nificado: '" L. Aragon y E. Triolet. Oeu vres romane sque s croisées , París, Roben Laffant, 1964. p. 17. cit en H. Béhar, Sobre el teatro dada y surrealista. ed. cit. p. 155. '" M. Esslin. The Theatre of the Absurd , Penguin Books. Londres. (tercera edición. 19RO). 199 1. p. 138. 104 Artaud lo intenta en el cuerpo; Beckett , en la palabra . Si bien el autor irlandés se nutre tanto de l surrealismo como de la obra de Joyce , se des marca de ambos mediante su renu ncia a la universa lidad. Joyce escribía con vocac ión de pleno sentido, por la elaboración de un lenguaje absoluto: "yo - aclara Beckett- escribo porque tengo que esc ribir"!" , Beckett (co mo Brecht , que también renunció a las reso nancias y escri bía palabras que no sig nificaban más allá de su superficie) asume la nueva pobreza, que nada tiene que ver con la pobreza primitivi sta de los vanguardis tas que crecieron en tom o a la prime ra guerra mundial, sino con la pobreza real , física , sin esperanza , de los supervivientes a la segunda guerra . En el abandono del inglés por el francés , sin dud a hay un resto de intención vanguardista / positiva. Pero no se puede dudar de la parte de verdad que encierra su declaración de 1968, cuando afirma haber optado por el francés "para empo brecerse aún más" . La búsqueda de la pobreza es coincidente con la búsqueda de la reducción, que es una for ma de intentar orie ntarse en un período de "decadencia de la cultura occidental" . Invirtiendo la separación original de la luz y las tinieblas, Beckett nos sitúa en un mund o en que el día resulta indiscernible de la noche , en que la repetición es la única acción posible, y la existencia, como el lenguaje , tiende inevi tablemente al vacío'" , " Empleo las pala bras qu e me has enseñado . Si ya no significan nada enséñame otras o deja que me calle" !" . Según H. Pinter hay dos tipos de silencio: "uno , cuando no se dice una sola palabra; otro , cuando qui zás se emplea un torrente de palabras" ?". Beckett somete a sus personajes a la charlatanería , o más bien, los convierte en soportes de un hablar autónomo y sin refere nte, de una voz que viene de fuera, a veces directamente (Eh, l oe), otras , filtrá ndose por boca de los personaje s / actores . En ningún caso tiene el lenguaje una función de comunicación, sin o de oc ulta miento: la catarata de palabras dice y oculta tanto como el silencio: "no querer decir nada, no querer conocer nada, no ser capa z de deci r lo que piensas que quieres deci r, pero no dejar de decir en ningún momento" (Molloy). El lenguaje sirve para manifes tar la desintegración del lenguaj e; las palabras son sonidos ; los personajes, mera voluntad de ex istencia, que sólo puede sostenerse en el recur so a la palabra y la acción insignificante, pero continua . La necesi dad de movimiento y la ausencia de contenidos provocan una ilusión de cambio, una conti nua metamorfosis, que no es más que una continua '" D. Bair, Samuel Becke tt , París, Fayard, 1979. p. 496. '" E. Fischer-Lichte, Geschichte des Dramas . 2 Von der Romantik bis zur Gegenwart, Francke , Stuttgart, 1990. p. 242. ''' S. Bcckett, Fin de par/ida , trad. de Ana M' Moix, Tusquets. Barcelona, 1986. p. 48. ,., H. Pinter, "Writting for the theatre", en Compl ete Work: One, Gra ve Press, Nueva York, 1977. p. 14; c it. en F. García Tortosa "E l silencio en Esperando a Godot": en J. Bargalló y F. García (ed.), Samuel Beckett : Palabra y silencio, CAT, Sevilla, 1991. p. 34. 105 repetición: "Toda la vida las mismas preguntas, las mismas respuestas" . El fin se ide ntifica co n la repetición (Final de partida) y la repetició n anula el futuro y la memo ria (Los días fe lices): "y si algún día la tierra cubriese mis pec hos, ento nces no hab ría visto nunca mis pech os , nadie nunca habría visto mis pechos" !" . Beckett devuelve al drama la capacidad de establecer un tiempo presente y absoluto, a costa de renunc iar a la historia y al proyecto . La carencia de referentes obliga a la resolución de lo humano en la repet ición mecánica del lenguaje y del gesto : el movimie nto de uno y otro es una sucesión de reacciones, que las resistencias van debilitando en un proceso de apagado infinito , similar al que afec tó al mundo cósico , reducido a "ruidos [...] pequeños desmoronamientos , pequeñ os derrumbamient os [...] las cosas" (Los días felices). C on Fi n de partida hab ría c re ad o Be ckett , segú n Ado rno , un ' Kulturmüll', un molino para la trituración de la cultura: personajes reducidos a frag mentos recompuestos, diálogos caren tes de funció n y sentido, repetición insistente de palabras y acció n, como el rodar de la piedra que tritura valores y materiales . El avance del proceso va dejando cada vez menos márgenes a lo nuevo , va aleja ndo el rumor de las cosas y limitando las posibilidades de movimiento . En Los días f elices ese proce so se resuelve de forma plástica , mediante el progresivo enterramiento de Winnie. La insignificancia del discurso coincide con la imp oten cia significante del cuerpo: " [...] Hay tan poco que deci r. (Pausa). Que se dice todo . (Pausa). Todo lo que se puede decir. (Pausa). Solía pensar... (pausa)... digo que solía pensar que aprendería a hablar sola. (Pausa). Qu iero decir co nmigo misma , el desierto" . Se explora n las posibilidades del hablar sin cuerpo . Winnie acaba reducida al rostro . En No yo (1972 ), ya sólo queda rá la boca. La suplantación del cuerpo por el lenguaje implica una destrucción de la inmediatez dramátic a. Beckett lleva a sus últimas co nsecuencias la destrucción del personaje dramático , radicalizando las tentativas de Tzara, Vitrac o Ionesco . Ya no se trata de personajes que hablan palabras que no les pertenecen, sino de figuras que , co mo el narrador de El Innombra ble , oyen sus prop ias palabras como si se tratara del discurso de otro (La última cinta, Eh, l oe) y aparecen condenados a inventarse interlocutores para no estar solos (Cenizas, Compañía). La destrucci ón de lo humano por la destrucción de su cuerpo no es menos radical en las obras sin palabras: la descripción de la acción en los célebres Acto sin palabras / y II es una serie de instrucciones precisas y secas, mediante las cuales el lenguaje impone su ley sobre la imagen y sobre la materia, sin distinción entre lo sonoro y lo visual o entre lo obje tual y lo humano. Ya desde los primeros textos, la descomp osición del personaje result a evidente . Los person ajes son constructos, elaborado s a partir de fragmen tos, '" S . Beckeu . Los días feli ces. ed . bilingüe de Antonia Rod ríguez Gago, Cáted ra, Madrid, 1989 . p. 191 . 106 artefactos ver bales y gestuales extraídos del catálogo de héroes dramátic os (Hamm) y cómicos (Clov) de la tradición europea'". Lo monstruoso de su personalidad está subrayado por las limitaciones físicas, consecuencia de taras y mutilaciones (como si el proceso de construcció n no hubiera podido ser comp letado con éxito) , o de limitaciones externas (pero no sabemos si la parte oculta del cuerpo de Winnie existe o ha existido alguna vez, o si la boca de No yo pertenece o perteneció alguna vez a un cuerpo), La sensación de pulcritud que desprenden las obras de Beckett tiene que ver con esta existencia solitaria de la palabra, que en su concreción y en su repetición se descubre como generadora de eternidad y silencio. La decrepitud , la descompo sición y la muerte, resultan, en las obras de Beckett , limpias. Y ello porque se ha practicado un divorcio absoluto entre palabra y organismo . "La naturaleza nos ha olvidado " -se queja Hamm . "La naturaleza ya no existe"sentencia Clov. " ¡No exis te la naturaleza! -exclama Hamm- ¡Qué exage ración" . Y Clov matiza : "En los alrededores" . La pérdida de la naturaleza es algo más que la esc isión cuerpo / esp íritu. Es la escisión naturaleza / lenguaje. El individuo ha desaparecido. No sabe dónde situarse, Se encuentra extraño en el cuerpo. Pero también se encuentra extraño en el lenguaje , pues tanto el cuerpo como el lenguaje refieren únicamente a sí mismos. Situarse en el lenguaje es anular lo humano . Pero lo mismo sucede situándose en el cuerpo. Lo único que queda es la vía ascética, el camino hacia la nada, la liberación tanto del cuerp o como del lenguaje . "Es taré allí, en el viejo refugio , solo , frente al silencio y... (vacila)... la inercia. Si pudiera callarme, y quedarme tranquil o , acabaría con el sonido , y con el movimiento" !" . La ascesis no se cumple en el eje rcicio de la escri tura, sino en el de la esce nificación. Esto da lugar a una atención cada vez mayor a la realiz ación escé nica, que se traduce en primer lugar en el mismo proceso de escritura. Si Esperando a Godot puede caracterizarse en su superficie como un texto dramático convenciona l, Los días f elices o buena parte de los textos breves (Cenizas, Vaivén, Comedia, Pasos, Impromptu de Ohio, Qué dónde y Catástrofe) codifican simultáneame nte lo verbal y lo gestual, incluyendo en algunos casos indicaci on e s preci sas sob re e l espaci o, la ilumi naci ón, e tc., de modo que, paradójicamente , el destruct or de lo corporal llega a un tipo de partitura escénica que R. Salvat com para a los proyectos de escritura je roglífica soñados por Artaud. Lo que en cualquier caso resulta evidente es la sustitución del texto dramático tradicional por un texto representacional'" . Beckett da así un paso más '" E. Fischer. o. cit., p. 245 -246 . Cf .. Salvat, "Aportaciones del teatro de S. Beckett", en J. Bargalló y F. García (cd.) , o . c it., p. J 27 ; A. Rodr íguez Ga go , " Prese ncia/ Ause ncia de l cu erpo en el últ imo teatro de Sarnuc l Bcckett'' , en A.R .G . )' otros , "B eckett " , en Primer Acto, n" 206. noviem bre-diciem bre , 1984 , p. 18. "' s. Beckett, Fin de part ida , ed . cit.. p. 69 . '" R. Salvar, o . cit., p. 129. 107 allá en la dire cción que marcó al empezar a escribir en francés, buscando un total des ligamento de lo literario , para prac ticar el ejerc icio ascé tico que lleva a la conversió n de la palabra en ges to y de l gesto en silencio. Lógicamente, el desarrollo del texto repres entacional va unido a la prioridad progresiva que Beckett otorgó al eje rcicio escénico sobre el literario y que le llevó a relativi zar co mpletamente el valor de los textos, considerados ahora -como ya hicieran Brecht y los constructivistas- como materiales suje tos a alteraciones y transform aciones en función de la necesidad de la construcc ión escé nica . Y és ta se de sarr oll ab a med iante el es tablecimiento de una es tructura rítmica, a base de movimientos, gestos, sonidos y material verbal, con una atención minuciosa a los detalles y con una insistencia absoluta en la concreción. Beckett coi nc idía co n Brecht en dar a los actores indic aciones es tric tamen te concre tas, relativas a la dicción o a la acció n; pero, a diferencia del brechtiano, el actor de Beckett no ten ía por qué hacer un ejercicio de comprensió n intelectual: tenía que limit arse a actuar, del mismo modo que los textos de Beckett se limitaban a hablar o sus cuad ernos de dirección a medir y cuantificar (en el cuaderno de Los días f elices se establece que Winnie ha de sonreír treinta veces y ha de contar con cinco expresiones de felicidad y ocho de tristeza)!" . Al final , Beckett nos dev uelve a Schopenhauer: la verdad se halla en la inconsciencia; el lenguaje no nos puede llevar a ella, sólo la música o la experiencia ascét ica. Si el arte de la época romántica había optado por la musicalización de los fenóme nos esté ticos, Becket t propond rá la vía de la ascesi s . ' Ascesis' sig nifica renun cia al yo. Esta renun cia, en el caso de Beckett, se produce por una anulación en la obra , y además en una obra cada vez más cargada de silencio . Bair observa la radica lidad con que Beckett asumió el convertir la escritura en la sustancia misma de su vida y cita al autor cuando afirma que "s u ex istencia es apagada y sin interés" y que "los profesore s saben de ella más que yo mismo" . La existencia se resue lve en una escritura que tiende a la acción y al silencio . "Sólo es eficaz el intenso ava nzar de las palabras hasta el núcleo del más Íntimo silencio. No creo que la palabra esté en modo alguno más lejos de lo divino que la acció n real y por ello no es posible llegar hasta lo divino de otra manera que por medi o de sí mismo y de la propia pureza. Tomada en cambi o como medi o, la palabra proli fera indebidamente"!" . Beckett le da la vuelta al surrealismo . El globo de la palabra, hinchado por los surrealistas, que se meten dentro , ha estallado, y sólo qued a el pellejo , con el que nue stro cuerp o se identific a. Pero ya hemo s perdido hasta el cuerpo . La piel es lo interno y lo externo. El ges to se resuelve en sí mismo . Y la palabra en el ges to. Beckett destru ye el cuerpo para convertirlo en gesto . Destruye la ...,A. Rodríguez Gago , "Beckett dirige Beckeu o e l arte de dar forma a la confusión". en Primer AclO n° 233 11 . 1990 , pp. 18-37. "' Benjamin. Briefe , ed. por G . Scholern y Th. W. Adorno, Frankfurt a.M., 1966. vol. l. pp . 126 s. 108 palabra para co nvertirla en gesto . El ges to es un fenómeno de superficie . El ges to es ante todo imagen . El trabaj o fís ico, voca l y mímico se convierte en ges to-imagen . Y se encue ntra así con el trabajo intelec tual, reducido a palabrages to . Encu entro en la superficie . A nulac ión vo luntar ia de la int erior id ad . Ejercic io ascé tico. Eje rcicio trágico . Beckett disfraza la tragedia de comedia . Sab emos que la superficie impenetrable y có mica nos esco nde el dolor y la angustia. Es ilícito hab lar de ellos . Beckett dirá que esta interpretación es incorrecta . Que el habl ar es siempre un hablar sin sentido y por ello mismo cómico . La conciencia de la comicidad lleva al abandono de la idea del trabaj o artístico como una pro gresión hac ia la perfección (hacia la elaboración del drama) y a una opció n por una manipulación de los restos , ajena a toda pretensió n de elaboración de una forma, que ahora se ide ntifica claramente con la rnuerte'" , De la ob ra en progreso joyceana, que suponía una primera anulación de la tensión forma l, se pasa a la escritura de "desperdicios" o de "manchas" de Beckett, que no sólo renuncia a la form a, sino tambi én a la pretensión de un valor artí stico uni ver sal y que se sustenta en la conc iencia de la pobreza, la impotencia y la igno rancia. "A l final de mi obra no queda más que polvo -lo innornbrable-. En mi últim o libro - El Innombrable- hay una compl eta desint egración. Ni 'yo ' , ni ' tener ' , ni ' ser' . Nin gún nomin ativo , ningún acusativo , ningún verbo . No hay manera de continuar" !" . Después de El Innombrable , Beckett escri bió la mayo r parte de su obra teatral. Esto no es una contradicción: la no-continu idad de lo literario se reso lv ía en su opció n por lo escénico . Y cuando la esc ritura escé nica mostró en toda su fuerza la tensión hacia el gesto, el sonido y la image n, Beckett se dedicó a la composic ión de obras para la radio y para la televisión . Pero su brevedad y su contenido seg uían fieles al propósito de renuncia a la forma y a la idea de qu e el arte no tiene la función de ordenar, sino de buscar la forma de acomodar se en el caos. "Me gusta el orden - dice Clov-. Es mi sueño . Un mundo dond e todo estuviera silencioso e inmóv il y cada cosa en su último lugar , bajo el polvo último" . La intenció n de escapar a ese orden , imag inado como ete rnidad y desierto , lleva a la búsqueda de una forma capaz de admitir el caos "y que no pretenda qu e el caos le es ajeno (...] Enco ntrar una forma que acoja la co nfusión, tal es ahora mismo la tarea del artista"!" , La ascesis beckettiana se revela entonces como el anverso de un impulso decidido hacia la co ntaminación. Cuando Beckett esc ribe que uno de sus obje tivos sería la escr itura de una obra que no precisara de actores para su ejecución , '" cr.. Adorno, Teoría estética, Taurus, Madrid . 1980 , pp 49-50 . '" Israel Shenkcr, nota sobre Beckett en New York Times (1956), recogida en Primer Acto, n° 233, 1lI1990, p. 10 . ''' Testimonio de Tom Driver. e n Columbia University Forum, verallo 1961, pp. 2 1-25 , reproducido en Primer 1\clO, n° 233. p. 12. CL. Deidre Bair, o . cit., p. 441. 109 que fuera meramente texto'" , está replanteando el proyecto romántico-expresionista de la supermarioneta, aplicado a la época de los ' rnass-media' , en la que la materialidad de la marioneta puede ser sustituida por la virtualidad de los medios de difusión electro-magnéticos. El texto representacional tiene brillantes exponentes en las obras diseñadas para el medio televisivo (Trío fantasma, ...excepto las nubes..., etc.)!", Pero lo que en general se aprecia en la obra madura de Beckett, una vez destruido lo dramático, lo humano y lo artístico, es la nivelación de los diversos materiales que intervienen en el proceso creativo (aglutinante), la consideración indiferenciada de los elementos como materiales de superficie. Esto abre infinitas posibilidades de juego, tanto con ellos, como con los medios utilizados para su producción , de modo que la actividad dramatúrgica se desliga de su medio tradicional -el teatro- y entra en un espacio de colisión y encuentro con otros lenguajes y con otros medios que contribuyen a la transformación definitiva del concepto mismo de escri tura escénica y refuerzan el acierto del concepto de texto representacional. A principio de los años cuarenta, Beckett manifestó su deseo de crear una " literatura liberada de la palabra" , de rasgar el velo del lenguaje para poder acce der a las cosas - o a la nada- que oc ulta . En 1955 , John Cage presenta 4 '33 ", una pieza para piano sin una sola nota: la ejec ución consiste en tres movimientos de brazos del pianista, que señalan el final y el principio de cada uno de los tiempo s de que se compone la pieza . La música es el silencio, o más bien , la música es el sonido natural (no-intencional) que el silencio intencional nos perm ite escuch ar. John Cage pasa por ser, junto a Marcel Duchamp , el punto de referencia obligado del arte de vanguardia norteamericano. También para el arte escénico . Su intervención en el Black Mountain College en 1952 suele ser considerada como el inicio de lo que muy pronto pasaría a denominarse 'happening' . En el verano de 1948 (año de las primeras exposiciones de los expresionistas abstractos, de la muerte de Artaud, de la publicación del Pequeño Organon , de Brecht, y de la redacción de Esperando a Godot), coinciden en el Black Mountain (Carolina del Norte) John Cage , Merce Cunningham, Willem de Kooning y Buckminster Fuller. Cage dio una serie de conferencias, entre ellas la famosa Def ensa de Satie, y, en colaboración con los anteriores y algunos alumnos, interpretaron una obra de éste, La plaga de la Medusa , una comedia musical de 1913. Doce años antes (y tres después de la fundación del centro), Josef Albers, antiguo profesor de Bauhaus y responsable de la enseñanza artística desde 1933, llamó a Xanti Schawinski para que colaborara con él como profesor. Schawinski ,., M. Blackman, " Mise en form e d'une piéce de Beckett : Play" . en Cahi ers Renaud Barrault, N° 110 . París . Gallim ard, c it. por J. Bargalló , o . cit., p. 22 . '" CL. M. Esslin, o . cit ., pp . 42-43. 110 Xanti Schawinski. Spectodrama. Black Mountain College , Carolina del Norte, 1936. no planteó un curso de teatro, sino un "estudio general de los fenómenos fundamentales: espacio, forma, color, luz, sonido , música , movimiento , tiempo, etc." , que tenía lugar en el escenario por ser en ese momento el mejor laboratorio para la experim ent ación co n esto s fenó menos!" . Play, Life, Illusi on (1936-38) y Danza macabra (prese ntada en el M.o .M.A . en 1938) habían introducido un concepto de teatro independiente de la literatura dramática, que asumía la herencia de la vanguardia europea (Bauhaus), pero que acentuaba el factor interdisciplinar. Schawinski entendió la interdiscipl inariedad de forma tan radical que llegó a defender un "trabajo co njunto de científicos, artistas, economistas, músicos , compositores, psicólogos, ingenieros y soci ólogos"!" . Este barrido de los límites entre los lenguajes artístico s y no artísticos prepara la idea de interdisciplinariedad sos tenida tamb ién por Cage : "Antes teníamos barreras entre las artes [...] Ahora , tenemos una tan maravillosa destrucció n de barreras que su crítica de un happening podría ser una pieza musical o un experimento científico, o un viaje al Japón o también un viaje a su supermercado local"!" , Esta co ntaminació n del terr itorio artístico se traduce en la ",' X. Schawinski, "F ro m the Bau haus to Black Mountain" , en TDR, vol. 12, n° 3a (T-5 1J. vera no 1971 . p. 44 . '" Hay qtle record ar que el Black Mountain era un ce ntro de enseñanza qtle , por sus planteami ento s holísticos, atrajo con el tiem po a gran número de artistas . y llegó a ser co nocido co mo un " lugar secreto para la educació n interdisciplin ar" . Ver M .E. Harris. Tlie Arts al Black Mounta in Coll ege, Thc M IT Press , Camb ridz e (Mass achuscus) y Londr es, 1987 , p. 15ss. ' ~ R . Koste lanetz, Entrevi sta a Jo/m Cage , Anagr ama , Barcelona. 1973, p. 56 . 111 opción por un tipo de espectáculo escénico que permita la mezcla de los medios y que no imponga un modo de recepción definido, sino que mantenga la anarquía como principio organizativo, de modo que cada oyente / espectador oiga o vea lo que él quiera y que cada participante sea libre para alterar o improvisar sobre la partitura o guión . Cage concretó esta idea en el concepto de no-intencionalidad: pues la aspiración del arte es el encuentro con la vida y la vida es básicamente no-intencional, el arte debe practicar la no-intencionalidad. Y Cage lleva esto a sus extremos cuando afirma que su música preferida es la que oímos cuando "sencillamente , nos quedamos quietos" o que, en tanto el teatro es algo que "simplemente asocia la vista y el oído", "se puede incluso considerar como teatro la vida de todos los días'''" . "En el budismo Zen nada es o bueno o malo . O feo o bello ... El arte no debería ser diferente de la vida, sino una acción incluida en la vida . Como toda vida, con sus accidentes, sus casualidades y variedad y desorden y sólo eventualmente belleza" . Con una lectura sobre la doctrina de la mente universal de Huang Po y comentarios sobre el Zen, comenzó John Cage su intervención de 1952 en el Black Mountain College. Los espectadores se sentaron formando tres triángulos y con una taza blanca en la mano . A su alrededor, colgaban las pinturas blancas de Robert Rauschenberg . Después de la lectura de los textos Zen y de algunos fragmentos del maestro Eckhart, Cage interpretó una composición con una radio, a lo cual siguieron los 'time brackets'. Cada ejecutante había recibido un guión con indicación de los tiempos en que debía desarrollar una acción, estar en silencio o inactivo . Nadie conocía la acción del otro (ni siquiera el propio Cage), ni sus tiempo s, de modo que no podía establecerse ninguna causalidad entre las aciones . Simultáneamente, Rauscheberg ponía discos viejos en un gramófono y David Tudor tocaba un piano preparado . Después Tudor se dirigió a dos cubos, pasando agua de uno a otro , mientras Charles Olsen y Mary Caroline Richards leían poesía ; Cunningham y otros bailaban por los pasillos , perseguidos por un perro furioso; en una esquina, Jay Watt tocaba exóticos instrumentos musicales, silbatos, chillidos de niños , y Rauschenberg proyectaba diapositivas abstractas y minisecuencias de cine sobre el techo, mostrando desde la cocina de la escuela hasta la puesta de sol. Al final, cuatro muchachos vestidos de blanco vertían café en las tazas que habían sido distribuidas al inicio . La pieza había durado cuarenta y cinco minutos y Cage declaró que había sido un éxito . y que había cumplido su objetivo: "HACER TEATRO", es decir, "poner todas aquellas cosas juntas, para que la gente pudiese oír y ver" . Cage apuesta por la anarquía , practica una liberación total de la tensión hacia la forma y define como única "fun ción moral" del arte la alteración e ''' Kostelanetz, o. cit. pp. 22 Y50-SI. 112 intensificación de la capacidad perceptiva y la conciencia del mundo material-". Sus planteamientos teatrales (Cage confesó en los años sesenta que el único teatro que le interesaba por entonces era el happening) derivan de esta idea : el teatro es ante todo un fenómeno auditivo-visual (no intelectual); el principio de yuxtaposición y coexistencia destruye cualquier resto de la causalidad dramática; el guión escénico se limita en muchos casos al establecimiento de tiempos, sin especificar el contenido de las acciones; la simultaneidad de acciones en espacios independientes impide la recepción de la totalidad y obliga a la elección del espectador; y, en general, el teatro se desliga de la institución y opta por realizaciones en espacios atípicos , con ejecutantes atípicos (músicos, bailarines, artistas plásticos, aficionados ...) y con esquemas atípicos de producción . Si la idea de teatro de Cage no tuvo demasiada incidencia en los círculo s teatrales profesionales (a excepción de algún grupo independiente como el Living Theatre), sí afectó decisivamente al ámbito de las artes plásticas y de la danza , y abrió un campo de interesantes colaboraciones. Merce Cunningham había trabajado como primer bailarín en la compañía de Martha Graham, figura mítica de la nueva danza norteamericana. Graham había practicado un tipo de danza dramática, basada en el principio "motion from emotion", contra la que pronto reaccionarían bailarines más jóvenes, como Nikolais, Taylor o el propio Cunningham. Se trataba de desmarcarse del estilo narrativo y reducir la danza a su esencia, es decir, a puro movimiento, libre de emoción , sentimiento o pensamiento literario . Las coreografías se elaboraban de acuerdo a criterios abstrac tos, a veces matemáticos, llegando a un nivel de abstracción que recuerda las proféticas reflexiones de Kandinsky sobre la danza del futuro en De lo espiritual en el arte ' 67 .En ellas se anuncia el tratamiento no psicológico de la danza , el rechazo del elemento expresivo y la consideración del bailarín como elemento plástico antes que humano (Nikolais), así como la utilización del movimiento natural y la acción cotidiana como elementos coreográficos (Cunningham)'" . "Se me ocurrió que los bailarines podrían hacer los gestos que hacen ordinariamente . Si éstos eran aceptados como movimientos en la vida diaria, ¿por qué no en el escenario?" . Para Cunningham, como para Cage, las fronteras entre el arte y la vida deben estar abiertas a un tránsito continuo; sobre todo, es importante el abandono de la idea de representación: la obra no representa, es un momento de la realidad . Cunningham y Cage se encontraron en 1939 en la Cornish School of Performing Arts. Compartían el interés por el zen y el orientalismo , y ambos se situaban en una zona margina l en sus respectivos ámbitos. En 1953 se formó la compañía de Cunningham , donde se integraron Cage , David Tudor y Robert ""Ídem. p. 43-44. "" Kandinsky, De lo espiritual en el arte. ed. cit., pp. 106-108. "" er.. J. Roose Evans, Experimental Tlieatre , Routledge, Londres, 1989, pp. 91-100. 113 Rau sch en berg , junto a un di rect or de escen a , cinco bailarines y el propi o Cunningham. "Siem pre pensé que había que atacar o cuestionarlo todo, en todas direcciones. No sé si lo he conseguido , pero sentía que había que plantearse simultáneamente las cuestiones del movimiento, del espacio , del tiempo, de la música, de las artes visuales para, al mismo tiempo , permitir que cada elemento fuera más independiente y fuerte"!". Esta idea define el tipo de relación que se establece entre los creadores: Cunningham le pide a Cage un tiempo de música; Cage toca durante ese tiempo; los bailarines no escuchan la música hasta el momento del ensayo general. En el espectáculo, música y danza funcionan autónomamente; a veces, ni siquiera sus tiempos tienen por qué coincidir. La relación de Cunningham con Rauschenberg y, a partir de 1954, con Jasper Johns, era idéntica a la mantenida con el músico: cada cual hacía su trabajo libremente , sin mutuas subordinaciones, y sólo con limitaciones estrictamente prácticas o técnicas 170 . Por lo que respecta a la estrategia compositiva, Cunningham hace suyas las ideas de Cage sobre la no-intencionalidad y la anarquía: utiliza procedimientos de azar para la ordenación de las frases y de las secuencias, juega con un espacio descentrado, o con multiplicidad de centros y, aplica la disciplina corporal aprendida del Zen a la producción del "schock de la libertad". "En el silencio existen muchas cosas en potencia: caos y orden, confusión o modelo, todo en estado inculto; lo invisible hecho visible es de naturaleza sagrada y, al danzar, Merce Cunningham lucha por un arte sagrado'?" . (des de colla ges infantiles hasta frag me ntos de obras cl ásicas) , Sobre este fondo , intervencio nes puntuales de diversa naturaleza y dimensión (desde recitados de poemas y manifiestos, hasta el exprimir naranjas o manip ular objetos plásticos)!" . Kap row espacializó y puso en movimie nto las ' combine painti ngs ' o 'assemblages' , que desde hacía algunos años venían desarrollando artistas como Rauschenberg , Johns o él mismo , y creó un acontecimiento en el que se acumulaban y combinaban diversos medios artísticos , con una estructura departa mental (tres espacios en seis partes inconexas), que, desarrollando las ideas de Cage, rompía la ca usalidad y la posibilidad de poder apre hender la totalidad (ni siquiera una gran parte) de lo que acontecía . A esto habría que añadir la inclusión del público en la acción, inevitable en la concepció n de la obra como rito-juego, y, consecuentemente, la irrepetibilidad del aconteci miento , Se crea así una dramaturgia de uso , que se agota en la ejecución y que no puede ser completamente codificada, ni tendría sentido hacerlo , pues la atención no está en el resultado (forma), sino exclusivamente en la acción y en la creación de una situación perceptiva alterada. "Recientemente -escribía Susan Sontag en 1962-, ha aparecido en Nueva York un nuevo género de espec táculo, todavía esotér ico . Estos acontecimientos , La revitalización de lo sagrado, o del elemento cultual del arte, es algo que int eresó pr ofund am ente a bail arines (A nn Halp rim ) y crea dores escénic os (Chaikin, Schechner) a partir de finales de los cincuenta y que, sin duda, está presente en las acciones relacionadas con el happening, en cierto modo un intento de producir ritos contemporáneos. En la carta de invitación enviada por A. Kaprow co n motivo de la presentación de 18 happenings en seis partes en la Reuben Gallery de Nueva York, se deja constanc ia de la intención de desmarcarse del ámbito de lo artístico (pintura, escultura, danza o música) y se advierte del carácter participativo del acto: los invitados recibieron por correo bolsas, que contenían papel, madera, fragmentos pintados, figurillas, se les informaba de la existencia de tres habitaciones, "cada una diferente en tamaño y sentimiento" , y de que algunos invitados actuarían también. El aco ntecimiento tenía como base una yuxtaposición de sonidos (proyecta dos media nte altavoces no sincro nizados) , movimientos mecánicos de los ejecutantes (que a veces congelaban su posición) y proyecciones de imágene s '·' Cunningham, cit. en D. Colomé, El indiscreto encanto de la danza, Turner, Madrid , 1989 , p. 41 . David Vaughan, "Mcrcc Cunningham" , en Susan Sontag y otros. Cage -Cunningham-: Johns. Dance rs Plane , Th ames and Hudson, Londres, 1990 , p. 86. croo Cage , en R. Kostclanetz, o. cit., p. 39 , m Peter Brook, El espacio vacio , Penín sula, Barcelona , 1973, p. 79 . 1711 114 Carolee Schneeman y Robert Morrís. S ite . 1964. © Hans Namuth 0 /1 (1 '" Véase una descripció n de tallada en M. de Marinis , El nI/evo teatro, 1947-1970, Paidós, Barcelona. 