APUNTES ESPIRITUALES Retiro de 19251 El P. Director2 en conferencia del Capítulo3 ha aconsejado escribir las impresiones de la gracia recibida en el retiro (un consejo de la autoridad es una orden para una alma obediente). Dice que es muy útil porque cuando se vuelve a leer se renuevan las mismas impresiones y se recuerdan las ideas que los produjeran. Vamos pues, alma mía, haz lo que no habías hecho hasta ahora, haz como hacías para la dirección espiritual que recibías de tu primer inolvidable Director4. Cuando lanzabas a los azares de la navegación y del correo todos tus secretos espirituales5. En el nombre de N. Señor y bajo la protección de mi Madre Inmaculada. -------------------------------------Predicador el R.P. Eugenio Hengbart 1º y 2º día.- Gran contento de entrar en retiro6, paz y tranquilidad en la comunión7, unión profunda y deliciosa al modo que tengo de oración dada hace mucho tiempo, que es una 1 Se encuentran en el cuaderno que lleva como título Reflexiones (páginas sin numerar) Se refiere al P. Cipriano Casimir 3 Se refiere al “Capítulo de culpas” que se tenía la costumbre de realizar, eran reuniones semanales en la que en comunidad, delante de Dios, cada una se acusaba de las faltas que había cometido y que podrían haber perturbado el orden de la Comunidad. 4 Es decir con el Abatte Daurelle. 5 Se refiere a cuando se dirigía con el Abatte Daurelle y en el intercambio epistolar, Ntra. Madre le abría su alma, este recuerdo perdura en ella aun 12 años después y denota la importancia que tuvo en ella lo que recibió de Dios a través de la persona del Abatte Daurelle. 6 Ejercicios espirituales predicados por el P. Eugenio Hengbarth del 22 al 31 de mayo de 1925 (Apuntes para la Historia de la Obra, continuación, p. 149) 7 Esta “paz y tranquilidad” en la comunión nos dan la pauta de la profunda vida eucarística que Ntra. Madre tuvo dentro de sí, la unión de la que goza con la acción eucarística, podríamos decir, que es la clave de interpretación con la que se pueden leer estos apuntes y más aún la clave de interpretación de la profunda experiencia espiritual que Ntra. Madre tiene, uniendo en ella Eucaristía y Cruz, podemos hallar la unión entre el dejarse hacer, pisar, moler (como la uva y el trigo) con el ofrecerse en la Cruz como holocausto, víctima (Hostia) que encuentra en la Cruz el sentido (el ‘programa’, retomando la experiencia de Alassio) a la entrega de toda la vida hecha por amor y en clave de Kénosis. Muchos años después de estos apuntes, en el año 1933, nuestra Madre nos sigue dando detalles sobre este modo de unión, cuando en una carta al P. Casimir le escribe lo siguiente: “Hoy le voy a hablar de la mía porque tengo una pretensión. Hemos estado leyendo de los libros de Saudreau (autor espiritual francés, muy conocido en aquella época) que nos dejó Va. Rcia. al partir “Los grados de la vida espiritual” y “El ideal del alma ferviente”. Pues de muchas cosas habla en ellos y muy lindas y es muy alentador pero… no encuentro a mi alma en ninguna de las descripciones que allí hace. Yo tengo otra cosa que él no dice ni parece suponer y que es sin embargo muy real. La acción eucarística. Yo no encuentro otra palabra para decirle que esta, que creo haberle ya dicho a Va. Rcia. en la dirección. El dogma sentido y experimentado, cada día más profundamente y quiero decirle aquí una cosa que no me he atrevido a decirle personalmente y aprovecho de que el papel todo lo aguanta. Creo sentir en mi corazón el eco y las emociones y de los sentimientos del Corazón Divino, que yo recibo, por cómo sucede a veces estar alegre sin haber por qué humanamente, o a la inversa (que es menos seguro porque en esta vida siempre hay por qué sufrir)” (Cfr. Carta de Ntra. Madre Teresa a P. C. Casimir del 08 de octubre de 1933). La “Acción Eucarística” que menciona nuestra Madre es la participación, no corporal (a diferencia de una estigmatizada por ejemplo) 2 sino el sentir y experimentar todos los sentimientos que contiene en sí la acción eucarística, que comprende la pasión, la muerte y la Resurrección y por ende sentimientos de soledad, abandono, traición, muerte, gozo, alegría, paz, etc. que suscitan la vivencia de estos misterios y que los santos (como Santa Teresa, Santa Rosa de Lima, Santa Teresita del Niño Jesús, San Ignacio de Loyola, San Juan de la Cruz, Santa Gema Galgani, etc.) han sabido transmitirnos ya sea en escritos, acciones, testimonios que nos hablan, no de ellos mismos, sino de nuestro Señor y de los movimientos de su acción de Dios que se va haciendo cada día más profunda y como ahondando en el alma y en las entrañas del ser, sin que las distracciones lo impidan ni aún la amengüen porque no reside su centro en el pensamiento razonado ni en las imágenes sino en la vida misma8. Es como la experiencia de la Eucaristía.- Por eso no es posible dudar de ella porque no viene a ser sino la percepción íntima de lo que el dogma mismo nos manda creer: que N.S.J.C. con su cuerpo alma y divinidad bajo las especies de pan al ser tomado como alimento y entrar en nuestro cuerpo, mientras que éste va asimilando las especies, Él va transformando nuestra sustancia en la suya9. Eso lo experimento en cada comunión más o menos intensamente, unas veces cuando es más vivo el sentimiento, adormeciendo la inteligencia10 y dejándole sola a la idea vaga de un amor inmenso, otra vez la idea fija e inmóvil11 de la presencia y el encuentro con N.S., otras Divino Corazón, Ntra. Madre no es ajena a esto y como buena hija de la Cruz, Dios le concede esta gracia que muy escuetamente y casi por única vez cuenta en esta carta… por lo demás de su mismo modo de vivir podemos deducir la autenticidad de esta experiencia eucarística por la cual se convierte en “Mística del Calvario”. 