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VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

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VIERNES SANTO
CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Buenas tardes, hermanos, reciban muchas bendiciones allá en sus hogares, en los
distintos sitios donde cada uno se encientra en aislamiento y sigue está trasmisión por en
línea. Nos reunimos esta tarde del Viernes Santo para celebrar la Pasión gloriosa del
Señor. Esta celebración actualiza en nosotros el misterio Pascual, el paso de la muerte a
la vida y de las tinieblas a la luz. Celebrar el Viernes Santo es contemplar el amor
infinito de Dios; es recordar que Jesús lo ha dado todo por nosotros. Es recordar también
que el mayor signo de servicio es la entrega total. Que esta celebración suscite en
nosotros el deseo sincero de cambio y de amar sin medida en el servicio generoso en
nuestras familias y en la comunidad.
Durante esta celebración, viviremos tres momentos que nos ayudarán a entrar en
recogimiento sobre lo que celebramos:
1.- Primer momento: Liturgia de la palabra, o Pasión Proclamada, que nos recuerda
cómo Dios mismo nos comunica su mensaje de amor y en cuya palabra está la fuente de
sabiduría para llevarla a la práctica de cada día. Este momento de la Palabra escuchada y
asimilada en nuestro corazón, nos lleva a la Solemne Oración Universal.
2.- Segundo Momento: Celebramos la Veneración de la Santa Cruz. Este momento
nos recuerda que, la Cruz de Cristo se convierte en nuestra victoria, porque en ella se
rompen las cadenas y puertas del mal y es el símbolo de la liberación de todas las
esclavitudes.
3.- Y el tercer momento: celebramos la Liturgia de la Eucaristía. En este día, la Iglesia
no celebra la Eucaristía, pero sí recibimos el cuerpo de Cristo, que actualiza en nosotros
el misterio Pascual y que alimenta y da aliento de vida en nuestro caminar como Iglesia
comunidad que vive la caridad en medio de un mundo dividido por las envidias y las
discordias.
Cabe destacar que la Iglesia hoy no celebra los sacramentos a excepción de la Penitencia
y la Unción de los enfermos. El Altar está totalmente desnudo, sin cruz, sin candelabros,
sin manteles.
Sin otro particular iniciemos esta solemne acción litúrgica del Viernes Santo 2020.
Preside esta ceremonia, el P. ARISTÓBULO CHAPARO BALLESTEROS. Lo
acompañan y concelebran los padres integrantes de la Parroquia y Comunidad
Redentorista de Bucaramanga. Bienvenida, querida comunidad. Nos honran que se
reunan en sus hogares a orar juntos siguiendo está transmisión, nos llena de mucha
alegría y satisfacción el saber que nos acompañan desde la distacia y sabemos que lo
hacen, porque Jesús se merece lo mejor.
En estos momentos, el Celebrante y sus ministros, revestidos con ornamentos de color
rojo, en silencio se dirigen al altar y hecha la debida reverencia al altar se postran rostro
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en tierra, haciendo un gesto de reflexión y profunda compenetración con el misterio que
van a celebrar.
Postrados los ministros en el suelo, invitamos a la comunidad a ponerse de rodillas y por
unos instantes contemplemos este gesto que presenciamos y el misterio que vamos a
celebrar.
Ahora los ministros se levantan de su postración y se dirigen al Altar. Nos ponemos de
pie. Seguidamente, el ministro celebrante dirige la siguiente oración, omitiendo el
Oremos:
Oración
Acuérdate de tus misericordias, Señor, y santifica a tus hijos con protección
constante, pues Jesucristo, tu Hijo, al derramar su sangre instituyó para ellos el
misterio de su Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Nos podemos sentar.
Iniciamos el primer momento de esta solemne celebración:
1. MOMENTO: LITURGIA DE LA PALABRA
1. PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías
La lectura que vamos a escuchar nos presenta el Canto del Siervo de Yaveh, que es una
profecía del Cristo sufriente, que asumió nuestros dolores, curándonos con sus llagas. El
ofreció su vida como expiación o reparación. Su muerte es vida para todos nosotros.
Escuchemos con atención.
2. SALMO
R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
3. SEGUNDA LECTURA
Esta segunda lectura de la carta a los Hebreos nos explica quién es el Siervo de Yaveh
sufriente: Él es el Sumo Sacerdote; es aquel que nos da plena seguridad para acercarnos
al trono de la gracia y para vivir reconciliados y fortalecidos en su misericordia y así
alcancemos la gracia de su auxilio en los momentos oportunos. Él es el Mediador y sabe
entender nuestras debilidades, pues pasó por todos los sufrimientos y se hizo obediente
para llevarnos a Dios. Escuchemos.