1987 , p. 65ss, 115 a primera vista, aparentemente un cruce entre exposició n de arte y represe ntación teatral , han reci bido el modesto , y en cierto modo burlón , nombre de happeni ngs . Han tenido por esce nario desvanes, pequeñas galerías de arte, patios y peq ueños teatros, ante públicos de, habitualmente, entre treinta y cien pe:sonas . [...] No transcurren sobre un escenario convencional, sino en un espacio abarrotado de obje tos que puede ser construi do , montado o enco ntrado, o las tres cosas a un tiempo . En es te marco, cierto número de participantes, no actores, ejec utan movimientos y man ipulan obje tos antifónicamente y en co ncie rto con el aco mpañamie nto (a veces) de palabras, sonidos sin palabras , mú sica , luces intermi tentes y olore s. Los happenings no tienen argumento, aunque sí una acción, o , mejó r aún , una serie de acciones y sucesos . Tamb ién ev ita el co ntinu ado disc urso ra cio nal, aunque pued e conten e r pal abras co mo " He lp!" , . . er e diI acqua, " "L ove me " , "c ar " , " O nee , two , three ... " 113 "Voglio un bicchi . Susan Sont ag identificaba además algunos de los rasgos más sorprendentes del nuevo medi o: el tratami ento que se dispensa al públic o , al que en mu ch as ocasiones se agrede , sin atender a su deseo de verlo todo ; el tratamien to del tiempo , lo imprevisible de la duración , que puede osc ilar entre diez y cu arent a y c inco minut os; el método de co mpos ición, basado en la creación de una red asimétrica de sorpresas, sustituye ndo la lógica del arte por la "a- lógica de los sueños" ; la del iberada fungibilidad, la ause ncia de resultado vendible; la preocupac ión por los mater iales, entre los que se inclu ye a las personas, tratada s no como person ajes sino co mo objetos materiales y utili zadas a menu do violentamen te; la relación sensual y no instrume ntal de las personas co n los materi ales ("arroja r pedazos de pan a un cubo de agua, disponer una mesa para una co mida, enro llar una eno rme pantalla formando rizos sobre el sue lo, tender ropa"); la dispersión o amo ntonamien to de los objetos sobre el espac io, co ntraria a la disposic ión de los mismos propi a del teatro ... A partir de este análisis, So ntag cre ía reconocer en el surrea lismo la matriz del happ enin g , co ncretame nte en el principio de collage o yuxtaposic ión rad ical, y, tras refe rirse a Schwi tters y a Si mone de Beauvoir , record aba la lucidez con que Artaud se había ade lantado a las realizaci ones de los sese nta . "Artau d -concluye- muestra la co nexión entre tres rasgos típicos del happ ening : prim ero, su tratami ent o suprapersonal o imperso nal de las pers onas; seg undo, su hincapié en el espec táculo y el sonido y su ind iferenci a respecto de! mundo; tercero , su confesado prop ósito de ag redir al p úblico'?" . En la década de los sese nta, se suce dieron una serie de happenings, obra de artistas plástic os (Kaprow, Jim Din e , Claes Oldenburg, Wh itman), músico s (La Mo nte Young , Ril ey, Higgin gs) , bail ar ine/as y coreógrafo/as (Caro le u Susan Sontag. " Los ' happcnings": un arte de yuxtapos ición radical" . en Contra la interpretaci án ( 196 1-66). trad . de Horac io Vázquez Rial, Alfaguara. Madrid . 1996 . p. 340. '" ídem . p. 352. 116 Schneeman, Yvonne Rainer, Lucinda Childs ...), que tuvieron cierta incide ncia en alg unos creadores de l te at ro radical. Ric hard Sc hec h ner, di rec to r del Performance Gro up y de la revista TDR, defendió las es trategias co ntami nantes del happ ening y del teatro ambiental como vías de aproximación a la vida, utilizando las ca tego rías de ' puro' e 'impuro' para situar los polos antagónicos de ' vida' y 'arte' . El intento de una creación próxi ma a la vida , o inserta en ella , exigía una opción por la impureza. En El obrero sonriente, Jim Dine apa recía vestido con túnica roja, manos y cabeza pintadas de rojo, una boca negra grande, bebía de jarras de pintura mientras pintaba "AMO LO QUE SOY" en un gra n lienzo , antes de verter el resto de la pintu ra sobre su cabeza y sa ltar so bre el lienzo . Olde nburg, en el es pacio de la Filma kers Cinemateq ue, trabajó , junto a Whit mann , sobre el co ntraste en tre la presencia física y la image n: Wh itman proyectaba imáge nes de los ejecutantes sobre ellos mismos, añadiendo luz ultravioleta, que volvía planos los cuerpos, pero que , al mismo tiemp o, los hacía destacar de la pantalla y les deba una apariencia ex traña y fantástica. Robert Rauschenb erg , por su parte , ejec utó Pelícano en 1963: junto a Alex Hay, aparec ió en el esce nar io provisto con patines y moch ilas. Los dos patin adores giraban en tom o a una bailarina en za pati llas de ball et , Carol yn Brown , que ejecutaba lent am ent e un a serie de movimientos. Entonces las mochilas se abría n como paracaídas, lo que retardaba consi dera blemente sus mov imie ntos 175. Precedidos por las antropometrías y el teatro del vacío de Yves Klein o las escu lturas vivas y las acciones de Piero Ma nzon i, el happen ing europeo tuvo dos protago nistas claves: 1.1. Lebe l y Wolf Vostell , a qu ienes hab ría que aña dir la sing ular figura de 1. Beuys. En el "Manifiesto sobre el happ en ing" , hay una mayor incidencia en e! elemen to ex peri encial que en e l elemento perce ptivo, privi leg iado por los neoyorqu inos; se deja se ntir co n más viole ncia la herencia surrealista-artaudiana y tiene más peso la tensión del ar te hacia 10 reli gioso : hay una inte nción ex plíci ta de recu per ar un len gu aje mítico , que es tablezca otros ca uces de relació n entre lo real y lo imaginario , sie ndo la pretensión última, una vez más, la destru cción fin al de la dist inción arte-v ida. El camino haci a e lla pasa por una intensifi cación de la rel ación co n el mundo , que abra nue vos márgen es de libe rtad a la vida psíqu ica del hombre!" . Una deri vaci ón del happ en ing , el Flu xu s, fue introducida en Europa por Maciunas . La sustitució n del objetivo es tético por un obj eti vo soc ial y la as piración a la supresión de la obra de arte y de todo el mercado artís tico asoc iado ", Yvon ne Rainer, cit. en Rosel.e e Goldberg, o . cit., p. 14J. o«..Mani fiesto sobre e l happening" ( 1966). en S. March án, Del art e obj etual al arte de concepto. Akal, Madrid , 1988. p. 39 1. 117 si las c~n.vierte en conc.eptos, que tienen como tema y como forma la barbarie y el ~omm lO . Beuys no mterpr eta el texto ni lo ilustra, no es una parti tura para estimularlo , el texto no maneja ni manipula su co nducta; sin embargo, es material acús tico , un preparado terminado al que Beuys se expone, con el que se ocu pa de diversas maneras y que no puede interiorizar. Repitiendo el texto lo traslada a su esfera, el ámbi to de una espontaneidad tan antiteatral, de una turba ción tan imperturbable , que en otras circunstancias apenas si podría sostenerse en el escenario. Beuys impone contra el teatro , cont ra el espacio tradicional y la fantasía literaria, su arte carente de ficción" 180 . a ella era el centro de la ideología sobre la que se sustentaban sus acciones, y que conectaba con las formul aciones de Beuys sobre el "concepto ampliado de arte" o la "esc ultura socia l"!" , Partiendo de la idea de fluido, se eliminaba toda barrera entre artes figurativas , teatro y música; palabra , sonido y gesto ; actor y público; creador y sociedad; vida y forma... Defendiendo un concepto antropológico de arte, Beuys señalaba la creatividad como facultad común a todos los hombres y postulaba la posibilidad de desarroll arla en cualquier ámbito de la experiencia hum ana, y no sólo en el interior de la institución artística . El arte recuperaba una función chamanística y volvía a entrelazarse íntimamente con la experiencia de la magia y del rito, poniéndose a la esc ucha del "a lma de las cosas" y sirviendo al desarrollo de la creatividad , identificada con la "c iencia de la libertad" . En 1963 , Beuys organizó el primer concierto Fluxus en la Academia de Bell as Artes de Düsseldorf. Se hall aban present es tod as las ce leb ridades de Fluxus. En la primera velada Beuys realizó una Composic ión para 2 músicos; en la siguiente , la Sinfon ía Siberiana, l e' tiempo. "Improv isó un movimiento libre, mezcló luego una pieza de Erik Satie, colgó la liebre jun to a una pizarra, prep aró el piano co n montoncit os de arc illa, hincó en cada uno de ellos una rama, ató luego un alambre desde el piano hasta la liebre y le sacó a la liebre el coraz ón"!" . Para Beuys, sus acc iones eran una espec ie de "j uego silencioso, vuelto hacia sí mismo", que tenían al propio artista como principal destinatario. Esto es muy ev idente en acciones como Coyote: 1 like America and America likes me (1974) : Beuys viajó envuelto en un manto de fieltro de Düsseldorf a Nueva York, y, desde el aeropuerto, fue condu cido en una ambulancia hasta el espacio donde habría de con vivir con un coyo te durante siete días. Allí mantuvo conve rsaciones privada s co n el animal y se comunicó con él a través de los objetos: fie ltro , bastón, guantes , linterna, y el eje mplar diario de Wall Street: "Quería co nce ntrarme só lo en el coyote. Quer ía aislarme con él, no ver de América más que el coyo te... e interc amb iar los papeles con él"179. La comunicació n con los animales (liebre, coyote , caballo...) o la interacción con la materia (fieltro, madera, grasa ...) son constantes en otras acciones de Beuys: Cómo se le explican los cuadros a la liebre muerta (Düsseldorf, 1965), Eu rasia (Co pe nhag ue, 1966) , Corrie nte principal (Da rmstadt, 1967) o Iphigenie/Titus Andronicus (Frankfurt, 1969). Sobre esta última acció n (en la que Beuys, cubierto por su capa de fieltro, recita ante el micrófono fragmentos de Goethe y Shakespeare acompaña do por el ruido de los cascos de un caballo blanco que tras él, co me plácidament e heno), escribió el d ramaturgo Both o Stra uss: " De los contenidos del collage uno sabe ya, si recuerda las dos piezas, Paralelamente al desarrollo del happening, una serie de coreógrafo/as formados, entre otros , con Ann Halprim y Merce Cunningham e igualmente influidos por las ideas de John Cage se lanzaron a una serie de producciones que habrían de marcar el inicio de lo que más tarde fue denominado danza postmoderna'", El términ o ' postmoderna' tenía entonces un sentido puramente temp oral: con él pretendían referirse a un tipo de danza que acontecía después de la danza moderna y no a un estilo filosófica mente ju stificado, como ocurriría una década más tarde . Sin embargo, es posible reconocer algunos rasgos comu nes, que intentaré sintetizar a continuación. Lo más evidente es la intención de desacra lizar la danza, co n el consecuente desprecio de l virtuos ismo; se recurre al movim iento natural (la acció n no distorsionada teatra lmente) como base de la coreografía, lo cual permite la participación de intérpretes sin formación técnica. Esta tensión hacia lo informal desplaza la atención del resultado al proceso, afectando a la estructura misma de las coreografías, que dejan de ser comp osiciones con formas en sentido estricto para constituirse más bien como reglas, instrucciones de improvisación o juegos con formas variables en función de la intervención del intérprete o intérpretes . El bailarín deja, por tanto , de ser un mero ejecutante para ser al mismo tiempo un cuerpo que piensa; esto conduce a una relajació n de la autoría que abre las posibilidades de una nueva danza populista, susceptible de ser utilizada por perso nas o colectivos ajenos a su creado r, así como propicia las colabo raciones (la danza postmodema surgió como obra de un colectivo de personas afines que podían ser alternativamente creadores o intérpretes) . Las colaboraciones se producen con artistas de diversos medios, lo cual dota a la danza postmoderna de un marcado carácter interdi sciplinar, siendo especialmente destacable la atención a la imagen , a los objetos (en muchos casos utilizados como base para improvisaciones) y al espacio. Los espacios de la nueva danza no son los de la danza moderna, sino en muchos casos los mismos del happening, es '" V. H . Sta che lhaus , Joseph Beuys, Parsifal , Barcelona. 1990. pp. 7 1-88; Hor ac io Fcrnand cz , " Descansa en tus heridas" (Dos sier Joscph Beuys), en Creac i án, n"2. Madrid , 1990 . "' H. Stachelhaus. o. cit. p. 147. '''). Beuys , e it. en R.L. Go ldber g , o. cit. , p. 151 . ''' El libro ese nc ial para un co noc imiento ge neral de la da nza postm odern a y la rea lizac ión de sus principales protagoni stas es el de Sa lly Banes , Terpsichore in sneakerr. Post-moder n Dance ( 1977), Wesleyan Universitv Press , Hano vcr. NH. 1987 . - 118 'M B. Strauss, Crítica teatral: las nue vas fronteros , Ged isa , Barce lona , 1989, p. 22. 119 decir, galerías de arte, museos, estudios de artistas o bailarines, tejados, aparcamientos, iglesias, granjas , casas de campo... Por último, conforme al espíritu de la época, la danza postmodema estuvo marcada por la búsqueda de formas de conocimiento no racional y no científico, con un profundo interés por la filosofía oriental sobre la que ya había llamado la atención Cage en su acción de 1952 y que formaría parte nuclear de la teoría estética del músico. Partiendo de la exploración de las posibilidades del propio cuerpo, los creadores de la danza postmoderna, muchos de los cuales trabajaron juntos en el Judson Dance Theater, fueron capaces de desarrollar estructuras dramatúrgicas nuevas, que habrían de condicionar el desarrollo de la danza y el teatro posteriores . Así , Simone Forti hizo del juego infantil su princi pal procedimiento de construcció n dramatúrgica. En Balancín (See Saw) , explotaba las posibilidades de movimiento de este instrumento lúdico, inspirándose en el cual el escultor Robert Morris construyó una estructura anclada a la pared con cuerdas elásticas , con la que el propio Morris e Yvonne Rainer jugaban; después, mientras Robert Morris leía una revista de arte, Rainer ejecutaba una danza improvisada a partir de la impresión de una chaqueta lanzada al suelo por Forti. En Huddle (Montón), probablemente una de las piezas más célebres de Forti, un conjunto de intérpretes amo ntonados en círculos concé ntricos escalaban la piña de cuerpos para bajar por el otro lado, sin orden previo establecido ni más reglas que la de cruzar sobre las espaldas y cabezas de los demás; el resultad o, más que una coreografía, era una especie de escultura en movimiento en torno a la cual podía caminar el público. En los años setenta, Forti buscó sus modelos en el movimiento de los animales, y especialmente en el arrastrarse . Yvonne Rainer, la más prolífica y polémica del Judson Dance Theater, propuso una nueva danza que reorganizara la "presencia objetiva de las cosas" , incluyendo entre las "cosas" al propio cuerpo humano. Su gran aportación a la danza postmodema de los primeros años fue el Trío A, considerado por muchos la "pirueta de la danza postmoderna" . Se trataba, en cambio de una anti-pirueta: una frase de cuatro minutos y medio representada originalmente como una serie de tres solos simultáneos realizados por Yvonne Rainer, Steve Paxton y David Gordon en la Judson Church el !O de enero de 1966 y a la que se dio el nombre de La mente es un músculo, parte l . La frase completa estaba interpretada sin inflexiones, dando la impresión de una superficie llana y sin esfuerzo, a pesar de que muchos de los movimientos requerían tensión y eran bastante complejos. Al carecer de pausas y énfasis, la danza hacía desaparecer al espectador la percepción del peso, del tiempo y el espacio, quedando como único objeto de atención el fluir mismo del movimiento!" . Steve Paxton, por su parte, se interesó también por la dimensión física del movimiento y exploró las posibilidades del cuerpo como máquina física. Del mismo modo que Simone Forti buscó en el juego y más tarde en el movimiento de los animales principios estructuradores de sus danzas, Steve Paxton hizo del caminar uno de los elementos característicos de su creación. Satisfaciendo al amante ( 1967) fue la apoteosis del caminar: se trataba de una danza para un grupo de entre treinta y ochenta personas que cruzaban la escena, parándose o sentándose de acuerdo a una part itura escrita. Paxton utilizó fotografías, documentos históricos o acciones cotidianas como base para otras danzas. Trisha Brown jugó con máquinas dinámicas, como monopatines, cajas con ruedas, automóviles... para establecer la base temporal o incluso espacial de sus coreografías. Interesada por la interacción con el público, hizo a éste partícipe de sus danzas, hasta el punto de cederle la iniciativa en el desarrollo de alguna de ellas (Yellowbelly, 1969). Pero su principal aportación dramatúrgica fue la utilización de la acumulación a partir de 1971 como principio compositivo. Las acumulaciones podían afectar al movimiento del cuerpo (construyendo series de movimientos acumulados: l ; 1,2; 1,2,3; 1,2,3,4; etc.) o al discurso o discursos narrativos pronunciados por la intérprete durante la ejecución de la danza. Por otra parte, las acumulaciones podían ser interpretadas por un número indefinido de ejecutantes y en cualquier espacio. -....=e-'~Ul '- --- J r:: fl --~-- -- r - -- - -1-5::- . Trisha Brown, Pieza de tejados . Nueva York , 1973. © Babette Mangolt e . ''' Véase Sa lly Sanes. o . cit., pp. 44-50 . 120 121 David Gordon, Lucinda Childs, Meredith Monk, Deborah Hay, Douglas Dunn y Kenneth King, en colaboración con los anteriores y con artistas plásticos como Rauschenberg, Jim Dine, Claes Oldenburg o Sol LeWitt, enriquecieron considerablemente el lenguaje de la danza, proyectándola más allá de las fronteras de su medio. Los casos más claros son el de Meredith Monk, cuya dedicación a la música fue previa a la danza y que creó espectáculos interdisciplinares, algunos de ellos en colaboración con quien más tarde sería un importante director escénico, Ping Chong, y el de Lucinda Childs, quien, a pesar de la precisión geométrica y cronométrica de sus coreografías aparentemente herméticas, realizó importantes colaboraciones con Robert Wilson, no sólo como coreógrafa sino también como actriz. Se trata probablemente de un momento fundacional de la danza contemporánea, a partir del cual se abrió una infinita gama de posibilidades, tanto para la danza como para las artes colindantes, entre ellas el teatro. El consciente desdibujamiento de los límites entre los medios, que justifica la aparición del happening y de la danza postmoderna, creó también el espacio adecuado para el surgimiento de un medio nuevo, el 'performance art' o arte de acción, dentro del cual cabría englobar algunas de las realizaciones posteriores de muchos de los artistas comentados hasta ahora. 7. Rein venciones de la tragedia Si los ' Lehrst ücke' cierran la época revolucionaria, las puestas de Brecht en el Berliner Ensemble marcan una de las referencias ineludibles en el panorama teatral europeo de los cincuenta. El Berliner se convierte en centro de atención de las miradas de dramaturgos, directores y actores, que siguen viendo en Brecht al revolucionario de hacía unos años. Brecht había abandonado la revolución; sin embargo, aún aportó alguna enseñanza. La humanidad de Brecht, como dice Brook, estaba más en sus montajes que en sus textos. Y eso era lo más fascinante de él. Pero la humanidad no podía ser codificada. Brecht, consciente de la naturaleza de la obra escénica, intentó mostrar que el modo de transmitirla no podía ser el texto dramático / literario, sino el ' Modell'. El Modelo (texto + fotografía + indicaciones escénicas + documentación dramatúrgica) era el medio menos deforrnante para la comunicación no-escénica del Gesto. Pues, para Brecht, el lenguaje de la escena no era la palabra, ni la acción, sino el Gesto, que contenía a ambas. El Gesto era lo que debía ser transmitido, porque era el Gesto lo que debía ser escenificado. En adelante ya no tendría sentido enfrentarse a la puesta en escena de un texto de Brecht. Sólo sería coherente decir que se esté escenificando a Brecht cuando se está interpretando su Modelo, y, en ese caso, había que estar muy seguro de poder estar a la altura. Por eso renuncia Brook a montar sus obras y Müller afirma que "emplear a Brecht sin criticarlo es traici ón"!" . Porque sólo traicionando se puede hacer aflorar otra humanidad, que ya no la brechtiana. Según Dürrenmatt, la inadecuación del género trágico a la época contemporánea es debida a que nos propone un mundo configurado, en tanto la comedia nos presenta un mundo inacabado y en transforrnaci ón'" . Desde los años veinte, había defendido Brecht la conveniencia de lo cómico por similares razones y sólo en la época revolucionaria había practicado cierta aproximación a lo trágico (La medida). Pero, del mismo modo que las formas convencionales de lonesco parecían contradecir su cinismo subversivo, también las formas cerra''' Brook. en D. Bablet, "con PETER BROO K el largo camino hacia la percepció n". en Pipirijaina , n" 25. abril, 1983. p. 42 ; Müller. "F atzer- Kcuner" , en Tea/ro escogido . Primer Acto . Madrid, 1990, p . 70 . '" F. Dürrenmatl, Theaterprobtcme ( 1954/55), p. 120 . 122 123 das de las obras épicas o las comedias de Dürrenmatt exig ían esce nificaciones poco abiertas a las intervenciones contami nantes que la comedia teóricamente posibil itaba. La cont am inación, en cualquier caso, quedaba reducida al texto. Sin el opt imismo de la vanguardia histórica, los años sesenta se presentan como un período de búsqueda de otros medios de com unicac ión, ya no calificados como nuevos lenguajes, sino co mo instrumentos construidos por la contaminaci ón y la me zcl a de los viejos medi os . En este pro ceso , la dram aturgia épico-dialéctica de Brecht ofrece técnicas para la articulaci ón de un discurso de lo fragmentario, pero , por su retorno a la forma cerr ada (al ' Modell' ) resulta insuficie nte para la elaboración de propuestas radicales o revolucionarias . La ascesis ges tual beckettiana y los procedimi entos aleator ios practicados por el happening ofrecen otros estímulos y vías de acción para una serie de creadores dominados nuevamente por un impulso integrador de los diversos medios, por un abandono de los esquemas habituales de comprensión del trabajo actoral y dramatú rgico y por un intento de recuperar otras formas de comunicación , que tanto el teatro como el arte han perd ido . Ello conll eva una transformación radical de las concepci ones dram atú rgicas trad icion al es, una alt er ación de los esquemas espac io-tempora les, una abolició n o cambio sustancial de la idea de personaje, y, ante todo , una recup eración fuerte de la idea de tragedia. La lucha contra la forma , en este caso concretada como lucha contra el drama , responde a la intenc ión fuertemente revolucionaria que caracteri za a buena parte del arte de vanguardia en los años sesenta. El desprecio de la forma produce el definiti vo de splazamiento (que ya se venía produ ciendo desde la époc a surrea lista) de la intenci ón estética haci a la acción , haci a el elemento experiencia!. La recuperación de la idea de acción frente a la idea de forma, el desplazam iento de sig nificado, dent ro de l concepto de mimesis, de la representación a la acción , marcarían el inicio de un nuevo inten to por superar la herencia de la poét ica aristotélica y recuperar, una vez más, la esenci a de lo trágico que aquélla escondía: si sólo desde la comedia se puede ejercer la crítica, sólo desde la tragedi a es posibl e la revolución (no es casual que La medida sea lo más parec ido a una tragedia dentro de la producción brechti ana). Pasados los años de la postguerra , el pensamiento de Artaud sale nuevamente a la luz. Algunos experimentos ocultos se dan a conocer y surge un movimi ento en el á mb ito de lo esc énico que propone d iv er sas lecturas de la rein vención artaudiana de lo trágico. Es decir, de la lectura de la tragedia más allá de la transform ación aristotélica. Lo fundamental es la recuperación de la mimesi s origin aria , entendida como un eje rcicio corporal con conexiones trascendentes . Este eje rcicio, que prim ariamente puede tener un sentido de liberación estr ictame nte personal, a lo sumo de comu nicació n ya no intersubjetiv a, sino intercorpora l, se co nvierte en un ejercicio de crítica al poder. Los fantasmas 124 que persiguieron a Aristóteles, temeroso de la puesta en peligro del orden establecido, son rescatados por los grupos de vanguardia de los años sese nta, que se lanzan a la elaboración de dramaturgias agresivas cont ra el orden de la co nciencia occid ental a partir de la experiencia del propio cuerp o . Desde el punto de vista de la elaboración arquit ectónica de la pieza, es importante el magisterio de Brecht. No es de extrañar, pues el interés estético se confundía en estos años con el político hasta punto s insospechados. El cruce de Brecht (revolución de la razón) con Artaud (revolución de la locura y del sexo) dio excelentes fruto s. En cualquier caso , lo que se tomó del dram a brecht iano fue la com ponente épica, los recur sos narrati vos introducidos por él de forma programática a partir de 1930: el extrañamiento, el entrar y salir del actor en el personaj e, la inclusi ón de canciones, documentos, imágene s, la manipulación de los textos clásicos, la desvergüen za en el plagio y el montaj e, la dialéctica como modo de relación con el espectador , al que se exige una toma de conciencia y una respuesta, j unto a la definici ón del Gesto como núcle o de la creación escénica . Pero lo que en Brecht son instrumentos de la racionalidad , del drama , en los grupos radicales de los años sese nta son instrumentos de la ' c tredad ", de la revolución, de la traged ia. El recurso dramatú rgico al fragmento y al montaje parecí a la forma más eficaz de situarse entre Brecht y Artaud . Dejando de lado el resurgir de ciertas propue stas naturalist as, la dramaturgia de postguerra en Europa puede estudiarse desde esas categorías : diversos modos de tratar con el fragmento y el montaje. El absurdo, en gra n medida , es un disfrazar el montaj e de fragmentos con apariencia dram ática: se trataba de un eje rcicio de cini smo; denunciar mediante la palabra la falsedad de la palabra, denunciar mediante el teatro la falsedad de lo escé nico. La soc iedad se lo pasó bien , sin dud a, ante esas piezas. Otra dimensión adquiere la técnica de lo frag mentario en el teatro docum ental , especia lmente el alemán. Los texto s parad igm áticos son los de Peter Weiss, desde el famoso Marat-Sade hasta El Proceso o el montaje sobre Vietnam. Aquí lo docu mental invade la superficie de lo dram ático . El dram a se abre y el conflicto se dispersa. Hay un intento de recuperar el teatro com o foro . Y ello a costa de la destruc ción de la clau sura dramática tradiciona!. Sin embargo, no es extraño que el trabajo que más incidencia tuvo fue precisamente el más recl amable desde el ámbito de la ficción cerrada: Marat-Sade, presentado por Peter Brook en 1965. Tanto las dramaturgias del absurdo com o la co media realista, como el drama documental , por exce lentes que fueran algunas de las propu estas escénicas deri vadas de ellas , se siguen inscribi endo en el ámbito de la institución teatral y, por tanto , en una concepció n del teatro como divertimento (por muy serio que éste fuera ) , que co ntrasta con la reaparición de una idea de teatro co mo aco nteci miento de mat riz cultual o religiosa , simultánea a la percibid a en el 125 ámbito de la danza (Ann Halp rim) o de la acción (H. Nitsch , O. Mühl y su Orgías, Misterios, Teatrov". Lo religioso tiene presencia ante todo como modelo de comunicación entre el espec táculo y sus receptores: se tiende a convertir la contemplación de la acción en participación en el acto . La carga religiosa , así como su orien tación , varía según los individuos. En algunos trabajos se limita a la introducción de lenguajes rituales. En otros , afecta a la composición global y a la intención misma del espectácu lo. La religión va siempre enlazada a la recuperación de la capacidad subve rsiva de la tragedia . "Aumentar la co nciencia, poner de relieve el carácter sagrado de la vida y abatir los muro s" , as í definía Juli an Beck en 1968 los obje tivos del Li ving Theatre!" . Fund ado en 1946 por Jud ith Malina (que había estud iado algunos años con Piscator) y Julian Beck (más ligado al mundo de la plástica), el Living se dedica dur ante casi una década a investigaciones de carácter formal (declamación y movimiento) y estilístico en torno a la idea de un teatro poético, que dará paso en la segunda mitad de los cincuenta a una serie de escenificaciones marcadas por los procesos de improvisación y azar (tomados de Cage y el happening) y por la idea de teatro dentro del teatro. La conexión, de Jack Gelber, puede ser considerad a el punto final de este período . Un grupo de heroinómanos esperan al intermediario, la conexión , que les traerá la droga; la espera, esce nificada en clave hiperrealista, carece de acción y provoca al espectador por su lentidud y su prosa ísmo . Como los personajes de Esta noche se improvisa , los heroin óm anos rech azab an sus papel es , murmurando en tono co nspira torio, mirando fija mente al público , y ofrecié ndoles co nfesio nes abruptas , discontinuas y gratuitas expl icando su atracció n por ese estilo de vida. A veces eran filmados por dos cá maras, lo que les obligaban a sonreír artificialm ent e . La esce na, desnud a e iluminada por una bombilla de luz verde, estaba domin ada por un fondo surrea lista pintado por Beck: dos pirámides egipcias en un desierto , rodeadas de palmeras, un cielo turquesa y un ojo Magritte. A un lado , un cuarteto de jazz, cuyos miemb ros tenían libertad para actuar con los actores . De esta interacc ión surge una nueva disposición actoral: "Cuando yo toco el saxo sigo siendo quien soy; no transfiero todo mi ser a otra persona ficticia"!" . El rechazo de la transformación del actor y el manten imiento de la prop ia persona en escena será una de las claves del trabajo posterior del Living y de buena parte del teatro contemporáneo posterior. En el verano de 1958, Mary Caro line Richards había llevado a los directores del Living The atre el texto de El teatro y su doble , de Antonin Artaud , aún inédito en su versión inglesa . La lectura de Artaud produjo una reafirma ción de '" V. B. Strauss, o . cit., p . 35-38 . '" Julian Beck, en Primer Acto, n'' 99. agosto . 1968. p. 16. rs John Tytell , The Living Theatre. Arl. Exile (/11(1Outrage, Gro vc Press, Nueva York, 1995, p. 156. 126 la tendencia hacia el abandono de la conce pción tradicional de lo escé nico y a un entendim iento del teatro como ejercic io de liberación de la " locura funesta" . "Artaud dijo lo que noso tros pensamo s: que la civ ilizació n occidental es bárbara, deshuma nizada " . La crueldad, propuesta como antídoto por Artaud, se traduce sez ún la form ulación de Ju lian Beck , en la necesi dad de " conj urar al , '" monstruo que llevamos dentro" como único medio para "abatir al monstruo exterior" (Frankenstein, en 1965). Tres palabras de Rimbaud, "CAMBIAR LA VIDA" servi rán de lema a la creación de estos años , empeñada en la concil iación de dos reivindicaciones comp lementarias: la exigencia poética de la ' vida verdadera ' y la lucha política contra la explotación y la opresión!" . En el planteami ento de esas dos reivind icaciones está en cierto modo implícita la intenció n de una conciliación de las propuestas de Brecht y las de Artaud , mediadas por las técnicas de com posición aleatorias desarrolladas en los años anteriores . La Prisión , de Kenneth Brown es el texto que les permitirá poner en práctica esas ideas. Brown había recogido en un texto breve, fruto de una experiencia autobiográfica, el desarrollo de una jorn ada en una prisión militar norteameric ana en Japón . El principal hallazgo de Malina, fue el plantear el proceso de ensayos como una recreación de la vivencia de los marines prisioneros, para lo que se recur rió a asumir el Manual del marine como texto base para el establecimiento de un reglamento de ensayos que introducía una rela- Living Teathre. La prisión, de Kenneth Brown, Nueva York, 1963. '" Jean Jacquot , "The Living Th eatre" . en Les votes de 1(/ création théátrale l . C.N .R.S ., París. 1970 , p. \ 81. 