See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/309574249 " LA PROBLEMÁTICA GLOBAL DEL SIGLO XXI " Research Proposal · October 2016 DOI: 10.13140/RG.2.2.11232.48645 CITATIONS READS 0 4,018 1 author: Fausto Quintana Universidad Nacional Autónoma de México 63 PUBLICATIONS 21 CITATIONS SEE PROFILE Some of the authors of this publication are also working on these related projects: Descarbonización del desarrollo y transformación socio-ecológica View project Perspectiva global de la crisis ambiental y los sistemas socio-ecológicos View project All content following this page was uploaded by Fausto Quintana on 01 November 2016. The user has requested enhancement of the downloaded file. “LA PROBLEMÁTICA GLOBAL DEL SIGLO XXI” Introducción La sociedad mundial de principios del siglo XXI está inmersa en una dinámica de relaciones globales complejas, caracterizadas por la incertidumbre y la crisis. Entre la cooperación y el conflicto, macro categorías que definen a las relaciones internacionales, la segunda domina y le da significado a las relaciones internacionales contemporáneas, al grado de opacar los logros y los avances en la organización, la concertación política y la cooperación internacionales en materia de seguridad y desarrollo. La crisis generalizada que enfrenta la humanidad está construida sobre la base misma en la que se han edificado el modelo de crecimiento económico y las ideas de modernidad/posmodernidad; que, si bien no pueden considerarse como paradigmas aceptados y asumidos por todas las agrupaciones humanas del planeta, han logrado incidir en el diseño y la dinámica de la mayoría de los sistemas sociales, políticos y económicos a nivel mundial, gracias al proceso de globalización sustentado en la internacionalización de la producción, el sistema financiero global, las industrias culturales, la revolución de los transportes y las telecomunicaciones y la intensificación de la migración. A manera de un análisis temático y espacial, se puede argumentar que la problemática global del siglo XXI es multidimensional y multinivel. Su multidimensionaldad consiste en una crisis holística, en la medida en que las perturbaciones y situaciones adversas están presentes en la vida económica, política y social de la humanidad; además presenta interfaces en las áreas o sectores de las actividades humanas que dificultan el diseño y aplicación de soluciones, equitativas y socialmente aceptadas, a largo plazo. Por su parte, su naturaleza multinivel se debe a que sus efectos, además de su alcance mundial, se expresan en las regiones, al interior de los países, en las localidades y en el comportamiento individual y colectivo de las personas. Esta identificación de los problemas en el ámbito local no es nueva, pero la revolución en las tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TIC) ha ayudado a conocer en tiempo real acontecimientos a miles de kilómetros, por lo que reciben mayor atención de la opinión pública y, por lo tanto, las élites políticas se ven obligados a incorporarlos en su agenda de trabajo y, ocasionalmente, los problemas derivados de ellos los asumen como propios. En cuanto a su relación con la agenda de estudio de la disciplina de Relaciones Internacionales, la problemática global del siglo XXI puede ser abordada a través de la diferenciación de los retos que plantea tanto en el campo del objeto ontológico como en el del objeto formal. En el primero, en las relaciones internacionales per se, la agenda de problemas globales, asociados a la política internacional, está integrada principalmente por: el reposicionamiento de la seguridad tradicional como una de las preocupaciones centrales de los gobiernos y los organismos internacionales; el ascendente crecimiento de la violencia como mecanismo de solución de controversias, profundizado por el crimen organizado; los retos del multilateralismo en cuanto a su eficacia y eficiencia en la prevención de los conflictos, la negociación, la concertación política y la reducción de daños globales; el deterioro ecológico expresado a través del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación de los suelos; la pobreza, la desigualdad y la inequidad entre y dentro de las nacionales; los asuntos sanitarios globales, tales como las pandemias, la salud reproductiva y la desnutrición infantil; y la promoción