4. CANTO
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Ahora, entonamos un canto apropiado para la lectura de la Pasión.
5. EVANGELIO
Pasión de nuestro Señor Jesucristo, según San Juan (18, 119,42)
El evangelista Juan Narra la pasión del Señor no solamente como un final trágico, sino
como el camino de su glorificación. Por eso, Jesús decía: “Cuando sea exaltado de la
tierra atraeré a todos hacia mí” La muerte de Jesús está orientada a ejercer un influjo
total en la Iglesia, figurada por María, que al pie de la Cruz, recibe al discípulo amado.
Allí nacen los sacramentos de la Sangre, Eucaristía y del Agua, el Bautismo. Jesús
muere donándonos el Espíritu que da vida: “Inclinando la cabeza, entregó su Espíritu”.
Sigamos muy atentos y en recogimiento la lectura de la Pasión.
Nos sentamos y escuchamos una breve homilía del ministro que preside esta
Celebración
2. MOMENTO
SOLEMNE ORACIÓN UNIVERSAL
En esta tarde del Viernes Santo, día de la celebración de la Pasión de Cristo para la
salvación de todos, la Iglesia abre los brazos y el corazón para realizar una oración de
intercesión por la salvación del mundo. La Iglesia que tiene por cabeza a Cristo
Sacerdote, en nombre y por medio de Él, presenta al Padre sus grandes intenciones.
Toda la humanidad es traída en esta oración a los pies de la Cruz en la cual Cristo muere
por nosotros. La solemne Oración Universal es resultado de la muerte de Cristo; por eso
la Iglesia se abre y se preocupa por las necesidades del mundo entero y entra esta tarde
en profunda oración.
3. MOMENTO
VENERACIÓN DE LA SANTA CRUZ
La Liturgia está centrada en el sacrificio de Cristo. Por eso, se presenta la Cruz para la
veneración. No adoramos el material de la Cruz, sino la persona de Cristo crucificado
por nosotros. Aún siendo un momento de muerte, la liturgia no deja de reconocer y
establecer que Cristo está vivo y resucitado. Digamos todos: Veneramos tu Cruz, Señor;
alabamos y glorificamos tu santa Resurrección, pues por el madero de la Cruz, vino la
salvación y la alegría al mundo entero.
Ahora el Sacerdote recibe la cruz cubierta en el Altar. Y allí la va descubriendo de esta
manera:
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1. El ministro descubre la parte superior de la cruz, mientras hace el siguiente
invitatorio: “Mirad el árbol de la cruz donde estuvo clavada la salvación del
mundo”. Todos respondemos: “Venid, adoremos”.
2. Ahora descubre el brazo derecho de la cruz y vuelve a hacer el invitatorio: “Mirad el
árbol de la cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo”. Todos respondemos:
“Venid, adoremos”.
3. Por último, descubre el brazo izquierdo y hace el invitatorio:
“Mirad el árbol de la cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo”. Todos
respondemos: “Venid, adoremos”.
Finalmente, el ministro descubre los pies de la cruz y hace el invitatorio final: “Mirad el
árbol de la cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo”.
Todos respondemos: “Venid, adoremos”.
Seguidamente el ministro y acompañantes veneran la santa Cruz. Terminado el acto de
veneración por parte de los presbíteros y personas presentes en la celebración, se expone
la santa Cruz para su veneración por parte de los que siguen la transmision.
Intervención del coro: Le pedimos al coro entonar cantos especiales para este momento
especial de la veneración de la Santa Cruz.
4. MOMENTO
DISTRIBUCIÓN DE LA COMUNIÓN
En estos momentos se coloca el mantel sobre el altar y encima el corporal y el misal.
Los ministros encargados trasladan el Santísimo Sacramento del lugar de la reserva al
altar. Todos permanecemos de pie y en silencio. Listo ya todo para la distribución de la
comunión, el Ministro que preside, con las manos juntas dice:
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos
a decir: Padre nuestro, que estás …
No se da la paz este día en la celebración.
El sacerdote comulga con sus ministros y se procede a la distribución de la comunión. El
coro entona cantos apropiados.
Ahora los ministros guardan el santísimo en el lugar de la reserva.
Finalmente, el ministro que preside, culmina con la Oración después de la comunión.
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