127 c ió n de vio le ncia e ntre los propi os ac tores . La fuert e d isci plina co rpora l (Artaud!Meyerho ld) y la inmer sió n vivenc ial en el proceso ga rantizaban la autenticidad de la representación , en que cada golpe asestado sobre el actor-prisionero era realmente sentido por el espec tador, aun cuando entre ambos mediara una alamb rada , que acrecen taba el dolo r y la impotencia , y, por tanto , la provocaci ón. " La Prisión es el Teatro de la Crue ldad . Aquí está la esenc ia del Living Theatre . Es imposible salirse, como de un sueño"!" . Para transmitir la necesidad de libertad no era suficie nte clar ificar las condiciones de la opresión (Brecht), era preciso vivirlas, y vivirlas tambi én en su dimensión oscura (como sueño) . Malin a recurrió a la improv isación y consideró el texto como material no definitivo. Tampoco se enfrentó a la puesta en escena con un cuaderno de dirección definido: " Yo preparo un drama sumergiéndome en sus misterios más que redactand o una serie de precisas notas de dirección". Ya en La conexión, Malina había cre ado una estructura que permitía a los actores imp rovisar versos sin romper la intención del drama. Se trataba de abandonar no sólo la sujeción al texto dramático, sino también al cuaderno de dirección y permitir una integración más profunda de los actores co mo creadores del espectáculo. Esto implicaba una reducción del protagonismo de lo literario y una potenciación del gesto y la imagen . El resultado fue un trabajo artaudiano , según testimonio de Beck , " un espectáculo de pocas palabras, de gestos , de sonidos, de acciones compuestas y rítmicas". En los años anteriores el trabajo con el texto poético se había desarrollado com o un progresivo aleja mie nto de esquemas de co municación intelectuales (Doctor Faust us lights the ligh t , de Gertru de Stein ) hacia una "co nmoc ión de las vísceras", un "asa lto total" al espectado r en el sentido propuesto por Artaud. Entre ambos extremos, quedaba una zona de atención a lo pre-verbal, muy presente en el texto de Paul Goodman El jov en discípulo. En el prefacio a esta obr a, el autor declaraba que había sido su intención poner de relieve "e l estremecimiento, el latido , la respiración afanosa, el estallido de ira" , y se quejaba de la incapacidad de los actores contemporáneos para la ejecución de tales propósito s, al tiempo que proponía una vuelta hacia lo pre-verbal, paralela a la reducción de la pintura al color y la forma. Precisamente esa opción abstractiva, que pasaba por una cesión de protagonismo creativo al actor y un entrenamiento más centrad o en lo físico-vocal que en lo declamatorio , y más en la exploración de lo inconsciente que en la investigación psicológica, fue uno de los pilares del trabajo del Living en los años siguientes. Exiliado en Europa a partir de 1963, el Living se convierte en una comunidad vagabunda, decidid a por la creación colectiva y por la ruptura de las convenciones teatrales, que establece n un espacio para la acción y un espacio para la contemplación. Como otros utopistas de ideologías tan diversas como Appia, Schreyer o Brecht , tambi én Beck formula en estos años el sueño de una época "e n la que el mismo Living Theatre desa parecerá con el desarrollo de esa sociedad que dará vida a otras formas de teatro" . La considerac ión del teatro como un medio para la experiencia de lo otro y la transformación personal se acentúa en un proceso que concluir á el año de la revoluc ión estudiantil con el céleb re Paradise nolV (Paraíso ahora) . El objetivo declarado es para lelo al formulado por Cage y los creadores del happening: ampl iar el ámbito de lo sensible para desa rrollar la capacidad de la conciencia, al tiempo que se tiende a anular la división de funciones actor! espectado r y a "activar la participación en una vivencia común"!" : " Só lo el es ta r juntos - reci tan los ac tores en Misterios (\ 964)- ! impulsa hacia ! la belleza cuya exce lencia y armonía muestran cómo deberán ser las cosas " . En 1965 , estrenan Frankenstein , un espectáculo que recoge las lectura s de Reich y Marcuse y que insiste en la idea de representar la propia violencia en el espacio escénico para evitar su desarrollo en el espacio de la convivencia . El texto juega aquí un papel más importante que en Misterios , pero no se vuelve al teatro de autor: en el programa del estreno se hacía constar que la obra había sido "im aginada y puesta en movimiento por J. Malin a y J. Beck y ejec utada por la com pañía del Living Theatre" . En la comp osición del texto se recurre a la técnica del collage: oraciones en latín, frases o palabras repetidas en distinta s lengua s, ex tractos de libros, palabras sueltas, poemas de Whitm an y de Mao Tse-Tung... En un momento se lee el London Times, con lo que se introduce un elemento aleatorio en el collage; esta lectura alterna con diálogos construidos sobre el modelo del cómic o las películas de ciencia ficció n: " DÉDALO: Yo soy Dédalo el gran Ingeniero. Yo soy el autor de las grandes invenciones y de las hermosas máquin as. Yo he descubierto el arte de volar. ! ÍCARO: Yo soy Ícaro, hijo de Dédalo. Qu iero vo lar. Padre , gra n Ingeni er o , enséñame a vo lar. ! DÉDALO : Es difícil y peligroso . No te acerques demasiado al sol. Pues tus alas se fundir ían"!" . El texto continúa con extractos de El anarquista , de Irvin L. Horowitz, gritos, lucha s, el monólogo extraído de Mary Shelley, que empieza a ser declamado muy laboriosamente, sonido a sonido, remedando el proceso de aprendizaje del mon struo , y acaba con gritos. Evidentemente, la concepción del texto como collage es incompatible con la pervi vencia de personajes: los actores tienen una presenc ia propia en la escena; como ya ocurriera en el happening o en algunas piezas de Beckett, los actores no interpretan , ejec utan; como ya anticipara Brecht en algun os ' Lehrstücke ', los actores no practic an el 'co mo si', son. ""'Raoui Siccalona-Lcvy. " El Living , ahora". en Primer Acto, n'' 135 , agosto 1971 , p. 63-67 I'l l '" Julian Beck, en Primer Acm . n" 99 . agos to. 1968. p. 23 . 128 Jacquot observaque estos diálogos están escritos a partir del modelo del cómic o de las películas de ciencia ficción: J . Jacquot. o . cit., p. 193-203 . 129 La aprox imación más fuerte del Living a Brecht se produce con el montaje de Antígona , de Sófocles, realizado a parti r de la adaptac ión y el Modelo brech tiano (que Malina estudia meticulosamente), pero introduciendo propuestas aprendidas de Artaud. "El esquema de Brecht , viene a decirnos el Living, es válido , pero el hom bre no sólo es una entidad ligada a una estructura y a una disy untiva mora l, sino tambié n dolor, sexo, memoria, violencia"!". Para Beck y Malin a, Antígona ofrece la posibilidad de replantea r el trabajo a partir de textos poéticos, al que se dedicaron en los primeros cincuenta, en un intento de demostrar que la destrucció n de la componente intelectual, denostada por Artaud , no tenía por qué implicar necesariamente la destrucción de lo verbal y lo dramático, "porque posiblemente la palabra es el hecho más grande creado por el hombre". De lo que se trataba era de liberarla de la intelec tualidad y el engaño y redescub rirla en su función poética y mágica, aliada entonces de la subversión y la lucha contra el poder:" . Pero Antígona no se desarrollaba en absoluto como la puesta en escena de un texto poético: la transposición del contenid o dramático en imágenes superaba con mucho lo ilustrativo y generaba un discurso propio , cuya lógica y encadenamiento resulta imposible transcribir en palabras. El espectáculo era una transforma ci ón co ns ta nte de veinte c uer po s en mo vimi ento qu e se ag reg aban, dispersaban, oponían... La poesía no era ya algo excl usivamente dependi ente de la declamación , sino que se transmitía orgánicamente mediante el movimiento y la imagen . Una vez más, el actor no se limita a la interpretación de un personaje , sino que se convierte en soporte orgánico de símbolos y metáfora s y contribuye a la co mposició n dinámica de personajes o mitos supra-individuales'" . La inmers ión del individuo en una acción colectiva llega a su máxima ex pres ión en Para íso Ahora , un espectáculo con un complejo y accid ent ado proceso de creación, que acabó primando sobre el resultado mismo (des pués de una primera fase en Sicilia, hay un periodo de ensayos en París, al aire libre , en una co muna que crecía día a día hasta llegar a varios centenares de personas). En la propuesta final casi no hay texto. La estructura encierra paralelismos con los "tiempos" de Cage, pero también con la de los Misterios. El orden de sucesión de los Misterios está definido , pero el contenido de cada no de ellos se encu entra abierto tanto a la improvisación de los actores como de los espectadores, que intervienen activam ente en el espect áculo . No sólo se asume en el interior del mismo la participación del público, sino incluso el establecimiento de debates y polémicas, a veces violentas , tanto sobre cuestiones político- ideológicas, co mo sobre cuestiones de planteamiento artístico-escénico. La permi sividad que guía el trabajo a nivel ideológico funciona igualm ente a nivel formal. El proyecto seguía siendo el mismo que en La Prisión: cambi ar el mundo , cambiando nuestra propia vida. La radicalidad anti-ilusionista y el fuerte compromiso ex perie ncia l lle vaban a una creac ión que se situaba en los límites de lo artístico , en la encrucijada de lo político y lo religioso . Jerzy Groto wski , atento a los modelos cultuales orientales, plantea su trabajo como un ejerci cio hacia el rito , Los intérpretes son estimulados a part icipar en un ritual de celebración y de transgresión destinado a suscitar en el espectador un efecto catártico. El teatr o es concebido como un lugar de comunicación es piritual y el es pectado r debe acudir a él en busca de ese tipo de comunicación, El teatro es un acto de élite, porque es un acto de amor, un ejercicio de integración , "Aquí observaremos la función terapéutica del teatro para la gente, en nuestra civilización actual" , En el abrirse y desnudarse del actor hay una invitació n al espectador, que hace del teat ro un " acto del más profundo , radical y genuino amor entre dos seres humanos" y que permite nombrarlo co mo "a cto total"!" . La radicalización de esta idea llevará a Grotowski en los años setenta al aban do no de la represe ntació n teatral y a la búsqueda de lo que él denomin ó "e ncuentros", que situaba más allá del teatro y del arte , pue s también el arte acabó mostránd ose como un impedim ento en la lucha por la integración. Desde sus orígenes, la investigación de Grotowski va dirigida hacia la consec ución de una comunicación que las palabras ya no satisfacen, O más bien , que las palabras nunca han satisfecho , Pero en ese momento en que la precariedad de la comunicación social se hace más evidente, aparece la nece sidad de una comunicación a niveles no intelectuale s. La implicación física del espectador por vía de la proximidad y de la indefinición de los límites entre la escena y la sala, y consecuentemente de la ficción y lo real (la tensión y el sufrimiento del actor no pueden fingirse). Junto a la idea del teatro como rito y como tragedia, Grotowski comparte con Artaud y el Living un rechazo de lo intelectual , una opción por lo asociativo. La asociación "e s algo que brota no sólo de la mente, sino también del cuerpo. Es un retorno hacia una memoria concreta. [...] Los recuerd os son siempre reacciones físicas: Es nuestra piel la que no ha olvidado , nuestros ojos los que no han olvidado , Lo que hemos oído puede resonar aún en nuestro interior. Se trata entonces de realizar un acto concreto ..." 196, Grotowski insiste en la no intervención del cerebro. Por eje mplo, en el trabajo co n los resonadores: no se trata de controlar el cuerpo , se trata de hablar con el cuerpo , de que el cuerpo hable y construya , Evidentemente , el privilegio del '" José Monleón . " Oc Brccht al Living" . Primer Acto . n" 9 l . diciembre 1967. p. 39. "' Renzo Casali. "A ntonin Artaud, Living Theatre y neo-capitalismo" , en Primer Acto . n" 9 1. diciembre 1967 . p. 55. ''' V.J. Jacquot. o . cit. . p. 243. 130 '0'.' 1. Grotows ki, " Declarac ión de principios", en Teatro laboratorio , Tusqucts , Barcelona , 1980 p. 40. ''' J . Grotowski, " La co nferencia de Skara" (1966), o. cit , p. 25. 131 cuerpo co mo lugar de acceso a lo espiri tual da preeminencia al actor, frente al aut or dramáti co o el director, para con vert irse en cent ro del trabajo escé nico. Frente a las deformacion es de lo que él ca taloga como teatro intelectual, teatro-di stracción, tea tro-decoració n, teatro-total, Gro towski pro pone abandonar el principio wagneriano de la síntesis de las artes y, en vez de aña dir , suprimir: "¿ Sin qu é puede existir el teatro? ¿Pu ede existir sin vestuario y sin decorados? Sí. ¿Puede ex istir sin j uegos de luz? Sí. ¿Sin texto ? La histor ia del teatro nos lo co nfirma. El texto es un elemento que aparece en plena evo lución del teatro, y no es de los prime ros que aparece . Pero, ¿puede el teatro existir sin el acto r? No con ozco ningún ejemplo"!" . Obviamente , Grotowski prescind e de la consideración de Lo. escena de Craig , los juegos lumínicos de Baila , las escenas plásticas de Kandinsky... Pero tal presc inde ncia está más que j ustificada en cuanto respue sta a la necesidad histórica de ree ncontrar los cauc es de comun icación intersubje tiva : " Podemos , pues , definir el teatro co mo lo que oc urre entre el actor y el espectador" . El texto no es eliminado, pero queda como trampolín. No es en la obra literaria donde reside la parte cre adora del teatro. Su func ión es más bien la de estímulo. El auténtico trabajo creador se ce ntra en torno al cuerpo y la voz del actor. La elaboración de la forma es una eli mi nación de lo superfluo , una eliminación de lo que se resiste al significado . Grotowski la compara co n el trabaj o del es cultor: " utilización co nsciente del martill o y el cince l" . Estudia r un movi mie nto, seg uirlo en su artic ulació n hasta poder obtener un ideog rama. El texto es un ins trumen to para el actor inmerso en ese proce so forma l: " El texto es un instrumento para seccionarse a sí mismo , para analizarse y reco brar el contacto co n los de más". Pero lo import ante es co municar, y lo que Grotowski pretende comuni car resulta en muchos casos inaccesible a la palabra. Una vez más e l tea tro se plant ea como obje tivo la man ifestación de lo inexp resabl e y se encuentra con las limit acion es del teatro co nvencio nal; en este caso, con las limit aciones qu e Grotowski percibe tanto en el natur alismo como en los len gu ajes co rpo rales der ivados de Meyerhold o Dalcroze . Lo inexpresable es el mito , o más bien, el origen del contenido de los mitos a partir de la ex periencia perso nal. Descub rir el fondo oc ulto de nosotros mism os, que es lo que se ex terioriza en los mitos, y manifestarlo sensi blemente mediante un nuevo len guaje . Se aspira entonces a que el actor co nstruya, a base de so nidos y gestos , su propi o lenguaje psicoan alíti co , del mismo modo que el poet a construye el suyo med iante palabr as . He aquí el sentido del entre namiento propu esto por Grotowski: la co nstrucción de un leng uaje teatral artificial, composiciones vocales y físicas ge nerado ras de rep resent aciones que sign ifican no literalmente , sino por vía de la asoc iación y de la ilusión . ''' E. Barba y J. Grotowski, "E I nuevo testamento del teatro" (1964). en J. Grotowski, Hacia un teatro pobre . trad. de Margo Glantz. Siglo XXI. México. 1970 . p. 26 . Grotowski. Apocalipsis COIl fi guras . Wroclaw, J 968. En los presupuestos del trabajo de Grotowski , según recordaba Flasze n en 1967 (en una conferencia pron unciada en París con el título "Después de la vanguardia"), estaba el ir más allá de la literatura. "E l teatro empieza donde acaba la palabra" . Se trataba desde un princi pio de construir un lenguaje que no fuera el de las palabras y que no significara del mismo modo que las palabras. Flaszen recordaba que en el trabajo actoral no había lugar para la intelectualización . El discurso se desarrollaba media nte acciones . Se empleaba "un lenguaje de imágenes y no el lenguaje de llamar a las cosas por sus nombre s". Lo que se buscaba era un lenguaje que co nsistía en una cadena de asoc iaciones, pero que no se referían a la mente , "s ino a la totalidad de nuestro ser"!" . Gro tows ki aclara este punto con un ejem plo contunde nte: al interp retar el papel de Virgen, se puede interpretar la maternidad, y la maternidad es común a las muje res y a las vacas . Hay que desc ubrir el lado desconocido de las cosas . Hay que seguir la investigación del detalle sin detenerse en las conve nciones religiosas, morales o estéticas . Ese proceso de inves tigació n que aspira a raspar lo más profundo del interior ind ividual y colectivo arranca, en el trabajo de Gro towski, de una primera relación con el texto . Co mo el Livin g, Grotowski nunca negó la necesidad de partir de un texto , sí que la puesta en escena se limitara a una ilustración de la palabra . El texto , segú n Gro towsk i, de bía ser un bisturí, para "abrirnos, trasce nde r nuestro yo, descubr ir aquello que está oculto en nosotros e ir hacia los dem ás" y un tram polín que dé impul so al "proceso de provocación al público'?" . '" L. Flaszen. "Convcrsations with Ludwik Flaszen" (recogidas por Eric Forsythc), en Educat íonal Theatre Journal, 1978, vol. 30/3. pp. 30 1-338, pp. 305 Y 3 16. '''''Cf.. M. de Marinis. o. cit., p. 105. 132 133 "A unque nuestro teatro use con frecue ncia textos clásicos, es un teatro contemporáneo porque confronta nuestras raíce s y nuestros estereo tipos actuales, y nos permite co nsiderar nuestro hoy desde la perspectiva de nuestro ayer, y nuestro ayer desde la perspe ctiva de nuestro hoy. Aunque este teatro vaya hasta un lenguaje del gesto y del sonido elemen tales , percep tible más allá del tejido de la palabra, un lenguaje que puede compre nder un hombre que desconozca el idioma en que la represen tación se da , no obstante tal teatro debe ser un teatro nacional, porque se alimen ta de la introspección y está sumido en el super-Yo socia l formado en un clim a nacional definido e inseparable de él'?",La inclinación de Grotowski hacia los textos clásicos se debe, como resulta evidente en el texto anterior, a su interés de profundizar en los contenidos arraigados en la psique de la sociedad, en trabajar con ese conj unto de imáge nes colectivas profundas, que faciliten el proceso de comun icación asociativa pre-verbal: "los mitos, que no son una estructur a del espíritu, sino que son, por así decirlo, heredados a través de la propia sangre, la religión, la cultura y el clima ." Obviamente, co n tales objet ivos , el modo de abordar las obras del pasado com porta un buen grado de transgresión , considerado a veces como traición por los defenso res de lo literal: la destrucción del acade micismo , no obstante, es el único modo de salvar el espírit u. En Akropolis, de Wyspianski , y en Dr. Faust, de Marlowe , el texto se mantiene casi intacto . La intervención se limita a algunas interpo laciones, repeticiones , cam bio s de orden . Pero tales ligeras intervencio nes a nive l tex tual so n compensadas por interve nciones a nivel escé nico que dan orientaciones completamente nuevas a los textos originales. Una vez más encontramos en Grot owski la idea de la partitura. M .K. Byrski, en un artículo sobre "Grotowski y la tradi ción india" ju stifica la elecc ión de Shakuntala (estrenada en diciembre de 1960) por ofrece rse como " una partitura" que podía ser ejec utada co n "abso luta libertad para su instrumentació n" . En efec to , Grotowski habla de una musicalidad escénica , que nada tiene que ver con la musica lizac ión de la escena abstrac ta vanguardista, sino que va asocia da al ritmo de las voces, a la intensi dad del movimiento, a la melodía de la entonación y el gesto ... Una música orgá nica, que enlaza lo verbal y lo cor pora l a través del ritmo, de la altura y de la intensidad . Este tipo de composición musical-orgánica alca nza un mome nto álgido en la elab oración de El príncipe constante en 1965. La com pos ición de El príncipe Constante respeta algunas esce nas del original. Pero en buena parte se trata de una composición nueva . En alg unos cas os , la propuesta dramatúrgica se opone al origi nal. En otros, introdu ce acciones mera mente gest uales o mímicas. Se recom ponen los monólogos y los diálogos. La analogía entre el Príncipe y Cristo, que es, ante todo , un recurso icónico , decide la estructura misma de la composición . 2<JO J . 134 Grotowski, "Actor santo y actor cortesa no" (entrevista de E. Barba). en Teatro laboratorio. ed . cit, p. 69 . El texto de Calderón, en una puesta en escena co nvencional, podría ser interpretado desde diversas opcio nes ideológicas y estéticas, pero Gro tows ki no escenifica el texto de Calderón desde una de esas opciones, compone un nuevo texto, que sólo tiene sentido en func ión de la puesta en escena desarrollad a por él. El texto de Gro towski sin la puesta en escena es un materia l muerto . Por tanto, habrá que co nsiderar que la escritura escénica auténtica se hace directamente en escena . Y que el drama ya no está co ntenido en las palabras que se pron uncian, sino en la acción, desde la que las palabras adqu ieren sentido. Serge Ouaknine muestra en su estudio sobre la escenifi cación de El príncipe Constante el proceso cond ucente a la elaboración del espec táculo'?'. El texto es un punto de partid a co n el cual se elabora un primer guión, en que ya se tiene en cuenta ciertos eleme ntos: persona lidad de los actores, personalidad del actor principal, musicalidad, espacio escénico ... Pero la partitura sólo se establece al final del proceso creativo , en que la elaboración de signos por parte de los actore s y la interacción de los signos actorale s con los signos músico -espacia les son decisivos. El texto original ha sufrido transformaciones sustanciales (para algunos, incluso, esenc iales)?', Pero el texto no consti tuye sino una parte de la partitura, enriq uecida por elementos hallados en el proceso vivido de construcción. El protagonismo de la personalidad de los actores en la reelaboración del texto, hace que la elaboración grotow skiana de la partitura sea algo más que un ejerc icio dra matúrgico en el sentido tradicional y se constituya en creac ión de una nueva obra. Las diferencias entre el guión de Calderón-S lowacki y la creac ión de Grotowski, resumidas por Ouaknine, muestran bien clarame nte lo justificado de considera r la segunda como una nueva obra y su partitura como un nuevo drama'" . En la nueva versión, hay escen as sin pa lab ras, que en la part itu ra se resu el ven como un a descri pc ión de te xtos y acc ión (secuencias 3, 4 , 12, 25 -baile- , 3 1, 33 , 35, 37,4 1). Se int roducen e le me ntos ex tra ños al texto: gritos de rap aces, silbos de páj aro s , ru ido de vie nto, mea culpa, aplausos, risa s, ruid o de botas . La acción y el ges to no siempre correspo nden a la palabra y al soni do , actúa n a veces en cont radicción . En e l tra tamie nto del texto se huye de l modo psicológico conven cion al, y se opta por la intro ducció n de modo s », s. Ouakn ine , " Le Prince Co nstant" , en J. Jacqu ot (ed .), o. cit. , p . 39. ' " E. Bentley considera absurdo que Grotowski se felicite por haber concentrad o en un acto el contenido interno de los tres actos ca lderonianos, pues considera que "s u sentido está indisolublemente ligado a la estructura en tres actos: de otro modo el propio Ca lderón la habría reducido a un acto : era un maestro de l acto único" . Grotowski tomó de Calderó n un contenido que . para él. era el contenido interior. Podría haber tomado el con tenido interior de un cuadro o de una música como punto de partida. Y a partir de ahí construyó una nueva forma , que emplea ba ele mentos de superficie ext raídos del drama-modelo . El resultado. aunque las palabras coincidieran en algunos casos, era un nuevo drama directamente emanado de las necesidades de la escena. Lo importante es el ac ierto del es pectáculo. Si el es pectác ulo era acerta do -como el propio Bentlcy reconocía- ola dramaturgia tamb ién de bía se r ace rtada . Cf .. J . Kumiega. The theatre o] Grotowski , Meth ucn, Londr es y Nueva York . 1985 . p . 77. " .'S . Ouaknine. o. c it., p. 46 . 135 musicales. La presencia de lo musical es tan fuerte, que S. Ouaknine ha llegado a sugerir una interpretación musical de la arquitectura del espect áculo'" . Que la partitura funciona de manera diferente al texto dramático lo muestra también Ouaknine en un segundo cuadro'" . En el texto de CalderónSlowacki (en una puesta tradicional del mismo) la palabra es el soporte de la acci ón , la estructur a del espectáculo sigue la estructura literaria y el papel constituye la estructura del actor. En la propuesta de Grotowski , la partitura es la estructura del espectáculo y del actor (motivaciones, acciones, reacciones, contactos, signos). La partitura psico-física del actor no tiene una estructura literaria, sino orgánica. El espectáculo no es representación de un drama histórico , sino acontecimi ento vivido. Bajo el signo de Artaud, Peter Brook, que en veinte años de dedicación a la escena había dirigido teatro, cine, televisión, ópera y espectáculos musicales, decidi ó fundar en 1962 un Laboratorio de Investigación dentro de la Royal Shakespeare Company. La invitación a Jerzy Grotowski para que trabajara con los actores y la propia experimentación sobre el teatro de la crueldad fueron la base sobre la que Brook construyó dos años más tarde uno de sus montajes más celebrados: Marat -Sade, de Peter Weiss. Brook, apasionado de Shakespeare y desconfiado de un teatro sin autores, encontró en la obra de Weiss el texto idóneo para dar salida a sus investigaciones y proponer una nueva forma, resultante del encuentro de Artaud con Brecht y de Brecht con Beckett. Lo que a Brook le interesaba en el texto de Weiss era la acumulación de los diversos niveles de extrañamiento, su eclecticismo, el choque continuo de los diversos estilos utilizados, la amalgama, la yuxtaposición de lo serio y lo cómico , lo noble y lo popular, lo literario y lo vulgar, lo intelectual y lo físi206 C0 • Esto le permitió montar lo escénico con lo literario sin poner lo uno al servic io de lo otro. Durante los ensayos, Brook se dedicó a establecer conversacio nes sobre la locura: se pidió a los actores que recordaran sus contactos con la locura y que buscaran "i mágenes cinéticas de insania" . Así se fue construyendo el espectáculo como una serie de happenings, separados por diálogos, principalmente entre Sade y Marat. Prescindiendo de la limitación literaria, Brook se apropió del núcleo de la obra, las imáge nes, el lenguaje, las situaciones y las ideas , para iniciar una exploración sobre la violencia por medio de juegos teatrales, esos juegos que el propio Sade habría desarrollado en Charenton. Su propósito: conseguir un teatro inmediato, de perturbación y de shock. Brook no montó la obra de Weiss, utili"" Ídem. p. 1l9. ''' Ídem, p. 125. "" Brook, citado en David Williarns (ed.). Pera Brook: o theatrical casebook, Methuen. Londres. 1988; y P. Brook El espacio vacío, ed . cit. p. 106 . 136 Peter Brook. Orghast, Persépolis (Irán), 1971. zó las ideas contenidas en ella para desarrollar un juego escénico disociado del drama. Es cierto que el texto, por su propia estructura de teatro dentro del teatro y por superponer la acción de dos personajes contradictorios (Marat-Sade), propiciaba la disociación: de tiempos, de espacios, de la acción respecto a la palabra en el caso de los locos, Explotando estas posibilidades, Brook desarrolló un trabajo de creación escénica paralelo e incluso independiente de la estructura dramática, a la cual sólo al final del proceso retomó. Pero la insaciable curiosidad de Peter Brook le llevó a explorar los lenguajes no verbales de muy diversas maneras a partir de entonces. "Hemos olvidado por completo el silencio, incluso nos molesta; [...] y desconocemos que también el silencio está permitido, que también el silencio es bueno.'?" Invitado por Barrault a París, Brook fundó en 1970 el Centro Internacional de Investigación Teatral, convertido en 1974 en Centro Internacional de la Creación Teatral. Su objetivo era la constitución de un grupo internacional de actores a quienes uniera no sólo el trabajo artístico, sino también "un modo de vida común". Con ellos Brook se lanzó a la búsqueda de formas de comunicación inmediatas, prelingüísticas y, por tanto, no condicionadas por la lengua, la cultura o la raza. Se trataba de descubrir "lo que el cuerpo es capaz de asumir,en silencio, a través del gesto, mediante el sonido puro, y sobre la relación posible entre estos elementos y la expresión verbal"?". Para ello, ''' Peler Brook. o. cit .. p. 64 . ' '' P. Brook , en D. Bablet. "co n PETER BROOK el largo camino hacia la percepción" , ed. cit., p. 47. 137 Brook abando nó en tres ocas iones Euro pa . En Irán, es tre nó Orghast ( 197 1), un es pec táculo presen tad o en esce narios naturale s y arqu eológicos y e n el que se partía de la hipótesis de que es posible es tablece r una es pecie de relación funda me ntal en tre un cie rto tipo de sonidos y el efec to físico q ue se quiere obtener. " Lo qu e nos inte resa es com pro bar si un grupo de ac tore s ve nidos de todas partes del mundo pueden ir a una ciudad y encontrar un lenguaje directo, teatral'?". El mito de Kas par Hau ser, en la versión de Peter Handke , sirvió de base para abo rda r desde otra perspect iva el prob lema del lengu aje pre-verbal y al mismo tiempo iniciar la búsqu eda de un públi co no teatral e n París. La preparaci ón de La conf erencia de los pájar os llevó a Brook y sus actores a África: qu ería pract icar "el teatro pur o , del sable y del sol , de la plaza públi ca": se parte de lo concre to , de la materi alid ad de las cosas ; el actor se desli za sobre la alfombra para anim ar la mat eria, investirla de la dimensión de lo imaginario . Despu és de intercambiar experienc ias con Lui s Valdez y su Teatro Campesin o en Estado s Unidos, Bro ok qui so reconciliar lo externo con lo interno y producir un teatro que mantuviera la vitalidad del teatro vivido al aire libre sin por ello renunciar a la enorme herenc ia de la esc ena occidental. La síntesis se produj o en el Th éátre Bouffl es du Nord, un viejo teatr o decimonóni co en el que Brook inscribió, arrebatando la platea a los espec tadores, el es pac io circular de la plaza públi ca , que co nv ivía con la cuadrada caja escé nica del teatro a la italiana . Desde entonces ha co ntinuado produ ciendo espectácul os de tod o tipo , intent and o atraer a públi cos no habituales y manteniendo su voluntad interc ultural e intern acion ali sta , frut o de la cual fue una de sus más ambiciosas produ cciones, la recreación de la epopeya hind ú Mahabarata, en qu e acto res de diversas nacion ali dades y cul turas encarnaba n la narra ción mítica recurrien do a múltipl es lengu as y a diversas técn icas tea trales . Ornitofil ene, uno de los prim eros espectác ulos importantes del Od in, proponía una orga nizació n gro towsk iana del espacio , un recitado violento, cambios bruscos en la expresión física y voca l, constante altern ancia de lo lírico y lo grotesco ... La intel igibil idad de las palab ras se volvía absol utamente sec undaria para permitir el desp lieg ue de una amp lia gama de sonoridades no verbales. Apoy ándose en las ideas de Grotowski , Barba reivindicaba el derecho a utilizar el texto dramático del mismo modo que el poeta utiliza el material semántico acumulado por la civilización. En Kaspariana, espectáculo basado en las improv isacio nes físicas de los actores, inspiradas en el libreto de Ole Sarvi g sobre Kaspa r Hauser, las palabras se aprovechaban más por su potencial sonoro y por las asociaciones que evocaban al co mpararlas con términos de otros idiomas , que por su valor semántico . El método de compos ición era el siguiente: se estableció un guión a partir del texto sobre el cual se improvisaba, siendo los actores libres para utilizar fragmentos verbal es del original. Periódicamente , Ole Sarvig enviaba nuevo s poema s , qu e lo s actores utili zaban y alte raba n . El texto es despoj ado de su preten sión literaria y pue sto en fun ción de la interpretación del acto r y de la riqueza sonora que en él se puede introducir en su recitado/can ción . En el espectáculo, la idea orig inal es de Sar vig , el texto final , de los actores' " , Igualment e interesado por lo intercultural , E. Barba, que permaneció tres años en el Laboratorio de Groto wski en Wrocla w (1961- 64), centró tamb ién su trabajo en la búsqueda de esa co municación que , en la tradici ón del teatro orien tal , se produc e en los momentos de silencio!" . Como ya advirtiera Grotow ski, ese tipo de comunicación sólo puede concernir a unas pocas persona s. Y la radicalidad del compromiso del actor debe ser tal que permit a llegar a lo más profundo de la experiencia propia: el principio citado por Beck, "cambiar la vida" , funciona de forma idéntic a en el seno de la co munidad del Odin Teatr et. En este caso , el cambio de vida pasa por la comun icación con otra s culturas y por el intercambio comunicativo con soc iedades "sin teatro". Odin Teatret. ¡Ve n' Y el día será nuestro . (Con los ind ios Yanomani). 1976 . ''' G . Banu . (cd.), Brook / Les voies de la crdation the átral e XIII . C.N.R.S.. París, 1985. p. 37 n« E. Barba . Más allá de las islas jto tantes , trad. de Ton i COIS. Firpo & Dobal. México. 1987, p. 26. 138 cu Comparar o riginal I texto-acto r en Ch . Aubert. "Kaspariana". en J. Jacquot (ed .). o. cit.. p. 167-169. 139 El proceso de transformación del texto en espectáculo es similar en Ferai ( 1968-69) : se escogen las situaciones esenciales, se concreta la historia, se reconstruye ingenuamente la fábula, sin seguir la articulación literaria. Después de la reducción, com ienza la improvisación. El texto ha sido quebrado, pero también el espectador qu eb rará la superfic ie y la lógica del es pectáculo co n su mirada: "Cuando el autor ha escrito un texto ha construido una esfinge . No conoce el enigma de la esfi nge . Son el director y los actores quienes deben encontrar la solución. En el instante en que lo hacen crean una nueva esfinge , cuyo enigma no pueden descifrar: sólo otros, los espectadores , serán capaces de hacerlo" 212. En definiti va, el trabajo dramatúrgico está supeditado al trabajo del actor, centrado en la exploraci ón de las posibilidades psicofísicas y destinado a la elaboración de un lenguaje capaz de "tocar a los espectadores con la misma inmediatez con la que somos tocados cuando vemos un padre proteger a su hijo, o un hombre matar fríamente a otro en la calle'?" , Se trata de elaborar un lenguaje de la experiencia, que es un lenguaje más al1á de la palabra y de la imagen , cuya aspiración básica es la de propiciar momentos de silencio en que la comunicación inmediata se produzca. La búsqueda de tal comunicación l1evó a una transformación de la idea de repr esentación en las de "v iaje" o " trueque", próximas a la idea de "encuentro" formulada por Grotowski, que sirvieron como horizonte utópico a las actividades de los grupos que en los años sesenta y setenta fueron considerados bajo la denom inación de Tercer Teatro y que Barba caracterizó por la aspiración a convertir la necesidad personal en trabajo y a "s umergirse, como grupo, dentro del círculo de la ficción, para encontrar el coraje de no fingir'?". Compartiendo en gran parte la motivación de Barba, El1en Stewart, junto con Cec ile Guid ote-Álva rez, puso en marcha en Nueva York en 1971 el Instituto de Artes Escénicas del Tercer Mundo (TWITAS), una red interdisciplinar de folkloristas, artis tas , comunicadores y educadores que asp irab an a recopi lar la herencia cultura l del Tercer Mundo y las aportaciones artísticas de las comunidades étnicas minoritari as en Estados Unidos y que desde entonce s fue respon sable de la presentación en Nueva York de espectáculos de todo el mundo . Unos años antes el propio Eugenio Barba había promovido la primera visita a Europa de la compañ ía residente en el Cafe La Mama, dirigido por El1en Stewart, a la vez que ést a organizaba el primer tal1er de Jerzy Grotowski en Nue va York en 1967. Ellen Stewart compartía con Grotowski y Barba la idea de un teatro sin proscenio, en el que la palabra no había de ser el principal vehículo de comunicación. En los primero s años a partir de su fundación en 1963, La Mama estrenó sobre '" Barba. en entrevista con Ingvar Holrn, cit. en F. Taviani. (ed.), Il Iibro dell' Odin, Feltrinclli. Milano, 1981. p. 109. Cf.. F. Maroti, "Entrevista con Eugenio Barba y Torgeir Wethal (Venecia, octubre. 