y defensa de los derechos humanos ampliados a una tercera generación. Los problemas, en relación al objeto formal, de la disciplina de Relaciones Internacionales, también vinculados al área de política internacional, consisten en: la formulación propia de la agenda de estudio, es decir, en los criterios utilizados en la selección, la jerarquización y las prioridades temáticas en los planes de estudio; la utilidad y los límites de la multidisciplinariedad en los enfoques metodológicos en la investigación y la enseñanza; y, de forma sobresaliente en el ámbito teórico, la necesidad de contar con renovados marcos conceptuales que permitan una mayor comprensión y atención de la problemática global del siglo XXI. Antecedentes La sociedad internacional contemporánea presenta situaciones y dilemas cuyo origen espacial y temporal resulta difícil identificar, pues son resultado de las relaciones sociales propias al interior de los grupos y entre estos. Es decir su génesis la podemos encontrar en la historia de la civilización misma, desde las revoluciones que dieron forma al Neolítico (agrícola y urbana) hasta el Antropoceno.1 Sin embargo, a manera de delimitación de este proyecto y del propio objeto de estudio de la política internacional contemporánea, el sistema global de investigación 2 está representado por la problemática global del siglo XXI, cuyo antecedente inmediato es el orden mundial configurado en el siglo XX, particularmente a partir de la segunda posguerra. En el siglo XX se terminaron de diseñar y aplicar en la sociedad internacional los modelos de desarrollo y organización socio-política que han configurado las relaciones internacionales de principios del siglo XXI. El orden internacional del siglo denominado por Eric Hobsbawm como “el corto siglo XX” 3 representa el referente inmediato de nuestros problemas actuales. Este siglo fue testigo de procesos como: el conflicto bipolar Este-Oeste; la descolonización, el incremento de naciones y los movimientos nacionalistas; la disolución del bloque socialista; el predominio, aún con sus limitaciones y contradicciones, del capitalismo y la democracia representativa; y, en general, la promoción del crecimiento económico y la modernización de la sociedad y sus instituciones.4 El siglo XX concluye con signos positivos en cuanto al crecimiento económico, el establecimiento de una agenda de seguridad multidimensional y humana en las preocupaciones de los países y la organización internacional, y las promesas de la revolución científica y tecnológica sobre el bienestar de los países y sus habitantes, particularmente de las naciones en desarrollo. La celebración de la Cumbre del Milenio en la Ciudad de Nueva York en el 2000, ante la coyuntura del inicio del nuevo siglo y el optimismo del crecimiento económico a nivel mundial, específicamente el logrado por Estados Unidos, los países emergentes y la Unión Europea, representó un reposicionamiento de los problemas del desarrollo en la agenda internacional. El establecimiento de los Objetivos de Desarrollo 1 Era en la historia de la tierra caracterizada por el dominio y destrucción de los sistemas socio-ecológicos por el Homo sapiens. Crutzen, “The Anthropoceno” en Ehlers, Eckart y Krafft, Thomas, Earth System in the anthropoceno: Emerging Issues and Problems, Nueva York, Springer, 2006, pp. 13- 18. 2 Rolando García, “Conceptos básicos para el estudio de sistemas complejos”, en Enrique Leff, Los problemas de conocimiento y la perspectiva ambiental del desarrollo, Siglo XXI, México, 2000, p. 381 3 4 Cfr. Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX, Critica, España, 2007, 616 pp. Véase Francis Fukuyama, The End of the History and the Last Man, Free Press, Nueva York, 2002, 418 pp. del Milenio (ODM), como un marco de referencia para el sistema de organismos especializados y el diseño de política públicas para los países en desarrollo, indica cómo, al menos en el discurso, el origen de los problemas ya no se encontraba en los dilemas de la seguridad tradicional, sino en la inequidad del crecimiento económico y la, aún persistente, pobreza y marginalidad en la sociedad internacional. No obstante, los ataques del 11 de septiembre de 2001 en las Torres Gemelas de Nueva York, recordaron que en las relaciones internacionales la variable seguridad tradicional no sólo permanece, sino