8 Detalle muy importante que nuestra Madre da sobre su vida espiritual, el modo de unión con Dios en ella es profundo, ‘delicioso’ es decir es momento de gozo espiritual, que por ser ‘profundo’ suscitará también hondas arideces, sequedades, soledades que no quitan la unión por el contrario la profundizan y la corroboran desde la experiencia misma de la Cruz. Ntra. Madre nos da una importante pauta y es que toda esta acción de Dios no depende de ella, por ello dice que no reside ni en la razón, ni en la imaginación, no son ‘cosa humana’ ni ‘puro misticismo’ sino que, y esto es muy ‘novedoso’ en Ntra. Madre, residen en la misma vida, en todo lo que ella puede vivir, experimentar, decir, hacer, predicar, sufrir… todo esto es parte de la acción de Dios; podríamos aventurarnos a decir que es la misma casa de Betania que en ella reside y que ya sea en la acción como en la contemplación (Sobre la experiencia de ser Betania, el Abatte Daurelle nos da más luces en su carta a Ntra. Madre del 10 de julio de 1909 “No hay mezcla tampoco en lo que os ha sido respondido, después de haberlo recibido en medio de los sentimientos de vuestras profundas miserias, cuando le decíais: Donde estás Señor? Y Nuestro Señor invirtiendo estos sentimientos, para poner el suyo en su lugar – yo he venido a una casa amiga como en otro tiempo a Betania; y Él os ha hecho encontrar en vuestra alma los tres amigos de esta casa que Él amaba tanto frecuentar: Lázaro: saliendo de la tumba en vuestro corazón; Marta: en vuestra inteligencia inquieta; María: en vuestra voluntad sentada a los pies de nuestro divino salvador.(lo subrayado es del original)) es la vida “vivida” en la donación íntegra, total medio por el cual Dios la llama a una experiencia que lo desafía todo (espacio y tiempo, por ello no hay distracciones que la impidan ni la amengüen) y por ende lo abarca todo (como ella misma lo dice: ‘ahondando en el alma e incluso en las entrañas del ser’). 9 Ntra. Madre “siente” (en todo el sentido que encierra esta palabra) este cambio de su sustancia en la sustancia de Dios, es decir, la transubstanciación tal y como se realiza en el sacramento; ella la siente en su mismo ser “transformando” su ofrenda que consta de sus propios sufrimientos, en vez de sufrir humanamente (buscando consuelo, paz, aliento) sufrirá por Él (en silencio y afrontando la soledad). Este tema volverá en los apuntes espirituales que realizará en la fiesta del Sagrado Corazón. 10 En la ciencia espiritual esto puede ser equiparado a una experiencia mística, en donde precisamente el “Éxtasis” es el salir de uno misma (Ex – salir y stare – ser: salir del propio ser) para asumir por unos instantes la inmensidad, que sobrepasa y que hace superar las barreras, que San Pablo en la carta a los Efesios nos menciona: anchura, longitud, altura y profundidad; para conocer el Amor de Cristo que supera todo conocimiento (Ef 3, 18 – 19) y llegar así a la plenitud de Dios. 11 Una “Locución intelectual” como la experiencia en Alassio. veces de una acción dolorosa y humillante12 que va corroyendo el interior del alma13. Es este un sufrimiento intensísimo14 y la imaginación y la memoria contribuyen a su modo y como acarreando materiales o combustible para que arda más y más esa llama destructora. Todo lo que me ha mortificado, humillado, herido, resentido, intimidado o inquietado, en mi vida religiosa, todo va desfilando como si un agente perverso me lo pusiera delante de los ojos del alma con una viveza o intensidad de sentimientos que aunque yo misma comprendo que es exagerada no por eso se amengua el martirio que me produce15. Cuando a esta prueba viene a añadirse, lo que con frecuencia sucede, un acontecimiento externo desagradable, se me hace dificilísimo sufrirlo, se suman en mi mente y en mi corazón todas las pruebas y la aflicción encogiéndome el corazón y excitándome el cerebro16 me afecta 12 Este estilo de unión podríamos decir que es la más frecuente, ya que, la experiencia de la Cruz, para ser tal debe marcar el alma de la persona que la recibe, no es solo un ‘dolor’ pasajero, superficial, sino es la marca honda -como ya ha descrito Ntra. Madre- de la presencia de la Cruz que cala, marca, hiere y hace al alma tomar conciencia de que ser Apóstol es vivir el misterio de la Pascua desde la propia humanidad, el misterio de la redención vivido, sufrido y aceptado por la salvación del mundo, no hay otra manera para salvar más que el vivir este Misterio. San Juan Damasceno en su Sermón “La fuerza de la Cruz” nos lo enseña diciéndonos: “Ojalá que los que predicamos la Cruz sepamos vivir de ella” es decir, desde el interior, hacer la dinámica que San Pablo nos enseña magistralmente en su Carta a los Filipenses: Anhelo conocerle e Él, el poder de su Resurrección por la participación en sus sufrimientos (Fil 3, 10 – 11) Ntra. Madre no es ajena a esto y nos enseña a vivirlo en clave de redención pero a través del dolor, de la “noche” (en sentido espiritual), de la aridez. 13 Ya no es una acción pasiva, es activa y pasiva (como la acción descrita en la magistral obra de San Juan de la Cruz: Cántico de la noche oscura del alma). Ntra. Madre ‘siente’ literalmente esta acción que corroe hasta el alma y por ello puede describirla. 