1969). ídem, p. 5. ' '' E. Barba. Más allá de las islas flo tantes. ed. cit., 1'.67 . ,O' E. Barba. o. cit., p. 283. todo obras de autores norteamericanos, como Tom Eyen, Paul Foster, Wil1iam Hoffman , Jean-Claud e van Ital1ie , Megan Therry y Sam Shepa rd, aunque Tom O 'H organ , uno de los directores habitu ales de La Mama, alcanzara ~u mayor éxito con el musical Hair , que estre nó en Broadway en 1967. A partir de este año , la programaci ón se internacio nalizó , no solo grac ias al TWITAS , sino tamb bién a su relación con importante s creadores del teat ro europeo, como Peter Brook o Tadeusz Kantor, que siempre eligieron el escena rio de La Mama en sus visitas a Nueva York. Entre los creado res vinculados de uno u otro modo al Cafe La Mama habrían de figurar: Joseph Chaiki n, Meredith Monk, Kenneth King , Gra nd Union, Richard Schechner, Gerald Thomas, Denis Stoklos, Lee Breuer , Philip Glas, Michael Kirby, Blue Man Troupe , Ping Chong, John Jesurun , John ~~ ~ . . Aunque en principio El1en Stewart no dirigió personalmente los espectaculos que presentaba en su teatro, desempeñó una labor esencial en el ámbit.o de la vanguardia neoyorquino, debido a su habilidad para poner en contacto a artistas d.e diferentes formaciones e incluso de diferentes culturas. Su defensa de la expenmentalidad y de la calidad del teatro alternativo la l1evó a ser l1amada la Gert,rude Stein del Off-Off Broadway. Sin embargo, el1a nunca intentó imponer un estilo o una línea. Simp lemente: buscó ampliar todo lo posible los medios de comunicación entre artistas, público y culturas. "Después de todo -declaró en una ocasión- lo más importante en el teatro es el amor, expresado a través de la co~un~:ación. ~o debería haber barreras de lenguaje que proscribieran esta cornuruc acron . Habn a que encontrar la manera de usar expresivamente el le~guaje y d~ m~strar lo que se quiere decir... No es que pensara que las palabras debieran ser eliminadas . Pero me daba la impresión de que debían ser ampliadas con el movimiento, la danza y las imágenes. El énfasis debía estar en esos elementos tanto como en el texto". Uno de los mo ntaj es e mble mát icos de La Mam a e n los sete nta fu e Fragmentos de una trilogía: Medea, Electra , Muj eres Troyanas , dirig.ido. por Andrei Serban con música de Elisabeth Swedos. La puesta en escena prescindía de la división entre escenario y platea, de modo que el público compartía con los actores el espacio de la acción. Ésta estaba construida rítmicamente, en un intento de alcanzar físicamente al espectador, hasta el punto que la última de las obras de la trilogía fue interpretada íntegramente en griego clásico . La entrega física y emocional de los actores a su trabajo recuperaba esa dimen sión dionisíaca propia de la tragedia antigua que necesariamente envolvía al espectador haciéndole partícipe del nuevo rito. Uno de los directores más afines a La Mama, donde presentó buena parte de sus trabajos, fue Joseph Chaikin , quien también en 1963 fundó el Open Theatre, con quien colaboraron algunos de los dramaturgos arriba citados, pero siempre con textos especialmente escritos para la compañía. Chaikin, que había trabajado con el 141 140 Living, donde había interpretado el papel de Galy-Gay en Hombre por hombre, consideraba que la apropiación de Brecht por parte del Living había sido una de las aportaciones fundamentales de ese grupo a la dramaturgia de vanguardia norteamericana' " . Su grupo fue quizá el más atento a la investigación sobre la nueva escritura escénica, antinaturalista y no psicológica, y sus procesos de creación resultan, por ello, paradigmáticos. viet-Rock fue escrito por Megan Terry a partir de improvisaciones. Algo similar OCULTe con las piezas de Jean-Claude van Itallie, elaboradas en colaboración con Chaikin y mediadas por los ensayos. Sin embargo, las improvisaciones, aunque a veces también eran verbales, iban dirigidas más a la exploración de los recursos del movimiento y del sonido que a la creación del texto o la fábula. En La serpiente después de dos meses de trabajo a base de improvisaciones, se entregaban los materiales a Jean-Claude van Itallie para que elaborara un texto. Se trataba de lograr un equilibrio entre la libertad de expresión y la coherencia formal. El texto resultante no se limitaba a lo literario, sino que incluía ya una descripción de lo que hacían los actores. Los actores volvieron a intervenir sobre ese texto e introdujeron modificaciones, que afectaban en este caso al estilo, y ya no a la estructura. Van Itallie se concebía a sí mismo, más que como un dramaturgo, como el "constructor de una ceremonia" en que las palabras juegan un papel, pero no el dominante. El resultado no es un drama, una forma cerrada, sino la ordenación de una experiencia colectiva, que tiene más bien la forma de un viaje, de celebración de un misterio o de un rito de iniciaci ón'" . A partir de La serpiente los textos de los espectáculos del Open iban firmados colectivamente, al tiempo que la acción política fue cediendo progresivamente a un interés religioso-mística-esotérico, que condujo finalmente a Chaikin al abandono del teatro. Común a gran parte de los grupos de los setenta era su concepción del teatro como modo de vida: en muchos casos los grupos se organizan como comunas y hacen una defensa de la no-profesionalidad como medio de luchar contra la escisión arte-vida. Joseph Chaikin definía el teatro, citando a R. D. Laing, como "una situación en la que una persona pretende ser ella misma, y el arte pretende ser la realidad". Los estilos son diversos, pero en todos hay una voluntad de integración de los diversos medios en torno al trabajo orgánico del actor, que vive la situación casi como un acto religioso, pero con una voluntad decididamente política.La anulación de la distinción entre acción teatral y acción política es simultánea a la disposici ón utópi co-religiosa y a la concepción de lo teatral sobre el modelo comunicativo de la Iglesia, donde el concepto fundamental es el de comunidad. Estos planteami entos, obviamente, obl igan a una transformación de la estructura de producción, que afecta, en primer lugar, a las figuras del autor y del director-demiurgo. Por lo general, los procesos creativos se apoyan en técnicas de '" J. Jacquot, "Th e Scrpent. Création par l' Opcn Thcatrc Ensemble" , en Les mies de la création théatrale l . eN.R.S.. París. 1970. p. 274. "" Ídem. p. 307. 142 improvisación y en la elaboración de materiales por parte de los actores. A esto se une una cierta desconfianza hacia la palabra y el convencimiento de que las ideas importantes sólo pueden ser comunicadas mediante la acción, la emoción o el contacto físico. En cualquier caso, cuando se trabaja con textos, éstos son manipulados por el actor, por el colectivo revolucionario, puestos al servicio de sus intereses y de sus necesidades expresivas. Muy habitualmente se recurre a la contaminación de los mismos mediante documento s ajenos al texto original, canciones, imágenes , materiales improvisados... hasta llegar a resultados muy lejanos al punto de partida, y con una gran carga del colectivo del que surgen. El Performance Group siguió una línea de trabajo coincidente en ciertos aspectos con la del Open y el Living, atento a los ritos orientales y las ceremonias primitivas. Richard Schechner, su director, había trabajado durante un tiempo en el teatro laboratorio de Grotowski, y con él compartió la pasión por los textos clásicos y la libertad en la manipulación de los mismos. Al enfrentarse a Macbeth, los actores colocan las hojas sueltas del texto original sobre el suelo y comienzan a subrayar las frases que les parecen interesantes, al tiempo que discuten los modos posibles de teatralización de las mismas desde una óptica contemporáne a. Schechner, dire ctor al mismo tiempo de Th e Drama Review, orientó decididamente su trabajo investigador en una línea similar a la de Barba y Ellen Stewart, promoviendo la comprensión de las formas representacionales de otras culturas o de otros colectivos no ligados a la institución teatral. Desde el punto de vista dramatúrgico , el trabajo de otros grupos más decididamente entregados a la agitación política resulta menos interesante. La voluntad de un efecto directo sobre un público medio y popular lleva a una reducción de la pretensión artística, y el recurso a viejas fórmulas, como la comedia del arte, el circo, el vodevil, el guiñol... En esta línea trabajan la San Francisco Mime Troupe, el Teatro Campesino, los Pageant Players , The Gut Theatre , el Om Workshop... Los actores crean mediante improvisaciones sus propias secuencias, o bien preparan acciones en zonas de ambigüedad entre la representación y el mitin, o se introducen en espacios cotidianos con el fin de sorpre nder con situaciones casi reales . Ronnie Davis, dir ector de la San Francisco Mime Troupe, describía sus métodos en 1966 por analogía a los de la guerrilla armada, como "productos manejables, transportables y adaptables". Si los grupos anteriormente citados practican una disolución de lo teatral en lo político, el Dancers Workshop, de Ann Halprim, es paradigmático de la disolución de lo teatral en lo religioso y en lo educativo. Para Ann Halprim el crecimiento personal y el crecimiento artístico debían constituir un único proceso, y para eIJ o se recurría al desvelamiento del individuo en el seno de la comunid ad crea tiva del tall er , inclu yend o rit os y cer emon ias más allá de las situaciones vitales auténticas. El trabajo de Halprim , a partir de mitos y en 143 co munidades multirrac iales, tenía como fin propiciar cie rtas transformaciones en las vidas de cada uno de los participantes en el proceso . El arte se transform a en educac ión: "Es toy llegando a ver al artista bajo otra luz, ya no es la figura del héroe solitario, sino más bien un guía que trabaja para evocar el arte que hay en todos nosotros":". Ha lprim comparte la idea beu ysiana del ar tista como charnán, y considera que su función co nsiste en co nseg uir que cada perso na llegue a ser su propio chamá n. En sus últimas der ivacio nes , Halpri m co ncibe la danza como un medio de curación , y estudia la relación de la danza con la auto-curación y la auto-des trucció n. Esta tendencia ascética, que lleva fina lmente a la disoluc ión del arte en la educa ció n (en tendida és ta en el se ntido más amplio) , aca ba , lógicamente , en callejones sin salida. O más bien, se resuel ve en la expe riencia personal de los creadores que ren uncia n a la creación , tal com o sigue siend o entendida por la soc ieda d occide ntal. Su magis ter io , sin embargo , es asu mido por ot ros qu e empre nde n caminos interact ivos. En el caso de los seg uidores de Ann Halpri m: muchos de ellos se integraro n en la realiz ació n de happenings y performances, que en los años sesenta se multiplicaro n, bajo la influencia de Cage y Duchamp . En el caso de los de Grotowski, sus investigaciones, espec ialmen te en el campo de la antropología, volvieron al tea tro, aunque tamb ién de forma mucho más influ yente por la vía de la formación. En cualquier caso, tanto a Beckett como a Grotowski o como a Halprim se de be la espec ia l atenc ión que e l teat ro conte mporáneo sintió por lo que podría llamarse la naturaleza trascendente del ges to. La trascendencia puede llevar a la nada, a la naturaleza, al espíritu o a la muerte . La idea de los creadores de entreg uerras de fija r la part itura de acciones y gestos se ve drásticament e negada y se reivi ndica la inmediatez dé la creac ión sobre la esce na. Esto impl ica la irrepetibilidad de una puesta en escena: e l actor se convierte en ca -autor por la vía de l ges to (visual o sono ro) , que oc ulta una inten sa ca rga de su propia experiencia personal. Esa carga de ex perienc ia que transmite el gesto es lo nocodifi cable. Pero , además, en caso de que el texto exis ta, el diálogo co n el gesto lo transforma hasta tal punto que res ulta ya imposible hablar de una representación del mismo . Si la investigación de lo gestual proyecta en muchos casos la creación más allá de los límites del arte, en los año s sese nta hay otra serie de propuestas que se oc upan de la gestualidad y de la revolución , pero que optan por es trate g ias reteatr al izantes . En 1961 , Peter Schu man n funda e l Bread and Pup pet. Procedente del ámb ito de la plástica (había estudiado esc ultura en Hannover y tra baja do co n tí te re s en Mu nic h , ante s de su llegada a Estados Un ido s) , '" J. Roose-Evans. Exp erime ntal Theutre . Rout lcdgc , Londres, 1989. p. 140 . 144 Schumann estaba en con tacto co n los ambientes del happen ing y conocía bien el trabaj o y las ideas de Cage y Cunning ham . Su aprox imació n al teatro estaba marcada por la idea del mismo como j uego que permite la com binación de los diversos lenguajes. El rechazo de l teatro convencional le llevó al des prec io de los ac tores profesio nales, así como de los circui tos habitu ales de distribució n, prefiriendo el espac io de la ca lle, que permitía la rec uperació n del es pectáculo festivo . Como casi todos los crea dores de su generación, Sch um ann recurrió a las técn icas narr ati vas apr en didas de Brec ht y reinterpretó la práctica del ex traña miento median te el rec urso a la marioneta. Huyendo de cualqu ier tipo de sujeció n al texto , entendió que el teatro debía ser ante todo la manifestación del actor como ser humano , no co ndic ionado ni por la técnica ni por la pala bra ajena. En cuanto al diálogo, Sc humann lo calificaba co mo " uno de los mayo res problemas del teatro de hoy" , en la medida en que el intercambio de frases entre los actores sobre el escenario olvida ba la presencia del espectador , reducido al silencio . Trabajó, pues, co n textos surgidos en el curso de los ensayos, dando en todo mome nto prioridad al gesto, al sonido y al movirniento' ", La formación plástica de Schu mann determinó la estruc tura de sus composiciones. Comentando El grito de la gente po r com ida, B . Strauss escri be: "Es ésa una drama turgia musical de las metamorfosis, de las transiciones sin suturas , de la continuidad jamás interrumpida; de lo co ntrario , el todo se descompondría en partes aisladas, en una historia de cuadros'?" . El espectáculo se co nstruye como un movimiento repetitivo y contrapuntístico de cuadros, que no mantienen una rela ción causal o cro nológica entre sí, remitiendo mucho más a un ambiente en movi miento o a una pintura-escultura viviente que a un desarrollo dramático . Un narrador , prese nte en esce na, va infor mando al público acerca del argumento del espectáculo y dirigiendo su desarrollo . Monleón sit úa el trabajo del Bread and Puppe t en la misma línea de diá logo entre Brec ht y Arta ud. Pero la co ncepción del tea tro com o ju ego y como fiesta (no como rito o como mitin , a pesar de su intenció n política) y la atenció n a la dimensió n plástico-musical del espectáculo , dan al grupo de Schumann un perfil diverso a los anteriormente estudiados y lo aproxima n a otro tipo de propuest as retea tralizantes desarrolladas con temporánea mente en Europa . Decid idament e festivo , el trabajo de Comediants conecta con los intereses plásticos del Bread and Pupp et , aunque desde una posición que se define no desde la ideología po lítica, sino desde la ideología vital, como anárquica . Entre las aportacio nes de Els Comediants a la escena española/europea hab ría que destacar l a recuper ac ión de lo s m itos fe s t ivo s de l a cu l t ura c a tal a"·<Sehumann. en Primer Acto . n" 135. agosto 197 1, p. 22-23 . m B. Strauss. o. eit., p. 27 . 145 na/med iterr ánea (en paralelo a la recuperación reali zada por La Cuadra en el co ntex to anda luz) y la apropiació n de los espacios públicos en un momento histórico en que se produ cía en Espa ña el desmo ntaje de la dictadura y la transició n hacia la democracia . Els Comediants participa en ese proceso reivind icando la calle , la libertad, la anarquía crea tiva, el hedonismo y los signos de ide ntificación de una cultura ador mecida por el régimen fascista. Las ce le braciones de La Cuad ra de Sev illa , dirig ida desde 1971 por Sa lvador Távora fueron de ca rácter menos lúdico y más pasional. Como Els Co median ts , La Cuadra buscó en los ritos del trabajo y de las fiestas popul ares los elementos para unos espectáculos más basados en lo rítmico y lo sensible que en la articulación intelectual. Quej io (1971) Y Los Palos (1976) recurrían a una gestualidad sedimentada en la memoria colectiva , a la capacidad evoc ativa de la mús ica, los efec tos rítmico-corales, la potenci alidad plástica y simbólica de las herramientas de trabajo y la resistencia física de los intérpre tes-trabajadores. Según Sa lvador Távora el eje rcic io dramatúrgico no debería ser prev io a la apari ción de los elementos sensibles, sino posterior, y desarrollarse como una "o rde nación poét ico-dramática de cua ntos elementos de comunicación tengan la capacidad de conmovernos'?" , Esta idea funcionó no sólo para la co nstrucción de montajes origi nales, sino también para la compo sición de espectáculos inspirados en textos literarios, como es el caso de Nanas de espinas (198 1), a partir de García Lar ca . La dimensión celebrativa o festiva se superpone a un decidido eje rcicio de memoria histórica en el espec táculo insignia de uno de los grupos a los que Co med iants se sintieron más próx imos en Europa: 1789, del Théátre du Soleil de París, estrenado en Milán 1970 . A . Mnouchkine lideraba un grupo en régimen de vida co munitaria , que habí a apos tado por un teatro entendido como celebración festiv a y por un proceso de creación basado en la propia creatividad de sus miembros . 1789 se cons truyó con materiales escénicos , sin ningún guión dra mático o narrativo previo más elaborado que la propia historia y recurriendo a una multiplicidad de técnicas teatrales: danza, música, mimo, cuadros vivos, alegorías, narración , títeres, muñecos gigantes, números circenses, fragmentos farsescos, discursos parlamentarios , arengas, ambi entes sonoros ... El recurso dramatúrgico era el siguiente: una com pañía de titiriteros feriantes , pregoneros y agitadores interpre ta lo que sie nte , lo que conoce o lo que le han co ntado sobre los aco nteci mientos históricos o sobre los perso najes importantes . Durante el proceso de ensayos , los actores leían , se documentaban, incluso recibían clases de historia, convertía n el más mínimo acontecimi ento en objet o de estudio. A partir de ahí se pro ponían imp rovisaciones que al final de la jo rnada eran "' Salvador T ávora, " El teatro en el marco de las Artes Contemporáneas" . Primer Acto. n" 237. 199 1. separata. pp. 12·1 7 . 146 mostradas al resto de la compañía. Algunas era n desechad as, otras pasaban a formar parte del material para el espectáculo , que más tarde era sometido a un proceso depuración y composición. Si se leyera el texto de 1789 atendiendo a su calidad literaria y formal, probablemente se desestimaría . Cuando se lee teniendo presente el espec tác ulo y su proceso de constru cción , vuelve a ser un texto fascinante . Pero sólo si se es capa z de revivir la acción . "E l poeta hace visible lo invisible, hace sensible lo olvidado , hace concretas las cosas . El teatro es parecido; yo veo una difere ncia en los medios, nada más. El teatro hace visible el dolor, hace visible el amor, hace visible el miedo , la interrogación, la muerte , el odio , el poder'?" , La poesía tiene sus medios; el teatro los suyos. En general, la voluntad de asumir el protagonismo creativo por parte de quienes realizan directamente el trabajo escé nico sólo admite dos vías: la cola boración directa del dramaturgo en el proceso de creació n o la elaboració n propia del material dramatúrgico , con el consiguiente resentim iento de la calidad literari a. Ello ha dado lugar a constantes críti cas por parte de los autores dram áticos, quejosos del olvido de sus obras. La opción parece clara: en el espectáculo teatral, la calidad de lo escén ico habrá de ante poners e a la ca lida d de lo literario . En un ámb ito más general, la calidad de la experienci a primará sobre la de la forma . '" Declaracio nes de A . Mnouehkine a la revista Fruitx. n" 2/3. París . j unio 1984. volumen dedicado al Th éá rre du Soie il. 147 8. Memorias de la imagen Después del último amago revolucionario en Occidente , se produce un relajamiento de la tensión extra-estética; los creadores vuelven a la interioridad de sus procesos creativo s, sin por ello prescind ir de toda la exper iencia acumulada. El signo de igualdad en la formul ación utópic a 'a rtee vida' se ha transformado en un ' casi' , del mismo modo que la experiencia del presente se hincha con imágenes preñad as tanto de memor ia como de utopía. Frente a la gestualidad orgánica de los años sesenta hay un retorno a la imagen distante y densa, que en cierto modo asume la herencia surrea lista y que se enfrenta nuevamente a otras formas de organizació n de la obra de arte, no tan próximas de lo libertario , y mucho más cargadas de tensión y de anhelo. Desde la fundació n del teatro Cricot 2 en 1955, Kantor había defendido la idea de un teatro autónomo. Según él, el proceso de creación de un espectáculo consiste en un progresivo expandirse la idea hasta provocar la exteriorización inmediata . La idea, que puede surgir de un texto, no tiene por qué estar previamente desarrollada en forma dramática o literariamente articulada . Cuando, a consecuencia de su rechazo de la literatura dramática, a Kantor se le pregunta por Ionesco , Beckett , Ada mov, Pinter, Weiss , Schaeffer..., responde que éstos son literatos metidos a hombres de teatro , que, sin duda, como literatos, son o fueron parte de la vangu ardia, pero que el llamado teatro de vanguardia derivado de ellos no consiguió más que aburrirle?". Kantor alude a la necesidad de crear el espectáculo concretamente sobre la escena , en vez de utilizar los recursos de la escena para materializar una obra anterior. La escena debe desarrollar autónomamente una idea artística. Y para ello el creador debe tener en cuenta lo que Kantor denomina "preexistencia escénica" , es decir, el espacio, los objetos, los actores tienen una existencia previa a la representación, que la ilusión creada durante la representación no puede anular. Un actor no puede ser forzado a la representación de un personaje ilusorio , debe, por el contrario, aparecer en esce na "ca rgado de todo el fascinante bagaje de sus pred ispos iciones y sus destinos" . Lo mismo cabe dec ir de los objetos . ''''1'. Kantor, El teatro de la muerte , ed . por Dcnis Bablct , Ediciones de la Flor. Buenos Aires. 1984 , p. 277 . 149 Será, pues, preciso tener en cuenta tal preexistencia en la elaboración de la ilusión escénica si no se quiere destrui r la vida de la una ni de la otra'" . Com o Art aud , Kantor recurre a la con creción como elemento decisivo del lenguaje escénico: frent e a lo ilusorio de la imagen pictór ica o foto gráfica , la esc ena es capaz de produ cir una realidad tan co ncreta co mo la de la sala: esto es lo que deb e ser perseguido. Pero para ello habrá que renunciar a los factores de ilusionismo habituales en el teatro; el primero de ellos : el psicologismo . La elabora ción de las ideas sobre la con creción y lo ilusorio co nduj eron finalm ente a la formulación del " teatro de la muerte" . Se parte de una primera imagen : el espacio interior de una carp a de circo una vez finalizada la representación; los objetos y los intérpretes siguen ahí, tienen una rea lidad co ncreta; los colores , los trajes y los maqu illajes desdibujan , por un moment o , los límites entre lo real y lo ficticio y entreabren la puerta haci a otr a dim en sión de 10 real ?". Esa misma impresión la intenta reco ger Kantor en la idea de extrañ eza, asoc iada a la consideración de los obj etos en un estado privado de vitalidad biológica , orgá nica y natural. La muerte de los objetos es la condición para la vida de la obr a. La conversión de lo escénico en el lugar de la aparic ión de los muertos convi erte el es pacio de la represent ación en espacio de la mem oria; la acción , en huella de la acción. En ese esp acio, lo insignificante prolifera, se desarrolla, sale una y otr a vez al encuentro . Las im ágenes se van transformando sobre la es cena en una es pecie de ritu al onírico, en un "j uego con sordina" , en un plan o distante, desmateri aliz ado, ex ánime y, en cambio , absolutamente concreto . Aba ndo no de la idea de drama com o abando no de la ide a de forma: el collage como mod elo. Se renuncia a eje rce r la violencia sobre los materiales , materiales que pert enec en a la categoría inferi or , en los que la tradición no ha dep ositado nobleza: despojo s. Pero en los despojo s hay una vida que es preciso mantener, aunque sea en el movimiento de la mem ori a. Se trataba de "conservar todo lo posibl e un estado de fluide z" que permitiera el tránsito indiscriminado de lo trivial y lo importante , los encuentros fugitivos, la aparición de lo inesperado . Kantor, que como arti st a plástico se enco ntraba próximo a la estética informalista, mantuvo siempre una predisp osici ón contraria a la forma cerrada y una voluntad de mantener la libertad de los materi ales y sus pro cesos de transformac ión. " Ya no sospecho, sin o que esto y seguro, de que hoy la forma , al mismo tiempo que su propia fun ción aisladora, ha perd ido su razón de ser'?", El fin del arte no deb e ser el perfeccionamiento de la for ma , sino la liberaci ón de la vida y de los proc esos . De ahí que Kantor confíe en los procedimient os surrealistas y neo-dadaístas: el azar , la intuición, el automatismo, la "' Kantor, o. cit., p. 172 Y 177; cf.. G . Scarp eta , " L' autre scéne", en Ma création, m OIl voyage , Plume , París, 199 1, p . 11. '" "Tade usz Kantor escribe sobre Wielopole. Wielopole" , en Pipirijaina-Textos , n" 19· 20 . oc tubre. 199 I. p. 23. "' T. Kantor, Teatro de la muerte , ed. cit., p. 130. 150 Tadeusz Kantor. Wielopole , Wielopole. Craeovia, 1980. travesur a , lo eq uívoco del sueño, la destrucción , el collage ... Eviden tem ente, el retroce der del artista co mo co nstructor de la forma y su conversión en evocador inclu so testigo, del desen volvimi ent o de las imágenes y de los hechos trae a primer término la preexistencia del obje to y del actor. Kant or otorga una máxi~a imp ortancia al objeto encontrado y, especi alment e , al obj eto pobre e insign if¡ca~te . Pero tamb ién se refiere Kant or al person aje encontrado, qu e surge del s.ueno , co~o ~~ extraño, por muy próximo que en otro mom en to (o en la vigi h.a~ ~aya SIdo" . En La clase muerta se trata, según Kantor, de realizar con preCISIon el enredarse en el sueño: ejecutar las actividades de todo s los días en un espacio encogido, en abso luto des tinado a esas actividades . Las activi dades al principi.o lógi~a.s , c.a~a vez res ultan más ilógic as e incompre nsibles y dan lu~ar a reacciones inju stificad as , como cólera , risa , desespe raci ón , miedo, cru eld ad. Todo se embro lla y de viene incomprensibles". La fluid ez de la composición deb ería tener su correl ato en la di ver sa disp osici ón de l es pac io y en la rel ac ión con el público . Kant or recl am a ese públ ico, se~ tado en torn o a mesas de café, en los locales de jazz, o simplemente, el pu~lIc? de l ~ ca lle , qu e cons tituye "una realid ad aut éntica , viva, opuesta a un auditorio paSIVO, neutro , es tacio nado en las hiler as de but acas de los tea"' T. Kantor (Craco via , 1974). cit. por D. Bablet , "Tadeusz Kantor et le Th éátre Crieot 2", en D. Bablet (ed .), Tadeus: Kantor 1, C.N. R.S., Parí s, 1990 , p. 80 . "' T. Kantor, " Extracto del camet de director de escena" ( 1974) , en D. Bablet, o . cit., p. 92 . 151 tros oficiales" . La sala del teatro Cricot 2 pretendía ser " una prolongación de la calle" . En 1968 , Kantor presenta en Nüremberg La lección de anatomía según Rembrandt , con la colaboración de estudi antes de la Escuela de Bellas Artes . Anteriormente , había realizado series de Embalajes (1962-66) , Happenings Cricotage (1965 -67), el Happening panorámico a la orilla del mar (1967) , y en 1970 participaría en la exposición Happening und Fluxus en Coloni a. En la refle xión sobre el happen ing es importante la atención a las ideas de contaminación y de pobre za. En cierto modo , la dedicación al happening es resultado de una renun cia a la forma , a la composición, a la gran obra de arte , y de una opción por la pobr eza: "E n este caso el reflejo más sano es abandonar el podio sant ificado y ocuparse de acciones desinteresadas al punto de ser ridícul as , íntimas hasta el impud or, dignas de desprecio , condenadas al desdén desde el principio. ! Instintivamente mi observa ción , que pronto se hizo una pasión , se dirigió hacia objetos de categoría inferior"?": Kanto r justifi caba su interés por la silla, la bolsa (el más pobre de los embalajes) o el maniquí, por hallarse muy abaj o en la jerarquía de los objetos: "sólo la realidad más trivi al, los objetos más mode stos y desdeñados son capaces de revelar en una obra de arte su carác ter es pec ífico de obje to" . Para estar a la altura sig nificante del obje to, el actor debía permi tir la degradaci ón de su individualidad e identi ficarse con el resto de obje tos con los que se le amontona, convertirse él mismo en objeto 229 • Pero el happ en ing res ponde tambi én a un interés co ntaminante, que lleva a Kantor a plantear la supresió n de las fronteras rígidas entre las artes , asumiendo un principio de hetero geneidad y de ruptur a procedente directamente de Duc hamp . En la fundación del teatro Cricot 2, ese principio interdisciplinar queda cla ramente dibujado : "El teatro Cricot 2 no es un terreno de experi encias pict óri cas transferidas al esce nario. Es una tentat iva de crear una esfe ra de co mpo rtamiento artís tico libr e y gratuito . En él, todas las lín e as d e de ma rcac ió n co nve ncio na les han s ido su pr im id as"?". Desmarcánd ose de los formalismos y servilismos en los que había derivado el esfuerzo del futurismo y con structivismo soviético por la creación de una plástica esc énica autón oma , Kantor apues ta por una vuelt a a la noción de libertad defendida por el surrealismo en su programa de una "realidad total e indi visib le" , que tenía como primer obstáculo la estructu ra cerrada de la obra de arte y que , exigía, por tanto , una voluntad de interrelación , de contaminación , de impureza , que fuera propi ciando una aproximac ión de la creac ión escénica a la " realidad total" . ''' T . Kantor, Teatro de la muerte , ed . cit, p. 77. '" ídem . p. 44; D. Bablet , o. cit, p. 44 . ' ~ T. Kantor, o. cit. p. 178 . 152 En este planteamiento, el drama sólo puede ser concebido como un acontecimi ento concreto . Result a práct icamente imposible su transcripción o su codificación. Los guiones escénicos de Kantor son descripciones de imáge nes y acciones , que por sí mismas no tienen valor dram ático. Premed itadamente se elimina el elemento literario para que no pueda ser confundido el drama con la escritur a. En la "Descripción de la acción: El loco y la monja", Kantor define el guión en los siguient es términos: "Fabulación o descripción de acontecimi entos que suceden en la obra , y cuyo conocimiento no permite comprender el contenido de la obra" . Kantor no propu gna una elimin ación del texto , sino un modo diverso de aproximación al mismo. Reemplazar la palabra por el gesto se ha convertido ya, según Kantor , en un academicismo. Como advirtiera lulian Beck, no se puede eliminar o degradar el texto, pues ello significaría renunciar a la dimensión intelectual del ser humano , pero también al humor, el riesgo y la crítica. De lo que se trata más bien es de devolver credibilid ad a las palabras, de devolverles vida, integración en la vida: "Si el lenguaje se ha transform ado en una máscara, hay que arrancar esa máscara. [oo.] la intervención del collage y del objeto previo hace que el elemento exterior que puede ser el lenguaje no ofrezca peligro para la autonomía de la obra teatral. ! El teatro, como las otras artes, no deber ía temer la intervención de realidades extrateatrales. ! El teatro, para evolucionar y ser vivo, debe salir de sí mismo -dejar de ser un teatro. No es la literatura quien deb e entrar en el terreno teatral, es e! teatro quien debe asumir los riesgosllegado el caso , ave nturarse fuera de su propi a esfera. Entr ar en el terreno de la literatura'?", Esto es interesante , porque impli ca definitivamente la desaparici ón del drama co mo material literario en rel ación intencional co n lo escénico . Es decir, Kant or propone una reconciliación del teatro con la literatura . Pero no acepta la existencia de una relación privile giada co n la llamada literatura dramática. Es la propia actividad escénica la que puede hacer funcionar determinados materiale s textuales como drama dentro de un espectáculo . Pero no puede exis tir un drama creado previamente a la creación del espect ácul o . Esta idea , compartida por mucho s autores , es la que provoca cada vez con más frec uencia la utilización de materi ales fragme ntarios , sean narrati vos , poét icos o dramáticos , como base o como objetos previos para la construcción de es pec táculos. Se establece entonces un tipo muy diverso de relación con el text o . No basta con desarroll ar físicamente la acción contenida en el texto , no basta con revivir su ilusión. Es prec iso desarmar el texto: para hallar "el torbellino de la acc ión escé nica pur a" , el elemento teatral por excelen cia, hay que desviarse de! camin o estableci do por el enc adenamiento de los hechos '" T. Kantor, o. cit., p. 230 . 