que ha alcanzo un mayor grado de complejidad y dinamismo, originado en principio por: la debilidad de las instituciones gubernamentales de garantizar las condiciones adecuadas de convivencia y bienestar social; el distanciamiento de la política y el poder debido al incremento de la influencia de actores no estatales en las relaciones internacionales (empresas transnacionales, entidades supranacionales y crimen organizado); y por la radicalización de grupos denominados terroristas, generada por los conflictos en regiones con alto interés geopolítico para la apropiación de recursos naturales. Y como causa indirecta, por la confrontación ideológica y el binomio desigualdad-inequidad en la sociedad internacional. El problema de investigación La problemática global del siglo XXI se profundizan debido, al menos, a tres procesos que han caracterizado a la sociedad internacional en las últimas cuatro décadas: la globalización, impulsada por las TIC y el crecimiento, tanto en presencia como en poder, de las empresas transnacionales; el debilitamiento, en algunos casos extinción, del Estado-nación como garante de la seguridad y el bienestar socioeconómico de población; y la permanencia de un modelo de crecimiento económico, cuyos patrones de acumulación de la renta generan desigualdad e inequidad entre y al interior de los países. La globalización, además de internacionalizar el modelo económico y productivo, sirve de vector de sus contradicciones (pobreza, inequidad, inseguridad, etc.), mismas que son más notorias en los países con mayores índices de vulnerabilidad, a saber, países en desarrollo y naciones menos adelantadas. La internacionalización del capital y los sistemas productivos han exacerbado los niveles de pobreza y deterioro ecológico, debido, en alguna medida, a la laxitud de las normas e instituciones encardadas del cuidado al medio ambiente y los derechos laborales de los trabajadores en los países que buscan ser atractivos a los flujos de inversión extranjera directa. De Igual manera el proceso de globalización representa una envestida cultural que busca el predominio de las culturas estadounidense y europea occidental sobre la gran diversidad de expresiones culturales de nuestro planeta. Con base en las ideas de Armand Mattelart5, se puede argumentar que se busca el establecimiento de un lenguaje universal (como lo fue en su momento el uso del latín y el griego en la época de los imperios) a través de las industrial culturales y los modelos de desarrollo económico y social. Ya en su momento, Daniel Bell con su obra El fin de la ideologías de 1960 y Francis Fukuyama con su artículo “The End of the History” de 1989, han dado razón de esta pretensión, donde la democracia liberal y representativa y el libre mercado son ganadores de los debates ideológico y económico. En cuanto al debilitamiento, permanencia y vigencia del Estado, cabe destacar que de todos los acontecimientos en la historia de la civilización, el establecimiento de esta figura contractual, tanto jurídica como política, ha permitido ubicar, clasificar y comparar a las sociedades que integran el concierto mundial. Empero, la constante correlación y configuración de fuerzas de poder a nivel mundial ha subordinado o, en el caso de algunas potencias, transformado a los Estados, alejándolos de sus objetivos y principios que le dieron origen y razón de ser durante más de tres siglos y medio, a saber, la construcción de instituciones garantes de la seguridad y el bienestar socioeconómico de las personas. La crisis del Estado (considerando la construcción política de Estado-nación) forma parte de la sociedad líquida de Zygmunt Bauman, en la cual el sociólogo polaco ve un divorcio entre el poder y la política.6 Anteriormente, el espacio de convergencia del ejercicio del poder y la política era el de las instituciones y los dirigentes gubernamentales; sin embargo, la reconfiguración de relaciones de poder actuales ha subordinado a la autoridad estatal ante actores no estatales. Por último, la permanencia del modelo de desarrollo, basado en la ortodoxia de que el crecimiento económico representa uno de los principales instrumentos para 5 Armand Mattelart, Historia de la sociedad de la información, Paidós, Barcelona, 2007, pp. 20-22. 