14 “Intensidad” palabra que encierra una tal hondura que realmente podemos deducir el dolor espiritual de este sufrimiento que la traspasa y he ahí precisamente la seriedad de esta experiencia, no simplemente algo sentimental, no es algo momentáneo, pasajero, por el contrario, es un sufrimiento “intensísimo” que la marca y la desacomoda la hace sentir ‘débil’ en todo su ser. Años después, curiosamente, Ntra. Madre en la Carta a Rosita intelectual, describe la creación, y, al describir qué es el fuego dice lo siguiente: “El fuego que devora que consume, que purifica, que caldea, que acrisola, que volatiliza, aun los metales, nos cuenta las hazañas del amor infinito en el mundo de los espíritus y los afectos, su acción misteriosa y escondida pero intensa y consumadora, para acrisolar y transformar el corazón de sus elegidos” (Cfr. Cartas a Rosita, p. 52). Describe al fuego como aquel que devora y consume, que purifica… pero por envío del Amor Infinito al corazón de sus elegidos, para transformarlos, muy interesante teniendo en cuenta de que ‘nadie habla de lo que no conoce0’ podemos deducir que es la descripción de lo que sucede en el mismo corazón de Ntra. Madre y que lo enseña, no por vanagloria ya que ella misma no dice de dónde y cómo lo sabe, sino por la experiencia positiva con este amor “consumador” que corroe el interior del alma. 15 Noche activa del sentido la llama San Juan de la Cruz en su doctrina, en la que son los mismos sentidos o facultades las que deben purificarse y en la que la imaginación y la misma memoria se dan a conocer a través de la fuerza de todo su contenido e imperfección, que es precisamente lo que debe ser purificado. En Ntra. Madre es a través del intelecto que la prueba viene a hacerse dolorosa, este hecho de que todo, todo lo negativo desfile delante de ella debido a la potencia de su razón podemos intuir que es como volver a vivir estos sufrimientos y suscitándole la prueba del corazón, sentimientos de angustia o dolor que se reviven tal y como si en ese momento estuviera sucediendo el acontecimiento que es un recuerdo, purificación dolorosa para quien tiene sus facultades intelectuales muy desarrolladas y que debido a su gran memoria (como Ntra. Madre) revive con minucioso detalle estos acontecimientos. 16 La claridad de Ntra. Madre es venida de Dios, ella expresa no solo la ‘tensión’ espiritual, sino la tensión material que los acontecimientos externos le causan. Ella no es ajena al vivir cotidiano, de ahí que esta tensión por acontecimientos externos sean también motivo de purificación ya que aumentan la intensidad de la prueba, causando malestar “en la mente y en el corazón”, la razón y los afectos no son ajenos al proceso de purificación, por ello la persona que lo sufre no debe dejarse llevar por el temor o la impotencia de esta prueba, negando su parte a la razón o petrificando los afectos, por el contrario, es vivir esta tensión de manera tan consciente, siendo tan dueña de sí misma que no se debe dejar que la razón se desvíe en falsas ilusiones o se quede en la novelería de la superficialidad (llegando a creerse santa pero no actuando como tal) sino que debe aceptar la realidad del “Amor consumador” que la llama a dar una respuesta íntima, personal y de cara a Dios, igual con los afectos, que al pasar por pruebas espirituales pueden desembocarse y ‘permitirse’ muchas cosas (como el aun físicamente quitándome el apetito y el sueño17. Yo atribuyo esta parte de la prueba, es decir, la excitación de la imaginación y la sensibilidad a una intervención diabólica que coincide con la acción dolorosa que la unión con el Amor "consumador" me ha producido18 lo creo por la perturbación amarguísima que se apodera de mí, la dificultad que experimento para desechar las ideas negras que me envuelven la imaginación como una nube de vampiros19, ideas que algo en el fondo de mi conciencia me dice que no acepte20, lo creo en fin por la coincidencia desagradable que vienen siempre a complicar el exterior21 de mi vida y como a poner leña en la hoguera o como a alfilerazos en las heridas de mi corazón22. En estos casos me supera la angustia y no puedo menos de buscar un desahogo exterior y hago mis confidencias a mi hermana María del Sagrado Corazón23, la que a veces me apacigua haciéndome ver que es una prueba lo que sufro, y que del lado exterior y práctico no tienen las cosas la intensidad ni las consecuencias que yo temo. A veces la escucho porque veo que es así como ella lo piensa; otras no, porque siento que no puede darse cuenta de todo lo que yo veo y se aumenta mi tristeza al sentirme en esta horrible soledad24. He hecho esta larga explicación sin pensarlo ni quererlo pero lo escrito, escrito está. buscar consuelo o soporte afectivo) que impidan que la acción de Dios sea santamente eficaz. Veamos el ejemplo del joven rico, a quien Jesús miró “con cariño” y le pedía darlo TODO… evitando este darlo TODO el joven rico se queda con su comodidad, pero no disfruta de la plenitud e intensidad de la vida junto a Jesús. 17 Consecuencias físicas a las que nuestra Madre no sucumbe, podemos saberlo por los testimonios de la Positio. 