153 dramáticos; "se obtiene así una realidad incoherente , susceptible de ser formada libremente" . En el texto de La gallina acuática (1969), un personaje grita a su amante: "Eres la peor de las putas", a continuación dispara, y ella cae muerta. En e! espectáculo de Kantor, el actor pronuncia la frase disociada de la ación, mientras el crimen material se desplaza a otro nivel: tres camareros de café, elegantemente vestidos, al fondo del escenario, cogen de pronto a la mujer y la arrojan a una bañera con agua caliente. Lo único importante es la tensión, si la acción propuesta por e! texto no puede ser traducida como tensión escénica, entonces habrá que sustituirla por otra. Este tipo de desviaciones representan, a juicio de Kantor, "el riesgo más fascinante del teatro'?" , El drama literario es definido por Kantor como "el gran teatro de la imaginación", que no necesita ser materializado, que cumple sus objetivos estéticos en la lectura imaginativa y que, por tanto, no debe empeñarse en tener una relación directa con la creación escénica. Cuando se plantea una puesta en esce na a partir de un texto literario, sea dramático o no, éste debe ser considerado como un objeto previo , que puede ser tratado como material bruto, y utilizar en el espectáculo su contenido fonético, su estructura sintáctica, su arquitectura compositiva, o como acumulación de ideas, que debe entonces entrar en diálogo con la realidad anterior de! actor y del escenario, hasta "que arraigue en ellos y de ellos surja" . En La clase muerta , Kantor conce bía el proceso de creación como una lucha entre la realidad preexistente de! texto literario de Witkiewicz y la realidad autónoma de la escena. Había que estar atento a las dos voces: la voz del drama y la de la acció n escé nica. Ésta se construía autóno mamente como un encadenamiento de secuencias reales, unificadas por una idea (por ejemplo, la idea de viaje) . El nexo entre ambas voces residía únicamente en la tensión. La clase muerta llevaba como subtítulo "una sesión dramática" y en el programa figuraba Stanislaw Ignacy Witkie wicz, autor del texto sobre el que Kantor se había inspirado (Tumor cerebral), como participa nte: "Noso tros no representamos a Witkiewicz, representamos con Witkiewicz" . La idea del autor dramá tico com o compañero es quizá la que mejor resu me la actitud de Kantor had a el texto previo . literatura dramática parece ser una de las estrategias más lúcidas entre quienes pretenden seguir escribiendo para el teatro desde fuera del esce nario. Después de una primera fase dedica da a la exploración de una escritura realista (las Piezas de producció n), derivada de Brecht, Heiner Müller se plantea la necesidad de otro tipo de escrit ura escé nica que transmi ta la inquietud y la disfunción sin el recurso a la distancia y al intelecto . Se trata de romper la clausura del drama : no sólo evitar su encla ustramie nto en la caja escénica (modelo Ibsen), sino incluso el montaje cerrado que se proyec ta sobre el público buscan do una respuesta prefijada (modelo épico) . Lo que se pretende proyectar es un material que no acaba de someterse a la forma, la fragme ntarie dad misma, la inquiet ud misma . Queda al público la tarea de cump lir la configuración o permanecer en el caos de las impresiones. El proceso de descomp osición de la fo rma dr am át ica en la obra de Müller, comienza a mediados de los sesenta, tras su expulsión de la Asociación de Escritores de la ROA y en un momento de recrudecimiento de la política cultural comunista contra toda obra portadora de gér menes "ni hilistas" o "s ubversi vos". En 1966 escri be Philoktet, obra co n la que se inic ia la rev isió n del 'Lehrstück' brechtiano. Lo que a Müller le interesa del 'Le hrstück' es la componente utópica de la forma misma. Brecht se había propuesto la elaboración de materiales literarios que habrían de ser usados por los grupos de aficio nados con una intención primariamente revolucionaria. Esto implicaba un relajamiento de Si el dra ma ha dejado de funcio nar como principio arquitec tónico del espectáculo escénico, será inútil el esfuerzo de construir un texto dramático con una forma que pretenda conservarse a sí misma traducida en escena. Habrá que lanzarse a la creación de propuestas textuales fragme ntarias/abiertas, cargada s de significados, estímulos o dispositivos co nflictuales, capaces de generar un movi miento escénico concreto . La destrucción de lo dramático desde la propia nzT. Kantor, o. cit., p. 231; Franco Quadri, "Con Tadeusz Kantor", en Tadeusz Kantor, ¡Que revienten los artistas'. Cuadernos El público, n" 11 . Madrid. Febrero. 1986. p. 32. 154 Robert Wilson / Heiner Müler. M áquinahaml et . Wupperthal, 1978 . 155 la atención form al, una renuncia a la autoría del producto final, a cambio de la conversión de la obra en un proceso vital, al que el material literario sólo servía de estímulo. Artaud -escribe Müller- "intentaba devolver al teatro una función vital" . La insuficiencia de la estrategia racio nal-constructiva , puesta en evidencia por H. Müller desde dentro del prop io ' Lehrstück' en Mauser (1970) , lleva a la adopción de métodos destructivos, de los que resultan Muerte de Germa nio en Berlín, Ceme nto , Vida del Príncipe Gundlig de Prusi a Su eño Pesadilla Grito de Lessing y, finalment e, Máquinahamlet , La incursión en el territori o del inconsciente , la indagació n de procedim ientos asociativos, la fragmentación violenta del discurso dramático , la evoca ción de imágenes de la zona de sombra, son síntomas de un desplazamiento hacia territ orios dramáticos apuntado s por Beckett, Genet y Artaud. "Lo importante en Artaud -escribe Müller- es que constituye una gran conmoció n" . La referencia a Genet va asociada al "placer de la catástrofe": la existencia sólo está jus tificada por la imposibilidad de ver realizados los sueños. La impo sibil idad de construir un nuevo orden justifica el anhelo de destrucción y de catástrofe, en cuanto apertura del campo utópico: " la destrucción crea el espacio libre para el movimiento"?" . Según Müll er, Máq uina hamlet (1977) surgió como respuesta a la obsesión por Hamlet . Destruir ese complejo obsesivo es el impulso que llevó a la redacción de la obra, descrit a como una reducción al esqueleto, un desgarramiento de carne y superficies "•. La consciencia de que el conflicto hamletiano ya no tiene sentido es simultánea a la conscie ncia de que la forma dramática no puede seguir funcionando. El dram a es restaurador, su función "es contener a la sociedad en sus límites" . Se hacía necesario encontrar una forma que mostrara precisamente la subversió n de los límites . Lo primero que cae es el diálogo ("ya no queda sustancia para un diálogo, porque ya no hay historia"). Pero no para dejar paso a un monólogo , sino a un torrente de imágenes, como en el caso de Kantor , procedentes del espacio de la memoria . No de la memoria subjetiva: de la memoria-máqu ina de la representación dramática. La estructura de la obra es sumamente compleja. En el primer acto pueden distinguirse tres sec uencias , atravesadas por dos niveles. El primer nivel corresponde a la distorsión de la acción y los personajes del drama shakespereano en tres situaciones espacio-temporales diversas. El segundo nivel , en un presente absoluto, muestra el descu brimiento por parte de Hamlet del actor que lo habita y representa, la evocación de las imágenes oscuras del drama y la inverosimilitud del mismo en su infinita repetición. La escisión actor / Hamlet contrasta con la indefinición de los límites persona-personaje en el caso de Ofelia, en el segundo acto, situado en un tiempo indeterminado y en una "habitación enorme" . La disolución y recomposición de los límites alcanza su movimiento más vertiginoso en el tercer acto ("Scherzo"): Hamlet que ingresa en la Universidad de los muert os/cementeri o y decide ex perimentar lo otr o , se traviste como Ofelia y baila con el ángel de la historia. El acto cuarto nos descubre un nuevo espacio: el teatro mismo . Se desarro lla como una sucesión de conflictos que llevan a la transformación de las máscaras del personaje-actor-autor, enfrentado sucesivamente al drama mismo , a la historia (la sublevación popular), la sociedad de bienestar (mentira/aburrimiento), a la inercia del drama como máquina, a la impotencia y a la permanencia de la injusticia (paisaje devastado/época glacial). El acto quinto no resuelve el conflicto: se presenta el empaquetamiento de Ofelia en "ag uas profundas" y en una dimensi ón de eternidad. La fluctuación de los personajes y las personas , de los espacio-tiempos, la yuxtapos ició n de conflictos sin solución, la interpenetración de los dive rsos niveles de realidad, la potencia de las imágenes y de las asociaciones desprendidas del texto hacen imposible una puesta en escena convencional de la obra, que sólo puede ser abordada desde su consideración como un material textual autónomo para ser utilizado en un proceso de compos ición escé nica. Esta idea domina la producción posterior de Müller , que volvió nuevamente a Brecht para rescatar en el material Faizer nuevos modos de luchar contra el producto drama , reivind icando lo inacabado, lo fragmentario, lo procesual como generador de la utop ía necesaria'>. Obras que rec upera ban cie rtas co nvenciones dramáticas, como La misión o Cuarteto alternaro n con obras que se planteaban como estallidos verbales y plásticos: Descripción de un cuadro, Orilla degra dada, Camino de Wolokolamsk. Esta última obra, compuesta de cinco fragmentos independien tes, basados en textos preexistentes, reconcilia el proyecto del ' Lehrstück' con el desbor damiento destructivo de la fase anterior, reform ulando algunos de los procedimientos ensayados en Máquin ahamlet: destrucción de la estructura cronológica , del esquema dialógico, explotación de la voz coral como manifestac ión de la memoria co lec tiva , interca mbiabilidad de los personajes , libr e asociac ión, confusión de personas y tiempos en el espacio del recuerdo... La idea de redu cci ón de la que MülIer habl aba a pr opó sito de M áquinahamlet ha ido cediendo ante la idea de compresión de los materiales: la renuncia a la forma , a la articulación de los materiales conduce a la necesidad de someterlos a presión para mantenerlos unidos, pero también para propiciar su estallido, tanto en el proceso de puesta en escena como en el proceso de recepción. La renun cia a la forma intelectual, a la arquitectura dramática , ha llevado a una preeminencia de lo asociativo y de lo rítmico en el momento de la escritura: lo primero es el ritmo , luego aparecen palabras aisladas, sólo entonces la idea, :'' !1.Müller, Gesammelte lrrtilmer, Verlag der Autorcn, Frankfurt arn Main, 1986. pp. 46. 55 Y59. :."Idern, p. 102. 156 :" H. Müllcr, Explos ion of amemory. Hein er Miiller DDR . Ein Arbeitsburh, Hentrich. Berlín. 1988, p. 141. 157 que , al ser form ulada, es al mismo tiempo superada o relativizada, y se olvida uno de ella'" . Este proced imiento co mpositivo permite la intersección del proceso literario y el escénico en cualqu ier momento y la búsqueda de nuevos elementos a partir de cada uno de ellos . Al mismo tiempo que H. Müller está componiendo sus textos a partir de ritmos , Pina Bausch compone sus coreog rafías a partir de palabras. "Las palabras no son lo mío" , declarab a. Y, en efecto, muy pocas veces aparecen en sus esp ectáculos : fragmentariamente , como ocurrencias aisladas , en muchas ocasiones ni siquie ra se pretende que resulten inteligibles . Sin emb argo , la palabra tiene una función central en su trabajo . Las imágenes de sus espectáculos son imáge nes densas , cargadas de sent ido no unilateral, resultado de un amontonamien to de exper iencias , surgidas de instrucciones verbales transformadas en movimient o . Una vez transform adas, acumuladas, co nde nsadas, las palabras son irreco nocibles, han sido aplastadas por los cuerpos , del mismo modo que los cuerpos so n comprimidos por las palabras en las obras de Müller. Pero están ahí, y podr ían expandirse en múltipl es direcciones, del mismo modo que los textos de Müller pueden estallar en infinitas imáge nes y experiencias orgánicas. La primera fase en el trabajo de Bausch consiste en la formulación de pregunta s a los intérpretes . Se parte de un proceso de comunicación verbal, de reflexión subje tiva . A partir de aquí, se elaboran una serie de consignas verbales, sobre las que se trabaja. He aquí un ejemplo: " Animar. Quitarme las manos de enci ma . Bailar agarrado (dos hombres). Hola , señorita . Juegos sexuales. Aluci nar. Asco. Esperar a alguien. Soy tu quer ido tío. Por favo r, lléveseme. Caray, mira a ése de ahí. Masaje con música . El que quiere, tiene. Mami. Un niño hu érfa no t ien e mied o . Es que, e n real id ad , deb ería dormir más . Preparativos para la pelea. Eje rcicio sobre la prostitución . Comportamientos ante una catástrofe . Sobarse a esco ndidas . [...]"237 . La palabra evoc a el movimiento y garantiza una imagen cargada de experiencia. La palabr a no tiene por qué ser literaria. Podr ía serlo. Lo importante es que sea dramátic a: encierra conflictos no resueltos , una memoria desasosegada. Pero no tiene una forma dramática. La forma la decid e el espectáculo . Pina Bausch comenzó a emplear este método en 1976 para Barba azul, aunque su utilización plena se produjo en los montajes de Renate se marcha y Él la toma de la mano ... (1977) . Esta última obra estaba basada en una tragedia de Shakespeare, Ma cb eth , aunqu e en el espectáculo no apar eci era más que como fábula fragment ada y contada a trozos por una de las actrices. Lo que le interesaba a Pina Bausch era estudiar cómo los juegos de poder representados en Macbeth se reflejaban y reformulaban en la experiencia cotidiana de los actores y los bailarines. En 1980 el método llegó a tal complejidad que apareció directamente en escena, sobre la cual se desvelaba al espectador parte del largo cuestionario del período de ensayos . Las respuestas, minuciosamente anotadas por la directora a lo largo de una larga, y a veces desesperante, fase de trabajo , se suman a materiales extraídos por Pina Bausch de la observación de la vida cotidiana de los intérpretes, propuestas que ellos mismos le presentan o impresiones recibidas durante la fase de construcción del espectáculo. El método de composición es acumulativo: por composición se entiende la selección final de los materiales, el orden en el cual serán presentados, la relación entre imágenes, los enlaces entre las diversas imágenes y acciones; y tal selección no responde más que al criterio personal de la directora'" . A pesar de que los espectáculos surgen de la palabra , resulta imposible devolverlos a ella. "Es difícil hablar sobre el teatro de Pina Bausch --confiesa Meryl Tankard, una de sus actrices- oTiene demasiado que ver con lo que sientes y con tu propia manera de ver las cosas , todo ello no se puede expresar con palabras" . En el teatro de Pina Bausch -escribe Müller- "los cuerpos escriben un texto, que se resiste a la publicación, al encarcelamiento de su significado'?" . Sin Pi na Bau sch . Café Miiler . Wuppertha l, 1978 . ,,. H. Müller, Gesamm elte l rrtiime r, ed. cit., p. 127. '" Raimund Hogue, Pilla Baus ch, Historias de teatro -danta , (Fotos dc Ulli Weiss), Ultramar, Barcelona, 1988, p. 61. 158 '''' Leoneta Bentivoglio, O teat ro de Pilla Bausch , Acartc. Lisboa. 1994 , p. 29. ''' H. Müller, Exp losion ofa Memory, ed. c it. p. 36. 159 embargo, en todos sus espectáculos Pina Bausch reflexiona sobre los mismos temas: la lucha de los sexos, la función de la mujer y la mercantilización del cuerpo femenino, la memoria de la infancia, la pérdida de la inocencia, la violencia, el instinto, la dimensión animal del ser humano, las relaciones de poder, la soledad... Temas que fuerzan un ir y venir de lo privado a lo público, que se refleja también en la ambigüedad de los espacios: si en Café Müll er (1977) utiliza un espacio público cerrado (con un falso espacio exterior al que no se tiene acceso anunciado mediante la puerta giratoria del fondo) para poner en escena una de sus piezas más intensas y desasosegadas (volvería a utilizar el espacio del café para Bandon eón en 1980), a partir de Arias inventa falsos exteriores, decorado s de suelo, que añaden complejidad a sus fiestas reflexivas: una piscina llena de agua en Arias (1979), un césped natural en 1980, un campo de claveles en Nel ken (1983), una espesa capa de tierra en Sobre la monta ña alguien ha oído un grito ... (1984) O un muro caído en Palenno Palermo (1991). Los espacios públicos exteriores o interiores dejan de serlo en el espacio de la memoria, desde donde se proyectan a la escena, lo mismo que las músicas, empleadas de forma muy libre, acumuladas, como las respuestas, sin hacer distingos entre la clásica o la ligera, el jazz, las canciones populares o la música fílmica. Ese proceso de composición de acciones, ideación del espacio o selección de las músicas, que parece tener mucho de arbitrario y que en cualquier caso depende de la improvisación, la casualidad y la impresión acaba con un montaje final sorprendentemente inamovible , con una estructura implacable que no admite alteración alguna. Coincide en esto con Kantor, distanciándose como él de los trabajos procesuales de los creadores de la generación anterior, con quienes comparte, no obstante, la misma voluntad de no transformación de los actores y de escribir, como proponía Artaud, el teatro directamente sobre la escena. Por la indagación en el mundo onírico de los actores, por la construcción de los espacios, por la aparición de determinados elementos plásticos (como ese hipopótamo que preside la escena de Arias) o sonoros, por el modo en que se compone la pieza, Pina Bausch recupera muchos presupuestos del surrealismo: el tiempo de su teatro -escribe Müller- es el tiempo de los sueños y los intérpretes son los "supervivientes de las catástrofes de los cuentos'?" . El humor melancólico que los envuelve es resultado del paso del sueño a través del filtro de la memoria. En Bandon eon (1981), Pina Bausch compuso una escena con un texto de Müller. Una mujer situada al fondo del espacio, con la espalda apoyada a la pared, espera a que el resto de los bailarines la dejen sola. Cuando el último ha cerrado la puerta tras de sí, grita su historia, proyectándola hacia la sala oscura: "En Italia yo tenía una gallina. Que se iba siempre a otros jardines, así que mi 'M' Ídem , p. 37. 160 madre tuvo que matarla. Por la tarde, cuando la había cocinado, me dijo que era mi gallina y que no tenía que comérmela si no quería, Pero yo quería comérmela toda. Quería comérmel a entera para mí sola" . La mujer corre en diagonal hacia la puerta, la abre bruscamente y arrastra a un hombre al espacio vacío. Se coloca ante él y le grita la historia a la cara: "En Italia yo tenía una gallina. Que se iba siempre a otros jardines, así que mi madre tuvo que matarla. Por la tarde, cuando la había cocinado, me dijo que era mi gallina y que no tenía que comérmela si no quería, Pero yo quería comérmela toda. Quería comérmela entera para mí sola'?" . Para explicitar su coincidencia con R, Wilson, Müller citó la siguiente frase de Lyotard: "Hacemos cosas que no sabemos qué son" . Esto es lo único interesante, lo demás es parasitaric'" . Hacia 1962, Wilson queda impresionado por la danza de Martha Graham, le escribe y es aceptado como oyente en sus clases. Una de las cosas que más le fascinan es la autonomía de los lenguajes: "la danza y la música hablan ambas por sí mismas", su integración no anula su independenci a. Wilson tratará a lo largo de su producción de mantener ese principio. En sus inicios, Wilson consideraba sus trabajos en pintura, diseño , danza y música electrónic a como happenings: se trataba de crear un marco temporal y permitir que las cosas ocurrieran, sin plantear ninguna estructuración racional?" . En 1969, creó la Byrd Hoffmann Foundation, con la que produciría buena parte de sus espectáculos, El primero de ellos, Vida y tiempos de Sigmund Freud (1969), dejaba muy clara la estética y los intereses de Wilson. El crítico John Perrault, matizando que era "una de las cosas más extrañas" que había visto en su vida, lo situó en la encrucijada de Maeterlinck , Jarry, W, Blake y R. Roussell. Louis Aragon, que presenció en París una representación del espectáculo que resumía las primeras tentativas de Wilson, La mirada del sordo, escribió una carta abierta a A. Breton, en la que confesaba no haber visto en su vida nada más hermoso, mezcla y confusión indiscernible de vigilia y sueño, de día y noche, una obra que no era surrealista, sino que realizaba lo que los surrealistas habían soñado que vendría después de ellos?" . Wilson crea una espacio-temporalidad autónoma, que permite la contemplación del acontecimiento escénico como realidad natural, una realidad diversa, a veces enigmática ("como un mosaico que se resiste a ofrecer el cuadro") , '" Ídem , p. 36. '" H. Müller, Gesammelte l rrtiimer , ed . cit., p. 109. " "T . Fair brother, Rober r witson 's Yision , Museum of Fine Arts , Boston y Harry N. Abrahms, Inc .. Publishe rs, Nueva York, 1991, p. 110. '" Lou is Aragon, "Lettre ouv ert e André Breton sur Le regard du sourd, I'a rt, la science , la libert é", Les Lett res fracaises, 2 ju in 1971 ; ci t. en C. Mounier, "L e monde de Robert Wilso n" , e n O. Bablet (ed.) , Les voies de la cr éution thetitrale V, C.N .R .S., París , 1977 . p. 137. a 161 pero que no es representación de ninguna otra , sino que parece tener una existencia propia, más allá del conflicto sueño-vigilia, realidad-ficción . Esa realidad , por otr a parte, carece de dramatismo, de l mismo modo que carecen de sexo los seres que en ella hab itan: todo ocurre, sin más, en un tiem po ralentizado, que, según Wilson, es el "tiempo real de la puesta de l sol, del cambio de las nubes , de l amanecer'?" . En la relació n de Wilson con la palabra tuvo especial trascendencia su colaboració n con Christopher Knowles, un deficiente mental de catorce años , que intervi no como actor en algunos espec táculos , y con el que Wilson realizó sus Diálogos con Knowles. A Wilson le fascinaba el uso que Knowles hacía del lenguaje , su habilidad para crear mentalme nte estructuras visuales utilizando las palabras como bloques de construcc ión " [Christopher] no tenía miedo de destrozar la palabra . El lenguaje estaba realmente vivo . [Las palabras] crecía n y cam biaban co ntinuamente ... como moléculas que estallaban en todas direcciones . Era rea lmente tridimensional, algo así como espacial'?" . En Una carta a la reina Victoria (197 4) , Wilson hace por primera vez un uso importante de la palabra. Pero los textos son de Knowles. Wilson les dio un formato arquitectónico en las páginas del guión. He aquí un ejemplo: va a compon er, a menudo sin mirar lo que dice el texto, y sin tener en cuenta su longitud . Aunque a veces leo los textos antes de descomponerlos'?" , Un procedimiento similar emp leaba Richard Foreman, que declaraba compo ner sus textos a partir de fragmentos y notas: "los extiendo en el suelo, los dispongo de una determinada forma , voy de aquí para allá, y ya tengo la obra'?" . El resultado, en el caso de Wilson , es un lenguaje en movimiento, un mov imiento lento , reflejo de un pensamiento no constreñido por la lógica . No se trata de contar historias, sino de transmitir pensamientos, sensacio nes, casco tes de la memoria personal. Wilson, que prefe ría escribir en estados de semi-inco nsciencia , insistía en la idea de transparencias o desechos: todo lo que espon táneamente se atraviesa en la percepción , el pensamiento o la memoria puede ser integrado en la superficie del texto. En Edison (1979) , con texto de Naita de Niscemi, las palabras son tratadas como citas, despro vistas de intenci ón expresiva, incluso com unicativa . A veces se superponen dist intas enunciaciones de la misma frase en diversos idiomas. y no se otorga a la palabra mayor relevancia que al resto de los sonidos que config uran el espectáculo. Palabra y gesto, por otra parte , funcionan disociadamente: "Uno de los problemas que he tenido co n los actores es que se esfuerzan en adaptar el gesto a lo que dicen . Es necesario considerar las dos THE SUN DANC E KID WAS BEAUTl FUL THE SUND ANCE KID DANCED A LOT THE SUN DANCE KID DANCED AROUND THE ROOM RAlSlNG RAlSlN RAlS E RACE RACl NG TH E SUNDANCE KlND RAISE DANCE RACE DANCE DANCING RAlS E RAISING RACE RACING YEA H THE SUNDANCE KID COULD DANCE A LOT Para Einstein en la playa (1976) , es el propio Wilson quien escribe el texto. "Cuando escribo el texto del espec táculo, no trato de desarro llar o ilustrar una idea o un punt o de vista, ni siquiera pienso en Einstein y no sé de antemano quién va a decir qué . Numero las frases para seguir un ritmo , sin saber si es un hombre o una mujer , un joven o un viejo. Tomo las palabra s, los fragmento s, y los dispongo en un orden que recuerda algo así como la música . Escribo el texto a máquin a y lo fijo en la pared . De una mirada puedo ver el texto ente ro . Desp ués añado colores sobre los diferentes temas, entonces lo recorto y lo vuel''' L. Shyer , Roben lVi/sol!ami his collaborators, Nue vo York . 1989 . p. XV I; C. Mo un ier, o. cit ., p. 142-146 . ''',R . Wilso n , e n 1'. Fa irbrother , o. cit ., p. 117. 162 Robert Wilson. La mirada del sordo . Nueva York, 1970 . "' R. Wilson , cit. e n C. Moun ier , o . cit., p. 154 . "' L. Shyer, o . cit., p. 92 . 163 cosas com o elementos independientes, quizá no sistemáticamente, pero sí muy a menud o" . La disoc iación palabra-gesto se extiende al resto de los elementos que interv ienen en el espectáculo . Las primeras obra s de Wilson pueden ser consideradas como grandes collages . En Einstein en la playa , la luz, el movimiento, el decorado , el texto y la música habían sido concebidos por separado y creados por diversos colaborado res; cada uno tenía su propia independencia formal y su estructura interna . A lo largo de la representa ción , se producían momento s de concordancia y otro s en que el público tenía que elegir cuál seguir. A Wilson le fascin aba esa discontinuidad , tanto como el surgir espontáneo de correspondencias : "Es com o cuando estás co nduciendo un coche y escuchand o a Moz art. Miras por la ventanilla y ves la hierb a ondea ndo y parece qu e la hierb a se mueve al ritmo de la música. Y puede que sea así. Cambia ju sto al mismo tiempo que cambia la música. O imaginas una conexi ón'?". De Death Destruction & Detroit lo que más interesó a Müller fueron "las estructuras rítmicas y cómo las imágenes cambiaban al mismo tiem po que el sonido" . En la produ cción de Einstein , Wilson había recurrid o por primera vez a un libro de esquemas, una especie de 's toryboard' , que fijaba ante todo los ritmos y las repe ticiones . En la producción de Death Destruc tion & Detroit, el text o se estructuraba como música y funcionaba como una partitur a. En numerosas ocasiones, Wilson se enfrentaba a las produ ccion es con un diagrama modul ar o geo métrico, que estable cía los tiempos y los ritmos . Esta peculiar partitura orientaba (no definía) la estructura del espectáculo. En su interior, el texto funcionaba igualmente como un collage. Para Medea (1984), Wilson recurre a un texto de Müller (Orilla degradada ...), que antepone como prólogo a su prop ia adaptación del texto de Eurípides. El de Naita di Niscemi para the CIVIL warS fue elaborado a base de fragmentos extraídos de documentos históricos y biográficos, yuxtapuestos a imágenes asoc iativas. Cuando en 1985 se consideró la posibilid ad de otorgar a R. Wilson el premio Pulitz er en dram a por the CIVIL warS , el jurado se resistió a ello por la inexistencia de un guión en el sentido tradicional de la palabra que permitiera su lectu ra . El drama que ellos buscaban inútilmente no podía estar esc rito, sólo podía existir en escena. En la obra de Wilson , el conflicto dramático se convierte en contradicción entre los diversos elementos escén icos. Yes la contradicción la que genera el movimiento. "Wilson explota la técnica de usar cada elemento que aparecer en escena para competir, contradecir o comentar a los otros"?", Delib eradamente huye de la solució n armónica: "Es peligroso creer demasiado en una cosa. Son necesarias las contradiccione s" . Sobre esta idea se asentaría su incursión en el terr itorio de la ópera, considerada no como síntes is, sino como ''' Ídem. p. XV II. " ' David Brand y and David Williarns, Directors ' Theatre, Londres . 1988. p. 23-24: c it. en Tre vor Fairbrothcr, p. 103. unidad conflictiva de los lenguajes, así como su fruc tífera colaboración con H. Müller. " Yo creo , además, que la literatura está para ofrecer resistencias al teatro . Sólo cuando un texto no se puede hacer tal como da resultado en el teatro es produ ctivo para el teatro, o interesante'?" . Wilson llama a Müller en 1983 para que co labore en la secc ión alemana de the CI VIL warS , Müll er recuerda qu e en ningú n moment o se discutió sobre ideas o co nceptos , ni de la conveniencia de que tal escena contara o no con un texto : só lo sobre tiempos . Es decir, el texto literari o se adaptaba a un ritmo esc énico pred eterminado . La escen a imponía directamente la estructura , so bre la qu e el escritor había de inte rvenir. Müller no escribió nada or iginal : al igual qu e Nait a de Nisc em i en es pec tác ulos a nteriores, propuso un coll age a base de textos propios y una selección de texto s histórico s y litera rios , qu e a su j uicio co mplementaba n o co ntradecía n de algún modo las crea ciones visuales de Wilson . Los te xt os se fue ro n e laborando y prob an do , prob an do y eliminando , probando y fija ndo ... Müll er comparó el proceso a un mecani smo : "Es como tener una máquina y esta máqu ina necesita textos, así qu e introduces uno y esperas hasta que salga . Si sa le, es co rrec to. A veces lo devuel ve o se atra nca" . Al final, no firmó el trabajo co mo dram atur bzo , sino co mo col aborad or. Los textos, com o las imágenes, no pretenden tener un mensaje , funcionan como "espacios de significado abier to" . De ahí qu e en la co mpos ic ión del espectác ulo no se pretend a su interpretación , sea con intención expres iva, sea con intención informat iva , sino que se les trate com o objetos , como "piezas de mobiliario": no necesitan ayuda, deben valer por sí mismos. Müller comparó sus textos para the CI VIL warS con piedras posadas en el fondo del río, sumergidas en la imaginería de Wilson, que fluye en torno a ellas , sin deco lorarlas u osc urecerlas . Wilson , por su parte, co mpara ba los textos de Müller (al igual que la música de Philip Glass) , con piedras que , aunque sea n colocadas en la nieve , en la arena, en el océa no o en el espacio exterior, no cambian de estado, pues tienen una fuerte entidad en sí mismas. En 19 86 , Wils on decide esce n if ic a r un te xto de MülIer. Eli g e Máquinahaml et. Empieza a trabajar sin el texto y compone una coreografía a base movimientos lentos y accion es y gestos simples, acompañados por el sonido de tacos de madera japoneses. Un día llegó al ensayo y dijo: "A hora tenemos que pensar dó nde ponemos el texto". Entonces las pala bras de Müller fueron distribuidas entre los actores, creando una banda independiente al movimiento . Como en otras ocas iones, lo primario era el marco . Wilson partió de la estructura de la pieza en cinco actos y creó una especie de maquinaria escé nica: la core ografía se repetía cuatro veces y se ofrecía al espectador en cada ocasión desde '" H. Müller, Gesummelte lrrtiimer, cd . cit., p. 18. 