6 Zygmunt Bauman, Tiempos líquidos. Vivir en una época de incertidumbre. Tusquets Editores, México, 2007, p. 8. resolver la pobreza y, por consecuencia, otros problemas del subdesarrollo, está creando generando el efecto contrario: mayor desigualdad e inequidad socioeconómica. Según la ONG Oxfam, “la riqueza mundial está dividida en dos: casi la mitad está en manos del 1% más rico de la población, y la otra mitad se reparte entre el 99% restante”7. El análisis comparativo de ingreso nacional bruto per capita anual nos ilustra mejor la situación, de acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los habitantes de República Centro Africana, República Democrática del Congo y Nigeria ganaron 588, 444 y 873 dls. Durante el 2013, mientas que los de Liechtenstein, Noruega y Singapur obtuvieron 87 085, 63 909 y 72 371 dls. Respectivamente en el mismo periodo8. Si bien la pobreza y la desigualdad no representan el origen de todos los problemas globales, en especial de aquellos cuya causa es política y no de ausencia de recursos, producen un campo fértil para la profundización de éstos. Por ejemplo, las pandemias como el VIH-SIDA y el ébola, alcanzan mayores tasas de contagio en los países y regiones con bajos índices de desarrollo. En este contexto, como propuesta analítica y, a su vez, metodológica, la problemática global del siglo XXI puede organizarse a través de los siguientes grupos: a) Seguridad. b) Multilateralismo. c) Crisis económica y financiera internacionales. d) Deterioro ecológico y desarrollo sustentable. e) Pobreza y desigualdad. f) Producción y comercialización internacional de armas pequeñas y ligeras g) Democratización y movimientos sociales. h) Enfermedades y pandemias. i) Violación de los derechos humanos. 7 Oxfam, Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica, Informe 178, 20 de enero de 2014. http://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/bp-workingfor-few-political-capture-economic-inequality-200114-es_0.pdf 8 PNUD, Informe de Desarrollo Humano 2014. Sostener el progreso humano. Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia, Nueva York, 2014, pp. 190-193. Cabe reconocer que cada grupo integra una variedad y diversidad de retos específicos y posee una condición de transversalidad, es decir, existen canales de asociación entre éstos y, frecuentemente, son causa y/o consecuencia de la exacerbación de los problemas en otras áreas. Por ejemplo, en el grupo de la seguridad, si partimos de la urgencia en la formulación de políticas globales (y nacionales) de un uso ampliado y multidimensional del concepto de seguridad al de seguridad humana, podemos darnos cuenta que la carencia de satisfactores y condiciones iniciales básicas para los procesos de desarrollo endógeno (ingreso, propiedad, alimentación, etc.) representan, al mismo tiempo, una de las principales causas de la violencia ascendente a nivel mundial. Hay una amplia correlación de las tasas de homicidios con los niveles de pobreza y atraso en las localidades, ciudades, regiones y, en algunos casos, en países enteros (Honduras, Venezuela, Belice, El Salvador, Guatemala, etc.).9 Profundizando en los interfaces entre los grupos temáticos propuestos, la crisis ambiental incide en la condición de vulnerabilidad y pobreza de los personas. El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del agua y el estrés hídrico, la deforestación y la degradación de los suelos, aumentan: el desplazamiento interno e internacional (migrantes ambientales), la inseguridad alimentaria, las enfermedades tropicales, los déficits financieros de los países afectados por los desastres ambientales10 y la marginación social. Por lo tanto, la consecución de un desarrollo sustentable, requiere que la estrategia para hacer frente a la crisis ecológica sea integral, que, además de considerar los aspectos ecológicos, integre las dimensiones sociales, económicas, políticas y culturales de deterioro del entorno natural. Con base en el anterior planteamiento, considerando que las relaciones internacionales integran múltiples actores que han encontrado a través de la globalización sus vectores de reproducción y salvaguarda de sus intereses (internacionalización de proceso productivo, redes económicas y financieras, TIC), la dinámica del orden internacional en lo que llevamos avanzado de la segunda década del siglo XXI, no sólo está caracterizada por la presencia de la problemática hasta ahora descrita, sino que atestigua, una reconfiguración de las relaciones de poder. La 9 World Bank, Intentional homicides (per 100,000 people), http://data.worldbank.org/indicator/VC.IHR.PSRC.P5, consultado el 17 de octubre de 2014. 