18 La “unión con el Amor consumador” podría ser un grado en la experiencia espiritual de Ntra. Madre, por ello, la “intervención diabólica” sale al encuentro de este proceso de “Unión”, ciertamente el alma se convierte en un campo de batalla, lo vemos en la experiencia de Job, Satán incita para ‘tocarle sus bienes’ (Cfr. Jb 1, 12) y después a ‘herirlo en su cuerpo’ (Cfr. Jb 2, 4) pero, tiene la salvaguarda de Dios “respétale la vida”, Satán no puede contra la vida misma (entendida como vida espiritual) por ello él lucha intentando quitar al alma la esperanza, la fuerza de la fe y el Amor que consume porque ama… el espíritu del mal (ya en lenguaje ignaciano) lucha en cada persona que desee ser santa contra Dios mismo, de ahí que las arideces, sequedades, abandonos son momentos claves de respuesta y si se ha sido fiel en lo poco, se será fiel en lo mucho ya que es en estos momentos donde la fidelidad, decidida y firme, saldrá vencedora (Cfr. Lc 16, 10; Mt 25, 21) porque, como Job, espera y aprende a “ver a Dios” (Cfr. Jb 42, 5) para ponerse de su parte en la lucha. 19 Proceso en donde la purificación “psicológica” juega un papel importante, no son solo dolores externos junto a sentimientos o sensaciones que brotan del interior (como la soledad o la apatía), sino que estos sentimientos empiezan a hacerse ‘creíbles’ y más aún, se ‘fortalecen’, porque tientan la misma inteligencia, la misma mente, no solo a su parte cognitiva (por ejemplo acordase de datos, acontecimientos etc.), sino en cuanto a su capacidad de razonamiento, haciendo más ‘convincente’ la tentación porque a la sugestión negativa, como por ejemplo ‘la aridez’ puede añadirse una falsa causalidad como por ejemplo ‘es que Dios nunca me escucha…’ ‘Todo es invento mío’, pensamientos que ‘como nube de vampiros’ atacan por donde más duele, puede ser hiriendo la sensibilidad o los afectos o el mismo intelecto empezando a recordar ‘hace unos años me pasó igual… siempre es así’, ‘no hay salida’, ‘todo es en vano’, etc. Estos pensamientos no son solo fruto de los afectos (el sentimiento de soledad o de abandono o de falta de amor que ahondan cualquier tipo de crisis) sino que psicológicamente pueden abrumar al alma impidiéndole ver la mano de Dios que actúa en un proceso que siendo tan divino resulta abrumador, pero que es purificador. 20 Esta es la luz de la Fe, en la que Dios en lo más profundo marca su presencia, de ahí que este proceso purificador es el deshacerse de aquello que nubla a Dios que está en lo profundo. 21 Es decir que este proceso de purificación es interior y exterior. Puede ser que Ntra. Madre se refiera a algún acontecimiento de fuera, que no depende de ella, algún desaire, alguna injusticia, etc. que no hacen más que aumentar el dolor o la angustia que siente ya Ntra. Madre interiormente. 22 Ntra. Madre es muy clara para expresar este estado y como es que no permanece solo en el plano superficial, sino que ‘se sirve’ de sentimientos hondos (las ‘heridas de mi corazón’) 23 Se puede ver el nivel de confianza que había y el papel fundamental de Madre María en la vida y misión de Ntra. Madre. 24 La soledad le da hondura a la prueba. Día 3º.- Después de la consolación del primer día ya desde la tarde del segundo comenzó a angustiarse mi corazón y a poblarse la memoria de las cosas y recuerdos que me atormentan. El tema principal era doble: -1º la supresión que ha hecho el Padre Director de la Exposición solemne del Smo. Sacramento los viernes25.- me parecía que N. Señor está enojado conmigo por eso, porque yo no he debido conformarme con dicha supresión, que estaba bien acatarla26 en el momento para dar ejemplo de docilidad pero enseguida pedirlo, aclamarlo, suplicarlo, hasta obtenerlo27 puesto que el código sólo dice que se pida al Prelado28, y que es a él a quien toca decir si la causa es de importancia bastante para concederla, y si él la negara ya mi conciencia estaría en paz, etc., etc. - El otro tema era la interpretación dada también por el R.P. Director del decreto de la Sagrada. Congregación de Religiosos en que prohíbe la antigua cuenta de conciencia de la comunidad. El Código29 según yo lo entiendo prohíbe que las Superioras pregunten o averigüen directa o indirectamente a sus inferiores lo que concierne a su fuero interno30, pero a estas no le prohíbe de ninguna manera que acudan a sus Sup. cuando quieran, libremente, para confiarles lo que quiera, para pedir consejo, luz, etc. El P. Director ha dicho, hace poco en el Capítulo que el espíritu de la Iglesia se ve bien claro, es que no se diga nada del fuero interno a las Superioras y a mí me ha dicho que no lo reciba31. Yo he acatado, pero se ha ido levantando la tormenta en la imaginación, me parece que no es así y que quitando la confianza de mis hijas conmigo32 voy a quedar aislada de ellas, cada día y poco a poco se irá haciendo más distancia, y entre mujeres perder la confianza y perder el afecto, todo es uno. -Tempestad desecha en mi corazón33 - Tentación violenta34 de ir a 25 Cfr. O. de la C. #89 Podemos observar la coherencia de Ntra. Madre que va de la mano con la docilidad de vivir la humildad sin imponer ni mostrar ‘sus razones’ para no ser motivo de división en la naciente comunidad; es claro que el carisma lo tiene ella, pero es este quien le da la fortaleza de saber que ella es un instrumento y que estos acontecimientos le son útiles para seguir vaciándose de sí misma mirando a Dios. 27 Pero esta docilidad no le impide saber discernir lo que Dios le pide para su comunidad, de ahí que el ‘acatarlo’, podríamos decir que es lo que corresponde a su trabajo virtuoso (su ámbito personal) y el ‘obtenerlo’ es lo que le corresponde a su misión como fundadora (ámbito congregacional) 28 Es decir al Arzobispo, porque en ese entonces éramos Congregación de derecho diocesano. 29 Código de Derecho Canónico de 1917. 