164 165 un lateral distinto . La escena central, el "Sch erzo" , se solucionaba fílmicame nte, proyectando el texto a velocidad rápida. Junto al discurrir paral elo de la band a dinámico-visual y la literaria , Wilson creó una tercera banda de sonido, igualmente independiente , mezclando la amplificaci ón electrónica y la voz en directo. El uso de las voces es altamente significante: el prólogo contiene sólo ruidos y sonidos animales; en la primera par te só lo se oy en voc es masc ulin as ; en la segunda , sólo feme ninas . El "Sc herzo" const ituye una ruptura: es material fílmico y no escénico, el texto no se dice, se proyecta, y la banda sonora incluye la voz de Jessye Norma n cantando "El enano" de Schubert. En la parte cuarta , voces femeninas y masculinas se confunden, pronunciando el texto con articulación imperfecta . La última parte ofrece sólo voces femeninas, en una combinación de coro y gritos, que conduce finalmente al silencio'" . Müller quedó impresionado al constatar que esas dos bandas paralelas, creadas indepe ndientemente, reforzaban su texto. Wilson explicó que había intentado reproducir la libertad del oyente de radio para crear sus propias imágenes o del espectador de una película muda para crear sus propios sonidos. Esa libertad sólo puede ser conservada evitando la ilustración y recurriendo al conflicto. Una vez más encontramos, ahora en palabras de Müller, la nueva definición de lo dramático subyacente a sus propuestas: "La primera cosa en nuestra colaboración era que había un marco de Bob, que a veces corría el peligro de ser un marco vacío -mero diseño. Y entonces llega mi material , mis textos, que ofrecen resistencias a ese marco , y se produce un conflicto entre imágenes y lenguaje y este conflicto es drama. Y así nuestra colaboración puede camb iar mi idea de teat ro y también sus ideas . Aquí hay un drama y no ha ter minado aún"253. La conflictividad de los lenguajes tiene un sentido diverso a la propuesta por Brecht, Eisenstein o los constructivistas. Ya no hay un montaje productivo , ya no hay un poner en marcha la dialéctica de las contradiccion es para llegar a un resultado. El teatro, el arte , no es parte de un proceso revolucionario. Las contradiciones no son planteadas para que el espectador las resuelva, sino para que el espectador las constate y haga el ejercicio de una comprensión multilateral. No se trata de mostrar la contradicció n. Se trata de mostrar la diferencia. Y la diferenc ia no debe ser resuelta. La exigencia de una comp rensión multilateral de los es pectáculos está también presente en las obras de Pina Bausch: "Nunca he pensado: esto es así". Bausch se queja de las interpretaciones unilaterales que a veces se dan de sus ''' H-T. Leihrnann , " Roben Wilson , Szenograph" , en Parkett , 16. 1988 . p. 40 . "' H. Müller, cit. en Shyer. o . cit., p. 134 . propuestas y se niega a aceptar, incluso, que ciertas imágenes indiscutiblemente recu rrentes en sus obras tengan que ser adscritas a una casilla determinada. " Hay un sinfín de matices. Depende sólo del punto de vista escogido. Lo único que no es válido es una interpretación unilateral, porque todo puede verse siempre desde el punto de vista inverso'?". A este respecto , Meryl Tankard insistía en la imposibilidad de traducir a palabras el movimiento y las imágenes por la enorme carga de experiencia persona l que encierran: al intentar describirlas o aclararlas, se las empobrece , se les roba su abanico intrínseco de posibilidades de percepción. Ric ha rd Forema n escribió que Wilson crea un " campo sit uacional" , donde el espectador puede examinarse a sí mismo (como perceptor) en relación a los descubrimientos del artista. La obra de Wilson requiere una contemplación imaginativa: admite cualquier interpretación y cualquier visión singular. Wilson confiesa que su obra es para él un misterio y que conviene no confundir a la gente con palabras acerca del contenido de sus espectáculos. La libertad es tal que Müller llegó a calificar el teatro de Wilson "co mo el único auténticamente comunista" . Lo com paró , por una parte , con el antiguo teatro chino, que duraba doce horas: puedes salir, comer algo , y esto no altera la recepción. Resaltó , por otra, el espíritu igualitario del trabajo (animales, plantas y piedras no tienen un lugar menos significativo que el género humano), así como el rechazo de la propiedad del texto o de las imágenes: son propiedad común de la audiencia, que puede hacer uso de ellas a voluntad . "Los materiales -escribe Müller- no deben ser interpretados en escena. La interpretación es un trabajo que no debe tener lugar en escena" . Wilson contestaba a una periodista: "No me gustaría interpretar mi trabajo , no me gustaría interpretar el trabajo de Heiner, no es deber nuest ro . Es responsabilidad del público interpretar. Nosotros no interpretamos" . Según Wilson, la introducción de ideas o interpretaciones en un es pacio o en un texto, reduce el campo de posibilidades y por tanto la libertad. De ahí la negativa a interpretar a Müller o a Shakespeare: sus obras son tan grandiosas, que no necesitan ser interpretadas , sino ser lanzadas como piedras hacia el público, para que las recoja y haga de ellas un uso polivalente. " Un director que entiende todo lo que hace, puede ser un buen director, pero no un gran director. Y esto vale para los artistas, para los actores , para los escritores . Debe quedar algo en la sombra. Uno debe hacer cosas que no sabe por qué ." (Wil so n) . " La única raz ón de ex istenc ia de un dram aturgo es la ampliación del ámbito de la posibilidad . El teatro debe ser vida, resistencia a la institución, proyección de utopía. Lo único que una obra de arte puede hacer es despertar el anhelo de un nuevo estado del mundo" . (Müller). !~~ P. 166 Bausch , en Hodge , o. eit.. p. 23. 167 9. Dramaturgias de la complejidad: estrategias contaminantes Si la obra de Kantor, Müller, Wilson y Bausch puede ser repensada bajo la categor ía de densidad , otras propuestas de las últimas décadas podrían ser recuperadas desde las ideas de dispersión o complejidad . No se trata de establecer barreras o categorizaciones rígidas, sino líneas de tensión o campos de fuerza en los qu e situar la creación escénica co nte mporánea . Indudabl emente , Máqu inahaml et puede pasar co mo un texto sintomátic o de las dramaturgias complejas ; sin embargo, la obra madura de Müller tiene mucho más que ver con la idea de com presión , de densidad de la imagen asociada a la memoria, que con la multipli cación o yuxtaposición de los focos de energía resultantes de la atomización de los materiales. Ha sido el teatro neoyorquino alternativo , liderado por creadores como Richard Foreman , Spalding Gray y Elizabeth LeCompt e, el más sensible a una nueva estra tegia formal que surge de la potenciació n de los procedimientos contaminantes . Recuperando la esencia de la vieja idea de teatro que desde Aristóteles a Brecht ha funcionado como punto de partida de la creación dramática, Richard Foreman, uno de los principales autores-creadores del teatro alternativo americano de las últimas décadas, declara que el objeto del teatro sigue siendo la representación del hombre . Ahora bien, la vida humana debe ser representada en toda su complejidad, y es precisamente la insistencia en la representación de la complejidad lo que invalida el recurso a los esquemas narrativos convencion ales. "La sociedad -escribe Foreman- nos enseña a representar nuestras vidas ante nosotros dentro del marco de una narrativa coherente, pero debajo de ese condicionante, nosotros sentimos nuestras vidas como series de impulsos y colisiones multidireccionales" . Esta multidireccionalidad de la vida es contraria al esquema lineal que en primer lugar el Cristianismo y en segundo lugar la Ilustración institu yeron como base de la concepción de la historia/de la biografía: junto a los proyectos que dirigen nuestra atención, aparecen miles de estímulos que constantemente nos desvían del camino de la vida. Es esta multiplicidad de sugestiones e impresiones la que debe ser introducida en el campo de la representación y la que complejiza 169 hasta hacer no interesante la estructura narrativa tradicional: "Me gustaría pensar en mis obras como una hora y media en la que ves el mundo a través de un par especial de gafas. Estas gafas puede que no bloqueen completamente la coherencia narrativa, pero magnifican tantos otros aspectos de la experiencia que simplemente uno pierde el interés por esforzarse en seguir la coherencia narrativa y, a cambio, se permite el ser absorbidopor la representación momento a momento de la libertad física" 255. El texto escénico de Foreman pretende ser plasmación/indagación del propio proceso de pensamiento y reflexión consciente sobre los mecanismos que intervienen en el pensamiento. Se trata, como observa Quadri, de un "texto mental", con una estructura atómica, que remite al 'pure writing' o 'really writing' de Gertrude Stein. En dicho texto aparecen personajes que se repiten en cada uno de los distintos espectáculos: Rhoda (siempre interpretado por Kate Manheim), en el centro, y a su alrededor Max, Ben, Sophia; en tomo a ellos, una compleja construcción espacial, objetual y sonora, convertida en sujeto múltiple de la acción al mismo nivel que los personajes. Rhoda es un centro que tiene como función activar los significados de los "elementos periféricos", en forma de timbres, voces grabadas, gestos, proyecciones , cuerdas,etc. El proceso de escritura es constante: los espectáculos surgen de los cuadernos de notas del autor; en un momento dado, Foreman decide llevar a escena un determinado bloque de fragmentos. Los procedimientos son diversos. Uno de ellos consiste en lo siguiente: se reparten los textos entre los actores y se hace una grabación, que funciona como banda sonora sobre la que se elabora la coreografía de actores, escenografía, objetos, sonidos y música; sobre esa coreografía, Foreman puede volver a grabar sus propios pensamientos sobre el espectáculo y hacer que se escuchen durante la representación del mismo. El espectáculo conserva así la fragmentariedad y la incoherencia de los cuadernos de notas. Se trata, declara Foreman, de mostrar "la membrana de las interrupciones/trastornos cuando un pensamiento desplaza a otro". Se trata también de recrear en escena la figura viva del garabato o del esquema trazado a mano sobre el cuaderno. Lo que resulta es un incesante desplazamiento de imágenes y asociaciones, en contrapunto con una banda sonora continua y con rápidos cambios (disparada desde la cabina de control por el propio Foreman), de cuya superposición surge aquello que el autor concibe como su objetivo: la creación de un teatro polifónico,"en el que todos los elementos funcionen fragmentándose entre sí, de modo que el espectador [...] pueda [...] saborear en su totalidad los elementos teatrales como travesura'?" , "' Richard Foreman. Unba lancing Acrs, Pantheon Books, Nueva York. 1992. p. 5. "' Richard Foreman, Reverberation Machine s, The Later Plays and Essays by Richa rd Foreman , Station Hill Prcss, Nueva York, 1985 . cit. por A. Femández Lera, "En el paisaje de la mente". en Franco Quadri y otros, Rich ard Foreman, la pe núltima van gua rdia ame ricana , Cuadernos El Público , Centro de Documentación Teatral, Madrid, octubre , 1986 , p. 39. 170 Es evidente el parentesco entre el planteamiento de Foreman y los de Gertrude Stein y Joyce. Foreman remitió explícitamente al Finnegans Wake para explicar la interpenetración y simultaneidad de todos los elementos: que todo elemento se vuelve relevante, independientemente del centro que se fije, y que "una página contiene todas las demás páginas, en cuanto son posibles una mult ip licidad de co mbinac io nes">" . La idea es dejar abierto e l libro/cuaderno/texto escénico para que la vida se vaya pegando en él con todos sus accidentes, En conexión con este propósito, Foreman defiende el sueño, el dormir, como metodología de trabajo, para "limpiar la mente" antes de empezar de nuevo. Se trata de apresar imágenes no visibles: "Es como si mi escritura intentase definir algún objeto invisible, que sólo pudiera bosquejarse mediante un método similar al del físico, que bombardea con electrones una partícula y capta los contornos provocados por el electrón en una placa fotográfica'?". En otra ocasión, Foreman comparó nuevamente su mirada sobre los hombres a la mirada del físico sobre los átomos: al intentar mirar los acontecimientos íntersubjetivos como acontecimientos atómicos, "percibiendo el mundo como se percibiría un objeto sólido a través de un poderoso microscopio, descubres que tu propia figura sólida no es más que una nube de moléculas en circulaci ón'?" . En esta consciencia de la propia inconsistencia, de la apertura del yo, se justifica la obsesión por la plasmación de lo fragmentario, de lo procesual, de lo abierto, mediante la apuesta por las estrategias contaminantes y los espacios polifónicos. Si los textos de Foreman nacen contaminados por las imágenes visibles e invisibles, sus espacios escé nicos surgen contaminados por la textualidad. Foreman confiesa que sus espectáculos deben ser analizados como textos, y que parte de su esfuerzo creativo ha ido destinado a dotarlos de instrumentos de análisis para avisar de su inteligibilidad. Esta inteligibilidad no conduce a la reconstrucción de una narración, sino a un laberinto inestable de signos, de cuya lectura surge la imagen negativa a la que antes hiciera alusión. Los significados no son directos, el espacio funciona como caja de resonancia para el gesto y la palabra, pero no se trata de una caja vacía, sino de "elementos periféricos", a los que Foreman concede una gran importancia, pues en ellos aparece el territorio interior del artista, su escenografía, "El arte de Foreman -escribe Guy Scarpetta- es básicamente "un arte de contaminación". El decorado interviene en la acción; es un intérprete. Los personajes asumen una función puramente espacial, rítmica, decorativa. Los vestuarios y los objetos escénicos juegan un papel dramático. [...] Su teatro requiere nuevos instrumentos de análisis: se hace necesario pensar en términos de ener"' Richard Foreman, Unbal anci ng Ac/s, ed. cit., p. 16. "'R. Foreman, "As í escribo mis obras" , cit. en F. Quadri y otros, o. cit., p. 60. ' '' R. Foreman, Unbal ancing Ac/s. ed . cit., p. 27. 171 gía, tensión , líneas de fuerza y variaciones de intensidad'?", Por la interpenetración de lo subje tivo y lo espacial , lo inteligibl e y lo rítmico/sensibl e , la palabra y el ruido , el garabato escrito y el gesto físico , la obra de Foreman aparece en el hori zont e de los setenta como uno de los principales estím ulos para la dram aturg ia compleja de los ochen ta, un estímulo quizá sólo comparable al de otro gru po de creadores neo yorq uinos que comenzaron a tra bajar autónomamente desde 1974 en el Perform ing Garage de la ca lle Wooster, de la que adopt aron el nomb re . "Cuando elijo textos - dec lara LeCompt e- esto ocurre al azar. Podría usar cual quier otro texto'?" . El texto es un objeto enco ntrado, co mo lo son los elementos espaciale s o la experiencia de los propios actores . Durante los ensayos se trata de poner en relació n dichos elementos de un modo sig nifi ca nte. De l mismo modo que los eleme ntos escenográficos que se van acum uland o e n el Performin g G arage aparece n en diversos es pectác ulos co n diversas ca rgas sign ificantes y co n artic ulaciones espacia les nuevas, también los texto s so n manipul ados o mont ado s de form a que entre n en un nuevo ca mpo de sig nifica do de int er és par a e l trabajo . "En defin itiva -acl ar a LeCompte- , no se tra ta de un texto en co ncre to, sino de una relación dife ren- te entre el texto y el sentido sobre lo que nosotros estamos trabajando en primer lugar" . En muy pocas ocasiones el Wooster Group part e de un texto preestablecido . A excepción de Rumstick Road (Carretera de Rumstick), los espec tác ulos de l Woo s ter se va n form a ndo poco a poco como res ult ado de la inter acción de materiales muy diversos, que David Savran ha ca talogado en cinco gr upo s: grabac iones de entrevistas privadas o documen tos sonoros públicos, tales como las entre vistas de Spalding Gray co n su padre y su abuela en Rumstick Road o los fr agm entos del de bate Leary/Liddy en L .SD .; material dr amático previo , sea de textos clásicos, co mo Nuestra ciudad, de Thornton Wilder , o El crisol, de Arthur Miller, sea de ob ras escritas para la ocasión, como Rig , de Jim Strahs; grabaciones rea lizada s por el propio grupo en audio (sonido o música) , vídeo, ci ne o diapositivas , como el vídeo de Nuestra ciudad o la pelíc ula de Ken Kobland Por el mar para Point Judit h; el espacio del Perfor min g Ga rage, tal co mo quedó de la últi ma obra , co n los elementos arquitec tónicos elaborados para ella, que será n re utilizados y desarrollados, al meno s parcialmente , en el nuevo trabajo; y, finalmen te, improvisació n de textos y acciones, en forma de ges to , da nza o palabra , que pueden funcionar como materi ales independientes o surgir como elaboración de otros materiales previos'" . Elizabet h LeCompte y Spa lding Gray, promotores del grupo, mant ienen de su trabajo con Richard Schechner en el Performance Group'" la idea de elaborar los espectáculos a partir de las improvisaciones grupales y las inquietudes de los propios actores . Pero este material no es privilegiado, como oc urría en el caso de Schechner, ni elaborado en busca de lo ritual o arquetípico, sino puesto continuamente en conexión con el resto de los materiales prev ios, en posición de igualdad con el trabajo de los actores. Como consecue ncia de esta relación y de la problematización de dicha relación va surgiendo una red textual, com puesta de signos no necesariamente verbales, que se fija finalmente co mo dramaturgia compleja , Lo importante es que ninguno de los elementos que intervienen en el collage actúa como centro de articulación, sino que la composición se sostiene por la tensión constante entre los elementos. Si Foreman rem itía a lo atómico para ilustrar su mirada sobre lo humano, los trabajos del Wooster podrían ser imaginados como estructuras molec ulares, resultado de combinaciones atómicas imprevistas e invero símiles . Uno de lo s mode los es truc tura les más interesantes as umidos por LeCompte en la composic ión de sus trabajos es el de la conferencia científica . The Wooster Group. Rumstick Road . 1977 © Ken Kobland '"' Guy Scarpeua. " La escenografía" . en The Drama Re..iell'. n" 102. Nueva York. verano. 1984, trad. en F. Quadri y otros. o. cit. p. 27. " ' Cil. en David Savran, Breaki ng the RII/es , Thcatre Co mmunications Group Nueva York, 1988, p. 50 . " ' Ídem.. p. 5 1. "' Elizabelh LeCompte y Spalding Gray trabajaron como ayudante de dirección y actor, respectivame nte, en el Performance Group desde 1970 . A panir de 1974 crearon una secció n autónoma dentro del grupo antcno r, hasta que en 1980 lo renominaron como \Vooster Group. heredando de su anteceso r el Performing Garage. 173 172 Éste es el caso de Rumstick Road, un espectáculo que se comienza a trabajar en 1976 , en un momento en que Spaldin g Gray, a la vuelta de su viaje a la India, está muy obses ionado con el recuerdo del suicidio de su madre y desea recuperar ese material en forma escén ica. Ya Sakonnet Point ( 1974) había elaborado muchos materiales de la infancia de Gray, que ahora son asumidos desde otra perspectiva. Se trataba - seg ún LeCompte- de volver a " pintar la misma naturaleza muerta" alterando su disposición y la mirada sobre ella. El primer planteamiento consistía en que Spaldin g Gray se sentaría fre nte al público ante un magnet ófono, con ayuda del cual volvería sobre los hechos relacionad os con el suicidio>' , Era un procedimiento de objetivación de una experiencia privada, que fue asumido finalmente por todo el grupo y que dio lugar al espectáculo estrenado en 1977. El suic id io de Bette Gr ay en 1967 y e l impacto que e llo produjo en Spaldin g Gray se con vierten en obje to de análisis en torn o al cual se co nstruye una demostración , salpicada de mat eriales document ales y ejec utada co n un estilo interpretativo frío, contradictorio con la dim ensión íntima/subj eti va de los acontecimientos que estimularon el trabajo . El espacio escénico se sum a a ello: LeCompte se inspi ra en las ilustr aciones renacentistas de dem ostracion es anatómicas , en las que se ve al maestro sobre un púlpit o da ndo instrucciones a los alumnos que diseccionan un cadáver de bajo de él. Se coloca, efec tivamente , un púlpito de base piramidal en el ce ntro de la esce na, en el cua l se instala el dire ctor técni co, en una cabina a la vista del públic o . Ante él un remedo de la mesa de disecciones. Y a los lado s dos esp acios que servirán para el desarrollo de otras secc iones del espectácul o . El públi co es dispue sto en un triángulo inverso a la pirámide truncada que co nst ituye la base del púlp ito. Lo que el público co ntempla es la disección de un cadáver imaginario, el de Bette Gray, que nunc a aparece person ificada en escena, o , más bien , la disección de su suicidio . El espec táculo se construye como una sucesión de secuencias documentales y asociativas . Los documento s son en muchas ocas iones reale s, pero se hallan sometidos a un ju ego de distanciamiento: por ejemplo, hay un momento en qu e Gra y supues tam ente co ntac ta por teléfono con el fin de realizar una entrevista al médico de su mad re, la entrevista tiene la forma de una llamada sorpresa en un programa televisivo en directo , pero el público ve cómo la voz al otro lado del teléfono proc ede de una cinta magneto fónica manipulada por el direct or técni co. Este tipo de j uegos co n la real idad/ficción de los documentos o las accio nes se repit e constantemente a lo largo del espectáculo . Los materiales documentales se co mbinan con acciones de significado ambig uo, que en ocasiones tien en forma de extraña s dan zas o cor eografías de acciones, relaciones abstractas co n obj etos o proyec ciones , interacciones entre los actores , pero siempre con una po sibilidad de inter pretaci ón aso ciativa en relació n con e l mund o que rodea al aco nteci miento d iseccio nado . Es el principio asocia tivo el que guía el ava nce de la acción y no el seg uimiento de esquemas causa les o lógicos; en términos de Kenneth Burke , "la presencia de una cua lidad recla ma la presencia de otra" . El recurso a lo asoc iativo en contraste co n la preten sión científico-demostrativa, la yuxtaposición de materiales de muy diversa naturaleza, el juego con la ambigüedad de lo real y lo fictic io, la transgresió n de los límites de lo privado y lo público son constantes en el trabajo del Wooster y hacen que cada uno de sus espectáculos puedan ser experienciados por los creadores y por los espectadore s como un aventurarse en zonas de riesgo, en que las posibilidades interpretativas se disparan, los criterios de juicio desaparecen y es preciso asumir responsabilidades y tomar decisiones frente a los hechos o situacio nes problernatizadas'" . Este procedimiento lo utilizarían más tarde en la serie de monólogos sobre la vida de Gray, realizados a partir de 1979 y recu perados en 1988 bajo el título de Spalding Gray Retrospective, O"~ ;M 174 La dram aturgia de mo strativa o de situacio nes (exposic iones científicas, conferencias, mítines, ensayos para la televisión , etc .) fue explotada --con planteamien tos esté ticos e ideol ógicos mu y di versos a los de Ri ch ard Foreman o Elisabeth LeCompte- por Albert Boadella, director de Els Joglars , quien entre 1978 y 1981 prod ujo tres de sus más log rados es pec tác ulo s: M7 Cata lonia , Laetius y Olimpic Man Movemen t. Después de una primera fase en la que se extrajeron las consecuencias de la formación mímic a de los co mponentes fundadores de Els Joglars y tras renegar de algunos interesantes intentos supuestamente formalistas (Mary Dous), Boadella optó por un esquema dramatúrgico que permite la presentación de una serie de secuencias o ' sketches' a partir del establecim ient o de un a s it uac ió n base: se tr ata de j ugar dentro de un a pr im e ra representación a la que se intenta conceder un nivel de realid ad co n el que se identifican los actores / ejec utantes. Otra serie de elementos remiten al medio televisivo: la perfección formal de la imagen , el tratamiento del espacio escénico como una especie de plató al otro lado de una pantall a invisible ante la que se sienta el público, el uso de la tecnología (micrófonos , pantallas electrónicas, iluminaciones no convencionales ...). Los espectáculos de Els Joglars suelen ju gar con una cierta ambigüedad, que no sólo se da a nivel formal , como consecuencia de la represen tación dentro de la representación , sino también a nivel ideológico . El ejempl o más radical lo constitu ye Olimp ic Man Movement (19 8 1), y especia lmente, la escena en que los actores-patinadores demuestran lo fácil que es pintar un cuadro de Miró . La indefinic ión de los espectáculos de Els Joglars es sintomática de una época en que la transitoriedad entre lo real y lo ficticio, lo auténtico y lo fingido , Lo conflictivo de los espectáculos del Wooster queda puesto de manifiesto en las controversias sucitadas por otros importantes espectáculos posteriores, como Route J & 9 ( 1981) YJ..s.D. ( 1983-85). 175 se ha hecho tan sutil que resulta muy difícil, incluso vano, lograr una definición clara de los límites. Documentales que por su tratamiento com o espec táculo pierden realidad y adquieren dimens ión ficticia o series que por su base sociológica pierden ficción y pasan a ser consideradas como destilación de la vida cotidiana . Estas ambigüedades se acentúan hasta el máximo en los ' verity shows' y en los concursos que implican el desnudar la vida privada ante las cáma ras. Como consecuencia de dicha fluctua ción de lo real y lo ficticio, los esquemas anteriores de comunicación, información, objeti vidad, etc ., se ven completamente trastocados . La incidencia de los medios de comunicación en la experiencia contemporánea fue una de las princ ipales preocupaciones de Ritsaert ten Cate, junto a Ellen Stew art , uno de los grande animadores del teatro contemporáneo internacional. Ten Cate , que apoyó a Els Joglars prácti camente desde sus inicios (coproduciendo ya en 1971 Cruel Ubris) , fundó en 1965 el Mickery Theatre de Amsterdam , desde donde no sólo actuó como uno de los principales eslabones entre la vanguardi a americana y la europea, sino que, con el apoyo de las instituciones holande sas, realizó una importantísima labor de producci ón de espectáculos internacionales , partiendo de un compromiso radi cal con la libertad cre ativa de los artistas y de un máximo respeto a los procesos y al desarrollo estructural de los grupos a los que apoyó , en detrimento del interés por el resultado concreto. Buena parte de los creadores que protagon izaron la escena contemporánea de los ochenta han estado ligados de uno u otro modo al Mickery: Richard Foreman, Peter Sellars, Falso Movimento , Jan Fabre, John Jesurun, Gaia Scienza, Wooster Group, Jan Lauwers, Arena Teatro , Los Angeles Poverty Department, Station Opera House , Remote Control, etc. Después de la crea ción de Rembrandt, Hitler o yo (1985), Ritsaert ten Cate formuló la tesis de "the atre beyond televi sion" (el teatro más allá de la televisión) , en la que recogía lúcidamente buena parte de las ansiedades de los creadores escénicos de la última décad a. Si a finales del XIX la creac ión escén ica se vio enfrentada a la experiencia de la imagen fotográfica y de los efectos lumínicos y a principios del veinte a la experiencia del cine, el teatro de la postguerra se ha visto desbordado por algo más que una nueva experiencia de la imagen y que afec ta deci siv amente a la concepción misma de la cultura . Reacciones contra y diálogos con la experiencia televisiva son constantes en la creación escénica contemporánea . Uno de los puntos más interesantes en la relación cotidiana con la televi sión es la pérdida de la realidad , algo sobre lo que ya reflexionaron los expresionistas, y que en nuestra época adquiere una radicalidad nueva, asociada a la disociación de la imagen (visual y sonora) y su concreción física, la disociación de la imagen y el actor, de la imagen y la histor ia . La pérdida de la realidad implica, en primer lugar, un relajam iento de la respon sa- bilidad individual , sobre la histori a, sobre el propio destino y sobre el propi o cuerpo, base de la ironía y de la autoir onía en la que se desdibuja cualqu ier principio moral , y base también de la manipul abilidad y arbitrariedad de los sistema s de o rden aci ón eco nó mi ca y po lític a . La confrontaci ón c o n e sta problemática no se traduce en los espectáculos del Mickery en form a de reflexión escén ica sobre la misma, sino más bien como una indagación sobre los modos de articulación entre la experiencia personal y el sistema de los 'media' y sus implic aciones polític as. Lo que se aborda en Yespers, uno de los últimos espectáculos del Mickery dirigidos por Ritsaert ten Cate , es, según M. Bezen, "e sa forma de funcionar que tiene el sistema y cómo tod as esas cosas se relac ionan con persona s como Ritsaert'?" , En busca de la realidad, alguno s creadores optaron por soluciones drásticas, que recuperaban ciertos planteamiento s del Living más radical o el Artu ad más visionario . El Squat The atre, compuesto por un grupo de exiliados húngaros en Nuev a York, orientó sus trabajos haci a la total supresión de los límites entre lo privado (vida) y lo público (arte). Los inicio s de su producción hacia 1969 están asociados a la Casa de Cultura de Kassák en Budapest. Al prohibírseles la representación públi ca de sus obras por moti vos de obscenidad y de ambigüedad ideoló gica , continuaron actuando en el apartamento de dos de sus miembro s, hasta que , tras conseguir salir de Hungría y actuar durante un año en Europa occidental, se instalaron definitivamente en Nue va York en 1977. El primer espectáculo presentado allí , [Cerdo , Niñ o, Fuego! mantiene la carga provocati va de sus anteriores propue stas y un procedimiento compositivo que recu rre a principio s similares a los del Wooste r: yuxtaposición, coll age , asociación , integración de diver sos med ios, juegos de ambigüedad , etc . El espe ctáculo se comp one de cuatro partes autónomas. La primera se titula "Confesiones de Stavr ogin-Los demonios de Dostoievsky", y en ella el texto de Dostoievski no aparece más que como objeto enunciado por una actriz y enmarcado en un cont exto de imágenes de intenci ón provoc adora, juegos perversos y acciones obscenas . En la segunda parte, "Dinner and nous sommes les mannequins" , se ven dos monitores de televisión frente a la audiencia y un tercero fuera, donde la mujer y cuatro niños cenan y hablan. Una cámara recoge a los espectadores de dentro y fuera , que aparecen en los monito res. En la tercera parte , "Carta de Antonin Artaud a André Breton febrero 1947", Arma Koools está de pie detrás de un atril: una videoc ámara retransmite a un mon itor a la vista del público los sutiles mov imientos de su entrepierna desnud a mientras lee durante ocho minutos la cart a de Artaud . Finalmente , la cuarta parte, "The last love" es una acción pre sentada orig ina lme nte e n 1972 por el g rup o e n su ap artamento de :~f> A . Fcrnández Lera (ed.) . Teatro Holand és: esce nario de la mode rnid ad , cuadernos El Público , n" 22. Madrid , marzo 1987 . p. 30. 176 177 Budape st" . En el resumen del espectáculo quedan patentes los principios dramatúrgicos antes apuntados. La obra se desarrolla prácticame nte en silencio , a excepc ión de los dos texto s-objeto de Dostoiev ski y Artaud. Es interesante, por otra parte, la utilización del cristal de fondo , que remite a los escaparates utilizados en otros espectáculos , primero en Europa y después en Nueva York. El último amor de Andy Warhol '(l 978) se presenta en un bajo comercial con un gran escaparate: parte del públic o paga su entrad a y entra y otra parte mira desde fuera. Volvemos a enco ntra r en estos último s espec táculo s la misma reflexión sobre la indefi nición de los límites entre lo privado y lo público , lo vivido y lo fingido, lo rea l y lo imaginario . Tren rápido hacia el dorad o j ugaba co n estos términ os: al inicio , una proyección de una pareja en la cama mira ndo un programa de televisión (en rea lidad era un telón pintado sobre el que únicamente se proyectab a la cara de los actores); al fondo , una ven tana a través de la cual se ve un a sec uencia qu e podría pertenecer al telefilme que la pa reja es tá mirand o , sólo que lo que apa rece tras la ventana está ejec utado en directo tras el telón ; más tarde, ante la proyección, otros acto res emp ujan una cá mara de cine sobre un car ro, supuesta mente operada por un muñeco. Todo el espectáculo podría ser ente ndido como un juego co n la verdad y la mentira de una películ a que presen tara la noche surrea lista de un hombre que aba ndona su John Jcsurun. Blue Heak, 1991. © Paula Court »:.. Ih , Shank. American Alternati ve Theatre . St. 178 Martin's Press. Nueva York. 1988. pp. 180· 182. casa tras una d iscusió n con su mujer y acaba transformándose en árbo l al llegar el día para, des pués de su transformación , enamorarse de una chica que pasea por el parq ue. También John Jesurun, un habitual del Mickery y de La Mama, ha cons truido su teatro en diálogo con las estrategias de los 'media' y la gramática del lenguaje cinematográfico . En el espectáculo que le lanzó desde el Off-off neoyorqu ino, Chan g en una luna vacía (1982 ), Jesurun jugaba con la estructura secuenci al, los fun didos a negro , el cambio de plano (por ejemplo, en un momento dado , los actores se situaban perpendiculares a la boca del esce nario, simulando un plano picado tomado por encima de sus cabezas, o adoptaban posiciones que sugerían planos en esco rzo , etc.) . Interesante, además, en este trabajo era la adopció n de la fórm ula televisiva del culebrón : Jesurun escribía semanalme nte los episodios que se represe ntaban en The Pyramid Club (Nueva York) y él mismo se encargaba de introducirlos y recordar a los asistentes el hilo de la historia . El tratamiento del texto y la declamación son como los de los seriales televisivos. Funciona en todo momento un principio de autoironía, de conciencia de la ficción. El público , espo ntáneamente, pone las risas que en los seriales son artificiosas. Por lo que respecta al texto mismo, se compone de frases interrumpidas, insult os, chistes, oc urren cias, fragme ntos de ca nciones de rock, etc. Co mo Foreman, Jesurun parte de la escritura de un texto , pero , como Forema n, concibe el texto íntimame nte asoc iado a un dispositivo escé nico que él mismo por lo general crea. El texto está co ncebido en función de su interacción con el aparato tecnológico que el autor hace interve nir en la puesta en escena. Más que en el acabado literario del texto , el interés de Jesurun está centra do en los juegos de incom unicació n der ivados de la relación entre los actores desde posiciones rígidamente establec idas, separados/unidos por barras , paredes , mesas, o dialogando a través de sus respectivas imágenes en monitores de televisión. En ocasiones, un actor dia loga con su pro pia imagen pregrabada en vídeo . En otras, el público sólo ve a los actores reclu idos en un espacio cerrado, únicamen te mos trado por med io de rnonitores'" . La banda sonora también es utilizada para multiplicar las mediaciones: los actores son instados a decir el texto a toda velocidad; a veces , la voz en directo es sustituida por voz grabada , y efectos sonoros y música sirve n para provocar rupturas en la narración lineal. Como observa Jesurun : "No se trata de com prender una historia, sino de cómo se comprenden las historias" . ".