10 Nicholas Stern, The Economics of Climate Change: The Stern Review, Cambridge University Press, 2007, pp. 25-26. consideración de élites transnacionales, el incremento del activismo político y la actividad económica de los países emergentes y el debilitamiento del multilateralismo en la solución de las controversias internacionales, es insoslayable para un mejor entendimiento de los retos del siglo XXI. En este sentido, para guiar la investigación podemos formular dos preguntas centrales desde los campos de la praxis de las relaciones internacionales y el análisis académico. Primero, ¿qué tipo de sistemas de gobernanza y regímenes internacionales deben construirse en la sociedad internacional para hacer frente a la problemática global del siglo XXI, y, una vez constituida esta institucionalidad, cuáles serían sus dinámicas estructurales para reducir las desigualdades e incrementar el bienestar de la población? Segundo, ¿en la construcción de una agenda de estudio para abordar los retos mundiales, cuáles serían los criterios metodológicos para la selección, jerarquización de éstos, cuáles son los alcances y las limitaciones de los enfoques multidisciplinarios, y qué diseños teóricos nos pueden dar las herramientas conceptuales para su mejor comprensión. Hipótesis central La política internacional contemporánea, tanto en el ejercicio académico como en la praxis, enfrenta al reto de coadyuvar a la sociedad internacional en la construcción de sistemas de gobernanza multinivel y regímenes internacionales que le permita el reforzamiento y la creación de recursos, políticos, materiales y sociales para hacer frente a la problemática global contemporánea. Éstos deben consistir en andamiajes jurídicos e institucionales capaces de identificar y atender las causas y los efectos de los fenómenos generadores de crisis, así como de reconocer los niveles meta y macro de la problemática global sin soslayar las especificidades de los grupos y sus territorios en la escala local. Objetivo general del proyecto el objetivo general de este proyecto es desarrollar una línea de trabajo en docencia e investigación que permita fortalecer el proceso de enseñanza y aprendizaje de la problemática global del siglo XXI en el área de Política Internacional de la Licenciatura Relaciones Internacionales en la UNAM, a través del análisis, la sistematización y explosión de los fenómenos de la realidad internacional que permitan un mejor entendimiento de los retos globales y, al mismo tiempo, identifiquen, generen y/o amplíen las herramientas y referentes teóricos y prácticos para el ejecución de esta tarea académica. Metas particulares La propuesta concreta del presente proyecto se integra por las siguientes tres metas: 1. Identificar, categorizar y analizar los principales retos de la sociedad global contemporánea a través de su relevancia para la disciplina de las Relaciones Internacionales, particularmente para el área de estudio de la política internacional. 2. Discernir sobre el funcionamiento, la política y los límites de las instituciones responsables de la atención a la problemática global del siglo XXI, destacando el rol del Estado, los organismos internacionales gubernamentales, las organizaciones de la sociedad civil y las empresas transnacionales. 3. Identificar y, en su caso, construir a través de un ejercicio multidisciplinario, marcos conceptuales y enfoques teóricos útiles para la comprensión de los retos que enfrenta la humanidad en un contexto de globalización y crisis de las relaciones internacionales. Productos académicos a) Productos académicos a corto plazo (1-2 años) 1. Dirigir al menos tres trabajos de titulación (licenciatura y/o posgrado) por año. 2. Publicar dos artículos indizados por año. 3. Presentación de dos ponencias por semestres en congresos nacionales e internacionales donde se expondrían. 4. Realizar un seminario anual interinstitucional. 5. Publicar un libro coordinado sobre la problemática global del siglo XXI. b) Metas a largo plazo (3-5 años) 1. Consolidar la línea de trabajo sobre política internacional. 