30 Tal y como ahora, el código de Derecho Canónico de 1917 prohibía que la Superiora (o superior) obligue a la religiosa (o religioso) a comentarle lo que respecta al fuero interno. 31 El “Fuero interno” se refiere al ámbito de la conciencia. Es el espacio en donde, por ejemplo, la hermana podía comentarle a Ntra. Madre, situaciones de ella misma, es decir de su conciencia o pedirle algún consejo; el ‘fuero interno’ al pertenecer al interior de la misma persona es campo de confesión y de dirección espiritual, por ende es opcional comentarlo con alguien más, fuera del confesor o del director espiritual; en este caso comentarlo con la superiora es opcional, llegando a ser incluso una infidencia que se quiera entrar en ese ámbito o provocar una ‘confesión’ sin que lo desee la otra persona, se llega a llamar “coacción” o “violación de conciencia” ya que no es acto de obediencia que la hermana se abra o confíe en otra persona y menos aún que se use un cargo para provocar que la persona abra su conciencia. Ya desde entonces era prohibido debido a que podía llegar a una manipulación nociva, obligando a que la persona abra su conciencia de tal manera que se le exponía y se le coartaba la libertad de realizar la voluntad de Dios confundiéndola con la voluntad de la persona que ejerce la potestad de régimen. 32 No se trata de una simple confianza a nivel humano, sino de la confianza que se genera por la maternidad espiritual correctamente encauzada y entendida como medio de santificación, nuestra Madre es consciente del don de Dios a su alma y de que debe trasmitirlo a la Obra que Dios le ha confiado. 33 Es decir un Ntra. Madre entra en un proceso de purificación, esta “Tempestad desecha” es el sufrimiento que la abruma y le afecta fuertemente en la parte afectiva, por ello señala al corazón como el lugar de la tormenta, conclusión lógica de sentir el temor ante la falta de confianza de sus hijas que ella debe llevar a Dios y que forman también parte de la legión de almas que reciben a través suyo al carisma de la participación eclesial en el misterio de la Cruz. 34 Esta “tentación violenta” nos muestra la crudeza de la lucha que en su interior mantiene nuestra Madre, como ya se expuso, no es por una simple confianza sino que por el hecho de mostrar la obra, de entregarle 26 consultar con el R.P. Eugenio35.- Es un anciano sabio y experimentadísimo en vida religiosa, por qué no buscar la luz, por qué dejarme monopolizar?36 No hubiera procedido así Sta. Teresa, la prudente, la humilde pero sabia Sta. Teresa, ella buscaba la luz por todos lados 37. Pero38 no será orgullo mío? No será mi amor propio disfrazado que así me arguye?39 No será también el demonio que trata como ya lo ha intentado tantas veces de apartarme de la obediencia y de la unión espiritual con el P. Director que es el apoyo y el Padre de mi obra?40 Pero por otro lado todo ha de ser obediencia? acaso no puedo yo tener iniciativa en la obra que he fundado?41 Qué la obra no es mía? ¿Qué es de Dios?42 Bueno pero si es de Dios tampoco es del P. Director43 - ¿Orgullo mío?.- No cobardía44..., porque si consulto con otro y me dice que debo pararme firme y exigir para la comunidad la exposición del Smo. que dará más gloria a Dios y fomenta en nosotras el espíritu de oración45 tendré que proceder a hablar con el Arzobispo pasando por encima de la opinión del P. Director y esto me parece una deslealtad46.almas y de forjar apóstoles que aprendan a anunciar el misterio de la Cruz, ella como Madre es llamada a dar la vida a estos apóstoles. Esta idea se desarrollará en los Apuntes Espirituales de la Fiesta del Sagrado Corazón. 35 Se refiere al Padre Eugenio Hengbarth. 36 Es decir ¿por qué debería dejarse manejar o conducir por una sola persona? en este caso por el Padre Casimir. 37 Es muy inteligente el recurso de Ntra. Madre, no lucha dejándose llevar solo por el sentimiento, usa su razón y por ello, de su amplio conocimiento acerca de Sta. Teresa, la evoca y la pone como ejemplo de recta ‘resistencia’. 38 Este “pero” señala la capacidad de Ntra. Madre de salir de sí misma, de sus razonamientos y sentimientos y ponerse ‘del otro lado’, cuestionarse también sobre el lado contrario de esta lucha. Se podría decir que es la vivencia de la sencillez en la inteligencia. 39 Ntra. Madre, aun en este momento de prueba, es capaz de “salir de sí misma” y tener la valentía de enfrentarse a sí misma y cuestionarse acerca de las causas de esta “tormenta deshecha en su corazón”. Vemos la libertad que tiene para preguntarse si no será ella misma la causa de esta situación. Este cuestionamiento es como un “espacio” en el que Ntra. Madre se da la libertad de ponerse en el lado contrario para poder ver la situación desde otra óptica. 