•Procedimientos de este tipo han sido utilizados por el Wooster Group en la realización de Broce Up! (1991): en la escena de amor entre Natasha y Andrci, la cara de ella sólo aparece en el monitor; la secuencia de Oiga es contemplada por el público íntegramente a través de monitores de vídeo. CL Susie Mee, "Chekhov's Three Sisters and The Wooster Group's Broce Upt , en The Drama Review, vol. 36. n" 4 (T36J, invierno. 1991, pp. 143-153. 179 Ya en 1976 , Laurie Anderson , en un trabajo para ' vionógrafo' - .. . violín/fonó grafo- en que se combina música y voz grabada con música, canción y texto en directo, denomin ado Por momentos, relataba al público las dificult ades que había encontrado para realizar una película en la que debían aparecer barcos navegando por el río Hudson. El pasado se duplica: "está lo que ocurrió y lo que yo dije y escribí sob re lo que oc urrió" . El des dibuja rse de los lím ites entre representación y realidad se traduce en la canción que interpretaba en el mismo espectáculo: "A rt and illusion / il1usion and art / are you really here or is it only art? / Am 1 really here o is it only art?'?" , La pérdida de lo real aparece como consciencia en muchos otros niveles de la experiencia contemporánea. El láser ha dejado de ser un truco de cienciaficc ión o un recur so espec tacular para co nve rtirse en instrum ento cotidia no, tanto como herramienta médica, arma militar o recurso de la tecnología doméstica. La disociación entre el origen físico del movimiento y su resultado es lo decisivo de esta exper iencia: la posibilidad de operar a distancia, de manipul ar la realid ad a distancia , hace perder la cons cienc ia de la manipulación , de la efectividad, y, por tanto, debilita la responsabilidad . A la disociación hay que añadir la movilidad , favorecida por el perfeccionamiento de los medios y redes de transporte y comunicació n: la telefonía móvil, las comun icaciones satélite, la traducción automática ... Por último , la asimilación de los procedimientos de los programa s informáticos como proce dimientos de pensamiento provocan una asunción natural de la tran sitoriedad entre los lenguajes matem ático , lógico , visual y verbal, así como entre la bidimen sionalidad y la tridimensionalidad, o una mayor facilidad para atender simultán eamente a distintos focos de atención. Laurie Ander son, lejos de reaccionar contr a la abrumadora presencia de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana, se lanza a su utilización escénica. "U tilizo la tecnología porque me gusta. El pintor aplica los pinceles sobre el lienzo porque le gustan los colores, y a mí me gusta el sonido que pueden producir los colores, la forma en que pueden moverse a veces las imágenes... Me gusta cómo colisionan la imagen y el sonido'?" . La idea de que "el lenguaje es un virus" , tomada por Laurie Ander son de William Burroughs , coincide con el diagnóstico de una progresiva invasión del lengu aje natural por el tecnológico . En United States Part 1, Ander son observa que donde antes, en el pasado , teníamos un lenguaje "del conejo / del pingüino, del castor" , ahora tenemo s "un lenguaje de sonidos, / de ruidos, / de interruptores, / de señales" . A patir de aquí, Ander son pone en juego un complejo aparato tecnológico en la con strucción de auténti cos espect áculo s multidi scipl inare s: '~ A ne e ilusión I ilusión y arte I ¿Estás realmente aquí o no es más que arte? I ¿Estoy realmente aquí o no es más que arte?". Lauric Anderson , cit. en RoseLee Goldbcrg, Perfo rmance Art. ed. cit., p. 172 . " 'C i!. en Judy Cantor, "La uric Anderson", El Europeo , 4 1, marzo-abril. 1992, p. 82. procesamiento de la voz y el sonido, alteración de los sonidos de los instrum entos tradicionales, conversión del movimiento en sonido, montaje s de vídeo, utilización del láser. "La corriente corre a través de nuestros cuerp os / y ahora ya no / De nuevo se enc iende / De nuevo se apaga / Siemp re dos cosas / que se conmutan / Una cosa reemplaza instantáneamente / a la otra / Era el lenguaje / del futuro'?". Laurie Anderson es probablemente la más conocida representante de eso que a finales de los años setenta y enlazando con el happenin g , el fluxus y el accionismo de los sesenta , se denominó 'performance art' o arte de acción , Se desarrolló en paralelo al arte pop primero y al arte conceptual después, y en general se justificó por la voluntad de los artistas de sustraerse al engaño de la cultura de la imagen y practicar un comprom iso fuerte con la propia creación, al margen de los mercados y la cos ificación de la obra o del propio artista. Así, la conversión del artista en espectáculo y de su propio cuerpo en imagen surgió precisamente como una reacción contra la cultura del espectáculo o, quizá más propiamente , como un medio de encontrar la ubicación más correcta en ella . Del mismo modo que Laurie Anderson se situaba frente a la tecnología explotándola en sus espectáculos, los artistas que practicaron la acción se situaban frente a la espectacularidad de la cultura tratando de controlar su propia imagen espectacular. Sin pretender establecer limitaciones ni mucho menos clas ificaciones apuntaré una serie de intenciones que funcion an con mayor o menor peso en la mayoría de los artista s de acción. Podríamos indicar en primer lugar una intención experiencial , coherente con la implicación física del artista en la ejecu ción de la obra , que estaría muy presente en la obra, por ejemplo, de Chris Burden , Gina Pane o Schwarzkogler, quienes se entrega n a acciones de resistencia física o autolesión, o, más tarde, de Linda Mont ano y Marina Abram ovic . En las propuestas de todos ellos el primer receptor de la obra es el propio artista, ya que su obje tivo es el de alterar las condiciones habituales de experiencia mediant e el sometimiento del creador a disciplinas psíqui cas o físicas extremas. A menudo , estas obra s no son presenciadas por el público , que sólo tiene acceso a las mismas en un segundo momento a través de la document ación. En el trab ajo de otro s artistas pesa más una intencionalidad estética (aunque no por ello desaparezca la intenci ón experiencial), La utilizaci ón del propio cuerpo para ampliar el ámbito de lo estético hacia una exploración de lo espacial, lo temporal, lo inconsciente o lo antropol ógico es uno de los objeti vos declar ados de quienes ya en los años sesenta se ded icaron al 'b ody art' o arte corporal. La transformación de sí mismos en iconos o esculturas vivas practicada por Gilbert & George es quizá el eje mplo más radical de identi ficación plena de la obra con el propio artista. Frente a ese retorno del arte corpo ral a la ima'" Henry M. Sayrc, o . cit.. p. 154 . 180 181 gen, otros , en cambio , insisten precisamente en aquello que la transmisión ocular o co nceptual del arte no alca nza; este sería el caso del teatro orgíastico de Herm an Nitsc h y los rituales con que pretende afectar los cinco sen tidos del espec tador / ca-partícipe, o, en un sen tido muy distinto, algunas prop uestas de Marina Abr amovic , qu ien sostiene que "e l arte no es sólo para ser visto con los ojos, debería ser visto con todo el cuerpo también. Como un hombre ciego. El homb re ciego siente el espacio . El artista debe ser igual, debe desarrollar todos sus sentidos en difere ntes modos'?" . Habr ía que aludir en tercer lugar a una intencionalidad expres iva, que puede ser de tipo personal o autobio gráfica, de tipo genérico o de tipo político . Lo norm al es que eso s tres tipos se confundan, ya que de lo que se trata es de reiv indicar el propio lugar en una socie dad acostumbrada a la manipulación de la rea lidad y ser capaz desde ahí de cons truir una image n de sí mismo como pas o pre vio para co nstrui r una image n del mund o no co ndicio nada po r los mec anismos que con stantemente nos imponen imáge nes falseadas incl uso de nuestra vivencia person al. Junto a la exp loración de lo autobiográfico por artistas co mo Jul ie Heyrnand, Stuart Sherman o Adrian Piper, habría que destacar sobre todo accio nis mo asoc iado al feminismo, obra de creadoras como Ulrike Rosenbach , Caro lee Schneerna nn, Suzanne Lacey, Susa n Hiller, Eleanor Anti n o Kath y Acker. "Se me permitía -escribía Carolee Schneeman- ser una imagen , pero no una hacedo ra de imágenes que crea su propia imagen'?". El arte de la acción fem inista está ligado a la reivindicación del cuerpo femeni no como no-objeto, de ahí que se trabaje a menudo con el desnudo, con un desnudo de una intencionalidad completamente diversa al uso objetual del mundo masculino de la imagen: un cuerpo desnud o habitado por una persona , una persona que crea la imagen de sí mism a. Una de las artistas más provocadoras ha sido sin duda Karen Finley. Presentándose a sí misma en escena como una mujer insocial, Finley eligió un circuito de clubs donde muchas veces era confundida con una actriz pornográfica. Lo soez de su vocabulario y lo obsceno de sus monólogos estaban al servicio, no obstante, de un discur so considerado por ella como radical y feminist a, aunque para muchas otras femini stas sus procedimientos no sean aceptables'" . La práctica del ' burlesque ' por parte de Karen Finnley conecta con otro modelo dond e la intencionalidad expresiva se confunde con la puramente espectacular. Así, el trabajo de Eric Bogosian , Ann Magnuson o John Kelly se sitúa "' lIse Kuijken, "Den Mornent festbalte (Ein Gesprach mil Marina Abrarnovic)", Tcatherschrift, 3 (1993), p. 118. m Véase " A new Persona. Femin ism and thc Art of Seventies" . en Henr y M. Say re. The object of Performance. The Ame rican Avant-Garde since 1970, The Univcrsity of Chieago Press, Chicago, 1989_pp. 66-100.o RoseLec Goldberg, o. cit., pp. 174-176. ''' Véase C. CarroOn Edge . Perfo rmance al the end of the twentieth cem llr.". University Prcss of New England, Hanover y Londres. 1993. pp. 122-129. 182 Sara Malin a. Tres disparos, dos leones. 1995 © Charo Chav es en una frontera de difíci l de limitació n entre lo teatral y lo performativo . John Kelly, quien como Laurie Anderson o John Jesurun ha manifestado una especial preocupación por los media , ha recurrido al transfo rmismo para recrear personajes del mundo de l arte, de la ópera o del cine, j ugando con los cuales y sin dejar de ser nunca él mismo en esce na, ha elaborado un discurso crítico , cargado de humor e iron ía. En esa misma frontera podríamos s ituar el tra bajo de Albert Vidal o Marcel. li Antú nez . En ambos casos, se combi na la volun tad de construir un espectácu lo con la de somete rse a un eje rcicio de resistencia fís ica o anímica . El encierro de Albert Vidal en un zoo durante la ejec ución de Hombre urbano, su enterra miento prev io a la resurrección con la que comienza la celebració n en Alma de serpiente o su entrenamiento como artista pomo previo a la presentación de Diablo, mundo y carne son ejemplos de un tipo de acció n de intención experiencial, con la salvedad de que tales acciones están pensadas para su inmediata conversió n en espectác ulo. Algo parecido cabría decir al sometimiento de Marcel- li Antúnez a los capric hos del público en Epizoo. Del mismo modo que a fina l de los años setenta co menzó a producirse una c ierta "tentralizaci ón de la acc ión artí stic a" , tamb ién en esos mismo s años 183 el teatro y la danza se interesaron profundamente por los procedimientos del nuevo medio, surgiendo así una serie de espectáculos de diversa procedencia (por el medio habitual del artista) y difícil clasificación. La acció n de intenció n prio ritaria mente expre siva tuvo su contrapar tida en los monólogos de actores-auto res qu e hicieron de lo autobiog ráfico su material de trab ajo , enfre ntando al público a la necesid ad de problematizar el límite de lo real y lo ficticio, el actor y el personaje. Spalding Gray realizó una serie de monólogos en los que impro visaba un texto sobre su propia vida . Cada episodio correspond ía a un tramo vital: desde el desc ubrimiento del sexo a los catorce años hasta su experiencia creativa en el Wooster, pasando por la rebeldía ju ven il, la esta ncia en Cambo ya o la época de acto r en películas pom o. Gray se sentaba ante una mesa y recordaba su vida de acuerdo a un guión no rígidamente establecido. En ocasiones se ayudaba de ele mentos simples , como un tocadiscos en que hacía sonar las canciones del pasado o fragmentos de voces pregrabadas, etc. Ya se ha señal ado la imp ort ancia que para Tadeus z Kantor tuvo su aprendizaje del happening y del accionismo, que él mismo practicó. Y muchos moment os de las coreografías de Pina Bausch podrían ser leídos como acciones capturadas en una red es pec tac ular. Ent re los elementos prop ios de la acció n de los que el teatro contemporá neo se apropia podríamos subrayar los siguientes: la indiferenciació n actor-perso naje y la valoració n de la prese ncia física del actor (lo que Kantor denominaba pre-existencia del actor); la ident ificació n del tiempo escénico con el tiempo de la presentación y no con el de la representación; el desdibujamiento de los límites entre la realidad y la ficción; el abando no de una relación instrumental con los obje tos y con el espac io , relació n que adquiere en cambio un valor ante todo estético; la valoració n del detalle aislado , de la ocurrencia artís tica no necesariamente enlazada con el resto del espectácu lo; ciertos modos de estruc turació n y composición asociativa, que surgen de la superposición de diversos lenguajes; la aplicació n de procedi mie ntos tran sdi sciplin ares en la creac ión de es pectáculos multime dia, sea n o no tecnológicos. En genera l, la creación escé nica europea durant e los años ochenta se sintió más interesada por las aportaciones estéticas del arte de acción o por la apertura de ámbitos de creació n multimedia que por su virtu alidad expres iva . Al mismo tiemp o, siguió más de cerca la este la de creadores fo rma listas, como Robert Wilson , que la de coetáneos más preocupados por la complejidad lingüística, si bien la inocencia de los primeros espectáculos de Wilson habría sido impensable en el ámbito de la esce na europea , siempre marcada por el peso de la tradición . Los nuevos creadores utilizaron dramaturgias rítmica s , presentaron a actores y bail arines de formació n hetero génea, dieron protagonismo a la instalació n y a la música y recurrieron a nueva s tecnologías para el proceso del sonido o de la imagen. Giorgio Barbero Corse tti, director de Gaia Scienza, escenificó a final de los ochen ta una trilogía basada en textos de Kafka, que resulta ejemplificadora por su apro piación no sólo de recursos del arte de acción de las última s décadas, sino tambié n del teatro de la vangua rdia histórica y de la primera vanguardia americana . Corsetti experime ntó un tratamien to kafkiano de los cuerpos de los actores como portadores de palabras apre ndidas y repetidas , nunca interpretadas, y como generadores de imágenes físicas en relación con las instalaciones que servían de espacio escé nico . En una línea afín se situaría el trabajo de Esteve Grasset con Are na Teatro , aunque en este caso se concediera un mayo r protagonismo a la interacción con la música y al trabajo rítmico y voca l. Extrarradios (1989), espectáculo con struido a partir de improvisaciones abier tas, est imuladas por ideas simples y propuesta s musicales originales, se desarrollaba como una suces ión de cuadros rítmicamente ordenados, en los que alternaban acciones fís icas coreografiadas, fragmentos textual es originales, efecto s visuales, esbozos de situaciones dramática s elementales , movimientos acompañados de sonidos rítmicos, monó logos y momentos de concentración en el espac io escé nico con ceb ido co mo instalaci ón . Co mo en el caso del Woost er , se pa rtía de un tratamiento de los diversos materiales como obje tos encontrados . La música en directo adquiría el mismo protagonismo dramatúrgico que los textos o imágenes propuestos por el director, los materiales escé nicos prese ntes en la sala de ensayos o la presencia I gestua lidad concre ta de los actores. La indisoc iabilidad de l actor y de l pe rso naje co nst rui do sob re sí mi sm o por Enr ique Martínez, fundador de l grupo , a lo largo de sucesivos espectáculos, es paralela a la observada en los casos de Kate Mann heim/Rhoda o Spalding Gray y síntoma de una diversa inscripción del acto r en el proceso de creació n escé nica contempo ránea . De muy diversa orie ntación estética, pero con un mismo impulso interdisciplinar, el trabajo de La Fura deis Baus en la década de los ochenta ha sido una de las aportaciones más interesantes del teatro español a la dramaturgia int ern aci on al. Parti end o de la es tét ica ' punk', La Fura creó co n Acc ions (1984) un es pectác ulo envo lvente por med io de accione s físicas violent as, efectos sonoros impactantes , juegos plásticos con los cuerpos y una transformación constante del es pacio de la acción desarroll ada normalmente en naves con el públ ico en pie siguiendo I evitando a los actore s. El interés por afectar corporalmente al espectador, por provocar situacio nes perceptivas nuevas, se combinaba con una dramaturgia sin palabras , que ordenaba el espec táculo en fases de intensidad y que defin e zonas de preocup ación tales como la relación 184 185 I ---o.. entre el cuerpo y la máquina. lo primitivo (lo originario, lo puro) y lo tecnológico, el rito (orgánico) y la representación, en definitiva, la experiencia del conflicto del individuo-cuerpo con la sociedad post-indu strial'" . Sin duda el caso más claro de integración de teatro y acción en Europa es el del belga Jan Fabre. También conocido por sus obras realizadas con bic azul (La hora azul, Casas de fuego) , Jan Fabre lleva a escena sus intereses plásticos. entrelazándolos con preocupaciones por los conflictos que explotan en los pequeños mundos. En El poder de las locuras del teatro, Fabre jugaba con la repetición (apoyada por la música de Wim Mertens), la violencia, la superposición de imágenes proyectadas (obra de artistas como Jan KouneIlis y Marcel Broodthaers) e imágenes físicas (con participación incluso de animales), componiendo con todo ello una insistente m úsica escénica, que provoca en el espectador sensaciones contrapuestas: del placer estético a la repugnancia, de la sonrisa a la irritación. La respuesta de Fabre a la experiencia de la complejidad pasa por el recurso a la violencia, una violencia que comienza por sí mismo (cuando se obliga, por ejemplo, a colorear con un bolígrafo bic todas las paredes de una galería que le invita a realizar una exposición) y que se proyecta en las bailarinas: mujeres cuyos cuerpos han sido educados/deformados en la disciplina del ballet clásico son sometidas por Fabre a una nueva disciplina, que tiene más que ver con la inmovilidad, la rigidez, la repetición mecánica. La violencia aumenta cuando Fabre muestra casi al desnudo los cuerpos, a los que no permite realizar aquello para lo que han sido conformados. La misma violencia se aplica al teatro en sí, en algunas ocasiones reducido a imagen bidimensional o a caos aparente. Las relaciones orden/caos son otra de las obsesiones de Fabre: "Creo -declaré! refiriéndose a El cristal de la cabeza se hace de cristal- que con la uniformidad de las imágenes y los movimientos he creado el Caos y no el Orden en la escena. La similitud es la diversidad. El verdadero caos es el orden perfecto?"•. En Dulces tentaciones (1992), Fabre invierte la relación y crea directamente el caos sobre la escena; finalizado el espectáculo, sin embargo, se descubre un orden implacable en la composición del mismo. Interesante en este trabajo son las reflexiones de los dos viejos (en principio aparentemente parapléjicos) sobre la naturaleza: inmóviles en sus sillas, hablan continuamente de m Ver Esperanza Fcrrcr y Merc é Saumcll, "La dilatación de los confines teatrales" . en Pere Salabcrt y otros. La Fura dels Baus , Cuadernos El Público. Madrid.ju nio, 1988. pp. 38-58. ,,, Jan Fabrc, El teatro de Jan Fabre , trad. de los textos de Kathy Acker, Emil Hrvatin, Germano Celan! y Miguel Romero. con motivo de la exposición con dibujos. diseños )' vídeos de espectáculos de Fahre y fotograffas de los mismos por R. Mapplethorpe. Hclmut Ncwton )' Carl de Keyzcr. Granada. 1992. p. 12. 186 La Rib ot. Más distinguidas . 1997. © Jaime Gorospe pájaros, de la idea de volar; en un momento dado, Gerald aconseja a Elías: "Cierto. Nada de remordimientos, nada de arrepentimientos, nada de culpa, nada de sentimientos desagradables. Vive de acuerdo a la anarquía de la naturaleza". La ambigüedad de la oposición orden/caos, unida a la voluntad de integración de los diversos medios condujo a un renovado interés por la ópera como medio para la creación contemporánea. Músicos, artistas y coreógrafos que se habían iniciado en el ambiente del happening y la acción se deciden finalmente a la composición de óperas. Meredith Monk estrena Atlas de sonido en 1991. Wilson, que había solicitado sin éxito a MülIer el libreto para una ópera, acaba ofreciendo sus particulares versiones de Monteverdi o Mozart, o estrenando nuevas producciones con Philip Glass. El propio Fabre inicia con El cristal de la cabeza se hace de cristal / Las tres seccio nes de danza (1988) un proyecto de confrontación con el mundo de la ópera. E incluso La Fura deIs Baus encontró 187 Newson y el DV8 Physical Theatre combinan a partir de Mi sexo , nuestra danza (1987) la intención estética con un decidido compromiso crítico, que se ex terioriza tanto en la audacia de las imágenes y accion es escénicas, algunas de ellas de difícil asimil ac ión por parte de l espectador, com o en el recu rso a otros medios para hacer más efec tiva la comunicación, sea la palabra, el vídeo o la plástica. El reto a las limitaciones físicas de cuerpo humano, ya no con una intención crítica sino principalmente estética, había sido uno de los elementos más impactante s de un gé nero de danz a inve ntado años atrás en Jap ón , la danza Butoh . Los espectáculo s propuestos por Min Tanaka , Tatsumi Hijikata, Sankai Juku o Maureen Flemin g tuvieron una excelente acogida en teatros y festivales desde los años setenta, grac ias en gran parte a la combinación del factor plástico con el riesgo físico asumido por los intérpretes. La fusión de técnica s y tradiciones étnicas con las propi as de la danza contemporánea dio lugar a numero sas propuestas; en España se ha practicado desde hace unos años la incorporación del flamenco a la danza o incluso al teatro contemporáneo . Del otro lado del estrecho , Germaine Aco gny supo combinar su aprendizaje de Mauri ce Béjart con la danza tradicional Yoruba de Nigeria para elaborar fascinante s espectáculos, entre los que destaca El despertar , un diálogo de la bailarina con un tambor tribal en el que el cuerp o se lanza al encuentro de la naturaleza, del agua y el fuego . Lo transcultural afectó tambi én al teatro . Un ejemplo sintomático es el de Yoshi Oid a, uno de los grandes actores de Peter Brook, que acertó a cohesionar en Viajes (1990) la tradición interpretativa y narr ativa japonesa co n la danza y la música afri cana. Si bien la tensió n tran scultural ha sido una co nstante en el teatro de las tres últimas déca das, pocos son los ejem plos en que realment e se escapa del folklorismo o del neocolon ialismo . Probablemen te los casos más interesantes son los de emigrantes que, aprendidos los modos de la cultura occidental, son ca paces de elaborar discur sos desprovistos de co mplejos o patern alismos. Es el caso del mexican o Góme z Peña o del iraní Reza Abd oh 279 • Nacido de padre s iraníes e italianos, Abdoh vivió e~ Irán , bajo el régimen del Shah y de los Ayatollah s, antes de instalar se en Los Angeles. Su teatro fue transcultural en el pleno sentido de la palabra, tanto por la conform ación multiétnica de su compañ ía (Dar a luz) como por la heterogeneidad de los materiales utilizados y la elecci ón de los temas: Tight Right White abordaba el tema de las relaciones de razas ; La ley de restos, el de la muerte, confrontando las distintas concepciones de la muerte en la civilización árabe y en la americana , y ca m- el modo de compa ginar sus espect áculo s Jureros con la producción de óperas como La Atlántida, de Manuel de Falla en 1996. La intervención más contundente en el interior de la propia tradición operística se debe quizá a Peter Sellars, convencido de que en una época marcada por "las películas de Hollywood, la televisión y Robert Wilson" , la única salida que le qued a al teatro para escapar a su propia ruina es la ópera. "En una época en que la interrelación de las cosas está superando lo normal, la ópera se convierte en el medio a elegir. Multilingüística, multicultural, multimedia, diacrónica, dialógica, la ópera es una forma que parece tener la posibilidad de reproducir e invocar las simultaneidades, confusiones, yuxtaposiciones, amarga tragedia , y simplemente el evidente absurdo que constituye la textura de la historia reciente'?" . Peter Sellars ha sido capaz de romper las rígidas estructuras de la producción operística para proponer puestas en escena iconoclastas, en las que la lectura del director no es sólo evidente en la escenografía o la ambientación, sino también en el modo de interpretación de los cantantes, en la selección de los mismos e incluso en el lenguaje empleado . Lo multicultural, lo multilingüístico y lo multimedia tambi én han penetrado en el ámbito de la danza cont emporánea , que desde la desnud ez y simplicidad de las primeros ensayos postmodernos , fue evolucionando hacia ámbitos de coincidencia con la ópera y el teatro. Así, Lucinda Child s, después de su co labo ración con Wil son en Ein stein , presentó en 1979 Dan za , con música de Philip Gla ss y escenografía de Sol Le Witt. Éste colocó una gran pantalla en el proscenio y proyect ó en ella fragmentos de tres de las cinco secciones de Dan za, con virtiendo así en escenografía a los propios intérpretes en su movimi ent o y superponiendo a la coreografía su desmaterialización bidi- mensional'" . En los años ochenta, todo tipo de géneros híbr idos invadieron los escenarios destinados a la danza. En Europa, bajo el signo de Pina Bausch, se desarrollaron diversos model os de espectáculos dancísticos que de uno u otro modo transgredían los lími tes del medio. Rosas danst rosas , dirigido por Anne Teresa de Keersmaeker sorprendió por la preci sión de una coreografía basada en la repetición y el movimiento natural que al mismo tiempo era capaz de expresar el sentimiento; en espectáculos posteriore s, Rosas utilizaría también materiales textuales, instalaciones plásticas y vídeo. Wim Vandekeybus, director , actor y fotógrafo , que había trabajado unos años con Jan Fabre , estrenó en 1987. Lo que el cuerpo no recuerda , con el que iniciaba su exploración de una danza de riesgo, marcada por la dureza física de las acciones y la interacción muchas veces violenta del intérprete con la música y la escenografía, sin por ello descuidar la refle xión y el humor. En una línea similar de riesgo, las propuestas de Lloyd "., So bre el teatro y el perfo rmance chicana véase Antonio Prieto Stambaugh , " Memorias desp lazadas: el arte visual trans fro ntc rizo frente al pos rno de rnismo" . Cuade rnos amer icanos (UNAM, México). n" 55. enerofebrero 1996 . vol. l .. pp . 234· 252. '" Petcr Sellars, "On O pera " , Artf orulll 28 (Dece mber 1989), pp 23-24. :'~ Véase S. Sontag . o. cit., p. 135 . 189 188 ......1 binando El libro de la muerte egipcio con textos de Andy Warhol y Jeffrey Dahmer o escenificaciones de linchamientos al ritmo de música folklórica de Nueva Inglaterra, autos de fe, quema de libros, magia negra y campos de fútbol situados en el cielo. Citas de una ciudad en ruinas refería paralelamente a la destrucción de Sarajevo y a las revueltas raciales de Los Ángeles, enmarcadas entre historias de peregrinos asentándose en su nueva tierra de codicia y consumismo, de disciplina (campamento Boy Scout / campo de concentración), decadencia urbana, crimen y muerte. Reza Abdoh proponía rescatar los fragmentos, los restos de la destrucción, en busca de las leyes que gobiernan el mundo; en este sentido el suyo fue un tetaro de la venganza, un "teatro de la época del SIDA"280. La superposición de materiales textuales diversos, la construcción dramatúrgica mediante el procedimiento de la acumulación o entretejido de restos y la diversidad de medios utilizados en las producciones de Reza Abdoh podrían recordar en algunos momentos a las del Wooster Group; sin embargo, la multirracialidad y la violencia le dan un aspecto muy diverso. Convencido de la función catártica de la escena, Abdoh pretendía desarmar al púb lico bombardeándolo con una banda de sonido altamente amplificado y una mezcla trepidante de acciones, textos, coreografías, imágenes estáticas, emisiones de vídeo y proyecciones cinematográficas. Jugando con el montaje del pasado y el presente, de la cultura dominante y las culturas consumidas, del falso paraíso de la seguridad y el consumismo y el espacio de la tortura, de la guerra, de la humillación y de la brutalidad, de la arrogancia intelectual y el sufrimiento del cuerpo, el director iraní produjo celebraciones multimedia de las que el espectador, sin necesidad de entender la multiplicidad de lenguajes, ni siquiera descifrar la diversidad de referentes, no podía salir inmune. El multiculturalismo encontró su equivalente en la vieja y más sosegada Europa (al menos dentro de los muros cada vez más impermeables de la VE) en el multilingüismo. No sólo es normal encontrar diversas lenguas nacionales en espectáculos de danza y teatro (desde Brook y Pina Bausch hasta Fabre y DV8), en algunos casos el problema de la traducción se ha convertido en tema de la obra. Invictos (1991), de Jan Lauwers , con dramaturgia Marianne van Kerkhoven, un espectáculo casi antagónico a los de Reza Abdoh, que jugaba con la irritación producida por los tiempos lentos, la violencia sobre las cualidades de los actores, el agotamiento o la interrupción brusca de las escenas, él recurso necesario a la traducción, la infinitud de discursos casi ininteligibles o anodinos... 2XIlV~ ase Van Kerkhoven, dramaturga del Kaaitheater de Bruselas, insinuaba en 1990 la aparición de "una dramaturgia que fija, más bien, las estructuras parciales que las estructuras globales de una obra. Como si se quisiera aproximar cada vez más a esta pequeña entidad del "instante pleno". El "gran edificio" , la estructura en su totalidad, queda desconocido durante mucho tiempo, abierto, sin acabar, disponible para los cambios. Ensamblando mini-entidades, es decir, los materiales de base más o menos estables, se experimenta, se contonea dulcemente la gran estructura. El momento de la improvisación se sitúa sobre todo en los numerosos ensayos de combinaciones cada vez diferentes, en la reorganización siempre cambiante de las primeras piedras, hasta que la forma alcanza su pureza y se estabiliza más o menos en una organización que es la estructura final y global de la obra'?" , Esta opción por lo fragmentario y por la debilidad inicial de la estructura no parece muy lejana de la dramaturgia de restos de Reza Abdoh, a pesar de la diferencia en los resultados. También en España algunos creadores jóvenes han practicado esta dramaturgia de restos. En el trabajo de Sara Malina es central la atención a lo fragmentario (entendido como lo nimio, como lo roto o como lo aludido). Tres disparos, dos leon es (1994) incluía fragmentos textuales de Francis Bacon, Margueritte Duras, Paul Auster, Botho Strauss, John Berger y la propia directora, así como material verbal de los actores e incluso restos de improvisaciones Gautarn Da sgupra , "Body/Po litic, Th e ccstasies 01' Reza Abdo h" , en Perfonning Ara Journal . n" 48. septiembre. J 994 (vol. XV I. 11" 3). pp. 19-28. 