2. Establecimiento de una red de investigadores en el área de política internacional Integrada por investigadores de la UNAM y otras instituciones de educación superior donde se imparta la licenciatura en Relaciones Internacionales, con el propósito de abordar con enfoques interinstitucionales e interdisciplinarios la problemática global del siglo XXI. 3. Escribir un libro de autoría sobre la política internacional contemporánea y el diseño de sistemas de gobernanza global sobre algunos de los temas de la agenda internacional. Metodología de la investigación Los métodos propuestos en el proyecto consisten en enfoques tanto cuantitativos como cualitativos: En los primeros se hará uso de modelos cuantitativos de regresión lineal, con el propósito de encontrar relación entre variables; de obtención de promedios, con la finalidad de realizar comparaciones entre localidades, países y procesos de integración; y, por último, de desarrollo de pronósticos para la realización de proyecciones y ejercicios prospectivos sobre uno o varios problemas global. Este tipo de métodos cuantitativos son de utilidad para la compilación, el procesamiento y presentación de información publicada por organismos internacionales (PNUD, BM, FMI, FAO, OCDE, UNESCO, UIT, etc.); agencias internacionales de desarrollo (GIZ, USAID, JICA, SIDA, etc.) y organizaciones no gubernamentales (Oxfam, WWF, MSF, AI, HRW, etc.) sobre fenómenos centrales en la problemática global. Por su parte, el enfoque cualitativo propuesto es el de los sistemas complejos adaptativos. Éste representa una perspectiva intra y multidisciplinaria para conocer y analizar la realidad global (estructura y agentes) global, cuya característica es su constante reconstrucción y adaptabilidad al objeto de estudio. Si bien el enfoque de sistemas complejos es un recurso metodológico en construcción cuya aplicación es todavía incipiente en las Relaciones Internacionales, 11 su uso, cada vez más recurrente en la disciplina, nos permite la deconstrucción del sistema y la identificación de los elementos y la naturaleza constitutiva de las relaciones entre éstos. También permite la jerarquización y la tipificación de fenómenos (problemas, en el caso de este proyecto) y de los actores involucrados en su desarrollo. 11 Graciela Arroyo Pichardo “Las relaciones internacionales del siglo XXI. Un paradigma metodológico para su estudio”, en Revista de Relaciones Internacionales de la UNAM, FCPyS/UNAM, núm. 100, enero-abril de 2008, p. 21. El adjetivo adaptativo de nuestra metodología de sistemas complejos, consiste en una cualidad del método que responde al propio dinamismo complejo y cambiante de nuestro de nuestra unidad de análisis (la problemática global del siglo XXI). Si comparamos las características de la sociedad global contemporánea con el análisis sistémico de Sergio Boisier12 sobre el desarrollo, encontraremos que ésta producto de procesos emergentes y capacidades adaptativas y de cambio de la estructura y los agentes. Los dilemas generados por la permanente revolución científica tecnológicos, el desplazamiento del Estado-nación en la gestión de los territorios, la emergencia de una sociedad civil en red amorfa y efímera, los movimientos indígenas y la defensa de la otredad, etc., son todos ellos procesos de alta complejidad, concatenados e impredecibles. Fuentes de consulta 1. Arroyo Pichardo, Graciela, “Las relaciones internacionales del siglo XXI. Un paradigma metodológico para su estudio”, en Revista de Relaciones Internacionales de la UNAM, FCPyS/UNAM, núm. 100, enero-abril de 2008, pp. 11-32. 2. Boisier, Sergio, “¿Y si el desarrollo fuese una emergencia sistémica”, Reforma y Sociedad, CLAD, núm. 27, 2003, 24 pp. 3. Brown, Michael E., et al. (editores), New Global Dangers: Changing Dimensions of International Security, The MIT Press, Massachusetts, 2004, 578 pp. 4. Barnett, Michael y Duvall, Raymond, Power in Global Governance, Cambridge, 2004, 390 pp. 5. Baylis, John; Smith, Steve y Owens, Patricia, The Globalization to World Politics: An Introduction to International Relations, Oxford University Press, sexta edición, Reino Unido, 2013, 648 pp. 6. Beck, Ulrich, World at Risk, Polity Press, Cambridge, 2009, 269 pp. 7. Beck, Ulrich, La democracia y sus enemigos, Paidós, Barcelona, 2000, 185 pp. 8. 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