40 La humildad de Ntra. Madre al no negar al P. Casimir y ponerse también ‘en otro lado del campo de batalla’ e incluso no negar el lugar del Padre en la Obra. 41 Es la búsqueda de la voluntad de Dios, estas palabras denotan la lucha por hallar razones, si nos damos cuenta nuestra Madre ha recorrido los diferentes lugares de este campo de batalla. Estas preguntan no son fruto de un orgullo humano, Ntra. Madre busca razones poniéndose en todo lugar. Este es uno de los pocos momentos en que Ntra. Madre se reconoce como fundadora, pero es un momento de Kénosis, debe anonadarse aún, ella teniendo el carisma genuino, la experiencia de Dios para la Obra y las almas que de ella participan, debe obedecer y he ahí la pregunta central de esta lucha: ¿será que todo debe ser obediencia sin iniciativa, siendo ella misma la que tiene la inspiración para la Obra?... entonces ¿qué es obedecer?... ¿solo seguir órdenes?... preguntas válidas en el contexto de la búsqueda de la voluntad de Dios para la Obra. 42 Más humildad aún, porque reconoce que ella no es la “dueña” de la Obra, esta es de Dios. 43 Otro punto de vista, lo que nos demuestra la libertad de Ntra. Madre, aun en la “tormenta deshecha” de recorrer las razones sin victimizarse, pero buscando la gloria de Dios. 44 Se reconoce “cobarde”, más que orgullosa. Ntra. Madre ha recorrido todos los lugares de esta lucha y finalmente se halla, ella misma, cobarde; es dura consigo misma porque es un alma obediente y sobre todo amante de Dios, que sabe que, si tiene al Crucificado como Ideal, Amor y Modelo debe morir, como Él, para dar vida. 45 Este es la causa de este momento de “tormenta deshecha”; no son opiniones personales, ni simples puntos de vista, sino el conservar y dar más Gloria a Dios. No es que el Padre Casimir no quisiera la Adoración Eucarística en la comunidad, por el contrario, el Padre en sus cartas se muestra muy dado a las cosas de Dios y a que nuestras hermanas luchen por Él, no es la Adoración en sí el problema, sino la forma práctica de tenerla en comunidad dadas las responsabilidades que habían. Ntra. Madre lucha por la realización de la Adoración Eucarística (Cfr. 9 de la O. de la C.), porque teniendo a la Eucaristía como el sol de nuestra vida (Cfr. 82 de la O. de la C.) Ntra. Madre sabe que la comunidad, siendo una comunidad orante podrá hallar más eficazmente la unidad no humana, material, sino espiritual (Cfr. 169 de la O. de la C.). 46 En efecto, Ntra. Madre podría ir directamente donde el Sr. Arzobispo (de Lima, ya que la Congregación era de derecho diocesano) e incluso él le daría la razón, siendo ella la fundadora de la Congregación… pero Ntra. Madre no se queda en este plano humano de lucha, podemos recordar las palabras que en 1923 escribe en sus En el fondo la conciencia habla más alto que todo este coloquio angustioso47 - habla no sé cómo y no sé por qué, pero me dice que es más agradable a Dios, más perfecto y más humilde, acatar48 lo que ha decidido el que tiene la luz de Dios para mí49, mis reclamos puedo hacérselos a él mismo y sufrir en silencio los resultados50.- Se yergue ante los ojos del alma la figura de María silenciosa- ante la sospecha contra su honor, silenciosa ante la angustia de San José, silenciosa ante la amenaza de ser repudiada, deshonrada, o apedreada! Cuántas razones para hablar, quejarse y buscar remedio a esa situación aún con pretexto de la gloria de Dios, de la tranquilidad de José, pero ella guarda silencio; silencio heroico, silencio inaudito51 que mereció que un Ángel del Señor viniera a defenderla "Nolite timen Joseph accipen conjugem tuam quia quod natur est in ea de Spiritu Sancto est". En medio de esta lucha me envía a llamar el R.P. Eugenio al confesonario con una Hermana que acaba de confesarse.- ¿Porque me llama ahí como provocando una confidencia cuando apenas hace una hora que ha podido hablarme en la salita como ya lo ha hecho otras veces? Apuntes espirituales en preparación a la Profesión Perpetua “Que para poderme entregar a Dios en toda verdad y realidad tengo que trabajar por adueñarme de todas mis facultades inferiores en cuanto nuestra humana condición nos lo permite. Que mi razón iluminada por la fe guíe mi voluntad poniendo a raya las pasiones, la sensibilidad, los primeros movimientos del ánimo, el carácter, los nervios, la lengua, los ojos, y el corazón. Saber sufrir, saber callar, saber tolerar, saber hablar, saber escuchar, saber aguardar, saber olvidar, saber ceder el paso a la voluntad ajena, al criterio ajeno, a la pasión y a la flaqueza ajena, siempre que quiera y como quiera, según como entienda que es la voluntad de Dios, que ha de ser mía, con su gracia y por su amor”. (Cfr. Apuntes espirituales en preparación al a Profesión perpetua, setiembre de 1923) Este es el ‘estilo’ de entrega que Ntra. Madre nos deja este precioso testimonio de hacer vida lo que ella recibe de Dios, este “saber ceder” es lo que ella realiza en esta momento de “tormenta deshecha”, se posee y no se deja llevar ni por su razón, ni mucho menos por su sensibilidad; por ello este “poseerse” o “adueñarse” no es otra cosa más que el tomar las riendas de todo su ser (ponerse a raya) y buscar la Gloria de Dios, aunque para esto deba morir, por ello hay que saber callar, ceder, etc. aunque sea dándose la contra a uno misma para dar paso a lo que verdaderamente nos pide Dios. 47 No es la primera vez que Ntra. Madre se remite a su conciencia, que en última instancia determina el porqué de sus decisiones, de sus actos y de su entrega. Podemos recordar cuando en el año 1906, estando en París, en la Parroquia Saint Pierre de Chaillot, al narrar lo que Dios le había comunicado, al final escribe Ntra. Madre: “sólo sé que no me quedó duda ninguna de la cosa misma y de la obligación que imponía a mi conciencia”; también en la carta a Madre Mercedes Cobián en 1914: “Delante de Dios yo miro las cosas y mi conciencia me dice que no puedo volver atrás en este camino, ni dejar la Obra por cobardía…” (Cfr. Epistolario, Tomo I, p. 194); también en la carta a M. Lavigerie “Tengo entre manos la ejecución de un proyecto muy serio, de una empresa muy ardua y muy difícil que Nuestro Señor me ha impuesto, que no podría abandonar sin faltar a mi conciencia” (Cfr. Flores del Calvario, p. 191) vemos entonces la importancia que Ntra. Venerable Madre da a la conciencia como lugar de profundas decisiones y más aún cómo el lugar en donde Dios habla “más alto que todo este coloquio angustioso” es el lugar de Dios en nuestra persona, de ahí que alabemos la rectitud de la conciencia que Ntra. Madre tenía y que es capaz de escuchar aún en medio de tormentas angustiosas dándole la libertad de poseerse para entregarse por completo, aún en ‘contra’ de su sensibilidad, gustos, razones, haciendo más bien lo que objetivamente le dicta su conciencia. 