190 Legaleón Teatro! Óskar G ómez. Tómbola Lear, de Rodrigo García. 1998. © lñaki Erkizia. : SI Marianne van Kcrkhovcn . 'T:I peso del tiempo" , en ere 9/. Arena teatro. Murcia, 199 1, p. 111 . 191 desechadas o caminos de trabajo interrumpidos. Los textos no son interpretados, son más bien citados, del mismo modo que son citadas las músicas (de Williams Boyce, Albéniz o Nino Rota, entre otros), los gestos e incluso e! proceso mismo de trabajo. Multiplicando las mediaciones, Sara Malina construye teatros dentro del teatro, sustituyendo las arquitecturas formales por reglas de juego e invitando al público a participar con sonrisas cómplices o apelaciones tímidas, invitaciones a que e! espectador mire por el ojo de la cerradura o se cuele por debajo de las puertas'". Un ludismo algo más violento y una voluntad contaminante más radical es perceptible en los trabajos de Óscar Gómez para Legaleón Teatro. El silencio de las Xygulas, un trabajo plenamente interdisciplinar, compuesto a partir de textos del músico y video artista Anton Reixa ("a propósito de un retrato que Xurxo Femández le hizo a Hanna Schygulla, pero sobre si le tiramos una foto a un cadáver y sale movida, ¿quién tiene la culpa?, ¿el fotógrafo o el cadáver?"), se articula en cinco secuencias, resultantes de la acumulación de pequeños esquemas de gesto-voz-movimiento que se repiten a veces con ligeras variaciones según avanza la secuencia, y que derivan en o se cruzan con otras minisecuencias o incluso gestos, palabras o acciones singulares y excepcionales. Se juega con el montaje por contraste, la derivación asociativa, la repetición o la aceleración con deformación. A los esquemas iniciales parecen haberse ido adhiriendo ocurrencias e improvisaciones verbales, aportaciones de colaboradores anónimos, juegos asociativos derivados del vestuario o los objetos y, sobre todo, ráfagas de música pop, canciones populares de diversas procedencias culturales, sintonías de radio o televisión y todo tipo de ruidos y efectos de sonido. Los fragmentos acumulados son sometidos en el espectáculo a una precaria ordenación que mantiene visible el caos y que responde a la intención de Óscar Gómez de restitutir al espectador la realidad tal como es en un momento dado, clara aplicación de lo que en su "Receta para El silencio de las Xigulas" los de Legaleón denominan "sintaxis de un cerebro magullado'?" . La fascinación por el caos limita al mínimo la determinación de la forma y potencia, en cambio, la acción de los factores de desestructuración, principalmente el humor y la violencia. No menos humor, aunque sí menos violencia explícita, encontramos en las propuestas de otros de creadores españoles que han tenido especial repercusión en los últimos años: los espectáculos transdisciplinares de! heterodoxo pianista Carles Santos o las inclasificables Piezas distinguidas de La Ribot. Ambos se sitúan claramente en una zona de cruce entre la música, las artes plásticas, la 2~~ Véase Sara Malina, Teatr o contemporáneo, El compromiso eO Il una ética y lUlO estética, Cuadernos del Aula de Teatro de la Universidad de Málaga, 1995, p. 13. '" Los de Legaleón adaptaron " Receta para un libro" , de Henrique Monteagudo (en Historia do Rack and Roll. Universidad de Sa ntiago, 1985), para elabora r una " Receta para EL SILENCIO DE LAS XIGULAS", que se convertiría en " Manifiesto" del grupo 192 danza y la acción, sin que preocupe demasiado en qué lugar exactamente hay que colocarlos. Las Piezas distinguidas, que La Ribot comenzó a elaborar a partir de 1993 recuperando el procedimiento neo-dadaísta de vender cada una de ellas (con una duración de uno a cinco minutos) a un patrocinador institucional o privado, pasan ante e! espectador como obras de una exposición, construidas a partir de ideas u ocurrencias de índole visual, musical o incluso verbal. Hay piezas brevísimas, que actualizan las provocativas síntesis futuristas, otras mínimas, en las que el movimiento apenas resulta perceptible y que convierten el cuerpo de la intérprete en mera imagen, otras cómicas e incluso histriónicas, y algunas líricas, controladamente expresivas. Todas ellas están impregnadas de un humor amargo: una mirada atónita hacia la complejidad de la experiencia y del movimiento y la decisión de afrontarla por medio de la ironía. La situación en un territorio interdisciplinar, el protagonismo concedido a los objetos, la palabra y la imagen, la concepción del cuerpo no como instrumento de expresión sino más bien de pensamiento, la práctica de la desestabilización, del desequilibrio, la insistencia en las desviaciones y la voluntad de comunicar directamente con el espectador, con su cuerpo, con su pensamiento encarnado son algunos de los rasgos que caracterizan lo que podríamos denominar la nueva danza española, de la que habría que destacar los espectáculos lúdico s, ines ta bles , garabateados y pretendidamen te grotescos de Mónica Valenciano, o las exploraciones poéticas de la presencia y de la ausencia practicadas por Oiga Mesa, con un fuerte énfasis en el trabajo con el cuerpo extrañado y su interés por la integración del vídeo y la palabra como instrumentos de una creación indiferente a los géneros. Lamentablemente, tras el hundimiento de las grandes esperanzas acaecido en 1992, la creación escénica contemporánea española se ha visto privada de un circuito de exhibición y producción que garantice su crecimiento y su participación habitual en la escena internacional. No hemos contado en España con un Mickery, o una Mama o un Kaaitheat er (como no hemos contado con un Grotowski, un Brook o un Kantor), y, tal como evolucionan las políticas culturales, aún tardaremos al menos unos años en encontrar un fenómeno similar en nuestro país. No obstante, esa red de festivales y centros de producción que amparó la eclosión de un teatro contemporáneo internacional a mediados de los ochenta y principios de los noventa (con centros de producción como el Theater am Turm de Frankfurt, el Kaaith eater de Brusela s, el Mickery de Amsterdam y el Hebbeltheater de Berlín o festivales internacionales como el de Viena Granada Glasgow, Los Ángeles y Hamburgo) y que dio lugar a lo que podría s:r denomi~ nado "dramaturgias internacionales" (como las propuestas por Ritsaert ten Cate 193 las grandes redes y mucho más próximo a las estrategias del arte de acc ión, y especialmen te del que se ejec uta en clubs o espacios ligados a una colectividad concreta . La limitación de la creac ión a la comun idad puede ser tamb ién contemplada desde una perspectiva positiva, como una adaptación a la nueva experiencia , como síntoma de una tra nsformació n que está afec tando a la función asumida por los creadores desde finales del XVIII y que probablemente conmo verá las estruct uras de producc ión artíst ica de una forma mucho más radical que las suces ivas rupturas vang uardistas de nuestro siglo . Peter Sellars reflexiona sobre ello del siguiente modo : "Existe una tradición clásica occide ntal del artista como exiliado en su propio país , que se mantiene al margen de la sociedad en un gesto de superioridad y rechazo . Es partic ularmente interesante que la actual generación se oriente, por el contrario , hacia el compromiso social, la acción, la política y los servicios tanto divinos como humanos. El arte (...] debe ocupar su puesto en el centro de la comunidad , el lugar que ocupa en la mayor parte de las sociedades tradicionales del planeta, sociedades donde las defi niciones al uso de 'tradicional' y 'co ntemporáneo ' no son mutuamente excluyentes'?". Obviamente , la idea de un teatro para la com unidad no apunta sin más al retorno a forma s escénicas pre-profesio nales o del tercer teatro, ya que, en el caso de las sociedades occide ntales, es ineliminable la experiencia de la internacionali zación y la mutua contaminación de las culturas y de los medios . Lo interesante en el texto de Sellars es que implícitamente as ume el respet o a la diferen cia como corrector de la arrogancia y el etnocentrismo de la cultura y de la creación occidentales . Esto conlleva la sustitución de ciertos valores estéticos por valores ético s, la renuncia a la definic ión de una vanguar dia interna cional homogénea y el respeto a y valoració n en términos de igualdad de producciones que, desde fuera de lo occiden tal o de los circui tos priorizados por los sistemas , dan respuesta a la problemática de las comunidades en las que se inscriben . Esta nueva perspectiva complejiza aún más la experiencia de la escena contemporánea, al tiempo que muestra como parc ial y necesariamente limitada la reconstrucción de la herencia que hasta aquí se ha propuesto. Sin embargo , no por parcial deja de ser lícita. Frente a la realidad de la com plej idad y la multiplicació n de las diferencias se abre un abanico de posib ilidades entre dos estrategias ex tremas : la con taminante (multirracial, multilingüística, rnultic ultural , multimedi a) o la monadológi ca (encerrada en su propia diferencia). Las dos persiguen objetivos similares: la supresión de los grandes muros y la multiplicac ión de los pequeño s muros (franqueables/transgredibles) en el interior de un campo civili zatorio cada vez más universal. La atención a lo otro en ningún caso será posible sin la atención a lo propio. o Maria nne van Kerkhove n), ha perdido también gran parte de su protagon ismo en el ámbito de la creac ión internacional. Mientras en los circuitos internacionales se continúa represen tando un teatro de imágenes (sea ópera, dan za o espectáculo multimedia) o un teatro de reperto rio producido por grande s directore s, los espectáculos producidos por nuevos creadores se refugia n en lugares de menor formato , al abrigo de pequeñas estructuras de producción o incluso de com unidades co ncreta s. La rec uperació n de la palabra , después de una década de imperio del ritmo y la image n, forzaba a una restric ción del ámbito geográfico de inciden cia (en la medida en que el uso de una leng ua limita la comprensión a los hab lantes de esa misma lengua), lo cua l coinc idió con una disminución de los recursos eco nómicos dispo nib les para la creación escén ica . Cuál de los dos factores es anterior al otro res ulta indiferente . Lo importante es la cons tatación en los últimos años del surgimiento de un nuevo tipo de tea tro , ajeno a Oiga Mesa. Esto 110 es mi cuerpo, 1996. © lsabelle Meistcr '" Cit. por Ritsacrt len Cate. "Bailando sobre el volcán". etc 92. Arena teatro, Murcia. 1992, pp. 130-131. 195 194 ¡ ~ En el ámbito de las sociedades occidentales, el arte escénico que está asumiendo el relevo del " teatro más allá de la televis ión" no podrá esca par a ciertas experie ncias , co mo la vivencia cotidiana de lo electrónico, la familiaridad con los programas inform áticos, la irrupción de los medios interactivos, los nuevo s modos de percepción abiertos por el ava nce de la realidad virtual , etc. La ambigüedad de lo real y lo ficticio, la dispersión de la autoría y la responsabilidad, la disociación de lo abstracto y lo concreto (en lo cotidiano tanto como en lo político , en lo eco nómico y en lo científico), la simultaneidad de texto e icono, la transitoriedad entre palabra, imagen, y sonido, la pérdid a de la experiencia de lo físico , la experiencia del mund o y de la historia co mo paisajes, la co ntinua puesta en cuestió n del fundamento de la civilización en conflicto con los restos de otras civilizaciones, la indecisión entre la apertura y el aislamie nto, la ceg uera de la ideo logía triu nfante , el ocultamiento de l poder, la acen tuac ión de las diferencias eco nómicas en la época de la globalización o el problema del vacío religioso y sus consec uencias éticas son algunos de los temas a los cuales las nuevas dramaturgias occidentales deben enfrentarse poniendo en jue go nuevas form as , nuevas di sposiciones, nuev as acti tudes . La modesti a en el ejercicio artístico, deri vada de la nueva conciencia de la complejidad y de la diferencia, en ningún caso puede ser exc usa para abdicar de la decisión , de la intensidad , de la respo nsabil idad y del comprom iso . 10. Cronología La siguiente crono logía no pretende ser exhaustiva, sino indicativa de las obras que se ha tenido en cuenta para la fijació n de la mirada sobre la historia. Por otra parte , se han inc luido también co reografías o puestas en escena de grandes directores no comen tados en el texto que, sin embargo, han ten ido una gra n incid encia en la historia del arte escénic o de nuestro siglo. 1830 1836 1845 1850 1853 1865 1871 1874 1876 1879 1883 1887 1889 1891 1892 1893 1896 1898 Hernani. Victor Hugo. París. El revisor . Nikola i Gogol . Teatro Alexandra de San Petersburgo Tannhiiuser. Richard Wagner. Teatro de la Co rte de Dresde. Lohengrin. Richard Wagner. Teatro de la Corte de Weimar Sardanápalo . Lord Byron I Charles Kean. Lond res. Trist án e [solda . Richard Wagner. Teatro de la Corte de Munich . Aída. Verdi. El Ca iro Julio César . Shakespeare I Lud wig Chronegk-Meini nger, Berlín . El anillo del Nibelungo. Rich ard Wagner. Festpielhaus de Baureuth Una casa de muñ ecas. Henrik Ibsen. Teatro Real de Estocolmo. Un enemigo del pueblo. Henrik Ibsen I William Bloch. Teatro Real de Estocolmo. Th ér ése Raquin. Emile Zola I Antaine . Th éátre Libre . París. La seño rita Julia . Strindbe rg. Co penhague. Espectros . Ibsen I Otto Brahm. Freie Bühne. Berlín. La intrusa I Los ciegos . Mauri ce Mae terli nck . Paul Fort. Th éátre de 1'0 euvre . París. La Serpe ntina, La Violeta, La Mariposa, La Danza Blanca. Loie Fuller. París . Los tejedores . Ger hardt Hauptm ann I Otto Brahm . Freie Bühne . Berlín . Pélleas y Melisande. Maeterlinck I Lugné-Poe. París. Ubu rey . A. Jarry I Lugn é-Poe.Théatre de 1'0euvre . París. La gaviota. Chéjov I Stanis lavski I Dan ch e nko . Tea tro de Ar te de Moscú. El espiritu de la tierra. Franz Wedeki nd . Leipzig . 196 197 1899 1900 1901 1902 1904 1905 1906 1907 1908 1909 1910 19 11 191 2 191 3 1914 198 Dido y Eneas . Purcell / Craig. Londres. Hacia Damasco . Strindberg. Estocolmo. Primera actuación de Isadora Ounean en París. Tres hermanas . Chejov / Stanislavski. Teatro del Arte de Moscú. Los bajos fondos . Gorki / Stanislavski. Teatro de arte de Moscú. La conquista de las estrellas . Marinetti / Sarah Bernhardt. París El jardín de los ce rez os . Chejov / Stanislavski . Teatro de Arte de Moscú. La caja de Pandora . F. Wedekind. Nürnberg. Candida . G.B. Shaw / Granville-Barker. Londres. "Concierto Chopin". Isadora Ounean. Berlín Rosmersholm. Ibsen / Craig / Ouse. Florencia. Incienso , Radha , Las Cobra s, Nautch . Ruth St. Oenis. Buffalo / París. La barraca de feria. A. Blok / V.Meyerhold. San Petersburgo La vida del hombre. Andreiev / Stanislavski. Teatro de Arte de Moscú. Concierto de Isadora Ouncan en Moscú. Don Juan en el infierno . G.B. Shaw / Granville-Barker. Londres. El pájaro azul. Maeterlinck / Stanislavski. Teatro de Arte de Moscú. Ifigenia en Aulide. Gluek / Ounean. Londres. Fausto . Goethe / Georg Fuchs. Teatro de los artistas. Munich. Roi Bambanee. Marinetti. Théátre de I'Ouvre. París. Ases ino, esperan za de las muje res . Kokoschka. Viena. Presentación de los Ballets Rusos de Oiaghilev en París. Edipo Rey . Sofocles / Hofmannsthal / Reinhardt. Deutsches Theater. Berlín. Primera velada futurista. Teatro Rossetti. Trieste. Orfeo, Gluck / Duncan. París. La Orestiada . Sofocles / Reinhardt. Berlín. Los hermanos Karamazov. Dostoievski-Copeau / Copeau. París. Orfeo y Euridice. Gluck / Appia / Dalcroze. Hellerau. Hamlet. Shakespeare / Craig. Teatro de Arte de Moscú. El genio de la comedia . A. Gual. Barcelona. El anuncio hecho a María . Paul Claudel / Appia / Dalcroze. Hellerau Victoria sobre el sol, de Alexei Kruschenykh y Yo Ma iako vski . San Petersburgo. Ave María (Schuber t) , La patética (Chaikovski) y La Marse llesa . Isadora Duncan. Nueva York-París. Piedigrotta. Cangiullo / Marinetti / Baila. Roma. Sakuntala . Kalidasa / Tairov. Teatro de cámara. San Petersburgo. Noche de reyes . Shakespeare / Copeau. París. 19 15 191 6 Danza de una bruja. Mary Wigman. Berlín. Sintesis fu turistas. Teatro Vittorio Emmanuelle de Ancona. Caba ret Voltaire. Hugo Ball / Emmy Hennings / Hülsenbeck / Janco / Arp. Zurich. El hijo . W. Hasenclever. Praga. El diluvi o . Henning Berger / E. Vajtangov. Moscú. Til Eulenspiegel, R. Strauss / V. Nijinski / S. Diaguilev / R. Edmond Jones. Nueva York. 1917 191 8 1919 1920 Parade. Cocteau / Satie / Picasso / Bakst. Ballets Rusos. París. Fuegos de artificio. Stravinski / Baila. Ballets Rusos. Roma. Las tetas de Tiresias. Apollinaire. París. El mendigo. R. Sorge / M. Reinhardt. Berlín. De la ma ñana a la medianoche. G. Kaiser. Munich Misterio bufo . Maiakovski / Meyerhold / Malevich. Petrogrado. Santa Susanna , August Stramm. Berlín. Ballets plástics . Gilbert Clavel y Fortunato Depero. Roma. Gas . G. Kaiser. Frankfurt. Cristo . Georg Fuchs. Munich. Matoum y Tévibar . Albert-Birot / Vitorio Procecca / Prampolini. Teatro dei Piccoli. Roma. Krdfte (Fuerzas / Energías). A. Stramm / L. Schreyer. Berlín. Guillermo Tell. Schiller / Jessner. Berlín. La transformaci án. E. Toller / K.H. Martin. Berlín. El mio rojo . Nikolai Vinogradov / Taller del Ejército Rojo. Petrogrado Edipo, rey de Tebas . F. Gémier. París. El tiemp o es un sueño, H.-R. Lenormand / G. Pitoéff, Jed ermann (Cualquiera). Hofmannsthal / Reinhardt. Salzburgo. Las pillerías de Scapin y El médico a su pesar . Moliere / Copeau . París. Pulcinella . Stravinsky / Massine / Picasso. París. Las albas. Verhaeren / Meyerhold. Moscú. El misterio del trabajo liberado . Yuri Annenkov / Alexander Kougel. Petrogrado. El bloqu eo de Rusia. S. Radlov. Petrogrado. En fa vor de la Comuna Mundial. Mardzhanov / Radlov / N. Altman. Petrogrado . El asalto al palacio de invierno . 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La pri ncesa Turand ot, Gozzi / Vajtangov. Moscú. Tambores en la noche. Brecht / Falckenberg. Munich. El matr imonio . FEKS: G. Kozintsev y L. Trauberg. Petrogrado. Antigona . Sófocles-Cocteau/ Dullin / Picasso. París. Tristan e Isolda . Wagner / Appia. Milán. "Concierto Wagner". Isadora Dunca. Moscú-Nueva York. La creac ión del mundo . Blaise Cendrars / F. Léger / Ballets Suecos. París. La tierra encabritada . M. Martinent / Tretyakov / Meyerhold / Popova. Moscú. Escucha, Moscú . Tretiakov / Eisenstein. Moscú. Danzas mecánicas . Foregger. Moscú. R.UR. Karel Capek / Frederick Kiesler. Praga. En la espesura de las ciudades. Brecht / Engel. Munich. Ballet mecáni co . Kurt Schmidt. Semana de la Bauhaus. le na. Seis personajes en busca de autor. Pirandello / Pitoéff, París. Emperador iones. O'Neill / Baty. París. Vida de Eduardo Il de Inglaterra . Marlowe / Brecht. Munich. Rel áche. Picabia / Satie / R. Clair / M. Ray. París. Revue Roter Rumm el (Revista de la feria roja). Piscator. 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W., 106 Albéniz, Isaac, 192 Albers, Josef , 11 0 Albert-Birot, Pierre , 69 Albert-Theater (Dresde) , 47 Altman, Nathan, 44, 73 Anderson, Laurie, 180 , 181, 183 Andreiev, L.N., 40 Annenkov, Yuri, 93 Antin , Eleanor, 182 Antúnez, Marcel.li, 11, 183 Apollinaire, Gui\laume, 11, 39, 61, 68,69,86 Appia, Adolphe, 19,30, 31,32,34, 35,36,37,38,42,44,46,5 1,52, 56,6 1,78 ,98, 104, 129, 130, 161 Aragon, Louis, 68, 87 Arena Teatro, 176, 185 Aristóteles , 15, 16, 17, 18, 19, 20 , 100 ,1 25 , 169 Aron (?) , 89 Arp, Hans, 68 Arta ud , Anto ni n, 89 , 9 1,92 ,93 , 94,95,96,97,98,99 ,100, 101, 104 ,105 ,1 07 , 110 ,11 6 ,1 24 , 125 , 126 ,1 27 ,1 28 , 131 ,1 36 , 145 ,150 ,1 56,1 60 ,1 77 ,1 78 Auric, Georges, 70 Auster, Paul, 19 1 Bacon, Francis, 191 Bair, Deid re, 108 Baku nin, Mijail A., 27 Ball,Hugo,ll ,50, 67 , 68 Balla, Giacomo, 66, 68,7 1,72, 132 Ballets Suecos, 70, 88 Ballets Rusos, 68, 71 Barba, Eugenio , 138, 139 , 140 Barrault , Jean Louis, 12, 100, 101, 137 Bataille , Nicolas, 104 Baty, Gasten, 43, 44 Bauhaus, 55 , 56, 57, 58 , 110,11 1, 166 Bausch, Pin a , 12, 158 , 159 , 160 , 169,1 84 ,1 88,1 90 Beauvoir, Simone de, 11 6 Beck, Juli an , 126, 127 , 128, 129, 130, 138, 153 Beckett, Samuel, 23, 104, 105, 106, 10 8 ,10 9 ,11 0 ,11 2 ,1 29, 136 , 144, 149 ,156 Behrens, Peter, 19 Béjart, Mauric e , 189 Benj am ín, Wa1ter, 9 1 Bentley, Eric , 2 16 227 Berger, John, 191 Berliner Ensemble, 123 Bernhardt, Sarah, 63, 64 Beuys,Joseph, 11 7 , 118, 11 9 Bezen, M., 177 Black Mountain College , 58, 110, 11 1 B1ake, William, 161 Blue Man Troupes, 141 Boadella, Albert, 175 Boccioni, Umberto, 64, 65 Bogosian, Eric, 182 Bonnard, Pierre, 70 Bouler, Pierre, 101 Boyce, Williams, 192 Bozal, Valeriano, 217 Bread and Puppet, 144, 145 Brecht, Bertolt, 21, 23, 75, 77, 80, 81, 82,83, 105, 107, 108, 110, 123 , 124 , 125, 127, 128, 129, 130 , 136 , 142, 145, 155, 157 , 166,1 69 Breton, André, 39, 68, 86, 87, 89, 161 Breuer, Lee , 141 Brinsov, Valeri, 77 Broodthaers, Marce!, 186 Brook, Peter, 123, 125, 136, 137, 138,1 41 ,1 89,1 90,1 93 Brown, Trisha, 12, 121 Brown, Carolyn, 117 Brown, Kenneth, 127 Büchner, Georg, 26 Buñuel, Luis, 90 Burden, Chris, 181 Burke, Kenneth, 174, 175 Burrongs Willian, 180 Byrol Hoffmann Foundation, 161 Byrski, M. K., 134 Cabaret Voltaire, 68 228 Cage, John,66, 110, 111 , 11 2, 113, 114,115 ,11 9,1 26 ,1 29 ,1 30 , 144, 145 Calderon de la Barca, Pedro, 135, 136 Cangiullo, Francesco, 66 Capek, Karel, 56 Carpentier, Alejo, 101 Carra, Carlo, 68 Casa de Cultura de Kassák , (Budapest), 177 Casavola, Franco, 71 Catarsis, 18, 19, 100 Cendrars, Blaise, 70 Chaikin, Joseph, 114, 141 , 142 Chamberlain, Houston S., 31 Chejov, Anton, 21,22 ,42 Childs , Lucinda, 117 , 122, 188 Chong, Ping, 122, 141 Circo, 42, 72, 74, 90 , 143 Clair, René, 88 Claudel, Paul, 70, 89,101 Clavel, Gilbert, 71 Cocteau, Jean, 11 , 68, 69, 70, 90, 101 Collage, 67, 71, 87, 89, 116, 129, 150 , 151 Comediants, 145, 146 Commedia dell'arte, 45, 143 Conservatorio René Maubel, 68 Copeau, Jacques, I I,42,44 Copianx, 43 Corni sh School o f Performin g Arts, 113 Corra, Bruno, 71 Corsetti, Giorgio Barbero, 185 Craig, Edward Gordon, 11 , 19,3 3, 34, 35, 37, 38, 39,40 , 41,42, 44, 54, 56, 57, 132 Cranach, Lucas, 88 Cricot 2, 149, 152 Crornmelynk, Fernand, 79 Cunning ha m, Merce, 110 , 112, 113,114,1 [9, [45 Dahmer, Jeffray, 190 osn, Salvador, 90 Dancers Workshop, 143 Danchenko,76 Dar a luz, 189 Davis, Ronnie, 143 De Kooning, Willem, 11 0 De Chirico, Giorgio, 70 Debussy, Claude, 39, 40 Delacroix, Eugene, 26 Delaunay, Robert, 68 Demócrito, 17 Depero, Fortunato, 70 , 7 1 Der Sturm , 51,53 Derain, André, 68 Desnos, Robert, 87, 10l Diaguilev, Serge, 68, 70, 7 1 Diebold, Bernhard, 54 Dine,Jim, 11 6, 11 7,1 22 Dostoievski, Fiodor, 177, 178 Drama en estaciones, 22 Drama naturalista, 2 1 Drama expresionista, 45, 46, 47, 48 Duchamp, Marcel, 88, 110, 144, 152 Dullin, Charles, 43, 100, 101 Duncan,Isadora, 11 , 19, 37 Dunn, Douglas, 122 Duras, Margueritte, 191 Dürrenmatt , Friedri ch , 104, [23, 124 Duse, Eleonora, 35 DV8 Physical Theatre, 189, 190 Eckhart (Maestro Eckhart), 112 Eisenstein, Serge, 73, 74, 83, 166 El Cartel, 43 EIs Joglars, 175,1 76 Emmel, Fe!ix, 46, 53 Eurípides, 15, 164 Evreinov, Nikolai, 73 Excentrismo,73 Exter, Alexandra, 45 Eyen, Tom, 141 Fabre,Jan, 176, 186, 187, 188, 190 Fábrica del Actor Excéntrico, 11 ,7 3 Falckenberg, Otto, 45 Falla, Manuel de, 188 Falso Movimento, 176 Faulkner, William, 100 Fehlling, Jürgen, 45 Femández, Xurxo, 192 Filmakers Cinemateque, 117 Finley, Karen, 12, 182 Flaszen,1 33 Flaubert, Gustav, 36 Fleming, Maureen, 189 Fluxus, 117, 11 8 Foregger, Nikolai, 72, 73 Foreman, Richard, 163, 167, 169, 170,1 71 , 172 ,17 3,1 75, 176 , 179 Formin, Ivan, 73 Fort, Paul, 42, 68 Forti, Simone, 12, 120 , 12 1 Foster, Paul, 141 Fratellini, Paul, Francois y Albert, 70 Frisch, Max, 104 F uchs.Georges, 11 , 14, 15,19 ,42, 44 Fuller, Buckminster, 110 Fuller, Loie, 11 , 32 Gabo, Naum, 68 Gaia Scienza, 176, 185 Gallimard, Gaston, 68 García Yebra, Agustín, 17 229 Garc ía Lorca , Federico , 86 , 89 , 90, 9 1, 94,147 Gasbarra, Felix, 76 Gelb er , Jack , 126 Genet, 156 Gesamtkunstwerk , 26 , 28 Gide , André, 10 I Gi lbert & George , 181 Glass , Philip , 141,165 , 187,188 Goethe, Johan w., 26 , 118 Gogo l (Nikolai Vasiliev ic), 78 Gómez de la Serna, Ramón, 44 Gómez Peña, Guiller mo, 189 Gómez,Óscar, 12, 191 , 192 Gonc harava , Natalia , 68 Go ncourt, Edmo nd , 22 Goodman , Pa ul, 128 Gordon, Dav id , 120 , 122 Go zzi, Co nde Carlo, 45 Gra ham , Marth a , 113, 16 1 Grand Unión, 141 Grasset, Este ve, 185 Gray, Spalding, 169 , 173,174 , 185 Gray, Bette, 174, 184 Grapius, Walter , 55 , 56 , 75 Grotowski , Jerzy, 131 , 132 , 133 , 134 , 135 , 136 , 138 , 139 , 140, 144 , 193 Gual , Adriá, 19 Guido te- Álvarez, Ceci le, 140 Guiñol, 143 Halpri n, Ann, 114, 119, 126, 143, 144 Handke , Peter, 138 Happenin g , 12 , 110, 114, 116, 117, 119 ,1 29 , 144,1 45 , 152,1 84 Hartmann, Theodo re, 49 Hart ung, Gustav, 45 Hasencle ver , Walter , 53 Hauptm ann , Gerhart , 21 ,22 230 Hauser, Kaspar , 138, 139 Hay, Alex, 117 Hay, Deborah, 122 Hebbeltheater (Berlín), 193 Hegel , 2 1 Henn ings, Emmy, 67 Heymand, Julie , 182 Higgins, Dick, 116 Hijikata, Tatsumi , 189 Hiller, Susan, 182 Hoffman, William , 14 1 Hofma nnsthal, Hugo von, 40 Honegger, Arthur, 70 Horowitz, Irvin L., 129 Huelsenbeck, 68 Hugo, Jea n, 70 Hugo , Victor, 26 , 27 Ibsen , Henrik, 21,42 ,66, 155 Ionesco , Eugene, 103, 104, 106, 123 Irving , Henry, 35 Itallie , Jean -Claude van, 141, 142 Jacq ues-D alcroze , Em ile , 11, 19 , 36 ,42,51 , 132 Jakoulo v, Georges, 68 Janco ,68 Jarry,Alfred,61 ,62,63,65,161 Jessner, Leopold , 11,40,45,46 Jesurun, John , 141, 176, 178, 179, 183 Jhering, Herbert, 53 , 54 Johns, Jasper, 114 , 115 Jouvet , Louis, 42, 43 Joyce, James, 103, 104, 105, 171 Judso n Dance Theatre , 120 Kaa itheater (Bruselas), 19 1, 193 Kafka, Franz, 185 Kalidasa,45 Kamp fbühne, 53, 54 Kandi nsky, Vasily , 47 , 48, 49 , 50 , 51 ,52 ,56,68, 11 3, 132 Kantor, Tadeusz , 141 , 149 , 150 , 151 , 152 , 153 , 154 , 156, 160 , 169, 184 , 193 Kapraw , Allan , 114, 115, 116 Keersmaeker, Anne Teresa de, 188 Kelly, John , 12 , 141,1 83 Kerkho ven, Marianne van , 190, 191,194 Kerzhentsev, Platon , 73 Khodasev ich, Valentina , 73 Kiesler, Frederick, 56 King, Kenneth, 122 , 141 Kirby, Michae l, 141 Klein, Yves, 117 Know les , Christopher, 162 Kobland, Ken, 173 Kokosc hka, Oskar, 46, 47,56 Kools, Anna, 177 Kougel, Alexander , 73 Kounellis , Jan, 186 Kozintsev, Grigory, 73 Krizick y, Georgy, 73 Kruschenykh, Alexei , 72 Kugel,73 La Monte Young, 116 La Mama, 12, 140 , 141, 179, 193 La Cuadra, 146 La Fura deis Baus , 185, 187 La Ribot , 12, 187 , 192, 193 Laban, Rudolf, 68 Lacey,Suza nne , 182 Lagut, Irene , 69 , 70 Laing, n.o., 142 Lania, Leo, 76 Larionov , Mijail , 68 Lauwers , Jan, 176, 190 Lebel, Jean Jacq ues, 11 7 LeCompte, Elisabe th , 169 , 172 , 173, 174,175 Legaleón Teatro, 191 , 192 Léger, Fernand , 11, 70 Lehrstücke , 81 ,123 ,129 ,155 , 156, 157 Leibowitz, R., 48 Les Foll ies Bergéera, 32 LeWitt, Sol , 122 ,1 28 Liebmann, Kurt , 53 Living T he atre , 113, 126, 128 , 129 , 130 ,1 3 1, 133 , 142 ,1 43 , 177 Los Ange les Poverty Department , 176 Lugn é-Poe, Aurélien , 62 Lukács, Georg , 20, 21 Lun acharski, Anatoly, 73 Lyotard , Francois, 161 Maciu nas, George s, 117 Mae terlinck , Ma urice , 2 1, 23 , 40 , 63 ,77 , 161 Mag nuson, Ann, 182 Magritte, René , 126 Maiakovski , Vladimir, 23, 72 , 78 , 79 Malevich, Kasimir, 72 Malina , Judith, 126, 127, 128, 129, 130 Mallarmé, Steph ane, 39 Manheim , Kate , 170, 185 Manzoni, Piero, 117 Ma u-Tse-Tung, 129 Marc, Franz, 48 Marc hán, Simón, 218 Marchi, Virgilio, 71 Marc use , Herbert, 129 Mardzhanov, Konstantin , 73 Maré , RoIf de , 70 ,88 Marin ett i, Filippo Tomasso, 39,6 1, 63 ,64,65,66 ,70,7 1,72 Marlone , Unristopher, 134 Martin, Karlhein z, 45 231 Martínez, Enrique, 185 Massine, Léonide, 68 Matisse, Henri, 68 Obra de arte total, 23, 27, 29, 30, 50,66,82 Obra de arte viviente, 31,52 Matyushin, Mijail, 72 Odin Teatret, 138, 139 Mazza, Armando, 64 Mesa, OIga, 12, 193 Meyerhold, Vsevolod, 42 , 76, 77, 78,79,80,81,132 Mickery Theatre (Amsterdam), 176,177,179,193 Milhaud, Darius, 70,101 Miller, Arthur, 173 Mimesis, 15, 16, 17, 18, 19,37, 100 Miró, Joan, 175 Mnouchkine, Arianne, 146, 147 Moctezuma, 96 Moholy-Nagy, Laszlo, 57,58 Molina, Sara, 12, 191 , 192 Molnar, Falkar, 55 Monk.Meredith , 122,141,187 Monleon, José, 145 Montano, Linda, 131 Monteverdi, Claudio, 187 Morris.Robert, 115, 120 Mortemar, Ida, 97 Mozart, Wolfgang A., 164, 187 Mühl, Otto, 126 Müller, Heiner, 123, 155, 156, 157, 158, 159, 160, 161, 164, 165, 166,167,169,187 Music-hall, 65, 66 Neher, Caspar, 81, 82, 83 Newmann, Emest, 29 Newson, Lloyd, 189 Nietzsche, Friedrich, 15, 19,20,37 Nikolais, Alwin, 113 Niscemi, Naita de, 163, 164, 165 Nitsch, Hermann, 126, 182 Norman, Jessye, 166 O'Horgan, Tom, 141 Oida, Yoshi , 189 Ojlopkov, Nikolai, 11,80 0Idenburg,Claes, 116, 117, 122 Olympia (Londres), 43 Olsen,Charles ,112 Om Workshop, 143 Open Theatre, 141, 142, 143 Ortega y Gasset, José, 44 Ouaknine, Serge, 135 Pageant Players, 143 Pane, Gina, 181 Papini, Giovanni, 64 Paxton, Steve, 12, 120, 121 Paz, Octavio, 90 Pellegrini, Aldo, 95 Pérez de Ayala, Ramón, 44 Pérez Benjamín, 87 Perfomance Art, 181 Performance Group, 12, 117, 143, 173,183,184 Perfomig Garge (WoosterGroup), 172,173 Perrault, John, 161 Petrov, Nikolai, 73 Pevsner, Antoine, 68 Picabia, Francis, 68, 70, 88 Picasso, Pablo, 68, 86, 95 Pinter, H., 105, 149 Piotrovsky, Adrian, 73 Piper, Adrian, 182 Prandolloluigi,66 Piscator, Erwin, 23, 55, 74, 75, 76, 80,126 Pitoéff', Georges, 43 Platón, 15, 17, 18 Po, Huang, 112 232 Popova,Lyubov,79 Poulenc, Francis, 70 Prampolini, Enrico, 66, 71 Quadri, Franco, 170 Racine, Jean , 26 Radlov, Serge, 73 Rainer, Yvone, 12, 117, 120 Raumbühne ,56 Rauschenberg , Robert, 112, 114, 115, 117, 122 Ray, Man, 88 Reich,129 Reinhardt, Max, 41,42 ,43,45,46, 74,75 Reixa, Antón, 192 Remote Control, 176 Reuben Gallery (N.Y.) ., 114 Revista, 74 Richards, Mary Caroline, 112 Richter, Hans, 68,126 Riley, Terry, 116 Rimband, Arthur, 127 Rivas Cherif, Cipriano, 44, 90 Rodríguez Adrados, Francisco, 16 Rolland, Romain, 73 Rosas, 188 Rosenbach, Ulrike, 182 Rota, Nino, 192 Roualt, Georges, 68 Rousel, Raymond, 161 Russolo, Luigi, 66 Sacharoff, Alexander, 49 Salvat, Ricard, 107 San Francisco Mime Troupe, 143 Sankai Juku, 189 Santos,Carles,192 Sarvig, Ole, 139 Satie, Erik, 68, 70, 86, 88,110,118 Scarpetta, Guy, 171 Schaeffer, Peter, 149 Schawinski, Xanti, 58, 110, 111 Schechner, Richard, 114, 117, 141, 173 Schlegel, Friedrich, 26 Schlemmer, Oskar, 55, 56, 57, 58, 71 Schneemann, Carolee, 115, 117, 182 Schónberg, Amold , 47, 48, 49,51, 52,56 Schopenhauer, Arthur, 28,29, 108 Schreyer, Lothar, 23, 52, 53, 54, 55,56,57,92 Schubert, Franz, 166 Schumann, Peter, 144, 145 Schwarzkogler, Rudolf, 181 Schwitters, Kurt, 11,67,116 Schygulla, Hanna, 192 Sellars, Peter, 176, 188 Serban, Andrei, 141 Shakespeare, William, 26, 79, 89, 118,136,158,167 Shelley, Mary, 129 Shepard, Sam, 141 Sherman, Stuart, 182 Simultaneidad, 88 Skriabin, Alexander Nikolaievich,49 Slowacki, Juliusz, 135 Sócrates, 15, 17 Sófocles, 15, 130 Sonoridad amarilla, 50 Sontag,Susan, 115,116 Sorge, Reinhard, 53 Soupault, Philippe, 87 Sprechgesang, 48 Squat Theatre, 177 Stani slavski, Konstantin , 35, 40, 233 41,44,45,76 176 ,1 96 Warhol, Andy, 190 Wilso n, Ro ber t , 122 , 155 , 161 , Station Opera House , 176 Teatro Realista , 80 Watt, Jay, 112 162, 163, 164 , 165 , 166 , 167 , Stein.Gertrude , 128, 141, 170, 171 Teatro Verdi (F lore ncia ), 64 Weber, Eugen 169, 184,187 , 188 Stewart, Ellen, 12, 140, 14 1, 176 Ten Cate, Ritsaert , 176, 177,193 Wedeki nd , Fra nk , 72, 90 Witkiewicz, Ignacy, 154 Stok los , Denise , 14 I Tercer Teatro, 140 Weichert , Richard , 45 , 46 Wooster Group, 172, 173 , 174, Strahs, Jim, 173 Terry , Megan, 141, 142 Weil, Kurt , 82 Stramm, Aug ust, 23, 53 , 54 , 57 Tesp is, 16 Weininger, Andreas, 55 Wort-Tondrama,33 Stra uss ,Botho, 118, 145 , 19 1 T he Gut Th eatre , 143 Weiss,Peter, 125, 136 , 137, 149 Wygman, Mar y,68 Stravinski, Igor, 71 T hea ter am Turm (Frankfurt) , 193 W hitma n , Robert,37 , 116, 117 , Wys pianski , Stani law, 134 Strindberg, A ugust, 2 1,22,89,97 Strobel , H., 225 Th éátre Bouffles du Nord, 138 Th éátre de I' Oe uvre, 6 1, 62 Wilder, T hornton , 173 Sturmb ühne ,5 3 Th éátre des Arts , 42 Sturm und Drang, 26 Th éatr e du Soleil , 146 Superma rioneta , 35 , 110 Th éátre du Vieu x Co lombier, 42 Swe dos , Elisa be th, 141 Th oma s, Gerald, 141 Szondi, Peter, 2 1, 22,23 Trau berg, Leo nid, 73 Ta illeferre, Germaine, 70 Tudor, David , 1I 2, 113 Tairov, Alexander, 11, 45 TWITAS, 140 , 141 Ta ller de Teatro de l ejército rojo, Tzara, Tristan , 68 , 86 , 87 , 106 73 Valdez , Luis , 138 Tankard , Meryl, 159, 167 Valenciano, Mó nica , 12 , 193 Tatarkiewicz , Wladyslav, 16 Valle Inclán, Ramón María del , 44 Tauber, Sop hie, 68 Vandekeybus, Wim, 188 Távora , Sa lvador, 146 Van Gog h, 98, 99 Tay lor, Pau l, 113 Velada futurist a, 72 Tea tro Alfred Jarry, 89 , 97 Vidal, Albert, 12, 183 Teatro Ca mpesi no , 138, 143 Viertel, Berth old , 45 Teatro Cos tanzi (Ro ma), 7 1 Vinag radov, Nikolai, 73 Teatro de Artis tas de Mu nic h, 14 Vitrac , Roger, 89, 97 , 104, 106 Teatro de Cámara (Moscú), 45 Vostell, Wolf , 117 Teatro de La Muer te , ISO Vodevil, 143 Teatro del Arte (Moscú), 76 Wagner, Cosim a , 3 1 Teatro Es tudio, 76 Wagn er, Rich ar d , 19,24 ,25 ,27 , Teatro más allá de la televi sión, 234 Yutkevitch, Serge , 73 Zen, 112 Vajtangov, Evgueni , 11,44,45 Tanaka , Min , 189 Teatro Libre (París), 22 129 176,177,184,1 85,190 28,29 ,30,3 1,38,49 ,75,77 Walde n, Herwarth , 53 , 54 235