48 Ntra. Madre, en medio de esta angustiosa situación se pregunta ¿qué es lo más agradable, perfecto y humilde? (Cfr. Rom 12, 2: “Y no os amoldéis a este mundo, sino, por el contrario, transformaos con una renovación de la mente, para que podáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, agradable y perfecto”.) 49 Es decir, realizar lo aconsejado por el P. Casimir no por simpatía, gusto personal o afinidad, sino como representante de la luz de Dios para su alma. 50 Es decir, en vez de recurrir a una tercera persona, Ntra. Madre va a quien le corresponde, por ser el Director (que hace las veces de superior) de la Obra y siendo sincera con él, si es que hubiera alguna consecuencia (por ejemplo enojo de parte del Padre o incomprensión) ella, Ntra. Madre, sufriría las consecuencias en silencio, como ofrenda agradable al Dios. 51 Este silencio no es un simple dejar que otro tenga razón o una derrota impotente, es más bien una ganancia, como María, porque se sabe poseer para darse por entero a Dios, esta es la ganancia: ponerlo TODO en Cristo. Acudo a su llamada; el P. me pregunta por nuestra Constitución y nuestras costumbres para orientarse en el curso de sus instrucciones.- Hablo largo de esto - Después algunas preguntas, o más bien insinuaciones sobre cosas pasadas adecuadas para entrar en un desahogo.- Se conoce que el bondadoso anciano quiere proporcionarme una ocasión de consolarme y sostenerme suponiendo que mi situación puede ser bastante delicada teniendo el mismo P. Director ambos fueros - externo como Director de la Congregación e interno como confesor ordinario.- Contesto brevemente, no aprovecho la oportunidad52, y me despido del buen Padre cuando ya habían tocado la campana para la instrucción que él mismo nos hace.- Gracias Madre mía!Después de la instrucción escribo al P. Director.- le cuento algo de lo que pasa en mi alma y le pido que venga él a confesar con las palabras de San Juan B. a nuestro Señor "Est tu qui venturus es au alium spectamus53" - Viene el P. Director y me confieso, le cuento mis incertidumbres sin decirle el tema o los temas sobre los cuales versaba atribuyendo yo misma al demonio54 la tentación de ir a consultar con el otro Padre. Saliendo de su mutismo acostumbrado, me dijo que era natural eso que deseara buscar un desahogo que no había porque atribuirle al demonio55. Entonces le dije yo "Sabe Ud. Padre porque tengo empeño en echarle la culpa al demonio?56 Para hacerle menos caso y despreciarlo totalmente, porque si lo atribuyo a mi razón algún caso le hago porque no me creo tonta57Después de la confesión que hice con mucha contrición y examen de todo el año sentí un gran recogimiento que se prolongó durante toda la instrucción de la tarde y durante él se me hizo una luz mayor y más profunda en el alma y me vino arrepentimiento de haber dicho aquella frase al P. en la confesión pareciéndome orgullosa58 y creciendo aquella luz, me hizo ver que no es menester que el diablo nos tiente para tener errores y que se ofusque nuestra razón - 52 Ntra. Madre es firme con ella misma, guarda el silencio “silencio heroico, silencio inaudito”. Lc 7, 20: “¿Eres tú el que va a venir o esperamos a otro?”. Es una pregunta curiosa en este contexto, ya que Ntra. Madre reafirma, tomando las palabras de S. Lucas, que como Director de la Congregación es el P. Casimir a quien le corresponde recibir sus confidencias y no a otro (es decir no hay desahogos, sino silencio heroico). 54 Recordemos el diálogo que Ntra. Madre mantuvo consigo misma: No será también el demonio que trata como ya lo ha intentado tantas veces de apartarme de la obediencia y de la unión espiritual con el P. Director que es el apoyo y el Padre de mi obra? 55 El Padre Casimir otorga paz a Ntra. Madre, demostrando que la luz de Dios, aun en medio de las tormentas es luz pacífica, como una “brisa suave” (Cfr. 1Re 19, 12) a través de la cual Dios da alivio al alma que lucha por ser fiel a su compromiso. 56 Es decir no a su razón, ni a sus sentimientos, sino al demonio. 57 Respuesta llena de fortaleza (recordemos lo que en los Apuntes Espirituales de la Fiesta del Sagrado Corazón nos dice: “Paz y sentimiento de fortaleza que proceden de la Cruz”) en la que poseyéndose heroicamente sabe reconocer la acción del espíritu del mal que quiere hacerla caer en la tentación de ir a desahogarse con quien no corresponde suscitando la desunión en la Obra naciente. Esta acción del espíritu del mal no halla excusas para hacerla caer, de ahí la objetividad de Ntra. Madre al no caer ni en sentimentalismos fugaces, ni en razonamientos soberbios que ocasionarían un espacio para que de una u otra forma entre el mal. La respuesta valiente de Ntra. Madre “No me creo tonta” no debe entenderse como un apelo a la soberbia, es todo lo contrario, se conoce a sí misma y por ende sabe a dónde apuntar, si ella hubiese optado por hacer caso a su razón que la tenía muy bien formada (ya sabemos lo inteligente que es y como todo su entorno era consciente de ello) hubiese caído en hallar alguna excusa para ir a desahogarse; por el contrario reconociendo sus capacidades, sabe que esta es una tentación, no es producto de su razón, ni de su corazón, de ahí que ante cualquier situación que se pueda vivir y que se presente de manera angustiosa no se le debe encontrar su origen dentro de uno misma, sino, en el espíritu del mal que viene a debilitarnos, a poseernos para apartarnos de Dios haciendo creer que tenemos la razón, lo cual se es soberbia porque no hay razones para actuar en contra de la propia llamada, ni mucho menos en contra del propio compromiso, es decir no hay razones para no poseernos; creer que sí las hay es realmente soberbia. 58 Una tentación más. 53 basta la soberbia;- a Luzbel quien lo tentó?59 - La acción de Dios en el alma cuando es purificadora y destructora del mal60 que se oculta en los repliegues del corazón61 hace sufrir terriblemente62 y al fuego de esa llama consumadora el orgullo sintiéndose fustigado acorralado y descubiertas sus raíces más ocultas, sube en vapores de quejas y recriminaciones interiores e imaginarias que como humo negro oscurecen la luz de la razón63.- Al ver esto claro64, me humillé ante N. Señor le pedí de nuevo perdón y escribí un papelito al P. Director65 dándole cuenta de la luz que había tenido temiendo que se hubiera enojado por la respuesta mía que parecía ocultar muchas cosas66, y además le conté sencillamente el motivo o causa principal de mi tentación anterior67. Le entregué el papelito personalmente cuando volvió al día siguiente para continuar las confesiones. No sé qué le parecería, pero en la instrucción que hizo después del retiro recomendó, como dije al principio68, que escribiéramos las fuertes impresiones de la gracia recibidas en el retiro porque después volviéndolos a leer nos hace mucho bien. Terminé el retiro con una resolución firmísima de mayor acercamiento a N. Señor por el camino de la penitencia voluntaria69. Pedir los permisos necesarios70. Humildad silencio y oración más constante y más intensa71 y velar porque así sea también en la Comunidad72. 59 Es decir, antes que Luzbel no había diablo, entonces si no hay nadie anterior a el, quiere decir que no es ‘necesario’ que venga explícitamente el diablo a tentarnos sino que es nuestra propia naturaleza inclinada a pecado la que puede tentarnos haciéndonos caer en la soberbia de hacernos creer que tenemos razón. 60 Dios viene a destruir el mal y por ello su acción es purificadora. 61 En lo más hondo de uno misma, de los propios sentimientos, del propio corazón. “Repliegues” es decir en donde nadie entraría, hasta ahí Dios hace penetrar su acción, purifica todo cuando uno se entrega del todo. 62 Es una acción totalmente dolorosa en la que el alma participa pasivamente, simplemente “dejándose hacer” por Él, viviendo la “Kénosis” tal y como la vivió nuestro Señor. 63 He aquí la razón: EL ORGULLO que se queja y quiere excusas, razones para no dejarse hacer por Dios, estos “vapores de quejas” son las excusas y las razones que hallamos muchas veces para no aceptar lo que nos hace sufrir llamando “injusticia”, “cansancio”, “debilidad”, “hastío” (Cfr. O. de la C. #52) a esa acción divina que “aprovecha” estos dolores para ir a lo más profundo de nuestro ser… ya que como le hemos prometido ‘Todo’, Él, Dios toma lo todo para que purificado pueda volver a Él; si el alma que ha prometido esto a Dios no se posee, entonces no puede darle todo y en vez de ver una acción purificadora de Dios y aprovecharla, ve la injusticia, la ‘crueldad’ y lamentablemente se queda ahí. 64 Claridad que nunca le ha faltado a Ntra. Madre, recordemos cuando en sus Apuntes espirituales nos dice: “Luz clara y convincente” es la luz de Dios que la fortalece para ir adelante en lo que Ntra. Madre le ha prometido a Dios: darle TODO, con la sencillez de ir a lo esencial. 65 Comunica esto a la autoridad que corresponde una vez más, no por dependencia, está claro, sino por el deber que impone el ser religiosa y tener u Director de la obra y confesor ordinario. 66 Cuando le dice “No me creo tonta”. 67 Ntra. Madre, en la anterior confesión se había limitado a decirle sus incertidumbres pero obviando el tema de fondo, acá, Ntra. Madre se humilla más aún y haciendo que la acción de Dios entre hasta en los “repliegues” de su corazón, hasta lo más hondo de su ser humillándose al contarle “sencillamente” al mismo Padre Casimir la causa de esta situación. 68 Al principio de estos Apuntes escribe: El P. Director en conferencia del Capítulo ha aconsejado escribir las impresiones de la gracia recibida en el retiro (un consejo de la autoridad es una orden para un alma obediente). Dice que es muy útil porque cuando se vuelve a leer se renuevan las mismas impresiones y se recuerdan las ideas que los produjeran. 69 Penitencia como medio para la posesión de uno misma. 70 Ntra. Madre todo una fundadora sabe que la base de todo es la humildad, de ahí que esta resolución sea una total entrega, voluntaria, de hallar a Dios a través de quien está como autoridad en nombre de la Iglesia. 71 Todos estos medios son para lograr vencer la tentación de encontrar razones para hacer el propio gusto o seguir la propia opinión o desahogarse suscitando la división. 72 Es decir esto no es solo para Ntra. Madre sino para nosotras sus hijas que participamos de la gracia que Dios le da y seguimos el camino que Él mismo le regaló.